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UN MODELO EDUCATIVO CON UN ENFOQUE HUMANISTA

La contextualización a nuestra realidad educativa propone cambios de


pensamiento y metodología para muchos docentes que anteponen su dominio a las
necesidades de la población estudiantil, lo cual nos lleva a una reflexión sobre lo
que estamos haciendo y lo que podemos cambiar y llegar hacer, con el fin de llevar
iniciativas a las aulas y lograr el aprendizaje deseado y el desarrollo de las
facultades, no solo de los estudiantes, sino de todos los actores involucrados en
este proceso. Esto nos llevará por un camino donde hay que desaprender para
volver a aprender mejores prácticas, que fomenten el valor del ser humano como
un ente social, individual e integral, con destrezas necesarias para su inmersión en
la sociedad del conocimiento y de la información.
Entender la nueva posición del estudiante en la nueva sociedad implica cambios
significativos de actitud en todos los actores involucrados con nuevas experiencias
creativas e innovadoras que fomenten su desarrollo en todas sus áreas.
Para lograr un avance en la educación actual, necesitamos primeramente
detectar a los actores en la educación: alumnos y docentes, de ahí podemos partir
para transformar la atmosfera del nuevo ámbito educativo, es necesaria la
participación de todos los actores, es un trabajo en equipo.
Cuando un grupo no se siente motivado para aprender, no tiene o no produce un
trabajo productivo y se pierde la visión, por lo cual es importante que “El docente
cuide de la disposición inicial del educando, incentivándolo y orientándolo hacia una
adecuada percepción de los estímulos iniciales, lo cual puede favorecer en mucho
el interés por lo que se está tratando” (Imídeo G. Néreci, hacia una didáctica general
dinámica, p. 254).

Para desarrollar en la educación actual, en nivel primaria un aprendizaje ideal y


significativo es importante que el educando esté contento y familiarizado con su
nuevo ambiente educativo, recordemos que “Crear un buen clima educativo,
favorece las relaciones humanas, propician el surgimiento de habilidades, enseñan
a pensar activamente y a escuchar comprensivamente.” (María Andueza, Dinámica
de grupos en educación, p. 40). Crear un clima áulico es una opción para eliminar
los obstáculos emocionales, se fomenta el respeto por la educación, el ambiente es
apto y propicio para lograr un aprendizaje significativo. También se puede generar
una buena comunicación y además de que se ha observado que en un buen clima
áulico se dan las siguientes características: hay una buena relación entre los
integrantes, el maestro y el alumno se respetan, los niños y niñas se sienten bien,
hay un buen ambiente de trabajo que fomenta el aprendizaje de calidad, el maestro
está satisfecho del grupo clase: de cómo aprende, de cómo se relaciona, de cómo
se van mejorando los procesos de enseñanza-aprendizaje, hay una buena
cohesión de grupo. Se genera bastante interés y se fomenta la interacción entre los
alumnos.

De ahí la importancia de transformar el ambiente educativo actual, para


aprovechar lo que el ambiente propicie y aporte, con el fin de mejorar los procesos
de enseñanza-aprendizaje.

Abraham Maslow planteaba que los seres humanos perseguimos nuestros


objetivos siempre que el ambiente sea óptimo. Por ello, nuestras metas varían en
función de nuestra situación en cada momento. Para aspirar a la autorrealización,
situada en el nivel más alto de la pirámide, debemos haber cubierto las necesidades
anteriores como las de seguridad o fisiológicas.

Por otra parte, para Rogers los sentimientos son el móvil más importante para
que las personas se desarrollen plenamente. De acuerdo a esto, una formación
plena o funcionamiento óptimo dependerá de las experiencias que se tengan al
interactuar con los otros. Éstos últimos juegan un papel importante para que los
sujetos sean plenos, ya que sólo aprecian y aceptan algunas características de las
personas. Por lo que los otros (familia, amigos, profesores) modifican
indudablemente el significado que lleguemos a tener o no de nosotros mismos.

Al respecto Arechavala (2003), menciona que Rogers delinea objetivos en lo que


a la escuela se refiere, de la siguiente manera:
 Tratar de crear en la clase un clima de confianza que permite nutrir y acrecentar
la curiosidad y el deseo natural de aprender.

 Ayudar a los estudiantes a valorarse y a adquirir confianza y autoestima.

 Revelar el entusiasmo que produce todo descubrimiento intelectual y emocional,


lo cual despierta en los alumnos el interés por la formación permanente.

 Desarrollar en los profesores aquellas actitudes que la investigación ha señalado


como más eficaces para favorecer el aprendizaje.

 Y con mayor profundidad todavía, a contribuir a que se tenga conciencia de que,


para todos nosotros, el buen vivir es algo interior y no depende de causas
externas.

Ahora bien, el fundamento esencial del enfoque humanista nos dice que el ser
humano tiende hacia la autorrealización y trascendencia y una de sus metas es
promover la autorrealización de las personas para que logren lo mejor de lo que son
capaces. Por eso ser un docente humanista requiere compromiso, dedicación y
tiempo, la experiencia en el ámbito educativo ha reflejado la necesidad que tienen
los estudiantes de encontrar personas que se interesen en ellos y presten atención
a sus inquietudes, propuestas u opiniones. A continuación, se presentan
características sobresalientes del perfil de este tipo de docente:

 Escucha a las personas y es humilde para reconocer que los estudiantes


tienen mucho para enseñar.
 Se interesa no solo en que el estudiante adquiera conocimientos, sino
también en su desarrollo integral.
 Respeta la libertad de opinión, sin tendencias a reprimirla.
 Se apropia de las tendencias educativas dirigidas a mejorar el aprendizaje.
 Es cooperativo y promueve el aprendizaje colaborativo.
 Busca alternativas de solución ante dificultades que se puedan presentar en
el proceso de enseñanza o en situaciones particulares del estudiante, actúa
con respeto y sensibilidad.
 Posee una actitud receptiva ante las críticas o recomendaciones.
 Genera aprendizaje en lugar de simplemente transmitir conocimiento.

Este docente promueve la expresión, comunicación, investigación y la formación


autodidacta para fortalecer al individuo, de modo que logre apropiarse de
conocimientos base, los cuales permitan formar un criterio.

Un clima áulico crea un buen clima educativo, favorece las relaciones humanas,
propician el surgimiento de habilidades, enseñan a pensar activamente y a escuchar
comprensivamente. Crear un clima áulico dentro del salón de clases, es una opción
para eliminar los obstáculos emocionales, se fomenta el respeto por la educación y
el ambiente es apto y propicio para la libertad.

Identificamos tres elementos básicos para la construcción de un clima áulico y


enfocar la investigación en base a estos tres elementos: el psicosocial, el didáctico
y el físico.

 Psicosocial: “es entendido como el espacio de relaciones e interacciones, que


propician: seguridad, confianza, autonomía y libertad en el alumno(a). También,
un contexto que favorece la integración, la comunicación y la creación en sus
diferentes niveles, que genera alegría y una vivencia reflexiva a través de
diversos recursos y lenguajes. Que promueve la capacidad de asombro, genera
interés y la atención del estudiante. Una atmósfera en donde el educando
encuentre un lugar para compartir sus experiencias y encadenarlas al
conocimiento que el profesor(a) aborda en la clase.” (Titulo tomado de
http://www.revista.unam.mx/vol.10/num12/art85/int85.htm).
 Didáctico: “dimensionado como espacio de formación y aprendizaje, lleno de
preguntas y pocas respuestas, así como de abundantes estrategias de
enseñanza creativas, motivantes, indagadoras, cooperativas entre otras donde
se promueve el cuestionamiento, el planteamiento y reformulación de
problemas, la inteligencia y creatividad compartida, que rete las capacidades de
los alumnos(as) sin descuidar la formación en valores. Una atmósfera didáctica,
en la que el educador debe tener un arsenal amplio de actividades y medios que
se planifican para que el alumno aprenda a aprender a la vez que comprende
sus procesos cognoscitivos y metacognitivos, es decir, el empleo reflexivo de
técnicas y procedimientos para procesar información, comprender lo nuevo,
reflexionar acerca de ello y transferirlo a la vida cotidiana. El empleo de estas
estrategias requiere que el alumno aprenda a leer, observar y pensar de manera
reflexiva, desaprender, formarse criterios, resolver problemas, convivir,
comunicar, tomar decisiones y concientizar el proceso cognoscitivo, igualmente
referido a los elementos y materiales educativos significativos de una pedagogía
de la comprensión que promuevan la organización y la participación activa y
emprendedora del educando.” (Titulo tomado de
http://www.revista.unam.mx/vol.10/num12/art85/int85.htm)
 Físico: referido a las instalaciones, mobiliario e infraestructura donde transcurre
la clase, que conlleven en su diseño, procesos y condiciones culturales e
históricas de la escuela y su contexto, así como los aspectos funcionales en
cuanto a la utilidad, uso de espacio y su distribución para la actividad e
interacción de los alumnos y maestros.” (Titulo tomado de
http://www.revista.unam.mx/vol.10/num12/art85/int85.htm)

Con todo esto podemos llegar a una conclusión que la creación de un clima áulico
nos ayudara a lograr una mayor interacción entre los miembros del grupo, un
espíritu de colaboración, una buena comunicación. Además, que con la constancia
en esta actividad se puede ir eliminando algunas diferencias y conflictos entre los
miembros del grupo y se promueve el aprendizaje significativo vivencial.
BIOGRAFÍA

 Imídeo G. Néreci, Hacia una didáctica general dinámica, 4ta. Edición, Buenos
Aires Argentina, Editorial Kapelusz S.A, 1969, serie didáctica.
 María Andueza, Dinámica de grupos en Educación, 4ta. Edición, México,
Editorial Trillas, 2007, serie temas básicos.
 Julián Betancourt Morejón, María de los Dolores Valadez Sierra, 1 de diciembre
de 2009, ¿Cómo propiciar atmósferas creativas en el salón de clases?,
recuperado el 1 de marzo de 2022.

http://www.revista.unam.mx/vol.10/num12/art85/int85.htm

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