La dislexia, discalculia, y TDAH tienen en común que son dificultades de aprendizaje, que no permiten al

crio que lo padece tener un proceso de aprendizaje al mismo nivel de sus compañeros; estando en su

mayoría por de debajo del nivel esperado, para su edad y año escolar, está dificulta esta persistente en

el por más de seis meses y muy pesar a los intentos que realice el familiar.

Cada uno de estas dificultades presenta una serie de síntomas, que los caracteriza y los hace únicos y

que deben ser tratados para poder ayudar y mejorar en algo el problema que afrontan los educandos.

Pero esta tarea no debe ser realizada únicamente por la docente como sucede en la mayoría de casos

de los educandos de nuestro país; ya que existe un descuido por parte de los progenitores que piensan

que estas dificultades de aprendizaje que tienen sus hijos son responsabilidad exclusiva del docente y no

de ellos.

Estas dificultades o trastornos específicos en el desarrollo del aprendizaje interfieren significativamente

en el rendimiento escolar, dificultando el adecuado progreso del niño afectado y la consecución de las

metas marcadas en los distintos planes educativos.