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ENFERMERÍA
ESPECIALISTA EN
ICTUS
Módulo 4
Cuidados neurocríticos:
Trastornos respiratorios
Autor:
Dr. Thomas Luiz y Dieter Lerner
2015
Actualizado por:
Gilbert Steinfurth
2016
1
ÍNDICE
PÁGINA
2 Evaluación respiratoria 6
2.1 Exploración física 6
2.2 Trabajo respiratorio 8
2.3 Pulsioximetría 10
2.4 Principios de la capnografía/capnometría 12
2.5 Gasometría arterial 13
5 Abordaje general/Intervenciones 29
5.1 Colocación del paciente 29
5.2 Oxigenoterapia 29
5.3 Maniobras mecánicas 30
5.4 Vía respiratoria faríngea 31
5.5 Fisioterapia 32
5.6 Tratamiento farmacológico 32
5.7 Ventilación no invasiva 33
5.8 Intubación endotraqueal 33
6 Autoevaluación 37
7 Literatura médica 38
8 Bibliografía 39
El intercambio de gases en los pulmones está regido por la ley de Dalton, que se refiere a la
presión parcial de los gases (figura 1).
Espacio
intersticial
Líquido y
capa de
surfactante
Membrana
basal Epitelio
capilar alveolar
Membrana
basal
epitelial
40 mm Hg
Dióxido de
carbono Difusión de CO2
Difusión de O2 104 mm Hg
45 mm Hg
40 mm Hg Alvéolo
Oxígeno
Eritrocito
Endotelio capilar
Capilar
Entre las causas frecuentes de hipoxia se encuentran obstrucción de las vías respiratorias,
hipoventilación, aspiración, atelectasia, neumonía, edema pulmonar y embolia pulmonar.
O2 21,0 O2 15,0
CO2 0,04 CO2 4,0
Espacio
muerto
Derivación
Alvéolos O2 13,0 fisiológica
CO2 5,0
H2O 6,0
Hemi- N2 76,0 Hemi-
cardio cardio
derecho izquierdo
O2 5,0 O2 12,5
Venas
CO2 6,0 CO2 5,0
Capilares
O2 5,0-
CO2 6,0+
Tejidos
Figura 2: Esquema que muestra el movimiento de gases por un gradiente de presión (kPa)
(Fuente: PEARSON EDUCATION, Instructor Resources for Pearson Titles)
Los pacientes con disminución de la consciencia o disfunción del tronco encefálico tienen un
mayor riesgo de afectación de las vías respiratorias debido al deterioro de la movilidad
orofaríngea y a la pérdida de los reflejos de protección. La respiración periódica central
(respiración de Cheyne-Stokes) es una complicación frecuente de los ictus asociada a la
disminución de la saturación de oxígeno.
Normalmente, los adultos tienen una ventilación pulmonar de 5-7 l/min. El flujo sanguíneo
pulmonar normal es de unos 6-8 l/min. En consecuencia, la relación ventilación/perfusión (V/Q)
normal es de aproximadamente 0,8. En situaciones en las que las áreas pulmonares están
ventiladas pero no perfundidas (derivación derecha-izquierda), la sangre desoxigenada e
hipercápnica entrará en la circulación general y, por consiguiente, en la cerebral.
Los pacientes con embolia pulmonar y enfisema pulmonar a menudo presentan hipoxia junto
con normocapnia (o incluso una leve hipocapnia) debido al aumento compensatorio de la
ventilación alveolar (insuficiencia respiratoria parcial).
2.1.1 Palpación
Mediante la palpación suave de las paredes anterior y posterior del tórax se pueden identificar
inflamación y áreas de dolor localizado. Cuando se escapa aire de las vías respiratorias
inferiores se puede acumular en las capas cutáneas superficiales (p. ej., después de una
traqueostomía o en el caso de un neumotórax).
2.1.2 Percusión
Las anotaciones de la percusión se harán de la siguiente forma:
Los resultados de la percusión pueden ser difíciles de interpretar en pacientes muy obesos y en
aquellos con enfisema pulmonar.
• Sonoridad normal: sobre un pulmón normal
• Hipersonoridad: sobre un neumotórax
• Timpanismo: sobre un neumotórax a tensión
• Matidez: sobre el hígado y en las consolidaciones, por ejemplo, neumonías
Entre los signos del aumento del trabajo respiratorio se encuentran el aumento de la frecuencia
respiratoria, la respiración ruidosa, el uso de la musculatura accesoria y los siguientes patrones
de respiración alterada (véase la figura 5):
Normal
1 min 1 min
Respiración
de Cheyne-
Stokes
de Kussmaul
1 min
1 min
Hiperventilación
neurógena
central
1 min
Patrón atáxico
(Biot)
1 min
Patrón
apnéustico
2.3 PULSIOXIMETRÍA12
2.3 PULSIOXIMETRÍA
Figura 6: Pulsioxímetro
(Fuente: PEARSON EDUCATION, Instructor Resources for Pearson Titles)
En la práctica clínica, esto se mide fácilmente con el pulsioxímetro utilizando una sonda de
dedo, con valores del 96 al 100 %. A nivel tisular, el oxígeno se disociará de la molécula de
hemoglobina y entrará en las células por un gradiente de concentración.
Recuerde:
• Hipoxia = Cantidad insuficiente de oxígeno a nivel celular
• Hipoxemia = Niveles bajos de oxígeno en la sangre
• Anoxia = Falta de oxígeno, local o general
2.3.5 Limitaciones
Aunque la pulsioximetría mide la saturación de oxígeno y puede detectar hipoxemia, no
proporciona una medida de la eficacia de la ventilación y la retención de dióxido de carbono. Si
se sospecha la presencia de hipercapnia, debería realizarse siempre una gasometría arterial.
Además, los valores medidos no son exactos en pacientes con intoxicación por monóxido de
carbono ni en casos de metahemoglobinemia. Finalmente, aunque no por ello menos
importante, la calidad de la señal depende en gran medida de que exista un nivel de perfusión
suficiente y de la cooperación del paciente. En consecuencia, este dispositivo de monitorización
tiene un valor limitado en pacientes con choque grave o con delirios.
Aunque actualmente no está generalizado su uso en las unidades de ictus, la determinación del
dióxido de carbono al final de la espiración (end-tidal carbon dioxide, etCO2) puede ser un
método de monitorización incruento muy útil. En circunstancias normales, hay una relación
muy estrecha entre el etCO2 y la paCO2. Por tanto, la determinación de la concentración de CO2
espirado (capnometría/capnografía) habitualmente proporciona información sobre la eficacia de
la ventilación.
La capnometría electrónica con uso de tecnología de luz infrarroja se basa en el principio de que
el dióxido de carbono absorbe la luz infrarroja en proporción a su concentración.
Se obtiene entonces un capnograma, que es una onda que muestra el contenido de dióxido de
carbono en el aire espirado. Este método de monitorización se denomina capnografía. La
capnometría y la capnografía son especialmente útiles en pacientes críticos, ya que alertan al
personal de enfermería sobre la presencia de hipoventilación, incluso cuando las lecturas de la
pulsioximetría del paciente son normales.
En consecuencia, tanto en esas circunstancias como también en todos los casos de hipercapnia o
hipocapnia significativas, debe realizarse una gasometría arterial.
2.5.1 Indicaciones
Para determinar las concentraciones de oxígeno y de dióxido de carbono en sangre, la precisión
de la gasometría arterial (GA) es superior a la pulsioximetría y a la capnografía. La GA está
indicada cuando la pulsioximetría y la capnografía muestran resultados preocupantes o en
situaciones en las que estos métodos de medida presentan limitaciones importantes. Un
análisis de muestras proporciona también datos importantes acerca del pH sanguíneo del
paciente y otros parámetros para la estimación del equilibrio acidobásico.
Otros lugares de punción son las arterias femoral, braquial y dorsal del pie. Antes de colocar un
catéter en la arteria radial, debe realizarse una prueba de Allen o una ecografía para probar la
permeabilidad de las arterias radial y cubital en el caso de que se produjera una obstrucción de
la arteria radial. Una vez colocado el catéter, se fija a un sistema de monitorización de la
presión. La muestra para la gasometría arterial se obtiene a través de la llave de tres pasos del
sistema de monitorización de la presión arterial.
Acidosis respiratoria = la
hipercapnia es el resultado de la
hipoventilación.
Acidosis respiratoria = la
hipercapnia es el resultado de la
hipoventilación.
El exceso de acidez metabólica es siempre indicativo de un proceso patológico. Los ácidos más
habituales que se pueden acumular son el ácido láctico (lactato) y las cetonas. El lactato se
produce como un producto final del metabolismo anaeróbico. Habitualmente, esto se produce
por la mala perfusión de las células (=choque). Las cetonas se producen como un producto final
del metabolismo de las grasas en lugar de la glucosa y, aunque esto puede suceder en
cantidades moderadas en dietas extremas, la presencia de una cantidad exagerada de cetonas
suele estar vinculada a una diabetes mal controlada. En esta situación, la falta de insulina
impide el metabolismo celular de la glucosa y se descompone la grasa para proporcionar
energía. Los pacientes con insuficiencia renal pueden ser incapaces de producir cantidades
suficientes de bicarbonato y de excretar iones de hidrógeno en la orina. Ambos factores
provocarán un aumento de la concentración de iones de hidrógeno y harán que el pH de la
sangre se vuelva ácido.
• Evaluar la oxigenación: se deben estudiar la PaO2 y la SaO2 para detectar los signos de
hipoxia. Es fundamental considerar estos valores también a la luz de la concentración de
oxígeno inspirado.
• Evaluar el pH: se debe comprobar el pH para ver si se encuentra dentro de los límites
normales (7,35-7,45), ácidos (<7,35) o básicos (>7,45). Un pH normal puede indicar también
problemas que se han corregido por compensación, por lo que es esencial examinar el resto
de los resultados de la gasometría arterial, ya que el HCO3 o la PaCO2 estarán alteradas si
se ha producido compensación.
• Evaluar el componente respiratorio: se debe comprobar la PaCO2 para ver si está elevada,
disminuida o dentro de los valores normales (4,5-6 kPa). Una PaCO2 alta indica un
problema respiratorio y suele ir acompañada por un pH ácido, a menos que se haya
producido compensación renal. Una PaCO2 baja indica alcalosis respiratoria (pH alto) o
compensación parcial o completa de la acidosis metabólica (pH bajo o normal).
• Evaluar el componente metabólico: se debe evaluar la concentración de bicarbonato para ver
si está alta, baja o normal. En presencia de acidosis metabólica, la concentración de
bicarbonato estará baja. Si hay alcalosis metabólica, el bicarbonato estará alto. El
bicarbonato también puede estar alto si se produce compensación por un problema
respiratorio; en este caso, el bicarbonato alto irá acompañado de un valor alto de la PaCO2.
• Evaluar problemas mixtos: los pacientes gravemente enfermos pueden presentar un perfil
de acidosis mixta. Por ejemplo, un paciente con sepsis grave que esté agotado puede
presentar una concentración baja de bicarbonato debido a la sepsis (acidosis metabólica) y
una PaCO2 alta debido a que está cada vez más agotado (acidosis respiratoria). Estos
pacientes requieren intervención médica urgente.
• Evaluar la compensación (compensación respiratoria o metabólica).
No es posible nombrar todas las causas posibles de disnea. Simplificando el tema, podemos
diferenciar entre tres razones principales: deterioro de la ventilación, alteración de la
respiración interna o externa y discrepancia entre ventilación y perfusión.
7. Trastornos del equilibrio acidobásico: la acidosis metabólica causada por isquemia (que
produce una acidosis láctica como producto de desecho del metabolismo anaerobio) o
trastornos metabólicos primarios (cetonas como productos de desecho de vías no
glucolíticas) darán lugar a un aumento compensatorio del volumen minuto respiratorio.
4.1 NEUMONÍA22
4.1 NEUMONÍA
Las pruebas analíticas deben incluir un estudio microbiano del esputo, hemograma completo,
fórmula leucocitaria, procalcitonina y, en pacientes sépticos, hemocultivo.
4.1.4 Tratamiento
El tratamiento dependerá de la etiología y del agente infectante, pero todos los pacientes
requieren un tratamiento básico de soporte y de control similar:
• Drenaje postural y cambios de postura.
• Fisioterapia torácica e higiene bronquial para eliminar secreciones.
• Insuflación de oxígeno mediante mascarilla facial o gafas nasales.
• En casos graves, puede ser necesaria la presión positiva continua en las vías
respiratorias (continuous Positive Airway Pressure, CPAP) o incluso intubación y
ventilación mecánica para mantener la pO2 (indicación de traslado a la UCI).
• Tratamiento antipirético (compresas frías, antitérmicos) para reducir el consumo de
oxígeno.
• Terapia antibiótica (en casos graves, debe iniciarse el llamado “tratamiento antibiótico
preventivo” antes de disponer de los resultados analíticos).
• Nutrición adecuada para evitar las complicaciones asociadas a la desnutrición.
• Prevención de nuevas infecciones.
Por lo general, la aspiración se define como la desviación errónea del contenido orofaríngeo o
gástrico hacia la laringe y las vías respiratorias inferiores. Después de una aspiración pueden
producirse diversos síndromes pulmonares, dependiendo de la cantidad y la naturaleza del
material aspirado, de la frecuencia de las aspiraciones, de la naturaleza de los mecanismos de
defensa del huésped y de la respuesta del huésped al material aspirado. Entre los síndromes
más importantes se encuentran la neumonitis por aspiración o síndrome de Mendelson, que es
una neumonitis química provocada por la aspiración de contenido gástrico y la neumonía por
aspiración, un proceso infeccioso causado por la aspiración de secreciones orofaríngeas
colonizadas por bacterias patógenas o por hongos.
Para las unidades de cuidados intensivos de ictus, las salas generales de medicina y las
unidades de rehabilitación, la incidencia de neumonía comunicada oscila entre el 3,9 % y el
45 %, con una mediana de tasa de incidencia del 7,4 %. Tradicionalmente, se pensaba que la
NAI era secundaria a aspiración. Se ha comprobado que la aspiración y sus factores de riesgo
relacionados, como el deterioro del nivel de conciencia y disfagia, son factores de riesgo de NAI
importantes. Sin embargo, la mayor incidencia de neumonía en pacientes con ictus en
comparación con otros pacientes con disfagia indica la intervención de otro mecanismo, la
inmunodepresión inducida por el ictus. La inmunodepresión que sigue al ictus es el resultado
de la activación de 3 sistemas: el sistema simpático, el sistema parasimpático y el eje
hipotálamo-hipófiso-suprarrenal. En resumen, la NAI es probablemente una suma de varias
enfermedades asociadas (gravedad del ictus), de la aspiración continuada y de alteraciones
inmunológicas que forman parte de la inmunodepresión inducida por el ictus.
Lo más frecuente es que los pacientes presenten fiebre, tos y disnea, y a veces pueden quejarse
de dolor. Con frecuencia, la tos será productiva con secreciones purulentas, aunque no siempre.
En la auscultación, habrá disminución de los ruidos respiratorios y respiración bronquial, a
menudo acompañada de estertores crepitantes.
Otros métodos para la profilaxis frente a las NAI son: establecimiento de un protocolo oficial
para cribado de la disfagia, evitar los procedimientos cruentos, posición del cuerpo elevada,
movilización temprana y protocolos establecidos de higiene bucal específicos para el paciente
con ictus.
4.2.5 Abordaje
El abordaje de la NAI incluye el tratamiento con antibióticos y otras intervenciones. En
pacientes con neumonía por aspiración está indicada la terapia antibiótica. La elección de los
antibióticos dependerá del marco en el que se produzca la aspiración, así como también de la
situación del paciente previa a la enfermedad. Sin embargo, habitualmente son necesarios
fármacos antimicrobianos con actividad frente a gramnegativos, como cefalosporinas de tercera
generación, fluoroquinolonas y piperacilina.
Abordaje adicional:
• Drenaje postural y cambios de postura.
• Fisioterapia torácica e higiene bronquial para eliminar secreciones.
• Pueden ser necesarias oxigenoterapia y VNI para mantener la pO2.
• Terapia antibiótica.
• Nutrición adecuada para evitar las complicaciones asociadas a la desnutrición.
• Prevención de nuevas infecciones, especialmente de otras aspiraciones.
4.3.1 Causas
Las causas de obstrucción de las vías respiratorias se localizan:
• En la luz de las vías respiratorias (p. ej., cuerpos extraños, coágulos de sangre, vómitos o
tapones de moco).
• En la pared de las vías respiratorias (p. ej., epiglotitis, edema laríngeo, anafilaxia o
neoplasias).
• Por fuera de la pared (p. ej., traumatismos o hematomas).
4.3.3 Tratamiento
Si el paciente está sintomático, pero sin peligro para la vida, considerar la causa y tratar de la
forma oportuna. En el caso de aspiración de cuerpo extraño, se debe pedir primero al paciente
que tosa de manera enérgica. Si con esta maniobra no se resuelve el problema, deberán
realizarse maniobras manuales o instrumentales adicionales (para medidas de reanimación
cardiopulmonar básica, véase la figura 8).
La eliminación del cuerpo extraño se puede conseguir mediante extracción manual, utilizando
unas pinzas de Magill o una manguera de aspiración grande, o mediante un broncoscopio de
fibra óptica o rígido, dependiendo del tamaño y la localización del cuerpo extraño, del equipo
disponible y de la experiencia del profesional. Si la vía respiratoria está obstruida, es necesaria
la intubación orotraqueal inmediata. Si esto resulta imposible, deberá realizarse una
cricotiroidotomía o traqueostomía de urgencia.
Evaluar gravedad
inconsciente despierto
Los traumatismos externos o los hematomas grandes pueden provocar rápidamente el colapso
total de las vías respiratorias, lo cual requiere la intubación inmediata o la intervención
quirúrgica.
4.3.4 Prevención26
Los procesos fisiológicos normales son responsables de calentar y humidificar el aire que pasa
hacia los pulmones. La capacidad de toser está limitada por la disfagia y la parálisis facial.
El asma es una enfermedad inflamatoria crónica de las vías respiratorias, que predispone a la
obstrucción bronquial aguda en respuesta a una serie de estímulos, entre los que se encuentran
alérgenos e infecciones. En el broncoespasmo se produce constricción muscular lisa, edema
mucoso y producción excesiva de moco.
4.4.2 Abordaje
Se debe administrar oxígeno para mantener la pO2 y se debe colocar al paciente en una posición
erguida. Es preciso vigilar a los pacientes estrechamente. Los signos de inestabilidad
circulatoria deben tratarse de inmediato. En casos graves, deberá realizarse una gasometría
arterial para evaluar los niveles de pCO2 y pO2. La inhalación de fármacos adrenérgicos β (como
el salbutamol o la terbutalina), si fuera necesario, acompañada de bromuro de ipratropio
nebulizado, aliviará los síntomas en la mayoría de los casos. Los corticoesteroides sistémicos
pueden potenciar el efecto adrenérgico β y reducir el edema mucoso. Se puede considerar el uso
de magnesio intravenoso en pacientes con una mala respuesta inicial al tratamiento con
broncodilatadores inhalados o en el estado asmático potencialmente mortal. La teofilina
parenteral tiene escaso valor en la fase aguda de la enfermedad, por lo que debe evitarse.
La embolia pulmonar (EP) es la oclusión de una arteria pulmonar por un trombo. Con
frecuencia, el émbolo se ha desprendido de una trombosis de las venas profundas de la pelvis o
de las piernas. La gravedad del efecto está directamente relacionada con el tamaño del émbolo
y, por tanto, del vaso que ha bloqueado. Es una complicación bastante rara (el 0,5 % de todos
los pacientes con ictus), pero a menudo mortal después de un ictus.
4.5.1 Síntomas
Los principales síntomas de la embolia pulmonar son la aparición súbita de disnea, taquipnea,
taquicardia, dolor torácico pleurítico y, en casos graves, cianosis, choque o incluso parada
cardíaca. La hemoptisis puede indicar infarto pulmonar. Se debe sospechar EP en pacientes con
deterioro súbito y no explicable de la oxigenación acompañado o no de inestabilidad
hemodinámica.
Son síntomas que pueden indicar embolia pulmonar la disnea súbita, cianosis,
taquicardia y dolor torácico pleurítico.
4.5.2 Diagnóstico
El diagnóstico se realiza por la presentación clínica, la radiografía de tórax, el ECG, la
hipoxemia y la exclusión de otras causas probables. La ecocardiografía transtorácica, que se
puede realizar rápidamente como exploración a pie de cama, puede permitir detectar dilatación
ventricular derecha, hipocinesia del ventrículo derecho, movimientos septales paradójicos,
insuficiencia tricuspídea y dilatación de las arterias pulmonares. Si el paciente está estable,
puede realizarse una TAC helicoidal con angiografía pulmonar con contraste.
Figura 9: Posiciones del cuerpo (Fuente: PEARSON EDUCATION, Instructor Resources for Pearson Titles)
5.2 OXIGENOTERAPIA30
5.2 OXIGENOTERAPIA
Algunos pacientes no son capaces de mantener la ventilación debido a problemas de las vías
respiratorias, como tos ineficaz o espasmo bronquial. La obstrucción de las vías respiratorias se
puede manifestar como ruidos hidroaéreos, sibilancias, ronquidos o movimientos paradójicos de
tórax y abdomen.
Las maniobras de extensión de la cabeza y elevación del mentón van dirigidas a abrir una vía
respiratoria bloqueada mediante la relajación de las partes blandas. La elevación de la
mandíbula es una maniobra para aliviar la obstrucción causada por la relajación del paladar
blando. El dedo índice y los demás dedos del enfermero se colocan por detrás del ángulo de la
mandíbula y se ejerce presión hacia arriba y hacia delante. Paralelamente, los pulgares
desplazan el mentón hacia abajo para abrir ligeramente la boca (véase la figura 10).
Dado que estas maniobras pueden no resolver todos los problemas subyacentes, el personal de
enfermería debe estar familiarizado con algunos dispositivos diseñados para ayudar en el
mantenimiento de las vías respiratorias del paciente.
La vía respiratoria faríngea está diseñada para mantener la lengua alejada de la faringe, a fin
de evitar la obstrucción de las vías respiratorias superiores. La elección de una vía respiratoria
artificial de la longitud adecuada y su colocación correcta son importantes para el
funcionamiento de la vía respiratoria. Hay dos tipos de vías respiratorias faríngeas artificiales;
la elección entre un abordaje nasal y uno oral ayuda a diferenciar entre las vías respiratorias.
La vía aérea orofaríngea cosiste en una cánula de plástico rígido y se encuentra disponible en
distintos tamaños para todos los grupos de edades. Para determinar el tamaño necesario, se
debe seleccionar una vía con la longitud correspondiente a la distancia entre los incisivos del
paciente y el ángulo de la mandíbula (véase la figura 11). La elección de una longitud incorrecta
puede agravar la oclusión ya existente de la vía respiratoria. Las vías aéreas orofaríngeas están
contraindicadas en pacientes despiertos y con un reflejo faríngeo intacto, ya que pueden
provocar vómitos o laringoespasmo.
Las vías aéreas nasofaríngeas están hechas de plástico o de goma y están disponibles en
tamaños que van desde lactantes hasta adultos (véase la figura 13). Para seleccionar el tamaño
correcto para un adulto, el personal de enfermería debe medir la vía respiratoria y asegurarse
5.5 FISIOTERAPIA32
5.5 FISIOTERAPIA
La fisioterapia es un componente
fundamental en la prevención y el
tratamiento de los trastornos
respiratorios.
Broncodilatadores,
corticoesteroides y antibióticos son
los fármacos más importantes en
el tratamiento de trastornos
respiratorios.
Por el momento, la ventilación no invasiva (VNI, véase la figura 14) es todavía poco frecuente
en las unidades de ictus. Las indicaciones son el edema pulmonar cardiógeno y las
agudizaciones de la EPOC. La VNI tiene menos riesgos que la invasiva, suponiendo que el
paciente sea colaborador y que se tengan en cuenta las limitaciones del método. Todavía no se
ha determinado el papel que desempeñan la VNI y la CPAP en la prevención de los períodos de
apnea en la fase aguda del ictus.
5.8.1 Indicaciones36
Las lesiones neurológicas focales del mesencéfalo, el cerebelo o el tronco encefálico pueden
afectar de forma adversa a los centros de control de las vías respiratorias. Algunas
enfermedades más difusas pueden amenazar la consciencia con el consiguiente deterioro de los
La obstrucción de las vías respiratorias da lugar a hipoxia e hipercapnia, lo cual deteriora aún
más el control de las vías respiratorias. El consiguiente aumento del trabajo respiratorio
generará una presión intratorácica negativa y, por tanto, favorecerá aún más el colapso de las
vías respiratorias.
5.8.2 Técnicas
Normalmente, las vías respiratorias endotraqueales se colocan a través de la boca. Las vías
respiratorias nasotraqueales se colocan en circunstancias en los que la anatomía, los
traumatismos o el procedimiento en cuestión impiden la colocación directamente a través de la
boca. El tamaño correcto de la vía respiratoria estará determinado por la anatomía del paciente
y por la preferencia del profesional que va a colocarla (un diámetro interno de 7 u 8 mm se
ajustará a la mayoría de los pacientes de sexo femenino o masculino, respectivamente). La
utilización de un estilete curvo que se ajusta a la anatomía de cada paciente mejora el éxito de
la intubación y ayuda a reducir el tiempo transcurrido hasta la colocación de la vía respiratoria
en la tráquea. La vía respiratoria tiene un adaptador de 15 mm para adultos, que conecta con
los sistemas de ambú de reanimación convencionales, así como también con el sistema de vías
del ventilador. Puesto que se debe suponer que los pacientes de urgencias nunca están en
ayunas, siempre debe de haber disponible en la sala un sistema de aspiración potente.
Figura 15: Colocación de una vía aérea supraglótica y mascarilla laríngea © ERC 2010
Véase el módulo del SNC 8 Cuidados neurocríticos - Estudios de casos y ejercicios: revise las
preguntas o los estudios de casos y trabaje en los ejercicios de autoevaluación
correspondientes.38
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1
cf. Chellel 2010, p. 16
2
cf. Jauch et al. 2013, p. 888
3
cf. Margereson/Withey 2012, p. 93 f.
4
Representación propia basada en Jevon 2012. pág. 39 f.
5
cf. Margereson/Withey 2012, p. 95 f.
6
cf. Jevon 2012, p. 41.
7
cf. Chellel 2010, p. 35 f.
8
cf. Chellel 2010, p. 35 f.
9
cf. Chellel 2010, p. 35 f.
10
cf. Chellel 2010, p. 35 f.
11
cf. Chellel 2010, p. 35 f.
12
cf. Jevon 2012, p. 50
13
cf. Margereson/Withey 2012, p. 88
14
cf. Jevon 2012, p. 53
15
cf. Jevon 2012, p. 69
16
Cf. Zhang et al. 2013; Cinar et al. 2012
17
cf. Chellel 2010, p. 24
18
cf. Jevon 2012, p. 57
19
cf. Chellel 2010, p. 25
20
cf. Chellel 2010, p. 27
21
Representación propia basada en Chellel 2010, pág. 31
22
cf. Adam 2009, p. 230
23
cf. Marik 2010, p. 233 f.; Hannawi et al. 2013; Kwok et al. 2015; Wagner et al. 2015
24
Hannawi et al. 2013
25
cf. Kellum 2008, p. 278
26
cf. Adam 2009, p. 278
27
cf. Adam 2009, p. 231
28
cf. Adam 2009, p. 236; Marik 2010, p. 248 f
29
cf. Chellel 2010, p. 46
30
cf. Chellel 2010, p. 47
31
cf. Brady 2013, p. 57
32
cf. Chellel 2010, p. 48
33
cf. Chellel 2010, p. 48
34
cf. cf. Margereson/Withey 2012, p. 102
35
cf. Souter 2012, p. 13 f.