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DIVISIÓN DE ESTUDIOS JURÍDICOS

DE GACETA JURÍDICA

MANUAL DEL
PROCESO CIVIL
TODAS LAS FIGURAS PROCESALES
A TRAVÉS DE SUS FUENTES
DOCTRINARIAS Y JURISPRUDENCIALES

TOMO I
MANUAL DEL PROCESO CIVIL
TODAS LAS FIGURAS PROCESALES A TRAVÉS DE SUS
FUENTES DOCTRINARIAS Y JURISPRUDENCIALES
DIVISIÓN DE ESTUDIOS JURÍDICOS
DE GACETA JURÍDICA

MANUAL DEL
MANUAL DEL PROCESO CIVIL
Todas las figuras procesales a través de sus
fuentes doctrinarias y jurisprudenciales
TOMO I

PRIMERA EDICIÓN ABRIL 2015


4,440 ejemplares

© División de Estudios
Jurídicos de Gaceta Jurídica

PROHIBIDA SU REPRODUCCIÓN TOTAL O PARCIAL


DERECHOS RESERVADOS
D.LEG. Nº 822
HECHO EL DEPÓSITO LEGAL EN LA
BIBLIOTECA NACIONAL DEL PERÚ
2015-04845

LEY Nº 26905 / D.S. Nº 017-98-ED

ISBN OBRA COMPLETA: 978-612-311-243-1

ISBN TOMO I: 978-612-311-244-8


REGISTRO DE PROYECTO EDITORIAL 11501221500441

DIAGRAMACIÓN DE CARÁTULA
Martha Hildago Rivero

DIAGRAMACIÓN DE INTERIORES
Miguel Ángel Salinas Arica

Gaceta Jurídica S.A.

Angamos Oeste 526-Miraflores


Lima 18-Perú
Central Telefónica: (01)710-8900 Fax: 241-2323
E-mail: ventas@gacetajuridica.com.pe
Impreso en:
Imprenta Editorial El Búho E.I.R.L.
San Alberto 201–Surquillo Lima
34–Perú

PRESENTACIÓN

El proceso civil, como vía para discutir y resolver las pretensiones que
las partes ponen a conocimiento del juzgador, se manifiesta a través de una
secuencia de actos sucesivos, de fases concatenadas unas con otras o unas
después de otras, siguiendo un orden lógico, dentro de las cuales las partes y
los demás sujetos que intervienen en el proceso cumplen con el rol que a
cada uno le corresponde según las facultades, obligaciones, deberes, cargas o
derechos que la ley les impone.
La normativa sobre el proceso civil se ocupa de regular
ordenadamente, entre otros, los actos postulatorios, los actos probatorios, los
actos impugnatorios, los actos resolutivos y, en general, toda la actividad
procesal y sus diversas categorías, todos los cuales constituyen en el fondo
una unidad. El proceso civil visto así, como una unidad, representa una
entidad jurídica compleja conformada por una pluralidad de elementos,
respecto de los cuales es necesario conocer su esencia aisladamente
considerada y sus múltiples interrelaciones; de ahí la justificación de una
obra como esta, en la que se expone detalladamente la doctrina más
representativa y actual relacionada con todas las instituciones y figuras
jurídicas del proceso civil.

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Esta forma de desarrollar la disciplina permite poner al alcance del
lector, sea abogado litigante, asesor, magistrado o auxiliar de justicia, la
doctrina que da sustento a esa pluralidad de elementos que componen la
relación jurídica procesal, coadyuvando a la comprensión de su significado,
función y fines, así como destacando su carácter científico.
Pero, como es natural, todo estudio teórico no se considera completo si
no se manifiesta, a su vez, en el ámbito de la práctica; por eso es que en la
presente obra también se incluye esta visión, la cual está representada por la
jurisprudencia de los tribunales. En suma, la conjunción de las fuentes
doctrinarias y la jurisprudencia casatoria, permitirán al operador del sistema
de justicia
entender mejor las disposiciones normativas del proceso civil y encontrarle
su verdadero sentido e interpretación.
No dudamos, pues, de que este nuevo esfuerzo editorial tendrá la misma
o mejor acogida que otras obras de este tipo que viene publicando nuestro
sello editorial.
GACETA JURÍDICA

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MANUAL DEL PROCESO CIVIL

CAPITULO I

LOS ORGANOS JUDICIALES


Y SUS AUXILIARES

1. JURISDICCION
En palabras de Rosenberg, “... la jurisdicción en sentido estricto, llamada
también justicia o administración de justicia, poder tribunalicio, poder judicial
(...) o ‘poder de jurisdicción’ (...) consiste preferentemente en la aplicación del
derecho objetivo al caso concreto y es ejercida por los tribunales a petición de
una parte. Los tribunales a que pertenece la jurisdicción tienen por ello la
capacidad de resolución eficaz de las controversias abarcadas por la
jurisdicción...” (ROSENBERG, 1955, Tomo I: 46).
A criterio de Véscovi, “la jurisdicción (...) es la función estatal que tiene el
cometido de dirimir los conflictos entre los individuos para imponer el derecho.
Como su etimología lo expresa, significa ‘decir el derecho’ (juris dictio)
aunque, en la concepción más moderna, no sólo es eso (juzgar) sino también
ejecutar lo juzgado...” (VESCOVI, 1999: 5). Dicho autor precisa que “... la
potestad jurisdiccional (...) es el poder-deber de (...) imponer la norma jurídica
resolviendo los casos concretos con el fin de lograr la paz social mediante la
imposición del derecho. Naturalmente que en su realización satisface intereses
privados (y derechos subjetivos) al cumplir dicha función pública” (VESCOVI,
1999: 99).
Devis Echandía anota que, en sentido estricto, “... por jurisdicción se
entiende la función pública de administrar justicia, emanada de la soberanía del
Estado y ejercida por un órgano especial. Tiene por fin la realización o
declaración del derecho y la tutela de la libertad individual y del orden jurídico,
mediante la aplicación de la ley en los casos concretos, para obtener la armonía
y la paz sociales...” (DEVIS ECHANDIA, 1984, Tomo I: 73). El mencionado
tratadista termina definiendo a la jurisdicción como “... la soberanía del Estado,
aplicada por conducto del órgano especial a la función de administrar justicia,
principalmente para la realización o garantía del derecho objetivo y de la
libertad y de la dignidad humanas, y secundariamente para la composición de
los litigios o para dar certeza jurídica a los derechos subjetivos (...), mediante

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la aplicación de la ley a casos concretos, de acuerdo con determinados
procedimientos y mediante decisiones obligatorias” (DEVIS ECHANDIA,
1984, Tomo I: 77).
En opinión de Montero Aroca, Gómez Colomer, Montón Redondo y
Barona Vilar:
“… La jurisdicción es la potestad dimanante de la soberanía del estado, ejercida
exclusivamente por los juzgados y tribunales, integrados por jueces y
magistrados independientes, de realizar el derecho en el caso concreto
juzgando de modo irrevocable y ejecutando lo juzgado.

(…)

La jurisdicción para existir como tal tiene que referirse a un doble juego de
condiciones:
1.°) Los órganos a los que se atribuye la potestad no pueden ser
cualesquiera, sino que han de estar revestidos de una serie de
cualidades propias que los distinguen de los demás órganos del estado;
estos órganos son los juzgados y tribunales, en los que los titulares de
la potestad son los jueces y magistrados.
2.°) La función que se asigna a esos órganos cualifica también la
potestad…” (MONTERO AROCA; GOMEZ COLOMER; MONTON
REDONDO; y BARONA VILAR, 2003, Tomo I: 38).
Al respecto, Couture nos informa que el vocablo jurisdicción tiene, por lo
menos, cuatro acepciones: “... como ámbito territorial; como sinónimo de
competencia; como conjunto de poderes o autoridad de ciertos órganos del
poder público; y su sentido preciso y técnico de función pública de hacer
justicia” (COUTURE, 1985: 27). “La primera de las acepciones mencionadas es
la que dice relación con un ámbito territorial determinado” (COUTURE, 1985:
27). En cuanto a la segunda acepción (jurisdicción como sinónimo de
competencia), Couture refiere lo siguiente: “La competencia es una medida de
la jurisdicción. Todos los jueces tienen jurisdicción; pero no todos tienen
competencia para conocer en un determinado asunto. Un juez competente es, al
mismo tiempo, juez con jurisdicción; pero un juez incompetente es un juez con
jurisdicción y sin competencia. La competencia es el fragmento de jurisdicción
atribuido a un juez. La relación entre la jurisdicción y la competencia, es la
relación que existe entre el todo y la parte. La jurisdicción es el todo; la

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MANUAL DEL PROCESO CIVIL

competencia es la parte: un fragmento de la jurisdicción. La competencia es la


potestad de jurisdicción para una parte del sector

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LOS ORGANOS JUDICIALES Y SUS AUXILIARES

jurídico: aquel específicamente asignado al conocimiento de determinado


órgano jurisdiccional. En todo aquello que no le ha sido atribuido, un juez,
aunque siga teniendo jurisdicción, es incompetente” (COUTURE, 1985: 29).
Couture, acerca de la tercera acepción de la jurisdicción (como conjunto de
poderes o autoridad de ciertos órganos del poder público), anota que “la noción
de jurisdicción como poder es insuficiente porque la jurisdicción es un poder-
deber. Junto a la facultad de juzgar, el juez tiene el deber administrativo de
hacerlo. El concepto de poder debe ser sustituido por el concepto de función”
(COUTURE, 1985: 29-30). Couture, en lo concerniente a la cuarta acepción de
la jurisdicción (como función pública de hacer justicia), concluye que la
jurisdicción es la “... función pública, realizada por órganos competentes del
Estado, con las formas requeridas por la ley, en virtud de la cual, por acto de
juicio, se determina el derecho de las partes, con el objeto de dirimir sus
conflictos y controversias de relevancia jurídica, mediante decisiones con
autoridad de cosa juzgada, eventualmente factibles de ejecución” (COUTURE,
1985: 40).
Devis Echandía, acerca de los caracteres de la jurisdicción, afirma que ésta
“... es autónoma, puesto que cada Estado la ejerce soberanamente, y es
exclusiva, tanto en el sentido de que los particulares no pueden ejercerla, como
porque cada Estado la aplica con prescindencia y exclusión de los otros y debe
ser independiente, frente a los otros órganos del Estado y a los particulares. Es
también única, es decir, que sólo existe una jurisdicción del Estado, como
función, derecho y deber de éste; pero suele hablarse de sus varias ramas para
indicar la forma como la ley distribuye su ejercicio entre diversos órganos y
funcionarios especializados, para el mejor cumplimiento de sus fines” (DEVIS
ECHANDIA, 1984, Tomo I: 75).
Aldo Bacre asevera que son características de la jurisdicción las siguientes:

“- Es un servicio público, en cuanto importa (...) el ejercicio de una función


pública (...).
- Es primaria: Históricamente, inicia la actividad jurídica del Estado; el
juez nace antes que el legislador (...).
- Es un poder-deber: Del Estado, que emana de la soberanía, que se
ejercita mediante la actividad del Poder Judicial. Es un poder, porque
el Estado ha asumido el monopolio de la fuerza impidiendo la
autodefensa de los derechos, quienes estarán tutelados por el mismo
Estado. Pero, además, es un deber, porque al eliminar la razón de la
fuerza por la fuerza de la razón a través de la sentencia de un tercero

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MANUAL DEL PROCESO CIVIL

imparcial, no pueden dejar de cumplir, los órganos encargados de


administrar justicia, con su misión de juzgar (...).
- Es inderogable: Tratándose de un poder-deber que emana de la
soberanía, los particulares carecen de la potestad de disponer de ella; la
jurisdicción es en este sentido ‘inderogable’ (...).

- Es indelegable: (...) El ejercicio de la jurisdicción es intransferible en


forma absoluta: la persona a quien el juez delegara el ejercicio de la
jurisdicción sería un no-juez, y sus actos ‘inexistentes’, jurídicamente
hablando.

- Es única: La jurisdicción es una función única e indivisible (...).


- Es una actividad de sustitución: No son las partes las que deciden
quién de las dos tiene razón en un concreto conflicto, sino el órgano
jurisdiccional, representado por el juez” (BACRE, 1986, Tomo I: 108-
110).
En lo que atañe a los poderes que emanan de la jurisdicción, Oderigo anota
lo siguiente:
“Generalmente se reconocen cinco elementos integrantes de la función
jurisdiccional, representativos de otras tantas aptitudes o potestades del juez
para el cumplimiento de su misión de administrar justicia; y se las
menciona siguiendo el orden temporal en que, esquemáticamente, éste las
utiliza: notio, vocatio, coertio, iuditium y executio.
a) Notio.- Es la aptitud judicial de conocer en el asunto de que se trate, de
conocer en la causa; aptitud imprescindible, indiscutible, porque el
juez, como todo el mundo, debe actuar con conocimiento de causa.
Puesto que se ha de ver en la obligación de dictar sentencia, de
producir ese acto culminante de su función que se llama sentencia, se
debe poner en sus manos las facultades necesarias para adquirir esa
noción.
De esta necesidad, derivan las posibilidades instructorias del juez, que las
leyes reconocen y regulan, sea para actuar directamente en la
adquisición de las probanzas, o para atender los requerimientos
probatorios de las demás personas interesadas en el proceso (...).

(...)

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LOS ORGANOS JUDICIALES Y SUS AUXILIARES

b) Vocatio.- Es la aptitud de convocar a las partes, de llamarlas, de


ligarlas a la empresa procesal, sometiéndolas jurídicamente a sus
consecuencias.

(...)
c) Coertio.- Es la aptitud de disponer de la fuerza para obtener el
cumplimiento de las diligencias decretadas durante la tramitación del
proceso.
(...)
d) Iuditium.- Es la aptitud de dictar la sentencia definitiva que decida el
conflicto; la aptitud judicial más importante, porque se refiere al acto
de juicio hacia el cual se encamina toda la actividad procesal, del juez
y de las partes, y de sus respectivos auxiliares.

(...)
e) Executio.- Igualmente que la coertio, la executio consiste en la aptitud
judicial de recurrir a la fuerza; pero se diferencia de aquélla en que se
refiere a la fuerza necesaria para el cumplimiento de la sentencia
definitiva, y no a las diligencias decretadas durante el desarrollo del
proceso” (ODERIGO, 1989, Tomo I: 215-226).

2. ORGANOS JUDICIALES

2.1 Concepto de Juez u órgano judicial


Micheli señala que “... con la locución ‘juez’, la ley quiere, de ordinario,
referirse al órgano juzgador, considerado en su unidad (y, por consiguiente,
también si está compuesto de varios miembros) y en su continuidad en el
tiempo, prescindiendo, por consiguiente, de las personas físicas que, en un cierto
momento, personifican el oficio. En algunos casos, sin embargo, la ley procesal
toma en consideración directa la persona física del magistrado -que constituye o
concurre a constituir el órgano juzgador-, cuando esto es necesario a causa de
una relación particular entre magistrado y proceso, como ocurre en tema de
abstención, de recusación y de responsabilidad civil (...). Con el término ‘juez’
se entiende normalmente el órgano que ‘administra justicia civil’ (...) ya esté
formado por uno o por varios miembros...” (MICHELI, 1970, Volumen I: 124-
125).
D’onofrio dice del Juez lo siguiente:

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MANUAL DEL PROCESO CIVIL

“... (Es) una persona individual (o colegiada), que tiene por oficio propio
declarar, con fuerza obligatoria para las partes, cuál sea, en cada
caso, la voluntad de la ley (...).
(...) Ante todo, el juez debe ser Extraño a las Partes (...); el juez
representa un interés diverso, es decir, el del Estado en la actuación de
la ley y, generalmente, en la composición del conflicto surgido entre
las partes mediante la aplicación de una norma jurídica (...).

(...)
(...) La función específica del juez es la de declarar la voluntad de la ley,
con efecto vinculativo para las partes, en los casos concretos”
(D’ONOFRIO, 1945: 54-55).
Lino Palacio, en lo que concierne a la noción de órgano judicial, predica lo
siguiente:
“... Todo proceso requiere, como elemento subjetivo esencial, la
intervención de un órgano del Estado (o equiparado a esa categoría) a
quien incumbe como función primordial, la de dirimir conflictos
jurídicos suscitados entre partes (proceso contencioso), y,
eventualmente, la de constituir, integrar o acordar eficacia a relaciones
de derecho privado (proceso voluntario).
(...) Debe entenderse por órgano del Estado, en sentido jurídico material, al
funcionario público que actuando individualmente o en colegio con
otros de la misma jerarquía, se halla investido de la potestad de crear
normas provistas de fuerza obligatoria para sus posibles destinatarios.
En el proceso judicial, cada uno de los órganos del Estado a quienes
corresponde esa potestad se encuentra personificado en un funcionario,
o conjunto de funcionarios, denominados jueces, quienes revisten el
carácter de sujetos primarios de aquél y cumplen la función pública
procesal en los fundamentales aspectos de dirección, decisión y
ejecución.
(...) Cabe por lo tanto definir al órgano judicial como al sujeto primario del
proceso, representado por un juez o por un conjunto de jueces,
investido de la potestad de satisfacer la pretensión o la petición
extracontenciosa que constituye el objeto de aquél.

(...)

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LOS ORGANOS JUDICIALES Y SUS AUXILIARES

(...) Desde otro punto de vista, la noción de órgano judicial comprende no


sólo al sujeto procesal primario que hemos caracterizado
precedentemente, sino también a otras personas que integran, junto con
aquél, aunque en una posición subordinada, cada una de las unidades
administrativas de que se compone el poder judicial. De conformidad
con esta segunda acepción, puede concebirse al órgano judicial como
un agregado o reunión de personas que se hallan adscritas a él con
carácter estable y cuyas respectivas actividades tienden, en forma
coordinada, al cumplimiento integral de la función pública procesal.
Este concepto resulta incluso aplicable a los denominados órganos
judiciales unipersonales, porque la unipersonalidad queda entonces
referida a una de las categorías en que revista el personal del órgano...”
(PALACIO, 1979, Tomo II: 7-9).
2.2 Clases de órganos judiciales
Lino Palacio, en cuanto a las clases de órganos judiciales, señala que:
“Desde el punto de vista del carácter y del número de las personas que
integran la categoría que hemos llamado juzgadora, los órganos
judiciales pueden clasificarse, respectivamente, en técnicos y legos y
en unipersonales y colegiados.
Si nos atenemos, en cambio, a la índole definitiva o no de sus decisiones,
los órganos judiciales pueden ser de conocimiento en instancia única
o en instancia plural” (PALACIO, 1979, Tomo II: 12).
Véscovi, en relación con el órgano judicial unipersonal y el órgano judicial
colegiado, enseña lo siguiente:
“A favor del primero se aduce la rapidez, la sencillez, la economía.
También la responsabilidad, que queda bien perfilada y no se diluye
como en el otro sistema.
En defensa de la colegialidad se dice que se obtiene una mejor justicia,
con menos margen de error, producto no sólo del número sino de la
deliberación.
En la mayoría de los países se prefiere el sistema unipersonal para los
tribunales inferiores (generalmente de primera instancia), y el
colegiado, para los tribunales superiores (segunda instancia) o de
recursos extraordinarios (casación, revisión, etc.).

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MANUAL DEL PROCESO CIVIL

Esto implica, en cierto modo, reconocer la superioridad del segundo


sistema, el colegiado, el cual se impone, inclusive, en los casos de
instancia única.
Lo importante en materia del tribunal colegiado, es que funcione como tal,
de modo que todos los integrantes tengan las mismas funciones y la
deliberación se realice efectivamente (y no mediante la sola adhesión
al voto de un ponente que lee el expediente, o por relatores que hacen
el resumen al magistrado y éste opina sobre el mismo)...” (VESCOVI,
1999: 118-119).
De acuerdo a lo normado en el artículo 49 del Código Procesal Civil, son
órganos jurisdiccionales en el área civil:

- Los Jueces de Paz (no letrados).


- Los Jueces de Paz Letrados.

- Los Jueces Civiles.

- Las Salas Civiles de las Cortes Superiores.

- Las Salas Civiles de la Corte Suprema.


También conocen de asuntos civiles los Jueces y Salas de Familia, los
Jueces y Salas Comerciales, así como la Sala de Derecho Constitucional y
Social de la Corte Suprema de Justicia. Esta última conoce, entre otras
cuestiones: A. del recurso de casación en las acciones de expropiación; y B. de
los demás asuntos que establece la ley (art. 35 -incs. 6) y 8)- de la L.O.P.J.).

2.2.1 Jueces de Paz (no letrados)


Por mandato del artículo 16 de la Ley de Justicia de Paz (Ley Nro. 29824,
del 02-01-2012), el juez de paz (no letrado) puede conocer las siguientes
materias:
1. Alimentos y procesos derivados y conexos a éstos, cuando el vínculo
familiar esté fehacientemente acreditado, o cuando no estando
acreditado ambas partes se allanen a su competencia.
2. Conflictos patrimoniales por un valor de hasta treinta (30) Unidades de
Referencia Procesal.

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LOS ORGANOS JUDICIALES Y SUS AUXILIARES

3. Faltas (conocerá de este proceso excepcionalmente cuando no exista


juez de paz letrado, siendo las respectivas Cortes Superiores las que
fijen los juzgados de paz que pueden conocer de los procesos por
faltas).
4. Violencia familiar, en los casos en que no exista un juzgado de paz
letrado.
5. Sumarias intervenciones respecto de menores que han cometido acto
antisocial y con el solo objeto de dictar órdenes provisionales y
urgentes, sobre tenencia o guarda del menor en situación de abandono
o peligro moral (concluida su intervención remite de inmediato lo
actuado al juez que corresponda); adicionalmente dicta medidas
urgentes y de protección a favor del niño o adolescente, en los casos de
violencia familiar.
6. Otros derechos de libre disponibilidad de las partes.
7. Las demás que correspondan de acuerdo a ley.
Además, conforme al artículo 17 de la Ley Nro. 29824, en los centros
poblados donde no exista notario, el juez de paz está facultado para ejercer las
funciones notariales señaladas en dicho precepto legal.
Por último, el juez de paz (según el art. 18 de la Ley Nro. 29824) es
competente para tramitar exhortos por requerimiento de otro órgano
jurisdiccional en materia de notificaciones, declaración testimonial e inspección
judicial, así como para ejecutar (por delegación o encargo de otro juez) los actos
previstos en la ley que le sean requeridos.

2.2.2 Jueces de Paz Letrados


De conformidad con lo dispuesto en el artículo 57 de la Ley Orgánica del
Poder Judicial, los Juzgados de Paz Letrados (además de contar con las
funciones notariales a que se contrae el art. 58 de la L.O.P.J.: sobre escrituras
imperfectas, protestos y legalizaciones) conocen:

- En materia civil:
1. De las acciones derivadas de actos o contratos civiles o
comerciales, inclusive las acciones interdictales, posesorias o de
propiedad de bienes muebles o inmuebles, siempre que estén

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MANUAL DEL PROCESO CIVIL

dentro de la cuantía señalada por el Consejo Ejecutivo del Poder


Judicial.
2. De las acciones de desahucio y de aviso de despedida (léase
procesos de desalojo), conforme a la cuantía que establece el
Consejo Ejecutivo del Poder Judicial.
3. De los procedimientos de jurisdicción voluntaria que establezca la
ley, diligencias preparatorias (léase prueba anticipada) y
legalización de libros contables y otros.
4. De las acciones relativas al Derecho Alimentario, con la cuantía y
los requisitos señalados por el Consejo Ejecutivo del Poder
Judicial.
5. De las tercerías excluyentes de propiedad, derivadas de los
procesos de su conocimiento. Si en éstas no se dispone el
levantamiento del embargo (léase medida cautelar), el Juez de Paz
Letrado remite lo actuado al Juez Especializado que corresponda,
para la continuación del trámite. En los otros casos levanta el
embargo, dando por terminada la tercería.
6. De los asuntos relativos a indemnizaciones derivadas de
accidentes de tránsito, siempre que estén dentro de la cuantía que
establece el Consejo Ejecutivo del Poder Judicial.
7. De los procesos ejecutivos (léase procesos únicos de ejecución),
hasta la cuantía que señale el Consejo Ejecutivo del Poder
Judicial.
8. De las acciones de filiación extramatrimonial previstas en el
artículo 402 inciso 6) del Código Civil. El referido inciso
prescribe: A. que la paternidad extramatrimonial puede ser
judicialmente declarada cuando se acredite el vínculo parental
entre el presunto padre y el hijo a través de la prueba del ADN u
otras pruebas genéticas o científicas con igual o mayor grado de
certeza; B. que lo dispuesto en el inciso 6) del art. 402 del Código
Civil no es aplicable respecto del hijo de la mujer casada cuyo
marido no hubiese negado la paternidad; y C. que el juez
desestimará las presunciones de paternidad extramatrimonial de
los incisos 1) a 5) del art. 402 del Código Civil cuando se hubiera
realizado una prueba genética u otra de validez científica con
igual o mayor grado de certeza. El presente inciso 8) guarda

18
LOS ORGANOS JUDICIALES Y SUS AUXILIARES

concordancia con lo dispuesto en el artículo 1 de la Ley Nro.


28457, del cual se desprende que es el Juez de Paz Letrado el
órgano jurisdiccional competente para conocer del proceso de
filiación judicial de paternidad extramatrimonial (regulado en la
citada Ley Nro. 28457).
9. De los demás que señala la ley.

2.2.3 Jueces Civiles


Según el artículo 49 de la Ley Orgánica del Poder Judicial, los Juzgados
Civiles conocen:
1. De los asuntos en materia civil, que no sean de competencia de otros
Juzgados Especializados.
2. De las acciones de amparo.
3. De los asuntos que les corresponden a los Juzgados de Menores (léase
Juzgados de Familia), de Trabajo y Agrario, en los lugares donde no
existan éstos.
4. De los asuntos civiles contra el Estado, en las sedes de los Distritos
Judiciales.
5. En grado de apelación, los asuntos de su competencia que resuelven los
Juzgados de Paz Letrados.
6. De los demás asuntos que les corresponda conforme a ley.

2.2.4 Jueces de Familia


Conforme lo señala el artículo 53 de la Ley Orgánica del Poder Judicial, los
Juzgados de Familia conocen:
- En materia civil:
a) Las pretensiones relativas a las disposiciones generales del
Derecho de Familia y a la sociedad conyugal, contenidas en las
Secciones Primera y Segunda del Libro III del Código Civil y en
el Capítulo X del Título I del Libro Tercero del Código de los
Niños y Adolescentes (la remisión actual debe entenderse hecha
al Capítulo IX - “Matrimonio de adolescentes”- del Título I - “La
familia y los adultos responsables de los niños y adolescentes”-

19
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

del Libro Tercero - “Instituciones familiares”- del Código de los


Niños y Adolescentes vigente: Ley Nro. 27337).
b) Las pretensiones concernientes a la sociedad paterno-filial, con
excepción de la adopción de niños y adolescentes, contenidas en
la Sección Tercera del Libro III del Código Civil, y en los
Capítulos I, II, III, VIII y IX del Libro Tercero del Código de los
Niños y Adolescentes (la remisión actual debe entenderse hecha a
los Capítulos I, II, III, VII y VIII del Libro Tercero del Código de
los Niños y Adolescentes vigente: Ley Nro. 27337), y de la
filiación extramatrimonial prevista en el artículo 402 inciso 6) del
Código Civil. Sobre esto último, cabe indicar que, según se colige
del artículo 5 de la Ley Nro. 28457, el Juez de Familia es el
órgano jurisdiccional competente para conocer de la apelación de
la resolución que declara la paternidad, de la que ampara la
oposición y de la que se pronuncia sobre la pretensión acumulada
de alimentos, si fuera el caso (resoluciones emanadas del Juez de
Paz Letrado), en el proceso de filiación judicial de paternidad
extramatrimonial (regulado en la mencionada Ley Nro. 28457).
c) Las pretensiones referidas al derecho alimentario, contenidas en el
Capítulo I del Título I de la Sección Cuarta del Libro III del
Código Civil y en el Capítulo IV del Título I del Libro Tercero
del Código de los Niños y Adolescentes (la remisión actual debe
entenderse hecha al Capítulo IV del Título I del Libro Tercero del
Código de los Niños y Adolescentes vigente: Ley Nro. 27337).
d) Los procesos no contenciosos de inventarios, administración
judicial de bienes, declaración judicial de desaparición, ausencia o
muerte presunta y la inscripción de partidas a que se refiere la
Sección Sexta del Código Procesal Civil, si involucran a niños o
adolescentes; así como la constitución de patrimonio familiar si el
constituyente es un menor de edad.
e) Las acciones por intereses difusos regulados por el Artículo 204
del Código de los Niños y Adolescentes (la remisión actual debe
entenderse hecha al art. 180 del Código de los Niños y
Adolescentes vigente: Ley Nro. 27337).
f) Las autorizaciones de competencia judicial para viaje con niños y
adolescentes.

20
LOS ORGANOS JUDICIALES Y SUS AUXILIARES

g) Las medidas cautelares y de protección y las demás de naturaleza


civil.
- En materia tutelar:
a) La investigación tutelar en todos los casos que refiere el Código de
los Niños y Adolescentes.
b) Las pretensiones referidas a la adopción de niños y adolescentes,
contenidas en el Título II del Libro Tercero del Código de los
Niños y Adolescentes (la remisión actual debe entenderse hecha al
Título II del Libro Tercero del Código de los Niños y
Adolescentes vigente: Ley Nro. 27337).
c) Las pretensiones relativas a la prevención y protección frente a la
violencia familiar.
d) Las pretensiones referidas a la protección de los derechos de los
niños y adolescentes contenidas en el Código de los Niños y
Adolescentes, con excepción de las que se indican en el Artículo 5
(la remisión actual debe entenderse hecha al artículo 5 de la Ley
Nro. 27337, según el cual: el niño y el adolescente tiene derecho a
la libertad, no pudiendo ser detenidos o privados de su libertad,
salvo los casos de detención por mandato judicial o de flagrante
infracción a la ley penal).
e) Las pretensiones concernientes al estado y capacidad de la
persona, contenidas en la Sección Primera del Libro I del Código
Civil.
f) Las pretensiones referidas a las instituciones de amparo familiar,
con excepción de las concernientes al derecho alimentario,
contenidas en la Sección Cuarta del Libro III del Código Civil y en
los Capítulos V, VI y VII del Título I del Libro Tercero del
Código de los Niños y Adolescentes (la remisión actual debe
entenderse hecha a los Capítulos V y VI del Título I del Libro
Tercero del Código de los Niños y Adolescentes vigente: Ley Nro.
27337).
- En materia de infracciones:
a) Las infracciones a la ley penal cometidas por niños y adolescentes
como autores o como partícipes de un hecho punible tipificado
como delito o falta.

21
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

2.2.5 Jueces Comerciales


De acuerdo a lo normado en el numeral 1 del apartado Primero de la
Resolución Administrativa Nro. 006-2004-SP-CS (del 30-09-2004), que crea la
subespecialidad comercial dentro de la especialidad civil de los órganos
jurisdiccionales, los Juzgados de la subespecialidad Comercial conocen:
a. Las pretensiones referidas a la Ley de Títulos Valores y en general las
acciones cambiarias, causales y de enriquecimiento sin causa
derivadas de títulos valores y los procesos ejecutivos (entiéndase
procesos únicos de ejecución) y de ejecución de garantías.
b. Las pretensiones derivadas de la Ley General de Sociedades así como
las normas que regulan las empresas individuales de responsabilidad
limitada, las pequeñas y medianas empresas y las empresas
unipersonales de responsabilidad ilimitada.
c. Las pretensiones en materia financiera y de seguros derivadas de la
Ley General del Sistema Financiero y del Sistema de Seguros y
Orgánica de la Superintendencia de Banca y Seguros.
d. Las pretensiones derivadas de las actividades y operaciones reguladas
por el TUO (Texto Unico Ordenado) de la Ley del Mercado de
Valores y demás normas complementarias y conexas.
e. Las pretensiones derivadas de la contratación mercantil, entre otros,
comisión mercantil, prenda mercantil, leasing, factoring, franquicia
(franchising), licencia de transferencia de saber o de tecnología (know
how), edición, distribución, concesión comercial, auspicio o patrocinio
(sponsorship), riesgo compartido o aventura conjunta (joint venture),
agencia, corretaje y los contratos derivados de operaciones de
comercio exterior.
f. Las pretensiones referidas al transporte terrestre, marítimo, fluvial,
lacustre y aeronáutico de bienes en general.
g. La prueba anticipada, tercerías y las medidas cautelares referidas a las
materias antes señaladas.
h. Las pretensiones (sobre designación de árbitros, recusación de
árbitros, auxilio jurisdiccional para la actuación de pruebas y
ejecución de medidas cautelares, adopción de medidas cautelares y
ejecución de laudos arbitrales) señaladas en la novena disposición

22
LOS ORGANOS JUDICIALES Y SUS AUXILIARES

complementaria y transitoria de la Ley General de Arbitraje (Ley Nro.


26572) que se refieren a las materias señaladas en los incisos a) al f)
del numeral 1 del apartado Primero de la Resolución Administrativa
Nro. 006-2004-SPCS, citados anteriormente. Al respecto, cabe indicar
que dicha Ley fue derogada, por lo que hay que remitirse a lo
dispuesto en el vigente Decreto Legislativo que norma el Arbitraje
(Decreto Legislativo Nro. 1071, del 27-06-2008).
i. En grado de apelación, los procesos resueltos por los Juzgados de Paz
Letrados sobre los asuntos en materia comercial.

j. De los demás asuntos que les corresponda conforme a ley.


Puntualizamos que, según se infiere del apartado Segundo de la Resolución
Administrativa Nro. 006-2004-SP-CS, en ningún caso, los Juzgados de la
subespecialidad Comercial conocerán procesos contenciosos administrativos ni
tampoco acciones de amparo derivados de las materias indicadas en el apartado
Primero de la mencionada Resolución Administrativa (ver, además, el punto
2.2.8 del presente Capítulo de la obra).

2.2.6 Salas Civiles de las Cortes Superiores


El artículo 40 de la Ley Orgánica del Poder Judicial preceptúa que las Salas
Civiles de las Cortes Superiores conocen:
A) De los recursos de apelación de su competencia conforme a ley (art. 40
-inc. 1)- de la L.O.P.J.).
B) De las quejas de derecho y contiendas de competencia que les
corresponde conforme a ley (art. 40 -inc. 2)- de la L.O.P.J.).
C) De los demás procesos que establece la Ley (art. 40 -inc. 6)- de la
L.O.P.J.).

2.2.7 Salas de Familia


Con arreglo a lo previsto en el artículo 43-A de la Ley Orgánica del Poder
Judicial, las Salas de Familia conocen:
1. En grado de apelación, los procesos resueltos por los Juzgados de
Familia.

23
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

2. De las contiendas de competencia promovidas entre Juzgados de


Familia del mismo distrito judicial y entre éstos y otros Juzgados de
distinta especialidad de su jurisdicción territorial.
3. De las quejas de derecho por denegatoria del recurso de apelación.
4. De los demás asuntos que la Ley señala.

2.2.8 Salas Comerciales


Conforme lo establece el numeral 2 del apartado Primero de la Resolución
Administrativa Nro. 006-2004-SP-CS (del 30-09-2004), que crea la
subespecialidad comercial dentro de la especialidad civil de los órganos
jurisdiccionales, las Salas Superiores de la subespecialidad Comercial conocen:
a. En grado de apelación, los procesos resueltos por los Juzgados de la
subespecialidad Comercial, así como las quejas de derecho por
denegatoria del recurso de apelación.
b. De las contiendas de competencia que le son propias. Este trámite será
decidido por resolución inimpugnable.
c. De los recursos de anulación de laudos arbitrales y, en su caso, el de
apelación de laudos arbitrales referidos a las materias comerciales
señaladas en el numeral 1 del apartado Primero de la Resolución
Administrativa Nro. 006-2004-SP-CS (numeral que fuera visto en el
punto 2.2.5 del presente Capítulo de la obra). En general, las
pretensiones contenidas en la octava disposición complementaria y
transitoria de la Ley General de Arbitraje (Ley Nro. 26572). Sobre el
particular, cabe señalar que tal Ley fue derogada por el vigente
Decreto Legislativo que norma el Arbitraje (Decreto Legislativo Nro.
1071, del 27-06-2008), por lo que hay que remitirse a lo dispuesto en
dicho Decreto Legislativo (que, dicho sea de paso, únicamente
contempla el recurso de anulación de laudos arbitrales).
Es de destacar que, según se colige del apartado Segundo de la Resolución
Administrativa Nro. 006-2004-SP-CS, en ningún caso, las Salas de la
subespecialidad Comercial conocerán procesos contenciosos administrativos ni
tampoco acciones de amparo derivados de las materias indicadas en el apartado
Primero de la mencionada Resolución Administrativa (ver al respecto, el punto
2.2.5 del presente Capítulo de la obra).
2.2.9 Salas Civiles de la Corte Suprema de Justicia

24
LOS ORGANOS JUDICIALES Y SUS AUXILIARES

El artículo 33 de la Ley Orgánica del Poder Judicial prescribe que las Salas
Civiles de la Corte Suprema de Justicia conocen:
1. De los recursos de apelación y de casación de su competencia.
2. De las contiendas de competencia, conforme al Código Procesal Civil.

2.2.10 Jueces titulares


La Ley de la Carrera Judicial (Ley Nro. 29277, del 04-11-2008), en su
artículo 65 -inc. 65.1)-, establece que los Jueces Titulares son aquellos a los que
se nombra de manera permanente para el ejercicio de la función jurisdiccional
en el nivel que corresponde.

2.2.11 Jueces provisionales


Jueces Provisionales son aquellos Jueces Titulares que ocupan en caso de
vacancia, licencia o impedimento el nivel superior inmediato vacante (art. 65
-inc. 65.2)- de la Ley Nro. 29277).
El juez llamado a cubrir provisionalmente una plaza superior será aquel que
ocupe el puesto más alto en el cuadro de méritos de su nivel, como consecuencia
del proceso de evaluación del desempeño parcial (art. 66 de la Ley Nro. 29277.

2.2.12 Jueces supernumerarios


Jueces Supernumerarios (según el art. 65 -inciso 65.3)- de la Ley Nro.
29277) son aquellos que no habiendo obtenido la plaza de Juez Titular aceptan
incorporarse al registro de Jueces Supernumerarios en su nivel, siempre y
cuando se encuentren en el cuadro de aptos elaborado por el Consejo Nacional
de la Magistratura, a efectos de cubrir plazas vacantes conforme al artículo 239
de la Ley Orgánica del Poder Judicial, numeral este último que prescribe que:
- El Consejo Ejecutivo del Poder Judicial nombra Jueces
Supernumerarios Superiores y Especializados, de la lista de aptos
elaborada por el Consejo Nacional de la Magistratura, en estricto orden
de méritos y en número no mayor al treinta por ciento (30 %) de los
titulares, para cubrir las vacantes que se produzcan.
- Sólo asumen las funciones cuando no haya reemplazantes hábiles
conforme a ley, previa designación de la Presidencia.

25
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

- Los Consejos Ejecutivos Distritales o las Cortes Superiores en su caso,


reglamentan la aplicación del presente artículo 239 de la Ley Orgánica
del Poder Judicial.

2.2.13 Candidatos en reserva


No puede dejar de mencionarse que, en aplicación del artículo 65 -inciso
65.4)- de la Ley Nro. 29277, Candidatos en Reserva son aquellos que no
habiendo obtenido un cargo como Juez Titular o Supernumerario opten por
esperar la existencia de una plaza vacante, siempre y cuando se encuentren en el
cuadro de aptos elaborado por el Consejo Nacional de la Magistratura. Esta
condición podrá mantenerse solo por un (1) año, en tanto se cumpla con los
requisitos para ser juez, determinados por la Ley Nro. 29277, en estricto orden
de mérito.

2.3 Competencia de los órganos judiciales


Lino Palacio denomina competencia a la “... capacidad o aptitud que la ley
reconoce a cada órgano o conjunto de órganos judiciales para ejercer sus
funciones con respecto a una determinada categoría de asuntos o durante una
determinada etapa del proceso” (PALACIO, 1979, Tomo II: 366).
Rocco define a la competencia como “... aquella parte de la jurisdicción
que corresponde en concreto a cada órgano jurisdiccional singular, según
ciertos criterios a través de los cuales las normas procesales distribuyen la
jurisdicción entre los distintos órganos ordinarios de ella” (ROCCO, 1976,
Volumen II: 42).
Rosenberg afirma que la “... competencia de una autoridad (aquí de un
órgano jurisdiccional...) es, en sentido objetivo, el círculo de negocios de la
autoridad (del tribunal)...” (ROSENBERG, 1955, Tomo I: 161). Dicho autor
agrega que en sentido subjetivo la competencia es:
“a) desde el punto de vista de la autoridad (del tribunal): derecho y deber
de entregarse al conocimiento de una causa (de una controversia civil).

b) desde el punto de vista de las partes, su sometimiento a esa


actividad de la autoridad (del tribunal)” (ROSENBERG, 1955, Tomo
I: 161).
Pallares dice de la competencia lo siguiente:

26
LOS ORGANOS JUDICIALES Y SUS AUXILIARES

“Subjetivamente la competencia es un poder-deber atribuido a


determinadas autoridades para conocer de ciertos juicios, tramitarlos y
resolverlos
(...).
Objetivamente, la competencia es el conjunto de normas que determinan,
tanto el poder-deber que se atribuye a los tribunales en la forma dicha,
como conjunto de jueces o negocios de que puede conocer un juez o
tribunal competente.
Lo anterior sirve de base para comprender la siguiente definición: la
competencia es la porción de jurisdicción que la ley atribuye a los
órganos jurisdiccionales para conocer de determinados juicios...”
(PALLARES, 1979: 82-83).
En opinión de Lorca Navarrete:
“La competencia, como concepto procesal, alude a la atribución de
ejercicio de la función jurisdiccional a un concreto órgano
jurisdiccional de entre los de su mismo tipo o clase y grado o
instancia procesal con preferencia a los demás órganos
jurisdiccionales de ese mismo tipo o grado.
La competencia compendia la regla o conjunto de reglas establecidas en
nuestras leyes procesales, que permiten esa atribución con el fin de
hacer posible el principio general de inmediación y la garantía del
servicio público de la justicia en relación con el justiciable.
A través de la competencia procesal, al tiempo que se determina la génesis
de la prestación del servicio público de la justicia por los órganos
jurisdiccionales, surge la garantía de aquella prestación ya que, sin
que existan órganos jurisdiccionales competentes, no es posible que
el justiciable demande justicia.
La competencia procesal es la puerta de entrada por la que ha de
introducirse el justiciable en la garantía del servicio público de la
justicia y por tanto, es el vínculo de unión entre el órgano y la
función” (LORCA NAVARRETE, 2000: 242).
Como bien señala Véscovi, la competencia se caracteriza por lo siguiente:
“(...) La legalidad. (...) las reglas de competencia se fijan y modifican
mediante la ley. Por excepción, la distribución del trabajo entre los

27
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

juzgados por el criterio meramente temporal (turnos), puede quedar


librada a la reglamentación, o a las acordadas que dicten los tribunales
superiores en cada país.
(...) La improrrogabilidad. (...) salvo algún caso de excepción (...) como la
modificación territorial (...), la competencia, basada en reglas
inspiradas
en la mejor organización del servicio público, no puede ser prorrogada
por voluntad de las partes.
(...) La indelegabilidad. La competencia, precisamente porque se funda en
(...) razones de orden público, no puede ser delegada por el titular del
órgano al cual se atribuye (...).
Se admite sí que los tribunales, por motivos de auxilio judicial, cometan a
otros (comisionados) la realización de alguno de los actos procesales
que no pueden efectuar por sí mismos. Así, por ejemplo, todo lo que
debe realizarse fuera de la jurisdicción que tiene cada tribunal, puede
ser cometido al del respectivo lugar.
No nos hallamos en este caso ante la figura de la delegación, sino ante la
de la comisión. El comisionado representa al comitente y está a lo que
éste decida.

(...)
(...) Inmodificabilidad. ‘Perpetuatio jurisdictionis’. La competencia es,
también, inmodificable, en el sentido de que una vez fijada no puede
variar en el curso del juicio. Este principio (...) es el de la llamada
perpetuatio jurisdictionis, que establece que la competencia está
determinada por la situación de hecho al momento de la demanda y
ésta es la que la determina para todo el curso del juicio, aun cuando
dichas condiciones luego variaran (...).

(...)
(...) Carácter de orden público. La competencia es de orden público, en
virtud de que la estructuración legal (...) se funda en principios de tal
orden (con alguna excepción que justifica los regímenes que admite,
en este caso, los pactos), que hace imposible que las reglas legales
puedan ser modificadas por convenio de partes...” (VESCOVI, 1999:
145-146).

28
LOS ORGANOS JUDICIALES Y SUS AUXILIARES

El Código Procesal Civil regula la competencia de este modo:

- SECCION PRIMERA : JURISDICCION, ACCION Y


COMPETENCIA.

- Título II : Competencia (arts. 5 al 47 del C.P.C.).

- Capítulo I : Disposiciones generales (arts. 5 al 34 del


C.P.C.).
- Capítulo II : Cuestionamiento de la competencia (arts.
35 al 46 del C.P.C.).
- Capítulo III :
Competencia internacional (art. 47 del
C.P.C.).
La Corte Suprema de Justicia de la República, en relación a la competencia,
ha establecido lo siguiente:
- “... La competencia es una institución procesal cuyo objetivo es
determinar la capacidad o aptitud del juzgador para ejercer la función
jurisdiccional en determinados conflictos, fijando los límites de la
jurisdicción a fin de hacer más efectiva y funcional la administración
de justicia. Es irrenunciable e inmodificable, conforme lo dispone el
artículo 6 del Código Procesal Civil, salvo los casos expresamente
permitidos por ley. [...] En ese sentido, la competencia es una
institución procesal cuyo objetivo es hacer más efectiva y funcional la
administración de justicia, surgiendo a partir de la necesidad de un
Estado de distribuir el poder jurisdiccional entre los distintos jueces
con los que cuenta y por la evidente imposibilidad de concentrar en
uno solo o en un grupo de ellos tan importante función pública; por
tanto, las disposiciones que hacen objetivo el ejercicio de la referida
facultad por parte del Estado, deben interpretarse de manera
sistemática y, básicamente, en orden a la necesidad de la resolución
pronta e integral de los conflictos que permita lograr un razonable
grado de paz social que, a su vez, coadyuve al desarrollo armonioso y
sostenido de la comunidad...” (Casación Nro. 2705-2007 / Lima,
publicada en el Diario Oficial El Peruano el 31-01-2008, págs. 21482-
21483).
- “... Son principios rectores de la competencia, la legalidad y la
irrenunciabilidad; siendo el primero de ellos el que establece la
vigencia de aquella únicamente por disposición de la ley; y el segundo
determina que la competencia civil no será materia de renuncia ni

29
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

modificación por decisión judicial, excepto si la propia ley lo dispone,


de conformidad con el artículo 6 del Código Procesal Civil...”
(Casación Nro. 2581-2005 / Cono Norte de Lima, publicada en el
Diario Oficial El Peruano el 02-102006, págs. 17133-17134).
- “... Cuando se presenta un asunto litigioso la competencia es
establecida por una serie de factores: por la materia, la cuantía, el
turno, el territorio y la función que desempeña el juez (grado)...”
(Casación Nro. 2811-2006 / Moquegua, publicada en el Diario Oficial
El Peruano el 05-01-2007, págs. 18372-18373).
- “... Los criterios que sirven para determinar la competencia son
esencialmente: la materia, la cuantía, la función, el turno y el
territorio; siendo los cuatro primeros absolutos e improrrogables, y el
cuarto relativo, y por lo tanto, prorrogable. El carácter absoluto de la
competencia responde a un interés público, en razón a la estructura y
funciones esenciales de los órganos jurisdiccionales; mientras que la
competencia relativa rige en atención a las necesidades, conveniencia
e intereses de las partes...” (Casación Nro. 114-2007 / Lima, publicada
en el Diario Oficial El Peruano el 03-12-2008, págs. 23590-23591).
- “... Dentro de los elementos que determinan la competencia del juez
unos son renunciables por las partes y otros no; los elementos de
naturaleza o materia, grado, monto de la causa y grado constituyen
leyes de orden público que no son renunciables (competencia
absoluta) y contra los cuales no vale la voluntad de las partes; en
cambio, la territorialidad, o sea la división de la competencia por razón
de territorio, se ha establecido por una razón práctica en beneficio de
los propios litigantes, y por eso éstos pueden renunciar a este
beneficio, constituyendo esto la prórroga de la competencia
(competencia relativa)...” (Casación Nro. 1901-2005 / Lima, publicada
en el Diario Oficial El Peruano el 01-08-2006, pág. 16872).
- “... Resulta determinante tener en cuenta el elemento de la
competencia por razón de la materia, la que se determina por la
naturaleza de la pretensión y por las disposiciones legales que la
regulan (según lo establece el artículo 9° del Código Procesal Civil),
es decir, implica identificar la relación jurídica de donde deriva el
conflicto (de orden civil, familiar, laboral, comercial, administrativo,
etc.) y establecer la naturaleza de la pretensión que de ella deriva, de
acuerdo a sus especiales características...” (Casación Nro. 2811-2006 /

30
LOS ORGANOS JUDICIALES Y SUS AUXILIARES

Moquegua, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 05-01-2007,


págs. 18372-18373).
- “... La competencia por razón de la materia, conforme lo establece el
artículo nueve del Código Procesal Civil, se determina por la
naturaleza de la pretensión y por las disposiciones legales que la
regulan. Por ‘naturaleza de la pretensión’ entendemos a la naturaleza
del litigio o conflicto de intereses; entonces, es la naturaleza del
conflicto de intereses que se lleva al órgano jurisdiccional, así como
las normas jurídicas materiales que regulan su desenvolvimiento y
solución, las que determinan la competencia por razón de la materia...”
(Casación Nro. 2030-03 / Lima, publicada en el Diario Oficial El
Peruano el 30-09-2004, págs. 12718-12720).
- “... Considerando que en el presente caso no se ha respetado la regla
de la competencia por razón de la materia, evidentemente se ha
infringido una
de las normas que garantizan el derecho al debido proceso...”
(Casación Nro. 3009-2000 / Junín, publicada en el Diario Oficial El
Peruano el 0107-2002, pág. 8900).
- “... De conformidad con el artículo 11 del Código adjetivo [C.P.C.],
para calcular la cuantía, se suma el valor del objeto principal de la
pretensión, los frutos, intereses y gastos, daños y perjuicios, y otros
conceptos devengados al tiempo de la interposición de la demanda,
pero no los futuros. Asimismo, si una demanda comprende varias
pretensiones, la cuantía se determina por la suma del valor de todas. Si
se trata de pretensiones subordinadas o alternativas, sólo se atenderá a
la de mayor valor. Si son varios los demandados, la cuantía se
determina por el valor total de lo demandado. [...] Conforme se
desprende [...], la norma no contempla el monto de la reconvención, al
calcular la cuantía...” (Casación Nro. 3453-2002 / Cono Norte,
publicada en el Diario Oficial El Peruano el 02-11-2004, págs. 12790-
12791).
- “... Conforme lo establece el artículo 11 del Código formal [C.P.C.], si
una demanda comprende varias pretensiones, la cuantía se determina
por la suma del valor de todas; asimismo, si se trata de pretensiones
subordinadas o alternativas, sólo se atenderá a la de mayor valor. [...]
Siendo ello así, es evidente que la demanda ha sido interpuesta en
estricta observancia de la norma adjetiva acotada, ya que el monto de

31
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

su cuantía ha sido determinado por la suma del valor de todas las


pretensiones; por ende, resulta erróneo lo señalado por la Sala de
mérito, respecto a que en atención de los importes de las letras de
cambio, las mismas debieron ser accionadas en forma individual y
ante Juzgados diferentes...” (Casación Nro. 957-2001 / Ica, publicada
en el Diario Oficial El Peruano el 01-032002, págs. 8477-8478).
- “... La competencia por la cuantía en los procesos ejecutivos
[entiéndase procesos únicos de ejecución] se determina por el monto
contenido en el título valor presentado a ejecución u por [sic -léase o
por-] los intereses y gastos que se liquiden sobre dicho monto, ello en
virtud a la naturaleza de los procesos de ejecución...” (Casación Nro.
2398-01 / Lima, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 02-05-
2002, págs. 8739-8740).
- “... En casos como el presente (consignación de inmueble arrendado),
la cuantía para determinar la competencia de los órganos
jurisdiccionales no queda establecida con la suma de dinero dado en
garantía sino por el valor estimado del bien arrendado”. (Casación
Nro. 1042-99 / Lambayeque, publicada en el Diario Oficial El Peruano
el 28-11-1999, págs.
4180-4181).
- “... El grado o la instancia es un criterio para determinar la
competencia según que un litigio haya sido sometido o no al
conocimiento de un Juez; en tal sentido, el artículo veintiocho del
Código Procesal Civil prescribe que la competencia funcional queda
sujeta a las disposiciones de la Constitución, de la Ley Orgánica del
Poder Judicial y de éste [sic -léase este-] Código...” (Casación Nro.
2265-99 / Lambayeque, publicada en el Diario Oficial El Peruano el
02-01-2001, págs. 6700-6701).
- “... El [...] ordenamiento procesal ha regulado una fórmula ancha para
los casos de duda de determinación de competencia, como es el caso
del artículo catorce in fine del [...] Código adjetivo [C.P.C.], el cual
señala que si por la naturaleza de la pretensión u otra causa análoga no
pudiera determinarse la competencia por razón de grado, es
competente el Juez civil...” (Casación Nro. 2265-99 / Lambayeque,
publicada en el Diario Oficial El Peruano el 02-01-2001, págs. 6700-
6701).

32
LOS ORGANOS JUDICIALES Y SUS AUXILIARES

- “... Los dos últimos criterios que se aluden [criterios o factores para
determinar la competencia], esto es grado y territorio, se les conoce
también como competencia funcional, pues dependen de la
organización del servicio de justicia mediante los cuales se atribuye a
un Juzgador el conocimiento de una litis en una determinada instancia
o grado y respecto de un territorio concreto...” (Casación Nro. 2265-99
/ Lambayeque, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 02-01-
2001, págs. 6700-6701).
- “... Conforme lo establece al artículo veintiocho del Código Procesal
Civil, la competencia por razón de la función queda sujeta a las
disposiciones de la Constitución, de la Ley Orgánica del Poder
Judicial y del citado Código; este criterio permite establecer en qué
casos una misma materia puede ser conocida por Jueces de distinta
especialidad o grado...” (Casación Nro. 2108-03 / Huánuco, publicada
en el Diario Oficial El Peruano el 30-09-2004, págs. 12727-12729).
- “... En el caso de la prevención [de la competencia funcional] regulada
en el artículo treintiuno del Código Procesal Civil, esta se aplica
cuando encontrándose en trámite un proceso judicial existen más de
dos órganos jurisdiccionales de segunda instancia en aptitud legal de
conocer vía apelación, las incidencias que se produzcan en el proceso,
previniendo aquel que conoce primero dicho proceso...” (Casación
Nro. 425-2002 / Lambayeque, publicada en el Diario Oficial El
Peruano el 30-09-2003, pág. 10904).
- “... Si bien constituye una facultad de los jueces de las instancias de
mérito, evaluar y declarar en cada caso concreto la existencia o no de
la competencia funcional, también lo es que dicha declaración tiene
que estar fundada en ley expresa, en mérito al principio de
legalidad...” (Casación Nro. 725-97 / Arequipa, publicada en el Diario
Oficial El Peruano el 0510-1998, pág. 1773).
- “... De conformidad con lo previsto en el Artículo treintidós del
Código Procesal Civil concordado con el Artículo mil cuatrocientos
veintiocho del Código Civil, solamente cuando se demanda como
pretensión accesoria la indemnización por daños y perjuicios resulta
aplicable la competencia facultativa de la pretensión principal de
cumplimiento de la obligación o contrato. (...) Que, en sentido
contrario, cuando se demanda como única pretensión la indemnización
por daños y perjuicios derivados del cumplimiento defectuoso de una

33
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

obligación no resulta aplicable la competencia facultativa del lugar del


cumplimiento de la obligación”. (Casación Nro. 2365-99 / Lima,
publicada en el Diario Oficial El Peruano el 18-08-2000, pág. 5983).
- “... La competencia por razón de territorio tiene un carácter relativo en
razón de haberse dispuesto en atención al interés de las partes, de ahí
que sea susceptible de ser renunciada, según se desprende de lo
dispuesto por el artículo 25 del Código Procesal Civil...” (Casación
Nro. 4683-2007 / Santa, publicada en el Diario Oficial El Peruano el
03-09-2008, págs. 22899-22900).
- “... Respecto a la competencia, [...] la propia recurrente, de acuerdo
con la escritura pública, se sometió a la jurisdicción de los jueces del
distrito judicial de [...] lo que implica una prorroga [sic -léase
prórroga-] de la competencia...” (Casación Nro. 308-01 / Lima,
publicada en el Diario Oficial El Peruano el 31-07-2001, pág. 7468).
- “... El recurrente de manera voluntaria se sometió a la competencia del
Juez de [...]; con lo que se convalidó cualquier defecto por la
competencia territorial...” (Casación Nro. 702-2002 / Puno, publicada
en el Diario Oficial El Peruano el 31-07-2002, págs. 9067-9068).
- “... En el artículo 17 del [...] Código Adjetivo [C.P.C.], que prevé el
supuesto de las demandas interpuestas contra las personas jurídicas, no
se establece un supuesto de competencia territorial improrrogable, [...]
siendo así, la demandada tuvo la posibilidad de cuestionar la
competencia a través de la interposición de la excepción
correspondiente, lo que al no haber sido realizado, ha originado que se
esté ante un supuesto de prorroga tácita [sic -léase prórroga tácita-] de
la competencia territorial...” (Casación Nro. 4007-2007 / La Libertad,
publicada en el Diario Oficial El Peruano el 31-03-2008, págs. 21752-
21753).
- “... En lo relativo a la competencia territorial, el único supuesto
previsto por la ley para que el órgano jurisdiccional declare su
incompetencia de oficio es cuando ésta sea de carácter improrrogable,
según se desprende de lo dispuesto en el artículo 35 del Código
Procesal Civil, sin perjuicio de que pueda ser invocada como
excepción...” (Casación Nro. 4683-2007 / Santa, publicada en el
Diario Oficial El Peruano el 03-09-2008, págs. 22899-22900).

34
LOS ORGANOS JUDICIALES Y SUS AUXILIARES

- “... No encontrándose el presente caso en un supuesto de competencia


improrrogable, el órgano jurisdiccional ante el cual se presentó
inicialmente la demanda no se encontraba facultado para declarar su
incompetencia de oficio, por haberse configurado la prórroga tácita de
la competencia territorial consagrado [sic -léase consagrada-] en el
artículo 26 del Código Procesal Civil [...], por las razones expuestas la
sentencia recurrida ha incurrido en [...] contravención de normas que
garantizan el derecho a un debido [proceso]...” (Casación Nro. 4683-
2007 / Santa, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 03-09-2008,
págs. 22899-22900).
- “... La competencia es un presupuesto procesal de las demandas y
resulta ser un requisito indispensable para establecer una correcta
relación jurídico procesal que permita luego una sentencia válida,
siendo que al emitirse el auto de saneamiento procesal es el momento
principal en el que se examinaran [sic -léase examinarán-] los
referidos presupuestos...” (Casación Nro. 750-2002 / Lima, publicada
en el Diario Oficial El Peruano el 02-12-2002, págs. 9631-9632).
- “... Dentro del saneamiento procesal el Juzgador debe examinar su
propia competencia...” (Casación Nro. 2108-03 / Huánuco, publicada
en el Diario Oficial El Peruano el 30-09-2004, págs. 12727-12729).
- “... Si bien el artículo 121 in fine del Código Procesal Civil faculta al
Juzgador a que excepcionalmente se pronuncie en la sentencia, sobre
la validez de la relación jurídico procesal; [...] tal previsión está
señalada únicamente para aquellos casos en los que la relación jurídica
procesal no se haya entablado adecuadamente o cuando no obstante el
saneamiento procesal se advierta que el demandante carece de interés
o legitimidad para obrar, que el derecho ha caducado o que el órgano
jurisdiccional resulte absolutamente incompetente...” (Casación Nro.
1267-2006 / La Libertad, publicada en el Diario Oficial El Peruano el
01-10-2007, págs.
20458-20459).
- “... El demandado se ha sometido tácitamente a la jurisdicción del Juez
[del proceso] [...] por no haber deducido dicha excepción [de
incompetencia]...” (Casación Nro. 3332-00 / Cono Norte, publicada en
el Diario Oficial El Peruano el 01-03-2001, pág. 7063).
- “... No puede proponerse recién en casación lo que pudo tramitarse vía
excepción, en este caso excepción de incompetencia, no estando el

35
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

juzgador en la obligación de declararla de oficio...” (Casación Nro.


3428-2000 / Lima, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 30-04-
2001, págs.
7235-7236).

2.4 Poderes del Juez


Devis Echandía sostiene que son poderes del Juez los de decisión, coerción,
documentación y ejecución, los mismos que explica de este modo:
“El poder de decisión comprende el ejercicio de la potestad jurisdiccional
para la tutela del orden jurídico y de la libertad individual, para desatar
los conflictos y darle certeza jurídica a los derechos subjetivos y las
situaciones jurídicas concretas, mediante la sentencia, que cuando se
trata de procesos contenciosos reviste la calidad especial de cosa
juzgada, y para la resolución por providencias interlocutorias de los
problemas que se presenten en el curso del proceso.
En el poder de coerción se incluye el disciplinario, que le permite
sancionar con multas a sus empleados, a los demás empleados públicos
y a los particulares que sin justa causa incumplan las órdenes que les
imparta en ejercicio de sus funciones, o demoren su ejecución, y
sancionar con pena de arresto (...) a quienes le falten al debido respeto
en el ejercicio de sus funciones o por razón de ellas, ordenar la
devolución de los escritos irrespetuosos para con los funcionarios, las
partes o terceros, expulsar de las audiencias y diligencias a quienes
perturben su curso y sancionar con multas a los empleados y
representantes legales que impidan la comparencia al despacho judicial
de sus trabajadores o representantes, cuando éstos deban rendir
declaración o atender cualquiera otra citación que el juez les haga.
El poder de documentación faculta al juez para adoptar las medidas
conducentes a verificar los hechos que interesen al proceso, decretando
y practicando pruebas, allegando directamente documentos, no sólo a
instancia de parte sino oficiosamente en toda clase de procesos (...).

(...)
El poder de ejecución permite que él proceda a cumplir coercitivamente
las condenas impuestas en sentencias y en otras providencias
judiciales...” (DEVIS ECHANDIA, 1985, Tomo II: 342).
De la Plaza, en lo que toca a los poderes del Juez, manifiesta lo siguiente:

36
LOS ORGANOS JUDICIALES Y SUS AUXILIARES

“... El ejercicio de los poderes está en íntima relación (...), por una parte,
con la condición dispositiva o inquisitiva del proceso, y, por otra, con
el predominio que en él se dé al principio de autoridad del organismo
jurisdiccional.

(...) Con referencia a ellos, el Juez tiene:


(...) Poderes de dirección para encausar los actos procesales, de tal modo
que, mediante ellos, se logre el fin que con cada uno se persigue.
(...) Poderes de investigación en la aportación del material de
conocimiento, más o menos amplios, según el principio predominante,
y también habida cuenta de la naturaleza de aquél, puesto que son más
amplios cuando se trata de la investigación de normas jurídicas, y lo
son mucho menos, cuando se pretende determinar los hechos y
justificarlos.
(...) Poderes de impulsión, que en otro aspecto lo son también de
dirección, relacionados con la posibilidad, más amplia o más
restringida, de conducir el proceso hasta su fin, de su propio motivo,
sin esperar el apremio o la iniciativa de las partes; y
(...) Poderes disciplinarios, que ejerce en vía correctiva, por infracción de
las normas rectoras de los actos procesales que no constituyan vicios
que puedan invalidarlos” (DE LA PLAZA, 1951, Volumen I: 430).

2.5 Facultades del Juez


Alvarez Juliá, Neuss y Wagner dicen de las facultades de los Jueces lo
siguiente:
“... Las facultades de los jueces son de cuatro tipos: a) disciplinarias; b)
ordenatorias; c) instructorias; d) conminatorias.
a) DISCIPLINARIAS. (...) tiene el juez facultades o atribuciones de
carácter disciplinario, como ser:
1) Mandar que se teste toda frase injuriosa o redactada en
términos indecorosos u ofensivos.
2) Excluir de las audiencias a quienes perturben indebidamente
su curso.
3) Aplicar las correcciones disciplinarias autorizadas (...).

37
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

b) ORDENATORIAS. Figuran dentro de esta categoría las


siguientes:
1) Tomar medidas tendientes a evitar la paralización del proceso.
A tal efecto, vencido un plazo, se haya ejercido o no la
facultad que corresponda, se pasará a la etapa siguiente en el
desarrollo procesal, disponiendo de oficio las medidas
necesarias (...).
2) Corregir, a pedido de parte (...), y sin sustanciación, cualquier
error material, aclarar conceptos oscuros o suplir cualquier
omisión de la sentencia acerca de las pretensiones discutidas
en el litigio, siempre que la enmienda, aclaración o agregado
no altere lo sustancial de la decisión. También corregir los
errores puramente numéricos aun durante el trámite de la
ejecución de sentencia.
c) INSTRUCTORIAS. El juez podrá ordenar las diligencias
necesarias para esclarecer la verdad de los hechos controvertidos,
respetando el derecho de defensa de las partes. A este efecto
podrá:
1) Disponer, en cualquier momento, la comparecencia personal
de las partes para intentar una conciliación o requerir las
explicaciones que estime necesarias al objeto del pleito (...).
2) Decidir en cualquier estado de la causa la comparecencia de
los testigos, de personas mencionadas por la partes en los
escritos de constitución del proceso o de otras pruebas
producidas, si resultase que tuviesen conocimientos de hechos
que puedan gravitar en la decisión de la causa. También podrá
solicitar la comparecencia de peritos y consultores técnicos
para interrogarlos acerca de lo que creyere necesario.
3) Mandar (...) que se agreguen documentos existentes en poder
de las partes o de los terceros, los cuales estarán obligados a
exhibirlos o a designar el protocolo o archivo en que se hallen
los originales (...).
4) Ejercer las demás atribuciones que la ley le confiere.
d) CONMINATORIAS. Los jueces y tribunales podrán imponer
sanciones pecuniarias compulsivas y progresivas tendientes a que

38
LOS ORGANOS JUDICIALES Y SUS AUXILIARES

las partes cumplan sus mandatos, cuyo importe será a favor del
litigante perjudicado por el incumplimiento.
Podrá asimismo aplicar sanciones conminatorias a terceros en los casos en
que la ley lo establece” (ALVAREZ JULIA; NEUSS; y WAGNER,
1990: 63-64).
La Corte Suprema de Justicia de la República, en relación a las facultades
del Juez, ha establecido lo siguiente:
- “... El proceso y los actos procesales no son formalismos rígidos o
pétreos pues conforme al perfil ideológico de nuestra ley procesal el
Juez puede adecuar la exigencia de las formalidades procesales a los
fines del proceso...” (Casación Nro. 1817-2000 / Lima, publicada en el
Diario Oficial El Peruano el 02-01-2001, págs. 6649-6650).
- “... Si bien los jueces están facultados para adaptar la vía
procedimental como lo anota el artículo cincuentiuno inciso primero
del Código Procesal Civil, ello debe ser mediante resolución que lo
justifique siempre que sea posible su adaptación y antes del
saneamiento del proceso, pues luego de ello se declara la existencia de
una relación jurídico procesal válida...” (Casación Nro. 2506-2001 /
Ica, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 01-04-2002, pág.
8519).
- “... El Artículo tercero del Título Preliminar del Código Procesal Civil,
prescribe que son fines del proceso el resolver un conflicto de
intereses o eliminar una incertidumbre jurídica y además lograr la paz
social en justicia; facultándose por ello al Juez a intervenir durante
todo el desarrollo del proceso para que éste se lleve de acuerdo a ley y
poder contar con elementos de convicción suficientes al momento de
decidir la controversia”. (Casación Nro. 799-99 / Arequipa, publicada
en el Diario Oficial El Peruano el 20-11-1999, págs. 4030-4031).
- “... Los magistrados cuentan con determinados poderes inquisitivos
para el esclarecimiento de la certeza de los hechos controvertidos,
poderes de iniciativa probatoria que son independientes de la carga de
la prueba que incumbe a las partes, y que se encuentran previstos en
los artículos cincuenta y uno inciso segundo y ciento noventa y cuatro
del Código Procesal Civil, los que debe ejercitar de ser necesario...”
(Casación Nro. 772-06 / Chincha, publicada en el Diario Oficial El
Peruano el 01-022007, pág. 18780).

39
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

- “... La apreciación y criterio razonado utilizado por los jueces para


resolver las causas es una de las facultades que la ley les otorga y su
aplicación
no constituye vulneración alguna al debido proceso, por lo que no se ha
configurado violación o transgresión al haberse expedido las
resoluciones materia del presente recurso [de casación], y por cuanto el
recurrente ha hecho uso de los medios impugnatorios que la ley le
concede...” (Casación Nro. 3073-2000 / Lima, publicada en el Diario
Oficial El Peruano el 01-03-2001, págs. 6994-6995).
- “... La imposición de multa a las partes a fin de que se cumpla con
algún mandato es solo una facultad que tiene el Juez mas no una
obligación, por lo que no se advierte contravención al artículo
cincuentitrés citado [del C.P.C.]...” (Casación Nro. 3094-2001 / Ica,
publicada en el Diario Oficial El Peruano el 02-02-2002, pág. 8330).
- “... La facultad otorgada al Juez de denunciar ante el Ministerio
Público la comisión de un delito, tiene como premisa la existencia de
indicios razonables del hecho en el proceso civil...” (Casación Nro. 3-
2000 / Lima, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 01-06-2000,
pág. 5451).
- “... Del análisis del último párrafo del artículo 50 del Código Procesal
Civil, se evidencia claramente que la repetición de las audiencias por
el Juez sustituto es una facultad discrecional del Juzgador...”
(Casación Nro. 2166-2006 / Sicuani, publicada en el Diario Oficial El
Peruano el 02-04-2007, pág. 19142).

2.5.1 Facultades genéricas


Según se desprende del artículo 51 del Código Procesal Civil, las facultades
genéricas con que cuentan los magistrados son las siguientes:
A) Adaptar la demanda a la vía procedimental que considere apropiada,
siempre que sea factible su adaptación.
B) Ordenar los actos procesales necesarios al esclarecimiento de los
hechos controvertidos, respetando el derecho de defensa de las partes.
Al respecto, cabe señalar que, en virtud de la presente facultad
genérica con que cuenta el Juez, éste puede disponer, por ejemplo, la
actuación de pruebas de oficio (art. 194 del C.P.C.); la confrontación
entre testigos, entre peritos y entre éstos, aquéllos y las partes y entre

40
LOS ORGANOS JUDICIALES Y SUS AUXILIARES

estas mismas, para lograr la finalidad de los medios probatorios (art.


209 del C.P.C.); etc.
C) Ordenar en cualquier instancia la comparecencia personal de las
partes, a fin de interrogarlas sobre los hechos discutidos, pudiendo las
partes concurrir con sus Abogados.
D) Rechazar liminarmente el pedido que reitere otro propuesto por
cualquier litigante y por la misma razón, o cuando a pesar de fundarse
en razón distinta, ésta pudo ser alegada al promoverse el anterior.
E) Ordenar, a pedido de parte y a costa del vencido, la publicación de la
parte resolutiva de la decisión final en un medio de comunicación
designado por el Juez, si con ello se puede contribuir a reparar el
agravio derivado de la publicidad que se le hubiera dado al proceso.
F) Ejercer la libertad de expresión prevista en el inciso 4) del artículo 2
de la Constitución Política del Perú, con sujeción a lo establecido en la
Ley Orgánica del Poder Judicial. Sobre el particular, el primer párrafo
del inciso 4) del artículo 2 de la Constitución Política de 1993
preceptúa que toda persona tiene derecho a las libertades de
información, opinión, expresión y difusión del pensamiento mediante
la palabra oral o escrita o la imagen, por cualquier medio de
comunicación social, sin previa autorización ni censura ni
impedimento algunos, bajo las responsabilidades de ley.
G) Ejercer las demás atribuciones que establecen el Código Procesal Civil
y la Ley Orgánica del Poder Judicial.
Lo relativo a las facultades del Juez de Paz (no letrado) se encuentra
normado en el artículo 6 de la Ley de Justicia de Paz (Ley Nro. 29824, del 02-
01-2012).

2.5.2 Facultades disciplinarias


Según se colige del artículo 52 del Código Procesal Civil, los Jueces
cuentan con las siguientes facultades disciplinarias (dirigidas a conservar una
conducta procesal correspondiente a la importancia y respeto de la actividad
judicial):
A) Pueden (y deben) ordenar que se suprima la frase o palabra expresada
o redactada en términos ofensivos y vejatorios

41
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

B) Pueden (y deben) expulsar de las actuaciones a quienes alteren su


desarrollo, y, tratándose de alguna de las partes, pueden imponerles,
además, los apercibimientos que hubieran sido aplicables de no haber
asistido a la actuación.
C) Pueden (y deben) aplicar las sanciones disciplinarias que el Código
Procesal Civil y otras normas establezcan (comúnmente, se trata de
multas que obedecen, principalmente, a la adopción por parte del
sancionado de una conducta procesal temeraria o de mala fe).
2.5.3 Facultades coercitivas
A fin de conservar una conducta procesal correspondiente a la importancia
y respeto de la actividad judicial, los Jueces cuentan con facultades coercitivas
que pueden aplicar (según el penúltimo párrafo del art. 53 del C.P.C.) en forma
sucesiva (lo que implica una sanción seguida de otra, en caso que la primera no
produjera el efecto deseado), individual o conjunta (dependiendo la forma en
que se apliquen las sanciones de la trascendencia y/o urgencia del mandato
judicial respectivo). Así tenemos que, según se infiere del artículo 53 del Código
Procesal Civil, los Jueces están facultados para lo siguiente:
A) Imponer multa compulsiva (esta calidad está sobreentendida, pues tal
sanción se dirige a compeler u obligar al destinatario de la misma a
acatar la orden judicial de que se trate) y progresiva (lo cual significa
que su monto se va incrementando paulatinamente hasta que el
destinatario de la sanción cumpla el mandato judicial, o, también, que
se aplica tantas multas como sean las veces en que el obligado es
requerido judicialmente a algo sin que lo haga) dirigida a lograr que la
parte o quien corresponda (un tercero legitimado, por ejemplo) cumpla
los mandatos judiciales. La referida multa tiene carácter discrecional
(no así las multas que tienen un fin estrictamente sancionatorio cuya
imposición, por mandato expreso de la ley, sea obligatoria para el Juez
que dirige el proceso), tanto en su determinación como en la fijación
del monto respectivo, el mismo que deberá señalarse en función de los
parámetros establecidos en el Código Procesal Civil. Por otro lado, en
atención precisamente al carácter discrecional de la multa, el Juez está
autorizado para reajustar su monto e, incluso, para revocar dicha
sanción, siempre y cuando aquél adquiera el convencimiento de que el
incumplimiento del mandato judicial por parte del obligado no fue
intencional o deliberado sino que obedeció a causas justificantes (u
obedece a causas justificantes, si el impedimento continúa).

42
LOS ORGANOS JUDICIALES Y SUS AUXILIARES

B) Ordenar la detención (que no deberá exceder de veinticuatro horas) de


la persona (parte, tercero legitimado, testigo, etc.) que incumple
permanente e injustificadamente un mandato judicial, causando agravio
a alguna de las partes o a la majestad del servicio de justicia. Sobre el
particular, el Código Procesal Civil establece lo siguiente:
- El testigo que sin justificación no comparece a la audiencia de
pruebas, será sancionado con multa no mayor de cinco Unidades
de Referencia Procesal, sin perjuicio de ser conducido al
Juzgado con auxilio de la fuerza pública, en la fecha que fije el
Juez para su declaración, sólo si lo considera necesario (art. 232
del C.P.C.).
- La ausencia o incumplimiento al reconocimiento por terceros, será
sancionada en la forma prevista para los testigos (en el art. 232 del
C.P.C.). Ello según el art. 254 del C.P.C.

2.6 Derechos del Juez


La Ley de la Carrera Judicial (Ley Nro. 29277, del 04-11-2008) regula lo
atinente a los derechos del Juez en el Capítulo II (“Derechos”) del Título III
(“Deberes y derechos, prohibiciones, impedimentos e incompatibilidades de los
Jueces”), en los arts. 35 al 39.
De acuerdo a lo normado en el artículo 35 de la Ley Nro. 29277, son
derechos de los jueces:
1. La independencia en el desempeño de la función jurisdiccional.
Ninguna autoridad puede avocarse a causas pendientes ante ellos o
interferir en su actuación.
2. La permanencia en el servicio hasta los setenta (70) años, de acuerdo a
la Constitución y a la ley.
3. Ser trasladados, a su solicitud y previa evaluación, cuando por razones
de salud o de seguridad debidamente comprobadas, no sea posible
continuar en el cargo.
4. No ser trasladados sin su consentimiento, salvo en los casos
establecidos por ley.
5. Integrar la carrera judicial, diferenciada del régimen general del
empleo público, conforme a la naturaleza especial de las funciones
jurisdiccionales y atribuciones consagradas en la Constitución.

43
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

6. La determinación, el mantenimiento y desarrollo de la especialidad,


salvo en los casos previstos en la ley. Sobre el particular, el artículo 38
de la Ley Nro. 29277 establece que la especialidad se determina por:
1. la aprobación de los programas de especialización impartidos por la
Academia de la Magistratura; 2. la antigüedad en la especialidad
durante el ejercicio de la función jurisdiccional; 3. el ejercicio de la
docencia universitaria en la materia; 4. la realización de
investigaciones y otros trabajos académicos similares en la materia; 5.
las publicaciones sobre materia jurídica especializada; 6. los grados
académicos de la especialidad; y 7. los trabajos desempeñados en
materias afines. Por su parte, el artículo 37 de la Ley Nro. 29277,
referido al mantenimiento de la especialidad, preceptúa:
A. que la especialidad de los jueces se mantiene durante el ejercicio del
cargo, salvo que, por razones de necesidad en el servicio de
impartición de justicia, se requiera el cambio de especialización; B. que
el ingreso a una función especializada no impide postular a distinta
especialidad; C. que el juez puede recuperar su especialidad solamente
cuando se produzca vacante; y D. que en el caso de crearse nuevas
especialidades, el juez podrá solicitar su cambio de especialidad.
7. La evaluación de su desempeño a fin de identificar los méritos
alcanzados, garantizar la permanencia en la carrera y obtener
promociones. Al respecto, el artículo 36 de la Ley Nro. 29277
prescribe: A. que los jueces comprendidos en la carrera judicial tienen
derecho a la evaluación del desempeño en forma periódica a través de
un sistema técnico, objetivo, imparcial y equitativo; y B. que los
resultados de las evaluaciones son publicados y constituyen el
elemento central para los ascensos y promociones.
8. La protección y seguridad de su integridad física y la de sus familiares,
cuando sea necesario.
9. La capacitación y especialización permanentes. En cuanto a la
capacitación de los magistrados, cabe señalar que el artículo 39 de la
Ley Nro. 29277 establece: A. que la capacitación de los jueces es un
derecho de su función y un factor indispensable para evaluar su
desempeño, estando a cargo, fundamentalmente, de la Academia de la
Magistratura; B. que todos los jueces tienen el derecho a
perfeccionarse y actualizarse continuamente, en igualdad de
condiciones y oportunidades; C. que la capacitación se realiza con el

44
LOS ORGANOS JUDICIALES Y SUS AUXILIARES

objetivo de impulsar el desarrollo profesional pleno del juez y eliminar


cualquier deficiencia en el servicio de justicia; D. que la capacitación
se puede realizar a través de cursos y actividades académicas que
brindan la Academia de la Magistratura, universidades, centros de
estudios especializados, así como los que se dictan periódicamente en
cada distrito judicial.
10. Los permisos y licencias, conforme a ley.
11. Percibir una retribución acorde a la dignidad de la función
jurisdiccional y tener un régimen de seguridad social que los proteja
durante el servicio activo y la jubilación. La retribución, derechos y
beneficios que perciben los jueces no pueden ser disminuidos ni
dejados sin efecto.
12. La libre asociación. Las asociaciones de jueces se constituyen y
desarrollan sus actividades conforme a las normas establecidas en el
Código Civil y se regulan conforme a sus disposiciones estatutarias.
13. Recibir de toda autoridad el trato correspondiente a su investidura, bajo
responsabilidad.
14. No ser detenidos sino por orden del juez competente o en caso de
flagrante delito. En este último supuesto, deben ser conducidos de
inmediato a la Fiscalía competente, con conocimiento del Presidente de
la Corte respectiva, por la vía más rápida y bajo responsabilidad.
15. Gozar de la cobertura de un seguro de vida cuando trabajen en zonas
de emergencia y en órganos jurisdiccionales declarados de alto riesgo
por el órgano de gobierno del Poder Judicial.
16. Los demás que señalen la Constitución y la ley.
Lo concerniente a los derechos del Juez de Paz (no letrado) se encuentra
regulado en el artículo 4 de la Ley de Justicia de Paz (Ley Nro. 29824, del 02-
01-2012).

2.7 Deberes del Juez


Para Devis Echandía, son deberes del Juez en el trámite del proceso los
siguientes: “... a) El deber de imparcialidad y honestidad; b) El deber de
abstenerse de actividades extraprocesales incompatibles con la dignidad y la
independencia de su cargo; c) Deber de utilizar las facultades oficiosas que la

45
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

Ley le otorga para la mejor marcha y solución del proceso; d) Deber de hacer
efectiva la inmediación y el impulso procesal; e) Deber de resolver dentro de los
plazos señalados en la Ley (...); f) Deber del juez de responder civilmente por
los perjuicios causados por su dolo, sus demoras injustificadas y sus errores
inexcusables” (DEVIS ECHANDIA, 1968: 10).
Conforme se desprende del artículo 50 del Código Procesal Civil, son
deberes procesales de los magistrados los siguientes: A) Dirigir el proceso.
B) Velar por la rápida solución del proceso.
C) Adoptar las medidas convenientes para impedir la paralización del
proceso.
D) Procurar la economía procesal.
E) Hacer efectiva la igualdad de las partes en el proceso, empleando las
facultades que el Código Procesal Civil les otorga.
F) Dictar las resoluciones y realizar los actos procesales en las fechas
previstas y en el orden que ingresan al despacho, salvo prelación legal
u otra causa justificada
G) Decidir el conflicto de intereses o incertidumbre jurídica, incluso en
los casos de vacío o defecto de la ley, situación en la cual aplicarán los
principios generales del derecho, la doctrina y la jurisprudencia.
H) Sancionar al Abogado o a la parte que actúe en el proceso con dolo o
fraude. Al respecto, el artículo 110 del Código Procesal Civil
preceptúa: A. que las partes, sus Abogados, sus apoderados y los
terceros legitimados responden por los perjuicios que causen con sus
actuaciones procesales temerarias o de mala fe; B. que cuando en el
proceso aparezca la prueba de tal conducta, el Juez,
independientemente de las costas que correspondan, impondrá una
multa no menor de cinco ni mayor de veinte Unidades de Referencia
Procesal; y C. que cuando no se pueda identificar al causante de los
perjuicios, la responsabilidad será solidaria. Además de lo dispuesto
en el artículo 110 del Código Procesal Civil, cuando el Juez considere
que el Abogado actúa o ha actuado con temeridad o mala fe, remitirá
copia de las actuaciones respectivas a la Presidencia de la Corte
Superior, al Ministerio Público y al Colegio de Abogados
correspondiente, para las sanciones a que pudiera haber lugar (art. 111
del C.P.C.).

46
LOS ORGANOS JUDICIALES Y SUS AUXILIARES

I) Fundamentar los autos y sentencias, bajo sanción de nulidad,


respetando los principios de jerarquía de las normas y el de
congruencia.
Debe tenerse presente que, en aplicación del artículo 34 de la Ley de la
Carrera Judicial (Ley Nro. 29277, del 04-11-2008), son deberes de los jueces:
1. Impartir justicia con independencia, prontitud, imparcialidad,
razonabilidad y respeto al debido proceso.
2. No dejar de impartir justicia por vacío o deficiencia de la ley.
3. Mantener un alto nivel profesional y preocupación por su permanente
capacitación y actualización.
4. Someterse a la evaluación del desempeño.
5. Observar estrictamente el horario de trabajo establecido, así como el
fijado para las sesiones de audiencias, informes orales y otras
diligencias. El incumplimiento injustificado constituye inconducta
funcional.
6. Observar con diligencia los plazos legales para la expedición de
resoluciones y sentencias, así como vigilar el cumplimiento de la
debida celeridad procesal. En caso de incurrir en retardo respecto a los
plazos legales, deben informar a la Oficina de Control de la
Magistratura (OCMA) las razones que lo motivaron, bajo
responsabilidad disciplinaria.
7. Respetar estrictamente y exigir a los auxiliares el cumplimiento del
horario de trabajo para la atención del despacho, informes orales y
otras diligencias.
8. Atender diligentemente el juzgado o sala a su cargo.
9. Guardar la reserva debida en aquellos casos que, por su naturaleza o
en virtud de leyes o reglamentos, así lo requieran.
10. Denegar pedidos maliciosos.
11. Sancionar a las partes cuando practiquen maniobras dilatorias.
12. Denunciar los casos de ejercicio ilegal de la abogacía, conductas que
contravengan la ética profesional y otros comportamientos delictivos
de los que tomen conocimiento en el ejercicio de sus funciones.

47
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

13. Dedicarse exclusivamente a la función jurisdiccional. No obstante,


pueden ejercer la docencia universitaria en materia jurídica, a tiempo
parcial, hasta por ocho (8) horas semanales de dictado de clases y en
horas distintas de las que corresponden al despacho judicial.
Igualmente, con las mismas limitaciones, pueden realizar labores de
investigación e intervenir, a título personal, en congresos y
conferencias.
14. Presentar una declaración jurada de bienes y rentas al inicio del cargo,
anualmente, al dejar el cargo y cada vez que sus bienes y/o rentas
varíen en más de un veinte por ciento (20 %).
15. Residir en el distrito judicial donde ejerce el cargo.
16. Seguir los cursos de capacitación programados por la Academia de la
Magistratura y los cursos considerados obligatorios como
consecuencia del resultado de la evaluación parcial.
17. Guardar en todo momento conducta intachable.
18. Cumplir con las demás obligaciones señaladas por ley.
Puntualizamos que lo que atañe a los deberes del Juez de Paz (no letrado)
está contemplado en el artículo 5 de la Ley de Justicia de Paz (Ley Nro. 29824,
del 02-01-2012).
La Corte Suprema de Justicia de la República, en relación con los deberes
del Juez, ha establecido lo siguiente:
- “... De acuerdo con lo que dispone el artículo 50, inciso 6° del Código
Procesal Civil, a los jueces les asiste el deber de fundamentar los autos
y sentencias, tanto de hecho como de derecho, respetando los derechos
de jerarquía de las normas y el de congruencia, bajo sanción de
nulidad; siendo esta una garantía de la administración de justicia que es
trascendente, pues tiende a preservar tanto el derecho de defensa como
la eficacia y validez de los actos procesales...” (Casación Nro. 1147-
2008 / Ucayali, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 03-09-
2008, págs. 22885-22886).
- “... La motivación de las resoluciones judiciales es un principio con
garantía constitucional a tenor del artículo ciento treinta y nueve inciso
quinto de la Constitución Política del Estado, lo que es concordante
con el inciso sexto del artículo cincuenta del Código Procesal Civil e

48
LOS ORGANOS JUDICIALES Y SUS AUXILIARES

inciso tercero del artículo ciento veintidós del glosado dispositivo


procesal, normas por las que se establece la obligación del juzgador de
señalar en forma expresa la ley que aplican al razonamiento jurídico
aplicado, así como los fundamentos fácticos que sustentan su
decisión[,] respetando el Principio de Jerarquía de las Normas y de
Congruencia, lo que significa que el Principio de Motivación garantiza
a los justiciables que las resoluciones jurisdiccionales no adolecerán de
defectuosa motivación...” (Casación Nro. 4452-2006 / Piura, publicada
en el Diario Oficial El Peruano el 03-12-2008, págs. 23597-23598).
- “... El principio de motivación de las resoluciones judiciales [...] tiene
rango constitucional, y [...] exige al juzgador exponer las razones que
justifican su decisión, la que debe ser cierta, coherente y verificable, la
que debe respectar [sic] el principio de congruencia procesal...”
(Casación Nro. 250-2007 / Callao, publicada en el Diario Oficial El
Peruano el 3009-2008, págs. 23128-23130).
- “... La obligación de fundamentar las sentencias [...] implica que la
decisión judicial esté precedida de la argumentación que la justifique y
que la explique, para que el litigante pueda seguir el pensamiento del
juzgador, que concluye en el fallo...” (Casación Nro. 2535-2007 /
Junín, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 30-06-2008, pág.
22397).
- “... El deber de fundamentación de las sentencias impone el respeto a
las jerarquías de las normas y la congruencia, basándose en las
cuestiones de hecho y de derecho...” (Casación Nro. 3267-2007 /
Lambayeque, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 04-09-2008,
págs.
22975-22976).
- “... La motivación jurídica de las resoluciones judiciales es una
exigencia constitucional y procesal que obliga a los Jueces a citar
expresamente la ley aplicable...” (Casación Nro. 843-2000 / Callao,
publicada en el Diario Oficial El Peruano el 02-01-2001, pág. 6708).
- “... El Juez como director del proceso tiene el deber de resolver el
litigio conforme a la norma sustantiva o material que verdaderamente
corresponda, a fin de efectivizar una justa composición del litigio, con
arreglo a derecho; por tanto, si la finalidad del proceso contencioso [...]
es no sólo la simple resolución de conflictos intersubjetivos de
intereses sino esencialmente la justa composición de este conflicto,

49
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

entonces el Juez resuelve la controversia inclusive en contra de las


normas invocadas por las partes, porque además de conocer el derecho,
interpreta y aplica el pertinente...” (Casación Nro. 3164-03 / Cusco,
publicada en el Diario Oficial El Peruano el 31-03-2005, págs. 13841-
13842).
- “... El Juzgador está obligado a sustentar suficientemente las razones
de su decisión, exponiendo los fundamentos de hecho y de derecho en
los que basa su fallo; sin embargo, ello no le impone la obligación de
sustentar por qué no aplica las demás normas del ordenamiento
jurídico, las que se entienden excluidas a través de una operación
lógica elemental...” (Casación Nro. 076-2000 / Chincha, publicada en
el Diario Oficial El Peruano el 02-07-2001, págs. 7416-7417).
- “... El principio de congruencia [...] obliga a los jueces a fundar sus
fallos sin ir más allá del petitorio...” (Casación Nro. 2022-97 / Juliaca,
publicada en el Diario Oficial El Peruano el 30-04-2001, págs. 7150-
7151).
- “... Los jueces previamente antes de resolver un conflicto de intereses
deben establecer los hechos aportados en el proceso examinando los
medios probatorios. Una vez determinados los hechos con relación a
las pretensiones procesales propuestas, tiene que subsumirlos dentro
del supuesto fáctico del derecho de orden material aplicable al caso
concreto; que puede haber sido invocado por el demandante o por el
demandado y, en todo caso, por el propio Juez en aplicación del
principio iura novit curia consagrado en el artículo VII del Título
Preliminar del Código Procesal Civil...” (Casación Nro. 3695-2007 /
Lima, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 30-05-2008, págs.
22209-22210).
- “... Los argumentos de defensa de las partes antagónicas en un proceso,
salvo que exista allanamiento, siempre se encaminarán a desvirtuar
aquellos fundamentos de su parte contraria, siendo precisamente
función del Juez el resolver dicho conflicto de intereses, sin embargo,
para cumplir
con dicha función, el Juzgador no puede basarse únicamente en una
parte de lo dicho por alguna de las partes, sino que debe confrontar la
versión completa de la parte accionante y de la emplazada...”
(Casación Nro. 3581-2007 / Lima, publicada en el Diario Oficial El
Peruano el 31-032008, pág. 21677).

50
LOS ORGANOS JUDICIALES Y SUS AUXILIARES

- “... Siendo el fin del proceso resolver un conflicto de intereses o


eliminar una incertidumbre ambas con relevancia jurídica, es el deber
del juzgador hacer efectivos los derechos sustanciales y no emitir
resoluciones que resulten inejecutables...” (Casación Nro. 1337-2007 /
Lambayeque, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 01-10-2007,
págs. 20490-20491).

2.8 Prohibiciones impuestas a los Jueces


Las prohibiciones impuestas a los magistrados son objeto de tratamiento
legal en el artículo 40 de la Ley de la Carrera Judicial (Ley Nro. 29277),
numeral que dispone que está prohibido a los jueces:
1. Defender o asesorar pública o privadamente, salvo en causa propia, a
su cónyuge o conviviente y a sus padres e hijos.
2. Aceptar de los litigantes o sus abogados, o por cuenta de ellos,
donaciones, obsequios, atenciones, agasajos o sucesión testamentaria
en su favor o en favor de su cónyuge o conviviente y parientes hasta el
cuarto grado de consanguinidad o segundo de afinidad. Igual
prohibición se aplica en caso de ofrecimiento de publicaciones, viajes o
capacitaciones de cualquier institución nacional o internacional que
tenga juicio en trámite contra el Estado.
3. Aceptar cargos remunerados dentro de las instituciones públicas o
privadas, a excepción del ejercicio de la docencia universitaria.
4. Ejercer el comercio, industria o cualquier actividad lucrativa
personalmente o como gestor, asesor, socio, accionista (a excepción de
adquirirse tal condición por sucesión hereditaria o antes de la asunción
al cargo), empleado, funcionario o miembro o consejero de juntas,
directorios o de cualquier organismo o entidad dedicada a actividad
lucrativa.
5. Variar su domicilio del lugar donde ejerce el cargo, salvo el caso de
vacaciones, licencia o autorización del órgano competente.
6. Participar en política, sindicalizarse y declararse en huelga.
7. Influir o interferir de manera directa o indirecta en el resultado de los
procesos judiciales que no estén a su cargo.

51
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

8. Ausentarse del lugar donde ejerce el cargo, salvo motivadas


excepciones.
9. Ejercer labores relacionadas con su función fuera del recinto judicial,
con las excepciones de ley.
10. Adquirir, bajo cualquier título, para sí, su cónyuge o conviviente, sus
parientes dentro del cuarto grado de consanguinidad y segundo de
afinidad, directamente o por intermedio de terceros, los bienes objeto
de litigio en los procesos que él conozca o haya conocido, y aunque
hayan dejado de ser litigiosos durante los cuatro (4) años siguientes a
que dejarán de serlo. Todo acto que contravenga esta prohibición es
nulo, sin perjuicio de las sanciones que correspondan conforme a ley.
11. Conocer un proceso cuando él, su cónyuge o conviviente, su
apoderados, sus parientes dentro del cuarto grado de consanguinidad y
segundo de afinidad, o estudio jurídico del que forme parte tengan o
hubieran tenido interés o relación laboral con alguna de las partes. En
este último caso, el impedimento se extiende hasta un (1) año después
de producido el cese de la relación laboral o la culminación de los
servicios prestados bajo cualquier modalidad contractual. Se exceptúan
de la presente prohibición los procesos en los que fuera parte el Poder
Judicial.
12. Adelantar opinión respecto de los asuntos que conozcan o deban
conocer.
13. Lo demás señalado por ley.
Lo atinente a las prohibiciones impuestas a los Jueces de Paz (no letrados)
se halla previsto en el artículo 7 de la Ley de Justicia de Paz (Ley Nro. 29824,
del 02-01-2012).

2.9 Responsabilidad del Juez


Casarino Viterbo, en lo que atañe a la responsabilidad de los Jueces, enseña
lo siguiente:
“... Los actos realizados por los jueces, como contrarios al buen
comportamiento que las leyes les exigen, pueden ser de naturaleza
variada; y de allí que las responsabilidades en que incurren sean
también de este carácter. Así, se habla de responsabilidad:
disciplinaria, política, penal y civil.

52
LOS ORGANOS JUDICIALES Y SUS AUXILIARES

a) La responsabilidad disciplinaria reconoce su origen en faltas o


abusos que pueden cometer los jueces en el desempeño de sus
funciones. Como tales, son sancionadas, ya de oficio por los
tribunales superiores de justicia, ya a petición de parte interesada
mediante la interposición
de un recurso de queja, con las diversas modalidades que las leyes
establecen para estos casos (...);
b) La responsabilidad política tiene su origen en el notable abandono
de sus deberes en que pueden incurrir los miembros de los
tribunales superiores de justicia (...);
c) La responsabilidad penal, en cambio, obedece a los posibles
delitos que puede cometer un juez en el desempeño o con ocasión
del ejercicio de su ministerio. De allí que estas infracciones
penales se llamen también delitos ministeriales. Como se
comprende, nada tiene que ver esta responsabilidad con los delitos
comunes que puede cometer un juez, al igual que cualquier mortal.
No se trata, pues, de una falta o abuso que pueda ser castigada
disciplinariamente, sino de un delito funcionario que debe ser
sancionado con una pena;
d) Por último, la responsabilidad civil es una consecuencia de la
responsabilidad penal anterior. Obedece al principio de que de
todo delito puede nacer una acción civil tendiente a obtener la
correspondiente reparación del daño causado por medio de aquél.
También habrá responsabilidad civil en la comisión de un
cuasidelito...” (CASARINO VITERBO, 1983, Tomo II: 107-108).
La inobservancia de los deberes asignados a los Jueces y auxiliares de la
jurisdicción civil (en el C.P.C., en la L.O.P.J. y en la Ley Nro. 29277) trae como
consecuencia la imposición de la correspondiente sanción (art. 48 -parte final-
del C.P.C.).
La Ley Orgánica del Poder Judicial, acerca de la responsabilidad del Juez,
establece lo siguiente:
- Los miembros del Poder Judicial son responsables civilmente por los
daños y perjuicios que causan, con arreglo a las leyes de la materia.
Son igualmente responsables por los delitos que cometan en el
ejercicio de sus funciones. Las acciones derivadas de estas

53
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

responsabilidades se rigen por las normas respectivas (art. 200 de la


L.O.P.J.).
- El que no se reincorpora al vencimiento de la licencia o en el plazo
máximo de los cuatro días siguientes, es separado del cargo (art. 243
-parte inicial- de la L.O.P.J.).
En cuanto al régimen disciplinario y las sanciones aplicables a los Jueces de
Paz (no letrados), debe verse lo normado en los arts. 46 al 56 de la Ley de
Justicia de Paz (Ley Nro. 29824, del 02-01-2012).
Los miembros del Poder Judicial son responsables civil, penal y
administrativamente con arreglo a la ley de la materia. Así lo establece el
artículo 43 de la Ley de la Carrera Judicial (Ley Nro. 29277).
Lo concerniente a las faltas de los Jueces se halla previsto en el Subcapítulo
I (“Faltas”) del Capítulo V (“Régimen disciplinario”) del Título III (“Deberes y
derechos, prohibiciones, impedimentos e incompatibilidades de los Jueces”) de
la Ley de la Carrera Judicial (Ley Nro. 29277, del 04-11-2008), en los arts. 44 al
48.
En relación a las sanciones por faltas de los Jueces, cabe indicar que ello
está normado en el Subcapítulo II (“Sanciones”) del Capítulo V (“Régimen
disciplinario”) del Título III (“Deberes y derechos, prohibiciones, impedimentos
e incompatibilidades de los Jueces”) de la Ley de la Carrera Judicial (Ley Nro.
29277, del 04-11-2008), en los arts. 49 al 56.
El procedimiento disciplinario relacionado con los Jueces es materia de
tratamiento legal en el Subcapítulo III (“Procedimiento disciplinario”) del
Capítulo V (“Régimen disciplinario”) del Título III (“Deberes y derechos,
prohibiciones, impedimentos e incompatibilidades de los Jueces”) de la Ley de
la Carrera Judicial (Ley Nro. 29277, del 04-11-2008), en los arts. 57 al 62.
En cuanto a la responsabilidad penal en que puede incurrir el Juez, cabe
indicar, a manera de ejemplo, que dicha responsabilidad puede derivar de la
comisión por parte de aquél de los siguientes ilícitos penales:
- Prevaricato. Al respecto, el artículo 418 del Código Penal preceptúa
que el Juez o el Fiscal que dicta resolución o emite dictamen,
manifiestamente contrarios al texto expreso y claro de la ley, o cita
pruebas inexistentes o hechos falsos, o se apoya en leyes supuestas o
derogadas, será reprimido con pena privativa de libertad no menor de
tres ni mayor de cinco años.

54
LOS ORGANOS JUDICIALES Y SUS AUXILIARES

- Mandato malicioso o ilegal de detención u omisión de mandato de


libertad. Sobre el particular, el artículo 419 del Código Penal establece
que el Juez que, maliciosamente o sin motivo legal, ordena la
detención de una persona o no otorga la libertad de un detenido o
preso, que debió decretar, será reprimido con pena privativa de
libertad no menor de dos ni mayor de cuatro años.
- Conocimiento de proceso en el que se participó como abogado. Al
respecto, el artículo 420 del Código Penal señala que el juez o fiscal
que conoce en un proceso que anteriormente patrocinó como abogado,
será reprimido con pena privativa de libertad no mayor de dos años.
- Negativa a administrar justicia. En cuanto a este delito, el artículo 422
del Código Penal prescribe que el Juez que se niega a administrar
justicia o que elude juzgar bajo pretexto de defecto o deficiencia de la
ley, será reprimido con pena privativa de libertad no menor de uno ni
mayor de cuatro años.

2.10 Actos procesales del Juez


En lo que concierne a los actos procesales del Juez, Couture enseña lo
siguiente:

“Los actos del tribunal son (...) actos de los agentes de la jurisdicción.
Al tribunal incumbe, fundamentalmente, decidir el conflicto de intereses
que le es sometido. Pero no es esa su única actividad, ya que para
llegar a la decisión es necesario, como se dice en la doctrina francesa,
mettre le proces en état d’etre jugé.

Surge de aquí la siguiente clasificación:


a) Actos de decisión; por tales se entienden las providencias
judiciales dirigidas a resolver el proceso, sus incidencias o a
asegurar el impulso procesal.
b) Actos de comunicación; son aquellos dirigidos a notificar (notum
facere) a las partes o a otras autoridades, los actos de decisión.
c) Actos de documentación; son aquellos dirigidos a representar
mediante documentos escritos, los actos procesales de las partes,
del tribunal o de los terceros...” (COUTURE, 1985: 204-205).

55
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

Los actos procesales del Juez son objeto de regulación en el Capítulo I


(“Actos procesales del Juez”) del Título I (“Forma de los actos procesales”) de
la Sección Tercera (“Actividad procesal”) del Código Procesal Civil, en los arts.
119 al 128.
Véscovi señala al respecto que las resoluciones judiciales “... se dividen en:
de mero trámite, que sólo dan el impulso al proceso; interlocutorias (sentencias
o autos, según los códigos), que se dictan durante el procedimiento y se
relacionan con una cuestión conexa pero ajena a la principal (al objeto del
proceso), y definitivas, que son la sentencia final. Después de éstas siguen en
importancia los autos (...) interlocutorios, que, en ciertos casos, pueden tener
carácter de definitivos cuando, al resolver una cuestión accesoria (caducidad,
prescripción, cosa juzgada, etc.), ponen fin al proceso” (VESCOVI, 1999: 221).
El Código Procesal Civil (en su art. 120) solamente reconoce como
resoluciones judiciales las siguientes:
- Decretos.

- Autos.

- Sentencias.

2.10.1 Decretos
Los decretos suelen ser denominados también providencias o providencias
simples o providencias de mera tramitación o autos de trámite o autos de
sustanciación.
En opinión de Beatriz Quintero y Eugenio Prieto, “los autos de trámite
disponen una simple impulsión del proceso, no requieren motivación...”
(QUINTERO; y PRIETO, 1995, Tomo II: 198).
A decir de Andrés de la Oliva y Miguel Angel Fernández, las providencias
son “... resoluciones de tramitación o (...) de ordenación material. Y por
tramitación se ha de entender el desarrollo procedimental, el avance de los actos
conforme a la serie de ellos abstractamente prevista en la norma procesal. Esto
significa, ciertamente, un impulso procesal (y de oficio), es decir, paso de un
acto al siguiente o de una fase a la sucesiva cuando se producen los supuestos de
hecho (procesales) contemplados por la ley...” (DE LA OLIVA; y
FERNANDEZ, 1990, Tomo II: 134).

56
LOS ORGANOS JUDICIALES Y SUS AUXILIARES

Conforme se desprende de nuestro ordenamiento jurídico, los decretos son


resoluciones expedidas por los auxiliares jurisdiccionales (obviamente por
indicación del respectivo magistrado, quien, como es sabido, es el director del
proceso) y orientadas a impulsar el proceso, que disponen la realización de actos
procesales de mero trámite, tan es así que, a diferencia de los autos y sentencias,
los decretos no requieren de fundamentación alguna (arts. 121 -primer párrafo- y
122 del C.P.C.).

2.10.2 Autos
Andrés de la Oliva y Miguel Angel Fernández anotan que los autos
(llamados también providencias interlocutorias) “... son las resoluciones que se
dictan para resolver cuestiones de importancia, afectantes a intereses de los
litigantes dignos de protección, pero distintas de la cuestión principal o de
fondo, distintas, por tanto, del objeto principal y necesario del proceso. (...) los
autos son las resoluciones con las que, salvo que se indique expresamente que
deben solventarse mediante sentencia, se deciden las denominadas cuestiones
incidentales, que no pongan fin al proceso” (DE LA OLIVA; y FERNANDEZ,
1990, Tomo II: 135).
Devis Echandía sostiene que los autos o providencias interlocutorias “... son
decisiones pronunciadas en el curso de las instancias o del trámite de los
recursos extraordinarios de casación y revisión, o para el cumplimiento de la
sentencia en el mismo proceso, sobre puntos que no son del simple trámite que
contienen alguna cuestión de fondo distinta de resolver sobre las pretensiones de
la demanda y las excepciones de fondo o mérito opuestas a ellas y que en
ocasiones le ponen fin al proceso, por ejemplo, cuando se declara su perención o
caducidad o se acepta una transacción total o el desistimiento de la demanda o
del recurso de apelación o casación contra la sentencia” (DEVIS ECHANDIA,
1985, Tomo II: 456).
Se infiere del texto del segundo párrafo del artículo 121 del Código
Procesal Civil, que los autos son aquellas resoluciones expedidas por el Juez a
través de las cuales:
- Se resuelve la admisibilidad o inadmisibilidad y la procedencia o
improcedencia de la demanda.
- Se resuelve la admisibilidad o inadmisibilidad y la procedencia o
improcedencia de la reconvención.

57
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

- Se resuelve lo relativo al saneamiento del proceso (esto es, se


determina si existe o no una relación jurídica procesal válida).
- Se resuelve lo concerniente a la interrupción y conclusión del proceso
(con declaración sobre el fondo o sin ella).
- Se resuelve acerca de las formas especiales de conclusión del proceso
(conciliación, allanamiento, reconocimiento, transacción judicial,
desistimiento y abandono) que se hubieran presentado en el curso de la
causa.
- Se resuelve el concesorio o denegatorio de los medios de impugnación:
recursos (reposición, apelación, casación y queja) y remedios (solicitud
de declaración de nulidad procesal y cuestiones probatorias como la
tacha y la oposición).
- Se resuelve la admisión, improcedencia o modificación de medidas
cautelares (secuestro judicial o conservativo, embargo en forma de
depósito, embargo en forma de inscripción, embargo en forma de
retención, embargo en forma de intervención en recaudación o
información, embargo en forma de administración, medidas temporales
sobre el fondo, medidas innovativas, medidas de no innovar, etc.).
- Se adoptan todas las demás decisiones para las que se exige la debida
fundamentación (excluyéndose, obviamente, el pronunciamiento
judicial acerca de la cuestión controvertida en el que se declare el
derecho que corresponde a las partes, que no se hará mediante auto
sino a través de la sentencia).
2.10.3 Sentencias
Para Aldo Bacre, la sentencia es “el acto jurídico procesal emanado del juez
y volcado en un instrumento público, mediante el cual ejercita su poder-deber
jurisdiccional, declarando el derecho de los justiciables, aplicando al caso
concreto la norma legal a la que previamente ha subsumido los hechos alegados
y probados por las partes, creando una norma individual que disciplinará las
relaciones recíprocas de los litigantes, cerrando el proceso e impidiendo su
reiteración futura” (BACRE, 1992, Tomo III: 396).
En palabras de Beatriz Quintero y Eugenio Prieto, “se denominan
sentencias las providencias que deciden las pretensiones de la demanda y las
excepciones de mérito, los extremos de la litis, es decir, bien sea que se
pronuncien en primera o en segunda instancia o en los recursos extraordinarios

58
LOS ORGANOS JUDICIALES Y SUS AUXILIARES

de casación y revisión...” (QUINTERO; y PRIETO, 1995, Tomo II: 196). Los


citados juristas añaden que “la sentencia como manifestación jurídica es la
voluntad plasmada de la solución de una causa en su fondo mismo y presupone
igualmente el agotamiento de un proceso” (QUINTERO; y PRIETO, 1995,
Tomo II: 197).
Devis Echandía, en relación a la sentencia, manifiesta lo siguiente:
“La sentencia es el acto por el cual el juez cumple la obligación
jurisdiccional derivada de la acción y del derecho de contradicción, de
resolver sobre las pretensiones del demandante y las excepciones de
mérito o fondo del demandado.
Mediante la sentencia se convierte, para cada caso, en voluntad concreta la
voluntad abstracta del legislador que la ley contiene.
Toda sentencia es una decisión y el resultado de un razonamiento o juicio
del juez, en el cual existen las premisas y la conclusión. Pero al mismo
tiempo contiene un mandato, pues tiene fuerza impositiva, ya que
vincula y obliga. Es, por lo tanto, el instrumento para convertir la regla
general contenida en la ley, en mandato concreto para el caso
determinado. Pero no es en sí misma un mandato, ya que se limita a
aplicar el que contiene la ley” (DEVIS ECHANDIA, 1985, Tomo II:
515-516).
Aldo Bacre, en relación con la estructura de la sentencia, apunta lo
siguiente:
“... La doctrina divide a la sentencia en tres partes: resultandos,
considerandos y fallo (...).
- Resultandos
En esta primera parte de la sentencia hay una exposición de las
cuestiones planteadas, es decir, el juez sintetiza el objeto del
proceso, su causa, señala quiénes intervienen en él y menciona las
etapas más importantes del trámite, como por ejemplo, si se abrió
a prueba o tramitó la causa como de puro derecho, si se alegó, si
hubieron incidentes durante su transcurso, etc.
El término ‘resultandos’ debe interpretarse en el sentido de ‘lo que
resulta o surge del expediente’, es decir, del conjunto de datos que
se pueden extraer del mismo y que el juez destaca en esta parte

59
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

introductoria de la sentencia. También, en la práctica se utiliza la


expresión: Y VISTOS.
(...)
- Considerandos
En esta segunda parte de la sentencia o ‘considerandos’, el juez no
sólo necesitará convencerse a sí mismo, sino también a los
litigantes y a la comunidad de la justicia de su decisión, por lo que
tendrá que exponer los fundamentos o razonamientos en que
apoyará su fallo o conclusión.
Los considerandos constituirán, entonces, la parte medular de la
sentencia. Aquí el juez desarrollará la fundamentación de su
decisión, operación que, a su vez, consta de tres fases o etapas: la
reconstrucción de los hechos, a través de la consideración por
separado de las cuestiones planteadas por las partes (...) y su
cotejo con las pruebas producidas; la determinación de la norma
aplicable (...) y el examen de los requisitos para la procedencia
de la pretensión.
(...)
- Fallo o parte dispositiva
Constituye la tercera y última parte de la sentencia (...).
El magistrado, luego de fundar su fallo en los hechos probados y en el
derecho vigente aplicable al caso, debe decidir (...) condenando o
absolviendo, en todo o en parte, en forma expresa, positiva y precisa,
con arreglo a las pretensiones planteadas” (BACRE, 1992, Tomo III:
416-425).
Conforme se desprende del texto del último párrafo del artículo 121 del Código
Procesal Civil, la sentencia es aquella resolución destinada a poner fin a la
instancia o al proceso, por la que el Juez decide, en forma expresa, precisa y
debidamente fundamentada, acerca de la cuestión controvertida, declarando el
derecho de las partes, dando solución de esa manera al conflicto de intereses o
incertidumbre jurídica de que se trate. Puntualizamos que, según se infiere de la
parte final del citado numeral, en la sentencia el Juez puede pronunciarse, de
modo excepcional, respecto de la validez de la relación jurídica procesal,
estando así facultado para declarar ésta inválida, no obstante haber expedido

60
LOS ORGANOS JUDICIALES Y SUS AUXILIARES

anteriormente el respectivo auto de saneamiento en el que se determinó


precisamente que tal relación era válida. Por consiguiente, si en la sentencia el
Juez considera que la aludida relación no es válida, procederá a declarar la
nulidad de todo lo actuado, cuestión ésta muy grave que, en nuestra opinión,
será justificada solamente si los vicios o defectos en la relación jurídica procesal
no han podido ser advertidos antes por el juzgador en la etapa procesal
correspondiente por razones no imputables a este último.

2.10.3.1 Jurisprudencia casatoria relacionada con la sentencia en general


La Corte Suprema de Justicia de la República, en relación a la sentencia en
general, ha establecido lo siguiente:
- “... Si bien al resolver las causas el Juez aplica su criterio la Ley y las
fuentes formales del derecho, cierto es también que dicha decisión
debe hacerse en la sentencia que ponga fin a la instancia, declarando el
derecho sustancial” (Casación Nro. 1026-95 / Lima, publicada en el
Diario Oficial El Peruano el 25-04-1998, págs. 767-768).
- “... Mediante la sentencia el Juzgador da solución a un conflicto
jurídico o dilucida una incertidumbre jurídica, emitiendo un
pronunciamiento sustentado en el derecho, para lo cual aplica las
normas que regulan la materia del proceso a la base fáctica establecidas
(sic) en el mismo” (Casación Nro. 2890-99 / Lima, publicada en el
Diario Oficial El Peruano el 07-07-2000, págs. 5566-5567).
- “... La sentencia es el acto en cuya virtud el Juez, en un proceso de
cognición, declara la conformidad o disconformidad de una pretensión
con el derecho objetivo, para proceder en su caso a su actuación. La
sentencia no contiene otra voluntad que la de la ley, traducida en forma
concreta por obra del juez. Esto requiere la definición en forma previa
del juicio de hecho, y luego la determinación del Derecho aplicable, lo
que debe ser expresado en forma clara. Por tanto el juicio lógico es
elemento esencial y característico de la sentencia...” (Casación Nro.
3973-2006 / Lima, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 01-
022007, pág. 18864).
- “... La sentencia exterioriza una decisión jurisdiccional del Estado,
consta en un instrumento público y es la materialización de la tutela
jurisdiccional que llena su función al consagrar un derecho mediante
una declaración afirmada de que la relación sustancial discutida se
encuentra en los presupuestos legales abstractos y como consecuencia

61
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

de lo cual, establece en la sentencia [...] una norma concreta para las


partes, de obligatorio cumplimiento...” (Casación Nro. 1383-2000 /
Callao, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 02-01-2001, pág.
6696).
- “... En general, el juzgador cuando sentencia aplica el derecho al caso
concreto, según lo probado por las partes...” (Casación Nro.
23442000 / Lima, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 30-04-
2001, pág. 7181).
- “... El proceso formativo de la sentencia tiene un iter procedimental
lógico, cronológico y teleológico, el mismo que tiene su base en la Ley
Orgánica del Poder Judicial, el cual es ineludible y de estricta
observancia; en sede civil, la sentencia es un acto jurisdiccional que
pone fin al proceso[,] la cual tiene como objetivo reconocer, modificar
o extinguir una situación jurídica así como formular órdenes y
prohibiciones, y como tal, por la importancia social que cumple, es
regida por normas de derecho público ya que es emanado [sic -léase
emanada-] por una autoridad pública en nombre del Estado y que se
impone no solo a las partes litigantes sino a todos los demás órganos
del poder público; y por normas de derecho privado en cuanto
constituye una decisión respecto de una controversia de carácter
privado, cuyas consecuencias se producen en relación a las partes
litigantes...” (Casación Nro. 678-2005 / Lima, publicada en el Diario
Oficial El Peruano el 30-10-2006, págs. 17436-17437).
- “... La expedición de una sentencia es el resultado de una valoración
lógica, conjunta y razonada de los medios probatorios aportados al
proceso por las partes, conforme a las normas constitucionales y
legales, así como con arreglo a los hechos y petitorios formulados por
las mismas...” (Casación Nro. 4942-2006 / Cajamarca, publicada en el
Diario Oficial El Peruano el 02-09-2008, págs. 22680-22681).
- “... La estructura interna de la sentencia se manifiesta a través de un
silogismo, en donde el hecho real o acreditado debe ser subsumido en
el supuesto de hecho de la norma jurídica, de tal manera que se
produzca una consecuencia jurídica por lo que no es suficiente que el
Juzgador sólo cumpla con citar normas jurídicas, sino que es
obligatorio que éstas estén en relación con los hechos expuestos en la
resolución...” (Casación Nro. 3049-2006 / Arequipa, publicada en el
Diario Oficial El Peruano el 31-08-2007, págs. 20132-20133).

62
LOS ORGANOS JUDICIALES Y SUS AUXILIARES

- “... Las sentencias según la naturaleza de la pretensión, pueden ser


declarativas de derechos, constitutivas de derechos y de condena. Las
dos primeras (declarativas y constitutivas de derecho) con solo (sic)
declarar fundada una demanda llenan la finalidad del proceso, pues con
tal declaración el orden jurídico alterado queda restablecido, mientras
que la sentencia de condena al imponer al vencido una prestación -dar,
hacer, no hacer- crea un título ejecutivo judicial que puede ser
ejecutado, aun por la fuerza (en ejercicio del ius imperium) contra el
condenado” (Casación Nro. 1752-99 / Cajamarca, publicada en el
Diario Oficial El Peruano el 07-04-2000, págs. 4968-4969).
- “... Los efectos de la sentencia declarativa se proyectan hacia el
pasado, hasta el momento de la constitución del derecho, a diferencia
de la sentencia constitutiva que proyecta sus efectos hacia el futuro”
(Casación Nro. 2092-99 / Lambayeque, publicada en el Diario Oficial
El Peruano el 07-04-2000, pág. 4975).
- “... Toda sentencia es declarativa, en cuanto reconoce el derecho que el
actor tenía cuando inició la demanda y que la parte demandada le había
desconocido, y como consecuencia de lo cual sus efectos se proyectan
hacia el pasado, porque el transcurso del tiempo durante la tramitación
del juicio no debe perjudicar a quien tenía derecho, sino a quien obligó
al litigio para reconocerlo...” (Casación Nro. 3157-2003 / Cusco,
publicada en el Diario Oficial El Peruano el 03-05-2005, págs. 14048-
14049).
- “... La sentencia es un acto procesal único, conforme se infiere del
artículo ciento veintiuno del acotado Código [C.P.C.] y debe correr en
un solo cuerpo...” (Casación Nro. 2626-2001 / Santa, publicada en el
Diario Oficial El Peruano el 01-07-2002, págs. 8931-8933).
- “... Uno de los presupuestos para determinar si una sentencia ha sido
válidamente emitida es que reúna todos los requisitos exigidos por el
ordenamiento procesal tanto en su forma como en su contenido...”
(Casación Nro. 1196-2000 / Lima, publicada en el Diario Oficial El
Peruano el 01-03-2001, pág. 7001).
- “... Uno de los presupuestos necesarios para que pueda producirse
válidamente una sentencia, es la concurrencia de los denominados
presupuestos procesales, es decir, aquellas condiciones indispensables
para

63
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

que la relación procesal tenga existencia legítima y válida como


vínculo jurídico...” (Casación Nro. 1798-2000 / Tacna, publicada en el
Diario Oficial El Peruano el 01-03-2001, pág. 7004).
- “... Constituye un presupuesto indispensable para la emisión válida de
la sentencia, la existencia previa de un procedimiento completo en su
forma y grado, que no debe verse afectado por un mal ejercicio de la
acción u otros vicios que lo invaliden...” (Casación Nro. 2016-2000 /
Lima, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 01-03-2001, págs.
7009-7010).
- “... Es presupuesto de validez de toda sentencia que los actos
procesales que le preceden hayan sido actuados conforme a ley...”
(Casación Nro. 1138-2004 / Ica, publicada en el Diario Oficial El
Peruano el 03-11-2004, pág. 12943).
- “... La parte expositiva de una Sentencia conlleva la narración de los
hechos y actos sucedidos en la instancia respectiva hasta el momento
de emitirse pronunciamiento...” (Casación Nro. 518-02 / Ucayali,
publicada en el Diario Oficial El Peruano el 01-10-2002, págs. 9311-
9312).
- “... Es claro que la sentencia impugnada al consignar el vocablo vistos
reproduce la parte expositiva de la sentencia de primera instancia...”
(Casación Nro. 506-99 / Lambayeque, publicada en el Diario Oficial El
Peruano el 14-06-1999, pág. 2993).
- “... La [parte] considerativa [de la sentencia] implica la relación
correlativamente enumerada de los fundamentos de hecho y los
respectivos de derecho que sustentan la decisión...” (Casación Nro.
518-02 / Ucayali, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 01-10-
2002, págs. 9311-9312).
- “... Los fundamentos de hecho de las sentencias consisten en las
razones y en la explicación de las valoraciones esenciales y
determinantes que han llevado a la convicción de que los hechos que
sustentan la pretensión han sido verificados o no en la realidad...”
(Casación Nro. 1201-2002 / Moquegua, publicada en el Diario Oficial
El Peruano el 01-06-2004, págs. 12085-12086).
- “... Los fundamentos de derecho [de la sentencia] consisten en las
razones esenciales que han llevado al juez a subsumir o no un hecho

64
LOS ORGANOS JUDICIALES Y SUS AUXILIARES

dentro del supuesto hipotético de la norma jurídica, lo que supone


también que debe hacerse mención a la norma que resulta o no
aplicable al caso sub litis...” (Casación Nro. 1201-2002 / Moquegua,
publicada en el Diario Oficial El Peruano el 01-06-2004, págs. 12085-
12086).

65
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

“... La parte resolutiva o fallo de una sentencia, [...] además de que


exterioriza una decisión jurisdiccional debe ser el resultado o
consecuencia lógica de los aspectos tomados en cuenta por el juzgador
en la parte considerativa de la misma...” (Casación Nro. 2881-99 /
Tumbes, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 30-01-2001,
págs. 6839-6840).
- “... La decisión contenida en la sentencia debe pronunciarse en forma
clara y no ambigua sobre todos los puntos controvertidos, debiendo
tener un nexo de causalidad con el razonamiento lógico jurídico
esgrimido en su parte considerativa...” (Casación Nro. 2733-2002 /
Lima, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 31-08-2004, págs.
12637-12638).
- “... El ordenamiento jurídico exige a todo magistrado que, al momento
de resolver el conflicto intersubjetivo de intereses, expida una
sentencia que se encuentre ajustada no solo a las normas jurídicas
pertinentes sino que también se ajuste a los hecho [sic -léase hechos-]
acaecidos tanto dentro como fuera del proceso; [...] estos argumentos
se encuentran positivizados en el inciso tercero de artículo ciento
veintidós del Código Procesal Civil, [...] el mismo que reconoce, como
contenido de la resolución, el que se ajuste a lo actuado y al derecho,
esto es, que se presente una perfecta coherencia entre los hechos
acaecidos y las normas aplicadas con lo resuelto en el proceso...”
(Casación Nro. 3202-2002 / Arequipa, publicada en el Diario Oficial
El Peruano el 01-09-2003, pág. 10805).
- “... Al emitirse sentencia, las demandas pueden ser declaradas
fundadas en su totalidad o sólo en parte o infundadas o improcedente
(sic)...” (Casación Nro. 2512-99 / Lima, publicada en el Diario Oficial
El Peruano el 07-04-2000, págs. 4986-4987).

2.10.3.2 Jurisprudencia casatoria relacionada con la sentencia de vista


La Corte Suprema de Justicia de la República, en relación a la sentencia de
vista, ha establecido lo siguiente:
- “... Cuando la sentencia deriva de un órgano o tribunal, son las normas
de derecho público las que regulan el modo como se forma y producen
sus efectos; así, de acuerdo a la Ley Orgánica del Poder Judicial, se
pueden advertir dos niveles de formación de sentencia de un órgano

66
LOS ORGANOS JUDICIALES Y SUS AUXILIARES

-
colegiado: a) aquella emitida en el mismo día de la votación o vista de
la causa, conforme prevé el artículo ciento treintitrés de la citada
norma, y b) cuando es emitida una vez que el Colegido [sic -léase el
Colegiado-] decide dejar al voto en otro momento para mayor estudio
del caso de acuerdo al artículo ciento treintinueve de la misma ley; [...]
en ambos casos, se puede producir el acto de discordia por el cual un
miembro del Colegiado estima no estar de acuerdo con el voto del
ponente, expone su voto y las razones que lo motivan, el mismo que
según el artículo ciento cuarenticuatro de la citada Ley se notifica el
punto que determina la discordia y en la misma resolución se llama al
vocal dirimente expedito y se señala día y hora para la vista de la
causa que será conocido [sic] por bajo su dirección; [...] en tal sentido,
las normas citadas describen el iter formativo de la decisión de un
órgano Colegiado, así los actos que se desarrollan en dirección al
nacimiento de la sentencia se promueven en una dinámica
concatenada de actos vinculados el uno al otro (lógico), en un espacio
temporal (cronológico) y orientado a [un] fin (teleológico): el
nacimiento de la decisión a través de la cual ésta sólo será válida si
observa el iter descrito que, por el significado social que tiene al
resolver el conflicto de intereses y asegurar la paz social en justicia[,]
es de interés público...” (Casación Nro. 678-2005 / Lima, publicada en
el Diario Oficial El Peruano el 30-10-2006, págs. 17436-17437).
- “... El artículo 141 de la Ley Orgánica del Poder Judicial [...] establece
que en las Cortes Superiores tres votos conformes hacen resolución,
tratándose de las resoluciones que ponen fin a la instancia; mientras
que en los demás casos, bastan dos votos conformes. El artículo 121
del Código Procesal Civil, en su parte principal señala que, mediante
los autos, el juez resuelve la admisibilidad o el rechazo de la demanda
o de la reconvención, el saneamiento, la interrupción, la conclusión en
general y las demás formas de conclusión especial del proceso. La
doctrina jurisprudencial, en su orientación mayoritaria, asume que
debe distinguirse los autos que no deciden el fondo de la contradicción
[sic], de aquellos que, resolviendo un conflicto de intereses, de orden
jurídico, ponen fin al proceso; y que, por ende, en las Cortes
Superiores se requiere de tres votos conforme [sic -léase conformes-]
cuando se trata de resoluciones que ponen fin a la instancia; en
cambio, los dos votos que hacen resolución por mayoría relativa, son
suficientes cuando se trata de las demás situaciones incidentales o de

67
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

trámite procesal relevante, sin perjuicio de la motivación


correspondiente en cada caso...” (Casación Nro. 5619-2007 / Lima,
publicada en el Diario Oficial El Peruano el 01-12-2008, págs. 23359-
23360).
- “... Resulta evidente que la resolución de vista recaída en autos ha
puesto fin a la instancia, por consiguiente, resulta de ineludible
cumplimiento que la misma contenga tres votos conformes, pues de no
ser así, la decisión se torna en inválida...” (Casación Nro. 4557-2007 /
Lima, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 03-09-2008, págs.
22898-22899).
“... El A’quo declara infundada la contradicción [...], resolución que es
apelada [...] y la [...] Sala Civil [...], vista la causa [...], dos vocales se
pronuncian porque se confirme la [resolución] apelada y uno porque
se declare nula. [...] Conforme a lo dispuesto por el artículo 141 de la
Ley Orgánica del Poder Judicial se requiere de tres votos conformes
para hacer resolución [tratándose de resoluciones que ponen fin a la
instancia]. [...] En consecuencia, [...] la resolución impugnada de vista
debe ser declarada nula...” (Casación Nro. 5455-2007 / Lima,
publicada en el Diario Oficial El Peruano el 02-12-2008, pág. 23438).
- “... La resolución materia del grado (...), aparece suscrita sólo por uno
de los miembros del colegiado, cuando dicha resolución debía ser
firmada por los tres miembros del Tribunal conforme lo establece el
Artículo ciento veintidós de la legislación Procesal citada (Código
Procesal Civil), y (...) el incumplimiento de los requisitos establecidos
en el numeral antes citado ocasiona que la resolución sea nula”
(Casación Nro. 734-95 / Piura, publicada en el Diario Oficial El
Peruano el 23-12-1996, pág. 2608).
- “... El artículo ciento cuarentiuno del Texto Unido [sic -léase Unico-]
Ordenado de la Ley Orgánica del Poder Judicial establece que en las
Cortes Superiores tres votos conformes hacen resolución, tratándose
de las resoluciones que ponen fin a la instancia, estableciendo ese
mismo artículo que todos los votos se emiten por escrito, máxime
cuando se trata de la ponencia del Vocal Ponente que a tenor de lo
previsto en el artículo ciento treintiocho in fine de la acotada ley debe
constar por escrito, con la fecha de emisión, de entrega y la firma
respectiva; [...] en ese sentido, si bien el artículo ciento cuarentinueve
del Texto Unico Ordenado de la Ley Orgánica del Poder Judicial

68
LOS ORGANOS JUDICIALES Y SUS AUXILIARES

-
establece que no será necesaria la firma del Vocal en la resolución
respectiva, ello es siempre y cuando obre en el expediente el voto por
escrito del Vocal respectivo, toda vez que será ese voto el que formará
parte de la resolución a emitir, no siendo necesario en este caso
nuevamente la firma del Magistrado referido...” (Casación Nro. 1660-
01 / Amazonas, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 02-02-
2002, págs. 8338-8339).
- “... Si bien es cierto que la sentencia de vista no ha sido suscrita por el
Vocal [...], sin embargo, en la misma resolución se deja constancia que
tal situación responde a que dicho Magistrado fue trasladado a la
Corte Superior de [...], pero es el caso que cumplió con emitir su voto
escrito, en consecuencia se ha cumplido con lo establecido por el
artículo ciento cuarentinueve de la Ley Orgánica del Poder Judicial,
consecuentemente no existe la irregularidad denunciada...” (Casación
Nro. 2835-2000 / San Román, publicada en el Diario Oficial El
Peruano el 30-01-2001, pág. 6801).
- “... La resolución de vista [...] que pone fin a la instancia tiene la
calidad de sentencia y se pronuncia sobre el fondo de la pretensión
controvertida; sin embargo aparece suscrita solamente por dos
magistrados [...]; no apareciendo el voto del Vocal Ponente [...], tal
como lo exige el artículo ciento treintiocho de la Ley Orgánica del
Poder Judicial que establece que la ponencia debe estar escrita y
firmada por el vocal designado; asimismo el artículo ciento
cuarentinueve del Texto Unico Ordenado de la Ley Orgánica del
Poder Judicial precitada establece que aún en el caso de impedimento,
traslado, licencia, vacaciones, cese o promoción, los Vocales tienen la
obligación de emitir su voto por escrito en las causas que hubieren
intervenido el que forma parte de la resolución, no siendo necesario la
firma de ésta por el Vocal referido, supuesto que tampoco se produce
en el caso de autos en el que no obra agregado a sus antecedentes, el
voto escrito del Vocal [Ponente] [...]. [...] Que, bajo dicho aspecto, la
sentencia de vista no cumple con el requisito esencial que establece el
artículo ciento veintidós, inciso sétimo, del Código Procesal Civil
concordado con el artículo ciento cuarentiuno de la Ley Orgánica del
Poder Judicial; [...] en consecuencia, se ha incurrido en las causales de
nulidad previstas en los incisos cuarto y sétimo del artículo ciento
veintidós del Código Procesal Civil; por lo que siendo así y en virtud a

69
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

lo preceptuado en el artículo ciento setentiséis, in fine, del acotado


Código Adjetivo, debe declararse la nulidad de la sentencia de vista y
renovarse el proceso a fin de que la Sala Superior emita nueva
resolución con arreglo a ley subsanando los vicios procesales
incurridos...” (Casación Nro. 1547-00 / Arequipa, publicada en el
Diario Oficial El Peruano el 30-04-2003, págs. 10459-10460).
- “... La sentencia de vista no cumple con la exigencia de contener el
número de firmas necesarias para hacer resolución, incurriéndose por
tanto en causal de nulidad prevista en el artículo ciento veintidós del
Código Procesal Civil, por lo que corresponde declarar la nulidad de la
citada resolución a pesar de no haber sido alegada por el recurrente,
ello en virtud a que se trata de una nulidad insubsanable que atenta
contra las normas de orden público, siendo por ello aplicable la
facultad de declarar de oficio las nulidades insubsanables a que se
contrae el artículo ciento setentiséis in fine concordante con el artículo
noveno del título Preliminar del Código Adjetivo [C.P.C.]...”
(Casación Nro. 1660-01 / Amazonas, publicada en el Diario Oficial El
Peruano el 02-02-2002, págs. 8338-8339).
“... El hecho de no hacerse público el nombre el Magistrado sobre el
cual recae la ponencia de la sentencia [de vista] impugnada no implica
la transgresión del artículo ciento treintiocho de la Ley Orgánica del
Poder Judicial, pues esta norma no lo exige y tampoco se considera
como causal de nulidad; aún más, la carencia de tal publicidad no
impide a la recurrente iniciar las acciones que crea conveniente contra
el Vocal ponente de la mencionada sentencia...” (Casación Nro. 3674-
2002 / Lima, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 31-03-2003,
págs. 10324-10325).
- “... Mediante resolución [...] se señaló nueva fecha para la vista de la
causa por haber sido devuelto el proceso sin resolver por el Vocal
Ponente que fue rotado a otra Sala, [y] ello no es mérito suficiente
para declarar vía casación la nulidad de la sentencia expedida, pues si
bien dicha irregularidad origina la aplicación de sanciones
disciplinarias contra el Vocal que omitió expedir su voto conforme a
ley, el proceso no se supedita a la voluntad del Vocal que incumple
sus obligaciones, pues ante tal omisión el Presidente de la Sala está
facultado a integrar el Colegiado con los llamados por ley, conforme
lo establece el segundo párrafo del artículo ciento cuarentinueve del

70
LOS ORGANOS JUDICIALES Y SUS AUXILIARES

-
Texto Unico Ordenado de la Ley Orgánica del Poder Judicial...”
(Casación Nro. 1330-99 / Tumbes, publicada en el Diario Oficial El
Peruano el 02-05-2002, págs. 8665-8666).
- “... El Vocal Dirimente se adhiere al voto de los señores [Vocales]
[...], conforme se aprecia en la sentencia [...], haciendo suyos los
fundamentos que contiene la citada resolución [...]; [...] la Ley
Orgánica del Poder Judicial en sus artículos ciento cuarenticuatro y
ciento cuarenticinco, no exige una nueva motivación para la adhesión
al voto de otro Vocal...” (Casación Nro. 1396-2007 / Cusco, publicada
en el Diario Oficial El Peruano el 02-12-2008, págs. 23533-23534).
- “... Del texto de la sentencia aparece una constatación de la secretaría
de la Sala de Familia que certifica que la vocal discordante ha emitido
un voto llamado ‘concordante’ por el cual su posición ha dado lugar a
la discordia, ésta vez [sic -léase esta vez-], en base a que tomado en
cuenta los nuevos argumentos que sobre la materia ha emitido la Corte
Suprema[,] es de opinión se confirme la sentencia en todos sus
extremos, variando el sentido de su posición; [...] como se advierte, la
posición por la [sic] Vocal dirimente constituye una modificación de
su voto anterior emitido en calidad de discordia; sin embargo, por
excepción la misma Ley Orgánica del Poder Judicial, en su artículo
ciento cuarentitrés, segundo párrafo, [...] permite emitir voto
concordante que se produce antes de la emisión del voto dirimente
cuando el discordante concuerde con el voto
del ponente; así, [...] la vocal dirimente [...] al cambiar su voto
tomando en cuenta [...] nuevos elementos [...], ha concordado con el
voto del ponente, lo que constituye una variación razonable de
formación del fallo; por consiguiente, ha operado la regla excepcional
antes descrita, y como tal, no se ha producido infracción al debido
proceso; [...] la figura del voto concordante es una figura establecida de
manera excepcional en la Ley Orgánica del Poder Judicial, por ello, su
aplicación debe ser sólo de manera restringida y en tanto se justifique
razonablemente la modificación del voto...” (Casación Nro. 678-2005 /
Lima, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 30-10-2006, págs.
17436-17437).
- “... El voto del doctor [Vocal] [...] no forma parte de la sentencia de
vista, sino es un voto singular...” (Casación Nro. 2732-2000 /

71
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

Ayacucho, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 30-04-2001,


págs. 7213-7214).
- “... La sentencia [de vista] representa la decisión del Colegiado
integrado por los tres Vocales; [...] los considerandos contenidos en el
voto dirimente no son parte integrante de los fundamentos de la
resolución impugnada, por lo que no existe la contradicción o
incoherencia aludida por la recurrente...” (Casación Nro. 2256-2000 /
Callao, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 30-01-2001, pág.
6866).
- “... En el presente caso no se trata de que hay dos sentencias, sino que
al haber coincidido los señores vocales respecto de uno de los
extremos de la demanda y habiendo discordia sobre el otro extremo,
cuando se resuelve esta discordia, se complementa el fallo y
constituye uno sólo y en él se han resuelto todos los puntos
controvertidos, por lo que no existe infracción a las formas esenciales
para la eficacia y validez de los actos procesales...” (Casación Nro.
4024-2001 / Arequipa, publicada en el Diario Oficial El Peruano el
01-07-2002, págs. 8951-8952).
- “... De acuerdo al artículo ciento cuarentiuno del Texto Unico
Ordenado de la Ley Orgánica del Poder Judicial, en las Cortes
Superiores tres votos conformes hacen resolución, tratándose de las
que ponen fin a la instancia, y en los demás casos bastan dos votos
conformes; estableciendo el artículo ciento veintidós quinto párrafo
del Código Procesal Civil, que cuando los órganos jurisdiccionales
colegiados expidan autos, sólo será necesaria la conformidad y firma
del número de miembros que hagan mayoría relativa; preceptos estos
de los cuales se concluye indubitablemente que en las Salas Civiles de
las Cortes Superiores se requieren de tres votos conformes para arribar
a una sentencia; [...] en ese orden, el artículo ciento cuarenticuatro de
la misma Ley Orgánica

72
LOS ORGANOS JUDICIALES Y SUS AUXILIARES

[...] prescribe que: ‘Si resulta discordia, se publica y notifica el punto


que la motiva, bajo sanción de nulidad. En la misma resolución se
llama al Vocal dirimente expedito y se señala día y hora para la vista
de la causa por él’; lo que significa que la discordia se puede producir
sobre uno [o] más puntos de lo resuelto en la sentencia impugnada; y
si ello es así, la discordia en uno de dichos puntos puede ser superada
si se produce un voto conforme con otros dos anteriores, haciendo
resolución en ese punto o extremo, sin perjuicio de continuar con la
discordia respecto del otro u otros puntos hasta que la discordia
desaparezca en definitiva...” (Casación Nro. 1758-2005 / Ica,
publicada en el Diario Oficial El Peruano el 01-12-2006, págs. 18046-
18047).
- “... En cuanto al voto discordante del Vocal [...], tal voto no es
susceptible de dejar sin efecto la votación en mayoría que ha dado
lugar a la resolución cuestionada [resolución de vista]...”
(Casación Nro. 3224-2006 / Cusco, publicada en el Diario Oficial
El Peruano el 03-01-2008, págs. 21372-21373).
- “... Los artículos 141 y 144 de la Ley Orgánica del Poder Judicial
[...] señalan que en las Cortes Superiores tres votos conformes
hacen resolución, precisando que en caso de existir discordia, se
pública [sic -léase se publica-] y notifica el punto que la motiva,
bajo sanción de nulidad, llamándose al vocal dirimente. [...] Que,
en el caso de autos, se aprecia que con la expedición del voto
suscrito por el Doctor [Vocal] [...] la opinión de confirmar la
sentencia apelada en el extremo que declaraba infundada la
demanda de nulidad de acto jurídico, contaba con tres votos
válidos que hacían resolución, de conformidad con el artículo 141
de la Ley Orgánica del Poder Judicial. [...] Que, sin embargo al
subsistir la discordia en cuanto al extremo de la reconvención
formulada por la recurrente, el vocal llamado por Ley para dirimir
dicho aspecto, omitió pronunciarse sobre dicho punto, y
contrariamente se adhirió a la opinión de que la apelada sea
declarada nula, lo que trajo consigo que se expidieran dos
resoluciones con decisiones contradictorias. [...] Que, siendo ello
así, es evidente que la Sala de mérito ha incurrido en infracción de
las formas esenciales contenidas en los artículos 141 y 144 de la
Ley Orgánica del Poder Judicial...” (Casación Nro. 1389-2001 /

73
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

-
Callao, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 01-03-2002,
págs. 8485-8486).
- “... Esta Sala Suprema ha señalado que hay infracción de las
formas esenciales para la eficacia y validez de los actos
procesales, cuando las resoluciones sobre discordias han sido
suscritas únicamente por el relator y no por todos los integrantes
de la Sala...” (Casación Nro. 438-96 / Lambayeque, publicada en
el Diario Oficial El Peruano el 30-01-1998, págs. 375-376).
“... Conforme lo establece el penúltimo párrafo del artículo ciento
treintiocho de la [...] Ley Orgánica del Poder Judicial, en las
resoluciones que emitan las Salas deben consignarse expresamente los
votos discordantes y los singulares. Tal mandato legal, sin embargo, no
se ha cumplido en autos, [...] en ese orden de ideas, se concluye que la
sentencia impugnada [sentencia de vista] se encuentra viciada de
nulidad, en atención a lo dispuesto en el artículo ciento setentiuno del
Código Procesal Civil, toda vez que ha sido emitida en forma
incompleta, con transgresión de las formas esenciales para su validez y
eficacia; siendo así no cumple con su finalidad, como es el de [sic
-léase como es la de-] otorgar garantías mínimas que aseguren un
juzgamiento imparcial y justo...” (Casación Nro. 1554-04 / Piura,
publicada en el Diario Oficial El Peruano el 01-06-2006, págs. 16085-
16086).
- “... Se aprecia que por resolución [...] se corrigieron los votos
discordantes [...] pero sin sustento alguno, toda vez que de lo
actuado no aparecen los fundamentos de dichos votos, más aún si
se tiene en cuenta que ésta resolución [sic -léase esta resolución-]
no ha sido notificada a ninguna de las partes procesales; [...] se
debe agregar a ello, que el artículo ciento cuarentitrés, segundo
párrafo, del Texto Unico Ordenado de la Ley Orgánica del Poder
Judicial señala que: ‘Una vez emitidos los votos, no pueden ser

74
LOS ORGANOS JUDICIALES Y SUS AUXILIARES

modificados salvo que el voto discordante concuerde con el voto


del ponente, antes que emita su voto el dirimente, de lo que se deja
constancia en autos’; empero, en el presente caso no se advierte
que se haya presentado dicha situación a fin de que se justifique la
alteración de los votos tantas veces citados; [...] en tal sentido, se
concluye que las graves irregularidades incurridas por la Sala
Superior importan afectación al derecho de defensa y al debido
proceso de la recurrente, los que determinan la nulidad de la
resolución...” (Casación Nro. 2924-2004 / Lima, publicada en el
Diario Oficial El Peruano el 01-12-2006, pág. 18036).
- “... El llamamiento de un Juez de Primera Instancia para completar
Sala Superior, aun cuando sea temporal, es una promoción...”
(Casación Nro. 5941-2007 / Cusco, publicada en el Diario Oficial
El Peruano el 31-032008, pág. 21764).
“... De los actuados y de las copias solicitadas por este Supremo
Tribunal [...] se advierte que [...] el señor vocal [...] dejó su voto escrito
y firmado en el sentido de que se confirme la sentencia apelada que
declara infundada la demanda en donde se advierte también los votos
de los señores vocales [...], en donde se adhieren al voto del aludido
magistrado; con lo que se evidencia que se dio cumplimiento a lo
estipulado en el artículo 141 de la Ley Orgánica del Poder Judicial. [...]
Que, el hecho que el señor vocal [...] no firmara la resolución que hace
sentencia final por motivo de su fallecimiento, no la invalida por
cuanto la Sala de mérito al sobrevenir tal hecho, dio estricto
cumplimiento a lo normado en el artículo 149 primer párrafo del Texto
Unico Ordenado de la Ley Orgánica del Poder Judicial. [...] Que,
además, es de acotar que los votos de los señores vocales son
archivados en Relatoría, votos que sólo son consignados en el
expediente principal hasta que se dirima la causa, luego de lo cual son
sacados los originales y archivados; por lo que la Relatora cuando
señala que el señor vocal [...] ha dejado suscrito su voto se encuentra
de acuerdo a los hechos [...]. [...] Siendo así, la resolución [...] se
encuentra de acuerdo a ley y al proceso, no siendo susceptible de
causal de nulidad prevista en el numeral 7 del artículo 122 del Código
Procesal Civil...” (Casación Nro. 1621-2004 / Lima, publicada en el
Diario Oficial El Peruano el 30-10-2006, págs. 17329-17330).

75
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

-
- “... La expedición de la sentencia [de vista] impugnada se
encuentra viciada de nulidad, en atención a lo dispuesto en los
artículos ciento setentiuno y ciento veintidós inciso séptimo del
Código Procesal Civil, toda vez que ha sido suscrita por un Vocal
que no ha intervenido en la vista de la causa ni escuchado los
argumentos de defensa de la parte demandada, con transgresión de
las formas esenciales para su validez y eficacia; siendo así no
cumple con su finalidad, como es el de otorgar garantías mínimas
que le aseguren un juzgamiento imparcial y justo...” (Casación
Nro. 2448-03 / La Libertad, publicada en el Diario Oficial El
Peruano el 30-11-2004, págs. 13118-13119).
- “... Como es de verse de autos, se tiene que el doctor [Vocal] [...]
ha emitido su voto sin haber escuchado el Informe Oral [...],
siendo esto así la Sala Superior debió haber declarado nula dicha
vista de la causa y señalar con ello nueva fecha con los Vocales
conformados [...], lo que no ocurrió; por lo que se estaría
vulnerando el Principio de Inmediatez, que tiene por objeto que el
Juez, quien en definitiva va a resolver el conflicto de intereses o la
incertidumbre jurídica tenga mayor contacto posible con todos los
elementos subjetivos (partes, terceros) y objetos (documentos,
lugares), que conformen el proceso, por esta razón el Juez puede
participar en la realización de todos los actos procesales y es que
la cercanía puede proporcionar mayores y mejores elementos de
convicción; [...] en consecuencia [...] se [...] estaría recortando el
derecho de defensa...” (Casación Nro. 2848-2003 / Amazonas,
publicada en el Diario Oficial El Peruano el 31-01-2005, págs.
13459-13460).
“... Es el caso que mediante escritos [...], tanto la parte demandante
como la demandada, [...] solicitaron se les conceda el uso de la palabra
a fin de que sus abogados informen oralmente el día que se señale para
la vista de la causa, pedido que fue acogido [...] concediéndoles el uso
-

76
LOS ORGANOS JUDICIALES Y SUS AUXILIARES

de la palabra que en efecto hicieron ante el Colegiado integrado por los


señores [...], siendo que posteriormente [...] los dos primeros [Vocales]
fueron reemplazados por Vocales Suplentes, quienes sin escuchar a las
partes expidieron sus votos concordantes con el del Vocal Ponente [...]
formando sentencia que es materia de impugnación. Entonces, si se
tiene en cuenta que a los abogados defensores de las partes les fue
concedido el derecho de informar oralmente ante el Colegiado
primigenio, igual derecho les asiste para exponer sus alegatos de
defensa ante los nuevos Magistrados que, por impedimento
sobreviviente de los llamados por ley, se avocaron al conocimiento de
la presente causa, tanto más si se advierte que el segundo párrafo del
artículo ciento cuarentinueve del Decreto Supremo cero diecisiete -
noventitrés - JUS no prevé expresamente que la integración de los
nuevos Magistrados ante el incumplimiento de los llamados a emitir su
voto importe la nulidad de la vista de la causa, por lo que correspondía
al Colegiado suplir el vacío previsto en la ley, a fin de salvaguardar el
derecho de defensa y al debido proceso que asiste a las partes...”
(Casación Nro. 2728-03 / Amazonas, publicada en el Diario Oficial El
Peruano el 31-01-2005, págs. 13397-13398).
- “... El hecho de que la Sala no haya enumerado los fundamentos
de la sentencia impugnada no puede acarrear la nulidad de la
misma, en aplicación del principio de subsanación que consagra el
Artículo ciento setentidós del Código Adjetivo” (Casación Nro.
1631-99 / Tumbes, publicada en el Diario Oficial El Peruano el
21-01-2000, pág. 4628).
- “... La resolución recurrida carece de motivación jurídica y a pesar
de confirmar la sentencia de Primera Instancia, no ha recogido sus
fundamentos de hecho y de derecho; contraviniendo las normas
que garantizan el derecho al debido proceso...” (Casación Nro.
664-99 / Canchis Sicuani, publicada en el Diario Oficial El
Peruano el 06-10-1999, págs. 3681-3682).
“... La sentencia de vista recoge los fundamentos de la apelada y
agrega otros adicionales, con lo que cumple la garantía constitucional
de la fundamentación en los hechos y en el derecho...” (Casación

77
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

-
Nro. 3170-99 / Cusco, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 08-
04-2000, pág. 5024).
“... No se incurre en incongruencia por fallo extra petita cuando la
Sala Superior, además de reproducir los fundamentos de la apelada,
introduce los suyos propios sin modificar la parte dispositiva de la
citada resolución...” (Casación Nro. 2673-99 / Lima, publicada en el
Diario Oficial El Peruano el 21-01-2000, pág. 4623).
- “... Si bien la resolución de vista reproduce los fundamentos de la
apelada, tal circunstancia no le exime de la obligación procesal de
fundamentar correctamente su fallo, si la resolución que confirma no
apoya su decisión en norma de derecho material alguna, tanto más si
como sucede en el presente caso lo que ordena es distinto a lo que
manda la resolución que confirma...” (Casación Nro. 1678-97 / Cono
Norte, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 10-06-1998, págs.
1275-1276).
- “... La falta de fundamentación de la resolución superior impide hacer
uso adecuado del Recurso de Casación...” (Casación Nro. 986-98 /
Arequipa, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 06-04-2000,
pág. 4959).
- “... Formulada la apelación el Superior puede anular, revocar o
confirmar la resolución materia de grado de acuerdo a lo que señala el
artículo 364 del Código Procesal Civil...” (Casación Nro. 2735-2006 /
Lima, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 30-07-2007, págs.
20087-20088).
- “... La Sala Superior al resolver en grado de apelación conoce de la
causa ex novo, y puede según el caso confirmar, revocar o anular la
[resolución] apelada...” (Casación Nro. 1431-2007 / Arequipa,
publicada en el Diario Oficial El Peruano el 30-10-2007, pág. 20885).

78
LOS ORGANOS JUDICIALES Y SUS AUXILIARES

-
- “... Se constata de la resolución impugnada que su parte resolutiva
contraviene flagrantemente el [...] principio de plenitud, pues, es un
hecho incuestionable que el impugnante apeló contra la totalidad de la
sentencia [de] primera instancia por no encontrarla conforme y no sólo
sobre algunos aspectos de la misma, como equívocamente ha
considerado la Sala Superior al absolver el grado. Es que [...] de la
parte resolutiva de la sentencia de vista no aparece que se haya
confirmado, revocado o anulado la sentencia apelada, no bastando para
ello que se declare la improcedencia del recurso de apelación para
concluir en que el organismo revisor ha emitido una resolución en
plena observancia de lo prescrito en el artículo 122 inciso 4° del
Código Procesal Civil. [...] la resolución impugnada se ha tornado en
nula por la deficiencia procesal antes anotada, no existiendo
pronunciamiento válido...” (Casación Nro. 4301-2007 / Puno,
publicada en el Diario Oficial El Peruano el 31-03-2008, págs. 21704-
21705).
“... Si el Colegiado Superior advertía prueba que desvirtuara el derecho
de la demandante, lo que le correspondía era emitir un
pronunciamiento de fondo y no sancionar una nulidad...” (Casación
Nro. 257-2005 / Lima, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 01-
12-2006, págs. 18014-18015).
- “... Si el Colegiado Superior considera que la conclusión a la que arribó
el Juez de la causa es errada, pues debe resolver conforme a lo que
indique su criterio jurisdiccional y a lo que aparezca de las pruebas
incorporadas al proceso, pero no es viable declarar la nulidad de una
resolución por el hecho de tener una apreciación diferente de los
hechos...” (Casación Nro. 3672-2006 / Lima, publicada en el Diario
Oficial El Peruano el 0301-2008, págs. 21395-21396).
- “... Existe una afectación del debido proceso, cuando indebidamente la
Sala [Superior] pretende anular una sentencia cuyos defectos son
subsanables...” (Casación Nro. 1466-2005 / Lima, publicada en el
Diario Oficial El Peruano el 30-11-2006, págs. 17897-17898).

79
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

-
- “... Las anteriores resoluciones emitidas por la [...] Sala Civil [...] no
resultan vinculantes para los Magistrados que suscriben la [resolución]
recurrida, en razón de [...] tratarse de diferentes miembros de dicho
órgano jurisdiccional...” (Casación Nro. 1321-07 / Lambayeque,
publicada en el Diario Oficial El Peruano el 02-01-2008, págs. 21256-
21257).
- “... En cuanto a la alegada omisión de los Relatores de suscribir
resoluciones, se trata de una deficiencia de estos auxiliares de justicia
que no constituye una transgresión al derecho al debido proceso...”
(Casación Nro. 2208-2002 / Lima, publicada en el Diario Oficial El
Peruano el 0212-2002, pág. 9628).

2.10.3.3 Jurisprudencia casatoria relacionada con las resoluciones


inhibitorias
La Corte Suprema de Justicia de la República, en relación a las resoluciones
inhibitorias, ha establecido lo siguiente:
“... [Los pronunciamientos de naturaleza inhibitoria] son aquellos que
se pronuncian respecto a un obstáculo de carácter procesal, ya sea por
la ausencia de algún presupuesto procesal o de alguna condición de la
acción...” (Casación Nro. 2421-2000 / Lima, publicada en el Diario
Oficial El Peruano el 02-01-2001, pág. 6670).
“... Las resoluciones como actos procesales se clasifican, atendiendo al
alcance del fallo, en sentencias o autos de mérito y en sentencias o
autor inhibitorios, siendo estas últimas cuando las instancias de mérito
no resuelven sobre las pretensiones demandadas sino sobre aspectos
de la relación jurídica procesal...” (Casación Nro. 2581-2007 /
Arequipa, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 30-05-2008,
págs. 22208-22209).

80
LOS ORGANOS JUDICIALES Y SUS AUXILIARES

-
- “... La resolución objeto del presente recurso [de casación] declara
improcedente la demanda, básicamente [...]; [...] estamos frente a lo
que en doctrina procesal se denomina ‘resolución inhibitoria’, es decir,
aquellas [sic -léase aquella-] en cuya virtud, por diversas causas, el
juez pone fin a una etapa del proceso, pero en realidad se abstiene de
penetrar en la materia del asunto que se le plantea, dejando de adoptar
resolución de mérito, esto es, ‘resolviendo’ apenas formalmente...”
(Casación Nro. 1056-2006 / Arequipa, publicada en el Diario Oficial
El Peruano el 0309-2007, págs. 20273-20274).
- “... Las sentencias como acto procesal se clasifican, atendiendo al
alcance del fallo, en sentencias de mérito y en sentencias inhibitorias,
siendo estas últimas cuando las instancias de mérito no resuelven
sobre las pretensiones demandadas sino sobre aspectos de la relación
procesal...” (Casación Nro. 244-2001 / Cusco, publicada en el Diario
Oficial El Peruano el 02-012002, págs. 8216-8217).
- “... Una sentencia inhibitoria se caracteriza porque no contiene
pronunciamiento sobre el fondo de la controversia, sino que se
resuelve sobre la validez de la relación jurídica procesal y entonces
declara improcedente la demanda...” (Casación Nro. 1338-2006 /
Cono Norte, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 02-01-2008,
pág. 21162).
- “... El hecho que la Sala de vista se haya pronunciado sobre los medios
probatorios aportados al proceso, ello no lo [sic] constriñe
necesariamente a emitir pronunciamiento sobre el fondo del asunto
cuando advirtiera en su calidad de director del proceso [...] alguna
formalidad procesal imperativa incumplida por las partes que impida
continuar con la prosecución normal del proceso...” (Casación Nro.
1320-2006 / Lima, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 02-07-
2007, págs. 19797-19798).
- “... La resolución materia de impugnación [...] no se trata de una
sentencia que se haya pronunciado sobre el fondo del asunto, por lo
que resulta

81
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

inviable que los juzgadores analicen o examinen las pruebas ofrecidas


por las partes en el decurso del proceso relacionadas con el asunto en
controversia...” (Casación Nro. 1056-2006 / Arequipa, publicada en el
Diario Oficial El Peruano el 03-09-2007, págs. 20273-20274).
- “... Excepcionalmente se puede emitir una sentencia inhibitoria,
cuando se trate de establecer la validez de la relación jurídica procesal,
según lo regula el artículo 121 in fine del Código Procesal Civil. En
consecuencia, al haberse emitido una sentencia inhibitoria no es
posible sostener que existe una deficiente apreciación de los medios
probatorios, [...] porque no ha existido pronunciamiento sobre el fondo
de la controversia...” (Casación Nro. 2190-2006 / Cusco, publicada en
el Diario Oficial El Peruano el 29-02-2008, pág. 21624).
- “... La recurrida es una resolución inhibitoria; por lo que, al no existir
pronunciamiento sobre el fondo de la controversia, no requiere de una
fundamentación jurídica, ni tampoco de valorización de los hechos ni
de las pruebas actuadas en el proceso...” (Casación Nro. 775-2007 /
Lima, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 03-07-2007, pág.
19924).
- “... Para efectos de otorgar a la parte que resulte vencida la tutela
efectiva de sus derechos, con sujeción a un debido proceso, la
resolución que expida el Colegiado Superior necesariamente debe
respetar el principio de congruencia procesal, y en ese sentido, la parte
considerativa debe guardar perfecta concordancia con la parte
resolutiva; razón por la cual, si una demanda se desestima por
ausencia de un requisito intrínseco, la parte decisoria no puede juzgar
el fondo de la pretensión, y al existir tal divergencia, la misma debe
ser enmendada; [...] en consecuencia, al verificarse la contravención
de normas que garantizan el derecho a un debido proceso, y
particularmente, al haberse conculcado el principio de congruencia
procesal previsto en el inciso sexto del artículo cincuenta del Código
Procesal Civil, debe ampararse el recurso de casación...” (Casación
Nro. 2424-05 / Junín, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 31-
10-2006, pág. 17509).
- “... Una demanda puede ser declarada improcedente en sentencia,
cuando se determina que carece de un requisito de fondo, lo que no
afecta el derecho al debido proceso...” (Casación Nro. 1030-99 / Lima,
publicada en el Diario Oficial El Peruano el 29-08-1999, pág. 3363).

82
LOS ORGANOS JUDICIALES Y SUS AUXILIARES

- “... El hecho de resolver las excepciones y defensas previas deducidas


por la parte demandada no precluye, ni es impedimento, para que el
Juez declare la improcedencia de la demanda y la conclusión del
proceso...” (Casación Nro. 184-95 / Lima, publicada en el Diario
Oficial El Peruano el 09-10-1996, pág. 2338).
- “... La decisión de las instancias de mérito es inhibitoria y no impide a
la entidad recurrente volver a demandar la misma pretensión, una vez
superado el hecho que impide su viabilidad...” (Casación Nro.
27242007 / Ucayali, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 02-
09-2008, pág. 22742).
- “... La resolución [...] se trata de una sentencia inhibitoria que no se
pronuncia sobre el fondo de la materia controvertida, y, por lo tanto,
no tiene la calidad de cosa juzgada...” (Casación Nro. 5277-06 / Lima,
publicada en el Diario Oficial El Peruano el 02-10-2007, págs. 20643-
20644).
- “... La recurrida se encuentra arreglada a lo actuado y el derecho,
porque el último párrafo del artículo ciento veintiuno del Código
adjetivo [C.P.C.], permite excepcionalmente resolver sobre la validez
de la relación procesal, lo que es conocido en la doctrina como la
Sentencia Inhibitoria, y que se caracteriza por no contener una
decisión sobre el fondo de la litis; [...] la sentencia inhibitoria no
constituye cosa juzgada...” (Casación Nro. 2072-2000 / Ayacucho,
publicada en el Diario Oficial El Peruano el 30-01-2001, pág. 6854).
- “... El pronunciamiento inhibitorio de las instancias de mérito emitido
en el proceso [...] seguido entre las mismas partes, sobre la misma
materia, respecto del presente proceso, que declaró improcedente la
demanda al considerar que su pretensión era un imposible jurídico,
constituye un fallo que ha adquirido la autoridad de cosa juzgada
formal, no contando con la nota de inmutabilidad [...]; por tanto nada
impide que la demandante inicie un nuevo proceso...” (Casación Nro.
2372-2006 / Apurímac, publicada en el Diario Oficial El Peruano el
02-01-2008, pág. 21324).
- “... La Sala [Superior] no puede condicionar el pronunciamiento de
fondo a las resultas de otro proceso, no admitido por el a-quo,
desnaturalizándose el mismo, incurriendo en causal de nulidad
prevista en el Artículo 171 del Código Adjetivo [C.P.C.]...” (Casación

83
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

-
Nro. 3083-2007 / Cajamarca, publicada en el Diario Oficial El
Peruano el 31-01-2008, págs. 21487-21488).
- “... Conforme al artículo 121 del Código Procesal Civil, nada impide
al Juez pronunciarse en la sentencia respecto de la validez de la
relación procesal...” (Casación Nro. 254-2008 / Lima Norte, publicada
en el Diario Oficial El Peruano el 30-10-2008, págs. 23201-23202).
“... Sostiene [el recurrente] que se ha infringido la última parte del
artículo ciento veintiuno del Código Procesal Civil, indicando que la
sentencia recurrida además de no pronunciarse sobre el fondo de la
litis, consigna argumentos extraños que conducen a una decisión de la
misma índole, sin embargo, es necesario precisar que la norma que
invoca define lo que es una sentencia, y la facultad del juzgador para
pronunciarse sobre el fondo de la litis o eventualmente sobre la validez
de la relación procesal, siendo esto último lo que realizó el superior
colegiado, por lo que no se observa que se hubiese incurrido en causal
de nulidad alguna...” (Casación Nro. 1667-99 / Lima, publicada en el
Diario Oficial El Peruano el 01-03-2001, pág. 6957).
- “... La sentencia de mérito no contraviene dicho principio [principio
iura novit curia]; pues de conformidad con el artículo ciento veintiuno
in fine del Código Adjetivo [C.P.C.], [se] permite excepcionalmente
pronunciarse en la sentencia sobre la validez de la relación procesal,
cuando advierta la falta de conexidad entre lo peticionado, los
fundamentos fácticos y medios probatorios que lo sustenta [sic -léase
sustentan-]...” (Casación Nro. 3402-2000/ Cono Norte, publicada en el
Diario Oficial El Peruano el 31-08-2001, pág. 7609).
- “... Tampoco se ha afectado el principio de preclusión del proceso,
pues la facultad del Juez de declarar la improcedencia de la demanda
en la sentencia está expresamente concedida por el último párrafo del
artículo ciento veintiuno del Código Adjetivo [C.P.C.]...” (Casación
Nro. 10192000 / Cono Norte - Lima, publicada en el Diario Oficial El
Peruano el 01-03-2001, págs. 7068-7069).
- “... Si bien es verdad que, como dispone el Artículo cuatrocientos
sesentiséis del Código Procesal Civil, consentida o ejecutoriada la
resolución que declara el saneamiento procesal precluye toda petición
referida a impugnar la validez de la relación jurídica procesal, esto no

84
LOS ORGANOS JUDICIALES Y SUS AUXILIARES

limita la facultad del juzgador, concedida por el Artículo ciento


veintiuno ‘in fine’ del mismo Código, para en sentencia,
excepcionalmente, revisar nuevamente dicha relación y pronunciarse
sobre ella, por lo que habiendo el juzgador de mérito obrado en
ejercicio de sus facultades, no se contraviene el derecho del recurrente
al debido proceso” (Casación Nro. 1136-99 / La Libertad, publicada
en el Diario Oficial El Peruano el 12-11-1999, pág. 3914).
- “... El devenir del proceso de acuerdo a lo regulado por nuestro
ordenamiento procesal importa, evidentemente, que para llegar a la
etapa resolutiva, en que se dicta la sentencia, se debe haber transitado,
entre otras, por la fase del saneamiento probatorio [sic -léase
saneamiento procesal-], en que el juzgador se pronuncia sobre la
validez de la relación jurídica procesal. [...] No obstante, este Supremo
Colegiado, aplicando un criterio de orientación sistemática, estima
[que] la existencia de la norma que faculta al juez a pronunciarse sobre
la validez de la relación jurídica en la sentencia, [...] comporta que tal
pronunciamiento de improcedencia de la demanda puede hacerse aún
cuando en la etapa de saneamiento procesal se ha declarado la validez
de la relación procesal, ello por cuanto la expedición de la sentencia,
al ser el acto que, en principio, pone fin al proceso, implica aún antes
de hacer el examen sobre las pretensiones, los hechos probados y las
pruebas aportadas al proceso, un nuevo juicio sobre la validez de la
relación jurídica procesal, dictando una sentencia inhibitoria cuando
corresponda...” (Casación Nro. 824-2007 / Lima, publicada en el
Diario Oficial El Peruano el 02-12-2008, págs. 23566-23568).
- “... En aplicación del artículo cuatrocientos sesentiséis del Código
adjetivo [C.P.C.] se entiende que con la resolución firme de
saneamiento [...] precluye toda referencia a la validez de la relación
procesal; [...] encontrándose saneado el proceso, el Ad - Quem debió
limitarse a emitir un pronunciamiento de fondo, por tanto la decisión
de éste, de eludir tal decisión, contraviene el Principio de Economía y
Celeridad Procesal, y aún vulnera la Tutela Jurisdiccional Efectiva del
actor...” (Casación Nro. 3570-2002 / Ucayali, publicada en el Diario
Oficial El Peruano el 31-032004, págs. 11664-11665).
- “... Tal y como lo expresa el último párrafo del artículo 121 del
Código en comento [C.P.C.], el Juez en la sentencia, puede
pronunciarse de manera excepcional sobre la relación jurídico procesal

85
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

-
válida, encontrándose facultado incluso para declarar su invalidez,
declarando la nulidad de todo lo actuado respecto de graves vicios o
defectos en la citada relación que no pudieron ser advertidos antes por
el Juez...” (Casación Nro. 1144-2004 / Cusco, publicada en el Diario
Oficial El Peruano el 04-07-2006, págs. 16503-16504).
- “... Es posible que el juez excepcionalmente pueda examinar la validez
de la relación jurídica procesal en la sentencia en uso de la
prerrogativa que le reconoce el artículo 121 tercer párrafo del Código
Procesal Civil, salvo que exista pronunciamiento con autoridad de
cosa juzgada que haya definido tal circunstancia...” (Casación Nro.
202-2006 / Puno, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 31-01-
2007, pág. 18648).
“... El artículo 121 in fine del Código Procesal Civil dispone que
mediante la sentencia el Juez pone fin a la instancia o al proceso en
definitiva, pronunciándose en decisión expresa, precisa y motivada
sobre la cuestión controvertida declarando el derecho de las partes, o
excepcionalmente sobre la validez de la relación procesal; en
consecuencia, cuando el órgano jurisdiccional de instancia quiere hacer
uso de la facultad conferida en la precitada norma adjetiva al expedir la
sentencia definitiva -pronunciarse de manera excepcional sobre la
validez de la relación procesal- debe motivar debidamente su fallo, esto
es, indicar las razones que justifican la expedición de un fallo
excepcional...” (Casación Nro. 2747-2007 / Ica, publicada en el Diario
Oficial El Peruano el 04-09-2008, pág. 23073).
- “... Si bien es cierto que el tercer párrafo del artículo ciento veintiuno
del mismo cuerpo normativo [C.P.C.] dispone que, excepcionalmente,
el Juez a través de la sentencia puede pronunciarse sobre la validez de
la relación jurídica procesal, se exige para ello que la decisión así
expedida sea expresa, precisa y motivada, y en tal circunstancia, que
se funde en una causal expresamente prevista por ley; entonces, debe
concluirse que la facultad del Juzgador para emitir una resolución
inhibitoria se circunscribe a criterios de razonabilidad debidamente
justificados, los que, resulta evidente, no se han respetado en este
caso, violándose así los derechos fundamentales relativos al debido
proceso y a la tutela jurisdiccional efectiva previstos en el inciso
tercero del artículo ciento treinta y nueve de la Constitución Política

86
LOS ORGANOS JUDICIALES Y SUS AUXILIARES

vigente...” (Casación Nro. 4638-06 / Lima, publicada en el Diario


Oficial El Peruano el 01-04-2008, págs. 21969-21970).
- “... Conforme a lo dispuesto en la última parte del Artículo ciento
veintiuno del Código Procesal Civil el Juez al momento de sentenciar
puede pronunciarse excepcionalmente sobre la validez de la relación
procesal. (...) debe precisarse atendiendo a la orientación de nuestra
novísima legislación procesal que esta facultad debe ejercerse
restringidamente a la existencia de vicios de carácter insubsanable”
(Casación Nro. 192-96 / Lambayeque, publicada en el Diario Oficial
El Peruano el 01-01-1998, págs. 343-344).
- “... Si bien el artículo 121 del Código Procesal Civil in fine ha previsto
que los Jueces excepcionalmente pueden expedir sentencia inhibitoria,
pronunciándose acerca de la validez de la relación jurídico procesal,
tal posibilidad debe entenderse que está prevista sólo para aquellos
casos en los que al momento de expedir sentencia se advierta la
existencia de vicios insubsanables que afecten gravemente la validez
de la relación jurídico procesal...” (Casación Nro. 557-2008 / Junín,
publicada en el Diario Oficial El Peruano el 30-10-2008, págs. 23227-
23228).
- “... La última parte del Artículo ciento veintiuno del Código Procesal
Civil autoriza al Juez para que emita sentencia pronunciándose sobre
la validez de la relación procesal. (...) dicha norma debe ser
concordada con el último párrafo del Artículo ciento setentiséis del
Código Procesal Civil, que establece que los jueces sólo declararán de
oficio las nulidades insubsanables, mediante resolución motivada,
reponiendo el proceso al estado que corresponde. (...) Que, por lo
tanto, cuando el Juez o la Corte se pronuncia sobre la invalidez de la
relación procesal por encontrar la existencia de un vicio de naturaleza
insubsanable no contraviene ni el principio de congruencia, ni el
carácter dispositivo del proceso civil, ni desconoce las etapas
preclusivas del proceso ni el efecto del saneamiento” (Casación Nro.
841-99 / Cusco, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 01-09-
1999, págs. 3407-3408).
- “... Si bien el artículo 121 in fine del Código Procesal Civil faculta al
Juzgador a que excepcionalmente se pronuncie en la sentencia, sobre
la validez de la relación jurídico procesal; [...] tal previsión está
señalada únicamente para aquellos casos en los que la relación jurídica

87
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

-
procesal no se haya entablado adecuadamente o cuando no obstante el
saneamiento procesal se advierta que el demandante carece de interés
o legitimidad para obrar, que el derecho ha caducado o que el órgano
jurisdiccional resulte absolutamente incompetente...” (Casación Nro.
1267-2006 / La Libertad, publicada en el Diario Oficial El Peruano el
01-10-2007, págs. 20458-20459).
- “... El último párrafo del artículo 121 del Código Procesal acotado
[C.P.C.] señala que con la sentencia el juez pone fin a la instancia
pronunciándose sobre la cuestión controvertida, declarando el derecho
de las partes o excepcionalmente la validez de la relación procesal;
cabe precisar que la excepcionalidad prevista, sólo procede por la
carencia evidente de alguno de los presupuestos procesales de forma o
de fondo que le impidan al juzgador emitir pronunciamiento sobre el
fondo de la cuestión controvertida; de presentarse duda, al respecto
debe preferirse resolver el fondo de la litis buscando la solución del
conflicto de intereses, en virtud de lo dispuesto por el artículo III del
Título Preliminar del Código Procesal Civil...” (Casación Nro. 1565-
2008 / Lambayeque, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 01-
12-2008, pág. 23397).
“... El Código Procesal Civil [...] establece en su artículo ciento
veintiuno parte in fine la facultad que tiene el Juez para pronunciarse
en la sentencia excepcionalmente sobre la validez de la relación
jurídico procesal; [...] dicha facultad del Juez de la causa resulta
extensiva al Colegiado Superior que absuelve el grado de apelación de
la sentencia, coligiéndose de ello que si bien el artículo cuatrocientos
sesentiséis del Código Procesal Civil establece que saneado el proceso
precluye el cuestionamiento a la validez de la relación jurídica
procesal, sin embargo el artículo ciento veintiuno parte in fine
establece una excepción en mérito del cual los jueces de mérito tienen
la facultad de pronunciarse excepcionalmente sobre la validez de la
relación jurídica procesal en la sentencia...” (Casación Nro. 1866-
2004 / La Libertad, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 02-06-
2006, págs. 16267-16268).
- “... Si bien de acuerdo con el Artículo ciento veintiuno del Código
Procesal Civil, la sentencia de vista podía pronunciarse sobre la
validez de la relación procesal y declarar improcedente la demanda

88
LOS ORGANOS JUDICIALES Y SUS AUXILIARES

(...), para ello tenía que declarar nula la apelada o revocarla, lo que
implica que la apelada contenía una causal de nulidad o la Sala
modificaba la misma, pero al declarar improcedente la demanda, sin
anular o revocar la apelada, se mantiene la misma, lo cual importa un
absurdo jurídico y no existe pronunciamiento en la parte resolutiva
sobre la sentencia apelada, incumpliendo lo dispuesto en el inciso
cuarto del Artículo ciento veintidós del Código acotado e incurriendo
en la causal de nulidad contemplada en el Artículo ciento setentiuno
de dicho Código” (Casación Nro. 3016-99 / Huaura, publicada en el
Diario Oficial El Peruano el 04-07-2000, pág. 5528).

2.10.4 Contenido y suscripción de las resoluciones


El artículo 122 del Código Procesal Civil trata sobre el contenido de las
resoluciones. Así tenemos que todas las resoluciones (decretos, autos y
sentencias) deben contener, bajo sanción de nulidad, la indicación del lugar y
fecha en que se expiden (art. 122 -inc. 1)- del C.P.C.). En cuanto al lugar, se
entiende que es aquel donde tiene su sede el órgano jurisdiccional unipersonal o
colegiado que emite la resolución.
Todas las resoluciones (decretos, autos y sentencias) deben contener,
además, bajo sanción de nulidad, la indicación del número de orden que les
corresponde dentro del expediente principal del proceso o cuaderno especial en
que se emiten (art. 122 -inc. 2)- del C.P.C.). Las resoluciones judiciales, dicho
sea de paso, deben ser numeradas correlativamente en el día de su expedición,
bajo responsabilidad (art. 125 del C.P.C.).
Sólo los autos y sentencias (y no los decretos) deben contener, bajo sanción
de nulidad, conforme lo señala el inciso 3) del artículo 122 del Código Procesal
Civil, la mención sucesiva de los puntos sobre los que versa la resolución.
Sólo los autos y sentencias (estando excluidos los decretos) deben contener,
bajo sanción de nulidad, las consideraciones, en orden numérico correlativo, de
los fundamentos de hecho y de derecho que sustentan la decisión (lo que
implica, en este último caso, la cita de la norma o normas aplicables en el
respectivo considerando), lo que debe guardar correspondencia con el mérito de
lo actuado (art. 122 -inc. 3)- del C.P.C.).
Sólo los autos y sentencias (y no los decretos) deben contener, bajo sanción
de nulidad, la expresión clara y precisa de lo que se decide u ordena respecto de
todos los puntos sobre los que versa la resolución judicial de que se trate (art.

89
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

-
122 -parte inicial del inc. 4)- del C.P.C.). Es de destacar que, según se desprende
de la parte final del inciso 4) del artículo 122 del Código Procesal Civil, en caso
de que el órgano jurisdiccional desestimara un pedido determinado debido a la
inobservancia de algún requisito o a la cita errónea de la norma aplicable a su
criterio, tiene la obligación de señalar de manera expresa cuál es el requisito
omitido o defectuosamente cumplido o, según el caso, la norma legal aplicable
al asunto de que se trate. Naturalmente, el requisito aludido debe ser uno
previsto por la ley y, en cuanto al precepto legal aplicable a criterio del
juzgador, cabe señalar que éste tiene que explicar por qué resulta aplicable.
Sólo los autos y sentencias (y no los decretos) deben contener, bajo sanción
de nulidad, el plazo para su cumplimiento, si fuera el caso (art. 122 -inc. 5)- del
C.P.C.).
De conformidad con lo dispuesto en el inciso 6) del artículo 122 del Código
Procesal Civil, únicamente las sentencias deben contener, bajo sanción de
nulidad, la condena en costas y costos y, si procediera, de multas, o la
indicación de la exoneración de su pago (que, en el caso de las costas y costos
procesales, debe ser, además de expresa, debidamente fundamentada: art. 412
-primer párrafo- del C.P.C.).
Todas las resoluciones (decretos, autos y sentencias) deben contener, bajo
sanción de nulidad, la firma del Juez y del auxiliar jurisdiccional
correspondiente (art. 122 -inc. 7)- del C.P.C.). Lo señalado constituye la regla
general respecto de la cual los tres últimos párrafos del artículo 122 del Código
Procesal Civil establecen las siguientes precisiones: A. en primera y segunda
instancia, así como en la Corte Suprema, las sentencias deben contener la firma
completa del Juez o Jueces que las emiten (en este último caso, si se trata de
órgano jurisdiccional colegiado); B. en primera y segunda instancia, así como en
la Corte Suprema, los autos llevan media firma del Juez o Jueces que los
expiden (en este último caso, si se trata

90
LOS ORGANOS JUDICIALES Y SUS AUXILIARES

de órgano jurisdiccional colegiado); C. si se trata de autos emitidos por órganos


jurisdiccionales colegiados, solamente se exigirá la conformidad y la
suscripción del número de miembros que hagan mayoría relativa; y D. Los
decretos, que, por lo general, son expedidos por los auxiliares jurisdiccionales,
deben contener la firma completa de éstos, a no ser que hayan sido emitidos por
el Juez en el curso de alguna audiencia, en cuyo caso el acta que recoge lo
acontecido en la audiencia de que se trate, incluyendo, obviamente, a los
decretos que se expidan dentro de ella, será suscrita por el Juez y por el auxiliar
jurisdiccional respectivo (además de los sujetos procesales intervinientes en la
audiencia).
Conforme lo señala el artículo 122 del Código Procesal Civil, la sentencia
exige en su redacción la separación de las partes que la conforman, a saber:
A) Parte expositiva
B) Parte considerativa.
C) Parte resolutiva.
La Corte Suprema de Justicia de la República, en relación al contenido y
suscripción de resoluciones, ha establecido lo siguiente:
- “... Las resoluciones judiciales constituyen un solo cuerpo, unitario,
siendo improcedente su fragmentación...” (Casación Nro. 1598-2006 /
Huaura, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 31-05-2007, págs.
19600-19601).
- “... El recurrente ha invocado una norma [art. 122 -inc. 2- del C.P.C.,
referido al requisito del número de orden que le corresponde a la
resolución] cuya inobservancia no compromete el derecho al debido
proceso que se pretende proteger...” (Casación Nro. 3093-2000 / Lima,
publicada en el Diario Oficial El Peruano el 31-08-2001, págs. 7671-
7672).
- “... La errónea numeración de una resolución no constituye nulidad
insalvable que afecte su contenido, ni el proceso, de conformidad con
lo preceptuado en el cuarto párrafo del artículo 172 del Código
Procesal Civil...” (Casación Nro. 2717-2006 / Lima, publicada en el
Diario Oficial El Peruano el 30-10-2006, págs. 17421-17422).
- “... No cabe la declaración de nulidades superfluas o sin interés si se
tiene en cuenta que la subsanación en la numeración que le

91
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

corresponde al auto de vista dentro del proceso no ha de influir en el


sentido de lo resuelto, siendo de aplicación lo dispuesto en el artículo
172, cuarto párrafo, del Código Procesal Civil...” (Casación Nro. 1633-
2006 / Lima, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 30-10-2006,
pág. 17347).
- “... Si bien se verifica que la sentencia de vista [...] carece de número
de orden dentro del proceso, dicha circunstancia no acarrea su nulidad
a tenor de lo previsto en el artículo 122 del Código Procesal Civil...”
(Casación Nro. 1675-2001 / Lima, publicada en el Diario Oficial El
Peruano el 3011-2001, págs. 8044-8045).
- “... Si bien en la resolución (que rechaza un medio probatorio)
expedida en la audiencia única no alude (sic) al número que le
correspondería y no se precisa la fecha de su expedición, resulta que
pese a que dichas formas se inobservan, el acto ha cumplido su
finalidad y aún (sic) cuando se subsane el vicio ello no va a cambiar el
sentido de la resolución, debiendo advertirse además que la exigencia
sobre la precisión de la fecha como se denuncia es un excesivo tributo
al ritualismo o formalismo por cuanto se ha expedido dentro de la
audiencia única en cuya acta y en el exordio aparece la fecha
correspondiente...” (Casación Nro. 3323-99 / Lima, publicada en el
Diario Oficial El Peruano el 11-04-2000, pág. 5072).
- “... No se afecta los artículo [sic -léase artículos-] ciento veintidós y
ciento veintitrés del Código Procesal Civil, porque si bien la recurrida
no contiene número de resolución ni parte expositiva en forma[,] ello
no ocasiona la nulidad de la resolución, porque no afecta el sentido del
fallo, siendo aplicable en este extremo el artículo ciento setentidós [del
C.P.C.] [...] en su cuarto párrafo...” (Casación Nro. 3188-01 / Lima,
publicada en el Diario Oficial El Peruano el 01-04-2002, págs. 8527-
8528).
- “... Si bien existen errores en la transcripción de la resolución de vista,
se tratan de errores mecanográficos pero no de errores sustantivos, los
que no invalidan el sentido de la resolución, por ende no se advierte la
contravención al debido proceso que alega el impugnante...” (Casación
Nro. 850-2012 / Lima, publicada en el Diario Oficial El Peruano el
3011-2012, pág. 38440).
- “El derecho a la debida motivación de las resoluciones importa que los
jueces, al resolver las causas, expresen las razones o justificaciones

92
LOS ORGANOS JUDICIALES Y SUS AUXILIARES

objetivas que los llevan a tomar una determinada decisión, estas


razones, deben provenir no sólo del ordenamiento jurídico vigente y
aplicable al caso, sino de los propios hechos debidamente acreditados
en el trámite del proceso, a través de la valoración conjunta de los
medios probatorios...” (Casación Nro. 738-2012 / Tacna, publicada en
el Diario Oficial El Peruano el 02-01-2014, pág. 46300).
- “...El artículo 139, inciso 5º de la Constitución Política del Estado,
contempla el derecho a la debida motivación de las resoluciones
judiciales, que comprende que la decisión judicial debe contener una
respuesta razonada, motivada y congruente con las pretensiones
oportunamente propuestas por las partes...” (Casación Nro. 407-2012 /
Lima, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 02-01-2014, pág.
46184).
- “... En un pronunciamiento judicial, se debe distinguir el juicio de
hecho del de Derecho. El primero corresponde a la reconstrucción de
lo acaecido que hace el magistrado en base al caudal probatorio, y el
segundo al Derecho que estima pertinente a esos hechos, en ejercicio
de la facultad iura novit curia recogida en los artículos VII del Título
Preliminar del Código Procesal Civil, y VII del Título Preliminar del
Código Civil...” (Casación Nro. 1231-2007 / Huaura, publicada en el
Diario Oficial El Peruano el 01-10-2007, pág. 20449).
- “... El juicio de hecho consiste en una declaración histórica, que el Juez
de instancia elabora sobre la base de los hechos alegados y la prueba
actuada por las partes, y que por tanto es particular del caso y hasta
irrepetible; mientras que el juicio de derecho corresponde a la
subsunción de la norma que el Juzgador considera aplicable a los
hechos que se han determinado” (Casación Nro. 582-99 / Cusco,
publicada en el Diario Oficial El Peruano el 19-10-1999, págs. 3774-
3775).
- “... Los fundamentos de hecho de una resolución judicial consisten en
las razones y en la explicación de las valoraciones esenciales y
determinantes que han llevado al juez, a la convicción de que los
hechos que sustentan la pretensión se han verificado o no en la
realidad...” (Casación Nro. 2177-2007 / La Libertad, publicada en el
Diario Oficial El Peruano el 01-09-2008, págs. 22489-22490).
- “... No conteniendo la sentencia de vista ningún fundamento de hecho
(...), se ha incurrido en la causal de nulidad contemplada en los

93
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

Artículos ciento veintidós y ciento setentiuno del Código Procesal


Civil...” (Casación Nro. 3100-99 / Chincha, publicada en el Diario
Oficial El Peruano el 01-06-2000, págs. 5448-5449).
- “... Los fundamentos de derecho [de las resoluciones judiciales] [...]
consisten en las razones esenciales que el juez ha tenido en cuenta para
subsumir o no [...] un hecho dentro de un supuesto hipotético de la
norma jurídica, para lo cual requiere hacer mención de la norma
aplicable o no al caso sub litis...” (Casación Nro. 2177-2007 / La
Libertad, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 01-09-2008,
págs. 22489-22490).
- “... Los fundamentos de derecho deben contener tanto el análisis y
pronunciamientos (sic) de las cuestiones de derecho relevantes para la
solución del caso, como la identificación de las normas jurídicas
objetivas y/o principios generales del derecho a partir de las cuales se
elaboró dicha decisión” (Casación Nro. 597-97 / Tacna, publicada en el
Diario Oficial El Peruano el 07-09-1999, págs. 3488-3489).
- “... De la lectura de la sentencia recurrida (...), se advierte que ella
incurre en nulidad, toda vez que sus fundamentos -sin calificar el valor
de éstos- no se encuentran apoyados en ninguna cita legal, o en su
defecto en la doctrina jurisprudencial aplicable, lo que invalida todo el
cuerpo de la sentencia...” (Casación Nro. 283-95 / Cañete, publicada en
el Diario Oficial El Peruano el 13-12-1996, pág. 2534).
- “... No siempre la falta de citas en números o guarismos puede
significar la carencia de fundamentos de derecho, cuando en los
criterios legales que sustentan un fallo, subyace inexorablemente la
norma material de su referencia, que en consecuencia no es exacta la
afirmación que con la recurrida se han infringido normas que
garantizan el derecho a un debido proceso...” (Casación Nro. 1948-96 /
Lima, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 16-03-1998, pág.
545).
- “... La motivación de los fundamentos de derecho es el resultado del
análisis de los hechos que se da en forma conjunta y no de modo
independiente por cada considerando...” (Casación Nro. 178-2000 /
Arequipa, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 26-05-2000,
pág. 5419).

94
LOS ORGANOS JUDICIALES Y SUS AUXILIARES

- “... La sentencia de vista recurrida contiene sus propios fundamentos


de hecho y de derecho, los cuales no necesariamente deben concurrir
en forma simultánea en un mismo considerando; por ende, dicha
resolución ha sido emitida dentro de los cauces que exige nuestra
normatividad constitucional y procesal...” (Casación Nro. 4389-2007 /
Lima, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 31-01-2008, pág.
21548).
- “... Si bien el A-quem del considerando quinto se pasó al sétimo, ello
constituye tan sólo un error material que no acarrea en absoluto la
nulidad de la [resolución] impugnada...” (Casación Nro. 2024-2001 /
Lima, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 05-11-2001, págs.
7885-7886).
- “... Revisada la [resolución] recurrida se aprecia que la falta de su sexto
considerando obedece a un error material que no afecta el contenido y
sentido de la resolución, pues tiene coherencia lógica y suficiente
motivación fáctica y jurídica que sustenta la decisión de la Sala
Superior [...], guardando correspondencia con el mérito de lo
actuado...” (Casación Nro. 435-2003 / Lima, publicada en el Diario
Oficial El Peruano el 02-02-2004, pág. 11407).
- “... No basta que la sentencia tenga fundamentos, sino que debe
sustentarse en el mérito del proceso y ser ordenada, fluida, lógica, esto
es que no vulnere los principios del buen razonar” (Casación Nro.
2896-98 / Ayacucho, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 27-
09-1999, págs. 3588-3589).
- “... Las resoluciones judiciales se expiden en mérito de lo actuado en el
proceso y en la ley [...]. Es que todo proceso judicial tiene como
finalidad concreta la de resolver un conflicto de intereses o dilucidar
una incertidumbre jurídica y como finalidad abstracta la de lograr la
paz social en justicia, para cumplir con tales fines ineludiblemente
debe existir mutua correspondencia entre lo qué [sic] se razona como
resultado de las conclusiones a las que arriba el Juzgador y lo que se
decide como consecuencia de tal razonamiento...” (Casación Nro.
4197-2007 / La Libertad, publicada en el Diario Oficial El Peruano el
31-03-2008, págs. 21689-21690).
- “... Los pronunciamientos jurisdiccionales son construcciones jurídicas
basada [sic -léase basadas-] en conceptos en las que se asientan. En
ellos se distinguen los fundamentales, de aquellos en abundancia,

95
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

‘obiter dicta’ o ‘ex abundantia’ que no trascienden el fallo, el que se


seguiría sosteniendo en atención a los fundamentos jurídicos
principales. Así, un motivo puede ser erróneo, pero al mismo tiempo
innecesario o superfluo...” (Casación Nro. 899-2007 / Lima, publicada
en el Diario Oficial El Peruano el 2902-2008, págs. 21630-21631).
- “... El inciso 4 del artículo 122 del Código Procesal Civil [...] establece
que las resoluciones contienen la expresión clara y precisa de lo que se
decide u ordena, respecto de todos los puntos controvertidos, norma
que también contiene la congruencia que debe de existir entre lo
resuelto en la sentencia, el petitorio y la actividad desarrollada por las
partes que se refleja fundamentalmente en los puntos controvertidos...”
(Casación Nro. 4908-2006 / Lima, publicada en el Diario Oficial El
Peruano el 02-092008, págs. 22671-22672).

- “... Aparece de la resolución impugnada que el Colegiado Superior no


ha cumplido con la disposición que contienen los incisos 3° y 4° del
artículo 122 del Código Procesal Civil, los cuales establecen que todas
las resoluciones que expidan los jueces deberán contener, bajo sanción
de nulidad, los fundamentos de hecho que sustentan la decisión, y los
respectivos de derecho con la cita de la norma o normas aplicables en
cada punto, según el mérito de lo actuado; y la expresión clara y
precisa de lo que decide u ordena, respecto de los puntos
controvertidos. [...] Que, siendo esto así, la actuación de los jueces del
Colegiado Superior contraviene lo previsto en los dispositivos
procesales antes referidos, afectando el derecho al debido proceso del
demandante...” (Casación Nro. 1053-2008 / Junín, publicada en el
Diario Oficial El Peruano el 04-09-2008, págs. 22985-22986).
- “... Esta deficiente apreciación de los hechos por parte del Colegiado
Superior, torna en nula la decisión impugnada, pues, conlleva a colegir
de que lo resuelto no se ajusta al mérito de lo actuado en el proceso y
en tal virtud, es manifiesto el agravio que se le ha causado a la entidad
recurrente...” (Casación Nro. 2087-2007 / Callao, publicada en el
Diario Oficial El Peruano el 31-03-2008, págs. 21725-21726).
- “... La sentencia impugnada no está debidamente motivada, por lo que
el vicio denunciado determina que la Resolución de Vista infringe el
principio de congruencia procesal, con lo cual se produce la infracción
al derecho a la motivación de las resoluciones judiciales...” (Casación

96
LOS ORGANOS JUDICIALES Y SUS AUXILIARES

Nro. 2690-2012 / Amazonas, publicada en el Diario Oficial El Peruano


el 02-01-2014, pág. 47615).
- “... La resolución impugnada incumple la formalidad prevista en el
artículo ciento veintidós inciso tercero del Código Procesal Civil, el
cual señala que las resoluciones contienen los fundamentos de hecho
que sustentan la decisión, y los respectivos de derecho, según el mérito
de lo actuado, razón por la cual aquella se encuentra afectada de
nulidad...” (Casación Nro. 4460-06 / Lima, publicada en el Diario
Oficial El Peruano el 30-052008, págs. 22084-22085).
- “... Uno de los requisitos esenciales para la validez de una resolución, y
en especial, de una sentencia, es que ella se pronuncie sobre todos y
cada uno de los puntos controvertidos...” (Casación Nro. 01-96 /
Tacna, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 13-12-1996, pág.
2538).
- “... Siendo uno de los requisitos esenciales para la validez de una
resolución y en especial de una sentencia, que en ella se pronuncie
sobre todos los fundamentos expuestos por las partes en la que [sic
-léase en los que-] sustentan su derecho, conforme a lo previsto en el
inciso 4 del artículo 122 del Código Procesal Civil, dicha omisión se
sanciona con nulidad...” (Casación Nro. 2744-2006 / Arequipa,
publicada en el Diario Oficial El Peruano el 29-02-2008, págs. 21645-
21646).
- “... La sentencia es el resultado de un proceso dialéctico sujeto a la
observancia de las normas establecidas en la ley y exterioriza una
decisión jurisdiccional, por tanto, la omisión o falta de
pronunciamiento de algunos de los puntos de la controversia da lugar a
la nulidad del fallo...” (Casación Nro. 4147-2001 / Ica, publicada en el
Diario Oficial El Peruano el 31-03-2003, págs. 10405-10406).
- “... Al no haber existido pronunciamiento expreso sobre la totalidad de
la materia controvertida difiriendo así la solución final de la litis, se ha
transgredido las normas que garantizan el derecho a un debido
proceso...” (Casación Nro. 1408-2001 / Lima, publicada en el Diario
Oficial El Peruano el 01-04-2002, pág. 8504).
- “... La sentencia es el resultado de un proceso dialéctico sujeto a la
observancia de las normas establecidas en la ley y exterioriza una
decisión jurisdiccional, por tanto, la omisión o falta de

97
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

pronunciamiento de alguno de los puntos de la controversia altera la


relación procesal válida dando lugar a la nulidad del fallo...” (Casación
Nro. 1921-2000 / Lambayeque, publicada en el Diario Oficial El
Peruano el 30-01-2001, pág. 6838).
- “... Del contenido de la resolución de vista [...] resulta evidente que el
fallo no contiene pronunciamiento expreso y motivado acerca de la
pretensión contenida en el escrito de la demanda [...]; ésta omisión [sic
-léase esta omisión-], desde luego, vulnera lo establecido en el artículo
122 inciso 4° del Código Procesal Civil que exige que las resoluciones
judiciales necesariamente contengan ‘la expresión clara y precisa de lo
que se decide u ordena, respecto de todos los puntos controvertidos’,
por tanto se incurre en contravención de normas que garantizan el
derecho al debido proceso...” (Casación Nro. 1174-2007
/ Lima, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 04-09-2008, págs.
23100-23102).
- “... Si bien es cierto se incurre en causal de nulidad cuando se omite la
expresión clara y precisa de lo que se decide u ordena respecto de
todos los puntos controvertidos, de conformidad con lo dispuesto en el
artículo ciento veintidós del Código Procesal Civil; no es menos cierto
que desaparece legalmente la misma, cuando tales puntos se
encuentran debidamente apreciados por las instancias de mérito o
subyacen de lo allí resuelto...” (Casación Nro. 2002-2005 /
Lambayeque, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 04-12-2006,
pág. 18238).
- “... No puede tener validez alguna un procedimiento judicial en el que
la sentencia no aparece firmada por el Juez y Secretario...” (Casación
Nro. 327-96 / Ica, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 13-01-
1997, págs. 2793-2794).
- “... En este caso la resolución (...) no ha sido suscrita por el Juez, sino
por el Secretario de Juzgado por disposición del A quo, lo cual
constituye una seria irregularidad procesal que origina una nulidad
insubsanable, que puede declararse de oficio de acuerdo con la última
parte del Artículo ciento setentiséis del Código Procesal Civil, porque
el auto carece de la media firma del Juez y el Secretario del Juzgado no
está facultado para sustituir al Juez en esta obligación” (Casación Nro.
1954-98 / Tacna, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 13-01-
1999, págs. 2465-2466).

98
LOS ORGANOS JUDICIALES Y SUS AUXILIARES

- “... No habiendo ejercido función jurisdiccional el Magistrado citado


con motivo de la licencia que se le concediera [...], es obvio que no
podía suscribir resolución alguna, máxime si a dicha fecha ejercía
funciones otro Magistrado, resultando nula la resolución [...] por no
haberse expedido por el Juez respectivo, conforme lo dispone el inciso
sétimo del artículo ciento veintidós del Código Procesal Civil,
incurriéndose en [...] causal de nulidad...” (Casación Nro. 3856-01 /
Jaén - Lambayeque, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 28-
02-2005, págs. 13639-13640).
- “... En cuanto a la actuación del Secretario Judicial, [...] tampoco podía
autorizar resolución judicial con anterioridad a su nombramiento como
auxiliar judicial, incurriéndose [...] en [...] causal de nulidad...”
(Casación Nro. 3856-01 / Jaén - Lambayeque, publicada en el Diario
Oficial El Peruano el 28-02-2005, págs. 13639-13640).
- “... La sentencia de primera instancia [...] contiene la firma y el nombre
del Juez, con la suscripción del respectivo auxiliar jurisdiccional,
conforme al artículo 122 inciso 7° del Código Procesal Civil,
resultando que para los fines de la notificación se acompañó una copia
de la referida sentencia solamente con la firma del especialista legal, lo
cual no afecta la validez de la citada resolución...” (Casación Nro.
2233-2007 / Lambayeque, publicada en el Diario Oficial El Peruano el
03-09-2007, pág. 20364).

2.10.5 Resoluciones con autoridad de cosa juzgada


Lino Palacio concibe a la cosa juzgada como “... la inmutabilidad o
irrevocabilidad que adquieren los efectos de la sentencia definitiva cuando contra
ella no procede ningún recurso (ordinario o extraordinario) susceptible de
modificarla, o ha sido consentida por las partes” (PALACIO, 1979, Tomo V:
498).
Según se desprende del artículo 123 del Código Procesal Civil, una
resolución adquiere la autoridad de cosa juzgada: a) cuando no proceden contra
ella otros medios impugnatorios que los ya resueltos; y b) cuando las partes
renuncian expresamente a interponer medios impugnatorios o dejan transcurrir
los plazos sin formularlos. Como se observa, la cosa juzgada no alcanza
únicamente a la sentencia sino a toda resolución que se encuentre comprendida
dentro de los supuestos del artículo citado. Así, por ejemplo, tienen calidad de
cosa juzgada:

99
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

- La conciliación (art. 328 del C.P.C.).


- La transacción (arts. 337 -segundo párrafo- del C.P.C. y 1302 -último
párrafo- del C.C.).

- El desistimiento de la pretensión (art. 344 -primer párrafo- del C.P.C.).

- Los laudos arbitrales (art. 59 -inciso 2)- del Decreto Legislativo Nro.
1071).
De conformidad con el penúltimo párrafo del artículo 123 del Código
Procesal Civil, la cosa juzgada alcanza: a) a las partes; y b) a quienes de ellas
deriven sus derechos. Siempre que hubieran sido citados con la demanda,
pueden extenderse los efectos de la cosa juzgada: a) a los terceros cuyos
derechos dependen de los de las partes; y b) a los terceros de cuyos derechos
dependen los de las partes. Como se observa, la certeza y carácter incuestionable
de una determinada situación ventilada judicialmente, derivados de la cosa
juzgada, son en realidad relativos por no ser oponibles a todas las personas al
contraerse solamente a los litigantes o a quienes de ellos emanan sus derechos.
El último párrafo del artículo 123 del Código Procesal Civil establece dos
restricciones a la inmutabilidad de la resolución que adquiere la autoridad de
cosa juzgada, a saber: la nulidad de cosa juzgada fraudulenta (art. 178 del
C.P.C.) y la corrección de resoluciones (art. 407 del C.P.C.).
La Corte Suprema de Justicia de la República, en relación a las resoluciones
con autoridad de cosa juzgada, ha establecido lo siguiente:
- “... Uno de los principios que conforman el derecho procesal es el
principio de la cosa juzgada, que consiste en revestir a las sentencias de
una calidad especial, en virtud del cual [sic -léase en virtud de la cual-]
no se permite que las partes frente a quienes se profiere puedan volver
a instaurar un segundo proceso con base en los mismos pedimentos y
sobre iguales hechos. Este principio obedece a la necesidad de darles el
carácter de definitivo a las sentencias y evitar así que se susciten por
las mismas cuestiones otros procesos...” (Casación Nro. 2212-2006 /
Huánuco, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 03-07-2007,
págs. 19861-19862).
- “... El principio constitucional de cosa juzgada, mediante el cual el
Estado protege la eficacia e inamovilidad que adquiere la sentencia o
resolución que pone fin a un litigio o controversia y contra el cual no
cabe nuevo pronunciamiento o recurso impugnatorio alguno, porque ya

100
LOS ORGANOS JUDICIALES Y SUS AUXILIARES

se agotaron los que procedían o se dejaron pasar los plazos legales para
interponerlos...” (Casación Nro. 3901-2000 / Junín, publicada en el
Diario Oficial El Peruano el 31-05-2002, pág. 8835).
- “... El principio de cosa juzgada constituye uno de los principios de la
función jurisdiccional, cuya observancia se encuadra dentro del respeto
a un debido proceso, y por lo tanto no constituye una forma procesal...”
(Casación Nro. 3047-99 / Piura, publicada en el Diario Oficial El
Peruano el 22-02-2000, pág. 4666).
- “... La cosa juzgada es una garantía procesal por la cual se dota a
ciertas resoluciones, generalmente sentencias, de una autoridad
especial que impide que entre las mismas partes se vuelva a debatir
sobre el mismo asunto [...] (igual causa o hechos o igual objeto o
pretensión), y dictarse una nueva resolución también sobre lo mismo
que pueda resultar contradictoria, atentando y alterando la seguridad
jurídica...” (Casación Nro. 1933-2007 / Cañete, publicada en el Diario
Oficial El Peruano el 01-042008, pág. 21913).
- “... La res iudicata es una garantía procesal mediante la cual se dota a
ciertas resoluciones generalmente sentencias de una especial calidad
que impide que entre las mismas partes se vuelva a debatir sobre el
mismo asunto, igual causa (hechos) y objeto (pretensión), y dictarse
nueva resolución; éste es un principio del debido proceso que da
seguridad a las decisiones judiciales” (Casación Nro. 3338-98 / Lima,
publicada en el Diario Oficial El Peruano el 27-10-1999, pág. 3825).
- “... La cosa juzgada es un instituto procesal que constituye uno de los
fundamentos de la seguridad jurídica consistiendo en la inmutabilidad
de las ejecutorias judiciales...” (Casación Nro. 1370-03 / Cusco,
publicada en el Diario Oficial El Peruano el 03-05-2004, págs. 11952-
11953).
- “... La cosa juzgada se asienta en dos principios: a) La extinción de la
acción con su ejercicio, lo que impide su renovación en otro proceso,
salvo excepción legal expresa; y b) La seguridad jurídica, a fin de dar
estabilidad a las relaciones de Derecho. Por eso los efectos de la cosa
juzgada obligan a toda autoridad y el artículo 139 de la Carta Política,
en sus incisos 2 y 13, prohíbe dejar sin efecto resoluciones que han
pasado en autoridad de cosa juzgada y revivir procesos fenecidos. De
aquí sigue que son caracteres de la Cosa Juzgada, la inmutabilidad y la

101
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

coercibilidad...” (Casación Nro. 724-2006 / Lambayeque, publicada en


el Diario Oficial El Peruano el 02-07-2007, págs. 19647-19648).
- “... La cosa juzgada es uno de los fundamentos de la seguridad jurídica
y consiste en la inmutabilidad de las ejecutorias judiciales...” (Casación
Nro. 2839-2007 / Lima, publicada en el Diario Oficial El Peruano el
0201-2008, pág. 21274).
- “... No se debe confundir la cosa juzgada con la preclusión, pues la
primera sólo corresponde a la sentencia definitiva, mientras que la
segunda es un estado que también puede referirse a las resoluciones
interlocutorias y que no permite discutir de nuevo la cuestión procesal
decidida, pero no produce cosa juzgada, porque sus efectos no son
extraprocesales” (Casación Nro. 2056-98 / Lima, publicada en el
Diario Oficial El Peruano el 19-03-1999, págs. 2832-2833).
- “... En materia procesal el principio de la cosa juzgada tiene dos
aceptaciones [sic -léase acepciones-]: la cosa juzgada formal entendida
como preclusión, es decir que una resolución no puede ser atacada más
dentro de un proceso, sea auto o sentencia; y la cosa juzgada material o
verdadera cosa juzgada que solamente produce la sentencia que se
pronuncia sobre el fondo del asunto y respecto de la cual la decisión
contenida en ella resulta irrevocable y supone la vinculación con
respecto a otro proceso...” (Casación Nro. 3426-00 / Huánuco,
publicada en el Diario Oficial El Peruano el 30-04-2003, pág. 10480).
- “... La doctrina ha distinguido la cosa juzgada material de la cosa
juzgada formal. Esta última se puede definir como la decisión judicial
que se cumple y es obligatoria tan sólo en relación al proceso en el cual
se ha dictado y al estado de cosas que se tuvo en cuenta en el momento
de decidir; pero nada obsta para que en un procedimiento posterior,
mudado el estado de cosas que se tuvo presente al tomar la decisión, la
cosa juzgada pueda modificarse. En cambio, existe cosa juzgada
material, cuando a la condición de inimpugnable en el mismo proceso,
se une la inmutabilidad de la sentencia en otro proceso posterior...”
(Casación Nro. 2372-2006 / Apurímac, publicada en el Diario Oficial
El Peruano el 02-01-2008, pág. 21324).
- “... En materia de Cosa Juzgada, se distingue la formal de la material.
La primera se refiere a la imposibilidad de reabrir la discusión en el
mismo proceso; la segunda en cambio se produce cuando a la
irrecurribilidad de la sentencia se agrega la inmutabilidad de la

102
LOS ORGANOS JUDICIALES Y SUS AUXILIARES

decisión; debiendo significarse que un conflicto de intereses con


relevancia jurídica adquiere la autoridad de cosa juzgada material
cuando aquella ha sido objeto de jurisdicción definitiva y cobra fuerza
obligatoria respecto a la materia contenida en la sentencia...” (Casación
Nro. 354-02 / Ayacucho, publicada en el Diario Oficial El Peruano el
30-03-2005, pág. 13807).
- “... En materia de cosa juzgada, [...] debe distinguirse la cosa juzgada
formal y la cosa juzgada material; entendida la primera, cuando
produce sus consecuencias en relación al proceso en que ha sido
emitida, pero que no impide su revisión en otro distinto, en el cual
puede reabrirse el debate; y la segunda, sustancial, cuando la
resolución es inimpugnable, produciendo sus efectos tanto en el
proceso en que ha sido emitida, como en cualquier otro distinto o
posterior, impidiendo que el tema de fondo se someta a nueva [...]
discusión...” (Casación Nro. 771-2007 / Lima, publicada en el Diario
Oficial El Peruano el 03-09-2007, págs. 20401-20402).
- “... Es principio de derecho que el Juez no puede anular o revocar sus
propias resoluciones por contrario imperio, y que por lo demás es una
garantía de la cosa juzgada formal” (Casación Nro. 794-94 / Ica,
publicada en el Diario Oficial El Peruano el 20-04-1998, pág. 727).
- “... Un conflicto de intereses con relevancia jurídica adquiere la
autoridad de cosa juzgada material cuando aquélla (sic) ha sido objeto
de jurisdicción definitiva y cobra fuerza obligatoria respecto a la
materia contenida en la sentencia, y al adquirir la categoría de
irreversibilidad, no procede contra ella otros medios impugnatorios que
los ya resueltos” (Casación Nro. 1971-98 / Lambayeque, publicada en
el Diario Oficial El Peruano el 18-10-1999, pág. 3760).
- “... La cosa juzgada significa que no se puede seguir otro proceso
idéntico a uno anterior que ha terminado por sentencia firme, lo que se
aprecia en función de la triple identidad que reconoce la doctrina:
partes, objeto y acción, como establece el artículo cuatrocientos
cincuentitrés del Código Procesal Civil que se debe concordar con el
artículo ciento veintitrés del mismo Código...” (Casación Nro. 2164-00
/ Lima, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 30-04-2001, pág.
7175).
- “... Para identificar la existencia de la autoridad de la cosa juzgada es
menester analizar el criterio denominado de la triple identidad por el

103
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

cual se entiende que entre el proceso juzgado y el nuevo tiene que


existir una identidad de sujetos, el mismo petitorio y el mismo interés
para obrar, es decir, la misma causa petendi...” (Casación Nro. 2345-
2001 / Junín, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 02-09-2002,
págs. 9178-9179).
- “... Habrá identidad jurídica de los sujetos cuando una misma persona
es parte demandante y una misma persona es parte demandada en los
dos procesos. Hay identidad del petitorio cuando en una primera
demanda la petición concreta como elemento constitutivo de la
pretensión procesal es la misma que la de la segunda demanda, esto es,
que la motivación fáctica y jurídica con que se han propuesto las
pretensiones procesales y su respectivo petitorio son las mismas en
ambas demandas. Hay identidad de interés para obrar cuando en ambos
procesos se constata la existencia de la misma necesidad ineludible del
titular de la pretensión procesal de acudir al organismo jurisdiccional
en busca de la tutela judicial...” (Casación Nro. 2817-2001 / Piura,
publicada en el Diario Oficial El Peruano el 30-09-2002, págs. 9197-
9198).
- “... La declaración de cosa juzgada está sujeta a límites objetivos y
subjetivos, los primeros referidos al objeto y la causa del que deriva la
pretensión constituidos por la identidad del objeto de la pretensión y la
identidad de la causa petendi, en tanto que el límite subjetivo está
referido a la identidad de las partes intervinientes, los que deben
constituirse de manera concurrente para alegarse la pretendida calidad
de cosa juzgada, conforme a lo preceptuado en el artículo cuatrocientos
cincuentidós del Código Procesal Civil...” (Casación Nro. 2678-2002 /
Ica, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 30-05-2005, págs.
14087-14088).
- “... La cosa juzgada establece como supuesto de su contenido, la
existencia de un proceso idéntico a otro en el que también se haya
obtenido una sentencia firme, siendo que [...] han sido considerados
como límites de la cosa juzgada, los límites subjetivos, entendidos
como identidad jurídica de las partes que intervienen en el proceso, y
los límites objetivos, considerados como: la identidad de la cosa u
objeto -que es el derecho discutido en el proceso respecto de una o
varias cosas expresadas en pretensiones-, y la identidad de la causa
-considerada como los hechos determinantes en que se sustenta la

104
LOS ORGANOS JUDICIALES Y SUS AUXILIARES

pretensión-...” (Casación Nro. 1188-2007 / Ica, publicada en el Diario


Oficial El Peruano el 03-12-2008, págs. 23608-23609).
- “... Los límites objetivos de la cosa juzgada se circunscriben a la
materia que es tema del pronunciamiento: objeto procesal. Tal objeto
tiene las siguientes vertientes: identidad de la cosa o petitum e
identidad de la causa de pedir o causa petendi. La autoridad de la cosa
juzgada se extiende a todas aquellas cuestiones que han sido debatidas
en el proceso
y decididas por la sentencia. Desde luego, dentro de una perspectiva
global, la identidad de objeto se encuentra indisolublemente ligada a la
identidad de partes, o sus sucesores procesales, y al interés para obrar
como precisa el artículo 452 del Código Procesal Civil. La identidad
de la cosa se plasma en la pretensión y su correspondiente resistencia.
La cosa debe ser entendida como el objeto corporal o incorporal, o
cualquier otra situación que emane una relación jurídica...” (Casación
Nro. 724-2006 / Lambayeque, publicada en el Diario Oficial El
Peruano el 02-07-2007, págs. 19647-19648).
- “... Una sentencia expedida en juicio contradictorio adquiere la calidad
de Cosa Juzgada, cuando ya no es posible recurrirla, o cuando las
partes no la impugnan, como establece el artículo 123 del Código
Procesal Civil. La Cosa Juzgada otorga a la sentencia dos caracteres
que la cualifican: la inmutabilidad y la certeza. La inmutabilidad
impone a los Organos Jurisdiccionales la prohibición de revivir un
proceso fenecido; la certeza le confiere al contenido de la sentencia el
carácter de verdad, haciéndola indiscutible en nuevos procesos. La
cosa juzgada cubre lo deducido y lo deducible...” (Casación Nro. 1077-
2007 / Ica, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 29-02-2008,
págs. 21635-21636).
- “... La autoridad de la cosa juzgada reside en la sentencia y sus
caracteres son la inmutabilidad y la coercibilidad...” (Casación Nro.
2056-98 / Lima, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 19-03-
1999, págs. 2832-2833).
- “... Los efectos de la cosa juzgada obligan a toda autoridad con los
caracteres de inmutabilidad y coercibilidad a tenor de lo dispuesto en
los incisos segundo y décimo tercero del artículo ciento treinta y nueve
de la Constitución Política del Estado...” (Casación Nro. 1188-2007 /

105
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

Ica, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 03-12-2008, págs.


23608-23609).
- “... La inmutabilidad [como característica de la cosa juzgada] confiere
declaración de certeza al contenido de la sentencia, haciéndola
indiscutible en nuevos procesos...” (Casación Nro. 724-2006 /
Lambayeque, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 02-07-2007,
págs. 19647-19648).
- “... La referida sentencia tiene la calidad de cosa juzgada, lo que
significa que es inmutable jurídicamente (...); y la que debe acatarse y
cumplirse en sus propios términos, sin poder calificar su contenido o
sus fundamentos, restringir sus efectos o interpretar sus alcances bajo
la (sic) responsabilidad civil, penal o administrativa...” (Casación Nro.
234-95 / Huaura, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 11-02-
1997, pág. 2834).
- “... El principio de cosa juzgada se produce respecto de las sentencias
firmes que resuelven la cuestión planteada por las partes, cuyo efecto
procesal estriba en la invariabilidad de la misma y su permanencia en
el tiempo...” (Casación Nro. 1167-2000 / Huánuco, publicada en el
Diario Oficial El Peruano el 02-01-2001, pág. 6691).
- “... No resulta factible revisar resoluciones que tiene [sic -léase que
tienen-] la autoridad de Cosa Juzgada...” (Casación Nro. 4242-2007 /
Loreto, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 03-12-2008, pág.
23642).
- “... Este principio [de cosa juzgada] no es universal, ni erga omnes,
pues como establece el [...] artículo 123 [del C.P.C.] [...], en su
segundo párrafo, la cosa juzgada sólo alcanza a las partes y a quienes
de ellas deriven sus derechos, y es posible extender sus efectos a los
terceros, cuyos derechos dependan de las partes, si hubieran sido
citados con la demanda. Es que, al igual que un contrato, una sentencia
es jurídicamente indiferente para los terceros extraños al acto. La
sentencia es res inter alios iudicata, y los terceros son [...] todos
aquellos que no han sido parte en el proceso y que tengan una acción
propia que ejercitar, o una excepción propia que proponer sobre la
misma cosa, pero que están fuera de la esfera subjetiva de la acción ya
ejercitada. Todo Sistema Procesal está pensado para resolver un
conflicto entre dos intereses opuestos: entre dos partes, aún cuando en
cada parte puede haber pluralidad de sujetos, por tanto, será tercero,

106
LOS ORGANOS JUDICIALES Y SUS AUXILIARES

quien no es parte en el proceso, por no ser demandante ni


demandado...” (Casación Nro. 1077-2007 / Ica, publicada en el Diario
Oficial El Peruano el 29-02-2008, págs. 21635-21636).
- “... La cosa juzgada se circunscribe en la parte resolutiva de una
resolución y no en su parte considerativa...” (Casación Nro. 3812-02 /
Lambayeque, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 30-10-2003,
págs. 11009-11010).
- “... Lo efectos [sic -léase los efectos-] de la cosa juzgada solamente
afectan al fallo en si mismo [sic -léase en sí mismo-], pero no se
extienden a los hechos...” (Casación Nro. 1696-01 / Lima, publicada en
el Diario Oficial El Peruano el 05-11-2001, pág. 7862).
- “... Debe tenerse presente que la cosa juzgada es entendida como el
efecto característico de las sentencias que deciden la pretensión hecha
valer en el proceso, excluyendo la cosa juzgada de las llamadas
resoluciones interlocutorias. [...] Que, siendo esto así, se desprende que
en el caso de autos no se ha afectado el principio aludido [principio de
cosa juzgada], puesto que la resolución que corre a fojas [...] no es una
sentencia...” (Casación Nro. 1075-2000 / Callao, publicada en el Diario
Oficial El Peruano el 30-01-2001, págs. 6804-6806).
- “... La calidad de cosa juzgada material solamente la tienen las
sentencias que se pronuncian sobre el fondo del asunto...” (Casación
Nro. 1047-2004 / La Libertad, publicada en el Diario Oficial El
Peruano el 01-12-2004, págs. 13216-13217).
- “... La resolución que admite la demanda no causa cosa juzgada en los
términos del Artículo ciento veintitrés del Código Procesal Civil, pues
su validez puede ser analizada por el Juzgador con oportunidad del
saneamiento conforme al Artículo cuatrocientos sesenticinco del
mismo Código, e inclusive, excepcionalmente al momento de
sentenciar, en virtud de lo dispuesto por el Artículo ciento veintiuno
del Código Adjetivo...” (Casación Nro. 1769-99 / Santa, publicada en
el Diario Oficial El Peruano el 20-01-2000, pág. 4600).
- “... Las resoluciones indicadas en el recurso [de casación] no
constituyen cosa juzgada pues son emitidas en ejecución de
sentencia...” (Casación Nro. 254-01 / ICA, publicada en el Diario
Oficial El Peruano el 02-072001, pág. 7379).

107
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

- “... Si bien es cierto no hay norma específica que defina si la cosa


juzgada se da en todos los procedimientos jurisdiccionales, tanto
contenciosos como no contenciosos, no es menos cierto que [...] los
procedimientos no contenciosos tienen caracteres especiales que lo [sic
-léase los-] distinguen de los contenciosos ya que en el primero las
resoluciones que dan término a un procedimiento de este tipo no
constituyen cosa juzgada, habida cuenta que no obligan o vinculan a
determinada persona o personas, advirtiéndose la falta del carácter
sustancial de la cosa juzgada a que se refiere la segunda parte del
artículo 123 del Código formal [C.P.C.]...” (Casación Nro. 1111-2001 /
Lima, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 0511-2001, pág.
7986).
- “... Aunque se considere que la función del juez en un procedimiento
no contencioso no deja de ser jurisdiccional, como así lo es, es forzoso
concluir que las resoluciones que dan término a un procedimiento de
este tipo, no constituye cosa juzgada pues no obligan o vinculan a
determinada persona o personas...” (Casación Nro. 1464-99 / Tumbes,
publicada en el Diario Oficial El Peruano el 06-04-2000, pág. 4964).
- “... La tenencia de la menor a cargo de su progenitor es por naturaleza
de carácter provisoria, supeditada a la buena formación, enseñanza,
educación y buenos modales que se le implanta y como tal no causa
cosa juzgada” (Casación Nro. 1909-97 / Ica, publicada en el Diario
Oficial El Peruano el 05-12-1998, pág. 2151).
- “... Denuncia [el recurrente] [...] que la Sala [Superior] habría revivido
procesos fenecidos cuestionando una sentencia que ha adquirido la
calidad de cosa juzgada con el fin [de] fundamentar su decisión;
analizando la recurrida se aprecia que el Colegiado ha valorado la
sentencia dictada en el proceso [...] sobre nulidad de acto jurídico
seguido entre las mismas partes [...], por cuanto fue admitida como
prueba en el proceso, lo que de ninguna manera se puede considerar
como la revisión de un proceso fenecido, sino como la valoración de
una prueba en forma razonada, tal como lo dispone el ordenamiento
procesal...” (Casación Nro. 997-2003 / Huánuco, publicada en el
Diario Oficial El Peruano el 01-03-2004, págs. 11564-11565).
- “... La referida resolución [...] ha contravenido las normas que
garantizan el derecho al debido proceso al pronunciarse sobre un
extremo que ya había sido materia de pronunciamiento, vulnerándose

108
LOS ORGANOS JUDICIALES Y SUS AUXILIARES

el principio de la cosa juzgada que protege nuestra Carta Magna,


consagrado en el inciso 13 del artículo 139...” (Casación Nro. 3901-
2000 / Junín, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 31-05-2002,
pág. 8835).
- “... La resolución recurrida en casación al dejar sin efecto una
sentencia con la calidad de cosa juzgada por medio de un auto, ha
incurrido en causal de nulidad...” (Casación Nro. 1999-2000 / Piura,
publicada en el Diario Oficial El Peruano el 30-01-2001, págs. 6813-
6814).
- “... No puede constituir cosa juzgada lo resuelto con infracción de las
Normas Procesales” (Casación Nro. 1380-T-97 / Junín, publicada en el
Diario Oficial El Peruano el 07-07-1998, págs. 1405-1406).
- “... Una resolución [...] no puede quedar firme si ha sido expedida
contraviniendo la ley y afectando el derecho de toda persona a un
debido proceso...” (Casación Nro. 2372-2001 / Callao, publicada en el
Diario Oficial El Peruano el 01-04-2002, págs. 8576-8577).
- “... La cosa juzgada supone un proceso regular, en que las partes
puedan ejercitar libremente su derecho de defensa, por lo que no puede
haber cosa juzgada en un procedimiento irregular, seguido contra una
persona absolutamente incapaz y que posteriormente fue declarada
interdicta, infringiendo la garantía constitucional de la observancia del
debido proceso consagrada en el inciso tercero del artículo ciento
treintinueve
de la Constitución Política del Estado...” (Casación Nro. 636-2002 /
Arequipa, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 02-01-2003,
págs. 9754-9755).
- “... La Sala de mérito al declarar improcedente la demanda, por
determinar que se ha configurado la cosa juzgada ha analizado
erróneamente los elementos de identidad del actual proceso con un
proceso anterior, por lo que ha incurrido en afectación del derecho del
demandante a la tutela jurisdiccional efectiva, pues al sostenerse una
supuesta cosa juzgada inexistente se estaría limitando el derecho del
recurrente para acceder a la jurisdicción, lo que constituye
contravención del inciso tercero del artículo ciento treinta y nueve de la
Constitución Política del Estado y, por ende[,] determina la nulidad de
la resolución de vista, a tenor del artículo ciento setenta y uno del

109
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

Código Procesal Civil...” (Casación Nro. 1188-2007 / Ica, publicada en


el Diario Oficial El Peruano el 03-12-2008, págs. 23608-23609).

2.11 Impedimento del Juez


El impedimento es aquella circunstancia que imposibilita el conocimiento
del proceso por parte de un magistrado u otro miembro del Poder Judicial. Es un
instituto procesal que implica el mandato legal expreso referido a la exclusión
de las personas mencionadas precedentemente, por estar inmersas dentro de
situaciones que ponen en duda su imparcialidad y la objetividad que debe reinar
en el conocimiento del litigio.
A criterio de Couture, “el impedimento es un motivo grave de inhibición:
configura una circunstancia que obsta en modo absoluto al conocimiento de un
asunto determinado, por parte del juez. Ni aun mediando acuerdo de partes, es
posible que entienda en el asunto un juez impedido. Su deber de alejamiento es
inmediato. No necesita esperar que las partes se manifiesten a este respecto, ni
requiere autorización del superior para desprenderse del conocimiento del
asunto” (COUTURE, 1950, Tomo III: 133).
En opinión de Devis Echandía, “los impedimentos consisten en situaciones
personales del juez o magistrado que la ley contempla como motivo para que se
abstengan de administrar justicia en un caso determinado; se refieren a
parentesco, amistad íntima, enemistad grave con alguna de las partes o sus
representantes y apoderados, a interés personal en el asunto y a haber dictado la
providencia cuando eran funcionarios inferiores y corresponderles luego su
revisión como superior jerárquico. En esas condiciones hay una especie de
inhabilidad subjetiva del funcionario para administrar justicia en el caso
concreto y su separación es una garantía de la imparcialidad indispensable para
que la sociedad y las partes tengan confianza en los jueces...” (DEVIS
ECHANDIA, 1984, Tomo I: 132).
Las causales de impedimento (así como las de recusación) se aplican a los
Jueces de todas las instancias y a los de la Sala de Casación, vale decir, a los
Vocales de la Corte Suprema (art. 311 -parte inicial- del C.P.C.).
Las causales de impedimento del Juez se encuentran reguladas en el artículo
305 del Código Procesal Civil, conforme al cual el Juez se encuentra impedido
de dirigir un proceso cuando:
1. Ha sido parte anteriormente en éste.

110
LOS ORGANOS JUDICIALES Y SUS AUXILIARES

2. El o su cónyuge o concubino, tiene parentesco dentro del cuarto grado


de consanguinidad, segundo de afinidad o de adopción con alguna de
las partes o con su representante o apoderado o con un abogado que
interviene en el proceso. Es de resaltar que, por disposición del último
párrafo del artículo 305 del Código Procesal Civil: A. el impedimento
previsto en esta segunda causal sólo se verifica cuando el abogado ya
estaba ejerciendo el patrocinio de la causa; y B. está prohibido al
abogado asumir una defensa que provoque el impedimento del Juez.
3. El o su cónyuge o concubino, tiene el cargo de tutor o curador de
cualquiera de las partes.
4. Ha recibido él o su cónyuge o concubino, beneficios, dádivas de alguna
de las partes, antes o después de empezado el proceso, aunque ellos
sean de escaso valor.
5. Ha conocido el proceso en otra instancia, salvo que haya realizado
únicamente actos procesales de mero trámite.
La Corte Suprema de Justicia de la República, en relación al impedimento
del Juez, ha establecido lo siguiente:
- “... El impedimento es el instituto procesal por el cual la ley, de modo
expreso y terminante, aparta al juez del conocimiento de determinado
proceso, por estar vinculado a hechos tan fuertes que se duda que
pueda proceder con imparcialidad...” (Casación Nro. 646-98 /
Lambayeque, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 30-10-2000,
págs. 6421-6422).
- “... Por el impedimento, la ley, de forma expresa y determinante, aparta
al Juez del conocimiento de determinado proceso por estar vinculado al
mismo por lazos ineludibles (por haber sido parte del mismo, por ser
pariente de una de las partes o de su abogado, por haber obtenido
dádivas de aquéllos, por haber conocido antes el mismo proceso en
otra instancia, entre otros)...” (Casación Nro. 2246-04 / Piura,
publicada en el Diario Oficial El Peruano el 01-06-2006, págs. 16119-
16120).
- “... Las causales de impedimento y recusación se establecen entre las
partes y los jueces y no con los juzgados que éstos despachan, que son
los órganos jurisdiccionales del Poder Judicial...” (Casación Nro.

111
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

182896 / Callao, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 17-07-


1998, pág. 1465).
- “... Si bien el inciso segundo del artículo trescientos cinco acotado [del
C.P.C.] establece el impedimento del Juez cuando éste tiene
parentesco, dentro del cuarto grado de consanguinidad y segundo de
afinidad, con el abogado que interviene en el proceso, también lo es
que el parentesco en alusión no se extiende al cónyuge o concubino de
este último...” (Casación Nro. 328-03 / Huaura, publicada en el Diario
Oficial El Peruano el 30-05-2003, pág. 10584).
- “... El impedimento a que se refiere el inciso quinto del [...] artículo
trescientos cinco [del C.P.C., sobre el impedimento del Juez por haber
conocido el proceso en otra instancia] está dirigido a los Jueces y no a
los auxiliares jurisdiccionales...” (Casación Nro. 26-04 / Cerro de
Pasco, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 31-05-2005, págs.
14185-14186).
- “... El artículo trescientos cinco inciso quinto del Código Procesal Civil
establece que ‘El Juez se encuentra impedido de dirigir un proceso
cuando: (...) Ha conocido el proceso en otra instancia’. Como se puede
ver al exigir que el juzgador haya conocido el mismo proceso ‘en otra
instancia’ éste (sic) artículo está dirigido sólo a Jueces de Revisión y a
los de la Corte Suprema, cuando actúan conociendo, respectivamente,
del recurso de apelación y del de casación, pues lo que se quiere evitar
es que un mismo juzgador participe reiteradamente en el conocimiento
del proceso, pues con ello se vulneraría la garantía constitucional de
‘pluralidad de instancias’...” (Casación Nro. 646-98 / Lambayeque,
publicada en el Diario Oficial El Peruano el 30-10-2000, págs. 6421-
6422).
- “... La recurrente considera que la Vocal [...] debía inhibirse del
conocimiento de la causa por haber intervenido en el proceso
acompañado y que ha servido de sustento de la sentencia; [...] ello
determina que en la sentencia de vista se ha incurrido en la causal de
nulidad contemplada en el artículo ciento setentiuno del Código
Procesal Civil...” (Casación Nro. 522-2002 / Piura, publicada en el
Diario Oficial El Peruano el 0110-2002, pág. 9312).
- “... Conforme lo establece el artículo 305 del Código Procesal Civil en
su inciso 5°, el magistrado que ha conocido el proceso en primera
instancia está impedido de conocerlo en segunda instancia, y es su

112
LOS ORGANOS JUDICIALES Y SUS AUXILIARES

obligación declararse impedido y abstenerse de seguir conociendo la


causa conforme a lo preceptuado por el artículo 311 del Código
acotado; [...] en el caso de autos, el magistrado [...] ha conformado el
Colegiado [Superior] que absolviendo el grado de apelación expidió la
sentencia de vista impugnada, actuando inclusive en calidad de
Ponente, a pesar de haber conocido el mismo proceso en primera
instancia, en el cual si bien es cierto que no emitió pronunciamiento
sobre el fondo, sin embargo su actuación no ha sido de mero trámite,
[...] actuación que le impedía conocer la causa en segunda instancia,
por lo que al haber integrado la Sala [Superior] emitiendo la Sentencia
de Vista actuando en calidad de ponente, ha incurrido en causal de
nulidad insalvable prevista en el artículo 171 del Código Procesal
Civil, que no puede verse convalidada [...], [...] tampoco convalida
dicho acto el hecho de que los abogados informaran ante el Colegiado
[Superior] conformado por el referido magistrado sin recusarlo, pues es
deber del magistrado que se encuentre comprendido en causal de
impedimento, declararse impedido y abstenerse de seguir conociendo
el proceso...” (Casación Nro. 1700-2003 / Junín, publicada en el Diario
Oficial El Peruano el 30-10-2006, págs. 17341-17342).
- “... La impugnante cuestiona la intervención del señor Vocal [...],
refiriendo que por haber suscrito la anterior sentencia de vista que fue
declarada Nula por este Supremo Tribunal, se encontraba incurso en
impedimento previsto en el artículo trescientos cinco del Código
Procesal Civil; sin embargo, la intervención previa del magistrado en
una misma causa configura causal de impedimento cuando aquél
conoció el proceso en otra instancia, conforme lo regula el inciso
quinto de la norma acotada, que no es el caso, pues el citado
magistrado viene conociendo nuevamente los autos sub materia como
integrante del Colegiado en segunda instancia...” (Casación Nro. 2206-
03 / Callao, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 30-09-2004,
págs. 12736-12737).
- “... La abstención por decoro está prevista cuando en el curso del
proceso se presentan motivos que perturban la función del Juez, por lo
que éste puede abstenerse mediante resolución debidamente
fundamentada conforme lo señala el artículo 313 del Código Procesal
Civil; caso distinto es cuando ha conocido el proceso en otra instancia
donde ya emitió una opinión, y hace que se pueda dudar de su
imparcialidad como magistrado, ya que teniendo una posición definida
puede inclinarse por una de las partes lo que se encuentra previsto

113
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

entre las causales de impedimento que señala el artículo 305 del


Código acotado...” (Casación Nro. 1745-04 / Puerto Maldonado -
Madre de Dios, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 02-06-
2006, pág. 16200).

2.12 Excusación del Juez


Lino Palacio sostiene que “la excusación se configura (...) cuando las
mencionadas circunstancias (relaciones de Juez con alguna de las partes o con la
materia controvertida) determinan el apartamiento espontáneo del juez”
(PALACIO, 1979, Tomo II: 304).
Flores Trejo asevera que la excusa “... es el acto en virtud del cual, el titular
de un órgano jurisdiccional, se abstiene de conocer determinado asunto, por
considerar él mismo, que existe una causal (impedimento) que perturbará su
imparcialidad para juzgarlo” (FLORES TREJO, 1985: 506). El mencionado
jurista distingue entre impedimento y excusa diciendo que “... el primero es la
causa que imposibilita al juzgador para conocer del negocio, la segunda es el
acto que realiza el juez para no conocer del asunto, por presentarse alguna de las
causas señaladas en el ordenamiento jurídico, es decir no se avoca al
conocimiento del negocio por existir un impedimento para ello, y en base a éste,
se excusa” (FLORES TREJO, 1985: 506).
“Constituye un deber de los jueces abstenerse de conocer de un proceso
ante determinadas circunstancias previstas por el ordenamiento, para no llegar a
comprometer su posición de tercero imparcial...” (BACRE, 1986, Tomo I: 596).
Como se aprecia, el magistrado que se encuentre inmerso en una causal de
impedimento (contemplada en el art. 305 del C.P.C.) tiene la obligación de
abstenerse o excusarse de seguir conociendo el proceso, declarándose, pues,
impedido para conocerlo, lo cual hará tan pronto como advierta la existencia de
alguna causal legal de impedimento (art. 311 -in fine- del C.P.C.). Si el
magistrado que se encuentra en tal situación incumple su deber de abstenerse de
seguir conociendo el litigio, entonces, puede ser recusado por las partes en base
a la causal de impedimento de que se trate (art. 312 del C.P.C.), pero esto no
significa que ellas puedan participar en el trámite de excusación del Juez, pues,
conforme lo hace notar Aldo Bacre, “las partes carecen de legitimación para
intervenir en la excusación del juez ni dispensar las causales invocadas, ya que
se trata de un problema del juez, no de las partes...” (BACRE, 1986, Tomo I:
597). El citado jurista concluye que “el juez de la causa es el único legitimado
para excusarse; es, al mismo tiempo, sujeto activo y pasivo de la excusación”
(BACRE, 1986, Tomo I: 597).

114
LOS ORGANOS JUDICIALES Y SUS AUXILIARES

La Corte Suprema de Justicia, respecto de la excusación del Juez, ha


establecido lo siguiente:
- “... El Artículo trescientos seis del Código Procesal Civil regula el
trámite cuando el Juez se reconoce impedido de conocer un caso. En el
artículo bajo estudio se concede al juzgador la facultad de analizar las
diversas causales de impedimento, y si en ellas encuentra algún motivo
que lo alcanza, surge en él el deber de excusarse de seguir conociendo
el caso; pero si el juzgador no encuentra motivo de impedimento, las
partes ni ningún otro juez puede instarlo a que se declare impedido,
pudiendo en todo caso hacer uso de los recursos que la ley procesal les
concede...” (Casación Nro. 646-98 / Lambayeque, publicada en el
Diario Oficial El Peruano el 30-10-2000, págs. 6421-6422).
- “... El párrafo segundo de la parte in fine del Artículo trescientos seis
del Código Procesal Civil establece que las resoluciones que resuelven
las abstenciones son inimpugnables; no obstante, la Sala (...) de oficio
modifica la resolución recurrida, fundándose en una causal de
recusación situación distinta a la abstención por decoro. (...) Que,
siendo así, se ha transgredido el derecho constitucional al debido
proceso, que es una de las garantías del derecho a la tutela
jurisdiccional efectiva, con la secuela de infringir los principios de
dirección, economía y celeridad procesales...” (Casación Nro. 1145-
99 / La Libertad, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 20-11-
1999, pág. 4028).

2.13 Recusación del Juez


Según Gómez de Liaño González y Pérez-Cruz Martín, la recusación “...
constituye el único remedio arbitrado legalmente para apartar del conocimiento
del proceso a aquellos Jueces y Magistrados que, por tener una especial relación
con las partes o con el objeto del proceso, su imparcialidad haya quedado cues-
tionada …” (GOMEZ DE LIAÑO GONZALEZ; y PEREZ-CRUZ MARTIN,
2000, Tomo I: 116).
Flores Trejo dice de la recusación que:
“... Es la facultad que tienen las partes, de solicitar ante el propio juzgador
o ante su superior, para que no conozca de determinado asunto, puesto
que considera (n) existe alguna circunstancia (impedimento) que puede
poner en tela de juicio su imparcialidad.

115
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

(...) La recusación es en sí un recurso, que cualquiera de las partes tiene,


para que un órgano jurisdiccional, no conozca de un asunto
determinado, desde luego, en base a un impedimento” (FLORES
TREJO, 1985: 510).
Para Lino Palacio, “... denomínase recusación al medio acordado por la ley
para apartar del conocimiento de un determinado proceso al juez cuyas
relaciones o situación con alguna de las partes, o con la materia controvertida en
aquél, sean susceptibles de afectar la garantía de imparcialidad que es inherente
al ejercicio de la función judicial” (PALACIO, 1979, Tomo II: 304).
Como se ha podido apreciar, la recusación es un acto procesal de parte
orientado a conseguir el apartamiento del proceso -y su consiguiente reemplazo-
de un magistrado o de un miembro del Poder Judicial que se encuentra inmerso
dentro de alguna causal de impedimento o recusación. Procede cuando el
impedido no se ha eximido (excusado) voluntariamente del conocimiento del
proceso o de su intervención en el mismo. La recusación tiene por finalidad
garantizar la imparcialidad y la objetividad en la administración de justicia.
Resulta, pues, la recusación un medio para denunciar una situación (causal de
impedimento o de recusación) que imposibilita un juzgamiento idóneo.
Cabe indicar que, conforme se desprende del artículo 311 del Código
Procesal Civil, las causales de recusación (así como las de impedimento)
resultan aplicables a los magistrados que conocen el proceso, ya sea en primera
o segunda instancia, incluyendo a los Vocales de las Salas de la Corte Suprema
de Justicia de la República que conozcan del trámite de un recurso de casación.
El artículo 307 del Código Procesal Civil regula las causales de recusación,
estableciendo que las partes pueden solicitar que el Juez se aparte del proceso
cuando:
1. Es amigo íntimo o enemigo manifiesto de cualquiera de las partes,
demostrado por hechos inequívocos.
Sobre el particular, Andrés de la Oliva y Miguel Angel Fernández apuntan
lo siguiente: “No podrán entenderse como ‘amistad íntima’ las
relaciones cordiales (no ya, por supuesto, las corteses) entre el juez y
sus conciudadanos (...). En cuanto a la enemistad, no se requiere, en
realidad, que sea ‘manifiesta’, esto es, aparente para terceros o
conocida de la generalidad o de un sector de la sociedad. Con el
adjetivo ‘manifiesta’ se ha querido establecer la exigencia de que la

116
LOS ORGANOS JUDICIALES Y SUS AUXILIARES

animadversión sea real y seria y no imaginaria o insignificante” (DE


LA OLIVA; y FERNANDEZ, 1990, Volumen I: 366).
2. El o su cónyuge o concubino o su pariente en la línea directa o en la
línea colateral hasta el segundo grado, primero de afinidad o
adoptado, tienen relaciones de crédito con alguna de las partes; salvo
que se trate de persona de derecho o de servicio público.
Lino Palacio, acerca de la circunstancia de ser el Juez acreedor, deudor o
fiador, sostiene que esta causal “... contempla la posibilidad de que la
actuación del juez se encuentre afectada por intereses económicos
susceptibles de crear presiones o favoritismos con relación a cualquiera
de las partes...” (PALACIO, 1979, Tomo II: 320).
3. El o su cónyuge o concubino, son donatarios, empleadores o presuntos
herederos de alguna de las partes.
4. Haya intervenido en el proceso como apoderado, miembro del
Ministerio Público, perito, testigo o defensor.
Lino Palacio, en lo concerniente a la causal de recusación consistente en
haber sido el Juez defensor de alguno de los litigantes o emitido
opinión o dictamen o dado recomendaciones acerca del pleito (antes o
después de comenzado éste), señala que “... las circunstancias
descriptas (...) configuran la causal corrientemente llamada
‘prejuzgamiento’, en cuya virtud es admisible apartar del conocimiento
del proceso al juez que, sea como apoderado, letrado, perito o
funcionario judicial, haya exteriorizado su opinión acerca de las
formas de resolver las cuestiones debatidas en aquél” (PALACIO,
1979, Tomo II: 321-322).

5. Tiene interés directo o indirecto en el resultado del proceso.


Al respecto, Lino Palacio considera que “... el ‘interés’ puede ser directo o
indirecto, material o moral, y se configura toda vez que la sentencia a
dictar sea susceptible de beneficiar o de perjudicar al juez o a sus
parientes, como ocurriría en el supuesto de que aquélla engendrara una
responsabilidad subsidiaria o refleja para uno u otros” (PALACIO,
1979, Tomo II: 319).
6. Exista proceso vigente entre él o su cónyuge o concubino con
cualquiera de las partes, siempre que no sea promovido con
posterioridad al inicio del proceso.

117
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

Lino Palacio dice de esta causal que “... es necesario que el juicio se haya
promovido antes de haber tomado el juez intervención en la causa,
pues en caso contrario estaría en manos de cualquiera de las partes
crear una causal de recusación mediante el simple arbitrio de entablar
una demanda contra el juez. Distinto sería el caso, naturalmente, si
fuese el propio juez quien iniciase el pleito” (PALACIO, 1979, Tomo
II: 320).
Puntualizamos que el interesado puede basar la recusación que haga del
Juez en las causales contempladas en el artículo 307 del Código Procesal Civil
y, también, en las causales reguladas en el artículo 305 del indicado Código
adjetivo, que versa sobre las causales de impedimento, cuando el Juez impedido
no cumpliera con su deber de abstención o excusación (art. 312 del C.P.C.).
La Corte Suprema de Justicia de la República, en relación a la recusación
del Juez, ha establecido lo siguiente:
- “... Por la recusación, son las partes quienes cuestionan la intervención
del magistrado por hechos que, no configurando causales de
impedimento, consideran que puedan influenciar en su decisión (como
el ser amigo o enemigo manifiesto de una de las partes, tener
relaciones de crédito con alguna de las partes, ser donatarios,
empleadores o presuntos herederos de aquellos, tener interés en el
resultado del proceso, etcétera); tales hechos requieren ser probados
por quien los alega con medios pertinentes y suficientes...” (Casación
Nro. 2246-04 / Piura, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 01-
06-2006, págs. 16119-16120).
- “... El inciso 1) del artículo 307 del Código Adjetivo [C.P.C.]
establece que las partes pueden solicitar [vía recusación] que el Juez
se aparte del proceso cuando se demuestre por hechos inequívocos que
es amigo íntimo o enemigo manifiesto ‘de cualquiera de las partes’, no
existiendo referencial [sic -léase referencia-] alguna en la glosada
norma adjetiva a la amistad o enemistad con representantes de
personas jurídicas...” (Casación Nro. 1121-07 / Lima, publicada en el
Diario Oficial El Peruano el 02-10-2007, págs. 20647-20648).
- “... El doctor [...], al haber actuado como abogado de doña [...] en otro
proceso, ha tenido relación laboral con dicha persona que a su vez es
demandada en este juicio; [...] por ello, dicho Magistrado se
encontraba prohibido de intervenir en este proceso [...] y a pesar de
ello, ha resuelto él mismo como integrante de la Sala Superior, lo que

118
LOS ORGANOS JUDICIALES Y SUS AUXILIARES

determina que se ha incurrido en la causal de nulidad contemplada en


el artículo ciento setentiuno del Código Procesal Civil...” (Casación
Nro. 1278-2001 / San Román, publicada en el Diario Oficial El
Peruano el 30-11-2001, págs. 8128-8129).
- “... De acuerdo con el artículo trescientos diez del Código Procesal
Civil, el trámite de la recusación no suspende el proceso principal,
pero el recusado deberá de abstenerse de cualquier resolución que
ponga fin al proceso; [...] a pesar de este dispositivo y que el Juez a
quien se había remitido el cuaderno de recusación para resolverlo no
lo había hecho, la juez expidió sentencia [...]; [...] recién por
resolución [...] se resolvió la recusación rechazándola liminarmente
[...]; [...] en consecuencia, cuando la juez emitió sentencia, y todavía
no se había resuelto su recusación, infringió lo dispuesto por el
artículo trescientos diez del Código Procesal Civil, incurriendo en la
causal de nulidad contemplada en el artículo ciento setentiuno del
Código acotado...” (Casación Nro. 2258-2001 / Lima, publicada en el
Diario Oficial El Peruano el 02-02-2002, pág. 8348).
- “... La recusación fue interpuesta después de emitida la sentencia, por
lo que no cabía ningún trámite...” (Casación Nro. 4166-2001 /
Ucayali, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 31-05-2002, pág.
8769).
- “... Al variarse la conformación de la Sala [Superior], se ha impedido a
los justiciables la posibilidad de recusación, que permite el artículo
trescientos siete del Código Procesal Civil, porque sólo se han
enterado de ello al realizarse la vista de la causa, por lo que se ha
incurrido en la causal de nulidad contemplada en el artículo ciento
setentiuno del Código acotado...” (Casación Nro. 2046-2002 / La
Libertad, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 28-02-2003,
pág. 10180).

2.14 Abstención del Juez


Si en el curso del proceso hubiere circunstancias que pudieran afectar de
una u otra manera y seriamente la función que ejerce el Juez del proceso,
entonces, éste, aduciendo razones de decoro o delicadeza, tiene la potestad (y no
el deber, como ocurre tratándose de las causales de impedimento y recusación
previstas en los arts. 305 y 307 del C.P.C.) de abstenerse de seguir conociendo
el litigio, para lo cual emitirá el respectivo auto motivado y enviará el
expediente del proceso al órgano jurisdiccional que deba sustituirlo (art. 313

119
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

-primer párrafo- del C.P.C.). Si este último estima que los motivos invocados
por el Juez que se abstuvo de seguir conociendo la causa no son lo
suficientemente serios como para ameritar su apartamiento del proceso, deberá
seguir el trámite señalado en el artículo 306 del Código Procesal Civil (art. 313
-in fine- del C.P.C.), numeral que versa acerca del trámite de la excusación.
Couture apunta que “la abstención no configura una causal de inhabilidad,
ni siquiera un motivo de sospecha. Es una situación de conciencia que autoriza
al juez a ser relevado de la intervención en el asunto. Es un derecho de tipo
administrativo que tienen todos los funcionarios públicos, y que consiste,
sustancialmente, en liberarlos del conflicto moral que representa tener que
decidir en asuntos en los cuales razones de decoro o de delicadeza les crean un
estado particular de violencia moral. Este tipo de derecho no alcanza a las partes
en ningún sentido. Estas son ajenas a una situación que se produce
exclusivamente dentro de la conciencia moral del magistrado. No pueden
requerir a éste su alejamiento del asunto, ni les es dado tampoco obtenerlo por
intermedio de su superior jerárquico” (COUTURE, 1950, Tomo III: 134).
Sobre el particular, Aldo Bacre anota lo siguiente:
“Con respecto a los motivos graves de decoro o delicadeza, debe
interpretarse como aquellas circunstancias que originan una violencia
moral en el juzgador, perturbando su seriedad, al encontrarse con un
escrúpulo, o sea cuando considera que su conocimiento en la causa
afectaría su propia estimación como hombre o como juez. Deben ser
causas que afecten a su propio decoro.
Los motivos graves de delicadeza están, en el orden de la moralidad
íntima del juez, un peldaño más abajo que la afectación del decoro,
pues constituyen una agudización del sentimiento, que debe
respetarse.
Estos motivos deben existir con anterioridad al proceso, pues no pueden
ser consecuencia de actitudes o expresiones ofensivas de las partes,
quienes de esta manera podrían separarlo del juicio. En estos casos, el
juez debe hacer valer su autoridad manteniendo el buen orden del
proceso y aplicando las sanciones que correspondan” (BACRE, 1986,
Tomo I: 596-597).
La Corte Suprema de Justicia de la República, en relación a la abstención
del Juez, ha establecido lo siguiente:

120
LOS ORGANOS JUDICIALES Y SUS AUXILIARES

- “... Por la abstención, es el Juez quien de oficio, sin requerírselo las


partes, procede a apartarse del proceso en los casos que: a) advierta que
concurre alguna causal de impedimento, o b) por existir motivos que,
considera, perturban su función jurisdiccional...” (Casación Nro. 2246-
04 / Piura, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 01-06-2006,
págs. 16119-16120).
- “... Este [...] supuesto, conocido como ‘abstención por decoro o
delicadeza’, constituye una potestad inherente al Juez por la cual se le
faculta a apartarse del proceso por causa debidamente justificada que
sólo él conoce y que, por tanto, no se encuentra expresamente prevista
en la ley, dado que comprende su esfera subjetiva. Los supuestos
justificantes que alegue el Juzgador, mediante resolución motivada,
deben ser tales que perturben su función, y no sólo meros enunciados
por los que pretenda apartarse de su deber de administrar justicia en un
caso concreto. Desde que la ‘abstención por decoro o delicadeza’
constituye una potestad del Juez, es a éste a quien le corresponde
decidir si se aparta del proceso, y no a las partes...” (Casación Nro.
2246-04 / Piura, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 01-06-
2006, págs. 16119-16120).
- “... El artículo trescientos trece del Código Procesal Civil regula la
abstención por decoro o delicadeza, que es aquel supuesto donde el
magistrado hace conocer que pesan en su ánimo consideraciones que
pueden perturbar su imparcialidad. Este artículo supone que el
juzgador tiene la facultad de analizar si concurren en él causales que
ameriten su abstención, y si ese es el caso, seguir con el trámite que
establece el artículo bajo comento, pero si el juzgador considera que
éste no es el caso, mal puede considerarse que se ha infringido dicha
norma...” (Casación Nro. 646-98 / Lambayeque, publicada en el Diario
Oficial El Peruano el 30-10-2000, págs. 6421-6422).
- “... El solo hecho de haber compartido un inmueble con el letrado [...],
lo cual ha sido reconocido por el propio Vocal [...], no puede dar lugar
a la abstención del mismo por decoro o delicadeza, ya que no se ha
acreditado que tengan vínculo de orden profesional ni de otro tipo que
perturbe la función del magistrado...” (Casación Nro. 2786-2007 /
Loreto, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 01-12-2008, págs.
23277-23278).

121
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

- “... Al ser la abstención por decoro una facultad y no un deber de los


juzgadores no puede acarrear sanción de nulidad...” (Casación Nro.
24552004 / El Santa, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 01-
09-2005, pág. 14674).

3. AUXILIARES JURISDICCIONALES
De acuerdo a lo normado en el artículo 54 del Código Procesal Civil, son
auxiliares de la jurisdicción civil:

- Los Secretarios de Sala.

- Los Relatores.

- Los Secretarios de Juzgado.

- Los Oficiales auxiliares de justicia.


- Los Organos de auxilio judicial (perito, depositario, custodio,
interventor, martillero público, curador procesal, policía judicial,
traductor, intérprete, entre otros).
Los deberes y responsabilidades de los auxiliares de la jurisdicción civil se
rigen por lo dispuesto en la Ley Orgánica del Poder Judicial, el Código Procesal
Civil y demás normas pertinentes.

3.1 Secretarios de Sala


Los Secretarios de Sala (de las Cortes Superiores y de la Corte Suprema)
son aquellos funcionarios públicos nombrados previo concurso por el Consejo
Ejecutivo del distrito judicial correspondiente (art. 258 de la L.O.P.J.), que
tienen como funciones u obligaciones (a tenor del art. 259 de la L.O.P.J.) las
siguientes:
1. Atender en su oficina dentro del horario establecido.
2. Recibir mediante Mesa de Partes, los expedientes que los Magistrados
o Salas envíen en grado o en consulta y los escritos o recursos que
entreguen los interesados.
3. Consignar al margen de las notas de remisión y de los escritos y
recursos, cuando sean de término o lo pida el interesado, bajo su firma
o la del empleado que los recibe, la fecha y hora que llegan a la Mesa

122
LOS ORGANOS JUDICIALES Y SUS AUXILIARES

de Partes y anotar en la correspondiente libreta, los procesos y copias


que sean entregados.
4. Entregar diariamente a la Sala los expedientes que están al despacho.
5. Refrendar las resoluciones el mismo día que se expidan y autorizar las
actas de comparendos, poderes y declaraciones en el acto en que se
lleven a cabo, después de obtener las firmas de las personas que
intervengan en dichas diligencias.
6. Recibir de Relatoría, bajo cargo, el despacho de cada día para la
prosecución de su trámite.
7. Devolver inmediatamente a los Juzgados y Cortes Superiores de su
procedencia los expedientes resueltos, después que estén vencidos los
términos de ley, sin retardo alguno, bajo responsabilidad.
8. Vigilar que se cumplan en el menor tiempo posible, las peticiones y
devoluciones de expedientes en trámite para mejor resolver.
9. Informar diariamente al Presidente de la Sala sobre los procesos en
que hayan vencido los términos, para que sean resueltos.
10. Guardar secreto de lo que ocurra en la Sala.
11. Facilitar a los interesados y a sus abogados, en las Oficinas de la
Secretaría, el estudio de los expedientes.
12. Cuidar que se notifiquen las resoluciones en los términos y formas de
ley.
13. Ejercer las demás atribuciones que señala la ley.

3.2 Relatores
Los Relatores son funcionarios públicos letrados adscritos a las Salas de la
Corte Suprema o de las Cortes Superiores que tienen las siguientes funciones u
obligaciones (según el art. 263 de la L.O.P.J.):
1. Concurrir a las Cortes antes de que comience el despacho.
2. Guardar secreto de lo que ocurre en la Sala.
3. No dar razón del despacho antes de que las resoluciones hayan sido
autorizadas.

123
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

4. Recibir, bajo constancia, los procesos que deben ser tramitados o


resueltos durante las horas de despacho, dando cuenta a la Sala el
mismo día.
5. Hacer presente a la Sala y al Vocal ponente en su caso, las nulidades y
omisiones que adviertan en los autos y las insuficiencias de los
poderes.
6. Hacer presente a la Sala, antes de empezar la audiencia, si de autos
resulta que alguno de los Vocales está impedido.
7. Hacer relación verbal de las causas en el acto de su vista.
8. Escribir las resoluciones que expide la Sala.
9. Cuidar que no quede ninguna resolución sin ser firmada por los
Magistrados, el mismo día que se dicta.
10. Cuidar que la nominación de los Vocales, al margen de las
resoluciones, corresponda exactamente a los miembros de la Sala que
las hayan dictado, bajo responsabilidad que les es exclusiva y que hace
efectiva la misma Sala aplicando la medida disciplinaria que
corresponda.
11. Devolver los expedientes a la Secretaría, el mismo día en que son
despachados bajo cargo firmado en el libro respectivo.
12. Registrar en los libros respectivos, con el visto bueno del Presidente de
la Sala, la distribución de las causas entre los ponentes y su
devolución, así como los votos en caso de discordia.
13. Llevar un registro en que se anota diariamente, con el visto bueno del
Vocal menos antiguo de la Sala, las partidas relativas a los autos y
sentencias que se dicten, extractando la parte resolutiva e indicando los
nombres de los litigantes objeto de la causa y los nombres de los
Magistrados.
14. Comunicar de palabra a los Magistrados llamados a dirimir discordia,
el decreto por el que se les llama y poner en autos la constancia
respectiva.
15. Presentar semanalmente al Presidente de la Sala una razón de las
causas que hayan quedado al voto, con indicación de las fechas en que
se vieron.

124
LOS ORGANOS JUDICIALES Y SUS AUXILIARES

16. Concurrir a las audiencias e informes orales y leer las piezas del
proceso que el Presidente ordene.
17. Llevar un libro en que se anote el día y hora señalados para las
audiencias o informes orales, con indicación del nombre de las partes,
su situación procesal, del Fiscal que debe actuar, si fuera el caso, y de
los defensores designados, así como el Juzgado del que proviene la
causa.
18. Las demás que correspondan conforme a la ley y al Reglamento.

3.3 Secretarios de Juzgado


Para Devis Echandía, son funciones de los Secretarios judiciales:
“1) Autorizar con su firma todas las sentencias, autos, declaraciones,
despachos, exhortos, diligencias, copias y notificaciones;
2) dar los testimonios o certificaciones que se pidan sobre hechos del
juzgado, tribunal o Corte, previa autorización del magistrado o juez, y
cuando lo permita la ley;
3) servir de auxiliares de los magistrados o jueces en los asuntos de que
éstos conocen, con facultad de dar fe en los mismos asuntos y en todos
los actos que les correspondan;
4) pasar al despacho los asuntos en que deba dictarse alguna resolución
sin necesidad de petición de las partes y los memoriales que éstas
presenten, so pena de multa por cada omisión;
5) dar las informaciones sobre el estado de los asuntos que cursan en la
oficina y manejar la secretaría con sus archivos, libros, etc.;
6) custodiar y mantener el orden el archivo del despacho;
7) hacer las notificaciones, citaciones y emplazamientos y autorizar las
que practiquen sus subalternos” (DEVIS ECHANDIA, 1985, Tomo II:
355).
Los Secretarios de Juzgado son aquellos funcionarios públicos que tienen
por obligaciones y atribuciones genéricas, según el artículo 266 de la Ley
Orgánica del Poder Judicial, las siguientes:
1. Actuar únicamente en su Juzgado y residir en la localidad donde aquél
funciona.

125
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

2. Cumplir estrictamente el horario establecido y atender personalmente a


abogados y litigantes.
3. Guardar secreto en todos los asuntos a su cargo, hasta cuando se hayan
traducido en actos procesales concretos.
4. Vigilar se coloque al margen de los escritos y recursos el día y hora en
que se reciben, firmando la constancia respectiva cuando no existe
control automático de recepción.
5. Dar cuenta al Juez de los recursos y escritos a más tardar dentro del día
siguiente de su recepción, bajo responsabilidad.
6. Autorizar las diligencias y las resoluciones que correspondan según la
ley y el reglamento.
7. Actuar personalmente en las diligencias a que están obligados, salvo
en los casos en que por disposición de la ley o mandato del Juez pueda
comisionarse a los Oficiales Auxiliares de Justicia u otro persona de
auxilio judicial.
8. Vigilar que se notifique la resolución al día siguiente de su expedición,
salvo el caso de sentencia en que la notificación se debe hacer dentro
de dos días de dictada.
9. Emitir las razones e informes que ordene su Superior.
10. Facilitar el conocimiento de los expedientes a las partes y a sus
abogados, y a las personas que tienen interés legítimo acreditado, con
las respectivas seguridades (en el caso de expedientes archivados,
pueden facilitar
el conocimiento a cualquier persona, debidamente identificada, que los
solicite por escrito).
11. Vigilar la conservación de los expedientes y los documentos que giran
a su cargo, siendo responsables por su pérdida, mutilaciones o
alteraciones, sin perjuicio de las responsabilidades del personal
auxiliar.
12. Llevar los libros o tarjetas de control que establece el Consejo
Ejecutivo Distrital, debidamente ordenados y actualizados.
13. Expedir copias certificadas, previa orden judicial.

126
LOS ORGANOS JUDICIALES Y SUS AUXILIARES

14. Remitir los expedientes fenecidos, después de cinco años, al archivo


del juzgado.
15. Admitir, en casos excepcionales, consignaciones en dinero efectivo o
cheque certificado a cargo del Banco de la Nación, con autorización
especial del Juez, que contiene al mismo tiempo, la orden para que el
Secretario formalice el empoce a la entidad autorizada, el primer día
útil.
16. Cuidar que la foliación de los expedientes se haga por orden sucesivo
de presentación de los escritos y documentos, y que las resoluciones se
enumeren en orden correlativo.
17. Guardar los archivos que por orden judicial reciban de otros
Secretarios.
18. Atender con el apoyo de los Oficiales Auxiliares de Justicia del
Juzgado, el despacho de los decretos de mero trámite y redactar las
resoluciones dispuestas por el Juez.
19. Confeccionar trimestralmente la relación de los procesos en estado de
pronunciar sentencia, colocando la tabla de causas cerca de la puerta
de la Sala de actuaciones del Juzgado.
20. En los Juzgados Penales, confeccionar semanalmente una relación de
las instrucciones en trámite, con indicación de su estado y si hay o no
reo en cárcel, colocándose dicha relación cerca de la puerta de la Sala
de actuaciones del Juzgado.
21. Confeccionar trimestralmente la relación de las causas falladas y
pendientes, con las referencias que sirven para distinguirlas, a fin de
que oportunamente sean elevadas por el Juez al Consejo Ejecutivo
Distrital.
22. Compilar los datos necesarios para la formación de la estadística
judicial, en lo que respecta al Juzgado, con indicación del número de
causas ingresadas, falladas y pendientes; de las sentencias que hayan
sido confirmadas, revocadas o declaradas insubsistentes por la Corte
Superior y de aquellas en las que la Corte Suprema interviene
conforme a ley, consignando el sentido de las resoluciones.
23. Cuidar que los subalternos de su dependencia cumplan puntualmente
las obligaciones de su cargo, dando cuenta al Juez de las faltas u

127
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

omisiones en que incurran en las actuaciones y de su comportamiento


en general, a fin de que aquél imponga, en cada caso, la medida
disciplinaria que corresponda.
24. Cumplir las demás obligaciones que impone la ley y el reglamento.

3.4 Oficiales auxiliares de justicia


Los Oficiales auxiliares de justicia son los servidores y empleados que se
hallan al servicio del Poder Judicial y que tienen como obligaciones y
atribuciones genéricas (según el art. 272 de la L.O.P.J.) las siguientes:
1. Actuar únicamente en la Sala, el Juzgado o en la Secretaría a la que se
encuentran adscritos y residir en el lugar en que aquéllos funcionan.
2. Cumplir estrictamente el horario establecido.
3. Asistir a los Jueces, Secretarios y Relatores de Sala y a los Secretarios
de Juzgado, en las actuaciones o diligencias que se realizan en o fuera
del local jurisdiccional respectivo.
4. Emitir las razones o informes que se les soliciten.

3.5 Organos de auxilio judicial


En lo que respecta a los Organos de auxilio judicial, el artículo 55 del
Código Procesal Civil establece que son los siguientes:

- El perito.

- El depositario.

- El interventor.

- El martillero público.

- El curador procesal.

- La policía (judicial).
- Los otros órganos que determine la ley (como, por ejemplo, el
custodio, los traductores e intérpretes).

3.5.1 Perito

128
LOS ORGANOS JUDICIALES Y SUS AUXILIARES

El perito es aquella persona que cuenta con conocimientos especializados


sobre alguna ciencia, arte, oficio o materia y que es llamado por el órgano
judicial a fin de que le auxilie sobre algún hecho que escapa a su saber y
exponga sus observaciones y exámenes realizados, así como sus conclusiones
sobre lo analizado, todo lo cual estará contenido en su informe pericial o
dictamen (el mismo que no es determinante como prueba, pues será
debidamente valorado por el juzgador como cualquier otro medio probatorio).
Cardoso Isaza opina que los peritos “... son auxiliares del juez y su
dictamen un medio de prueba, que si bien presenta a veces características que lo
asemejan más que todo a la declaración del testigo, difiere de ella no sólo por su
aspecto formal, sino por razón de su contenido, como que no sólo envuelve un
mero relato de hechos previamente percibidos, fijados y conservados, sino que
involucra conclusiones originadas en razonamientos abstractos para los cuales
se requieren especiales conocimientos técnicos, científicos o artísticos”
(CARDOSO ISAZA, 1979: 358).
El perito es un órgano de auxilio judicial, un colaborador técnico del
magistrado o un órgano de prueba, como se quiera, cuya participación es
imparcial y -en ocasiones- necesaria. Así lo deja entrever Nelson Suárez cuando
afirma que “el perito es un auxiliar de justicia, que debe actuar con absoluta
imparcialidad, comprometiéndose solamente con su inteligencia, ciencia o
saber, y suministrando verazmente los informes técnicos que se le requieran,
con abstracción del origen de su nombramiento y sin otro interés que el de
colaborar con la justicia, la ley y la paz social” (SUAREZ, 1972: 67).
La Ley Orgánica del Poder Judicial regula lo concerniente a los peritos en
el Capítulo I (“Peritos”) del Título II (“Organos de auxilio judicial”) de su
Sección Sexta (“Organos auxiliares”), en los arts. 273 al 280. Por su parte, el
Código Procesal Civil regula la pericia en el Capítulo VI (“Pericia”) del Título
VIII (“Medios probatorios”) de su Sección Tercera (“Actividad procesal”), en
los arts. 262 al 271.

3.5.2 Depositario
El depositario es el órgano de auxilio judicial (art. 55 del C.P.C.) que recibe
la cosa sobre la cual recae el embargo en forma de depósito con la obligación de
cuidarla diligentemente y conservarla en su poder, haciendo entrega de ella
cuando el órgano jurisdiccional se lo ordene.
Será siempre depositario el afectado con la medida, porque si tal función la
ejerce una tercera persona se le denominaría custodio y se estaría ante otra

129
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

forma de medida cautelar: el secuestro, pues el depósito judicial no supone la


desposesión del bien, sino su conservación por parte de quien sufre la medida
preventiva.
Son obligaciones del depositario, entre otras, las siguientes:
- Cuidar y conservar el bien de manera responsable, evitando su
transmisión, deterioro, pérdida o destrucción.
- No desplazar el bien fuera del lugar en que se encuentre, a no ser por
orden del Juez o cuando sea necesario para evitar su deterioro, pérdida
o destrucción.
- Llevar a cabo los actos necesarios para obtener y brindar protección a
los frutos o beneficios que produzca el bien.
- Permitir la fiscalización del bien por parte del veedor (si lo hubiere), el
peticionante de la medida o el Juez, y suministrar la información que
con respecto a él le exija el magistrado.
- Poner en conocimiento del Juez que el bien materia de depósito se
encuentra deteriorándose o corre el peligro de perderse o destruirse, o
que resulta onerosa su conservación, con la finalidad de que tome el
magistrado las medidas del caso (como, por ejemplo, disponer su
enajenación).
- Facilitar el acceso al bien para que las personas interesadas en
participar del remate lo examinen.
- Entregar el bien apenas le sea requerido por el Juez y a la persona que
éste expresamente le indique.
El depositario incurrirá en responsabilidad civil y/o penal en caso de evadir
sus obligaciones, y de deterioro, pérdida o destrucción del bien depositado,
salvo que ello se deba a causas no imputables a él. También será responsable si
transfiere a tercero (sin orden judicial) el bien materia de depósito.

3.5.3 Custodio
El custodio es el órgano de auxilio judicial encargado de cuidar, conservar y
restituir -cuando le sea requerido y en el estado que lo recibió- el bien sobre el
cual recae una medida cautelar en forma de secuestro, ya sea judicial o
conservativo.

130
LOS ORGANOS JUDICIALES Y SUS AUXILIARES

Una vez nombrado el custodio y aceptado el cargo por éste, asume, bajo
responsabilidad civil y penal, una serie de obligaciones contempladas en los
artículos 649 -segundo párrafo- y 655 del Código Procesal Civil, a saber:
- Debe conservar los bienes en custodia en el mismo estado en que los
recibe y a la orden del Juzgado.
- Tiene que velar por los bienes secuestrados en el local destinado para
ello, estando impedido entonces de trasladarlos a un lugar distinto sin
autorización del Juez (salvo que tal traslado sea necesario para evitar
su deterioro, pérdida o destrucción).
- Está obligado a facilitar el acceso permanente al local donde se hallan
los bienes secuestrados, tanto a las partes como al veedor (si lo
hubiere), con la finalidad de que puedan observar tales bienes.
- Debe presentar los bienes sobre los que recae la medida cautelar de
secuestro dentro del día siguiente al de la intimación del Juez, sin
poder invocar derecho de retención (aun en el supuesto de que no se le
haya retribuido por su labor).

- Está sujeto a dar cuenta inmediata al Juez de todo hecho que pueda
significar alteración de los objetos en secuestro.

- Debe observar todo lo demás que regulen otras disposiciones.

3.5.4 Interventor
El interventor (órgano de auxilio judicial: art. 55 del C.P.C.) es la persona
designada por el Juez en caso de trabarse un embargo en forma de intervención,
que tendrá a su cargo la labor de recaudar los ingresos (interventor recaudador)
u obtener información (interventor informador) sobre el movimiento económico
de una empresa de persona natural o jurídica.
Según Alvarez Juliá, Neuss y Wagner, el interventor recaudador “... es el
auxiliar que el juez designa para materializar la recaudación de fondos o frutos.
Carece de injerencia en la administración del ente o persona afectada...”
(ALVAREZ JULIA; NEUSS; y WAGNER, 1990: 440-441).
Son obligaciones del interventor recaudador las siguientes:
- Verificar el funcionamiento y conservación de lo intervenido, sin
interferir ni interrumpir sus labores propias (art. 662 -inc. 1)- del
C.P.C.).

131
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

- Llevar control de ingresos y egresos (art. 662 -inc. 2)- del C.P.C.).
- Proporcionar, de los fondos que recauda, lo necesario para la actividad
regular y ordinaria de lo intervenido (art. 662 -inc. 3)- del C.P.C.).
- Poner a disposición del Juez, dentro de tercer día, las cantidades
recaudadas, consignándolas a su orden en el Banco de la Nación. A
pedido propio o de parte, puede el Juez modificar el plazo para
consignar (art. 662 -inc. 4)- del C.P.C.).
- Informar, en los plazos señalados por el Juzgado, el desarrollo regular
de la intervención (especialmente los hechos a que se refieren los tres
primeros acápites). Así lo establece el inciso 5) del artículo 662 del
Código Procesal Civil.
- Debe (como obligación especial) informar de inmediato sobre aspectos
que considere perjudiciales o inconvenientes a los intereses de quien ha
obtenido la medida cautelar, entre ellos la falta de ingresos y la
resistencia e intencional obstrucción que dificulte o impida su
actuación (art. 663 del C.P.C.).
El interventor informador “... es el auxiliar que el juez designa para
investigar el estado de bienes, negocios, operaciones o actividades, pero sin
importar interferencia en la administración de la sociedad o persona física
afectada” (ALVAREZ JULIA; NEUSS; y WAGNER, 1990: 441).
El interventor informador está obligado a:
- Informar por escrito al Juez, en las fechas señaladas por éste, respecto
de las comprobaciones sobre el movimiento económico de la empresa
intervenida, así como otros temas que interesen a la materia
controvertida (art. 666 -inc. 1)- del C.P.C.).
- Dar cuenta inmediata al Juez sobre los hechos que considere
perjudiciales al titular de la medida cautelar, o que obsten el ejercicio
de la intervención (art. 666 -inc. 2)- del C.P.C.).

3.5.5 Martillero público


El martillero público (órgano de auxilio judicial: art. 55 del C.P.C.) es
aquella persona que realiza una función de intermediario, facilitando la
enajenación de bienes al relacionar directamente a compradores y transferentes
(entiéndase aquellos que sufren la ejecución forzada), ofertando públicamente

132
LOS ORGANOS JUDICIALES Y SUS AUXILIARES

dichos bienes con el fin de conseguir el mayor precio de los mismos mediante
las diversas posturas que se hagan.
Lo relativo a este órgano de auxilio judicial se encuentra normado en la Ley
Nro. 27728 (“Ley del Martillero Público”, del 23-05-2002) y en su Reglamento
(Decreto Supremo Nro. 008-2005-JUS, del 22-07-2005).
Es de destacar que, con arreglo a lo previsto en la Primera Disposición
Complementaria del Decreto Supremo Nro. 008-2005-JUS, el procedimiento de
remate regulado en la Ley Nro. 27728 y en dicho Decreto Supremo será de
aplicación a todo remate privado o particular. En el caso de remates judiciales,
será de aplicación supletoria a lo establecido en el Código Procesal Civil en lo
no previsto, y en el caso de remates administrativos será de aplicación en tanto
no exista normatividad especial al respecto.

3.5.6 Curador procesal


El curador procesal es un abogado nombrado por el Juez, a pedido de
interesado (y en algunos casos de oficio), que interviene en la litis como sujeto
procesal, representando a una de las partes (hasta que ella o su representante
legal adquieran o recuperen su capacidad procesal y comparezcan al proceso),
en los casos señalados en el artículo 61 del Código Procesal Civil, a saber:
A) Cuando no sea posible emplazar válidamente al demandado por ser
indeterminado, incierto o con domicilio o residencia ignorados, según
lo dispuesto por el artículo 435 del Código Procesal Civil (art. 61 -inc.
1)- del C.P.C.).
B) Cuando no se pueda establecer o se suspenda la relación procesal por
incapacidad de la parte o de su representante legal (art. 61 -inc. 2)- del
C.P.C.).
C) Cuando exista falta, ausencia o impedimento del representante del
incapaz, según lo dispuesto por el artículo 66 del Código Procesal
Civil (conforme al cual, en caso de falta, ausencia o impedimento del
representante del incapaz, se aplican las siguientes reglas: 1. cuando el
incapaz relativo no tenga representante legal o éste estuviera ausente y
surja la necesidad de comparecer en un proceso, lo expondrá así al
Juez para que le designe curador procesal o confirme al designado por
él, si lo considera idóneo; 2. cuando la demanda se dirija contra un
incapaz que carece de representante o éste se halle ausente, el Juez le
nombrará un curador procesal o confirmará el propuesto por el incapaz

133
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

relativo, si lo considera idóneo; 3. el Juez nombrará curador procesal


para el incapaz que pretenda demandar a su representante legal, o que
sea demandado por éste, o confirmará el propuesto por el
relativamente incapaz, si fuere idóneo; y 4. también se procederá al
nombramiento de curador procesal cuando el Juez advierta
la aparición de un conflicto de intereses entre el incapaz y su
representante legal, o confirmará el propuesto por el incapaz relativo).
Ello de conformidad con lo dispuesto en el inciso 3) del artículo 61 del
Código Procesal Civil.
D) Cuando (conforme lo señala el art. 61 -inc. 4)- del C.P.C.) no
comparece el sucesor procesal, en los casos que así corresponda,
según lo dispuesto por el artículo 108 del Código Procesal Civil. Este
último numeral versa sobre la sucesión procesal (por la cual un sujeto
ocupa el lugar de otro en un proceso, al reemplazarlo como titular
activo o pasivo del derecho discutido), la misma que se presenta en los
siguientes casos: 1. cuando fallecida una persona que sea parte en el
proceso, es reemplazada por su sucesor, salvo disposición legal en
contrario; 2. cuando al extinguirse o fusionarse una persona jurídica,
sus sucesores en el derecho discutido comparecen y continúan el
proceso; 3. cuando el adquirente por acto entre vivos de un derecho
discutido, sucede en el proceso al enajenante (de haber oposición, el
enajenante se mantiene en el proceso como litisconsorte de su
sucesor); y 4. cuando el plazo del derecho discutido vence durante el
proceso y el sujeto que adquiere o recupera el derecho, sucede en el
proceso al que lo perdió. Es de destacar que la no comparecencia del
sucesor procesal dentro del plazo legal respectivo (30 días de
acontecida la pérdida de la titularidad del derecho discutido) da lugar
al nombramiento del correspondiente curador procesal, cuya actuación
concluirá al tiempo en que comparezcan los sucesores procesales.

3.5.7 Policía judicial


La policía judicial es aquel órgano de auxilio judicial que tiene por función
realizar las notificaciones dispuestas por el Poder Judicial que contengan un
mandato de detención o una citación que implique la inmediata conducción
compulsiva del imputado, testigos, peritos e intérpretes; así como practicar las
diligencias propias de sus funciones (art. 282 de la L.O.P.J.).

3.5.8 Traductor

134
LOS ORGANOS JUDICIALES Y SUS AUXILIARES

El traductor es el órgano de auxilio judicial encargado de traducir


oficialmente y por escrito aquellos documentos redactados en idioma distinto al
que se habla en el lugar del proceso (que, en nuestro caso, es el castellano).
Al respecto debe tenerse en consideración lo normado en el Reglamento de
Traductores Públicos Juramentados (Decreto Supremo Nro. 126-2003-RE, del
11-11-2003).
3.5.9 Intérprete
El intérprete es el órgano de auxilio judicial que presta su colaboración
durante alguna actuación o diligencia procesal oral, traduciendo al idioma
castellano una lengua desconocida para los sujetos procesales y haciendo lo
propio para con el sujeto que no habla nuestro idioma (que puede ser alguna de
las partes, algún testigo, etc., que debe prestar su declaración o intervenir en una
audiencia).
Sobre el particular, Serra Domínguez apunta lo siguiente:
“... Entendemos por intérpretes aquellas personas peritas en lenguas
extranjeras o regionales que intervienen en el proceso supliendo el
posible desconocimiento de tales idiomas por parte de los jueces y
tribunales cuando dicho conocimiento sea necesario, bien por
aportarse al proceso documento escrito en idioma distinto al
castellano, bien por declarar, como partes o como testigos, personas
que ignoren este último idioma.
El intérprete se equipara, a nuestro entender, al perito. Es un perito
cualificado por el objeto de su conocimiento: los idiomas extranjeros o
regionales. Y como tal debe ser considerado un auxiliar indispensable
del juez, que puede saber idiomas, y, por tanto, no viene obligado a
sujetarse a la traducción del intérprete, pero que no tiene deber alguno
de conocerlos, al estar limitado su saber orgánico por el conocimiento
del Derecho, y por ello tiene absoluta necesidad de completar su falta
de conocimientos mediante el auxilio de un intérprete...” (SERRA
DOMINGUEZ, 1969: 176).

3.6 Recusación y deber de abstención de los auxiliares jurisdiccionales


Los auxiliares jurisdiccionales (Secretarios de Sala, Relatores, Secretarios
de Juzgado y oficiales auxiliares de justicia: art. 54 del C.P.C.) y los órganos de
auxilio judicial (perito, depositario, interventor, martillero público, curador
procesal, policía judicial y otros órganos que determine la ley, como, por

135
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

ejemplo, los traductores e intérpretes: art. 55 del C.P.C.) pueden ser recusados
(según el art. 315 del C.P.C.) por las causales previstas en los artículos 305 y
307 del Código Procesal Civil (que versan sobre las causales de impedimento y
recusación de los Jueces) que les sean aplicables. Así tenemos que cualquiera de
los nombrados puede ser recusado en los siguientes casos:
A) Cuando ha sido parte anteriormente en el proceso (arts. 305 -inc. 1)- y
315 del C.P.C.).
B) Cuando él o su cónyuge o concubino, tiene parentesco dentro del
cuarto grado de consanguinidad, segundo de afinidad o de adopción
con alguna
de las partes o con su representante o apoderado o con un abogado que
interviene en el proceso (arts. 305 -inc. 2)- y 315 del C.P.C.).
C) Cuando él o su cónyuge o concubino, tiene el cargo de tutor o curador
de cualquiera de las partes (arts. 305 -inc. 3)- y 315 del C.P.C.).
D) Cuando ha recibido él o su cónyuge o concubino, beneficios, dádivas
de alguna de las partes, antes o después de empezado el proceso,
aunque ellos sean de escaso valor (arts. 305 -inc. 4)- y 315 del C.P.C.).
E) Cuando ha conocido el proceso en otra instancia (arts. 305 -inc. 5)- y
315 del C.P.C.).
F) Cuando es amigo íntimo o enemigo manifiesto de cualquiera de las
partes, demostrado por hechos inequívocos (arts. 307 -inc. 1)- y 315
del C.P.C.).
G) Cuando él o su cónyuge o concubino o su pariente en la línea directa o
en la línea colateral hasta el segundo grado, primero de afinidad o
adoptado, tienen relaciones de crédito con alguna de las partes; salvo
que se trate de persona de derecho o de servicio público (arts. 307 -inc.
2)- y 315 del C.P.C.).
H) Cuando él o su cónyuge o concubino, son donatarios, empleadores o
presuntos herederos de alguna de las partes (arts. 307 -inc. 3)- y 315
del C.P.C.).
I) Cuando haya intervenido en el proceso como apoderado, miembro del
Ministerio Público, perito, testigo o defensor (arts. 307 -inc. 4)- y 315
del C.P.C.).

136
LOS ORGANOS JUDICIALES Y SUS AUXILIARES

J) Cuando tiene interés directo o indirecto en el resultado del proceso


(arts. 307 -inc. 5)- y 315 del C.P.C.).
K) Cuando exista proceso vigente entre él o su cónyuge o concubino con
cualquiera de las partes, siempre que no sea promovido con
posterioridad al inicio del proceso (arts. 307 -inc. 6)- y 315 del C.P.C.).
Los auxiliares jurisdiccionales y los órganos de auxilio judicial tienen el
deber de abstenerse si se encuentran afectados por alguna de las causales de
impedimento (art. 315 -parte final del primer párrafo- del C.P.C.).
El escrito que contenga la recusación formulada contra los auxiliares
jurisdiccionales o los órganos de auxilio judicial tiene que ser presentado ante el
Juez o la Sala respectiva (que deba dirimir la recusación), debiendo seguir tal
recusación el trámite regulado en el artículo 310 del Código Procesal Civil
(numeral referido a la formulación y trámite de la recusación de Jueces), en lo
que fuera aplicable (art. 315 -parte inicial del último párrafo- del C.P.C.).
Si el Juez o la Sala respectiva hiciera lugar a la recusación planteada contra
algún auxiliar jurisdiccional u órgano de auxilio judicial, el recusado será
reemplazado por el que haya sido nombrado en la resolución que acogió la
recusación, la misma que, dicho sea de paso, no puede ser recurrida por los
sujetos procesales, en atención a la calidad de inimpugnable que le asigna el
último párrafo del artículo 315 del Código Procesal Civil.

137
CAPITULO II

EL MINISTERIO PUBLICO

1. CONCEPTO DE MINISTERIO PUBLICO


Clemente Díaz afirma que el Ministerio Público es el “órgano estatal
encargado de hacer valer ante el órgano jurisdiccional la representación y la
defensa de los intereses públicos y sociales del Estado” (DIAZ; citado por
BACRE, 1986, Tomo I: 604).
Gallinal sostiene que “constituyen el Ministerio Público y Fiscal los
funcionarios que representan y defienden ante los jueces la causa pública o
social, así como los intereses del Estado o del Fisco; velan por la pronta y
regular administración de justicia; por la tutela de los entes morales y de las
personas que no tienen plena capacidad jurídica” (GALLINAL, s/a, Tomo I:
160).
Liebman dice del Ministerio Público lo siguiente:
“... El ministerio público es (...) un órgano del Estado, al que corresponde
tutelar un específico interés público (...), interés que tiene por objeto la
actuación de la ley por parte de los órganos jurisdiccionales en
aquellos campos y en aquellos casos en los que las normas jurídicas
son dictadas por consideraciones de utilidad general o social, de
manera que su concreta observancia aparece como necesaria para la
seguridad y para el bienestar de la sociedad, y el cometido de provocar
su aplicación por parte de los jueces no puede ser dejado a la iniciativa
y al arbitrio de los particulares.
El ministerio público puede definirse, por eso, como el órgano instituido
para promover la actuación jurisdiccional de las normas de orden
público. Entre estas normas se destacan en primera línea las del
derecho penal. Pero también en el derecho privado hay algunas que,
aun regulando intereses particulares de los individuos y las relaciones
que se establecen entre ellos, tienden, sin embargo, a garantizar
también un bien general de la sociedad y están por eso dotadas de una
más intensa eficacia imperativa; tales son, sobre todo, aquellas que

139
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

regulan las relaciones familiares y el estado de las personas...”


(LIEBMAN, 1980: 102).
La Corte Suprema de Justicia de la República, en relación al Ministerio
Público en general, ha establecido lo siguiente: “... El Ministerio Público es el
organismo autónomo del Estado que tiene como funciones principales la
defensa de la legalidad, los derechos ciudadanos y los intereses públicos; la
representación de la sociedad en juicio, para los efectos de defender a la
familia, a los menores e incapaces y el interés social, así como para velar por la
moral pública, la persecución del delito y la reparación civil...” (Casación Nro.
4959-2006 / La Libertad, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 31-01-
2008, págs. 21472-21473).
El Ministerio Público se encuentra regulado en el Capítulo X (“Del
Ministerio Público”) del Título IV (“De la estructura del Estado”) de la
Constitución Política de 1993, en los arts. 158, 159 y 160. También lo está en la
Ley Orgánica del Ministerio Público (Decreto Legislativo Nro. 052, del 16-03-
1981). El Código Procesal Civil contempla lo concerniente al Ministerio
Público en el Título III (“Ministerio Público”) de la Sección Segunda (“Sujetos
del proceso”), en los arts. 113 al 118.

2. FUNCIONES DEL MINISTERIO PUBLICO


Véscovi, en cuanto a la función que cumple el Ministerio Público en el
proceso, refiere lo siguiente:
“Hay quienes consideran que el ministerio público es un sustituto
procesal, porque actúa en nombre propio pero en defensa de un interés
ajeno, ya sea del Estado, de la sociedad o de un particular
desamparado (ausente, incapaz, herencia yacente, etc.). Otros dicen
que realmente actúa deduciendo en juicio derechos sustanciales
pertenecientes al Estado, por lo que en realidad no sólo es parte en el
proceso, sino también en la relación sustancial que constituye el
objeto de éste. Y otros sostienen que se trata de un órgano especial,
que no coincide ni con el juez, ni con la parte. No constituiría,
entonces, una parte procesal (ni aun imparcial), sino una institución
peculiar (...).

(...)

140
EL MINISTERIO PUBLICO

(...) La conclusión sería, entonces, que estamos ante un órgano estatal


especial, que actúa como sujeto del proceso, asumiendo diferentes
posiciones.

(...)
En el proceso civil, (sin perjuicio del principio dispositivo), se admite, en
ciertos casos, la actuación como parte del ministerio público mediante el
ejercicio de la acción (pretensión), convirtiéndolo así en parte (principal)
en el proceso.
En otros casos, no ya con salvar la inercia de las partes, sino más bien para
prevenir que éstas actúen no en función de la aplicación de la ley, sino en
desmedro o en fraude a ella, o sin atender debidamente al desamparado, se
permite la intervención del ministerio público como tercero (interviniente),
a menudo obligatorio, en un proceso entre otras partes principales.
En determinados procesos la ley establece la preceptiva intervención, y en
otros, simplemente, la audiencia del ministerio público.
Se trata de las formas procesales más comunes en que actúa el ministerio
público (fiscal) en el proceso” (VESCOVI, 1999: 152-154).
Lino Palacio señala al respecto lo siguiente:
“... Frente a los órganos judiciales cuya función consiste en satisfacer las
pretensiones o peticiones extracontenciosas que pueden constituir el objeto
de un proceso, el ordenamiento jurídico prevé el funcionamiento de otros
órganos estatales a quienes corresponde, en términos generales, la misión
de defender intereses que afectan al orden público y social.
El conjunto de dichos órganos recibe, genéricamente, la denominación de
Ministerio Público, incumbiendo a sus titulares el cumplimiento de dos
tipos de funciones claramente diferenciables de la función judicial. Una de
ellas, que reviste carácter primordial, consiste en el planteamiento de cierta
clase de pretensiones o peticiones, o de oposiciones a éstas, y su ejecución
se halla encomendada al ministerio público sea porque existe interés social
en no supeditar el cumplimiento de esos actos a la iniciativa privada, sea
porque así lo impone la condición de las personas cuyos derechos se
controvierten en el proceso. La otra función, que es de índole secundaria,
se manifiesta a través del contralor que ejerce el ministerio público con

141
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

respecto a la observancia de determinadas normas que hacen al orden


público judicial, como son, vgr., las atributivas de competencia.
(...) Mientras en el primer caso el ministerio público asume un papel
esencialmente equiparable al de las partes, o actúa como representante de
éstas, en el segundo lo hace a título de órgano de cooperación de la función
judicial, coadyuvando a su más adecuado desenvolvimiento. En una y otra
hipótesis los integrantes del ministerio público desempeñan una función de
tipo requirente o postulante, distinta de la función juzgadora que
corresponde a los órganos judiciales” (PALACIO, 1979, Tomo II: 585-
587).
De conformidad con lo dispuesto en el artículo 1 de la Ley Orgánica del
Ministerio Público (Decreto Legislativo Nro. 052, del 16-03-1981), el
Ministerio Público es el organismo autónomo del Estado que tiene como
funciones principales la defensa de la legalidad, los derechos ciudadanos y los
intereses públicos, la representación de la sociedad en juicio, para los efectos de
defender a la familia, a los menores e incapaces y el interés social, así como
para velar por la moral pública, la persecución del delito y la reparación civil.
También velará por la prevención del delito dentro de las limitaciones que
resultan de la Ley Orgánica del Ministerio Público y por la independencia de
los órganos jurisdiccionales y la recta administración de justicia y las demás
que le señalan la Constitución Política del Perú y el ordenamiento jurídico de la
Nación.
Al respecto, el artículo 159 de la Constitución Política de 1993 establece
que corresponde al Ministerio Público:
1. Promover de oficio, o a petición de parte, la acción judicial en defensa
de la legalidad y de los intereses públicos tutelados por el derecho.
2. Velar por la independencia de los órganos jurisdiccionales y por la
recta administración de justicia.
3. Representar en los procesos judiciales a la sociedad.
4. Conducir desde su inicio la investigación del delito (con tal propósito,
la Policía Nacional está obligada a cumplir los mandatos del
Ministerio Público en el ámbito de su función).
5. Ejercitar la acción penal de oficio o a petición de parte.

142
EL MINISTERIO PUBLICO

6. Emitir dictamen previo a las resoluciones judiciales en los casos que la


ley contempla.
7. Ejercer iniciativa en la formación de las leyes, y dar cuenta al
Congreso, o al Presidente de la República, de los vacíos o defectos de
la legislación.

3. FACULTADES Y ATRIBUCIONES DEL MINISTERIO PUBLICO EN


EL PROCESO CIVIL
Rocco, en lo que concierne a las facultades y atribuciones del Ministerio
Público en el proceso civil, explica lo siguiente:
“La doctrina suele distinguir las facultades y las atribuciones del ministerio
público en tres categorías distintas: el ministerio público agente, el
ministerio público interviniente y el ministerio público requirente.
Según lo establece la misma distinción, estas tres diversas atribuciones o
facultades corresponden a tres diversas y distintas funciones que el
ministerio público desempeña frente al ejercicio de la jurisdicción civil.
Cuando se habla de ministerio público agente se hace referencia a la
posibilidad que tiene de convertirse en iniciador de un proceso, es decir, de
ejercer aquel derecho de acción que (...) compete a todo sujeto de derechos.

(...)
En estos casos, el ministerio público se hace actor en juicio (...), porque las
normas procesales, al lado de los sujetos titulares de las relaciones
jurídicas o de los estados jurídicos de que se vendrá a discutir, autoriza o
legitima a accionar al ministerio público, como portador de un interés
público que se concreta en un interés estatal.
Con esto no se quiere reconocer al ministerio público una facultad genérica de
promover las acciones, cuyo ejercicio, por lo común, está reservado a los
titulares particulares de los intereses tutelados por el derecho; sólo se
quiere patentizar, por el contrario, que en algunas particulares categorías
de acciones, además de los sujetos legitimados para accionar sobre la base
del criterio de la titularidad, existe otro sujeto, el ministerio público, a
quien las leyes procesales le reconocen dicha legitimación como portador
de un interés público, propio del Estado, que predomina e incide en la
esfera de las relaciones y de los estados jurídicos de los ciudadanos (...).

143
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

Por otra parte, en lo que respecta al ministerio público interviniente, las normas
procesales dan unas veces facultad al ministerio público para incorporarse,
mediante una forma de intervención, a una litis pendiente ya entre otros
sujetos; y otras veces, en cambio, imponen al ministerio público la
obligación de intervenir en causa, cuando se discutan relaciones o estados
jurídicos en que al lado del interés privado haya un interés público (...).
En cuanto a las atribuciones del ministerio público requirente, puede ocurrir
siempre, en materias en que exista un interés de derecho público, que el
ministerio público deba ser oído, a fin de que exprese su dictamen en una
forma (...) que se llama requisitoria.
(...) Bajo este concepto (requisitoria) se quiere hacer referencia
únicamente a las conclusiones que sobre determinado negocio formula
el ministerio público, dando su dictamen positivo o negativo”
(ROCCO, 1976, Volumen II: 161-163).
De acuerdo a lo normado en el artículo 113 del Código Procesal Civil, el
Ministerio Público ejerce las siguientes atribuciones:
1. Como parte.
2. Como tercero con interés, cuando la ley dispone que se le cite.
3. Como dictaminador.
Montero Aroca, Gómez Colomer, Montón Redondo y Barona Vilar, acerca
de la actuación del Ministerio Fiscal (Público) como parte, expresan que:
“Es aquí donde cabe referirse propiamente a la publicización de los
derechos, por cuanto el Ministerio fiscal asume con plenitud la
condición de parte, si bien se trata de una parte especial, dado que su
interés no es privado, actuando en defensa del interés general. (…) El
Ministerio fiscal (…) defiende los intereses de la sociedad, atendido el
hecho de que ésta ha reflejado cuál es su interés en la ley, y siguiendo
los principios de unidad y dependencia.
En su actuación procesal el Ministerio fiscal ostenta la representación y la
defensa conjuntamente, y no puede realizar actos de disposición del
derecho material (renuncia, allanamiento), aunque sí del proceso
(desistimiento). En todo caso podrá oponerse a la realización de actos
dispositivos por las partes privadas (aunque éstos, normalmente, no

144
EL MINISTERIO PUBLICO

pueden realizarse en los procesos en que él interviene, por ser de


naturaleza no dispositiva).
La actuación del Ministerio fiscal depende de la existencia de una norma
concreta que le confiera legitimación…” (MONTERO AROCA;
GOMEZ COLOMER; MONTON REDONDO; y BARONA VILAR,
2003, Tomo II: 111).
Calamandrei, en cuanto a la participación del Ministerio Público en el
proceso como interviniente (o tercero con interés), expone lo siguiente: “... Así
como el M.p. agente está instituido para suplir la posible inactividad inicial de
los demás legitimados para accionar, así también el M.p. interviniente (...) está
instituido para suplir, en el curso del proceso ya iniciado, la deficiente o
colusiva actividad instructoria de las otras partes. En un proceso, concebible en
teoría, en que fuese incondicionadamente reconocido al juez el poder oficial de
proceder y de inquirir sin demanda de parte, no habría necesidad de un órgano
de impulso como es el M.p. agente o interviniente: sólo en un proceso (...) en
que el juez no puede proceder inicialmente de oficio (nemo iudex sine actore),
ni puede en el curso del proceso indagar fuera de los límites constituidos por las
demandas de las partes (ne eat iudex ultra petita partium) (...), hay necesidad
de un órgano, complementario del juez, como el M.p., creado para corregir o
atenuar, en los casos en que el interés público lo reclame, la institucional
pasividad del juez, que, a fin de conservar intacta su imparcialidad no puede
moverse sino cuando otros lo estimulen (...). Como el M.p. agente está
instituido para poner el interés público a cubierto de los inconvenientes que
podrían seguirse de una rígida aplicación del principio ‘nemo iudex sine
actore’, cuando la legitimación para accionar sólo estuviese reconocida a los
particulares, así también el M.p. interviniente está instituido para salvaguardar
el interés público de los peligros de una intransigente observancia de la regla
‘ne eat iudex ultra petita partium’, ‘iudex secundum allegata et probata
decidire debet’, cuando los poderes de iniciativa instructoria estuviesen
enteramente encomendados a las partes privadas” (CALAMANDREI, 1962,
Volumen II: 453-454). El referido autor concluye señalando que:
“La intervención necesaria (...) está prescrita para todas las causas en que
el M.p. hubiese estado legitimado para accionar (...). Cuando en una
de tales causas la iniciativa del proceso ha sido tomada por otro
legitimado, el M.p. debe participar en carácter de interviniente en el
mismo proceso que, si no se le hubiesen adelantado, hubiera podido
iniciar como actor.

145
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

La intervención necesaria (...) atañe (...) (además) a toda una serie de


causas que la ley especifica: respecto de las cuales el M.p., aun no
estando legitimado para accionar, debe, sin embargo, participar como
interviniente cuando el proceso ha sido iniciado por otro...”
(CALAMANDREI, 1962, Volumen II: 459-460).
Montero Aroca, Gómez Colomer, Montón Redondo y Barona Vilar,
respecto de la actuación del Ministerio Fiscal (Público) como dictaminador,
anotan lo siguiente:
“En ocasiones se ha hablado de que ‘asesora’ al órgano jurisdiccional,
pero esta pretendida explicación supone alterar todo el sistema de la
actuación jurisdiccional basada en el conocimiento y aplicación del
derecho objetivo por el juez. Posiblemente la explicación provenga de
que estamos ante una situación intermedia; el interés público no llega
al extremo de legitimar al Fiscal, pero la existencia de aquél hace
conveniente que el juez tenga conocimiento de cuál es la opinión del
Ministerio fiscal en el caso concreto.
El dictamen puede referirse tanto a la aplicación del derecho material
como a la del procesal...” (MONTERO AROCA; GOMEZ
COLOMER; MONTON REDONDO; y BARONA VILAR, 2003,
Tomo II: 113).
Rocco, en lo respecta a la participación del Ministerio Público en el
proceso como requirente (o dictaminador), enseña que:
“... El ministerio público requirente (...) tiene la facultad y el deber de
expresar su parecer en asuntos de diversa índole.
De ordinario, tales funciones le son atribuidas en materia de jurisdicción
voluntaria, en la cual tiene que dar su dictamen acerca de todos los
asuntos referentes a menores, a la patria potestad, (...) y en muchos
otros casos, como la legitimación, la adopción, etc.
En todos estos casos, y en muchos otros concernientes a la tutela de los
incapaces y de los ausentes, el ministerio público expresa su dictamen
acerca de la conveniencia y legalidad de los actos” (ROCCO, 1976,
Volumen II: 165).
En los casos en que, por disposición legal, el representante del Ministerio
Público deba emitir dictamen (que no es sino la opinión del representante del

146
EL MINISTERIO PUBLICO

Ministerio Público acerca de la cuestión materia de debate judicial), existe la


obligación por parte de aquél de fundamentar dicho dictamen (art. 114 del
C.P.C.).
La Corte Suprema de Justicia de la República, en relación al dictamen del
Ministerio Público, ha establecido lo siguiente:
- “... El artículo ciento trece del Código Procesal acotado [C.P.C.] dispone
que el Ministerio Público interviene en el proceso como parte; como
tercero con interés, cuando la ley dispone que se le cite, y como
dictaminador; en consecuencia, únicamente cuando la ley establezca que la
intervención del Ministerio Público sea como dictaminador, sus
representantes se encontrarán en la obligación de emitir dictámenes
debidamente fundamentados, los mismos que podrán ser acogidos por las
Salas Superiores o Salas Supremas como parte de su fundamentación, si
fallan de conformidad o con lo expuesto en el mismo, estando a lo
dispuesto en el artículo ciento cuarentidós de la Ley Orgánica del Poder
Judicial...” (Casación Nro. 2090-01 / Huánuco, publicada en el Diario
Oficial El Peruano el 01-04-2002, págs. 8570-8571).
- “... El dictamen fiscal constituye una opinión emitida por los fiscales
respecto al fondo de la controversia o a la tramitación del proceso y por
tanto es meramente ilustrativo al no resolver la controversia planteada
ante sede judicial” (Casación Nro. 381-99 / Cono Norte, publicada en el
Diario Oficial El Peruano el 28-09-1999, págs. 3607-3608).
- “... El Dictamen Fiscal es la opinión ilustrativa que emite el representante
del Ministerio Público y que el Juzgador toma en consideración pero que
no lo obliga...” (Casación Nro. 2426-01 / Lima, publicada en el Diario
Oficial El Peruano el 02-02-2002, pág. 8301).
- “... El dictamen fiscal será meramente ilustrativo y su omisión no causará
nulidad procesal en los casos que expresamente señala la ley, en ese
sentido reiterada jurisprudencia ha establecido que no existe nulidad en los
casos en que se omite el dictamen Fiscal en primera instancia...” (Casación
Nro. 3316-2000 / Lima, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 01-
10-2001, págs. 7779-7780).
- “... El Dictamen Fiscal si bien debió emitirse, su omisión no es causal de
nulidad, por su carácter ilustrativo y no determinante del criterio

147
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

judicial...” (Casación Nro. 411-07 / Arequipa, publicada en el Diario


Oficial El Peruano el 31-05-2007, pág. 19398).
- “... En lo que respecta a la omisión del dictamen fiscal, es necesario
remarcar que [...] no acarrea nulidad cuando no incide en el fondo del
asunto, esto es cuando no afecta el sentido del fallo...” (Casación Nro.
3937-2006 / Arequipa, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 3101-
2007, pág. 18728).
- “... Al declararse la nulidad de la sentencia de primera instancia por la
omisión del dictamen del Fiscal Provincial se infringe las formas
esenciales para la eficacia y validez de los actos procesales, porque al no
resolverse sobre la materia controvertida, se atenta contra los principios de
finalidad del proceso, celeridad y economía procesal previstos en los
artículos tercero y quinto del Título Preliminar del Código Procesal
Civil...” (Casación Nro. 3316-2000 / Lima, publicada en el Diario Oficial
El Peruano el 01-10-2001, págs. 7779-7780).
- “... La falta de dictamen [fiscal] acarreará la nulidad sólo en aquellos casos
[...] respecto de los cuales la Ley lo ha señalado así expresamente...”
(Casación Nro. 3744-2006 / Arequipa, publicada en el Diario Oficial El
Peruano el 30-09-2008, págs. 23145-23147).
- “... El dictamen fiscal es sólo una opinión que no es vinculante para el
órgano jurisdiccional...” (Casación Nro. 2523-2005 / Lambayeque,
publicada en el Diario Oficial El Peruano el 28-02-2006, pág. 15611).
- “... No puede considerarse que el dictamen del Fiscal [...] haya tenido
fuerza vinculante para el Colegiado Superior, pues, éste se encuentra
facultado para apartarse de lo que se pueda haber opinado en el
mencionado dictamen, sin que ello signifique una afectación al debido
proceso...” (Casación Nro. 2421-2006 / Lima, publicada en el Diario
Oficial El Peruano el 30-10-2006, pág. 17390).
- “... El dictamen fiscal no constituye un medio probatorio que, como tal, se
encuentre destinado a acreditar los hechos expuestos por las partes,
produciendo certeza en el Juez respecto de los puntos controvertidos,
conforme a los términos que se exponen en el artículo ciento ochentiocho
del Código Procesal Civil, toda vez que el dictamen fiscal es sólo una
opinión que emite el representante del Ministerio Público en materias de
interés público [...]; y si bien sus opiniones deben ser tomadas en cuenta
por los magistrados al emitir sentencia, éstos no se encuentran obligados a

148
EL MINISTERIO PUBLICO

sentenciar conforme a lo opinado en el dictamen respectivo...” (Casación


Nro. 1694-2006 / Piura, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 02-
07-2007, págs. 19704-19705).

4. RESPONSABILIDAD DEL MINISTERIO PUBLICO


Los representantes del Ministerio Público incurren en responsabilidad civil
si en el ejercicio de sus funciones actúan con negligencia, dolo o fraude (art.
118 -parte inicial- del C.P.C.).
El proceso de responsabilidad civil de los miembros del Ministerio Público
se sustancia de la misma manera que el proceso de responsabilidad civil de los
Jueces (art. 118 -in fine- del C.P.C.), vale decir, en vía abreviada, siéndoles
aplicables, en lo que sea pertinente, las disposiciones legales contenidas en el
Sub-Capítulo 3° (“Responsabilidad civil de los Jueces”) del Título II (“Proceso
abreviado”) de la Sección Quinta (“Procesos contenciosos”) del Código
Procesal Civil, en los arts. 509 al 518.

5. EXCUSACION Y ABSTENCION DEL MINISTERIO PUBLICO


Si bien los fiscales no pueden ser recusados por las partes (art. 117 -in fine-
del C.P.C.), tienen la obligación de excusarse o abstenerse de intervenir en el
proceso si están inmersos en alguna de las causales de impedimento o
recusación que operan tratándose de los Jueces. Así tenemos que, en aplicación
de los artículos 117, 305, 307 y 313 del Código Procesal Civil, un representante
del Ministerio Público debe excusarse o abstenerse de intervenir en el proceso
en los siguientes casos:
A) Cuando ha sido parte anteriormente en el proceso (arts. 117 y 305 -inc. 1)-
del C.P.C.).
B) Cuando él o su cónyuge o concubino, tiene parentesco dentro del cuarto
grado de consanguinidad, segundo de afinidad o de adopción con alguna
de las partes o con su representante o apoderado o con un abogado que
interviene en el proceso (arts. 117 y 305 -inc. 2)- del C.P.C.).
C) Cuando él o su cónyuge o concubino, tiene el cargo de tutor o curador de
cualquiera de las partes (arts. 117 y 305 -inc. 3)- del C.P.C.).
D) Cuando ha recibido él o su cónyuge o concubino, beneficios, dádivas de
alguna de las partes, antes o después de empezado el proceso, aunque ellos
sean de escaso valor (arts. 117 y 305 -inc. 4)- del C.P.C.).

149
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

E) Cuando ha conocido el proceso en otra instancia, salvo que haya realizado


únicamente actos procesales de mero trámite (arts. 117 y 305 -inc. 5)- del
C.P.C.).
F) Cuando es amigo íntimo o enemigo manifiesto de cualquiera de las partes,
demostrado por hechos inequívocos (arts. 117 y 307 -inc. 1)- del C.P.C.).
G) Cuando él o su cónyuge o concubino o su pariente en la línea directa o en
la línea colateral hasta el segundo grado, primero de afinidad o adoptado,
tienen relaciones de crédito con alguna de las partes; salvo que se trate de
persona de derecho o de servicio público (arts. 117 y 307 -inc. 2)- del
C.P.C.).
H) Cuando él o su cónyuge o concubino, son donatarios, empleadores o
presuntos herederos de alguna de las partes (arts. 117 y 307 -inc. 3)- del
C.P.C.).
I) Cuando haya intervenido en el proceso como apoderado, miembro del
Ministerio Público, perito, testigo o defensor (arts. 117 y 307 -inc. 4)- del
C.P.C.).
J) Cuando tiene interés directo o indirecto en el resultado del proceso (arts.
117 y 307 -inc. 5)- del C.P.C.).
K) Cuando exista proceso vigente entre él o su cónyuge o concubino con
cualquiera de las partes, siempre que no sea promovido con posterioridad
al inicio del proceso (arts. 117 y 307 -inc. 6)- del C.P.C.).
L) Cuando se presentan motivos que perturban la función del representante
del Ministerio Público, en cuyo caso se abstendrá por decoro o delicadeza
(arts. 117 y 313 del C.P.C.).
La Ley Orgánica del Ministerio Público señala al respecto, en su artículo
19, que los Fiscales no son recusables, pero deberán excusarse, bajo
responsabilidad, de intervenir en una investigación policial o en un proceso
administrativo o judicial en que directa o indirectamente tuviesen interés, o lo
tuviesen su cónyuge, sus parientes en línea recta o dentro del cuarto grado de
consanguinidad o segundo de afinidad, o por adopción, o sus compadres o
ahijados, o su apoderado en el caso a que se refiere el inciso c) del artículo 20
de la indicada Ley Orgánica del Ministerio Público (según el cual los miembros
del Ministerio Público no pueden defender como abogado o prestar
asesoramiento de cualquier naturaleza, pública o privadamente, y cuando

150
EL MINISTERIO PUBLICO

tuvieren que litigar en causa propia que no tuviese relación alguna con su
función, otorgarán poder).

151
CAPITULO III

LAS PARTES Y SU REPRESENTACION


EN EL PROCESO

1. PARTE DEMANDANTE
En principio, como lo hace notar Gimeno Sendra:

“Partes no son todos los sujetos que intervienen en el proceso, sino


únicamente quienes interponen la pretensión y se oponen a ella.
En efecto, el proceso sirve para obtener la tutela judicial de las
pretensiones declarativas, constitutivas o de condena (…), que decida
interponer el demandante ante el tribunal competente ‘y frente a los
sujetos a quienes haya de afectar la resolución pretendida’ (…).
(…) El concepto de parte presupone una titularidad o cierta situación con
respecto a la relación jurídico material debatida (…) y se determina en
función de las expectativas de declaración, realización o
transformación, por la sentencia, de dicha relación material o, lo que es
lo mismo, por los efectos materiales de la cosa juzgada.
Son, pues, partes en un proceso, quienes han de verse expuestos a los
efectos materiales de la futura Sentencia. Por ello, el concepto de parte
se diferencia claramente del de tercero, quien puede intervenir también
en el proceso (por ejemplo, en calidad de testigo o de perito), pero
quien, a diferencia de las partes, ni es titular de derecho subjetivo, ni ha
de cumplir obligación alguna derivada de la relación jurídico material
debatida, ni ostenta interés legítimo derivado de dicha relación, ni ha
de soportar, en su esfera patrimonial o moral, los efectos ulteriores de
la sentencia.
Así, pues, las partes son, quienes, por ostentar o la titularidad de los
derechos y obligaciones o algún interés legítimo en una determinada
relación jurídica discutida, interponen, a través de la demanda (actor o
demandante), su pretensión o se oponen a ella, mediante el escrito de
contestación (el demandado). Pero, junto a estas partes iniciales, (…)

152
LAS PARTES Y SU REPRESENTACION EN EL PROCESO

pueden aparecer o intervenir otras en el curso del proceso que ostenten


dicha titularidad de la relación jurídica o incluso, sin serlo, mantengan
un interés con respecto al objeto procesal, que les permita comparecer,
en calidad de parte principal o subordinada, dentro del proceso.
El concepto y el estatus jurídico de las partes vienen, pues, determinados
por la legitimación…” (GIMENO SENDRA, 2007, Tomo I: 99-100).
Gómez de Liaño González y Pérez-Cruz Martín, sobre las partes del
proceso civil, hacen estas acotaciones:
“Partes son los sujetos del proceso que solicitan la tutela jurisdiccional y
aquellos frente a los cuales se reclama y que han de quedar afectados
por el resultado definitivo. No se identifican con las partes de la
relación jurídica material porque en el sentido que nos ocupa tiene un
concepto eminentemente formal de manera que lo decisivo es la
posición procesal de pedir en un proceso, de defenderse en el mismo,
de actuar en definitiva y que puede coincidir o no con la titularidad de
un determinado derecho, porque el concepto procesal de parte está
íntimamente unido al de acción, entendida como derecho de acudir a
los Tribunales, y poner en marcha la actividad jurisdiccional, que en
principio es muy amplio y corresponde a todo aquel que afirme la
existencia de un derecho que precisa protección, y que tenga relación
con el objeto del proceso, sin perjuicio de que le corresponda o no,
pues a ello es a lo que va dirigido el proceso que ha de sustanciarse.
Tampoco puede confundirse con el de interesado que en un determinado
asunto pueden ser muchas personas y sólo alguna (sic) de ellas son las
que acudirán al proceso con una petición concreta, y sólo éstas son las
que tienen la calidad de parte.
Partes son las personas, entidades o grupos que en nombre propio piden
una determinada declaración jurisdiccional. El representante no actúa
en nombre propio y por eso no es parte. Sí lo es, el sustituto que
actuando un derecho ajeno, pide en nombre propio como el supuesto
(…) que permite a los acreedores ejercitar acciones del deudor.

(…)
Las partes se identifican con los sujetos que solicitan la tutela judicial
efectiva, a través del proceso en el que aparecen afectados, y que es
preciso distinguir de aquellos otros que también intervienen en el

153
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

proceso, como los que les asisten (abogados y procuradores), o los que
sirven en los juzgados y tribunales (jueces y funcionarios), o los que
colaboran (como los testigos o los peritos). En el proceso judicial se
produce una representación histórica de hechos, a través de unos
actores y directores y figurantes. Pero partes sólo son aquellos que
piden la resolución de su problema, y los que se defienden frente a
estas peticiones, resultando afectados por la sentencia que se dicte”
(GOMEZ DE LIAÑO GONZALEZ; y PEREZ-CRUZ MARTIN,
2000, Tomo I: 287-288).
Según Casarino Viterbo, “... la parte que pide la declaración o protección de
su derecho recibe el nombre de demandante...” (CASARINO VITERBO, 1983,
Tomo III: 36).
Oderigo estima que el actor o demandante “es la persona del derecho
privado que mediante el proceso civil pide a propio nombre la actuación de la
ley civil, en favor suyo o de otra persona a la que necesariamente represente por
ministerio de la ley” (ODERIGO, 1989, Tomo II: 182).
Casarino Viterbo precisa que “... la intervención en juicio en calidad de
demandante es un acto procesal entregado a la simple voluntad del propio
demandante; él es el dueño o no de ejercitar la acción de que se trata, y, al no
hacerlo, no correrá otro riesgo que el de la prescripción extintiva de su propia
acción” (CASARINO VITERBO, 1983, Tomo III: 42).

2. PARTE DEMANDADA
El demandado “es la contrafigura procesal del actor, su réplica con signo
contrario: es la persona que a nombre propio resiste la actuación de la ley civil
pretendida por aquél, en defensa suya o de otra persona a la que necesariamente
represente por ministerio de la ley” (ODERIGO, 1989, Tomo II: 187).
Casarino Viterbo señala al respecto que “la parte en contra de la cual se
pide esta declaración o protección (del derecho) recibe el nombre de
demandado...” (CASARINO VITERBO, 1983, Tomo III: 36). El mencionado
autor advierte que “... la intervención en juicio en calidad de demandado
depende única y exclusivamente de la voluntad del demandante, al pretender
accionar en su contra y atribuirle esta calidad de demandado, aun en contra de
sus deseos” (CASARINO VITERBO, 1983, Tomo III: 42).

3. COMPARECENCIA AL PROCESO

154
LAS PARTES Y SU REPRESENTACION EN EL PROCESO

“La ‘comparecencia’, término de carácter procesal, es el acto por el cual


una persona se dirige a un Tribunal de Justicia solicitando su actuación
para la defensa de sus derechos, el ejercicio de sus facultades o la
autorización de sus actos. Representa, pues, el ejercicio de la facultad
que los individuos tienen para servirse de los Tribunales de Justicia, o,
en otras palabras, la solicitación dirigida al Tribunal para que ejerza su
jurisdicción y competencia sobre el asunto que interesa al solicitante”
(BRAIN RIOJA, 1943: 29-30).
Casarino Viterbo, en cuanto a la noción de comparecencia al proceso,
enseña que:
“... La palabra comparecencia, jurídicamente, tiene un doble sentido: uno
amplio y otro restringido.
Comparecencia, en sentido amplio, significa el acto de presentarse alguna
persona ante el juez, ya sea espontáneamente para deducir cualquiera
pretensión o para hacerse parte en un negocio, ya en virtud de
llamamiento o intimación de la misma autoridad que lo obligue a
hacerlo para la práctica de alguna diligencia judicial.
Así, se dice que comparecen ante los tribunales no sólo las partes directas,
sino también las partes indirectas o terceros; comparecen, además, ante
los tribunales los interesados en los negocios pertenecientes a la
jurisdicción voluntaria; y comparecen, por último, los peritos y los
testigos, los cuales, sabemos, son totalmente ajenos a las partes
mismas.
En sentido restringido, en cambio, comparecencia es el acto de presentarse
ante los tribunales de justicia ejerciendo una acción o defensa, o bien
requiriendo su intervención en un acto perteneciente a la jurisdicción
no contenciosa...” (CASARINO VITERBO, 1983, Tomo III: 53).

4. CAPACIDAD PARA SER PARTE DEL PROCESO


Gómez de Liaño González y Pérez-Cruz Martín aseveran que “... la
capacidad para ser parte, es un concepto paralelo al de capacidad jurídica en el
derecho civil, que viene referido a la aptitud para ser titular de la acción, y en
este sentido la ostentan todas las personas físicas que gozan de personalidad
hasta el momento de extinguirse por la muerte, (…) e incluso el concebido y no
nacido como se le ha de tener por nacido para todos los efectos que le sean

155
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

favorables, (…) podrá tener la condición de parte” (GOMEZ DE LIAÑO


GONZALEZ; y PEREZ-CRUZ MARTIN, 2000, Tomo I: 289).
Lino Palacio, en relación a la capacidad para ser parte, sostiene que “... este
tipo de capacidad, en tanto se refiere a la posibilidad jurídica de figurar como
parte en un proceso, constituye una proyección, en el orden procesal, de la
capacidad de derecho genéricamente considerada. Se la puede definir, por lo
tanto, como la idoneidad reconocida por el ordenamiento jurídico para ser
titular de derechos y de deberes procesales. De lo cual se sigue que la capacidad
jurídica procesal y la capacidad para ser parte constituyen conceptos
substancialmente equivalentes” (PALACIO, 1983, Tomo III: 20).
Gimeno Sendra estima que “la capacidad para ser parte es la aptitud
requerida por la Ley para poder ser demandantes o demandados, ostentar la
titularidad de los derechos, obligaciones, posibilidades procesales y cargas
procesales y asumir las responsabilidades y efectos que del proceso se deriven y,
de modo especial, los efectos materiales de la cosa juzgada” (GIMENO
SENDRA, 2007, Tomo I: 101). El citado jurista añade que “... la capacidad para
ser parte se corresponde con la capacidad jurídica del Derecho Civil (…) y,
desde luego, asiste a todos los sujetos del Derecho: tanto a las personas físicas,
cuanto a las jurídicas…” (GIMENO SENDRA, 2007, Tomo I: 101).
Andrés de la Oliva y Miguel Angel Fernández dicen de la capacidad para
ser parte lo siguiente:
“... Capacidad para ser parte es la aptitud para ser titular de todos los
derechos procesales y asumir las cargas y responsabilidades inherentes
al proceso civil. O, con otras palabras, es la aptitud para pedir la tutela
de los tribunales civiles (afirmar acciones) y resultar afectado por la
decisión jurisdiccional relativa a la tutela jurídica pretendida.

(...)

(...) Cuando se habla de capacidad para ser parte (...), la susodicha


capacidad no guarda relación con lo que sea objeto concreto de
concretos procesos, sino que debe tratarse de una capacidad, aptitud o
cualidades predicable o no de unos entes u otros al margen de litigios
específicos, de una capacidad, determinable, sí, en función del proceso
en abstracto o, cuando menos, de un tipo de procesos, genéricamente.
Mediante la capacidad para ser parte establecemos, pues, quiénes, al
atribuírseles tal aptitud, pueden ser partes de toda clase de procesos o

156
LAS PARTES Y SU REPRESENTACION EN EL PROCESO

de un conjunto abstracto de ellos, aunque nunca, histórica y realmente,


lleguen a litigar...” (DE LA OLIVA; y FERNANDEZ, 1990, Volumen
I: 383-384).
De conformidad con lo dispuesto en el artículo 57 del Código Procesal
Civil, tienen capacidad para ser parte material en un proceso:
- Toda persona natural o jurídica.
- Los órganos constitucionales autónomos (como, por ejemplo, el
Ministerio Público, la Defensoría del Pueblo, el Jurado Nacional de
Elecciones, etc.).
- La sociedad conyugal, la sucesión indivisa y otras formas de
patrimonio autónomo. (Este se da -según el art. 65 del C.P.C.- cuando
dos o más personas tienen un derecho o interés común sobre un bien,
sin constituir una persona jurídica). Además de las mencionadas, son
formas de patrimonio autónomo las situaciones de copropiedad y la de
los bienes de asociaciones, comités y fundaciones irregulares.

5. CAPACIDAD PROCESAL O “LEGITIMATIO AD PROCESSUM”


La capacidad procesal (o capacidad para comparecer en un proceso o
capacidad de obrar procesal o “legitimatio ad processum”) es equivalente a la de
obrar o de ejercicio y representa la aptitud para comparecer por sí mismo
(directamente) o como representante -legal o voluntario- de otro. Significa, pues,
la facultad de ejercitar derechos civiles (y, por ende, procesales) ante el Poder
Judicial.
A decir de Rosenberg, “capacidad procesal es la capacidad para ejecutar y
recibir con eficacia todos los actos procesales, por sí mismo o mediante
representante designado por uno mismo (...), para sí o para otro...”
(ROSENBERG, 1955, Tomo I: 241).
Según Gómez de Liaño González y Pérez-Cruz Martín, “… la capacidad
procesal constituiría un grado superior a la capacidad para ser parte y se
concreta en la necesaria para poder comparecer en juicio y realizar eficazmente
actos pro-
cesales” (GOMEZ DE LIAÑO GONZALEZ; y PEREZ-CRUZ MARTIN, 2000,
Tomo I: 290).
Prieto-Castro y Ferrándiz señala al respecto lo siguiente:

157
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

“... La capacidad de obrar procesal, también llamada capacidad procesal


simplemente (...) es la de ser sujeto activo en el proceso.

(...)
Es, pues, esta capacidad (...) la de estar o comparecer en juicio (legitimatio
ad processum).
Un concepto completo de la capacidad de obrar procesal sería éste: Es la
que se reconoce, a los sujetos con capacidad de obrar civil, como
aptitud para comprender la trascendencia de los actos procesales y
para hacerse cargo de sus consecuencias, como también para realizar
válidamente tales actos” (PRIETO-CASTRO Y FERRANDIZ, 1980,
Volumen 1: 64-65).
Lorca Navarrete, acerca de la capacidad de obrar procesal, hace estas
aseveraciones:
“(La) llamada capacidad de obrar procesal (…) o capacidad para
comparecer faculta, al que ya posee personalidad procesal y existe
para el derecho procesal para poder actuar eficazmente en el proceso
de la función jurisdiccional, es decir, que para poder realizar actos
procesales y, en definitiva, para poder personarse no basta con tener
capacidad para ser parte, es preciso además, tener un grado más de
capacidad, esto es, la capacidad procesal o capacidad de obrar
procesal.
Por tanto, una cosa es poder figurar como parte en un proceso y otra
distinta es poder actuar e intervenir o comparecer en el proceso.
La regla general consiste en que solo pueden personarse o comparecer en
juicio los que estén en el pleno ejercicio de su personalidad procesal.
Ya no se trata de existir para el derecho procesal al obtener la personalidad
procesal, cuanto más bien, que quienes tienen personalidad
procesal o se hallan en el pleno ejercicio de la misma con plenitud
de derechos civiles puedan personarse y comparecer en un proceso.

(…)
Es el concepto de personalidad procesal el que le permite, a quien es
persona con plenitud de derechos civiles, a comparecer
procesalmente.

158
LAS PARTES Y SU REPRESENTACION EN EL PROCESO

De ahí que la capacidad de comparecer en el proceso integra la


personalidad procesal permitiendo que quien la posee pueda personarse
en el proceso” (LORCA NAVARRETE, 2000: 104-105).

6. LA “LEGITIMATIO AD CAUSAM”
Para Gozaíni, “... la legitimación ‘ad causam’, implica, además de la
asignación propia del derecho subjetivo, la naturaleza efectiva de reclamarlo por
sí y para sí” (GOZAINI, 1992, Tomo I, Volumen 1: 380). Dicho autor añade que
la legitimatio ad causam “... supone que el interesado ha tomado parte en la
relación jurídica que da origen al objeto del proceso. Sería aproximadamente la
situación individual de cada interviniente la que en su relación con el hecho
principal otorga legitimación en la causa...” (GOZAINI, 1992, Tomo I,
Volumen 1: 381).
Al respecto, Devis Echandía enseña que:
“Tener legitimación en la causa consiste en ser la persona que, de
conformidad con la ley sustancial, puede formular o contradecir las
pretensiones contenidas en la demanda (...), por ser el sujeto activo o
pasivo de la relación jurídica sustancial pretendida o del ilícito penal
imputado, que deben ser objeto de la decisión del juez, en el supuesto
de que aquélla o éste existan; o en ser el sujeto activo o pasivo de una
relación jurídica sustancial que autorice para intervenir en el proceso
ya iniciado.
(...) No se trata del derecho o la obligación sustancial, porque puede que
éstos no existan, y que basta con que se pretenda su existencia; por eso
puede ser perfecta la legitimación en la causa y, sin embargo,
declararse en la sentencia que dicho derecho y tal obligación (...) no
existen realmente” (DEVIS ECHANDIA, 1984, Tomo I: 310).
Andrés de la Oliva y Miguel Angel Fernández, en relación al tema que se
examina en este punto, apuntan lo siguiente:
“... Se entiende hoy por legitimación la cualidad de un sujeto jurídico
consistente en hallarse, dentro de una situación jurídica determinada,
en la posición que fundamenta, según el Derecho, el reconocimiento a
su favor en una pretensión que ejercita (la legitimación activa) o a la
exigencia, precisamente respecto de él, del contenido de una pretensión
(legitimación pasiva).

159
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

(...)
(...) Hallarse un sujeto en la posición jurídica que fundamenta que
precisamente él obtenga una concreta tutela jurisdiccional
(legitimación activa), suele consistir en ser titular de un derecho
subjetivo privado (que fundamenta una acción). Y hallarse en la
posición que justifica padecer la concesión de una tutela jurisdiccional
concreta (legitimación pasiva), frecuentemente significa ser titular de
un deber u obligación...” (DE LA OLIVA; y FERNANDEZ, 1990,
Volumen I: 399-400).
Muñoz Rojas afirma que la legitimación activa “... se refiere a la facultad
que tiene una persona concreta y determinada (o varias, incluso no
determinadas, como sucede en la acción popular) para asumir en un proceso la
postura de demandante...” (MUÑOZ ROJAS, 1960: 70-71). Y que “... la
legitimación pasiva hace referencia a aquella que poseen uno o varios sujetos
para asumir, en un caso concreto, la postura de demandados” (MUÑOZ ROJAS,
1960: 71).
Gómez de Liaño González y Pérez-Cruz Martín estiman que “... la
legitimación es activa, cuando va referida a la parte actora o demandante, a la
parte que pide en primer lugar y que pone en marcha el ‘iter procesal’; se
denomina pasiva cuando se refiere a la parte demandada, aquélla frente a la cual
se pide” (GOMEZ DE LIAÑO GONZALEZ; y PEREZ-CRUZ MARTIN, 2000,
Tomo I: 296).
La Corte Suprema de Justicia de la República, en relación a la legitimación
para obrar, ha establecido lo siguiente:
- “... La legitimación procesal es la capacidad de ejercicio, en el proceso, de
los derechos civiles; es la aptitud que tiene la persona de obrar directamente
en un proceso como parte, defendiendo sus derechos...” (Casación Nro.
5003-2007 / Lima, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 0309-2008,
págs. 22951-22952).
- “... La legitimación procesal es un elemento propio de la sentencia ya que la
legitimación determina la persona que tiene el derecho para demandar o ser
demandado...” (Casación Nro. 2602-2000 / La Libertad, publicada en el
Diario Oficial El Peruano el 01-10-2001, págs. 7775-7776).
- “... Sólo quienes han intervenido en la relación material o sustantiva están
legitimados para intervenir en la relación procesal...” (Casación Nro. 3141-

160
LAS PARTES Y SU REPRESENTACION EN EL PROCESO

2002 / Huánuco, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 03-11-2004,


págs. 12985-12986).
- “... La legitimatio ad causam está ligada al legítimo interés económico y
moral que exige el artículo sexto del Título Preliminar del Código Procesal
Civil para poder ejercitar una acción, la cual a su vez, activa el derecho a la
tutela judicial para que se resuelva el conflicto jurídico generado entre las
partes. [...] el interés para obrar está constituido por la necesidad de acudir
ante un Juez cuando se han agotado todas las posibilidades de solucionar el
conflicto en vía o forma distinta, de allí que la comprobación al inicio del
proceso de la coincidencia de la relación jurídica procesal con la relación de
derecho sustantivo no es condición ni presupuesto de la acción, pues sólo se
establecerá ello en el momento en que se pronuncie la sentencia, por ende
estar legitimado en la causa significa tener derecho a exigir que se resuelva
sobre las peticiones propuestas en la demanda...” (Casación Nro. 2315-02 /
Puno, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 30-06-2005, págs.
14329-14330).
- “... La denominada ‘legitimatio ad causam’ es un requisito esencial para el
ejercicio de la acción; en cuya virtud debe mediar una coincidencia entre
las personas que actúan en el proceso y las personas a las cuales la ley
habilita para pretender (legitimación activa) y para contradecir
(legitimación pasiva) respecto de la materia [...] sobre la cual versa el
proceso; por tanto dicha legitimación de las partes corresponde a la
cualidad que les asiste para accionar y que los habilita legalmente para
asumir su posición procesal...” (Casación Nro. 2581-2007 / Arequipa,
publicada en el Diario Oficial El Peruano el 30-05-2008, págs. 22208-
22209).
- “... La legitimidad ‘ad causam’ es la titularidad que tiene la persona
respecto del derecho que demanda; es un elemento de procedencia de la
pretensión jurídica demandada. En caso que la parte actora no tenga la
legitimatio ad causam, la acción será, evidentemente, improcedente...”
(Casación Nro. 5003-2007 / Lima, publicada en el Diario Oficial El
Peruano el 03-09-2008, págs. 22951-22952).
- “... La legitimatio ad causam es un presupuesto sustancial, es decir, un
presupuesto de la pretensión para la sentencia de fondo, pues contempla la
relación sustancial que debe existir entre el sujeto demandante o
demandado y el interés perseguido en el juicio...” (Casación Nro. 5123-

161
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

2007 / Lima, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 30-06-2008, pág.


22414).
- “... La legitimidad para obrar es una de las condiciones del ejercicio válido
de la acción y [...] ha sido conceptuada de distintos modos: a) como la
relación lógica de correspondencia que existe o debe existir entre el
demandante concretamente considerado y la persona a quien en abstracto la
norma jurídica confiere el derecho (legitimidad activa), o entre el
demandado concretamente considerado y la persona que en abstracto debe
cumplir una obligación (legitimidad pasiva); b) también como la posición
habilitante para formular una pretensión o para contradecirla, y que surge
de la afirmación de ser titular de un derecho (legitimidad activa) o de la
imputación de una obligación o deber jurídico (legitimidad pasiva). En
consecuencia, cuando el Juez examina si el demandante tiene o no
legitimidad para obrar, debe verificar si existe esa relación formal de
correspondencia; o, en la otra acepción, si es la persona habilitada para
formular la pretensión que demanda...” (Casación Nro. 1494-2007 / Lima,
publicada en el Diario Oficial El Peruano el 03-12-2008, págs. 23650-
23652).
- “... La legitimidad para obrar [...] está dada por el título que tiene un
litigante para reclamar algún derecho que haya sido afectado en su perjuicio
y que justifique su petición...” (Casación Nro. 2346-00 / Lima, publicada en
el Diario Oficial El Peruano el 30-04-2001, págs. 7181-7182).
- “... La legitimidad para obrar o legitimatio ad causam, consiste en la aptitud
para ser sujeto de derecho en una determinada controversia judicial y poder
actuar en ella eficazmente, aptitud que la tiene quien afirma ser el sujeto de
la relación jurídica o que se encuentra en situación de reclamar o de ser
destinatario del reclamo...” (Casación Nro. 2704-2007 / Arequipa,
publicada en el Diario Oficial El Peruano el 04-09-2008, págs. 23068-
23069).
- “... La legitimidad para obrar es la cualidad emanada de la ley para requerir
una sentencia favorable respecto del objeto litigioso, situación que coincide
en la mayoría de los casos [...] con la titularidad de la relación jurídico -
sustancial...” (Casación Nro. 3954-2001 / Santa - Chimbote, publicada en el
Diario Oficial El Peruano el 31-07-2002, págs. 9043-9044).
- “... La legitimidad activa para obrar [...] corresponde a quien es titular de un
derecho, ya sea para ejercitarlo o para defenderlo, correspondiendo al actor
invocar interés y legitimidad para obrar [...]. [...] En otros términos la

162
LAS PARTES Y SU REPRESENTACION EN EL PROCESO

legitimidad para accionar se establece con la simple constatación de que el


actor ha deducido en juicio una relación jurídica afirmando que él y el
demandado son los sujetos de ella, puesto que la legitimación en causa es
una condición para la fundamentación material del derecho en la persona
del actor...” (Casación Nro. 303-2004 / Arequipa, publicada en el Diario
Oficial El Peruano el 30-11-2005, págs. 14970-14971).
- “... Nuestro Código Procesal Civil, en el artículo IV de su Título Preliminar,
establece que la legitimidad para obrar del demandante es una condición de
la acción y como tal constituye uno de los elementos esenciales que deben
tenerse en cuenta para efecto del saneamiento procesal y establecimiento
certero por el juez de la causa, acerca de la existencia en el proceso [...] de
una relación jurídica procesal válida, entendida ésta como la correcta
relación jurídica que debe existir entre las partes que intervienen en el
proceso y el juez de la causa (capacidad procesal, competencia, requisitos
de la demanda, legitimidad e interés para obrar). Sólo cuando ello sea así, el
Juez del proceso, llegado el momento, puede expedir un pronunciamiento
sobre el fondo de la controversia, declarando el derecho de las partes...”
(Casación Nro. 2936-2006 / Piura, publicada en el Diario Oficial El
Peruano el 02-10-2007, pág. 20816).
- “... La denominada ‘legitimatio ad causam’ constituye un requisito
fundamental para el ejercicio de la acción, y es la cualidad emanada de la
ley para requerir una resolución favorable respecto del objeto litigioso,
situación que debe coincidir con la titularidad de la relación jurídico -
sustancial; contrario sensu, la falta de legitimación para obrar consiste en la
ausencia de esa cualidad, porque no existe identidad entre la persona del
demandado y aquella a favor de quien la acción está concedida o entre la
persona del demandante y aquella contra la cual se concede; es decir,
cuando no media coincidencia entre las personas que efectivamente actúan
en el proceso y las personas a las cuales la ley habilita especialmente para
pretender o para contradecir respecto de la materia sobre la cual versa el
proceso...” (Casación Nro. 5425-2007 / Ica, publicada en el Diario Oficial
El Peruano el 01-12-2008, págs. 23369-23370).
- “... Existe falta de legitimidad para obrar cuando no media coincidencia
entre las personas que efectivamente actúan en el proceso y las personas a
las cuales la ley [...] habilita especialmente para pretender o para
contradecir, respecto de la materia sobre la cual versa el proceso...”

163
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

(Casación Nro. 3954-2001 / Santa - Chimbote, publicada en el Diario


Oficial El Peruano el 31-07-2002, 9043-9044).
- “... Conforme a la primera parte de dicho numeral del ordenamiento
procesal civil (del artículo IV del Título Preliminar del Código Procesal
Civil) el proceso se promueve sólo a instancia de parte, la que invocará
interés y legitimidad para obrar. Dicho precepto legal no exige la probanza
rigurosa con la demanda de la legitimidad para obrar invocada. En todo
caso, ese requisito de fondo de la demanda deberá ser evaluado al resolver
el fondo de la causa, salvo que a criterio del juzgador el demandante
careciera evidentemente de legitimidad para obrar (artículo 427, inciso 1,
del Código Procesal Civil)...” (Casación Nro. 3419-2001 / Lambayeque,
publicada en el Diario Oficial El Peruano el 31-01-2003, págs. 9912-9913).
- “... En forma excepcional, en la sentencia el Juez se puede pronunciar sobre
la validez de la relación procesal, emitiendo una resolución inhibitoria, [...]
la falta de legitimidad para obrar del demandante (así como del
demandado), si bien debe ser examinada al calificarse la demanda, vía
excepción o en el saneamiento del proceso, también cabe la posibilidad de
que el Juzgador la examine de oficio, al momento de expedir sentencia de
primera y segunda instancia, en atención a la facultad legal señalada; por
consiguiente, el Juez puede efectuar control de oficio tanto de los
presupuestos procesales como de las condiciones del ejercicio válido de la
acción...” (Casación Nro. 1662-04 / Callao, publicada en el Diario Oficial
El Peruano el 01-12-2004, pág. 13285).
7. EL ESTADO COMO PARTE PROCESAL
De acuerdo al principio de socialización del proceso que postula la igualdad
entre las partes (artículo VI del Título Preliminar del Código Procesal Civil) y
que reposa en el derecho fundamental de la persona a la igualdad ante la ley
(contemplado en el artículo 2 -inciso 2)- de la Constitución Política de 1993), y
en virtud del artículo 59 del Código Procesal Civil, tanto el Estado como sus
dependencias, o las empresas públicas y privadas con participación determinante
de aquél, intervendrán en el proceso sin gozar de privilegio alguno, a no ser que
el mismo Código Procesal Civil lo conceda expresamente (como efectivamente
sucede, por ejemplo, en los casos de exención de la condena en costas y costos
-art. 413 del C.P.C.-, exención de contracautela -art. 614 del C.P.C.- e
improcedencia de medidas cautelares para futura ejecución forzada contra el
Estado -art. 616 del C.P.C.-). De esta manera el Estado comparece al proceso

164
LAS PARTES Y SU REPRESENTACION EN EL PROCESO

como cualquier persona natural o jurídica, ya sea como sujeto pasivo o activo de
la relación jurídica procesal o como tercero.
La disposición contenida en el artículo 59 del Código Procesal Civil guarda
concordancia con lo normado en la Sétima Disposición Final de dicho cuerpo de
leyes, conforme a la cual, salvo disposición distinta de este Código, quedan
suprimidos todos los procesos judiciales especiales y todos los privilegios en
materia procesal civil en favor del Estado, el Gobierno Central y los Gobiernos
Regionales y Locales, sus respectivas dependencias y demás entidades de
derecho público o privado, de cualquier naturaleza.

8. SUSTITUCION PROCESAL
Se colige del artículo 60 del Código Procesal Civil, que regula lo
concerniente a la sustitución procesal, que esta última es una institución jurídica
por la cual una persona puede iniciar un proceso o coadyuvar en la defensa del
ya iniciado cuando exista interés de su parte en el resultado del proceso, sin que
se precise acreditar derecho propio o interés directo en la materia discutida.
Del citado precepto legal se desprende, además, que procede la sustitución
procesal cuando el acreedor ejerce los derechos del deudor, sea en vía de acción
o para asumir su defensa: art. 1219 -inc. 4)- del Código Civil; y en los demás
casos permitidos por ley. Como se observa, la sustitución procesal fundada en el
ejercicio por parte del acreedor del derecho de acción del deudor da lugar a la
acción subrogatoria u oblicua a que se refiere el inciso 4) del artículo 1219 del
Código Civil. Así, sin acreditar derecho propio o interés directo en el objeto de
controversia, puede un tercero (acreedor, cesionario, etc.) iniciar la litis; sin
embargo, los derechos a que se hace referencia no pueden ser personalísimos
sino únicamente patrimoniales.
La acción subrogatoria u oblicua también puede darse en el caso de la
sustitución procesal basada en la defensa del demandado, y tiene relación con la
intervención coadyuvante (llamada también por la doctrina intervención por
adhesión o accesoria), contenida en el artículo 97 del Código Procesal Civil,
numeral conforme al cual: A. quien tenga con una de las partes una relación
jurídica sustancial, a la que no deban extenderse los efectos de la sentencia que
resuelva las pretensiones controvertidas en el proceso, pero que pueda ser
afectada desfavorablemente si dicha parte es vencida, puede intervenir en el
proceso como coadyuvante de ella; B. esta intervención (coadyuvante) puede
admitirse incluso durante el trámite en segunda instancia; C. el tercero
coadyuvante puede realizar los actos procesales que no estén en oposición a la

165
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

parte que ayuda y no impliquen disposición del derecho discutido. Se aprecia


entonces que la decisión que se emita en el proceso en donde participa
eventualmente el interviniente como coadyuvante no está referida a él, pero sí le
podrá afectar indirectamente. Esa es la razón por la cual la actuación del
coadyuvante es de carácter accesoria. Como vemos se está ante una intervención
donde existe un vínculo distanciado de la relación jurídica sustantiva que se
ventila en un proceso. Además, al igual que la acción subrogatoria u oblicua en
vía de acción, la intervención coadyuvante se refiere a la defensa de intereses de
carácter patrimonial y no personal.

9. CURADORIA PROCESAL
Beatriz Quintero y Eugenio Prieto apuntan que “... los curadores ad litem
son defensores designados por el juez, que sustituyen a los representantes y a los
apoderados y deben ser abogados inscritos. Se les asigna a quienes no ha sido
posible vincular personalmente al proceso mediante la notificación de la primera
providencia. Se designa igualmente curador ad litem a quienes siendo incapaces
carezcan de representante, o deban litigar contra sus representantes. Los
curadores ad litem pertenecen al cuerpo de auxiliares de la justicia y gozan de
todos los poderes procesales, salvo los que se reserven a la parte y en especial de
esos que implican disposición del objeto litigioso: transigir, desistir, allanarse,
confesar y partir” (QUINTERO; y PRIETO, 1995, Tomo II: 24).
El curador procesal es, pues, aquella persona designada por el Juez para
comparecer en un proceso en lugar de la parte o de su representante legal por no
tener éstos capacidad procesal o no poder hacerla efectiva. El nombramiento
necesariamente recaerá en un abogado (art. 61 -primer párrafo- del C.P.C.).
La curadoría procesal procede en los siguientes casos:
A) Cuando no sea posible emplazar válidamente al demandado por ser
indeterminado, incierto o con domicilio o residencia ignorados,
según
lo dispuesto por el artículo 435 del Código Procesal Civil (art. 61 -inc. 1)-
del C.P.C.).
B) Cuando no se pueda establecer o se suspenda la relación procesal
por incapacidad de la parte o de su representante legal (art. 61 -inc.
2)- del C.P.C.). Al respecto, el artículo 43 del Código Civil señala
que son absolutamente incapaces: a) los menores de dieciséis años
(salvo para aquellos actos determinados por la ley); y b) los que por

166
LAS PARTES Y SU REPRESENTACION EN EL PROCESO

cualquier causa se encuentren privados de discernimiento. Por su


parte, el artículo 44 del Código Civil preceptúa que son
relativamente incapaces: a) los mayores de dieciséis y menores de
dieciocho años; b) los retardados mentales; c) los que adolecen de
deterioro mental que les impide expresar su libre voluntad; d) los
pródigos; e) los que incurren en mala gestión; f) los ebrios
habituales; g) los toxicómanos; y h) los que sufren pena que lleva
anexa la interdicción civil (ahora inhabilitación).
C) Cuando (a tenor del art. 61 -inc. 3)- del C.P.C.) exista falta,
ausencia o impedimento del representante del incapaz, según lo
dispuesto por el artículo 66 del Código Procesal Civil. Este último
numeral establece que en caso de falta, ausencia o impedimento del
representante del incapaz, se aplican las siguientes reglas: 1.
cuando el incapaz relativo no tenga representante legal o éste
estuviera ausente y surja la necesidad de comparecer en un proceso,
lo expondrá así al Juez para que le designe curador procesal o
confirme al designado por él, si lo considera idóneo; 2. cuando la
demanda se dirija contra un incapaz que carece de representante o
éste se halle ausente, el Juez le nombrará un curador procesal o
confirmará el propuesto por el incapaz relativo, si lo considera
idóneo; 3. el Juez nombrará curador procesal para el incapaz que
pretenda demandar a su representante legal, o que sea demandado
por éste, o confirmará el propuesto por el relativamente incapaz, si
fuera idóneo; y 4. también se procederá al nombramiento de
curador procesal cuando el Juez advierta la aparición de un
conflicto de intereses entre el incapaz y su representante legal, o
confirmará el propuesto por el incapaz relativo.
D) Cuando (a tenor del art. 61 -inc. 4)- del C.P.C.) no comparece el
sucesor procesal, en los casos que así corresponda, según lo
dispuesto por el artículo 108 del Código Procesal Civil. Este último
numeral versa sobre la sucesión procesal (por la cual un sujeto
ocupa el lugar de otro en un proceso, al reemplazarlo como titular
activo o pasivo del derecho discutido), desprendiéndose de dicho
precepto legal que procederá el nombramiento de curador procesal
ante la falta de comparecencia de los sucesores procesales en los
casos previstos en los incisos 1) y 2) del citado artículo 108 del
Código adjetivo, vale decir: a) cuando haya fallecido una persona
que sea parte en el proceso, sin que haya sido reemplazada por su

167
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

sucesor; y b) cuando se haya producido la extinción o fusión de una


persona jurídica, sin que sus sucesores en el derecho discutido
comparezcan en el proceso.
Puntualizamos que la actuación del curador procesal nombrado por el Juez
a pedido del interesado en los casos normados por la ley continuará mientras la
parte o su representante legal no comparezcan al proceso una vez que hayan
adquirido o recuperado su capacidad procesal. Producida la comparecencia de
aquéllos en la forma prevista por la ley, concluye, pues, la intervención del
curador procesal (art. 61 -in fine- del C.P.C.).
La Corte Suprema de Justicia de la República, en relación a la curadoría
procesal, ha establecido lo siguiente:
- “... El Curador Procesal es aquel abogado designado por el Juez
para comparecer en un proceso en lugar de la parte o de su
representante legal por no tener éstos capacidad procesal o no poder
hacerla efectiva, ejercitando de esta manera, en su representación,
el ejercicio pleno del derecho constitucional de defensa que le
asiste a todo justiciable...” (Casación Nro. 2756-2002 /
Lambayeque, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 03-01-
2005, pág. 13325).
- “... El Curador procesal es un representante, legitimado para actuar
en el proceso, con los deberes y obligaciones que la ley y la ética le
imponen a las partes. La actuación del curador procesal concluye si
la parte o su representante legal comparecen al haber adquirido o
recuperado su capacidad procesal...” (Casación Nro. 1631-2005 /
Ancash, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 01-08-2006,
págs. 16893-16894).
- “... El curador procesal es nombrado sólo para efectos de
representación en el proceso, más no [sic -léase mas no-] para
representarla fuera del proceso, en la celebración de actos jurídicos
sustantivos...” (Casación Nro. 502-2007 / Ica, publicada en el
Diario Oficial El Peruano el 02-07-2007, págs. 19646-19647).
- “... Tal como lo dispone el artículo cincuenticinco y el inciso
primero del artículo sesentiuno del Código Procesal Civil el
curador procesal es un órgano de auxilio judicial que interviene en
caso que no sea posible emplazar válidamente al demandado por
ser indeterminado e incierto o con domicilio o residencia ignorada;

168
LAS PARTES Y SU REPRESENTACION EN EL PROCESO

[...] teniendo el curador procesal la calidad de órgano de auxilio


judicial que actúa en defecto del demandado,
no puede tener la calidad de parte en el proceso, pues esa calidad solamente
le corresponde al emplazado, el cual en caso que se encuentre
indeterminado o se ignore su domicilio se entiende que ha sido emplazado
válidamente transcurrido el plazo de emplazamiento a que se refiere el
artículo cuatrocientos treinticinco in fine del Código Adjetivo [C.P.C.] o los
plazos especiales de emplazamiento establecidos para cada proceso; [...]
cuando el artículo cuatrocientos treinticinco del Código Adjetivo [C.P.C.]
habla del plazo de emplazamiento del demandado indeterminado o con
domicilio ignorado, se está refiriendo al momento en que se entiende que
este demandado resulta válidamente notificado, para lo cual se requerirá
que venza efectivamente este plazo o el que se establezca de acuerdo a cada
procedimiento...” (Casación Nro. 184-01 / Lima, publicada en el Diario
Oficial El Peruano el 30-11-2001, págs. 8112-8113).
- “... Pese a que la [...] resolución [...] no conlleva el apercibimiento
correspondiente [de nombrarse curador procesal si no se absuelve
el traslado de la demanda], mediante los edictos [...] y las
publicaciones [...] se exhorta a los emplazados a absolver el
traslado de la demanda en el plazo especial de sesenta días, bajo
apercibimiento de nombrarse curador procesal; y por Resolución
[...] el Juez de la causa, haciendo efectivo un apercibimiento no
decretado, lleva a cabo el acto procesal de designar [...] curador
procesal de los demandados [...]; a quien [sic] se le declarara
rebelde mediante auto [...] por no haber contestado la demanda
dentro del plazo de ley. [...] Que, los hechos antes descritos
evidencian la concurrencia de actos que transgreden las normas
esenciales del procedimiento, y conllevan a [la] nulidad de
actuados...” (Casación Nro. 220-2002 / Cañete, publicada en el
Diario Oficial El Peruano el 02-02-2004, págs. 11364-11365).
- “... Al fallecimiento de una persona sus bienes pasan
automáticamente a sus herederos, luego no existe razón para que se
siga el juicio de partición con un curador que lo represente (al
causante testador), quedando debidamente compuesta la causa con
el emplazamiento de todos los herederos designados...” (Casación
Nro. 1084-99 / Huancavelica, publicada en el Diario Oficial El
Peruano el 07-01-2000, pág. 4506).

169
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

- “... El Juez de la causa emitió la resolución [...] mediante la cual


declaró procedente la devolución de la cédula dirigida al [...] co-
demandado, concediéndole un plazo a la citada accionada para que
se apersone al proceso como sucesora [...], bajo apercibimiento de
nombrarse curador procesal. [...] Que, de la parte resolutiva de la
citada resolución se desprende que en ella se ha considerado a la
co-demandada aludida como única sucesora del causante, sin tener
la certeza de que ello sea así, pues no obra en autos la sentencia
recaída en el proceso de declaratoria de herederos, en la que se
establezca quien o quienes [sic -léase quién o quiénes-] han sido
declarados como herederos, o que tenga la representación de los
demás integrantes de la citada sucesión. [...] Que, no obstante la
irregularidad anotada, tampoco se ha cumplido con nombrar
curador procesal conforme al apercibimiento consignado en la
resolución aludida. [...] Que, siendo esto así, se ha vulnerado el
derecho de defensa de la sucesión...” (Casación Nro. 1473-2000 /
Santa, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 02-01-2001,
págs. 6697-6698).
- “... El curador procesal se extralimitó en las funciones que le
corresponden al allanarse a la pretensión del demandante, por
cuanto no existe norma alguna que lo faculte expresamente a
formular allanamiento; por tanto, éste resulta improcedente. [...]
Que, [...] la referida actuación del letrado mencionado [que ejerce
la representación legal de la codemandada en calidad de curador
procesal] no se condice con el deber [sic] de veracidad, probidad,
lealtad y buena fe, a que está obligado por mandato del artículo
ciento nueve del Código Procesal Civil, puesto que su actitud
implica una renuncia a la defensa de los intereses de su
representada, aún antes de la actuación de los medios probatorios
[...]; por consiguiente, [...] corresponde al Juez de la causa
determinar la sanción correspondiente al mencionado curador
procesal, al amparo de lo preceptuado en los artículos cincuenta y
cincuentiuno del Código Procesal Civil...” (Casación Nro. 2324-
2006 / Arequipa, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 02-
10-2007, págs. 20762-20764).
- “... Como lo establece el artículo doscientos noventidós del Código
Adjetivo [C.P.C.], el reconocimiento de un documento privado sólo
puede ser efectuado por su otorgante o sus herederos, lo que ha sido

170
LAS PARTES Y SU REPRESENTACION EN EL PROCESO

reconocido en la resolución expedida en la prueba anticipada, que


admite la imposibilidad jurídica de que el reconocimiento [...] sea
efectuado por el curador procesal...” (Casación Nro. 2640-2001 /
Lima, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 01-04-2002,
pág. 8521).
- “... La resolución [...] de dicha prueba anticipada [reconocimiento
de documento privado] por la que se señala día y hora para la
audiencia de actuación y declaración judicial, [...] no fue notificada
a dicha obligada [...], habiéndose notificado solamente al curador
procesal, que no podía practicar el reconocimiento; [...] a pesar de
ello se ha hecho efectivo el apercibimiento y se ha tenido por
reconocida la letra de cambio en su contenido y firma, afectando la
garantía constitucional del debido proceso, lo que determina que la
prueba anticipada no se ha tramitado
con arreglo a ley y por lo tanto no tiene mérito ejecutivo...” (Casación
Nro. 2640-2001 / Lima, publicada en el Diario Oficial El Peruano el
01-04-2002, pág. 8521).

10. REPRESENTACION PROCESAL


“Todo litigante tiene el derecho de comparecer personalmente ante
cualquier juez para la defensa de sus derechos (...) pero en algunos casos es la
parte misma quien delega esa intervención en un tercero que actúa en nombre
suyo, mientras que en otros, por tratarse de incapaces de hecho, la ley impone la
intervención de la persona que integra su capacidad. En el primer supuesto
existe representación convencional, y en el segundo representación legal...”
(ALSINA, 1956, Tomo I: 499-500).
Pallares, en relación a la representación procesal, explica lo siguiente:
“... Como los incapaces procesalmente no pueden comparecer ante los
tribunales con eficacia jurídica, es necesario que la ley tutele sus
derechos instituyendo la representación procesal, que no sólo puede
tener validez tratándose de los incapaces, sino también cuando las
personas que gozan de capacidad procesal, desean que un tercero las
represente en juicio, ya sea porque se encuentren ausentes, porque sus
negocios no les permitan dedicar el tiempo necesario a su propia
defensa, o porque estén impedidos a causa de enfermedad o por
cualquiera otra circunstancia.

171
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

No es forzoso por lo tanto, que los litigantes actúen por su propio derecho,
la representación procesal puede evitarlo y lo hace de dos maneras:
a).- Cuando se trata de incapaces, intervienen en el proceso sus
representantes legítimos, o sea los que conforme a ley hacen sus
veces, tales como los ascendientes respecto de sus descendientes,
los tutores con relación a sus pupilos (...) y otros casos análogos a
los anteriores.
b).- La representación legal debe distinguirse claramente de la
convencional que tiene lugar cuando los interesados, mediante un
poder o un mandato nombran procurador judicial que actúe por
ellos en el proceso” (PALLARES, 1979: 139).
En lo relativo a la representación procesal en general, debe tenerse presente
lo normado en el artículo 58 del Código Procesal Civil, conforme al cual:
- Tienen capacidad para comparecer por sí a un proceso o para conferir
representación designando apoderado judicial, las personas que
pueden disponer de los derechos que en él se hacen valer, así como
aquellas a quienes la ley se lo faculte. Las demás deben comparecer
por medio de representante legal.
- También pueden comparecer en un proceso, representando a otras
personas, las que ejercen por sí sus derechos.

10.1 Representación legal o necesaria en el proceso


Lino Palacio, en lo que concierne a la representación necesaria o legal en el
proceso, predica lo siguiente:
“... Cuando se trata de personas físicas procesalmente incapaces, el derecho
de postulación corresponde a sus representantes legales (padres, tutores
o curadores) (...).
Asimismo, aunque respecto de las personas jurídicas o de otras entidades
colectivas no cabe sostener que carezcan de capacidad procesal, lo
cierto es que, en razón de su propia naturaleza, están de hecho
impedidas para actuar en el proceso, debiendo asumir esa función sus
representantes legales o estatutarios (...).
En síntesis, siempre que la parte carezca de idoneidad para actuar
personalmente en el proceso, sea en razón de estar afectada por una
incapacidad o en virtud de mediar circunstancias de hecho que obsten a

172
LAS PARTES Y SU REPRESENTACION EN EL PROCESO

su comparecencia directa, cabe hablar de representación necesaria”


(PALACIO, 1983, Tomo III: 64-65).
El indicado jurista argentino pone de relieve que “... la representación
necesaria funciona como medio de suplir la incapacidad procesal o la
ausencia de las personas físicas, o el impedimento de hecho que se
opone a la comparecencia de la multiplicidad de individuos que
integran las entidades sólo dotadas de existencia jurídica” (PALACIO,
1983, Tomo III: 110).
Como se ha podido apreciar, quien carece de capacidad para comparecer en
un proceso no puede ejercitar libremente sus derechos materiales y procesales,
debiéndolo hacer a través de otra persona (que debe contar con capacidad
procesal): un representante legal (arts. 58 -primer párrafo- y 63 del C.P.C.). En
consecuencia, éste se apersonará al proceso y ejercerá los derechos o intereses
de su titular, ya sea en vía de acción o de contradicción o asumiendo la posición
de tercero, calidad en que también puede fundarse la intervención en un proceso.
En cuanto a la representación en el proceso de las personas naturales
hay que señalar, en principio, que la persona natural o física es aquella
individualmente considerada. De no tener capacidad de ejercicio tendrá que
comparecer al proceso debidamente representada por otra persona. Esta
representación se sujeta a lo que determinen las leyes pertinentes. Así,
tratándose de menores de edad la representación recaerá en sus progenitores o
en alguno de ellos, o en el (los) adoptante (s) -si fuere el caso-, que estén
ejerciendo la patria potestad (arts. 377, 419 y 423 -inc. 6)- del Código Civil). Si
los menores se encuentran sujetos a tutela, serán representados por su tutor,
excepto en aquellos actos civiles que, por disposición de la ley, puedan
ejecutarlos los menores por sí solos (art. 527 del C.C.). Se deja constancia que
siempre el menor de edad intervendrá en el proceso mediante representante,
inclusive cuando exista controversia entre ambos, supuesto en el que velará por
sus intereses el curador procesal que se le designe (art. 66 -incs. 3) y 4)- del
Código Procesal Civil).
Será el curador quien se encargue de representar en juicio a las personas
mayores de edad sujetas a curatela (arts. 564 al 618 del C.C.). Tales personas
son las que se indican a continuación:

- Los que por cualquier causa se encuentran privados de discernimiento.

- Los retardados mentales.

173
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

- Los que adolecen de deterioro mental que les impide expresar su libre
voluntad.

- Los pródigos.

- Los que incurren en mala gestión.

- Los ebrios habituales.

- Los toxicómanos.

- Los que sufren pena que lleva anexa la interdicción civil (ahora
inhabilitación).
- El desaparecido (representándolo el curador interino, a no ser que
tenga representante o mandatario con facultades suficientes inscritas en
el Registro Público: art. 47 del C.C.).

10.2 Representación de personas jurídicas en el proceso


Las personas jurídicas (llamadas también colectivas o morales o ideales)
son entidades abstractas creadas por ley a las que el ordenamiento positivo les
asigna una personalidad, siendo capaces de adquirir derechos y contraer
obligaciones.
Tienen existencia distinta a la de sus miembros.
Las personas jurídicas pueden ser de Derecho Privado y de Derecho
Público. En el primer caso, nacen de un acto jurídico realizado por personas
naturales; en el segundo, son creadas por la ley.
La representación de las personas jurídicas se da “... no porque éstas sean
incapaces, sino porque no pueden actuar en el mundo del derecho, y por tanto,
tampoco estar en juicio, asumiendo la calidad de partes, sino por medio de
órganos que las personifiquen, a través de determinadas personas físicas,
investidas de los necesarios poderes” (ROCCO, 1976, Volumen II: 138).
Sobre el particular, Gómez de Liaño González y Pérez-Cruz Martín señalan
que “… la representación se denomina necesaria cuando afecta a las personas
jurídicas, porque se trata únicamente de un mecanismo que posibilita el ejercicio
de la capacidad de ejercicio que ya tienen, pero sus circunstancias de ‘ficción’
de existencia real, exige que actúen a través de sus representantes legales, que
dependerá de la clase de entidad de que se trate…” (GOMEZ DE LIAÑO
GONZALEZ; y PEREZ-CRUZ MARTIN, 2000, Tomo I: 291-292).

174
LAS PARTES Y SU REPRESENTACION EN EL PROCESO

Montero Aroca, Gómez Colomer, Montón Redondo y Barona Vilar ponen


de manifiesto lo siguiente:
“Las personas jurídicas no pueden plantear problemas de incapacidad; la
capacidad procesal la tienen desde su constitución. Ahora bien,
advertido que se trata de entes ideales suele sostenerse que precisan
para actuar de una representación que se denomina necesaria (…).
Con todo, hay que advertir que no existen aquí dos voluntades, una la de la
representada y otra la del representante, sino una sola, la del órgano
que conforma la voluntad única del ente, con lo que puede concluirse
que no existe representación alguna, sino actuación de la persona
jurídica por medio de sus órganos” (MONTERO AROCA; GOMEZ
COLOMER; MONTON REDONDO; y BARONA VILAR, 2003,
Tomo II: 61-62).
De conformidad con lo dispuesto en el artículo 64 del Código Procesal
Civil, las personas jurídicas -en general- están representadas en el proceso de
acuerdo a lo que establezca la Constitución, la ley o el respectivo estatuto.
En lo que toca a la representación en el proceso de las personas jurídicas de
Derecho Privado, cabe señalar, en principio, que aquéllas están reguladas en la
Sección Segunda del Libro I del Código Civil (asociaciones, fundaciones y
comités) y en la Ley General de Sociedades -Ley Nro. 26887- (sociedades
comerciales: sociedad anónima -ordinaria, abierta y cerrada-, sociedad en
comandita -simple y por acciones-, sociedad comercial de responsabilidad
limitada y sociedad civil). Ahora bien, para determinar la representación en
juicio de tales personas jurídicas habrá que estar a lo dispuesto en los
mencionados dispositivos legales y, especialmente, en los estatutos
correspondientes. Al respecto, hay que indicar que, según la Ley Nro. 26539
(del 14-10-1995), el Gerente o Administrador, según el caso, de sociedades
mercantiles o civiles, goza de las facultades generales y especiales de
representación procesal señaladas en los artículos 74 y 75 del Código Procesal
Civil, por el solo mérito de su nombramiento, salvo estipulación estatutaria en
contrario o limitación impuesta mediante acuerdo en Junta General de
Accionistas o Socios (lo señalado ha sido prácticamente reproducido en el
último párrafo del art. 14 de la Ley Nro. 26887, que preceptúa que el gerente
general o los administradores de la sociedad, según sea el caso, gozan de las
facultades generales y especiales de representación procesal señaladas en el
Código Procesal Civil y de las facultades de representación previstas en la Ley
de Arbitraje -Decreto Legislativo Nro. 1071-, por el solo mérito de su

175
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

nombramiento, salvo estipulación en contrario). Esto quiere decir que, en lo


concerniente a las facultades (sobre todo las especiales) del representante de una
persona jurídica de Derecho Privado, ya no sería exigible que en el poder
respectivo conste de manera expresa el acto para el cual está facultado aquél. O
sea, el otorgamiento de facultades -especiales- ya no se regirá por el principio de
literalidad contenido en el último párrafo del artículo 75 del Código Procesal
Civil, bastando únicamente el nombramiento del representante de la persona
jurídica de Derecho Privado (sociedades mercantiles o civiles). Puntualizamos
que, si bien puede haber disposición en contrario (por establecerlo así los
estatutos o por mediar acuerdo en ese sentido adoptado en Junta General de
Accionistas o Socios), el solo hecho de restringir el principio de literalidad que
gobierna lo relacionado a las facultades del representante hace que la Ley Nro.
26539 modifique el último párrafo del artículo 75 del Código Procesal Civil.
Hubiera sido aconsejable que se precisara y/o agregara en el texto procesal lo
dispuesto por aquella Ley. Lo expresado en este párrafo sirve, además, para el
caso contemplado en la Ley Nro. 26789 (del 15-05-1997) que dispone que
tratándose del administrador, representante legal o presidente del consejo
directivo, según corresponda, de las personas jurídicas reguladas en la Sección
Segunda del Libro I del Código Civil (asociación, fundación y comité), gozan de
facultades de representación también por el solo mérito de su nombramiento
inscrito en el Registro respectivo, salvo disposición estatutaria en contrario.
En lo que respecta a la representación en el proceso de las personas
jurídicas de Derecho Público, cabe indicar que dicha representación recaerá en
la persona designada para tal efecto en la ley de su creación. Debe tenerse en
consideración que son los procuradores públicos los que ejercen la defensa
jurídica del Estado, siendo por ello importante tener presente lo normado en el
Decreto Legislativo del Sistema de Defensa Jurídica del Estado (Decreto
Legislativo Nro. 1068, del 27-062008) y en su Reglamento (Decreto Supremo
Nro. 017-2008-JUS, del 04-12-2008), sobre todo lo dispuesto en el inciso 22.3)
del artículo 22 del Decreto Legislativo Nro. 1068, conforme al cual se entiende
por conferidas a los procuradores públicos todas las facultades generales y
especiales de representación establecidas en los artículos 74 y 75 del Código
Procesal Civil, con las limitaciones que establece el referido Decreto Legislativo
Nro. 1068 (como cuando se trata del allanamiento a las demandas interpuestas
en contra del Estado). Al respecto, la Corte Suprema de Justicia de la República
ha establecido lo siguiente: A. “... Los procuradores Generales de la República
tienen la plena representación del Estado en juicio y ejercitan su defensa en
todos los procesos y procedimientos en los que actúe como demandante,
demandado, denunciante o parte civil...” (Casación Nro. 2451-98 / Tumbes,

176
LAS PARTES Y SU REPRESENTACION EN EL PROCESO

publicada en el Diario Oficial El Peruano el 30-04-2001, pág. 7143); y B. “... las


facultades que otorgan o delegan los funcionarios públicos es en su calidad de
tales y no como personas naturales, por lo que la renuncia de los mismos no
puede afectar la designación que hubiere [sic -léase hubieren-] realizado durante
la vigencia de su nombramiento...” (Casación Nro. 3843-2001 / La Libertad,
publicada en el Diario Oficial El Peruano el 31-10-2002, pág. 9449).
Por otro lado, y según se desprende del artículo 67 del Código Procesal
Civil, la representación en el proceso de las personas jurídicas extranjeras, sean
públicas o privadas (incluyendo sus sucursales, agencias o establecimientos), se
ajusta a las mismas exigencias legales de representación a que se someten las
personas jurídicas nacionales. Esta es, claro está, la regla general ya que,
excepcionalmente, en materia de representación prevalecerá lo dispuesto de
manera expresa en el convenio internacional -si lo hubiere- o en una ley
específica.
La Corte Suprema de Justicia de la República, en relación a la
representación de personas jurídicas en el proceso, ha establecido lo siguiente:
- “... Los representantes legales de las personas jurídicas pueden a su vez
delegar representación a sus mandatarios o apoderados judiciales a fin de
que la persona jurídica sea representada en un proceso judicial, de modo tal,
que el poder de representación se ejercita dentro de los límites conferidos
en el acto de apoderamiento...” (Casación Nro. 2483-99 / Amazonas,
publicada en el Diario Oficial El Peruano el 19-08-2000, págs. 6007-6008).
- “... Las personas jurídicas, por su propia naturaleza, actúan dentro de un
proceso judicial a través de representantes conforme a la ley y a sus
estatutos; así, el artículo sesenticuatro del Código adjetivo [...] establece
que las personas jurídicas están representadas en el proceso de acuerdo a lo
que dispongan la Constitución, la Ley o el respectivo estatuto; [...] en tal
sentido, para que se efectúen actos procesales válidos en nombre de una
persona jurídica, ésta debe de encontrarse debida y suficientemente
representada en el proceso; desde el inicio de éste, ya sea interponiendo la
demanda o contestándola, así como durante todo el proceso; dado que los
actos procesales efectuados con falta o insuficiencia de dicha
representación, sin que haya sido subsanado el vicio, resultarán nulos por
no responder a la voluntad de la persona jurídica, afectando su derecho al
debido proceso...” (Casación Nro. 1868-2002 / Lima, publicada en el Diario
Oficial El Peruano el 28-02-2003, págs. 10205-10206).

177
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

- “... Según el artículo sesenticuatro del Código Procesal Civil, las personas
jurídicas no están impedidas para otorgar poder procesal, y, en tal sentido,
el último párrafo del artículo setentidós del precitado Código, prescribe que
para su eficacia procesal el poder por Escritura Pública no requiere estar
inscrito en los Registros Públicos...” (Casación Nro. 3480-2000 / Loreto,
publicada en el Diario Oficial El Peruano el 30-04-2001, págs. 7239-7240).
- “... Las facultades generales y especiales de representación judicial a que
hacen (referencia) los Artículos setenticuatro y setenticinco del Código
Procesal Civil (...), cuando deban ser otorgados por las sociedades, se
sujetan a la formalidad que establece su normatividad especial, pues así lo
permite la salvedad que contiene el Artículo setentidós del Código Adjetivo
indicado. (...) Que, en consecuencia, la Sala Civil al considerar que el
Artículo catorce de la Ley General de Sociedades no se refiere ni regula el
otorgamiento de poderes procesales, negando por tanto la validez al poder
presentado por el apoderado de la demandante, ha interpretado
erróneamente la indicada norma, pues éste (sic) regula el otorgamiento de
todos aquellos poderes que sean necesarios para el desarrollo de la sociedad
en la esfera jurídica, incluso el poder de orden procesal...” (Casación Nro.
1856-98 / La Libertad, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 13-01-
1999, pág. 2463).
- “... Tratándose de sociedades comerciales, como es el caso del Banco
ejecutante, de acuerdo al artículo 14 de la Ley General de Sociedades, que
es una norma de connotación netamente procesal en cuanto se refiere a la
forma de conferir poderes para intervenir en los procesos judiciales, dichas
entidades pueden conferir representación mediante acuerdos que adopten
sus organismos de gobierno y las inscripciones de tales acuerdos se realizan
en el lugar del domicilio de la sociedad por el mérito de la copia certificada
de la parte pertinente del acta, donde conste el acuerdo válidamente
adoptado por el órgano social competente, en concordancia con lo previsto
por el artículo 2028 del Código Civil, que a su vez señala que la inscripción
del nombramiento de representantes, mandatarios y otorgamiento de
poderes de una persona jurídica no requiere de escritura pública, bastando
la presentación de copia notarialmente certificada de la parte pertinente del
acta en que consta el respectivo acuerdo...” (Casación Nro. 2327-2000 /
Lambayeque, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 01-10-2001, pág.
7701).
- “... El artículo 14 de la Ley General de Sociedades dispone que el
nombramiento de representantes y el otorgamiento de poderes deben

178
LAS PARTES Y SU REPRESENTACION EN EL PROCESO

inscribirse, y en su último párrafo establece que el gerente general goza de


las facultades generales y especiales de representación señaladas en el
Código Procesal Civil, lo que concuerda con lo dispuesto en los artículos
185 y 188 inciso 2 de la misma Ley, donde señala que, salvo disposición
distinta del Estatuto o acuerdo expreso de la Junta General de Accionistas o
del Directorio, se presume que el Gerente General goza de la facultad de
representar a la sociedad con las facultades generales y especiales previstas
en el Código Procesal Civil. [...] Al Directorio corresponden las facultades
de gestión y representación legal necesaria para la administración de la
sociedad dentro de su objeto, como prescribe el artículo 172 de la misma
ley, lo que no incluye la representación procesal, toda vez que no se
encuentra dentro del ámbito del objeto social. Dicha norma señala cuál es el
ámbito de competencia del Directorio, el que se desdobla en dos aspectos:
uno externo y otro interno, el primero concierne a las facultades de
representación; y el segundo a los deberes de gestión; la norma contiene la
limitación que resulta del objeto social y exceptúa aquellos asuntos que la
ley o el estatuto atribuyen a la junta general. [...] El Presidente del
Directorio, en los términos de la ley, no tiene las facultades de
representación procesal de la Sociedad, y para ello requiere que se le
otorgue poder expreso...” (Casación Nro. 1008-2006 / Lambayeque,
publicada en el Diario Oficial El Peruano el 02-07-2007, pág. 19644).
- “... La contradicción fue rechazada [...] por considerar que dichas
instrumentales no acreditan suficientemente su representación; el recurrente
interpuso recurso de apelación contra la resolución anotada, el que fue
desestimado por no encontrarse válidamente apersonado; [...] si bien
tratándose de sociedades anónimas, quien ejerce su representación según
disposición legal es el Gerente General, ello no excluye la posibilidad de
que se confiera facultades de representación al Presidente del Directorio en
caso de ausencia del primero, tal como ocurre en el presente caso [...]; [...]
consecuentemente, el Colegiado Superior ha soslayado dicha disposición
social, con lo que se ha afectado el derecho de defensa del recurrente...”
(Casación Nro. 1798-2000 / Tacna, publicada en el Diario Oficial El
Peruano el 01-03-2001, pág. 7004).

10.3 Representación procesal del patrimonio autónomo


Beatriz Quintero y Eugenio Prieto, acerca del patrimonio autónomo, nos
ilustran de este modo:

179
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

“Existen ciertas entidades que, sin ser personas, se ven involucradas en


proceso. Son las que la doctrina ha denominado patrimonios
autónomos y que se presentan en la vida del derecho, como cuasi-
sujetos a los que la ley procesal concede esa vinculación, en cierta
manera autónoma, separada. Son masas de bienes cuyo titular
circunstancialmente desaparece de la vida jurídica, se ve menguado en
sus facultades, de tal manera que esa mengua podría equipararse a una
desaparición de la personalidad procesal; ese titular del patrimonio, así
disminuido, así menguado, no tiene capacidad para ser parte, aunque su
patrimonio continúa prolongadamente en el tiempo, con la separación
que conviene a las universalidades y así se sigue considerando la masa
de bienes; cuando ese patrimonio se compromete y comparece al
proceso, lo hace alguien por él, un tercero, en razón de cierta cualidad
o categoría y pide o resiste la pretensión, para la masa de bienes o por
la masa de bienes.
El inmediatamente descrito es un fenómeno de legitimación extraordinaria
porque la titularidad de la pretensión por activa o por pasiva descansa
en determinado sujeto que no es titular del derecho sustancial que se
debate en el proceso, pero que tiene la titularidad de la pretensión
principal, por la cualidad o categoría que exhibe, la cual lo vincula de
alguna manera a la masa de bienes: tiene un poder de pedir invocando
el derecho ajeno.
En doctrina se enuncian como patrimonios autónomos los siguientes: la
sucesión, la herencia yacente, la masa de bienes del ausente, la masa de
bienes del que está por nacer, la masa de bienes del concursado y del
quebrado, los bienes secuestrados, la sociedad conyugal disuelta e
ilíquida y, en cierta forma, la comunidad singular que dirige un
administrador, o aun la no organizada” (QUINTERO; y PRIETO,
1995, Tomo II: 89).
Montero Aroca, Gómez Colomer, Montón Redondo y Barona Vilar, en
relación al patrimonio autónomo, formulan estas observaciones:
“Aun partiendo de la base de que no existen bienes sin que haya un titular
de los mismos, se dan situaciones interinas respecto de conjuntos de
bienes en los que o bien ha cesado la titularidad originaria, y no se ha
producido aún su adquisición concreta (caso de la herencia yacente), o
bien existe una pérdida por su titular de la facultad de disposición (caso
de las masas activas del concurso y quiebra).

180
LAS PARTES Y SU REPRESENTACION EN EL PROCESO

En estos casos la ley (…) regula quien actúa por esos patrimonios,
debiendo resaltarse que la condición de parte se atribuye al patrimonio
en sí mismo considerado, no al representante…” (MONTERO
AROCA; GOMEZ COLOMER; MONTON REDONDO; y BARONA
VILAR, 2003, Tomo II: 64).
El Código Procesal Civil, en el primer párrafo del artículo 65, define al
patrimonio autónomo como aquel patrimonio que existe cuando dos o más
personas tienen un derecho o interés común respecto de un bien, sin constituir
una persona jurídica.
Conforme a nuestro ordenamiento jurídico, es representado procesalmente
el patrimonio autónomo:
- Por cualquiera de los que lo integran, tratándose de la sociedad conyugal y
otros patrimonios autónomos (como, por ejemplo, la sucesión indivisa y el
régimen de copropiedad), siempre que actúen como demandantes (art. 65
-segundo párrafo- del C.P.C.).
- Por todos los que lo conforman, si es que tienen la calidad de demandados
(art. 65 -segundo párrafo- del C.P.C.). En este caso es aplicable el artículo
93 del Código Procesal Civil, referido al litisconsorcio necesario y según el
cual, cuando la decisión a recaer en el proceso afecta de manera uniforme a
todos los litisconsortes, sólo será expedida válidamente si todos
comparecen o son emplazados, según se trate de litisconsorcio activo o
pasivo, respectivamente, salvo disposición legal en contrario.
En caso de desconocerse a uno o más de los integrantes del patrimonio
autónomo, se les notificará la demanda a través de edicto, bajo apercibimiento
de designarse a un curador procesal. Ello se colige del tercer párrafo del artículo
65 del Código Procesal Civil.
El Código Procesal Civil, en el último párrafo del artículo 65, sanciona con
multa (no menor de 10 ni mayor de 50 U.R.P.) a la persona que siendo
demandada en un proceso y apersonándose en él oculta el carácter de patrimonio
autónomo que tiene el derecho en cuestión. Agrega el referido artículo que la
multa se impondrá al demandado sin perjuicio de lo dispuesto en el artículo 4
del mismo cuerpo de leyes. Esta última parte no podría ser de aplicación puesto
que el artículo 4 versa sobre la facultad del demandado para demandar el
resarcimiento de los daños y perjuicios sufridos como consecuencia del ejercicio
irregular o arbitrario del derecho de acción. En efecto, el demandado no ejercita
tal derecho sino que hace uso de su derecho de contradicción; además, siendo el

181
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

demandado quien actuó dolosamente (al ocultar que el derecho discutido


pertenece a un patrimonio autónomo) mal estaría darle potestad para exigir
alguna indemnización.
La Corte Suprema de Justicia de la República, en relación al patrimonio
autónomo, ha establecido lo siguiente:
- “... De acuerdo con el numeral sesenticinco del mismo Código (C.P.C.)
existe patrimonio autónomo cuando dos o más personas tienen un derecho o
interés común respecto de un bien, sin constituir una persona jurídica; en tal
circunstancia, en el patrimonio autónomo la titularidad y la calidad de parte
material recae en una entidad jurídica distinta a quienes la integran...”
(Casación Nro. 3333-99 / Junín, publicada en el Diario Oficial El Peruano
el 17-09-2000, págs. 6314-6315).

- “... El régimen de la sociedad de gananciales genera un patrimonio


autónomo (...) diferente al régimen de copropiedad...” (Casación Nro. 282-
2000 / Pucallpa, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 26-05-2000,
págs. 5422-5423).
- “... La naturaleza jurídica de la sociedad de gananciales es la de un
patrimonio autónomo e indivisible que goza de garantía institucional,
integrado por un universo de bienes, en el que no existen cuotas ideales las
cuales son propias al instituto jurídico de co-propiedad o condominio...”
(Casación Nro. 3928-2006 / Lima, publicada en el Diario Oficial El
Peruano el 03-01-2008, págs. 21400-21401).
- “... Los bienes sociales son de propiedad de la sociedad de gananciales,
constituyendo un patrimonio autónomo distinto del patrimonio de cada
cónyuge, no resultando aplicable (sic) las normas sobre copropiedad porque
los cónyuges no son propietarios de alícuotas respecto a los bienes sociales”
(Casación Nro. 911-99 / Ica, publicada en el Diario Oficial El Peruano el
22-02-2000, págs. 4684-4685).
- “... El inmueble objeto de la litis es un bien social, por lo tanto constituye
un patrimonio autónomo distinto del patrimonio de cada cónyuge, no
resultándole aplicable las normas sobre copropiedad puesto que los
cónyuges no son propietarios de alícuotas ni tienen derechos hasta que se
produzca la liquidación de la sociedad de gananciales, tal como lo establece
el artículo 323 del Código Civil...” (Casación Nro. 3169-2001 / Cono Norte
- Lima, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 01-072002, pág. 9001).

182
LAS PARTES Y SU REPRESENTACION EN EL PROCESO

- “... La sociedad de gananciales [...] sigue vigente, por tanto, los bienes que
la integran conforman el patrimonio autónomo a que se refiere el artículo
65 del Código Procesal Civil y no puede asignarse a cada cónyuge
determinado porcentaje de propiedad sobre ellos. A los bienes que
pertenecen a una sociedad de gananciales no se les puede atribuir la calidad
de condominio o de copropiedad, sino deben considerarse como un todo
indivisible y protegido hasta su fenecimiento como una comunidad
patrimonial especial. Es más, el indicado artículo del Código Procesal Civil
establece que cualquiera de los consortes puede representar válidamente a
la sociedad conyugal...” (Casación Nro. 3515-2001 / Arequipa, publicada
en el Diario Oficial El Peruano el 03-02-2003, págs. 10102-10103).
- “... El artículo sesenticinco del Código Procesal Civil contempla el caso de
los patrimonios autónomos, que son aquellos constituidos por dos o más
personas con un derecho o interés común respecto de un bien, sin constituir
una persona jurídica; y un claro ejemplo de ello es la sociedad conyugal y
en su segundo párrafo menciona que: ‘La sociedad conyugal y otros
patrimonios autónomos son representados por cualquiera de sus partícipes,
si son demandantes...’ ello se debe a que son actos tendientes a conservar,
proteger o preservar su patrimonio común...” (Casación Nro. 1096-2004 /
Puno, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 28-022006, pág. 15428).
- “... La sociedad de gananciales es un régimen de patrimonio común,
administrado por ambos cónyuges. Al constituir la sociedad de gananciales
un patrimonio autónomo distinto a un régimen de copropiedad, para realizar
actos de disposición de los bienes sociales que la integran será necesaria la
voluntad coincidente de ambos cónyuges que constituye la voluntad de la
sociedad de gananciales...” (Casación Nro. 2021-2004 / Lima, publicada en
el Diario Oficial El Peruano el 30-03-2006, págs. 15866-15867).
- “... La sociedad de gananciales constituye un patrimonio autónomo que no
está dividido en partes alícuotas, y que es distinto al patrimonio de cada
cónyuge que la integra, de forma tal que tanto para realizar actos de
administración como de disposición que recaigan sobre bienes sociales será
necesaria la voluntad coincidente de ambos cónyuges, tal como lo
establecen los artículos 313 y 315 del Código Civil, puesto que la voluntad
coincidente de ambos cónyuges constituye la voluntad de la sociedad de
gananciales; en tal sentido, al constituir la sociedad de gananciales un
patrimonio autónomo, éste sólo responderá por obligaciones asumidas por
ésta y no por obligaciones asumidas personalmente por cada uno de los
cónyuges, salvo que el objeto de la obligación hubiese tenido como

183
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

beneficiario a dicha sociedad, contrario sensu a lo dispuesto por el artículo


317 del Código Civil, que establece ‘Que los bienes sociales y, a falta o por
insuficiencia de éstos, los propios de ambos cónyuges, responden a prorrata
de las deudas que son de cargo de la sociedad’...” (Casación Nro. 2421-
2002 / La Libertad, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 30-09-
2004, págs. 12685-12686).
- “... No se puede rematar judicialmente acciones y derechos de un bien
perteneciente a una sociedad conyugal que constituyen [sic -léase
constituye-] un patrimonio autónomo e indivisible hasta que se ponga fin al
régimen de sociedad de gananciales de acuerdo con el artículo 318 del
Código Civil...” (Casación Nro. 665-2002 / Tacna, publicada en el Diario
Oficial El Peruano el 30-07-2003, pág. 10792).
- “... La representación legal conjunta de marido y mujer que indica el
Artículo doscientos noventidós (del C.C.) es obligatoria cuando se trata de
actos de disposición o constitución de gravámenes y de actos de
administración para necesidades no ordinarias del hogar y otros de esa
índole, pues esa es la garantía de conservación del patrimonio conyugal;
que tratándose de actos de otra naturaleza, como demandar la
reivindicación o desalojo del bien, esto es, de actos que se dirigen a
incrementar, mantener, reconstituir o recuperar el patrimonio conyugal, no
existe racionalidad en exigir que sea la sociedad conyugal la que interponga
la acción, bastando que sea uno de los cónyuges...” (Casación Nro. 81-94 /
Arequipa, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 26-04-1996, pág.
2189).
- “... La representación de la Sociedad conyugal, es ejercida por los cónyuges
conjuntamente, por consiguiente al no haber ejercitado (el esposo de la
demandada) su derecho de defensa (al no haberse precisado el nombre del
esposo de la demandada para su emplazamiento) no ha existido un debido
proceso...” (Casación Nro. 201-95 / Cañete, publicada en el Diario Oficial
El Peruano el 07-08-1996, pág. 2266).
- “... Al constituir la sociedad de gananciales, un patrimonio autónomo, éste
sólo responderá por obligaciones asumidas por ésta y no por obligaciones
asumidas personalmente por cada uno de los cónyuges, salvo que el objeto
de la obligación hubiese tenido como beneficiario a dicha sociedad”
(Casación Nro. 3109-98 / Cusco - Madre de Dios, publicada en el Diario
Oficial El Peruano el 27-09-1999, págs. 3582-3583).

184
LAS PARTES Y SU REPRESENTACION EN EL PROCESO

- “... La herencia, entendida como la universalidad de los bienes que deja el


causante, tiene su origen a raíz de la muerte de éste y constituye un
patrimonio autónomo distinto a los herederos que integran la sucesión...”
(Casación Nro. 608-04 / Lima, publicada en el Diario Oficial El Peruano el
30-09-2005, págs. 14778-14779).
- “... Cualquiera de ellos (herederos declarados del causante), sea en forma
individual o conjunta pueden representar a la sucesión del cual son
partícipes, la misma que constituye un patrimonio autónomo con capacidad
para ser parte en el proceso...” (Casación Nro. 3333-99 / Junín, publicada
en el Diario Oficial El Peruano el 17-09-2000, págs. 6314-6315).
- “... De conformidad con el artículo sesenticinco del Código Procesal Civil,
los patrimonios autónomos, tales como las sucesiones, deben ser
representados por la totalidad de los que la conforman si son demandados,
sin embargo, no señala que la demanda deba dirigirse a la sucesión como
tal, ya que como expresamente lo señala el primer párrafo de dicho artículo
los patrimonios autónomos no constituyen personas jurídicas...” (Casación
Nro. 853-99 / Arequipa, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 31-07-
2002, págs. 9103-9104).
- “... Tratándose de varios demandados que litigan en defensa de un
patrimonio que sostienen es común, por haberlo recibido en herencia (...),
aquellos (sic) conforman una sola parte tal como lo dispone el Artículo
sesenticinco del mencionado Código Procesal (referido al patrimonio
autónomo), por lo que en cumplimiento del Artículo setentiséis de la misma
norma (C.P.C.) debieron designar un apoderado común, no habiéndolo
hecho ni habiéndoseles requerido para ello es aplicable lo dispuesto por el
Artículo noventitrés del aludido cuerpo normativo, conforme al cual la
expedición de una decisión válida está condicionada al emplazamiento de
todos ellos” (Casación Nro. 1625-97 / Arequipa, publicada en el Diario
Oficial El Peruano el 30-12-1999, pág. 4430).
- “... La recurrente ha demandado la nulidad del contrato de compra venta, de
la escritura pública y de los asientos registrales de los departamentos sub
materia, en su calidad de miembro de la Sucesión de don [...], de acuerdo al
artículo sesenticinco del citado Código [C.P.C.] y el artículo novecientos
setentinueve del Código Civil, no correspondiéndoles a sus coherederos la
calidad de sujetos pasivos...” (Casación Nro. 3248- 2000 / Lima, publicada
en el Diario Oficial El Peruano el 31-07-2001, págs. 7440-7441).

185
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

- “... El estado de copropiedad constituye patrimonio autónomo, y conforme


al artículo sesenta y cinco del Código Procesal Civil, cualquiera de los
integrantes de dicho patrimonio se encuentra habilitado para ejercitar
directamente la pretensión [de desalojo]...” (Casación Nro. 3176-07 / Lima,
publicada en el Diario Oficial El Peruano el 30-09-2008, pág. 23165).
- “... Si bien es cierto el artículo novecientos setentinueve del Código Civil
faculta a cualquiera de los copropietarios a interponer acciones de desalojo
en interés del patrimonio autónomo, de concordar esta norma con lo
dispuesto en el artículo novecientos setentiuno del mismo Código aparece
que esta facultad no puede ser ejercida contrariando la voluntad de los otros
condóminos, que en el presente caso representan un porcentaje mayor al
que tiene el copropietario demandante. [...] Que resulta claro entonces, que
el actor actúa en interés propio y no en interés común del patrimonio
autónomo respecto de un bien en concordancia con lo dispuesto en el
artículo sesenticinco del Código Procesal Civil, por lo que esta ausencia de
interés común produce la improcedencia de la demanda...” (Casación Nro.
919-2000 / Lima, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 0201-2001,
págs. 6709-6710).

10.4 Representación convencional o voluntaria en el proceso


“Una persona capaz puede conferir a otra el poder de representarla en el
proceso. En tal caso, la legitimación formal del representante será el efecto de la
voluntad del representado, expresada en un negocio jurídico (poder)...”
(LIEBMAN, 1980: 70).
Lino Palacio, en lo relativo a la representación convencional o voluntaria en
el proceso, expresa lo siguiente:
“... Toda persona física que goce de capacidad procesal tiene también (...)
el derecho de postulación procesal (ius postulandi), es decir, el poder
de ejecutar personalmente todos los actos procesales inherentes a la
calidad de parte.
El ejercicio el derecho de postulación, sin embargo, puede ser delegado en
un tercero, desde luego capaz, a fin de que actúe procesalmente en
nombre y en lugar de la parte. Configúrase así el supuesto de la
representación voluntaria, la que se halla jurídicamente regulada por
las disposiciones atinentes al contrato de mandato (...), en tanto ellas no
se opongan a las contenidas en las leyes procesales...” (PALACIO,
1983, Tomo III: 63-64).

186
LAS PARTES Y SU REPRESENTACION EN EL PROCESO

El Código Procesal Civil regula lo concerniente a la representación


convencional o voluntaria en el proceso en el Capítulo III (“Apoderado
judicial”) del Título II (“Comparecencia al proceso”) de la Sección Segunda
(“Sujetos del proceso”), en los arts. 68 al 79.

10.4.1 El mandato y el apoderado judicial


Beatriz Quintero y Eugenio Prieto, en cuanto al mandato judicial, señalan lo
siguiente:
“Es una muestra o especie del mandato en general. Mediante su aparición
una o varias personas facultan a otra para que las represente en uno o
más procesos o en alguna actuación judicial determinada. Por lo
general, el mandato de este linaje se contiene en un escrito, en un
documento que se denomina poder o acto de apoderamiento, pero
también puede conferirse oralmente en las audiencias y procesos
verbales. El contrato es bilateral. Resulta de la unión de voluntades de
quien confiere el poder, es decir el poderdante o mandante, y de quien
lo recibe y acepta, denominado apoderado o mandatario.
El mandato judicial suele reglamentarse en los ordenamientos procesales y
son las normas formales las que rigen como especiales, al paso que las
normas sustanciales tienen la condición de supletivas” (QUINTERO; y
PRIETO, 1995, Tomo II: 28-29).
Beatriz Quintero y Eugenio Prieto, refiriéndose esta vez al apoderado
judicial, afirman que:
“... El apoderado es un mandatario judicial que se obliga para con su
mandante a representar y defender sus intereses en el proceso: en
varios procesos determinados o en todos los procesos en los cuales
tenga que intervenir el mandante.
El apoderado no es un representante legal porque su representación no
deriva de la ley sino del contrato, del acto de apoderamiento; es una
representación convencional si bien obligatoria, puesto que la actividad
representativa depende de la convención celebrada con el poderdante.
(...) El apoderado judicial es el abogado que, en forma voluntaria y por
razón de un acto de apoderamiento, se encarga de representar a una
persona en un proceso o en una actuación jurisdiccional...”
(QUINTERO; y PRIETO, 1995, Tomo II: 27).

187
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

El apoderado, en líneas generales, es todo aquel facultado por alguien para


representarlo y proceder en su nombre. El apoderado judicial es aquella persona
-física- que cuenta con capacidad procesal (que presupone la capacidad de goce
y de ejercicio), autorizada por otra persona -natural o jurídica- para comparecer
en un proceso en su lugar y seguir la secuela procesal. Su participación en el
proceso será acorde con el interés del poderdante ejerciendo las atribuciones y
potestades que corresponden a éste y que le hayan sido conferidas.
Lo relativo al apoderado judicial es objeto de regulación en el Capítulo III
(“Apoderado judicial”) del Título II (“Comparecencia al proceso”) de la Sección
Segunda (“Sujetos del proceso”) del Código Procesal Civil, en los arts. 68 al 79.
Así tenemos que, de acuerdo a lo normado en la parte inicial del primer
párrafo del artículo 68 del Código Procesal Civil, está facultado para designar
uno o más apoderados todo aquel que tenga capacidad para comparecer por sí
mismo al proceso y disponer de los derechos que en él se discuten.
Si se designara más de un apoderado judicial, entonces, actuarán
indistintamente (por separado), lo cual es importante a efecto de determinar la
responsabilidad en que puedan incurrir. Esto quiere decir que un apoderado no
responderá -ni siquiera solidariamente- del daño que pueda causar el (los) otro
(s) apoderado (s), siendo responsable tan sólo de los actos procesales que realice
(art. 68 -parte final del primer párrafo- del C.P.C.).
La designación o actuación de apoderados conjuntos carece de validez (art.
68 -in fine- del C.P.C.), sin embargo, excepcionalmente, será permitida en
ciertos casos para evitar que un apoderado con facultades especiales, obrando
dolosamente o en connivencia con la otra parte, disponga de los derechos
sustantivos materia de controversia (lo que no significa que en tales supuestos
sea obligatoria la designación o actuación de apoderados conjuntos). Los
referidos casos configuran formas especiales de conclusión del proceso y son
(según el art. 68 -in fine- del C.P.C.) los siguientes:

- Allanamiento.

- Transacción.

- Desistimiento.
Cuando sean parte en un proceso el Estado y demás entidades de Derecho
Público y los órganos constitucionales autónomos (estos últimos son el
Ministerio Público, la Defensoría del Pueblo, el Jurado Nacional de Elecciones,

188
LAS PARTES Y SU REPRESENTACION EN EL PROCESO

etc.), podrán intervenir en el mismo a través de apoderados judiciales especiales,


atendiendo a la importancia del asunto controvertido, a la materia (que amerita
especialidad en su conocimiento por parte del apoderado judicial), a la distancia
u otras situaciones similares. La designación de los mencionados apoderados
judiciales especiales estará sujeta a la legislación que resulte pertinente. Todo
ello se desprende del artículo 69 del Código Procesal Civil.
Puntualizamos que, según se colige del artículo 70 del Código Procesal
Civil, para que una persona pueda ser nombrada apoderado judicial se requiere
que tenga capacidad para comparecer por sí misma al proceso, vale decir,
capacidad procesal (equivalente a la capacidad de ejercicio).

10.4.2 El poder
González González asevera que “... el poder es el instrumento o escritura
que contiene la representación...” (GONZALEZ GONZALEZ, 1962: 58).
Según la formalidad que se emplee, el poder para intervenir en un proceso,
en representación de alguien que es parte material en el mismo, es de dos clases
(art. 72 -primer párrafo- del C.P.C.):
A) Poder otorgado por escritura pública. (En este caso no es exigible su
inscripción en los Registros Públicos: art. 72 -in fine- del C.P.C.). B) Poder
otorgado por acta ante el Juez del proceso.
Además, el poder puede conferirse, por ejemplo, mediante acta de sesión de
Directorio o de Junta General de Socios (en el caso de las sociedades
comerciales), eso sí, debidamente inscrita en los Registros Públicos (art. 14 de la
Ley Nro. 26887). Inclusive por ley se establece una presunción acerca de la
representación de las asociaciones, fundaciones y comités (según la Ley Nro.
26789), y de las sociedades comerciales y civiles contempladas en la Ley
General de Sociedades (según la Ley Nro. 26539): bastará el solo nombramiento
del administrador, representante legal, presidente del consejo directivo o
gerente, según el caso, para contar con poder de representación procesal, a
menos que en los estatutos o por acuerdo de Junta general se establezca lo
contrario. Y, precisamente, dicho nombramiento no siempre consta en escritura
pública (aunque debe ser debidamente inscrito).
La participación del apoderado judicial en el proceso estará supeditada a la
aceptación del poder que se le confirió, la misma que se presume con el solo
ejercicio de los actos procesales, no operando esta presunción tratándose de
poderes otorgados en el extranjero (art. 71 del C.P.C.), debiendo el apoderado en

189
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

este último caso dejar constancia de su aceptación expresa del poder (el cual
tiene que estar debidamente traducido si estuviere redactado en idioma distinto
al castellano) en el escrito en el que se apersona al proceso con dicha calidad
(art. 73 del C.P.C.).
El apoderado judicial puede sustituir su poder de representación o
facultades, las mismas que recaerán en el apoderado sustituto, lo que traerá
como consecuencia el cese de la representación ejercida por el primero de los
nombrados sin que pueda reasumirla (art. 77 -primer y segundo párrafos- del
C.P.C.). La sustitución de facultades será viable siempre y cuando el apoderado
judicial cuente con autorización expresa de la persona a quien representa
(poderdante). Es de destacar que, según el último párrafo del artículo 77 del
Código Procesal Civil, para la sustitución de facultades del apoderado judicial
deberá observarse igual formalidad a la utilizada cuando se otorgó el poder.
Sobre esto último pensamos que la intención del legislador fue la de establecer
que la sustitución en referencia debe hacerse adoptando alguna de las
formalidades previstas en el artículo 72 del Código Procesal Civil (escritura
pública o acta otorgada ante el Juez del proceso) o en otras leyes para el
otorgamiento del poder de representación procesal. Por otro lado, es de resaltar
también que, una vez acontecida la sustitución de facultades, los actos que lleve
a cabo el apoderado sustituto obligan a la parte representada, siempre que
guarden correspondencia con las facultades otorgadas por esta última, pues si
exceden el marco fijado en el respectivo poder, entonces, tales actos no
obligarán a la parte que confirió la representación (conforme se colige del
penúltimo párrafo del art. 77 del C.P.C.).
El apoderado judicial también puede optar por delegar en otra persona sus
facultades de representación, lo cual no obsta que pueda revocar en el futuro la
delegación efectuada y asumir nuevamente la representación (art. 77 -primer y
segundo párrafos- del C.P.C.). La delegación de facultades procederá
únicamente si el apoderado judicial se encuentra expresamente autorizado por la
parte procesal a quien representa (poderdante). Como se señalara en el párrafo
anterior, somos de la opinión que para la delegación de facultades de
representación (al igual que con la sustitución de tales facultades) puede
adoptarse alguna de las formalidades contempladas en el artículo 72 del Código
Procesal Civil (escritura pública o acta otorgada ante el Juez del proceso) o en
otras leyes para el otorgamiento del poder de representación procesal y no
necesariamente la misma formalidad empleada para el otorgamiento de dicho
poder. Finalmente, cabe indicar que, producida la delegación de facultades, los
actos procesales que efectúe el apoderado delegado y que se ajusten al marco de

190
LAS PARTES Y SU REPRESENTACION EN EL PROCESO

las facultades conferidas obligan a la parte representada, no ocurriendo lo propio


con los actos para los cuales no hubo autorización expresa por parte del
poderdante (conforme se desprende del penúltimo párrafo del art. 77 del
C.P.C.).
10.4.3 Facultades generales de representación
Según se infiere del artículo 74 del Código Procesal Civil, las facultades
generales de representación tienen las siguientes notas distintivas:
- Le otorgan al apoderado las atribuciones y potestades generales con
que cuenta el representado (salvo aquellas que por ley requieran de
facultades expresas).
- Se entienden otorgadas las referidas atribuciones y potestades
generales mientras dure el proceso (lo que incluye la ejecución de
sentencia y el cobro de costas y costos procesales).
- Legitima al representante o apoderado para su intervención en el juicio
y realización de todos los actos procesales, a excepción de aquellos en
que sea necesaria la participación personal y directa del representado
(como la declaración de parte, por ejemplo).
Para determinar qué actos procesales puede realizar el apoderado judicial
que cuenta con facultades generales de representación simplemente habrá que
hacer exclusión de aquellos actos previstos en el artículo 75 del Código Procesal
Civil, numeral referido a las facultades especiales de representación, es decir,
quien cuente con facultades generales tiene la potestad de realizar todos
aquellos actos que no estén comprendidos en dicho numeral (salvo que en el
correspondiente poder el representado establezca limitaciones mayores a las
facultades generales de representación).

10.4.4 Facultades especiales de representación


Las facultades especiales de representación, que se rigen por el principio de
literalidad (art. 75 -in fine- del C.P.C.), que condiciona la existencia de
facultades a la indicación expresa en el poder del acto de que se trate, conceden
al apoderado las atribuciones y potestades siguientes (conforme al art. 75
-primer párrafo- del C.P.C.):
- Realizar, en general, actos de disposición de derechos sustantivos
(cuyo titular sea el representado).

191
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

- Demandar.

- Reconvenir.

- Contestar demandas.

- Contestar reconvenciones.
- Desistirse del proceso.

- Desistirse de la pretensión.

- Allanarse a la pretensión.

- Conciliar.

- Transigir.

- Someter a arbitraje las pretensiones materia de controversia.

- Sustituir la representación procesal.

- Delegar la representación procesal.


- Realizar los demás actos que exprese la ley (y que haya autorizado el
representado en el poder correspondiente).
No será necesario el otorgamiento de poder en los casos señalados en las
Leyes Nros. 26539 (referida a las sociedades comerciales y civiles contempladas
en la Ley General de Sociedades) y 26789 (referida a las personas jurídicas
reguladas en la Sección Segunda del Libro I del Código Civil: asociaciones,
fundaciones y comités). En consecuencia, bastará el solo nombramiento del
gerente, administrador, representante legal o presidente del consejo directivo,
según corresponda, para gozar de facultades generales y especiales de
representación. La excepción a esta regla la constituye la disposición en
diferente sentido que conste en los estatutos o se acuerde por Junta General.
La Corte Suprema de Justicia de la República, en relación a las facultades
especiales de representación, ha establecido lo siguiente:
- “... La trascendencia de dicho acto [demanda] ha conducido a nuestro
legislador para estatuir tal rigurosidad, para exigir que el apoderado
que proponga una demanda esté premunido de un poder especial que
confiera esas facultades [especiales]...” (Casación Nro. 1183-2006 /

192
LAS PARTES Y SU REPRESENTACION EN EL PROCESO

Lima, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 01-10-2007, pág.


20509).
- “... El error in procedendo que denuncia el recurrente se sustenta en
que don [...] carece de representación suficiente para demandar en
nombre de la empresa [...], puesto que en el poder que se le confiere no
aparece que expresamente se le haya otorgado la facultad especial para
demandar; [...] al respecto, en el testimonio de poder [...] aparece que
en la reunión de directorio de la empresa [...] los asistentes acordaron
otorgar poder a don [...], concediéndole las facultades generales del
mandato y las facultades especiales contenidas en los artículos
setenticuatro y setenticinco del Código Procesal Civil; [...] en ese
sentido, si bien las facultades especiales de representación se rigen por
el principio de literalidad, en la citada acta de directorio aparece que al
representante de la demandante se le otorgó las facultades especiales de
representación contenidas en el artículo setenticinco del Código
Procesal Civil, lo cual incluye también la facultad especial para
demandar...” (Casación Nro. 3034-00 / Lima, publicada en el Diario
Oficial El Peruano el 02-07-2001, págs. 7345-7346).
- “... La regulación establecida en el artículo 75 del Código Procesal
Civil, busca proteger tanto a los terceros que pueden ser demandados
por representantes desprovistos de facultades y al representado que
ignora que su representante esté accionando sin facultades expresas
para ello, por lo que el incumplimiento de dicha norma legal acarreara
[sic -léase acarreará-] un vicio que de no ser adecuadamente subsanado
genera el rechazo de la acción...” (Casación Nro. 4995-2007 / Lima,
publicada en el Diario Oficial El Peruano el 30-06-2008, págs. 22439-
22440).
- “... Si bien es cierto que el Artículo setenticinco del Código Procesal
Civil establece que el otorgamiento de facultades especiales se rige por
el principio de literalidad y que no se presume la existencia de
facultades no conferidas explícitamente, esto no implica que se debe
otorgar un poder específico para que el apoderado conteste
determinada demanda judicial, siendo suficiente para ello que se le
hubiera conferido expresamente la facultad genérica de contestar
demandas que se presentan contra su representado...” (Casación Nro.
175-95 / Pucallpa, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 21-12-
1996, pág. 2595).

193
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

- “... El apoderado cuenta con facultades para interponer demandas y


contestarlas, siendo que, esto no implica, de ninguna manera, que
puedan ser emplazados con una demanda dirigida al poderdante...”
(Casación Nro. 2828-2004 / Lima, publicada en el Diario Oficial El
Peruano el 03-072006, págs. 16452-16453).
- “... De acuerdo a la literalidad de las facultades especiales no es posible
suponer una determinada facultad, más aún si se trata del
emplazamiento de un acto que debe ser notificado de forma
personalísima...” (Casación Nro. 2828-2004 / Lima, publicada en el
Diario Oficial El Peruano el 0307-2006, págs. 16452-16453).
- “... El hecho que el apoderado, en su escrito de apersonamiento, haya
defendido los intereses de sus representados, alegando que no tiene
relación directa obligacional con el actor, no se puede tomar como una
convalidación de la notificación de la demanda, porque ésta
únicamente procede en cuanto al propio obligado o si es que el
apoderado hubiera tenido la facultad expresa para poder ser emplazado
con una demanda en nombre de su poderdante...” (Casación Nro. 2828-
2004 / Lima, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 03-07-2006,
págs. 16452-16453).
- “... El endosatario en procuración goza de las facultades procesales
especiales, dentro de las cuales se encuentra delegar la representación
procesal...” (Casación Nro. 1438-02 / Arequipa, publicada en el Diario
Oficial El Peruano el 01-10-2002, pág. 9269).

10.4.5 Nombramiento de apoderado común o


unificación de la perso- nería
Pallares dice acerca de la representación unitaria (entiéndase nombramiento
de apoderado común) lo siguiente:
“... La representación unitaria es obligatoria cuando dos o más personas
ejercitan la misma acción u oponen la misma excepción (...).
La representación unitaria consiste en que las partes estén representadas
procesalmente por una sola persona, infiriéndose de ello que a cada
una ya no le es lícito obrar por separado, lo que produciría
promociones diversas, aun contrarias, y confusión en el procedimiento.
También se funda en el principio de economía procesal” (PALLARES,
1979: 143).

194
LAS PARTES Y SU REPRESENTACION EN EL PROCESO

Al respecto, Lino Palacio refiere lo siguiente:


“La unificación de la personería es el acto mediante el cual, en los
supuestos de intervenir con carácter autónomo varios actores o
demandados vinculados, sin embargo, por un interés común, se designa
a un apoderado único para que asuma la representación procesal de
todos ellos. Supone, por lo tanto, un estado litisconsorcial activo o
pasivo, la actuación independiente de cada uno de los litisconsortes, y
una comunidad de intereses entre éstos.

(...)
(...) No es suficiente, para que proceda la unificación, la mera circunstancia
de existir pluralidad de partes actoras o demandadas; es indispensable,
además, que los litisconsortes se hallen vinculados por un interés
común o compatible. Por lo tanto, la unificación no sería admisible si
no existiese compatibilidad entre la causa y el objeto de las
pretensiones interpuestas por los litisconsortes, o uno o algunos de
éstos hubiere invocado defensas opuestas a las de los restantes. Pero
cuando media un interés común -extremo que en cada caso queda
reservado a la apreciación del juez-, no es óbice a la unificación el
hecho de que los litisconsortes demandados, por ejemplo, no han
contestado la demanda en forma absolutamente coincidente, pues no es
menester atenerse a la total identidad entre el contenido de las
pretensiones o de las oposiciones, sino a su compatibilidad”
(PALACIO, 1983, Tomo III: 98-101).
El Código Procesal Civil, en su artículo 76, regula el nombramiento de
apoderado común en estos términos:
“Cuando diversas personas constituyan una sola parte, actuarán
conjuntamente. Si no lo hicieran, el Juez les exigirá la actuación común
o el nombramiento de apoderado común en el plazo de diez días, bajo
apercibimiento de designarlo por ellos.
La resolución que contiene el nombramiento es título que acredita la
personería del apoderado común, el que necesariamente será uno de los
Abogados.
La negativa de una persona a la designación de apoderado común o a
continuar siendo representada por él, es mérito suficiente para que
litigue por separado.

195
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

La revocación del poder o renuncia del apoderado común, no surte efecto


mientras no se designe uno nuevo y éste se apersone al proceso”.

10.4.6 Terminación del mandato judicial


A criterio de Alvarez Juliá, Neuss y Wagner, el mandato judicial termina:
“a) POR REVOCACION. Debe ser expresa y extingue el mandato luego de
que sea admitida judicialmente. La sola intervención del mandante en
el juicio no importa revocación, sino en el caso que asuma la
tramitación del juicio, pidiendo que se entiendan con él las
ulterioridades de éste. En caso de revocación hecha por el poderdante,
deberá nombrar otro apoderado o comparecer por sí mismo sin
necesidad de nueva citación; no haciéndolo así, la parte contraria podrá
pedir que el juicio continúe en rebeldía.
b) POR RENUNCIA DEL MANDATARIO. En caso de renuncia del
apoderado deberá continuar sus gestiones hasta que haya vencido el
término señalado a su poderdante para reemplazarlo, bajo pena de
daños y perjuicios. Si al vencimiento del término señalado no
compareciere el poderdante, por sí o por medio de otro apoderado el
juicio continuará en rebeldía en la forma del caso anterior (...).
c) POR HABER CESADO LA PERSONALIDAD CON QUE
LITIGABA EL PODERDANTE. Por ejemplo, el caso del insano que
ha recuperado la razón.
d) POR HABER CONCLUIDO LA CAUSA PARA LA QUE SE LE
OTOR-
GO EL PODER. Tratándose de un poder especial en el que se
determina su objeto, pierde vigencia una vez cumplidas las diligencias
que en él se indican.
e) POR MUERTE O INCAPACIDAD DEL MANDANTE. En tales
casos, el apoderado continuará ejerciendo su personería hasta que los
herederos o representante legal tomen la intervención que les
corresponda en el proceso, o venza el plazo fijado. Mientras tanto,
comprobado el deceso o la incapacidad, el juez señalará un plazo para
que los interesados concurran a estar a derecho citándolos directamente
si se conocieran sus domicilios o por edictos (...), si no fuesen
conocidos, bajo apercibimiento de continuar el juicio en rebeldía en el
primer caso y de nombrarles defensor en el segundo.

196
LAS PARTES Y SU REPRESENTACION EN EL PROCESO

(...)
f) POR MUERTE O INHABILIDAD DEL APODERADO. Producido el
caso se suspenderá la tramitación del juicio y el juez fijará al mandante
un plazo para que comparezca por sí o por nuevo apoderado, citándolo
en la forma dispuesta en el apartado anterior. Vencido el plazo fijado
sin que el mandante satisfaga el requerimiento, se continuará el juicio
en rebeldía” (ALVAREZ JULIA; NEUSS; y WAGNER, 1990: 100-
101).
De conformidad con nuestro ordenamiento jurídico procesal (art. 78 -parte
inicial- del C.P.C.), el cese de la representación judicial se produce por las
mismas causas que dan lugar al término de la representación o del mandato
(revocación del poder; renuncia, fallecimiento, incapacidad posterior del
apoderado; vencimiento del plazo del mandato; cumplimiento de éste; etc.).
Es de destacar que, a menos que haya una declaración explícita, la
ejecución de un acto procesal por parte del representado no implica la
revocación del poder (art. 78 -in fine- del C.P.C.). Esto significa que la
intervención del apoderado no excluye la participación de la persona a quien se
representa. Es de anotar que el ordenamiento sustantivo, a diferencia del
procesal, prevé la revocación tácita del poder con la ejecución del acto por el
representado (art. 151 del Código Civil). Ello no implica conflicto de leyes
alguno porque la representación procesal se rige, como es obvio, por la
legislación de la materia, siendo la normatividad del Código Civil sobre
representación y mandato aplicable únicamente en forma supletoria (art. 62 del
C.P.C.).
Acerca de los efectos del cese de la representación judicial decidido por el
representado capaz de actuar por sí mismo, hay que señalar que, según se
desprende del artículo 79 -primer párrafo- del Código Procesal Civil, sólo tendrá
eficacia a partir del momento en que se apersona al proceso la parte que confirió
el poder, ya sea por sí mismo o mediante nuevo apoderado judicial, no
importando la fecha o forma de la comunicación del cese de la representación al
anterior apoderado ni tampoco la causal.
En cuanto a los efectos del cese de la representación decidido por el
apoderado, es bueno indicar que, según se infiere del artículo 79 -segundo
párrafo- del Código adjetivo, surtirá efecto luego del quinto día de notificado el
representado u otro de sus apoderados. De no apersonarse aquél al proceso por
sí mismo o si no se designara nuevo apoderado continuará el proceso en su
rebeldía.

197
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

Finalmente, y conforme lo ordena el último párrafo del artículo 79 del


Código Procesal Civil, en tanto no se designe nuevo representante o curador
procesal, el proceso se suspenderá (por un plazo que no excederá los 30 días) en
los siguientes casos:

- Muerte del representante legal de un incapaz.

- Declaración de ausencia del representante legal de un incapaz.

- Incapacidad sobrevenida del representante o del apoderado.

- Remoción o cese de nombramiento del representante legal de un


incapaz.
- Circunstancias análogas (accidentes graves que impidan el ejercicio de
la representación, condena penal del representante, etc.).

10.5 Representación judicial por abogado


Para Rosenberg, el abogado “... es una persona experta en derecho,
autorizada por el Estado para servir a las partes, en razón de su profesión, como
asesor (patrocinante) y representante (mandatario procesal) (...); en estas tareas
es independiente y sólo está sometido a las leyes. Como representante actúa en
lugar de la parte (ausente); como patrocinante, junto a la parte (presente), a la
que asiste con su consejo y alegato...” (ROSENBERG, 1955, Tomo I: 146).
Gallinal refiere que el término abogado, “... en el uso corriente de nuestro
idioma, significa protector, defensor, el que intercede, media y ruega en favor de
otro; y el abogado en la acepción jurídica, protege y defiende en sus derechos, al
que necesita el amparo de la justicia e intercede, por él, ante los tribunales, para
que le favorezcan, haciendo cumplir las leyes. La acepción usual de la palabra
corresponde a su acepción jurídica. Por eso, los que desempeñan esta profesión,
fueron designados por los romanos con los nombres de patroni (protectores) y
advoctis, en cuanto eran llamados por los que solicitaban su intercesión y auxilio
(...). Lo que le caracteriza como tal, es resolver consultas, o mostrarse en los
tribunales defendiendo de palabra y por escrito los derechos de sus clientes,
invocando la ley y exigiendo el exacto cumplimiento de la justicia”
(GALLINAL, s/a, Tomo I: 243-244).
La Ley Orgánica del Poder Judicial regula lo concerniente a los abogados
patrocinantes en el Capítulo Unico (“De los abogados patrocinantes”) del Título
I de la Sección Sétima (“De la defensa ante el Poder Judicial”), en los arts. 284 al
294.

198
LAS PARTES Y SU REPRESENTACION EN EL PROCESO

Antes de la entrada en vigencia del Código Procesal Civil en julio de 1993,


ya el Texto Unico Ordenado de Ley Orgánica del Poder Judicial (D.S. Nro.
01793-JUS) se ocupaba de la representación judicial por abogado. Así es, el
artículo 290 de dicha Ley Orgánica establece en su primer párrafo que en los
procesos, sin necesidad de la intervención de su cliente, el abogado puede
presentar, suscribir y ofrecer todo tipo de escritos, con excepción de aquellos
para los que se requiere poder especial con arreglo a ley. Dicha norma
constituye un acierto y es de mucha utilidad porque en virtud de ella el letrado
patrocinante está facultado para presentar los escritos necesarios a fin de
proseguir con el desarrollo del proceso y evitar que el propio cliente se
perjudique en caso de producirse algún evento que imposibilite al último la
suscripción de un escrito, hecho que hubiese motivado su no presentación de
faltar el artículo 290 de la Ley Orgánica del Poder Judicial (y el art. 80 del
C.P.C.). Es sabido que en el ejercicio de la profesión muchas veces se dificulta
el contacto entre abogado y patrocinado e, inclusive, éste puede optar por dejar
en manos de aquél el conocimiento del juicio y la realización de los actos
procesales; pero, con la representación judicial otorgada legalmente al abogado
se evita la paralización involuntaria del proceso y, es más, se agiliza éste.

Pese a estar ya contemplada en la Ley Orgánica del Poder Judicial, el


legislador ha creído conveniente incorporar al Código Procesal Civil la
representación judicial por abogado y lo hace dándole un contenido mucho más
técnico y completo. De esta manera el artículo 80 del citado Código adjetivo
prescribe que el interesado o su representante pueden otorgar o delegar al
abogado patrocinante las facultades generales de representación (a que se
contrae el artículo 74 del Código Procesal Civil). Si bien se indica que el
otorgamiento o delegación de tales facultades se puede hacer en el primer
escrito, ello no impide que se haga en momento posterior (pues no es difícil de
imaginar que en el curso del proceso puede darse el cambio de abogado
patrocinante y con ello la necesidad de conferir facultades generales de
representación al nuevo letrado).
Puntualizamos que no es necesario que el poder general conferido al
abogado patrocinante adopte las formalidades previstas en el artículo 72 del
Código Procesal Civil, vale decir, que conste en escritura pública o se otorgue
por acta ante el Juez. Bastará que el escrito en que se autoricen facultades
generales al abogado se encuentre firmado por el interesado o su representante.
(No está demás decir que en no pocas ocasiones el abogado prepara el escrito en
el cual se otorgan facultades generales de representación y lo firma él mismo,
sin participación de su cliente o del representante de éste, resultando a todas

199
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

luces ineficaz dicho proceder). Además, será exigible que se consigne la


dirección domiciliaria (domicilio personal) del representado y su declaración de
estar instruido de la representación o delegación que otorga y de sus alcances o
consecuencias (art. 80 -parte final- del C.P.C.). Estos dos últimos requisitos no
se contemplaron en el artículo 290 de la Ley Orgánica del Poder Judicial.
En varios casos los medios impugnatorios que interponían los abogados
para lograr que se declarase la ineficacia de una resolución judicial eran
rechazados por los magistrados quienes consideraban que las facultades
generales de representación no se hacían extensivas a la potestad del letrado
para impugnar una resolución, exigiendo erróneamente la firma del representado
(o de su representante que cuente con facultades especiales). Aquello acontecía
inclusive estando ya vigente el Código Procesal Civil. Al respecto, señalamos
que los actos que requieren de facultades generales se determinan haciendo
exclusión de los contenidos en el artículo 75 del mencionado Código, referido a
las facultades especiales; en consecuencia, al no prescribir el ordenamiento
procesal u otra ley que la interposición de medios impugnatorios constituye un
acto para el cual se exige contar con facultades especiales, el letrado
patrocinante podrá interponerlos con su sola firma haciendo uso de las
facultades generales concedidas. Pese a lo expresado, resulta saludable lo
dispuesto por la Ley Nro. 26624 (del 19-06-1996) que agrega un nuevo párrafo
al artículo 290 de la Ley Orgánica del Poder Judicial, el cual precisa que el
abogado no requiere poder especial para interponer medios impugnatorios en
representación de su cliente.
Finalmente, en relación al tema tratado en este punto, debe tenerse presente
lo dispuesto en el artículo 291 de la Ley Orgánica del Poder Judicial, conforme
al cual:
“Los abogados que integran estudios colectivos pueden sustituirse
indistintamente en el patrocinio de los asuntos a su cargo y se representan,
unos a otros, para fines profesionales, ante las Salas y Juzgados
correspondientes.
La conformación de un estudio colectivo es puesta en conocimiento de las
Cortes y del Colegio de Abogados del Distrito Judicial correspondiente.
Dicha nómina no afecta las obligaciones y derechos que corresponden a
cada uno de sus miembros, siendo la responsabilidad individual”.
La Corte Suprema de Justicia de la República, en relación a la actuación del
abogado, ha establecido lo siguiente:

200
LAS PARTES Y SU REPRESENTACION EN EL PROCESO

- “... Según lo establecido en el artículo 284 y siguientes del Texto Unico


Ordenado de la Ley Orgánica del Poder Judicial [...], la defensa por ante
el Poder Judicial es cautiva, en este mismo sentido el artículo 132 del
Código Procesal Civil define que los escritos que las partes presenten al
proceso necesariamente deberán estar autorizados por un abogado
colegiado, con indicación de su nombre y número de registro. De lo
contrario no se le concederá trámite; por tanto, queda claro que para
ejercer la defensa por ante el Poder Judicial es preciso entre otros: poseer
el título de abogado, estar inscrito en el Colegio de Abogados del Distrito
Judicial correspondiente y estar habilitado para el ejercicio de la
defensa...” (Casación Nro. 262-2003 / Cañete, publicada en el Diario
Oficial El Peruano el 30-052005, págs. 14086-14087).
- “... Si bien toda persona tiene derecho a ser patrocinada por el abogado de
su elección en el proceso en el que interviene, resulta que dicho letrado
debe cumplir con requisitos básicos para que el patrocinio sea idóneo con
respecto a su patrocinado, entre los cuales se requiere (...) que se
encuentre habilitado para el patrocinio judicial conforme al Estatuto de su
respectivo Colegio profesional” (Casación Nro. 1363-99 / Lima,
publicada en el Diario Oficial El Peruano el 23-12-1999, págs. 4403-
4404).
- “... En cuanto a la situación de hábil o inhábil del abogado patrocinante
de la parte demandada tenemos que las deficiencias u omisiones en que
incurren los abogados patrocinantes, no pueden ser atribuidos a las
partes...” (Casación Nro. 398-2004 / Lima, publicada en el Diario Oficial
El Peruano el 01-12-2005, págs. 15088-15089).
- “... El hecho que un letrado no se encuentra al día en sus cuotas gremiales
no puede perjudicar a su patrocinado, debiendo, en todo caso, sancionarse
por tal hecho en la vía respectiva, a tal letrado...” (Casación Nro.
37802006 / Junín, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 01-12-
2008, págs. 23322-23323).
- “... El mencionado letrado ha venido ejerciendo la defensa con pleno
conocimiento de la causal de inhabilitación en que había incurrido (por
incumplimiento del pago de sus cuotas gremiales), lo cual riñe con el
deber de probidad al que está obligado a observar en virtud del Artículo
ciento nueve del Código Procesal Civil, así como los deberes de honradez
y buena fe (...), cuya infracción debe de sancionarse...” (Casación Nro.

201
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

1363-99 / Lima, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 23-12-1999,


págs. 4403-4404).
- “... En cuanto al extremo denunciado referido a que se ha contravenido el
artículo ciento treintidós del Código Procesal Civil ya que la demanda ha
sido autorizada por abogado inhábil, debe señalarse que [...] la
habilitación ante el Colegio de Abogados es un acto administrativo
susceptible de subsanación, toda vez que dicho pago puede efectuarse en
cualquier momento, lo cual no perjudica la tutela jurisdiccional de la
parte demandante...” (Casación Nro. 3456-2007 / Lima, publicada en el
Diario Oficial El Peruano el 30-09-2008, págs. 23185-23186).
- “... El artículo doscientos noventa de la Ley Orgánica del Poder Judicial
autoriza a los abogados, sin necesidad de la intervención de su cliente a
presentar, suscribir y ofrecer todo tipo de escritos, con excepción de
aquellos para los que se requiere poder especial con arreglo a ley[,] y
absolver el traslado de la contradicción [en el proceso de ejecución de
garantías] no requiere poder especial...” (Casación Nro. 3056-2001 /
Cusco, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 02-02-2002, pág.
8327).
- “... Los abogados defensores según el artículo doscientos noventa de la
Ley Orgánica del Poder Judicial [...], expresan que pueden interponer los
recursos respectivos a favor de sus patrocinados; en efecto, en tanto se
oriente a viabilizar el derecho de defensa es suficiente que el escrito haya
sido signado por el abogado que haya suscrito anteriores escritos con sus
patrocinados...” (Casación Nro. 693-99 / Lambayeque, publicada en el
Diario Oficial El Peruano el 31-01-2003, pág. 9891).
- “... El artículo 290 de la Ley Orgánica del Poder Judicial, dispone que en
los procesos en general el abogado, sin necesidad de la intervención de su
cliente puede presentar, suscribir y ofrecer todo tipo de escritos, con
excepción de aquellos para los que se requiere poder especial con arreglo
a ley, precisando que no se requiere de poder especial para interponer
medios impugnatorios, en representación de su cliente. [...] Que leída así
la norma debe comprenderse que, para que el abogado pueda interponer
apelación por su cliente debe contar con las facultades generales de
representación del artículo 74 del Código Procesal Civil que pueden ser
otorgadas extrajudicial o judicialmente conforme a los artículos 72 y 80
del mismo cuerpo legal, pues sólo así se encontrarán comprendidas
dentro de sus facultades la de impugnación conforme al artículo 290 de la

202
LAS PARTES Y SU REPRESENTACION EN EL PROCESO

Ley Orgánica del Poder Judicial. [...] Que contra tal razonamiento no
incide el artículo 364 del Código Procesal Civil, que regula el objeto de la
apelación señalando que tal medio [impugnatorio] puede ser interpuesto a
solicitud de parte o tercero legitimado, pues [...] el artículo 290 de la Ley
Orgánica del Poder Judicial tan sólo precisa que la facultad de apelar por
el abogado se comprende dentro de las generales de representación que se
otorguen conforme al artículo 74 del Código Procesal Civil. [...] Que en
el caso sub-examine no se advierte delegación de facultades al abogado
conferidas conforme al artículo 80 del Código Procesal Civil, ni se
aprecia que extrajudicialmente se hayan otorgado dichas facultades, de
modo que el letrado que suscribe la apelación no se encontraba facultado
para ello...” (Casación Nro. 3811-2002 / San Martín, publicada en el
Diario Oficial El Peruano el 31-08-2004, pág. 12682).
- “... Si el Abogado que autorizó el recurso de apelación no estuvo
habilitado para el patrocinio judicial por falta de pago de cuotas
gremiales, ello no es razón suficiente para anular el acto procesal y los
efectos que de él hayan derivado aún cuando el vicio resulta
manifiestamente reprochable por la conducta del letrado, resulta de
mayor interés considerar que la parte procesal o patrocinado (sea actor o
demandado) no se vea perjudicada en su derecho a la doble instancia por
la irregularidad administrativa anotada, pues, el objeto o fin del medio
impugnatorio referido es que el juez (Colegiado) superior revise el fallo
apelado, pues pese a que el recurso es defectuoso al estar autorizado por
el letrado inhabilitado, ha cumplido con satisfacer la vigencia o tutela del
derecho a impugnar las resoluciones judiciales consagrado en la
Constitución Política del Estado como principio del debido proceso...”
(Casación Nro. 1332-2003 / Ucayali, publicada en el Diario Oficial El
Peruano el 31-03-2004, págs. 11751-11752).
- “... El supuesto fallecimiento del abogado de una de las partes no
interrumpe el término del abandono y el tercer acápite del artículo
setentinueve del Código Procesal Civil [...] no es aplicable al presente
caso, porque la representación conferida al referido letrado fue con
arreglo a los artículos setenticuatro y ochenta del Código acotado, que se
refieren a las facultades generales del poder y a la representación judicial
del abogado...” (Casación Nro. 1238-2003 / Cajamarca, publicada en el
Diario Oficial El Peruano el 01-12-2003, pág. 11170).
- “... La revocatoria de poder (del abogado) (...) no implica en forma
expresa la subrogación del abogado de la demandada...” (Casación Nro.

203
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

3301-99 / Lambayeque, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 11-


04-2000, pág. 5076).

10.6 Supletoriedad de la representación civil


De acuerdo a lo normado en el artículo 62 del Código Procesal Civil, la
representación civil es supletoria, debiéndose aplicar con tal carácter, en todo lo
no previsto en el Título II (“Comparecencia al proceso”) de la Sección Segunda
(“Sujetos del proceso”) del Código Procesal Civil, las normas del Código Civil
sobre representación y mandato, vale decir, los artículos 145 al 167 del Código
Civil, que integran el Título III (“Representación”) del Libro II (“Acto jurídico”)
del citado Código sustantivo, y los artículos 1790 al 1813 del Código Civil, que
conforman el Capítulo Cuarto (“Mandato”) del Título IX (“Prestación de
servicios”) de la Sección Segunda (“Contratos nominados”) del Libro VII
(“Fuentes de las obligaciones”) del referido cuerpo de leyes.

11. PROCURACION OFICIOSA


Devis Echandía, acerca de la procuración o agencia o gestión oficiosa,
anota que “también en materias judiciales tiene aplicación la agencia oficiosa.
En efecto, cualquier persona, sin necesidad de poder puede promover demanda a
nombre de otra que esté ausente o impedida para hacerlo, con el fin de evitar
que pueda sufrir algún perjuicio; para ello debe dar garantía a satisfacción del
juez, de que el interesado por quien obra le dará su aprobación...” (DEVIS
ECHANDIA, 1985, Tomo II: 436).
Véscovi señala al respecto lo siguiente:
“... La procuración oficiosa, (es un) instituto de naturaleza procesal -pero
similar a la gestión de negocios del derecho sustantivo- por el que se
permite actuar sin poder. Se trata de casos especiales y para la defensa
en juicio de derechos de quienes corren peligro de perderlos por no
poder apersonarse en el juicio por múltiples razones.

(...)
(...) Es corriente que los códigos permitan la actuación -previa prestación
de garantía o fianza- de terceras personas en nombre de los interesados,
ya sea -lo que es más común- para defender (contestar, oponer
excepciones, etc.) a quien no está en condiciones de hacerlo por sí, por
motivos de urgencia, o bien para demandar (en caso de vencimiento de
algún plazo, si

204
LAS PARTES Y SU REPRESENTACION EN EL PROCESO

no se inicia dicha demanda). La garantía, en general, queda a criterio


del tribunal y tiene por objeto responder por la afirmación del
compareciente de que aquel por quien actúa aprobará su gestión.

Generalmente, esta actividad queda limitada a los actos conservativos e


indispensables” (VESCOVI, 1999: 199).
Mediante la procuración oficiosa, pues, una persona comparece en un
proceso en nombre de otra sin tener representación judicial alguna respecto de la
última y sin que le sea exigible invocar interés y legitimidad para obrar (art. IV
-primer párrafo- del T.P. del C.P.C. y art. 81 -primer párrafo- del C.P.C.).
Naturalmente, la intervención procesal de un sujeto que no es representante del
titular del derecho discutido judicialmente no puede darse en la generalidad de
casos. El artículo 81 del Código Procesal Civil exige una serie de requisitos, a
saber:
1. Que la persona por quien comparece el procurador oficioso se
encuentre impedida de hacerlo por sí misma, estuviera ausente del país,
tenga razones de fundado temor o amenaza, se trate de una situación de
emergencia o de inminente peligro o cualquier otra causa análoga y
desconociera la existencia de representante con poder suficiente.
2. Que cuando la parte contraria lo pida, el procurador oficioso preste
garantía suficiente a criterio del Juez de que su gestión será ratificada
por el procurado, dentro de los dos meses siguientes de comparecer
éste.
El último párrafo del artículo 81 del Código Procesal Civil establece una
presunción jure et de jure, es decir, que no admite prueba en contrario por ser de
carácter absoluto. Efectivamente, cuando el interesado comparece en nombre
propio o debidamente representado y no objeta expresamente la participación
del procurador, se presumirá la ratificación de la procuración oficiosa.
La ratificación de la gestión del procurador oficioso, dicho sea de paso,
tiene efecto retroactivo (art. 81 -in fine- del C.P.C.). Así, tendrán eficacia
procesal todos aquellos actos realizados a partir de la comparecencia del
procurador que hayan sido ratificados, sin perjuicio del derecho de terceros.
Advertimos que la ratificación de la gestión del procurador oficioso tiene
que ser pura o simple: deben aceptarse en su integridad los actos procesales
desarrollados por el procurador. No será válida la ratificación parcial como

205
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

tampoco lo será la que esté sujeta a condición (art. 81 -último párrafo- del
C.P.C.).
12. PATROCINIO DE INTERESES DIFUSOS
Según Barbosa Moreira, el “... ‘derecho difuso o fragmentario’ se refiere a
un bien indivisible en cuotas que puedan ser atribuidas a cada afectado. Estos
últimos se hallan en unión tal que la satisfacción de uno solo, implica, en
principio, la del grupo; así como la afectación a uno solo, lo es también a la
clase” (BARBOSA MOREIRA; citado por GOZAINI, 1992, Tomo I, Volumen
1: 401-402).
A decir de Lozano-Higuero Pinto, se definen los intereses difusos como “…
aquellos intereses -situaciones de ventaja jurídicamente relevante- de un sujeto
jurídico en cuanto compartidos, expandidos, o compartibles, expansibles, por
una universalidad, grupo, categoría, clase o género de los mismos; cuyo disfrute,
ostentación y ejercicio son esencialmente homogéneos y fungibles, y que
adolecen de falta de estabilidad y coherencia en su vinculación subjetiva, así
como de concreción e intensidad normativa orgánica en sus tutelas material y
procesal” (LOZANO-HIGUERO PINTO; citado por LORCA NAVARRETE,
2000: 131).
Barrios de Angelis, respecto de la distinción entre interés colectivo e interés
difuso, asevera que:
“... Es la dimensión del grupo subjetivo lo que hace colectivo a un interés,
pero es la indeterminación, la falta de límites precisos en cuanto a la
identificación de las personas que lo componen lo que convierte a ese
interés en difuso.
Por lo tanto, el interés difuso se caracteriza por corresponder a los sujetos
de un grupo indeterminado” (BARRIOS DE ANGELIS; citado por
LANDONI SOSA, 1998: 448).
Sobre el particular, Gozaíni señala las siguientes clases de intereses difusos:
“a) Intereses relacionados con la defensa de la ecología o el medio
ambiente: pretendiendo preservar el equilibrio de la naturaleza, a través
de sus diversas expresiones: tutela del paisaje; protección a la flora y a
la fauna, combatir la polución, el desarrollo urbano desmedido o sin
planificación; la utilización racional de las riquezas, etc.

206
LAS PARTES Y SU REPRESENTACION EN EL PROCESO

b) Intereses ligados a la protección del consumidor, propaganda


comercial; lealtad en el mantenimiento de la oferta; resguardo y
seguridad en los alimentos y medicaciones; adopción de medidas de
seguridad para los productos peligrosos; regularidad y eficiencia en la
prestación de los servicios públicos y los sistemas que conciernan a la
efectividad de las indemnizaciones de los perjuicios causados en el
caso de violación por parte de los expendedores y proveedores, etc.
c) Intereses vinculados a valores culturales y espirituales, como la
seguridad en el acceso a las fuentes de información; la difusión sin
censuras de conocimientos técnicos o científicos; la creación y el
mantenimiento de condiciones favorables a la investigación filosófica y
al libre ejercicio de los cultos religiosos, la protección de los
monumentos históricos y artísticos, etc.” (GOZAINI, 1992, Tomo I,
Volumen 1: 402).
El Código Procesal Civil, en su artículo 82, regula lo relacionado al
patrocinio de intereses difusos de esta manera:
“Interés difuso es aquel cuya titularidad corresponde a un conjunto
indeterminado de personas, respecto de bienes de inestimable valor
patrimonial, tales como el medio ambiente o el patrimonio cultural o
histórico o del consumidor.
Pueden promover o intervenir en este proceso, el Ministerio Público, los
Gobiernos Regionales, los Gobiernos Locales, las Comunidades
Campesinas y/o las Comunidades Nativas en cuya jurisdicción se produjo el
daño ambiental o al patrimonio cultural y las asociaciones o instituciones
sin fines de lucro que según la Ley y criterio del Juez, este último por
resolución debidamente motivada, estén legitimadas para ello.
Las Rondas Campesinas que acrediten personería jurídica, tienen el mismo
derecho que las Comunidades Campesinas o las Comunidades Nativas en
los lugares donde éstas no existan o no se hayan apersonado a juicio.
Si se promueven procesos relacionados con la defensa del medio ambiente o de
bienes o valores culturales, sin la intervención de los Gobiernos Locales
indicados en el párrafo anterior, el Juez deberá incorporarlos en calidad de
litisconsortes necesarios, aplicándose lo dispuesto en los Artículos 93° a
95°. [Al respecto, cabe señalar que el art. 93 del C.P.C. preceptúa que
cuando la decisión a recaer en el proceso afecta de manera uniforme a
todos los litisconsortes, sólo será expedida válidamente si todos

207
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

comparecen o son emplazados. Por su parte, el art. 94 del C.P.C.


establece: A. que los litisconsortes facultativos serán considerados como
litigantes independientes; y B. que los actos de cada uno de ellos no
favorecen ni perjudican a los demás, sin que por ello se afecte la unidad
del proceso. Por último, el art. 95 del C.P.C. prescribe: A. que en caso de
litisconsorcio necesario, el Juez puede integrar la relación procesal
emplazando a una persona, si de la demanda o de la contestación aparece
evidente que la decisión a recaer en el proceso le va a afectar; B. que si
carece (el Juez) de la información necesaria, devolverá la demanda y
requerirá al demandante los datos para el emplazamiento al litisconsorte;
y C. que si el defecto se denuncia o el Juez lo advierte después
de notificada la demanda, suspenderá la tramitación del proceso hasta que
se establezca correctamente la relación procesal].
En estos casos, una síntesis de la demanda será publicada en el Diario Oficial El
Peruano o en otro que publique los avisos judiciales del correspondiente
distrito judicial. Son aplicables a los procesos sobre intereses difusos, las
normas sobre acumulación subjetiva de pretensiones [principalmente las
contenidas en los arts. 83, 86 y 89 del C.P.C] en lo que sea pertinente.
En caso que la sentencia no ampare la demanda, será elevada en consulta a la
Corte Superior. La sentencia definitiva que declare fundada la demanda,
será obligatoria además para quienes no hayan participado del proceso.
La indemnización que se establezca en la sentencia, deberá ser entregada a las
Municipalidades Distrital o Provincial que hubieran intervenido en el
proceso, a fin de que la emplee en la reparación del daño ocasionado o la
conservación del medio ambiente de su circunscripción”.
La Corte Suprema de Justicia de la República, en relación al patrocinio de
intereses difusos, ha establecido lo siguiente:
- “... El artículo ochentidós del Código Procesal Civil [...] regula el
patrocinio de intereses difusos [...]. Para la defensa de estos intereses
que son de naturaleza colectiva -pues pertenecen en abstracto a una
pluralidad de sujetos indeterminados o indiferenciados- el legislador ha
optado por establecer quienes [sic] son los llamados a ejercer y
representar su tutela, estableciendo en la norma procesal en comento
que pueden promover o intervenir en este proceso, el Ministerio
Público, los Gobiernos Regionales, los Gobiernos Locales, las
Comunidades Campesinas y/o las Comunidades Nativas en cuya

208
LAS PARTES Y SU REPRESENTACION EN EL PROCESO

jurisdicción se produjo el daño ambiental o al patrimonio cultural y las


asociaciones o instituciones sin fines de lucro que según la Ley y
criterio del Juez, este último por resolución debidamente motivada,
estén legitimadas para ello; [...] como puede advertirse, cuando la
norma en comento alude a las instituciones públicas y privadas antes
rºferidas, lo hace para efectos de establecer que sólo a aquéllas les
asiste legitimidad para obrar en esta clase de procesos. Por tanto,
cuando las instancias de mérito amparan la excepción de falta de
legitimidad para obrar de las demandantes respecto de la pretensión de
indemnización por el daño ambiental, sustentada en que sólo
corresponde promover tal acción a las acotadas instituciones públicas y
privadas, expide una decisión que se ajusta a los alcances del artículo
ochentidós del Código Procesal Civil...” (Casación Nro. 2932-2006 /
Cajamarca, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 30-05-2008,
págs. 22063-22065).
- “... En cuanto a la indemnización por daño ambiental, debe señalarse
que la norma del artículo 82 del Código Procesal Civil es clara y señala
quiénes pueden promover acción para el patrocinio de intereses
difusos, y su titularidad corresponde precisamente a dicho grupo no
determinado o al Ministerio Público u ONG’s [Organizaciones No
Gubernamentales] debidamente autorizadas...” (Casación Nro. 2927-
2006 / Cajamarca, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 05-01-
2007, pág. 18374).
- “... La legitimación para obrar activa, en defensa de los intereses
difusos, únicamente puede ser ejercida por las entidades señaladas
expresamente en el artículo 82° del Código Procesal Civil [sobre
patrocinio de intereses difusos]...” Nota: Lo señalado en el presente
extracto ha sido establecido como doctrina jurisprudencial vinculante
(entiéndase, en la actualidad, precedente judicial vinculante) por el
primer pleno casatorio civil realizado por la Sala Plena de la Corte
Suprema de Justicia de la República, correspondiente a la Casación
Nro. 1465-2007 / Cajamarca, publicada en el Diario Oficial El
Peruano (en separata especial) el 21-04-2008, págs.
21982-22036, encontrándose dicho extracto exactamente en la pág. 22009.

13. ACTOS PROCESALES DE LAS PARTES


Couture, al examinar los actos procesales de las partes, predica lo siguiente:

209
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

“Los actos de las partes tienen por fin la satisfacción de las pretensiones de
éstas.

(...)

Corresponde distinguir entre actos de obtención y actos dispositivos.


Los primeros tienden a lograr del tribunal la satisfacción de la pretensión hecha
valer en el proceso; los segundos, tienen por objeto crear, modificar o
extinguir situaciones procesales.

(...)

Entre los actos de obtención cabe distinguir:


a) Actos de petición; o sea aquellos que tienen por objeto determinar el
contenido de una pretensión; ésta puede referirse a lo principal del
asunto (pretensión de la demanda; pretensión de la defensa) o a un
detalle del procedimiento (admisión de un escrito, rechazo de una
prueba).
b) Actos de afirmación; se trata de aquellas proposiciones formuladas a lo
largo del proceso, dirigidas a deparar al tribunal el conocimiento
requerido por el petitorio; estas afirmaciones se refieren tanto a los
hechos como al derecho; también se acostumbra clasificar estas
proposiciones en participaciones de conocimiento (saber jurídico) o
participaciones de voluntad (querer jurídico).
c) Actos de prueba; se trata de la incorporación al proceso de objetos
(documentos) o relatos (declaraciones reconstruidas en el proceso
escrito mediante actas) idóneos para crear en el tribunal la persuasión
de la exactitud de las afirmaciones.
Los actos dispositivos se refieren al derecho material cuestionado en el proceso
o a los derechos procesales particulares.

Disposición del derecho existe mediante:


a) Allanamiento (...).
b) Desistimiento (...).
c) Transacción...” (COUTURE, 1985: 206-207).

210
LAS PARTES Y SU REPRESENTACION EN EL PROCESO

El Código Procesal Civil regula lo concerniente a los actos procesales de las


partes en el Capítulo II (“Actos procesales de las partes”) del Título I (“Forma
de los actos procesales”) de la Sección Tercera (“Actividad procesal”), en los
arts. 129 al 135.

14. DEBERES Y RESPONSABILIDADES DE LAS PARTES, DE SUS


ABOGADOS Y DE SUS APODERADOS EN EL PROCESO
Se colige del artículo 109 del Código Procesal Civil que son deberes de las
partes (incluyendo a los terceros legitimados), abogados y apoderados los
siguientes:
1. Proceder con veracidad, probidad (honradez, rectitud, integridad),
lealtad (fidelidad) y buena fe (rectitud, honradez, buen proceder) en
todos sus actos e intervenciones en el proceso. Al respecto, cabe
señalar que según el principio de conducta procesal (contemplado en el
segundo párrafo del art. IV del T.P. del C.P.C.), las partes, sus
representantes, sus abogados y, en general, todos los partícipes adecuan
su conducta a los deberes de veracidad, probidad, lealtad y buena fe.
2. No actuar temerariamente en el ejercicio de sus derechos procesales.
3. Abstenerse de usar expresiones descomedidas o agraviantes en sus
intervenciones. Al respecto, el inciso 1) del artículo 52 del Código
Procesal Civil prevé como facultad disciplinaria del Juez el ordenar
que se suprima la frase o palabra expresada o redactada en términos
ofensivos o vejatorios.
4. Guardar el debido respeto al Juez, a las partes y a los auxiliares de
justicia. Este deber procesal guarda relación con el anterior,
constituyendo así el género, en tanto que el deber indicado en el punto
3 representa la especie, aplicándose a ambos las facultades
disciplinarias del Juez previstas en el artículo 52 del Código Procesal
Civil.
5. Concurrir ante el Juez cuando éste los cite y acatar sus órdenes en las
actuaciones judiciales. Todos los intervinientes en el proceso están
obligados a cumplir los mandatos del Juez (director del proceso); de lo
contrario, se harán merecedores de las sanciones que aquél imponga en
uso de sus facultades coercitivas, a saber: 1. multa compulsiva y
progresiva destinada a que la parte o quien corresponda, cumpla sus
mandatos con arreglo al contenido de su decisión; y 2. detención hasta

211
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

por veinticuatro horas de quien resiste su mandato sin justificación,


produciendo agravio a la parte o a la majestad del servicio de justicia
(art. 53 del C.P.C.).
6. Prestar al Juez su diligente colaboración para las actuaciones
procesales (es claro que sin ella estas últimas difícilmente podrían
desarrollarse con normalidad, lo que generaría demora en el proceso),
bajo apercibimiento de ser sancionados por inconducta con una multa
(de 3 a 5 U.R.P.). Tal disposición guarda correspondencia con la
establecida en el último párrafo del artículo IV del Título Preliminar
del Código Procesal Civil, conforme a la cual el Juez tiene el deber de
impedir y sancionar cualquier conducta ilícita o dilatoria. También
resulta concordante con lo dispuesto en el artículo 53 del Código
Procesal Civil, numeral referido a las facultades coercitivas del Juez
(de imponer multa compulsiva y progresiva y de disponer la detención
hasta por veinticuatro horas del infractor).
Tanto el demandante como el demandado y los terceros legitimados, así
como sus abogados y apoderados, incurren en responsabilidad patrimonial
cuando causen perjuicios con sus actuaciones procesales temerarias o de mala fe
(art. 110 -parte inicial del primer párrafo- del C.P.C.).
Una vez comprobado que alguno de los sujetos procesales o su abogado o
apoderado actuó con temeridad o mala fe, el órgano jurisdiccional le impondrá
al responsable la multa respectiva (de 5 a 20 U.R.P.). La referida sanción, dicho
sea de paso, no obsta que al vencido se le condene al pago de las
correspondientes costas y costos procesales. Así lo determina la parte final del
primer párrafo del artículo 110 del Código Procesal Civil.
El último párrafo del artículo 110 del Código Procesal Civil establece una
responsabilidad solidaria (entre el sujeto procesal de que se trate -parte o tercero
legitimado- y su abogado patrocinante y apoderado, si lo hubiere), en caso de
que no pueda determinarse con precisión al autor de la conducta procesal
temeraria o de mala fe de la que derivaron los correspondientes perjuicios.
Por otro lado, y según se infiere del artículo 111 del Código Procesal Civil,
cuando el Juez considere que el abogado actúa o ha actuado con temeridad o
mala fe, dispondrá la remisión de las copias certificadas de las actuaciones
respectivas (en las que consta la actuación procesal temeraria o de mala fe
imputada al letrado) a la Presidencia de la Corte Superior, al Ministerio Público
y al Colegio de Abogados correspondiente, para las sanciones (disciplinarias y

212
LAS PARTES Y SU REPRESENTACION EN EL PROCESO

penales) a que pudiera hacerse merecedor el letrado que infringió sus deberes de
conducta procesal.
Existe temeridad o mala fe, según el caso, en las hipótesis contempladas en
el artículo 112 del Código Procesal Civil, a saber:
A) Cuando sea manifiesta (evidente o incuestionable) la carencia de
fundamento jurídico de la demanda, contestación o medio impugnatorio (ya
sea que se trate de un recurso o un remedio -tacha, oposición o nulidad-).
B) Cuando a sabiendas se aleguen hechos contrarios a la realidad.
C) Cuando se sustrae el expediente (lo que da lugar a su recomposición:
art. 140 del C.P.C.).
D) Cuando se mutile o inutilice alguna parte del expediente.
E) Cuando se utilice el proceso o acto procesal para fines claramente
ilegales o con propósitos dolosos o fraudulentos.
F) Cuando se obstruya la actuación de medios probatorios.
G) Cuando por cualquier medio se entorpezca reiteradamente el desarrollo
normal del proceso.
H) Cuando por razones injustificadas las partes no asisten a las audiencias
generando dilación. No habrá mala fe si la ausencia de las partes a una
audiencia obedece a causas de fuerza mayor (enfermedad, accidente,
etc.).

213
CAPITULO IV

ACUMULACION DE PRETENSIONES
Y DE PROCESOS

1. DEFINICION DE ACUMULACION
Beatriz Quintero y Eugenio Prieto aseguran que “el proceso es acumulativo,
no simple, cuando sirve para la composición de dos o más pretensiones, cada una
de las cuales podría ser ventilada en proceso diverso” (QUINTERO; y PRIETO,
1995, Tomo II: 48).
Gozaíni sostiene que “acumular pretensiones significa introducir
simultáneamente en una sola demanda varias peticiones (objetos o finalidades)
contra uno o varios demandados” (GOZAINI, 1992, Tomo I, Volumen 1: 511).
Sobre el particular, Alsina refiere que “... la acumulación de acciones
(objetiva y subjetiva) consiste en la unión de dos o más acciones en un solo
proceso, para que sean resueltas en una misma sentencia. La acumulación de
autos es la reunión de varios procesos en los que se hayan ejercitado acciones
conexas para que se tramiten ante el mismo juez y se resuelvan en una sola
sentencia o de acuerdo con un solo criterio. La primera tiene como fundamento
la economía procesal, permitiendo resolver en un solo proceso diversas
cuestiones; la segunda tiene por objeto impedir que una misma cuestión sea
resuelta de distinta manera en los diversos procesos. Aquélla es facultativa para
el actor y obligatoria para el demandado; ésta es facultativa para el demandado y
obligatoria para el actor” (ALSINA, 1956, Tomo I: 538).
Para Gimeno Sendra, “el fundamento de dicha acumulación (de acciones o
pretensiones) hay que encontrarlo en razones de economía procesal y, en último
término, en el derecho a la tutela judicial efectiva (…), pues, sería
antieconómico que un demandante que desea plantear varias pretensiones contra
un mismo demandado, hubiera de deducir tantas demandas y suscitar tantos
procedimientos, cuantas pretensiones quiera interponer, lo que provocaría un
incremento notable de los gastos procesales y del tiempo invertido en los
distintos procedimientos” (GIMENO SENDRA, 2007, Tomo I: 226).

214
ACUMULACION DE PRETENSIONES Y DE PROCESOS

El Código Procesal Civil regula lo concerniente a la acumulación en el


Capítulo V (“Acumulación”) del Título II (“Comparecencia al proceso”) de la
Sección Segunda (“Sujetos del proceso”), en los arts. 83 al 91.

2. CONEXIDAD QUE JUSTIFICA LA ACUMULACION


Según Palomino Marín, la conexión “... es aquella relación entre dos o más
acciones que consiste en la identidad de alguno de sus elementos” (PALOMINO
MARIN, 1966: 75). Dicho autor precisa que “la conexión puede ser subjetiva y
objetiva; y esta segunda, propia e impropia; en la conexión objetiva propia se da
identidad de cosas y causas; en la impropia, identidad de cuestiones jurídicas...”
(PALOMINO MARIN, 1966: 75).
Beatriz Quintero y Eugenio Prieto enseñan sobre el tema lo siguiente:
“Implica el proceso acumulativo que las pretensiones que van a ser
compuestas sean conexas. Piénsese en el término conexión con el
significado de relación, nexo o enlace entre dos o más elementos de las
pretensiones (...). Cuando dos o más pretensiones tengan en común uno
o más de estos elementos, es decir, cuando alguno o algunos de estos
elementos sirvan a la composición estructural de dos o más
pretensiones, existe conexión entre ellas y puede producirse el
fenómeno de la acumulación o pluralidad de pretensiones en un
proceso.
La conexidad reclama en las diversas pretensiones la identidad de por lo
menos uno de los sujetos, pues la mera razón lógica impone que no hay
litigios conexos entre partes totalmente diversas.
Tradicionalmente se habla de identidad de partes, de causa y de objeto y de
la conexión de tales elementos en diferentes litigios o pretensiones.
Esta es la conexidad clásica o conexidad material...” (QUINTERO; y
PRIETO, 1995, Tomo II: 49-50).
En lo que concierne a la conexidad que justifica la acumulación, el Código
Procesal Civil, en su artículo 84, prescribe que hay conexidad cuando se
presentan elementos comunes entre distintas pretensiones o, por lo menos,
elementos afines en ellas.
La Corte Suprema de Justicia de la República, en relación a la conexidad
que justifica la acumulación, ha establecido lo siguiente:

215
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

- “... El artículo 84 del Código Adjetivo [C.P.C.] establece que existe


conexidad entre pretensiones cuando éstas presentan elementos
comunes o por lo menos elementos afines, con lo cual el código
acotado adopta tanto el concepto de conexidad propia como el de
impropia, exigiendo el primero, la identidad de elementos de las
pretensiones relacionadas, y el segundo, la afinidad de ellas...”
(Casación Nro. 163-2006 / Lima, publicada en el Diario Oficial El
Peruano el 30-06-2008, págs. 22352-22353).
- “... Además del vínculo de conexidad entre las pretensiones que exige
la ley, la proveniencia del mismo título es elemento concurrente para
una debida acumulación [subjetiva] de pretensiones, entendido tal
concepto como el derecho de donde emana la facultad de accionar
jurisdiccionalmente...” (Casación Nro. 1546-2005 / Lima, publicada en
el Diario Oficial El Peruano el 02-04-2007, pág. 19123).
- “... Conforme a esta regla [art. 86 del C.P.C.], procede la acumulación
subjetiva de pretensiones, cuando estas provengan de un mismo título,
se refieran a un mismo objeto, o exista conexidad entre ellas, y además
se cumplan los requisitos del artículo 85 del mismo Código, [...] la
conexidad [...] se da cuando se presentan elementos comunes entre
distintas pretensiones o, por lo menos, elementos afines en ellas y debe
entenderse, en ese sentido, que la norma procesal no exige, de manera
estricta, que el título del que derivan las pretensiones sea idéntico para
afirmar que exista conexidad, sino de que existan suficientes elementos
comunes [...] que hagan concluir que existe vinculación entre las
pretensiones...” (Casación Nro. 237-2005 / Callao, publicada en el
Diario Oficial El Peruano el 0108-2006, págs. 16830-16831).

3. CLASES DE ACUMULACION
De la lectura de los artículos 83, 86, 88 y 89 del Código Procesal Civil
podemos inferir las siguientes clases de acumulación:
A) Acumulación objetiva: Se presenta cuando en un proceso hay dos o más
pretensiones.
A.1) Acumulación objetiva originaria: Se presenta cuando en la
demanda se proponen dos o más pretensiones.
A.2) Acumulación objetiva sucesiva: Se presenta cuando las
pretensiones a acumular son propuestas luego del inicio del

216
ACUMULACION DE PRETENSIONES Y DE PROCESOS

proceso (ya sea cuando el demandante amplía su demanda


agregando una o más pretensiones; o cuando el demandado
reconviene; o cuando se reúnen dos o más procesos en uno, a fin
de que una sola sentencia evite pronunciamientos jurisdiccionales
opuestos; o cuando el demandado formula el aseguramiento de la
pretensión futura).
B) Acumulación subjetiva: Se presenta cuando en un proceso hay más de
dos personas (ya sea que actúen como partes o como terceros
legitimados), vale decir, cuando en un proceso se acumulan varias
pretensiones de varios demandantes contra varios demandados.
B.1) Acumulación subjetiva originaria: Se presenta al tiempo de la
interposición de la demanda (cuando ésta es planteada por varias
personas o contra varias personas).
B.2) Acumulación subjetiva sucesiva: Se presenta después del inicio del
proceso (cuando un tercero legitimado se apersona al proceso
invocando alguna pretensión o cuando se acumulan dos o más
procesos en un proceso único).

3.1 Acumulación objetiva


Según Gimeno Sendra, “la acumulación objetiva de pretensiones consiste
en reunir dentro de una misma demanda y contra el mismo demandado una
pluralidad de pretensiones, que han de tramitarse en un único procedimiento
(…). A través de dicha acumulación se produce, pues, una unidad de demanda y
de procedimiento, pero una diversidad de objetos procesales que se tramitan
dentro de unos mismos autos y que dan lugar a una única Sentencia, si bien, en
virtud del principio de congruencia (…), con tantos pronunciamientos en el
fallo, como pretensiones se hayan deducido y acumulado en el procedimiento”
(GIMENO SENDRA, 2007, Tomo I: 226). Gimeno Sendra resalta que “a los
efectos de determinar cuándo existe o no una acumulación de pretensiones lo
decisivo será examinar el ‘suplico’ de la demanda y comprobar si en él se
contienen o no una pluralidad de peticiones de cognición, siendo indiferente, a
los estrictos efectos de la acumulación, que dicha pluralidad de peticiones se
fundamenten en una diversidad de hechos o que una misma fundamentación
fáctica sea susceptible de sustanciar distintas pretensiones, siempre y cuando el
‘petitum’ de la demanda contenga dos o más peticiones, declarativas,
constitutivas o de condena. Distinto es el caso del o de los distintos fundamentos
jurídicos invocables sobre unos mismos hechos, el cual no entraña fenómeno

217
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

alguno de acumulación de pretensiones” (GIMENO SENDRA, 2007, Tomo I:


226).
Beatriz Quintero y Eugenio Prieto, en lo relativo a la acumulación bilateral
u objetiva, sostienen lo siguiente:
“Esta especie de acumulación necesita la coincidencia total del elemento
subjetivo en referencia con todas y cada una de las pretensiones que se
acumulen (...).
Se observa a veces en el proceso que surge o se continúa como
acumulativo, que la concurrencia de pretensiones obedece a la
descomposición de una relación jurídica sustancial que afecta dos o
más aspectos del mismo derecho u ofrece dos posibles tutelas así las
vincule como consecuenciales o alternativas o hasta principales, de tal
manera que el mismo hecho haga posible diferentes pretensiones. Otras
veces las relaciones jurídicas sustanciales conflictivas son totalmente
autónomas entre sí y se permite, sin embargo la acumulación en razón
de la sola conexidad subjetiva total. Ya por razones diferentes, para la
permisión del proceso acumulativo, se suelen exigir otros requisitos
adicionales como los que pudieran referirse a la competencia y al
trámite o procedimiento, pero ello corresponde a consideraciones de
otra naturaleza, que más atisban a la unidad formal del proceso porque
éste como continente debe servir técnicamente a todas las pretensiones
a la manera de un único arquetipo...” (QUINTERO; y PRIETO, 1995,
Tomo II: 58).
Según se desprende del artículo 83 del Código Procesal Civil, la
acumulación objetiva es aquella que tiene lugar cuando en un proceso hay más
de una pretensión. Tal acumulación puede ser originaria, cuando en la demanda
se propone más de una pretensión. La acumulación objetiva también puede ser
sucesiva, cuando las pretensiones a acumular son propuestas luego del inicio del
proceso (ya sea cuando el demandante amplía su demanda agregando una o más
pretensiones; o cuando el demandado reconviene; o cuando se reúnen dos o más
procesos en uno, a fin de que una sola sentencia evite pronunciamientos
jurisdiccionales opuestos; o cuando el demandado formula el aseguramiento de
la pretensión futura: art. 88 del C.P.C.).
Al respecto, la Corte Suprema de Justicia de la República ha establecido lo
siguiente: “... Por la acumulación objetiva pueden demandar dentro de un
proceso más de una pretensión, acumulación que puede ser originaria o sucesiva

218
ACUMULACION DE PRETENSIONES Y DE PROCESOS

según se proponga en la demanda o después de iniciado el proceso...” (Casación


Nro. 1125-2000 / Huánuco, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 02-01-
2001, págs. 6689-6690).

3.1.1 Acumulación objetiva originaria


Como bien lo hace notar Aldo Bacre, la acumulación objetiva originaria
propiamente dicha “... es la concentración, en una misma demanda, de las
distintas pretensiones que el actor tenga contra el demandado, realizada con el
objeto de que se las sustancie y decida en un proceso único” (BACRE, 1986,
Tomo I: 486). “Su fundamento radica en razones de economía procesal, que
significa el tratamiento conjunto de diversas pretensiones que reconocen como
sujeto activo al mismo actor y como sujeto pasivo al mismo demandado”
(BACRE, 1986, Tomo I: 486).
Conforme se desprende del artículo 83 del Código Procesal Civil, la
acumulación objetiva originaria se configura cuando en la demanda se propone
más de una pretensión.
Al respecto, la Corte Suprema de Justicia de la República ha establecido lo
siguiente: “... Un proceso puede contener varias pretensiones, instituto que
recibe el nombre de acumulación objetiva; y si tales son interpuestas
conjuntamente al momento de platearse [sic -léase plantearse-] la demanda, se
conocerá como acumulación objetiva originaria; en tal sentido, en estricto, no
estamos ante una única demanda, sino antes varias pretensiones planteadas en
un mismo escrito, lo que significa también que cada una de ellas tiene existencia
y naturaleza propias, contando con los fundamentos de hecho y de derecho que
las justifiquen...” (Casación Nro. 2393-2003 / Lambayeque, publicada en el
Diario Oficial El Peruano el 03-05-2005, págs. 14036-14037).

3.1.2 Formas o modalidades de acumulación de pretensiones


En cuanto a las formas o modalidades de acumulación de pretensiones, cabe
señalar que, conforme al texto del artículo 87 del Código Procesal Civil:
A. La acumulación objetiva originaria (aquella que se presenta cuando en
la demanda se proponen dos o más pretensiones) puede adoptar las
siguientes formas: a) subordinada; b) alternativa; y c) accesoria.
B. La acumulación objetiva originaria subordinada se presenta cuando una
o más pretensiones (subordinadas) son sometidas a la eventualidad de
que la pretensión propuesta como principal no sea acogida, por lo que,

219
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

ante este último supuesto, la pretensión o pretensiones subordinadas


bien pueden ser amparadas por el juzgador.
C. La acumulación objetiva originaria alternativa se presenta cuando,
planteadas dos pretensiones alternativas por el actor, el demandado
puede escoger cuál de ellas va a cumplir, pudiendo recaer la elección
en el demandante siempre y cuando la contraparte no procediera a la
referida elección.
D. La acumulación objetiva originaria accesoria se presenta cuando se
plantea una pretensión principal y otra u otras accesorias, vale decir,
que guardan dependencia respecto de la primera. Por consiguiente, si
se ampara la pretensión principal, ocurre lo propio en cuanto a las
accesorias; o, en sentido contrario, si se desestima la pretensión
señalada como principal, también serán rechazadas la pretensión o
pretensiones determinadas como accesorias por el actor.
E. Puede darse el caso de una acumulación objetiva sucesiva (aquella que
se presenta cuando las pretensiones se acumulan luego de iniciado el
proceso) y además accesoria, si las pretensiones accesorias no son
acumuladas por el actor en la demanda sino después de interpuesta
ésta, siendo el plazo máximo para que tal acumulación opere hasta
antes del saneamiento procesal.
F. La acumulación objetiva originaria accesoria bien puede presentarse
aun en el caso de que el accionante no proponga en la demanda
pretensiones accesorias, siempre y cuando éstas se encuentren
contempladas en la ley de modo expreso, en cuyo caso se consideran
tácitamente integradas a la demanda. Tal es el caso, por ejemplo, del
proceso de separación de cuerpos o divorcio por causal, en el que se
consideran como pretensiones accesorias, a ser acumuladas a la
principal (separación de cuerpos o divorcio por causal) por disposición
legal, las de alimentos, tenencia y cuidado de los hijos, suspensión o
privación de la patria potestad, separación de bienes gananciales y las
demás relativas a derechos u obligaciones de los cónyuges o de éstos
con sus hijos o de la sociedad conyugal, que directamente deban
resultar afectadas como consecuencia de la pretensión principal (art.
483 del C.P.C.).
La Corte Suprema de Justicia de la República, en relación a las formas o
modalidades de acumulación de pretensiones, ha establecido lo siguiente:

220
ACUMULACION DE PRETENSIONES Y DE PROCESOS

- “... Un proceso puede contener varias pretensiones, instituto que recibe


el nombre de acumulación objetiva; y si tales son interpuestas
conjuntamente al momento de plantearse la demanda se conocerá como
acumulación objetiva originaria; en tal sentido, en estricto, no estamos
ante una única demanda, sino ante varias demandas planteadas en un
mismo escrito, lo que significa también que cada una de ellas tiene
existencia y naturaleza propias, contando con los fundamentos de
hecho y de derecho que las justifiquen; luego, si bien dado el tipo de
acumulación objetiva originaria que se tenga unas pueden estar
subordinadas o dependientes accesoriamente del principal y otras tener
la misma categoría (alternativa), todas respecto a los medios de
defensa, como son las excepciones, deben tomarse en forma
independiente...” (Casación Nro. 59-96 / Huánuco, publicada en el
Diario Oficial El Peruano el 03-12-1997, págs. 150-151).
- “... El artículo ochentisiete del Código adjetivo [C.P.C.] establece que
la acumulación objetiva originaria, la que se presenta cuando en el acto
postulatorio el accionante exige a otra persona el cumplimiento de más
de una pretensión, puede ser subordinada, alternativa o accesoria,
siendo subordinada cuando se propone mas [sic -léase más-] de dos
pretensiones, una de las cuales se la califica de principal, debiendo el
Juez pronunciarse respecto a las otras pretensiones en la eventualidad
de que la principal sea desestimada; será alternativa, cuando no existe
subordinación entre las pretensiones, y será el demandado quien, en el
caso de que ambas sean amparadas, escogerá cual [sic -léase cuál-] de
ellas va a cumplir; y será accesoria cuando existan varias pretensiones,
una de las cuales tiene la calidad de principal y en cuanto ésta sea
amparada o no, las demás pretensiones correrán igual suerte...”
(Casación Nro. 244-2001 / Cusco, publicada en el Diario Oficial El
Peruano el 02-01-2002, págs.
8216-8217).

3.1.2.1 Acumulación simple


Hernando Morales asevera que la acumulación simple se configura “...
cuando el actor pide pura y simplemente la estimación de todas las acciones
acumuladas...” (MORALES; citado por RIVAS SACCONI, 1954: 275).
A decir de Gimeno Sendra:

221
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

“La acumulación simple o unión ‘acumulativa’ sucede cuando en un


mismo ‘petitum’, se deducen diversas peticiones yuxtapuestas (vgr. el
arrendador exige el desahucio el pago de las rentas no abonadas y una
indemnización por los desperfectos ocasionados en la vivienda).
La acumulación simple es la de mayor uso en la práctica forense y puede
ocurrir, tanto cuando la relación jurídico material sea susceptible de
producir una pluralidad de efectos jurídicos (…), como cuando las
peticiones se sustancien en una pluralidad de relaciones jurídicas que
no resulten incompatibles entre sí…” (GIMENO SENDRA, 2007,
Tomo I: 230).

3.1.2.2 Acumulación subsidiaria o condicional


Rivas Sacconi, sobre la acumulación subsidiaria (o condicional), expresa lo
siguiente:
“... En el caso de acciones que se ejercen en una misma demanda, pero una
de las cuales se propone como principal y la otra u otras como
subsidiarias de aquélla o de la subsidiaria de la principal, no se está
frente
a un caso de verdadera acumulación. Sí, en efecto, todas las acciones,
principal y subsidiaria, se ejercen en cierto modo a un tiempo, no existe
sin embargo contemporaneidad verdadera en el dicho ejercicio, porque
si la acción principal prospera, se considera como jurídicamente
inexistente o no ejercida la subsidiaria, toda vez que en la sentencia
nada se decide sobre ella; o dicho de otro modo, la existencia de esta
última, está condicionada al fracaso de la acción que se ha propuesto
como principal y que en último término es la que verdaderamente se
ejerció desde un principio en el juicio, mientras que la otra sólo en ese
momento en que en virtud de la sentencia no prospera la acción
principal, surge, por decirlo así, a la vida jurídica” (RIVAS SACCONI,
1954: 268).
La acumulación condicional, en opinión de Monroy Cabra, es de tres
clases:
“a) Sucesiva o consecuencial.- Existe cuando se presenta una pretensión
bajo la condición de que antes sea acogida otra de la cual dependerá.
Por ejemplo, la petición de herencia como consecuencia de la
declaración de filiación natural.

222
ACUMULACION DE PRETENSIONES Y DE PROCESOS

b) Acumulación eventual o subsidiaria.- Existe cuando una pretensión se


propone para el caso de que otra sea desestimada. Desde luego, el juez
no puede acoger la pretensión subsidiaria sino una vez rechazada la
principal. Por ejemplo, se pide la resolución de un contrato de
compraventa de inmueble y subsidiariamente la rescisión por lesión
enorme.
c) Acumulación alternativa.- Existe cuando varias pretensiones son
propuestas para que una de ellas sea estimada, por lo cual cada una está
condicionada a la otra, pues debe proveerse sobre ella en caso de que
no prospere la restante. Y por tanto, estimada por el juez una de ellas,
no podrá proveer acerca de la otra” (MONROY CABRA, 1979:
276-277).
A) Acumulación subsidiaria o condicional sucesiva
En lo que respecta a esta forma o modalidad de acumulación, Luis Loreto
enseña lo siguiente:
“... Existe esta acumulación objetiva cuando la proposición de una acción
depende de que otra que la antecede sea declarada con lugar.
Hay entre ambas acciones una relación de orden lógico sucesivo, de
antecedente a consecuente, de forma que la acción propuesta en
segundo lugar está condicionada al éxito de la primera que le es
condicionante. El éxito de esta singular figura permite advertir que la
acción propuesta
en segundo lugar no existe para el momento de proponerse, por lo que,
en rigor de principios, debería promoverse después que la condicionante sea
acogida y la sentencia que así lo declare haya pasado en autoridad de cosa
juzgada. Sin embargo, tanto la doctrina como la jurisprudencia, admiten
pacíficamente, por economía procesal y consideraciones de utilidad
práctica, la proposición anticipada de la segunda acción. Así, la acción de
restitución de un inmueble vendido (acción condicionada), con la acción de
simulación absoluta (acción condicionante); la petitio hereditatis ab
intestato acumulada con la de nulidad de testamento; la del pago del saldo
del administrador o mandatario, unida subordinadamente a la acción de
rendición de cuentas, etc. En todos estos y semejantes casos es admisible la
acumulación sucesiva; mas, dada la relación de dependencia condicionada
en que se halla la segunda acción respecto de la primera o condicionante, si
ésta es declarada sin lugar, el Juez no entra a examinar ni a conocer de la

223
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

segunda; pero si la acoge en todo o en parte, debe proceder a examinarla y a


verificar si está o no fundada. Sólo en este último momento, la segunda
acción adquiere individualidad propia y autónoma” (LORETO, 1979: 164-
165). B) Acumulación subsidiaria o condicional subordinada
Luis Loreto afirma al respecto que:
“... Existe esta modalidad cuando una acción se propone para el evento de
que otra que la precede sea rechazada. Las acciones acumuladas
pueden tener el mismo fundamento, o fundamentos diversos pero
compatibles entre sí, o fundamentos incompatibles. A veces el
demandante presenta como acciones subordinadas peticiones que no
son tales, como cuando pide en vía principal el pago total de una
obligación y subordinadamente el pago parcial de la misma obligación,
no existiendo en realidad diversidad de acciones.
La relación de acción principal a acción subordinada responde a una
gradación de intereses en el actor...” (LORETO, 1979: 165-166).
De conformidad con lo dispuesto en el artículo 87 -primer párrafo- del
Código Procesal Civil, la acumulación objetiva originaria puede ser subordinada
cuando la pretensión queda sujeta a la eventualidad de que la propuesta como
principal sea desestimada. La referida acumulación objetiva originaria
subordinada se configura, pues, cuando una o más pretensiones (subordinadas)
son sometidas a la eventualidad de que la pretensión propuesta como principal
no sea acogida, por lo que, ante este último supuesto, la pretensión o
pretensiones subordinadas bien pueden ser amparadas por el Juez.
La Corte Suprema de Justicia de la República, en relación a la acumulación
objetiva originaria subordinada, ha establecido lo siguiente:
- “... Tal como se puede apreciar del escrito de demanda, los
fundamentos de hecho en los que se sustenta la pretensión principal
son totalmente distintos a los fundamentos de hecho en los que se basa
la pretensión subordinada, al punto de que los mismos han sido
expuestos de manera independiente, por lo que se puede apreciar que
no se da el presupuesto básico para que pueda darse una acumulación
objetiva originaria subordinada...” (Casación Nro. 73-99 / Callao,
publicada en el Diario Oficial El Peruano el 26-10-1999, pág. 3814).
- “... El pronunciamiento de la pretensión subordinada está supeditada a
que la pretensión principal fuese desestimada...” (Casación Nro.

224
ACUMULACION DE PRETENSIONES Y DE PROCESOS

19352006 / Junín, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 03-09-


2007, pág. 20434).
- “... El Artículo ochentisiete del Código Adjetivo dispone que en la
acumulación objetiva originaria, la pretensión subordinada queda
sujeta a la eventualidad de que la propuesta como principal sea
desestimada, es decir, que en ese caso tiene que haber pronunciamiento
sobre las pretensiones subordinadas” (Casación Nro. 272-98 / Lima,
publicada en el Diario Oficial El Peruano el 01-10-1998, pág. 1703).
- “... La parte inicial del primer párrafo del artículo 87 del Código
Procesal Civil prescribe que la acumulación objetiva originaria puede
ser subordinada, alternativa o accesoria; siendo subordinada cuando la
pretensión queda sujeta a la eventualidad de que la propuesta [como]
principal sea desestimada, es decir en el caso de que la propuesta
[como] principal no sea acogida existe la posibilidad de que la
pretensión subordinada pueda ser amparada por el juzgador, teniendo
como elementos de configuración básica la posibilidad de que sean
pretensiones contrarias pero que exista conexión estrecha entre sus
fundamentos de hecho...” (Casación Nro. 519-2008 / Ica, publicada en
el Diario Oficial El Peruano el 03-09-2008, pág. 22838).
- “... El artículo ochenta y siete del Código Procesal Civil dispone que la
acumulación objetiva es subordinada cuando la pretensión queda sujeta
a la eventualidad de que la propuesta como principal sea desestimada;
es decir, sólo si el Juez considera que la pretensión principal no merece
amparo alguno, procederá a pronunciarse sobre la pretensión
subordinada; [...] no obstante, de la revisión de la sentencia de primera
instancia, este Supremo Tribunal advierte que el A quo, pese a emitir
su fallo amparando la pretensión principal, a continuación se pronuncia
desestimando la pretensión subordinada, lo cual no correspondía, pues
sólo cabía pronunciarse sobre esta última en caso de ser desestimada la
primera de las nombradas. Tal proceder contraviene lo dispuesto en la
parte pertinente del artículo ochenta y siete del citado Código Procesal
y, además, causa indefensión al demandante, toda vez que la Sala
Superior tampoco podría emitir una sentencia válida respecto a la
pretensión subordinada, que al haber sido declarada infundada por el A
quo, el Colegiado [Superior] podría considerar consentido al no haber
sido recurrido. En ese sentido, este Colegiado Supremo estima que la
nulidad no sólo alcanza a la sentencia de vista sino que igualmente se
extiende a la apelada, por lo que el Juez de la causa deberá expedir

225
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

nueva resolución conforme a derecho, disgregando debidamente las


pretensiones y resolviéndolas atendiendo a los alcances del artículo
ochenta y siete del Código Procesal Civil...” (Casación Nro. 2646-04 /
Ica, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 03-07-2006, págs.
16445-16446).
- “... El artículo ochentisiete del Código Procesal Civil señala que la
pretensión subordinada es aquella en la que la pretensión queda sujeta
a la eventualidad de que la propuesta como principal sea desestimada;
en tal sentido, si la pretensión principal es declarada infundada o
improcedente, ello no obsta que la pretensión subordinada pueda ser
amparada...” (Casación Nro. 742-2004 / San Román, publicada en el
Diario Oficial El Peruano el 30-11-2005, pág. 15031).
- “... La sentencia apelada se pronuncia sobre la pretensión subordinada
y su accesoria, argumentando que al haberse amparado la pretensión
principal carecería de objeto el pronunciamiento de las otras
pretensiones; sin embargo la Sala de Mérito al haber revocado la
apelada y desamparar la pretensión principal tenía que pronunciarse
sobre la subordinada y su accesoria, precisamente en aplicación de lo
dispuesto en el artículo 87 del acotado Código Procesal [C.P.C.]...”
(Casación Nro. 99-2005 / Moquegua, publicada en el Diario Oficial El
Peruano el 01-02-2007, págs. 18886-18888).
- “... De lo establecido por el inciso segundo del artículo ochenticinco
del Código Procesal Civil se infiere que la acumulación subordinada o
la alternativa proceden cuando se tratan [sic -léase trata-] de
pretensiones contrarias entre sí...” (Casación Nro. 244-2001 / Cusco,
publicada en el Diario Oficial El Peruano el 02-01-2002, págs. 8216-
8217).
C) Acumulación subsidiaria o condicional alternativa
Hernando Morales afirma que la acumulación alternativa “... se presenta
cuando varias acciones son propuestas para que la una o la otra sean
estimadas...” (MORALES; citado por RIVAS SACCONI, 1954: 275).
A criterio de Luis Loreto:
“... Existe esta modalidad cuando varias acciones se proponen para que
una u otra sea acogida. En este caso todas las acciones están
propuestas condicionalmente. Acogida una de ellas, es prohibido al

226
ACUMULACION DE PRETENSIONES Y DE PROCESOS

juez entrar al examen de las otras. Plures res sunt in obligatione, una
autem in solutione.
La acumulación alternativa presupone la coexistencia de obligaciones o
pretensiones alternativas, que son aquellas en que dos o más cosas
separadamente comprendidas en la obligación son debidas
disyuntivamente, de forma que el deudor se libera con la entrega de
una sola de ellas (...). La determinación concreta de cuál de las cosas
debe entregarse, se efectúa por la elección que pertenece al deudor si
no se ha decidido que pertenece al acreedor (...). Este hace uso de su
derecho de elección al demandar judicialmente la condena del deudor a
la entrega de una de las cosas deducidas en la obligación. Su derecho
de opción quedó así realizado. Pero el acreedor no está obligado a
hacer uso de su derecho de elección, cuyo ejercicio le es facultativo, y
puede proceder a demandar acumulativamente la entrega de una de las
cosas debidas alternativamente, en cuya hipótesis el Juez debe
sustanciar el juicio, tramitarlo y decidirlo. Siendo ello procedente,
condenará alternativamente al demandado a cumplir una de las
prestaciones, y en ejercicio del fallo procederá la elección de una de las
cosas comprendidas en la condena” (LORETO, 1979: 166-167).
De acuerdo a lo normado en el artículo 87 -primer y segundo párrafos- del
Código Procesal Civil, la acumulación objetiva originaria puede ser alternativa
cuando el demandado elige cuál de las pretensiones va a cumplir,
correspondiéndole la elección de la pretensión alternativa a ejecutarse al
demandante si el demandado no hace tal elección.
La Corte Suprema de Justicia de la República, en relación a la acumulación
objetiva originaria alternativa, ha establecido lo siguiente:
- “... Conforme al Código Procesal Civil, tratándose de la acumulación
objetiva originaria de pretensiones procesales, concretamente el
artículo 87 de dicho ordenamiento señala cómo deben proponerse las
pretensiones en forma subordinada, alternativa y accesoria. Si se
proponen pretensiones procesales en forma alternativa [...] su
planteamiento supone que el demandante plantea por lo menos dos
pretensiones, de modo que de prosperar éstas el demandado tiene la
potestad de elegir cuál de las pretensiones procesales va a cumplir en
ejecución de sentencia...” (Casación Nro. 1693-2002 / Lima, publicada
en el Diario Oficial El Peruano el 01-06-2004, págs. 12120-12121).

227
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

- “... Tratándose de la acumulación de pretensiones procesales, el


justiciable debe observar rigurosamente las reglas contenidas en los
artículos 86 y 87 del Código Procesal Civil, de modo tal que si se
plantea una acumulación alternativa debe precisarse la fundamentación
de cada [una] de las pretensiones, reservándose el proponente su
elección, la que debe cumplir en el supuesto de que ambas fuesen
amparadas en la sentencia...” (Casación Nro. 299-2004 / Arequipa,
publicada en el Diario Oficial El Peruano el 04-01-2006, pág. 15209).
- “... El Artículo ochentisiete del Código Procesal Civil prescribe que
cuando se trata de la acumulación alternativa de pretensiones, es el
demandado quien debe elegir cuál de las pretensiones va a cumplir y
sólo en el caso que el demandado no elija, lo hará el demandante, esto
como es obvio obliga al juzgador a resolver, amparando, en su caso, las
dos pretensiones alternativas” (Casación Nro. 220-2000 / La Merced,
publicada en el Diario Oficial El Peruano el 30-08-2000, págs. 6142-
6143).
- “... Es preciso concordar la disposición del Artículo ochentisiete del
Código Procesal (sobre acumulación objetiva originaria) con lo
dispuesto en el Título Cuarto de las ‘Obligaciones Alternativas y
Facultativas’ del Libro de las Obligaciones del Código Civil (Título IV
de la Sección Primera del Libro VI del C.C.), cuyas normas establecen
que el obligado alternativamente a diversas prestaciones sólo debe
cumplir por completo una de ellas; que la elección corresponde al
deudor, salvo pacto en contrario; que la elección se realiza por la
ejecución de alguna de las prestaciones, con la declaración de elección
o por el Juez; y establece reglas precisas para el caso de elección por el
deudor y en su caso, por el acreedor...” (Casación Nro. 2378-98 /
Callao, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 18-08-1999, pág.
3224).

3.1.2.3 Acumulación de pretensiones accesorias


Con arreglo a lo previsto en el artículo 87 -primer párrafo- del Código
Procesal Civil, la acumulación objetiva originaria puede ser accesoria cuando
habiendo varias pretensiones, al declararse fundada la principal, se amparan
también las demás. Como se aprecia, la acumulación objetiva originaria
accesoria acontece si se formula una pretensión principal y otra u otras
accesorias, vale decir, que guardan dependencia respecto de la primera. Por lo
tanto, si se hace lugar a la pretensión principal, ocurrirá lo mismo con las

228
ACUMULACION DE PRETENSIONES Y DE PROCESOS

accesorias; o, en sentido contrario, si se rechaza la pretensión señalada como


principal, sufrirá la misma suerte la pretensión o pretensiones calificadas como
accesorias por el demandante.
Es de destacar que puede darse el caso de una acumulación objetiva
sucesiva (la cual acontece cuando las pretensiones se acumulan después del
inicio del proceso) y además accesoria, si las pretensiones accesorias no fuesen
acumuladas por el actor en la demanda sino luego de su presentación, siendo el
plazo máximo para que dicha acumulación se produzca hasta antes del
saneamiento procesal (art. 87 -último párrafo- del C.P.C.).
Por otro lado, la acumulación objetiva originaria accesoria bien puede
presentarse incluso en el supuesto de que no se formulen en la demanda
pretensiones accesorias, siempre y cuando éstas se encuentren expresamente
previstas por la ley, en cuyo caso se consideran tácitamente integradas a la
demanda (art. 87 -último párrafo- del C.P.C.).
La Corte Suprema de Justicia de la República, en relación a la acumulación
de pretensiones accesorias, ha establecido lo siguiente:
- “... Se entiende por accesorio a lo que depende de algo que es
principal, y en el ámbito procesal, un pedido accesorio es el que se
encuentran [sic -léase es el que se encuentra-] estrechamente ligado a
un pedido principal, sin el cual no puede subsistir, de allí que el
artículo 87 del Código adjetivo glosado [C.P.C.] hace referencia a que,
si la accesoriedad está expresamente prevista por la ley, se considera
tácitamente integrada a la demanda...” (Casación Nro. 5059-2007 /
Amazonas, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 30-06-2008,
pág. 22452).
- “... El accionante ha interpuesto en forma acumulativa objetiva
originaria demanda de otorgamiento de escritura pública y
reivindicación, y de manera accesoria la indemnización por daños y
perjuicios, [...] por lo que se advierte que se tratan de diferentes
pretensiones pero sustentadas en fundamentos que guardan conexión
entre sí y si bien no se tramitan en la misma vía, nada impide la
acumulación objetiva a una de conocimiento en donde se da la plenitud
de la defensa...” (Casación Nro. 519-2008 / Ica, publicada en el Diario
Oficial El Peruano el 03-09-2008, pág. 22838).

- “... La acción accesoria depende de lo que se resuelva en lo principal y


es una consecuencia de ella...” (Casación Nro. 1332-2001 / La

229
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

Libertad, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 02-01-2002,


págs. 8224-8225).
- “... La acumulación objetiva originaria accesoria sólo se ampara
cuando se declara fundada la [pretensión] principal...” (Casación Nro.
1332-2001 / La Libertad, publicada en el Diario Oficial El Peruano el
02-01-2002, págs. 8224-8225).
- “... En el caso de una acumulación objetiva originaria de carácter
accesoria, [...] el artículo 87 del [...] Cuerpo Adjetivo [C.P.C.] ha
previsto que ésta es amparable cuando habiendo varias pretensiones, al
declararse fundada la principal, se amparan también las demás, en
virtud del aforismo jurídico de que ‘lo accesorio sigue la suerte del
principal’...” (Casación Nro. 2509-2007 / Lima, publicada en el Diario
Oficial El Peruano el 3103-2008, págs. 21665-21666).
- “... Habiéndose desestimado por infundada la pretensión principal
carece de objeto examinar las demás pretensiones que fueron
acumuladas accesoriamente a la pretensión principal...” (Casación Nro.
4879-2007 / Lambayeque, publicada en el Diario Oficial El Peruano el
03-09-2008, págs. 22839-22840).
- “... El juez no se encuentra en la obligación de amparar otras
pretensiones acumuladas sólo por el hecho de tener carácter accesorio;
sino por el contrario, está facultado a desestimarlas si advierte que las
mismas resultan inviables o no pueden prosperar...” (Casación Nro.
1608-2007 / Ica, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 03-12-
2008, págs. 23666-23668).
- “... Atendiendo a que la pretensión de [...] ha sido propuesta en forma
accesoria, al haber sido declarada infundada la pretensión principal, la
accesoria sigue la suerte del principal...” (Casación Nro. 1125-2000 /
Huánuco, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 02-01-2001,
págs. 6689-6690).
- “... Es principio de derecho que lo accesorio sigue la suerte de lo
principal; en tal sentido, habiéndose determinado en la demanda, que la
acumulación de pretensiones es de tipo objetivo originario accesorio, al
haberse desistido de la pretensión autónoma, comprende también a las
pretensiones accesorias...” (Casación Nro. 3774-2000 / Lima,
publicada en el Diario Oficial El Peruano el 01-10-2001, págs. 7784-
7785).

230
ACUMULACION DE PRETENSIONES Y DE PROCESOS

- “... El pago de intereses legales ha sido propuesto como pretensión


accesoria y por tanto sigue la suerte de la pretensión principal [sobre
restitución de dinero], cuyo amparo ha sido debidamente motivado...”
(Casación Nro. 3849-2000 / Lima, publicada en el Diario Oficial El
Peruano el 3107-2001, pág. 7584).
- “... Pese a la accesoriedad de la acumulación de pretensiones éstas
requieren ser sustentadas en los respectivos fundamentos de hecho y de
derecho [de la resolución], aspectos que la Sala de revisión ha
descuidado no obstante ser principios elementales a los que está
obligado a observar todo Juez...” (Casación Nro. 743-2000 / Puno,
publicada en el Diario Oficial El Peruano el 02-01-2001, págs. 6705-
6706).
- “... Con arreglo a lo previsto en el segundo párrafo del Artículo
ochentisiete del citado Código Procesal (Civil), al declararse fundada la
pretensión principal, se amparan también las accesorias, según sea el
caso y obviamente al desestimarse la primera, corresponde igualmente
desestimar las accesorias, sin que sea necesario explicar por qué
motivo se declaran infundadas las pretensiones accesorias que
fundamentalmente tienen como conclusión amparar la principal”
(Casación Nro. 1360-98 / Cono Norte, publicada en el Diario Oficial El
Peruano el 25-11-1998, pág. 2099).

3.1.3 Requisitos de la acumulación objetiva


Según Monroy Cabra, son requisitos de la acumulación de pretensiones los
que a continuación describe:
“a) Que el juez sea competente para conocer de todas; sin embargo, podrán
acumularse pretensiones de menor cuantía a otras de mayor cuantía.
Este principio es consecuencia del debido proceso que implica el
juzgamiento ante juez competente (...) y con las formalidades propias
de cada juicio. La excepción (...) se justifica por el factor de conexión.
b) Que las pretensiones no se excluyan entre sí, salvo que se propongan
como principales y subsidiarias. (...) La acumulación de pretensiones
excluyentes sólo es posible en forma subsidiaria y no en forma
principal. Esto, por cuanto para entrar a analizar la subsidiaria debe
estar no probada la principal, en cuyo caso no hay dificultad lógica.
Además, si la súplica principal prospera, no hay que tener en cuenta la
subsidiaria.

231
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

c) Que todas puedan tramitarse por el mismo procedimiento. Esto, porque


cuanto si es un solo proceso, debe existir igual trámite” (MONROY
CABRA, 1979: 275).
Máximo Castro sostiene que para que la acumulación de demandas
(pretensiones) tenga lugar es menester que las acciones llenen estos requisitos:
“1° Que no sean contrarias entre sí, de modo que por la elección de una
quede excluida la otra.
Esta oposición puede derivar ya sea de la propia naturaleza de las dos
acciones o de una disposición de la ley que prohíba su ejercicio
simultáneo (...).
2° Que correspondan a la jurisdicción del mismo juez.
Es necesario respetar las bases jurisdiccionales que atañen al orden
público y que no pueden, por consiguiente, ser modificadas por la sola
acción de los litigantes.
(...)
3° Que puedan sustanciarse por los mismos trámites:
Las leyes de procedimiento son la garantía de los derechos civiles y no
es permitido a los litigantes modificarlas ni dar a los juicios
sustanciación distinta de la establecida por la ley, como vendría a
suceder si se permitiera la acumulación de acciones que deben
ventilarse en juicios de distinta naturaleza, dada la imposibilidad de
sustanciar a la vez en los mismos autos dos juicios con tramitación
diferente, como por ejemplo el ordinario y el ejecutivo” (CASTRO,
1926, Tomo Primero: 123-124).
El Código Procesal Civil, en su artículo 85, regula los requisitos de la
acumulación objetiva en estos términos:

“Se pueden acumular pretensiones en un proceso siempre que estas:


1. Sean de competencia del mismo Juez;
2. No sean contrarias entre sí, salvo que sean propuestas en forma
subordinada o alternativa;
3. Sean tramitables en una misma vía procedimental.
Se exceptúan de estos requisitos los casos expresamente establecidos en
este Código y leyes especiales.

232
ACUMULACION DE PRETENSIONES Y DE PROCESOS

También son supuestos de acumulación los siguientes:


a. Cuando las pretensiones sean tramitadas en distinta vía
procedimental, en cuyo caso, las pretensiones acumuladas se
tramitan en la vía procedimental más larga prevista para alguna de
las pretensiones acumuladas.
b. Cuando las pretensiones sean de competencia de Jueces distintos,
en cuyo caso la competencia para conocer las pretensiones
acumuladas corresponderá al órgano jurisdiccional de mayor
grado”.

3.1.4 Acumulación objetiva sucesiva


Según se infiere del artículo 83 del Código Procesal Civil, la acumulación
objetiva sucesiva (llamada también acumulación por inserción de pretensiones o
acumulación sobrevenida) se presenta cuando las pretensiones a acumular son
propuestas luego de iniciado el proceso.
En opinión de Aldo Bacre:
“Este tipo de acumulación tiene lugar cuando una pretensión nueva se
incorpora dentro de un proceso ya pendiente, para la satisfacción de
otra.
La introducción de la nueva pretensión puede provenir del primitivo actor,
del primitivo demandado o de un tercero” (BACRE, 1986, Tomo I:
495).
A decir de Armenta Deu, “en este tipo de acumulación (sucesiva) existe un
proceso iniciado al que se une una o varias acciones que hubieran podido
tramitarse en diferentes procedimientos. La acumulación puede efectuarse por el
actor (ampliación de la demanda) o por el demandado (reconvención)”
(ARMENTA DEU, 2004: 126).
De conformidad con lo dispuesto en el artículo 88 del Código Procesal
Civil, la acumulación objetiva sucesiva (que, reiteramos, se configura cuando las
pretensiones a acumularse son propuestas luego del inicio del proceso) se
presenta en los siguientes casos:
1. Cuando el demandante amplía su demanda agregando una o más
pretensiones;
2. Cuando el demandado reconviene;

233
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

3. Cuando de oficio o a petición de parte, se reúnen dos o más procesos


en uno, a fin de que una sola sentencia evite pronunciamientos
jurisdiccionales opuestos; y
4. Cuando el demandado formula el aseguramiento de la pretensión
futura. Al respecto, cabe indicar que el artículo 104 del Código
Procesal Civil norma lo relativo al aseguramiento de pretensión futura,
estableciendo: A. que la parte que considere tener derecho para exigir
de un tercero una indemnización por el daño o perjuicio que pudiera
causarle el resultado de un proceso, o derecho a repetir contra dicho
tercero lo que debiera pagar en ejecución de sentencia, puede solicitar
el emplazamiento del tercero con el objeto de que en el mismo proceso
se resuelva además la pretensión que tuviera contra él; y B. que el
llamamiento queda sujeto al trámite y efectos previstos en el artículo
103 del Código Procesal Civil (referido al trámite y efectos de la
denuncia civil).

3.2 Acumulación subjetiva

3.2.1 Definición
Se desprende de los artículos 83 -primer párrafo- y 86 -in fine- del Código
Procesal Civil que la acumulación subjetiva es aquella que se configura cuando
en un proceso hay más de dos personas (ya sea que actúen como partes o como
terceros legitimados), presentándose, pues, cuando en un proceso se acumulan
varias pretensiones de varios demandantes o contra varios demandados.
A decir de Alsina, “llámase acumulación subjetiva de acciones esta figura
del proceso en que la relación procesal se desenvuelve con la presencia de varios
sujetos, la que puede asumir tres formas distintas: acumulación activa
(pluralidad de actores), acumulación pasiva (pluralidad de demandados),
acumulación mixta (pluralidad de actores y demandados)” (ALSINA, 1956,
Tomo I: 544).
Rivas Sacconi asevera que la acumulación subjetiva de acciones “... tiene
lugar cuando una demanda es ejercida por varias personas, las que todas
reunidas, por sostener idénticos intereses, forman una sola parte, o también
cuando la demanda es dirigida por unas varias personas contra otras varias, las
que, también todas reunidas, forman una sola parte...” (RIVAS SACCONI,
1954: 274).

234
ACUMULACION DE PRETENSIONES Y DE PROCESOS

La Corte Suprema de Justicia de la República, en relación a la acumulación


subjetiva, ha establecido lo siguiente:
- “... Hay acumulación subjetiva originaria cuando una demanda es
interpuesta por varias personas o es dirigida contra varios demandados,
lo que debe relacionarse necesariamente con la institución procesal del
litis consorcio, en sus distintas situaciones” (Casación Nro. 2150-99 /
Lambayeque, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 08-01-2000,
pág. 4520).
- “... El fundamento de la acumulación subjetiva es doble toda vez que
responde a un principio de economía procesal y a la finalidad de evitar
la expedición de sentencias contradictorias, sustituyendo las decisiones
separadas por una sola decisión de un Juez único, y siendo la
conexidad
uno de los requisitos indispensables en la acumulación de pretensiones
ésta se da cuando se presentan elementos comunes entre las diversas
pretensiones o por lo menos elementos afines a ellas...” (Casación Nro.
2673-02 / Santa, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 30-06-
2005, págs. 14330-14331).
- “... Siendo el fundamento principal de la acumulación subjetiva evitar
la expedición de pronunciamientos contradictorios no resulta factible
limitar la facultad de peticionar dicha acumulación sólo a la parte
demandada, debiendo reconocerse también dicha facultad a la parte
demandante...” (Casación Nro. 2673-02 / Santa, publicada en el Diario
Oficial El Peruano el 30-06-2005, págs. 14330-14331).
- “... La figura de la acumulación subjetiva impropia, reconoce la
existencia de un vínculo de mera afinidad entre las diversas
pretensiones demandadas, es decir, supone la existencia de varias
relaciones jurídicas sustanciales con elementos comunes a distintos
sujetos pudiendo referirse éstos tanto a la causa o al objeto de la
pretensión configurándose con ello una conexidad jurídica entre las
diversas pretensiones...” (Casación Nro. 2673-02 / Santa, publicada en
el Diario Oficial El Peruano el 30-06-2005, págs. 14330-14331).
- “... El ejercicio del derecho a la acumulación subjetiva por el que se
dirigen simultáneamente pretensiones contra varios demandados en un
mismo proceso, no modifica la situación de cada deudor solidario
frente al ejercicio de la acción contra él incoada” (Casación Nro. 1451-

235
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

96 / Lima, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 04-05-1998,


págs. 873-874).

3.2.2 Clases
Conforme se desprende del artículo 83 -segundo párrafo- del Código
Procesal Civil, la acumulación subjetiva puede ser originaria o sucesiva, según
se proponga en la demanda o después de iniciado el proceso, respectivamente.
La acumulación subjetiva originaria de pretensiones se presenta (según el
art. 89 -primer párrafo- del C.P.C.):
A) Cuando la demanda es interpuesta por varias personas.
B) Cuando la demanda es dirigida contra varias personas.
La acumulación subjetiva sucesiva de pretensiones se configura después de
iniciado un proceso en los siguientes casos:
A) Cuando un tercero legitimado incorpora al proceso otra u otras
pretensiones (art. 89 -numeral 1)- del C.P.C.)
B) Cuando dos o más pretensiones intentadas en dos o más procesos
autónomos, se reúnen en un proceso único (art. 89 -numeral 2)- del
C.P.C.). Puntualizamos que en este caso, y en aplicación del último
párrafo del artículo 89 del Código Procesal Civil, el Juez se encuentra
autorizado para ordenar su desacumulación en lo que respecta al
trámite, vale decir, las pretensiones ventiladas en los procesos
autónomos reunidos en uno solo se tramitan dentro de este mismo
proceso, pero en forma separada. El magistrado al disponer la referida
desacumulación debe, además, dejar constancia en la resolución
correspondiente que se reserva el derecho de emitir una sola sentencia
que resuelva todas las pretensiones acumuladas. Debe tenerse presente
que el mandato judicial de desacumulación en cuanto al trámite deberá
fundarse en la conexidad de los procesos acumulados y en la eventual
diferencia de trámite de éstos. No podemos dejar de mencionar que,
según el artículo 91 del Código Procesal Civil (que versa sobre la
desacumulación de procesos), cuando el Juez considere que la
acumulación afecte el principio de economía procesal, por razón de
tiempo, gasto o esfuerzo humano, puede separar los procesos, los que
deberán seguirse independientemente, ante sus Jueces originales.

3.2.3 Requisitos

236
ACUMULACION DE PRETENSIONES Y DE PROCESOS

De acuerdo a lo normado en el artículo 86 -primer párrafo- del Código


Procesal Civil, son requisitos de la acumulación subjetiva de pretensiones los
siguientes:
A. Que las pretensiones materia de acumulación provengan de un mismo
título.
B. Que las pretensiones materia de acumulación se refieran a un mismo
objeto.
C. Que exista conexidad entre las pretensiones materia de acumulación.
D. Que las pretensiones materia de acumulación cumplan los requisitos
del artículo 85 del Código Procesal Civil, en cuanto sean aplicables.
(Dicho numeral versa sobre los siguientes requisitos –dispensables en
caso de norma expresa- de la acumulación objetiva: 1. que las
pretensiones sean de competencia del mismo Juez; 2. que las
pretensiones no sean contrarias entre sí, salvo que sean propuestas en
forma subordinada o alternativa; y 3. que las pretensiones sean
tramitables en una misma vía procedimental.)
3.3 Acumulación de procesos o de autos
Escobar Fornos dice de la acumulación de procesos (denominada también
acumulación de autos o acumulación de expedientes o acumulación por reunión
o reunión de procesos) que “... por medio de esta acumulación se unen varios
procesos vinculados entre sí para que sean tramitados en uno solo y resueltos
por una misma sentencia” (ESCOBAR FORNOS, 1990: 114).
Gimeno Sendra entiende por acumulación de autos “... la acumulación
sobrevenida o reunión de pretensiones, deducidas en distintos procedimientos
declarativos, en un solo procedimiento” (GIMENO SENDRA, 2007, Tomo I:
233).
A juicio de Gozaíni, “... la acumulación por reunión sostiene la presencia
de varios procesos que tramitando separadamente se vinculan para posibilitar el
dictado de una sola y única sentencia...” (GOZAINI, 1992, Tomo I, Volumen 1:
512).
A criterio de Casarino Viterbo:
“... La acumulación de autos es la reunión de dos o más procesos que se
tramitan separadamente, con el objeto de que constituyan un solo juicio

237
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

y terminen por una sola sentencia, para mantener la continencia, o


unidad de la causa (...).
(...) Supone la existencia de varios procesos originados en momentos
distintos, que se tramitan independientemente, pero que, por razón de
su vinculación jurídica, se reúnen para que sean decididos por un solo
juez y con un mismo criterio” (CASARINO VITERBO, 1983, Tomo
III: 279).
Conforme a nuestro ordenamiento jurídico, la acumulación de procesos se
presenta:
- Como un caso de acumulación objetiva sucesiva, cuando, de oficio o a
petición de parte, se reúnen dos o más procesos en uno, a fin de que
una sola sentencia evite pronunciamientos jurisdiccionales opuestos
(art. 88 -inc. 3)- del C.P.C.).
- Como un caso de acumulación subjetiva sucesiva, cuando dos o más
pretensiones intentadas en dos o más procesos autónomos, se reúnen en
un proceso único (art. 89 -numeral 2)- del C.P.C.).
Reimundín, acerca del fundamento de la acumulación de procesos, nos
informa que:
“La doctrina ha señalado como fundamento de la institución, la necesidad
de evitar decisiones contradictorias, como asimismo la economía
procesal, siendo indudable que ambas razones no pueden quedar
libradas al interés privado de los litigantes, ya que ambas afectan el
interés público.
La simplificación y la terminación a un mismo tiempo de todos los litigios
-por una sola y única sentencia-, para evitar el escándalo jurídico de
dos o más sentencias distintas y contradictorias, constituye la finalidad
esencial de la acumulación.
Esta necesidad de mantener un exacto equilibrio en la justicia, justifica que
el juez pueda decretarla de oficio” (REIMUNDIN, 1956, Tomo I: 393).
Según se infiere del artículo 90 del Código Procesal Civil:
- La solicitud de acumulación de procesos conexos puede ser presentada
ante cualquiera de los Jueces que conocen de los procesos materia de
acumulación (art. 90 -segundo párrafo- del C.P.C.).

238
ACUMULACION DE PRETENSIONES Y DE PROCESOS

- Si el Juez que conoce del pedido de acumulación de procesos conexos


lo declara fundado, entonces, los procesos se acumularán en un proceso
único, del cual conocerá el magistrado ante el que se realizó el primer
emplazamiento a la parte demandada (art. 90 -segundo párrafo- del
C.P.C.).
- Si los procesos a ser acumulados se tramitan ante un mismo Juzgado y
es decretada la acumulación de los mismos (ya sea a instancia de parte
o de oficio: art. 90 -in fine- del C.P.C.), conocerá del proceso único,
como es obvio, el magistrado de dicho Juzgado.
Se colige del artículo 90 -primer y segundo párrafos- del Código Procesal
Civil que el pedido de acumulación de procesos debe reunir los siguientes
requisitos:
- Debe presentarse la solicitud de acumulación de procesos antes que
uno de ellos sea sentenciado (en primera instancia, se entiende).
- A la solicitud de acumulación de procesos conexos debe anexarse
obligatoriamente la copia certificada de la demanda y también de su
contestación, en caso de haberla. Se entiende que tales piezas
procesales deben corresponder a cada uno de los procesos materia de
acumulación, pues con ellas se demostrará la existencia de los procesos
en cuestión y la conexidad respectiva, exigible para que opere la
acumulación.
En relación a los efectos de la acumulación de procesos, y conforme se
desprende de nuestro ordenamiento jurídico, cabe señalar:
- Que la presentación de la solicitud de acumulación de procesos
conexos trae como consecuencia la suspensión de la expedición de
sentencia en cualquiera de los procesos materia de acumulación, hasta
tanto no se resuelva en definitiva la referida acumulación (art. 90
-primer párrafo- del C.P.C.).
- Que si se declara fundado el pedido de acumulación de procesos
conexos, éstos se acumularán en un proceso único, cuyo conocimiento
corresponderá al Juez ante el que se realizó el primer emplazamiento a
la parte demandada (art. 90 -segundo párrafo- del C.P.C.).
La Corte Suprema de Justicia de la República, en relación a la acumulación
de procesos o de autos, ha establecido lo siguiente:

239
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

- “... La acumulación de procesos es una institución creada en beneficio


del justiciable, evitándole seguir varios juicios con la consiguiente
economía, también a favor de la administración de justicia, para
impedir la posibilidad que se expidan resoluciones contradictorias o
implicantes así como para favorecer el trabajo procesal y
jurisdiccional...” (Casación Nro. 163-2006 / Lima, publicada en el
Diario Oficial El Peruano el 3006-2008, págs. 22352-22353).
- “... Según lo dispone en forma textual la última parte del primer
párrafo del artículo noventa del Código Procesal Civil, bajo análisis,
‘El pedido (de acumulación de procesos) impide la expedición de
sentencia hasta que se resuelva en definitiva la acumulación’. [...] dicha
norma cita la palabra ‘sentencia’ en forma singular, por lo que debe
interpretarse que el sentido de esta norma es que se encuentra referido
a la sentencia que en el futuro pueda emitirse dentro del mismo proceso
donde fue presentada la solicitud de acumulación, estableciéndose una
correcta relación de causalidad entre ambos...” (Casación Nro. 0421-99
/ Lima, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 30-05-2001, pág.
7312).
- “... Nada impediría que las instancias de mérito hayan emitido
pronunciamiento de fondo dentro del presente proceso, puesto que la
solicitud de acumulación [sucesiva] de procesos debió ser resuelta en el
mismo donde fue planteada...” (Casación Nro. 0421-99 / Lima,
publicada en el Diario Oficial El Peruano el 30-05-2001, pág. 7312).

3.4 Desacumulación de procesos


Producida la acumulación de procesos conexos en un proceso único, si el
Juez que dirige este último llega a la conclusión que tal acumulación hace más
dificultosa o compleja la labor jurisdiccional y que, en vez de favorecer, afecta
el principio de economía procesal, por razón de tiempo (mayor dilación en los
trámites), gasto (mayor onerosidad para los justiciables y para la administración
de justicia) o esfuerzo humano, se encuentra autorizado para ordenar la
correspondiente desacumulación (separación de procesos), debiendo en este
caso tramitarse en forma independiente los procesos ante los magistrados que
conocieron en un principio de ellos (esto es, antes de efectuarse la acumulación
de los procesos conexos). Ello se colige del artículo 91 del Código Procesal
Civil.

240
CAPITULO V

LITISCONSORCIO

1. CONCEPTO DE LITISCONSORCIO
Para Andrés de la Oliva y Miguel Angel Fernández, “... existe
litisconsorcio cuando en las posiciones fundamentales de actor y/o demandado
aparecen una pluralidad de personas (físicas o jurídicas)...” (DE LA OLIVA; y
FERNANDEZ, 1990, Volumen I: 451-452).
Lino Palacio afirma que “... existe litisconsorcio cuando, por mediar
cotitularidad activa o pasiva con respecto a una pretensión única, o un vínculo
de conexión entre distintas pretensiones, el proceso se desarrolla con la
participación (efectiva o posible) de más de una persona en la misma posición
de parte” (PALACIO, 1983, Tomo III: 202-203).
Según Gimeno Sendra, “se denomina litisconsorcio a la existencia en el
proceso de varias personas, que, debido a la circunstancia de tener un derecho o
interés común o conexo en el proceso y tener, por tanto, una misma comunidad
de suerte (…), han de asumir una misma posición, demandante o demandada, en
el proceso, por lo que (…) puede clasificarse en ‘activo’ (en la posición de parte
demandante), ‘pasivo’ (en la demandada) o ‘mixto’ (en ambas)” (GIMENO
SENDRA, 2007, Tomo I: 156).
Vallejo, en lo que concierne al litisconsorcio, enseña que:
“Elementalmente, el litisconsorcio supone pluralidad de partes en el
proceso (...).
En general importa la substanciación en un mismo proceso de pretensiones
conexas, o de una sola pretensión con dos o más actores, o dos o más
demandados. Puede presentarse originariamente o con posterioridad a
la iniciación de la demanda; ésta puede ampliarse, incluyendo otros
sujetos o insertando nuevas pretensiones. El demandado puede, a su
turno, pedir

241
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

que se ‘llame a causa’ a terceros, o puede reconvenir deduciendo a su


vez pretensiones que pueden guardar conexidad con la ejercitada por el
actor
(...).
(...) El litisconsorcio entraña pluralidad de partes (propias e impropias) que
se reúnen por conexidad de pretensiones o por la necesidad de una
sentencia única que no podrá dictarse útilmente sin la presencia de
todas las partes que indica la ley o que resulten de la naturaleza de la
relación jurídica material...” (VALLEJO, 1970: 45).
El Código Procesal Civil regula lo relativo al litisconsorcio en el Capítulo
VI (“Litisconsorcio”) del Título II (“Comparecencia al proceso”) de la Sección
Segunda (“Sujetos del proceso”), en los arts. 92 al 96. Precisamente, el artículo
92 del Código Procesal Civil define a la institución jurídica examinada en este
punto, estableciendo que hay litisconsorcio cuando dos o más personas litigan
en forma conjunta como demandantes o demandados, porque tienen una misma
pretensión, sus pretensiones son conexas o porque la sentencia a expedirse
respecto de una pudiera afectar a la otra.
La Corte Suprema de Justicia de la República, en relación al litisconsorcio
en general, ha establecido lo siguiente:
- “... El litisconsorcio es un instituto procesal que permite una acumulación
subjetiva; es decir, la presencia en el proceso de dos o más personas. Al
respecto, el artículo noventidós del Código Procesal Civil señala que: ‘Hay
litisconsorcio cuando dos o más personas litigan en forma conjunta como
demandantes o demandados, porque tiene una misma pretensión, sus
pretensiones son conexas o porque la sentencia a expedirse respecto de una
pudiera afectar a la otra’. Permite, entonces, la presencia de varias personas
como partes que, por obligaciones directas o intereses comunes, están
unidas en una determinada posición y piden al órgano jurisdiccional el
pronunciamiento de una decisión lógica y jurídicamente unitaria. Este
conjunto de personas integradas en una misma posición constituye una
parte procesal única, aunque compleja. [...] Por ello, [...] [se] considera que
dicha figura se presenta cuando en una relación procesal, ya sea en la parte
demandante o en la parte demandada, o en ambas, aparecen varios sujetos
que, independientes jurídicamente unos de otros, son unificados
procesalmente por tener un interés común. En un proceso litisconsorcial
aparecen tantas pretensiones u oposiciones como sujetos litisconsortes

242
LITISCONSORCIO

existan enfrentados...” (Casación Nro. 2906-2006 / Arequipa, publicada en


el Diario Oficial El Peruano el 02-10-2007, págs. 20814-20815).
- “... La intervención litisconsorcial no supone la exclusión ni el reemplazo
del titular de la relación jurídica contra el cual se ha incoado la demanda,
sino la inclusión del litisconsorte como un sujeto procesal más, que pasa a
integrar una de las partes; razón por la cual, el órgano jurisdiccional se
encuentra en la obligación de pronunciarse respecto de todos y cada uno de
los intervinientes en el proceso, declarando cuales son los derechos o las
obligaciones que les asiste...” (Casación Nro. 1336-02 / Cajamarca,
publicada en el Diario Oficial El Peruano el 03-02-2003, págs. 9995-9996).
- “... La intervención litisconsorcial, en forma y modo alguno, implica la
ampliación de la demanda, siendo ella una modificación en cuanto a los
sujetos procesales...” (Casación Nro. 4290-2001 / Lima, publicada en el
Diario Oficial El Peruano el 30-09-2002, págs. 9224-9225).
- “... Los litisconsortes son partes, en sentido estricto, de la relación jurídica
procesal, a diferencia del tercero...” (Casación Nro. 2906-2006 / Arequipa,
publicada en el Diario Oficial El Peruano el 02-10-2007, págs. 20814-
20815).
- “... De acuerdo con [la] posición de las partes, el litisconsorcio se clasifica
en activo -cuando existen varios demandantes-, pasivo -cuando existen
varios demandados-, y mixto -cuando existen varios demandantes y
demandados-. Al momento de su formación se clasifica en originario,
cuando existe pluralidad de sujetos desde el inicio del proceso, y sucesivo,
cuando se produce durante el desenvolvimiento del proceso -sucesión
procesal, integración de la litis[,] acumulación de procesos e intervención
adhesiva litisconsorcial-. Por último, el litisconsorcio, atendiendo a su
fuente de origen, es facultativo cuando la pluralidad de sujetos obedece a
criterios de ocasionalidad o economía; y, por ende, surge por voluntad de
las partes, y en modo alguno por una exigencia legal; y será necesario
cuando la presencia de una pluralidad de partes en el proceso se imponga
por la naturaleza de la propia pretensión discutida o por las implicancias de
la resolución judicial que ha de recaer en el proceso...” (Casación Nro.
2906-2006 / Arequipa, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 02-10-
2007, págs. 20814-20815).
- “... El pedido de intervención litisconsorcial no obtuvo respuesta alguna -ya
sea positiva o negativa- pese a que el artículo 98 del Código Procesal Civil

243
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

dispone que dicho tipo de intervención puede ocurrir, incluso, durante el


trámite en segunda instancia. Este proceder, como es evidente, colisiona
con el derecho al debido proceso reconocido en el inciso 3° del artículo 139
de la Constitución Política del Estado...” (Casación Nro. 3191-2007 / Lima,
publicada en el Diario Oficial El Peruano el 02-012008, págs. 21281-
21282).
- “... De acuerdo con el artículo noventiocho del Código Procesal Civil, el
litisconsorte de una parte goza de las mismas facultades de esta, lo que
implica que puede interponer medio impugnatorio...” (Casación Nro. 3774-
2002 / Cusco, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 30-102003,
págs. 11007-11008).
- “... No es viable fundar la defensa en actos procesales efectuados o dejados
de realizar por el litis consorte [sic], su codemandado, los que no generan
perjuicio a la recurrente...” (Casación Nro. 1799-2008 / Ica, publicada en el
Diario Oficial El Peruano el 04-09-2008, págs. 22981-22982).
- “... Según este principio procesal [principio de unicidad del proceso] el
proceso es único y por ende, se desarrolla mediante un conjunto de actos
procesales orientados a la solución de un determinado conflicto de intereses
o la eliminación de una incertidumbre, ambas de connotación jurídica.
Siendo ello así, resulta antiprocesal que en un sólo procesó [sic -léase que
en un solo proceso-] existan dos pronunciamientos dictados por cada
instancia, pues aún cuando la parte emplazada sea un litisconsorcio pasivo,
ésta circunstancia fáctica [sic -léase esta circunstancia fáctica-] no obsta
para que se emita una sola decisión que resuelva en definitiva la
controversia surgida en autos que comprenda a todos los demandados
unitariamente...” (Casación Nro. 2766-2005 / Cusco, publicada en el Diario
Oficial El Peruano el 01-12-2006, págs.
18075-18076).

2. LITISCONSORCIO NECESARIO U OBLIGATORIO

2.1 Noción
Para Andrés de la Oliva y Miguel Angel Fernández, “... el litisconsorcio es
necesario cuando el Derecho exige al actor que dirija la demanda
simultáneamente frente a dos o más personas...” (DE LA OLIVA; y
FERNANDEZ, 1990, Volumen I: 456-457).

244
LITISCONSORCIO

Véscovi estima que el litisconsorcio necesario “... se da no cuando las


partes pueden (o no) comparecer conjuntamente, sino cuando deben hacerlo.
Porque la relación jurídica debatida (relación sustancial, pretensión deducida) es
de tal naturaleza, que no puede decidirse válidamente si no están presentes todos
los litisconsortes” (VESCOVI, 1999: 171).
Podetti sostiene que “habrá litisconsorcio necesario, activo, pasivo o mixto;
propio o anómalo, cuando por estar los sujetos, activos, o pasivos, legitimados
substancialmente en forma inescindible, la sentencia debe ser pronunciada
necesariamente frente a todos los legitimados. Esta necesidad, es solamente
substancial, en cuanto nada impide que el progreso (sic -léase proceso-) se
sustancie y falle, con prescindencia de alguno de los legitimados. Pero la
sentencia así pronunciada, será inútil (‘inutiliter datur’), por cuanto no podría
cumplirse, ya que sus efectos, que indispensablemente deberán llegar a todos los
legitimados, no podrían alcanzar a quienes no fueron sujetos del proceso...”
(PODETTI, 1949: 324).
Eduardo Vallejo, acerca del litisconsorcio necesario, opina que:
“... El litisconsorcio necesario presupone pluralidad de partes en torno a
una sola pretensión de naturaleza tal, que todas deben estar presentes
en un solo proceso que se resuelve en sentencia única. Surge el
litisconsorcio necesario de la ley y de la naturaleza de la relación
jurídica material.
El litisconsorcio necesario, evita la instrucción de un proceso carente de
utilidad práctica (...). El litisconsorcio necesario existe en razón de una
sola pretensión, que es indivisible, lo que importa que los litisconsortes
no tengan autonomía e independencia (…). Hay indivisibilidad de
objeto y los actos de la partes no perjudican a las otras pero sí las
benefician...” (VALLEJO, 1970: 47).
El Código Procesal Civil regula al litisconsorcio necesario en su artículo 93,
conforme al cual, cuando la decisión a recaer en el proceso afecta de manera
uniforme a todos los litisconsortes, sólo será expedida válidamente si todos
comparecen o son emplazados, según se trate de litisconsorcio activo o pasivo,
respectivamente, salvo disposición legal en contrario.
Al respecto, Lino Palacio enseña que:
“... A veces es la ley la que prevé expresamente la constitución de un
litisconsorcio necesario (...).

245
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

Otras veces, la necesidad del litisconsorcio se halla determinada por la


misma naturaleza de la relación o situación jurídica controvertidas.
Como principio de carácter general, sin embargo, puede decirse que el
litisconsorcio necesario procede siempre que, por hallarse en tela de
juicio una relación o estado jurídico que es común e indivisible con
respecto a una pluralidad de sujetos, su modificación, constitución o
extinción no tolera un tratamiento procesal por separado y sólo puede
lograrse a través de un pronunciamiento judicial único para todos los
litisconsortes. A lo que cabe añadir que resulta indiferente, para el
caso, el tipo de decisión que se persiga (objeto mediato de la
pretensión)” (PALACIO, 1983, Tomo III: 207-208).
Según Fairén Guillén, el litisconsorcio necesario se presenta en los
siguientes casos:
“1.° En los casos de pretensiones constitutivas de tal esencia, que solamente
se puede proponer la demanda mediante la cual se da ámbito judicial al
derecho de constitución, por o contra varias personas (...).
2.° En procesos referentes a un patrimonio llevado de modo mancomunado
(...).
3.° En los casos en que las regulaciones materiales imponen que las
prestaciones solamente puedan exigirse por varios o contra varios en
común. Este grupo de casos recoge muchos supuestos que pasan casi a
fundirse con los anteriores” (FAIREN GUILLEN, 1954, “Sobre el
litisconsorcio en el proceso civil”: 865).

2.2 Integración de oficio del contradictorio


Según Lorca Navarrete:
“… Si el proceso se tramita sin la presencia de todos los litisconsortes, el
órgano jurisdiccional debería ordenar la integración el
contradictorio.
Esa integración es el origen hacia el punto de destino de la sentencia para
que la misma no produzca indefensión a quien debiendo actuar
como litisconsorte no actuó de ese modo” (LORCA NAVARRETE,
2000: 145).
Lino Palacio, acerca de la integración de la litis (integración del
contradictorio) en caso de litisconsorcio necesario, refiere lo siguiente:

246
LITISCONSORCIO

“... El litisconsorcio necesario implica la existencia de una pretensión


única, cuya característica esencial reside en la circunstancia de que
sólo puede ser interpuesta por o frente a varios legitimados, y no por o
frente a algunos de ellos solamente, por cuanto la legitimación, activa
o pasiva, corresponde en forma conjunta a un grupo de personas, y no
independientemente a cada una de ellas.
(...) De la consideración precedentemente expuesta se infiere la necesidad
de que, en los casos en que el proceso no se encuentre debidamente
integrado mediante la participación o citación de todas las personas
legitimadas, y para evitar la sustanciación de un proceso que ha de
carecer de utilidad práctica, la ley prevea la forma de materializar esa
integración” (PALACIO, 1983, Tomo III: 210-211).

El mencionado tratadista argentino señala, además, que:


“... La falta de integración de la litis, cuando ella ha sido procedente, no
faculta al juez, desde luego, para abstenerse de decidir, sino para omitir
un pronunciamiento de mérito en virtud de carecer la pretensión de un
requisito intrínseco de admisibilidad, como es la legitimación (...).
En el supuesto de que, por error o inadvertencia, se dicte una sentencia de
mérito, ésta será inoponible con relación a los legitimados a quienes no
se acordó la oportunidad de intervenir en el proceso” (PALACIO,
1983, Tomo III: 214).
De conformidad con nuestro ordenamiento jurídico procesal, en caso de
litisconsorcio necesario, el Juez se encuentra facultado para integrar (completar)
la relación procesal emplazando a una persona, si de la demanda o de la
contestación aparece evidente que la decisión a recaer en el proceso le va afectar
(art. 95 -primer párrafo- del C.P.C.).
Si el Juez advierte que está ante un caso de litisconsorcio necesario y carece
de la información necesaria para proceder al emplazamiento del respectivo
litisconsorte (información que deberá estar referida a la identificación precisa
del litisconsorte y al domicilio de éste), entonces, dispondrá la devolución de la
demanda y ordenará al actor que complete esta última, en el sentido de indicar
con exactitud el nombre y/o dirección domiciliaria del litisconsorte necesario a
efecto de que sea debidamente emplazado. Ello se colige del penúltimo párrafo
del artículo 95 del Código Procesal Civil.

247
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

Si el defecto en la relación procesal (consistente en la omisión del


litisconsorte necesario) es advertido por el Juez (de modo propio o como
consecuencia de una denuncia de parte) después de efectuada la notificación de
la demanda, aquél ordenará la suspensión del proceso hasta tanto el accionante
no cumpla con establecer correctamente la relación jurídica procesal (art. 95 -in
fine- del C.P.C.), aunque es de destacar que, como el proceso no puede estar
suspendido indefinidamente, en la práctica el órgano jurisdiccional concede un
plazo prudencial y perentorio para que el actor cumpla con señalar los datos
indispensables para el emplazamiento del litisconsorte necesario.
No podemos dejar de mencionar que si el litisconsorte necesario integrado a
la relación jurídica procesal se apersonara al proceso después de la culminación
de la audiencia de pruebas y hubiere ofrecido medios probatorios, éstos no
dejarán de ser actuados, pues, en dicho caso el Juez tiene la obligación de
convocar a una audiencia complementaria de pruebas, a efecto, precisamente, de
actuar los medios probatorios aportados por el litisconsorte necesario, audiencia
que, puntualizamos, debe realizarse dentro de un plazo que no debe exceder de
los veinte días desde su fijación (art. 96 del C.P.C.).

2.3 Actuación del litisconsorte necesario


A decir de Beatriz Quintero y Eugenio Prieto, “... para los litisconsortes
necesarios se reclama una unidad, o comunidad, o integración, de tal manera
que cualquier gestión de uno aprovecha a todos: recursos, actuaciones, etc., al
paso que por pasiva se exige la expresión unánime de las voluntades para los
actos que impliquen disposición del derecho en litigio, los cuales sólo alcanzan
eficacia mediante esa unanimidad” (QUINTERO; y PRIETO, 1995, Tomo II:
96).
Sobre el particular, Gimeno Sendra opina de este modo:
“Los litisconsortes tienen todo el estatus de parte principal. (…) Pueden,
pues, litigar unidos o por separado, en cuyo caso todos ellos
conformarán, mediante sus escritos de contestación a la demanda, el
objeto procesal.
Rige, en el litisconsorcio pasivo necesario, la regla de que ‘los
litisconsortes activos o diligentes en el proceso benefician a los
inactivos’, lo que significa que los actos de un litisconsorte producen
efectos frente a los demás en la medida en que les benefician (así la
estimación de un recurso, interpuesto por uno de ellos, beneficia a los
demás), pero nunca en cuanto les perjudican.

248
LITISCONSORCIO

Debido a la circunstancia de que, aun cuando el litisconsorcio necesario


constituya un fenómeno de pluralidad de partes, en realidad tan sólo
existe una posición de parte demanda (sic -léase parte demandada-)
unida por una misma comunidad de suerte, los actos de disposición
directa (v.gr.: el allanamiento, el desistimiento o la transacción) e
indirecta (la admisión de hechos) del proceso, para que sean válidos,
requieren del concurso de voluntades de todos los litisconsortes…”
(GIMENO SENDRA, 2007, Tomo I: 161).

2.4 Efectos del litisconsorcio necesario


A criterio de Lino Palacio, son efectos del litisconsorcio necesario los que
describe a continuación:
“1°) Los actos de disposición del objeto procesal realizados por uno o
algunos de los litisconsortes (allanamiento, desistimiento, transacción,
conciliación) sólo producen sus efectos normales en la medida en que
los restantes litisconsortes adopten la misma actitud. Por lo tanto, y en
razón de la indivisibilidad que caracteriza a dicho objeto, aquellos
actos sólo pueden traer aparejada la consecuencia de liberar a su autor
o a sus autores de las cargas inherentes al ulterior desarrollo del
proceso, y de eximirlos de la responsabilidad por el pago de las costas
relativas a los trámites realizados sin su intervención, pero no los
excluyen de los efectos de la sentencia, cuyo contenido no puede
diferir con relación a los distinto litisconsortes.
2°) Las defensas opuestas por uno o algunos de los litisconsortes, sea que
se funden en hechos comunes o individuales, favorecen a los demás
(...).
3°) Las alegaciones y las pruebas aportadas por los litisconsortes deben ser
valoradas en su conjunto, aun cuando resulten contradictorias.
Corresponde tener en cuenta, sin embargo, que la confesión o la
admisión de hechos formulada por uno o por alguno de los
litisconsortes no pueden ser invocadas contra los restantes, en tanto el
hecho que ha sido objeto de tales actos no se encuentre probado con
relación a estos últimos. No obstante, la admisión o la confesión
pueden eventualmente valer como prueba indiciaria.
4°) Los recursos interpuestos por cualquiera de los litisconsortes favorecen
eventualmente a los demás...” (PALACIO, 1983, Tomo III: 215-216).

249
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

Aldo Bacre, en lo que atañe a los efectos del litisconsorcio necesario sobre
las sentencias definitivas, apunta lo siguiente:
“a) De condena
La eficacia ejecutiva de la sentencia de condena solamente relaciona a las
partes del pleito y no es oponible a terceros, ya que no es
imprescindible, salvo mandato legal, la presencia de todos los
legitimados.
b) Constitutivas
Son aquellas sentencias que establecen un nuevo estado jurídico entre las
personas, v.gr. filiación, divorcio, etcétera. En éstas la eficacia tiene
efectos erga omnes. Esto es así por la naturaleza especialísima de las
cuestiones de estado, por lo que se requiere la presencia de todos los
sujetos en el proceso.
c) Declarativas
Estas se agotan en el acertamiento; consecuentemente su propia
declaratividad tiene valor únicamente para los que intervinieron en el
juicio” (BACRE, 1996, Tomo II: 166).

2.5 Jurisprudencia casatoria relacionada con el litisconsorcio necesario u


obligatorio
La Corte Suprema de Justicia de la República, en relación al litisconsorcio
necesario u obligatorio, ha establecido lo siguiente:
- “... El origen del litisconsorcio (necesario) se encuentra en una relación
jurídica sustancial ‘concreta’, que es materia u objeto del proceso, que
pertenece de modo indivisible a más de un titular, por lo que, no es
jurídicamente posible decidirla sino de un modo uniforme respecto de cada
uno de esos titulares y con la presencia o, al menos, la posibilidad de que
estén presentes en el proceso (para que los alcance la cosa juzgada) todos
esos titulares” (Casación Nro. 179-98 / Lima, publicada en el Diario Oficial
El Peruano el 29-08-1999, págs. 3370-3371).
- “... El proceso actual permite la intervención de terceros, no incluidos en la
demanda, debiendo el Juez identificar la presencia actual o eventual, de
todos aquellos sujetos imprescindibles para el logro de una sentencia válida
(litis consorcio necesario) en cuyo caso el Juez integra la relación procesal,

250
LITISCONSORCIO

sea a petición de parte o de oficio” (Casación Nro. 983-98 / Lima,


publicada en el Diario Oficial El Peruano el 18-11-1998, págs. 2056-2057).
- “... El litis consorcio [sic] necesario permite la integración de varias
personas en la posición de una sola parte, requiriéndose que todos los
sujetos de la relación jurídico material subyacente al proceso estén
presentes en el proceso, bajo pena de que no pueda proferirse una sentencia
de fondo realmente útil. Su participación implica que los sujetos integren
una sola parte, que actúen unidos, por lo que las peticiones procesales que
realice un litisconsorte con independencia de los otros, incluyendo los
recursos interpuestos, favorecerá a toda la parte y no de forma exclusiva a
la persona que realice la actuación correspondiente...” (Casación Nro. 719-
2006 / Puno, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 31-08-2007, págs.
20103-20104).
- “... La existencia del litisconsorcio necesario [se da] cuando existe
conexión de manera directa e indisoluble de aquellas partes procesales con
el derecho material, de ahí la necesidad de que todas las partes interesadas a
raíz del litisconsorcio necesario intervengan en el proceso asegurando la
eficacia de la sentencia que declare la existencia o no del derecho
material...” (Casación Nro. 2690-2006 / Lima, publicada en el Diario
Oficial El Peruano el 01-04-2008, pág. 21938).
- “... Pueden distinguirse dos tipos de litisconsorcios necesarios, el
procesalmente y el jurídico-materialmente necesario, cuya presencia es
posible advertir tanto en procedimientos declarativos como en los
ejecutivos. El primero de ellos se da en virtud de una norma procesal
expresa; el segundo hace referencia a los casos en que deben involucrarse
en el proceso a todos los sujetos participantes en un determinado acto o
hecho jurídico y que dada la naturaleza de la relación material han de
participar en el proceso bajo una conducción común (activa o pasiva), como
ocurre en el caso de las pretensiones de resolución, de nulidad, de rescisión
de un contrato, entre otras...” (Casación Nro. 130-2004 / Tumbes, publicada
en el Diario Oficial El Peruano el 01-08-2005, pág. 14411).
- “... Se trata [el litisconsorcio necesario] del [...] litis consorcio [sic] por
antonomasia, ya que la idea es, no de una posible reunión de sujetos, sino
de la exigencia de convocar a todos los interesados en el mismo fallo, por la
eficacia que para ellos tiene lo resuelto en un solo proceso. La ausencia de
un litisconsorte necesario origina la invalidez de la relación procesal...”

251
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

(Casación Nro. 719-2006 / Puno, publicada en el Diario Oficial El Peruano


el 31-08-2007, págs. 20103-20104).
- “... El origen del litisconsorcio necesario se encuentra en una relación
jurídica sustancial concreta que es materia u objeto del proceso, que
pertenece de modo indivisible a más de un titular, por lo que no es
jurídicamente posible decidirla sino de un modo uniforme respecto de cada
uno de estos titulares y con la presencia o al menos la posibilidad de que
estén presentes en el proceso para que los alcances de la cosa juzgada
recaiga en la totalidad de éstos, pues lo contrario significaría crear una
incertidumbre jurídica al expedirse de alguna manera un juzgamiento
anticipado que incluso podría resultar contradictorio respecto a un proceso
que persigue una finalidad común...” (Casación Nro. 1096-02 / San Martín,
publicada en el Diario Oficial El Peruano el 30-03-2005, págs. 13781-
13782).
- “... El litisconsorcio necesario permite la integración de varias personas en
la posición de una sola parte, requiriéndose que todos los sujetos de la
relación jurídico material subyacente al proceso estén presentes en el
proceso, bajo pena de que no pueda proferirse una sentencia de fondo
realmente útil...” (Casación Nro. 130-2004 / Tumbes, publicada en el
Diario Oficial El Peruano el 01-08-2005, pág. 14411).
- “... El artículo noventitrés del Código acotado [C.P.C.], establece que la
decisión a recaer en el proceso, sólo será expedida válidamente sí todos [sic
-léase si todos-] los litisconsortes activos o pasivos comparecen o son
emplazados; [...] el artículo noventicinco del mencionado Código, faculta al
Juez a integrar la relación procesal emplazando a una persona, sí de la
demanda [sic -léase si de la demanda-] o de la contestación aparece
evidente que la decisión a recaer en el proceso le va a afectar; [...] al no
haberse integrado al Estado [litisconsorte necesario], en la relación
procesal, se ha infringido lo dispuesto en los artículos noventidós,
noventitrés y noventicinco del Código Adjetivo [C.P.C.] y se ha incurrido
en la causal de nulidad contemplada en el artículo ciento setentiuno del
mismo Código...” (Casación Nro. 1958-2001 / Ica, publicada en el Diario
Oficial El Peruano el 02-02-2002, págs. 8295-8296).
- “... El artículo 93 del Código Procesal Civil, referido al litisconsorcio
necesario, señala que cuando la decisión a recaer en el proceso afecta de
manera uniforme a todos los litisconsortes, sólo será expedida válidamente
si todos comparecen o son emplazados, figura que supone la existencia de

252
LITISCONSORCIO

una relación jurídica sustancial concreta, que es materia u objeto del


proceso, y que pertenece de modo indivisible a más de un titular, por lo que
no es jurídicamente posible decidirla de un modo uniforme respecto de
cada uno de esos titulares y con la presencia o, al menos[,] la posibilidad de
que estén presentes en el proceso. [...] Consecuentemente, al no haberse
cumplido con integrar a doña [...], en la condición de Litisconsorte
necesario a efecto de que ejerza su derecho a la defensa, es evidente que lo
actuado en el presente proceso resulta ser nulo, en atención a la
inobservancia que las instancias de mérito han mostrado respecto al artículo
93 del Código Procesal Civil, cuya imperatividad se sustenta, no sólo en el
artículo IX del Título Preliminar de este mismo cuerpo de leyes, sino
también en la garantía del debido proceso...” (Casación Nro. 1026- 2005 /
Huánuco, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 03-10-2006, pág.
17212).
- “... El artículo 95 del Código Procesal Civil [...] establece como facultad del
Juez respecto del litisconsorcio necesario, el poder ‘integrar la relación
procesal emplazando a una persona, si de la demanda o contestación
aparece evidente que la decisión a recaer en el proceso le va a afectar’;
además de establecer que ‘si el defecto se denuncia o el Juez lo advierte
después de notificada la demanda, suspenderá la tramitación del proceso
hasta que se establezca correctamente la relación procesal’. [...] La norma
citada establece una potestad del Juez, no pudiéndose pretender que su no
aplicación conlleve a una contravención del debido proceso, toda vez que
no se trata de una norma imperativa sino de índole facultativa, respecto de
la cual el Juez está en condición de aplicarla o no conforme a su recto
criterio...” (Casación Nro. 677-2002 / Huánuco, publicada en el Diario
Oficial El Peruano el 30-07-2003, pág. 10797).
- “... Atendiendo [a] la trascendencia de la naturaleza de quien tiene la
calidad de litisconsorte necesario, el Juez esta [sic -léase está-] en la
posibilidad de integrarlo al proceso emplazando a la persona si de la
demanda o de la contestación de la demanda aparece que la decisión a
recaer en el proceso le va a afectar, pudiendo [...] requerir de ser el caso los
datos para el emplazamiento del litisconsorte e incluso si el Juez advirtiera
tal omisión de incorporación o si se denunciara después de notificada la
demanda, corresponde que suspenda el proceso hasta que se establezca
correctamente la relación procesal a tenor de lo dispuesto en el artículo 95
del Código Procesal Civil; lo cual se advierte constituye la tutela del
derecho de defensa de quien encontrándose legitimado necesariamente debe

253
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

de intervenir en el proceso con la posibilidad de ejercer plenamente su


derecho a la prueba así como impugnar las resoluciones que le causen
agravio...” (Casación Nro. 176-2007 / Lima, publicada en el Diario Oficial
El Peruano el 30-09-2008, págs. 23122-23124).
- “... Fuera del supuesto de la integración [del litisconsorte al proceso], el
acceso [como litisconsorte] a un proceso iniciado debe atender a finalidades
razonables y estar íntimamente vinculado al derecho de la tutela
jurisdiccional efectiva; por ello, cuando el juez niega ese acceso,
necesariamente debe hacerlo fundado en una causa legal aplicada
razonablemente, de tal forma que no lesione ese derecho fundamental...”
(Casación Nro. 5599-2007 / Cajamarca, publicada en el Diario Oficial El
Peruano el 03-09-2008, págs. 22911-22913).
- “... La resolución impugnada es violatoria del debido proceso, en atención a
que, efectivamente, las instancias de mérito han desconocido en el presente
juicio la calidad de litisconsorte activo de la empresa [...], pues pese a que
la misma ostenta tal calidad no se le admitió su apersonamiento al proceso,
ni tampoco se le dio trámite a los medios probatorios aportados a los
autos...” (Casación Nro. 30-2006 / Lima, publicada en el Diario Oficial El
Peruano el 03-09-2007, págs. 20269-20272).

254
LITISCONSORCIO

-
“... No se ha cumplido con el trámite procesal que correspondía, en
cuanto a la incorporación de un litisconsorte necesario pues resultaba
pertinente que fuera emplazado con la demanda, correspondiendo de
ser el caso suspenderse el proceso u ordenarse la audiencia
complementaria a fin de que sus medios probatorios sean calificados y
de considerarlo pertinente permitiéndosele el pleno ejercicio de su
derecho a producir prueba, sin embargo no se ha cumplido [...] con la
observancia de lo expresamente establecido en los artículos 93, 95 y 96
del Código Procesal Civil, [...] razones por las cuales corresponde
amparar el recurso de casación [...] y declarar la nulidad de la sentencia
de vista por adolecer de nulidad insubsanable a tenor de la parte in fine
[del] artículo 176 del Código Procesal Civil, correspondiendo ordenar
el reenvió [sic -léase reenvío-] del proceso...” (Casación Nro. 176-2007
/ Lima, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 30-09-2008, págs.
23122-23124).
- “... La Municipalidad (...) tiene la condición de litis consorcio
necesario, razón por la que, a falta de denuncia, el Juez debió integrar
la relación procesal con su emplazamiento para obtener un acto
procesal válido, haciendo uso de la facultad que le confiere el Artículo
noventicinco del Código Procesal Civil de modo que por no haber
procedido en la forma indicada se ha incurrido en nulidad
insubsanable, que es necesario corregir de acuerdo con lo dispuesto en
la última parte del Artículo ciento setentiséis del acotado” (Casación
Nro. 2718-98 / Lima, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 22-
07-1999, págs. 3098-3099).
- “... Debe tenerse en cuenta lo dispuesto en el Artículo noventicinco de
la Ley procesal, cuando señala que en caso de litisconsorcio necesario,
el Juez puede integrar la relación procesal emplazando a una persona,
si de la demanda o de la contestación aparece evidente que la decisión
a recaer en el proceso le va a afectar; si carece de la información
necesaria, devolverá la demanda y requerirá al demandante los datos
para el emplazamiento al litisconsorte; si el defecto se denuncia o el
Juez lo advierte después de notificada la demanda, suspenderá la
tramitación del proceso hasta que se establezca correctamente la
relación procesal. (...) Que, entonces, (...) el Juez debió integrar la
relación procesal comprendiendo a la sucesión del esposo de la
demandada (en proceso de nulidad de acto jurídico en que interviniera

255
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

-
tanto la demandada como su esposo), (...); al no disponerlo de ese
modo, se ha contravenido una disposición de orden público e
insubsanable de acuerdo a lo previsto en los Artículos sesenticinco y
noventitrés del acotado (C.P.C.)” (Casación Nro. 891-99 / Lima,
publicada en el Diario Oficial El Peruano el 22-11-1999, pág. 4097).
“... Tratándose de un litisconsorcio necesario la exigencia que se
efectúe el emplazamiento a todos los litisconsortes, resulta también
extensiva a la notificación de los demás actos procesales señalados por
ley puesto que solamente de esta manera se emitirá una decisión válida
que resulte oponible a dichos litisconsortes...” (Casación Nro. 753-01 /
Ica, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 02-12-2003, págs.
11238-11239).
- “... Conforme lo ordena el artículo noventitrés del mismo Código
[C.P.C.] tratándose de litis consorcio pasivo necesario debe emplazarse
con la demanda a los que lo conforman, tanto más si [...] conforman
una sociedad conyugal, a fin de obtener una decisión legal válida [...];
[...] al no haberse entendido la demanda con el cónyuge de la
demandada [...] se ha atentado contra los derechos de aquel a la tutela
jurisdiccional efectiva y a la defensa, principios de la administración de
justicia consagrados constitucionalmente que no se pueden desconocer;
[...] dicha conducta procesal se encuentra incursa en el supuesto del
último párrafo del artículo ciento setentiséis del Código Procesal
[Civil] por tratarse de nulidad insubsanable...” (Casación Nro. 1060-
01 / Huaura, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 02-02-2002,
pág. 8280).
- “... La impugnante no señala en forma expresa qué normas procesales
han sido afectadas, limitándose a indicar que se afecta el debido
proceso por no haberse emplazado a su cónyuge, sin advertir [...] que
el perjudicado con una resolución es el único que puede denunciar el
supuesto agravio, pretendiendo en el fondo cuestionar una resolución
adversa a sus intereses; [...] no obstante lo anterior, ya la propia Sala ha
determinado analizando la prueba actuada en el proceso, que no se
requiere dicho emplazamiento por tratarse el inmueble materia del
otorgamiento de escritura pública [...] de un bien propio adquirido por
herencia, por lo que [...] la demandada puede disponer del mismo,
razonamientos por los cuales se advierte que no existe afectación

256
LITISCONSORCIO

-
alguna del debido proceso...” (Casación Nro. 14242001 / Junín,
publicada en el Diario Oficial El Peruano el 05-11-2001, pág. 7926).
- “... Siendo que de autos aparece que existe discrepancia entre los
condóminos respecto de la acción incoada [desalojo], se ha debido
emplazar a todos los condóminos cómo [sic -léase como-]
litisconsortes necesarios conforme al artículo noventitrés del Código
Procesal Civil...” (Casación Nro. 919-2000 / Lima, publicada en el
Diario Oficial El Peruano el 0201-2001, págs. 6709-6710).
“... La resolución [que declara fundada la nulidad de la resolución que
dispone la intervención de litisconsortes necesarios en el proceso] [...]
afecta a la compañía y personas que el Juzgado consideró que debían
ser litisconsorte necesario [sic -léase litisconsortes necesarios-], para
que ejercitaran su derecho de defensa si lo consideraban necesario; [...]
a pesar de ello dicha resolución no ha sido notificada a dichas
personas, por lo que se ha incurrido en la causal de nulidad
contemplada en el artículo ciento setentiuno del Código Procesal Civil,
ya que se trata de una nulidad insubsanable...” (Casación Nro. 2990-
2000 / Lima, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 0207-2001,
pág. 7343).
- “... La disposición del Derecho no es posible si no proviene de todos
los litisconsortes necesarios, por ejemplo el allanamiento, renuncia,
transacción[,] etc. ...” (Casación Nro. 719-2006 / Puno, publicada en el
Diario Oficial El Peruano el 31-08-2007, págs. 20103-20104).
- “... En cuanto al argumento que una de las codemandadas no ha
deducido excepción, razón por la cual el proceso debería continuar
para ella, se observa que ello no es cierto. En efecto, al existir
litisconsorcio necesario, los medios de defensa deducidos por uno de
ellos benefician a los demás...” (Casación Nro. 4187-2001 / Junín,
publicada en el Diario Oficial El Peruano el 31-03-2003, pág. 10416).
- “... La figura del litisconsorte necesario [...] está prevista para cuando
la decisión a recaer en el proceso afecta de manera uniforme a todos
los que conllevan tal calidad, ya sea como demandados o como
demandantes, siendo que si uno de los demandados interpone un medio
impugnatorio respecto de un pronunciamiento que considera le
desfavorece, ello va a surtir efecto sobre cualquiera de los

257
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

-
litisconsorciados...” (Casación Nro. 616-2004 / Cusco, publicada en el
Diario Oficial El Peruano el 30-092005, págs. 14780-14781).

- “... Habiendo quedado firme la sentencia de primera instancia, no cabe


conceder el recurso de apelación al litis consorte [sic] necesario que es
incorporado con posterioridad a la resolución que declara consentida la
sentencia, la misma que sigue causando efectos al no haber sido
anulada...” (Casación Nro. 2981-2006 / Ica, publicada en el Diario
Oficial El Peruano el 30-11-2006, pág. 17813).

258
LITISCONSORCIO

3. LITISCONSORCIO FACULTATIVO O VOLUNTARIO

3.1 Definición
Arazi asevera que el litisconsorcio voluntario “se produce cuando varias
personas actúan en conjunto en un proceso ya sea porque así lo decidieron,
asumiendo el carácter de actores, o porque fueron demandados en conjunto.
Pero esa pluralidad de partes se forma sin perjuicio de que el proceso podría
haberse desarrollado con absoluta normalidad con un solo actor o contra un
solo demandado...” (ARAZI, 1998: 322-323). Dicho autor precisa que “en el
litisconsorcio voluntario la sentencia contendrá tantos pronunciamientos como
partes integrantes del litisconsorcio; en consecuencia no hay comunidad de
suertes entre las partes, y, por ello, puede hacerse lugar a la demanda de un
coactor y rechazarse la de otro u otros...” (ARAZI, 1998: 323).
A juicio de Aldo Bacre, el litisconsorcio facultativo se da “... cuando en el
mismo proceso existen diversos sujetos en una misma posición de parte
(actores, demandados, o ambos) ejerciendo múltiples pretensiones conexas
entre sí, sin que la ley o la naturaleza de la relación material los obligue a
pleitear conjuntamente” (BACRE, 1996, Tomo II: 156). El referido jurista
explica que “es facultativo para las partes, porque podrían instaurar tantos
juicios por separado y obtener otras tantas sentencias separadas por cada uno de
ellos, pero, al existir conexidad en el título o en el objeto, se considera oportuno
unir en un juicio único todas las demandas para que el juez emita una
providencia única para todos. Es decir, cada sujeto puede invocar una
legitimación procesal autónoma, por lo que, a diferencia de lo que acontece con
el litisconsorcio necesario, tanto el resultado del proceso cuanto el contenido de
la sentencia definitiva pueden ser diferentes con respecto a cada uno de ellos,
aunque ésta sea única como acto procesal del juez” (BACRE, 1996, Tomo II:
156-157).
En opinión de Calamandrei, “en el litisconsorcio facultativo (...), a la
pluralidad de las partes corresponde una pluralidad de relaciones sustanciales
controvertidas y una pluralidad de acciones acumuladas en el mismo proceso.
La acumulación no está aquí impuesta por la unicidad de la relación
controvertida ni por la naturaleza inescindible de la legitimación, sino que está
aconsejada por razones de oportunidad inferida de la conexión que vincula
entre sí las distintas causas acumuladas (...). Aquí el proceso aparece único a
pesar de que sean varias las causas contenidas en él; pero en ese proceso se
pueden distinguir tantas relaciones procesales cuantas sean las causas: las partes
mantienen entre sí la misma posición de reciprocidad necesaria que tendrían si

259
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

la causas se decidiesen por separado; entonces es posible que en cierto


momento las causas reunidas se separen (...), y cada una vuelva a ser objeto de
un proceso separado (...); y aunque el proceso continúa siendo único hasta el
fin, las decisiones de las distintas causas podrán ser distintas y correspondientes
al distinto comportamiento observado en el proceso por las partes de cada una
de las causas” (CALAMANDREI, 1962, Volumen II: 312-313).
Según Beatriz Quintero y Eugenio Prieto, “aludir (...) a litisconsorcio
voluntario o facultativo es aludir a un proceso acumulativo caracterizado por
una conexidad subjetiva parcial. El proceso con litisconsorcio voluntario es
pues un proceso que sirve a la composición de dos o más pretensiones entre las
cuales hay una conexidad subjetiva parcial que, por lo tanto, acumula partes, y
una conexidad propia o impropia. Acumulación entonces de partes y de
pretensiones” (QUINTERO; y PRIETO, 1995, Tomo II: 57). Los indicados
autores anotan, además, sobre el litisconsorcio voluntario o facultativo lo
siguiente:
“... Refiere a una reunión de sujetos, a una multiplicación de las partes en
cada posición del proceso, demandantes o demandadas,
evidenciándose un proceso con pluralidad de pretensiones, pero
además con pluralidad de partes, es decir, con más de dos partes.
Los litisconsortes facultativos en el proceso litisconsorcial, sean propios o
impropios gozan de total autonomía, unos con respecto a los otros,
como que son litigantes separados unidos apenas en la unidad formal
del proceso, pero con total independencia de las paralelas relaciones
subyacentes.
Los actos de cada litisconsorte facultativo no redundan en provecho ni en
perjuicio de los demás y cada pretensión es decidida autónomamente
en la sentencia única, inclusive con decisiones diversas con respecto a
cada pretensión, sin otra unidad (...) distinta de la unidad formal, esto
es decir, con el único vínculo de que sea una la sentencia que contiene
todas y cada una de las autónomas decisiones” (QUINTERO; y
PRIETO, 1995, Tomo II: 95).

3.2 Características del litisconsorcio facultativo


Según Gómez de Liaño González y Pérez-Cruz Martín, son características
del litisconsorcio facultativo las que indican a continuación:

260
LITISCONSORCIO

“1°. Supone una acumulación subjetiva de acciones, que puede afectar a la


competencia y que (…) se resuelve a favor del tribunal del lugar
correspondiente a la acción que sea fundamento de las demás, y en su
defecto, aquel que deba conocer del mayor número de acciones
acumuladas, y en último término, al del lugar que corresponda a la
acción más importante cuantitativamente.
2°. Cada litisconsorte puede actuar independientemente con su
representación y defensa, no perjudicándole la actividad de los demás,
aunque en ocasiones puede favorecerle, como en el caso del recurso
interpuesto solamente por uno de ellos y que resulta estimado. No
obstante, las posibles incidencias de orden procesal planteadas por uno
de ellos afectan a todos.
3°. Hay un enjuiciamiento único” (GOMEZ DE LIAÑO GONZALEZ; y
PEREZ-CRUZ MARTIN, 2000, Tomo I: 300).
Aldo Bacre considera que el litisconsorcio facultativo se caracteriza por lo
siguiente:
“a) Presupone la existencia de una pluralidad de sujetos en una misma
posición de parte (...).
b) Presupone una pluralidad de pretensiones que eventualmente
hubieren podido ser ejercidas individualmente por los sujetos titulares
de las mismas e integrantes del litisconsorcio facultativo.
En esto se diferencia del litisconsorcio necesario, donde la característica
es la unicidad de la pretensión planteada.
c) Presupone conexidad en las pretensiones deducidas, ya sea por el
título o por el objeto o por ambas a la vez. No es necesaria la identidad
del objeto y de la causa. Basta con que haya conexidad en alguno de
esos elementos.

(...)
d) Depende de la voluntad de las partes.
(...) El litisconsorcio facultativo depende exclusivamente de la voluntad de
las partes, pero, básicamente, de la voluntad de la parte actora. La
voluntad del demandado sólo será trascendente para la escisión del

261
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

mismo. Es decir, el actor goza de plena libertad para elegir las


personas a las que ha de demandar.
e) Los litisconsortes tienen entre sí autonomía e independencia.
En el litisconsorcio facultativo la posición de los sujetos se traduce en
notas de independencia y autonomía, por lo que son litigantes distintos
en sus relaciones con la contraparte, y los actos de uno, entonces, no
aprovechan ni perjudican a los demás. Así, si bien el litisconsorcio
constituye una relación procesal única con pluralidad de sujetos, cada
uno de éstos actúa
en forma autónoma, de modo que existen tantas litis como
pretensiones se deducen, y tantos procesos como litis se propongan”
(BACRE, 1996, Tomo II: 157-159).

3.3 Actuación del litisconsorte facultativo


Adolfo Rivas sostiene que “... los litisconsortes son independientes y ello
se refleja en una operatoria procesal de total autonomía, de modo que pueden
formular alegaciones propias, aportar por su cuenta hechos al proceso y
producir las pruebas consiguientes; la confesión de unos no puede obligar a los
otros, y los recursos se computan individualmente no siendo extensivos sus
resultados a los no recurrentes, y, en general, los actos procesales de unos no
trascienden a los otros, salvo situaciones procesales indivisibles...” (RIVAS,
1997: 122).
Podetti dice de las facultades procesales de los litisconsortes voluntarios
que “... son personales a cada litisconsorte, pero no exclusivas o excluyentes, en
el sentido de que el ejercicio de ellas por uno y salvo casos excepcionales, no
impide a los otros ejercitarlas también y en forma diversa. Así si se trata de
litisconsorcio pasivo y uno pide el rechazo de la demanda, no impide que otro
se allane. El desistimiento, el reconocimiento o confesión de hechos formulado
por uno de los litisconsortes, no obliga a los demás. Pero con respecto al
proceso como instrumento de la acción, así como un acto del demandado puede
hacer inútil un acto análogo del otro sujeto; pedido de apertura a prueba,
clausura del período de prueba, etc., o bien puede impedir el fenómeno procesal
de la perención, así, también la actividad o el acto de un litisconsorte, puede
hacer innecesario o evitar las consecuencias de la inacción de los demás. La
oposición de uno a la demanda hace necesario substanciar el proceso, el
planteamiento de cuestiones de hecho por uno de los litisconsortes, impide que

262
LITISCONSORCIO

la cuestión se resuelva como de puro derecho; la deducción por uno de un


incidente suspensivo del procedimiento en lo principal, impide la prosecución
del proceso con respecto a todos hasta la resolución del incidente; la
incompetencia, el defecto legal, la falta o defecto en la representación de la
contraria, opuesta por uno y acogido, produce efectos con respecto a todos,
etc.” (PODETTI, 1949: 304).
De acuerdo a lo normado en nuestro ordenamiento jurídico:
- Los litisconsortes facultativos serán considerados como litigantes
independientes (art. 94 -primer párrafo- del C.P.C.).
- Los actos de cada uno de ellos (litisconsortes facultativos) no
favorecen ni perjudican a los demás, sin que por ello se afecte la
unidad del proceso (art. 94 -in fine- del C.P.C.).
3.4 Efectos del litisconsorcio facultativo
Véscovi, en lo relativo a los efectos procesales del litisconsorcio
voluntario, enseña lo siguiente:
“... En virtud de que sus integrantes no están en una idéntica relación
jurídica sustancial (...), en principio cada litisconsorte goza de una
legitimación propia (dos víctimas de un accidente, dos coacreedores,
etc.) y son, en cierto modo, independientes.
Entonces la sentencia, aunque es una sola, puede afectar en forma distinta
a cada litisconsorte; uno puede apelar sin obligar al otro, cada uno
puede oponer diversas defensas o excepciones y el proceso puede
terminar anormalmente de manera independiente: uno puede desistir
por sí solo, etc.
Unicamente los actos procesales, por ser el proceso uno solo, aparecen
ligados, de modo que el acto de impulso procesal de uno repercute
sobre la suerte de los demás (interrupción de la perención, rebeldía
acusada a la contraparte, etc.)” (VESCOVI, 1999: 171-172).
Lino Palacio señala que son efectos del litisconsorcio facultativo los que se
indican a continuación:
“1°) Los actos de disposición del objeto procesal realizados por uno o
algunos de los litisconsortes producen sus efectos normales cualquiera
sea la actitud asumida por los restantes litisconsortes.

263
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

2°) (...)
3°) Con relación a la prueba, corresponde formular un distingo según que
ella verse sobre hechos comunes o sobre hechos individuales a uno o
algunos de los litisconsortes. En el primer caso, el juez debe valorar
conjuntamente las diligencias probatorias producidas por cada
litisconsorte, pues no cabe concebir que el convencimiento judicial
acerca de la verdad de un hecho común se produzca sólo con respecto
a uno o a algunos de los litisconsortes. Por lo tanto, si uno solo de los
litisconsortes produce prueba acerca de un hecho constitutivo,
impeditivo o extintivo que reviste carácter común, ella será suficiente
para tenerlo acreditado con relación a los restantes. Pero la confesión
o la admisión de un hecho común, formulado por uno de los
litisconsortes, no perjudica a los otros.
Si se trata de hechos individuales, debe estarse la prueba producida por el
litisconsorte al cual tales hechos se refieren, sin perjuicio de que la
prueba producida por los otros pueda computarse a título indiciario.
4°) Los recursos interpuestos por uno de los litisconsortes no benefician a
los restantes.
5°) El litisconsorcio facultativo trae aparejado, en ciertos supuestos (...), un
desplazamiento de la competencia por razón del lugar, de la materia y
del valor” (PALACIO, 1983, Tomo III: 222-224).
Conforme se desprende del artículo 94 del Código Procesal Civil, es efecto
del litisconsorcio facultativo la actuación independiente de los respectivos
litisconsortes, sin que los actos de cada uno de ellos favorezcan o perjudiquen a
los demás litisconsortes facultativos, lo cual, dicho sea de paso, no afectará en
nada la unidad del proceso.

3.5 Jurisprudencia casatoria relacionada con el litisconsorcio facultativo o


voluntario
La Corte Suprema de Justicia de la República, en relación al litisconsorcio
facultativo o voluntario, ha establecido lo siguiente:
- “... El litisconsorcio facultativo corresponde a una acumulación
subjetiva, mediante la cual voluntariamente una pluralidad de sujetos
actúa como parte demandante o demandada, siendo considerados
como litigantes independientes, conforme lo precisa el artículo

264
LITISCONSORCIO

noventicuatro del Código Procesal Civil. [...] Que, en un litisconsorcio


facultativo los sujetos que la conforman tienen diversa legitimidad e
interés para obrar, motivo por el cual en esta acumulación subjetiva
cada litigante actúa independientemente...” (Casación Nro. 857-2002 /
La Libertad, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 31-01-2005,
págs. 13519-13520).
- “... Conforme dispone el Artículo noventicuatro del Código Procesal
Civil el litis consorte facultativo debe ser considerado como un
litigante independiente, es decir, que adquiere la calidad de parte en el
proceso” (Casación Nro. 2340-97 / Lima, publicada en el Diario
Oficial El Peruano el 02-10-1998, págs. 1723-1724).
- “... El recurrente dejó consentir la resolución apelada; [...] quien
interpuso el recurso de apelación fue su codemandante, y no el
recurrente; [...] en el presente caso, la parte accionante formó un
litisconsorcio facultativo, razón por la cual los efectos de la apelación
sólo beneficia a quien lo interpuso...” (Casación Nro. 3321-2001 /
Madre de Dios, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 01-07-
2002, pág. 8996).
- “... Se advierte que se trata de un típico caso en el cual habiendo
pluralidad de demandados, estos actúan en forma conjunta; por tanto,
estamos ante un supuesto de litisconsorcio facultativo, ello quiere
decir que las actuaciones individuales de cada litisconsorte no
favorecen ni perjudican a los demás. [...] en el presente caso, la
sentencia materia del recurso [de casación] evidentemente se ha
pronunciado de manera extra petita, sobre extremos que no han sido
objeto del recurso de apelación, y aún más sobre el derecho de sujetos
procesales que no han interpuesto el recurso de apelación en contra de
la sentencia [...], vulnerándose de este modo [...] lo previsto en el
artículo VII del Título Preliminar del Código Procesal Civil en cuanto
a la prohibición de los Jueces de fundar sus decisiones en hechos
diversos de los que han sido alegados por las partes y de ir más allá
del petitorio; por lo que [...] el recurso extraordinario [...] debe ser
amparado por esta causal; toda vez que se ha pronunciado en forma
extrapetita otorgando el derecho a quienes no han hecho uso del
recurso de apelación...” (Casación Nro. 2477-2003 / Chimbote - Santa,
publicada en el Diario Oficial El Peruano el 01-09-2005, págs. 14679-
14680).

265
CAPITULO VI

INTERVENCION DE TERCEROS,
EXTROMISION Y SUCESION PROCESAL

1. CONCEPTO DE INTERVENCION DE TERCEROS


A juicio de Eduardo Vallejo, “la intervención de terceros tiene lugar cuando
se incorporan al proceso personas distintas de los litigantes originarios”
(VALLEJO, 1970: 44).
Lorca Navarrete considera que la intervención de terceros “… tiene lugar
cuando a las partes originarias se unen otras hallándose en trámite la instancia
procesal” (LORCA NAVARRETE, 2000: 150).
Lino Palacio asevera que “... la intervención de terceros tiene lugar cuando,
durante el desarrollo del proceso, y sea en forma espontánea o provocada, se
incorporan a él personas distintas a las partes originarias con el objeto de hacer
valer derechos o intereses propios, aunque vinculados a la causa o al objeto de la
pretensión” (PALACIO, 1983, Tomo III: 225-226).
A decir de Liebman, la intervención “... es el ingreso de un tercero en un
proceso pendiente. Puede ser la consecuencia de un acto del tercero, que de su
espontánea voluntad interviene en el proceso pendiente entre otros (intervención
voluntaria), o bien puede ser provocada por la llamada del tercero al proceso por
obra de una de las partes, la cual provea a ello ya sea porque considere tener un
interés en tal sentido, ya sea para cumplir una orden del juez (intervención
coactiva)” (LIEBMAN, 1980: 80-81).
El Código Procesal Civil regula la intervención de terceros en el Capítulo
VII (“Intervención de terceros, extromisión y sucesión procesal”) del Título II
(“Comparecencia al proceso”) de la Sección Segunda (“Sujetos del proceso”).
La Corte Suprema de Justicia de la República, en relación a la intervención
de terceros en general, ha establecido lo siguiente:
- “... En materia de intervención la doctrina se viene refiriendo a intervención
principal (interés propio y autónomo del tercero contrapuesto al de las
demás partes), intervención litisconsorcial (interés directo compartido con

267
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

alguna de las partes) e intervención adhesiva simple (interés indirecto para


evitar los efectos reflejos de la sentencia)...” (Casación Nro. 1302004 /
Tumbes, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 01-08-2005, pág.
14411).
- “... Es facultad discrecional del Juez determinar la integración de terceros al
proceso...” (Casación Nro. 2687-2008 / Ica, publicada en el Diario Oficial
El Peruano el 02-12-2008, pág. 23458).
- “... La resolución que incorpora a un tercero en la relación procesal no es
impugnable, salvo que se deniegue su apersonamiento según lo dispone el
artículo ciento uno segundo párrafo [del] Código Procesal Civil...”
(Casación Nro. 2488-03 / Lima, publicada en el Diario Oficial El Peruano
el 30-04-2004, págs. 11863-11864).
- “... La presentación de un escrito expresando la devolución de cédulas de
notificación no puede constituir un apersonamiento de tercero al proceso,
toda vez que para ello [...] se requiere acreditar no sólo interés y legitimidad
para participar en el [sic -léase en él-], sino que además deberá de ser
admitido como tercero legitimado mediante el auto correspondiente...”
(Casación Nro. 2071-2001 / Cajamarca, publicada en el Diario Oficial El
Peruano el 02-12-2003, págs. 11255-11256).
- “... Todo lo actuado con intervención de una persona jurídica ajena al
proceso, como lo es el Banco [...], se encuentra viciado de nulidad; en
consecuencia, resultan insubsistentes los actos procesales desarrollados en
tales condiciones, pues no cumplen con la finalidad para el cual estaban
destinados, estando al principio de finalidad incumplida previsto en la
segunda parte del primer párrafo del artículo ciento setentiuno del Código
Procesal Civil; [...] la infracción procesal se verifica en esta causa cuando el
A quo autoriza la intervención de un tercero ajeno al proceso, a quien no le
asiste el derecho a la tutela jurisdiccional efectiva, por no haber intervenido
en la relación jurídica sustantiva ni haber sido incorporado debidamente en
autos, por lo que carecen de eficacia y validez los actos procesales que
otorgan inmotivadamente legitimidad activa al Banco...” (Casación Nro.
2096-03 / Lima, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 30-09-2004,
págs. 12725-12726).
- “... Al haberse incorporado al proceso a persona ajena a la relación jurídico-
material, se ha incurrido en contravención de normas que garantizan el

268
INTERVENCION DE TERCEROS, EXTROMISION Y SUCESION PROCESAL

derecho al debido proceso...” (Casación Nro. 1959-2003 / Lima, publicada


en el Diario Oficial El Peruano el 28-02-2005, pág. 13578).
- “... Conforme se ha establecido en autos la demandada figura como soltera
en la ficha registral [...], no resultando válida la incorporación al proceso
del conviviente de la impugnante, por cuanto [...] no ha intervenido en la
relación sustantiva...” (Casación Nro. 3773-2002 / Lima, publicada en el
Diario Oficial El Peruano el 28-02-2005, pág. 13599).
- “... Tanto la sentencia impugnada como la apelada se pronuncian otorgando
derechos a personas que no han sido parte ni terceros legitimados en el
proceso, razón por la cual aquellas se encuentran afectadas de nulidad, al
haber infringido las formas esenciales para la validez de los actos
procesales; [...] por tanto, la infracción procesal se verifica en esta causa
cuando el A quo declara fundada la demanda a favor de terceros ajenos al
proceso, a quienes no les asiste el derecho a la tutela jurisdiccional efectiva,
por no haber intervenido en la relación jurídica sustantiva ni haber sido
incorporados al proceso...” (Casación Nro. 2322-03 / Lima, publicada en el
Diario Oficial El Peruano el 30-09-2004, págs. 12744-12745).

2. REQUISITOS DE LA INTERVENCION DE TERCEROS


Lino Palacio afirma que “... la admisibilidad de la intervención de terceros,
en términos generales, se halla supeditada a la concurrencia de dos requisitos
básicos que son: 1°) La existencia de un proceso pendiente entre dos o más
sujetos; 2°) La circunstancia de que el tercero sea una persona distinta a dichos
sujetos, o, en otras palabras, que no haya asumido aún la condición de parte en
el proceso...” (PALACIO, 1983, Tomo III: 228).
Gimeno Sendra expresa sobre el tema lo siguiente:
“Son (…) presupuestos de la intervención procesal: a) de un lado, la
existencia de un proceso pendiente, en virtud de la interposición de
una demanda, que, al haber sido admitida, haya generado los efectos
propios de la litispendencia (…), y b) la intervención de un tercero
en dicho proceso, entendiendo por tal concepto no quien, como es el
caso del testigo, nada tiene que ver con el objeto litigioso, sino una
parte material no formal, esto es, distinta al demandante y demandado,
ya personados en el proceso, que ostente la titularidad de un derecho
subjetivo o un interés ‘directo y legítimo’ o, lo que es lo mismo, que
goce de legitimación, ordinaria o extraordinaria.

269
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

(…)
Pero el tercero (…) ha de gozar de (…) interés jurídico. No ostenta, por
tanto, dicho interés quien nada tiene que ver con la relación jurídica
material debatida.

(…)
El tercero ha de ostentar, pues, una legitimación ordinaria o extraordinaria,
que (…) (se) la concreta en el ‘interés directo y legítimo en el
resultado del pleito’. Dicha legitimación puede, por consiguiente,
consistir en la titularidad del derecho subjetivo que se discute en el
proceso o en la existencia de un interés directo en el proceso, surgido
en la circunstancia de poder experimentar, como consecuencia de los
futuros efectos directos o reflejos de la sentencia, un perjuicio o
beneficio patrimonial o moral” (GIMENO SENDRA, 2007, Tomo I:
165-166).
El artículo 101 del Código Procesal Civil, en su primer párrafo, hace
referencia a los requisitos exigidos para las intervenciones (coadyuvante,
litisconsorcial y excluyente o principal) de los terceros en el proceso,
desprendiéndose de dicho precepto legal lo siguiente:
A) Los terceros para intervenir en el proceso deben contar con interés
para obrar.
Al respecto, el artículo VI del Título Preliminar del Código Civil preceptúa
que para ejercitar o contestar una acción es necesario tener legítimo
interés económico o moral y que el interés moral autoriza la acción
sólo cuando se refiere directamente al agente o a su familia, salvo
disposición expresa de la ley. El interés para obrar supone, pues, la
alegación de la existencia de interés económico o moral en el sujeto
procesal. El interés económico, dicho sea de paso, es el que se
relaciona con el aumento o disminución del patrimonio de un sujeto; el
interés moral es uno de naturaleza extrapatrimonial, ligado más bien a
los valores subjetivos de la persona.
B) La solicitud de intervención en el proceso planteada por el tercero
debe reunir, en lo que resulte pertinente, los requisitos y anexos
contemplados para la demanda en los artículos 424 y 425 del Código
Procesal Civil.

270
INTERVENCION DE TERCEROS, EXTROMISION Y SUCESION PROCESAL

Se deberá acompañar u ofrecer en la solicitud, sobre todo, los medios de


prueba que acrediten el interés del tercero para intervenir en la litis y el
derecho que esgrime para hacerlo.
3. TRAMITE COMUN DE LAS INTERVENCIONES DE TERCEROS
El artículo 101 del Código Procesal Civil, en su último párrafo, norma lo
relativo al trámite que siguen las intervenciones (coadyuvante, litisconsorcial y
excluyente o principal) de los terceros en el proceso, infiriéndose del citado
numeral lo siguiente:
- Si el órgano jurisdiccional aprueba la solicitud de intervención del
tercero en el proceso, éste se incorporará al proceso en el estado en que
se encuentre al tiempo de su intervención, lo cual significa que a causa
de la aludida intervención no se retrotrae ninguna etapa procesal o, en
otras palabras, no cabe la repetición de los actos procesales ya
desarrollados.
- El órgano jurisdiccional se encuentra autorizado para denegar de plano
(esto es, sin mayor trámite) la solicitud de intervención del tercero en
el proceso, pudiendo ser impugnada la resolución judicial que resuelva
en ese sentido (no ocurriendo lo propio tratándose de la resolución que
admite el pedido de intervención del tercero, la misma que es
irrecurrible).

4. INTERVENCION DE TERCEROS: CLASIFICACION


Rodríguez Garcés, en lo concerniente a las clases de tercerías
(intervenciones de terceros), apunta lo siguiente:
“... Los terceros pueden intervenir en el juicio voluntaria o forzadamente.
La concurrencia voluntaria de terceros al pleito puede hacerse como
coadyuvante, como excluyente o como independiente.
La doctrina distingue entre la intervención voluntaria y la intervención
forzada o llamamiento de terceros al pleito.
La intervención forzada es el llamamiento de terceros al pleito, en forma
obligada, a requisición del demandante o del demandado, cuando se
quiere extender a un tercero los efectos del juicio y de la cosa juzgada
que produzca la sentencia dictada en él.

271
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

Es condición indispensable que el tercero se encuentre en cierta relación


jurídica con el demandante o demandado y que su intervención tenga
alguna conexión con la cuestión que es materia del pleito. El
llamamiento del tercero al pleito implica obligar a intervenir en él a
una persona que pudo ser litisconsorte de alguna de las partes.

(...)
La intervención voluntaria es aquella que permite a un tercero concurrir
cuando lo estime conveniente a un pleito, iniciado por otras personas,
en el que tiene un derecho comprometido.

La doctrina distingue tres clases de intervención voluntaria de terceros:


a) la intervención adhesiva de terceros; b) la intervención principal; y
c) la oposición de tercero” (RODRIGUEZ GARCES, 1967, Tomo I: 58-
60). Aldo Bacre señala al respecto lo siguiente:
“De acuerdo (a) que la intervención responda a la libre y espontánea
determinación del tercero, o a una citación judicial dispuesta de oficio o a
petición de una de las partes originarias, se la denomina, respectivamente,
voluntaria u obligada. A su vez, la primera admite diversas modalidades:

- principal o excluyente;

- adhesiva simple o coadyuvante; - adhesiva autónoma o

litisconsorcial;

- sustituyente.

(...) En cuanto a la intervención coactiva u obligada subsume a las


siguientes hipótesis:

- la denuncia del litigio;

- la citación de evicción;

- la citación en garantía;

- el llamamiento a pleito del tercero pretendiente; y

- la indicación del poseedor mediato” (BACRE, 1996, Tomo II: 176-


177).

272
INTERVENCION DE TERCEROS, EXTROMISION Y SUCESION PROCESAL

5. INTERVENCION VOLUNTARIA DE TERCEROS

5.1 Definición
Beatriz Quintero y Eugenio Prieto dicen de la intervención de terceros
voluntaria que “en este género de intervención queda a voluntad del tercero
intervenir o no y para hacerlo no tiene que esperar llamado alguno de parte o del
juez. El elemento específico que lo distingue no reposa en el deseo de intervenir,
con citación o sin ella, sino en el grado de afectación que el proceso que discurre
le depare en su esfera jurídica, bien porque ostente titularidad del litigio que se
debate en el proceso, excluyente o coincidente, total o parcial, bien porque otra
relación sustancial no debatida y de la cual es titular se vea afectada
jurídicamente con el resultado del proceso” (QUINTERO; y PRIETO, 1995,
Tomo II: 116).
Lorca Navarrete manifiesta sobre la intervención voluntaria de terceros que:
“… Tiene lugar a través de una decisión voluntaria del tercero de unirse a la
instancia procesal ya promovida y de la que, hasta ese momento, era un
tercero ‘extraño’.
Con su ‘entrada’ en la instancia ‘integra’ voluntariamente con su aportación,
el contradictorio ya preexistente” (LORCA NAVARRETE, 2000: 151).
Lorca Navarrete destaca que las características de la intervención voluntaria
son las que describe a continuación:
“a’) El carácter voluntario de la intervención por unión.

(…) No se impone la intervención; se permite al tercero poder ser


admitido.
b’) La unión del tercero al proceso que se esté tramitando.
La unión del tercero a la instancia que se esté tramitando se hace depender
de que ‘se encuentre pendiente un proceso’ y, a su vez, de que se lleve
a cabo ‘como demandante y demandado’; lo que parece excluir la
unión del tercero a las instancias ad quem y la ubicación del tercero
por unión solo en la instancia a quo.

(…)
(…) La unión del tercero como demandante o demandado al proceso que
‘se encuentre pendiente’ debe ser entendida no como un supuesto de

273
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

exclusión del tercero en instancias ad quem; cuanto más bien el origen


conceptual y funcional de la unión del tercero al proceso que ‘se
encuentre pendiente’ que luego podrá, en su caso, devenir como
recurrente y recurrido.
c’) La justificación objetiva de la unión del tercero.
Consiste en la acreditación de un interés directo y legítimo en el resultado
del proceso…” (LORCA NAVARRETE, 2000: 151-152).
5.2 Clases
Lino Palacio nos informa que “las leyes que reglamentan esta institución,
como así también la doctrina que la explica, distinguen entre dos tipos básicos
de intervención voluntaria: la principal, o excluyente, y la adhesiva. Esta última,
a su vez, suele subclasificarse en intervención adhesiva simple o dependiente e
intervención adhesiva litisconsorcial o autónoma” (PALACIO, 1983, Tomo III:
231).
Gimeno Sendra refiere que “en la intervención voluntaria, (…) el tercero
decide voluntariamente intervenir en un proceso ya iniciado. Dicha intervención
(…) puede ser ‘litisconsorcial’, si el tercero es titular del derecho o interés que
en él se discute o ‘adhesiva’, cuando su derecho depende del bien o derecho
litigioso del que es titular la parte principal” (GIMENO SENDRA, 2007, Tomo
I: 166).

5.2.1 Intervención coadyuvante o adhesiva simple


Lino Palacio asevera que la intervención adhesiva simple o coadyuvante “...
se verifica cuando un tercero, en razón de tener un interés jurídico coincidente
con el derecho alegado por cualquiera de las partes originarias, participa en el
proceso con el objeto de coadyuvar al éxito de la pretensión o de la oposición”
(PALACIO, 1983, Tomo III: 237).
Andrés de la Oliva y Miguel Angel Fernández anotan que “... se habla de
intervención adhesiva cuando un tercero, hasta entonces ajeno al litigio, solicita
y obtiene del Juez la entrada en un proceso pendiente entre otras personas. La
intervención adhesiva supone, por definición, que el tercero interviniente apoya
la posición jurídica de una de las partes (sea del actor o la del demandado)” (DE
LA OLIVA; y FERNANDEZ, 1990, Volumen I: 478).
Gimeno Sendra destaca que “en la intervención adhesiva (o coadyuvante)
no existe (…) cotitularidad, sino una relación jurídica subordinada a la relación

274
INTERVENCION DE TERCEROS, EXTROMISION Y SUCESION PROCESAL

jurídico material debatida en el proceso y de la que es titular el tercero, quien


está interesado en al (sic -léase en la-) defensa de aquélla, pues de su
reconocimiento depende su relación subordinada. Los efectos de la sentencia no
se extenderán, pues, directamente sobre el tercero, sino de forma refleja…”
(GIMENO SENDRA, 2007, Tomo I: 168).
En relación al tema, Calamandrei sostiene que “... característica
fundamental de esta intervención ad adiuvandum es que con ella el interviniente
no propone una nueva demanda que amplíe la materia contenciosa, sino que se
limita a mediar en la causa pendiente entre las partes principales, que es la que
queda aun después de la intervención, como única causa del proceso, así sea con
el agregado de un nuevo contradictor. El tercero no interviene para hacer valer
un derecho suyo en posición autónoma, sino simplemente ‘para sostener las
razones de alguna de las partes’ contra la otra, es decir, para ayudar a una de las
partes principales a hacer valer su derecho frente a la otra (o para hacer que se
rechace la pretensión de la otra): el interviniente, pues, combate por el derecho
ajeno, para hacer que triunfen las razones de la parte a la cual se adhiere, contra
el adversario de ella, en quien sólo por eso ve el interviniente a su propio
adversario. El interviniente por adhesión debe tomar necesariamente partido, es
decir, debe declararse a favor de una de las partes en contra de la otra: de ese
modo entra él en el proceso al lado de la parte ayudada, en calidad de
litisconsorte auxiliar que la contraparte debe aceptar como contradictor
agregado...” (CALAMANDREI, 1962, Volumen II: 320-321).
Serra Domínguez, en lo que concierne a la intervención adhesiva simple
(coadyuvante), manifiesta lo siguiente:
“... La intervención adhesiva strictu sensu se produce en aquellos casos en
que la intervención del tercero tiene por exclusivo objeto la defensa
procesal de una de las partes, aun sin ostentar derecho alguno
autónomo de acción ni resultar directamente perjudicado por la
sentencia, fundada exclusivamente en una relación jurídica entre la
parte ayudada y el tercero, que puede resultar afectado en forma refleja
por los efectos de la sentencia.

(...)
La intervención adhesiva del tercero es el único remedio para impedir la
producción de efectos perjudiciales. Mientras en las restantes
intervenciones, el tercero era poseedor de una acción autónoma que
podía discutir en otro proceso, pidiendo acto seguido la acumulación o

275
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

amparándose en la sentencia dictada en el segundo proceso, con lo que


los fines de la intervención era principalmente los de economía
procesal (intervención litisconsorcial) o evitar sentencias
contradictorias (intervención principal), el interviniente adhesivo
carece de otro remedio que no sea su actuación en el curso del proceso
para contribuir a la formación de una sentencia que puede constituir un
presupuesto privilegiado del nacimiento o la extinción de un deber o de
un derecho hacia la parte vencida, o puede convertir en ineficaz el
derecho poseído respecto de la parte vencida. De ahí el interés en
contribuir a la defensa de dicha parte para evitar que se forme en el
proceso una sentencia que por su apariencia externa y por su carácter
coactivo es susceptible de perjudicarle” (SERRA DOMINGUEZ,
1969: 243-245).
El Código Procesal Civil, en su artículo 97, regula lo relativo a la
intervención coadyuvante en estos términos:
“Quien tenga con una de las partes una relación jurídica sustancial, a la que
no deban extenderse los efectos de la sentencia que resuelva las
pretensiones controvertidas en el proceso, pero que pueda ser afectada
desfavorablemente si dicha parte es vencida, puede intervenir en el
proceso como coadyuvante de ella.

Esta intervención puede admitirse incluso durante el trámite en


segunda instancia.
El coadyuvante puede realizar los actos procesales que no estén en
oposición a la parte que ayuda y no impliquen disposición del derecho
discutido”.
Stiglitz estima como efectos procesales de la intervención adhesiva
(coadyuvante) los que se indican a continuación:
“a) El interviniente adhesivo es parte en sentido procesal; su actividad se
desarrolla y agota en el proceso, aunque para adquirir aquella calidad
es menester que judicialmente su ingreso sea aceptado.
b) Su condición es accesoria, secundaria o coadyuvante, pues si bien es
cierto que su intervención finaliza con el debate, ella, en su ejercicio
procesal, posee limitaciones.

276
INTERVENCION DE TERCEROS, EXTROMISION Y SUCESION PROCESAL

c) No puede actuar en el proceso en forma incompatible o perjudicial al


interés del principal que apoya.
d) Toma el proceso en la situación en que se encuentre en el momento de
su intervención.
e) No puede modificar ni ampliar la litis contestatio o el objeto del litigio.
f) La sentencia vincula al interviniente adhesivo, en el sentido de que no
puede discutir en un nuevo juicio sus conclusiones, aunque la cosa
juzgada no le obligue directamente ni le imponga prestación alguna.
g) No pudiendo ser vencido en un proceso que no le afecta no puede ser
cargado con las costas generales del proceso, sino únicamente con las
que se haya causado a su instancia” (STIGLITZ, 1970: 157).
Devis Echandía sostiene que son efectos procesales de la intervención
coadyuvante los que se señalan seguidamente:
“1°) El interviniente ingresa al proceso una vez que su solicitud es aceptada por
el juez, y conserva esa calidad mientras no le sea revocada en virtud del
recurso (...).
2°) El coadyuvante es parte en el proceso, aunque de condición secundaria o
accesoria, ya que tiene el derecho a interponer recursos, a pedir pruebas, a
proponer nulidades y actúa hasta la terminación del proceso (...).
3°) El coadyuvante toma el proceso en la situación en que se encuentre en el
momento de su intervención.
4°) No puede modificar ni ampliar la litis contestatio o el objeto del litigio, ya
que no introduce una pretensión propia para que sobre ella exista una
decisión.
5°) No puede actuar en el proceso en contradicción con la parte coadyuvada, lo
que es consecuencia de su condición de parte accesoria o secundaria y de la
circunstancia de no introducir una litis propia en el proceso (...)

(...)
6°) No puede interponer recursos que el coadyuvado no desee o en
disconformidad con éste, porque entonces haya una actuación procesal
contraria a la de la parte principal.

277
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

(...)
7°) Puede ejecutar todos los actos procesales propios de las partes, con las
limitaciones señaladas en los dos puntos anteriores (...), siempre que en esas
actividades no incurra en contradicción con la actitud asumida por la parte
coadyuvada; pero puede suplir el silencio o el abandono de ésta.
8°) Sus actos se estiman en favor de la parte coadyuvada, aun cuando los ejecute
en su propio nombre y sin tener el carácter de representante de ésta (...).
9°) No puede ser testigo ni perito, como resultado de su condición de parte
accesoria.
10°) Puede desistir libremente de su intervención y debe ser condenado en
costas, si lo hace, ya que su participación en el proceso es puramente
voluntaria.
11°) La sentencia lo vincula, en el sentido de que no pueda discutir en un
nuevo proceso sus conclusiones, ni siquiera cuando con base en ella la
parte coadyuvada le instaura posteriormente un proceso.
12°) Goza de autonomía en cuanto a capacidad o representación, y debe
reunir los requisitos generales para que ambas aparezcan en debida
forma.
13°) Debe sufrir la condena en costas y soportar las expensas, cuando haya
recurrido o solicitado diligencias, copias, etc. En el caso de que el
recurso haya sido conjunto con el coadyuvado, deben dividirse las
costas por iguales partes...” (DEVIS ECHANDIA, 1985, Tomo II: 405-
408).
La Corte Suprema de Justicia de la República, en relación a la intervención
coadyuvante o adhesiva simple, ha establecido lo siguiente:
- “... El artículo 97 del Código Procesal Civil regula [...] la intervención
coadyuvante que debe ser solicitada oportunamente por la persona
interesada, cuya actuación está limitada a la defensa de la parte que
coadyuva...” (Casación Nro. 943-2007 / La Libertad, publicada en el
Diario Oficial El Peruano el 03-07-2007, págs. 19951-19952).
- “... El recurrente fundamenta la [...] afectación al debido proceso en el
sentido que las instancias de mérito no han cumplido con integrar al
proceso [sobre ineficacia de acto jurídico de anticipo de herencia

278
INTERVENCION DE TERCEROS, EXTROMISION Y SUCESION PROCESAL

respecto a un inmueble] al tercero, en este caso, su hija [...], quien tenía


capacidad procesal para haber sido válidamente emplazada desde el
admisorio de la demanda, pues a la fecha en que se admite la presente
acción su citada hija ya había cumplido los dieciocho años de edad.
[...] Que, el artículo noventisiete del Código Procesal Civil regula la
intervención coadyuvante estableciendo que quien tenga con una de las
partes una relación jurídica sustancial, a la que no deban extenderse los
efectos de la sentencia que resuelva las pretensiones controvertidas en
el proceso, pero que pueda ser afectada desfavorablemente si dicha
parte es vencida, puede intervenir en el proceso como coadyuvante de
ella; esta intervención puede admitirse incluso durante el trámite en
segunda instancia. [...] Que, de las copias del testimonio de anticipo de
herencia [...], aparece inserta la partida de nacimiento de la hija de los
demandados, [...] a la fecha de expedición del auto admisorio [...] ya
contaba con la mayoría de edad, razón por la cual debió ser emplazada
con la demanda, ya sea a petición de parte o de oficio, de conformidad
con lo establecido en el precitado artículo noventisiete del Código
Adjetivo [C.P.C.]. [...] Que, al no haber procedido así las instancias de
mérito, se ha incurrido en causal de nulidad que vicia el proceso,
configurándose la [...] contravención al debido proceso...” (Casación
Nro. 853-2000 / Callao, publicada en el Diario Oficial El Peruano el
30-01-2001, pág. 6841).
- “... En los casos en que intervenga un tercero al cual la sentencia no va
a afectar directamente, no pueda ser considerada [sic -léase no puede
ser considerado-] como denunciado civilmente sino que la figura
correcta es la intervención coadyuvante a que se refiere el artículo
noventisiete del Código Adjetivo [C.P.C.]...” (Casación Nro. 692-01 /
Ica, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 05-11-2001, págs.
7908-7909).
- “... El segundo párrafo del artículo 11 del Texto Unico Ordenado de la
Ley Orgánica del Poder Judicial dispone que la interposición de un
medio de impugnación constituye un acto voluntario del justiciable, de
lo que se desprende que para que el tercero coadyuvante pueda
impugnar válidamente una resolución, que a su criterio le causa
agravio, ésta previamente debe ser recurrida por la parte a quien
coadyuva y, no habiéndose verificado dicha condición, la recurrente no
se encuentra legitimada para recurrir vía casación de la sentencia de

279
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

vista...” (Casación Nro. 1729- 2003 / Arequipa, publicada en el Diario


Oficial El Peruano el 30-06-2004, pág. 12259).

5.2.2 Intervención litisconsorcial o adhesiva autónoma


Armenta Deu estima que “mediante la intervención litisconsorcial el tercero
se introduce en una relación procesal que él mismo podría haber constituido
inicialmente como litisconsorte, necesario o voluntario. Sería el caso, por
ejemplo, del acreedor solidario que no demandó y el deudor solidario que no fue
demandado” (ARMENTA DEU, 2004: 106). Dicha autora precisa que “el
interviniente litisconsorcial trata de defender derechos propios, sin ejercitar una
pretensión diferente a la ya ejercitada por el demandante” (ARMENTA DEU,
2004: 106).
Lino Palacio señala al respecto que:
“... En la llamada intervención adhesiva autónoma o litisconsorcial, el
ingreso del tercero en el proceso pendiente tiene por objeto hacer valer
un derecho propio frente a alguna de las partes originarias, adhiriendo
a la calidad (actora o demandada) asumida por la otra u otras.

(...)
(...) La característica esencial de este tipo de intervención (...), está dada
por la circunstancia de que el tercero habría gozado de legitimación
procesal propia para demandar o ser demandado originariamente en el
proceso al cual ingresa, sea a título individual o conjuntamente con la
parte a cuya posición adhiere...” (PALACIO, 1983, Tomo III: 243).
Serra Domínguez concibe a la intervención litisconsorcial como “... aquella
en la que un tercero interviene en un proceso para defender derechos propios
que se discuten en el proceso, y que son similares, en todo o en parte, a los
afirmados por una de las partes en litigio. Tiene por objeto evitar la extensión de
los efectos de la sentencia” (SERRA DOMINGUEZ, 1969: 213). El indicado
autor español añade que la intervención litisconsorcial es “... la introducción en
un proceso pendiente entre dos o más partes de un tercero que alega un derecho
propio, discutido en el proceso y defendido ya por alguna de las partes en
litigio” (SERRA DOMINGUEZ, 1969: 221). Dicho autor precisa, por último,
que “el interviniente hubiera podido ser parte, podría haber formulado demanda
o haber sido demandado por o contra alguna o algunas de las partes que figuran
en el proceso. Es más, en ciertos casos debía ser demandado forzosamente para
la correcta constitución de la relación procesal. Su distinción respecto de las

280
INTERVENCION DE TERCEROS, EXTROMISION Y SUCESION PROCESAL

partes radica únicamente en el momento de su intervención: originaria en el


primer caso y sucesiva en la segunda” (SERRA DOMINGUEZ, 1969: 221).
A decir de Lorca Navarrete:
“Implica (la intervención litisconsorcial) que cualquier tercero puede
intervenir en una instancia procesal para hacer valer, respecto de
alguna de las partes, un interés legítimo que afecta a su objeto o que
deriva de la instancia misma.
Es una intervención litisconsorcial en la medida en que el interviniente no
desea tanto actuar adhesivamente cuanto más bien conseguir una
ventaja propia y, por tanto, la satisfacción de un interés directo y
legítimo en el resultado del proceso.
Para ello no se sitúa dependiente, junto con la parte ya presente en la
instancia procesal en contra del adversario común.
La interviniente se tipifica ‘como un amigo de viaje’ litisconsorcial, pero
no dependiente, que reporta beneficios recíprocos. Si se observa bien,
se trata de un litisconsorcio voluntario sobrevenido” (LORCA
NAVARRETE, 2000: 161-162).
El Código Procesal Civil, en su artículo 98, regula lo concerniente a la
intervención litisconsorcial en estos términos:
“Quien se considere titular de una relación jurídica sustancial a la que
presumiblemente deban extenderse los efectos de una sentencia, y que
por tal razón estuviera legitimado para demandar o haber sido
demandado en el proceso, puede intervenir como litisconsorte de una
parte, con las mismas facultades de ésta.

Esta intervención puede ocurrir incluso durante el trámite en segunda


instancia”.
En lo que se refiere a la intervención litisconsorcial, debe tenerse presente,
además, lo normado en el Capítulo VI (“Litisconsorcio”) del Título II
(“Comparecencia al proceso”) de la Sección Segunda (“Sujetos del proceso”)
del Código Procesal Civil, en los arts. 92 al 96 (numerales éstos que fueron
examinados en el Capítulo V de la obra, por lo que nos remitimos a lo señalado
en dicho Capítulo).

281
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

Calamandrei, en lo que atañe a los efectos de la intervención litisconsorcial,


refiere lo siguiente:
“Al igual que la intervención principal, la litisconsorcial puede ampliar, en
el proceso en que tiene lugar, los límites objetivos de la materia del
litigio: ya que con ella propone el tercero en el proceso pendiente entre
las partes principales una nueva demanda, dirigida a hacer valer, contra
alguna de ellas, un derecho suyo ‘relativo al objeto o dependiente del
título deducido en el mismo proceso’; se produce así, mediante esta
intervención, una reunión (subsiguiente o sobreañadida) de dos causas
conexas por el objeto o por el título: la originaria entre las partes
principales y la propuesta por el tercero contra una de ellas. Bajo este
aspecto, pues, los efectos de la intervención litisconsorcial son
similares a los de la intervención principal. Pero la diferencia es ésta:
que, mientras con la intervención principal el interviniente propone
simultáneamente dos demandas dirigidas cada una de ellas contra uno
de los originarios competidores (en forma que las causas reunidas
vienen a ser tres), con la intervención litisconsorcial el tercero propone
una sola demanda, dirigida contra uno de los contendientes, en forma
que las causas reunidas en el único proceso vienen a ser dos, la que
pende entre las partes originarias y la que pende entre el interviniente y
una de ellas. De este modo, el tercero interviniente, al entrar en el
proceso entre las partes originarias como contradictor de una sola de
ellas, puede venir a encontrarse con la otra en coincidencia de intereses
contra el adversario común: posición que recuerda la que en la
intervención por adhesión (simple) se verifica entre la parte ayudadora
y la parte ayudada frente al adversario de ésta. Pero en realidad la
posición es muy distinta: al paso que el interviniente por adhesión
(simple), que entra en juicio para hacer valer un derecho ajeno, no
tiene legitimación autónoma y no podría hacerlo valer por sí solo en
un proceso separado en que no estuviese al lado del legitimado
principal, al interviniente litisconsorcial le pertenece la legitimación
principal sobre el propio derecho y, por consiguiente, su posición
procesal no es ni subordinada ni suplementaria, sino que tiene, aun
frente a la parte con la cual puede encontrarse en coincidencia de
intereses, la plena autonomía procesal de un litisconsorte (y de ahí sus
denominaciones de interviniente autónomo)” (CALAMANDREI,
1962, Volumen II: 327-328).

282
INTERVENCION DE TERCEROS, EXTROMISION Y SUCESION PROCESAL

Atilio González, acerca de los efectos de la sentencia definitiva con relación


al interviniente litisconsorcial, enseña lo siguiente:
“... El tercero litisconsorte se encuentra plenamente afectado por la
sentencia definitiva, de un modo directo (eficacia directa de la cosa
juzgada).
De ahí que la decisión judicial respecto del derecho subjetivo de las partes
originarias es, simultáneamente, resolución atinente al ‘derecho
subjetivo’ del tercero litisconsorcial, pues éste es cotitular de la misma
‘relación sustancial’ invocada por aquellas.
Lo que discute la doctrina es lo concerniente a si la ejecutabilidad concreta
de la condena dictada contra el tercero opera en el mismo proceso en el
que aconteció su intervención, en otro autónomo de éste; en orden a
salvaguardar el ‘principio de congruencia’: En aquél el actor no
pretendió la condena contra el tercero y si el juez la dispone violaría el
‘principio de congruencia’, bajo sanción de nulidad” (GONZALEZ,
1998: 398).

5.2.3 Intervención excluyente o principal


Gómez de Liaño González y Pérez-Cruz Martín consideran que la
intervención principal “... es la entrada de un tercero en un proceso pendiente
con una pretensión opuesta total o parcialmente a la que ya son objeto del
proceso, presentando una naturaleza peculiar próxima a la acumulación sucesiva
de acciones, porque el proceso resulta objetivamente modificado por la nueva
pretensión incompatible con las iniciales…” (GOMEZ DE LIAÑO
GONZALEZ; y PEREZ-CRUZ MARTIN, 2000, Tomo I: 304).
Lorca Navarrete pone de manifiesto que “a este tipo de intervención
(principal) le caracteriza la actuación principal del tercero en relación con todas
las partes ya preexistentes en la instancia procesal para hacer valer su interés
directo y legítimo en el resultado del proceso que surge como incompatible con
los ya deducidos en la instancia en un ‘encuentro a tres’” (LORCA
NAVARRETE, 2000: 161).
Lino Palacio dice de la intervención principal o excluyente que:
“... Este tipo de intervención (ad infrigendum iura utriusque competitoris)
tiene lugar cuando un tercero se incorpora a un proceso pendiente a fin

283
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

de interponer, frente a las partes originarias, una pretensión


incompatible con la deducida por el sujeto activo.

(...)
(...) El tipo de intervención analizado constituye un supuesto de
acumulación sucesiva por inserción de pretensiones (...). El tercero, en
efecto, interpone una pretensión frente a las partes originarias, quienes
vienen de tal manera a integrar un litisconsorcio pasivo. Dicha
pretensión, además, debe ser incompatible con la pretensión originaria
en lo que atañe al objeto, siendo indiferente la falta de identidad entre
la causa de ambas pretensiones...” (PALACIO, 1983, Tomo III: 231-
233).
En palabras de Serra Domínguez, la intervención principal (o excluyente)
“... tiene lugar cuando el tercero interviene en el proceso proponiendo una
pretensión conexa con la controvertida entre las partes, pero incompatible con
ésta. La intervención tiene en este caso por fin lograr la economía procesal,
evitando sentencias contradictorias...” (SERRA DOMINGUEZ, 1969: 213).
Dicho autor agrega que “... mediante la intervención principal no se modifican
únicamente los sujetos del proceso, sino también y muy principalmente el
propio objeto del mismo. A la primitiva pretensión deducida entre las partes
originarias se unen dos nuevas pretensiones, en las que actúan como parte actora
el interviniente y como demandados el primitivo demandante y el primitivo
demandado. Si se produce una modificación subjetiva es simplemente por el
hecho de la intervención, pero lo esencial de la institución (...) es el
planteamiento de nuevas controversias en un único proceso. Sólo así se pueden
explicar los dos fines de la institución: conseguir una economía procesal
tramitando en un solo proceso tres pretensiones distintas, y evitar las sentencias
contradictorias que en otro caso se producirían. De ahí que entre las dos
concepciones sobre la naturaleza jurídica de la institución (...): construir la
intervención principal como una simple ampliación del objeto del primer
proceso o construirla como una acumulación subjetiva de pretensiones, nos
inclinamos decididamente por la primera concepción única que logra explicar
satisfactoriamente todos los matices de la intervención principal” (SERRA
DOMINGUEZ, 1969: 215-216).
Beatriz Quintero y Eugenio Prieto, con relación a la intervención principal
(o excluyente), opinan de este modo:

284
INTERVENCION DE TERCEROS, EXTROMISION Y SUCESION PROCESAL

“El interviniente principal hace actuar una razón propia o nueva, una
relación jurídica sustancial nueva conexa por objeto o petitum con la
que se discute en el proceso y de la cual es titular. Deduce una litis
propia y no disputada en el proceso. A esta intervención se le
denomina igualmente excluyente o ad excludendum. Los intervinientes
ad excludendum tienen en el proceso un interés que se opone a cada
una de las partes iniciales; desde cuando llegan al proceso se
caracterizan como partes principales sucesivas, con la totalidad de los
poderes procesales y sustanciales, atinentes a la propia relación
sustancial que acumulan.
El tercero que interviene estructura su propia pretensión en la demanda o
escrito de intervención excluyente, y la dirige en contra de las partes
iniciales, actor y opositor, o demandante y demandado; de este modo
las partes iniciales asumen la condición de codemandados en
correspondencia con la relación sustancial que les incoa el
interviniente ad excludendum. Se produce así una acumulación de
pretensiones plurilateral subjetiva, conexa por identidad de objeto o
petitum. Son pretensiones incompatibles y lógicamente sólo una puede
triunfar: la de la parte demandante inicial o la del interviniente ad
excludendum contra las partes originarias. El interviniente de este
linaje reclama total o parcialmente el objeto, la cosa, el derecho
litigioso, por considerar que es a él y no a otro a quien le pertenece.
(…) Las partes iniciales frente a esta pretensión que se acumula, ocupan la
posición de demandados o resistentes y a ellas incumben, en lo que a la
relación sustancial nueva respecta, los poderes sustanciales y
procesales del demandado en el proceso, pero actúan con perfecta
autonomía, como lo hacen los litisconsortes voluntarios; y la actividad
de una sola parte no perjudica a la otra ni la beneficia, porque frente a
cada una el interviniente ad excludendum defiende una postura
distinta: frente al demandante debate el derecho sustancial reclamado
por éste, y frente al demandado controvierte cualquier excepción
sustancial que éste hubiere propuesto. El doble aspecto ha hecho
expresar a algunos autores que son tres las pretensiones que se
acumulan cuando quiera que se presente una intervención de este tipo:
la inicial del demandante contra el demandado, la pretensión del
interviniente ad excludendum contra el demandante y la pretensión del
mismo interviniente contra el demandado inicial…” (QUINTERO; y
PRIETO, 1995, Tomo II: 117-118).

285
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

El Código Procesal Civil, en su artículo 99, regula lo concerniente a la


intervención excluyente o principal de esta manera:
“Quien pretenda, en todo o en parte, ser declarado titular del derecho
discutido, puede intervenir formulando su exigencia contra
demandante y demandado.
Esta intervención sólo será admisible antes de la expedición de sentencia
en primera instancia.
El excluyente actuará como una parte más en el proceso. Si ofreciera
prueba, ésta se sujetará al trámite propio del proceso en que
comparece, otorgándose similares facultades probatorias a las partes.
La intervención del excluyente no suspende el proceso, pero sí la
expedición de la sentencia”.
Para Schönke, son efectos de la intervención principal (o excluyente) los
que indica a continuación:
“1. Las partes del proceso principal pasan a ser litisconsortes (...).

(...)
2. Los dos procesos del interviniente principal contra el demandante y
contra el demandado del proceso principal son tramitados y decididos
en común.

(...)
3. La tramitación del proceso principal puede, a instancia de parte (...) o
de oficio (...), ser suspendida hasta la decisión firme sobre la
intervención principal.
4. La intervención principal no lleva consigo una extensión de la cosa
juzgada. La sentencia del proceso motivado por la intervención surte
efectos solamente entre el interviniente principal y el demandante y
demandado del mismo, mas no entre estos dos últimos” (SCHÖNKE,
1950: 104).
Al respecto, Atilio González afirma que “... el tercero excluyente resulta
plenamente afectado, de un modo directo, por la cosa juzgada emergente de la
sentencia definitiva...” (GONZALEZ, 1998: 394). Dicho autor agrega que:

286
INTERVENCION DE TERCEROS, EXTROMISION Y SUCESION PROCESAL

“... La sentencia definitiva que se dicte será única y contendrá tres (3)
pronunciamientos:
• uno, entre el actor y el demandado originarios.
• otro, entre el actor inicial primus petitor y el tercero excluyente.
• por último, entre el tercero excluyente y el demandado
primigenio” (GONZALEZ, 1998: 394).
5.2.4 Intervención excluyente de propiedad: El proceso abreviado de
tercería de propiedad
La tercería de propiedad (o de dominio o excluyente de propiedad) es el
proceso dirigido a acreditar el dominio de un bien sobre el cual recae una
medida cautelar dictada en otro proceso, para así lograr su desafectación por
haber sido dicha medida indebidamente solicitada y decretada. La tercería de
propiedad también opera a efectos de lograr la desafectación de bienes sobre los
que pesa algún derecho real de garantía, siempre y cuando el derecho de
propiedad del tercerista se encuentre inscrito con anterioridad al citado derecho
real de garantía.
Para Enrique Falcón, la tercería de dominio es aquella “... en la que el
tercerista reclama la propiedad de la cosa embargada...” (FALCON, 1978: 86).
En opinión de Alsina, “... teniendo por objeto la protección del dominio, la
tercería importa (...) el ejercicio de la acción reivindicatoria cuando en un
proceso se afectan los derechos del propietario...” (ALSINA, 1962, Tomo V:
551).
Prieto-Castro y Ferrándiz pone de relieve lo siguiente: “... Objeto procesal
de la demanda de tercería de dominio es una actio reivindicatoria ex iure
dominii, y objeto material es la exclusión del embargo de los bienes del actor, la
declaración de libertad de los mismos y su reintegración a él” (PRIETO-
CASTRO Y FERRANDIZ, 1983, Volumen 2: 230).
Conforme a nuestro ordenamiento jurídico, la tercería (en general) es un
asunto contencioso que se tramita en proceso abreviado (art. 486 -inc. 5)- del
C.P.C.) y que se encuentra regulado en el Sub-Capítulo 5° (“Tercería”) del
Capítulo II (“Disposiciones especiales”) del Título II (“Proceso abreviado”) de
la Sección Quinta (“Procesos contenciosos”) del Código Procesal Civil, en los
arts. 533 al 539.

287
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

El primer párrafo del artículo 100 del Código Procesal Civil establece que
puede intervenir en un proceso quien pretende se le reconozca su derecho en
oposición a los litigantes, como consecuencia de alguna medida cautelar
ejecutada sobre un bien de su propiedad o sobre el cual tuviera un mejor derecho
que el titular de la medida cautelar. Dicho numeral trata, pues, del proceso de
tercería de propiedad, según se deriva de su contenido y del trámite en vía
abreviada y como proceso de tercería que se le asigna en su último párrafo.
Advertimos que para la procedencia de la tercería de propiedad el título del
demandante (tercerista) debe ser anterior a la fecha de la decisión cautelar
cuestionada, porque de ser posterior aquél asume la carga que implica la medida
preventiva (salvo que estuviese amparado por el principio de la buena fe
registral, de ser el caso).
En opinión de Prieto-Castro y Ferrándiz, “... la interposición de la demanda
de tercería no produce el efecto de suspender pura y simplemente el
procedimiento, sino que se sustancia en pieza separada, no produciéndose tal
suspensión más que a partir del momento en que se fuese a entrar en la
realización de los bienes que constituyen su objeto, y después del cual la tercería
de dominio carece de finalidad...” (PRIETO-CASTRO Y FERRANDIZ, 1983,
Volumen 2: 232).
Sobre el particular, Lino Palacio refiere lo siguiente:
“La interposición de la tercería de dominio comporta, en principio, una
facultad del titular del dominio, quien, por una parte, puede limitarse a
requerir el levantamiento del embargo en el supuesto de encontrarse en
condiciones de acreditar en forma efectiva y fehaciente la existencia de
su derecho (...), y, por otra parte, no pierde la propiedad de un bien
inmueble aun en la hipótesis de que él se venda en el proceso principal,
ya que la circunstancia de no interponer la pretensión de tercería no
obsta a su derecho de reivindicarlo frente al tercer adquirente, en tanto
no se haya operado la prescripción. Si se trata, en cambio, de bienes
muebles, la interposición de la tercería de dominio resulta necesaria en
la medida en que la eventual pretensión reivindicatoria puede fracasar
frente a un adquirente de buena fe, salvo que aquéllos hayan sido
robados o perdidos...” (PALACIO, 1983, Tomo III: 298).
El citado jurista argentino señala, además, lo siguiente:
“... La suspensión de los trámites del proceso principal reviste el carácter
de una medida cautelar, ya que si aquéllos continuaran una vez

288
INTERVENCION DE TERCEROS, EXTROMISION Y SUCESION PROCESAL

dispuesta la venta de los bienes embargados, carecería de toda


virtualidad la sentencia que eventualmente reconociere el derecho del
tercerista. Por ello, asimismo, la suspensión debe considerarse limitada
a la subasta de los bienes que fueron objeto de la tercería, no
extendiéndose a otros que son ajenos a ésta.

(...)
(...) La suspensión comienza desde que resulta consentida o ejecutoriada la
orden de venta de los bienes (no pudiéndose hacer efectivas, por lo
tanto, las medidas dispuestas en la respectiva providencia: publicación
de edictos, valuación de los bienes, etc.), y concluye una vez que se
encuentra firme la sentencia dictada en la tercería. Asimismo, durante
el plazo de suspensión de los procedimientos el tercerista tiene derecho
a requerir el cumplimiento de medidas cautelares con relación al bien o
bienes embargados.
(...) Como se ha visto, la suspensión del procedimiento principal no
procede, y cabe, por lo tanto, hacer efectiva la orden de venta de los
bienes, en el supuesto de que éstos se hallen sujetos a desvalorización
o desaparición o irroguen excesivos gastos de conservación, quedando
el producto de la venta afectado a las resultas de la tercería...”
(PALACIO, 1983, Tomo III: 300-301).
Podetti, acerca de los efectos de la tercería de dominio (o de propiedad),
expone lo siguiente:
“La suspensión de los procedimientos, que, con ciertos recaudos, autorizan
las leyes procesales (...), cuando se deduce una tercería de dominio en
juicio ejecutivo, no es total. En primer lugar, ella sólo puede producirse
llegado el juicio ejecutivo a cierta etapa en su sustanciación, sentencia
de remate ejecutoriada (...) y cesa en sus efectos si la tercería es
rechazada.
En segundo lugar, la suspensión sólo procede respecto a los bienes que son
motivo de la tercería, ya que la suspensión, como toda medida
precautoria, tiene por objeto evitar un daño o sea en este caso, la
subasta de bienes que pueden no pertenecer al deudor (...). La
prosecución del juicio ejecutivo en este supuesto, podría, a su vez
influir sobre la tercería. En efecto, si la venta de los bienes
embargados, ajenos a la tercería, diese un producido suficiente para
cubrir el capital reclamado y las costas de la ejecución, el embargo

289
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

sobre los bienes que motivan la tercería no tendría ya razón de ser y si


el demandado-ejecutado se allanó a la tercería, el juez sólo debería
pronunciarse sobre dicho allanamiento y sobre las costas.
En tercer lugar ‘la deducción de cualquier tercería será bastante
fundamento para que se amplíe y mejore el embargo, si el actor lo
solicitare’ (...).
En cuarto lugar, debe considerarse limitada la suspensión de los
procedimientos, en cuanto ella no impide que se tomen medidas sobre
la guarda, conservación o venta, en casos especiales, de los bienes
embargados y sobre regulación de honorarios de los profesionales”
(PODETTI, 1949: 150-151).
El artículo 536 del Código Procesal Civil regula lo concerniente a los
efectos de la tercería de propiedad de esta manera:
“Admitida la tercería de propiedad, se suspenderá el proceso si estuviera
en la etapa de ejecución, aunque esté consentida o ejecutoriada la
resolución que ordena la venta de los bienes, salvo que estén sujetos a
deterioro, corrupción o desaparición o que su conservación resulte
excesivamente onerosa. En estos casos, el producto de la venta queda
afectado al resultado de la tercería.
El tercerista puede obtener la suspensión de la medida cautelar o de la
ejecución del bien afectado, si la garantía otorgada es suficiente a
criterio del Juez, en caso no pruebe que los bienes son de su
propiedad”.
El artículo 539 del Código Procesal Civil versa sobre la suspensión de la
medida cautelar sin plantear tercería, señalando que:
“El perjudicado por una medida cautelar dictada en proceso en que no es
parte, puede pedir su suspensión sin interponer tercería, anexando
título de propiedad registrado. Del pedido se corre traslado a las partes.
Si se suspende la medida, la resolución es irrecurrible. En caso
contrario, el interesado puede interponer tercería, de acuerdo al
Artículo 533° [del C.P.C.]”.

5.2.5 Intervención de derecho preferente: El proceso abreviado de


tercería de derecho preferente

290
INTERVENCION DE TERCEROS, EXTROMISION Y SUCESION PROCESAL

La tercería de derecho preferente (o de prelación o de pago o de mejor


derecho) es aquella que tiene por finalidad reclamar el pago preferencial de una
acreencia, una vez realizados los bienes que fueron objeto de medida cautelar o
para la ejecución. Este derecho de preferencia puede derivar de alguna situación
legal o judicial de carácter especial que determina un crédito privilegiado en
comparación a otro frente a ciertos bienes. Pueden reclamar dicho pago
preferencial, por ejemplo, el acreedor hipotecario, la persona en cuyo favor se
constituyó la garantía mobiliaria, el primer embargante, etc.
En palabras de Enrique Falcón, la tercería de mejor derecho es aquella “...
en la que el tercerista pretende tener un crédito que debe ser pagado con
preferencia al del ejecutante, con el producido de la venta del bien embargado”
(FALCON, 1978: 86).
Prieto-Castro y Ferrándiz concibe a la tercería de mejor derecho como la “...
actuación en un proceso de ejecución de un tercero que alega su derecho a ser
reintegrado del crédito que ostente con preferencia al acreedor de la ejecución y
con cargo a los bienes realizados” (PRIETO-CASTRO Y FERRANDIZ, 1983,
Volumen 2: 233).
Podetti afirma que la tercería de mejor derecho “se trata (...) de una tercería
en interés propio, originario, directo y excluyente...” (PODETTI, 1949: 203).
Dicho tratadista argentino añade que “la tercería de mejor derecho protege, en
primer lugar, el amplio sector de los privilegios, subsidiariamente y en casos
especiales, los derechos reales de garantía y a falta de unos y de otros, la
preferencia legal del embargo” (PODETTI, 1949: 205).
Según nuestro ordenamiento jurídico, la tercería (en general) es un asunto
contencioso que se tramita en proceso abreviado (art. 486 -inc. 5)- del C.P.C.) y
que se encuentra regulado en el Sub-Capítulo 5° (“Tercería”) del Capítulo II
(“Disposiciones especiales”) del Título II (“Proceso abreviado”) de la Sección
Quinta (“Procesos contenciosos”) del Código Procesal Civil, en los arts. 533 al
539.
El segundo párrafo del artículo 100 del Código Procesal Civil trata lo
concerniente a la intervención en un proceso de quien pretende se le reconozca
derecho preferente respecto de lo obtenido en la ejecución forzada. Su texto se
refiere entonces al proceso de tercería de derecho preferente, disponiendo
precisamente dicho numeral en su último párrafo el trámite en vía abreviada y
como proceso de tercería para tal intervención. Como se aprecia, la pretensión

291
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

del tercerista preferente es autónoma en relación al proceso que la motiva, por lo


que no se ventila en trámite incidental sino en vía de acción.
A decir de Podetti:
- “El primer efecto que produce la deducción de una tercería de mejor
derecho ‘prima facie’ procedente, es la suspensión del pago en el juicio
principal” (PODETTI, 1949: 231).
- “Otro efecto que produce la deducción de una tercería de mejor
derecho, a la cual se le ha dado curso, es la posibilidad, para el
ejecutante, de pedir ampliación de embargo...” (PODETTI, 1949: 235).
Máximo Castro, en lo relativo a los efectos de la tercería de mejor derecho
(tercería de derecho preferente), anota que “si (...) lo que se reclama es
solamente un derecho de preferencia en el pago, entonces podrá llegarse hasta la
venta de la cosa embargada, y lo único que se suspenderá hasta la terminación
del juicio de tercería es el pago, pues sólo entonces se sabrá quién tiene mejor
derecho...” (CASTRO, 1931, Tomo Tercero: 129). Máximo Castro pone de
relieve que “... si el precio obtenido en la venta permite pagar al tercerista y al
ejecutante, la tercería habrá dejado de tener su importancia; pero de cualquier
modo debe suspenderse el pago hasta que se resuelva la tercería” (CASTRO,
1931, Tomo Tercero: 129).
Lino Palacio, al estudiar los efectos de la tercería de mejor derecho (tercería
de derecho preferente), enseña lo siguiente:
“... Esta clase de tercería no obsta a la realización de la subasta judicial del
bien embargado ni a la entrega de éste al acreedor, pues en ella no se
trata
de obtener el levantamiento del embargo sino de decidir la preferencia
en el pago requerida por el tercerista (...).
(...) La suspensión se opera desde que el comprador ha depositado el precio
obtenido en la subasta del bien y termina cuando se encuentra firme la
sentencia dictada en la tercería. Pero la suspensión no se verifica, y
procede en consecuencia efectuar el pago al embargante, si éste otorga
la fianza (para responder a las resultas de la tercería)...” (PALACIO,
1983, Tomo III: 318).
Los efectos de la tercería de derecho preferente se encuentran regulados en
el artículo 537 del Código Procesal Civil, cuyo texto es como sigue:

292
INTERVENCION DE TERCEROS, EXTROMISION Y SUCESION PROCESAL

“Admitida la tercería de derecho preferente, se suspende el pago al


acreedor hasta que se decida en definitiva sobre la preferencia, salvo
que el tercerista otorgue garantía suficiente a criterio del Juez para
responder por el capital, intereses, costas, costos y multas.
El tercerista puede intervenir en las actuaciones relacionadas con el remate
del bien”.

6. INTERVENCION PROVOCADA, COACTIVA U OBLIGADA DE


TERCEROS

6.1 Concepto
Rocco define a la intervención coactiva de terceros (llamada también
intervención provocada o forzada u obligada o necesaria) como “... aquella
intervención que se produce, no por espontánea voluntad del sujeto, sino porque
surge una situación en que la voluntad del sujeto se ve constreñida a participar
en el juicio pendiente” (ROCCO, 1976, Volumen II: 131-132).
Gimeno Sendra refiere que “en la intervención provocada, el tercero
interviene como consecuencia de una denuncia de la existencia del proceso
efectuada por alguna de las partes. Puede ser, pues, provocada a instancia del
demandante (…) o del demandado…” (GIMENO SENDRA, 2007, Tomo I:
166).
Sobre el particular, Lino Palacio asevera que:
“... En términos generales, la intervención coactiva u obligada se verifica
cuando, sea a petición de cualquiera de las partes originarias, o de
oficio, se dispone la citación de un tercero para que participe en el
proceso pendiente y la sentencia a dictar en él pueda serle
eventualmente opuesta.
(...)
(...) Pese a la denominación acordada a este tipo de intervención, la
comparecencia del tercero no implica un deber sino una simple
facultad jurídica cuya falta de ejercicio, sin embargo, también lo
expone al riesgo de ser alcanzado por los efectos de la sentencia que se
dicte en el proceso al que fue citado” (PALACIO, 1983, Tomo III:
246-247).

293
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

Andrés de la Oliva y Miguel Angel Fernández, acerca de la intervención


provocada de terceros, apuntan que:
“... Se habla de intervención provocada cuando una persona, hasta
entonces ajena al litigio, entra a formar parte de él como consecuencia
de la ‘llamada’ que le dirige alguna de las partes procesales. La
llamada al tercero (que es, en definitiva, la simple comunicación de la
existencia del proceso) se denomina litis denuntiatio.
(...) La intervención provocada no es nunca una intervención ‘forzosa’. El
‘provocado’ no tiene la obligación o deber de comparecer, sino la
carga de hacerlo, en la medida en que de su incomparecencia podrían
parársele perjuicios. La llamada al tercero, que puede hacerla tanto el
actor como el demandado, suele realizarse bien para que el tercero
auxilie a quien es parte demandada, bien simplemente para crear el
supuesto de hecho del que dependen otros derechos (de garantía,
saneamiento, etc.)” (DE LA OLIVA; y FERNANDEZ, 1990, Volumen
I: 482-483).
Aldo Bacre anota sobre el tema que “el concepto de intervención obligada
de terceros es equívoco. En realidad, el tercero intervendrá en el proceso si lo
desea, y su falta de respuesta a la citación no permite declararlo rebelde, ya que
ella se efectúa al solo fin de anoticiarlo de la existencia del juicio, por los
efectos que pudiera tener la sentencia en un futuro proceso contra él. Se trata
más bien, de una carga procesal para el citante (alguna de las partes), toda vez
que considere que con alguna persona en principio ajena al pleito existe
comunidad de controversia. (...) no existe obligación de comparecer, por lo que
una más correcta expresión sería (...) intervención coactiva” (BACRE, 1996,
Tomo II: 184).

6.2 Clases
En opinión de Lino Palacio:
“... Corresponde diferenciar tres tipos básicos de intervención coactiva,
todos los cuales son susceptibles de ser encuadrados (...) bajo la
designación genérica de ‘denuncia de la litis’ (litisdenuntiatio).
Tales tipos son: 1°) La citación del sujeto pasivo de una eventual
pretensión regresiva o del colegitimado. Dentro de la primera hipótesis
cabe a su vez distinguir los casos comunes de pretensiones regresivas,
de la llamada ‘citación de evicción o saneamiento’ (...); 2°) La citación

294
INTERVENCION DE TERCEROS, EXTROMISION Y SUCESION PROCESAL

del legitimado para intervenir (nominatio auctoris); 3°) La citación del


tercero pretendiente” (PALACIO, 1983, Tomo III: 247-248).
A criterio de Rocco:
“La intervención coactiva puede ocurrir de dos modos, a saber: previa
instancia o requerimiento de una parte, dirigida al juez, con la cual
llama al proceso a un sujeto que ha permanecido extraño a la litis; o
bien, por espontánea iniciativa del juez, quien, reconociendo la causa
común a otro sujeto que no está originariamente en litis, ordena su
comparecencia en juicio.
La primera forma de intervención se denomina intervención coactiva a
instancia de parte, mientras que la segunda forma se llama
intervención coactiva iussu iudicis (integración del juez)” (ROCCO,
1976, Volumen II: 132).
El mencionado jurista italiano precisa que son casos de intervención
coactiva a instancia de parte:
“1°) la litisdenuntiatio en materia de evicción;
2°) la nominatio auctoris (...);
3°) el llamamiento en causa del tercero pretendiente (...);
4°) el llamamiento en garantía...” (ROCCO, 1976, Volumen II: 132).

6.2.1 Intervención de terceros a instancia de parte


Rocco, en lo que atañe a la intervención de terceros a instancia de parte,
predica lo siguiente:
“... Condición de la intervención coactiva (a instancia de parte) es que la
causa sea común a aquel que llama en juicio y a aquel que es llamado a
juicio (...). Este requisito no consiste en un mero interés del que llama
y que es llamado, sino sobre todo en que la relación sustancial que se
discute entre actor y demandado sea común al tercero, o por lo menos,
sea conexa por identidad de título o de sujeto, o del uno y del otro, con
otra relación en que el sujeto extraño se encuentre con el actor o con el
demandado.
En el primer caso, el que era extraño al juicio hubiera podido o debido
asumir la posición de un litisconsorte necesario (...); en el segundo

295
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

caso, el tercero extraño hubiera podido asumir la posición de


litisconsorte simple, ya que habría podido ser actor o demandado en un
juicio separado” (ROCCO, 1976, Volumen II: 132).

6.2.2 Intervención de terceros por orden del Juez


Al respecto, Liebman anota lo siguiente:
“... La ley ha querido dar al juez el poder de solicitar la llamada en causa
del tercero en los mismos casos en que podía ser provocada por una de
las partes por su espontánea voluntad (...). La orden de intervención es,
por consiguiente, en sustancia una invitación a las partes a llamar al
tercero con la implícita advertencia de que el juez no está dispuesto a
decidir la causa mientras el tercero no haya sido llamado (...). Las
razones de oportunidad, que pueden inducir al juez a ordenar la
intervención son las acostumbradas: interés del tercero a tutelar sus
razones, indirectamente envueltas en el proceso, economía de los
juicios, unidad y uniformidad de decisiones sobre relaciones conexas.
En virtud de la orden de intervención el tercero se convierte en
litisconsorte necesario.
(...) La llamada del tercero significa solamente extensión al tercero de la
eficacia de la sentencia que se pronuncie entre las partes originarias, a
través de una implícita demanda de declaración de certeza en relación
a él de los puntos perjudiciales eventualmente relevantes para su
situación (...). Se comprende que permanece abierta la posibilidad de
ulteriores demandas de las partes o del tercero” (LIEBMAN, 1980: 86-
87).
Micheli, acerca de la intervención de terceros por orden del Juez, predica lo
siguiente:
“... ‘El juez, cuando considere oportuno que el proceso se desarrolle frente
a un tercero al cual es común la causa, ordena su intervención’.
Presupuesto de tal intervención jussu judicis es siempre la comunidad
de causa, entendida como identidad de elementos objetivos,
individualizantes de la acción (...), pero la misma no crea sin embargo
en el juez el deber de llamar en causa al tercero, sino el poder de
hacerlo, si lo considera oportuno. Ahora bien, aun cuando no sea fácil
establecer en abstracto las hipótesis en que tal oportunidad puede ser
contemplada por el juez, es de observar que mediante la intervención
en examen, el juez crea un verdadero y propio litisconsorcio necesario

296
INTERVENCION DE TERCEROS, EXTROMISION Y SUCESION PROCESAL

en hipótesis en las cuales el mismo no está previsto por la ley; de ello


se sigue que si ninguna de las partes provee a llamar en causa al
tercero, indicado por el juez, mediante citación, el proceso no puede
proseguir y la causa es cancelada del registro (...). Con tal llamamiento
en causa jussu judicis que (...) no puede servir para una finalidad
meramente instructoria (ya que para tal finalidad es suficiente llamar al
tercero como testigo), el juez puede hacer necesaria la participación en
el proceso de sujetos que tienen una legitimación igual a la de las
partes originarias, respecto del objeto de la controversia y que las
partes mismas no han creído deber llamar en juicio; de este modo, el
juez tiende a evitar un conflicto práctico de fallos (...), ya que el tercero
podría ser parte en otro juicio con una de las partes en el proceso
actual, y obtener un pronunciamiento diverso respecto del alcanzado en
este último (...).
También el interviniente coaccionado jussu judicis debe ser considerado
como parte en el proceso por efecto del solo llamamiento, aun cuando
después las partes originarias no formulen respecto de él ninguna
instancia, ya que su posición sustancial le hace que quede sujeto sin
más a la eficacia de la cosa juzgada de la sentencia que se emitirá en
aquel proceso. Es este, pues, un caso en que un sujeto queda envuelto
(por decir así) en un proceso civil, no obstante su voluntad en sentido
contrario. Se trata, por consiguiente, de hipótesis totalmente
excepcionales respecto de los principios generales (...); excepción me
parece, sólo en parte justificada por la exigencia de evitar conflictos
prácticos entre fallos y en la estrecha conexión entre el objeto de la
controversia, llevada ante el juez, y la posición jurídica del tercero
llamado en causa por orden de dicho juez” (MICHELI, 1970, Volumen
I: 236-237).

6.2.3 Litisdenunciación
Para Goldschmidt, “... la litisdenunciación ‘litis denuntiatio’ es el aviso
dado por una parte a un tercero de la pendencia de un proceso, dejando al
arbitrio del mismo el acudir en auxilio del denunciante en calidad de
interviniente adhesivo (...), el entrar en la causa como interviniente principal
(...), o el aceptar el proceso en calidad de demandado...” (GOLDSCHMIDT,
1936: 450).
En opinión de Liebman, “... la llamada en causa del tercero es (...) ante todo
un medio para llevar al conocimiento del tercero la existencia del proceso

297
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

(litisdenuntiatio) y permitirle intervenir, medio que en estos casos se hace


posible por la coincidencia del interés del tercero con el interés de la parte que
lo llama. Pero, naturalmente, nadie puede ser constreñido a proponer demandas
contra su voluntad. Por eso la llamada en causa, en sí y por sí, coloca al tercero
en la situación de asistir al proceso permaneciendo al margen del mismo; todo lo
que se puede admitir es que la llamada implique la proposición de una demanda
de declaración de certeza respecto del tercero, la cual extienda también a él los
efectos de la sentencia que haya de pronunciarse sobre la causa originaria entre
las partes principales, de modo que valga también para él la declaración de
certeza de los puntos de hecho y de derecho que son comunes también a su
relación o que constituye una prejudicial de éste. En tal modo, el tercero se
convierte, a estos efectos limitados, en parte. Lo que no excluye que una de las
partes (el que llama a su adversario) pueda proponer también otra demanda
contra el intervenido y que éste la pueda proponer contra una o ambas partes.
Por ejemplo, en el caso de la garantía, la parte, además de llamar en causa al
garante, puede proponer en el mismo proceso en vía eventual (esto es, para el
caso de resultar vencido en la demanda principal) la demanda de regreso contra
él (llamada en garantía)” (LIEBMAN, 1980: 85-86).

6.2.3.1 Denuncia civil o citación del colegitimado pasivo


En relación al tema, Rodríguez Garcés apunta que:
“... El demandado puede pedir la citación de otras personas en contra de
quienes procede también la acción ejercitada en contra de él.
Si se demanda a uno solo de los deudores de la obligación solidaria o de
obligación indivisible la acción entablada procede también en contra
de los demás deudores que no han sido demandados. En tales casos el
demandado puede solicitar, dentro del término de emplazamiento, que
se les cite al juicio.

El objeto de la citación es que afecten también a ellos los resultados


del pleito.
Si la persona citada no comparece al juicio le afectan sus resultados tal
como si hubiere litigado en él. Se encuentra en la misma situación que
el demandado rebelde” (RODRIGUEZ GARCES, 1967, Tomo I: 69-
70).
El Código Procesal Civil, en su artículo 102, regula lo concerniente a la
denuncia civil, estableciendo que el demandado que considere que otra persona,

298
INTERVENCION DE TERCEROS, EXTROMISION Y SUCESION PROCESAL

además de él o en su lugar, tiene alguna obligación o responsabilidad en el


derecho discutido, debe denunciarlo indicando su nombre y domicilio, a fin de
que se le notifique del inicio del proceso.
Se puede apreciar que, conforme a nuestro ordenamiento jurídico procesal,
la denuncia civil se configura cuando la persona contra la cual es dirigida la
demanda hace notar al juzgador (generalmente en el escrito en que formula
excepciones o contesta la demanda) que carece de legitimidad para obrar (vale
decir, que no integra la relación jurídica material objeto de debate judicial) y que
es otra persona (respecto de la cual deberá señalar su nombre y domicilio para
que sea emplazada), en vez de ella, a quien debe atribuírsele la condición de
parte demandada. La referida institución jurídica también se configura en el
supuesto de existir otro colegitimado pasivo, en cuyo caso el demandado se lo
hace saber al magistrado (generalmente en el escrito de contestación de
demanda), identificando a aquél y señalando su dirección domiciliaria a efecto
de su debido emplazamiento.
El artículo 103 del Código Procesal Civil norma el trámite y efectos de la
denuncia civil, desprendiéndose de dicho precepto legal lo siguiente:
- Si el órgano jurisdiccional considera procedente la denuncia civil
formulada por la persona contra la cual se ha dirigido la demanda,
dispondrá el emplazamiento al sujeto denunciado (concediéndole un plazo
no mayor de diez días para que intervenga en el proceso), el mismo que
debe producirse con las mismas formalidades previstas para la notificación
de la demanda.
- La admisión de la denuncia civil formulada por la persona contra la cual se
ha dirigido la demanda trae como consecuencia la suspensión del proceso
hasta que se produzca el emplazamiento al denunciado civil.
- El denunciado civil tendrá la calidad de litisconsorte del demandado
denunciante e iguales facultades procesales que este último.
- La sentencia que se expida en el proceso en que tuvo lugar la denuncia
civil, además de la cuestión litigiosa existente entre la parte demandante y
demandada, resolverá lo concerniente a la relación sustancial que hubiere
entre el demandado denunciante y el denunciado civil.
La Corte Suprema de Justicia de la República, en relación a la denuncia
civil o citación del colegitimado pasivo, ha establecido lo siguiente:

299
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

- “... La intervención del denunciado civil es un típico caso de intervención


obligada, dicha intervención es considerada como una especie de
llamamiento a terceros a pleito. Es el mecanismo procesal mediante el cual
una parte integra a un tercero al proceso, respecto de quien tiene
determinados intereses -presentes o futuros- respecto de la misma relación
sustantiva o de otra conectada jurídicamente a esta última con la que se
discute en el proceso...” (Casación Nro. 1932-2003 / La Libertad, publicada
en el Diario Oficial El Peruano el 02-08-2004, pág. 12520).
- “... El numeral ciento dos del Código Procesal Civil [...] faculta al
demandado a denunciar en el proceso a la persona que además de él o en su
lugar, tiene alguna obligación o responsabilidad en el derecho discutido,
indicando su nombre y domicilio a fin que se le notifique del inicio del
proceso; [...] en tal virtud, a través de éste pedido [sic -léase este pedido-]
se permite incorporar al proceso a un tercero que no habiendo sido
demandado, asuma las obligaciones o responsabilidades que surjan del
derecho discutido, de tal manera que sean emplazados con la demanda y
entablen una relación procesal con el demandante, no así con el
denunciante que puede conservar su condición de codemandado o ser
excluido del proceso...” (Casación Nro. 5254-2006 / Lima Norte, publicada
en el Diario Oficial El Peruano el 02-09-2008, pág. 22686).
- “... La denuncia civil consagrada en el Artículo ciento dos del Código
Procesal Civil permite incorporar al proceso a un tercero que no habiendo
sido demandado expresamente, asuma las obligaciones o responsabilidades
que surjan del derecho discutido, de tal manera que sean emplazados con la
demanda y entablen relación procesal con el demandante, no así con el
denunciante que puede conservar su condición de codemandado o ser
excluido del proceso” (Casación Nro. 678-96 / Lima, publicada en el Diario
Oficial El Peruano el 21-04-1998, págs. 733-734).
- “... La denuncia civil está regulada en el artículo ciento dos del Código
Procesal Civil, el mismo que establece que solamente procederá denunciar
civilmente a otra persona si es que ésta, además de él o en su lugar, tiene
alguna obligación o responsabilidad en el derecho discutido; es decir, la
norma acotada exige que para que una persona sea denunciada civilmente
debe tener la calidad de parte pasiva, resultando obligada a lo que se decida
en la sentencia, pues la denunciada civilmente es considerada como un
litisconsorte necesario dado que integra la parte pasiva de la relación
jurídico material...” (Casación Nro. 692-01 / Ica, publicada en el Diario
Oficial El Peruano el 05-11-2001, págs. 7908-7909).

300
INTERVENCION DE TERCEROS, EXTROMISION Y SUCESION PROCESAL

- “... Las partes tienen facultad para formular denuncia civil cuando
corresponda, conforme al Artículo ciento dos del Código Procesal Civil,
por lo que su omisión no puede sustentar un pedido de nulidad...”
(Casación Nro. 100-2000 / Tacna, publicada el 09-04-2000, pág. 5056).
- “... No existiendo prohibición alguna de que la denuncia civil se encuentre
contenida en la contestación de demanda, ni mucho menos mandato
imperativo de que deba formularse en escrito aparte, ésta debe entenderse
como válidamente efectuada en la forma realizada en autos [esto es, dentro
de los fundamentos de hecho del escrito de contestación de demanda],
máxime si es obligación de los Magistrados analizar, evaluar y merituar
cada uno de los fundamentos expuestos por las partes en litigio...”
(Casación
Nro. 1805-00 / Ayacucho, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 30-
07-2003, págs. 10753-10754).
- “... Resultaba necesario, a efectos de establecer adecuadamente una
relación jurídica procesal válida y poder emitir un pronunciamiento válido
sobre el fondo de la controversia, resolver la denuncia civil formulada,
determinando si el [...] demandado tiene o no alguna obligación o
responsabilidad en el derecho discutido, o si la mencionada obligación o
responsabilidad debía ser compartida con la [...] denunciada. [...] dicha
omisión resulta una clara transgresión al principio de la observación del
debido proceso, [...] principio cuyo estricto cumplimiento debe ser velado
por esta Suprema Sala, y que se materializa en el hecho de no haberse
emitido pronunciamiento respecto de un pedido expreso de una de las
partes en conflicto...” (Casación Nro. 1805-00 / Ayacucho, publicada en el
Diario Oficial El Peruano el 30-07-2003, págs. 10753-10754).
- “... Al ser incorrecta la inclusión de [...] en calidad de denunciado
civilmente, tampoco resultaba factible emitir pronunciamiento sobre la
relación sustancial entre el denunciante y el denunciado civilmente pues
ello es exigible en el caso que el denunciado civilmente tenga realmente la
calidad de parte pasiva en el proceso, lo cual no ha sucedido en el presente
caso; [...] no obstante ello, la Sala de revisión si [sic -léase sí-] ha incurrido
en causal de nulidad al no haberse pronunciado en la sentencia de vista
respecto a la solicitud de extromisión planteada [...]; por consiguiente, se ha
infringido lo dispuesto en el artículo ciento veintidós inciso cuarto del
Código Procesal Civil, debiendo por ende declararse nula la sentencia de
vista, a fin de que la Sala de mérito se pronuncie sobre el pedido de

301
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

extromisión del proceso...” (Casación Nro. 692-01 / Ica, publicada en el


Diario Oficial El Peruano el 05-11-2001, págs. 7908-7909).
- “... Conforme al Artículo ciento tres del Código Procesal Civil, es efecto de
la denuncia civil una vez admitida aquella (sic), la suspensión del proceso.
(...) Que, la suspensión a que alude la ley busca la integración de la relación
procesal con el denunciado civil, por lo que hasta que no se integre dicho
litis consorte, el proceso se encuentra suspendido” (Casación Nro. 2805-
99 / Callao, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 19-08-2000, pág.
6005).
- “... Con la denuncia civil se estaría desnaturalizando los fines de la acción
ejecutiva...” (Casación Nro. 2543-99 / Lima, publicada en el Diario Oficial
El Peruano el 18-01-2000, pág. 4576).
6.2.3.2 Llamamiento en garantía o aseguramiento de pretensión futura
El pedido de aseguramiento de pretensión futura que hace una de las partes
a efecto de que se emplace a un tercero para que en el mismo proceso el
juzgador se pronuncie además sobre la pretensión (indemnizatoria o de
repetición de lo que eventualmente se pague en ejecución de sentencia) que
aquélla tuviera contra dicho tercero, es un caso de intervención obligada o
provocada de terceros, conocido en la doctrina también como citación o
llamamiento en garantía.
Véscovi, en cuanto a la llamada o citación en garantía, enseña que:
“... Comprende la circunstancia en la cual una de las partes, normalmente
el reo, pide la citación (y emplazamiento) de un tercero para que
concurra a defenderlo y eventualmente sea condenado. Inclusive,
muchas veces ese tercero entra en el proceso y puede sustituir a la
parte.
Este fenómeno es la consecuencia de que, en virtud de las normas de
derecho sustancial, el tercero (llamado) es el verdadero responsable
(caso de la citación de evicción), o la parte (demandada), en el caso de
ser condenada, tendría, a su vez, una acción (de regreso) contra ese
tercero. Como el caso del dueño del vehículo que llama al que lo
conducía, por ser el verdadero responsable del accidente (su empleado,
aquel a quien le prestó el vehículo, se lo robó, el asegurador, etc.)”
(VESCOVI, 1999: 177).

302
INTERVENCION DE TERCEROS, EXTROMISION Y SUCESION PROCESAL

Montero Aroca, Gómez Colomer, Montón Redondo y Barona Vilar estiman


que mediante la llamada en garantía “una parte (normalmente el demandado)
provoca la intervención en el proceso de un hasta entonces tercero, que debe
garantizar al llamante de los resultados del mismo. La llamada puede ser formal
o simple” (MONTERO AROCA; GOMEZ COLOMER; MONTON
REDONDO; y BARONA VILAR, 2003, Tomo II: 92). Tales autores añaden
que:
“En la llamada formal el tercero está obligado a garantizar al llamante en
virtud de una transmisión onerosa de derechos efectuada con
anterioridad (…).
En la llamada simple la obligación de garantizar procede de un vínculo de
coobligación que da lugar, entre los obligados, a pretensiones de
regreso total o parcial, después de satisfacer al acreedor común (…).

(…)
(…) La llamada es una simple denuncia del litigio por la que se invita al
tercero a intervenir, de modo que si no lo hace no podrá después alegar
que la sentencia es res inter alios iudicata, y sin interviene hay que
considerarlo interviniente adhesivo…” (MONTERO AROCA;
GOMEZ COLOMER; MONTON REDONDO; y BARONA VILAR,
2003, Tomo II: 92).
Para Micheli, “... con el llamamiento en garantía la parte propone, frente al
garante así llamado en causa, una demanda (anticipada y condicionada a que sea
acogida la pretensión de la una parte respecto de la otra, esto es, de la
garantizada), mediante la cual se hace valer una acción de repetición frente al
garante (...). El llamamiento en garantía debe, por consiguiente, contemplarse
como distinto de la simple denuncia de la litis, mediante la cual el garantizado
advierte al garante de la pendencia de la controversia, derivada de la pretensión
del tercero de tener derechos sobre la cosa vendida (...); sin embargo, si el
garante no interviene, la cosa juzgada formará estado también contra él, pero el
garantizado deberá promover una distinta acción de repetición en proceso
especial. Por el contrario, si el garantizado no provee tampoco a la litis
denunciatio, corre el peligro de perder la garantía” (MICHELI, 1970, Volumen
I: 235).

303
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

El Código Procesal Civil, en su artículo 104, regula lo concerniente al


aseguramiento de pretensión futura (denominado también, como se indicara
anteriormente, citación o llamamiento en garantía) en estos términos:
“La parte que considere tener derecho para exigir de un tercero una
indemnización por el daño o perjuicio que pudiera causarle el resultado
de un proceso, o derecho a repetir contra dicho tercero lo que debiera
pagar en ejecución de sentencia, puede solicitar el emplazamiento del
tercero con el objeto de que en el mismo proceso se resuelva además la
pretensión que tuviera contra él.
El llamamiento queda sujeto al trámite y efectos previstos en el Artículo
103° [del C.P.C.]”.
Se puede apreciar del último párrafo del artículo 104 del Código Procesal
Civil (citado precedentemente) que el emplazamiento del tercero que se hace en
un proceso con motivo del pedido de aseguramiento de pretensión futura de una
de las partes queda sometido al trámite y efectos previstos en el artículo 103 del
Código Procesal Civil (que versa sobre el trámite y efectos de la denuncia civil),
infiriéndose así lo siguiente:
- Si el Juez considera procedente el pedido de aseguramiento de pretensión
futura, emplazará al tercero con las formalidades establecidas para la
notificación de la demanda, concediéndole a éste un plazo no mayor de diez
días para que intervenga en el proceso.
- El proceso quedará suspendido desde que se admite el pedido de
aseguramiento de pretensión futura hasta el emplazamiento al tercero.
- Producido el emplazamiento del tercero, éste será considerado como
litisconsorte de quien formuló el pedido de aseguramiento de pretensión
futura y tendrá las mismas facultades del último de los nombrados.
- La sentencia que se expida en el proceso en que se solicitó y admitió el
aseguramiento de pretensión futura resolverá, además, sobre la relación
sustancial entre quien pidió el aseguramiento de pretensión futura y el
tercero emplazado por ello (o, en otras palabras, el pronunciamiento
judicial versará también sobre la pretensión indemnizatoria o de repetición
de lo pagado en ejecución de sentencia que tuviera la parte solicitante
respecto del tercero emplazado).

6.2.3.3 Llamamiento posesorio o “laudatio o nominatio auctoris”

304
INTERVENCION DE TERCEROS, EXTROMISION Y SUCESION PROCESAL

Según Calamandrei:
“Bajo la figura del llamamiento en causa (...) se comprende también (...) la
llamada nominatio auctoris, que tiene lugar cuando el arrendatario se
encuentra molestado en vía judicial por terceros que pretenden tener
derechos sobre la cosa arrendada; en tal caso, el arrendatario puede llamar
en causa al arrendador (o también limitarse a indicar su nombre, nominatio
auctoris, a fin de que el actor lo llame en causa), y el arrendador, llamado
en causa, ‘está obligado a asumir la litis’, mientras que ‘el arrendatario debe
ser puesto fuera de ella, con la simple indicación del arrendador, si no tiene
interés en permanecer’ (...). Aquí el llamamiento en causa no sirve para
proponer una nueva demanda contra el arrendador, sino solamente para
provocar en la causa originaria una mutación de partes: poner al arrendador,
en el lugar del arrendatario, demandado originario no legitimado.
(...) Puede ella (la figura de la nominatio auctoris) servir igualmente en todos
los casos en que el demandado no legitimado se dirige al verdadero
legitimado para que ocupe su puesto en la causa intentada contra él, o poner
a actor en condiciones de proseguir la causa, si quiere, contra el verdadero
legitimado” (CALAMANDREI, 1962, Volumen II: 347).
Prieto-Castro y Ferrándiz apunta sobre la laudatio auctoris lo siguiente:
“... Se da cuando una persona que posee una cosa ajena (esto es, en calidad de
poseedor inmediato), por virtud de una relación jurídica, como depositario,
arrendatario o figura análoga es demandado, como tal poseedor, por otra
persona que afirma tener un derecho sobre dicha cosa.
En este supuesto, lo procedente es que el poseedor inmediato demandado
ponga en conocimiento del poseedor mediato la incoación del proceso,
para que éste, a quien le interesa la defensa de la propiedad, lo asuma
como parte y el denunciante, sea liberado de la continuación de dicho
proceso (a lo que se llama extramissio)” (PRIETO-CASTRO Y
FERRANDIZ, 1980, Volumen 1: 77).
La laudatio o nominatio auctoris se presenta, en opinión de Stiglitz, en dos
supuestos:
“1) Cuando el demandante se equivoca respecto a la persona que debe citar
como demandada para la restitución de una cosa y dirige su demanda
contra quien tiene en apariencia la posesión del bien objeto de sus
pretensiones, pero en realidad sólo es un simple tenedor que detenta o

305
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

disfruta ese bien a nombre del verdadero poseedor, que es quien ha


debido ser demandado.
2) Cuando se demanda a alguien como tenedor de la cosa sin serlo...”
(STIGLITZ, 1970: 160).
Goldschmidt, en lo que atañe a la nominatio o laudatio auctoris, predica lo
siguiente:
“Para que pueda tener lugar este caso es menester que alguien, en calidad
de poseedor de una cosa mueble o inmueble, sea demandado, bien con
una ‘actio in rem’ (...), bien con una ‘actio in rem scripta’ (...), y que
alegue que posee la cosa como poseedor inmediato (...). Un
demandado de esta suerte, que antes de entrarse en el fondo de la causa
denuncia ésta al poseedor mediato y pone en conocimiento del actor
las gestiones hechas para que este poseedor comparezca por sí, se le
cite o nombre abogado (...) con el fin de que se pronuncie en la causa,
puede negarse a actuar como parte mientras el llamado no comparezca
o no haya transcurrido el plazo especial que se concede para ello (...),
con lo que se produce un efecto que atribuye a la ‘nominatio auctoris’
la significación procesal que hoy han perdido casi totalmente las
excepciones dilatorias.
Si el llamado niega su calidad de poseedor mediato o no comparece, el
demandado puede atender a la petición del actor (...), sin tener que
temer, en caso de vencimiento, ninguna acción de regresión del
llamado. Si el demandado satisface la pretensión de la demanda, el
asunto queda terminado y sólo queda la resolución sobre las costas. En
el caso de que, por el contrario, el llamado reconozca que es poseedor
mediato, puede, con el consentimiento del demandado, continuar el
proceso en su lugar (...). El consentimiento del actor no lo necesita más
que en el caso de que éste haya ejercitado acciones contra el
demandado que sean independientes del hecho de poseer éste para el
tercero (...), por ej., si reclama entrega de frutos o indemnización de
daños; si aquél consiente, el llamado puede seguir la causa incluso para
estos extremos en lugar del demandado denunciante; en otro caso, éste
continúa como parte para sólo estos puntos (...). Si acepta (el llamado)
el continuar la causa, el demandado -a petición suya- se ve desligado
de la causa por sentencia definitiva (...). El proceso pasa al llamado -en
calidad éste de demandado- en la situación en que se encuentre. La
sentencia es firme y ejecutable también contra el primer demandado

306
INTERVENCION DE TERCEROS, EXTROMISION Y SUCESION PROCESAL

(...), y en ella se resuelve al mismo tiempo sobre las costas. Si el


demandante es vencido, tiene que pagar las costas de los demandados.
Si, en cambio, resulta vencido el llamado, las paga él al demandante; y
sobre las que el primer demandado haya podido causar, el demandante
tiene que dirigirse al llamado” (GOLDSCHMIDT, 1936: 452-453).
El Código Procesal Civil, en su artículo 105, regula lo relativo al
llamamiento posesorio (o laudatio o nominatio auctoris) de esta manera:
“Quien teniendo un bien en nombre de otro, es demandado como poseedor
de él, debe expresarlo en la contestación a la demanda, precisando el
domicilio del poseedor, bajo apercibimiento de ser condenado en el
mismo proceso a pagar una indemnización por los daños y perjuicios
que su silencio cause al demandante, además de la multa prevista en el
Artículo 65° [del C.P.C.]. Para el emplazamiento al poseedor
designado se seguirá el trámite descrito en el Artículo 103° [del
C.P.C.].
Si el citado comparece y reconoce que es el poseedor, reemplazará al
demandado, quien quedará fuera del proceso. En este caso, el Juez
emplazará con la demanda al poseedor.
Si el citado no comparece, o haciéndolo niega su calidad de poseedor, el
proceso continuará con el demandado, pero la sentencia surtirá efecto
respecto de éste y del poseedor por él designado.
Lo normado en este Artículo es aplicable a quien fue demandado como
tenedor de un bien, cuando la tenencia radica en otra persona”.
La Corte Suprema de Justicia de la República, en relación al llamamiento
posesorio, ha establecido lo siguiente:
- “... El segundo párrafo del artículo ciento cinco del Código Procesal
Civil [...] establece respecto del llamamiento posesorio que, si el citado
comparece y reconoce que es el poseedor, reemplazará al demandado,
quien quedará fuera del proceso, y en este caso, el Juez emplazará con
la demanda al poseedor; [...] no obstante lo dispuesto expresamente por
la norma legal, y pese a que el señor [...] ha comparecido formalmente
al proceso, el Juez de la causa ha omitido expedir la resolución
pertinente, decidiendo o no sobre su incorporación al proceso en
reemplazo de los codemandados, pese a la trascendencia que este acto
procesal reviste para efectos del cumplimiento de la decisión final;

307
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

situación que [...] ha originado se expida sentencia [...] sin que [...] se
haya establecido debidamente la relación jurídica procesal, lo que
afecta la validez de la sentencia recurrida y vulnera el derecho del
recurrente al debido proceso...” (Casación Nro. 622-02 / Arequipa,
publicada en el Diario Oficial El Peruano el 02-01-2003, págs. 9763-
9764).
- “... El llamamiento posesorio se supedita a la acreditación de la calidad
de cuidador o vigilante del inmueble por parte de quien lo alega [...];
siendo así la falta de emplazamiento con el proceso a los [...] presuntos
poseedores del bien, no invalida la sentencia de vista...” (Casación Nro.
18-2002 / Huánuco, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 31-
052002, págs. 8794-8795).

6.2.3.4 Llamamiento
ex officio en caso de fraude
o colusión
Beatriz Quintero y Eugenio Prieto dicen del llamamiento ex officio (por
orden del Juez) en caso de fraude o colusión que:
“... En esta especie de intervención forzosa el llamamiento lo formula el
juez cuando advierte, de alguna manera, fraude o colusión que se
encamine a perjudicar a la persona a quien llama al proceso. El fraude
es culpa grave civil, con ánimo de perjudicar; la colusión es una
combinación, un acuerdo entre las partes de un proceso que casi
siempre resulta simulado y con el propósito de extender sus efectos
reflejos a un tercero.

(...)
El llamado ex officio que interviene en el proceso no introduce en él
una pretensión nueva que se sume o acumule a la que viene siendo
objeto de debate. Su interés descansa exclusivamente en que no se
consume el propósito fraudulento que le dañaría. Por lo general
resistirá a la pretensión, pero ello no es principio absoluto.
(...)
El citado no queda vinculado al proceso por el solo llamamiento.
Producida la citación, el tercero decide si interviene o no, y tan solo en

308
INTERVENCION DE TERCEROS, EXTROMISION Y SUCESION PROCESAL

el último supuesto se producirá su vinculación” (QUINTERO; y


PRIETO, 1995, Tomo II: 114-115).
Los mencionados autores señalan, además, que: “Este instituto sui generis
implica la permisión al tercero de toda la actividad propia de una parte principal
independiente, tal como si interviniera ad excludendum, cual si acumulara
pretensión. Goza de todos los poderes y facultades procesales, pero carece de la
facultad de disponer del objeto litigioso” (QUINTERO; y PRIETO, 1995, Tomo
II: 115).
El Código Procesal Civil regula el llamamiento ex officio en caso de fraude
o colusión en su artículo 106. Así tenemos que, en virtud del artículo 106 del
Código Procesal Civil, el Juez, siempre que exista la presunción de fraude o
colusión en el proceso, tiene la obligación de disponer, de oficio, la inmediata
citación de las personas que puedan resultar afectadas, con la finalidad de que se
apersonen al proceso en salvaguarda de sus derechos e intereses. A efecto de la
citación de las personas interesadas en caso de fraude o colusión, el Juez tiene la
potestad de ordenar la suspensión del proceso por un plazo que no exceda los 30
días. Debe tenerse presente que el llamamiento en caso de fraude o colusión
procede en cualquier etapa del proceso.
La Corte Suprema de Justicia de la República, en relación al llamamiento
ex officio en caso de fraude o colusión, ha establecido lo siguiente: “... El
llamamiento en caso de fraude o colusión cuando el Juez presuma su existencia,
así como la consecuente suspensión del proceso, no constituye un imperativo
categórico pues es una facultad discrecional del Juzgador...” (Casación Nro.
2981-2006 / Ica, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 30-11-2006, pág.
17813).

6.2.3.5 Llamamiento en causa del tercero pretendiente


En relación al llamamiento en causa del tercero pretendiente (llamado
también denuncia de litigio pendiente o citación de demandantes), Prieto-Castro
y Ferrándiz nos informa lo siguiente:
“... La doctrina científica y ciertas legislaciones extranjeras se ocupan
de un nuevo caso de intervención de tercero por denuncia de litigio
pendiente (...). Es la hipótesis de que, estando pendiente un proceso
acerca de un crédito, haya un tercero que afirme ser él el acreedor.
Entonces el demandado denuncia la existencia del litigio al tercero
para que intervenga en la causa si le interesa, al tiempo que deposita el

309
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

importe de la deuda para que sea entregado al que venza. El proceso


nuevo que de esta manera se origina es llamado litigio entre
pretendientes, cuyo efecto es desligar al demandado de la causa
(extramissio) para que ésta siga con esos dos pretendientes” (PRIETO-
CASTRO Y FERRANDIZ, 1980, Volumen 1: 77-78).
Calamandrei, en lo que atañe al llamamiento en causa del tercero
pretendiente, refiere que “... cuando se controvierte a cuál de los dos (o más)
pretendientes le corresponde el derecho a una prestación relativa a una suma de
dinero o a una cosa, el obligado, demandado en juicio por uno de dichos
pretendientes, tiene interés en hacer que se declare la certeza, antes de pagar, de
cuál sea, entre los distintos pretendientes, el que verdaderamente tiene derecho a
la prestación: y a este objeto puede llamar en causa al otro pretendiente, a fin de
que el juez decida la controversia entre ellos. Así se habrá declarado
judicialmente cierto a quién le corresponde poder exigir su prestación, sin el
temor de pagar a quien no tiene derecho...” (CALAMANDREI, 1962, Volumen
II: 348).
En lo concerniente al llamamiento del tercero pendiente, Arazi opina de
esta manera:

“Sucede cuando el demandado pide la citación de otra persona, distinta


del actor, que también pretende la misma cosa reclamada en la
demanda.
La citación se hace a un tercero a quien se le atribuye una pretensión en
contra del actor y del demandado; respecto del primero porque quiere
para sí lo que éste reclama en el proceso, y del segundo porque es el
sujeto pasivo de la relación sustancial. La situación difiere de la
intervención excluyente porque en el caso, el demandado primitivo se
desvincula de la suerte del proceso dado que la doctrina exige, para
que proceda esta citación, que el citante se allane a la pretensión del
demandante.
Podemos graficar la situación diciendo que si A demanda a B, éste puede
allanarse y citar a C; entonces la contienda se entabla entre A y C para
determinar quién es el titular del derecho reclamado en la demanda.
La no intervención del tercero citado le impide alegar que el
demandado pagó mal y pretender cobra (sic) nuevamente el crédito;
pero no le prohíbe ejercer su pretensión contra el actor que cobró en el
juicio anterior” (ARAZI, 1998: 329).

310
INTERVENCION DE TERCEROS, EXTROMISION Y SUCESION PROCESAL

7. EXTROMISION
Según Liebman, “la extromisión de una parte es el fenómeno inverso a la
intervención, es la salida de una parte del proceso. La misma se produce por
efecto de un pronunciamiento del juez, que libera o excluye a una parte de la
participación ulterior en el proceso, y puede referirse tanto a una parte originaria
cuanto a una parte que haya intervenido o haya sido llamada al proceso
pendiente. En general, la extromisión tiene lugar cuando el juez compruebe el
defecto de presupuestos particulares que condicionan la presencia de la parte en
el proceso, o cuando llegue a faltar la demanda propuesta en juicio por la parte o
contra ella (y el proceso deba, en cambio, continuar entre las otras partes)”
(LIEBMAN, 1980: 87-88).
De conformidad con lo dispuesto en el artículo 107 del Código Procesal
Civil, en cualquier etapa del proceso, y de manera excepcional, puede el órgano
jurisdiccional disponer (en resolución debidamente motivada) la extromisión de
un tercero legitimado que esté interviniendo en el proceso, vale decir, su
apartamiento de la litis en los siguientes casos:
a) Cuando el órgano jurisdiccional estime que el derecho o interés que
legitimaba al tercero se ha extinguido.
b) Cuando el órgano jurisdiccional compruebe posteriormente la
inexistencia del derecho o interés que legitimaba al tercero (decimos
posteriormente porque el Juez admite la intervención del tercero
precisamente por demostrar éste su derecho o interés para intervenir en
el proceso, de lo que se colige que es en momento posterior al indicado
que el Juez se cerciora de que dicho derecho o interés no existe y, en
consecuencia, dispone la extromisión de aquél).
La Corte Suprema de Justicia de la República, en relación a la extromisión,
ha establecido lo siguiente: “... El pedido de extromisión del proceso de un
tercero legitimado presupone que éste anteriormente haya sido incorporado al
mismo...” (Casación Nro. 02-05 / La Libertad C-47295, publicada en el Diario
Oficial El Peruano el 01-08-2005, pág. 14430).

8. SUCESION PROCESAL
Gimeno Sendra entiende por sucesión procesal “… la sustitución, en un
proceso determinado, de unas partes formales por otras materiales, como
consecuencia de la transmisión ‘inter vivos’ o ‘mortis causa’ de la legitimación
de aquéllas a éstas” (GIMENO SENDRA, 2007, Tomo I: 172). Dicho autor

311
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

agrega que “como consecuencia de la ‘perpetuatio jurisdictionis’ que ocasiona la


litispendencia, tras la admisión de la demanda, no pueden existir cambios
sustanciales de las partes en el proceso (…), el cual habrá de transcurrir entre el
actor y del (sic -léase y el-) demandado. Mas, puede ocurrir que, fuera del
proceso se haya transmitido el derecho subjetivo o la titularidad del bien o
relación jurídica litigiosa, en cuyo caso el nuevo adquirente es quien ostenta la
legitimación, activa o pasiva (en el caso de transmisión de bienes litigiosos), y
quien se encuentra, por tanto, legitimado para suceder a la parte originaria en el
proceso” (GIMENO SENDRA, 2007, Tomo I: 172).
Lino Palacio sostiene que:
“... En términos generales, cabe hablar de sucesión procesal siempre que, a
raíz de la extinción, pérdida de legitimación o modificación substancial
producida en la composición de una de las partes, ésta es reemplazada
en el proceso por una persona distinta.
Este tipo de sucesión implica un reflejo de la transmisión de derechos
substanciales, sea a título universal o singular (...). Pero como se trata
de derechos litigiosos, cuya efectividad se halla por lo tanto supeditada
al eventual reconocimiento que de ellos se haga en la sentencia
definitiva, la sucesión procesal se configura, en rigor, como una
sucesión en la posición jurídica procesal adoptada por el transmitente
con relación al correspondiente derecho” (PALACIO, 1983, Tomo III:
324-325).
Lorca Navarrete trata lo relativo a la sucesión procesal de la manera que se
reproduce a continuación:
“La sucesión procesal atiende a la regulación de todas las cuestiones que
afectan a los posibles cambios de sujetos en la titularidad de parte
legítima en el seno de la instancia procesal.

(…)
(…) La sucesión procesal incide más que, en la titularidad legítima de un
derecho, en una posición de parte dirigida
a ‘afirmar’ la titularidad legítima del
derecho que podrá coincidir o no con la posición legítima de la
parte según como sea declarada jurisdiccionalmente.

(…)

312
INTERVENCION DE TERCEROS, EXTROMISION Y SUCESION PROCESAL

En todo caso, se parte de la ratio según la cual la titularidad legítima del


derecho es en sí transmisible en un contexto que gráficamente podría
ser funerario, no sólo porque se justifique en la sucesión mortis causa,
cuanto más bien, porque ‘intervivos’ a través de la sucesión se produce
físicamente la muerte para la instancia procesal de quien la transmite.
Pero, al margen de iter deductivos funerarios, en todo caso la sucesión
implica un traspaso total de la titularidad legítima del derecho
originándose, una ‘a modo’ de escisión, entre la cualidad de parte
procesal y la de titular legítimo del derecho” (LORCA NAVARRETE,
2000: 176-177).
Lorca Navarrete concluye diciendo lo siguiente:
“El proceso de la función jurisdiccional, precisamente por su dimensión
temporal, ofrece una perspectiva idónea para que ocurra un fenómeno
de sucesión.
La sucesión procesal, pues, se limita a la instancia procesal pendiente en
la cual tiene lugar y justificación.
En ese contexto, la sucesión en la instancia consiste en la sustitución de
una de las partes por otra que ocupa su posición procesal.
La causa que da origen a la sucesión se justifica en que una persona
deviene titular legítimo sobre la cosa litigiosa, lo cual puede ocurrir
por cualquiera de los modos de transmisión del derecho, tanto por un
acto entre vivos como por causa de muerte.
El origen de la sucesión habría que encontrarlo en la transmisión
temporal de la cosa litigiosa que implica un desplazamiento en la
legitimación que origina además importantes cuestiones de
personación de la nueva parte” (LORCA NAVARRETE, 2000:
178).
El Código Procesal Civil, en su artículo 108, regula lo concerniente a la
sucesión procesal en estos términos:
“Por la sucesión procesal un sujeto ocupa el lugar de otro en un proceso, al
reemplazarlo como titular activo o pasivo del derecho discutido. Se
presenta la sucesión procesal cuando:

313
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

1. Fallecida una persona que sea parte en el proceso, es reemplazada por su


sucesor, salvo disposición legal en contrario;
2. Al extinguirse o fusionarse una persona jurídica, sus sucesores en el
derecho discutido comparecen y continúan el proceso;

3. El adquirente por acto entre vivos de un derecho discutido, sucede en el


proceso al enajenante. De haber oposición, el enajenante se mantiene en
el proceso como litisconsorte de su sucesor; o
4. Cuando el plazo del derecho discutido vence durante el proceso y el
sujeto que adquiere o recupera el derecho, sucede en el proceso al que lo
perdió.
En los casos de los incisos 1. y 2., la falta de comparecencia de los
sucesores, determina que continúe el proceso con un curador procesal.
Será nula la actividad procesal que se realice después que una de las partes
perdió la capacidad o titularidad del derecho discutido, siempre que
dicho acto le pueda haber generado indefensión. Si transcurridos
treinta días no comparece el sucesor al proceso, el Juez debe designar a
un curador procesal, de oficio o a pedido de parte”.
La Corte Suprema de Justicia de la República, en relación a la sucesión
procesal, ha establecido lo siguiente:
- “... La Sucesión Procesal se da cuando un sujeto ocupa el lugar de otro en
un proceso, produciéndose un cambio en los sujetos de la relación jurídica
procesal, con la transmisión de facultades y deberes procesales que
conlleva esa posición, vale decir que [...] en la sucesión procesal quién [sic
-léase quien-] concurre al proceso ocupa el lugar del demandante o del
demandado y ocurre cuando se produce el fallecimiento de una de las
partes, en cuyo caso el heredero sucede a la persona del causante
adquiriendo la titularidad del derecho objeto del litigio, o cuando una de las
partes enajena el derecho objeto del litigio, por esta razón, el proceso no se
extingue necesariamente por el fallecimiento del demandante, en cuyo lugar
se subrogan por vía de sucesión mortis causa sus herederos, siendo que de
acreditarse el fallecimiento de uno de los justiciables el órgano
jurisdiccional debe emplazar a los sucesores notificándoles la existencia del
juicio a efectos que se apersonen al proceso, garantizando de esta manera el
debido proceso consagrado en el inciso tercero del artículo ciento treinta y
nueve de la Constitución Política del Estado...” (Casación Nro. 1254-2007 /

314
INTERVENCION DE TERCEROS, EXTROMISION Y SUCESION PROCESAL

La Libertad, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 03-12-2008, págs.


23614-23615).
- “... El artículo ciento ocho del Código Procesal Civil establece en su inciso
uno, que se presenta la sucesión procesal cuando fallecida una persona que
sea parte en el proceso, es reemplazada por su sucesor, salvo disposición
legal en contrario; [...] esta disposición obedece a que una persona que ha
perdido la titularidad del derecho en discusión no puede generar actos
válidos dentro del proceso, contemplando el nombramiento de un curador
procesal para la defensa de los derechos de los sucesores o adquirientes
del mencionado derecho...” (Casación Nro. 52-2007 / Lima, publicada en el
Diario Oficial El Peruano el 02-09-2008, págs. 22751-22752).
- “... La sucesión procesal puede ser inter vivos o mortis causa; la primera
acontecería cuando una vez iniciado el proceso se produce un cambio en la
titularidad de las partes debido a la transmisión del objeto de la litis. La
segunda supone la transmisión del objeto del litigio por el fallecimiento de
una de las partes...” (Casación Nro. 1254-2007 / La Libertad, publicada en
el Diario Oficial El Peruano el 03-12-2008, págs. 23614-23615).
- “... La sucesión procesal es una institución consagrada en el artículo 108
del Código Procesal Civil, norma según la cual por la sucesión procesal un
sujeto ocupa el lugar de otro en un proceso, al reemplazarlo como titular
activo o pasivo del derecho discutido, siendo uno de los casos en los que
ésta opera, cuando fallece quien es parte en un proceso, además de los otros
supuestos previstos en la ley adjetiva. [...] Que, la sucesión procesal es la
regla general en el caso de muerte de una de las partes dentro de un
proceso; ella opera ipso jure, aunque el reconocimiento de los herederos en
el proceso depende de la prueba que éstos aporten [...]. [...] Que, siendo
esto así, la sucesión procesal permite la vinculación de los herederos, como
directos interesados en la protección de la universalidad patrimonial de la
cual forman parte, para que intervengan en el proceso, con lo cual también
se protegen plenamente sus derechos constitucionales, en especial los
derechos a la propiedad, a la defensa y al debido proceso...” (Casación Nro.
3165-2005 / Lima, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 02-10-2006,
págs. 17155-17156).
- “... La sucesión procesal es una institución consagrada en el artículo ciento
ocho del Código Procesal Civil, norma según la cual por la sucesión
procesal un sujeto ocupa el lugar de otro en un proceso, al reemplazarlo

315
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

como titular activo o pasivo del derecho discutido, siendo uno de los casos
en los que ésta opera, cuando fallece quien es parte en un proceso, además
de los otros supuestos previstos en la ley adjetiva; [...] la sucesión procesal
es la regla general en el caso de la muerte de una de las partes dentro de un
proceso, ella opera ipso jure, aunque el reconocimiento de los herederos en
el proceso depende de la prueba que éstos aporten; sin embargo, existen
procesos civiles en los que están en juego derechos personalísimos y en los
que a la muerte de una de las partes no puede operar la sucesión procesal,
como por ejemplo en los procesos de divorcio, de separación de cuerpos o
de nulidad de matrimonio, en los que la muerte de una de las partes implica
la culminación de su actuación procesal. Ello no ocurre en procesos como
el presente [sobre ejecución de garantías], en
el que la muerte de una de las partes no impide la finalidad patrimonial que
lo impulsa en tanto lo que la acción persigue es el patrimonio de la persona
y no a la persona misma; [...] en tal sentido, la sucesión procesal permite la
vinculación de los herederos, como directos interesados en la protección de
la universalidad patrimonial de la cual tienen parte, para que intervengan en
el proceso, con lo cual también se protegen plenamente sus derechos
constitucionales, en especial los derechos a la propiedad, a la defensa y al
debido proceso...” (Casación Nro. 3142-2003 / La Libertad, publicada en el
Diario Oficial El Peruano el 01-08-2005, pág. 14407).
- “... El Artículo ciento ocho (del C.P.C.) (...) se refiere al caso de sucesión
procesal, en el cual una persona ingresa en sustitución de otra a ocupar su
posición en la relación procesal, y el caso de autos es uno distinto, pues se
ha demandado directamente a la sucesión y ésta no ha ingresado después en
el lugar del fallecido...” (Casación Nro. 2844-99 / Chincha, publicada en el
Diario Oficial El Peruano el 07-07-2000, pág. 5566).
- “... El artículo 108° del Código Procesal Civil señala que: ‘Por la sucesión
procesal un sujeto ocupa el lugar de otro en un proceso, al reemplazarlo
como titular activo o pasivo del derecho discutido’; y se presenta -según
refiere su inciso 1- cuando: ‘fallecida una persona que sea parte en el
proceso, es reemplazada por su sucesor, salvo disposición legal en
contrario’; de donde se advierte que el acontecimiento en virtud del cual se
configura la sucesión procesal lo constituye el fallecimiento de la persona
que es parte en el proceso y no de la fecha en que se comunica tal
situación...” (Casación Nro. 682-2005 / Apurímac, publicada en el Diario
Oficial El Peruano el 31-01-2007, pág. 18657).

316
INTERVENCION DE TERCEROS, EXTROMISION Y SUCESION PROCESAL

- “... Se ha producido el fallecimiento de uno de los demandados [...], lo cual


conmina a recurrir a la figura jurídica de sucesión procesal, contemplada en
el artículo ciento ocho inciso primero del Código Procesal Civil, [...] a
efecto de que: a) los sucesores del fallecido se apersone [sic -léase se
apersonen-] al proceso y actúen en éste en lugar de su causante; y b) en
defecto de ello, esto es, en caso de inconcurrencia de los sucesores, se
proceda al nombramiento del curador procesal, quien es un abogado
nombrado por el Juez; [...] el artículo sesentiuno del Código adjetivo
[C.P.C.] [...] establece que el nombramiento del curador procesal se
produce a pedido del interesado, pedido que, a fin de merecer un
obligatorio pronunciamiento, de acuerdo a una interpretación literal de la
norma debe formularse una vez transcurrido el plazo de treinta días con que
cuenta el sucesor para comparecer del proceso; tal como lo prescribe el
artículo ciento ocho del citado Código [C.P.C.]; toda vez que la curaduría
procesal
no se configura simplemente con la muerte de una de las partes del proceso,
sino cuando ninguno de los sucesores del fallecido se apersona en su lugar
durante el citado plazo, en otras palabras, la sola lectura del citado artículo
sesentiuno [del C.P.C.] nos lleva a concluir que el interesado se encuentra
expedito para solicitar el referido nombramiento solo cuando se ha
producido la mencionada situación...” (Casación Nro. 2952-2001 /
Lambayeque, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 01-07-2002,
págs. 8937-8938).
- “... Conforme establece el artículo 108 del Código Procesal Civil, por la
sucesión procesal un sujeto ocupa el lugar de otro en un proceso, al
reemplazarlo como titular activo o pasivo del derecho discutido, precisando
que se presenta cuando: inciso 1): Fallecida una persona que sea parte en el
proceso, es reemplazada por su sucesor, salvo disposición legal en
contrario; de lo que se colige que dicho reemplazo obedece a los cambios
en la titularidad activa o pasiva del derecho que es materia de debate
judicial; [...] en tal virtud, fallecida una de las partes de la relación procesal
durante el trámite del proceso, correspondía suspender su trámite para que
se produzca la sucesión procesal o se nombre curador procesal, conforme a
lo normado en el dispositivo antes descrito, lo que no ha ocurrido, debiendo
precisarse que el fallecimiento [...] se produjo [...] con anterioridad incluso
a la expedición de la sentencia de primera instancia [...]; [...] en este orden
de ideas, es evidente que se ha infringido el debido proceso, [...] por
haberse violentado el derecho de defensa del demandado fallecido, [...] lo

317
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

cual vicia de nulidad la decisión recurrida y la expedida en primera


instancia, en atención a lo dispuesto en el numeral 171 del Código Procesal
Civil...” (Casación Nro. 2876-2006 / Lima, publicada en el Diario Oficial
El Peruano el 02-01-2008, págs. 21318-21319).
- “... En el caso de autos, y como lo ha acreditado la recurrente, con la partida
de defunción de su cónyuge [...], éste ha fallecido [...] sin que se haya
llamado a comparecer a sus sucesores procesales conforme lo señala el
inciso primero del artículo ciento ocho del Código Procesal Civil,
acreditándose con ello la vulneración del derecho de defensa que constituye
un derecho fundamental de naturaleza procesal que conforma, a su vez, el
ámbito del debido proceso, y sin el cual no podría reconocerse la garantía
de este último...” (Casación Nro. 1254-2007 / La Libertad, publicada en el
Diario Oficial El Peruano el 03-12-2008, págs. 23614-23615).
- “... Conforme lo establece el artículo 108 del Código Procesal Civil, por la
sucesión procesal un sujeto ocupa el lugar de otro en un proceso, al
reemplazarlo como titular activo o pasivo del derecho discutido, señalando
los casos en que ésta se presenta. Así su inciso tercero expresa que se
presenta tal situación cuando el adquiriente por acto entre vivos de un
derecho, sucede en el proceso al enajenante; desprendiéndose de dicho
numeral por extensión que aquella se configura cuando, en el curso de un
proceso [...] una persona distinta reemplaza a una de las partes ocupando su
posición procesal de demandante o demandado, según sea el caso...”
(Casación Nro. 1288-2003 / La Libertad, publicada en el Diario Oficial El
Peruano el 30-09-2005, págs. 14747-14748).
- “... Fluye que el Banco [...] ya no continúa en su condición de acreedor, en
tal virtud ha devenido carente de interés y legitimidad para obrar, razón por
la que [...] se debió resolver el pedido de sucesión procesal, por haber
operado un cambio en la titularidad activa de la relación procesal, máxime
si [...] el conocimiento de dicho pedido [...] no ha sido absuelto por la
entidad demandante que ha dejado de tener la calidad de acreedora, por
ende, sin capacidad para continuar con el desarrollo del proceso. [...] Que,
en consecuencia, al no haberse procedido en la forma que establece la ley
procesal, se ha contravenido lo dispuesto en el artículo 108 del Código
Procesal Civil, [...] correspondiendo por tanto declarar la nulidad del
fallo...” (Casación Nro. 1288-2003 / La Libertad, publicada en el Diario
Oficial El Peruano el 30-09-2005, págs. 14747-14748).

318
CAPITULO VII

LA NULIDAD DE LOS ACTOS PROCESALES 1.


CONCEPTO DE NULIDAD PROCESAL

Amaya dice sobre la nulidad que “... el acto jurídico procesal es un


instrumento público y (...) las normas procesales son de orden público. Ambas
premisas se confunden y relacionan para determinar que cuando no se llenan los
requisitos o las solemnidades que el acto jurídico debe contener, y cuando no se
han respetado las normas procesales, se ha incurrido en una nulidad procesal”
(AMAYA, 1947: 27).
Alsina considera que la nulidad “... es la sanción por la cual la ley priva al
acto jurídico de sus efectos normales cuando en su ejecución no se han
observado las formas prescritas para ello...” (ALSINA, 1958: 31). Dicho
tratadista advierte que “... éste es un concepto provisorio, porque la función de
la nulidad no es propiamente asegurar el cumplimiento de las formas, sino de
los fines asignados a éstas por el legislador...” (ALSINA, 1958: 31-32).
Lino Palacio refiere que “... los actos procesales se hallan afectados de
nulidad cuando carecen de algún requisito que les impide lograr la finalidad a la
cual están destinados” (PALACIO, 1977, Tomo IV: 141). Añade el mencionado
tratadista que “... acaso con motivo de la gravitación que en el proceso se
reconoce al elemento formal, aunque englobando dentro de él a las restantes
dimensiones en que se escinde la actividad procesal, como son el lugar y el
tiempo, es frecuente que las leyes y la doctrina vinculen el concepto de nulidad
a la idea de quebrantamiento o inobservancia de las formas del proceso...”
(PALACIO, 1977, Tomo IV: 142). Sin embargo, -concluye Lino Palacio- “... no
existen razones válidas que autoricen a excluir, del concepto de nulidad,
aquellos vicios que afecten a los requisitos propios de los restantes elementos
del acto procesal, es decir de los sujetos y del objeto (v.gr. falta de competencia
del órgano o de capacidad de las partes; vicios de la voluntad cuando ellos
fueren invocables; inidoneidad o imposibilidad jurídica)” (PALACIO, 1977,
Tomo IV: 143).
Luis Rodríguez estima que la nulidad procesal es “... la sanción por
inobservancia de las formas de los actos procesales (definición de invalidación)
existentes (exclusión de los inexistentes) mientras la invalidez no haya quedado

320
LA NULIDAD DE LOS ACTOS PROCESALES

convalidada (principio de relatividad)” (RODRIGUEZ, 1987: 89-90). Continúa


el autor citado diciendo que “... un acto se encuentra viciado cuando no se
observan las formas procesales y la sanción por esa inobservancia es la nulidad.
El acto debe contener los elementos esenciales para ser considerado tal, porque
en caso contrario sería la nada jurídica (inexistencia)...” (RODRIGUEZ, 1987:
90). Luis Rodríguez considera, además, que “... la nulidad que ataca los defectos
de construcción o de actividad en el proceso o en la sentencia es una forma de
impugnación...” (RODRIGUEZ, 1987: 36).
Gómez de Liaño González y Pérez-Cruz Martín dicen de la nulidad
procesal lo siguiente:
“… La nulidad, independientemente de las causas que determinen su
valoración, tiene siempre como nota identificadora la de ser una categoría
tendiente a la protección del ordenamiento jurídico a través de la privación
de los efectos jurídicos producidos o cuya producción se pretenda.
Por ello, podemos definir la nulidad como técnica procesal dirigida a la
privación de los efectos producidos -o cuya producción se pretende- por
actos en cuya realización se hayan cometido infracciones que el
ordenamiento considere dignas de tal protección (…).

Cuatro aspectos son destacables dentro de este concepto:


a) La nulidad entendida como técnica de protección es algo extrínseco al
acto mismo.
b) Para que un acto sea nulo debe, en primer lugar, ser, existir. De lo
contrario no podríamos aplicarle el calificativo de nulo.
c) La norma infringida debe ser de tipo invalidante, es decir, de una
naturaleza tal que su infracción conlleve la nulidad. El carácter
invalidante de la norma puede venir atribuido por el ordenamiento de
forma expresa o a través de un criterio general.
d) La determinación de lo que deba considerarse como causa de nulidad
es fruto de una decisión política y no una exigencia lógica del
ordenamiento que se imponga al legislador. Tal determinación se hará
de acuerdo con criterios de oportunidad y proporcionalidad. Pero en
esa tarea el legislador no está vinculado a otros criterios diferentes. En
consecuencia, son de origen igualmente legal los límites de la nulidad
y los cauces por los

321
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

que puede hacerse valer” (GOMEZ DE LIAÑO GONZALEZ; y


PEREZCRUZ MARTIN, 2000, Tomo I: 149-150).
Maurino concibe a la nulidad procesal como “... el estado de anormalidad
del acto procesal, originado en la carencia de algunos de sus elementos
constitutivos, o en vicios existentes sobre ellos, que potencialmente lo coloca en
situación de ser declarado judicialmente inválido” (MAURINO, 1990: 16). A
continuación explica Maurino su definición de nulidad procesal del siguiente
modo:
“a) Estado de anormalidad del acto procesal. Coincidimos con los autores
que consideran la nulidad como un estado del acto.
Colocamos el acento en la calidad de anormal de dicho acto, como
antitético al acto sano, cuyos elementos existen en su totalidad y no
están afectados por vicios u otras irregularidades.
b) Originado en la carencia de alguno de sus elementos constitutivos, o
en vicios existentes sobre ellos. Esta expresión hace referencia a las
causas de este estado de nulidad, centrando el problema en sus
elementos constitutivos, ya sea que éstos falten (omisión) o padezcan
vicios o defectos.
Al hablar de elementos constitutivos, nos referimos a los que
congénitamente integran el acto. Y ello porque queremos fijar nuestro
estudio en el acto procesal en el momento de su realización, para
diferenciar la nulidad de otras hipótesis de privación de efectos de los
actos -por ejemplo, la caducidad-, que provienen de hechos posteriores
al acto.
c) Que potencialmente lo coloca en situación de ser declarado
judicialmente inválido. Ese estado de nulidad procesal latente puede
que no se materialice, ya por subsanación del vicio por convalidación,
o porque ha cumplido su finalidad, y el acto procesal cumpla de manera
perfecta su función idónea, como si no hubiera habido omisión, vicio o
defecto alguno.
El término potencialmente se emplea como equivalente de posibilidad de
que pueda suceder.
La última parte de la definición esbozada recoge un principio doctrinario
de aceptación unánime. Es el que consagra que el acto nulo requiere
declaración judicial. Mientras tanto produce sus efectos.

322
LA NULIDAD DE LOS ACTOS PROCESALES

Por tal razón no hablamos de privación de efectos. Porque precisamente


esas consecuencias jurídicas, del acto en estado de nulidad, sólo se
materializan con la declaración judicial de ella” (MAURINO, 1990:
16-17).
De la definición de los remedios que contempla la parte inicial del primer
párrafo del artículo 356 del Código Procesal Civil, en el sentido que aquéllos
pueden formularse por quien se considere agraviado por actos no contenidos en
resoluciones, se puede colegir que, dentro de esta hipótesis, la nulidad
constituye precisamente un remedio dirigido a lograr la invalidación del acto
procesal cuestionado que adolece de alguna deficiencia (por lo general de
naturaleza formal). Si el acto procesal afectado de vicio o error (en su estructura
formal y no en el aspecto de fondo) se trata de una resolución, entonces, el
pedido de nulidad correspondiente deberá adoptar la forma de un recurso
(estando a lo dispuesto en el último párrafo del artículo 356 del Código Procesal
Civil).
La nulidad se encuentra regulada en el Código Procesal Civil,
principalmente, en el Título VI (“Nulidad de los actos procesales”) de su
Sección Tercera (“Actividad procesal”), en los numerales 171 al 178.

2. VICIOS QUE DAN ORIGEN A LA NULIDAD PROCESAL


Según Gozaíni, “... son los vicios una consecuencia del incumplimiento en
los requisitos intrínsecos y extrínsecos necesarios para dar eficacia y validez a
los actos jurídicos en general” (GOZAINI, 1992, Tomo I, Volumen 2: 833).
En opinión de Zinny, “el vicio es la discordancia del acto con la norma que
lo regula; se trata de una irregularidad en el acto cumplido...” (ZINNY, 1990:
160). “El vicio es la discordancia que existe entre el acto y las previsiones de la
ley. El acto ha sido irregularmente cumplido cuando no se han observado las
exigencias legales, establecidas para el acto de que se trata” (ZINNY, 1990:
163). Dicho autor agrega que el vicio es objetivo “... cuando la irregularidad se
encuentra en el acto mismo, ya sea en su estructura o en el modo de cumplirlo.
El acto está mal construido porque no se ajusta a las exigencias legales...”
(ZINNY, 1990: 163).
Es de subrayar que la principal clasificación existente acerca de los vicios
procesales es aquella que los distingue en: a) vicios o errores de procedimiento o
de actividad o defecto de construcción o de forma o in procedendo; y b) vicios o
errores de razonamiento o de juicio o de contenido o in iudicando.

323
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

El error in procedendo “... nace de la circunstancia de que desde que el


proceso se inicia y durante su secuencia las partes y el juez realizan actos
sucesivos que avanzan la litis, pero con la actividad que despliegan pueden
cometer errores al inobservar las formas que la ley procesal ha establecido para
cada acto y que significan una garantía para el justiciable...” (RODRIGUEZ,
1987: 25).
Los vicios in procedendo constituyen, pues, errores o defectos en el
procedimiento, en las reglas formales. Suponen la inaplicación o aplicación
defectuosa de las normas adjetivas que afecta el trámite del proceso y/o los actos
procesales que lo componen.
El vicio in procedendo o infracción a las formas acarrea, por lo general -si
fuese insalvable-, la nulidad del acto viciado. Ello condice al iudicius
rescindens, de carácter negativo, que implica la declaración de invalidez del
acto cuestionado y, como efecto secundario, el retrotraer el proceso al estado
inmediato anterior al de aquel en que se produjo el vicio (siempre y cuando éste
fuese determinante en el proceso).
En cambio, los vicios in iudicando son aquellos defectos o infracciones que
se producen en el juzgamiento, esto es, en la decisión que adopta el magistrado.
Tales vicios afectan el fondo o contenido y están representados comúnmente en
la violación del ordenamiento jurídico (sustantivo) que tiene lugar cuando se
aplica al asunto controvertido una ley que no debió ser aplicada, o cuando no se
aplica la ley que debió aplicarse, o cuando la ley aplicable es interpretada y -por
ende- aplicada deficientemente. A la violación del derecho (denominada
también error de derecho) se suma el error de hecho que afecta
indiscutiblemente el fondo, formando también así parte del vicio in iudicando.
El último tipo de error tiene que ver con la apreciación de los hechos por el
órgano jurisdiccional, la cual, de ser deficiente (como cuando no se valora
apropiadamente un medio probatorio), afecta la decisión del Juez (esto es, la
declaración de certeza sobre los hechos) y causa, por consiguiente, agravio al
interesado.
El vicio in iudicando genera la revocación, el iudicium rescissorium, vale
decir, la rectificación directa del vicio o error, dejándose sin efecto la decisión
que ocasionó el agravio y emitiéndose otra -esta vez adecuada y correcta- que la
supla.
De lo expuesto se puede colegir que los vicios que dan origen a la nulidad
procesal no son otros sino aquellos que afectan el procedimiento o las formas

324
LA NULIDAD DE LOS ACTOS PROCESALES

procesales, es decir, los vicios o errores in procedendo, que giran en torno al


aspecto externo o extrínseco de los actos procesales.
Alzamora Valdez, al tratar sobre las causas de nulidad del acto procesal,
señala lo siguiente:
“... En primer lugar, son actos procesales nulos los afectos por
incumplimiento de los presupuestos procesales.
En segundo lugar, vician los actos procesales los defectos en la aplicación
y las violaciones de las reglas de procedimiento.

En tercer lugar, los vicios de voluntad (...) influyen en la validez del acto.
En cuarto lugar, el contenido mismo del acto, ya por inexactitud o por
ilegalidad, genera su ineficacia; y
Por último, los defectos estrictamente formales, dado el carácter público
del Derecho Procesal” (ALZAMORA VALDEZ, s/a: 317).

3. FUNDAMENTO DE LA NULIDAD PROCESAL


Angela Ledesma asegura que, “partiendo de los principios generales que
regulan el debido proceso, la razón de ser de este instituto (nulidad procesal)
radica en la preservación del proceso regular y legal...” (LEDESMA, 1995: 333-
334).
Por su parte, Juan Carlos Mendoza considera erróneo decir “... que el único
fundamento de la nulidad es la indefensión (...), siendo la única finalidad del
proceso la defensa en juicio, quedaría sin explicar un enorme conjunto de
nulidades que encuentran su fundamentación en otras razones, que son más bien
objetivas y de orden público...” (MENDOZA, 1966: 132). Juan Carlos Mendoza
añade que resulta evidente “... que el verdadero fundamento de la nulidad (...) es
la violación del orden público...” (MENDOZA, 1966: 132). Sin embargo, el
mencionado autor distingue a continuación tres fundamentos de la nulidad: “...
1° la indefensión; 2° el principio de orden; 3° y la mera voluntad del legislador
en atención a otras consideraciones de carácter social, político o económico, de
acuerdo con las necesidades de lugar y tiempo...” (MENDOZA, 1966: 134).

4. INTERPRETACION DE LA NULIDAD PROCESAL


La nulidad procesal es de interpretación restringida en razón de la necesidad
existente en el área procesal de contar con actos que gocen de validez y firmeza.

325
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

Es por ello que, en caso de duda respecto de la producción de algún vicio


procesal, el Juez deberá abstenerse de declarar la nulidad (si hubiera sido
peticionada) y pronunciarse sobre la validez del acto en cuestión. La declaración
de nulidad tiene carácter excepcional y se resuelve como última ratio, por lo que
tendrá lugar sólo cuando se haya producido un estado cierto de indefensión o no
sea el vicio de que se trate susceptible de convalidación o subsanación.
Atendiendo, pues, a lo expuesto es que se dice que la nulidad es de
interpretación restringida o estricta. Tal criterio interpretativo se funda, a no
dudarlo, en el denominado principio de conservación que postula la supremacía
de la validez de los actos procesales frente a la eventualidad de ser declarados
nulos, situación ésta que, reiteramos, es la última que adopta el juzgador.
Otra regla presente en la interpretación de la nulidad consiste en la
prohibición de aplicar por analogía dicha figura procesal. Así tenemos,
entonces, que las normas referidas a la nulidad, especialmente las concernientes
a las causales de ésta, no pueden ser aplicadas por analogía. Se puede apreciar
que esta regla interpretativa tiene estrecha relación con la indicada en el párrafo
precedente, a tal punto que podemos afirmar, sin temor a equivocarnos, que no
es sino consecuencia de ella.

5. FINALIDAD DE LA NULIDAD PROCESAL


Salas Vivaldi señala que los actos viciados “... no pueden ni deben producir
los efectos que la ley le asigna a uno de la misma naturaleza ejecutado
normalmente. Habrá que restarles valor, dejarlos sin efecto, destruirlo y ello se
consigue mediante la nulidad procesal” (SALAS VIVALDI, 1988: 25). Para
dicho autor, pues, la finalidad de la nulidad procesal es “... restarle valor a la
actuación viciada, destruirla, tenerla como no sucedida, ya que no constituye el
medio adecuado para cumplir el fin previsto por el legislador con su ejecución”
(SALAS VIVALDI, 1988: 25).
Según Maurino, “... la finalidad de las nulidades procesales es asegurar la
garantía constitucional de la defensa en juicio” (MAURINO, 1990: 33). “... las
nulidades procesales tienen como misión esencial, enmendar perjuicios
efectivos, que surgidos de la desviación de las reglas del proceso, pueden
generar indefensión” (MAURINO, 1990: 34).
Al respecto, Alsina manifiesta que “... la misión de la nulidad (...) no es
propiamente asegurar la observancia de las formas procesales sino el
cumplimiento de los fines a ellas confiados por la ley. Las formas son el medio
o instrumento de que el legislador se vale para hacer efectiva la garantía

326
LA NULIDAD DE LOS ACTOS PROCESALES

constitucional de la defensa en juicio, lo cual constituye el fundamento de los


llamados derechos procesales de las partes. En cualquier supuesto en que esa
garantía aparezca violada, aunque no haya texto expreso en la ley, la declaración
de nulidad se impone; en cambio, no obstante la existencia de un texto expreso,
la nulidad es improcedente si a pesar del defecto que el acto contiene el fin
propuesto ha sido alcanzado (...). La fórmula sería, pues, la siguiente: donde hay
indefensión hay nulidad; si no hay indefensión, no hay nulidad...” (ALSINA,
1956, Tomo I: 652).

6. PRINCIPIOS QUE RIGEN LA NULIDAD PROCESAL


Los principios que rigen la nulidad procesal son los siguientes:

- Principio de especificidad.

- Principio de finalidad incumplida.

- Principio de trascendencia.

- Principio de protección.
- Principio de conservación.

- Principio de convalidación.

- Principio de la declaración judicial.

- Principio de independencia.

6.1 Principio de especificidad


El principio de especificidad, llamado también de legalidad, postula que
para que pueda declararse la nulidad de un acto procesal éste debe haberse
llevado a cabo contraviniendo el texto expreso de la ley en el cual esté
contemplada precisamente la sanción de nulidad.
Según Escobar Fornos, “... de acuerdo con este principio, no puede existir
nulidad sin una ley que la establezca expresamente. La nulidad es una sanción
establecida por haberse violado la ley y como tal es de derecho estricto, por lo
cual no cabe aplicarse por analogía. Dentro de este orden de ideas, en caso de
duda el juez debe declarar la validez del acto” (ESCOBAR FORNOS, 1990:
64). “Este principio se opone al sistema en virtud del cual toda violación a la ley
procesal trae aparejada la nulidad, el que se asemeja al sistema de la nulidad por
la nulidad misma...” (ESCOBAR FORNOS, 1990: 64). Escobar Fornos advierte

327
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

que “el principio de especificidad resulta un poco difícil de consagrar, pues es


incómodo señalar la nulidad en la ley caso por caso. Por eso la doctrina ha
formulado otro sistema, en virtud del cual se deja al arbitrio del juez declarar o
no declarar la validez de un acto con vicios formales o de la totalidad del
procedimiento” (ESCOBAR FORNOS, 1990: 64).
Para Véscovi, “... el principio, que nuestros autores llaman, más
comúnmente, de especificidad, puede enunciarse diciendo que no hay nulidad
sin texto legal expreso...” (VESCOVI, 1990: 264). Dicho autor asegura que
“este principio ha sido proclamado, casi invariablemente, por la doctrina y la
jurisprudencia. Por consiguiente, no se admite la nulidad si no se expresa la
causa legal en que se funda...” (VESCOVI, 1999: 264).
Al respecto, Maurino refiere lo siguiente:
“... El primer requisito para la declaración de las nulidades es que el acto
procesal se haya realizado en violación de las prescripciones legales,
sancionadas bajo pena de nulidad.
No hay nulidad, sin ley específica que la establezca. Es la regla básica, que
teniendo su origen y equivalencia en la máxima francesa pas de nullité
sans texte, concreta el principio director de este presupuesto, llamado
de especificidad o legalidad.
Precisando esta noción, digamos que no basta que la ley prescriba una
determinada formalidad para que su omisión o defecto origine la
nulidad del acto o procedimiento. Ella debe ser expresa, específica.
Los modernos códigos de procedimientos, la doctrina y la jurisprudencia,
no han aceptado este principio en su concepción pura, sino con
atenuaciones (incluso se ha integrado con otros principios) nacidas ya
del sistema finalista de las formas, de la necesaria concurrencia con
otros requisitos (...), y en definitiva del juego armónico de las ideas
rectoras en materia de nulidades procesales (interpretación restrictiva,
principio de conservación de los actos procesales, derecho a un
proceso justo, etcétera)” (MAURINO, 1990: 35).
Véscovi, en lo que concierne a la aplicación del principio de especificidad o
legalidad, opina que “... las nulidades del procedimiento son solamente las
previstas en la ley y no pueden aceptarse otras, debiendo regir, inclusive, la
regla de la interpretación estricta” (VESCOVI, 1999: 264). Sin embargo
-destaca Véscovi-, “... habrá también posibilidad de anular un proceso cuando

328
LA NULIDAD DE LOS ACTOS PROCESALES

existan vicios que obsten a la constitución de una relación procesal válida o se


violen las garantías del debido proceso, que, en el fondo, surgen de normas
jurídicas positivas. Quedaría así traducida la fórmula de ‘nulidades implícitas’,
que emplea la doctrina, reconociendo la existencia de ciertos vicios que impiden
el derecho fundamental de defensa en juicio, que son impugnables aun cuando
la ley no lo establezca expresamente, y relevables no sólo a pedido de parte,
sino también de oficio. Pero en caso de excepción y con referencia a principios
que realmente existen en el derecho positivo” (VESCOVI, 1999: 264). “En los
demás casos, y especialmente con relación al procedimiento, rige el principio
general expuesto (de legalidad o especificidad)” (VESCOVI, 1999: 264).
Luis Rodríguez menciona una doble excepción a la regla de que no hay
nulidad sin texto, a saber:
“a) Nulidad, aunque no haya sanción expresa.
Cuando el acto, debido a sus deficiencias, no cumpla el fin para el que fue
destinado y, en consecuencia, no proteja la defensa.
b) No sancionar la nulidad, aun con norma expresa.

Cuando el acto, aun irregular, ha cumplido la finalidad para la que


estaba destinado.
Los actos procesales están preordenados a la obtención de un fin, en las
notificaciones -por ejemplo- el conocimiento de la providencia, en las
citaciones, hacer saber la fecha de una audiencia. El acto puede ser
irregular, por inobservancia de alguna forma, pero si se conoce la
providencia -o se presume conocida- o se sabe la fecha de la audiencia
se ha garantizado la defensa y, cumplido el objeto, el acto no resulta
nulo (...).
Hay que atender en cada caso a la finalidad del acto, y si la misma ha sido
cumplida no cabe la sanción de invalidación.
(...) En resumen, el acto írrito que cumplió su objeto no puede
invalidarse...” (RODRIGUEZ, 1987: 93-95).
El principio de legalidad (o especificidad) y el de trascendencia están
normados en el artículo 171 del Código Procesal Civil en estos términos:
“La nulidad se sanciona sólo por causa establecida en la ley. Sin embargo,
puede declararse cuando el acto procesal careciera de los requisitos
indispensables para la obtención de su finalidad.

329
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

Cuando la ley prescribe formalidad determinada sin sanción de nulidad


para la realización de un acto procesal, éste será válido si habiéndose
realizado de otro modo, ha cumplido su propósito”.

6.2 Principio de finalidad incumplida


El principio de finalidad incumplida emerge del de la instrumentalidad de
las formas que “... subordina la invalidez de un acto procesal no a la simple
inobservancia de la forma, puesta de relieve mecánicamente, sino a la relación
-declarada caso por caso- entre el vicio y la finalidad del acto...” (LIEBMAN,
1980: 196). Es así que se sanciona la nulidad “... solamente cuando el acto, por
efecto del vicio, no haya podido conseguir su objeto, en modo de salvar lo que
se hizo en la medida máxima consentida por las exigencias técnicas del
proceso” (LIEBMAN, 1980: 196).
Sobre el particular, Redenti refiere que:
“... El juez puede (...) considerar necesarias bajo pena de nulidad aun
formas no expresamente prescritas, si su necesidad va implícita en las
disposiciones atinentes a la naturaleza y a la figura del acto; y puede
también considerar que sean bajo pena de nulidad formas prescritas sin
esa sanción expresa. Para llegar a esos resultados (...) hay que atender
a la ‘finalidad’ del acto. Pero, ¿a qué finalidad...? No, sin duda, a la
meramente subjetiva, contingente y concreta, que se proponía el autor
del acto, de quien no se podría admitir que, por sí y para sí, se
autoimpusiese o autoprescribiese exigencias fatales de forma. Habrá
más bien que atender a las finalidades de la ley, allí donde la misma
consiente o prevé la posibilidad de actos de ese tipo o de esa figura
determinada. Garantía de voluntariedad, claridad, certeza,
documentación, controlabilidad y lealtad del contradictorio e
integridad de la defensa ajena, simplificación, economía... Todas éstas
(u otras análogas) pueden ser las finalidades de la ley, que hay que
salvaguardar a toda costa. Y entonces puede haber formas necesarias
para que, al realizar la finalidad subjetiva del autor del acto, no se
hieran esas exigencias de la ley. De aquí, requisitos formales,
concomitantes e indispensables, para la consecución de la finalidad”
(REDENTI, 1957, Tomo I: 219).
Acerca del principio de finalidad incumplida, Maurino apunta lo siguiente:
“... El principio de especificidad (no hay nulidad sin ley) se integra con el
de finalidad incumplida.

330
LA NULIDAD DE LOS ACTOS PROCESALES

La regla de finalidad incumplida es, en suma, una faceta del principio


básico de finalidad. Es precisamente su aspecto negativo, en cuanto
enfoca al acto que no ha cumplido su función.
Nacido del principio finalista de las formas (llamado también de
instrumentalidad), este principio ha pasado al tema de las nulidades
procesales, constituyendo un verdadero sistema de amplia acogida en
la jurisprudencia, doctrina y legislación.
La misión de las nulidades no es el aseguramiento por sí de la observancia
de las formas procesales, sino el cumplimiento de los fines a ellas
confiados por la ley.
La nulidad procesal, precisamente, tiene lugar, cuando el acto impugnado
vulnera gravemente la sustanciación regular del procedimiento, o
cuando carece de algún requisito que le impide lograr la finalidad
natural, normal, a que está destinado, sea en su aspecto formal, sea en
cuanto a los sujetos o el objeto del acto” (MAURINO, 1990: 38).
Dicho autor agrega que:
“El principio finalista tiene una doble formulación, vinculada a la eficacia del
acto, que determina a su vez una doble característica de su función:
a) No basta la sanción legal específica, para declarar la nulidad de un
acto, si éste, no obstante su defecto ha logrado la finalidad a que estaba
destinado (función atenuadora e integradora).
b) No habiendo sanción legal específica, puede declararse la nulidad,
cuando el acto no ha cumplido su finalidad (función autónoma).
En conclusión, la inobservancia de determinadas reglas de procedimiento
constituye una irregularidad. Pero la imperfección llega al estrato de
nulidad, cuando no se cumple el fin propuesto ‘y con ello, por impacto, se
lesiona la defensa” (MAURINO, 1990: 39-40).

6.3 Principio de trascendencia


Condorelli señala que el principio de trascendencia está “... plasmado en la
antigua máxima ‘pas de nullité sans grief’, que significa que las nulidades no
existen en el mero interés de la ley: no hay nulidad sin perjuicio”
(CONDORELLI, 1980: 99).
Véscovi, en lo que toca al principio de trascendencia, nos informa que:

331
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

“En virtud del carácter no formalista del derecho procesal moderno, se ha


establecido que para que exista nulidad no basta la sola infracción a la
forma si no se produce un perjuicio a la parte. La nulidad, más que
satisfacer pruritos formales, tiene por objeto evitar la violación a las
garantías en juicio. La nulidad tiene por fin no el solo interés legal en
el cumplimiento de las formas y ritualidades que la ley fija para los
juicios, sino la salvaguardia de los derechos de las partes.
Este principio traduce la antigua máxima ‘no hay nulidad sin perjuicio’ que
había consagrado, hace tiempo, la jurisprudencia francesa (pas de
nullité sans grief), aun en ausencia de texto legal (...).
Es por esta razón por la que algunos derechos positivos modernos
establecen el principio de que el acto con vicios de forma es válido, si
alcanza los fines propuestos, igualmente, o si en lugar de seguirse un
procedimiento se ha utilizado, equivocadamente, otro, pero con
mayores garantías, lo que también se llama principio de finalidad (...).
Es decir, que la violación formal debe trascender a la violación de los
derechos de las partes (o de una parte)” (VESCOVI, 1999: 264-265).
Maurino, con una visión semejante a la expuesta hasta ahora, aborda el
principio de trascendencia de este modo:
“... Otro de los requisitos básicos para que sea procedente la declaración de
nulidad de un acto procesal, es la existencia de perjuicio y el interés
jurídico en su declaración.
Derivado de la antigua máxima, pas de nullité sans grief (no hay nulidad
sin daño o perjuicio) este presupuesto nos indica que no puede
admitirse el pronunciamiento de la nulidad por la nulidad misma (...).
Las nulidades declaradas en exclusivo beneficio de la ley, podían tener
cabida en legislaciones formalistas, pero no en la actualidad, donde la
regla no es destruir sin necesidad, sino salvar el acto por razones de
economía procesal.
Gobierna este requisito el principio de trascendencia, que nos indica que la
nulidad sólo puede ser declarada cuando haya un fin que trascienda la
nulidad misma, o desde otro punto de vista, que la nulidad no procede
‘si la desviación no tiene trascendencia sobre las garantías esenciales
de la defensa en juicio” (MAURINO, 1990: 45).

332
LA NULIDAD DE LOS ACTOS PROCESALES

Como se indicara anteriormente, el principio de legalidad (o especificidad)


y el de trascendencia se hallan regulados en el artículo 171 del Código Procesal
Civil, que dispone que:
“La nulidad se sanciona sólo por causa establecida en la ley. Sin embargo,
puede declararse cuando el acto procesal careciera de los requisitos
indispensables para la obtención de su finalidad.
Cuando la ley prescribe formalidad determinada sin sanción de nulidad
para la realización de un acto procesal, éste será válido si habiéndose
realizado de otro modo, ha cumplido su propósito”.

6.4 Principio de protección


“... La nulidad procesal está reglada por el principio de protección, que
significa que toda alegación de nulidad tiende al amparo de un interés
lesionado” (ALZAMORA VALDEZ, s/a: 323).
Gozaíni considera que el principio de protección “... toma cuerpo en las
vías de impugnación (...); en particular, pretende otorgar razonabilidad
a las nulidades que se deduzcan, requiriendo tres condiciones
específicas:
a) que la anulación pretendida, justifique el accionar de la justicia ante la
evidencia del perjuicio que generan los efectos del acto viciado; b) que
la nulidad provenga de actos propios de la jurisdicción, o de la parte
contraria; c) que quien promueve la impugnación no haya dado lugar
con sus actos, al vicio que denuncia” (GOZAINI, 1992, Tomo I,
Volumen 2: 855-856). El citado jurista argentino agrega que “el
principio demuestra una extensión del precepto nemo auditur propiam
turpitudine allegans (nadie puede alegar su propia torpeza), que en la
doctrina procesal se expresa como doctrina o teoría de los propios
actos, según el cual, no es lícito admitir que las partes ejerciten actos
contrarios a los que la otra parte, de buena fe acepta, por observarlos
continuos y destinados a una determinada conducta futura...”
(GOZAINI, 1992, Tomo I, Volumen 2: 856).
En opinión de Couture, las consecuencias del principio de protección son
las que a continuación se indican:
“a) No existe impugnación de nulidad, en ninguna de sus formas, si no
existe un interés lesionado que reclame protección. La anulación por la

333
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

anulación no vale. Esta consecuencia lo es también del principio


general ya expuesto de que no hay nulidad sin perjuicio al recurrente.
b) Sólo pueden invocar las nulidades constituidas en protección de los
incapaces, éstos mismos o sus representantes legales. La nulidad no
pueden aducirla quienes han gozado de capacidad durante la
consumación de los actos.
c) Pero la consecuencia más importante derivada de este criterio general,
es que no puede ampararse en la nulidad el que ha celebrado el acto
nulo sabiendo o debiendo saber el vicio que lo invalidaba.
Esta situación, que es común a toda la teoría de las nulidades, no es más
que una aplicación específica del precepto nemo auditur propiam
turpitudine allegans.
Nada impide y todo insta a que tal precepto se extienda a la teoría de las
nulidades procesales.
El litigante que realiza el acto nulo no puede tener la disyuntiva de optar
por sus efectos: aceptarlos si le son favorables o rechazarlos si le son
adversos. Una antigua corriente de doctrina ve en esta actitud un
atentado contra los principios de lealtad y de buena fe que deben reinar
en el proceso. Pero en verdad, la conclusión puede apoyarse además en
razones técnicas que forman parte de la estructura misma del sistema
de las nulidades en el derecho procesal civil, dentro de las ideas que
acaban de exponerse” (COUTURE, 1985: 397).

6.5 Principio de conservación


“El principio de conservación permite, no obstante las irregularidades o
imperfecciones de los actos procesales, mantener la eficacia del acto...”
(GOZAINI, 1992, Tomo I, Volumen 2: 842).
“Este principio es una formulación más acotada del que rige en todo el
derecho, especialmente en los de contenido patrimonial. Tiende a dar
funcionalidad y efectos a los actos jurídicos sin importar el vicio que expongan,
siempre y cuando, claro está, esa nulidad no sea de tal importancia que inficione
la calidad misma del acto” (GOZAINI, 1992, Tomo I, Volumen 2: 855).
“El principio procesal de conservación apunta así a resguardar los valores
de seguridad y firmeza, de suma importancia para la función jurisdiccional, toda
vez que ésta aspira a obtener resultados justos, y logros fructíferos, sin

334
LA NULIDAD DE LOS ACTOS PROCESALES

menoscabarse en dispendios inútiles como los que motivan las nulidades por el
solo hecho de asegurar el respaldo en las formas” (GOZAINI, 1992, Tomo I,
Volumen 2: 855).
Por el principio de conservación -puntualiza Satta- “... ‘si el vicio impide un
determinado efecto, el acto puede, sin embargo producir los efectos para los que
sea idóneo’. Este principio tiene puntos de contacto con el otro, propio del
derecho sustancial, de la conversión de los negocios jurídicos, pero se distingue
de él porque mientras la conversión apoya sobre la interpretación de la voluntad
de las partes (...), la conservación del acto procesal es totalmente independiente
de la voluntad, y tiene su raíz únicamente en la función del acto. Es decir, puede
darse que por un vicio formal el acto no puede cumplir su íntegra función (...)
pero sin embargo puede cumplir una función menor, comprendida en la
primera...” (SATTA, 1971, Volumen I: 241).
Sobre el particular, el artículo 172 del Código Procesal Civil (en su cuarto,
quinto y sexto párrafos), establece lo siguiente:
- No hay nulidad si la subsanación del vicio no ha de influir en el sentido
de la resolución o en las consecuencias del acto procesal (art. 172
-cuarto párrafo- del C.P.C.).
- El Juez puede integrar una resolución antes de su notificación. Después
de la notificación pero dentro del plazo que las partes dispongan para
apelarla, de oficio o a pedido de parte, el Juez puede integrarla cuando
haya omitido pronunciamiento sobre algún punto principal o accesorio.
El plazo para recurrir la resolución integrada se computa desde la
notificación de la resolución que la integra (quinto párrafo del art. 172
del C.P.C.).
- El Juez superior puede integrar la resolución recurrida cuando
concurran los supuestos del párrafo anterior (sexto párrafo del artículo
172 del C.P.C.).
6.6 Principio de convalidación
Maurino, acerca de la terminología referida al principio de convalidación,
nos enseña que:
“... Para denominar el presupuesto de marras, el vocablo más aceptado y
preciso es el de convalidación, equivalente a confirmación.

335
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

El término ‘subsanación’ tiene con el citado la relación del género con la


especie. En efecto, ‘subsanar’ (o sanear) es reparar un error o vicio, es
decir, sanear el acto quitándole su irregularidad. ‘Convalidación o
confirmación’ es la renuncia de la parte a pedir la nulidad del acto, que
de esta manera se subsana.

Resulta, pues, que la subsanación como actividad puede provenir de


las partes (convalidación propiamente dicha) o del juez.
Algunos autores consideran que la terminología apropiada sería ‘renuncia a
la reclamación’ o ‘renuncia a la nulidad’.
Se emplean también las palabras ‘consentimiento’, o ‘aquiescencia’...”
(MAURINO, 1990: 54).
A decir de Véscovi, “... las razones de seguridad y certeza del derecho, que
se manifiestan de modo especial en el proceso, y el instituto de la cosa juzgada
hacen (...) que en nuestro campo, mucho más que en el del derecho civil, se
aplique el principio de convalidación de las nulidades, de manera que
transcurrida una etapa no se puede volver a la anterior (principio de preclusión
procesal). Y cuando todas las etapas se han cerrado (sentencia definitiva, cosa
juzgada), se precluye la posibilidad de reclamar contra todas las nulidades”
(VESCOVI, 1999: 266). Agrega Véscovi que “algunos han incluido el tema de
la convalidación en el de los remedios contra el acto nulo, es decir, el
saneamiento de las nulidades. Efectivamente, así como el derecho estudia el
acto nulo y sus efectos (...), también lo hace con las formas de evitar dichos
efectos, eliminando o saneando el acto nulo. O sea, que en lugar de la
invalidación (efecto negativo), se busca la subsanación (efecto positivo)...”
(VESCOVI, 1999: 266).
Para Luis Rodríguez, “toda nulidad que directa o indirectamente se refiere a
un acto procesal o a una serie de actos procesales es susceptible de
convalidación por defecto de invalidación...” (RODRIGUEZ, 1987: 353). La
falta de invalidación -prosigue dicho autor- “... se deriva también de la
bilateralidad del proceso y del dispositivo. Todavía podemos decir que ‘nemo
iudex sine actore’, y que las partes tienen aún el comando del proceso. Es a su
iniciativa que él avanza, es a su inercia que él se extingue (caducidad), es a su
vez un derecho y un deber (una carga procesal) el impulsar la litis (...) ¿Cómo
no han de poder consentir la irregularidad de un acto procesal?” (RODRIGUEZ,
1987: 353). Luis Rodríguez termina diciendo que “... si el proceso fuera
absolutamente inquisitivo, es evidente, no podría jugar el principio de la
relatividad porque el consentimiento de la irregularidad se debería al propio

336
LA NULIDAD DE LOS ACTOS PROCESALES

órgano jurisdiccional. Pero, en todos aquellos actos en que la actuación de la


parte, aun en los procesos mixtos o de oficio, es decisiva, la falta de invalidación
convalida el vicio” (RODRIGUEZ, 1987: 354).
A juicio de Aguirre Godoy, “la nulidad relativa sigue los principios
conocidos en derecho sustancial sobre su posible ratificación o convalidación.
En efecto, como son irregularidades procesales de menor trascendencia, no debe
dárseles el efecto grave de provocar la anulación de los actos procesales sin
alegación de parte, pues si no existe tal invocación se produce una subsanación
por acuerdo tácito de la parte. También puede existir este tipo de convalidación
cuando la parte, no obstante existir en los actos procesales una irregularidad de
esta naturaleza, continúa ejercitando actos de parte...” (AGUIRRE GODOY,
1975: 44). Según dicho autor, este principio “... tiene por objeto proteger la
firmeza de los actos procesales, ya que si quedaran sujetos a impugnaciones
futuras, no obstante que no se objetaron en su oportunidad, el proceso se llenaría
de incidencias de nulidad que afectarían a su normal desarrollo” (AGUIRRE
GODOY, 1975: 57). Aguirre Godoy concluye recomendando que en el proceso
“... debe evitarse que la parte se reserve el momento que estima adecuado para
sus personales intereses, pero tal vez el más inoportuno, para formular la
alegación de nulidad de un acto procesal. Al contrario, debe establecerse que si
la parte tuvo conocimiento del acto irregular o nulo, ya sea en forma directa o
indirecta, y continúa interviniendo en el proceso, importa consentimiento tal
actitud para la convalidación de la nulidad que pueda afectar a tal acto”
(AGUIRRE GODOY, 1975: 57).
Maurino apunta sobre la materia que dos son las clases de convalidación:
“a) Convalidación expresa. Cuando la parte perjudicada se presenta
ratificando el acto viciado (...).
b) Convalidación tácita o presunta. Cuando la parte legitimada para pedir
la nulidad, en conocimiento del acto defectuoso, no lo impugna por los
medios idóneos (incidente, recurso, etc.) dentro del plazo legal...”
(MAURINO, 1990: 55).
Maurino, en lo que concierne a la convalidación tácita, señala lo siguiente:
“a) Fundamento. Partiendo de la noción ya esbozada, su fundamento radica
en que si no se reclama la anulación del acto irregular en tiempo hábil,
precluye el derecho a solicitarla, pues de lo contrario se lesionaría ‘el
orden y la estabilidad de los procedimientos. De ahí su vinculación con
la preclusión.

337
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

Si en tiempo y forma se pueden cuestionar las actuaciones y se guarda


silencio, ello hace presumir conformidad con el trámite. Razones de
economía y consecuencialmente de celeridad procesal, así lo imponen.
b) Plazo. El plazo para que se opere la convalidación tácita depende del
medio impugnatorio de que se valga la parte, y de la legislación
positiva vigente.
El momento a partir del cual comienza a contarse el plazo, es aquel en que
el interesado toma conocimiento del acto.

Este conocimiento debe entenderse en sentido amplio.


No puede circunscribirse únicamente a la intervención directa y posterior
en el juicio, o ‘a la primera actuación o diligencia posterior en que
intervenga’. Serían ejemplos de lo manifestado, la presentación de un
escrito, asistir a una audiencia, etcétera.
Y ello porque puede ocurrir que el conocimiento se obtenga de otra
manera, v.gr., conseguir un expediente en préstamo, y advertido el
vicio, guardar silencio, para dejar correr el tiempo y pedir después la
nulidad, acarreando perjuicios a la contraparte y al juzgado.

(...)
Es dable destacar que el sumun del silencio convalidatorio lo constituye el
consentimiento de la providencia de llamamiento de autos, con lo cual
queda saneada toda irregularidad procesal” (MAURINO, 1990: 55-56).
Es de resaltar que existen causas de excepción por las que no son
susceptibles de convalidación las nulidades procesales, como las que a
continuación reseña Maurino:
“1) Nulidades absolutas previstas por el legislador (...).
La razón es que pertenece a la competencia legislativa la regulación del
régimen de nulidades, atendiendo a las exigencias políticas y sociales
de una situación determinada.
(...) Llámense absolutas, esenciales, etc., estas nulidades tipificadas
legislativamente, existen, y constituyen una excepción a la regla
general de convalidación.
(...)

338
LA NULIDAD DE LOS ACTOS PROCESALES

2) Normas de interés público (...). V.gr., normas sobre composición del


tribunal, sobre competencia, en tanto no admitan ‘su prorrogación’.
3) Preceptos de carácter imperativo. Emparentada con la anterior, ha sido
recepcionada por una parte de la jurisprudencia.
(...) No son convalidables los actos irregulares ‘por inobservancia de
preceptos de carácter imperativo’ (constitución del tribunal,
jurisdicción en razón de la materia). El fundamento es que de otra
manera se desnaturalizaría el sistema procesal establecido para dirigir
las contiendas, o se violarían requisitos constitucionales de
importancia.
4) Normas que contienen un requisito de forma absoluta.
5) Normas de orden público. Las nulidades de orden público no se
consienten por el silencio de las partes. Sólo las sanea la cosa
juzgada...” (MAURINO, 1990: 57-59).
El artículo 172 -primero, segundo y tercer párrafos- prevé tres casos en que
puede darse la convalidación de la nulidad procesal, a saber:
- Tratándose de vicios en la notificación, la nulidad se convalida si el
litigante procede de manera que ponga de manifiesto haber tomado
conocimiento oportuno del contenido de la resolución (primer párrafo
del art. 172 del C.P.C.).
- Hay también convalidación cuando el acto procesal, no obstante
carecer de algún requisito formal, logra la finalidad para la que estaba
destinado (segundo párrafo del art. 172 del C.P.C.).
- Existe convalidación tácita cuando el facultado para plantear la nulidad
no formula su pedido en la primera oportunidad que tuviera para
hacerlo (tercer párrafo del art. 172 del C.P.C.).

6.7 Principio de la declaración judicial


Antes que nada, cabe señalar que la invalidación “... sólo puede efectuarse
como consecuencia de una actividad más o menos compleja que se concluye
con la resolución judicial que viene a privar de efectos al acto imperfecto”
(RODRIGUEZ ESPEJO, 1976: 679). “De esta manera aparecen íntimamente
ligadas las tres facetas que presenta el problema nada simple de la invalidez de
los actos procesales; en primer lugar, el jurista se encuentra con un estado de
imperfección para el que el ordenamiento conmina, simple o conjuntamente con

339
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

cualquier otro tipo de sanción, la posibilidad más o menos inmediata de privar al


acto de sus consecuencias jurídicas normales; en segundo lugar y en todo caso,
al cultivador del Derecho se ofrece la percepción de una actividad procesal
invalidadora sujeta en las distintas hipótesis a muy diversas exigencias
subjetivas, temporales y formales; en tercer lugar, y como consecuencia de la
actividad anuladora antes citada, el procesalista se enfrenta a una situación final
en que, por virtud de la eficacia jurídica de la declaración jurisdiccional, el acto
imperfecto ha sido privado, en mayor o menor medida y según una rica
gradación de supuestos y soluciones, de sus consecuencias jurídicas normales”
(RODRIGUEZ ESPEJO, 1976: 679).
Como se ha podido observar, “la nulidad no opera de pleno derecho, de
modo que no basta el deseo de los litigantes para restar eficacia a un acto del
proceso, sino que es necesaria la correspondiente declaración judicial” (SALAS
VIVALDI, 1962: 292).
En lo relativo al principio de la declaración judicial, Véscovi nos enseña que:
“Los autores civilistas discuten acerca de si la nulidad absoluta necesita, o
no, ser declarada por el juez.
(...) Este problema es diferente al de si la sentencia judicial crea
(constituye), o no, la nulidad. En este aspecto no cabe duda de que la
nulidad absoluta, al menos, no es creada por el juez, sino,
simplemente, comprobada. Es decir, que la sentencia que la acepta es
declarativa y no constitutiva, como la que acoge la nulidad relativa. La
nulidad declarada por el juez, entonces, ya existe, sólo se comprueba,
el acto es nulo ab initio, no ha podido producir efectos. En cambio, la
nulidad relativa se ‘constituye’ por la sentencia del juez y, en
consecuencia, comienza a ‘existir’ en el mundo jurídico a partir de ese
momento. El acto produjo efectos hasta entonces.
Descartada esta cuestión, que los civilistas mezclan generalmente con la
primera, parece claro que la nulidad (y aun la inexistencia) tiene que
ser objeto de declaración judicial. O sea, que si bien el acto
absolutamente nulo (o el inexistente) no debe producir efectos, de
hecho los produce mientras no se hace efectiva la declaración judicial.
Esto nos parece muy claro en el campo procesal. Por eso la sentencia
que declara la nulidad (inexistencia), siendo declarativa tiene efecto
retroactivo y produce la anulación de los actos consecuentes que
todavía estaban en pie (...). Es decir, que aun cuando el juez falle sin
jurisdicción, por razón de materia, o fuera del plazo, etc., la sentencia

340
LA NULIDAD DE LOS ACTOS PROCESALES

tendrá validez hasta que sea declarada nula. Una cosa es que la nulidad
sea insanable, que pueda ser declarada
en cualquier momento, que no se convalide, y otra, muy diferente, que
no haya necesidad de una declaración judicial” (VESCOVI, 1999: 265-
266).

6.8 Principio de independencia


En virtud del principio de independencia la nulidad opera únicamente
respecto del vicio que la motivó, no invalidando éste la totalidad del acto, si no
se afectan todos los elementos que lo conforman, así como tampoco se invalidan
los demás actos del proceso en la medida que éstos guarden autonomía en
relación al acto que adolece de vicio o defecto. Es por eso que:
- La declaración judicial de nulidad de un acto procesal no se hace
extensiva a los anteriores ni a los posteriores que sean independientes
de aquél.
- La invalidación de una parte del acto procesal no implica que suceda lo
propio con las otras que sean independientes de ella, ni obsta tal
invalidación la producción de efectos para los cuales el acto es idóneo,
a no ser que exista norma expresa en contrario.

7. FORMAS EN QUE PUEDE SER PETICIONADA LA DECLARACION


DE NULIDAD PROCESAL
En el derecho comparado la declaración de nulidad puede ser peticionada,
principalmente, a través de:
A) Incidente de nulidad.
El incidente de nulidad “... es aquella cuestión accesoria que pueden
promover las partes en el curso del juicio acerca de la falta de validez
de la relación procesal o de determinados actos de procedimiento”
(CASARINO VITERBO, 1984, Tomo IV: 429).
Según Gimeno Gamarra, “en un sentido estricto el incidente de nulidad no
puede ser considerado como un verdadero recurso, porque el recurso es
la impugnación de una especie determinada de actos procesales, cuales
son las resoluciones judiciales, que tiende a la reforma o sustitución de
la resolución a que se refiera por otra y que puede fundarse en la
disconformidad con el fondo de las mismas o en la existencia de algún

341
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

vicio o defecto susceptible de producir su nulidad, mientras que el


incidente es un medio de atacar la validez, tanto en las resoluciones
judiciales, como de otras especies de actos, que sólo se puede fundar
en la existencia de algún vicio o defecto capaz de determinar la nulidad
de los mismos. Es, pues, el incidente un medio de impugnación, por un
lado, más amplio
que el recurso, puesto que no sólo se refiere a una especie determinada
de actos procesales, sino también a otras clases de actos, y, por otro, más
restringido, puesto que sólo se puede fundar en la existencia de algún vicio
o defecto de los actos y no en la disconformidad en cuanto al fondo de los
mismos...” (GIMENO GAMARRA, 1949: 512-513). B) Recursos.
Tenemos los recursos de nulidad, apelación y casación. C)
Excepciones.
“... Este medio de defensa puede utilizarse para impugnar los actos
procesales viciados y obtener su anulación” (MAURINO, 1990: 223).
“La excepción es un instituto procesal a través del cual el emplazado
ejerce su derecho de defensa denunciando la existencia de una relación
jurídica procesal inválida por omisión o defecto en algún presupuesto
procesal, o, el impedimento de pronunciarse sobre el fondo de la
controversia por omisión o defecto en una condición de la acción”
(MONROY GALVEZ, 1987: 102-103).
D) Proceso o acción autónoma de nulidad de cosa juzgada fraudulenta.
Lo relacionado al proceso o acción autónoma de nulidad de cosa juzgada
fraudulenta será tratado más adelante.

8. REQUISITOS PARA SOLICITAR LA DECLARACION DE NULIDAD


PROCESAL
Lino Palacio considera que, “sea que la nulidad se declare a petición de
parte o de oficio, la correspondiente resolución se halla condicionada por la
concurrencia de los siguientes requisitos: 1°) Existencia de un vicio que afecte a
alguno o algunos de los requisitos del acto; 2°) Interés jurídico en la
declaración; 3°) Falta de imputabilidad del vicio a la parte que impugna el acto
o en favor de quien se declara la nulidad; 4°) Falta de convalidación o de
subsanación del vicio...” (PALACIO, 1977, Tomo IV: 155-156).

342
LA NULIDAD DE LOS ACTOS PROCESALES

Satta asevera que “... la parte puede señalar la nulidad sólo bajo
determinadas condiciones: 1) Que haya un interés, derivante de que la
observancia del requisito del acto le haya causado un daño (...); 2) Que lo haga
en la primera instancia sucesiva al acto o, si está prescrita, a su comunicación o
notificación (noticia); 3) Que no la haya causado; 4) Que no haya renunciado
aun tácitamente...” (SATTA, 1971, Volumen I: 239-240).
Los requisitos de la nulidad por vía de incidente son, a criterio de Enrique
Falcón, los que se mencionan seguidamente:
“1) Debe ser pedida por el legítimo lesionado.
2) Debe acreditar interés jurídico en pedirla.
3) Debe acreditar el daño ocasionado.
4) No tiene que haberse consentido ni expresa ni tácitamente el acto
viciado que se quiere atacar con la nulidad.
5) El acto no tiene que haber cumplido la finalidad querida por la ley,
pues entonces no obstante el vicio, la nulidad no procederá.
6) Que se pida en la instancia en que el vicio se cometió” (FALCON,
1978: 138-139).
A nuestro entender, son requisitos -fundamentales- para solicitar la
declaración de nulidad procesal los que a continuación se indican:

- Alegación del perjuicio sufrido.

- Acreditación del perjuicio.

- Interés jurídico para formular nulidad.


En relación al tema, debe tenerse en consideración lo dispuesto en el
artículo 175 del Código Procesal Civil, el cual se refiere a la inadmisibilidad o
improcedencia del pedido de nulidad, la misma que se declarará, según
corresponda, cuando:
- Se formule por quien ha propiciado, permitido o dado lugar al vicio
(art. 175 -inc. 1)- del C.P.C.).
- Se sustente en causal no prevista en el Código Procesal Civil (art. 175
-inc. 2)- del C.P.C.).

343
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

- Se trate de cuestión anteriormente resuelta (art. 175 -inc. 3)- del


C.P.C.).

- La invalidez haya sido saneada, convalidada o subsanada (art. 175 -inc.


4)- del C.P.C.).

8.1 Alegación del perjuicio sufrido


Acerca de este requisito, Luis Rodríguez expone lo siguiente:
“Existe una regla fundamental, que es la que establece que no hay nulidad
sin perjuicio (‘pas de nullité sans grief’). La nulidad no puede ser
declarada por la nulidad misma, porque sino llevaría a una repetición
de actos sin finalidad alguna.
El perjuicio en el proceso es asimilable al daño de las cuestiones
patrimoniales. De la misma forma que en materia civil sin daño no hay
reparación, sin perjuicio no hay anulación.
El perjuicio es el daño procesal que ha ocasionado el acto viciado.
Concretamente, en qué medida ha impedido efectuar un acto o cumplir
una carga procesal.
El perjuicio es el aspecto pasivo, el daño que se ha inferido: la
incontestación a la demanda, el incumplimiento de un acto procesal,
etc. El perjuicio se aprecia objetivamente a través de la efectiva
privación que la inválida actuación opera. No hay perjuicio que no
pueda mensurarse, que sea subjetivo” (RODRIGUEZ, 1987: 118).
Ahora bien, “... quien alega la nulidad procesal, debe mencionar
expresamente las defensas que se ha visto privado de oponer, o que no ha
podido ejercitar con la amplitud debida, pues toda sanción nulificatoria debe
tener un fin práctico y no meramente teórico. Debe señalarse cuál es el perjuicio
real ocasionado” (MAURINO, 1990: 46).
“No basta una invocación genérica, como sería decir, v.gr., ‘tenemos
legítimas excepciones que oponer’, o la imprecisa fórmula ‘se ha violado el
derecho de defensa en juicio’, sino que el interesado debe indicar cuál es el
agravio que le causa el acto irregularmente cumplido” (MAURINO, 1990: 46).
Sobre el particular, debe tenerse presente lo normado en el artículo 176 del
Código Procesal Civil, según el cual:

344
LA NULIDAD DE LOS ACTOS PROCESALES

- El pedido de nulidad se formula en la primera oportunidad que el


perjudicado tuviera para hacerlo, antes de la sentencia. El Juez
resolverá previo traslado por tres días.
- Sentenciado el proceso en primera instancia, sólo puede ser alegada la
nulidad (se entiende por vicio ocurrido en primera instancia)
expresamente en el escrito sustentatorio del recurso de apelación. El
órgano jurisdiccional revisor resolverá oyendo a la otra parte en auto
de especial pronunciamiento o al momento de absolver el grado.
- Las nulidades por vicios ocurridos en segunda instancia, serán
formuladas en la primera oportunidad que tuviera el interesado para
hacerlo, debiendo el órgano jurisdiccional revisor resolverlas de plano
u oyendo a la otra parte.
No podemos dejar de mencionar que, tal como lo señala el último párrafo
del art. 176 del C.P.C., las nulidades insubsanables serán las únicas que pueden
ser declaradas de oficio, mediante resolución motivada, en cuyo caso se
repondrá el proceso al estado que corresponda.
Por otro lado, es de destacar que la nulidad de actos procesales puede ser
peticionada (y posteriormente declarada) no sólo a través del remedio (o
incidente) de nulidad, sino también haciendo uso de la excepción (por la que se
denuncia la invalidez de la relación jurídica procesal debido a la omisión o
defecto de algún presupuesto procesal o de determinada condición de la acción)
y de los recursos de apelación y casación (cuando los vicios están contenidos en
resoluciones judiciales y se refieren a aspectos formales y no de fondo).

8.2 Acreditación del perjuicio


“Concordante con lo expresado en el sentido de que no basta un mero
planteamiento abstracto, para que progrese la articulación nulitiva, debe
acreditarse la existencia de un perjuicio cierto e irreparable” (MAURINO,
1990: 46).
“El fundamento de esta exigencia de demostración del daño, es la necesidad
de diagnosticar jurídicamente si la irregularidad ha colocado o no a la parte
impugnante en estado de indefensión práctica” (MAURINO, 1990: 46).
“El perjuicio debe ser cierto, concreto y real, ya que las normas procesales
sirven para asegurar la defensa en juicio y no para dilatar los procesos”
(MAURINO, 1990: 46-47).

345
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

“... El requisito del perjuicio sufrido y el interés jurídico, está íntimamente


vinculado al adecuado ejercicio del derecho de defensa en juicio. Es más, el
daño siempre se traducirá en una restricción de las garantías del debido proceso”
(MAURINO, 1990: 48-49). “Es que en rigor, toda declaración de nulidad, debe
reconocer como antecedente inexcusable, una violación de la garantía
constitucional citada” (MAURINO, 1990: 49).

8.3 Interés jurídico para formular nulidad


“... Los impugnantes deben individualizar y probar cuál es el interés
jurídico que se pretende satisfacer con la invalidez que propugnan. En otros
términos, el por qué se lo quiere subsanar...” (MAURINO, 1990: 47).
Sobre este requisito, Luis Rodríguez señala lo siguiente:
“Es el aspecto activo, el interés jurídico en la declaración que consiste no
en la incontestación de la acción o el incumplimiento de un acto sino
en establecer las defensas de las que se ha visto privado, los medios de
prueba de que no se podrá servir. Siempre desde un punto de vista
objetivo.

El interés jurídico es procesal, ya que se da únicamente en la relación


procesal.
No es posible caer en un formalismo vacuo de contenido y de sentido. En
un exceso de ritual manifiesto (...). No es posible obtener una sentencia
justa mediante un proceso irregular (...). Lo único que redime la forma,
que le da finalidad, que la hace humana, es la defensa de los últimos
derechos de la persona, tal como es el derecho a un debido proceso
(due process of law) (...).
Reconocemos que muchas veces las nulidades y los recursos son opuestos
para ganar tiempo, como ‘chicana’, pero también es justo reconocer
que a veces es difícil asimilar los propios errores. Y detrás del
mantenimiento de las formas se encuentra el deseo muy humano de
mantener la resolución irregular. Ese es el argumento decisivo,
justamente, de los que preconizan las bondades de la doble instancia.
Pero cuando está en juego la defensa en juicio, todo lo demás pierde
sentido. Todo el proceso está hecho para garantizarla, ninguna forma
puede coartarla...” (RODRIGUEZ, 1987: 119-120).

346
LA NULIDAD DE LOS ACTOS PROCESALES

Por su parte, Alsina, en relación al interés en la declaración, predica que “...


la aplicación automática de la sanción de nulidad por el solo hecho de su
constatación, obligaría en muchos casos a declarar la nulidad de actos de
importancia secundaria por el estado del procedimiento, pero que invalidarían
las actuaciones posteriores, proporcionando con ello un arma al litigante de
mala fe, que le permitiría demorar indefinidamente la tramitación del proceso.
Siendo el interés el fundamento de la protección jurídica, no hay razón para
excluirlo en este caso, y de ahí la regla según la cual no procede la declaración
de nulidad sino cuando se demuestra la existencia de un perjuicio para la
defensa...” (ALSINA, 1958: 81). Añade el indicado tratadista que “... la
exigencia de la demostración de un interés no rige tratándose de nulidades
esenciales que afecten al derecho de defensa, las que pueden ser declaradas de
oficio por el juez (...), porque fundándose en la violación de una garantía
constitucional, esta sola circunstancia basta para hacerla procedente. Pero (...)
aun estas nulidades pueden ser convalidadas antes de su declaración de oficio,
en cuyo supuesto habrá desaparecido el perjuicio que fundamentaría el interés
en la declaración. Parece innecesario, además, decir que tampoco se tiene en
cuenta el perjuicio cuando se trata de declarar la inexistencia de un acto
procesal” (ALSINA, 1958: 82).
Conforme al artículo 174 del Código Procesal Civil (que trata lo relativo al
interés jurídico para peticionar la declaración de nulidad), quien formula la
nulidad: - Tiene que acreditar estar perjudicado con el acto procesal viciado.
- Debe precisar, en su caso, la defensa que no pudo realizar como
consecuencia directa del acto procesal cuestionado.

- Tiene que acreditar interés propio y específico con relación a su pedido.

9. DECLARACION DE OFICIO DE LA NULIDAD PROCESAL


Las nulidades declarables de oficio “... son las que el juez pronuncia sin que
medie petición al respecto. En realidad no se trata de un tipo especial de
nulidades, sino de uno de los procedimientos que la ley o la jurisprudencia
reconocen para la declaración de las mismas, si bien no todas las nulidades son
declarables de este modo...” (MENDOZA, 1966: 147).
“La facultad dejada al juez para la anulación le impone, no solamente, el
deber de indagar si existe el vicio y si éste se refiere a la sustancia específica del
acto, sino también el de declarar las consecuencias materiales y jurídicas que del
mismo derivan...” (BAPTISTA MARTINS, 1944: 395).

347
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

“Es evidente que la forma principal como el magistrado podrá corregir por
propia iniciativa los actos del proceso, será decretando su ineficacia cuando se
han ejecutado de un modo anormal, con lo que evitará la realización de otros
posteriores, que tampoco tendrán valor debido al efecto extensivo de la nulidad
procesal. De esta manera se ahorra tiempo en la tramitación de la causa, pues se
impide su prosecución sobre actos viciados y se propende, a través del juez, a la
correcta aplicación de la ley procesal” (SALAS VIVALDI, 1962: 293).
“El determinar en qué casos, el juez tiene la facultad u obligación de
pronunciarlas (las nulidades procesales) sin requerimiento de parte, es materia
que depende de las circunstancias de cada cuestión litigiosa, de las normas
positivas vigentes, y de la naturaleza de dichas normas” (MAURINO, 1990: 77).
Maurino, al tratar sobre el móvil de la declaración de las nulidades
procesales a iniciativa del órgano jurisdiccional, afirma que “... el motivo de su
procedencia está en todo acto que lesione la garantía constitucional del debido
proceso” (MAURINO, 1990: 79).
Para Couture, “... una vez comprobada la nulidad (absoluta), el acto debe
ser invalidado, aun de oficio y sin requerimiento de parte interesada...”
(COUTURE, 1985: 378).
Gozaíni considera que “... la advertencia de actos irregulares que
manifiestan inobservancia de disposiciones de carácter imperativo, como la
constitución de los presupuestos fundamentales para la litis o el desarrollo
efectivo de la función sin máculas que la inficionen, autorizaría a declarar de
oficio las nulidades encontradas” (GOZAINI, 1992, Tomo I, Volumen 2: 866).
El indicado jurista argentino añade que “... es posible para el juez declarar ex
officio una nulidad procesal, no obstante fuese consentida y convalidada por las
partes, si ella incide en la regularidad sustancial del proceso” (GOZAINI, 1992,
Tomo I, Volumen 2: 867).
Al respecto, Véscovi apunta que:
“Los casos en que el juez puede proveerla (la nulidad) de oficio son
excepcionales y se refieren, según algunos autores, a aquellos en que
hay un interés público o una disposición expresa.
En realidad, (...) estos casos se darían cuando hay una inexistencia (o
nulidad absoluta, si se acepta en derecho procesal), o sea, en los casos
de defectos en la constitución de la relación procesal (ausencia del
proceso mismo) y también en los casos de indefensión, aunque pudiera
creerse que éstos deben quedar librados al pedido de parte. Esta

348
LA NULIDAD DE LOS ACTOS PROCESALES

opinión coincide con la general de que el juez puede examinar la


existencia de los presupuestos de oficio, al dictar sentencia y declarar
la nulidad del proceso por defectos en la constitución de la relación
procesal” (VESCOVI, 1999: 269).
Conforme lo dispone el último párrafo del art. 176 del C.P.C., las nulidades
insubsanables serán las únicas que pueden ser declaradas de oficio, mediante
resolución motivada, en cuyo caso se repondrá el proceso al estado que
corresponda.
10. EFECTOS DE LA DECLARACION DE NULIDAD PROCESAL
Maurino, en cuanto a los criterios para establecer los efectos de la
declaración de nulidad, enseña que:
“a) Algunos autores adoptan como criterio discriminador la distinción entre
nulidades por violación de las formas sustanciales o esenciales y
aquellas que afectan las formas accidentales o secundarias.
1) Si se afectan formas accidentales o secundarias, la declaración de
nulidad alcanza a las actuaciones impugnadas, pero conservan sus
efectos propios los actos procesales no comprendidos en la
nulidad.
2) Si se omiten o violan las formas sustanciales o esenciales, el
efecto nulificante es total (...).
Así, se ha sostenido que la omisión determina la nulidad de todo lo
actuado cuando se afecta a una forma esencial del procedimiento,
porque ello hace a la defensa en juicio de las partes, estando
interesado el orden público en su observancia, v.gr.,
incompetencia por razón del monto.
b) Otros (...) sitúan el elemento diferenciador según se trate de actos de
parte o resoluciones.
1) Los actos de parte en violación de las formalidades, son ineficaces
(...).
2) Las resoluciones defectuosas no son ineficaces, ‘sino que, por lo
regular, son sólo impugnables’.
c) Otro criterio (...) establece las consecuencias jurídicas de la declaración
de nulidad, según ella se refiera al acto, al procedimiento o a las
formas de las sentencias” (MAURINO, 1990: 245-246).

349
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

En opinión de Alsina:
“... El principal efecto de la nulidad es privar al acto de su eficacia jurídica;
y, en consecuencia, se tiene el acto como no realizado;
consiguientemente, tampoco pueden tener validez los actos posteriores
que en él se funden, de acuerdo con la máxima romana: qued nullum
est nullum producit effectum.
(...) Para establecer las consecuencias de la declaración de nulidad
debemos tener presente la distinción (...) según que ella se refiera al
acto, al procedimiento o a las formas de la sentencia. Tratándose de los
actos, es necesario distinguir tres categorías: los antecedentes, los
consecuentes
y los independientes. La relación procesal, en efecto, se presenta como una
sucesión de actos que realizan las partes y el tribunal, cada uno de los
cuales tiene como antecedente otro acto (...) y es a su vez antecedente del
que le sigue (...); entre unos y otros puede existir actos independientes (...)
‘La nulidad del acto produce la nulidad de los actos consecutivos, no así la
de las actuaciones independientes’ (...).
La nulidad no afecta a los actos anteriores (...) y ello se explica sin ningún
esfuerzo, como tampoco afecta los actos independientes entre sí,
entendiéndose por tales los que no están vinculados por una relación de
dependencia: la nulidad de la notificación del acto de prueba produce la
nulidad de todas las diligencias probatorias posteriores, pero la nulidad de
una declaración fundada en que el testigo no ha prestado juramento, en
nada afecta la validez de las otras diligencias de prueba.
(...) Tratándose de vicios del procedimiento, o sea por no haberse seguido el
orden establecido en la realización de los actos procesales, la nulidad se
traduce en la ineficacia de los actos posteriores, que en realidad no son
consecuencia de la ejecución de un acto viciado sino de la omisión de un
acto requerido para la validez del acto que le sigue: así, cuando el juez
resuelve el incidente sin recibirlo a prueba no obstante haber hechos
controvertidos, o dicta sentencia definitiva sin citar a las partes para el
efecto” (ALSINA, 1958: 103-105).
Gozaíni, acerca de los efectos de la nulidad del acto procesal, dice lo siguiente:
“Nulificar un simple acto del proceso (...) no acarrea consecuencias futuras. El
acto deja de existir como tal, pierde validez y eficacia, pero no transfiere a
otros su nulidad.

350
LA NULIDAD DE LOS ACTOS PROCESALES

Es una nulidad independiente que no incide en el acontecer procedimental.


Tampoco tiene efectos retroactivos, sin atender por ahora la responsabilidad
procesal de quien ha dado lugar al vicio, de modo tal que no conmueve el
estado de las actuaciones hasta allí suscitadas.
Empero hay actos que por comunicabilidad de efectos conducen la nulidad
hacia los demás, sea hacia atrás o por los que se dieron con posterioridad al
vicio.
Por ejemplo, la nulidad del auto que decreta abierto el juicio a prueba, anula los
pasos siguientes que se hubieran practicado, pero no los anteriores. En
cambio, si la nulidad fuera de la notificación de la demanda, caen los actos
que ocurrieron a posteriori de ella, retrotrayendo la causa a su estado
inicial” (GOZAINI, 1992, Tomo I, Volumen 2: 871-872).
Gozaíni, refiriéndose a los efectos de la nulidad en el procedimiento,
destaca que en estos casos “... los vicios no corren por vasos comunicantes sino
por la trascendencia que tiene el acto, que obliga a cumplirlo con regularidad y
eficacia. Se trata de requisitos esenciales que resultan omitidos, y que por esta
anormalidad del trámite, anulan todo lo actuado en consecuencia, volviendo el
proceso al tiempo que ocurre el vicio” (GOZAINI, 1992, Tomo I, Volumen 2:
872). Dicho autor, al tratar los efectos de la nulidad del proceso, hace notar que:
“Aquí la gravedad del error es de tanta importancia que genera un acusado
déficit en la validez absoluta del proceso.

Cuando ello sucede, se nulifica todo el procedimiento cursado.


En estos supuestos se halla en juego las garantías constitucionales del
debido proceso adjetivo, con sus tutelas esenciales en el derecho a ser
oído, defensa efectiva, y sentencia fundada en motivos razonablemente
obtenidos del análisis de la causa” (GOZAINI, 1992, Tomo I,
Volumen 2: 872).
Juan Carlos Mendoza distingue tres tipos de efectos que producen las
nulidades procesales: “... 1° sobre el acto nulo (o el procedimiento nulo, ya que
éste no es sino un conjunto de actos vinculados entre sí por su finalidad común);
2° sobre los demás actos del proceso; 3° y sobre las personas (sujetos del
proceso y los auxiliares)” (MENDOZA, 1966: 177). “... En cuanto a los efectos
sobre el acto debe distinguirse de nuevo: a) según el acto sea totalmente nulo; b)
y según el acto sea parcialmente nulo. Si es totalmente nulo no podrá cumplir,
lógicamente, ninguno de los efectos normales a que está destinado, por verse

351
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

completamente privado de eficacia jurídica; si es parcialmente nulo, las demás


partes no quedarán afectadas por la nulidad y aunque el vicio impida un
determinado efecto, el acto producirá aquellos efectos para los cuales es idóneo”
(MENDOZA, 1966: 177178). “En cuanto a los efectos de la nulidad sobre los
demás actos del proceso hay que distinguir: a) según se trate de actos anteriores;
b) y según se trate de actos posteriores, y entre éstos, nuevamente, los actos
dependientes del acto nulo y los actos independientes de él. Los actos anteriores
no pueden quedar afectados por la nulidad del acto que le sigue, dada la forma
como se desarrolla la relación procesal, que no admite la dependencia del acto
anterior con respecto del posterior. Los actos consecutivos, en cambio, en
cuanto sean dependientes del acto nulo, quedan afectados por la nulidad de éste,
dado el principio de que lo que es nulo produce un efecto nulo. No así los actos
independientes de él, precisamente por su falta de nexo causal” (MENDOZA,
1966: 178). “Los vicios del procedimiento -que (...) son vicios de actos que lo
integran- producen la nulidad de los actos posteriores, que en realidad no son
consecuencia de la ejecución de un acto viciado (...), sino de la omisión de un
acto requerido para la validez del acto que le sigue, o de la transposición, se
puede agregar, de un acto, de acuerdo al orden legal que le impone el proceso”
(MENDOZA, 1966: 178). “... En cuanto a los efectos sobre las personas, hay
que distinguir según se trate: a) del juez; b) de las partes; c) de los auxiliares de
justicia. Generalmente los efectos de la anulación sobre las personas se traducen
en una sanción pecuniaria -la aplicación de las costas o una multa-...”
(MENDOZA, 1966: 178).
Conforme a nuestro ordenamiento jurídico, cabe indicar que, según el
artículo 177 del Código Procesal Civil, la resolución que declara la nulidad:
- Ordena la renovación del acto o actos procesales afectados y las
medidas efectivas para tal fin.

- Impone el pago de las costas y costos al responsable.


Es de resaltar que, a pedido del agraviado, la sentencia (y no la resolución
que declara la nulidad, salvo que tal declaración tenga lugar en la sentencia)
puede ordenar el resarcimiento por quien corresponda de los daños causados por
la nulidad. Así lo dispone la parte final del artículo 177 del Código adjetivo.
También ponemos de relieve que el artículo 173 del Código Procesal Civil
norma la extensión de la nulidad sobre la base del principio de independencia
que gobierna a dicha figura jurídica. Así, en virtud de dicho dispositivo legal:

352
LA NULIDAD DE LOS ACTOS PROCESALES

- La declaración de nulidad de un acto procesal no alcanza a los


anteriores ni a los posteriores que sean independientes de aquél (art.
173 -primer párrafo- del C.P.C.).

- La invalidación de una parte del acto procesal no afecta a las otras que
resulten independientes de ella, ni impide la producción de efectos para
los cuales el acto es idóneo, salvo disposición expresa en contrario (art.
173 -in fine- del C.P.C.).

11. JURISPRUDENCIA CASATORIA RELACIONADA CON LA


NULIDAD PROCESAL
En los subpuntos que siguen veremos los pronunciamientos emanados de
nuestro máximo Tribunal de justicia referidos a la nulidad procesal.
11.1 Jurisprudencia casatoria relacionada con la nulidad procesal
en general
La Corte Suprema de Justicia de la República, en relación a la nulidad
procesal en general, ha establecido lo siguiente:
- “... Se entiende por ésta [nulidad procesal], a aquel estado de
anormalidad del acto procesal, originado en la carencia de algunos
de sus elementos constitutivos o en vicios existentes sobre ellos,
que potencialmente los coloca en la situación de ser declarado
judicialmente inválido...” (Casación Nro. 194-2007 / San Martín,
publicada en el Diario Oficial El Peruano el 03-12-2008, págs.
23587-23588).
- “... En sede de nulidades procesales, éstas suponen un estado de
anormalidad del acto procesal, originado en la carencia de uno de
sus elementos constitutivos, o en vicios existentes sobre ellos, que
potencialmente colocan a dicho acto en la situación de ser
declarado judicialmente inválido como consecuencia de
deficiencias efectivas surgidas en las desviaciones de las reglas
del proceso, que puedan generar indefensión...” (Casación Nro.
2147-2002 / Lima, publicada en el Diario Oficial El Peruano el
3007-2004, pág. 12456).
- “... La nulidad es la sanción por la cual se priva a un acto jurídico
procesal de sus efectos normales, y se declara cuando se ha
afectado la forma establecida, lo que comprende tanto la
estructura y modo de exteriorización del acto como el orden que

353
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

le corresponde en el desarrollo de la relación procesal; salvo que


del análisis del proceso resulte una de las excepciones que
permiten preservar el proceso, como cuando la infracción no ha
producido agravio...” (Casación Nro. 2966-2006 / Moquegua,
publicada en el Diario Oficial El Peruano el 02-01-2008, págs.
21170-21171).
- “... Las nulidades procesales, entendidas como aquél [sic] estado
de anormalidad de un determinado acto procesal (o conjunto de
ellos) en razón de la carencia o presencia defectuosa de requisitos
que condicionan su existencia regular son [...] soluciones de
última ratio, a las que sólo debe recurrirse en casos extremos,
dejando de lado la añeja posición del culto de la forma por la
forma...” (Casación Nro. 2445-2007 / Lima, publicada en el
Diario Oficial El Peruano el 30-01-2008, págs. 21422-21423).
- “... La nulidad procesal es un instrumento de última ratio y sólo
debe ser aplicado cuando aparezca una infracción insubsanable de
algún elemento esencial de un acto procesal o cuando se vulnere
uno de los principios del debido proceso” (Casación Nro. 216-96 /
Huaura, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 02-05-1998,
pág. 842).

354
LA NULIDAD DE LOS ACTOS PROCESALES

-
“... En sede de nulidades procesales, éstas suponen un estado de
anormalidad del acto procesal, de manera que al declararse la nulidad
procesal ello implica resguardar la garantía constitucional a un debido
proceso...” (Casación Nro. 1771-2001 / Ica, publicada en el Diario Oficial
El Peruano el 01-03-2002, pág. 8471).
- “... Los vicios del procedimiento constituyen un estado de
anormalidad del acto procesal, originado en alguno de sus
elementos constitutivos o en vicios existentes sobre ellos; tales
vicios implican que potencialmente se declare su invalidez, ya que
dicho estado de nulidad latente puede no materializarse, ya sea
por subsanación del vicio, por convalidación, o porque el acto ha
cumplido su finalidad...” (Casación Nro. 2070-2003 / Santa,
publicada en el Diario Oficial El Peruano el 30-11-2004, págs.
13104-13105).
- “... Los vicios procesales [...] constituyen los defectos u omisiones
que se presentan en los elementos extrínsecos o intrínsecos de un
acto jurídico procesal; siendo esto así, su revelación al juez, no
depende única y exclusivamente de la parte que viene perdiendo
la litis, sino de ambas partes puesto que, el no hacerlo, contribuye
al desenvolvimiento de un proceso que, en su sentencia puede ser
justo, pero que dicha decisión se ha obtenido mediante un
procedimiento reprobado por las normas procesales, afectando el
derecho a un debido proceso no sólo de uno de los litigantes sino
de todos los sujetos procesales...” (Casación Nro. 24242003 /
Sullana, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 30-11-2004,
págs. 13116-13117).
- “... La finalidad de las nulidades procesales, es la de asegurar la
garantía constitucional de la defensa en el proceso, pudiendo
configurarse únicamente en relación a los actos procesales
susceptibles de producir efectos jurídicos autónomos, como los
actos emanados de un órgano judicial; en tal sentido, solo cuando
la ineficacia sea resultado de un vicio es posible hablar de
nulidad...” (Casación Nro. 2070-2003 / Santa, publicada en el
Diario Oficial El Peruano el 30-11-2004, págs. 13104-13105).
- “... Debe tenerse presente los distintos efectos de la nulidad y de
la revocación; la nulidad es una rescisión de los actos procesales

355
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

-
que implica renovarlos al estado en que se cometió el vicio, tal
como lo establece el artículo ciento setentisiete del Código
Adjetivo [C.P.C.]; en cambio, la revocación implica sustituir la
decisión del Juez inferior por una nueva...” (Casación Nro. 1193-
2000 / Moquegua, publicada en el Diario Oficial El Peruano el
02-01-2001, pág. 6691).
“... La nulidad es la sanción por la cual la Ley priva a un acto procesal de
sus efectos normales, debiendo diferenciarse la violación de las
disposiciones de orden público, que entrañan siempre una nulidad absoluta,
de aquellas que sólo afectan al interés privado, y que deben ser alegadas por
aquel a quien perjudican...” (Casación Nro. 1908-T-96 / Ica, publicada en el
Diario Oficial El Peruano el 15-03-1998, pág. 542).
- “... Son nulidades relativas [...] todas aquellas que no estando
expresamente contempladas como absolutas, quedan subsanadas
si se aceptan expresa o tácitamente, o si el acto viciado ha
conseguido su fin no obstante su defecto...” (Casación Nro. 2378-
00 / Lima, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 30-04-
2001, págs. 7182-7183).
- “... La aplicación automática de la sanción de nulidad por el solo
hecho de su constatación, obligaría a declarar la nulidad por
causas secundarias, aun cuando el proceso se encuentra
sentenciado y precluido sus etapas previas proporcionando con
ello un arma al litigante de mala fe, que le permitiría demorar
indefinidamente el proceso” (Casación Nro. 738-97 / Lima,
publicada en el Diario Oficial El Peruano el 0301-1999, pág.
2342).
- “... La nulidad de resoluciones judiciales necesariamente debe
formularse incidentalmente, dentro del proceso de su referencia y
no en vía de acción...” (Casación Nro. 294-95 / Ica, publicada en
el Diario Oficial El Peruano el 13-12-1996, págs. 2527-2528).
- “... Habiéndose interpuesto la demanda sustentándola en la
nulidad de actuados judiciales en vía de acción, el cual es un
petitorio no contemplado en la legislación procesal, ella resulta
imposible jurídicamente, con lo cual deviene en improcedente, en
virtud de lo previsto en el Artículo cuatrocientos veintisiete del

356
LA NULIDAD DE LOS ACTOS PROCESALES

-
Código Procesal acotado (C.P.C.), y en consecuencia, inválida la
relación procesal y es asimismo imposible emitir pronunciamiento
de fondo sobre la misma...” (Casación Nro. 2835-97 / Arequipa,
publicada en el Diario Oficial El Peruano el 26-10-1999, pág.
3798).
- “... El artículo ciento setentiuno del acotado Código [C.P.C., sobre
el principio de legalidad y trascendencia de la nulidad procesal],
norma precisada como fundamento de derecho de la demanda sub
materia [sobre nulidad de acto jurídico], sólo puede ser invocado
dentro del mismo proceso en que se produjo el vicio pero no en
vía de acción...” (Casación Nro. 2104-2000 / Lima, publicada en
el Diario Oficial El Peruano el 3001-2001, pág. 6856).
“... La Sala Civil [...] absolviendo el grado de apelación, ha expedido la
sentencia [...], sin previamente haber resuelto la nulidad deducida,
restringiendo con ello el derecho a la tutela jurisdiccional efectiva que
le asiste a la nulidicente, e incurriendo en vicio procesal insubsanable
al haber inobservado normas procesales de obligatorio cumplimiento;
siendo así [...] corresponde amparar el recurso propuesto [casación] y
en consecuencia declarar la nulidad de la [resolución] recurrida y
disponer que la Sala [Superior] de origen subsane la omisión incurrida
y hecho sea expida nueva resolución con arreglo a derecho...”
(Casación Nro. 3189-2007 / Cajamarca, publicada en el Diario Oficial
El Peruano el 0209-2008, págs. 22810-22811).
- “... La apelación de una resolución que deniega un pedido de
nulidad no produce la suspensión del proceso en primera instancia
conforme a los Artículos trescientos veinte y trescientos
setentidós de la Ley Procesal...” (Casación Nro. 2198-97 / Ica,
publicada en el Diario Oficial El Peruano el 03-01-1999, pág.
2348).
- “... Al haberse sancionado una nulidad inexistente se ha vulnerado
el derecho al debido proceso del recurrente...” (Casación Nro.
688-2000 / Lima, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 30-
10-2000, págs. 6372-6373).
- “... Al exigir el auto de vista [...] un requisito no previsto en la
Ley, ha incurrido en la causal de nulidad contemplada en el

357
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

-
artículo ciento setentiuno del Código Procesal Civil...” (Casación
Nro. 688-2001 / Ica, publicada en el Diario Oficial El Peruano el
05-11-2001, pág. 7908).

11.2 Jurisprudencia casatoria relacionada con los principios que


rigen a las nulidades procesales
La Corte Suprema de Justicia de la República, en relación a los principios
que rigen a las nulidades procesales, ha establecido, en principio, lo siguiente:
- “... En materia de nulidad procesal debe tenerse en cuenta [...] los
principios que sancionan las nulidades procesales como: 1) el principio
de legalidad o especificidad, en virtud del cual la nulidad solo se
declara cuando la ley expresamente o implícitamente la establece; y 2)
el de finalidad incumplida, según el cual la nulidad debe declararse y
sancionarse, no obstante que no exista norma legal expresa, si el acto
procesal no ha cumplido su finalidad por carecer de uno de los
requisitos esenciales; principios reconocidos en el artículo ciento
setenta y uno del Código

358
LA NULIDAD DE LOS ACTOS PROCESALES

Procesal Civil...” (Casación Nro. 1112-2007 / Callao, publicada en el


Diario Oficial El Peruano el 03-12-2008, págs. 23598-23599).
- “... Existen [...] principios que excluyen o morigeran las nulidades
como: 1) el principio de trascendencia, según el cual solo debe
declararse y sancionarse la nulidad cuando se haya causado perjuicio a
una de las partes o al tercero legitimado; 2) principio de conservación,
a tenor del cual no debe declararse la nulidad en caso de duda sobre los
defectos o vicios que se alegan, salvo que se haya afectado el derecho
de defensa de una de las partes; 3) principio de convalidación, la
misma que puede ser tácita o expresa, en virtud del cual no es
procedente declararse la nulidad si se ha convalidado el acto procesal
que se pretende nulificar, entendiéndose que la convalidación puede
operar de varios modos (por subsanación, por integración de
resolución, de pleno derecho, etc.); y [...] 4) principio de protección,
que impone la no sanción de nulidad si la parte o tercero legitimado
nulidicente ha propiciado, permitido o dado lugar al vicio...” (Casación
Nro. 1112-2007 / Callao, publicada en el Diario Oficial El Peruano el
03-12-2008, págs. 23598-23599).
En los subpuntos que siguen veremos la jurisprudencia casatoria referida de
un modo específico a los principios que rigen a las nulidades procesales.

11.2.1 Jurisprudencia casatoria relacionada con el principio


de legalidad o especificidad en la nulidad
procesal
La Corte Suprema de Justicia de la República, en relación al principio de
legalidad o especificidad en la nulidad procesal, ha establecido lo siguiente:
- “... El principio de legalidad o especificidad, en virtud del cual la
nulidad solo se declara cuando la ley expresamente o implícitamente la
establece...” (Casación Nro. 598-2007 / Callao, publicada en el Diario
Oficial El Peruano el 30-09-2008, págs. 23175-23176).
- “... El artículo 171 del Código Procesal Civil [...] determina que la
nulidad se sanciona sólo por causa establecida en la ley; principio de
legalidad que tiende a limitar el ejercicio abusivo que pueda hacer el
solicitante del pedido de nulidades procesales, enmarcándolas dentro
de las causales señaladas por el ordenamiento...” (Casación Nro.
51312007 / Lima, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 03-09-
2008, págs. 22915-22917).

359
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

- “... Habiendo la Sala [Superior] sancionado una nulidad no


contemplada en la ley ha vulnerado el derecho al debido proceso que
tiene todo justiciable...” (Casación Nro. 2292-2001 / Lima, publicada
en el Diario Oficial El Peruano el 02-05-2002, pág. 8738).
- “... Dado el carácter extremo de la declaración de nulidad, la causa
determinante de ella debe estar establecida por la ley; sin embargo, el
criterio legalista o taxativo, se compensa con las llamadas nulidades
implícitas, aquellas que no estando previstas en la norma, deben ser
declaradas...” (Casación Nro. 2070-2003 / Santa, publicada en el
Diario Oficial El Peruano el 30-11-2004, págs. 13104-13105).
- “... La nulidad si bien es cierto se sanciona sólo por causa establecida
en la ley, puede ser también declarada cuando el acto procesal carece
de los requisitos indispensables para la obtención de su finalidad
conforme a lo dispuesto en el artículo ciento setentiuno del Código
Procesal Civil...” (Casación Nro. 1225-2000 / Lima, publicada en el
Diario Oficial El Peruano el 01-03-2001, pág. 7070).
- “... Según lo establecido en el artículo 171 del Código adjetivo la
nulidad de actuados en un proceso civil no puede ser sancionada por la
nulidad misma, por el contrario, para declararla deberá estar
previamente sancionada en la ley; pero además, en atención a los fines
del proceso civil, cuando la ley prescriba determinada formalidad sin
sanción de nulidad, el acto será válido, si ha cumplido con el propósito
para el cual estaba destinado...” (Casación Nro. 657-2008 / Ancash,
publicada en el Diario Oficial El Peruano el 03-09-2008, pág. 22823).

11.2.2 Jurisprudencia casatoria relacionada con


el principio de finalidad
incumplida
La Corte Suprema de Justicia de la República, en relación al principio de
finalidad incumplida, ha establecido lo siguiente:
- “... [Según el principio] de finalidad incumplida, [...] la nulidad debe
declararse y sancionarse, no obstante que no exista norma legal
expresa, si el acto procesal no ha cumplido su finalidad por carecer de
uno de los requisitos esenciales...” (Casación Nro. 598-2007 / Callao,
publicada en el Diario Oficial El Peruano el 30-09-2008, págs. 23175-
23176).

360
LA NULIDAD DE LOS ACTOS PROCESALES

-
- “... Por el principio de finalidad [incumplida], entendemos que no basta
la sanción legal para declarar la nulidad sino que es necesario que el
acto no haya cumplido el fin [al] cual iba dirigido...” (Casación Nro.
5262-2006 / Piura, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 02-09-
2008, págs.
22670-22671).
“... Conforme al principio de finalidad [incumplida] los actos
procesales no son nulificables si ellos han cumplido con su finalidad no
obstante tener defectos de orden formal...” (Casación Nro. 5131-2007 /
Lima, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 03-09-2008, págs.
22915-22917).
- “... La validez de los actos del proceso deben juzgarse atendiendo a la
finalidad que en cada caso concreto están destinados a conseguir...”
(Casación Nro. 2442-2000 / Lima, publicada en el Diario Oficial El
Peruano el 02-07-2001, págs. 7334-7335).
- “... Las formas procesales no constituyen un fin en sí mismas, de ahí
que la validez de los actos del proceso debe juzgarse atendiendo a la
finalidad que en cada caso concreto están destinados a conseguir, no
procediendo la nulidad cuando aún siendo defectuosos han logrado
cumplir su objeto” (Casación Nro. 1363-99 / Lima, publicada en el
Diario Oficial El Peruano el 23-12-1999, págs. 4403-4404.).
- “... La infracción o el vicio que afecte el acto procesal para ser
sancionado con nulidad debe originar el incumplimiento del propósito
perseguido por ley y dar lugar a indefensión...” (Casación Nro. 2167-
2005 / Lima, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 02-06-2006,
pág. 16205).
- “... Debe cuidarse que la forma infringida no afecte el derecho de la
defensa o el principio de bilateralidad de la otra parte, pues de así serlo,
pese a haber cumplido el acto procesal su finalidad, no podría
convalidarse, y sería irremediable la sanción de nulidad...” (Casación
Nro. 1363-99 / Lima, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 23-
12-1999, págs. 4403-4404).

11.2.3 Jurisprudencia casatoria relacionada con el principio


de trascendencia en la nulidad procesal

361
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

La Corte Suprema de Justicia de la República, en relación al principio de


trascendencia en la nulidad procesal, ha establecido lo siguiente:
- “... En virtud del [principio de trascendencia] [...]
no es dable admitir la declaración de nulidad por la
nulidad misma o para satisfacer pruritos
formales...” (Casación Nro. 111-2001 / Lima,
publicada en el Diario Oficial El Peruano el 31-07-
2001, págs. 7538-7539).
- “... [Según] el principio de trascendencia [...] solo
debe declararse y sancionarse la nulidad cuando se
haya causado perjuicio a una de las partes o al
tercero legitimado...” (Casación Nro. 598-2007 /
Callao, publicada en el Diario Oficial El Peruano el
30-09-2008, págs. 23175-23176).
- “... Por el principio de transcendencia, quien
cuestiona un acto procesal debe acreditar
encontrarse lesionado por este, otorgando al
impugnante legitimo [sic -léase legítimo-] interés
para discutirlo...” (Casación Nro. 584-07 / Lima,
publicada en el Diario Oficial El Peruano el 02-01-
2008, págs. 21211-21212).
- “... El citado Artículo ciento setenticuatro del
Código Procesal Civil, recoge el principio que la
doctrina denomina de ‘transcendencia’, y se basa
en el principio de que las nulidades procesales sólo
proceden cuando se ha lesionado el interés jurídico
del impugnante, que recogía el antiguo derecho
francés en la regla ‘pas de nullité sans grief’, y,
como ya lo ha establecido esta Sala en numerosas
ejecutorias, no hay nulidad cuando este interés no
existe” (Casación Nro. 475-95 / Huánuco,
publicada en el Diario Oficial El Peruano el 17-07-
1998, pág. 1462).
- “... El Código Procesal Civil, en su artículo 174[,]
ha contemplado el principio de trascendencia de las
nulidades, el mismo que se ha recogido del derecho

362
LA NULIDAD DE LOS ACTOS PROCESALES

-
francés, en el que se informa ‘pas de nullité sans
grief’ (no hay nulidad sin perjuicio); la nulidad de
los actos procesales no puede ser declarada [...] por
la nulidad misma; sino por el contrario, únicamente
se invalidarán los actuados cuando en el proceso se
haya causado perjuicio real al impugnante, tal por
ejemplo se haya impedido el ejercicio de su
derecho a defensa o de un recurso impugnatorio;
de lo contrario no cabe declararse la nulidad de los
actuados, ya que antes que la mera formalidad
procesal, existen otras prioridades procesales que
resguardar, tales como la celeridad y la economía
procesal...” (Casación Nro. 1708-07 / Cusco,
publicada en el Diario Oficial El Peruano el 30-06-
2008, pág. 22330).
- “... No basta la sola omisión de algún acto procesal
para declarar la nulidad del proceso, tampoco la
alegación en forma genérica de la generación de
algún perjuicio, sino que dicha omisión deberá
tener la cualidad de poder causar un perjuicio
concreto, de manera tal [...] que genere indefensión
en alguna de las partes, conforme al principio de
trascendencia asumido por el artículo ciento
setenticuatro del citado Código [C.P.C.]...”
(Casación Nro. 2228-01 / La Libertad, publicada
en el Diario Oficial El Peruano el 01-07-2002,
págs. 8929-8930).
- “... Por el [principio] de trascendencia la nulidad
no procede si la afectación no tiene trascendencia
sobre las garantías esenciales de la defensa en el
juicio...” (Casación Nro. 5262-2006 / Piura,
publicada en el Diario Oficial El Peruano el 02-09-
2008, págs. 22670-22671).
“... Conforme a los principios de trascendencia y conservación del acto
procesal, no cabe declararse la nulidad del mismo cuando existan dudas
sobre los defectos o vicios que se alegan, salvo que se haya afectado el
derecho de defensa de una de las partes...” (Casación Nro. 3136-06 / Cusco,

363
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

publicada en el Diario Oficial El Peruano el 30-05-2008, págs. 22162-


22164).
- “... El principio de trascendencia [...] importa que
la sola presencia de un vicio no es razón suficiente
para que el juez declare la nulidad de un acto
procesal, pues se requiere, además, que ese vicio
sea trascendente, es decir, que determine un
resultado probablemente distinto en la decisión
judicial o coloque al justiciable en estado de
indefensión...” (Casación Nro. 4930-2006 / Santa,
publicada en el Diario Oficial El Peruano el 0209-
2008, pág. 22673).
- “... Este principio de trascendencia de la nulidad
preconiza que no hay nulidad si no hay perjuicio o
daño; no basta pues, la infracción de la formalidad,
que sirva para garantizar los derechos de las partes,
sino que debe existir perjuicio, de donde se deduce
que la nulidad sirve para corregir o remediar ese
menoscabo...” (Casación Nro. 5131-2007 / Lima,
publicada en el Diario Oficial El Peruano el 03-09-
2008, págs. 22915-22917).
- “... El artículo ciento setenticuatro del Código
Procesal Civil, recoge el principio que la doctrina
denomina de ‘transcendencia’ y se basa en el
principio de que las nulidades se producen cuando
se ha lesionado el interés jurídico del impugnante,
que recogía el antiguo Derecho Francés en la regla
‘pas nullité sans grief’, y como ya lo ha establecido
esta Sala [Suprema] en numerosas ejecutorias, no
hay nulidad cuando este interés no existe, esto es,
que la nulidad sólo debe ser aplicado [sic -léase
aplicada-] cuando aparezca una infracción
insubsanable de algún elemento esencial de un acto
procesal o cuando se vulnere uno de los principios
del debido proceso...” (Casación Nro. 1712-03 /
Lima, publicada en el Diario Oficial El Peruano el
03-05-2004, pág. 11956).

364
LA NULIDAD DE LOS ACTOS PROCESALES

-
- “... A los hechos [...] es aplicable el principio
contenido en el artículo ciento setenta y dos,
párrafo cuarto, del Código Procesal Civil, ya que si
bien es cierto existe un vicio, éste no es de tal
trascendencia como para declarar la nulidad de la
sentencia, por cuanto el mismo no influye en el
sentido de la resolución...” (Casación Nro. 3780-
2006 / Junín, publicada en el Diario Oficial El
Peruano el 01-12-2008, págs. 23322-23323).
- “... La invocación de un acto procesal viciado
implica denunciar una nulidad trascendente para el
proceso, la que de acuerdo al criterio de
esencialidad implica que la declaración de nulidad
del vicio debe influir de manera decisiva sobre el
acto, de tal modo que pueda ser capaz de producir
su ineficacia...” (Casación Nro. 2540-2006 / Lima,
publicada en el Diario Oficial El Peruano el 02-09-
2008, págs. 22655-22656).
- “... En aplicación a que la finalidad del proceso es
dar solución a la controversia o incertidumbre
jurídica puesta a consideración del órgano judicial,
no puede ampararse las nulidades por el sólo
mérito de ella [sic], sino que debe tenerse en
cuenta si el vicio ha de influir de manera decisiva
en el acto [para] que pueda producir su
ineficacia...” (Casación Nro. 2832-2006 / Ica,
publicada en el Diario Oficial El Peruano el 0201-
2008, págs. 21320-21321).
- “... El agravio que se produzca en el proceso a las
partes debe ser trascendente, puesto que el núcleo
de [la] nulidad es el perjuicio cierto e
irreparable...” (Casación Nro. 514-2007 / Lima,
publicada en el Diario Oficial El Peruano el 02-12-
2008, págs. 23560-23561).
- “... El criterio de esencialidad, [...] implica que la
declaración de nulidad del vicio deba influir de

365
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

manera decisiva sobre el acto, de tal modo que


pueda ser capaz de producir su ineficacia; además,
debe tener una influencia decisiva sobre la
sentencia...” (Casación Nro. 2378-00 / Lima,
publicada en el Diario Oficial El Peruano el 30-04-
2001, págs. 7182-7183).

11.2.4 Jurisprudencia casatoria relacionada con el principio


de conservación en la nulidad procesal
La Corte Suprema de Justicia de la República, en relación al principio de
conservación en la nulidad procesal, ha establecido lo siguiente:
- “... [Según el] principio de conservación [...] no debe declararse la
nulidad en caso de duda sobre los defectos o vicios que se alegan,
salvo que se haya afectado el derecho de defensa de una de las
partes...” (Casación Nro. 598-2007 / Callao, publicada en el Diario
Oficial El Peruano el 3009-2008, págs. 23175-23176).
- “... Por el principio de conservación de los actos procesales éstos
pueden subsanarse en aquellos casos en que la infracción no tiene una
entidad de perjuicio tal que vulnere el derecho de defensa de las partes
o cuando pese a que se subsane el vicio ello no va a influir en el
sentido de la resolución o en las consecuencias del acto procesal...”
(Casación Nro. 717-2000 / Lima, publicada en el Diario Oficial El
Peruano el 02-01-2001, pág. 6704).
“... Es criterio jurídico sostener que frente a la nulidad debe prevalecer
la subsanación del defecto; pues el aludido criterio deriva del principio
de conservación regulado en el segundo párrafo de [sic -léase del-]
artículo 172 del Código adjetivo [C.P.C.] en el que se impone la
necesidad de preservar la eficacia y validez de los actos procesales
frente a la posibilidad de su anulación, lo que llevaría a un resultado
disvalioso respecto de los fines del proceso; en ese sentido, cabe
precisar que la nulidad procesal es un instrumento de última ratio y
sólo será aplicado cuando aparezca una infracción insubsanable de
algún elemento esencial de un acto procesal o cuando se vulnere uno
de los principios del debido proceso...” (Casación Nro. 1887-2004 /
Lima, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 3011-2005, pág.
15044).

366
LA NULIDAD DE LOS ACTOS PROCESALES

-
- “... El criterio de las nulidades procesales debe ser restrictivo. Este
criterio deriva del principio de conservación de los actos procesales,
que consagra la conveniencia de preservar la eficacia, la validez de los
actos frente a la posibilidad de anulación o pérdida, lo que llevaría a un
resultado disvalioso para el proceso...” (Casación Nro. 3571-2001 /
Cañete, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 31-03-2003, págs.
10402-10403).
- “... El criterio de las nulidades procesales debe ser restrictivo ya que la
declaración de nulidad es un remedio excepcional de última ratio...”
(Casación Nro. 1759-96 / Lima, publicada en el Diario Oficial El
Peruano el 11-06-1998, pág. 1277).
- “... No hay nulidad si la subsanación del vicio no ha de influir en el
sentido de la resolución o en las consecuencias del acto procesal. En
caso de duda debe mantenerse la validez del acto. En efecto, el criterio
de las nulidades procesales debe ser restrictivo...” (Casación Nro. 078-
2000 / Tacna, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 02-02-2002,
pág. 8402).

11.2.5 Jurisprudencia casatoria relacionada con el principio


de convalidación en la nulidad procesal
La Corte Suprema de Justicia de la República, en relación al principio de
convalidación en la nulidad procesal, ha establecido lo siguiente:
- “... El principio de convalidación de las nulidades
señala que la naturaleza esencial del proceso recae
en el principio de iniciativa de parte, y, por tanto,
el órgano jurisdiccional no puede sustituirse en el
lugar de una de las partes y anular actos procesales
que han sido consentidos por éstas...” (Casación
Nro. 1998-2000 / La Libertad, publicada en el
Diario Oficial El Peruano el 30-04-2001, págs.
7167-7168).
- “... [La convalidación de la nulidad] puede ser
tácita o expresa, [...] la convalidación puede operar
de varios modos (por subsanación, por integración
de resolución, de pleno derecho, etc.)...” (Casación

367
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

Nro. 1142-03 / Lima, publicada en el Diario


Oficial El Peruano el 02-08-2004, pág. 12497).
- “... [En virtud del] principio de convalidación, la
misma que puede ser tácita o expresa, [...] no es
procedente declararse la nulidad si se ha
convalidado el acto procesal que se pretende
nulificar, entendiéndose que la convalidación
puede operar de varios modos (por subsanación,
por integración de resolución, de pleno derecho,
etc.)...” (Casación Nro. 5982007 / Callao,
publicada en el Diario Oficial El Peruano el 30-09-
2008, págs. 23175-23176).
- “... Al no haberse denunciado los [...] agravios en
la primera oportunidad que tuvo para hacerlo [el
recurrente], las posibles nulidades incurridas han
sido convalidadas...” (Casación Nro. 3502-00 /
Junín, publicada en el Diario Oficial El Peruano el
30-04-2001, pág. 7242).
- “... Al no haber formulado el recurrente la nulidad
en la primera oportunidad que tuvo para hacerlo ha
existido una convalidación tácita sobre dicho
extremo, tal como lo establece el artículo ciento
setentidós del Código Procesal Civil; habiendo
operado el principio de preclusión procesal...”
(Casación Nro. 1387-01 / Lambayeque, publicada
en el Diario Oficial El Peruano el 01-07-2002, pág.
8908).
- “... En virtud del principio de convalidación,
sancionado por el tercer párrafo del numeral ciento
setentidós del Código Procesal Civil, [...] no
procede la nulidad cuando los actos viciados no
son cuestionados oportunamente, precluyendo con
ello el derecho a solicitar la invalidez del
procedimiento...” (Casación Nro. 5262-2006 /
Piura, publicada en el Diario Oficial El Peruano el
02-09-2008, págs. 22670-22671).

368
LA NULIDAD DE LOS ACTOS PROCESALES

-
- “... El tercer párrafo del artículo ciento setentidós
del Código Procesal Civil establece que existe
convalidación tácita cuando el facultado para
plantear la nulidad no formula su pedido en la
primera oportunidad que tuviera para hacerlo; [...]
existiendo convalidación tácita no existe afectación
al debido proceso...” (Casación Nro. 3308-2000 /
Sullana, publicada en el Diario Oficial El Peruano
el 31-07-2001, págs. 7443-7444).
“... Las nulidades mientras no acarrean un perjuicio transcendental al
proceso y cumpla su finalidad, quedan convalidadas
automáticamente...” (Casación Nro. 1514-2004 / Huaura, publicada en
el Diario Oficial El Peruano el 01-12-2004, pág. 13274).
- “... Si bien es cierto que los vicios procesales
podrían ser convalidables ante el silencio de una o
de ambas partes que litigan dentro de un proceso;
también lo es que, conforme a la primera parte del
numeral noveno del Título Preliminar del Código
Adjetivo [C.P.C.], las normas procesales
contenidas en este Código son de carácter
imperativo, salvo regulación permisiva en
contrario; por ende, deben respetarse los canales
procedimentales para obtener un resultado no sólo
justo sino debido, no pudiendo alegar la
convalidación, cuando la norma procesal exigía la
realización de un acto...” (Casación Nro. 2424-
2003 / Sullana, publicada en el Diario Oficial El
Peruano el 30-11-2004, págs. 13116-13117).
- “... Debe cuidarse que la forma infringida no afecte
el derecho de la defensa o el principio de la
bilateralidad de la otra parte, pues de así serlo, pese
a haber cumplido el acto procesal su finalidad, no
podría convalidarse, y sería irremediable la sanción
de nulidad...” (Casación Nro. 1332-2003 / Ucayali,
publicada en el Diario Oficial El Peruano el 31-03-
2004, págs. 11751-11752).

369
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

11.2.6 Jurisprudencia casatoria relacionada con el principio


de protección en la nulidad procesal
La Corte Suprema de Justicia de la República, en relación al principio de
protección en la nulidad procesal, ha establecido lo siguiente:
- “... [El] principio de protección [...] impone la no
sanción de nulidad si la parte o tercero legitimado
nulidicente ha propiciado, permitido o dado lugar
al vicio...” (Casación Nro. 598-2007 / Callao,
publicada en el Diario Oficial El Peruano el 30-09-
2008, págs. 23175-23176).
- “... En virtud del [principio de protección] [...], la
nulidad debe ser pedida por el perjudicado, quien
además no debe haber originado el acto irregular,
ni haberlo convalidado expresa o tácitamente...”
(Casación Nro. 111-2001 / Lima, publicada en el
Diario Oficial El Peruano el 31-07-2001, págs.
7538-7539).
- “... No es posible amparar pretensiones de nulidad
[procesal] cuyo origen obedece a actos propios de
la misma parte recurrente, a tenor de lo dispuesto
en el inciso primero del artículo ciento setenta y
cinco del Código Procesal Civil...” (Casación Nro.
4602-2007 / La Libertad, publicada en el Diario
Oficial El Peruano el 01-12-2008, pág. 23335).
- “... La impugnante sustenta su pedido de nulidad
en un hecho propio, deviniendo en improcedente a
tenor de lo previsto en el inciso 1 del artículo 175
del Código Procesal Civil...” (Casación Nro. 768-
2008 / Lima, publicada en el Diario Oficial El
Peruano el 03-09-2008, pág. 22833).
- “... No es posible amparar pretensiones de nulidad
cuyo origen obedece a omisiones imputables a la
parte que la alega...” (Casación Nro. 768-2008 /
Lima, publicada en el Diario Oficial El Peruano el
03-09-2008, pág. 22833).

370
LA NULIDAD DE LOS ACTOS PROCESALES

-
- “... Nadie puede alegar su propia torpeza, esto es,
que la nulidad no es procedente si se formula por
quién [sic -léase por quien-] ha propiciado el vicio,
según lo prevé el artículo ciento setenticinco del
Código adjetivo [C.P.C.], y que tiene como fuente
la teoría de los actos propios...” (Casación Nro.
2912-2000 / Arequipa, publicada en el Diario
Oficial El Peruano el 01-03-2001, pág. 7035).
- “... No es posible amparar pretensiones de nulidad
cuyo origen obedece a omisiones imputables a la
parte que la alega” (Casación Nro. 2489-98 / Lima,
publicada en el Diario Oficial El Peruano el 15-06-
1999, págs. 3004-3005).
- “... El Derecho exige y protege un comportamiento
de buena fe en los ciudadanos, y por ello no acepta
que se pueda actuar en contra de sus propios actos,
o rehusar las consecuencias de estos y vale al caso
citar el aforismo romano: ‘Nemo auditur
turpitudinem allegans’, y que en materia procesal
se encuentra consagrado en el inciso 1 del artículo
175 del Código Procesal Civil, esto es, que no es
factible que quien ha propiciado o dado lugar al
vicio, proponga la nulidad. Es que el Derecho
impone un comportamiento; las leyes jurídicas
expresan lo que debe ser, y se caracterizan por la
realización de ciertos valores, reconocidos y
aceptados en todas las épocas, como el Orden, la
Paz, la Justicia, la Seguridad, y en general el Bien
Común...” (Casación Nro. 3177-2006 / Lima,
publicada en el Diario Oficial El Peruano el 31-08-
2007, págs. 20097-20098).
- “... Se atribuye al Juez una obligación que debió
haber cumplido el propio recurrente en su
demanda, solicitando el emplazamiento de todas
las personas que considere conveniente y, al no
haberlo hecho no puede fundar la nulidad de lo

371
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

actuado en una causa imputable a sí mismo...”


(Casación

372
LA NULIDAD DE LOS ACTOS PROCESALES

Nro. 0771-99 / Arequipa, publicada en el Diario Oficial El Peruano el


02-01-2001, pág. 6786).

11.3 Jurisprudencia casatoria relacionada con los requisitos en


general de la nulidad procesal
La Corte Suprema de Justicia de la República, en relación a los requisitos
en general de la nulidad procesal, ha establecido lo siguiente:
- “... Para que proceda la declaración de nulidad deben presentarse los
siguientes requisitos: i) el acto procesal se haya realizado en violación
de las prescripciones legales, sancionadas bajo pena de nulidad; ii) la
existencia de perjuicio y el interés jurídico en su declaración; y, iii) la
omisión o el acto defectuoso no haya sido convalidado expresa o
tácitamente...” (Casación Nro. 5262-2006 / Piura, publicada en el
Diario Oficial El Peruano el 02-09-2008, págs. 22670-22671).
- “... La nulidad de actuados debe ser sustentada por escrito y no por
medio de un informe oral...” (Casación Nro. 2446-2000 / Cusco,
publicada en el Diario Oficial El Peruano el 30-01-2001, pág. 6880).
- “... El agraviado con un acto procesal presuntamente viciado debe
alegarlo en la primera oportunidad que tuviera para hacerlo, indicando
los errores de hecho y de derecho[,] señalando el agravio que le
ocasiona o la defensa que no pudo realizar...” (Casación Nro. 1508-98 /
Huaura, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 02-01-2001, págs.
6780-6781).
- “... En cuanto a la alegación del perjuicio sufrido, la parte perjudicada
en la fundamentación de la nulidad debe precisar con claridad cuál es
el vicio o incumplimiento de la formalidad que le causa agravio...”
(Casación Nro. 3048-2006 / Lima, publicada en el Diario Oficial El
Peruano el 02-10-2007, págs. 20826-20827).
- “... El interés jurídico que se procura subsanar implica que la parte que
invoca la nulidad debe acreditar por qué quiere se subsane el acto
procesal afectado con la nulidad...” (Casación Nro. 1076-2000 / Callao,
publicada en el Diario Oficial El Peruano el 30-04-2001, pág. 7155).

11.3.1 Jurisprudencia casatoria relacionada con la


exigibilidad de perjuicio al solicitante de la nulidad
procesal

373
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

La Corte Suprema de Justicia de la República, en relación a la exigibilidad


de perjuicio al solicitante de la nulidad procesal, ha establecido lo siguiente:
- “... Para la declaración de nulidad de un acto procesal, es requisito
indispensable la existencia de un perjuicio al interesado, tal como lo reza la
antigua máxima ‘pas de nullité sans grief (no hay nulidad sin daño o
perjuicio)’; en ese sentido se orienta nuestro ordenamiento procesal civil al
regular los principios de convalidación, subsanación, integración y del
interés para pedir la nulidad...” (Casación Nro. 1932-99 / Jaén, publicada en
el Diario Oficial El Peruano el 02-05-2002, págs. 8675-8676).
- “... Ese estado de nulidad potencial no puede afectar el debido proceso ya
sea por ser subsanable el vicio, por convalidación, o porque el acto ha
cumplido su finalidad, y por que [sic -léase porque-] además el agravio que
se produzca en el proceso a las partes debe ser trascendente, toda vez que el
núcleo de la nulidad es el perjuicio cierto e irreparable...” (Casación Nro.
2050-2000 / Arequipa, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 30-04-
2001, págs. 7170-7171).
- “... La parte que invoca la nulidad debe acreditar el perjuicio, y debe ser
cierto, concreto y real...” (Casación Nro. 3048-2006 / Lima, publicada en el
Diario Oficial El Peruano el 02-10-2007, págs. 20826-20827).
- “... Frente a un vicio procesal, generado por falta de requisitos o
formalidades, la ley señala como sanción la nulidad de un acto procesal
siempre y cuando este vicio haya ocasionado perjuicio a la otra parte que
haya impedido su defensa...” (Casación Nro. 397-96 / Lambayeque,
publicada en el Diario Oficial El Peruano el 09-10-1996, pág. 2340).
- “... Donde no hay indefensión no hay nulidad...” (Casación Nro. 13292008 /
Lima, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 03-09-2008, págs.
22858-22859).
- “... La declaración de nulidad requiere de otro requisito básico consistente
en la existencia del perjuicio, pues donde hay daño estará siempre el
agravio de transgresión al ejercicio del derecho de defensa, que es en
definitiva el fundamento de este presupuesto nulitivo. La idea del perjuicio
se conecta necesariamente con el principio finalista de las formas (el fin de

374
LA NULIDAD DE LOS ACTOS PROCESALES

ellas es asegurar el derecho de defensa). Es decir que logra su finalidad un


acto que aunque padezca de un vicio formal no acarrea perjuicio”
(Casación Nro. 1049-99 / Lima, publicada en el Diario Oficial El Peruano
el 09-11-1999, págs. 3893-3894).
“... La nulidad de un acto jurídico procesal debe ser analizada no sólo por
contravenir el texto de la ley, sino cuando dicha omisión haya trascendido
en la parte resolutiva de la decisión impugnada, produciéndose una
situación de indefección (sic -léase indefensión-), respecto de uno de los
justiciables; que, en dicho sentido, quien formula nulidad debe acreditar
estar perjudicado con el acto procesal viciado conforme lo establece el
Artículo ciento setenticuatro del Código Adjetivo” (Casación Nro. 1210-
98 / Piura, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 04-01-1999, pág.
2350).
- “... La invocación de un acto procesal viciado, que como tal contravenga al
debido proceso, implica denunciar una nulidad que sea trascendente para el
proceso, es decir, que quien la invoque acredite que el vicio le ocasiona un
perjuicio que no puede subsanarse, sino con el acogimiento de la sanción de
nulidad...” (Casación Nro. 2103-2000 / Lima, publicada en el Diario Oficial
El Peruano el 31-07-2001, pág. 7540).
- “... No existe afectación al debido proceso, pues según el principio de
trascendencia de las nulidades, no hay nulidad sin perjuicio, consagrado en
el artículo ciento setenticuatro del Código Procesal acotado [C.P.C.],
advirtiéndose que no ha acreditado [el recurrente] el perjuicio que invoca,
ni ha fundamentado su interés jurídico respecto de los supuestos vicios que
se pretenderían subsanar...” (Casación Nro. 1998-2000 / La Libertad,
publicada en el Diario Oficial El Peruano el 30-04-2001, págs. 7167-7168).
- “... El recurrente no tiene legitimidad ni interés propio para pedir la nulidad
de un cargo que le agravia a otra persona...” (Casación Nro. 1296-01 /
Lima, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 05-11-2001, pág. 7919).
- “... El impugnante carece de legitimidad para pedir la nulidad de un acto
procesal que no le agravia directamente y que está dirigido a cuestionar el
emplazamiento con la demanda de su hermano...” (Casación Nro. 3360-01 /

375
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

La Libertad, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 01-04-2002, pág.


8532).
- “... Sólo el que haya sufrido el perjuicio podrá denunciar la afectación al
debido proceso, ésta es la regla básica de legitimación para que el efecto de
la contravención sea la sanción de nulidad...” (Casación Nro. 32482000 /
Lima, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 31-07-2001, págs. 7440-
7441).
“... De conformidad con lo dispuesto por el artículo 174 del Código
Procesal Civil, quien formula nulidad tiene que acreditar estar perjudicado
con el acto procesal viciado o, en su caso, precisar la defensa que no pudo
realizar como consecuencia del acto procesal cuestionado, asimismo,
acreditará interés propio y específico en relación al acto; y en [el] caso de
autos la recurrente no puede denunciar vicios procesales que no le afectan
directamente o a favor de interés ajeno...” (Casación Nro. 99-2008 / Ica,
publicada en el Diario Oficial El Peruano el 30-05-2008, pág. 22232).
- “... El recurrente no puede invocar un supuesto agravio ajeno como suyo,
pues es regla de las nulidades procesales, que infringen el debido proceso,
que el recurrente esté perjudicado directamente con el acto procesal
viciado, tampoco se advierte que tenga interés propio y específico en la
denuncia por cuanto la hipotética negación de tutela no es respeto [sic
-léase respecto-] del derecho de él...” (Casación Nro. 846-01 / La Libertad,
publicada en el Diario Oficial El Peruano el 31-08-2001, pág. 7637).
- “... Conforme lo establece el artículo ciento setenticuatro del Código
Procesal Civil, quien invoca una nulidad tiene que acreditar haber sido
afectado por el acto procesal viciado, lo cual resulta imposible en el
presente caso, ya que la recurrente no es la titular del derecho que considera
conculcado, consecuentemente la presente denuncia carece de asidero...”
(Casación Nro. 2894-00 / Lambayeque, publicada en el Diario Oficial El
Peruano el 01-03-2001, pág. 7034).
- “... El impugnante invoca la afectación del derecho de defensa de su fiador
solidario, quien es una persona distinta al que solicita la nulidad; en ese
sentido, el peticionante no tiene un interés propio para invocar la nulidad...”

376
LA NULIDAD DE LOS ACTOS PROCESALES

(Casación Nro. 2911-99 / Lima, publicada en el Diario Oficial El Peruano


el 04-02-2000, pág. 4634).

11.3.2 Jurisprudencia casatoria relacionada con la oportunidad para


deducir las nulidades procesales (en primera y segunda
instancia)
La Corte Suprema de Justicia de la República, en relación a la oportunidad
para deducir las nulidades procesales (en primera y segunda instancia), ha
establecido lo siguiente:
- “... Las nulidades procesales se deben deducir en la primera oportunidad
que el afectado tuviera para hacerla [sic -léase para hacerlo-]...” (Casación
Nro. 1683-2008 / Lima, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 04-09-
2008, págs. 22969-22970).
“... En virtud al principio de oportunidad previsto en el artículo ciento
setentiséis del Código Procesal Civil, la nulidad debe formularse en la
primera oportunidad que tuvo el afectado para hacerlo...” (Casación
Nro.

377
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

2290-02 / Arequipa, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 30-


072003, págs. 10756-10757).
- “... Es principio y regla procesal que todos los vicios acontecidos dentro de
una audiencia se impugnan en ella, por los que asistieron o dentro del plazo
de Ley de haber sido notificado [sic -léase notificados-] del contenido de la
misma, para los sujetos que no estuvieron presentes...” (Casación Nro. 346-
2005 / Moquegua, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 31-08-2005,
pág. 14560).
- “... Con arreglo a lo prescrito en el artículo ciento setentiséis del Código
Procesal Civil, cuando se haya sentenciado el proceso en primera instancia,
el pedido de nulidad [...] sólo puede ser alegado expresamente con el
escrito sustentatorio del recurso de apelación, que es la vía correcta para
impugnar sentencias; [...] al no haberse actuado así, se ha vulnerado
también el principio de preclusión...” (Casación Nro. 1999-2000 / Piura,
publicada en el Diario Oficial El Peruano el 30-01-2001, págs. 6813-6814).
- “... Dicha articulación [nulidad de actuados] recién fue planteada por la
recurrente mediante escrito [...] cuando el Juez ya había perdido
competencia al haber concedido el recurso de apelación, y cuando ya había
transcurrido el plazo previsto por el artículo quinientos cincuentiséis del
Código Adjetivo [C.P.C.], razón por la que carece de base real sostener que
la recurrente planteó válidamente la nulidad de actuados, en ese sentido no
cabría admitir su tramitación ni pronunciamiento al respecto...” (Casación
Nro. 404-01 / Junín, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 31-07-
2001, págs. 7477-7478).
- “... El artículo ciento setentiséis del Código Procesal Civil establece en su
primer y segundo párrafo que: ‘El pedido de nulidad se formula en la
primera oportunidad que el perjudicado tuviera para hacerlo, antes de la
sentencia. Sentenciado el proceso en primera instancia, sólo puede ser
alegada expresamente en el escrito sustentatorio del recurso de apelación.
En el primer caso, el Juez resolverá previo traslado por tres días; en el
segundo, la Sala Civil resolverá oyendo a la otra parte en auto de especial
pronunciamiento o al momento de absolver el grado. Las nulidades por
vicios ocurridos en segunda instancia, serán formuladas en la primera
oportunidad que tuviera el interesado para hacerlo, debiendo la Sala
Superior resolverlas de plano u oyendo a la otra parte’; [...] de lo
preceptuado en el citado artículo ciento setentiséis [del C.P.C.] puede
concluirse válidamente que de deducirse una articulación de nulidad

378
LA NULIDAD DE LOS ACTOS PROCESALES

en segunda instancia por vicios incurridos en el concesorio del recurso


de apelación de la parte contraria, la Sala Civil está en la obligación de
resolverlo en auto de especial [...] pronunciamiento o al momento de
absolver el grado; de modo tal que de no proceder en la forma prescrita
por la ley acarreará su nulidad, por violación del principio de
motivación escrita de las resoluciones judiciales [...]; salvo que
resulten aplicables los principios de trascendencia, convalidación y
subsanación contemplados en los artículos ciento setentiuno y ciento
setentidós del Código Procesal Civil...” (Casación Nro. 2616-2005 /
Junín, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 30-11-2006, págs.
17929-17930).
- “... El artículo ciento setentiséis del Código Procesal Civil, dispone en su
segundo párrafo, que las nulidades por vicios ocurridos en segunda
instancia, serán formuladas en la primera oportunidad que tuviera el
interesado para hacerlo, debiendo la Sala resolverlas de plano u oyendo a la
otra parte; es decir, que la Sala no tiene la obligación de correr traslado a la
otra parte de la nulidad deducida, puesto que puede, incluso, resolver la
nulidad de plano, ello sin oír a la otra parte; [...] siendo esto así, al haber
resuelto la Sala Civil [...] la nulidad deducida [...] respecto de la Resolución
de Vista [...], que anula la Sentencia de Primera Instancia por vicios
procesales, sin correr traslado al demandante, no se han contravenido las
normas que garantizan el derecho a un debido proceso...” (Casación Nro.
2984-01 / Tacna, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 02-05-2002,
págs. 8752-8753).

11.4 Jurisprudencia casatoria relacionada con la


potestad nulificante (declaración de oficio de
la nulidad) del órgano jurisdiccional
La Corte Suprema de Justicia de la República, en relación a la potestad
nulificante (declaración de oficio de la nulidad) del órgano jurisdiccional, ha
establecido lo siguiente:
- “... Con arreglo a lo prescrito en el artículo ciento setentiséis in fine del
Código Procesal Civil, los jueces sólo declararán de oficio las nulidades
insubsanables, mediante resolución motivada, reponiendo el proceso al
estado que corresponda, entendiéndose por insubsanable cuando se produce
el quebrantamiento o inobservancia de las formas del proceso y que no sea
susceptible de convalidarse mediante el consentimiento expreso o tácito de

379
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

la parte perjudicada por el acto viciado...” (Casación Nro. 13252000 / Lima,


publicada en el Diario Oficial El Peruano el 02-01-2001, págs. 6694-6695).
- “... Las nulidades absolutas pueden ser declaradas de oficio por la Corte
Superior incluso al conocer de los recursos de apelación, aún (sic) cuando
el acto nulo no haya sido objeto de denuncia o recurso por las partes...”
(Casación Nro. 1755-99 / Puno, publicada en el Diario Oficial El Peruano
el 23-11-1999, págs. 4119-4120).
- “... La nulidad procesal declarada de oficio, presupone que el acto procesal
viciado no sea posible de convalidación. La procedencia de la nulidad de
oficio está en la protección de las garantías constitucionales del proceso,
siendo una de las más importantes el respeto al debido proceso...”
(Casación Nro. 445-02 / Apurímac, publicada en el Diario Oficial El
Peruano el 31-01-2005, págs. 13517-13518).
- “... La nulidad se sanciona sólo por causa establecida en la ley, sin
embargo, puede declararse también cuando el acto procesal careciera de los
requisitos indispensables para la obtención de su finalidad, teniendo en
cuenta los principios de legalidad y trascendencia a que se refiere el artículo
ciento setentiuno del Código Adjetivo [C.P.C.], aunque no haya sido
invocada...” (Casación Nro. 2881-99 / Tumbes, publicada en el Diario
Oficial El Peruano el 30-01-2001, págs. 6839-6840).
- “... Ante un vicio de gran consideración cualquier órgano jurisdiccional por
el sólo hecho de serlo tiene lo que en doctrina se llama la potestad
nulificante, recogido [sic -léase recogida-] en el último párrafo del artículo
ciento setentiséis del Código Procesal Civil por la cual debe declarar la
nulidad aún cuando ésta no haya sido solicitada, en los casos en que
considere que el acto viciado altere los fines abstracto y concreto del
proceso...” (Casación Nro. 857-2000 / Lima, publicada en el Diario Oficial
El Peruano el 02-01-2001, págs. 6708-6709).
- “... Frente a un vicio de tal consideración (vicio sustancial), cualquier
órgano jurisdiccional por el sólo (sic) hecho de serlo tiene lo que en
doctrina se llama potestad nulificante del juzgador y que ha sido acogido en
el último párrafo del Artículo ciento setentiséis del nuevo Código Procesal
Civil, entendida como aquella facultad de declarar una nulidad aún (sic)
cuando no haya sido solicitada, si considera que el acto viciado (incluso el
proceso todo) puede alterar sustancialmente los fines abstracto y concreto
del proceso y la decisión que en él va a recaer...” (Casación Nro. 2197-99 /

380
LA NULIDAD DE LOS ACTOS PROCESALES

Lima, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 17-09-2000, págs. 6270-


6271).
- “... Frente a los vicios advertidos por el Tribunal Ad quem [...] en la
sentencia de primera instancia apelada, cualquier órgano jurisdiccional por
el sólo [sic] hecho de serlo tiene lo que en doctrina se denomina potestad
nulificante del juzgador, potestad que ha sido acogida en el último párrafo
del artículo 176 del Código Procesal Civil; la misma que es entendida como
aquella facultad de declarar una nulidad aún [sic] cuando no haya sido
solicitada por las partes, si el juzgador considera que el acto viciado
-incluso todo el proceso- puede alterar sustancialmente los fines abstractos
y concreto [sic] del proceso y la decisión que en él va a recaer...” (Casación
Nro. 1583-2008 / Lambayeque, publicada en el Diario Oficial El Peruano el
03-09-2008, pág. 22868).
- “... Frente a un vicio sustancial, el órgano jurisdiccional tiene la potestad
nulificante, la cual ha sido acogida en el último párrafo del artículo 176 del
Código Adjetivo [C.P.C.], entendida como aquella facultad de declarar una
nulidad aún [sic] cuando no haya sido solicitada, si considera que el acto
viciado puede alterar sustancialmente los fines abstracto y concreto del
proceso y la decisión que en él va a recaer...” (Casación Nro. 50392007 /
Lima, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 31-03-2008, pág.
21698).
- “... En las nulidades de oficio el juez se pronuncia sin que medie petición al
respecto, corrigiendo por propia iniciativa los actos irregulares o vicios
formales que se presenten dentro del proceso y que impliquen una lesión a
la garantía constitucional del debido proceso; [...] las únicas nulidades que
pueden decretarse de oficio son aquellas en que se compromete el derecho
de defensa y [...] ello ocurre cuando el acto viciado implica que no se ha
oído a la contraparte...” (Casación Nro. 560-2003 / Moquegua, publicada en
el Diario Oficial El Peruano el 31-03-2004, págs. 11677-11678).
- “... La violación de una disposición de orden público entraña una nulidad
que debe ser declarada de oficio...” (Casación Nro. 4122-2001 / Ica,
publicada en el Diario Oficial El Peruano el 30-09-2002, pág. 9217).
- “... El artículo 176 del Código Procesal Civil, [...] en su último párrafo
establece que ‘los Jueces sólo declararán de oficio las nulidades
insubsanables, mediante resolución motivada, reponiendo el proceso al
estado que corresponda’. [...] Que, en efecto, la nulidad puede ser declarada

381
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

de oficio, pero debe proceder así en casos excepcionales, en supuestos en


que de por medio esté el interés público o exista una disposición expresa...”
(Casación Nro. 1265-2006 / Callao, publicada en el Diario Oficial El
Peruano el 30-11-2006, pág. 17844).
- “... La nulidad de un acto del proceso es la negación del mismo y un
perjuicio evidente para las partes, por lo que sólo corresponde ser declarado
[sic -léase declarada-] cuando se ha afectado una garantía y entonces el
Juez, justificadamente, priva a un acto procesal de sus efectos normales. La
nulidad, por tanto puede ser declarada de oficio cuando afecta principios
constitucionales, o cuando la falta de un presupuesto procesal pueda influir
en el resultado final del proceso, como establece el artículo 171 del mismo
Código [C.P.C.]...” (Casación Nro. 705-2003 / Lima, publicada en el Diario
Oficial El Peruano el 03-05-2005, págs. 14051-14052).
- “... La nulidad de oficio es una facultad [que opera] cuando el juzgador -y
no la parte interesada- considere que ella es manifiesta...” (Casación Nro.
946-2008 / Apurímac, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 04-09-
2008, pág. 23091).
- “... Tratándose de un vicio que puede ser declarado de oficio por el
Juzgador, es indudable que en dicho caso no operan los principios de
preclusión y convalidación...” (Casación Nro. 2313-2000 / Lima, publicada
en el Diario Oficial El Peruano el 05-11-2001, págs. 7974-7975).
- “... Si bien es cierto que el Artículo segundo del Título Preliminar del
Código Procesal Civil, establece que el Juez es el director del proceso, ello
no invalida que la naturaleza esencial del Proceso Civil es de ser
dispositivo, y por lo tanto, el Colegiado no puede sustituirse en el lugar de
una de las partes y anular actos procesales que han sido consentidos por
ésta, máxime si en autos dicho sujeto procesal no ha sufrido de indefensión,
porque ello implicaría vulnerar el principio de igualdad entre las partes”
(Casación Nro. 671-99 / Chincha, publicada en el Diario Oficial El Peruano
el 01-09-1999, pág. 3409).
- “... De acuerdo al principio de convalidación de las nulidades previsto en el
artículo ciento setentidós del Código Adjetivo [C.P.C.], no prosperará la
nulidad cuando mediare consentimiento expreso o tácito de la parte
interesada; [...] en aplicación de la norma precitada, el Juez no puede
declarar de oficio la nulidad si ya se ha verificado el mencionado

382
LA NULIDAD DE LOS ACTOS PROCESALES

consentimiento...” (Casación Nro. 078-2000 / Tacna, publicada en el Diario


Oficial El Peruano el 02-02-2002, pág. 8402).
- “... La precitada resolución [...] no había adquirido la calidad de cosa
juzgada a que se refiere el inciso segundo del artículo ciento veintitrés del
Código Procesal Civil, siendo por ello factible que antes que transcurriera
el plazo para que la resolución quede consentida el Ad-quem ejerciera la
facultad oficiosa de declarar las nulidades insubsanables en virtud a lo
previsto en el artículo ciento setentiséis in fine del Código Procesal Civil;
siendo así, carece de sustento fáctico la denuncia invocada por la recurrente
en el sentido de que se ha infringido el principio de la cosa juzgada...”
(Casación Nro. 3224-01 / Tacna, publicada en el Diario Oficial El Peruano
el 01-04-2002, pág. 8528).
- “... Es deber del Juzgador (operador jurisdiccional personal o colegiado)
velar que el proceso que conoce tenga por objeto una pretensión que no
haya sufrido los efectos de la caducidad, pues de lo contrario la relación
estará viciada y la sentencia que recaiga será fraudulenta, mientras ésta no
haya alcanzado la autoridad de cosa juzgada material, pues mientras exista
el proceso, dicho operador no puede sustraerse de su facultad nulificante,
entendida como la manifestación de su rol de director del proceso en
custodia de un proceso en condiciones mínimas para expedir una sentencia
válida sobre el fondo, potestad que deriva de los artículos tercero del Título
Preliminar y cuatrocientos veintisiete inciso tercero del Código adjetivo...”
(Casación Nro. 1744-00 / Santa, publicada en el Diario Oficial El Peruano
el 30-04-2001, págs. 7161-7162).

12. LA NULIDAD DE COSA JUZGADA FRAUDULENTA

12.1 Concepto de nulidad de cosa juzgada fraudulenta


La nulidad de cosa juzgada fraudulenta constituye la sanción dirigida a
invalidar un acto procesal que ha adquirido la calidad de cosa juzgada, debido a
que el proceso en que dicho acto se realizó ha sido seguido con fraude o
colusión.
La nulidad de cosa juzgada fraudulenta implica la descalificación de un acto
concluyente del proceso que ha alcanzado la autoridad de cosa juzgada en base a
violaciones gravísimas del procedimiento (representadas precisamente por el
fraude y la colusión), que impiden que tal acto cumpla con su finalidad, de ahí

383
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

que se le prive de todo efecto que, en tales circunstancias, sería sumamente


reprobable para el derecho y contrario al más elemental sentido de justicia.
La nulidad de cosa juzgada fraudulenta puede ser vista también como un
estado de anormalidad grave e intolerable que afecta a un acto que pone fin al
proceso y al que indebidamente se le ha asignado la fuerza de la cosa juzgada,
pues se ha llevado a cabo dentro de un proceso fraudulento, lo que motiva que el
acto en cuestión deba ser revisado y declarado inválido a través de una acción (o
recurso, según la vía que se emplee) extraordinaria prevista legalmente con
dicho objeto.
Se desprende del artículo 178 -primer párrafo- del Código Procesal Civil
(norma que regula la figura jurídica en estudio) que la nulidad de cosa juzgada
fraudulenta es aquella (situación que adolece de vicio o anormalidad) que puede
ser demandada (por el perjudicado) a través de un proceso (es decir, en vía de
acción) dirigido a invalidar la sentencia con calidad de cosa juzgada o el
acuerdo homologado por el Juez que pone fin al proceso (conciliación o
transacción, también con la autoridad de cosa juzgada), porque -se alega- el
proceso donde se originó el acto procesal cuestionado ha sido seguido con
fraude o colusión, afectando el derecho a un debido proceso, cometido por una,
o por ambas partes, o por el Juez o por éste y aquéllas

12.2 Vías para solicitar la nulidad de cosa juzgada fraudulenta


Las principales vías existentes en el derecho comparado para solicitar la
nulidad de cosa juzgada fraudulenta son las que se indican a continuación:

- Proceso o acción autónoma de nulidad de cosa juzgada fraudulenta.

- Recurso de revisión
Sobre el tema, Véscovi nos informa lo siguiente:
“Algunos entienden que esta revisión (de la cosa juzgada) consiste en un
recurso, y otros que es una acción autónoma, pues el proceso ya está
terminado.

(...)
La cuestión es bastante discutida en la doctrina, pues importantes autores
sostienen que se trata realmente de un recurso, puesto que contiene
todos los elementos de este medio impugnatorio; otros sostienen que es
acción autónoma y señalan profundas diferencias.

384
LA NULIDAD DE LOS ACTOS PROCESALES

Naturalmente que la cuestión es dudosa y depende del concepto de que se


parta acerca de lo que es un recurso y de lo que es una acción
autónoma. Asimismo, de cómo sea regulado, en cada país, este
remedio. (No olvidemos que en muchos casos dentro del recurso
extraordinario se mezclan causales y procedimientos que ni siquiera
pueden incluirse en él).
Sin embargo, en tren de dar una opinión, nos parece que se trata más bien
de una acción autónoma, y no de un recurso dentro del proceso, en el
sentido de que éste continúa en otra etapa (instancia), renovándose la
controversia a través de un distinto examen (...). Nos basamos para ello
en que en este proceso (en la mayoría de los casos) el actor plantea una
pretensión diferente -puesto que lo que solicita es la revisión del
proceso en virtud de hechos nuevos-, por lo cual estaremos ante un
proceso con un objeto diferente (...).
A ello debemos agregar que, en muchos de los sistemas, no existe un plazo
para proponer este remedio, o éste es muy amplio, y su instrucción no
paraliza (salvo casos totalmente excepcionales) ni la cosa juzgada, ni la
ejecución de sentencia. Asimismo, porque se admite en muchos casos
que inicien esta acción quienes no han sido partes en el proceso
anterior, lo cual (...) contraría el sistema de los recursos.
La misma opinión nos merece la acción autónoma para reclamar la
revisión del proceso por fraudulento o por nulidad insanable por
indefensión (...), a pesar de que también aquí existe valiosa doctrina
contraria. En efecto, entre nosotros se ha sostenido -por una opinión
minoritaria, pero muy prestigiosa- que dicha acción de nulidad, por
ejemplo, por falta de emplazamiento (que es la más común de
indefensión), no constituye sino un incidente de nulidad dentro del
mismo proceso, dado que éste realmente no ha concluido pues si se ha
emplazado indebidamente a quien debió ser parte, faltó un presupuesto
procesal imprescindible para obtener una sentencia válida.
No obstante estas opiniones, y pese a reiterar que todo depende de cuál es
la extensión que se le da al concepto de recurso y cuál a la de acción
impugnativa autónoma, nos inclinamos por considerar estos medios
dentro de esta última categoría.
Sin embargo, al estudiar los diversos derechos positivos, veremos que
contienen algunas causales típicas del recurso (falta de congruencia de

385
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

la sentencia, etc.) y están sometidos a plazos breves, por lo cual nuestra


opinión, de que son acciones autónomas, apunta más al concepto
general, y al remedio extraordinario que en materia penal existe en la
mayoría de los códigos iberoamericanos (y del mundo), que es, por
otra parte, el más típico recurso de revisión en nuestro Derecho (...). Y
también a los recursos de revisión regulados en una minoría de los
códigos de nuestra área en la materia civil (no penal). Tendencia que
los códigos modernos recogen” (VESCOVI, 1988: 339-341).

12.3 Causales de nulidad de cosa juzgada fraudulenta


Son causales de nulidad de cosa juzgada fraudulenta, de acuerdo al primer
párrafo del artículo 178 del Código Procesal Civil, el fraude y la colusión
(aunque ésta no es sino una modalidad del primero), circunstancias o estados
irregulares que afectan seriamente el derecho a un debido proceso (cuyos pilares
son la observancia de la jurisdicción y de la competencia predeterminada
legalmente, la defensa en juicio, la motivación de las resoluciones judiciales y la
pluralidad de la instancia).
12.3.1 El fraude procesal
El fraude procesal es un “... concepto amplísimo que abarca todas las
morbosas desviaciones del principio rector de la bona fides, enderezados -y en
esto reside su característica común, pese a la diversidad de formas- a
desnaturalizar el proceso y sus instituciones fundamentales, de modo que sirvan
a la consecución de un designio ilícito siempre, torpe en ocasiones y,
frecuentemente, digno de general reprobación” (PEREZ, 1975: 161).
“La maquinación o ardid que configura el fraude procesal consiste en
tergiversar el objeto de la litis, adulterando la verdad de los hechos, mediante las
maniobras dolosas más sutiles, de donde el fraude procesal puede presentar la
gama más variada, dentro de la urdimbre tramada por el litigante deshonesto, en
la consecución de su propósito...” (PEREZ, 1975: 162).
“... En términos generales, el fraude procesal consiste en el hecho de omitir
deliberadamente las partes que intervienen en el proceso, prestar al juez su leal
colaboración en el esclarecimiento de la verdad de lo que se discute en el pleito,
o en tergiversar intencionalmente la investigación, adulterando medidas de
prueba, mediante ardid, astucia o maquinación para ofrecerlas como verdaderas,
siendo dolosamente falsas, con el propósito de inducir al juez a engaño y
obtener, por esos medios, una sentencia favorable a sus pretensiones” (PEREZ,
1975: 164).

386
LA NULIDAD DE LOS ACTOS PROCESALES

Devis Echandía sostiene que el fraude procesal tiene las siguientes


características:
“a) Es una forma de dolo o una maniobra dolosa, cuyo contenido y alcance
puede variar, según el acto procesal en que aparezca y los fines
particulares que se persigan;
b) Es obra de una de las partes o de un tercero interviniente si se
contempla en el aspecto restringido de fraude procesal (proceso,
tercería o incidente fraudulentos); pero puede ser del juez de la causa,
del investigador o del comisionado, de un auxiliar de éstos, e inclusive
de cualquier órgano de prueba (...);
c) Persigue un fin ilícito, que puede consistir en el simple engaño al juez
o a una de las partes, para obtener una sentencia contraria a derecho e
injusta, pero que generalmente tiene consecuencias específicas, de
aprovechamiento o beneficio ilegal e inmoral, en perjuicio de otra de
las partes o de terceros” (DEVIS ECHANDIA, 1970: 120-121).
Según Zeiss, “... la mentira procesal puede tomar forma de acto antijurídico
y punible cuando un litigante busca procurarse a sí mismo o a un tercero una
ventaja patrimonial ilegítima mediante alegaciones falsas con perjuicio
patrimonial para otra persona (fraude procesal...). Un ejemplo de ello es el del
litigante que, no teniendo ya, como él mismo sabe, nada que reclamar, logra
obtener una orden de pago o de ejecución contra el otro. Comete también fraude
procesal quien reclama una indemnización por un damnum ex mora que no ha
sufrido, o la restitución de gastos judiciales no realizados” (ZEISS, 1979: 38-
39). Dicho jurista agrega que “... la figura del fraude abarca también ciertos
procesos simulados. Si una controversia es simulada, o sea si en realidad el
demandado ya le ha dado al demandante lo que éste pretende, o el demandante
no pretende lo que afirma pretender, cabe sospechar que las partes están
persiguiendo fines repudiables sirviéndose para ello de la justicia. Esta colusión
con engaño del tribunal configura un fraude cuando su finalidad es perjudicar a
un tercero ajeno a la litis. Un ejemplo de ello puede ser el de un deudor que,
viendo que es inminente la ejecución de su hotel, se hace demandar sobre la
base de letras de cambio ya pagadas y se deja condenar por sentencia
contumacial a fin de procurarle al demandante de este pleito simulado un título
para embargar los muebles. Habrá fraude igualmente si una persona cede a un
banco, como garantía, los derechos emergentes de una renta que le ha concedido
su hermano, y luego éste acciona contra el cedente, en connivencia con él, para
hacerle perder esa renta por supuesta ingratitud...” (ZEISS, 1979: 39-40). Zeiss

387
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

termina señalando lo siguiente: “... No hay fraude en un proceso simulado si las


partes, aunque engañen al tribunal, no lo hacen para procurarse a ellas mismas o
a otros un beneficio patrimonial ilegítimo en perjuicio de un tercero. Un ejemplo
de ello sería si un hombre casado, deseando hacerle una donación a su amante,
también casada, se hiciese demandar por ésta para ocultar la liberalidad a las dos
familias. Aquí lo doloso sería tan sólo el hecho de solicitar tutela jurídica, no
para resolver un pleito, sino para explotar la autoridad de un fallo judicial”
(ZEISS, 1979: 41).

12.3.2 La colusión
La colusión (denominada también fraude bilateral o multilateral o
plurilateral), como causal que es de nulidad de la cosa juzgada, consiste en la
confabulación o concertación entre dos o más sujetos que, simulando la
existencia de una controversia entre ellos, hacen uso del proceso con la finalidad
de lograr una declaración judicial que satisfaga sus intereses en perjuicio de
terceros.
García Valdecasas dice sobre el fraude bilateral o colusivo lo siguiente:
“En los múltiples expedientes y argucias con que a veces una
habilidosidad, digna de mejor empleo, persigue la consecución de fines
que la ley no autoriza, los intereses particulares han llegado muchas
veces a utilizar
los resortes de la Administración de la justicia para lograr resultados a
los que no hubieran podido llegar en el campo de la autonomía de la
voluntad por la vía de los negocios jurídicos.
Y uno de los expedientes así usados es acudir a una contienda judicial en la
cual por la vía del allanamiento o de la confesión de una parte, o de la
dosificación de pruebas, más o menos amañadas, o del desistimiento, o
de dejar caducar una pretensión, etc., etc., se arranca a la autoridad
judicial un pronunciamiento que, adquiriendo la autoridad de cosa
juzgada, equivale a provocar el nacimiento, la transmisión o la
extinción de derechos, cuando legalmente no hubieran podido
obtenerse semejantes resultados.
Los procesos en que las partes, previamente de acuerdo entre sí, persiguen
un designio fraudulento, es una de las especies, la más peligrosa y
reprobable, de la figura genérica conocida con el nombre de proceso
aparente.

388
LA NULIDAD DE LOS ACTOS PROCESALES

(...)
(...) El fraude a la ley consiste en aparecer cumpliéndola, incumpliéndola
en realidad. Consecuencia de este principio es que si el fraude en los
negocios consiste muchas veces, dicho sea con fórmula amplísima, en
comportarse como enemigo presentándose como amigo, en cambio en
la contienda judicial consiste a menudo en presentarse como partes
opuestas enemigos, estando en realidad de acuerdo o convenidos. Ese
es el fraude colusivo en sentido técnico y propio...” (GARCIA
VALDECASAS, 1958: 110-111).
Benito Pérez refiere acerca del fraude procesal bilateral que “podría
acontecer (...) que actor y demandado se pusieran de acuerdo en adulterar la
realidad de la situación procesal, con el fin de inducir al juez a engaño para
obtener una sentencia en fraude a la ley o en perjuicio a un tercero. En los casos
de dolo bilateral para causar perjuicio a un tercero, también éste, a pesar de no
haber intervenido en el proceso, puede ser afectado por sus consecuencias, y
quedar, en su virtud, legitimado para el ejercicio de las acciones impugnatorias”
(PEREZ, 1975: 164). El mencionado jurista pone de manifiesto que “... podría
darse la coincidencia que, del consilium fraudis, además de las partes, también
participara el juez, en la sustanciación del proceso, en perjuicio de un tercero, o
sea, el dolo judicial. En este supuesto estaríamos en presencia del llamado
fraude procesal multilateral, esto es, todas las partes intervinientes en el proceso
participan del consilium fraudis, en perjuicio de un tercero, extraño al mismo”
(PEREZ, 1975: 164-165).
12.4 Objeto de impugnación en la nulidad de cosa juzgada fraudulenta
De conformidad con lo establecido en el primer párrafo del artículo 178 del
Código Procesal Civil, en la nulidad de cosa juzgada fraudulenta es objeto de
impugnación la sentencia con calidad de cosa juzgada y el acuerdo homologado
por el Juez que pone fin al proceso (conciliación o transacción, que cuentan
también con la autoridad de cosa juzgada).

12.5 Competencia
Al ventilarse la nulidad de cosa juzgada fraudulenta en el proceso de
conocimiento (conforme al primer párrafo del art. 178 del C.P.C.), y de acuerdo
a lo previsto en el primer párrafo del artículo 475 del Código adjetivo, será
competente para conocer dicho proceso el Juez civil.

389
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

Puntualizamos que, aun cuando hubiera participado en el proceso


fraudulento un órgano jerárquico superior, no existen razones valederas para
sustraer de la competencia del Juez civil la pretensión de nulidad de cosa
juzgada fraudulenta, pues no se va a debatir aquí ninguna cuestión de fondo sino
que simple y llanamente se va a verificar si el fraude o la colusión se produjeron
o no. Si el inferior jerárquico estuviera facultado para enmendarle la plana al
órgano superior, pronunciándose en sentido contrario a éste respecto de la
materia litigiosa ventilada en el proceso fraudulento, entonces, sí sería discutible
la competencia del Juez civil en la hipótesis señalada.
También debe rechazarse como argumento válido para cuestionar la
competencia del Juez civil para conocer del proceso de nulidad de cosa juzgada
fraudulenta la posible parcialización por parte de dicho órgano jurisdiccional
motivada -según se dice- por el respeto o el temor que se tiene para con el
superior jerárquico. Tal alegación es a todas luces extrajurídica y se desenvuelve
en el ámbito de la moral y de la ética profesional. Si el Juez actúa con
corrección y profesionalismo, resolverá la controversia adecuadamente por
encima de cualquier presión que se ejerciera sobre él; caso contrario, no se
estaría administrando justicia como debería de ser, situaciones que no tienen que
ver con el grado de jurisdicción que se tenga sino con la calidad personal de
quien desempeña la magistratura.

12.6 Vía procedimental


En atención a lo delicado de la pretensión, el proceso en que se examinará la
nulidad de cosa juzgada fraudulenta no puede ser otro sino el proceso de
conocimiento. Así lo dispone precisamente el artículo 178 del Código Procesal
Civil en su primer párrafo.
El trámite de dicho proceso puede apreciarse a través de los plazos
máximos contemplados en el artículo 478 del Código Procesal Civil.

12.7 Plazo para interponer la demanda


Por disposición del primer párrafo del artículo 178 del Código Procesal
Civil, el plazo para interponer la demanda de nulidad de cosa juzgada
fraudulenta es hasta dentro de seis meses de ejecutada o de haber adquirido la
calidad de cosa juzgada, si no fuere ejecutable, la sentencia o el acuerdo
homologado por el Juez que pone fin al proceso (conciliación y transacción).
El plazo aludido es uno máximo o perentorio y no suspensivo. En
consecuencia:

390
LA NULIDAD DE LOS ACTOS PROCESALES

- Dentro de los seis meses de haber adquirido el acto procesal


impugnado (sentencia o acuerdo conciliatorio o transaccional) la
calidad de cosa juzgada, si no fuere ejecutable, puede peticionarse la
declaración de nulidad de cosa juzgada fraudulenta.
- Dentro de los seis meses siguientes a la ejecución del acto procesal
cuestionado (sentencia o acuerdo conciliatorio o transaccional), y
siempre que tuviese éste la calidad de ejecutable, puede demandarse la
nulidad de cosa juzgada fraudulenta, siendo factible interponer tal
demanda a partir del momento en que el acto procesal que se impugna
adquiere la calidad de cosa juzgada, por cuanto el objeto de la acción
autónoma de nulidad es precisamente atacar el acto procesal que
reviste indebidamente la autoridad de cosa juzgada por haberse
realizado sobre la base de un procedimiento fraudulento.
- Es errónea la tendencia (doctrinaria e inclusive jurisprudencial) que
considera que, teniendo el acto procesal cuestionado (sentencia o
acuerdo conciliatorio o transaccional) la calidad de ejecutable, sólo
podrá demandarse la nulidad de cosa juzgada fraudulenta una vez que
haya sido ejecutado, contándose el plazo de seis meses a partir de este
momento. Avalar dicho criterio no significa otra cosa que asignarle a la
declaración de nulidad de cosa juzgada fraudulenta un carácter
eminentemente lírico, resultando ineficaz y sin sentido para el
interesado promover la acción correspondiente, pues el perjuicio
causado prácticamente es irreversible (ello sin contar además que se
obstruye indebidamente el ejercicio del derecho de acción).
- Resulta mucho peor, ya no desde el punto de vista jurídico sino
simplemente lógico, aquella tendencia que estima que el plazo
señalado es uno inicial, es decir que, de acuerdo a esta posición -tan
singular como equivocada-, sólo cuando hayan transcurrido seis meses
de ejecutado el acto procesal impugnado (sentencia o acuerdo
conciliatorio o transaccional), si tuviere la calidad de ejecutable, o de
haber adquirido la autoridad de cosa juzgada, si el acto en cuestión no
fuese ejecutable, sería posible demandar la nulidad de cosa juzgada
fraudulenta. Dicho criterio torna inoperante por completo la institución
de la nulidad de cosa juzgada debido a fraude o colusión.

12.8 Legitimidad

391
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

Conforme se desprende del segundo párrafo del artículo 178 del Código
Procesal Civil, tienen legitimidad (activa) para demandar la nulidad de cosa
juzgada fraudulenta la parte o el tercero ajeno al proceso que se considere
directamente agraviado por la sentencia (o también -se entiende- por el acuerdo
conciliatorio o transaccional homologado por el Juez).
Es de resaltar que, si bien la norma aludida no hace mención a los terceros
intervinientes en el proceso, haciendo una interpretación sistemática de ella se
puede colegir que aquéllos de ninguna manera están excluidos como sujetos
activos del proceso de nulidad de cosa juzgada fraudulenta, pues, estando los
terceros ajenos al proceso (que sufrieron agravio directo) facultados para
demandar la referida nulidad, con mayor razón lo estarán los terceros
intervinientes en el proceso fraudulento al conferirle legitimidad su
participación en el proceso viciado. Al parecer el legislador consideró a esta
última clase de terceros como partes del proceso fraudulento (lo cual no es muy
exacto que digamos), lo que explicaría la omisión descrita.
Puntualizamos que la persona que demande la nulidad de cosa juzgada
fraudulenta deberá sujetarse a los principios exigidos en el Título VI (“Nulidad
de los actos procesales”) de la Sección Tercera (“Actividad procesal”) del
Código Procesal Civil. Tales principios son los de legalidad y trascendencia de
la nulidad, convalidación y subsanación o integración, entre los previstos de
modo expreso (nominado) por nuestro ordenamiento procesal, siendo aplicables
además el resto de principios que gobiernan la nulidad procesal (como el de
independencia, el de la declaración judicial, etc.). Así tenemos, por ejemplo: a)
que no podrá demandar la nulidad de cosa juzgada fraudulenta quien, al no
plantear la nulidad en la primera oportunidad que tuvo para hacerlo, la
convalidó tácitamente (principio de convalidación); b) que no tendrá éxito la
pretensión nulificante si la subsanación del vicio no ha de influir en el sentido
de la resolución (principio de subsanación), como cuando se trata el acto viciado
de uno irrelevante; etc.
La legitimidad pasiva reposa, naturalmente, en el (los) sujeto (s) procesal
(es) que cometió (cometieron) el fraude (partes o terceros intervinientes),
incluyéndose también al Juez que dirigió el proceso viciado, siempre que le sea
atribuible a su persona un comportamiento fraudulento.

12.9 Medidas cautelares admisibles

392
LA NULIDAD DE LOS ACTOS PROCESALES

De conformidad con lo dispuesto en el tercer párrafo del artículo 178 del


Código Procesal Civil, en el proceso de nulidad de cosa juzgada fraudulenta
sólo se pueden conceder medidas cautelares inscribibles.
Entre estas medidas tenemos el embargo en forma de inscripción y la
anotación de demanda en los Registros Públicos.

12.10 Efectos de la nulidad de cosa juzgada fraudulenta


En principio, debe tenerse presente que la interposición de la demanda de
nulidad de cosa juzgada fraudulenta y su posterior admisión por el órgano
jurisdiccional, no trae como consecuencia la suspensión de la ejecución -si ésta
fuera posible- del acto procesal (sentencia o acuerdo conciliatorio o
transaccional) que -se alega- ha adquirido indebidamente la autoridad de cosa
juzgada por haberse cometido fraude en el proceso en que se origina dicho acto.
Por lo tanto, el proceso fraudulento sigue su curso hasta que se produzca su
ejecución o hasta que se declare judicialmente la nulidad de la cosa juzgada.
Cabe señalar que, tal como lo prevé el penúltimo párrafo del artículo 178
del Código Procesal Civil, si la decisión (léase sentencia o acuerdo homologado
por el Juez que pone fin al proceso: conciliación o transacción) fuese anulada
(por haberse declarado fundada la respectiva demanda), se repondrán las cosas
al estado que corresponda (para la renovación, esta vez sin defectos, de los actos
procesales viciados). De esta manera la calidad de cosa juzgada que ostentaba el
acto procesal impugnado deviene en ineficaz, vale decir, es invalidada. Como se
observa, la declaración de nulidad de cosa juzgada fraudulenta no afecta el
fondo de la cuestión debatida en el proceso fraudulento, únicamente retrotrae
éste al estado inmediato anterior en que se produjo el vicio (produciéndose el
denominado reenvío).
Puntualizamos que la nulidad no afectará a terceros de buena fe y a título
oneroso. Así lo establece el penúltimo párrafo del artículo 178 del Código
Procesal Civil.
Si la demanda de nulidad de cosa juzgada fraudulenta no fuera amparada, el
demandante pagará las costas y costos doblados y una multa no menor de veinte
Unidades de Referencia Procesal. Ello se desprende del último párrafo del
artículo 178 del Código Procesal Civil.
Es de resaltar que, ante el rechazo de la demanda de nulidad de cosa
juzgada fraudulenta, y la consideración de que el ejercicio de la acción fue
irregular o arbitrario, puede el interesado (sujeto pasivo en el proceso de nulidad

393
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

de cosa juzgada) demandar la indemnización de los daños y perjuicios que haya


sufrido, conforme lo autoriza el artículo 4 del Código Procesal Civil.

12.11 Jurisprudencia casatoria relacionada con la nulidad de cosa juzgada


fraudulenta
En los subpuntos siguientes veremos la jurisprudencia casatoria referida a la
nulidad de cosa juzgada fraudulenta.

12.11.1 Jurisprudencia casatoria relacionada con aspectos generales de


la nulidad de cosa juzgada fraudulenta
La Corte Suprema de Justicia de la República, en relación a los aspectos
generales de la nulidad de cosa juzgada fraudulenta, ha establecido lo siguiente:
- “... Nuestro ordenamiento procesal civil ha establecido el mecanismo legal
correspondiente para el cuestionamiento de las sentencias que han
adquirido la calidad de cosa juzgada, el mismo que podrá ser ejercido
únicamente en vía de acción y no a través de una articulación de nulidad...”
(Casación Nro. 1999-2000 / Piura, publicada en el Diario Oficial El
Peruano el 30-01-2001, págs. 6813-6814).
- “... No es objeto de la nulidad de cosa juzgada fraudulenta revivir un
proceso fenecido, sino establecer si durante su procedimiento se incurrieron
en las causales que la invalidan” (Casación Nro. 1169 - 99 / Lima,
publicada en el Diario Oficial El Peruano el 20-01-2000, pág. 4608).
- “... La acción de nulidad de cosa juzgada fraudulenta, prevista en el artículo
178 del Código Procesal Civil, persigue anular una sentencia de mérito, que
ha adquirido la calidad de cosa juzgada, expedida mediando vicios
sustanciales causados por dolo, fraude, o colusión, afectando el derecho a
un debido proceso y que en consecuencia no refleja la verdadera voluntad
del ordenamiento jurídico para el caso; su finalidad es distinta de la de
aquella que culminó con el pronunciamiento sujeto a revisión o nulificación
y, ni tampoco es la contradicción de lo resuelto en el juicio anterior, ni un
nuevo proceso sobre los mismos derechos...” (Casación Nro. 130-2008 / La
Libertad, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 30-10-2008, págs.
23210-23211).
- “... La acción de nulidad de cosa juzgada fraudulenta persigue anular una
sentencia de mérito, que ha adquirido la calidad de cosa juzgada, expedida
mediando vicios substanciales causados por dolo, fraude, colusión

394
LA NULIDAD DE LOS ACTOS PROCESALES

(...) afectando el derecho a un debido proceso y que en consecuencia, no


refleja la verdadera voluntad del ordenamiento jurídico para el caso; es
acción principal y autónoma, y su finalidad es distinta de la de aquella que
culminó con el pronunciamiento sujeto a revisión o nulificación y,
definitivamente, no es la contradicción de lo resuelto en el juicio anterior,
ni un nuevo proceso sobre los mismos derechos...” (Casación Nro. 1886 -
96 / San Martín, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 16-05-1998,
págs. 1044-1045).
- “.. El proceso de nulidad de cosa juzgada fraudulenta establecido no puede
emplearse como una nueva instancia o una nueva oportunidad para discutir
una materia ya resuelta en un proceso concluido, sino que debe
circunscribirse a verificar si se ha producido el fraude procesal denunciado
en la demanda, anulando solo los actos viciados de fraude...” (Casación
Nro. 3219-2012 / Ica, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 0201-
2014, pág. 47622).
- “... Tratándose de una acción de nulidad de cosa juzgada fraudulenta una
acción excepcional y extraordinaria[,] sólo es procedente en casos
expresamente previstos en la Ley, como es el fraude o colusión que afectan
al debido proceso...” (Casación Nro. 4389-2007 / Lima, publicada en el
Diario Oficial El Peruano el 31-01-2008, pág. 21548).
- “... Si bien el artículo noveno del Título Preliminar del Código acotado
[C.P.C.] dispone que las normas procesales y las formalidades previstas en
dicho Código son imperativas y que sin embargo el Juez adecuará su
exigencia al logro de los fines del proceso, esta facultad no puede utilizarse
cuando un dispositivo como el artículo ciento setentiocho del Código
Procesal Civil señala específicamente los casos en que procede la nulidad
de cosa juzgada fraudulenta, porque implicaría la infracción de este
dispositivo, permitiendo dicho proceso en los casos no contemplados por
ella...” (Casación Nro. 286-2001 / Lima, publicada en el Diario Oficial El
Peruano el 05-11-2001, págs. 7902-7903).
- “... Una demanda de nulidad de cosa juzgada, no es la continuación del
proceso en el que se haya expedido la sentencia que ha adquirido el carácter
de cosa juzgada, sino una pretensión que da origen a un nuevo proceso, el
cual tiene que sujetarse a las normas vigentes al momento de interponerse”
(Casación Nro. 240-95 / Cusco, publicada en el Diario Oficial El Peruano el
16-07-1998, pág. 1460).

395
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

- “... La nulidad de la cosa juzgada fraudulenta tiene como características


principales: a) Que es excepcional. Es decir, sólo procede su utilización
frente a causales específicas tipificadas en el ordenamiento jurídico, no
teniendo lugar interpretaciones extensivas o integración analógica a materia
distintas [sic] de las reguladas por el ordenamiento procesal civil; b) Que,
es residual, es decir, no puede ser usada si en un proceso existen
mecanismos internos y ordinarios que puedan subsanar el vicio ocurrido a
propósito de la comisión del fraude procesal; c) Que, es extraordinario, es
decir, sólo se puede cuestionar la autoridad de la cosa juzgada recaída en
una sentencia judicial, cuando ésta [sic] decisión ha sido obtenida sobre la
base de un engaño o simulación o acto fraudulento, que agravie a tal punto
el espíritu de la justicia, [...] que mantener la cosa juzgada sería una
aberración; y d) Que, es de extensión limitada, es decir, que si se debe
declarar fundada la demanda de nulidad de cosa juzgada fraudulenta, ésta
sólo alcanza a los actos viciados de fraude...” (Casación Nro. 1432-2006 /
Lima, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 03-09-2007, págs.
20276-20278).
- “... No se restringe el derecho de acción, cuando por la propia naturaleza
excepcional de la nulidad de cosa juzgada fraudulenta, se restringe su
procedencia a causales específicas previstas en la ley, por ende, no cabe
interpretación extensiva o integración analógica a materias distintas de las
reguladas en el ordenamiento procesal civil...” (Casación Nro. 1963-98 /
Piura, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 20-11-1998, págs. 2066-
2067).
- “... La Nulidad de Cosa Juzgada Fraudulenta procede contra toda clase de
procesos, cuestionando frontalmente la cosa juzgada, cuya firmeza es
principal soporte de la seguridad jurídica; de ahí su carácter extraordinario
que lo distingue de los demás procesos regulados por el Código Adjetivo
[C.P.C.]...” (Casación Nro. 1455-2008 / Piura, publicada en el Diario
Oficial El Peruano el 30-10-2008, págs. 23243-23244).
- “... Para la procedencia de la Acción de Cosa Juzgada Fraudulenta
conforme a la doctrina, deben concurrir los siguientes requisitos: a) una
sentencia de mérito o sentencia definitiva; b) una sentencia emitida en un
proceso seguido con dolo, fraude, colusión (...) afectando el derecho a un
debido proceso, o un fallo producto de conducta fraudulenta; c) que con
dicha sentencia se haya causado un perjuicio efectivo; d) que exista una
adecuada relación causal entre las consecuencias dañosas y la sentencia
cuestionada; e) que quien demanda la nulidad sea la persona perjudicada y

396
LA NULIDAD DE LOS ACTOS PROCESALES

que además no haya propiciado o consentido el acto o proceso fraudulento


interponiendo los recursos impugnativos de ley, y f) que la demanda sea
interpuesta dentro del plazo previsto por
ley” (Casación Nro. 722 - 97 / Junín, publicada en el Diario Oficial El
Peruano el 26-11-1998, pág. 2134).
- “... El juicio de nulidad de cosa juzgada fraudulenta, es un proceso
declarativo, donde no existe cuantía y es otro proceso respecto del que se ha
solicitado su nulidad y el arancel abonado es el que corresponde a una
cuantía indeterminada...” (Casación Nro. 2598-2001 / Tacna, publicada en
el Diario Oficial El Peruano el 01-04-2002, págs. 8520-8521).
- “... El Artículo ciento setentiocho del precitado Código (Procesal Civil) que
regula la acción de nulidad de cosa juzgada fraudulenta, no prevé ningún
criterio que disponga que si las causales de fraude procesal fueran
cometidas por los Magistrados de Segunda Instancia tenga que accionarse
ante la Sala Superior” (Casación Nro. 725-97 / Arequipa, publicada en el
Diario Oficial El Peruano el 05-10-1998, pág. 1773).

- “... Los daños y perjuicios que se le hubiera irrogado al recurrente en los


procesos fenecidos que fueron materia de nulidad de cosa juzgada
fraudulenta, deben ser invocados en la vía pertinente, no siendo el incidente
de costas y costos la vía adecuada para resolver ese punto...” (Casación
Nro. 1240-01 / Huaura, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 0110-
2001, pág. 7766).
- “... La legislación vigente no prevé la suspensión del proceso de desalojo
por ocupación precaria ni a pedido de parte ni de oficio por el Juez, por el
hecho de que la demandada interponga demanda de nulidad de cosa
juzgada fraudulenta contra la sentencia emitida en proceso de nulidad de
acto jurídico que declaró nulo el título de propiedad de la demandada...”
(Casación Nro. 157-2000 / Santa, publicada en el Diario Oficial El Peruano
el 31-05-2002, pág. 8808).

12.11.2 Jurisprudencia casatoria relacionada con el fraude y la colusión


procesal
La Corte Suprema de Justicia de la República, en relación al fraude y la
colusión procesal, ha establecido lo siguiente:

397
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

- “... La demanda de nulidad de cosa juzgada fraudulenta por tener el carácter


de excepcional, debe tener como sustento la conducta calificada como
deshonesta, en que habrían incurrido las partes procesales o el mismo
Juez...” (Casación Nro. 2805-2000 / Arequipa, publicada en el Diario
Oficial El Peruano el 01-03-2001, pág. 6983).
- “... El fraude procesal [...] debe entenderse como el acto u omisión de una
de las partes que -mediante el engaño, el ardid o la astucia- están dirigidas
[sic] a inducir al Juez a error para obtener un fallo favorable...” (Casación
Nro. 2608-2006 / Callao, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 02-
10-2007, págs. 20787-20788).
- “... Compone el concepto de fraude procesal todos los artificios,
maquinaciones, ardides y engaños que la malicia humana puede introducir
en el proceso con la finalidad de violar alevosamente la ley, amparándose
en la autoridad de la sentencia o en la estabilidad de los actos procesales...”
(Casación Nro. 1300-2001 / Ancash, publicada en el Diario Oficial El
Peruano el 01-04-2002, págs. 8501-8502).
- “... Se considera fraude procesal a toda maniobra de las partes, de terceros,
o del Juez que tienda a obtener o dictar una sentencia con fines ilícitos. La
doctrina reconoce varias modalidades, pero todas ellas contienen una
infracción a la regla moral...” (Casación Nro. 1399-2004 / Piura, publicada
en el Diario Oficial El Peruano el 30-05-2005, págs. 14124-14125).
- “... El ‘fraude procesal’ es un acto doloso destinado a desnaturalizar el
normal desarrollo de un proceso, provocando situaciones injustas que
afecten los intereses de una o ambas partes y eventualmente de terceros...”
(Casación Nro. 1432-2006 / Lima, publicada en el Diario Oficial El
Peruano el 03-09-2007, págs. 20276-20278).
- “... La sentencia declara como hecho establecido la colusión del recurrente
con los jueces que intervinieron en primera y segunda instancia del proceso
sobre obligación de dar suma de dinero, lo cual consiguientemente
determina la concurrencia de fraude procesal por haberse seguido el
proceso con inexactitud consciente y engañosa, como la afectación al
debido proceso por haber optado el demandante por un Juez incompetente
en forma deliberada...” (Casación Nro. 1951-98 / Ica, publicada en el Diario
Oficial El Peruano el 02-01-2001, pág. 6774).
- “... El fraude procesal también se reproduce [sic -léase se produce-] cuando
existe fraude a la ley, el cual puede presentarse cuando se tramita una

398
LA NULIDAD DE LOS ACTOS PROCESALES

materia en una vía que no le corresponde...” (Casación Nro. 1240-01 /


Huaura, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 01-10-2001, págs.
7765-7766).
- “... La nulidad de la cosa juzgada fraudulenta a que se refiere el artículo
178 del Código Procesal Civil [...] requiere que el actor describa el acto
fraudulento y qué [sic -léase y que-] ese acto haya violado el debido
proceso...” (Casación Nro. 671-2001 / Lima, publicada en el Diario Oficial
El Peruano el 30-11-2001, pág. 8027).
- “... Si bien los medios de prueba [...] demuestran la existencia de una
relación religioso - espiritual (compadrazgo) entre el Juez de la causa y el
abogado del Banco [parte procesal], tales medios de prueba per se no
demuestran que en la tramitación del proceso judicial [...] se hayan
coludido el Juez y una de las partes del proceso, con el objeto de obtener
una sentencia judicial contraria a la voluntad de la Ley...” (Casación Nro.
2106-2005 / Cusco, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 02-
042007, págs. 19171-19176).
- “... La sentencia que ordena se extienda en escritura pública un documento
falsificado, como se ha establecido en la instancia, constituye un claro
ejemplo de cosa juzgada fraudulenta, pues se ha utilizado los mecanismos
del proceso para cohonestar un acto doloso, lo que ya de por sí descalifica
el mandato judicial, pues lo que es ilícito no puede convertirse en lícito en
virtud de un proceso judicial...” (Casación Nro. 899-2004 / Lima, publicada
en el Diario Oficial El Peruano el 28-022006, págs. 15607-15608).

12.11.3 Jurisprudencia casatoria relacionada con el objeto de debate en


el proceso de nulidad de cosa juzgada fraudulenta
La Corte Suprema de Justicia de la República, en relación al objeto de
debate en el proceso de nulidad de cosa juzgada fraudulenta, ha establecido lo
siguiente:
- “... Respecto a la interposición de la demanda de nulidad de cosa juzgada
fraudulenta este es un mecanismo procesal que pretende atacar la nulidad
formal, y no material, de la cosa juzgada; sin embargo, sus fines están
claramente establecidos por Ley más si con la instauración de este tipo de
procesos, por seguridad jurídica, no se detiene los efectos del proceso
sujeto a nulidad...” (Casación Nro. 294-2001 / Huánuco, publicada en el
Diario Oficial El Peruano el 31-07-2001, págs. 7467-7468).

399
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

- “... Una demanda de nulidad de cosa juzgada fraudulenta no es la


continuación del proceso en el que se haya expedido la sentencia que ha
adquirido la calidad de cosa juzgada, sino una pretensión que da origen a un
nuevo proceso, el cual tiene que sujetarse a las normas vigentes al momento
de interponerse; por ende no es su objeto revivir un proceso fenecido, sino
establecer si durante su procedimiento se incurrieron en las causales
señaladas taxativamente en el artículo 178 del Código Adjetivo [C.P.C.],
siendo improcedente revisar la cuestión de fondo...” (Casación Nro. 961-
2008 / Cusco, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 0309-2008, pág.
22922).
- “... La nulidad de cosa juzgada fraudulenta tiene una finalidad distinta del
proceso que culminó con el pronunciamiento sujeto a revisión, y
definitivamente, no es la contradicción de lo resuelto en el juicio anterior,
ni un nuevo proceso sobre los mismos derechos...” (Casación Nro. 1473-
2002 / Lima, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 02-12-2002, pág.
9585).
- “... La figura de la nulidad de cosa juzgada fraudulenta no incide contra el
proceso mismo sino contra determinada resolución bajo alegaciones
expresadas en la ley, siendo así, no cabe el análisis respecto al fondo mismo
de esta litis, en la medida que la pretensión importa una eventual afectación
al principio constitucional de la cosa juzgada...” (Casación Nro. 5891-
2012 / Ica, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 30-06-2014, pág.
53323).
- “... Si bien el artículo 178 del Código Procesal Civil señala: ‘Si la decisión
fuese anulada se repondrán las cosas al estado que corresponda’ ello no está
referido a decidir sobre el fondo del asunto que fue discutido en el proceso
que se pretende nulificar, sino al proceso nulo en sí, pues en el proceso de
nulidad de cosa juzgada fraudulenta no corresponde ventilar el fondo ‘del
otro asunto’...” (Casación Nro. 3498-2012 / Lima, publicada en el Diario
Oficial El Peruano el 0209-2013, pág. 42642).
- “... En el proceso de nulidad de cosa juzgada fraudulenta solamente es
materia de conocimiento las causales señaladas taxativamente en el
Artículo ciento setentiocho del Código adjetivo, por ende no puede
revisarse nuevamente la cuestión o materia de fondo del proceso
fenecido...” (Casación Nro. 2581-99 / Lima, publicada en el Diario Oficial
El Peruano el 18-01-2000, págs. 4583-4584).

400
LA NULIDAD DE LOS ACTOS PROCESALES

- “... La vía de acción de nulidad de cosa juzgada fraudulenta está reservada


para aquellos procesos seguidos con dolo, fraude, colusión (...)
contraviniendo el debido proceso, y en consecuencia no puede servir para
obtener un nuevo examen de derecho de un asunto sentenciado de forma
definitiva...” (Casación Nro. 557-99 / Chincha, publicada en el Diario
Oficial El Peruano el 22-08-1999, pág. 3288).
- “... En el proceso de nulidad de cosa juzgada fraudulenta solamente son
materia de conocimiento las causales señaladas taxativamente en el artículo
178 del Código Procesal Civil (fraude o colusión), no correspondiendo
revisarse nuevamente la cuestión o materia de fondo del proceso
fenecido...” (Casación Nro. 1716-2007 / Lima, publicada en el Diario
Oficial El Peruano el 02-09-2008, pág. 22678).
- “... La litis versa sobre nulidad de cosa juzgada fraudulenta, en la que
únicamente se verifica si las sentencias objeto de análisis judicial han sido
expedidas con fraude o colusión, aspectos a los que se ciñe la actividad
probatoria, no así aquellas cuestiones de hecho debatidas en la causa sub
análisis...” (Casación Nro. 1452-2006 / Ica, publicada en el Diario Oficial
El Peruano el 31-01-2007, pág. 18672).
- “... La citada pretensión [sobre nulidad de cosa juzgada fraudulenta] tiene
carácter extraordinario no constituyendo una tercera instancia, [...] en
donde se revise nuevamente el fondo del asunto, sino una acción de
carácter residual que solamente se puede fundar en uno o algunos de los
supuestos previstos en el artículo ciento setentiocho del Código Procesal
Civil...” (Casación Nro. 3670-01 / Santa, publicada en el Diario Oficial El
Peruano el 01-04-2002, pág. 8559).
- “... El proceso de nulidad de cosa juzgada fraudulenta o acción de revisión
civil no constituye una nueva vía para revalorar la prueba actuada en el
proceso primigenio ni debatir hechos que ya han sido materia de
pronunciamiento judicial [...] -lo que afectaría la cosa juzgada y la
seguridad jurídica-, pues su objeto es constatar si en el proceso cuestionado
se ha actuado con fraude o colusión que signifique afectación al debido
proceso...” (Casación Nro. 293-2006 / Lima, publicada en el Diario Oficial
El Peruano el 02-10-2006, pág. 17139).
- “... El proceso de nulidad de cosa juzgada fraudulenta no es aquel que sirva
para revalorar la prueba del proceso anterior ni para salvar las omisiones en
el aporte o actuación de la prueba que se hubiera tenido en aquel...”

401
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

(Casación Nro. 284-2004 / Arequipa, publicada en el Diario Oficial El


Peruano el 30-01-2006, págs. 15364-15365).
- “... La acción de nulidad de cosa juzgada fraudulenta, prevista en el artículo
178 del Código Procesal Civil, no tiene por objeto reabrir el debate sobre el
tema de fondo decidido [...]; no es contradictorio [sic -léase no es
contradictoria-] de lo ya resuelto, sino que ataca la cosa juzgada cuando
ésta es consecuencia de fraude procesal o colusión...” (Casación Nro. 4339-
2006 / Piura, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 01-022007, pág.
18847).
- “... El proceso de nulidad de cosa juzgada fraudulenta [...] no es
contradictorio de lo resuelto en otro juicio, sino que ataca a la cosa juzgada,
cuando es consecuencia de vicios sustanciales causados por actos
realizados con fraude, o colusión, afectando el derecho a un debido
proceso, al generar indefensión, y en todo caso, tales vicios deben ser de tal
trascendencia que a no mediar ello, el resultado habría sido otro...”
(Casación Nro. 14852008 / Piura, publicada en el Diario Oficial El Peruano
el 02-12-2008, págs. 23453-23454).
- “... La naturaleza del proceso de nulidad de cosa juzgada fraudulenta no
busca revisar las nulidades procesales en que se pudo haber incurrido en un
proceso ya concluido, y, que no fueron impugnadas en su momento, sino,
que su naturaleza responde a efectuar el análisis de la existencia de dolo o
fraude, realizado por una o ambas partes, o por el Juez o por éste y aquéllas,
causando ello la afectación al debido proceso, según el artículo ciento
setentiocho del Código Procesal Civil...” (Casación Nro. 5304-2006 / Lima,
publicada en el Diario Oficial El Peruano el 02-102007, pág. 20728).
- “... La nulidad de cosa juzgada fraudulenta es una pretensión nulificante,
que se sustenta en los vicios sustanciales de la resolución que contenga la
calidad de cosa juzgada; no se discute el fondo del asunto de lo resuelto en
el anterior proceso, sino que aquélla se circunscribe a la invocación del
fraude procesal, según lo dispuesto en el artículo ciento setentiocho del
Código Procesal Civil...” (Casación Nro. 2298-1999 / Junín, publicada en el
Diario Oficial El Peruano el 01-03-2001, págs. 7016-7017).
- “... La nulidad de cosa juzgada fraudulenta no constituye la revisión del
aspecto de fondo de un proceso fenecido, sino simplemente si en dicho
proceso ha ocurrido un fraude procesal que ha influido sobre el sentido de

402
LA NULIDAD DE LOS ACTOS PROCESALES

la resolución...” (Casación Nro. 2991-2000 / Lambayeque, publicada en el


Diario Oficial El Peruano el 01-03-2001, pág. 6989).
- “... Por su propia naturaleza, el proceso de nulidad de cosa juzgada
fraudulenta, cuya regulación está contenida en el artículo 178 del Código
Adjetivo [C.P.C.], no es contradictorio de lo resuelto en otro juicio, sino
que ataca a la cosa juzgada, cuando es consecuencia de vicios sustanciales
causados por actos realizados mediante dolo, fraude o vicios que violen el
debido proceso, al generar indefensión y, en todo caso, tales vicios deben
ser de tal trascendencia, que al no mediar ello, el resultado habría sido
otro...” (Casación Nro. 1525-2001 / Huaura, publicada en el Diario Oficial
El Peruano el 01-03-2002, pág. 8486).
- “... Los cuestionamientos efectuados no atacan vicios que afecten a la
sentencia emitida en el proceso de Obligación de Dar Suma de Dinero, sino
tan sólo a la adjudicación, la que se produjo en ejecución de sentencia y que
no es lo que corresponde atacarse en procesos como el de autos [sobre
nulidad de cosa juzgada fraudulenta] de acuerdo con el artículo ciento
setentiocho del Código Procesal acotado [C.P.C.]...” (Casación Nro. 2650-
01 / Lima, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 02-02-2002, págs.
8306-8307).
- “... El recurrente no puede pretender utilizar como argumento de defensa, lo
acontecido dentro de otro proceso judicial, distinto a éste, que sea ajeno al
vicio que sustenta esta pretensión de nulidad de cosa juzgada fraudulenta...”
(Casación Nro. 4408-2006 / Cajamarca, publicada en el Diario Oficial El
Peruano el 02-07-2007, pág. 19734).
- “... Es errada la conclusión a la que arriba el Colegiado cuando sostiene que
la posesión que ejerce la accionada se produce en el ejercicio del derecho
de propiedad que le ha sido restituido como consecuencia de la acción de
nulidad de cosa juzgada fraudulenta, pues (...) la sentencia que declara la
nulidad de cosa juzgada fraudulenta no está dirigida a que se restituya
ningún derecho de propiedad a los justiciables, sino que su finalidad está
orientada a declarar la nulidad de una sentencia que se ha seguido con
fraude o colusión, afectando el derecho a un debido proceso” (Casación
Nro. 1371-99 / Ucayali, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 28-12-
1999, pág. 4411).

12.11.4 Jurisprudencia casatoria relacionada con el objeto de


impugnación (sentencia, acuerdo conciliatorio o

403
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

transaccional) en el proceso de nulidad de cosa juzgada


fraudulenta
La Corte Suprema de Justicia de la República, en relación al objeto de
impugnación (sentencia, acuerdo conciliatorio o transaccional) en el proceso de
nulidad de cosa juzgada fraudulenta, ha establecido lo siguiente:
- “... La resolución que pone fin al proceso expedida dentro de un proceso
judicial con la categoría de cosa juzgada, sólo puede ser cuestionada vía
nulidad de cosa juzgada fraudulenta...” (Casación Nro. 1699-2000 / Santa,
publicada en el Diario Oficial El Peruano el 30-01-2001, pág. 6837).
- “... El primer requisito para intentar la acción de nulidad de cosa juzgada
fraudulenta, es que se haya seguido un proceso, y que haya terminado por
sentencia o por acuerdo homologado [...]. No aparece de autos que se haya
seguido proceso judicial [...], por lo que mal podría demandarse
la nulidad de cosa juzgada fraudulenta...” (Casación Nro. 2109-2005 /
Nasca - Ica, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 29-02-2008, págs.
21561-21562).
- “... El artículo ciento setentiocho del Código Procesal Civil [sobre la
nulidad de cosa juzgada fraudulenta] no realiza distinción alguna respecto
de si la sentencia cuya nulidad se pretende es una que deba gozar de la
calidad de cosa juzgada formal o material, por tanto, en razón de que la
norma no establece diferenciación alguna, el Juzgador no está autorizado a
introducir ninguna sub - división, debiendo analizar ambos tipos de casos
por igual...” (Casación Nro. 2784-06 / Lima, publicada en el Diario Oficial
El Peruano el 02-10-2007, págs. 20800-20801).
- “... Sólo son pasibles de nulidad de cosa juzgada fraudulenta las sentencias
que hacen cosa juzgada material, protegidas por la excepción de cosa
juzgada, y no las de cosa juzgada formal, como es la de otorgamiento de
pensión alimenticia...” (Casación Nro. 3219-2001 / La Libertad, publicada
en el Diario Oficial El Peruano el 02-01-2003, pág. 9867).
- “... La transacción objeto de homologación judicial puede ser objeto de un
proceso de revisión civil [entiéndase proceso de nulidad de cosa juzgada
fraudulenta], porque al igual que una sentencia, una vez firme, tienen la
calidad de cosa juzgada...” (Casación Nro. 2951-2005 / Lima, publicada en
el Diario Oficial El Peruano el 02-10-2006, págs. 17153-17154).

404
LA NULIDAD DE LOS ACTOS PROCESALES

- “... Una transacción judicial [...] tiene la autoridad de cosa juzgada, la cual
solamente puede ser dejada sin efecto mediante la acción de nulidad de
cosa juzgada fraudulenta conforme a lo dispuesto en el artículo ciento
setentiocho del Código Procesal Civil, lo cual no se ha producido en el
presente caso, resultando por ello que mientras no sea anulada conforme a
ley el acuerdo de transacción judicial, esta produce todos sus efectos...”
(Casación Nro. 3194-00 / San Román, publicada en el Diario Oficial El
Peruano el 01-10-2001, págs. 7777-7778).

- “... Un auto no puede ser objeto de nulidad de cosa juzgada fraudulenta por
cuanto con los autos se sustancia el proceso cuando requieren actos de
trámite...” (Casación Nro. 1567-2001 / Junín, publicada en el Diario Oficial
El Peruano el 01-03-2002, pág. 8465).
- “... La resolución que declara improcedente un recurso de casación no
puede ser materia del proceso de nulidad de cosa juzgada fraudulenta...”
(Casación Nro. 286-2001 / Lima, publicada en el Diario Oficial El Peruano
el 05-11-2001, págs. 7902-7903).
- “... En este caso se ha demandado la nulidad del embargo, remate,
adjudicación y actos concomitantes, al amparo del Artículo ciento
setentiocho del Código Procesal Civil (...); esto implica que no se solicita la
nulidad de la sentencia, sino la ejecución de la misma, lo que es contrario a
la nulidad de la cosa juzgada fraudulenta, que sólo permite anular lo
actuado en la ejecución del fallo, si también se anula la sentencia”
(Casación Nro. 1566-T-97 / Piura, publicada en el Diario Oficial El
Peruano el 07-071998, pág. 1409).
- “... Atendiendo a sus efectos y en concordancia con lo dispuesto en los
Artículos setecientos veintidós, ciento veintiuno, ciento veintitrés inciso
uno y último párrafo (del C.P.C.) debe homologarse la resolución que
resuelve la contradicción en un proceso de ejecución de garantías a una
resolución definitiva susceptible de ser cuestionada al amparo del Artículo
ciento setentiocho del Código Procesal Civil (referido a la acción de
nulidad de cosa juzgada fraudulenta)” (Casación Nro. 1365-96 / La
Libertad, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 25-04-1998, pág.
764).
- “... La acción de nulidad de cosa juzgada fraudulenta hecha valer (...) contra
la sentencia en el procedimiento de declaratoria de herederos ab intestato,
es improcedente e inaplicable el Artículo ciento setentiocho (del C.P.C.)

405
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

(...); con tanta mayor razón si contra esa sentencia puede hacer valer las
acciones de petición o reivindicación de herencia” (Casación Nro. 1464-
99 / Tumbes, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 0604-2000, pág.
4964).
- “... No procede el ejercicio de esta pretensión (de nulidad de cosa juzgada
fraudulenta) en materia de garantías constitucionales debido a que, los
derechos con rango constitucional que se pretenden mantener o reparar
requieren necesariamente de una tramitación idónea por su rapidez y
oportunidad, vale decir, de un procedimiento breve y expeditivo que no
admita la dilación de un proceso común, de modo que en el supuesto de
admitir el surgimiento de un nuevo proceso para revivir el anterior
importaría desconocer la naturaleza especial de las acciones de garantía
convirtiéndolas en ineficaces al cumplimiento de los fines que le son
propios de acuerdo con su naturaleza jurídica...” (Casación Nro. 2850-98 /
Huánuco, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 13-011999, pág.
2475).
- “... No es posible iniciar un proceso de nulidad de cosa juzgada fraudulenta
contra uno de amparo, dado que ambos procesos gozan del carácter
extraordinario y residual, que implica de modo inevitable que se excluyan
mutuamente...” (Casación Nro. 365-T-97 / Ancash - Chimbote, publicada
en el Diario Oficial El Peruano el 10-04-1998, pág. 648).
- “... Las demandas sobre nulidad de cosa juzgada fraudulenta, que se
tramitan en la vía de conocimiento, orientadas a dejar sin efecto las
sentencias que declaran fundada una demanda de amparo, en el supuesto de
ser admitidas a trámite, hacen ilusoria la administración de justicia en
materia de garantías constitucionales, razón por la que deben ser rechazadas
liminarmente. (...) Que, además cuestionar en la vía de conocimiento la
validez de una sentencia recaída en un proceso sobre Acción de Amparo
imposibilitaría la adecuada efectividad del fallo, cuando se trata de
pretensiones que exigen una respuesta inmediata frente a la amenaza o
violación de derechos constitucionales por acción u omisión de parte de
cualquier autoridad, funcionario o persona; (...) en consecuencia, si esto es
así, resulta inútil detenerse a examinar si la demanda (...) cumple con los
requisitos que señala el Artículo ciento setentiocho del acotado (C.P.C.)”
(Casación Nro. 2490-98 / Junín, publicada en el Diario Oficial El Peruano
el 14-06-1999, págs. 2991-2992).

406
LA NULIDAD DE LOS ACTOS PROCESALES

- “... La condena en costas es una consecuencia de la sentencia y por sí sola


no es revisable vía nulidad de cosa juzgada (fraudulenta)...” (Casación Nro.
1690 - 2000 / Lima, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 30-10-
2000, pág. 6416).

12.11.5 Jurisprudencia casatoria relacionada con la legitimación


(activa y pasiva) en el proceso de nulidad de cosa juzgada
fraudulenta
La Corte Suprema de Justicia de la República, en relación a la legitimación
(activa y pasiva) en el proceso de nulidad de cosa juzgada fraudulenta, ha
establecido lo siguiente:
- “... El párrafo segundo del artículo ciento setentiocho del Código Procesal
Civil establece que puede demandar la nulidad [de cosa juzgada
fraudulenta] la parte o el tercero ajeno que se consideren directamente
agraviados por la sentencia, en consecuencia es necesario que para que una
acción de nulidad de cosa juzgada fraudulenta sea declarada fundada debe
existir un perjuicio latente en contra de quién [sic -léase de quien-] se
considere afectado...” (Casación Nro. 2836-01 / Lima, publicada en el
Diario Oficial El Peruano el 02-05-2002, pág. 8748).
- “... El propio accionante ha reconocido que no impugnó la sentencia
reputada fraudulenta, razón por la que la negligencia de su parte no puede
servir de sustento para, accionar, salvo que el fraude consista, y de esta
manera esté afirmado en la demanda, en que no se le permitió ejercitar su
derecho a la doble instancia o que el fraude o colusión tenga que ver con
cuestiones referidas a la notificación de la resolución que pone fin al
proceso, de modo tal que por lo menos se advierta que el accionante no
haya sido negligente frente a la comisión del fraude procesal...” (Casación
Nro. 3145-99 / Arequipa, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 17-
09-2000, pág. 6297).
- “... El segundo párrafo del numeral antes glosado [art. 178 del C.P.C.]
establece quiénes pueden ser los legitimados activos para demandar [la
nulidad de cosa juzgada fraudulenta], señalándose que lo son la parte y el
tercero ajeno al proceso que se considere [sic] directamente agraviados con
la sentencia; en tal orden de ideas, fluye que sólo puede demandar [la]
nulidad de cosa juzgada fraudulenta la parte o el tercero ajeno al proceso
que se consideran directamente agraviados por la resolución judicial que
pretenden nulificar y no el causante del fraude...” (Casación Nro. 38522006

407
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

/ Loreto, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 02-09-2008, págs.


22651-22652).
- “... La nulidad es una situación no querida en el proceso, por implicar un
retroceso en el iter procesal, lo que implica prolongar el tiempo en la
solución del conflicto de intereses, y en virtud de ello, conforme a la teoría
general de las nulidades, que rige la nulidad de cosa juzgada fraudulenta,
existen principios que están destinados a autolimitar su utilización de modo
que no se utilice tal medio impugnatorio de manera maliciosa e
indiscriminada. Uno de esos principios es el de protección, que guarda
relación con la doctrina de los hechos propios, y que se encuentra recogido
en el precepto ‘nemo auditor propiam turpitudine allegans’, conforme al
cual quien dio lugar o propicio [sic -léase propició-] el vicio no puede
solicitar la nulidad, con lo cual se busca evitar que quien realiza o propicia
el acto viciado pueda tener la posibilidad de elegir cuales [sic -léase
cuáles-] deben ser sus efectos, es decir aceptarlos si le son favorables o
denunciarlos si les son [sic -léase si le son-] adversos, pues ello atenta
contra los principios de lealtad y buena fe procesal...” (Casación Nro. 1376-
02 / San Román, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 3005-2003,
págs. 10590-10591).
- “... La demandante [...] no fue parte en ese proceso y normalmente, al
tercero que no participó en el proceso no le reflejan directamente los
efectos de la cosa juzgada, pero si éste se ve perjudicado con una sentencia
firme, tiene expedito su derecho a una tutela jurisdiccional efectiva, y
puede plantear la demanda de nulidad de cosa juzgada fraudulenta, tal
como lo faculta el artículo 178 del Código Procesal Civil. [...] En
consecuencia, hay error procesal cuando se exige que un tercero, que no
participó en el proceso cuestionado, agote los medios de defensa en ese
juicio, lo que es necesario rectificar...” (Casación Nro. 899-2004 / Lima,
publicada en el Diario Oficial El Peruano el 28-02-2006, págs. 15607-
15608).
- “... Al encontrarnos avocados al conocimiento de un proceso de nulidad de
cosa juzgada fraudulenta, se debe evaluar y resolver las alegaciones
contenidas en la demanda, tendientes a acreditar si el proceso anterior se
siguió con fraude o colusión, afectándose el derecho a un debido proceso, el
cual puede ser cometido por una o por ambas partes o por el juez o por éste
y aquéllas conforme así lo señala el artículo 178 del Código Procesal Civil;
razón por la que también resulta necesaria la intervención litisconsorcial de
quienes iniciaron el proceso donde se expidió la sentencia materia de la

408
LA NULIDAD DE LOS ACTOS PROCESALES

presente acción, siendo predecible que la decisión a recaer les va a


afectar...” (Casación Nro. 165-2002 / Lima, publicada en el Diario Oficial
El Peruano el 30-10-2003, pág. 10917).
- “... El proceso de nulidad de cosa juzgada fraudulenta debe seguirse con
citación del Poder Judicial, representado por su Procurador Público y no
necesariamente con los magistrados que intervinieron en el proceso que se
quiere nulificar, ya que lo hicieron como integrantes de órganos del Poder
Judicial, y su responsabilidad personal, si la hay, se les exige en otra vía”
(Casación Nro. 1473 - 97 / Cajamarca, publicada en el Diario Oficial El
Peruano el 09-12-1998, pág. 2190).
- “... Solamente será posible expedir una resolución válida en el presente
proceso (de nulidad de cosa juzgada fraudulenta) cuando los magistrados
afectados sean debidamente emplazados” (Casación Nro. 1855-98 / Ica,
publicada en el Diario Oficial El Peruano el 24-08-2000, pág. 6081).
- “... Solamente será posible expedir una resolución válida en el presente
proceso [sobre nulidad de cosa juzgada fraudulenta] cuando todas las partes
afectadas sean debidamente emplazadas, ya que de lo contrario se les
estaría condenando sin ser oídos, afectando el derecho de defensa. [...] no
habiéndose procedido de esa manera, al no haber incorporado como
litisconsortes necesarios a los magistrados que se menciona [magistrados de
primera y segunda instancia], se ha incurrido en causal de nulidad prevista
por el artículo ciento setentiuno del Código Procesal Civil, máxime que ésta
es manifiesta...” (Casación Nro. 1951-98 / Ica, publicada en el Diario
Oficial El Peruano el 02-01-2001, pág. 6774).
- “... Los secretarios de juzgado y especialistas legales no se encuentran
comprendidos como sujetos pasivos en el artículo 178 del Código Procesal
Civil que regula la acción de nulidad de cosa juzgada fraudulenta...”
(Casación Nro. 1327-2002 / Lima, publicada en el Diario Oficial El
Peruano el 03-02-2003, pág. 10080).

12.11.5.1 Jurisprudencia casatoria relacionada con el carácter residual


de la nulidad de cosa juzgada fraudulenta
La Corte Suprema de Justicia de la República, en relación al carácter
residual de la nulidad de cosa juzgada fraudulenta, ha establecido lo siguiente:
- “... Cuando exista alguna posibilidad que el vicio pueda ser subsanado de
otra forma, la nulidad de cosa juzgada fraudulenta debe rechazarse, dada la

409
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

residualidad de dicho proceso...” (Casación Nro. 1269-2013 / Lima,


publicada en el Diario Oficial El Peruano el 30-06-2014, pág. 53858).
- “... La acción de nulidad de cosa juzgada fraudulenta es de carácter
residual, y [...] solamente se puede invocar después de que se haya
verificado la imposibilidad de reparar la afectación al debido proceso
dentro de la misma causa judicial en la que se produjo...” (Casación Nro.
2074- 05 / Lima, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 01-06-2006,
pág. 16142).
- “... Una de las características del proceso de nulidad de cosa juzgada
fraudulenta es el de ser residual, esto es, sólo procede como último recurso
para cuestionar la existencia de fraude o colusión que afectan el debido
proceso, ello en razón a que es principio general para el derecho procesal
que toda nulidad es relativa y, por tanto, convalidable o subsanable, salvo
aquellas que, por afectar gravemente el debido proceso, no produzcan los
efectos para los cuales estaban destinados; en tal sentido, tanto la doctrina
como reiteradas ejecutorias de esta Corte Suprema de Justicia son
uniformes al exigir que el demandante debe haber agotado todos los medios
a su alcance para cuestionar, dentro del mismo proceso, los actos o
resoluciones que le causan agravio, salvo que la nulidad de cosa juzgada
fraudulenta se sustente precisamente en el hecho de no haber sido
considerado como parte del proceso o se le impida actuar los mecanismos
de impugnación para subsanar el vicio incurrido...” (Casación Nro. 2726-06
/ Cusco, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 02-10-2007, págs.
20795-20796).
- “... La nulidad de cosa juzgada fraudulenta es de carácter residual, es decir,
no puede ser usada si en un proceso existen mecanismos internos y
ordinarios que puedan subsanar el vicio ocurrido a propósito de la comisión
del fraude procesal...” (Casación Nro. 1473-2002 / Lima, publicada en el
Diario Oficial El Peruano el 02-12-2002, pág. 9585).
- “... Una de las características de la nulidad de cosa juzgada fraudulenta es la
de su residualidad, esto es, que no puede ser utilizada si existen otros
mecanismos internos y ordinarios con las cuales [sic -léase con los cuales-]
se subsane el vicio denunciado, de donde se tiene que es imprescindible el
haber agotado todos los mecanismos previos dentro de un proceso para su
cuestionamiento...” (Casación Nro. 2882-2005 / Puno, publicada en el
Diario Oficial El Peruano el 01-12-2006, págs. 18084-18085).

410
LA NULIDAD DE LOS ACTOS PROCESALES

- “... Entre otras características de la pretensión nulificante de cosa juzgada


fraudulenta, destaca la idea de que se trata de un remedio excepcional y
residual; es decir, es excepcional, por cuanto opera en las circunstancias
que sólo la ley procesal establece, y es residual (subsidiario), por cuanto
opera cuando por lo menos el perjudicado haya intentado agotar los
mecanismos impugnativos internos del proceso en el que se ha expedido la
resolución fraudulenta, de ahí que funciona como última ratio para enervar
o impedir la producción de la cosa juzgada viciada con fraude procesal. (...)
Que, por tal razón, debe entenderse que la desviación de los fines del
proceso (...), la cual es ocasionada por los sujetos que participan en el
fraude, es por cualquier circunstancia en la que el sujeto perjudicado no
pudo enervar su producción pese (a) haber ejercitado las vías impugnativas
internas; en cambio, si deja consentir con el fallo que lo perjudica, no puede
esgrimir a posteriori las deficiencias de que adoleció la tramitación de la
causa, pues de haber impugnado también cabe la posibilidad de que hubiere
conseguido que el fraude sea atacado, y de ser el caso, enmendado...”
(Casación Nro. 3145-99 / Arequipa, publicada en el Diario Oficial El
Peruano el 17-09-2000, pág. 6297).
- “... La demanda de nulidad de cosa juzgada fraudulenta por tener el carácter
excepcional o de última ratio, sólo procede en casos excepcionales en los
cuales el accionante ha agotado en otras acciones el derecho que invoca...”
(Casación Nro. 1111-2001 / Lima, publicada en el Diario Oficial El
Peruano el 05-11-2001, pág. 7986).
- “... La pretensión de nulidad de cosa juzgada fraudulenta exige como uno
de sus presupuestos que quien interpone la demanda no haya consentido
con los efectos del acto cuestionado...” (Casación Nro. 2255-04 /
Lambayeque, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 30-06-2005,
págs.
14350-14351).
- “... Habiendo la recurrente consentido la sentencia del proceso original, no
puede sustituir su negligencia procesal con una demanda de nulidad de cosa
juzgada fraudulenta...” (Casación Nro. 2690-2001 / Cusco, publicada en el
Diario Oficial El Peruano el 02-01-2002, pág. 8265).
- “... El recurrente en el proceso que se cuestiona, interpuso recurso de
casación impugnando la sentencia de vista cuya nulidad se pretende con la
presente acción (de nulidad de cosa juzgada fraudulenta) y en el mismo, no
dedujo denuncia alguna referente al pronunciamiento extrapetita ahora

411
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

alegado, por lo que no puede pretender su renovación mediante este


proceso, por ser de carácter residual” (Casación Nro. 160-2000 / Cono
Norte, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 30-08-2000, págs. 6140-
6141).

12.11.6 Jurisprudencia casatoria relacionada con el plazo u


oportunidad para demandar la nulidad de cosa juzgada
fraudulenta
La Corte Suprema de Justicia de la República, en relación al plazo u
oportunidad para demandar la nulidad de cosa juzgada fraudulenta, ha
establecido lo siguiente:
- “... El artículo 178 del Código Procesal Civil, en relación al plazo para
interponer la demanda de nulidad de cosa juzgada fraudulenta, establece
dos supuestos: i) Hasta dentro de seis meses de ejecutada la sentencia y; ii)
Hasta dentro de seis meses de haber adquirido la calidad de cosa juzgada, si
es que la sentencia no fuera ejecutable. De lo antes expuesto, se desprende
que el plazo referido [...] es uno de caducidad...” (Casación Nro. 130-2008 /
La Libertad, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 30-10-2008, págs.
23210-23211).
- “... El artículo ciento setentiocho de nuestro ordenamiento procesal civil
dispone que la demanda en comento [sobre nulidad de cosa juzgada
fraudulenta] puede interponerse dentro de los seis meses de ejecutada la
sentencia cuestionada o de haber adquirido la calidad de cosa juzgada, si no
fuere ejecutable; plazo que en definitiva es uno de caducidad por medio del
cual se extingue el derecho y la acción correspondiente conforme al artículo
2003 del Código Civil...” (Casación Nro. 3201-2002 / Ayacucho, publicada
en el Diario Oficial El Peruano el 30-09-2004, pág. 12771).
- “... El artículo 178 del Código Procesal Civil [sobre la nulidad de cosa
juzgada fraudulenta] señala expresamente que, ‘Hasta dentro de seis meses
de ejecutada (...) puede demandarse, a través de proceso de conocimiento,
la nulidad de una sentencia (...)’, plazo de caducidad que
no puede ser suspendido ni extendido...” (Casación Nro. 130-2008 / La
libertad, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 30-10-2008, págs.
23210-23211).
- “... El plazo establecido en el artículo ciento setentiocho del referido
Código Procesal [C.P.C., sobre el plazo para interponer la demanda de

412
LA NULIDAD DE LOS ACTOS PROCESALES

nulidad de cosa juzgada fraudulenta], es de caducidad, por lo tanto no


admite interrupción ni suspensión, salvo la imposibilidad de reclamar el
derecho ante un tribunal peruano...” (Casación Nro. 1450-2005 / Lima,
publicada en el Diario Oficial El Peruano el 30-11-2005, pág. 15020).
- “... La presente demanda [sobre nulidad de cosa juzgada fraudulenta] se
interpuso fuera del plazo previsto por el artículo ciento setentiocho del
Código adjetivo [C.P.C.], por lo que al desestimarse la misma en base a la
caducidad de la acción, no se ha contravenido el debido proceso...”
(Casación Nro. 2805-2000 / Arequipa, publicada en el Diario Oficial El
Peruano el 01-03-2001, pág. 6983).
- “... Es fundamental para la admisión de la demanda de nulidad de cosa
juzgada fraudulenta, que ésta se interponga dentro del plazo de caducidad,
siendo indiferente que una anterior demanda se hubiera declarado
improcedente in limine por el Juez Civil...” (Casación Nro. 1886-96 / San
Martín, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 16-05-1998, págs.
1044-1045).
- “... El primer párrafo del artículo ciento setenta y ocho del acotado Código
Procesal [C.P.C.] establece que ‘hasta’ dentro del plazo de seis meses se
puede interponer la demanda de nulidad de cosa juzgada fraudulenta,
entendiéndose que tal plazo es el máximo que otorga la ley, el mismo que
rige para dos supuestos: en caso de resoluciones ejecutables, el cómputo
parte desde su ejecución, mientras que en las resoluciones no ejecutables,
desde que han adquirido la calidad de cosa juzgada...” (Casación Nro. 832-
05 / Puno, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 01-08-2006, pág.
16924).
- “... El artículo 178 del Código Procesal Civil establece dos supuestos para
proponer la demanda de nulidad de cosa juzgada fraudulenta: 1) Si se trata
de una sentencia ejecutable: en cuyo caso el plazo para interponer la
demanda se computa a partir de la ejecución de la sentencia o resolución
homologada y vence a los seis meses de ejecutada la decisión; y 2) Si se
trata de una sentencia inejecutable (sentencia declarativa): en cuyo caso el
plazo corre a partir de la fecha en que la resolución haya quedado
ejecutoriada...” (Casación Nro. 780-2004 / Huaura, publicada en el Diario
Oficial El Peruano el 04-01-2006, págs. 15210-15211).
- “... Se debe tener presente lo dispuesto por el artículo ciento setentiocho,
primer párrafo, del Código Procesal Civil según el cual ‘Hasta dentro de

413
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

seis meses de ejecutada o de haber adquirido la calidad de cosa juzgada, si


no fuere ejecutable puede demandarse, a través de un proceso de
conocimiento la nulidad de una sentencia o la del acuerdo de las partes
homologado por el Juez que pone fin al proceso, alegando que el proceso
que se origina ha sido seguido con fraude, o colusión, afectando el derecho
a un debido proceso, cometido por una, o por ambas partes, o por el Juez o
por éste y aquellas’. [...] Lo expuesto en la norma glosada hace una
diferencia entre una sentencia ejecutable y una no ejecutable, más no
distingue [sic -léase mas no distingue-] entre sentencias constitutivas,
declarativas o de condena. La distinción radica en que tratándose de
sentencias no ejecutables el cómputo del plazo para cuestionar esta última
sentencia opera desde que queda firme, más no así [sic -léase mas no así-]
para el caso de una sentencia ejecutable cuyo cómputo debe hacerse desde
que la misma sea ejecutable...” (Casación Nro. 1420-2007 / Puno,
publicada en el Diario Oficial El Peruano el 03-12-2008, pág. 23645).
- “... El cómputo del plazo de las sentencias declarativas y constitutivas en
materia de nulidad de cosa juzgada fraudulenta, se efectúa desde que la
sentencia se encuentra firme, pues ellas no ameritan propiamente
ejecución...” (Casación Nro. 1360 - 2000 / La Libertad, publicada en el
Diario Oficial El Peruano el 30-10-2000, págs. 6390-6391).
- “... El artículo ciento setentiocho del Código Procesal Civil establece que
hasta dentro de seis meses de ejecutada o de haber adquirido la calidad de
cosa juzgada, si no fuere ejecutable, se puede demandar la nulidad de cosa
juzgada fraudulenta, respecto de una sentencia o la del acuerdo de las partes
homologado por el Juez que pone fin al proceso; en consecuencia, si la
sentencia o el acuerdo de las partes homologado por el Juez fuera
ejecutable, es requisito indispensable para interponer la demanda que
previamente haya sido ejecutada; [...] quien omite el cumplimiento de lo
ordenado en el fallo o en el acuerdo homologado, no puede recurrir al
Poder Judicial o demandar la nulidad de él, porque no ha acatado lo
resuelto en el Poder Judicial...” (Casación Nro. 1750-2004 / Ica, publicada
en el Diario Oficial El Peruano el 04-12-2006, págs. 18223-18225).
- “... El artículo ciento setentiocho del Código Procesal Civil claramente
establece que cuando se trata de un acuerdo de las partes homologado
por el Juez o de una sentencia que fuera ejecutable, la nulidad de la cosa
juzgada fraudulenta debe ser interpuesta después de ser ejecutada...”

414
LA NULIDAD DE LOS ACTOS PROCESALES

(Casación Nro. 1182-2001 / San Román, publicada en el Diario Oficial El


Peruano el 01-10-2001, pág. 7760).
- “... Tratándose de sentencias ejecutables, el plazo para interponer la
demanda de nulidad de cosa juzgada fraudulenta es hasta los seis meses de
ejecutada la decisión judicial...” (Casación Nro. 559-2000 / Huánuco,
publicada en el Diario Oficial El Peruano el 31-07-2001, pág. 7554).
- “... Se debe entender como ejecutada una sentencia cuando, del mismo
modo, todo lo que se haya decidido u ordenado en la resolución se haya
cumplido por el obligado [...]; en tal virtud, es a partir de dicho momento
que debe computarse el plazo de seis meses para interponer la demanda de
Nulidad de Cosa Juzgada Fraudulenta previsto en el artículo ciento
setentiocho del referido Ordenamiento Procesal...” (Casación Nro. 89499 /
Huaura, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 02-05-2002, pág.
8673).
- “... La resolución expedida por la Sala Civil de la Corte Superior [...], que
homologa el acta de conciliación extrajudicial, se encuentra siendo
ejecutada; [...] siendo esto así, al declararse la nulidad y consiguiente
conclusión del proceso por invalidez insubsanable de la relación jurídica
procesal y en consecuencia nulo todo lo actuado y por concluido el proceso,
no se está negando la tutela jurisdiccional, sino precisándose que la
demanda [de nulidad de cosa juzgada fraudulenta] es prematura; ya que,
sólo cuando se haya ejecutado el acuerdo de las partes -homologado
judicialmente- que tiene la calidad de cosa juzgada, [...] se podrá hacer uso
del plazo previsto en el artículo ciento setentiocho del Código Procesal
Civil para recurrir a la tutela jurisdiccional...” (Casación Nro. 1750-2004 /
Ica, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 04-12-2006, págs. 18223-
18225).
- “... La mencionada pretensión [sobre nulidad de cosa juzgada fraudulenta]
se ha interpuesto prematuramente, [...] pues el juicio objeto de revisión se
encuentra en plena ejecución. Por tanto, tratándose de una sentencia
ejecutable, el plazo de la pretensión nulificante se inicia cuando esta
resolución se encuentre totalmente ejecutada, razón por la cual en este caso
no se puede establecer una relación jurídica procesal válida, porque el actor
aún carece de interés para obrar...” (Casación Nro. 705-2001 / Ucayali,
publicada en el Diario Oficial El Peruano el 31-10-2002, pág.
9421).

415
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

- “... Las sentencias ejecutables son las que contienen una condena o una
declaración y condena como por ejemplo cuando se ordena el pago de una
suma de dinero. En el caso de autos, las sentencias que se pretenden
nulificar son precisamente sentencias ejecutables [...]. En tal caso, el propio
numeral ciento setentiocho [del C.P.C.] establece que esta acción [de
nulidad de cosa juzgada fraudulenta] procede ‘Hasta dentro de seis meses
de ejecutada o de haber adquirido la calidad de cosa juzgada, si no fuere
ejecutable puede demandarse (...)’; siendo así, se concluye que
efectivamente nuestro ordenamiento procesal establece tal condición, la
cual no ha sido cumplida -por ahora- por la parte demandante; por tanto, es
evidente que la impugnante carece de interés para obrar...” (Casación Nro.
2574-2005 / Apurímac, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 01-12-
2006, págs. 18068-18069).
- “... Como lo expresa la resolución de vista, la nulidad de cosa juzgada
fraudulenta se interpone contra una resolución que es ejecutable, por lo que
la demanda resulta prematura, ya que no se ha producido el remate y la
demanda sólo puede presentarse dentro de seis meses de ejecutado el fallo,
de acuerdo con lo dispuesto por el artículo ciento setentiocho del Código
Procesal Civil...” (Casación Nro. 2508-2001 / Sullana, publicada en el
Diario Oficial El Peruano el 02-01-2002, pág. 8247).
- “... El plazo de seis meses para interponer este tipo de demanda [de nulidad
de cosa juzgada fraudulenta], regulado en el artículo 178 del Código
Procesal Civil, se toma en cuenta desde que la sentencia o resolución que
aprueba una conciliación o transacción judiciales queda firme; no es objeto
de revisión civil el auto que ordena la ejecución, sino la resolución que
contiene la cosa juzgada...” (Casación Nro. 2951-2005 / Lima, publicada en
el Diario Oficial El Peruano el 02-10-2006, págs. 17153-17154).
- “... El artículo 178 del Código Procesal Civil [...] dispone que hasta dentro
de seis meses de ejecutada o de haber adquirido la calidad de cosa juzgada,
si no fuera ejecutable, puede demandarse la nulidad de una sentencia,
alegando que el proceso que se origina ha sido seguido con fraude o
colusión, afectando el derecho a un debido proceso; encontrándose
legitimados para obrar la parte o el tercero ajeno al proceso cuestionado que
se considere agraviado por él. [...] Asimismo, debe advertirse que la Corte
Superior, para declarar la improcedencia de la demanda [de nulidad de cosa
juzgada fraudulenta], ha considerado para el cómputo del plazo prescrito
por el citado artículo 178, la fecha en que la sentencia emitida en el proceso
de obligación de dar suma de dinero quedó consentido [sic -léase

416
LA NULIDAD DE LOS ACTOS PROCESALES

consentida-], con lo que no advirtió que la norma refiere en primer término


a la data de la ejecución de la sentencia y que en caso de que ésta no fuera
ejecutable a aquella en que adquirió la calidad de cosa juzgada. [...] Estando
a los fundamentos de la demanda, resulta que el proceso cuya nulidad se
pretende era no sólo uno ejecutable, sino que efectivamente se llevó
adelante la ejecución de sentencia; consecuentemente, deviene en
infracción del artículo 178 del Código Procesal Civil, el cómputo del plazo
utilizado por el Colegiado...” (Casación Nro. 3345-2001 / Lima, publicada
en el Diario Oficial El Peruano el 02-01-2003, págs. 9821-9822).
- “... Conforme se aprecia del auto materia del recurso de casación, en él se
ha considerado como fecha de inicio del cómputo del plazo de caducidad a
que se refiere el artículo 178 del Código Procesal Civil [para interponer la
demanda de nulidad de cosa juzgada fraudulenta] la fecha de la expedición
de la resolución suprema que declaró improcedente el recurso [de
casación]. Sin embargo, si se tiene en cuenta que el acto de la notificación
tiene por objeto poner en conocimiento a los interesados el contenido de las
resoluciones judiciales, para los fines de su impugnación o cuestionamiento
debe tomarse en consideración la fecha de notificación de la resolución y
no la fecha de su emisión...” (Casación Nro. 1925-2000 / Moquegua,
publicada en el Diario Oficial El Peruano el 31-07-2001, págs. 7555-7556).
- “... El artículo 178 ab initio del Código Procesal Civil, establece un plazo
de caducidad para interponer la demanda de nulidad de cosa juzgada
[fraudulenta], hasta dentro de seis meses de ejecutada o de haber adquirido
la calidad de cosa juzgada, si no fuere ejecutable la resolución objeto de
revisión. En el presente caso, las instancias de mérito han establecido
correctamente [...] [que] dicho plazo comienza a correr desde la fecha en
que se produjo la adjudicación del inmueble sub litis, no importando que
ulteriormente se hubiese inscrito, o que aún falte pedir la liquidación de
costas y costos, porque estos supuestos no suspenden o interrumpen el
plazo para interponer este tipo de demandas...” (Casación Nro. 531-2003 /
San Martín, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 02-02-2004, pág.
11390).
- “... El artículo 178 del Código Procesal Civil [...] establece [que] ‘Hasta
dentro de seis meses de ejecutada o de haber adquirido la calidad de cosa
juzgada, si no fuera ejecutable puede demandarse...’. Esto determina que si
la sentencia fuera ejecutable, es requisito indispensable para interponer la
demanda [de nulidad de cosa juzgada fraudulenta] que previamente haya

417
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

sido ejecutada. [...] Tratándose de una sentencia que ha adquirido la calidad


de cosa juzgada quien omite el cumplimiento de lo ordenado
en el fallo, no puede recurrir al Poder Judicial a demandar la nulidad de la
sentencia, porque no ha acatado lo resuelto por el Poder Judicial...”
(Casación Nro. 1841-2002 / La Libertad, publicada en el Diario Oficial El
Peruano el 01-07-2004, págs. 12285-12286).
- “... El artículo ciento setentiocho del Código Procesal Civil dispone que la
demanda de nulidad de cosa juzgada fraudulenta se interponga hasta dentro
de seis meses de ejecutada, es decir mientras no concluya el proceso con la
ejecución del fallo no se puede interponer la demanda de nulidad, pero
resulta evidente que está referido a los justiciables de ese proceso, o sea a
los que han sido parte del mismo; [...] por ello cuando se trata de una
persona natural o jurídica, que no ha sido parte en el proceso pero a la que
pueden extenderse los efectos de la sentencia, no se le puede exigir que se
ejecute el fallo, porque precisamente basa la demanda de nulidad de cosa
juzgada fraudulenta en el dolo y fraude que ha afectado el derecho a un
debido proceso...” (Casación Nro. 2594-2000 / Ica, publicada en el Diario
Oficial El Peruano el 3107-2001, págs. 7433-7434).
- “... Si bien es cierto el Superior Colegiado incurre en error al considerar de
modo genérico que las partes en este proceso de Nulidad de Cosa Juzgada
Fraudulenta son las mismas que en el proceso de Retracto, cuando la
recurrente evidentemente no participó en ella, también lo es que ello en lo
absoluto altera el sentido de la recurrida toda vez que [...] el mismo plazo
de caducidad de seis meses [para interponer la demanda de nulidad de cosa
juzgada fraudulenta] es también aplicable al tercero ajeno al proceso...”
(Casación Nro. 3864-2002 / Lima, publicada en el Diario Oficial El
Peruano el 31-03-2004, pág. 11666).
- “... El Artículo ciento setentiocho del Código Procesal Civil, establece que
la nulidad de cosa juzgada fraudulenta se puede demandar hasta seis meses
después de ejecutada o de haber adquirido la calidad de cosa juzgada, si no
fuere ejecutable la resolución que pone fin al proceso, siendo que dicho
dispositivo no prevé plazo diferenciado cuando se trate de quienes fueron
parte en el proceso o cuando se trate de terceros ajenos al mismo que se ven
perjudicados por éste” (Casación Nro. 2579-98 / Lima, publicada en el
Diario Oficial El Peruano el 18-08-1999, pág. 3218).

418
LA NULIDAD DE LOS ACTOS PROCESALES

- “... El artículo ciento setentiocho del Código Procesal Civil, establece que
hasta dentro del plazo de seis meses se puede interponer la demanda de
nulidad de cosa juzgada fraudulenta, dicho plazo debe entenderse como
el máximo que fija la ley para la interposición de este tipo de demandas,
debiendo advertirse que el referido numeral establece el mismo plazo para
dos supuestos: el primero referido a la interposición de la demanda hasta
dentro de los seis meses de ejecutada y el otro supuesto, desde que la
sentencia haya adquirido la calidad de cosa juzgada, si no fuera
ejecutable...” (Casación Nro. 1376-2003 / Huánuco, publicada en el Diario
Oficial El Peruano el 31-03-2004, págs. 11753-11754).
- “... La nulidad de cosa juzgada fraudulenta al establecer los seis meses de
término, establece el límite máximo para la interposición de esa acción, lo
que significa que puede interponerse después de que se ha dictado la
sentencia que tiene el carácter de cosa juzgada, aunque ésta sea ejecutable”
(Casación Nro. 2205-97 / Lambayeque, publicada en el Diario Oficial El
Peruano el 21-11-1998, pág. 2076).
- “... El Artículo ciento setentiocho del Código Procesal Civil (...) solamente
prevé un término final para la interposición de la demanda ‘hasta seis meses
de ejecutada o de haber adquirido la calidad de cosa juzgada si no fuera
ejecutable...’; sin embargo, dicha norma procesal no ha previsto
expresamente un término inicial o si es un requisito necesario que las
sentencias de condena requieren ejecución para iniciar el cómputo del plazo
de caducidad” (Casación Nro. 3217-98 / Lima, publicada en el Diario
Oficial El Peruano el 21-01-2000, pág. 4632).
- “... En los casos en que se considera que la interposición de la demanda es
prematura al no haberse ejecutado la sentencia, implícitamente se está
considerando que el actor carece de interés para solicitar la nulidad de la
sentencia expedida en el proceso fraudulento. (...) Que el interés para obrar
se define como el interés a la tutela jurídica que induce al demandante a
reclamar la intervención del órgano jurisdiccional, a fin de que mediante
sentencia resuelva sobre las pretensiones invocadas; siendo esto así, es
obvio que aún (sic) en los casos en que la resolución todavía no haya sido
ejecutada, el actor tiene interés para que se rescinda o deje sin efecto la
sentencia o auto homologado expedido en un proceso fraudulento. (...) Que,
del mismo modo, no se requiere la ejecución de la sentencia de condena
para la interposición de la demanda, porque la nulidad de cosa juzgada
fraudulenta es una pretensión impugnatoria que no suspende los efectos de

419
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

la sentencia o auto homologado por el Juez, por eso la norma procesal


acotada (art. 178 del C.P.C.) solamente ha previsto la concesión de medidas
cautelares inscribibles” (Casación Nro. 3217-98 / Lima, publicada en el
Diario Oficial El Peruano el 2101-2000, pág. 4632).
- “... La primera parte del primer párrafo del artículo ciento setenta y ocho
del Código Procesal Civil [...] contiene una disposición destinada a regular
el plazo en virtud al cual el agraviado con una sentencia o un acuerdo
homologado por el Juez puede incoar la demanda de nulidad de cosa
juzgada fraudulenta. Así, se advierte que el dispositivo procesal dispone:
‘Hasta dentro de seis meses de ejecutada o de haber adquirido la calidad de
cosa juzgada, si no fuere ejecutable puede demandarse, a través de un
proceso de conocimiento la nulidad de una sentencia o la del acuerdo de las
partes homologado por el Juez que pone fin al proceso...’. Como puede
advertirse el plazo que impone la ley es un plazo límite (‘hasta’) y no un
plazo para el inicio del cómputo, pues en ningún extremo de la norma
acotada [...] se establece que sea requisito indispensable para interponer la
demanda de nulidad de cosa juzgada fraudulenta que la decisión final de
carácter ejecutable deba haber sido ejecutada previamente para recurrir a la
vía judicial, limitándose la norma [...] ha establecer [sic -léase a establecer-]
el plazo o término máximo de seis meses para la interposición de esta
acción...” (Casación Nro. 2726-06 / Cusco, publicada en el Diario Oficial
El Peruano el 0210-2007, págs. 20795-20796).
- “... El proceso de prescripción adquisitiva de propiedad es eminentemente
declarativo y en consecuencia no es necesario esperar a que se efectúen las
publicaciones o que se inscriba en los Registros Públicos la sentencia para
demandar la nulidad de cosa juzgada fraudulenta...” (Casación Nro. 2160-
98 / Ayacucho, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 25-111998,
pág. 2103).
- “... El plazo para interponer la acción de nulidad de cosa juzgada
fraudulenta contra el auto que resuelve la contradicción en un proceso de
ejecución de garantías debe computarse desde la fecha en que se hizo pago
con el producto del remate al ejecutante...” (Casación Nro. 1365-96 / La
Libertad, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 25-04-1998, pág.
764).
- “... Tratándose de un proceso de ejecución de garantías, es con el auto que
ordena la adjudicación del inmueble que el proceso queda ejecutado. [...]
Este Supremo Tribunal [...] ya se ha pronunciado respecto al cómputo del

420
LA NULIDAD DE LOS ACTOS PROCESALES

plazo de seis meses para la interposición de las demandas de nulidad de


cosa juzgada fraudulenta que tienen su origen en un proceso de ejecución
de garantías, estableciendo [...] que es con el auto que ordena la
adjudicación con que se ejecuta la resolución firme a que se refiere el
artículo ciento setenta [y] ocho [del C.P.C., sobre nulidad de cosa juzgada
fraudulenta]...” (Casación Nro. 832-05 / Puno, publicada en el Diario
Oficial El Peruano el 01-08-2006, pág. 16924).

12.11.7 Jurisprudencia casatoria relacionada con la acumulación en el


proceso de nulidad de cosa juzgada fraudulenta
La Corte Suprema de Justicia de la República, en relación a la acumulación
en el proceso de nulidad de cosa juzgada fraudulenta, ha establecido lo
siguiente:
- “... Al haberse pronunciado el Colegiado, sobre una de las pretensiones de
fondo del proceso objeto de revisión, se ha producido evidentemente una
desnaturalización el [sic -léase del-] proceso [de nulidad de cosa juzgada
fraudulenta], importando una afectación al debido proceso, porque no se
puede acumular aquélla con la pretensión nulificatoria, implicando su
improcedencia...” (Casación Nro. 2298-1999 / Junín, publicada en el Diario
Oficial El Peruano el 01-03-2001, págs. 7016-7017).
- “... El efecto del proceso de nulidad de cosa juzgada fraudulenta es el de
reponer las cosas al estado anterior que corresponda, de conformidad con lo
previsto en el artículo ciento setentiocho del Código Procesal Civil; [...] por
lo tanto, es claro que en este tipo de proceso no cabe la acumulación de
pretensiones vinculadas al tema materia de litis, con las pretensiones de
nulidad y éstas son independientes; en tal sentido, se advierte que la
sentencia de mérito, al declarar improcedente la demanda por indebida
acumulación de pretensiones, no ha incurrido en contravención alguna de
las normas que garantizan el derecho a un debido proceso...” (Casación
Nro. 45-2001 / Arequipa, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 31-
07-2001, pág. 7586).
- “... En nuestro ordenamiento jurídico procesal no figura norma que prohíba
la acumulación en los términos que aparecen de la demanda [acumulación
de pretensiones sustantivas a la demanda de nulidad de cosa juzgada
fraudulenta]...” (Casación Nro. 4185-2001 / La Libertad, publicada en el
Diario Oficial El Peruano el 02-12-2002, pág. 9537).

421
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

12.11.8 Jurisprudencia casatoria relacionada con la prueba en el


proceso de nulidad de cosa juzgada fraudulenta
La Corte Suprema de Justicia de la República, en relación a la prueba en el
proceso de nulidad de cosa juzgada fraudulenta, ha establecido lo siguiente:
- “... El presente proceso es uno de nulidad de cosa juzgada fraudulenta en el
que lo que se tiene que acreditar es la existencia de fraude o colusión...”
(Casación Nro. 2669-2008 / Lima, publicada en el Diario Oficial El
Peruano el 02-12-2008, pág. 23456).
- “... Por tratarse la nulidad de cosa juzgada [fraudulenta] un remedio
excepcional y residual corresponde sean acreditados debidamente los
elementos del fraude o colusión que desnaturalizan o vician el trámite
judicial perjudicando la dación de una decisión ajustada a derecho...”
(Casación Nro. 2822-2007 / Lambayeque, publicada en el Diario Oficial El
Peruano el 02-09-2008, pág. 22749).
- “... Es factible demandar la nulidad de la cosa juzgada fraudulenta cuando
una declaración jurisdiccional deviene en írrita como consecuencia de un
proceso seguido con dolo, fraude, colusión (...) afectando el derecho a un
debido proceso; que consecuentemente, tales causales deben estar
debidamente acreditadas para amparar la pretensión del supuesto agravio,
pues de lo contrario, se estaría haciendo mal uso de tal instituto procesal y
con el único propósito de conseguir la revisión de un proceso en el que ha
perdido el accionante” (Casación Nro. 570-97 / Chimbote, publicada en el
Diario Oficial El Peruano el 12-05-1998, págs. 1003-1004).
- “... Quien pretende se declare la nulidad de cosa juzgada, por ser
fraudulenta, debe acreditar que se ha configurado una irregularidad que ha
afectado el ejercicio de su defensa...” (Casación Nro. 1399-2004 / Piura,
publicada en el Diario Oficial El Peruano el 30-05-2005, págs. 14124-
14125).
- “... Los hechos y pruebas para sustentar el fraude [procesal] no
necesariamente deben ser nuevas [sic -léase nuevos-], pues el fraude como
categoría genérica puede derivar del mismo proceso donde han recaído las
sentencias que se consideran fraudulentas, incluso dicho proceso es la
fuente sustancial de la cual puede originarse el fraude que provoca una
desviación de los fines del proceso que lesiona la defensa de una de las
partes...” (Casación Nro. 788-01 / Tacna, publicada en el Diario Oficial El
Peruano el 31-08-2001, págs. 7630-7631).

422
LA NULIDAD DE LOS ACTOS PROCESALES

- “... A través del proceso de nulidad de cosa juzgada fraudulenta [...] no se


puede efectuar un reexamen de las pruebas que motivan el proceso
principal, sino acreditar las causales denunciadas...” (Casación Nro.
42582007 / Piura, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 03-12-2008,
págs. 23642-23643).
- “... Su finalidad (de la acción de nulidad de cosa juzgada fraudulenta) es
cuestionar la autoridad de cosa juzgada de la resolución que ha sido
obtenida en base al fraude procesal (ya sea con dolo o colusión) afectando
el derecho del justiciable (...) a un debido proceso, pero en ningún modo
significa el reexamen de la prueba como si se tratara de una instancia más
para discutir el fondo de la litis” (Casación Nro. 1867-98 / Lambayeque,
publicada en el Diario Oficial El Peruano el 14-09-1999, págs. 3515-3516).
- “... El proceso de nulidad (de cosa juzgada fraudulenta), debe estar
orientado a demostrar que se han dado esos elementos (fraude o colusión)
que desnaturalizan, vician el trámite judicial perjudicando altamente la
dación de una decisión ajustada a derecho; no se trata de promover un
nuevo juicio de revisión del proceso anterior, agregando nuevos elementos
en favor o en contra de la resolución, revaluación o enfoque de las pruebas
que se actuaron en él, reabriendo el debate concluido” (Casación Nro.
3246-98 / Huánuco, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 29-
081999, págs. 3373-3374).
- “... La demanda de autos [sobre nulidad de cosa juzgada fraudulenta] no
constituye una instancia adicional a fin [de] analizarse las pruebas
supuestamente actuadas en el proceso anterior sino que, conforme al
artículo ciento setentiocho del Código Procesal Civil, se trata de una salida
extraordinaria que ataca la cosa juzgada en un proceso, siempre que se
acredite que el mismo fue seguido con fraude o colusión, afectando el
derecho al debido proceso...” (Casación Nro. 4398-2001 / Arequipa,
publicada en el Diario Oficial El Peruano el 31-05-2002, pág. 8791).
- “... La demanda de la cosa juzgada fraudulenta no da lugar a la revaloración
de las pruebas que se hubieran actuado en el proceso anterior para dar lugar
a una nueva decisión sustentatoria, sino que tiene por objeto acreditar las
causales que se invocan al proponerla para obtener finalmente la nulidad de
la sentencia cuestionada...” (Casación Nro. 1300-2001 / Ancash, publicada
en el Diario Oficial El Peruano el 01-04-2002, págs. 8501-8502).

423
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

- “... El proceso antecedente tiene la calidad de prueba en la presente causa


(de nulidad de cosa juzgada fraudulenta)...” (Casación Nro. 899-99 / Lima,
publicada en el Diario Oficial El Peruano el 24-08-1999, pág. 3300).
- “... Por la naturaleza de la acción incoada (sobre nulidad de cosa juzgada
fraudulenta) este proceso (sobre otorgamiento de escritura pública)
constituye un presupuesto necesario e indispensable para resolver, de
ahí que al fallar la causa sin tener a la vista este expediente, así como por
no haberse prescindido de él previo el agotamiento de los trámites
respectivos, se ha incurrido igualmente en vicio de inevitable invalidez”
(Casación Nro. 836-98 / Piura, publicada en el Diario Oficial El Peruano el
21-09-1998, págs. 1626-1627).
- “... En lo referente a que si ha existido exceso al solicitar tener a la vista
copias certificadas completas del expediente [...], se debe tener en cuenta
que los autos versan sobre un proceso de nulidad de cosa juzgada
fraudulenta, donde el juzgador debe contar con todos los elementos
necesarios a fin de determinar el supuesto fraude o colusión, para así poder
formarse un claro criterio sobre los hechos materia de controversia, por ello
la Sala de grado determina la necesidad de tener a la vista el expediente que
motiva el presente proceso, no habiéndose cometido el exceso que se
denuncia...” (Casación Nro. 165-2002 / Lima, publicada en el Diario
Oficial El Peruano el 30-10-2003, pág. 10917).
- “... Para la declaración liminar de improcedencia de la demanda [de nulidad
de cosa juzgada fraudulenta] no se requería del proceso principal; ya que el
fallo se basa en elementos estrictamente formales que determinan un
pronunciamiento sobre la forma y no sobre el fondo de la cuestión
controvertida...” (Casación Nro. 3187-2000 / Lambayeque, publicada en el
Diario Oficial El Peruano el 01-03-2001, pág. 7073).
- “... El texto del artículo ciento setenta y ocho del Código Procesal Civil [...]
no exige mayores requisitos para acceder a esta acción extraordinaria [de
nulidad de cosa juzgada fraudulenta] sino únicamente que el afectado
acredite la existencia de una decisión definitiva firme sobre el fondo del
asunto, que haya sido obtenida mediante fraude o colusión y que conlleve a
la afectación del debido proceso. Pareciera, pues, que bastaría con acreditar
estos requerimientos literales para obtener el amparo de una demanda de
esta naturaleza; sin embargo, [...] en virtud al principio de conservación de
los actos procesales y de relatividad de la nulidad, no resulta factible

424
LA NULIDAD DE LOS ACTOS PROCESALES

recurrir a esta acción extraordinaria [sobre nulidad de cosa juzgada


fraudulenta] si el interesado no acredita estar perjudicado con el acto
procesal viciado, tal como se reconoce incluso en el artículo ciento setenta
y cuatro del Código Procesal Civil, aplicable supletoriamente; en
consecuencia, no hay lugar a declarar la nulidad si la subsanación del vicio
no ha de influir en el sentido de la resolución o en las consecuencias del
acto procesal, debiendo tenerse en cuenta que las nulidades alegadas para
atacar la cosa juzgada no sólo deben ser nominales o formales sino que
deben afectar la garantía del debido proceso en forma real y efectiva...”
(Casación Nro. 2726-06 / Cusco, publicada en el Diario Oficial El Peruano
el 02-10-2007, págs. 20795-20796).

12.11.9 Jurisprudencia casatoria relacionada con los efectos del


amparo de la acción de nulidad de cosa juzgada fraudulenta
La Corte Suprema de Justicia de la República, en relación a los efectos del
amparo de la acción de nulidad de cosa juzgada fraudulenta, ha establecido lo
siguiente:
- “... En el proceso de nulidad de cosa juzgada fraudulenta [...] se decide
únicamente sobre la validez y eficacia de la sentencia expedida en otro
proceso judicial, la cual se cuestiona como fraudulenta; la sentencia que
declara fundada la demanda de nulidad de cosa juzgada fraudulenta [...]
tiene efectos estrictamente rescisorios, lo que en buena cuenta significa que
el objeto de debate, en éste [sic] tipo de procesos, no es la cuestión
sustancial o de derecho material, sino la conducta procesal de los sujetos
procesales, la cual es calificada como fraudulenta...” (Casación Nro.
14552008 / Piura, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 30-10-2008,
págs. 23243-23244).
- “... A diferencia de los demás procesos, en el de cosa juzgada fraudulenta,
se decide sobre la sentencia impugnada como fraudulenta, y de ser fundada,
su efecto es puramente rescisorio, es decir, declara inválida la sentencia
anterior, de tal manera que el objeto de debate no es la cuestión sustancial,
sino la conducta calificada como deshonesta, en que han incurrido las
partes procesales, o el Juez, o todos ellos...” (Casación Nro. 2097-98 /
Ucayali, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 24-111998, pág.
2084).
- “... Los efectos de la sentencia en mención [en el proceso de nulidad de
cosa juzgada fraudulenta] son similares a los efectos de la nulidad del acto

425
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

procesal, la decisión del Juzgador se concentra en aspectos netamente


procedimentales...” (Casación Nro. 1455-2008 / Piura, publicada en el
Diario Oficial El Peruano el 30-10-2008, págs. 23243-23244).
- “... La acción de nulidad de cosa juzgada fraudulenta [...] persigue se
declare la nulidad de una sentencia, ‘o la de un acuerdo de partes
homologado por el Juez que pone fin al proceso’, y de ser amparada pasa a
ser inexistente...” (Casación Nro. 2109-2005 / Nasca - Ica, publicada en el
Diario Oficial El Peruano el 29-02-2008, págs. 21561-21562).
- “... Debe tenerse presente la naturaleza misma del proceso de nulidad de
cosa juzgada fraudulenta, en el cual la anulación del proceso se extiende
hasta el momento en que ocurrió el vicio, no dependiendo ello de la
voluntad de las partes...” (Casación Nro. 3656-00 / Tacna, publicada en el
Diario Oficial El Peruano el 30-04-2001, pág. 7257).
- “... Al declararse fundada la Nulidad de Cosa Juzgada Fraudulenta,
conforme a lo preceptuado por el artículo 178 del Código Procesal Civil,
queda sin efecto el fallo debiéndose reponer la causa al estado en que se
produjo el vicio, teniéndose en cuenta que dicha nulidad no afectará a los
terceros de buena fe y a título oneroso...” (Casación Nro. 2505-2005 / Ica,
publicada en el Diario Oficial El Peruano el 01-12-2006, pág. 18023).

12.11.10 Jurisprudencia casatoria relacionada con la impugnación en el


proceso de nulidad de cosa juzgada fraudulenta
La Corte Suprema de Justicia de la República, en relación a la impugnación
en el proceso de nulidad de cosa juzgada fraudulenta, ha establecido lo
siguiente:
- “... Los hechos alegados se contraen a supuestas violaciones producidas en
el expediente acompañado que diera origen al presente proceso [sobre
nulidad de cosa juzgada fraudulenta] y, si bien servirían para analizar lo
que constituye el fondo de la controversia, no serían tales para cuestionar la
validez del trámite que ha seguido la presente causa...” (Casación Nro.
2734-00 / Ayacucho, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 05-
112001, pág. 7821).
- “... Las recurrentes se limitan a denunciar presuntos vicios cometidos en el
expediente [...] seguido entre las mismas partes, en el cual recayó la
sentencia cuya nulidad se pretende en el presente proceso de nulidad de
cosa juzgada fraudulenta. No obstante, es preciso establecer que el recurso

426
LA NULIDAD DE LOS ACTOS PROCESALES

[de casación] debe contraerse a denunciar los vicios o agravios que se


hubieren presentado en el presente proceso, exigencia ésta que en modo
alguno ha sido satisfecha por las recurrentes; en tal sentido la denuncia
deviene inamparable...” (Casación Nro. 142-2007 / Lambayeque, publicada
en el Diario Oficial El Peruano el 03-01-2008, págs. 21377-21378).
- “... Los agravios denunciados [en casación] deben estar referidos a los
vicios en que se pudiera haber incurrido en el presente proceso [sobre
nulidad de cosa juzgada fraudulenta], propiamente en la resolución de vista
impugnada, mas no en el proceso cuya nulidad de cosa juzgada fraudulenta
se persigue...” (Casación Nro. 163-2007 / Ayacucho, publicada en el Diario
Oficial El Peruano el 31-05-2007, págs. 19392-19393).

427
CAPITULO VIII

ASPECTOS GENERALES SOBRE LA


PRUEBA

1. DEFINICION DE LA PRUEBA
Armenta Deu sostiene que “la prueba es una actividad que tiene lugar ante
el órgano judicial y que se encamina a que aquél adquiera el convencimiento
sobre la veracidad de unos hechos controvertidos” (ARMENTA DEU, 2004:
179).
Alcalá-Zamora y Castillo concibe a la prueba como el “... conjunto de
actividades destinadas a procurar el cercioramiento judicial acerca de los
elementos indispensables para la decisión del litigio sometido a proceso, sin
perjuicio de que suela llamarse también prueba al resultado así conseguido y a
los medios utilizados para alcanzar esa meta...” (ALCALA-ZAMORA Y
CASTILLO, 1964: 257).
A criterio de Denti, “... 1) en una primera acepción, ‘prueba’ designa los
medios de que cabe servirse para la demostración del thema probandum (...);
2) en una segunda acepción, ‘prueba’ designa el procedimiento probatorio, o
sea, el conjunto de actividades reguladas más o menos detalladamente por la
ley, a través de las cuales el juzgador y las partes aportan al proceso los medios
de prueba; 3) en una tercera acepción, ‘prueba’ designa el resultado del
procedimiento probatorio, o sea el convencimiento al que el juzgador llega
mediante los medios de prueba...” (DENTI, 1972: 43).
Lino Palacio define a la prueba como “... la actividad procesal, realizada
con el auxilio de los medios previstos o autorizados por la ley, y encaminada a
crear la convicción judicial acerca de la existencia o inexistencia de los hechos
afirmados por las partes en sus alegaciones” (PALACIO, 1977, Tomo IV: 331).
Montero Aroca cataloga a la prueba como “la actividad procesal que tiende
a alcanzar la certeza en el juzgador respecto de los datos aportados por las
partes, certeza que en unos casos se derivará del convencimiento psicológico
del mismo juez y en otros de las normas legales que fijarán los hechos”
(MONTERO AROCA, 2005: 55).

429
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

Devis Echandía se ha formado el siguiente juicio de la prueba:


“Entendemos por pruebas judiciales el conjunto de reglas que regulan la
admisión, producción, asunción y valoración de los diversos medios que
pueden emplearse para llevar al juez la convicción sobre los hechos que
interesan al proceso” (DEVIS ECHANDIA, 1984, Tomo I: 26).
Taruffo enseña que “… la prueba es el instrumento que utilizan las partes
(…) para demostrar la veracidad de sus afirmaciones, y del cual se sirve el juez
para decidir respecto a la verdad o falsedad de los enunciados fácticos. En
términos muy generales, se entiende como prueba cualquier instrumento,
método, persona, cosa o circunstancia que pueda proporcionar información útil
para resolver dicha incertidumbre. Según esta definición, son prueba tanto los
instrumentos para adquirir información que están expresamente regulados por
la ley (las denominadas pruebas típicas) como aquellos que la ley no regula
expresamente (las denominadas pruebas atípicas) pero que, sin embargo,
pueden servir para fundar la decisión sobre los hechos… “ (TARUFFO, 2009:
59-60). El mencionado jurista agrega que “… se acostumbra decir que la
función de la prueba es la de ofrecer al juez elementos para establecer si un
determinado enunciado, relativo a un hecho, es verdadero o falso. A su vez, se
dice que un enunciado fáctico es verdadero si está confirmado por pruebas y es
falso si las pruebas disponibles confirman su falsedad; y no está probado si en
el proceso no se adquirieron pruebas suficientes para demostrar su verdad o
falsedad. En función de cuál de estas posibilidades se dé, el juez decidirá de
uno u otro modo y extraerá consecuencias jurídicas” (TARUFFO, 2009: 60).

2. DISTINCION ENTRE PRUEBA Y MEDIO PROBATORIO


La prueba puede ser concebida estrictamente como las razones que
conducen al Juez a adquirir certeza sobre los hechos.
Los medios probatorios, en cambio, son los instrumentos que emplean las
partes u ordena el magistrado de los que se derivan o generan tales razones.
Así, bien puede darse el caso de un medio probatorio que no represente prueba
alguna al no poder obtenerse de él ninguna razón que produzca el
convencimiento del Juez.
Rodríguez Espejo define al medio de prueba como “... la persona o cosa y,
excepcionalmente, también, los hechos que suministran al órgano jurisdiccional
del Estado los conocimientos necesarios para que pueda determinar la verdad o
falsedad jurídica de un tema de prueba...” (RODRIGUEZ ESPEJO, 1958: 856).

430
ASPECTOS GENERALES SOBRE LA PRUEBA

Armenta Deu sostiene que los medios de prueba “son aquellas diferentes
actividades que tienen lugar en el proceso y a través de las cuales se introducen
las fuentes u objetos de la prueba, conduciendo al juez a adquirir la certeza
positiva o negativa de las afirmaciones de hecho” (ARMENTA DEU, 2004:
184).
Serra Domínguez concibe a los medios de prueba como “... los
instrumentos utilizados por las partes para trasladar los hechos de la realidad a
la presencia judicial...” (SERRA DOMINGUEZ, 1969: 360-361).

3. NATURALEZA JURIDICA DE LA PRUEBA


Teniendo en cuenta la aportación de la prueba en el proceso, ya sea como
consecuencia de la actividad desplegada por las partes o de un mandato judicial
(pruebas de oficio), orientada a lograr la convicción en el Juez acerca de la
verdad o falsedad de las afirmaciones de los sujetos procesales referidas a los
hechos y respecto de las cuales debe versar la resolución jurisdiccional, no cabe
duda que la prueba constituye un acto jurídico de naturaleza procesal ya que
para su ofrecimiento es necesario un comportamiento humano y una
manifestación de voluntad que se dan siempre dentro de un proceso. Los
derechos y las obligaciones derivados de las relaciones materiales y las pruebas
referidas a dichas relaciones son ejercitados, exigidas y actuadas, en ese orden,
dentro del correspondiente proceso judicial, siempre que respecto de tales surja
controversia o haya incertidumbre jurídica. La prueba de algún acto o contrato
recién adquirirá relevancia y ejecutabilidad mediante un proceso. De ahí es que
se afirma su connotación procesal.
La prueba constituye un acto jurídico material en aquellos casos en que es
considerada un requisito indispensable para la existencia o validez del acto o
contrato, sin embargo, se introduce al proceso a través de un acto jurídico
procesal. Antes del proceso su objeto permanece estático, inactivo; dentro de él
adquiere significación probatoria.

4. EL OBJETO DE LA PRUEBA EN EL PROCESO CIVIL


Es objeto de la prueba todo aquello sobre lo que puede ella recaer. Esta es
una concepción objetiva y abstracta que no se reduce a los casos específicos
que se pueden presentar dentro de una litis ni a las pretensiones de los sujetos
procesales. Debe, pues, ser entendido el objeto de la prueba como aquello que
es susceptible de demostración ante el respectivo órgano jurisdiccional para
cumplir con los fines del proceso.

431
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

Devis Echandía expresa sobre el particular que “... por objeto de la prueba
debe entenderse lo que pueda ser probado en general, aquello sobre lo que
puede recaer la prueba, noción puramente objetiva y abstracta, no limitada a
los problemas concretos de cada proceso y a los intereses o pretensiones de las
diversas partes, de aplicación igual en actividades extraprocesales, sean o no
jurídicas...” (DEVIS ECHANDIA, 1965: 9).
A pesar que el objeto de la prueba en su concepción abstracta lo puede
constituir todo hecho -material o psíquico-, tratándose de un proceso específico
es evidente que la amplitud del concepto se contrae a los hechos que en forma
directa o indirecta, principal o accesoria, pueden tener efectiva vinculación con
la cuestión debatida o propuesta (en caso de asuntos no contenciosos).
No debe ser confundida la noción de objeto de la prueba con las de tema y
carga de la prueba.
“... Por necesidad o tema de la prueba (thema probandum) debe
entenderse lo que en cada proceso debe ser materia de la actividad probatoria,
es decir, los hechos sobre los cuales versa el debate o la cuestión voluntaria
planteada y que deben probarse, por constituir el presupuesto de los efectos
jurídicos perseguidos por las partes, sin cuyo conocimiento el juez no puede
decidir...” (DEVIS ECHANDIA, 1965: 9).
No constituyen objeto concreto de la prueba los puntos controvertidos, o
sea, los afirmados y no aceptados dentro de un proceso, que equivalen al thema
probandum. “... Jurídicamente no puede limitarse el objeto de la prueba, en un
sentido general o abstracto, a los hechos controvertidos, sino, por el contrario,
es necesario extenderlo a todo lo que por sí mismo es susceptible de
comprobación...” (DEVIS ECHANDIA, 1965: 11). Así, el que no exista
necesidad de probar un hecho no implica que no pueda ser objeto de prueba.
Los hechos notorios forman parte del objeto concreto de la prueba, pero, al no
requerir de prueba, no forman parte del tema de la prueba en una determinada
litis.
La carga de la prueba fija aquello que cada litigante está interesado en
demostrar para que sean acogidas sus pretensiones.
Constituye objeto de la prueba los hechos pasados, presentes y aun los
futuros: el cálculo del lucro cesante por actividades no acaecidas, siendo su
demostración más que todo de carácter histórica. Además, pueden ser objeto de
prueba la costumbre y la ley foránea (de ninguna manera la ley nacional).

432
ASPECTOS GENERALES SOBRE LA PRUEBA

4.1 Los hechos como objeto de la prueba


Según Cardoso Isaza, “en derecho la prueba versa sobre los hechos...”
(CARDOSO ISAZA, 1979: 11).
Una posición discrepante adopta Sentís Melendo cuando dice que “... los
hechos no se prueban; los hechos existen. Lo que se prueba son afirmaciones,
que podrán referirse a hechos...” (SENTIS MELENDO, 1979: 12).
En ese sentido se pronuncia Serra Domínguez cuando afirma que “... sólo
pueden ser probados, no los hechos, sino nuestros juicios existenciales o
valorativos sobre tales hechos” (SERRA DOMINGUEZ, 1969: 359).
Al respecto, Gimeno Sendra refiere que el objeto de prueba suele
identificarse “… con las afirmaciones realizadas por las partes sobre los hechos
controvertidos y, excepcionalmente, sobre normas jurídicas, que deben
verificarse…” (GIMENO SENDRA, 2007, Tomo I: 395). Dicho jurista añade
que “… el objeto de la prueba no es un hecho o una norma jurídica, sino las
‘afirmaciones’ realizadas por las partes en relación con esos hechos y tales
normas. Los hechos existen con independencia de su introducción procesal, de
ahí que sólo puedan probarse los juicios valorativos sobre los mismos…”
(GIMENO SENDRA, 2007, Tomo I: 395).
Montero Aroca expresa sobre el particular lo siguiente:
“… Si por objeto de la prueba se entiende, en abstracto y sin atender a un
proceso concreto, lo que puede ser probado, es decir, todo lo que
puede ser establecido por una norma material como supuesto fáctico
de una consecuencia, ese objeto han de ser, en principio, hechos,
entendidos éstos en (…) sentido general (…). Por el contrario, cuando
lo que se pregunta es ¿qué debe probarse? y esa pregunta se refiere a
un proceso concreto, esto es, cuando en realidad se atiende al tema de
prueba, la respuesta tiene que ser que las afirmaciones de las partes
relativas a los hechos.
La palabra hechos se está empleando aquí en su sentido más amplio,
comprendiendo todo lo que por el derecho material puede establecerse
como contenido del supuesto fáctico de una consecuencia…”
(MONTERO AROCA, 2005: 65).
Lino Palacio es categórico al señalar que “... el objeto de la prueba se halla
constituido por los hechos invocados en las alegaciones, debiendo entenderse

433
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

por hechos todos aquellos sucesos o acontecimientos externos o internos


susceptibles de percepción o deducción” (PALACIO, 1977, Tomo IV: 342-
343).
El término “hecho” como objeto de la prueba debe ser tomado en un
sentido amplio: todo lo que bien puede distinguirse, sentirse o ser perceptible, y
no solamente lo abstracto o puramente ideológico. “... El hecho, por su propia
estructura óntica, es algo que acontece en un punto cualquiera de las
coordenadas espaciotiempo; es decir, un evento que sucede aquí y ahora, allí y
entonces...” (RODRIGUEZ ESPEJO, 1958: 854). Sin embargo, los hechos no
pueden ser vistos tan sólo como simples acontecimientos, consecuentemente,
puede entenderse como hechos aquellos susceptibles de ser acreditados con
fines procesales. Sobre esto, expresa Alcalá-Zamora que “... hecho es lo que no
es derecho, y mejor, el factor concreto, variable y peculiar de un litigio, en
contraste con el elemento abstracto, estable y genérico invocado o aplicado para
su decisión...” (ALCALA-ZAMORA Y CASTILLO, 1964: 261).
No son materia de prueba:

- Los hechos no alegados por las partes.

- Los hechos admitidos por los sujetos procesales.

- Los hechos notorios.

- Los hechos que caen en la esfera de la cosa juzgada.

- Los hechos impertinentes, irrelevantes e imposibles.

- Los hechos imprecisos o no definidos.

- Los hechos presumidos por la ley.

- El derecho nacional.
Al respecto, el artículo 190 del Código Procesal Civil, que trata sobre la
pertinencia e improcedencia de los medios de prueba, señala que:
“Los medios probatorios deben referirse a los hechos y a la costumbre
cuando ésta sustenta la pretensión. Los que no tengan esa finalidad,
serán declarados improcedentes por el Juez.

Son también improcedentes los medios de prueba que tiendan a establecer:

434
ASPECTOS GENERALES SOBRE LA PRUEBA

1. Hechos no controvertidos, imposibles, o que sean notorios o de


pública evidencia;
2. Hechos afirmados por una de las partes y admitidos por la otra en
la contestación de la demanda, de la reconvención o en la
audiencia de fijación de puntos controvertidos.
Sin embargo, el Juez puede ordenar la actuación de medios
probatorios cuando se trate de derechos indisponibles o presuma
dolo o fraude procesales;
3. Los hechos que la ley presume sin admitir prueba en contrario; y
4. El derecho nacional, que debe ser aplicado de oficio por los
Jueces. En el caso del derecho extranjero, la parte que lo invoque
debe realizar actos destinados a acreditar la existencia de la norma
extranjera y su sentido.
La declaración de improcedencia la hará el Juez en la audiencia de fijación
de puntos controvertidos. Esta decisión es apelable sin efecto
suspensivo. El medio de prueba será actuado por el Juez si el superior
revoca su resolución antes que se expida sentencia. En caso contrario,
el superior la actuará antes de sentenciar”.

5. FINALIDAD DE LA PRUEBA
Se afirma que la finalidad de la prueba no es la indagación de la verdad
material por cuanto alcanzarla mediante un proceso judicial puede resultar
imposible. La verificación de las afirmaciones de las partes referidas a hechos
será dable en la medida que el aparato jurisdiccional lo permita y ello le sea
factible al ser humano, lo que implica de por sí serias limitaciones. Esto no
significa que la averiguación de la verdad material no sea la meta perseguida en
todo proceso judicial, sino que puede tornarse dicho objetivo irrealizable. Así lo
deja entrever Gorphe cuando indica que “la finalidad de las pruebas debe
consistir en obtener una certeza, aunque con frecuencia hagan alto en mitad de
su camino; es decir, en una simple probabilidad o verosimilitud...” (GORPHE,
1950: 485-486).
La verdad constituye un concepto único y objetivo mientras que su
pretendido conocimiento es, a no dudarlo, de índole subjetivo.
La finalidad de la prueba, más que alcanzar la verdad material o la
indagación de la realidad de la que versa una litis, es formarle al juzgador

435
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

convicción sobre las alegaciones que las partes afirman son situaciones ciertas
y concretas (hechos). Tal convencimiento le permitirá a aquél tomar su decisión
y poner así término a la controversia. En ese sentido se pronuncia Cardoso
Isaza al afirmar que “... el fin de la prueba consiste en dar al juez convicción
suficiente para que pueda decidir con certeza sobre el asunto materia del
proceso...” (CARDOSO ISAZA, 1979: 18).
Al respecto, Montero Aroca anota que “… la prueba tiende a obtener
certeza con relación a las afirmaciones de hechos de las partes, pero esa certeza
puede lograrse de (…) dos modos (…): 1) ‘certeza objetiva’, cuando existe
norma legal de valoración, y 2) ‘certeza subjetiva’, cuando ha de valorarse la
prueba por el juez y conforme a las reglas de la sana crítica. En los dos casos se
trata de declarar probada una afirmación de hecho en atención a los elementos
probatorios existentes en las actuaciones” (MONTERO AROCA, 2005: 54).
El artículo 188 del Código Procesal Civil, que trata sobre el particular,
señala que “los medios probatorios tienen por finalidad acreditar los hechos
expuestos por las partes, producir certeza en el Juez respecto de los puntos
controvertidos y fundamentar sus decisiones”.
6. PERTINENCIA DE LA PRUEBA
La pertinencia de la prueba implica la vinculación del hecho objeto de
controversia con el hecho que acredita dicha prueba. Justamente el primer
párrafo del artículo 190 del Código Procesal Civil que trata sobre la pertinencia
de los medios probatorios establece que éstos deben referirse a los hechos y a la
costumbre cuando ésta sustenta la pretensión.
Anota Zafra que la pertinencia de la prueba “... consiste en una adecuación
o correspondencia entre el medio propuesto y el tema controvertido, o, con
otras palabras, en la idoneidad de aquél para acreditar éste...” (ZAFRA, 1960:
637). Agrega dicho autor que “... la primera modalidad de la pertinencia
concreta de la prueba es una consecuencia lógica de la idoneidad de los hechos
que con ella se quiere acreditar...” (ZAFRA, 1960: 652).
La pertinencia representa la adecuación de los datos que proporciona un
medio probatorio con el objeto de prueba de un proceso. Debe encuadrarse en
el marco derivado de las alegaciones de las partes contenidas en la demanda y
contestación de ésta, principalmente. (También en los escritos que contengan la
formulación de excepciones, defensas previas y cuestiones probatorias).

436
ASPECTOS GENERALES SOBRE LA PRUEBA

Sobre esto, expresa Zafra lo siguiente: “... Entendemos por pertinencia de


un cierto medio propuesto en juicio para justificar una determinada alegación,
produciendo la convicción judicial sobre ella, la idoneidad abstracta de dicho
medio propuesto a la función procesal de acreditamiento de alegaciones”
(ZAFRA, 1960: 646).
Picó I Junoy apunta que la pertinencia probatoria “… supone la relación
entre el hecho que pretende acreditarse mediante un determinado medio
probatorio y los hechos que constituyen el objeto de la controversia, así como la
aptitud para formar la debida convicción del juzgador…” (PICO I JUNOY,
1996: 45). El mencionado jurista advierte que “debe excluirse del juicio
referente a la pertinencia de la prueba la idea de su eventual eficacia. Para
admitir o rechazar un medio probatorio no deben realizarse valoraciones acerca
de su probable resultado pues, al margen de que ello sólo puede efectuarse (…)
una vez (que) ha sido practicada toda la prueba y no antes, el juicio relativo a la
pertinencia prescinde de toda consideración en torno a la concreta posibilidad
de que los hechos a probar sean efectivamente acreditados. (…) En
consecuencia, es ajeno al concepto de pertinencia de la prueba el elemento de la
eventual eficacia de la misma. Por otro lado, si se tiene en cuenta este elemento
no sólo puede estar anticipándose una postura susceptible de provocar
indefensión, sino que se corre el peligro de prejuzgar, en cierto modo, la
decisión definitiva…” (PICO I JUNOY, 1996: 55-56).
7. OPORTUNIDAD DE LA PRUEBA
Constituye un requisito esencial de la prueba el momento en que es
suministrada, que no debe exceder del plazo legal respectivo, por cuanto
contribuye no sólo al conocimiento que de ella deben tener los litigantes sino
también a la posibilidad de contradicción de la misma.
De conformidad con el artículo 189 del Código Procesal Civil “los medios
probatorios deben ser ofrecidos por las partes en los actos postulatorios...”
Luego de dicha etapa opera la preclusión, es decir, ya no será posible el aporte
de nuevos medios de probanza.
Los medios de prueba se ofrecen en la etapa postulatoria y constituyen un
requisito de la demanda (artículo 424 -inc. 10)- del C.P.C.), por lo que deben
ser acompañados como anexos de ella (incisos 3, 4 y 5 del artículo 425 del
C.P.C.). De no ser así será declarada inadmisible la demanda en atención a lo
normado en el artículo 426 -incs. 1) y 2)- del Código Procesal Civil. De igual
manera, en la contestación de la demanda los medios probatorios constituyen

437
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

requisitos exigibles legalmente (artículo 442 -incs. 1) y 5)- del C.P.C.) y se


adjuntan como anexos de ella (artículo 444 del C.P.C.). Como se observa el
ofrecimiento de medios probatorios no representa una facultad opcional de los
justiciables sino que significan una exigencia para la admisión a trámite de la
demanda y de su contestación.
La regla general de la oportunidad en que debe ser ofrecida la prueba se
quiebra con los supuestos contemplados en los artículos 374, 394, 429 y 440
del Código Procesal Civil.

8. LA CARGA DE LA PRUEBA
La carga de la prueba viene a ser el conjunto de reglas de juicio que le
señala al magistrado la manera cómo resolverá en aquellos casos de omisión de
pruebas o pruebas insuficientes que no puede salvar siquiera con la actuación
de pruebas de oficio. Así, como el Juez no puede inhibirse de expedir el
correspondiente fallo, tales reglas le ayudarán a pronunciarse sobre el asunto.
La carga de la prueba implica reglas indirectas de conducta para las partes,
que les indican cuáles son los hechos que a cada una de ellas les interesa probar
para que se acojan sus pretensiones (hablamos de interés porque no constituye
una obligación procesal el probar los hechos afirmados)
Según Gómez de Liaño González y Pérez-Cruz Martín, “las reglas que
regulan la carga de la prueba sirven para determinar en el momento de dictar
sentencia qué parte ha de soportar las consecuencias de la ausencia de prueba
de un hecho concreto. Por eso se afirma que cada parte tiene la carga de alegar
los hechos precisos para la aplicación de la norma que invoca, y además la
carga de probarlos asumiendo el riesgo de no conseguirlo” (GOMEZ DE
LIAÑO GONZALEZ; y PEREZ-CRUZ MARTIN, 2000, Tomo I: 393-394).
Montero Aroca señala al respecto que “la carga de la prueba atiende de
modo directo a la determinación de cuál de las partes debe sufrir las
consecuencias de que no se haya probado un hecho y de modo indirecto a la
fijación de qué parte debe probar un hecho, pero la aplicación de las
consecuencias de la carga sólo puede hacerse cuando ese hecho no ha sido
probado. Si el hecho ha resultado probado no ha lugar ni siquiera a plantear la
cuestión de la carga de la prueba” (MONTERO AROCA, 2005: 105).
Nuestro ordenamiento procesal distribuye la carga de la prueba entre el
demandante y el demandado atendiendo a los hechos que cada uno de ellos
aleguen como fundamento de su demanda o de su contestación,

438
ASPECTOS GENERALES SOBRE LA PRUEBA

respectivamente. Precisamente, el artículo 196 del Código Procesal Civil


preceptúa lo siguiente: “Salvo disposición legal diferente, la carga de probar
corresponde a quien afirma hechos que configuran su pretensión, o a quien los
contradice alegando nuevos hechos”.
En el caso del demandado, su contradicción encontrará amparo si
constituye una negación pura o simple (sin necesidad de aportar prueba alguna)
de todos los hechos expuestos por el actor en la demanda y no acredita este
último en forma idónea su pretensión. Ello en virtud de la máxima onus
probandi incumbit ei qui dicit, non qui negat. Unicamente operará respecto
del demandado la carga de la prueba si alega nuevos hechos en su contestación
a la demanda.
No cabe duda que el sujeto sobre el cual recae principalmente la carga de
probar con los consiguientes efectos jurídicos que ello supone es el
demandante. “... Corresponde de manera preponderante al actor aducir la
prueba. En efecto, si no prueba, el reo es absuelto aunque no haya invocado o
alegado excepción relativa a la extinción, modificación o inexistencia de la
obligación a su cargo, porque en ese caso se da aplicación a otro principio que
se enuncia así: actore non probante reus absolvitur. Significa que si el actor
no prueba el reo debe ser absuelto” (CARDOSO ISAZA, 1979: 58). En ese
sentido se inclina el artículo 200 del Código Procesal Civil, el mismo que
establece que: “ Si la parte no acredita con medios probatorios los hechos que
ha afirmado en su demanda o reconvención, estos no se tendrán por verdaderos
y su demanda será declarada infundada”. Esta norma jurídica se impone
inclusive al supuesto contenido en el numeral 461 del Código Procesal Civil
referido al efecto que acarrea la declaración de rebeldía: presunción legal
relativa sobre la verdad de los hechos expuestos en la demanda. Así es,
inclusive en el caso de producirse la rebeldía del demandado deberá el
demandante acreditar los hechos que configuran su pretensión; lo contrario
implicaría el rechazo de la demanda en el fallo final.

9. LA VALORACION DE LA PRUEBA
La valoración de la prueba significa la operación mental cuyo propósito es
percibir el valor de convicción que pueda extraerse de su contenido.
“La valoración de la prueba practicada es la operación final del
procedimiento probatorio encaminada a la obtención por el Juzgador de una
convicción sobre la veracidad o falsedad de las afirmaciones normalmente

439
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

fácticas, sólo extraordinariamente jurídicas, que integran el ‘thema probandi”


(GIMENO SENDRA, 2007, Tomo I: 416).
Clariá Olmedo concibe a la valoración de la prueba como “... el análisis y
apreciación metódicas y razonados de los elementos probatorios ya
introducidos; absorbe un aspecto fundamental de la discusión y decisión del
asunto cuestionado, y es de carácter eminentemente crítico” (CLARIA
OLMEDO, 1968: 54).
La valoración o apreciación judicial de la prueba es un proceso mental
complicado y sujeto a variación en cada supuesto presentado. Pese a ello se
puede decir que la actividad valoratoria supone tres notas importantes: a) el
percibir los hechos vía los medios de prueba; b) Su reconstrucción histórica (a
la que se llega directa o indirectamente); y c) el razonamiento o fase intelectual.
Según Colombo Campbell, “... el juez pasa en general por tres etapas o
fases de desarrollo de la prueba: la etapa que puede llamarse de la ignorancia de
los hechos, la etapa de la credibilidad y la etapa de la certeza” (COLOMBO
CAMPBELL, 1981: 169).
El Código Procesal Civil consagra en su artículo 197 la valoración global
de los medios de prueba así como su libre apreciación (razonada) por parte del
Juez. Dicho numeral señala que: “Todos los medios probatorios son valorados
por el Juez en forma conjunta, utilizando su apreciación razonada. Sin embargo,
en la resolución sólo serán expresadas las valoraciones esenciales y
determinantes que sustentan su decisión”.
Puntualizamos que la apreciación de la prueba no es una tarea de
entendimiento integral porque tiene mucho que ver también la subjetividad del
magistrado, la cual concurre con el pensar racional. El funcionario judicial no
funda su fallo únicamente en datos objetivos, siendo innegable la participación
de una convicción personalísima, pero son aquéllos los que deben primar. Sólo
la seguridad del Juez respecto de la reconstrucción del estado de los hechos
realizada sobre la base del material probatorio da origen a la certeza que hace
falta para poder decidir la litis. Alcalá-Zamora y Castillo precisa que “... el
ideal en orden a la fuerza probatoria consistirá en obtener siempre la certeza,
o sea, la ausencia racional de dudas acerca de la existencia o no de un hecho y
de todas sus circunstancias relevantes. Como es difícil lograrla, hay que
conformarse muchas veces con la mera convicción, es decir, la creencia
fundada de que un hecho se ha producido o no...” (ALCALAZAMORA Y
CASTILLO, 1964: 265).

440
ASPECTOS GENERALES SOBRE LA PRUEBA

9.1 Criterios de valoración


Las codificaciones adjetivas y aun la costumbre en el ámbito judicial han
regulado el juicio valorativo del juzgador respecto de los medios probatorios
aportados en el proceso u ordenados dentro de él. Así nos encontramos
principalmente frente a dos criterios o sistemas de valoración:

- La prueba tasada o tarifa legal.

- La libre valoración de las pruebas.


De los sistemas mencionados en líneas precedentes se desprenden otros
aunque con mínimas variaciones, como el de la sana crítica, del cual dice Salas
Vivaldi que resulta ser un criterio intermedio entre la tarifa legal y la libre
apreciación que “... otorga al juez la atribución de valorar los medios
probatorios establecidos por la ley de acuerdo con el conocimiento exacto y
reflexivo que otorga la razón y la experiencia...” (SALAS VIVALDI, 1993:
120).

9.1.1 La prueba tasada


El sistema de la prueba tasada, denominado también como el de la tarifa
legal, consiste, según Sentís Melendo, en la “... predeterminación por el
legislador de lo que vale cada elemento aportado a los autos...” (SENTIS
MELENDO, 1967: 46). Añade el citado tratadista que “... no es un sistema de
valoración de medios o de fuentes sino de directrices de formación de la
sentencia...” (SENTIS MELENDO, 1967: 46).
Para Cardoso Isaza, “... probar, en derecho y dentro de un sistema legal de
pruebas, es demostrar al juez la verdad de un hecho o de un acto jurídico,
utilizando medios calificados previamente por la ley como aptos, idóneos y
adecuados” (CARDOSO ISAZA, 1979: 6).
Taruffo anota que “… la técnica de la prueba legal consiste en la
producción de reglas que predeterminan, de forma general y abstracta, el valor
que debe atribuirse a cada tipo de prueba…” (TARUFFO, 2002: 387).
Según Serra Domínguez, “… en el sistema de la prueba legal, el legislador
establece unas determinadas reglas que fijan taxativamente el valor a asignar a
cada uno de los medios de prueba. El Juez se limita a aplicar a la prueba los
baremos establecidos previamente por el legislador para declarar probados o
improbados unos hechos determinados…” (SERRA DOMINGUEZ, 2009: 72).

441
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

A decir de Armenta Deu, “con arreglo al sistema de prueba legal o tasada,


el juzgador debe aplicar una norma positiva a la actividad realizada para probar
un determinado hecho, extrayendo las consecuencias jurídicas que la propia
norma le señala…” (ARMENTA DEU, 2004: 187).

9.1.2 La libre valoración de las pruebas por el juzgador


“… En el sistema de la prueba libre el valor de cada uno de los medios de
prueba es fijado libremente, con arreglo a su conciencia o a su íntima
convicción, por el Juez, caso por caso, sin necesidad de ajustarse a reglas
establecidas anticipadamente por el legislador” (SERRA DOMINGUEZ, 2009:
72).
El sistema de la libre valoración, conocido también como el de la
apreciación razonada, implica la libertad del Juez para formarse convicción del
propio análisis que efectúe de las pruebas existentes; sin embargo, su
razonamiento no puede dejar de lado las reglas de la lógica-jurídica ni las
llamadas máximas de la experiencia.
Taruffo apunta que “… el principio (…) de la prueba libre o de la libre
convicción, presupone la ausencia de aquellas reglas (que predeterminan, de
forma general y abstracta el valor que debe atribuirse a cada tipo de prueba) e
implica que la eficacia de cada prueba para la determinación del hecho sea
establecida caso a caso, siguiendo criterios no predeterminados, discrecionales
y flexibles, basados esencialmente en presupuestos de la razón” (TARUFFO,
2002: 387).
Según Gimeno Sendra, “el principio de libre valoración de la prueba
significa que el juez o el Tribunal, a la hora de formar su íntima convicción, no
ha de tener otro límite que los hechos probados en el juicio, los cuales ha de
apreciar y fundamentar en el fallo con arreglo a las normas de la experiencia y
de la lógica” (GIMENO SENDRA, 2007, Tomo I: 48). El citado jurista agrega
que “… ‘apreciación en conciencia’ no significa ‘libre arbitrio’. El órgano
jurisdiccional ha de basar su sentencia exclusivamente sobre los hechos, objeto
de prueba en el juicio, sin que se pueda dar entrada en la sentencia a la ‘ciencia
privada del juez’. Es más, la sentencia habrá de contener el razonamiento de la
prueba (es decir, se habrán de describir las operaciones lógicas que, partiendo
de los hechos declarados como probados, permitan inferir la conclusión
probatoria), que ha seguido el juzgador para obtener su convicción” (GIMENO
SENDRA, 2007, Tomo I: 48).

442
ASPECTOS GENERALES SOBRE LA PRUEBA

9.1.3 Sistema adoptado en nuestro ordenamiento jurídico


El Código Procesal Civil ha optado por el último sistema de valoración
judicial al establecer en el artículo 197 la valoración de los medios probatorios
por parte del Juez empleando su apreciación razonada. Nos parece acertada la
disposición legislativa y, tal como indica Cardoso Isaza, “su apreciación -del
Juez- es libre y por tanto puede otorgar a cada medio probatorio el valor que
considere más ajustado a la realidad procesal” (CARDOSO ISAZA, 1979: 50).
(Puntualizamos que en la práctica forense existe una preferencia hacia la prueba
documental en desmedro de otras clases de pruebas. Ello es comprensible por
cuanto en ciertas ocasiones será aquélla la más idónea para obtener la finalidad
prevista en el artículo 188 del mencionado Código, como ocurre por ejemplo si
se pretende demostrar la existencia de un contrato, imponiéndose el valor
probatorio de un documento al de una declaración testimonial).
Pese a inclinarse el legislador por el criterio de la libre valoración de la
prueba judicial, quedan rezagos del sistema de la tarifa legal. En efecto,
tratándose de los apercibimientos aplicables a la prueba anticipada, previstos en
el artículo 296 del Código Procesal Civil, tenemos que de no cumplir el
emplazado con actuar el medio probatorio objeto del proceso no contencioso de
prueba anticipada se producirá el reconocimiento ficto o presunto (inciso 1 del
art. 296 del C.P.C.), la certeza plena de la copia presentada o de las
afirmaciones sobre el contenido de un documento -en la exhibición- (inciso 2
del art. 296 del C.P.C.), y la declaración de parte ficta (inciso 3 del art. 296 del
C.P.C.).

10. LOS MEDIOS PROBATORIOS EN EL CODIGO PROCESAL CIVIL


El Código Procesal Civil contempla los siguientes medios probatorios:

- Declaración de parte.

- Declaración de testigos.

- Documentos.

- Pericia.

- Inspección judicial.

443
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

Dicho cuerpo de leyes también regula los sucedáneos de los medios


probatorios (indicios y presunciones), la prueba anticipada y las cuestiones
probatorias (tacha y oposición).

444
CAPITULO IX

MEDIOS PROBATORIOS:
DECLARACION DE PARTE

1. CONCEPTO
La declaración de parte, denominada confesión por el anterior Código de
Procedimientos Civiles, es una de las llamadas pruebas personales e históricas.
Se le asocia erróneamente con la confesión, siendo ésta la especie y aquélla el
género porque puede contener una confesión o no.
No sólo puede darse dentro del proceso la declaración de parte sino que
también se presenta fuera de él. Se manifiesta de manera espontánea o se
genera a través del interrogatorio. Además, no necesariamente será verbal, sino
que es posible encontrarla en documentos. En este sentido se pronuncia el
artículo 221 del Código Procesal Civil, referido a la declaración asimilada,
señalando lo siguiente: “Las afirmaciones contenidas en actuaciones judiciales
o escritos de las partes, se tienen como declaración de éstas, aunque el proceso
sea declarado nulo, siempre que la razón del vicio no las afecte de manera
directa”.
Sin embargo, la declaración de parte strictu sensu constituye un medio
probatorio consistente en una declaración de conocimiento efectuada por
alguno de los litigantes ante el Juez de la causa. Es la deposición que realiza el
justiciable concerniente a los hechos materia de controversia, la misma que
puede ser auténtica o no coincidente con la realidad.
A decir de Montero Aroca, Gómez Colomer, Montón Redondo y Barona Vilar:
“El interrogatorio (de las partes) es la declaración que efectúan las partes
(…) sobre hechos y circunstancias de los que se tengan noticia y que
guarden relación con el objeto del juicio (…).
Además de esa relación (…), los hechos tienen que ser relevantes. Ello,
porque utilizando esta prueba, una de las partes quiere convencer al
órgano jurisdiccional de la existencia o inexistencia de ese hecho”

445
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

(MONTERO AROCA; GOMEZ COLOMER; MONTON


REDONDO; y BARONA VILAR, 2003, Tomo II: 281).
Si se produce el reconocimiento de hechos perjudiciales para los intereses
del declarante (o de su representado) o favorables para quien solicitó dicha
prueba, estaremos ante la confesión.
La declaración de parte se caracteriza por lo siguiente:

- Es un acto jurídico que se realiza de manera consciente.


- Constituye un acto procesal.
- Viene a ser un medio probatorio directo, personal, histórico y de
representación.
- Es una declaración de ciencia o de conocimiento que se traduce en una
serie de afirmaciones o negaciones.

2. REQUISITOS
La declaración de parte precisa de los siguientes requisitos para su
existencia:
- Debe ser rendida por aquellos que tienen la calidad de parte en el
proceso donde se practica.
- Debe ser personal. Excepcionalmente se permite la declaración de
parte mediante apoderado (último párrafo del art. 214 del C.P.C.).
Naturalmente, las personas jurídicas y quienes no tienen el libre
ejercicio de sus derechos declaran a través del respectivo representante
procesal.

- Debe estar referida a hechos.


- Debe tener relación con hechos personales del declarante o de su
representado, según el caso, pudiendo versar también sobre el
conocimiento de hechos naturales (en cuya producción no ha
intervenido el ser humano) o de terceros.
- Debe tener contenido probatorio. Ello no significa que necesariamente
acredita determinado hecho sino que cumpla una función probatoria.

446
MEDIOS PROBATORIOS: DECLARACION DE PARTE

- Debe ser consciente o voluntaria. No se puede compeler al declarante


para que declare, sin perjuicio de que la conducta omisiva de aquél
(que supone también el silencio) pueda ser evaluada por el Juez al
momento de resolver.
- Debe ser expresa y cierta. Las respuestas del declarante deben ser
categóricas, sin dar lugar a duda alguna, por lo que el órgano
jurisdiccional no puede inferirlas.

- Debe contar el declarante con capacidad jurídica.

- Debe ser seria.

La declaración de parte requiere para su validez:


- La capacidad del declarante. En este requisito se incluye la existencia
del poder de representación si se actúa mediante apoderado o
representante judicial.
- La espontaneidad de la declaración. Ello implica la ausencia de
amenaza o violencia sobre la persona del declarante.
- La observancia de las formalidades procesales para su actuación.
Verbigracia, la existencia del pliego interrogatorio.
- Que la nulidad del proceso o de algún acto procesal no alcance a la
declaración en forma directa. Por ejemplo: el no emplazamiento de
uno de los litisconsortes necesarios vicia el procedimiento pero no
afecta la confesión del declarante, como sí ocurre en caso de
desarrollarse el proceso ante un Juez incompetente.
Para que la declaración de parte surta eficacia -probatoria, se entiende-
deben darse los siguientes requisitos:
- La disponibilidad del derecho de que trata la declaración. Si ella versa
sobre derechos indisponibles no surtirá ningún efecto.
- La conducencia de la declaración de parte como medio probatorio del
hecho declarado. Este requisito supone dos cosas: 1) que el
ordenamiento jurídico no niegue a la declaración de parte la aptitud
para acreditar un determinado hecho; y 2) que la ley no ordene la
actuación de otro medio de prueba para probarlo.

447
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

- La posibilidad del hecho declarado. En consecuencia, será ineficaz la


declaración de parte referida a algún hecho imposible.

- Que no sea dolosa o fraudulenta.


- Que lo declarado no sea contrario a una presunción legal absoluta o a
una situación que ha adquirido la calidad de cosa juzgada.
- Que el hecho declarado no sea opuesto a otro catalogado de notorio,
pues éste se encuentra exento de prueba.
- Que no existan otros medios probatorios que desvirtúen la declaración
de parte (especialmente si se trata de la prueba documental que,
quiérase o no, goza de preferencia en el proceso civil).
- Que se acredite la declaración con los medios pertinentes (copias
certificadas, por ejemplo), si se está ante la declaración asimilada
(actuaciones judiciales o escritos de las partes).

- Que se actúe oportunamente.

3. POSICIONES E INTERROGATORIO: GENERALIDADES


El interrogatorio implica las dudas y aun ignorancia de quien lo formula,
caracterizándose por ser incierto. Las posiciones suponen la certidumbre del
sujeto que las plantea acerca de lo que afirma, el que sólo espera la
confirmación del absolvente.
El interrogatorio tiene libertad de forma; en cambio, las posiciones deben
hacerse a través de preguntas en sentido afirmativo. De ahí la diferencia en
cuanto a sus resultados, pues, en los ordenamientos jurídicos que recogen la
declaración ficta, ésta sólo es posible tratándose de las posiciones, mas no de
las interrogantes que no tienen la forma asertiva.
El interrogatorio se dirige a la obtención de la declaración de parte,
pudiendo producirse la confesión. Precisamente, Gorphe anota que “el
interrogatorio tiene como fin principal provocar las confesiones o completar las
ya hechas...” (GORPHE, 1950: 212). Las posiciones buscan estrictamente que
se produzca la confesión.
No obstante las diferencias entre una y otra figura procesal, la tendencia
moderna se inclina por la asimilación de ambas, vale decir, su empleo indistinto
a fin de hallar la verdad de los hechos objeto de litigio.

448
MEDIOS PROBATORIOS: DECLARACION DE PARTE

La absolución de posiciones, que no es otra sino la declaración prestada en


virtud de las preguntas hechas, es, por eso, identificada con la declaración de
parte, pero, hacemos notar que ésta implica un concepto mucho más amplio al
no estar referida únicamente a las posiciones sino a todo tipo de preguntas.

3.1 Contenido del interrogatorio


El primer párrafo del artículo 214 del Código Procesal Civil preceptúa que
“la declaración de parte se refiere a hechos o información del que la presta o de
su representado”.
Ahora bien, resulta obvio que tales hechos o informaciones deben estar
relacionados en forma directa con el asunto que se ventila en el juicio, sin que
esto signifique que versen únicamente sobre las afirmaciones expuestas en la
demanda, su ampliación, modificación o contestación.

3.2 Sujetos procesales del interrogatorio


Resulta ser sujeto activo de la declaración de parte aquel que la practica,
quien debe ser parte en el proceso. Sin embargo, esto no significa que la
contraparte sea sujeto pasivo, pues se dice que no existen sujetos pasivos de
ningún medio probatorio porque, de una u otra manera, todos los litigantes son
sujetos activos de los medios de prueba al no estar éstos dirigidos a ninguno de
ellos sino al órgano jurisdiccional que actúa como su destinatario.
Es sujeto objetante de la declaración de parte el justiciable que la ofrece
como medio de prueba, cuando efectúa las contrapreguntas del caso. También
puede serlo el mismo declarante, si es que discute su eficacia probatoria.
Puntualizamos que quien declara debe tener la calidad de parte en el
proceso, pudiendo también rendir la declaración el apoderado
(excepcionalmente: último párrafo del art. 214 del C.P.C.) o el representante
del justiciable, sea éste persona natural o jurídica, siempre que cuente con
facultades expresas para hacerlo.
Además de las partes, pueden prestar declaración u ofrecerla como medio
de prueba los terceros intervinientes en el proceso, para lo cual habrá que estar
a lo dispuesto en el Capítulo VII (“Intervención de terceros, extromisión y
sucesión procesal”) del Título II (“Comparecencia al proceso”) de la Sección
Segunda (“Sujetos del proceso”) del Código Procesal Civil.

3.3 Redacción de las preguntas

449
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

La redacción de las preguntas debe tener una forma asertiva. Así lo ha


consagrado el Código Procesal Civil al disponer en el primer párrafo de su
artículo 213 que la declaración de parte “... se iniciará con una absolución de
posiciones...” Esta se llevará a cabo conforme al pliego de posiciones
correspondiente.
Por mandato del segundo párrafo del artículo 213 del Código Procesal
Civil, “concluida la absolución, las partes, a través de sus Abogados y con la
dirección del Juez, pueden hacerse nuevas preguntas y solicitar aclaraciones a
las respuestas. Durante este acto el Juez puede hacer a las partes las preguntas
que estime convenientes”.
Las preguntas del interrogatorio deben estar formuladas de manera
concreta, clara y precisa. Las preguntas oscuras, ambiguas, impertinentes o
inútiles, serán rechazadas de oficio o a solicitud de parte, por resolución
debidamente motivada e inimpugnable (primer párrafo del art. 217 del C.P.C.).
Si las preguntas no estuvieran redactadas de modo claro e inteligible, el
absolvente estaría impedido de conocer aquello sobre lo que se le interroga. Es
por ello que las preguntas oscuras o equívocas son rechazadas de plano. Es de
destacar que el reconocimiento de algún hecho producto de la declaración
efectuada no debe derivar de artimañas en la redacción de las preguntas o de
eventuales interpretaciones, sino del cabal entendimiento de las interrogantes
planteadas y de respuestas que no arrojen dudas acerca de su significación.
Una pregunta puede estar referida a varios hechos sin que ello afecte su
validez, pues sólo traerá como consecuencia la respuesta por separado del
declarante (de conformidad con el segundo párrafo del art. 217 del C.P.C.),
debiendo tenerse en cuenta la división para los efectos del límite de
interrogantes (20 preguntas por cada pretensión: último párrafo del art. 217 del
C.P.C.). La división de las respuestas no obedece estrictamente a cuestiones
físicas o materiales sino que debe considerarse para ello la unidad jurídica de
cada pregunta.
Puede haber más de una pregunta sobre el mismo hecho, pero deben estar
referidas a circunstancias o situaciones diferentes. En caso de ser coincidentes
se rechazarán las posteriores por inútiles, pudiendo también el declarante optar
por manifestar que ya la absolvió.

3.4 Formalidades del interrogatorio


El interrogatorio está sujeto a las siguientes formalidades:

450
MEDIOS PROBATORIOS: DECLARACION DE PARTE

- La parte que ofrece la prueba de declaración de parte debe acompañar


pliego de posiciones en sobre cerrado (arts. 213 -primer párrafo- del
C.P.C.).
- El pliego de posiciones debe contener no más de veinte preguntas por
cada pretensión (último párrafo del art. 217 del C.P.C.).
- La declaración de parte se practicará en la audiencia de pruebas, en
momento posterior a la actuación de los demás medios probatorios
aportados al proceso. Si ambas partes ofrecieran aquélla prueba,
primero se efectuará la declaración del demandado y luego la del
demandante (art. 208 -inc. 4- del C.P.C.).
- La declaración de parte es personal. Excepcionalmente se admite la
declaración del apoderado si el Juez considera que no se pierde su
finalidad (segundo y tercer párrafos del art. 214 del C.P.C.).
- Al sujeto procesal que va a declarar se le toma juramento o promesa
de decir la verdad. Dejamos en claro que esta formalidad no se contrae
a la declaración de parte sino que tiene lugar antes del inicio de la
audiencia de pruebas y alcanza a la integridad de su desarrollo,
surtiendo efectos en relación a los demás medios de prueba. La
mencionamos debido a la importancia que tienen el juramento o
promesa para garantizar la autenticidad de la declaración.
- Tanto la absolución de posiciones como el resto del interrogatorio
(nuevas preguntas y aclaraciones) estarán bajo la dirección del Juez
(arts. 213 -segundo párrafo- y 217 -primer párrafo- del C.P.C.).
- No se permite al interrogado el uso de ningún apunte o borrador de sus
respuestas, aunque sí la consulta de sus libros o documentos (último
párrafo del artículo 218 del C.P.C.).
- La declaración de parte debe tener lugar en el local del Juzgado o en el
lugar en que se practica la inspección judicial, si el Juez lo estima
pertinente (antepenúltimo párrafo del art. 208 del C.P.C.). Sin
embargo, puede tomarse en el domicilio de la parte por razones de
enfermedad, ancianidad u otro motivo atendible (primer párrafo del
art. 205 del C.P.C.); o también en su oficina, a petición del declarante,
si se tratara del Presidente de la República o del Congreso o de la
Corte Suprema (segundo párrafo del art. 205 del C.P.C.).

451
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

- Si la parte que debe rendir declaración domicilia en el extranjero o


fuera de la competencia territorial del Juzgado, el interrogatorio debe
efectuarse por medio de exhorto (art. 219 del C.P.C.).

3.5 Preguntas de oficio


El último párrafo del artículo 213 del Código Procesal Civil regula las
preguntas de oficio al disponer que concluida la absolución de posiciones y
durante el acto de las nuevas preguntas y aclaraciones que se formulen “... el
Juez puede hacer a las partes las preguntas que estime convenientes”.
Obsérvese que no sólo pueden ir dirigidas al declarante sino también a la
contraparte.
Las preguntas de oficio no sólo se dan en la declaración de parte prestada
durante la audiencia de pruebas sino también cuando el Juez ordena en
cualquier instancia la comparecencia personal de las partes, a fin de
interrogarlas sobre los hechos discutidos (art. 51 -inc. 3)- del C.P.C.).
3.6 Forma de las respuestas
De conformidad con el artículo 218 del Código Procesal Civil, “las
respuestas deben ser categóricas sin perjuicio de las precisiones que fueran
indispensables...”
En efecto, las respuestas tienen que ser expresas y categóricas o
terminantes. El pliego de posiciones, por su propia naturaleza, hace que las
respuestas sean en sentido afirmativo o negativo, aceptando o negando el
contenido de la pregunta; sin embargo, aquéllas pueden dejar de ser
categóricas, pero no expresas y concretas, si las nuevas preguntas que se
formulen no tienen el carácter de asertivas o si se trata de aclaraciones,
supuestos en que el declarante hará las precisiones del caso o suministrará los
datos que se le piden. Se aprecia, entonces, que las preguntas que no tienen la
forma o naturaleza de posiciones “... se deben contestar en forma explícita y
clara, sin evasivas, pero con la redacción que quiera darles el absolvente”
(DEVIS ECHANDIA, 1984, Tomo I: 362).
La parte citada para rendir su declaración no puede responder de manera
evasiva ni mucho menos negarse a declarar porque de ser así se tendrá por no
actuado el medio probatorio, sin perjuicio de que el órgano jurisdiccional,
previo requerimiento infructuoso para que cumpla con su deber de contestar,
aprecie al momento de resolver su conducta omisiva.

452
MEDIOS PROBATORIOS: DECLARACION DE PARTE

3.7 Declaración ficta o presunta


La declaración ficta o presunta es aquella que se tiene por realizada pese a
que el sujeto procesal citado para declarar no ha comparecido o se ha negado a
responder las preguntas o las ha contestado en forma evasiva, no obstante
requerírsele para que las absuelva conforme a ley. Tal declaración es
considerada una confesión implícita de los hechos contenidos en el pliego de
posiciones, los que se presumen como ciertos (siempre que sean pertinentes).
Se deja en claro que, aun en los ordenamientos jurídicos que recogen este
instituto, la eficacia probatoria de dicha presunción se halla subordinada a la
ausencia de medios probatorios idóneos que la desvirtúen.
Para Rodríguez González, “... la ficta confessio es la que en la
sentencia, de forma explícita o implícita, puede tener el Juez por hecha ante la
conducta de la parte que, llamada a absolver posiciones formuladas y
declaradas pertinentes, no comparece, rehúsa contestar, lo hace en forma
evasiva o se niega a referir el juramento” (RODRIGUEZ GONZALEZ, 1972:
43). Añade correctamente dicho autor que “... la confesión tácita no pasa de ser
una ficción legal, de apreciación potestativa por el Juez según su prudente
arbitrio y en conjunción tanto con la conducta de la parte llamada a confesar,
como con el resultado de los demás medios probatorios practicados”
(RODRIGUEZ GONZALEZ, 1972: 45).
Nuestro ordenamiento procesal no contempla la declaración ficta o
presunta salvo cuando la establece como apercibimiento en caso de no
actuación de la absolución de posiciones en prueba anticipada (art. 296 -inc. 3)-
del C.P.C.). Se limita el Código Procesal Civil a disponer en el primer párrafo
de su artículo 218 que la negativa a declarar o las respuestas evasivas que
efectúe el obligado serán apreciadas por el Juez al momento de resolver. Dicho
numeral debe ser concordado con el artículo 282 del citado cuerpo de leyes,
referido a la presunción y conducta procesal de las partes, por el cual el
magistrado “... puede extraer conclusiones en contra de los intereses de las
partes atendiendo a la conducta que éstas asumen en el proceso, particularmente
cuando se manifiesta notoriamente en la falta de cooperación para lograr la
finalidad de los medios probatorios, o con otras actitudes de obstrucción...”

3.8 Exención de respuestas


La declaración de parte no supone que quien la realice esté obligado a
contestar todas las interrogantes que se le formulen, pues pueden haber algunas
que, si bien resulten pertinentes por tener relación con el asunto controvertido,

453
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

estén sujetas, sino a prohibición legal para absolverlas, a la voluntad del


declarante, quien escogerá si las responde o no.
El artículo 220 del Código Procesal Civil regula lo concerniente a la
exención de respuestas preceptuando que:
“Nadie puede ser compelido a declarar sobre hechos que conoció bajo
secreto profesional o confesional y cuando por disposición de la ley
pueda o deba guardar secreto.
Tampoco puede el declarante ser obligado a contestar sobre hechos que
pudieran implicar culpabilidad penal contra sí mismo, su cónyuge o
concubino, parientes dentro del cuarto grado de consanguinidad o
segundo de afinidad”.

4. LA RETRACTACION EN LA DECLARACION DE PARTE


En principio, hay que precisar que la retractación de la declaración de parte
se presenta cuando se alega haber incurrido en error de hecho al no coincidir lo
declarado con la realidad. En cambio, la impugnación de la declaración de parte
implica refutar su eficacia probatoria; y la invalidación de dicho medio de
prueba supone su anulación por no reunir las condiciones que el legislador ha
previsto para tenerla por válida.
El artículo 216 del Código Procesal Civil establece al respecto lo siguiente:
“La declaración de parte es irrevocable. La rectificación del absolvente será
apreciada por el Juez”. El mencionado precepto del Código adjetivo se inclina
por la no retractación o irrevocabilidad de la declaración de parte, lo que denota
la influencia de un marcado principio de adquisición o comunidad de la prueba
que postula la pertenencia al proceso y no a las partes de todo medio probatorio
suministrado. El numeral citado precedentemente permite, en cambio, la
rectificación del absolvente, que no debe ser confundido con la revocación de
lo declarado, pues aquélla no implica negar (por error de hecho) la certeza del
hecho revelado, sino simplemente precisarlo, reduciendo sus alcances o
desconociendo una cualidad que se le adicionara. En buena cuenta resulta ser
una modificación del hecho declarado, pero no su negación íntegra. La
rectificación que se hiciere será objeto de la libre apreciación del juzgador,
quien no sólo determinará su eficacia comparándola con todos los medios de
prueba aportados al proceso que tengan que ver con la declaración practicada,
sino que también podrá extraer el magistrado conclusiones acerca de la

454
MEDIOS PROBATORIOS: DECLARACION DE PARTE

conducta procesal del declarante reflejada, en este caso, en su actitud de


rectificación.

5. VALOR PROBATORIO DE LA DECLARACION DE PARTE


La declaración de parte es una declaración de ciencia o de conocimiento
cuyo valor probatorio reposa en la seguridad o desconfianza que produzca el
testimonio del sujeto procesal que absuelve el interrogatorio. En caso de
producirse la aceptación o reconocimiento de algún hecho, valer decir, de
operarse la confesión, ésta tendrá, a no dudarlo, mayor credibilidad, pudiendo
ser suficiente para decidir en favor de la parte que ofreció tal medio de prueba,
siempre que así lo considere el Juez y la ley no exija otros medios probatorios
que sirvan para corroborar lo confesado.
En los países donde impera el sistema de la tarifa legal la declaración de
parte en la que se produce la confesión es prueba plena.
En aquellos Estados regidos por el sistema de la libre valoración (como el
nuestro) la declaración de parte, como todo otro medio de prueba, debe ser
evaluada por el órgano jurisdiccional en forma libre y razonada, aun cuando en
ella se produzca la confesión. Queda, entonces, sujeto su examen al criterio del
juzgador, quien tiene libertad para examinarla de acuerdo con las reglas de la
sana crítica y apreciar el mérito que ella tenga para crearle convicción acerca de
los hechos debatidos.
Tiene el magistrado que considerar en su apreciación la forma y contenido
de las respuestas, la validez, seriedad y conducencia de la declaración, las
reglas sobre su divisibilidad (debiendo primero estudiar las respuestas en su
conjunto y analizarlas comparativamente), las aclaraciones, contradicciones y
rectificaciones que se hicieren, la personalidad del declarante (sobre todo por la
naturaleza misma del medio de prueba en cuestión), los motivos que impulsan a
éste a no contestar alguna pregunta, la correcta interpretación de si una
respuesta es imprecisa o evasiva, así como la ausencia de otros medios
probatorios que la desvirtúen (para lo que es indispensable la confrontación
entre aquéllos y lo declarado).
Respecto al valor que puede tener la declaración de parte no practicada por
causa imputable al obligado, el Código Procesal Civil no establece como
apercibimiento la declaración ficta, limitándose a preceptuar que “... si el
interrogado se niega a declarar o responde evasivamente, el Juez lo requerirá
para que cumpla con su deber. De persistir en su conducta, el Juez apreciará al

455
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

momento de resolver la conducta del obligado” (primer párrafo del art. 218 del
C.P.C.). Sin embargo, tratándose de la absolución de posiciones que tiene lugar
como prueba anticipada, sí se establece tal apercibimiento (art. 296 -inc. 3)- del
C.P.C.). Sobre el particular, creemos que aun en este último supuesto el Juez,
en el proceso principal (contencioso), no debe dar por cierta la declaración
ficta, debiendo valorar todos los medios probatorios (incluyendo la conducta
omisiva del obligado de la que derivó el citado apercibimiento) en forma
conjunta, utilizando su apreciación razonada, como lo manda el artículo 197 del
Código Procesal Civil.

456
CAPITULO X

MEDIOS PROBATORIOS:
DECLARACION DE TESTIGOS

1. NOCION
Devis Echandía cataloga al testimonio de terceros como “... un medio de
prueba que consiste en una declaración de ciencia y representativa, que un
tercero hace a un juez, con fines procesales, sobre lo que dice saber respecto de
hechos de cualquier naturaleza” (DEVIS ECHANDIA, 1984, Tomo II: 29).
Serra Domínguez asevera que “la prueba testifical se configura (…) como
la representación efectuada oralmente ante el Juez de unos hechos de interés
para el proceso por una persona distinta de las partes que es llamada
instrumentalmente al proceso para aportar su declaración de ciencia sobre los
mismos” (SERRA DOMINGUEZ, 2009: 426).
Lino Palacio concibe a la prueba de testigos como “... aquella que es
suministrada mediante las declaraciones emitidas por personas físicas, distintas
de las partes y del órgano judicial, acerca de sus percepciones o realizaciones de
hechos pasados o de lo que han oído sobre éstos” (PALACIO, 1977, Tomo IV:
562).
A criterio de Gómez de Liaño González y Pérez-Cruz Martín, “la prueba de
testigos, también denominada prueba testifical, es la que proporcionan personas
que son ajenas al proceso, conocedoras de los hechos directa o indirectamente,
contestando ante el juez al interrogatorio formulado por las partes” (GOMEZ
DE LIAÑO GONZALEZ; y PEREZ-CRUZ MARTIN, 2000, Tomo I: 425).
Para Gimeno Sendra, “el medio de prueba denominado ‘interrogatorio de
testigos’ puede definirse como la declaración probatoria que prestan las
‘personas’ que ‘tengan noticia’ de los hechos objeto de la prueba…”
(GIMENO SENDRA, 2007, Tomo I: 439). Dicho autor precisa que “… son
testigos las ‘personas’ que reúnen una doble condición: de un lado, son
terceros ajenos al proceso y, por tanto, no son partes procesales ni materiales al
carecer de derechos o de intereses legítimos respecto de la relación jurídico-
material de la cual ha surgido el conflicto; y, de otro, esas personas han de

458
MEDIOS PROBATORIOS: DECLARACION DE TESTIGOS

haber presenciado a través de sus sentidos (generalmente a través de la vista


y/o del oído, pero también podría ser mediante el olfato, el gusto o, incluso, el
tacto) todo o parte de los hechos controvertidos” (GIMENO SENDRA, 2007,
Tomo I: 439).

2. OBJETO
Los hechos constituyen el objeto de la declaración de testigos. Así, el
testimonio puede tratar sobre los hechos que hubieran transcurrido o que estén
ocurriendo simultáneamente con la declaración, siempre que su origen hubiera
tenido lugar con anterioridad (por lo menos a la fecha en que es ofrecida dicha
prueba). Como el deponente no puede aprehender o recoger materialmente los
hechos percibidos, su declaración versará sobre la idea que tiene de ellos.
Pese a exigirse que el testimonio verse estrictamente sobre los hechos
materia del interrogatorio, vale decir, que la declaración sea objetiva, ello no
obsta que la narración del testigo comprenda datos complementarios de su
percepción que no pueden desvincularse fácilmente de los hechos. Puede
declararse entonces sobre aspectos identificatorios o cualitativos de un objeto,
el estado (físico o mental) de una persona, los pormenores del hecho, la
inferencia de lo que se observó o percibió, conceptos jurídicos (por ejemplo,
calificación de una relación contractual como hospedaje o arrendamiento) que
no implican normas positivas ni cuestiones de puro derecho.

3. LA DECLARACION TESTIMONIAL COMO OBLIGACION


PROCESAL
La declaración testimonial constituye una obligación procesal en la medida
que el testigo tiene el deber de informarle al Juez sobre los hechos que conozca
relativos a la materia litigiosa.
Representa una auténtica obligación porque su incumplimiento acarrea una
serie de sanciones como son la multa y la detención, que se decretan no sólo
para castigar al testigo por no comparecer a declarar sino también para forzarlo
a hacerlo. Además, el testigo renuente a declarar puede ser conducido al
Juzgado con auxilio de la fuerza pública.
Nace la obligación procesal de declarar como testigo, no desde que el Juez
decreta la prueba en cuestión sino a partir del momento en que el tercero es
comunicado de ello mediante la correspondiente citación judicial.

459
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

Sobre el particular, dispone el artículo 222 del Código Procesal Civil


que “toda persona capaz tiene el deber de declarar como testigo, si no tuviera
excusa o estuviera prohibida de hacerlo. Los menores de dieciocho años pueden
declarar sólo en los casos permitidos por la ley”.

4. REQUISITOS DE LA DECLARACION DE TESTIGOS


En el Código Procesal Civil los requisitos de la prueba de declaración de
testigos se encuentran establecidos en su artículo 223 que pasamos a citar:
“El que propone la declaración de testigos debe indicar el nombre,
domicilio y ocupación de los mismos en el escrito correspondiente. El
desconocimiento de la ocupación será expresado por el proponente,
quedando a criterio del Juez eximir este requisito.
Asimismo se debe especificar el hecho controvertido respecto del cual
debe declarar el propuesto”.
“La indicación del domicilio y residencia de los testigos tiene por objeto
facilitar su citación. Y la enunciación sucinta del objeto de la prueba
consiste en indicar el hecho que se desea demostrar por ese medio, lo
cual permite al juez examinar si el testigo se ciñe al asunto materia del
proceso, si se trata de una prueba legalmente prohibida, ineficaz,
impertinente o superflua, en cuyo caso debe rechazarla...”
(CARDOSO ISAZA, 1979: 218).

5. PROHIBICIONES PARA PRESTAR DECLARACION


TESTIMONIAL
Para la validez y eficacia de la prueba testimonial no debe recepcionarse
ésta si las personas se encuentran afectadas por alguna causal de prohibición. El
artículo 229 del Código Procesal Civil trata sobre este punto y establece lo
siguiente:
“Se prohíbe que declare como testigo:
1. El absolutamente incapaz, salvo lo dispuesto en el Artículo 222°;
2. El que ha sido condenado por algún delito que a criterio del Juez
afecte su idoneidad;

460
MEDIOS PROBATORIOS: DECLARACION DE TESTIGOS

3. El pariente dentro del cuarto grado de consanguinidad o tercero de


afinidad, el cónyuge o concubino, salvo en asuntos de derecho de
familia o que lo proponga la parte contraria;
4. El que tenga interés, directo o indirecto, en el resultado del proceso; y
5. El Juez y el auxiliar de justicia, en el proceso que conocen”.
La excepción a que se refiere el inciso 1) del numeral citado
precedentemente, es aquella contemplada en el artículo 222 del Código
Procesal Civil, que permite la declaración de los menores de dieciocho años de
edad en los casos permitidos por la ley (en asuntos de Derecho de Familia, por
ejemplo).
Además, la prohibición de declarar como testigo puede considerarse
extensible a aquellos sujetos inmersos dentro de alguna causal de tacha, que el
Código Procesal Civil prevé en los artículos 229 -ya citado-, 305 (referido a las
causales de impedimento) y 307 (que trata de las causales de recusación).

6. LIMITACION AL NUMERO DE TESTIGOS


La limitación al número de testigos obedece a justificadas razones de
economía y celeridad procesal. Sin embargo, ello limita la libertad de las partes
para aportar al proceso todos aquellos medios probatorios que estimen
convenientes para demostrar sus afirmaciones, y restringe, por ende, el
ofrecimiento de la prueba testimonial.
El Código Procesal Civil, en su artículo 226, establece el número máximo
de testigos que pueden ser ofrecidos por los sujetos procesales. Así, según dicho
numeral: “Los litigantes pueden ofrecer hasta tres testigos para cada uno de los
hechos controvertidos. En ningún caso el número de testigos de cada parte será
más de seis”.

7. CITACION DEL TESTIGO Y APERCIBIMIENTOS


La citación del testigo, traducida en la notificación de la cédula que
contiene como recaudo la resolución que ordena (a instancia de parte o de
oficio) su comparecencia al local del Juzgado para que en el día y hora
señalados rinda su declaración, trae como consecuencia la obligación procesal
de prestarla.

461
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

El apercibimiento consiste en la advertencia a la persona que debe declarar


como testigo de las sanciones que se le impondrán si se negase a hacerlo. El
incumplimiento de la obligación de rendir testimonio se manifiesta con la
inconcurrencia al local del Juzgado, la negativa de su parte para declarar
(silencio) y las respuestas evasivas. En tal sentido, será sancionado quien no
acata el mandato judicial pese a ser requerido para hacerlo.
El artículo 232 del Código Procesal Civil está referido a los efectos de la
incomparecencia, señalando que: “El testigo que sin justificación no comparece
a la audiencia de pruebas, será sancionado con multa no mayor de cinco
Unidades de Referencia Procesal, sin perjuicio de ser conducido al Juzgado con
auxilio de la fuerza pública, en la fecha que fije el Juez para su declaración,
sólo si lo considera necesario”.

8. DESARROLLO DEL INTERROGATORIO


El artículo 224 del Código Procesal Civil está referido a la actuación de la
prueba testimonial y preceptúa lo siguiente:
“La declaración de testigos se realizará individual y separadamente. Previa
identificación y lectura de los Artículos 371° y 409° del Código Penal,
el Juez preguntará al testigo:
1. Su nombre, edad, ocupación y domicilio;
2. Si es pariente, cónyuge o concubino de alguna de las partes, o
tiene amistad o enemistad con ellas, o interés en el resultado del
proceso; y
3. Si tiene vínculo laboral o es acreedor o deudor de alguna de las
partes.
Si el testigo es propuesto por ambas partes, se le interrogará empezando
por las preguntas del demandante”.
Antes del interrogatorio no se toma al testigo juramento o promesa de decir
la verdad. El Código no lo exige, limitándose a disponer la lectura de los
artículos 371 y 409 del Código Penal, numerales referidos a los delitos de
omisión de comparecer o prestar declaración y de falsa declaración en juicio,
respectivamente.
El testigo debe responder en forma precisa y clara, sin evasivas. No puede
usar en su declaración ningún apunte o borrador de sus respuestas.

462
MEDIOS PROBATORIOS: DECLARACION DE TESTIGOS

El testigo responderá, además, las repreguntas y contrapreguntas


planteadas por quien ofreció el medio probatorio y por la contraparte, en ese
orden. Así lo establece el artículo 227 del Código Procesal Civil el cual dispone
que: “La parte que pida la declaración del testigo puede hacerle repreguntas,
por sí o por su Abogado. La otra parte puede hacer al testigo contrapreguntas,
por sí o por su Abogado”.
Serra Domínguez, quien asimila los conceptos de repregunta y
contrapregunta, destaca que “en cuanto al contenido propiamente dicho de las
repreguntas varía según los casos, sin que puedan formularse reglas generales.
La repregunta puede consistir en pedir nuevos detalles al testigo sobre la
pregunta ya afirmada; en la desconexión entre el testigo y los hechos relatados;
en reiterar en forma más simple, o simplemente bajo otra forma, la pregunta ya
contestada, etc. Dependen esencialmente de las circunstancias personales del
testigo y de los objetivos del hecho interrogado, y pueden ir encaminadas tanto
a privar de toda eficacia probatoria a la declaración, cuanto a conseguir una
prueba de declaración contraria” (SERRA DOMINGUEZ, 1969: 387).
A su vez, el Juez puede hacer las preguntas que estime pertinentes en uso
de sus facultades inquisitivas.
El artículo 228 del Código Procesal Civil trata sobre la improcedencia de
las preguntas en estos términos: “Las preguntas del interrogatorio que sean
lesivas al honor y buena reputación del testigo, serán declaradas improcedentes
por el Juez.
La misma disposición es aplicable a las repreguntas y contrapreguntas”.

9. FORMA DE LAS PREGUNTAS


“El interrogatorio de los testigos debe ser lo suficientemente claro para que
lo entiendan fácilmente; distribuido en diversas preguntas, formuladas del modo
más conciso posible, procurando que cada una comprenda un solo hecho o
punto; redactadas en forma de inquirir sus conocimientos, sin suministrarle
todos sus detalles, que precisamente debe exponer de manera espontánea si los
conoce, es decir, sin que las preguntas sean sugestivas o sugerentes...” (DEVIS
ECHANDIA, 1984, Tomo II: 99).
El artículo 217 del Código Procesal Civil, que trata sobre la forma de las
preguntas (o del interrogatorio) en la declaración de parte, es de aplicación a la
prueba testimonial por ser las normas de aquélla supletorias de las que regulan
la declaración de testigos. En consecuencia, las preguntas en esta última

463
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

también deben estar formuladas de manera concreta, clara y precisa. Las


preguntas oscuras, ambiguas, impertinentes o inútiles, serán rechazadas, de
oficio o a solicitud de parte, por resolución debidamente motivada e
inimpugnable. Las preguntas que se refieren a varios hechos, se contestarán
separadamente.

10. VALORACION JUDICIAL DE LA DECLARACION DE TESTIGOS


Sobre el particular, Lorca Navarrete afirma que:
“Los órganos jurisdiccionales valorarán la fuerza probatoria de las
declaraciones de los testigos conforme a las reglas de la sana crítica,
tomando en consideración la razón de ciencia que hayan dado, las
circunstancias que en ellos concurran y, en su caso, las tachas
formuladas y los resultados de la prueba que sobre éstas se haya
practicado.
Por tanto, se acoge el principio de libre valoración de la prueba
mediante la adopción por parte del órgano jurisdiccional de las reglas
de la sana crítica” (LORCA NAVARRETE, 2000: 773).
Debe el Juez apreciar el mérito de la declaración de testigos aisladamente y
en concurrencia con otras declaraciones testimoniales y con otros medios de
prueba. El examen judicial “... debe hacerse no sólo relacionando al testigo con
su declaración, sino mediando un proceso comparativo y evaluatorio de ésta
con las demás pruebas que obran en autos” (CARDOSO ISAZA, 1979: 283).
Tomará en cuenta el juzgador las contradicciones entre las respuestas
contenidas en un testimonio y entre las diversas declaraciones existentes, así
como sus coincidencias.
Además, tiene el magistrado que considerar la aptitud física y mental del
testigo que tuvo en el momento de la percepción del hecho y al tiempo de
prestar su declaración, su capacidad narrativa y de memoria, su personalidad, la
fuente de sus conocimientos que induzca a pensar en la veracidad de la
deposición, la conducta que adoptó al realizarla, la sugestión o no de que pudo
ser objeto, la firmeza de su carácter o la presencia de prejuicios en su persona,
la objetividad de la declaración y su encuadramiento dentro del contenido del
interrogatorio o su subjetividad y los excesos cometidos, etc.
En suma, al valorar el Juez este medio probatorio debe observar todos sus
elementos, desde su ofrecimiento hasta su actuación, para así poder extraer

464
MEDIOS PROBATORIOS: DECLARACION DE TESTIGOS

conclusiones, y tiene además que comparar su contenido con otros medios de


prueba que puedan complementarlo, confirmarlo o desvirtuarlo.

465
CAPITULO XI

MEDIOS PROBATORIOS: DOCUMENTOS

1. DEFINICION
Devis Echandía refiere que el documento “… es toda cosa que sirve de
prueba histórica indirecta y representativa de un hecho cualquiera; puede ser
declarativorepresentativo, cuando contenga una declaración de quien lo crea
u otorga o simplemente lo suscribe, como es el caso de los escritos públicos o
privados y de los discos y cintas de grabaciones magnetofónicas; puede ser
únicamente representativo (no declarativo), cuando no contenga ninguna
declaración, como ocurre en los planos, cuadros, radiografías, dibujos y
fotografías. Pero siempre es representativo y esto lo distingue de las cosas u
objetos que sin ser documentos pueden servir de prueba indiciaria, como una
huella, un arma, una herida, etcétera” (DEVIS ECHANDIA, 1984, Tomo II:
197).
Para Crego, Fiorentini y Rodríguez, “... documento es un objeto, un medio
objetivo de representación exterior. Representa un hecho presente y lo proyecta
al futuro y ese derecho que representa, es la idea...” (CREGO; FIORENTINI; y
RODRÍGUEZ, 1989: 422). Añaden dichos juristas que “es también el
documento, un recurso accesorio que imponen las partes, para reproducir sus
declaraciones de voluntad y preconstituir a través del tiempo la prueba de que
la voluntad ha sido manifestada. Desde este punto de vista es fuente de prueba”
(CREGO; FIORENTINI; y RODRÍGUEZ, 1989: 423).
Cardoso Isaza conceptúa al documento como “cualquier cosa que siendo
susceptible de ser percibido por la vista o el oído, o por ambos, sirve por sí
misma para ilustrar o comprobar, por vía de representación, la existencia de un
hecho cualquiera o la exteriorización de un acto humano” (CARDOSO ISAZA,
1979: 300).
Palacio concibe al documento como “... todo objeto susceptible de
representar una manifestación del pensamiento, con prescindencia de la forma
en que esa representación se exterioriza” (PALACIO, 1977, Tomo IV: 417).

467
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

El artículo 233 del Código Procesal Civil define al documento como “...
todo escrito u objeto que sirve para acreditar un hecho”.

2. CARACTERISTICAS
Serra Domínguez afirma que son notas características de la prueba
documental las que describe a continuación:
“a) Constituye un medio de prueba, en cuanto sirve para trasladar al
proceso determinadas afirmaciones de interés para el mismo.
b) Es un medio de prueba real, en cuanto el vehículo de traslación de las
afirmaciones a presencia judicial, no lo constituye directamente la
persona humana, sino un objeto material producido por ésta en el que
se han fijado dichas afirmaciones.
c) Es un medio de prueba representativo, en cuanto el documento carece
en sí mismo de valor, teniéndolo exclusivamente el contenido del
documento (…).

(…)
d) (…) Es esencial a la documentación que ésta haga referencia a un
hecho presente, ya que en todo caso lo representado no es tanto el
hecho pasado como la afirmación actual coetánea a la documentación
de la existencia del hecho pasado o del propósito de realizar un acto en
el futuro. Nótese que en los documentos dispositivos siempre se hace
referencia a un hecho presente; y que en los documentos testimoniales,
mientras la documentación hace referencia al presente, el hecho
documentado puede referirse también al pasado” (SERRA
DOMINGUEZ, 2009: 209-210).

3. REQUISITOS DE LA PRUEBA DOCUMENTAL


Son requisitos para la validez de la prueba documental los siguientes:
- Que se trate de un objeto elaborado por la mano del hombre, que tenga
aptitud representativa.

- Que represente algún acto o hecho. - Que tenga significación

probatoria.

468
MEDIOS PROBATORIOS: DOCUMENTOS

- Que, en caso de ser solemne, se hayan observado las formalidades que


la ley exige bajo sanción de nulidad.
- Que las personas que lo otorgan o suscriben tengan capacidad o
facultades de representación para realizar el acto encerrado en el
documento.

- Que el acto que contiene no sea nulo.


- Que se haya ofrecido oportunamente y cumplido los requisitos legales
del caso.
Son requisitos para la eficacia de la prueba documental los que a
continuación se indican:

- Que sea conducente y pertinente para acreditar el hecho materia de


debate judicial.

- Que se haya determinado su autenticidad o que ésta sea objeto de


presunción.

- Que no existan otros medios probatorios que la desvirtúen.

- Que no se haya obtenido ilícitamente.


- Que el contenido del documento, por sí solo o en concurrencia con
otros medios de prueba, formen convicción en el juzgador.

4. OFRECIMIENTO DE LA PRUEBA DOCUMENTAL


La prueba documental -al igual que los demás medios probatorios- puede
ser ofrecida por la parte interesada en la etapa postulatoria (quedan a salvo
aquellos casos en que el ordenamiento procesal permite su incorporación
extemporánea al proceso), ya sea en los escritos de demanda, contestación,
excepciones, defensas previas, etc. También es susceptible de ser decretada de
oficio, en atención a las facultades inquisitivas del órgano jurisdiccional.
Asimismo, puede ordenarse su exhibición, a pedido de parte u oficiosamente.
El aporte de esta prueba puede tener lugar, tratándose de documentos
escritos (instrumentos), adjuntando o bien el original o sino su copia (aunque
ésta merma considerablemente el valor probatorio del documento en sí).

469
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

En relación al ofrecimiento de este medio de prueba el Código Procesal


Civil regula lo concerniente a los informes, expedientes y documentos en otro
idioma, en los artículos 239, 240 y 241, respectivamente.

5. CLASES DE DOCUMENTOS
Montero Aroca, Gómez Colomer, Montón Redondo y Barona Vilar
enseñan que:
“La doctrina establece (…) una clasificaciones de los documentos más o
menos completas.
Se habla así, en general, por un lado, de documentos notariales, judiciales
y administrativos, teniendo en cuenta el funcionario que autoriza el
documento: El notario, el juez, o un funcionario administrativo; por
otro, se habla también de documentos auténticos, indubitados,
legítimos y legalizados, de acuerdo con la relación entre determinada
cualidad del sujeto que autoriza el documento, y un acto procesal
particular; también se habla de documentos constitutivos y
testimoniales, según se contenga un determinado acto o negocio
jurídico, o se limiten a proporcionar un dato o extremo relativo a un
negocio jurídico; de documentos extranjeros y autonómicos, en
función del país de origen y lengua; y finalmente, de documentos
públicos y privados.
Esta clasificación en públicos y privados es la tradicional, (…) estando
pensada en función de los sujetos que intervienen en el documento. La
forma del documento y el sujeto que lo autoriza califican al
documento público; por el contrario, el que no reúne solemnidades
específicas ni está autorizado por funcionario competente, es el
documento privado” (MONTERO AROCA; GOMEZ COLOMER;
MONTON REDONDO; y BARONA VILAR, 2003, Tomo II: 289-
290).
Por su parte, Devis Echandía clasifica a los documentos de la siguiente
manera: “... a) Documentos simplemente representativos (planos, dibujos,
cuadros, fotografías) y declarativos (escritos, grabaciones en cinta o discos);
los últimos se subdividen en simplemente declarativos, cuando contienen
declaraciones de simple ciencia, y dispositivos, cuando contienen actos de
voluntad para producir determinados efectos jurídicos, y por otro aspecto en
documentos de contenido testimonial y de contenido confesorio, según que
esa declaración perjudique o no a quien la formula (pero en el primer caso, si

470
MEDIOS PROBATORIOS: DOCUMENTOS

esa persona no es parte en el proceso al cual se presenta el documento como


prueba contra quien no intervino en éste, adquiere el carácter de testimonial y,
por lo tanto, para que pueda tener mérito probatorio es indispensable oír en
declaración a su autor, con todas las formalidades legales...); b) de acuerdo con
su forma, los documentos declarativos se subdividen en instrumentales (si
consisten en escritos) y no instrumentales (por ejemplo, los discos, las
películas y las cintas magnetofónicas); c) de origen negocial, si son formados
para hacer constar un negocio jurídico o como consecuencia de éste, y de
origen no negocial (en los demás casos); d) simplemente probatorios (ad
probationem), que se subdividen en exigibles como única prueba y en
concurrentes con otras pruebas, y constitutivos de relaciones jurídicas o ad
substantiam actus; e) según que exista o no certeza sobre el autor del
documento y su origen, se distinguen en auténticos y no auténticos; f) según
que hayan sido otorgados o no con intervención de un funcionario público,
pueden ser públicos y privados; los privados pueden ser o no suscriptos (según
que lleven o no firmas) y los públicos pueden subdividirse en notariales,
judiciales (las copias y certificados expedidos por los jueces o sus secretarios),
policivos (los mismos expedidos por funcionarios de policía) y
administrativos (los expedidos por funcionarios de la administración u órgano
ejecutivo); g) según se presenten en su forma inicial o en una reproducción,
pueden ser originales y copias; h) según el lugar en donde se formen, puede
hablarse de documentos nacionales y extranjeros” (DEVIS ECHANDIA,
1984, Tomo II: 215-216).
El artículo 234 del Código Procesal Civil está referido a las clases de
documentos. Dicho precepto establece que:
“Son documentos los escritos públicos o privados, los impresos,
fotocopias, facsímil o fax, planos, cuadros, dibujos, fotografías,
radiografías, cintas cinematográficas, microformas tanto en la
modalidad de microfilm como en la modalidad de soportes
informáticos, y otras reproducciones de audio o video, la telemática en
general y demás objetos que recojan, contengan o representen algún
hecho, o una actividad humana o su resultado”.
No cabe duda que la clasificación más importante de los documentos es
aquella que los distingue en públicos y privados atendiendo a su fuente.

5.1 Documentos públicos

471
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

“Los documentos públicos son (...) aquellos expedidos, autorizados o


intervenidos por los fedatarios públicos legalmente habilitados, siempre que
actúen en el ámbito de sus competencias y con arreglo a los requisitos
legalmente establecidos, consecuencia de lo cual otorgan una fuerza probatoria
privilegiada (…) a determinados datos en ellos incluidos” (GIMENO
SENDRA, 2007, Tomo I: 449).
El documento público no debe ser equiparado al instrumento de igual
carácter. Este último representa una especie del primero (la más importante) y
es aquel que consta por escrito. “La característica del instrumento público es ser
una cosa dotada de una fuerza jurídica especial: merece fe pública (es un bien
jurídico sobre el cual reposa la seguridad de las comprobaciones de los
negocios, los actos y los hechos) y esta fe pública de que está dotado resulta de
la intervención en su otorgamiento de un oficial público que constituye el eje en
torno al cual gira la realidad jurídica implicada en el instrumento público: le
imprime carácter, naturaleza y fuerza” (CREGO; FIORENTINI; y
RODRÍGUEZ, 1989: 432).
El instrumento público es “... la representación objetiva de un pensamiento,
voluntad o voluntades, realizada en papeles o elementos similares, mediante
escritura manual o mecánica, redactadas por o en presencia de una persona a
quien la ley asigna el carácter de oficial público, fedatario que la autoriza y con
los requisitos y las formalidades legales, con la finalidad de acreditar, en caso
necesario, un acto jurídico del cual es elemento estructural indispensable para
su existencia o un hecho jurídico trascendente y los derechos y deberes que
emergen de ellos o se conservan, modifican o extinguen con ellos, a los cuales
el Código atribuye carácter de auténticos, les otorga plena fuerza de convicción
o valor probatorio entre las partes y terceros, sólo destruible por acción civil o
criminal de falsedad o prueba en contrario respecto de algunas de sus
menciones...” (ABELENDA, 1980, Tomo 2: 374-375).
El documento público es regulado por el artículo 235 del Código Procesal
Civil de esta manera:
“ Es documento público:
1. El otorgado por funcionario público en ejercicio de sus atribuciones;
2. La escritura pública y demás documentos otorgados ante o por
notario público, según la ley de la materia; y
3. Todo aquel al que las leyes especiales le otorguen dicha condición.

472
MEDIOS PROBATORIOS: DOCUMENTOS

La copia del documento público tiene el mismo valor que el original, si está
certificada por auxiliar jurisdiccional respectivo, notario público o
fedatario, según corresponda”.

5.2 Documentos privados


Son documentos privados todos aquellos que no tienen el carácter de
públicos, o sea, los producidos por las partes o terceros que no tengan la calidad
de funcionarios públicos o que, teniéndolas, no los expiden o autorizan en uso
de las atribuciones que les concede la ley. Precisamente, el artículo 236 del
Código Procesal Civil establece que el documento privado “es el que no tiene
las características del documento público. La legalización o certificación de un
documento privado no lo convierte en público”.
Pueden tener la forma de instrumentos (escritos) y estar firmados o no, así
como ser redactados a mano o empleando un medio mecánico. Por ejemplo,
tenemos las cartas, contratos, libros, títulos valores, testamentos ológrafos,
entradas para algún espectáculo, comprobantes de pago, etc.
“... Los instrumentos privados en sentido estricto son los documentos
escritos y firmados por las personas particulares con el fin de hacer constar en
ellos manifestaciones de voluntad, destinadas a probar hechos o derechos. La
escritura y la firma aparecen aquí como requisitos indispensables para su
existencia jurídica” (CREGO; FIORENTINI; y RODRÍGUEZ, 1989: 421).
También constituyen documentos privados aquellos objetos que no tienen
la forma escrita y que son declarativos o representativos, según el caso, como
los planos, dibujos, microfilms, mapas, fotografías, cuadros, cintas
magnetofónicas o cinematográficas, videocintas, etc. Crego, Fiorentini y
Rodríguez denominan particulares a esta clase de documentos cuando señala
que “entendemos por documento particular, toda exteriorización o
manifestación de la voluntad sobre soporte no papel, por la que se reproduce un
pensamiento o idea...” (CREGO; FIORENTINI; y RODRÍGUEZ, 1989: 428).
En los instrumentos privados no se requiere observar ninguna formalidad
en su elaboración, excepto si por ley o costumbre se ha establecido alguna. La
firma de ellos es requisito indispensable para su eficacia. No es posible que ella
sea sustituida por iniciales o signos, si el sujeto no los acostumbra como firma.
En ciertos casos se permite la huella digital en reemplazo de la firma (como
cuando uno o más de los intervinientes resulta ser analfabeto).

473
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

Es necesario que previamente se acredite la autenticidad del instrumento


privado para que sea oponible al adversario. Esta comprobación puede
realizarse mediante reconocimiento expreso o tácito de la parte frente a la cual
se quiere hacer valer o, de lo contrario, puede actuarse otro medio probatorio
con dicha finalidad.

6. DISPONIBILIDAD Y EXHIBICION DE UN DOCUMENTO


Todo documento se encuentra a disposición de las partes y del órgano
jurisdiccional, como medio de prueba, en atención al derecho abstracto de
probar que tienen aquéllas y a las facultades inquisitivas del último.
La disponibilidad de un documento supone la posibilidad jurídica de
aportarlo al proceso como medio probatorio, ya sea acompañándolo en el
escrito respectivo en original o en copia o afirmando (describiendo su
contenido) o acreditando su existencia, solicitando, por consiguiente, su
exhibición (indicando con precisión el lugar donde se encuentra) o la prueba de
informes sobre él.
“Si los documentos privados originales o en copia se hallan en poder de
otra parte o de un tercero y el interesado en aportarlo no puede obtener
directamente su copia, en la oportunidad para pedir pruebas debe solicitar que
se ordene su exhibición, la cual también procede respecto de copias auténticas
de documentos públicos cuando los originales no se encuentran o han
desaparecido y no le resulta posible aportar su copia auténtica” (CARDOSO
ISAZA, 1979: 334).
Al respecto, Montero Aroca pone de relieve que “la carga de la
presentación de los documentos, la que se impone a las partes, presupone que
éstas tienen la disponibilidad de los mismos. Ante los casos de no disposición
por una de las partes, la ley tiene que reaccionar imponiendo a quien tenga esa
disposición la carga o el deber de colaborar con el órgano jurisdiccional, para
que éste pueda cumplir con su función. Esa carga o el deber puede imponerse a
las demás partes, a los terceros y, en especial, a las entidades oficiales”
(MONTERO AROCA, 2005: 285-286). Dicho autor añade que “la carga o el
deber de presentación (…) puede levantarse o cumplirse por medio de la
exhibición que lleva a la presentación del documento, para que éste se
incorpore a las actuaciones del proceso…” (MONTERO AROCA, 2005: 286).
No existe inconveniente alguno si el documento lo tiene consigo la parte
interesada en aducirlo como prueba. Si el documento se encontrase en poder de

474
MEDIOS PROBATORIOS: DOCUMENTOS

un tercero o del adversario y pertenezca o incumba a quien desee suministrarlo


como medio probatorio, su disponibilidad también es absoluta, estando
obligados aquéllos a su exhibición, si es solicitada o decretada de oficio. De no
corresponder el documento al litigante que pretende ofrecerlo como prueba, no
será posible su exhibición, aunque esto es relativo, pues ello dependerá del
criterio del juzgador y de su utilidad para esclarecer la materia controvertida.
Destacamos que la obligación de la parte contraria de exhibir un determinado
documento obedece a que el proceso es de interés público y no privado,
excluyéndose así del derecho moderno el aforismo clásico nemo tenetur edere
contra se (“nadie puede ser obligado a suministrar pruebas contra sí mismo”).
La exhibición se materializa con la entrega del documento respectivo o de
las copias certificadas del mismo. Tratándose de documentos públicos se tiene
por cumplido el mandato de exhibición con la sola indicación del obligado de la
dependencia en que se encuentra el original.
El Código Procesal Civil regula lo concerniente a la exhibición de
documentos en sus artículos 259, 260 y 261.

7. RECONOCIMIENTO DE DOCUMENTOS
“El reconocimiento es el acto expreso o implícito, en virtud del cual el
autor jurídico del documento o sus causahabientes, le otorgan autenticidad, sea
espontáneamente o por citación judicial a solicitud de parte interesada, o por no
tacharlo de falso, en el término señalado por la ley procesal” (DEVIS
ECHANDIA, 1984, Tomo II: 243).
Similar parecer tiene Cardoso Isaza cuando señala que “un documento
privado no amparado por presunción legal de autenticidad o no declarado
auténtico en providencia judicial dictada en proceso anterior con audiencia de
la parte contra quien se opone en el nuevo proceso, se convierte en auténtico
mediante el reconocimiento que de él haga la persona contra quien se pretende
oponer” (CARDOSO ISAZA, 1979: 319).
El reconocimiento recae sólo sobre documentos privados escritos
(firmados o sin firma) o no escritos. No opera en caso de documentos públicos
porque el funcionario público da fe de ellos, por lo que se tienen por ciertos.
(Quedan a salvo los casos de falsedad o inexistencia de la matriz y de nulidad
que, pese a invalidar ella un documento público, no impide que éste valga como
privado, de estar referido el vicio a cuestiones de forma).

475
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

En relación al reconocimiento de documentos hay que tener en cuenta lo


siguiente:

- No es necesario el reconocimiento si no hay tacha (segundo párrafo


del art. 246 del C.P.C.).
- El citado a reconocer un documento escrito debe expresar si la firma
que se le muestra es suya y si el documento es el mismo que suscribió
u otorgó, o si tiene alteraciones, indicará en qué consisten éstas
(primer párrafo del art. 249 del C.P.C.).
- Si el documento carece de firma, se interrogará al otorgante sobre la
autenticidad de su contenido y, si hay alteraciones, indicará en qué
consisten éstas (segundo párrafo del art. 249 del C.P.C.).
- Por muerte o incapacidad del otorgante, serán llamados a realizar el
reconocimiento, su heredero o su representante legal, quienes
declararán sobre la autenticidad de la firma (último párrafo del art. 249
del C.P.C.).
- Si el documento está firmado por un tercero a ruego del otorgante, se
practicará el reconocimiento por ambos; debiendo el otorgante
manifestar si la persona que firmó es la misma a quien rogó con tal
objeto, y si nota alteraciones, las señalará (art. 248 del C.P.C.).
- Los documentos otorgados, extendidos o suscritos por quienes al
tiempo de hacerlo tenían representante legal, serán reconocidos por
éstos o por sus actuales representantes. La misma regla se aplica para
el reconocimiento de documentos otorgados por personas jurídicas
(art. 250 del C.P.C.).
- Las publicaciones en diarios, revistas, libros y demás impresos,
cualquiera sea el medio técnico utilizado, serán reconocidos por sus
autores o responsables (art. 251 del C.P.C.).
- Los documentos no escritos (planos, cuadros, dibujos, fotografías,
radiografías, cintas cinematográficas, microformas tanto en la
modalidad de microfilm como en la modalidad de soportes
informáticos, y otras reproducciones de audio y video, etc.) serán
reconocidos por sus autores o responsables (primer párrafo del art. 252
del C.P.C.).

476
MEDIOS PROBATORIOS: DOCUMENTOS

- La parte que ofrece el documento no escrito tiene la obligación de


poner a disposición del órgano jurisdiccional los medios necesarios
para su actuación (segundo párrafo del art. 252 del C.P.C.).
- Tratándose de los documentos no escritos el Juez dejará constancia de
los hechos que observe y de los que indiquen los intervinientes (último
párrafo del art. 252 del C.P.C.).
- En el caso del documento no escrito, por muerte del otorgante o autor
serán citados a reconocer el heredero o en su defecto la persona que, a
pedido de parte, pueda pronunciarse sobre la autenticidad del
documento (art. 253 del C.P.C.).
- El documento privado reconocido tiene para las partes y en relación a
tercero, si éste es el otorgante, el valor que el Juez le asigne (primer
párrafo del art. 246 del C.P.C.).
- Si compareciendo la parte se niega a reconocer, el documento será
apreciado por el Juez al momento de resolver, atendiendo a la
conducta del obligado (tercer párrafo del art. 246 del C.P.C.).
- Si el obligado desconoce el documento o su contenido, se puede
proceder a establecer su autenticidad a través del cotejo. Acreditada la
autenticidad del documento, el Juez apreciará la conducta del falsario
al momento de resolver, sin perjuicio de aplicarle una multa no menor
de cinco ni mayor de veinte Unidades de Referencia Procesal (art. 247
del C.P.C.).
- La ausencia o incumplimiento al reconocimiento por terceros, será
sancionada en la forma prevista para los testigos (arts. 232 y 254 del
C.P.C.).

8. EL COTEJO EN LA PRUEBA DOCUMENTAL


El cotejo es aquel procedimiento dirigido a acreditar la autenticidad de la
firma y contenido de un documento y, a efecto de darle una mayor certeza, es
practicado por peritos. “... Es la operación comprobatoria de la similitud o
diferencia existente entre dos firmas o escrituras, que se hace por lo común en
las praxis judiciales en forma de confrontación pericial, con la finalidad de
verificar la autenticidad (o la falta de ella), de una forma signada en un
instrumento” (COUTURE; citado por ABELENDA, 1980, Tomo 2: 398).

477
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

El cotejo procede cuando algún documento o su contenido es desconocido


por el obligado a practicar su reconocimiento o fuere objeto de tacha.
De conformidad con el artículo 256 del Código Procesal Civil, “si se tacha
o no se reconoce una copia o un documento privado original, puede procederse
al cotejo de la copia con el original o la del documento privado, en la forma
prevista para la actuación de la prueba pericial en lo que corresponda”.
No sólo se puede solicitar -o decretar de oficio- el cotejo para demostrar la
autenticidad de documentos privados, sino que con la misma finalidad también
se puede ofrecer el cotejo de la copia de un documento público con su original
(art. 255 del C.P.C.).
El artículo 257 del Código Procesal Civil contempla lo relativo al cotejo de
documentos escritos de este modo:
“Cuando se trate de documentos escritos, el cotejo de la firma o letra se efectúa
con los siguientes documentos atribuidos al otorgante:
1. Documentos de identidad;
2. Escrituras públicas;
3. Documentos privados reconocidos judicialmente;
4. Actuaciones judiciales;
5. Partidas de los Registros del Estado Civil;
6. Testamentos protocolizados;
7. Títulos valores no observados; y
8. Otros documentos idóneos.

El cotejo se hará prefiriendo el documento en atención al orden antes indicado.


El Juez puede disponer además que, en su presencia, la persona a quien se
atribuye un documento tachado escriba y firme lo que le dicte”.
Las normas de la prueba pericial son aplicables al cotejo de documentos,
en lo que sea pertinente, de acuerdo a lo dispuesto en el artículo 258 del Código
Procesal Civil.

9. VALOR PROBATORIO DE LOS DOCUMENTOS

478
MEDIOS PROBATORIOS: DOCUMENTOS

El valor probatorio de un documento está dado por el mérito de las razones


que en él halle el órgano jurisdiccional para formarse convicción. Naturalmente
variará el valor probatorio en atención al tipo de documento de que se trate,
pues, como es obvio, tendrán distinto valor un documento público en relación a
uno privado, un instrumento firmado y otro que no lo está, un documento
reconocido y otro tachado, etc.
El valor probatorio de un documento no debe ser confundido con su fuerza
obligatoria porque ésta, según Devis Echandía, “... es la vinculación jurídica
que se deduce del acto o contrato que contiene, la cual, a diferencia de su valor
probatorio, cualquiera que sea la clase de documento opera únicamente entre
quienes fueron partes iniciales y sus sucesores a título universal o singular (...)
y no se extiende a terceros (...) Es decir, el documento puede probar ante todos
y sin embargo no obligar sino a ciertas personas” (DEVIS ECHANDIA, 1984,
Tomo II: 262-263). Cardoso Isaza tiene una posición coincidente al señalar que
“en todo documento hay que distinguir entre su valor probatorio y su fuerza
obligatoria. El primero se refiere a su poder demostrativo como elemento de
convicción y la segunda a sus efectos vinculantes entre las partes o sus
causahabientes a título singular o universal...” (CARDOSO ISAZA, 1979: 342).
Como bien dice Döhring:
“... Para que un documento contribuya a esclarecer hechos, deberá
comprobarse, conforme a toda regla,
- si es auténtico y está intacto. Además, corresponde investigar
- qué es lo que su autor quiso expresar; por último, es menester
poner en claro
- hasta qué punto las aserciones fácticas del escrito (o documento)
corresponden a la realidad...” (DÖHRING, 1972: 276).
Núñez Ponce, respecto de los documentos informáticos y electrónicos (que
merecen una mención aparte debido a su singularidad), asegura que “... la
fuerza probatoria es la eficacia de un medio de prueba, en este caso, tratándose
del documento informático y del electrónico en general, debe garantizarse su
inalterabilidad, durabilidad y fijeza...” (NUÑEZ PONCE, 1993: 156).
9.1 Valor probatorio de los documentos públicos
Acerca del valor probatorio de los documentos públicos, Gómez de Liaño
González y Pérez-Cruz Martín anotan que “… cuando se aportan al proceso en

479
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

original, por copia o certificación fehaciente, (…) harán prueba plena del
hecho, acto o estado de cosas que documenten, de la fecha en que se produce
esa documentación y de la identidad de los fedatarios y demás personas que, en
su caso, intervengan en ella” (GOMEZ DE LIAÑO GONZALEZ; y PEREZ-
CRUZ MARTIN, 2000, Tomo I: 412).
Serra Domínguez, en cuanto al valor probatorio de los documentos
públicos, nos ilustra de esta manera:
“… La fe pública inherente al documento (público) determina que no sea
posible discutir aquellos extremos protegidos por dicha fe pública
salvo que se demuestre su falsedad material, falsedad que implica que
nunca se ha producido la aparente fe pública.
El funcionario público, al intervenir en el documento público, lo convierte
en inatacable en todos aquellos extremos por él observados
personalmente y reflejados en el documento:
a) Intervención en el documento del propio funcionario y de las
personas interesadas, lo que se traduce en la autenticidad del
documento (…).
b) Declaraciones realizadas por dichas personas en cuanto al hecho
de haberlo sido, sin entrar para nada en el problema relativo a su
veracidad, que excede de la fe pública (…).
c) Circunstancias formales, locales y temporales en que el
documento se ha producido…” (SERRA DOMINGUEZ, 2009:
240).
En lo que atañe al valor probatorio de los documentos públicos, Taruffo
enseña lo siguiente:
“… Los sistemas que incluyen una regulación del valor probatorio de los
documentos oficiales tienden, en general, a considerar que esos
documentos constituyen pruebas legales. Un documento público u
oficial -siempre que haya sido elaborado por el sujeto apropiado, de
acuerdo con los procedimientos debidos- tiene, por lo general, un
efecto vinculante para cualquiera y en particular para el tribunal. No
obstante, este valor probatorio especial y fuerte no abarca todos los
contenidos ni todos los aspectos del documento. Más concretamente,
el valor probatorio fuerte se atribuye normalmente a las declaraciones
del autor de la escritura,

480
MEDIOS PROBATORIOS: DOCUMENTOS

los hechos que declara haber percibido personalmente, el hecho de que


alguien haya realizado alguna declaración en su presencia, las firmas
de estas personas y la fecha del documento. En general, el valor
probatorio formal del documento cubre ‘lo que el documento dice’;
esto es, las declaraciones hechas por su autor. Ese valor no abarca la
verdad de ningún otro enunciado, ni de las partes ni de ninguna otra
persona, que se registre en el documento. Desde luego, sólo pueden
tener este valor probatorio vinculante las escrituras auténticas que han
sido redactadas de forma regular. Si falta alguno de los requisitos
jurídicos, el documento puede ser usado como un escrito privado
siempre y cuando tenga las características exigidas para los
documentos privados” (TARUFFO, 2008: 77-78).

9.2 Valor probatorio de los documentos privados


El documento privado del cual se ha demostrado su falta de autenticidad no
tiene valor probatorio alguno, ni en contra de los litigantes, ni respecto de
terceros, así como también carece de fuerza obligatoria entre ellos. Si fuese
parcialmente auténtico, supuesto que se da en caso de haber sido alterado,
quedará a criterio del juzgador el valor que asigne a la parte del documento que
es fidedigna.
El documento privado auténtico sí tiene valor probatorio, debiendo el
magistrado apreciar sus alcances para así formar su convencimiento de los
hechos o actos que se desprenden de él. Puntualizamos que la autenticidad de
un documento no es razón suficiente para fundar un derecho o una pretensión
porque puede ser cierto o acorde con la realidad, pero ello no lo convierte en
obligatorio.
Al valorar un documento privado hay que apreciar si es preconstituido o
elaborado en forma adrede con fines estrictamente procesales (que puede ser
auténtico pero extemporáneo o realizado de mala fe), porque el primero goza de
mayor fuerza probatoria que el segundo, pudiendo resultar éste, inclusive,
ineficaz. Para ello es importante tener certeza de la fecha en que fue redactado,
preparado o producido. El artículo 245 del Código Procesal Civil hace
referencia a la fecha cierta de un documento privado, estableciendo lo
siguiente:
“Un documento privado adquiere fecha cierta y produce eficacia jurídica
como tal en el proceso desde:
1. La muerte del otorgante;

481
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

2. La presentación del documento ante funcionario público;


3. La presentación del documento ante notario público, para que
certifique la fecha o legalice las firmas;
4. La difusión a través de un medio público de fecha determinada o
determinable; y
5. Otros casos análogos.
Excepcionalmente, el Juez puede considerar como fecha cierta la que haya
sido determinada por medios técnicos que le produzcan convicción”.
En suma, el valor probatorio emergente de un documento privado y
asumido por el Juez dependerá de su autenticidad (determinada mediante el
reconocimiento, el cotejo u otros medios probatorios que lo corroboren),
carácter preconstitutivo y de su idoneidad para esclarecer el asunto litigioso u
objeto de debate judicial.

10. INEFICACIA PROBATORIA DEL DOCUMENTO


Un documento es ineficaz:

- Cuando es falso.

- Si es nulo.

- Al obtenerse en forma ilícita.

10.1 Ineficacia por falsedad del documento


Un documento falso es aquel no auténtico, por no corresponder su
contenido o la firma en él impresa a la realidad del acto o hecho producidos
(máxime si son inexistentes) o a la persona a quien se le atribuye. La falsedad
comprende la elaboración íntegra del documento contrario a la verdad o su
adulteración.
Al ser falsa la prueba documental no es dable encontrar en ella declaración
de voluntad alguna o la representación de un acto o situación susceptibles de
generar efectos jurídicos, por lo que un medio probatorio afectado de falsedad
no tiene eficacia probatoria.
El artículo 242 del Código Procesal Civil versa sobre la ineficacia por
falsedad de documento, preceptuando que:

482
MEDIOS PROBATORIOS: DOCUMENTOS

“Si se declara fundada la tacha de un documento por haberse probado su


falsedad, no tendrá eficacia probatoria.
Si en el proceso penal se establece la falsedad de un documento, éste
carece de eficacia probatoria en cualquier proceso civil”.
Cabe señalar que la ineficacia probatoria de un documento falso no está
supeditada a que se declare fundada la respectiva tacha, pues bien puede no
haberse planteado ésta y determinar el Juez la falsedad del medio de prueba,
sobre todo cuando resulta manifiesta.

10.1.1 Falsedad o inexistencia de la matriz


Tratándose de documentos públicos, el artículo 244 del Código Procesal
Civil está referido a su ineficacia en caso de falsedad o inexistencia de la
matriz. Dicho numeral dispone así que “la copia de un documento público
declarado o comprobadamente falso o inexistente, no tiene eficacia probatoria.
La misma regla se aplica a las copias certificadas de expedientes falsos o
inexistentes”.

10.2 Ineficacia por nulidad del


documento
Un documento nulo es aquel no apto para surtir efectos jurídicos por no
reunir los requisitos exigidos por la ley bajo sanción de nulidad. Al no tener
ningún valor legal, no tendrá, por consiguiente, eficacia probatoria.
El artículo 243 del Código Procesal Civil trata de la ineficacia por nulidad
del documento y establece que “cuando en un documento resulte manifiesta la
ausencia de una formalidad esencial que la ley prescribe bajo sanción de
nulidad, aquél carece de eficacia probatoria. Esta declaración de ineficacia
podrá ser de oficio o como consecuencia de una tacha fundada”.
Es de anotar que el acto o hecho representados en el documento pueden
subsistir si éste es declarado nulo, ya que son distintos el documento y su
contenido (art. 237 del C.P.C.). Si el acto adoleciera de nulidad y ésta fuese
declarada, el documento que lo contiene sirve para dejar constancia de aquél,
pero, a él se hará extensiva la nulidad, estando privado, por lo tanto, de eficacia
probatoria.

10.3 Ineficacia por su obtención ilícita

483
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

La prueba documental, al igual que los demás medios probatorios,


carecerán de eficacia probatoria si fue obtenida por simulación, dolo,
intimidación, violencia o soborno. Así lo ordena el artículo 199 del Código
Procesal Civil.

484
CAPITULO XII

MEDIOS PROBATORIOS: PERICIA

1. NOCION
Serra Domínguez conceptúa a la prueba pericial como “… el conjunto de
conocimientos técnicos especializados proporcionados al Juez por los peritos,
poseedores de dichos conocimientos, para facilitarle la apreciación y valoración
probatoria de conocimientos de carácter técnico que exceden los conocimientos
genéricos del Juez” (SERRA DOMINGUEZ, 2009: 496).
Para Armenta Deu, “la prueba de peritos es la actividad a través de la que
una o varias personas expertas aportan sus conocimientos especializados en
materia no jurídica, de manera que puedan conocerse y apreciarse determinados
hechos y circunstancias fácticas…” (ARMENTA DEU, 2004: 197). La citada
jurista subraya que “la finalidad de esta prueba se orienta a permitir la
valoración de hechos o circunstancias o adquirir certeza sobre ellos, cuando su
naturaleza precisa para aprehenderlos de la intervención de sujetos con
conocimientos especializados” (ARMENTA DEU, 2004: 197).
Según Devis Echandía, la pericia “... es un medio de prueba procesal e
histórico, pero esto no excluye que el perito sea un valioso auxiliar del juez para
el correcto conocimiento de los hechos, como también lo es el testigo. No se
trata de una especie de testimonio técnico, como también se ha sostenido, sino
de un medio de prueba diferente” (DEVIS ECHANDIA, 1984, Tomo II: 123).
Concluye Devis Echandía que, “puesto que el perito no persigue producir
efectos jurídicos determinados con su dictamen, sino ilustrar el criterio del juez,
no es una declaración de voluntad. Tampoco es una declaración de verdad,
porque puede incurrir en error y se limita a comunicarle al juez cuál es su
opinión personal respecto de las cuestiones que se le han planteado. Es, pues,
una simple declaración de ciencia, técnica, científica o artística” (DEVIS
ECHANDIA, 1984, Tomo II: 123).
A criterio de Montero Aroca, Gómez Colomer, Montón Redondo y Barona
Vilar, “el dictamen de peritos o prueba pericial es un medio concreto de prueba
(…), en virtud de la cual una persona con conocimientos especializados

485
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

(científicos, artísticos, técnicos o prácticos), que el juez no tiene, pero ajena al


proceso, los aporta al mismo para que el órgano jurisdiccional pueda valorar
mejor los hechos o circunstancias relevantes en el asunto, o adquirir certeza
sobre ellos”
(MONTERO AROCA; GOMEZ COLOMER; MONTON REDONDO; y
BARO-
NA VILAR, 2003, Tomo II: 300). Los mencionados autores ponen de relieve
que “la prueba pericial es (…) una prueba de naturaleza personal, puesto que es
una persona, el perito, quien dictamina e informa al juez. (…) El perito y sus
conocimientos especializados que van a servir para la valoración judicial de los
hechos es la fuente de prueba, mientras que el informe que prestará en el
proceso a través del procedimiento establecido para ello es el medio de
prueba…” (MONTERO AROCA; GOMEZ COLOMER; MONTON
REDONDO; y BARONA VILAR, 2003, Tomo II: 300).
El artículo 262 del Código Procesal Civil señala al respecto que “la pericia
procede cuando la apreciación de los hechos controvertidos requiere de
conocimientos especiales de naturaleza científica, tecnológica, artística u otra
análoga”.

2. CARACTERISTICAS DE LA PRUEBA PERICIAL


La prueba pericial se caracteriza por lo siguiente:
- Es una actividad humana: Al ser desarrolladas por personas (peritos),
quienes desarrollan ciertos actos que culminan en la elaboración de un
informe o dictamen.
- Es una actividad procesal: Porque tiene lugar en el curso del proceso
principal o es actuada como prueba anticipada.
- Es un medio probatorio: Puesto que sirve para demostrar la existencia
de algún hecho, la forma en que se produjo, sus causas, consecuencias,
etc.
- Es una declaración de ciencia: Debido a que el perito se limita a dar a
conocer mediante el respectivo dictamen sus observaciones y
conclusiones, basadas en su experiencia científica, artística, técnica,
etc.
- Es una actividad realizada por expertos: Pues es en razón de los
conocimientos especiales con que cuentan los peritos que son llamados

486
MEDIOS PROBATORIOS: PERICIA

-
para emitir su juicio valorativo sobre la materia que dominan
intelectual o técnicamente.
Es llevada a cabo por orden judicial: Ya sea de oficio o a pedido de
parte, la pericia debe obedecer a un mandato del Juez, siendo inválida
aquella que se realice en forma espontánea.
- Está vinculada con los hechos: Porque éstos constituyen su objeto,
estando fuera de él las cuestiones de derecho, y el relato abstracto que
no repercute en lo más mínimo en la verificación y valoración de los
hechos materia de debate judicial.
- Está referida a hechos especiales o de difícil percepción y apreciación:
Ya que de no ser así no se exigiría el aporte de expertos a fin de ilustrar
al magistrado sobre tales hechos.
- Es una operación valorativa: En la medida que el perito emite una
opinión o juicio de valor sobre el objeto de la pericia, pronunciándose
sobre su realidad, causas, modalidades y efectos.

3. REQUISITOS DE LA PRUEBA PERICIAL


El artículo 263 del Código Procesal Civil se refiere a los requisitos que
debe reunir el ofrecimiento de la prueba pericial, estableciendo que “al ofrecer
la pericia se indicarán con claridad y precisión, los puntos sobre los cuales
versará el dictamen, la profesión u oficio de quien debe practicarlo y el hecho
controvertido que se pretende esclarecer con el resultado de la pericia. Los
peritos son designados por el Juez en el número que considere necesario”.
Para la existencia jurídica de la pericia, tienen que observarse los siguientes
requisitos:
- Debe tener lugar en el proceso principal o como prueba anticipada.
Cualquier aporte realizado fuera del proceso por personas expertas en
una determinada materia no será catalogado como prueba pericial.
- Debe ser ordenada por el Juez. Se descarta la espontaneidad del
peritaje, siendo indispensable la correspondiente providencia judicial
derivada de la solicitud de parte o de la decisión oficiosa del Juez en
ese sentido.

487
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

- Tiene que ser realizada personalmente. El perito que haya aceptado y


juramentado el cargo no puede delegar en otro sujeto la realización de
la pericia; sin embargo, ello no obsta la colaboración accesoria de
personal a su cargo.
- Debe practicarse por terceros ajenos al proceso. Los sujetos activo y
pasivo de la relación jurídica procesal, así como los terceros
intervinientes
en la litis por estar en juego sus derechos sustantivos, están excluidos de
actuar como peritos.
- Debe estar referida a hechos. No puede versar sobre cuestiones de
derecho que le competen estrictamente al Juez. Además, los hechos
sobre los que recae el dictamen deben ser de naturaleza especial, vale
decir, que precisen ser determinados (en su existencia, caracteres,
causas o efectos) por peritos.
- Debe contener la ciencia, apreciación y conclusiones del perito. Por
haber sido una persona designada como perito el dictamen que
desarrolle tiene que derivar de sus propios conocimientos y
apreciación, porque si se hiciera referencia a la ciencia de otras
personas, estaríamos ante un simple relato o informe y no una pericia,
así las opiniones de aquéllas gocen de la aceptación general.
Son requisitos para la validez de la prueba pericial los siguientes:

- Que se haya decretado la pericia siguiéndose las formalidades de ley.

- La capacidad jurídica y aptitud del perito. Este debe ser una persona
capaz, debiendo estar apto para desempeñar el cargo, no sólo jurídica
sino también mental y físicamente.
- Que el perito nombrado acepte el cargo, lo que implica además el
juramento de ley o promesa de actuar con veracidad.
- Que se presente el correspondiente informe pericial con las
formalidades que la ley prevé para éste (presentación oportuna y
fundamentación, por ejemplo).
- Que no exista prohibición legal de practicarla. Este supuesto se da en
aquellos casos en que el ordenamiento jurídico establece límites a los
medios probatorios.

488
MEDIOS PROBATORIOS: PERICIA

-
- Que los peritos realicen personalmente la pericia.
Son requisitos para la eficacia probatoria de la prueba pericial los siguientes:
- Que sea un medio conducente para acreditar el hecho que se pretende
probar con la pericia.
- Que el perito sea competente para el ejercicio del cargo, lo que se
inferirá del propio dictamen pericial.
Que la pericia se realice en forma voluntaria y exenta de intimidación,
violencia, dolo o soborno.
- Que el perito no se encuentre afectado de alguna causal de recusación
o de impedimento, lo cual haría desconfiar de su imparcialidad al
desarrollar su labor.

- Que esté correctamente fundamentado.

- Que no se haya demostrado alguna objeción formulada contra el


dictamen.
- Que las conclusiones del dictamen pericial sean claras, consistentes y
consecuencia lógica de su motivación.

- Que el dictamen haya tenido la posibilidad de ser controvertido u


observado.
- Que el perito no se haya retractado del contenido de su informe
pericial, lo que le restaría mérito probatorio.

- Que no existan pruebas idóneas que desvirtúen el dictamen pericial.

4. EL PERITO

4.1 La función o cargo de perito


“... Peritos son las personas con conocimientos especializados (científicos,
artísticos o prácticos), llamados al proceso para aportar las máximas de
experiencia que el Juez no posee o puede no poseer y para facilitar la percepción
y la apreciación de hechos concretos, objeto de debate” (GOMEZ ORBANEJA;
citado por ARAGONESES, 1958: 532).

489
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

Los peritos “... son auxiliares del juez y su dictamen un medio de prueba,
que si bien presenta a veces características que lo asemejan más que todo a la
declaración del testigo, difiere de ella no sólo por su aspecto formal, sino por
razón de su contenido, como que no sólo envuelve un mero relato de hechos
previamente percibidos, fijados y conservados, sino que involucra conclusiones
originadas en razonamientos abstractos para los cuales se requieren especiales
conocimientos técnicos, científicos o artísticos” (CARDOSO ISAZA, 1979:
358).
Montero Aroca, Gómez Colomer, Montón Redondo y Barona Vilar apuntan
sobre la materia lo siguiente:
“… Perito es un tercero, o sea, una persona ajena al proceso, que posee
unos conocimientos técnicos especializados, tenga título profesional o
no,
y que los vierte en el mismo tras haberlos aplicado al estudiar los
hechos u otros elementos objeto de prueba.

De esta definición se deducen las siguientes características:


1.°) Puede ser una persona física o jurídica. (…) Cuando el dictamen
pericial exija operaciones o conocimientos científicos especiales,
el juez podrá pedir el informe a una academia, institución cultural
o científica que se ocupe del estudio de las materias
correspondientes al objeto de la pericia, o persona jurídica que
esté legalmente habilitada para ello. Ahora bien, la pericia en
sentido estricto ha de ser realizada materialmente por una persona
física (…).
2.°) El perito no ha presenciado los hechos, o no es traído al proceso
por esta circunstancia, sino que es buscado precisamente por
poseer esos conocimientos técnicos especializados a que hacíamos
referencia. No tiene importancia la forma y método de adquisición
de los mismos, ni siquiera que posea un título oficial que le faculte
para ejercer la profesión, en cuyo caso deberá ser un entendido en
la materia, aunque la ley prefiera lógicamente a los titulados…”
(MONTERO AROCA; GOMEZ COLOMER; MONTON
REDONDO; y BARONA VILAR, 2003, Tomo II: 302-303).
El perito es un órgano de auxilio judicial, un colaborador técnico del
magistrado o un órgano de prueba, como se quiera, cuya participación es

490
MEDIOS PROBATORIOS: PERICIA

-
imparcial y -en ocasiones- necesaria. Así lo deja entrever Nelson Suárez cuando
afirma que “el perito es un auxiliar de justicia, que debe actuar con absoluta
imparcialidad, comprometiéndose solamente con su inteligencia, ciencia o
saber, y suministrando verazmente los informes técnicos que se le requieran,
con abstracción del origen de su nombramiento y sin otro interés que el de
colaborar con la justicia, la ley y la paz social” (SUAREZ, 1972: 67).

4.2 Obligaciones
Son obligaciones de los peritos las siguientes:
- Prestar juramento o promesa de actuar con veracidad, si hubiese
aceptado el cargo.
- Realizar personalmente la pericia, siguiendo el marco del encargo
judicial y en la forma señalada por el ordenamiento procesal.

- Obrar con lealtad, veracidad, imparcialidad, responsabilidad y buena


fe.
La motivación de su dictamen y la exposición en forma clara y
concreta de sus conclusiones, las mismas que deben ser el resultado de
los fundamentos incorporados en el informe pericial.

- Guardar secreto de su labor hasta tanto no presente el dictamen


pericial.

- La presentación oportuna de los dictámenes periciales.

- La explicación del mismo en la audiencia de pruebas o en una especial,


si el caso lo amerita.
- Concurrir a la inspección judicial cuando haya relación entre este
medio de prueba y la pericia, siempre que así lo ordene el Juez.
- Abstenerse de aceptar el cargo de perito o de practicar la pericia si se
encuentran afectados de alguna causal de impedimento o recusación.

4.3 Responsabilidades
El Código Procesal Civil en su artículo 270 establece que:

491
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

“Los peritos que, sin justificación, retarden la presentación de su dictamen


o no concurran a la audiencia de pruebas, serán subrogados y
sancionados con multa no menor de tres ni mayor de diez Unidades de
Referencia Procesal, sin perjuicio de la responsabilidad civil y penal a
que hubiere lugar.

En este caso, el dictamen pericial será materia de una audiencia especial”.


Los peritos no sólo incurren en responsabilidad civil y penal cuando
retardan -sin justificación- la presentación de su dictamen o no concurran a la
audiencia de pruebas, sino también cuando obran con culpa inexcusable en la
elaboración del informe pericial o actúan con dolo al emitir informes falsos (ya
sea debido a soborno, animadversión, u otro tipo de intereses).

4.4 Número de peritos


La última parte del artículo 263 del Código Procesal Civil establece que “...
los peritos son designados por el Juez en el número que considere necesario”. Se
observa, entonces, que el número de peritos queda librado al criterio del
juzgador. Nada impide que éste decida que la pericia sea practicada por un solo
perito.
El artículo 264 del Código Procesal Civil se refiere al perito de parte y
preceptúa que:
“Las partes pueden, en el mismo plazo que los peritos nombrados por el
Juez, presentar informe pericial sobre los mismos puntos de que trata
el Artículo 263°, siempre que lo hayan ofrecido en la oportunidad
debida.
Este perito podrá ser citado a la audiencia de pruebas y participará en ella
con sujeción a lo que el Juez ordene”.
De la lectura del primer párrafo del artículo 264 del Código Procesal Civil
se aprecia que, además de los peritos nombrados por el Juez, pueden los sujetos
procesales designar otros (siempre que este medio de prueba se haya ofrecido
oportunamente), que elaborarán el correspondiente dictamen, el mismo que será
presentado dentro del plazo fijado para los peritos designados por el Juez. Si
bien el Código no lo señala expresamente, del segundo párrafo del artículo 264
puede inferirse que tanto el demandante como el demandado pueden ofrecer un
perito de parte cada uno.

492
MEDIOS PROBATORIOS: PERICIA

-
5. OFRECIMIENTO DE LA PRUEBA PERICIAL
El artículo 263 del Código Procesal Civil señala que al ofrecerse la pericia
se indicará con claridad y precisión:

- Los puntos sobre los cuales versará el dictamen.

- La profesión u oficio de quien debe practicarlo.

- El hecho controvertido que se pretende esclarecer con el resultado de la


pericia.
La indicación de los puntos sobre los cuales versará el dictamen es
sumamente importante para determinar la procedencia de la prueba, pues así se
establece la congruencia entre la cuestión de hecho a conocer y el requerimiento
de una persona especializada en la materia que proporcione a cabalidad la
información que se necesita. Además, posibilita la contradicción de la prueba al
precisarse de antemano su objeto. Fija, por último, el marco de la labor pericial,
del que no podrá exceder el perito.
El señalamiento de la profesión u oficio del perito tiende a facilitar la
actuación de la prueba pericial, la misma que debe ser llevada a cabo por
personas cuyos conocimientos guarden concordancia con la entidad de la
cuestión sometida a pericia. Corresponderá en primer lugar a la parte que aporta
dicho medio probatorio calificar la profesión u oficio que debe desempeñar el
perito para poder hacerse cargo de la pericia; el Juez, atendiendo a tal
especialización, podrá corregir cualquier error en que incurriera el aportante de
la prueba. La correcta indicación de

493
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

la especialidad del perito garantiza su idoneidad y brinda seguridad acerca de la


certeza en las opiniones y conclusiones de aquél.
El apunte del hecho controvertido que se pretende esclarecer con la pericia
es importante para determinar su utilidad.

6. ACTUACION DE LA PRUEBA PERICIAL


La prueba pericial se actúa de la siguiente manera:
- Una vez ofrecida la prueba pericial por las partes o decretada de oficio,
con observancia de los requisitos a que se contrae el artículo 263 del
Código Procesal Civil, el Juez designará a los peritos en el número que
estime conveniente, sin perjuicio de la facultad con que cuentan los
sujetos procesales para ofrecer peritos de parte adicionales a los
nombrados por el magistrado (art. 264 del C.P.C.).
- Dentro de tercer día de nombrado, el perito acepta el cargo mediante
escrito hecho bajo juramento o promesa de actuar con veracidad. Si no
lo hace, se tendrá por rehusado el nombramiento y se procederá a
nombrar otro perito (art. 269 del C.P.C.).
- Aceptado el cargo por los peritos, proceden a elaborar su informe
pericial. Si los peritos están de acuerdo, emiten un solo dictamen. Si
hay desacuerdo, emiten dictámenes separados. Todo dictamen será
motivado y acompañado de los anexos que sean pertinentes, debiendo
ser presentado (s) cuando menos ocho días antes de la audiencia de
pruebas. Dicho plazo opera también para el peritaje de parte (primer
párrafo del art. 265 y primera parte del art. 264 del C.P.C.).
- El dictamen pericial será explicado en la audiencia de pruebas. Si
hubiesen otros medios de prueba, la pericia se actuará en primer lugar
(aunque, si en la audiencia de pruebas están presentes ambas partes y
por cualquier causa no pudiera actuarse la pericia, el Juez podrá
disponer la actuación de los medios probatorios disponibles, en
aplicación de la parte final del art. 208 del C.P.C.), debiendo los peritos
resumir sus conclusiones. Por excepción, cuando la complejidad del
caso lo justifique, será fundamentado en audiencia especial (art. 208
-inc. 1)- y segundo párrafo del art. 265 del C.P.C.).
- Los dictámenes periciales pueden ser observados en la audiencia de
pruebas. Las observaciones y las correspondientes opiniones de los

494
MEDIOS PROBATORIOS: PERICIA

peritos se harán constar en el acta (art. 208 -inc. 1)- y primer párrafo
del art. 266 del C.P.C.).
- El Juez puede disponer la confrontación entre peritos, y entre éstos, los
testigos y las partes, para lograr la finalidad de los medios probatorios
(art. 209 del C.P.C.).
- Las partes podrán fundamentar o ampliar los motivos de sus
observaciones, mediante escrito que debe presentarse en un plazo de
tres días de realizada la audiencia. Excepcionalmente el Juez puede
conceder un plazo complementario (último párrafo del art. 266 del
C.P.C.).
- Los peritos concurrirán a la inspección judicial cuando haya relación
entre uno u otro medio probatorio, según lo disponga el Juez, de oficio
o a petición de parte (art. 267 del C.P.C.).

7. VALORACION JUDICIAL DE LA PERICIA


Si bien la pericia obedece a la carencia o deficiencia del juzgador de
conocimientos especiales indispensables para la percepción o apreciación de un
determinado hecho, dicho medio probatorio no es vinculante, vale decir, no
obliga a aquél a ceñirse a las opiniones y juicios valorativos del perito. Queda
entonces la valoración de la prueba pericial sujeta al criterio del magistrado,
quien deberá estimarla libremente utilizando su apreciación razonada, en virtud
del sistema de la libre valoración de la prueba acogido por nuestro ordenamiento
procesal (art. 197 del C.P.C.) y la legislación comparada. En efecto, “el sentido
dominante en los sistemas procesales, es acordar a la pericia desde el punto de
vista de su apreciación, la calidad de prueba racional, a evaluar en cada caso
concreto, de acuerdo con los ‘sanos’ principios de la inteligencia o razón”
(GELSI BIDART, 1975: 16).
Por ser la función pericial una estrictamente de colaboración e ilustración,
la pericia es valorada por el Juez en forma libre y razonada, basándose éste en
su ciencia personal, en las máximas de la experiencia y en el análisis lógico-
jurídico y científico de los métodos empleados por los peritos, en la motivación
y las conclusiones del dictamen, considerando especialmente en relación a las
últimas si constituyen el resultado racional y directo de los fundamentos del
informe pericial. La labor del perito se limita a suministrar al magistrado el
conocimiento de algún hecho (en su sentido más amplio) o complementarlo,
compitiéndole al segundo decidir si toma en cuenta o no las conclusiones del

495
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

dictamen. Puntualizamos que esto no significa que pueda el Juez rechazarlas


arbitrariamente, pues para ello debe oponer razones serias y fundadas, pudiendo
derivarse éstas no sólo del dictamen en sí, sino también de la apreciación de
otros medios probatorios idóneos que lo desvirtúen.
En suma, el Juez no se encuentra sujeto a la concepción del perito, siendo
su obligación someter el dictamen a un exhaustivo análisis de su parte,
compartiéndolo siempre y cuando lo convenza plenamente. Puede decirse que el
deber, más que facultad, del magistrado de formarse un juicio propio, inclusive
en cuestiones que requieran de conocimientos especiales, tiene su fundamento
en el hecho de que aquél dispone de medios probatorios adicionales a la pericia
que le ayudan a lograr su cometido.

496
CAPITULO XIII

MEDIOS PROBATORIOS:
INSPECCION JUDICIAL

1. CONCEPTO
La inspección judicial, llamada también reconocimiento o percepción
judicial, es aquel medio probatorio por el cual el Juez en forma directa y
mediante sus sentidos (vista, oído, olfato, tacto y gusto) puede apreciar los
hechos materia de debate procesal. Sirve, pues, este medio de prueba para
verificar hechos materiales (pueden ser bienes muebles, inmuebles, ruidos,
vibraciones, zonas húmedas, calurosas, etc.) y aun personas.
Para Montero Aroca, Gómez Colomer, Montón Redondo y Barona Vilar,
“el reconocimiento judicial es la percepción por parte del juez, de una forma
directa, de los hechos que son objeto de prueba” (MONTERO AROCA;
GOMEZ COLOMER; MONTON REDONDO; y BARONA VILAR, 2003,
Tomo II: 315).
A decir de Lino Palacio, “denomínase reconocimiento o examen judicial a
la percepción sensorial directa efectuada por el juez o tribunal sobre cosas,
lugares o personas, con el objeto de verificar sus cualidades, condiciones o
características” (PALACIO, 1977, Tomo IV: 473-474).
James Goldschmidt define al reconocimiento judicial como “... toda
asunción de prueba, consistente en una percepción sensorial, realizada por el
Juez. A diferencia de los demás medios de prueba, en que el conocimiento por
el Juez se realiza a través del conocimiento de otras personas (testigos, peritos,
documentos, que configuran los hechos según el sentir de los redactores), la
percepción del conocimiento en el caso de esta prueba es directo”
(GOLDSCHMIDT; citado por ARAGONESES, 1958: 534).
La inspección judicial representa una diligencia procesal llevada a cabo por
el magistrado que conoce de la causa, con la finalidad de adquirir argumentos
de prueba y así poder formarse convicción, a través de la apreciación directa de
hechos (en su sentido más amplio) que todavía subsisten o de sus vestigios,
desarrollando en el primer caso una labor de verificación y, en el último, una
tarea de reconstrucción. Reiteramos que el medio de prueba en estudio puede

498
recaer además sobre personas (como cuando se quiere determinar su capacidad
mental o su estado físico, por ejemplo).
La inspección judicial se dirige, entonces, a aplicar la percepción directa
del juzgador, como medio probatorio, sobre objetos, lugares o personas. De esta
manera aquél observa, aprehende o percibe en cualquier forma y por sí mismo
la existencia de todo aquello que es perceptible o de sus características o estado.
El Código Procesal Civil establece, en su artículo 272, referido a este
medio de prueba, que “la inspección judicial procede cuando el Juez debe
apreciar personalmente los hechos relacionados con los puntos controvertidos”.

2. CARACTERISTICAS
La inspección o reconocimiento judicial se caracteriza por lo siguiente:

- Es un medio de prueba.

- Es una actividad exclusiva del Juez.


- Es una prueba directa (en razón del contacto inmediato del magistrado
con el hecho que se quiere acreditar).

- Es una prueba personal (al desarrollarse a través de un acto humano:


del Juez).
- Es una prueba crítica o lógica (porque carece de función representativa
-como la prueba histórica-, asumiendo el Juez lo percibido,
comparándolo con lo que se quiso acreditar y realizando una
operación mental de identificación, lo que implica un razonamiento de
su parte).
- Es una prueba formal (pues cumple una función probatoria, no siendo
una condición ad substantiam actus).
- Es una prueba simple (por ser apta para formarle al Juez por sí sola
convicción sobre el hecho por demostrar).

3. REQUISITOS DE LA INSPECCION JUDICIAL


Son requisitos para la existencia jurídica de la inspección judicial los
siguientes:
MEDIOS PROBATORIOS: INSPECCION JUDICIAL

499
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

- Debe ser practicada por el Juez que conoce de la causa (queda a salvo
el caso en que el objeto de inspección se encuentra fuera de la
competencia territorial de aquél, debiendo ser el Juez exhortado quien
la realice).

- Debe ser realizada en el curso del proceso principal o como prueba


anticipada.

- Debe estar referida a hechos materiales o perceptibles.

Para la validez de la inspección judicial se requiere:


- Que no exista prohibición legal de practicarla (ya sea por establecer el
ordenamiento jurídico una limitación de medios probatorios -que
excluya la inspección judicial- o por exigir un determinado medio de
prueba -que no sea el que estudiamos- para acreditar algún hecho).
- Que se expida resolución conteniendo el mandato judicial relativo a la
realización de la diligencia.

- Que sea notificada la resolución a que se hace referencia en el acápite


precedente.
- Que el Juez que dirige el proceso principal, quien debe practicar la
inspección, tenga competencia para conocer la litis.
- Que no existan causales de nulidad procesal que afecten la inspección
judicial directa o indirectamente (este último supuesto se configuraría
si el proceso se encontrase viciado, lo que puede repercutir en la
validez de dicho medio probatorio).
Son requisitos para la eficacia probatoria de la inspección judicial los que a
continuación se indican:

- La conducencia del medio respecto del hecho objeto de inspección.


- Que el hecho que se pretende demostrar con la inspección no sea
jurídicamente imposible (como cuando representa el presupuesto de
una presunción jure et de jure o tuviese la calidad de cosa juzgada).
- Que la valoración de la prueba de inspección judicial se desprenda
estrictamente de lo consignado en el acta respectiva (si bien ésta debe
contener la transcripción de lo efectivamente apreciado por el Juez, no
resulta improbable la idea de error en su redacción, debiéndose
mantenerse al margen de la valoración aquellos hechos o

500
circunstancias no comprendidos en dicha acta, no obstante que el
magistrado pudo realmente verificarlos en la diligencia de inspección).
- Que no existan otros medios probatorios idóneos que desvirtúen la
inspección judicial.
- Que no se produzca la rectificación o retractación del Juez respecto del
contenido del acta, cuando advirtiera, en momento posterior a su
suscripción, errores, defectos u omisiones en ella.

- Que no se haya declarado judicialmente la falsedad del acta.


- Que haya tenido lugar la debida contradicción de la prueba (sobre todo
tratándose de aquella actuada en diligencia -proceso no contencioso-
anticipada).
- Que el hecho que se pretende acreditar con la inspección no haya sido
prefabricado o simulado.

4. OFRECIMIENTO DE LA PRUEBA DE INSPECCION JUDICIAL


La prueba de inspección judicial es ofrecida por las partes intervinientes en
el proceso durante la etapa postulatoria (en los escritos de demanda,
contestación o pronunciándose sobre hechos nuevos). Además, “... si la
inspección judicial no se solicita por las partes o interesados, y su utilidad es
manifiesta para el esclarecimiento y averiguación de la verdad, deberá el
juzgador ordenar su decreto y práctica...” (GARCIA SIERRA, 1974: 322).
También puede ser solicitada en prueba anticipada, si hubiera riesgo de que el
transcurso del tiempo u otra circunstancia alteren el estado o situación de
personas, lugares o cosas.
El sujeto procesal que solicita la realización de la inspección o el Juez que
la ordena deben indicar el objeto sobre el que recaerá y aquello que se pretende
demostrar con ella, vale decir, su finalidad. Por ejemplo, debe identificarse el
inmueble respecto del cual se peticiona la realización del reconocimiento
judicial y señalarse que con esta prueba se quiere acreditar su estado de
conservación.
Es más, si el objeto de inspección judicial es de naturaleza compleja o su
verificación puede también serlo, requiriéndose, en consecuencia, de
conocimientos especializados sobre el particular, puede el litigante interesado
solicitar la concurrencia de la prueba pericial a efecto de una mejor apreciación

501
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

del juzgador. Lo mismo podrá ser ordenado por el Juez si la inspección hubiera
sido decretada de oficio.
MEDIOS PROBATORIOS: INSPECCION JUDICIAL

5. ACTUACION DE LA INSPECCION JUDICIAL


La inspección judicial tendrá lugar en el local del Juzgado, si fuera el caso
(como cuando se trata de examinar a una de las partes), o en el sitio en que se
encuentre el objeto de verificación. En este último supuesto, si se encontrara
fuera de la competencia territorial del magistrado, se practicará por comisión,
debiéndose librar el exhorto respectivo.
Se llevará a cabo la diligencia en el día y hora señalados en la resolución
que la ordena. El Juez se trasladará al lugar de inspección en compañía del
auxiliar jurisdiccional, las partes, los peritos y testigos (si se hubiese decretado
la presencia de estos últimos, de acuerdo a lo dispuesto en el art. 273 del
C.P.C.). Una vez allí, procederá a identificar los hechos (en su acepción más
amplia) materia de reconocimiento, y verificar primero su existencia, y después,
sus detalles, características, estado, etc., consignándose todo ello en el acta.
Debe dejarse en claro que, “... aunque la parte previamente delimite el objeto en
un determinado sentido o, posteriormente, con sus observaciones, desee
circunscribir la materia examinada de manera que el Juez quede constreñido a
contemplar una porción de la realidad, (...) no se puede poner límites a la
intervención del juzgador y (...) una vez que es admitido o acordado este medio
es para examinar en toda su amplitud el objeto físico que se reconoce, para
obtener de esta manera una conciencia cabal y completa de los hechos, ilustrado
por la visión íntegra de aquello que se examina...”
(ONECHA SANTAMARIA, 1972: 84-85).
Todo aquello que verifique el Juez, así como las apreciaciones de las partes
y sus abogados, peritos y testigos, si fuese el caso, debe ser transcrito al acta
respectiva en el momento, para lo cual el Juez procederá a dictárselo a su
auxiliar jurisdiccional. Al respecto, Lorca Navarrete hace estas anotaciones
acerca del acta de reconocimiento (inspección) judicial:
“… El acta no es sucinta. Es detallada con un doble contenido. Uno sería
el subjetivo: son las percepciones y apreciaciones del órgano
jurisdiccional, así como las observaciones de las partes y las personas
entendidas.

502
Pero el acta posee otro contenido, sería el objetivo: son las actuaciones
de prueba que se practiquen con el reconocimiento judicial” (LORCA
NAVARRETE, 2000: 745-746).
El artículo 274 del Código Procesal Civil, referido al contenido del acta,
preceptúa que “en el acta el Juez describirá el lugar en que se practica la
inspección judicial, los hechos, objetos o circunstancias que observe
directamente, según sea el caso, y un resumen pertinente de las observaciones
de los peritos, los testigos, las partes y sus Abogados”.

6. VALOR PROBATORIO DE LA INSPECCION O


RECONOCIMIENTO JUDICIAL
El reconocimiento judicial, “... si bien es importante dado el fundamento
lógico y psicológico sobre el que se asienta, se halla sujeto a las reglas de la
sana crítica y debe ser apreciado de acuerdo con éstas por el juez” (VARELA,
1990: 205).
El valor probatorio de la inspección judicial, producto de la apreciación
libre y razonada del Juez, es, en relación a otros medios de prueba, considerable
o elevado, puesto que es el propio magistrado quien adquiere el conocimiento
de los hechos por sí mismo y no a través de las partes o de terceros. Ello,
naturalmente, le produce convicción cuando efectivamente verifica la realidad
que sirve a la solución del asunto controvertido.
La inspección judicial es la prueba por excelencia, siempre que se haya
realizado en forma adecuada la percepción y razonamiento del objeto sometido
a aquélla. La certidumbre derivada de ella, en razón del contacto personal y
directo del Juez, funda su alto valor probatorio, que, no obstante, es susceptible
de ser enervado si se opone a la inspección judicial otros medios probatorios
idóneos (como la prueba documental y la pericial) que acrediten el error e,
inclusive, el dolo judicial tanto en la percepción como en la redacción del acta.
Es de resaltar que el Juez al valorar la inspección judicial no sólo debe
tener en cuenta lo que hubiese percibido sino también las opiniones de los
peritos, las observaciones de las partes y de sus abogados, y las declaraciones
de los testigos, si las hubiere, formuladas durante el reconocimiento judicial.
Además, deberá examinar conjuntamente todos los medios probatorios
actuados, compararlos, ver si complementan la inspección o la desvirtúan, para
de ahí graduar su eficacia.

503
CAPITULO XIV

SUCEDANEOS DE LOS MEDIOS


PROBATORIOS

1. CONCEPTO Y CLASES DE SUCEDANEOS


Sentís Melendo define a los sucedáneos de los medios probatorios como
“... aquellas manifestaciones procesales que, a falta de pruebas o mediatizando
éstas, nos dan la posibilidad de establecer o poner, como base de la sentencia,
unos elementos fácticos que no son el resultado de una prueba sino, más
exactamente, de la ausencia de ésta o de una especial manifestación de ésta...”
(SENTIS MELENDO, 1979: 115).
“Los sucedáneos son auxilios establecidos por la ley o asumidos por el
Juez para lograr la finalidad de los medios probatorios, corroborando,
complementando o sustituyendo el valor o alcance de éstos”. Así lo establece el
artículo 275 del Código Procesal Civil, que es concordante con el último
párrafo del numeral 191 de dicho Código, el cual señala que “los sucedáneos de
los medios probatorios complementan la obtención de la finalidad de éstos”.
Devis Echandía sostiene que “el concepto de sucedáneo de prueba es útil
para aplicarlo a los casos en que el juez puede recurrir a otro expediente para
suplir la falta de prueba de un hecho que interese al proceso, con el fin de
resolver en el fondo la cuestión debatida...” (DEVIS ECHANDIA, 1984, Tomo
I: 280).
Los sucedáneos de los medios de prueba se clasifican en:

- Indicios; y

- Presunciones.
2. LOS INDICIOS
2.1 Definición
El vocablo latino indicium deriva de indicere, cuyo significado es indicar,
hacer conocer algo.

504
SUCEDANEOS DE LOS MEDIOS PROBATORIOS

“Se entiende por indicio cualquier hecho conocido (o una circunstancia de


hecho conocida), del cual se infiere, por sí solo o conjuntamente con otros, la
existencia o inexistencia de otro hecho desconocido, mediante una operación
lógica basada en normas generales de la experiencia o en principios científicos
o técnicos especiales” (DEVIS ECHANDIA, 1984, Tomo II: 301).
A través del indicio no se representa ningún hecho, sino que en virtud del
nexo entre el hecho indicador y el hecho indicado se puede conocer el último.
“... Un hecho no es indicio en sí, sino que se convierte en tal cuando una
regla de experiencia lo pone con el hecho a probar en una relación lógica, que
permita deducir la existencia o no existencia de éste” (CARNELUTTI, s/a: 191-
192).
El indicio es definido por el artículo 276 del Código Procesal Civil que
preceptúa lo siguiente: “El acto, circunstancia o signo suficientemente
acreditados a través de los medios probatorios, adquieren significación en su
conjunto cuando conducen al Juez a la certeza en torno a un hecho desconocido
relacionado con la controversia”.

2.2 Requisitos de los indicios


Son requisitos para la existencia jurídica del indicio los siguientes:
- La acreditación del hecho indicador por los medios de prueba
aportados al proceso por las partes o decretados por el Juez.
- La operación mental vinculativa realizada por el Juez y que le permite
inferir del hecho indicador la existencia del hecho indicado.
- La relación del hecho indicado con los que son materia del proceso (lo
que implica su significación probatoria).
Son requisitos para la validez de los indicios los que a continuación se
indican:
- Que los medios probatorios de los que deriva el hecho indicador hayan
sido presentados, ordenados y actuados con observancia de los
requisitos legales.
- Que no estén prohibidos por el ordenamiento jurídico o no se hubieran
obtenido ilícitamente los medios de prueba de los que emerge el
indicio.

505
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

- Que la eventual nulidad del proceso no afecte los medios probatorios


que acreditan la existencia del hecho indicador.

- Que no haya prohibición legal de investigar el hecho indicador o el


indicado.
Son requisitos para la eficacia probatoria de los indicios los siguientes:

- La conducencia de los indicios respecto del hecho que interesa al


proceso.

- Que aparezca como lógico y cierto el nexo entre el hecho indicador y


el hecho indicado.

- Que el hecho indicado tenga relación con la controversia.

- Que se haya acreditado la autenticidad del hecho indiciario.


- Que adquieran los indicios significación en su conjunto, conduciendo
a la certeza del hecho indicado.

- Que no existan otros indicios o medios probatorios que los desvirtúen.

- La univocidad de los indicios, vale decir, que no sean equívocos, lo


que ocurre cuando de ellos se pueden extraer diversas conclusiones.
- Que no se opongan a una presunción jure et de jure o un hecho con
calidad de cosa juzgada.

2.3 Valor probatorio de los indicios


El mérito probatorio de los indicios dependerá de la acreditación del hecho
indicador; de la determinación del nexo causal entre aquél y el hecho indicado,
la misma que debe ser el resultado lógico y probable del primero; del análisis
comparativo de la suma de indicios y la confrontación de éstos con los medios
probatorios aportados al proceso; entre otros aspectos. Varela, al tratar de la
conexión entre el hecho indicador y el hecho indicado, sostiene que “de hallarse
probado el hecho indiciario, es indispensable examinar el nexo causal que
pueda unirlo inductivamente al hecho que se investiga, para saber si tiene
realmente valor probatorio con respecto a éste y si se trata de un indicio
necesario o contingente” (VARELA, 1990: 123). Alcalá-Zamora y Castillo,
refiriéndose a la oposición entre indicios, señala que “... los indicios, que no
son medios de prueba distintos de los habituales, sino los mismos aunque con

506
SUCEDANEOS DE LOS MEDIOS PROBATORIOS

menor fuerza probatoria, pueden originar sumas y restas, presididas por el


principio de incompatibilidad entre los de signo contrario” (ALCALA-
ZAMORA Y CASTILLO, 1964: 265).
El valor probatorio de los indicios está en función de la observancia de los
requisitos exigibles para su existencia jurídica, validez y eficacia probatoria
(que viéramos anteriormente). Así, de reunirse tales requisitos, los indicios
tendrán un gran valor probatorio, hasta el punto de corroborar o desvirtuar el
mérito o alcance de los medios de prueba, formándole convicción al juzgador
acerca de los hechos materia del proceso.
“Todo indicio tiene alguna significación probatoria, debido a la conexión
lógica que lo relaciona con el hecho desconocido que se investiga (...), pero,
salvo cuando se trate del caso excepcional de un indicio necesario (...), ese
contenido probatorio varía respecto de cada uno y del conjunto formado por
varios, desde el mínimo hasta el máximo grado, en escala imposible de
predeterminar. De acuerdo con esto, el hecho indicado puede aparecer, en
virtud de los indicios válidamente probado, como apenas remotamente posible,
o como menos probable que improbable, o como tan probable como
improbable, o como más probable que improbable, o como muy probable, o
como seguro y cierto; en cada una de estas hipótesis, el hecho investigado
puede aparecer más o menos verosímil, excepto en la última que supone la
certeza sobre su existencia o inexistencia. Sólo en el último caso habrá prueba
del hecho con sólo esos indicios. Los resultados dependen fundamentalmente
de la preparación del juez y del método adecuado o inadecuado que siga para
precisar su valor probatorio (...) El principio de que mientras el juez no tenga
certeza sobre un hecho, no puede considerarlo probado, rige siempre,
cualesquiera que sean los medios probatorios para verificarlo, en toda clase de
procesos...” (DEVIS ECHANDIA, 1984, Tomo II: 316).

3. LAS PRESUNCIONES
3.1 Noción
“La presunción es un juicio lógico del legislador o del juez (según sea
presunción legal o judicial), en virtud del cual se considera como cierto o
probable un hecho (lo segundo cuando es presunción judicial o de hombre) con
fundamento en las máximas generales de experiencia, que le indican cuál es el
modo normal como se suceden las cosas y los hechos” (DEVIS ECHANDIA,
1984, Tomo II: 338).

507
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

Serra Domínguez estima que la presunción “… es aquella actividad


intelectual probatoria del juzgador, realizada en la fase de fijación, por la cual
afirma un hecho distinto del afirmado por las partes a causa del nexo causal o
lógico existente entre ambas afirmaciones” (SERRA DOMINGUEZ, 2009:
581).
En opinión de Silva Melero, “las presunciones son conjeturas en virtud de
las cuales, para un caso concreto, se admite la existencia de un hecho no
directamente probado, mediante deducción de la experiencia común...” (SILVA
MELERO, 1963, Tomo I: 113).
Según Montero Aroca, Gómez Colomer, Montón Redondo y Barona Vilar:
“La presunción (…) consiste en un razonamiento en virtud del cual,
partiendo de un hecho que está probado o admitido por las dos partes,
se llega a la consecuencia de la existencia de otro hecho, que es el
supuesto fáctico de una norma, atendido el nexo lógico existente entre
los dos hechos.
No estamos, pues, ante un verdadero medio de prueba. Las leyes no
prevén, porque sería absurdo que lo hicieran, un procedimiento
probatorio para su práctica. Las presunciones tampoco son, en sentido
estricto, una actividad probatoria, sino, por mejor decir, un método de
prueba. No se discute la gran importancia probatoria de las
presunciones en la práctica judicial, pero ello no puede llevar a
calificarlas de medio de prueba, ni a creer que precisan de una
actividad probatoria. Son un método para
probar” (MONTERO AROCA; GOMEZ COLOMER; MONTON
REDONDO; y BARONA VILAR, 2003, Tomo II: 332).
A decir de Lorca Navarrete:
“Las presunciones implican por parte del Magistrado-Juez de la instancia
procesal llevar a cabo una valoración crítica, una argumentación
elaborada en base al hecho ya conocido.
En modo alguno la presunción es una técnica de conocimiento ‘al primer
contacto’ con el hecho.
La presunción es un mecanismo mental interno, con la finalidad de inferir
del hecho ya conocido, el hecho desconocido, con un iter de la

508
SUCEDANEOS DE LOS MEDIOS PROBATORIOS

hilación fundado en la experiencia o a menudo en el id quod


plerumque accedit.
La presunción no es exactamente un medio de prueba, sino que opera
con los resultados de los medios de prueba en particular, una vez
incorporados a la instancia procesal.

(…)
Se trata de una actividad lógica que realiza el órgano jurisdiccional que,
normalmente, se basa en máximas de experiencia que pueden ser
utilizadas por las partes para sustentar su convicción sobre un
determinado hecho que no se puede probar directamente” (LORCA
NAVARRETE, 2000: 778-779).
El Código Procesal Civil, en el primer párrafo de su artículo 277, define a
la presunción como se señala seguidamente: “Es el razonamiento lógico-crítico
que a partir de uno o más hechos indicadores lleva al Juez a la certeza del hecho
investigado”.

3.2 Clases de presunciones


El segundo párrafo del artículo 277 del Código Procesal Civil se refiere a
las clases de presunciones al preceptuar que “la presunción es legal o judicial”.
La primera de ellas se subdivide en presunción legal absoluta (art. 278 del
C.P.C.) y presunción legal relativa (art. 279 del C.P.C.).

3.2.1 Presunción legal


“Las presunciones legales son reglas jurídicas sustanciales para la
aplicación del hecho objetivo a ciertos casos concretos, cuyos efectos
sustanciales se producen fuera del proceso y son reconocidos en éste, en el cual
influyen, además, sobre la carga de la prueba” (DEVIS ECHANDIA, 1984,
Tomo II: 342).
Cardoso Isaza destaca que las presunciones legales “... no son medios de
prueba sino reglas de valoración de hechos indiciarios, porque imponen al juez
la obligación de tener por probado un hecho principal...” (CARDOSO ISAZA,
1979: 403).
Según Gómez de Liaño González y Pérez-Cruz Martín, “… las
denominadas presunciones legales, (…) no son más que consecuencias jurídicas
determinadas por la ley para facilitar la prueba, o por razones de oportunidad,

509
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

siendo en ocasiones un supuesto de inversión de la carga de la prueba…”


(GOMEZ DE LIAÑO GONZALEZ; y PEREZ-CRUZ MARTIN, 2000, Tomo
I: 422-423).
En la presunción legal se considera cierto el hecho que sirve de
presupuesto fáctico de la norma, ya sea en forma concluyente (si se trata de la
presunción legal absoluta) o provisional (en el caso de la presunción legal
relativa). En el último supuesto se reputará como verdadero el hecho hasta tanto
no se pruebe en contrario.
La presunción legal implica que el hecho presumido por la ley sea
reconocido por el magistrado como verdadero sin necesidad de prueba alguna
(mientras no se pruebe lo contrario en la presunción legal relativa), sin
embargo, el hecho del cual se presume aquél y que opera como premisa sí
requiere ser acreditado a fin de que el juzgador lo estime como auténtico o
fidedigno y pueda aplicar tal presunción.
La presunción legal tiene efectos extraprocesales desde el momento en que
nace el hecho o situación que representa su contenido, pero, a partir que el
hecho presumido se incorpora al proceso como objeto de debate la presunción
legal trae como consecuencia la restricción de la prueba del presupuesto fáctico
de la norma que la contiene, a fin de que operen sus efectos jurídicos. En
consecuencia, el beneficiado con la presunción afrontará la carga procesal de
demostrar, no el hecho presumido sino el que le sirve de base a dicha
presunción. De esta manera, el litigante que niegue el hecho presumido tiene la
carga de probar en contrario. Por ello es que se dice que la presunción legal no
significa una prueba del hecho presumido, más bien es un elemento liberatorio
de la prueba de éste, encaminado a tener por verdadero el hecho en razón de tal
presunción.

3.2.1.1 Presunción legal absoluta


“Las presunciones legales absolutas no admiten prueba en contrario y
determinan finalmente una verdad formal sobre el hecho presumido, que es
vinculante para el tribunal y para las partes…” (TARUFFO, 2008: 152).
“Las presunciones iuris et de iure, son aquellas que anudan una
determinada consecuencia jurídica a un concreto supuesto de hecho (el hecho
indicio), que sustituye o se añade a otro supuesto de hecho (el hecho presunto)”
(ARMENTA DEU, 2004: 225). “La característica esencial en este caso es la

510
SUCEDANEOS DE LOS MEDIOS PROBATORIOS

voluntad del legislador de que no se pueda practicar prueba en contrario, por


razones morales, sociales o de otra índole…” (ARMENTA DEU, 2004: 225).
La presunción legal absoluta, denominada también jure et de jure, es, pues,
aquella que considera cierto el hecho de modo definitivo, es decir, no admite
prueba en contrario. El sujeto favorecido con la presunción legal absoluta, a fin
de lograr que ésta surta sus efectos jurídicos, sólo tiene que acreditar el hecho
que sirve de base a dicha presunción.
Sobre el particular, el artículo 278 del Código Procesal Civil dispone que:
“Cuando la ley califica una presunción con carácter absoluto no cabe prueba en
contrario. El beneficiario de tal presunción sólo ha de acreditar la realidad del
hecho que a ella le sirve de base”.
3.2.1.2 Presunción legal relativa
La presunción legal relativa, llamada también juris tantum, es aquella en
virtud de la cual se considera cierto el hecho presumido mientras no se
demuestre lo contrario.
Según Montero Aroca, Gómez Colomer, Montón Redondo y Barona Vilar:
“… Existen presunciones legales, que son las que admiten prueba en
contrario (conocidas como presunciones iuris tantum), que
constituyen la regla general o las presunciones normales (…).
La presunción legal iuris tantum es aquella en la que el enlace o nexo
lógico entre el indicio y la afirmación o hecho presumido está previsto
y fijado en una norma (…). Para que causen efecto, el hecho o indicio
del que parte la presunción tiene que ser cierto, por tanto, tiene que
haber quedado establecido mediante admisión o prueba…”
(MONTERO AROCA; GOMEZ COLOMER; MONTON
REDONDO; y BARONA VILAR, 2003, Tomo II: 334).
Taruffo refiere que “las presunciones (legales) relativas admiten prueba en
contrario presentadas por la parte a la cual se ha trasladado la carga. Por lo
tanto, sólo ofrecen al tribunal un tipo de ‘verdad provisional’ que puede ser
cancelada por la prueba en contrario. La mayoría de las presunciones legales
son relativas. Se suelen considerar como mecanismos procesales cuyo objetivo
es distribuir la carga de la prueba entre las partes y brindar al tribunal criterios a
aplicar en la decisión final. (…) Las presunciones determinan directamente la
toma de decisiones: si no se prueba lo contrario, el caso se decide a favor de la

511
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

parte aventajada por la presunción; si se prueba lo contrario, la otra parte se


impone…” (TARUFFO, 2008: 152-153).
En lo que concierne a la presunción legal relativa o juris tantum, el Código
Procesal Civil preceptúa en su artículo 279 que “cuando la ley presume una
conclusión con carácter relativo, la carga de la prueba se invierte en favor del
beneficiario de tal presunción. Empero, éste ha de acreditar la realidad del
hecho que a ella le sirve de presupuesto, de ser el caso”.
El artículo 280 del citado Código adjetivo regula la hipótesis de duda sobre
el carácter de una presunción legal, estableciendo que “en caso de duda sobre la
naturaleza de una presunción legal, el Juez ha de considerarla como presunción
relativa”. Naturalmente, la apreciación sobre el carácter de una presunción legal
será una tarea de interpretación por parte del magistrado, quien debe ceñirse al
texto de la ley cuando fuere expreso.
3.2.1.3 Ficción legal
La ficción legal es confundida por lo general con la presunción jure et de
jure debido a que ambas se reputan como absolutas. Sin embargo, aquélla es la
conclusión que el ordenamiento jurídico da por verdadera sin serlo, mientras
que la segunda significa una conclusión legal que puede estar acorde o no con
la realidad.
Coincide con lo expresado Cardoso Isaza cuando dice que la ficción legal
“... da por cierto un hecho existente o inexistente sin serlo, o atribuye
determinados efectos jurídicos a un estado de cosas que corresponden a otro...”
(CARDOSO ISAZA, 1979: 407).
Sostiene acertadamente Devis Echandía que “la ficción, a diferencia de las
presunciones, sólo puede ser obra del legislador y consiste en suponer existente
o inexistente un hecho o una cosa que no es así, o en trasladar las
consecuencias jurídicas de un estado de cosas a otra diferente, como si fueren
iguales. Hay de común entre la ficción y las presunciones iuris et de iure que
no admiten prueba en contrario; pero la ficción es un mandato legal que no se
basa en ninguna regla general de la experiencia, ni en lo constante de los
fenómenos físicos o morales y ni siquiera en su carácter ordinario, sino en la
voluntad del legislador que parte de una base absolutamente contraria: el
conocimiento de que la realidad es distinta” (DEVIS ECHANDIA, 1984, Tomo
II: 354).

512
SUCEDANEOS DE LOS MEDIOS PROBATORIOS

Añade el citado autor que “estas ficciones se fundamentan en razones de


conveniencia social y de técnica legislativa, como, por ejemplo, la que existe en
la norma según la cual la ley es conocida de todo el mundo, a sabiendas de que
esto es imposible; o la que le otorga personalidad jurídica al ser humano
concebido, como si tuviera vida propia, a sabiendas de que esto es falso; o la
que considera que hay identidad entre la persona del causante y la del heredero,
siendo diferentes” (DEVIS ECHANDIA, 1984, Tomo II: 354).
El Código Procesal Civil contempla a la ficción legal en su artículo 283, el
cual dispone que “la conclusión que la ley da por cierta y que es opuesta a la
naturaleza o realidad de los hechos, no permiten prueba en contrario”.

3.2.2 Presunción judicial


“... La presunción judicial o inferencia lógica es la conclusión del
razonamiento que a aquéllos (los indicios) se aplica. También puede obtener el
juez igual inferencia de la valoración de otras clases de pruebas, sin que aquella
presunción se confunda con ellas. El juez las utiliza simplemente como
principios basados en máximas de la experiencia, para la valoración de las
pruebas...” (DEVIS ECHANDIA, 1984, Tomo II: 342).
Para Gómez de Liaño González y Pérez-Cruz Martín, “… las denominadas
presunciones judiciales son aquellas que puede construir el juez como actividad
intelectual en el momento de apreciar los resultados de la prueba” (GOMEZ DE
LIAÑO GONZALEZ; y PEREZ-CRUZ MARTIN, 2000, Tomo I: 423). Tales
au-
tores agregan que, “en este sentido, será necesario acreditar un hecho sobre la
base del cual se puede deducir el definitivamente presumido por la relación
existente entre ellos…” (GOMEZ DE LIAÑO GONZALEZ; y PEREZ-CRUZ
MARTIN,
2000, Tomo I: 423).
Montero Aroca, Gómez Colomer, Montón Redondo y Barona Vilar
refieren que:
“En las presunciones judiciales, al contrario que en las legales, el enlace o
nexo lógico entre el hecho base o indicio y la afirmación o hecho
presumido no lo efectúa la ley, sino directamente el juez.
El enlace efectuado judicialmente a partir de un hecho o indicio admitido
o probado, le permite presumir la certeza de otro hecho, si entre el
admitido o demostrado y el presunto existe un enlace preciso y directo

513
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

según las reglas del criterio humano (…), es decir, de las reglas de la
lógica o de la razón…” (MONTERO AROCA; GOMEZ COLOMER;
MONTON REDONDO; y BARONA VILAR, 2003, Tomo II: 335).
Mediante la presunción judicial se considera la existencia de un hecho
como probable. Está dirigida a orientar al Juez en la apreciación del material
probatorio, cuando de acuerdo con su razonamiento infiera una presunción
judicial en pro o en contra de la certeza de los hechos objeto de prueba y de la
conducta veraz y honesta de los sujetos procesales. Esta clase de presunción,
por su propia naturaleza, es eminentemente procesal, quedando descartada toda
función extraprocesal.
La presunción judicial reposa en hechos conocidos por el magistrado, lo
que implica que hayan sido acreditados en el proceso. Por consiguiente, para
que el Juez califique como verdadero o fidedigno un hecho basado en
presunciones judiciales derivadas de indicios o de medios probatorios, es
preciso que la conclusión a la que llegó tenga carácter de verosímil e
incuestionable. Para ello el razonamiento del juzgador debe ser correcto y estar
basado, pues, en las reglas de la experiencia, de la lógica y de la sana crítica.
El artículo 281 del Código Procesal Civil se refiere a la presunción judicial
estableciendo que “el razonamiento lógico-crítico del Juez, basado en reglas de
experiencia o en sus conocimientos y a partir del presupuesto debidamente
acreditado en el proceso, contribuye a formar convicción respecto al hecho o
hechos investigados”.
3.2.2.1 Presunción basada en la conducta procesal de las partes
Esta es una presunción judicial especial porque las conclusiones del órgano
jurisdiccional se basan, no en los medios de prueba sino en la conducta que
adopten las partes en el proceso.
“... La conducta procesal servirá de fuente o de motivo de prueba: como
hecho que prueba otro hecho. Se tratará en todo caso, de un motivo
subsidiario, con naturaleza de indicio, del que podrá valerse el juez sólo
cuando concurra con otros motivos de la misma o de diversa índole...”
(FURNO, 1954: 76).
El artículo 282 del Código Procesal Civil regula esta presunción
estableciendo lo siguiente: “El Juez puede extraer conclusiones en contra de los
intereses de las partes atendiendo a la conducta que éstas asumen en el proceso,
particularmente cuando se manifiesta notoriamente en la falta de cooperación

514
SUCEDANEOS DE LOS MEDIOS PROBATORIOS

para lograr la finalidad de los medios probatorios, o con otras actitudes de


obstrucción. Las conclusiones del Juez estarán debidamente fundamentadas”.
Molina González anota al respecto que “el juez para hallar el conocimiento
de la verdad en un caso, debe valerse de cualquier medio que esté a su alcance,
por lo que obviamente la conducta procesal de las partes independientemente de
las pruebas ofrecidas puede y debe servirle para intuir quien está utilizando
indebidamente el proceso y por lo tanto quien tiene y quien no tiene la razón”
(MOLINA GONZALEZ, 1978: 154).

515
CAPITULO XV

CUESTIONES PROBATORIAS

1. CONCEPTO Y FORMAS
Las cuestiones probatorias son instrumentos procesales dirigidos a poner
en tela de juicio algún medio de prueba con la finalidad de que el Juez declare
su invalidez o tenga presente su ineficacia probatoria.
Existen dos formas de cuestiones probatorias:

- La tacha.

- La oposición.

1.1 La tacha
1.1.1 Definición
La tacha constituye una especie de impugnación cuyo objeto es quitar
validez o restarle eficacia a un medio de prueba, en razón de existir algún
defecto o impedimento respecto de él.
La tacha puede plantearse contra la prueba testimonial y la documental
(primera parte del artículo 300 del Código Procesal Civil).
También puede ser materia de tacha los medios probatorios atípicos
(último párrafo del artículo 300 del Código Procesal Civil). Puntualizamos que
esta hipótesis resulta prácticamente imposible de darse en razón de que las
llamadas pruebas atípicas no son susceptibles de configurarse por subsumirse
-por lo general- todo medio probatorio atípico ya sea en la prueba de
documentos o en la pericial.

1.1.2 Tacha de testigos


Para Gimeno Sendra, la tacha del testigo constituye “… la posibilidad
procesal de la contraparte de poner de manifiesto la existencia de un interés del
testigo en el litigio que puede afectar a su versión de los hechos…” (GIMENO
SENDRA, 2007, Tomo I: 439-440).

517
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

A nuestro modo de ver, la tacha de testigos es un acto procesal facultativo


por el cual los litigantes pretenden enervar la eficacia de un testimonio a ser
rendido por una persona afectada por alguna causal de prohibición,
impedimento o recusación, e, inclusive, por manifiesta inidoneidad (como
cuando se ofrece la declaración de un testigo que tiene mermado el sentido
-vista, oído, olfato, gusto o tacto- con el cual se supone captó o apreció el hecho
sobre el que atestigua).
Por disposición del artículo 303 del Código Procesal Civil, los testigos
pueden ser tachados por las causales previstas en los artículos 229, 305 y 307
de dicho cuerpo de leyes, en cuanto sean pertinentes.

1.1.3 Tacha de documentos


Es aquel acto procesal potestativo por el cual las partes, alegando la
nulidad o falsedad de la prueba documental, cuestionan su validez o eficacia, a
fin de que sea excluida de la actuación o valoración probatoria.
Como se dijera, la tacha de documentos puede fundarse en su falsedad o
nulidad. La primera hipótesis implica la existencia de un documento no
auténtico por no guardar su contenido o la firma en él impresa correspondencia
o identidad con la realidad del acto o hecho acontecidos (especialmente si son
inexistentes) o con la persona a quien se le atribuye. La nulidad, en cambio,
supone la existencia de un documento inidóneo para surtir efectos jurídicos por
haberse inobservado en su elaboración los requisitos o condiciones exigidos por
el ordenamiento legal bajo sanción de nulidad.
La tacha de un documento declarada fundada por haberse acreditado su
falsedad trae como consecuencia la carencia de eficacia probatoria (art. 242 del
C.P.C.). El mismo efecto tendrá lugar tratándose de la copia (simple o
certificada) de un documento público o de un expediente declarado o
comprobadamente falso o inexistente (art. 244 del C.P.C.).
La tacha de un documento declarada fundada por la manifiesta ausencia de
una formalidad esencial que la ley prescribe bajo sanción de nulidad produce
como secuela la ineficacia probatoria de aquél (art. 243 del C.P.C.).

1.1.4 Tacha de medios probatorios atípicos


El último párrafo del artículo 300 del Código Procesal Civil faculta la
tacha de medios probatorios atípicos (que no se hallan en ninguna norma legal),
la cual tendrá por finalidad impugnar la validez o denunciar la ineficacia de

518
CUESTIONES PROBATORIAS

aquéllos por adolecer de algún defecto o pesar sobre los medios de prueba
atípicos cierto impedimento. Sin embargo, insistimos que este supuesto
difícilmente se podría concretar debido a que los medios probatorios atípicos
son prácticamente inexistentes al ser absorbidos por la prueba pericial o la de
documentos.

1.1.5 Tramitación de la tacha


El artículo 301 del Código Procesal Civil regula lo concerniente al trámite
de las tachas (y oposiciones) del modo que a continuación se señala:
“La tacha u oposición contra los medios probatorios se interponen en el
plazo que establece cada vía procedimental, contado desde notificada
la resolución que los tiene por ofrecidos, precisándose con claridad los
fundamentos en que se sustentan y acompañándose los medios
probatorios respectivos. La absolución debe hacerse de la misma
manera y en el mismo plazo, anexándose los medios probatorios
correspondientes.
La tacha, la oposición o sus absoluciones que no cumplan con los
requisitos indicados serán declaradas inadmisibles, concediéndose un
plazo no mayor de tres días para subsanar los defectos. Estos
requisitos no se exigen a las absoluciones realizadas en el proceso
sumarísimo.
La actuación de los medios probatorios se realiza en la audiencia de
pruebas, iniciándose esta por la actuación de las cuestiones
probatorias.
El medio probatorio cuestionado será actuado, sin perjuicio de que su
eficacia sea resuelta en la sentencia, salvo decisión debidamente
fundamentada e inimpugnable”.

1.1.6 Conocimiento sobreviniente de la causal de tacha


Excepcionalmente, cuando se adquiere conocimiento de la causal de tacha
en momento posterior al plazo fijado por la ley para interponerla, se informará
al Juez por escrito de tal circunstancia, acompañando el respectivo documento
sustentatorio. El Juez, sin más trámite que el traslado a la otra parte, considerará
el hecho al momento de expedir su fallo. Ello de conformidad con lo dispuesto
en el artículo 302 del Código Procesal Civil.

519
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

1.1.7 Efectos de la tacha formulada maliciosamente


El artículo 304 del Código Procesal Civil preceptúa que “al litigante que
maliciosamente formule tacha u oposición, se le impondrá una multa no menor
de tres ni mayor de diez Unidades de Referencia Procesal, sin perjuicio de las
costas y costos de su tramitación”.
Tal sanción responde a la necesidad de garantizar la observancia de los
deberes procesales de veracidad, probidad, lealtad y buena fe, así como de
evitar el comportamiento dilatorio y de obstrucción de quien indebidamente y
con malicia plantea alguna tacha (u oposición) sobre algún medio probatorio.
1.2 La oposición
1.2.1 Concepto
La oposición es un instrumento procesal dirigido a cuestionar un medio de
prueba incorporado al proceso, para así lograr que no se lleve a cabo su
actuación o que se evite asignarle eficacia probatoria al momento de resolver.
Se aprecia entonces que esta forma de cuestión probatoria cumple dos
funciones: 1) impedir que se actúe un medio de prueba; y 2) contradecir éste, a
fin de perjudicar su mérito probatorio.
Por mandato del artículo 300 del Código Procesal Civil, se puede formular
oposición a la actuación de:

- Una declaración de parte.

- Una exhibición.

- Una pericia.

- Una inspección judicial.

- Un medio probatorio atípico.


1.2.2 Oposición a la actuación de una declaración de parte
La oposición a la actuación de una declaración de parte tiene por finalidad
impedir que tenga lugar la deposición de un sujeto procesal (demandante o
demandado) o lograr que se descarte dicho medio de prueba de la valoración
que haga el Juez del material probatorio.

520
CUESTIONES PROBATORIAS

Tal oposición puede fundarse en diferentes motivos como, por ejemplo, la


limitación legal de medios probatorios que excluya a la declaración de parte
para acreditar los hechos en cierta clase de procesos, la manifiesta inidoneidad
de dicho medio probatorio para esclarecer el asunto controvertido, etc.

1.2.3 Oposición a la actuación de una exhibición


La oposición a la actuación de una exhibición está encaminada a
obstaculizar su práctica o hacer que el Juez no le otorgue eficacia probatoria a
los documentos suministrados al proceso en virtud de tal exhibición.
Pueden ser argumentos de la indicada oposición que la exhibición
solicitada sea de difícil o imposible realización (como cuando se trata de
documentos sobre los cuales se deba guardar secreto o confidencialidad), que
los documentos sobre los que esté referida sean impertinentes o inidóneos o
inútiles, que no se haya acreditado la existencia de los documentos en cuestión
(cuando no se hubiera presentado su copia o los datos identificatorios del
mismo no fueran suficientes para determinarlo), etc.
1.2.4 Oposición a la actuación de la prueba pericial
La oposición a la actuación de la prueba pericial es aquella destinada a
impedir que personas especializadas en alguna ciencia, arte, industria u oficio
procedan a examinar el asunto debatido en juicio y emitir opinión al respecto, o
sino a objetar el contenido del dictamen para de esta manera tratar de anular su
mérito probatorio.
La oposición a la actuación de la pericia puede deberse a la no aceptación
del cargo, al no cumplimiento de los requisitos exigidos para su ofrecimiento
(indicación clara y precisa de los puntos sobre los que versará el dictamen, la
profesión u oficio del perito y el hecho controvertido que se pretende esclarecer
con la pericia), a la inutilidad del peritaje por no requerir la materia que le fuera
sometida de conocimientos calificados o de expertos para apreciarla en toda su
dimensión, a la parcialidad de los peritos, a la no correspondencia lógica-crítica
entre los fundamentos del dictamen y sus conclusiones, a la no explicación del
dictamen pericial, entre otras causales.
1.2.5 Oposición a la actuación de una inspección judicial
La oposición a la actuación de una inspección judicial es el medio de
defensa dirigido a evitar que se lleve a cabo la verificación directa y personal
del magistrado de los hechos materia de conflicto entre las partes procesales.

521
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

También se dirige a cuestionar su desarrollo, buscando de este modo restarle su


eficacia probatoria.
La oposición a la actuación de una inspección judicial puede reposar en
razones como las siguientes: la limitación legal de medios probatorios que
descarta la práctica de la inspección judicial, la inidoneidad de este medio de
prueba para acreditar en forma debida un determinado hecho, la inutilidad del
reconocimiento judicial por haber quedado demostrado con otros medios
probatorios los hechos materia de litigio, la no constatación personal de los
hechos por parte del Juez (hipótesis de su sustitución por otra persona), etc.
1.2.6 Oposición a la actuación de medios probatorios atípicos
La oposición a la actuación de medios probatorios atípicos (que en nuestra
opinión no existen al quedar subsumidos dentro de la prueba pericial y de
documentos) tiene por finalidad entorpecer su práctica o enervar su fuerza
probatoria.
Tal oposición -en caso que se diera la actuación de esta clase de pruebas-
podría fundarse en la inidoneidad de los medios probatorios atípicos, la
exigencia legal de determinados medios de prueba para acreditar algún hecho,
la inutilidad por haber quedado suficientemente demostrado con otros medios
de probanza el asunto controvertido, entre otros supuestos.

1.2.7 Tramitación de la oposición


El trámite de las oposiciones es, según se desprende del artículo 301 del
Código Procesal Civil, el que se describe a continuación:
- La oposición contra los medios probatorios se interpone en el plazo
que establece cada vía procedimental, contado desde notificada la
resolución que los tiene por ofrecidos, precisándose con claridad los
fundamentos en que se sustenta y acompañándose los medios
probatorios respectivos.
- La absolución de la oposición debe hacerse de la misma manera y en
el mismo plazo, anexándose los medios probatorios correspondientes.
- La oposición o su absolución, que no cumpla con los requisitos
indicados, será declarada inadmisible, concediéndose un plazo no
mayor de tres días para subsanar los defectos. Estos requisitos no se
exigen a la absolución de la oposición realizada en el proceso
sumarísimo.

522
CUESTIONES PROBATORIAS

- La actuación de los medios probatorios se realiza en la audiencia de


pruebas, iniciándose ésta por la actuación de las cuestiones probatorias
(entre las que se halla la oposición).
- El medio probatorio cuestionado (mediante oposición) será actuado,
sin perjuicio de que su eficacia sea resuelta en la sentencia, salvo
decisión debidamente fundamentada e inimpugnable.

1.2.8 Conocimiento sobreviniente de la causal de oposición


Excepcionalmente, cuando se tiene conocimiento de la causal de oposición
en momento posterior al plazo para interponerla, debe ponerse en conocimiento
del Juez por escrito tal circunstancia, adjuntándose el documento sustentatorio.
El magistrado, sin más trámite que el traslado a la otra parte, tendrá en cuenta el
hecho en el momento de expedir su fallo. Ello de conformidad con el artículo
302 del Código Procesal Civil.
1.2.9 Efectos de la oposición formulada maliciosamente
Todo litigante debe observar los deberes procesales de veracidad, probidad,
lealtad y buena fe, porque, de no ser así, se hará merecedor de sanciones.
Justamente, con relación a este tema, cabe señalar que al litigante que obrando
con malicia formule oposición, se le impondrá una multa no menor de tres ni
mayor de diez Unidades de Referencia Procesal, sin perjuicio de las costas y
costos de su tramitación. Así lo establece el artículo 304 del Código Procesal
Civil.

523
CAPITULO XVI

LA PRUEBA ANTICIPADA

1. DEFINICION
La actuación de los medios probatorios ocurre casi siempre después de la
etapa postulatoria de la litis o pleito judicial (en la que son suministrados), esto
es, en la correspondiente audiencia de pruebas. Sin embargo, el ordenamiento
jurídico ha previsto un proceso especial -no contencioso- en el que puede
peticionarse la práctica de un medio probatorio, anterior al momento procesal
que debería por lo general corresponderle, vale decir, a la audiencia probatoria
del proceso principal en el cual se solicita la tutela jurisdiccional a fin de hacer
valer un derecho objeto de controversia o de incertidumbre jurídica.
Tan singular proceso lo constituye la prueba anticipada (denominada
diligencia preparatoria en el Código de Procedimientos Civiles de 1912), la cual
puede ser definida como aquel procedimiento excepcional (pues exige
determinados requisitos para su procedencia) de actuación previa de medios
probatorios que tiende a preparar o consolidar la prueba de un proceso a
iniciarse posteriormente.
Sobre el particular, Montero Aroca, Gómez Colomer, Montón Redondo y
Barona Vilar formulan estas observaciones:
“El procedimiento probatorio (…) sufre una importante excepción,
referida al tiempo, en lo que se conoce como anticipación de la prueba
(…). La anticipación consiste en la práctica de cualquier medio de
prueba en momento anterior al del juicio (…), ante el temor que la
fuente propia del mismo se pierda, haciendo imposible su aportación
al proceso. Se trata, no de asegurar la fuente, sino de practicar el
medio (…).
(…) Quien pretenda incoar un proceso (…) puede pedir la práctica
anticipada de algún acto de prueba, cuando exista el temor fundado de
que, por causa de las personas o por el estado de las cosas, dichos
actos no puedan realizarse en el momento procesal previsto de modo

525
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

general…” (MONTERO AROCA; GOMEZ COLOMER; MONTON


REDONDO; y BARONA VILAR, 2003, Tomo II: 275-276).
Según Alfredo Di Iorio:
“La anticipación probatoria tiene por objeto la realización de actos de
prueba en sede judicial, que por ciertas circunstancias, valoradas por
el legislador como dignas de protección, son realizadas con
anterioridad a la oportunidad que la regulación legal del proceso le
destina.
Tiene por objeto procurar que las partes puedan obtener la conservación
de pruebas de las que si se espera la oportunidad procesal que le
acuerda el ordenamiento legal, se corre el riesgo de que se pierdan por
el mero transcurso del tiempo o el acaecimiento de hechos fortuitos o
artificialmente provocados que alteren la situación de hecho o de las
cosas” (DI IORIO, 2003: 344).

2. REQUISITOS
El artículo 284 del Código Procesal Civil contempla los requisitos
exigibles para solicitar la actuación anticipada de una prueba, preceptuando lo
siguiente: “Toda persona legitimada puede solicitar la actuación de medio
probatorio antes del inicio de un proceso. Para ello deberá expresar la
pretensión genérica que va a reclamar y la razón que justifica su actuación
anticipada”.
En consecuencia, la solicitud de prueba anticipada está condicionada a:
- La legitimidad del peticionante. “… Puede pedir la práctica anticipada
sólo el futuro demandante (el que pretenda incoarlo), no el posible
demandado (el que crea que puede ser demandado)” (MONTERO
AROCA; GOMEZ COLOMER; MONTON REDONDO; y BARONA
VILAR, 2003, Tomo II: 276).
- La indicación de la pretensión genérica que espera hacer efectiva en el
proceso principal.
- La consignación de las razones o argumentos justificantes de su
pedido de actuación probatoria previa. “… Estas razones (…)
consisten en que por causas de las personas o por el estado de cosas se

526
LA PRUEBA ANTICIPADA

tema que los actos de prueba no van a poder realizarse en el momento


procesal previsto…” (RIVERA MIRANDA, 2007: 332).
Sólo admitirá el Juez la solicitud si cumple con estos requisitos. Así lo
establece el artículo 285 del Código Procesal Civil. Naturalmente, el interesado
deberá observar además los lineamientos generales previstos para la demanda y
sus anexos en los numerales 424 y 425 del citado Código.

3. COMPETENCIA Y TRAMITE
Por mandato del artículo 33 del Código Procesal Civil, es competente para
la actuación de la prueba anticipada el Juez competente por razón de grado para
conocer la demanda próxima a interponerse.
El artículo 297 del Código Procesal Civil complementa lo señalado en el
numeral anterior al disponer que es competente, además del Juez al que nos
referimos en el párrafo precedente, aquel que por razón de cuantía y territorio
debería conocer el futuro proceso.
El último párrafo del indicado artículo 297 establece que la prueba
anticipada se tramita como proceso no contencioso (o de jurisdicción
voluntaria).

4. LA CITACION DEL EMPLAZADO


El Juez ordenará la actuación del medio probatorio, con citación de la
persona a la cual pretende emplazar (primer párrafo del art. 287 del C.P.C.).
A pedido de parte, sustentado en razones de garantía y seguridad, y
habiéndose especificado el petitorio de la futura demanda, el Juez podrá
ordenar la actuación del medio probatorio sin citación, por resolución
debidamente motivada (segundo párrafo del artículo 287 del C.P.C.). Sobre esto
último, Alfredo Di Iorio enseña lo siguiente:
“Un punto delicado lo constituye el supuesto de si se puede producir
prueba anticipada sin conocimiento ni intervención de la contraria; es
decir, la realización de la prueba sin cumplir con la citación (…). La
importancia deriva en que implica una mayor restricción al principio
del contradictorio y puede argumentarse que viola el derecho de
defensa en juicio por no preservar la igualdad de las partes.

527
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

(…) (Se) admite de manera expresa (…) cuando la producción de la


prueba pudiera resultar imposible o muy dificultosa (…). Se trata de
una gradación de las dificultades tenidas en mira y que impiden
proceder a la citación.

(…)
(…) En tanto se admite que el peligro de la alteración artificiosa de la
situación de hecho puede por sí sola sustentar una anticipación
probatoria,
va de suyo que la misma sólo puede realizarse con éxito si el contrario
ignora su realización, pues por poco tiempo que disponga, siempre
existirá el peligro de que la situación sea alterada con el consiguiente
fracaso de la medida (…).
Pero una vez cumplido el acto, si el contrario no quedare notificado en el
momento de la realización de la medida, deberá ser notificado de la
misma de inmediato a fin de que pueda efectuar el control posterior a
que tenga derecho, siendo obligación (…) que dicha notificación se
cumpla debidamente” (DI IORIO, 2003: 359-360).

5. HABILITACION DE DIA Y HORA PARA LA ACTUACION DE LA


PRUEBA ANTICIPADA
En principio, las actuaciones judiciales se practican en día y hora hábil. Sin
embargo, cuando la urgencia del caso lo requiere, el Juez puede habilitar día y
hora para la actuación anticipada de un medio probatorio (art. 288 del C.P.C.).
Dicha habilitación puede decretarse de oficio o a instancia de parte, de
conformidad con lo preceptuado en el artículo 142 del Código Procesal Civil.

6. LA ABSOLUCION ANTICIPADA DE POSICIONES


Puede solicitarse que la presunta contraparte absuelva posiciones en forma
anticipada sobre hechos que han de ser materia de un futuro proceso (art. 294
del C.P.C.)
Para ello es preciso que a la solicitud de prueba anticipada el peticionante
acompañe como anexo el correspondiente pliego cerrado de posiciones, sin el
cual la diligencia probatoria no podría practicarse. Contestadas las preguntas
del interrogatorio conforme al pliego presentado, nada obsta que tanto la parte

528
LA PRUEBA ANTICIPADA

interesada como el Juez formulen nuevas preguntas, especialmente si van


dirigidas a precisar o aclarar alguna respuesta del absolvente.

7. LA DECLARACION TESTIMONIAL ANTICIPADA


Cuando por ancianidad, enfermedad o ausencia inminente de una persona,
sea indispensable recibir su declaración, el interesado puede solicitar su
testimonio (art. 291 del C.P.C.).
Tales circunstancias son las únicas que ameritan la actuación anticipada de
la prueba testimonial, teniendo ellas que acreditarse en debida forma por el
solicitante.
8. RECONOCIMIENTO ANTICIPADO DE DOCUMENTOS
Cualquier interesado en el contenido o efectos de un documento, puede
solicitar que su otorgante o sus herederos lo reconozcan en actuación judicial
anticipada (art. 292 del C.P.C.).
Ello obedece a la necesidad de establecer la autenticidad de un documento,
la cual se logra con el cotejo y la pericia respectiva, pero, principalmente, se
obtiene a través del reconocimiento de su autor jurídico o de sus sucesores, que
versará sobre el contenido y firma atribuidos al primero.

9. EXHIBICION ANTICIPADA DE DOCUMENTOS Y OTROS


BIENES MUEBLES
El artículo 293 del Código Procesal Civil está referido a la exhibición en
diligencia probatoria anticipada de documentos y otros bienes muebles. Dicho
numeral establece lo siguiente:
“Cuando una persona requiera del esclarecimiento previo de una relación o
situación jurídica, puede pedir la exhibición de:
1. El testamento del causante por parte de quien se considere sucesor;
2. Los documentos referentes al bien relacionado con el futuro proceso;
3. Los estados de cuentas, libros y demás documentos relativos a
negocios o bienes en que directamente tiene parte el solicitante; y
4. Otros bienes muebles materia de un futuro proceso”.

529
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

10. ACTUACION ANTICIPADA DE LA PRUEBA PERICIAL


Si hay riesgo de que el transcurso del tiempo u otra circunstancia alteren el
estado o situación de personas, lugares, bienes o documentos, puede pedirse
que se practique la correspondiente pericia (art. 290 del C.P.C.).
La actuación anticipada de la prueba pericial se justifica si es necesario
contar con la colaboración de personas que tengan conocimientos calificados en
alguna ciencia, arte, industria u oficio, a efecto de que dejen constancia en su
dictamen del estado o situación de personas, lugares u objetos, que puede variar
con el tiempo y ser de difícil o imposible verificación si en la oportunidad
debida no se toman las medidas del caso como la que hace referencia este
punto.
11. ACTUACION ANTICIPADA DE LA INSPECCION O
PERCEPCION JUDICIAL
Al igual que con la pericia, se puede solicitar (al amparo del art. 295 del
C.P.C.) la actuación anticipada de la prueba de inspección o percepción judicial
con la finalidad de que el juzgador aprecie y compruebe, por sí mismo y no a
través de terceros, el estado y situación de las personas, lugares, bienes o
documentos que constituyen el objeto de prueba del proceso principal a
iniciarse posteriormente, y que de no ser constatados a tiempo podrían perderse
o sufrir cambios, lo que dificultaría el esclarecimiento de los hechos.

12. REGULACION SUPLETORIA APLICABLE A LA PRUEBA


ANTICIPADA
El artículo 286 del Código Procesal Civil señala que las disposiciones
relativas a la actuación de los medios probatorios se aplican, en cuanto sean
pertinentes, a la prueba anticipada. (Dicho precepto legal se refiere, pues, a las
disposiciones especiales sobre los distintos medios de prueba).

13. OPOSICION A LA ACTUACION ANTICIPADA DE UN MEDIO


PROBATORIO
Conforme a lo establecido en el artículo 298 del Código Procesal Civil, el
emplazado sólo puede oponerse a la actuación anticipada de un medio
probatorio basándose en lo siguiente:
- Que la solicitud no reúne los requisitos indicados en el art. 284 del
C.P.C. (la legitimidad del peticionante, y la indicación de la pretensión

530
LA PRUEBA ANTICIPADA

genérica que va a reclamar y de la razón que justifica su actuación


anticipada).

- Que no se han observado los requisitos especiales del medio


probatorio en cuestión.
- Que la actuación del medio de prueba fuese imposible (por pérdida,
destrucción, inexistencia, etc.).

14. ACTOS PROCESALES IMPROCEDENTES EN LA PRUEBA


ANTICIPADA
Por tratarse el proceso de prueba anticipada de uno no contencioso, es que
le son aplicables las disposiciones sobre improcedencia de determinados actos
procesales, a que se refiere el artículo 761 del Código Procesal Civil. Así
tenemos que resultan improcedentes:
- La recusación del Juez y del Secretario del Juzgado (arts. 289 y 761
-inc. 1)- del C.P.C.).

- Las excepciones y las defensas previas (art. 761 -inc. 2)- del C.P.C.).
- Las cuestiones probatorias cuyos medios de prueba no sean
susceptibles de actuación inmediata (art. 761 -inc. 3)- del C.P.C.).

- La reconvención (art. 761 -inc. 4)- del C.P.C.).


- El ofrecimiento de medios probatorios en segunda instancia (art. 761
-inc. 5)- del C.P.C.).
- La modificación y ampliación de la solicitud y los medios probatorios
extemporáneos (arts. 428, 429 y 761 -inc. 6)- del C.P.C.).

15. LA PRUEBA ANTICIPADA: SUS APERCIBIMIENTOS Y VALOR


PROBATORIO
El artículo 296 del Código Procesal Civil regula los apercibimientos en la
prueba anticipada en los siguientes términos:
“Si el emplazado no cumpliera con actuar el medio probatorio para el que fue
citado, se aplicarán los siguientes apercibimientos:
1. En el reconocimiento se tendrá por verdadero el documento;

531
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

2. En la exhibición se tendrá por verdadera la copia presentada o por


ciertas las afirmaciones concretas sobre el contenido del documento; y
3. En la absolución de posiciones se tendrán por absueltas en sentido
afirmativo las preguntas del interrogatorio presentado”.
De la lectura de dicho numeral puede pensarse que representa un rezago
del sistema de la tarifa legal, y que la prueba anticipada constituye una de
carácter privilegiado, por cuanto se determina su valor probatorio en la
hipótesis de incumplimiento por parte del emplazado de actuar el medio
probatorio de que se trate. En nuestra opinión, debe ser de aplicación en todos
los casos el artículo 197 del Código Procesal Civil que proclama el sistema de
la libre y razonada apreciación de los medios probatorios. Por consiguiente, si
la prueba inmersa en los supuestos señalados en el artículo 296 del Código
Procesal Civil fuese incorporada al proceso principal, el Juez la valorará, pero
no le asignará la fuerza probatoria que pretende darle este artículo, debiendo
apreciar todos los medios de prueba en forma conjunta, utilizando su
apreciación razonada. Unicamente -creemos- podrá aplicar el valor tasado de la
prueba anticipada si no hubiera otro material probatorio aparte de ella.
16. CONCLUSION DE LA PRUEBA ANTICIPADA
Actuada la prueba anticipada, se entregará el expediente al interesado,
conservándose copia certificada de éste en el archivo del Juzgado, a costo del
peticionante y bajo responsabilidad del Secretario del Juzgado. Así lo establece
el artículo 299 del Código Procesal Civil.

532
CAPITULO XVII

LA PRUEBA EN LA JURISPRUDENCIA
CASATORIA

1. JURISPRUDENCIA CASATORIA RELACIONADA CON LA


PRUEBA EN GENERAL
La Corte Suprema de Justicia de la República, en relación a la prueba en
general, ha establecido lo siguiente:
- “... El derecho a la prueba es aquel que posee el litigante
consistente en la utilización de los medios probatorios necesarios
para formar la convicción del órgano jurisdiccional acerca de lo
discutido en el proceso; en consecuencia, el derecho constitucional
a la prueba acompaña el interés del Estado, representado en el
juzgador, para lograr certeza suficiente y sentenciar sus dudas
razonables, y recorre el interés de las partes para que la actividad
probatoria responda a consignas invariables: libertad de la prueba,
control de las partes, producción específica y apreciación oportuna
y fundamentada ...” (Casación Nro. 309-2012 / Cusco, publicada en
el Diario Oficial El Peruano el 30-01-2014, pág. 48535).
- “... El derecho a probar, que no es autónomo, se encuentra
orientado por los fines propios de la observancia o tutela del
derecho al debido proceso, constituyendo un derecho básico de los
justiciables de producir la prueba relacionada con los argumentos
que sustentan las alegaciones de las partes. Según este derecho, las
partes o un tercero legitimado en un proceso o procedimiento,
tienen el derecho a producir la prueba necesaria con la finalidad de
acreditar los hechos que configuran su pretensión o defensa. Se
trata de un derecho complejo que está compuesto por el derecho a
ofrecer medios probatorios que se consideren necesarios, a que
éstos sean admitidos, adecuadamente actuados, que se asegure la
producción o conservación de la prueba a partir de la actuación
anticipada de los medios probatorios y que estos sean valorados de
manera adecuada y con

533
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

la motivación debida, con el fin de darle el mérito probatorio que tengan en


la sentencia...” (Casación Nro. 3026-2007 / La Libertad, publicada en el
Diario Oficial El Peruano el 04-09-2008, págs. 23073-23075).
- “... El derecho a probar es considerado como una garantía implícita
al debido proceso, que no solo comprende el derecho a ofrecer los
medios probatorios, sino también que estos sean admitidos y que
finalmente sean valorados...” (Casación Nro. 1207-2008 / Lima,
publicada en el Diario Oficial El Peruano el 02-12-2008, págs.
23474-23475).
- “... El contenido esencial del derecho a probar consiste en el
derecho de todo sujeto procesal legitimado para intervenir en la
actividad probatoria a que se admitan, actúen y valoren
debidamente los medios probatorios aportados al proceso para
acreditar los hechos que configuran su pretensión o su defensa;
cuyo derecho es observado contemporáneamente como un
auténtico derecho fundamental, ya que forma parte de otros dos
derechos fundamentales como son la tutela jurisdiccional efectiva y
el debido proceso, y su infracción afectaría el orden
constitucional...” (Casación Nro. 1648-2007 / Lima, publicada en el
Diario Oficial El Peruano el 01-12-2008, págs. 23270-23272).
- “... El derecho de prueba es un elemento del debido proceso y
comprende cinco derechos específicos: a) el derecho de ofrecer las
pruebas en la etapa correspondiente, salvo las excepciones legales;
b) el derecho a que se admitan las pruebas pertinentes ofrecidas en
la oportunidad de ley; c) el derecho a que se actúen los medios
probatorios admitidos por las partes; d) el derecho a impugnar
(oponerse o tachar) las pruebas de la parte contraria y controlar su
actuación; y, e) el derecho a una valoración conjunta y razonada de
las pruebas actuadas. Como se advierte, el derecho de prueba no
sólo comprende derechos sobre la propia prueba, sino además
contra la prueba de la otra parte y aún [sic] la actuada de oficio, y
asimismo el derecho a obtener del órgano jurisdiccional una
motivación adecuada y suficiente de su decisión, sobre la base de
una valoración conjunta y razonada de la prueba, en atención a lo
que estipulan los artículos ciento ochenta y ocho y ciento noventa y
siete del Código Procesal Civil...” (Casación Nro. 4686-06 / Lima,
publicada en el Diario Oficial El Peruano el 30-09-2008, págs.
23147-23148).

534
LA PRUEBA EN LA JURISPRUDENCIA CASATORIA

- “... El derecho de prueba es un elemento del debido proceso y


comprende cinco derechos específicos: a. el derecho de ofrecer las
pruebas en la etapa correspondiente, salvo las excepciones legales;
b. el derecho a que se admitan las pruebas pertinentes ofrecidas en
la oportunidad de
ley; c. el derecho a que se actúen los medios probatorios admitidos por las
partes; d. el derecho a impugnar (oponerse o tachar) las pruebas de la parte
contraria y controlar la actuación de éstas; y, e. el derecho a una valoración
conjunta y razonada de las pruebas actuadas. Como se advierte, el derecho
de prueba no sólo comprende derechos sobre la propia prueba, sino también
el derecho de tener la oportunidad de impugnar y controlar los medios
probatorios de la parte contraria...” (Casación Nro. 2284-03 / Lima,
publicada en el Diario Oficial El Peruano el 30-09-2004, págs. 12741-
12742).
- “... Es obvio admitir que no sólo al Juez se le reconoce un papel
protagónico para gestionar la prueba que conduzca a conocer la
verdad de los hechos, sino también que es un derecho subjetivo de
las partes a intervenir en la actividad probatoria para demostrar la
razón de sus afirmaciones y bajo esta concepción el derecho
constitucional a probar como expresión de un debido proceso, en el
caso de autos, ha sido ignorado, con lo que evidentemente se ha
configurado la (...) contravención de normas que rigen el proceso”
(Casación Nro. 1426-99 / Junín, publicada en el Diario Oficial El
Peruano el 18-12-1999, págs. 4329-4330).
- “... Si bien el derecho a la prueba [...] lleva aparejada la posibilidad
de postular, dentro de los límites y alcances que la Constitución y
las leyes reconocen, los medios probatorios pertinentes para
justificar los argumentos que el justiciable esgrime a su favor, sin
embargo, dicho derecho no puede ser ejercido al libre albedrío de
las partes, sino que por el contrario debe regirse de acuerdo a lo que
nuestro ordenamiento adjetivo dispone, esto es, respetándose
ciertas garantías y principios (como el de preclusión y eventualidad
entre otros) ello con la finalidad de no afectar el derecho al debido
proceso de las partes...” (Casación Nro. 100-2007 / Ica, publicada
en el Diario Oficial El Peruano el 02-12-2008, págs. 23480-23482).
- “... El derecho a la prueba debe ejercitarse dentro del tiempo y bajo
la forma legalmente previstos...” (Casación Nro. 3299-2007 / Lima,

535
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

publicada en el Diario Oficial El Peruano el 04-09-2008, pág.


22976).
- “... La sentencia de primera instancia deviene en nula, ya que ha
sido expedida con medios probatorios insuficientes puesto que el
juzgador no podría tener por acreditados los hechos expuestos por
las partes, de manera tal que pudiere producirle certeza, de la forma
que establece el artículo 188 del Código Procesal Civil; más aun si
se tiene en cuenta que las pruebas deben ser estudiadas en sus
elementos comunes, en sus conexiones directas o indirectas, ya que
ninguna prueba deberá ser tomada
en forma aislada ni exclusiva, sino en conjunto, por cuanto de su sola visión
integral se pueden sacar conclusiones acerca de la verdad. [...] Que, en
consecuencia, el Juez de la causa ha incurrido en la infracción del derecho a
probar, lo que acarrea su nulidad...” (Casación Nro. 2983-07 / Lima,
publicada en el Diario Oficial El Peruano el 02-09-2008, págs. 22811-
22812).
- “... Los medios probatorios para lograr su finalidad deben seguir un
iter que implica en primer lugar, el ofrecimiento por parte de los
justiciables; en segundo lugar, su admisión expresa por parte del
Organo Jurisdiccional en la Audiencia correspondiente; y, por
último, la valoración o actuación que de ellos realice el juzgador,
esto es, la válida incorporación al proceso, la calificación y la
adecuada producción de hechos que representan, indiquen o
eventualmente identifiquen el objeto de prueba, es decir la
percepción judicial de los hechos fuente de prueba...” (Casación
Nro. 3400-2002 / Lima, publicada en el Diario Oficial El Peruano
el 01-122003, pág. 11136).
- “... Los medios probatorios deben satisfacer los requisitos formales
en su ofrecimiento y guardar pertinencia con los hechos
controvertidos...” (Casación Nro. 753-2002 / Lima, publicada en el
Diario Oficial El Peruano el 01-10-2002, pág. 9279).
- “... Los medios probatorios deben referirse a los hechos invocados
por las partes en el desarrollo de la litis, tal como lo prevé el
artículo 190 del Código Procesal Civil...” (Casación Nro. 903-2007
/ Pasco, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 31-03-2008,
págs. 21719-21720).

536
LA PRUEBA EN LA JURISPRUDENCIA CASATORIA

- “... La no admisión de un medio probatorio, por sí sola, no


configura una violación del derecho al debido proceso, pues la
prueba debe referirse a la materia en controversia, esto es ser
pertinente, pues de otro modo es desestimada por el Juez, como lo
autoriza el artículo ciento noventa del Código Procesal Civil”
(Casación Nro. 2988-98 / Lima, publicada en el Diario Oficial El
Peruano el 17-10-1999, pág. 3746).
- “... Los jueces están facultados para declarar la improcedencia de
una prueba, como establece el artículo ciento noventa del Código
Procesal Civil, pero la resolución que expidan debe fundamentarse,
pues de otro modo resulta arbitraria y limita el derecho de las partes
para acreditar los hechos que han expuesto y que se han fijado
como controvertidos” (Casación Nro. 504-98 / Lima, publicada en
el Diario Oficial El Peruano el 06-10-1999, págs. 3685-3686).
- “... Si dicha notoriedad es conocida por el Juez, [...] no merece ser
probado el hecho o dicha calidad, contrario sensu, en caso de ser
desconocida por el juzgador será suficiente acreditar la notoriedad
más no [sic -léase mas no-] la producción del hecho. En ese orden
de ideas el hecho notorio no necesita ser acreditado porque no hay
duda acerca de su existencia; más aún en el caso de ser negado,
deberá la parte que así lo sostiene suministrar la prueba
pertinente...” (Casación Nro. 15672003 / Ucayali, publicada en el
Diario Oficial El Peruano el 28-02-2005, págs. 13567-13568).
- “... Al ser rechazados los medios probatorios aportados por el
recurrente, no habiéndose interpuesto recurso impugnatorio contra
dicha decisión con arreglo a lo dispuesto en el artículo ciento
noventa del Código Procesal Civil, tal mandato ha quedado
convalidado habiendo adquirido la calidad de res iudicata [cosa
juzgada], por lo que no cabe analizar nuevamente dicha prueba...”
(Casación Nro. 172-2001 / Lima, publicada en el Diario Oficial El
Peruano el 31-07-2001, pág. 7464).
- “... La Sala de revisión expide la resolución materia de control
casatorio, anulando la sentencia apelada y ordenando que el Juez de
la causa emita una nueva sentencia convocando a una audiencia
complementaria para la actuación de la prueba admitida, ignorando
la disposición clara y precisa contenida en el último párrafo del
Artículo ciento noventa del Código Procesal, en el sentido de que si

537
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

la denegación de la prueba es revocada por el Juez superior después


de expedida la sentencia de primera instancia, dicho Colegiado
antes de resolver la apelación de la sentencia actuará en esa sede
los medios probatorios admitidos. (...) Que, la norma antes acotada
se sustenta en el principio de economía procesal, pues importa que
los fines del proceso se desarrollen evitando un despliegue
innecesario de actividades procesales que pueden cumplirse
eficazmente con otra actuación procesal de ahí que el anotado
principio esté edificado bajo tres aspectos, de economía de tiempo,
de esfuerzo y de gastos; por consiguiente, la infracción de la norma
antes acotada es insubsanable pues es trascendente que el proceso
se desarrolle al vigor del principio comentado, en sustento de un
interés público y distanciado del mero interés de las partes, de ahí,
que pese a que el recurrente no ha alegado haber sufrido perjuicio
directo con lo resuelto por el colegiado, el vicio materia de la
denuncia devenga en insubsanable, pues la economía en el proceso
es más trascendente de lo que comúnmente puede significar que el
Juez inferior actúe la prueba por él denegada, toda vez que ello,
puede ser practicado por el Juez superior al amparo del contenido
axiológico del principio comentado y contenido en la norma
materia de la infracción” (Casación Nro. 1289-99 / Lima, publicada
en el Diario Oficial El Peruano el 19-02-2000, págs. 4643-4644).
- “... Carece de sustento el argumento de la falta de tasa judicial en el
ofrecimiento de pruebas de la codemandada, porque el inmueble
sub litis corresponde a una sociedad de gananciales, y, por tanto, no
se requiere que cada uno de los cónyuges abone dicha tasa...”
(Casación Nro. 549-2006 / La Libertad, publicada en el Diario
Oficial El Peruano el 03-10-2006, págs. 17311-17312).
- “... El incumplimiento del pago del arancel judicial para el
ofrecimiento de pruebas no origina la nulidad de dicho
ofrecimiento, ni que éste sea inválido o inadmisible, porque no está
contemplada dicha situación en el Código Procesal Civil, lo que sí
ocurre en el caso de los recursos de apelación y de casación...”
(Casación Nro. 2158-2001 / Ancash, publicada en el Diario Oficial
El Peruano el 30-11-2001, pág. 8146).
- “... Se ha transgredido el derecho al debido proceso del recurrente,
por cuanto se ha obviado actuar un medio probatorio esencial...”

538
LA PRUEBA EN LA JURISPRUDENCIA CASATORIA

(Casación Nro. 4528-2006 / Lambayeque, publicada en el Diario


Oficial El Peruano el 30-05-2008, págs. 22098-22099).
- “... Si bien es cierto es potestad del Juez de mérito no actuar la
prueba por imposibilidad material manifiesta, tratándose de una
prueba admitida, debe agotarse los esfuerzos para tenerla a la
vista...” (Casación Nro. 1323-2005 / Lambayeque, publicada en el
Diario Oficial El Peruano el 02-04-2007, págs. 19125-19126).
- “... El hecho que la Sala de vista se haya pronunciado sobre los
medios probatorios aportados al proceso, ello no lo [sic] constriñe
necesariamente a emitir pronunciamiento sobre el fondo del asunto
cuando advirtiera en su calidad de director del proceso [...] alguna
formalidad procesal imperativa incumplida por las partes que
impida continuar con la prosecución normal del proceso...”
(Casación Nro. 1320-2006 / Lima, publicada en el Diario Oficial El
Peruano el 02-07-2007, págs. 19797-19798).
- “... La resolución materia de impugnación [...] no se trata de una
sentencia que se haya pronunciado sobre el fondo del asunto, por lo
que resulta inviable que los juzgadores analicen o examinen las
pruebas ofrecidas por las partes en el decurso del proceso
relacionadas con el asunto en controversia...” (Casación Nro. 1056-
2006 / Arequipa, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 03-
09-2007, págs. 20273-20274).
- “... Excepcionalmente se puede emitir una sentencia inhibitoria,
cuando se trate de establecer la validez de la relación jurídica
procesal, según lo regula el artículo 121 in fine del Código Procesal
Civil. En consecuencia, al haberse emitido una sentencia inhibitoria
no es posible sostener que existe una deficiente apreciación de los
medios probatorios, [...] porque no ha existido pronunciamiento
sobre el fondo de la controversia...” (Casación Nro. 2190-2006 /
Cusco, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 29-02-2008,
pág. 21624).
- “... La recurrida es una resolución inhibitoria; por lo que, al no
existir pronunciamiento sobre el fondo de la controversia, no
requiere de una fundamentación jurídica, ni tampoco de
valorización de los hechos ni de las pruebas actuadas en el
proceso...” (Casación Nro. 775-2007 / Lima, publicada en el Diario
Oficial El Peruano el 03-07-2007, pág. 19924).

539
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

2. JURISPRUDENCIA CASATORIA RELACIONADA CON LOS


PRINCIPIOS EN MATERIA PROBATORIA
La Corte Suprema de Justicia de la República, en relación a los principios
en materia probatoria, ha establecido lo siguiente:
- “... En materia probatoria el Código Procesal Civil contiene una
serie de normas y principios reguladores, cuya infracción
indudablemente constituye una forma de violar el derecho al
debido proceso...” (Casación Nro. 3889-2000 / Lima, publicada en
el Diario Oficial El Peruano el 0209-2002, págs. 9145-9146).
- “... Es un derecho de las partes [...] que los medios probatorios que
ofrezcan, sean admitidos[,] actuados y valorados debidamente,
siempre que se cumplan con los principios que delimitan la prueba
(eventualidad o preclusión, pertinencia, idoneidad, licitud,
etcétera)...” (Casación Nro. 2152-00 / Piura, publicada en el Diario
Oficial El Peruano el 30-04-2001, pág. 7174).
- “... Tratándose de un derecho [a probar] que se materializa dentro
de un proceso, éste se encuentra delimitado por una serie de
principios que limitan su contenido entre los que pueden
mencionarse, los principios de pertinencia, idoneidad, utilidad,
preclusión, licitud, contradicción, debida valoración, entre otros, y
siendo el objetivo del proceso llegar a la verdad judicial, los jueces
deben motivar razonada y objetivamente el valor probatorio en la
sentencia...” (Casación Nro. 1648-2007 / Lima, publicada en el
Diario Oficial El Peruano el 01-12-2008, págs. 23270-23272).
- “... El contenido esencial del derecho a probar consiste en el
derecho de todo sujeto procesal legitimado para intervenir en la
actividad probatoria a que se admitan, actúen y valoren
debidamente los medios probatorios aportados al proceso para
acreditar los hechos que configuran su pretensión o su defensa;
ciertamente, es menester mencionar que dicha derecho es mirado
contemporáneamente como un auténtico derecho fundamental, ya
que forma parte de otros dos derechos fundamentales como son la
tutela jurisdiccional efectiva y el debido proceso, y su infracción
afectaría el orden constitucional (...). (...) el mismo derecho, por
tratarse de un instrumento que se materializa dentro de un proceso,
está delimitando por una serie de principios que delimitan su
contenido, entre los cuales, pueden mencionarse, los principios de

540
LA PRUEBA EN LA JURISPRUDENCIA CASATORIA

pertinencia, idoneidad, utilidad, preclusión, licitud, contradicción,


debida valoración, entre otros, que se hallan regulados algunos de
forma explícita y otros de modo implícito, en los Artículos ciento
ochentiocho y siguientes del Código Procesal Civil” (Casación
Nro. 261-99 / Ica, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 31-
08-1999, págs. 3387-3388).
- “... La actividad probatoria está regulada por una serie de principios
o reglas jurídicas que en conjunto [...] comprenden las fases
relativas al ofrecimiento de los mecanismos probatorios, su
admisión, su actuación, llegando finalmente a la valoración de los
propios medios procesales empleados para acreditar los hechos. [...]
Entre los principios reguladores de la actividad probatoria
encontramos, entre otros, el principio de la necesidad de probar los
hechos alegados por las partes; el principio que prohíbe al juez
fundar su decisión en conocimientos propios adquiridos sin
intervención de las partes; el principio de adquisición; el principio
que preconiza que las partes no sólo deben tener la misma facultad
para usar de los medios probatorios, sino también de la misma
oportunidad para ofrecerlos y actuarlos (principio de eventualidad y
preclusión); el principio de contradicción; el principio de lealtad,
probidad y veracidad en materia probatoria; el principio de
formalidad y el principio de inmediación en materia probatoria...”
(Casación Nro. 4068-2006 / Lima, publicada en el Diario Oficial El
Peruano el 30-05-2008, págs. 22078-22080).
- “... El principio de necesidad de la prueba significa que los hechos
sobre los cuales debe fundarse la decisión judicial, estén
demostrados con pruebas aportadas al proceso y que han sido
objeto del control de las partes, esto es que han tenido la
posibilidad de objetarlas[,] tacharlas y opinar sobre ellas; y
concomitante con ese principio, en que en el proceso no puede ser
valorado un medio probatorio que no ha sido admitido en la forma
prescrita por la ley...” (Casación Nro. 3299-2007 / Lima, publicada
en el Diario Oficial El Peruano el 04-09-2008, pág. 22976).
- “... Uno de los principios reguladores de la prueba judicial es el
llamado principio de la necesidad de probar los hechos alegados
por las partes. Este principio se sustenta en la necesidad de que los
hechos sobre los cuales debe apoyarse la decisión jurisdiccional
tienen que estar demostrados con medios probatorios aportados al

541
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

proceso por cualquiera de las partes o por el propio Juez en los


casos y dentro de las condiciones que la Ley señale; en
consecuencia, para alcanzar la tutela jurisdiccional efectiva no es
suficiente alegar hechos sino que dichos hechos alegados tienen
que ser probados...” (Casación Nro. 3041-2002 / Callao, publicada
en el Diario Oficial El Peruano el 3009-2004, págs. 12699-12700).
- “... De acuerdo al principio de eventualidad o preclusión en materia
probatoria, los medios probatorios deben ser ofrecidos en la etapa
postulatoria, tal como se advierte de los artículos cuatrocientos
veinticinco inciso quinto y cuatrocientos cuarentidós inciso quinto
del Código Procesal Civil, salvo las excepciones contenidas en los
artículos trescientos setenticuatro y cuatrocientos veintinueve del
mismo cuerpo normativo, referidos al ofrecimiento de medios
probatorios extemporáneos; con este principio se busca impedir que
una de las partes, provisto de medio probatorio de último momento,
procure una decisión judicial en su beneficio y en perjuicio de la
otra parte, quien no habría podido controvertir su eficacia
probatoria, afectando su derecho de defensa...” (Casación Nro. 88-
02 / Piura, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 01-10-2002,
pág. 9289).
- “... Conforme al principio de eventualidad procesal en materia
probatoria, los medios probatorios deben ser ofrecidos en la etapa
postulatoria, tal como lo establecen los artículos ciento
ochentinueve, cuatrocientos veinticinco inciso quinto y
cuatrocientos cuarentidós inciso quinto del Código Procesal Civil.
Con este principio se busca impedir que una de las partes,
maliciosamente, omita ofrecer pruebas en la etapa procesal
correspondiente, procurando una decisión judicial en su beneficio
sobre la base de pruebas ofrecidas fuera de la etapa señalada, y en
perjuicio de la otra parte, quien no podría controvertir su validez o
su eficacia probatoria, afectando su derecho de defensa; [...] sin
embargo, nuestro ordenamiento procesal establece excepciones, las
cuales se encuentran contenidas en los artículos trescientos
setenticuatro, cuatrocientos veintinueve y cuatrocientos cuarenta
del mismo cuerpo normativo, referidos
al ofrecimiento de medios probatorios extemporáneos...” (Casación Nro.
5342-06 / Lima, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 30-05-2008,
págs. 22155-22156).

542
LA PRUEBA EN LA JURISPRUDENCIA CASATORIA

- “... El derecho a la admisión de los medios probatorios está


limitado por el principio de eventualidad o preclusión, pues según
el artículo ciento ochentinueve del Código Procesal Civil aquellos
deben ser ofrecidos por las partes en los actos postulatorios, salvo
disposición legal distinta del Código...” (Casación Nro. 2152-00 /
Piura, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 30-04-2001,
pág. 7174).
- “... Conforme al principio de adquisición de la prueba, el Juez al
momento de juzgar y resolver toma en consideración todo el
material probatorio aportado, sin importarle quien [sic] lo haya
incorporado al proceso, el actor o el demandado; dado que las
pruebas incorporadas al proceso pueden beneficiar o perjudicar a la
parte que la haya aportado...” (Casación Nro. 5131-2007 / Lima,
publicada en el Diario Oficial El Peruano el 03-092008, págs.
22915-22917).
- “... El principio de adquisición de la prueba, a través del cual los
actos procesales no pertenecen a la parte que los haya realizado u
originado sino al proceso, lo que significa que el acto procesal es
común, o sea, que sus efectos se extienden por igual a las dos
partes (demandante y demandado)...” (Casación Nro. 2556-2006 /
Lima Norte, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 02-10-
2007, págs. 20782-20783).
- “... Conforme a los artículos 188 y 197 del Código Procesal Civil,
las pruebas no pertenecen a las partes, sino al proceso, en mérito al
principio denominado de adquisición y fin de la prueba...”
(Casación Nro. 56152007 / Lima, publicada en el Diario Oficial El
Peruano el 30-06-2008, pág. 22470).
- “... Por el principio de adquisición procesal los medios probatorios
deben ser objeto de valoración pues al ingresar al proceso ya no
pertenecen a las partes sino a éste...” (Casación Nro. 2152-00 /
Piura, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 30-04-2001,
pág. 7174).
- “... En virtud del principio de comunidad o adquisición probatoria
todos los medios probatorios pertenecen al proceso,
independientemente de quien los ofrezca, y sirven para resolver el
conflicto intersubjetivo de intereses...” (Casación Nro. 2732-2006 /

543
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

Huancavelica, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 01-02-


2007, pág. 18816).
- “... Basándonos en el Principio de Adquisición o Comunidad
Probatoria, ninguno de los medios probatorios que obran en el
proceso, y que fueran aportados por las partes, tienen,
necesariamente, que beneficiar al oferente, dado que estos
pertenecen al proceso y no [a] las partes...” (Casación Nro. 2004-01
/ Lima, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 30-11-2001,
págs. 8139-8140).
- “... El sistema procesal probatorio se rige [...] por el [principio] de
la comunidad [o adquisición] de la prueba, según el cual, los
medios probatorios ofrecidos en autos, y valorados por las
instancias, no le pertenecen al oferente sino al proceso, por lo que
no siempre concluyen apoyando la tesis de la parte que los
ofreció...” (Casación Nro. 4006-2006 / Santa - Chimbote, publicada
en el Diario Oficial El Peruano el 03-07-2007, págs. 19902-19903).
- “... Con relación a la valoración de medios probatorios que no
fueron ofrecidos válidamente por el demandado, debe advertirse
que si bien de autos obra que no se han admitido y actuado los
medios probatorios ofrecidos por el demandado; no es menos cierto
que el A quo [...] ha precisado que valoraba tales medios
probatorios en su conjunto con los demás actuados en el proceso,
en atención a sus facultades previstas en el artículo ciento
noventicuatro del Código Procesal Civil; lo que es válido en el
proceso, pues en virtud del principio de adquisición procesal, nada
impide que eventualmente el Juzgador valore medios probatorios
que no fueron incorporados formalmente al proceso, pero que
obran en autos y que aportan elementos de juicio esenciales para
resolver el asunto controvertido...” (Casación Nro. 570-2006 /
Lima, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 02-07-2007,
pág. 19766).
- “... Por el principio de adquisición procesal todos los actuados
procesales que corren en el expediente pueden ser merituados por
el Juzgador a efecto de satisfacer los fines a que se contrae el
Artículo ciento ochentiocho del Código Procesal Civil...” (Casación
Nro. 731-99 / Arequipa, publicada en el Diario Oficial El Peruano
el 12-10-1999, pág. 3702).

544
LA PRUEBA EN LA JURISPRUDENCIA CASATORIA

- “... Constituye uno de los Principios Procesales el de Adquisición


por el cual una vez incorporados al proceso los actos, documentos o
informaciones que hubieran sido admitidos dejan de pertenecer a
quien [los] realizó y pasan a formar parte del proceso...” (Casación
Nro. 2070-01 / Tacna, publicada en el Diario Oficial El Peruano el
30-06-2004, pág. 12222).
- “... El principio de adquisición procesal que enarbola el proceso
civil moderno, concede una ‘función expropiadora’ por el que
todos los actuados procesales que corren en el expediente pueden
ser merituados por el Juzgador a efecto de satisfacer los fines a que
se contrae el artículo ciento ochentiocho del Código Procesal
Civil...” (Casación Nro. 3294-02 / Camaná, publicada en el Diario
Oficial El Peruano el 02-11-2004, págs. 12816-12817).
- “... En el proceso civil moderno, (...) el principio de adquisición
procesal (...) concede al proceso una función ‘expropiadora’, con la
potencialidad de apropiarse de determinadas actividades procesales
incorporándolas al proceso con el objeto de aspirar a los roles
axiológicos de la prueba, esto es, la certeza y convicción sobre los
hechos alegados...” (Casación Nro. 1864-96 / Lima, publicada en el
Diario Oficial El Peruano el 16-05-1998, págs. 1043-1044).
- “... El acto procesal de incorporación de la prueba corresponde a
una naturaleza común, pudiendo incluso, de ser el caso, la parte que
no participó en su incorporación obtener conclusiones respecto de
ésta...” (Casación Nro. 2070-01 / Tacna, publicada en el Diario
Oficial El Peruano el 3006-2004, pág. 12222).
- “... El principio de incorporación de la prueba significa que todas
las pruebas admitidas deben ser valoradas, aún cuando prueben en
contra de la pretensión de quien las ofreció y no permite [...] la
apreciación de prueba extemporánea, pues ello llevaría a una
situación de convalidación de actuaciones irregulares...” (Casación
Nro. 1304-97 / Cono Norte, publicada en el Diario Oficial El
Peruano el 30-01-2001, págs. 6842-6843).
- “... Estos principios [de contradicción y bilateralidad] aplicados a la
actividad probatoria de las partes significan que las partes deben
conocer oportunamente las pruebas ofrecidas por su contrario y
admitidas por el juzgador de mérito, para así poder ejercer su
derecho de objetarlas[,] tacharlas o producir nueva prueba...”

545
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

(Casación Nro. 1304-97 / Cono Norte, publicada en el Diario


Oficial El Peruano el 30-01-2001, págs. 6842-6843).
- “... El principio de idoneidad o conducencia de los medios
probatorios destinados a acreditar los hechos constituye una
facultad del juzgador...” (Casación Nro. 615-99 / Lima, publicada
en el Diario Oficial El Peruano el 17-08-1999, pág. 3202).
- “... El principio de unidad del material probatorio, establece que
todos los medios aportados al proceso forman una unidad y como
tal deben ser examinados y valorados, confrontando uno a uno
todos los medios de prueba, puntualizando su concordancia o
discordancia para finalmente concluir sobre el convencimiento que
a partir de ellas se forme...” (Casación Nro. 810-2004 / Arequipa,
publicada en el Diario Oficial El Peruano el 30-09-2005, págs.
14794-14795).
- “... Uno de los principios que sirven de pauta para la valoración de
la prueba es el de unidad del material probatorio, según el cual los
medios probatorios deben ser valorados en forma conjunta,
‘confrontándose uno a uno todos los medios de prueba,
puntualizando su concordancia o discordancia’, con la finalidad de
que la decisión final sea una síntesis de la totalidad de los medios
de prueba y de los hechos que pretendieron acreditar...” (Casación
Nro. 3328-00 / Camaná, publicada en el Diario Oficial El Peruano
el 31-08-2001, págs. 7607-7609).
- “... El principio de la unidad de la prueba, el cual ningún juez debe
ignorar para lograr una declaración de certeza sobre los hechos
controvertidos, [...] [consiste] en la exigencia en el examen de cada
prueba separadamente y de todas las pruebas juntas. Sin embargo,
este principio en materia probatoria puede ser infringido cuando el
juez se abstiene de examinar las posibilidades contrarias que arroja
una parte de la prueba a la otra parte que consigna como
fundamento decisivo de su fallo, dando lugar al vicio que se conoce
como la apreciación fragmentaria de la prueba, lo que incide
decisivamente en la motivación de la sentencia...” (Casación Nro.
3806-2006 / Callao, publicada en el Diario Oficial El Peruano el
03-01-2008, pág. 21390).
- “... El Colegiado absuelve el grado y confirma la apelada que
declara infundada la demanda, sin embargo ninguno de los

546
LA PRUEBA EN LA JURISPRUDENCIA CASATORIA

fundamentos que la sustentan hace referencia al expediente


solicitado, no obstante que fue incorporado al caudal probatorio
con el objeto de mejor resolver. (...) Que, por consiguiente se ha
infringido el principio de unidad del material probatorio, por el que
se entiende que los medios probatorios aportados al proceso o
procedimiento forman una unidad, y que como tal, deben ser
examinados y valorados por el juzgador en forma conjunta,
confrontando uno a uno todos los diversos medios ofrecidos, sean
de parte o de oficio, criterio jurídico previsto en el Artículo ciento
noventisiete del Código Procesal Civil, y que no ha sido tomado en
cuenta por la recurrida” (Casación Nro. 1671-98 / Ayacucho,
publicada en el Diario Oficial El Peruano el 14-09-1999, pág.
3516).
- “... No obstante existir motivación en la sentencia recurrida, resulta
que ésta es aparente, pues se ha inobservado el principio de unidad
del material probatorio, pues los medios probatorios forman una
unidad, y que, como tal, deben ser examinados y valorados por el
juzgador en forma conjunta, confrontando uno a uno todos los
diversos medios de prueba, puntualizando su concordancia o
discordancia, para finalmente concluir sobre el convencimiento que
a partir de ellas (sic) se forme” (Casación Nro. 261-99 / Ica,
publicada en el Diario Oficial El Peruano el 31-08-1999, págs.
3387-3388).
- “... El principio de unidad de la prueba, como principio probatorio,
se emplea dentro de un mismo y único procedimiento probatorio,
esto es, no puede pretenderse que, luego de concluido el
procedimiento probatorio, se vuelva a abrir otro procedimiento
probatorio, para añadir al análisis de los medios probatorios, otros
que la recurrente considera nuevos, pero que temporalmente no
son, puesto que pudieron haber sido ofrecidos oportunamente...”
(Casación Nro. 430-2006 / Cusco, publicada en el Diario Oficial El
Peruano el 31-10-2006, pág. 17534).

3. JURISPRUDENCIA CASATORIA RELACIONADA CON LA


CARGA DE LA PRUEBA
La Corte Suprema de Justicia de la República, en relación a la carga de la
prueba, ha establecido lo siguiente:

547
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

- “... La carga de la prueba o llamada también ‘onus probandi’


consiste en que quien tiene la titularidad de la carga de la prueba es
la parte que persigue los efectos jurídicos en función a los hechos
que sustentan su pretensión...” (Casación Nro. 2660-2006 / Lima,
publicada en el Diario Oficial El Peruano el 01-04-2008, págs.
21917-21918).
- “... Conforme el artículo ciento noventiséis del Código Procesal
Civil, el proceso civil [...] se rige por el principio de la carga de la
prueba, según el cual, toda parte procesal que afirma un hecho [...]
tiene que probarlo...” (Casación Nro. 2162-2005 / Callao, publicada
en el Diario Oficial El Peruano el 30-10-2006, págs. 17500-17501).
- “... Si en un proceso judicial han sido incorporados (sic) pruebas
suficientes, a instancias (sic) de cualquiera de las partes, la cuestión
atinente a la carga de la prueba resulta irrelevante, y sólo adquiere
trascendencia si la prueba aportada no es suficiente; en tal situación
el Juez debe decidir a quién, al actor o al demandado le
corresponde la carga de la prueba” (Casación Nro. 849-96 /
Chimbote, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 01-01-1998,
págs. 347-348).
- “... Es garantía del derecho de todo justiciable [...] que los hechos
que afirme sean sustentados debidamente con los medios
probatorios que regula la ley procesal para tal efecto, dándose la
mayor amplitud para que la prueba sea actuada y valorada, sin que
se afecten los principios procesales de celeridad y economía. Si en
el proceso han sido incorporadas pruebas suficientes a instancia de
cualquiera de las partes, la cuestión atinente a la carga de la prueba
resulta irrelevante y sólo adquiere importancia si la aportada no es
suficiente; ante tal situación, el juez debe decidir a cuál de los
sujetos procesales corresponde dicha obligación...” (Casación Nro.
1809-2006 / Lambayeque, publicada en el Diario Oficial El
Peruano el 30-06-2008, págs. 22331-22332).
- “... El principio dispositivo, que rige el impulso del proceso civil,
significa que sólo a las partes les incumbe probar sus afirmaciones,
como establece el artículo ciento noventiséis del Código Procesal
Civil; no obstante lo cual el Juez de mérito, al apreciar la prueba
para construir el juicio de hecho, utiliza toda la admitida, como
prescribe el artículo ciento noventisiete del acotado [C.P.C.]...”

548
LA PRUEBA EN LA JURISPRUDENCIA CASATORIA

(Casación Nro. 1304-97 / Cono Norte, publicada en el Diario


Oficial El Peruano el 30-01-2001, págs. 6842-6843).
- “... El Juez pronuncia sentencia conforme al estado del proceso, sin
que le corresponda suplir a las partes en el ofrecimiento de su
prueba...” (Casación Nro. 374-99 / Piura, publicada en el Diario
Oficial El Peruano el 04-06-1999, págs. 2949-2950).
- “... En base al principio dispositivo en materia procesal civil son las
partes las que deben hacer uso de los medios de defensa e invocar
los hechos que sustentan su pretensión o defensa; por ende, el Juez
no puede sustituirse en lugar de las partes ordenando la actuación
de algún medio probatorio respecto a un hecho no invocado...”
(Casación Nro. 141-2000 / Lima, publicada en el Diario Oficial El
Peruano el 01-06-2000, págs. 5454-5455).
- “... Es principio elemental de la lógica jurídica el que las partes
deben acreditar los hechos que exponen o contradicen, salvo
aquellos expresamente aceptados por la contraparte, o aquellos que
no han sido negados, observados o contradicho [sic -léase
contradichos-]...” (Casación Nro. 2002-2005 / Lambayeque,
publicada en el Diario Oficial El Peruano el 04-12-2006, pág.
18238).
- “... El Colegiado consideró que el accionante no había cumplido
con acreditar en autos ninguno de los extremos de su demanda, por
lo que dicho sujeto procesal había incumplido con la carga [de la
prueba] que le impone el artículo ciento noventiséis del Código
Procesal Civil [...]; [...] de lo expuesto por el Colegiado se aprecia
que éste no ha fundamentado jurídicamente su fallo, al no haber
aplicado, para resolver la presente controversia, norma sustantiva
alguna, [...] es decir la Sala de Revisión no ha sustentado
jurídicamente su decisión jurisdiccional, no bastando para declarar
infundada una demanda la simple invocación del artículo ciento
noventiséis del Código Procesal Civil [sobre carga de la prueba],
norma adjetiva que resultará aplicable solo cuando exista
previamente un análisis de los fundamentos fácticos y jurídicos
esgrimidos por los actores procesales, es decir un pronunciamiento
sobre el fondo de la controversia, tal como lo establece el último
párrafo del artículo ciento veintiuno del Código Adjetivo [C.P.C.],
salvo el caso que la instancia de mérito efectúe un pronunciamiento

549
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

excepcional sobre la validez de la relación procesal, que no es el


caso...” (Casación Nro. 3234-00 / Junín, publicada en el Diario
Oficial El Peruano el 02-072001, pág. 7349).
- “... En contravención de lo dispuesto por el artículo 196 del citado
Código procesal [C.P.C.], en la sentencia [de vista] materia del
presente recurso [de casación], se ha aplicado implícitamente la
regla de la inversión de la carga de la prueba, que sólo es aplicable
en casos expresa y puntualmente señalados por nuestro
ordenamiento jurídico...” (Casación Nro. 777-2001 / Lima,
publicada en el Diario Oficial El Peruano el 31-05-2002, págs.
8861-8862).
- “... Del texto del artículo 196 [del C.P.C.], concordante con el
artículo 200 del Código Procesal civil, se aprecia que la obligación
de probar la pretensión corresponde a quien demanda y no a la
demandada, incumpliéndose lo dispuesto por el inciso 3° del
artículo 122 del Código Procesal Civil; [...] al expedir la resolución
de vista [...], que confirma la sentencia del A’quo, [...] se ha
incurrido en [...] contravención a las normas que garantizan el
derecho a un debido proceso, [...] al aplicar erróneamente la
inversión de la carga de la prueba...” (Casación Nro. 1133-2001 /
Lima, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 31-102002, pág.
9451).
- “... La inversión de la carga de la prueba implica que la ley
determina excepcionalmente quién debe probar. Existe afectación
al debido proceso cuando arbitrariamente el órgano jurisdiccional
establece la inversión de la carga probatoria en casos que la ley no
lo establece...” (Casación Nro. 2949-2001 / Lima, publicada en el
Diario Oficial El Peruano el 31-012003, págs. 9932-9933).
- “... Por regla general, se establece que la parte que afirma o niega
un hecho debe probarlo. Excepcionalmente, la ley establece los
supuestos precisos de la inversión de la carga de la prueba, esto es,
se determina de manera específica quién debe probar. Frente a la
concepción establecida en el artículo 196 del Código Procesal
Civil, aparece en la doctrina el criterio de la adecuación de la carga
de probar, que deja de lado la visión estática de la probanza,
adoptando una posición más bien dinámica, orientada no en el
campo dispositivo, sino publicístico del proceso. En resumidas

550
LA PRUEBA EN LA JURISPRUDENCIA CASATORIA

cuentas, según esta nueva perspectiva, en materia probatoria, el


Juez deberá tener en cuenta lo siguiente: La parte que esté en
mejores oportunidades de probar un hecho, sobre ella recaerá la
carga de la prueba...” (Casación Nro. 779-2002 / Lima, publicada
en el Diario Oficial El Peruano el 31-05-2004, págs. 12038-12039).
- “... Según el principio de la carga dinámica de la prueba, la parte
que está en mejores posibilidades de probar, sobre ella recaerá el
aporte de los medios probatorios...” (Casación Nro. 3735-01 /
Apurímac, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 03-01-
2005, págs. 13313-13314).
- “... No se infringe la regla de la carga de la prueba por cuanto por
imperio de la ley la buena fe se presume y a (sic) quien pretenda
negar tal presunción corresponde probarla...” (Casación Nro. 2689-
99 / Lima, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 21-01-2000,
pág. 4624).

4. JURISPRUDENCIA CASATORIA RELACIONADA CON LA


OPORTUNIDAD DE LOS MEDIOS DE PRUEBA
La Corte Suprema de Justicia de la República, en relación a la oportunidad
de los medios de prueba, ha establecido lo siguiente:
- “... [Los medios probatorios] deben ser ofrecidos por las partes en
los actos postulatorios, los que se materializan en los escritos
rectores del proceso, como son la demanda y la contestación a la
misma...” (Casación Nro. 1640-99 / Arequipa, publicada en el
Diario Oficial El Peruano el 02-05-2002, pág. 8663).
- “... En lo que se refiere a los medios probatorios, la etapa pertinente
para su ofrecimiento es la postulatoria conforme al artículo 189 del
Código Procesal Civil, en ella el demandante podrá ofrecer los
medios probatorios que estime sustentan sus preces, los que deberá
acompañar a su escrito de demanda, mientras que lo propio podrá
hacer el emplazado en su contestación, contando las partes con la
posibilidad de cuestionar los ofrecidos por su contrario, de acuerdo
con los instrumentos legales que brinda el Código Adjetivo
acotado, ejercitando así su derecho de defensa. [...] Que, empero, el
propio artículo 189 del Código Procesal Civil [...] apertura la
posibilidad de su ofrecimiento fuera de la etapa postulatoria cuando
así lo permita ese mismo texto legal adjetivo...” (Casación Nro.

551
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

3837-2007 / Piura, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 31-


012008, págs. 21511-21512).
- “... Nuestro sistema se rige por el Principio de Preclusión en cuanto
a la oportunidad en que deben de ofrecerse los medios probatorios,
y que se limita a la etapa postulatoria del proceso, salvo disposición
distinta del citado Código Procesal a tenor de lo dispuesto en el
artículo ciento ochenta y nueve del referido cuerpo legal...”
(Casación Nro. 5396-2006 / Lima Norte, publicada en el Diario
Oficial El Peruano el 01-12-2008, págs. 23323-23324).
- “... De acuerdo al principio de eventualidad y preclusión en materia
probatoria, los medios probatorios deben ser ofrecidos en la etapa
postulatoria, tal como se advierte de los artículos cuatrocientos
veinticinco inciso quinto y cuatrocientos cuarentidós inciso quinto
del Código Procesal Civil, con dicho principio ser busca [sic -léase
se busca-] impedir que una de las partes provista de un medio
probatorio de último momento procure una decisión en su beneficio
y en perjuicio de la otra parte, quién [sic] no habría podido
controvertir su eficacia probatoria, afectando el derecho al debido
proceso...” (Casación Nro. 100-2007 / Ica, publicada en el Diario
Oficial El Peruano el 02-12-2008, págs. 23480-23482).
- “... La denuncia in procedendo tampoco puede prosperar pues fluye
que la prueba ofrecida fue emitida con anterioridad a la
presentación de la demanda por lo que mal puede calificarse como
un hecho nuevo en los términos del Artículo cuatrocientos
veintinueve del Código Procesal Civil...” (Casación Nro. 765-99 /
Lima, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 14-09-1999,
pág. 3511).
- “... Si bien es cierto que de conformidad con el Artículo ciento
ochentinueve del Código adjetivo, los medios probatorios deben ser
ofrecidos por las partes en los actos postulatorios, también es
permisible, que el juzgador admita pruebas con posterioridad a esta
etapa procesal, incluso actuarlas de oficio, siempre y cuando sirvan
para promover certeza y convicción de los hechos invocados por
las partes, en cumplimiento de su rol de director del proceso, con lo
cual no existen (sic) ninguna vulneración del derecho de defensa y
por lo tanto no se ha afectado el debido proceso...” (Casación Nro.

552
LA PRUEBA EN LA JURISPRUDENCIA CASATORIA

634-96 / Piura, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 20-04-


1998, págs. 725-726).
- “... Al admitirse las pruebas extemporáneas, el juez originario
corrió traslado de las mismas a la parte contraria de acuerdo a lo
establecido en el artículo cuatrocientos veintinueve del Código
Procesal Civil a fin de que la parte reconozca o niegue la
autenticidad de los documentos que se le atribuyen; no habiéndose
incurrido en vicio procesal. [...] no se afecta al principio de
preclusión cuándo [sic -léase cuando-] se trata de medios
probatorios extemporáneos sobre hechos nuevos, si se ha corrido
traslado de los mismos a la parte contraria...” (Casación Nro. 0996-
99 / Arequipa, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 02-01-
2002, págs. 8213-8214).
- “... La tendencia procesal moderna es admitir medios probatorios
fuera de la etapa postulatoria, toda vez que la finalidad del proceso
es resolver el conflicto intersubjetivo de intereses y descubrir la
verdad; sin embargo, siempre debe respetarse el principio de
contradicción...” (Casación Nro. 4876-2006 / Lima, publicada en el
Diario Oficial El Peruano el 02-102007, págs. 20693-20694).
- “... La tendencia procesal es admitir los medios probatorios
extemporáneos, siempre que no se afecte el principio de
bilateralidad de los medios probatorios...” (Casación Nro. 422-2006
/ Huánuco, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 31-10-
2006, págs. 17533-17534).
- “... Se ha flexibilizado la prohibición de admitir elementos
probatorios extemporáneos o formalmente no incorporados al
proceso, atendiendo a que el fin concreto del proceso, según el
numeral III del Título Preliminar del Código Procesal Civil, es
resolver un conflicto intersubjetivo de intereses y su fin abstracto es
alcanzar la paz en justicia; siendo ello así, es evidente que la
rigidez en la admisión de elementos probatorios debe ceder paso a
la posibilidad de que se admitan nuevos medios probatorios
siempre que no se afecte el derecho de contradicción de los medios
probatorios de la otra parte, esto es, que la otra parte tenga la
posibilidad real de cuestionar los referidos elementos...” (Casación
Nro. 2000-2005 / Puno, publicada en el Diario Oficial El Peruano
el 02-04-2007, págs. 19170-19171).

553
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

- “... La rigidez en la admisión de elementos probatorios debe ceder


paso a la posibilidad de que se admitan nuevos medios probatorios
siempre que no se afecte el derecho de contradicción probatoria que
asiste a la contraria, esto es, que la otra parte justiciable tenga la
posibilidad real
de cuestionar los referidos elementos, si lo estima conveniente. En todo
caso, el límite es no permitir la ausencia de oportunidad para el debate del
medio probatorio extemporáneo ofrecido y luego incorporado por el Juez;
lo que, además, deriva en la aplicación del principio de unidad probatoria,
que informa el Código Procesal adjetivo [sic]...” (Casación Nro. 3837-2007
/ Piura, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 3101-2008, págs.
21511-21512).
- “... El Juzgador a efecto de no causar indefensión a la otra parte
debió correr traslado para que este niegue [sic -léase para que ésta
niegue-] o reconozca su autenticidad de los documentos que se le
atribuye conforme señala el artículo cuatrocientos veintinueve in
fine del Código Procesal Civil; [...] al no haber obrado el A - quo, y
no habiendo la Sala de mérito subsanado en la forma legal
correspondiente incurren en causal de nulidad de actuados, por
contravenir normas del debido proceso, debiendo renovar dicho
acto...” (Casación Nro. 906-99 / Lima, publicada en el Diario
Oficial El Peruano el 30-04-2001, pág. 7154).
- “... Los documentos que obran en autos, [...] pese a su presentación
extemporánea pueden ser merituados en virtud del principio de
adquisición procesal...” (Casación Nro. 3668-00 / Lima, publicada
en el Diario Oficial El Peruano el 30-04-2001, pág. 7259).
- “... En su razonamiento y valoración, el Colegiado Superior, así
como el Juez de la causa, omiten evaluar los documentos ofrecidos
extemporáneamente por la parte demandada, ninguno de los cuales
ha sido objeto de impugnación; en todo caso, tanto la Sala revisora
como el A quo debieron señalar con claridad y precisión si las
instrumentales referidas generan o no prueba a favor de la parte
demandada, toda vez que la valoración conjunta de las pruebas que
propugna el artículo ciento noventisiete del Código Procesal Civil,
se efectúa sin perjuicio de que el magistrado utilice para ello su
apreciación razonada; [...] siendo así, las sentencias de mérito no
cumplen con el requisito de la motivación adecuada y suficiente,

554
LA PRUEBA EN LA JURISPRUDENCIA CASATORIA

pues contienen una decisión que no se sustenta en la valoración


conjunta y razonada de los medios probatorios aportados al
proceso; por tanto, se trata de resoluciones que no se ajustan al
mérito de lo actuado, contraviniendo el inciso tercero del artículo
ciento veintidós del anotado Código Procesal [C.P.C.], así como el
inciso quinto del artículo ciento treintinueve de la Constitución
Política del Estado...” (Casación Nro. 298-04 / Lima, publicada en
el Diario Oficial El Peruano el 31-08-2005, págs. 14545-14546).
- “... No existe infracción procesal alguna derivada de la falta de
actuación de un prueba que no fue ofrecida oportunamente...”
(Casación Nro. 155799 / Tacna, publicada en el Diario Oficial El
Peruano el 04-11-1999, pág. 3850).
- “... El recurrente pretende que se meritúe una prueba presentada
extemporáneamente, lo que no está permitido en el proceso...”
(Casación Nro. 548-2001 / Lima, publicada en el Diario Oficial El
Peruano el 31-07-2001, pág. 7492).
- “... No es factible pretender que las instancias de mérito valoren
pruebas ofrecidas extemporáneamente...” (Casación Nro. 1840-99 /
Junín, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 07-04-2000,
pág. 4970).
- “... La regla del Artículo cuatrocientos veintinueve del Código
Procesal (Civil) toma sentido en cuanto el Juez valora prueba
ofrecida extemporáneamente, sin audiencia de la contraria, mas si
no lo hace, no causa perjuicio a la defensa contraria ni afecta el
derecho al debido proceso, por lo que son de aplicación los
principios de Conservación y Subsanación previsto (sic) en el
Artículo ciento setentidós cuarto párrafo del mismo Código”
(Casación Nro. 982-97 / Lima, publicada en el Diario Oficial El
Peruano el 16-10-1998, pág. 1940).
- “... La prueba ofrecida por el recurrente no fue admitida por el
Juzgado por haber sido presentada extemporáneamente, por lo que
no existe contravención alguna al debido proceso, al no haber sido
valorado (sic) dichos medios probatorios...” (Casación Nro. 3252-
99 / Cajamarca, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 08-04-
2000, pág. 5033).

555
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

- “... En el caso de autos, los magistrados han valorado elementos


probatorios extemporáneos con el agravante de no haberse corrido
[traslado] de los mismos a la otra parte, lo cual afecta, de manera
flagrante, [...] el derecho a la tutela jurisdiccional efectiva, en su
manifestación de derecho a probar o cuestionar un elemento
probatorio...” (Casación Nro. 33922002 / Lima, publicada en el
Diario Oficial El Peruano el 01-09-2003, págs. 10810-10811).
- “... De acuerdo con el artículo cuatrocientos veintinueve del Código
Procesal Civil, después de interpuesta la demanda, sólo pueden ser
ofrecidos los medios probatorios referidos a hechos nuevos y a los
mencionados por la otra parte al contestar la demanda a reconvenir
[sic -léase o reconvenir-] y de presentarse documentos el juez
concederá traslado a la otra parte para que dentro de cinco días
reconozca o niegue la autenticidad
de los documentos que se le atribuyen; [...] el Juzgado no ha cumplido con
el trámite antes establecido, ni ha admitido o rechazado la prueba; [...] a
pesar de ello, tanto la sentencia apelada como la de vista, se han sustentado
en la prueba presentada con el recurso de fojas [...]; [...] todo esto
determina, que las sentencias de mérito [...] han incurrido en la causal de
nulidad contemplada en el artículo ciento setentiuno del Código Procesal
Civil...” (Casación Nro. 1556-2002 / Cañete, publicada en el Diario Oficial
El Peruano el 02-01-2003, pág. 9751).
- “... La resolución de vista hace referencia (...) a la ficha registral
(...), documento ofrecido por la demandante en calidad de prueba
después de la etapa postulatoria, a pesar de que había precluido la
oportunidad para presentar medios probatorios. (...) Que, en
consecuencia, se ha afectado el derecho al debido proceso...”
(Casación Nro. 2402-98 / Lima, publicada en el Diario Oficial El
Peruano el 14-06-1999, pág. 2990).
- “... Sin obrar en autos resolución admisoria de la prueba ofrecida
por el demandado en forma extemporánea, el a-quo emite sentencia
declarando improcedente la demanda sustentándola en dicha
prueba sin valorar las pruebas aportadas por la demandante, siendo
confirmada por el Colegiado bajo el mismo criterio,
evidenciándose así la [...] contravención invocada [contravención
de las normas que garantizan el derecho al debido proceso]...”

556
LA PRUEBA EN LA JURISPRUDENCIA CASATORIA

(Casación Nro. 3083-2007 / Cajamarca, publicada en el Diario


Oficial El Peruano el 31-01-2008, págs. 21487-21488).
- “... Se ha incurrido en afectación al debido proceso al darse la
oportunidad de que una de las partes pueda suministrar un medio
probatorio extemporáneo, no haberse admitido tal medio de prueba
y, sin embargo[,] ha sido objeto de análisis por el Ad Quem en la
sentencia de vista, no permitiendo con ello el debate contradictorio
que le correspondía tener derecho a la otra parte procesal,
incurriendo con ello en vulneración a la igualdad procesal que les
corresponde a las partes legitimadas que intervienen en un proceso;
[...] en consecuencia corresponde declarar la nulidad de la sentencia
de vista por adolecer de nulidad insubsanable a tenor del artículo
ciento setenta y uno del Código Procesal Civil, correspondiendo
que la Sala califique el referido medio probatorio con arreglo a
ley...” (Casación Nro. 5396-2006 / Lima Norte, publicada en el
Diario Oficial El Peruano el 01-12-2008, págs. 23323-23324).
- “... La sentencia debe emitirse atendiendo únicamente a los medios
probatorios ofrecidos en la etapa postulatoria que han sido
admitidos por el órgano jurisdiccional, en consecuencia, si la
sentencia recurrida se sustenta en un medio probatorio que en su
oportunidad ha sido declarado inadmisible por extemporáneo, se
estaría vulnerando el principio de preclusión procesal y el debido
proceso...” (Casación Nro. 931-2002 / Arequipa, publicada en el
Diario Oficial El Peruano el 02-02-2004, pág. 11388).
- “... Dicha instrumental no ha sido debidamente incorporada al
proceso, al haberse rechazado su escrito de contestación de
demanda por ser extemporáneo [...]; contraviniendo así, la
[resolución] impugnada, el debido proceso, al fundar su decisión en
aquella instrumental...” (Casación Nro. 2601-2001 / Huánuco,
publicada en el Diario Oficial El Peruano el 3103-2003, pág.
10413).
- “... La declaración de improcedencia del escrito de contradicción
por extemporáneo tiene como consecuencia directa el tenerse por
no presentados los medios probatorios ofrecidos en él, no estando
el a quo ni la Sala en la obligación de merituar tales pruebas,
precisándose al respecto que no resulta de aplicación al caso de
autos el artículo cuatrocientos veintinueve del acotado Código

557
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

[C.P.C.] referido al ofrecimiento de medios probatorios


extemporáneos, pues no se han configurado los supuestos
contenidos en dicha norma...” (Casación Nro. 3340-2000 / Lima,
publicada en el Diario Oficial El Peruano el 01-03-2001, pág.
7064).
- “... Al haberse merituado un documento aportado
extemporáneamente esto no invalida las otras pruebas aportadas al
proceso; por tanto la sentencia de vista no es arbitraria...”
(Casación Nro. 3426-01 / Callao, publicada en el Diario Oficial El
Peruano el 01-04-2002, pág. 8536).
- “... Si bien el artículo 189 del Código Procesal Civil precisa que los
medios probatorios deben ser ofrecidos por las partes en los actos
postulatorios, también es verdad que si el medio probatorio,
presentado fuera de la fase postulatoria del proceso, haya sido
incorporado al proceso, el Juez no puede dejar de apreciarlo. Algo
más: si al proceso se han incorporado determinados medios
probatorios, encontrándose dentro de ellos algunos que al parecer
son de trascendencia para dirimir el litigio, el Juez no puede
prescindirlos, debiendo avaluarlos conforme a la regla contenida en
el artículo 197 del citado cuerpo procesal...” (Casación Nro. 3889-
2000 / Lima, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 02-09-
2002, págs. 9145-9146).
- “... Interpretando el artículo 201 de dicho Código [C.P.C.] en su
sentido amplio debemos entender que cualquier defecto en la
oportunidad de ofrecimiento de un medio probatorio no puede
invalidar éste, si a ello se agrega que el Juez no lo hubiera
rechazado liminarmente...” (Casación

558
LA PRUEBA EN LA JURISPRUDENCIA CASATORIA

Nro. 3889-2000 / Lima, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 0209-


2002, págs. 9145-9146).
“... Si bien es cierto que los elementos probatorios se presentan dentro de
la etapa postulatoria; También [sic] lo es que, atendiendo a la finalidad del
proceso, se puede permitir el ingreso de medios probatorios
extemporáneos, siempre que se respete el principio de contradicción de la
prueba...” (Casación Nro. 536-03 / Santa, publicada en el Diario Oficial El
Peruano el 31-03-2004, págs. 11676-11677).
- “... Dentro de la doctrina procesal, se ha flexibilizado la
prohibición de admitir elementos probatorios extemporáneos
atendiendo a que el fin concreto, según el numeral tercero del
Título Preliminar del Código adjetivo [C.P.C.], es resolver un
conflicto intersubjetivo de intereses y su fin abstracto es alcanzar
la paz en justicia; [...] siendo ello así, es evidente que la rigidez en
la admisión de elementos probatorios debe ceder paso a la
posibilidad de que se admitan nuevos medios probatorios siempre
que no se afecte el derecho de contradicción de los medios
probatorios de la otra parte, esto es, que la otra parte tenga la
posibilidad real de cuestionar los referidos elementos, si lo estima
conveniente...” (Casación Nro. 33922002 / Lima, publicada en el
Diario Oficial El Peruano el 01-09-2003, págs. 10810-10811).
- “... El recurrente, fue notificado con la presentación de los medios
probatorios que considera extemporáneos, por lo que en dicha
oportunidad debió formular la reclamación correspondiente del
incumplimiento del artículo cuatrocientos veintinueve del Código
Procesal Civil, por lo que resulta de aplicación el tercer párrafo del
artículo ciento setentidós del Código acotado [sobre convalidación
tácita de la nulidad por su no planteamiento oportuno] porque la
nulidad no fue formulada en la primera oportunidad que tuvo para
hacerlo...” (Casación Nro. 3116-2000 / Lambayeque, publicada en
el Diario Oficial El Peruano el 01-03-2001, pág. 7048).
- “... Los jueces deben tener presente [...] que de acuerdo con el
artículo tercero del Título Preliminar del Código Procesal Civil,
deben atender a que la finalidad concreta del proceso es resolver
un conflicto de intereses o eliminar una incertidumbre, ambas con
relevancia jurídica, siendo efectivo [sic -léase haciendo efectivos-]
los derechos sustanciales y que su finalidad abstracta es lograr la

559
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

-
paz social en justicia; [...] por ello, cuando consideran que una
prueba aunque sea ofrecida extemporáneamente, puede servir para
resolver la controversia y eliminar una incertidumbre jurídica,
están facultados para hacer uso de las pruebas de oficio, de
acuerdo al artículo ciento noventicuatro del Código Adjetivo
[C.P.C.]...” (Casación Nro. 1556-2002 / Cañete, publicada en el
Diario Oficial El Peruano el 02-01-2003, pág. 9751).
- “... Los juzgadores atendiendo a los fines del proceso consagrados
en el artículo III del Título Preliminar del Código Procesal Civil, y
acorde con la facultad que establece el artículo ciento
noventicuatro del mismo cuerpo legal, puede incorporar al proceso
medios probatorios de oficio que estime convenientes, con lo cual
también es posible incorporar la prueba extemporánea ofrecida por
una de las partes, para lo cual debe emitir la resolución
correspondiente, la que debe notificar a las partes a efectos de que
éstas puedan hacer valer sus argumentos de defensa
correspondientes...” (Casación Nro. 130-03 / Piura, publicada en el
Diario Oficial El Peruano el 30-10-2003, pág. 11012).
- “... El medio probatorio de fojas [...] no resulta extemporáneo, ya
que no se trata de una prueba ofrecida de parte, sino de una prueba
de oficio ordenada por el A-quo bajo la facultad conferida por el
artículo ciento noventicuatro del Código Procesal Civil...”
(Casación Nro. 732-02 / Lima, publicada en el Diario Oficial El
Peruano el 31-07-2002, pág. 9070).

5. JURISPRUDENCIA CASATORIA RELACIONADA CON LA


VALORACION DE LA PRUEBA
La Corte Suprema de Justicia de la República, en relación a la valoración
de la prueba, ha establecido lo siguiente:
- “... La función jurisdiccional básica de un Juez es la de resolver un
conflicto, solución que debidamente fundamentada es plasmada en
una sentencia, en la que en su parte considerativa el Juez expone
las valoraciones esenciales y determinantes de los medios

560
LA PRUEBA EN LA JURISPRUDENCIA CASATORIA

probatorios actuados en el proceso, teniendo como mecanismo de


valoración su apreciación razonada, lo cual no es otra cosa que una
manifestación de su independencia jurisdiccional” (Casación Nro.
2601-98 / Lima, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 12-
06-1999, págs. 2987-2988).
- “... Es garantía del derecho de todo justiciable a que los hechos que
afirme sean sustentados debidamente con los medios probatorios
que regula la Ley Procesal, para tal efecto debe darse la mayor
amplitud para que la prueba sea actuada y valorada sin que se
afecte los principios procesales de celeridad y economía en la
tramitación del proceso” (Casación Nro. 764-96 / Piura, publicada
en el Diario Oficial El Peruano el 24-04-1998, pág. 757).
“... El Juez en la sentencia, que es la forma como se exterioriza la decisión
jurisdiccional, debe proceder a la reconstrucción de los hechos, con cuyo
propósito actúa como lo haría un historiador, analiza las declaraciones,
examina los documentos, aprecia las pericias, establece presunciones,
utiliza los estándares jurídicos, aplicando para ello su apreciación
razonada, o como también se llama las reglas de la sana crítica, a fin de
comprobar la existencia o inexistencia de los hechos alegados por la parte
actora y la demandada. (...) Que en esa labor, el Juez está sujeto a dos
restricciones, sólo puede tomar en cuenta los hechos alegados por las
partes, aún (sic) cuando él pudiera tener otro conocimiento, y sólo puede
referirse a la prueba actuada, sea por iniciativa de las partes o de oficio”
(Casación Nro. 2786-99 / Lima, publicada en el Diario Oficial El Peruano
el 07-04-2000, pág. 4996).
- “... El magistrado no puede renunciar a su facultad de apreciación
para descartar un elemento sin convicción probatoria...” (Casación
Nro. 181-95 / Junín, publicada en el Diario Oficial El Peruano el
07-02-1996, pág. 40).
- “... La valoración del caudal probatorio previamente aceptado al
proceso, es una actividad mental atribuida única y exclusivamente
al juez, quien con las reglas de la lógica, la ciencia, la técnica o de
su experiencia compone los hechos, otorgándole jurídicamente el
carácter de cierto. En tal sentido, en nuestro ordenamiento jurídico
-artículo 197 del Código Procesal Civil- se ha incorporado la libre
valoración de la prueba por parte del juez; actividad mental que
debe realizarse coherente y razonablemente, ya que allí radica el

561
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

-
límite a la libertad de valoración; pues, de lo contrario la decisión
se tornaría en una arbitraria...” (Casación Nro. 3323-2007 /
Lambayeque, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 02-12-
2008, págs. 23470-23471).
- “... En nuestro ordenamiento jurídico -artículo 197 del Código
Procesal Civil- se ha incorporado la libre valoración de la prueba
por parte del juez; actividad mental [que] debe realizarse coherente
y razonablemente, con el objetivo de emitirse una sentencia
materialmente justa, ya que allí radica el límite a la libertad de
valoración...” (Casación Nro. 1207-2008 / Lima, publicada en el
Diario Oficial El Peruano el 02-12-2008, págs. 23474-23475).
- “... La última denuncia [sobre infracción del deber del juzgador de
valorar conjuntamente los medios probatorios] tampoco puede
prosperar porque está referida a un tema de valoración de la prueba
en el cual el Juez tiene plena facultad para analizar los medios
probatorios en virtud del artículo ciento noventisiete del Código
adjetivo [C.P.C.] que ha recogido el sistema de libre valoración de
la prueba...” (Casación Nro. 2583-2000 / Chincha, publicada en el
Diario Oficial El Peruano el 02-01-2001, pág. 6682).
- “... Estando a que nuestro Ordenamiento Procesal Civil recoge el
sistema de la libre valoración de la prueba, así como la
Constitución les reconoce a todos los magistrados autonomía, esto
es, la capacidad de decidir (en términos jurídicos) con libertad y
discrecionalidad, y si la instancia superior no está de acuerdo con
la apreciación del A Quo, tiene expedita su atribución revocatoria
del fallo apelado, pero no puede disponer que este varíe la
convicción a la que haya arribado, por ser esta una función
discrecional del Juez y siempre y cuando no haya arribado a una
convicción sobre los hechos materia de controversia; [...] en el
caso de autos, el Juez valorando razonadamente los medios
probatorios actuados, y las normas que ha considerado pertinentes,
ha llegado a una certeza respecto de los puntos controvertidos
materia de la litis y en virtud de ellos ha dictado el fallo
correspondiente, [...] de lo expuesto se concluye que la resolución

562
LA PRUEBA EN LA JURISPRUDENCIA CASATORIA

recurrida ha contravenido las normas que garantizan el derecho a


un debido proceso...” (Casación Nro. 1150-2007 / Lima, publicada
en el Diario Oficial El Peruano el 03-12-2008, págs. 23600-
23601).
- “... En virtud del principio de libre valoración de la prueba,
plasmado en el artículo 197 del Código Procesal Civil, [...] el Juez
aprecia las pruebas de acuerdo a su sana crítica...” (Casación Nro.
812-2008 / Lima, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 04-
09-2008, pág. 23084).
- “... En nuestro sistema procesal el juez valora los medios
probatorios de acuerdo a las reglas de la sana crítica, es decir, de
acuerdo a lo que su experiencia, sus conocimientos y la lógica le
permiten inferir, conforme se desprende de lo dispuesto por el
artículo 197 del Código Procesal Civil...” (Casación Nro. 1530-
2008 / Ancash, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 30-10-
2008, pág. 23245).
- “... El Juez valoró las pruebas con arreglo al artículo 197 del
Código Procesal Civil, atendiendo a su apreciación razonada, la
que no puede ser cuestionada...” (Casación Nro. 3863-2000 / San
Martín - Moyobamba, publicada en el Diario Oficial El Peruano el
31-07-2001, págs. 7600-7601).
- “... Nuestro ordenamiento procesal recoge el sistema de la libre
apreciación de la prueba, que permite al juzgador valorar la misma
utilizando su apreciación razonada, es decir su facultad
discrecional, sin más limitación que la de no vulnerar los
principios lógicos ni de la sana crítica...” (Casación Nro. 3671-
2000 / Lima, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 31-07-
2001, pág. 7597).
“... La prueba debe ser valorada por el Juzgador según las reglas de la sana
crítica, es decir de conformidad con las leyes de la lógica, la psicología y la
experiencia, dándole a cada uno de los medios probatorios el valor que se
consideré [sic -léase considere-] tiene, con una adecuada motivación y
apreciándolas en su conjunto, lo que está de acuerdo con el interés público
del proceso, con la búsqueda de la verdad real y con la aplicación de la
justicia. [...] Que, si bien el Código Procesal Civil ha optado por el sistema
de la libre valoración de la prueba, denominado también de la apreciación

563
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

-
razonada, otorgando al Juzgador libertad para formarse convicción del
propio análisis que efectúe [...] [de] las pruebas existentes; sin embargo, en
su razonamiento, no puede dejar de lado las reglas de la sana crítica...”
(Casación Nro. 2307-2000 / Ayacucho, publicada en el Diario Oficial El
Peruano el 05-11-2001, pág. 7975).
- “... No se ha vulnerado el derecho de probar del impugnante, dado
que no se ha denegado la admisión de algún medio probatorio;
asimismo, tampoco constituye infracción de ese derecho el hecho
que la Sala valore los medios probatorios de acuerdo a su sana
crítica...” (Casación Nro. 1746-01 / Lima, publicada en el Diario
Oficial El Peruano el 05-11-2001, pág. 7864).
- “... Constituye una actividad previa y esencial a la valoración de
los medios probatorios, la interpretación lógica de los mismos, a
fin de establecer su correcto contenido...” (Casación Nro. 1030-
01 / Callao, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 30-11-
2001, págs. 8122-8123).
- “... Para arribar a la conclusión definitiva que se materializa en el
fallo, el juzgador valora en forma conjunta todos los medios
probatorios, utilizando su apreciación razonada...” (Casación Nro.
1015-2000 / Lima, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 02-
01-2001, págs. 6686-6687).
- “... De conformidad con la segunda parte del artículo ciento
noventisiete del Código Adjetivo [C.P.C.] el magistrado, en su
resolución, sólo hará constar las valoraciones esenciales y
determinantes que sustenten su fallo; [...] en consecuencia, el
magistrado es libre de valorar los medios probatorios, empleando
su apreciación razonada, y otorgando a cada medio probatorio el
valor que considera más ajustado al proceso...” (Casación Nro.
3604-00 / Canchis - Sicuani, publicada en el Diario Oficial El
Peruano el 30-04-2001, pág. 7253).

564
LA PRUEBA EN LA JURISPRUDENCIA CASATORIA

-
“... El artículo [...] citado [art. 197 del C.P.C.], establece que todos los
medios probatorios deben ser valorados en forma conjunta, debiendo
el juez utilizar su apreciación razonada; [...] el principio enunciado en
la norma precitada implica que, teniendo en cuenta que el conjunto
probatorio del proceso forma una unidad, como tal deben [sic -léase
debe-] ser apreciado y examinado, confrontando los medios
probatorios entre sí, puntualizando su concordancia o discordancia y
concluyendo sobre el convencimiento que del análisis global se
forme...” (Casación Nro. 14602007 / Lima, publicada en el Diario
Oficial El Peruano el 03-12-2008, págs. 23645-23646).
- “... Los medios probatorios forman una unidad y en tal
sentido, deben ser examinados y valorados por el juzgador en
forma conjunta, confrontando uno por uno los diversos
medios probatorios, puntualizando su concordancia o
discordancia, para finalmente concluir sobre el
convencimiento que a partir de ellas se forme...” (Casación
Nro. 04-2007 / Cusco, publicada en el Diario Oficial El
Peruano el 30-09-2008, pág. 23119).
- “... Las pruebas en realidad están mezcladas formando una
secuencia integral, un todo, un conjunto armonioso; debiendo
ser la preocupación del Juez reconstruir, en base a los medios
probatorios, los hechos que dan origen al conflicto; ninguna
prueba deberá ser tomada en forma aislada, tampoco en forma
exclusiva, sino en su conjunto; dado que sólo teniendo una
visión integral de los medios probatorios se puede sacar
conclusiones en busca de la verdad, que es el fin del
proceso...” (Casación Nro. 35112007 / Piura, publicada en el
Diario Oficial El Peruano el 02-12-2008, pág. 23424).
- “... La valoración de la prueba debe ajustarse a lo dispuesto
por el artículo ciento noventisiete del Código Procesal Civil,
en cuanto a que los medios probatorios son valorados por el
Juez en forma conjunta, utilizando su apreciación razonada;
[...] la apreciación razonada está emparentada con el hecho
que la ley no impone normas generales para acreditar algunos
hechos, ni determina abstractamente el valor de las pruebas,
sino que deja al juzgador en la libertad para admitir toda

565
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

prueba que estime útil al esclarecimiento de la verdad y para


apreciarla conforme a las reglas de la lógica y de la
experiencia común; se trata de un convencimiento lógico y
motivado, basado en elementos probatorios objetivos; [...] en
consecuencia queda descartada la posibilidad de una
apreciación arbitraria y no razonada de las pruebas, ya que el
acto valorativo debe apoyarse en la lógica, los principios
naturales y la experiencia, todo lo cual se relaciona con el
principio de la legítima defensa y el deber de motivación
de las resoluciones judiciales, motivación que debe ser adecuada y no
cualquiera que no tenga asidero objetivo; estas reglas determinan el
sistema de valoración de la prueba y el apartarse de ellos, por parte del
juzgador trae como consecuencia la ineficacia de la sentencia
establecida en el proceso...” (Casación Nro. 2558-2001 / Puno,
publicada en el Diario Oficial El Peruano el 01-04-2002, págs. 8580-
8581).
- “... La Sala Civil al absolver el grado [...] no ha efectuado un
análisis en forma conjunta de las pruebas actuadas en autos, lo
que afecta el debido proceso e infringe lo dispuesto en nuestra
Carta Política del Estado en su artículo ciento treintinueve
inciso tercero, concordante con el artículo sétimo del Texto
Unico Ordenado de la Ley Orgánica del Poder Judicial y el
artículo primero del Título Preliminar del Código Procesal
Civil; [...] por las razones precedentes, se ha configurado la
[...] contravención de normas que garantizan el derecho a un
debido proceso, con lo que se ha incurrido en causal de
inevitable invalidez...” (Casación Nro. 786-2001 / Jaén,
publicada en el Diario Oficial El Peruano el 05-11-2001, pág.
7910).
- “... Al no haberse valorado un medio probatorio que fue
expresamente admitido y que resultaba esencial para resolver
la controversia, se ha infringido lo establecido en el artículo
ciento noventisiete del Código Procesal Civil sobre valoración
conjunta de todos los medios probatorios, motivo por el que
debe declararse nula la sentencia de vista a fin de que se
expida nueva resolución con arreglo a ley...” (Casación Nro.

566
LA PRUEBA EN LA JURISPRUDENCIA CASATORIA

-
2157-1999 / Piura, publicada en el Diario Oficial El Peruano
el 02-01-2001, pág. 6699).
- “... El Juez puede incurrir en error de derecho en materia
probatoria cuando al estimar el mérito de los elementos de
juicio contraviene las normas que regulan su incorporación al
proceso. Igualmente incurre en error cuando deja de valorar
medios probatorios que ya están incorporados al proceso...”
(Casación Nro. 3889-2000 / Lima, publicada en el Diario
Oficial El Peruano el 02-09-2002, págs. 9145-9146).
- “... Las instancias de mérito no sustentan las causas por las
cuales dichos medios probatorios, admitidos en autos, resultan
impertinentes o insuficientes para acreditar o desvirtuar los
hechos en los que se funda la acción; en consecuencia, han
omitido pronunciarse debidamente sobre las pruebas obrantes
en autos, lo que demuestra que no han efectuado una
valoración conjunta y razonada de los medios probatorios
aportados en el proceso, conforme lo prevé el artículo ciento
noventisiete del Código Procesal Civil...” (Casación Nro.
2414-02 / Callao, publicada en el Diario Oficial El Peruano el
28-02-2003, págs. 10149-10150).
“... Como se aprecia de la sentencia recurrida, ella no ha apreciado las
pruebas citadas con anterioridad [prueba documental], ni explicado en
todo caso por qué las desestima, contraviniendo los artículos ciento
noventisiete del Código Procesal Civil por el cual el Juez está
obligado a valorar en forma conjunta todos los medios probatorios en
base a su apreciación razonada; y ciento ochentiocho del acotado
Código, que [se] refiere a la finalidad de los medios probatorios...”
(Casación Nro. 2088-2000 / Cajamarca, publicada en el Diario Oficial
El Peruano el 0103-2001, págs. 7011-7012).
- “... El Juzgador no se encuentra obligado a referirse a todas las
pruebas en sus resoluciones sino solo a las que dan sustento a
su decisión de conformidad a lo previsto por el artículo 197
segundo párrafo del Código Procesal Civil...” (Casación Nro.
834-2012 / Lima, publicada en el Diario Oficial El Peruano el
30-11-2012, pág. 38439).

567
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

- “... El artículo 197 del Código Procesal Civil establece que


todos los medios probatorios son valorados por el juez en
forma conjunta. Sin embargo, en la resolución sólo serán
expresadas las valoraciones esenciales y determinantes que
sustenten su decisión; [...] la valoración conjunta de la prueba
significa que el juez debe apreciar toda la prueba actuada no
prescindiendo de unas y privilegiando otras, material
probatorio que debe apreciar en su integridad...” (Casación
Nro. 2015-2003 / Ayacucho, publicada en el Diario Oficial El
Peruano el 01-09-2005, págs. 14684-14685).
- “... Los medios probatorios deben ser valorados en forma
conjunta y merituados con criterio ponderado, sujetándose al
mérito de lo actuado y al derecho aplicable al caso concreto;
debiendo tenerse en cuenta que, si bien cada medio probatorio
debe tener valor independiente como elemento de prueba, no
puede dejarse de lado la interrelación entre los demás medios
probatorios incorporados válidamente al proceso, pues todos
ellos se refieren a un mismo hecho que es el objeto de la
prueba...” (Casación Nro. 1581-2007 / Tacna, publicada en el
Diario Oficial El Peruano el 31-01-2008, págs. 21535-21536).
- “... La valoración razonada de la prueba no importa la
valoración aislada de las pruebas ofrecidas por una de las
partes, sino su confrontación con las ofrecidas por la otra
parte, y aún [sic] con la actuada de oficio...” (Casación Nro.
562-07 / Arequipa, publicada en el Diario Oficial El Peruano
el 30-09-2008, págs. 23174-23175).
- “... El artículo 197 del Código Procesal Civil [...] establece la
conjunta, razonada y libre valoración de las pruebas de parte
del juzgador, no exigiendo tal norma que el juzgador exprese
con detalles las operaciones mentales que realizo [sic -léase
que realizó-], sino que debe expresar los elementos relevantes
que dan sustento a su decisión...” (Casación Nro. 4920-2006 /
Lambayeque, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 30-
05-2008, pág. 22164).
- “... Dicha norma procesal (art. 197 del C.P.C.) crea la
exigencia en el juzgador de mérito de realizar una íntima
apreciación y valoración de todos los medios probatorios,

568
LA PRUEBA EN LA JURISPRUDENCIA CASATORIA

-
válidamente actuados por las partes en el proceso, pero ello no
le obliga a expresar en detalle todas las operaciones mentales
que realizó, sino que sólo debe expresar los elementos
relevantes que dan sustento a su decisión, lo que crea una
concreción en materia probatoria...” (Casación Nro. 552-99 /
San Román, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 19-
10-1999, págs. 3772-3773).
- “... El artículo ciento noventisiete del Código Adjetivo
[C.P.C.] no dispone que se tenga que examinar todos y cada
uno de los medios probatorios, sino que ellos son valorados
por el Juez en forma conjunta utilizando su apreciación
razonada...” (Casación Nro. 74-2001 / Callao, publicada en el
Diario Oficial El Peruano el 02-07-2001, pág. 7366).
- “... De la lectura de la sentencia de mérito se advierte la
apreciación razonada y conjunta de las pruebas, no siendo
exigible que se refiera a cada una de ellas...” (Casación Nro.
1090-99 / Cajamarca, publicada en el Diario Oficial El
Peruano el 29-09-1999, pág. 3599).
- “... El artículo ciento noventisiete del Código Procesal Civil
[...] dispone que todos los medios probatorios son valorados
por el Juez en forma conjunta, utilizando su apreciación
razonada. Sin embargo, en la resolución sólo serán expresadas
las valoraciones esenciales y determinantes que sustentan su
decisión; siendo esto así, el legislador le ha otorgado a los
jueces la posibilidad legal y real de indicar en su sentencia [...]
solo aquellos medios probatorios que son determinantes para
adoptar la decisión conclusiva...” (Casación Nro. 510-2007 /
Lima - Norte, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 02-
12-2008, págs. 23488-23490).
- “... Tanto el A Quo como la Sala Superior han valorado los
medios probatorios [...] dentro de los alcances establecidos en
el artículo ciento noventisiete del Código Adjetivo [C.P.C.],
sin que sea necesario, por disposición legal, que en su decisión
hagan una descripción completa de todos los medios
probatorios, sino basta exponer en ella aquellos que son
determinantes para tomar su decisión...” (Casación Nro. 3652-

569
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

2007 / Junín, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 03-


12-2008, pág. 23582).
“... Los magistrados de mérito han valorado, en forma conjunta y
razonada, todos y cada uno de los medios probatorios [...] ofrecidos y
actuados dentro del proceso, sin embargo, dentro de su resolución, al
amparo del artículo ciento noventisiete del Código Procesal Civil,
tiene [sic] la facultad de solo describir aquellos medios probatorios
que inciden o trascienden a la sustentación de su decisión...”
(Casación Nro. 4078-2006 / Lima, publicada en el Diario Oficial El
Peruano el 03-12-2008, págs. 23633-23636).
- “... En materia de la prueba, el Código Adjetivo [C.P.C.] ha
adoptado el sistema de la libre valoración de la prueba,
señalando que los medios probatorios deben ser valorados en
forma conjunta y merituados en forma razonada, pero no
implica que el Juzgador, al momento de emitir sentencia, debe
señalar la valoración otorgada a cada prueba actuada, sino
únicamente lo hará respecto a los medios probatorios que de
forma esencial y determinada han condicionado su decisión de
conformidad con el artículo 197 del Código Procesal Civil...”
(Casación Nro. 2071-2008 / Tacna, publicada en el Diario
Oficial El Peruano el 01-12-2008, págs. 23393-23394).
- “... El artículo 197 del Código Procesal Civil autoriza al
juzgador a expresarse únicamente respecto de los medios
probatorios que de forma esencial y determinada han
condicionado su decisión...” (Casación Nro. 427-2008 / Piura,
publicada en el Diario Oficial El Peruano el 01-12-2008, pág.
23375).
- “... En virtud de lo previsto en el artículo 197 del Código
Procesal Civil, el Juez tiene la facultad discrecional de valorar
las pruebas transcendentes que motivan su decisión, lo que no
implica transgredir el debido proceso...” (Casación Nro. 3903-
2007 / Apurímac, publicada en el Diario Oficial El Peruano el
31-03-2008, págs. 21677-21679).
- “... Los medios probatorios deben ser valorados en forma
conjunta y merituados en forma razonada, lo que no implica
que el Juez al momento de emitir sentencia deba señalar la

570
LA PRUEBA EN LA JURISPRUDENCIA CASATORIA

-
valoración otorgada a cada prueba actuada, sino únicamente,
sólo lo hará respecto a los medios probatorios que de forma
esencial y determinante han condicionado su decisión,
conforme lo establece el artículo ciento noventisiete del
Código adjetivo [C.P.C.]...” (Casación Nro. 1814-01 /
Huánuco, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 01-04-
2002, pág. 8507).
- “... El Juzgador no se encuentra obligado a expresar todas las
valoraciones que realiza, y por ende punto por punto sobre lo
que se señala en la demanda y en la contestación a la misma,
sino tan solo [...] las valoraciones esenciales y determinantes
que sustentan su decisión, conforme lo prescribe [...] el
artículo ciento noventisiete del Código Adjetivo [C.P.C.]...”
(Casación Nro. 1680-2001 / Lima, publicada en el Diario
Oficial El Peruano el 01-04-2002, pág. 8565).
- “... De la parte considerativa de la sentencia de primera
instancia se aprecia que el Juez hace referencia a los medios
probatorios en los que ha sustentado su decisión
jurisdiccional, señalando expresamente que los demás medios
probatorios actuados en nada varían las conclusiones a las que
arribó, no estando obligados los magistrados a hacer mención
a las pruebas que no han causado convicción en ellos...”
(Casación Nro. 3872-00 / Santa, publicada en el Diario Oficial
El Peruano el 02-07-2001, pág. 7356).
- “... El hecho de que dentro de un proceso se valore una prueba
más que otra o se desestime su valor probatorio, no significa
que se esté atentando contra las normas del debido proceso,
tanto más, si conforme al artículo 197 del Código Procesal
Civil, el juzgador al momento de sentenciar, está facultado a
señalar la valoración otorgada a los medios probatorios que de
forma esencial y determinante condicionen su decisión...”
(Casación Nro. 1809-2006 / Lambayeque, publicada en el
Diario Oficial El Peruano el 30-06-2008, págs. 22331-22332).
- “... El artículo 197 del Código Adjetivo [C.P.C.], si bien
otorga libertad al Juzgador de mérito para valorar la prueba, le
exige en primer lugar que aprecie la prueba en su conjunto y

571
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

luego que lo haga utilizando su apreciación razonada. Esa


apreciación debe expresar sindéresis. [...] En este caso, la Sala
de mérito analiza la prueba en forma individual y aislada,
analiza los documentos uno por uno. Este proceder por si solo
[sic -léase por sí solo-] configura una afectación del derecho al
debido proceso...” (Casación Nro. 223-2006 / Ancash,
publicada en el Diario Oficial El Peruano el 31-08-2007, pág.
20104).
- “... De [la] lectura de la sentencia de vista [...] se advierte que
no se ha valorado en forma conjunta los [...] medios
probatorios [...]; [...] a fin de no vulnerar el derecho al debido
proceso y a que se expida una sentencia de acuerdo a derecho
y sin vulnerar el principio de la debida valoración de los
medios probatorios actuados, si el derecho a probar tiene por
finalidad producir en la mente del juzgador el convencimiento
sobre la realidad o inexistencia de los hechos afirmados,
resultaría una garantía ilusoria si el juzgador no apreciara
adecuadamente (razonadamente) el material probatorio y
practicara un estudio parcial, ilógico [...] del caudal fáctico;

572
LA PRUEBA EN LA JURISPRUDENCIA CASATORIA

por lo tanto, se debe anular la sentencia impugnada a fin que el Colegiado


Superior expida nuevo fallo valorando en forma razonada lo [sic -léase
los-] medios probatorios...” (Casación Nro. 666-07 / Lima, publicada en el
Diario Oficial El Peruano el 02-12-2008, págs. 23498-23499).
- “... Afecta el derecho al debido proceso, que el Juez sólo tome en
cuenta una parte de la prueba, e ignore el resto, sin ninguna
explicación” (Casación Nro. 1916-99 / Chincha, publicada en el
Diario Oficial El Peruano el 18-12-1999, pág. 4342).
- “... Al no haberse valorado los medios probatorios en forma
conjunta y sin utilizar su apreciación razonada, la Sala ha
infringido el Principio de Legalidad, incurriéndose en vicio de
nulidad insubsanable que debe sancionarse conforme a los
Artículos ciento setentiuno, ciento setentiséis in fine y ciento
setentisiete del Código Procesal Civil” (Casación Nro. 1464-98 /
San Martín, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 1211-
1999, págs. 3897-3898).
- “... El inciso quinto del Artículo ciento treintinueve de la
Constitución como el Artículo ciento noventisiete del Código
Procesal Civil, en concordancia con los incisos sexto y tercero de
los Artículos cincuenta y ciento veintidós, respectivamente, del
mismo Código Adjetivo, imponen al juzgador la obligación
procesal de valorar todos los medios probatorios en forma conjunta,
utilizando su apreciación razonada y es obvio que no se cumple con
esta obligación haciendo genérica referencia de los mismos, sin un
análisis crítico y comparativo de la prueba presentada por ambas
partes” (Casación Nro. 3240-99 / Ica, publicada en el Diario Oficial
El Peruano el 21-07-2000, págs. 5646-5647).
- “... Del examen de la sentencia de vista impugnada [se] advierte
que el Superior Colegiado ha omitido merituar los medios
probatorios ofrecidos por la parte demandada [...]. Que, ello
importa una clara violación al principio contenido en el artículo
ciento noventa y siete del Código Procesal Civil [sobre el principio
de la valoración conjunta y razonada de los medios probatorios],
[...] lo cual también comporta una violación del debido proceso...”
(Casación Nro. 1460-2007 / Lima, publicada en el Diario Oficial El
Peruano el 03-12-2008, págs. 23645-23646).

573
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

- “... El Ad Quem ha omitido pronunciarse respecto del precitado


medio probatorio [expediente judicial], habiéndose transgredido el
deber de valorar íntegramente los medios probatorios actuados,
contenido en el artículo ciento noventisiete del Código Procesal
Civil...” (Casación Nro. 04-2007 / Cusco, publicada en el Diario
Oficial El Peruano el 30-09-2008, pág. 23119).
- “... Examinada la resolución de vista se constata que la decisión
impugnada infringe abiertamente el citado principio procesal
[principio de la valoración conjunta y razonada de la prueba], pues,
se ha sustentado en una prueba instrumental que ha devenido en
ineficaz, [...] [constatándose que] ha sido declarada parcialmente
nula en sede judicial y si ello es así, mal podría apoyarse la
recurrida en una prueba que ha sido invalidada y que por lo tanto,
carece de eficacia jurídica...” (Casación Nro. 5275-2006 / Callao,
publicada en el Diario Oficial El Peruano el 30-07-2007, págs.
20047-20048).
- “... El operador de justicia puede incurrir en dos situaciones al
momento de valorar la prueba, las cuales son, su falta de valoración
o su indebida valoración que es la contraparte a la valoración
razonada, así se colige de lo dispuesto por el numeral ciento
noventisiete del Código Procesal Civil. El supuesto de falta de
valoración de la prueba se presenta por la falta de percepción o la
omisión de valorar la prueba admitida y considerada como
dirimente o esencial para el esclarecimiento de los hechos, lo que
puede generar errores en la logicidad, que repercuten en la garantía
del debido proceso, y que constituye además un atentado contra el
principio de igualdad de las partes, especialmente al vulnerar el
derecho subjetivo de probar. En el caso de la indebida valoración
de la prueba, las pruebas que sustentan la pretensión y la oposición
de las partes tiene su correlativo en el deber del Juez de escuchar,
actuar y merituar de manera conjunta la carga probatoria aportada
en virtud de los principios de razonabilidad y equidad. Esta
actividad valoradora en los aspectos de prueba-
valoraciónmotivación, no deben ser expresados como simples
agregados mecánicos sino ligados por un sustento racional dentro
de las reglas de la sana crítica (los principios lógicos: de no
contradicción, de identidad, tercero excluido, razón suficiente; y la

574
LA PRUEBA EN LA JURISPRUDENCIA CASATORIA

experiencia)...” (Casación Nro. 332-2007 / Cusco, publicada en el


Diario Oficial El Peruano el 02-09-2008, págs. 22729-22730).
- “... Corresponde distinguir la potestad del juzgador de atribuir -en
la parte considerativa de la resolución- a cada prueba el valor o la
convicción que su juicio le sugiera, del inexcusable deber que tiene
de someter a su valoración todas las pruebas legalmente
incorporadas al proceso, señalando a cada una; así, debe entenderse
que la arbitrariedad en la valoración de la prueba sólo puede estar
referida a la exclusión inmotivada de un medio probatorio, no así al
valor probatorio que le ha sido otorgado por
el juzgador...” (Casación Nro. 3583-2007 / Lima, publicada en el Diario
Oficial El Peruano el 31-01-2008, págs. 21470-21471).
- “... No se afecta el derecho a la tutela jurisdiccional efectiva y el
derecho de defensa cuando se desestima una pretensión luego de
ponderar la prueba y arribar a la improbanza de su causa petendi,
salvo que se denuncie en forma debida que [...] la valoración fue
arbitraria (vulnerando los principios del derecho probatorio) o que
existen errores del razonamiento judicial (errores in cogitando)...”
(Casación Nro. 128-01 / Cono Norte, publicada en el Diario Oficial
El Peruano el 31-07-2001, págs. 7462-7463).
- “... Se atenta contra el derecho al debido proceso, cuando se incurre
en arbitrariedad fáctica, cuando se emiten decisiones que fracturan
el examen de los medios de prueba, porque lejos de ser analizados
en conjunto en el fallo se los aisló y dejó como cabos sueltos,
haciéndoles perder su eficacia, así como cuando atribuyen al medio
probatorio o al hecho objeto de prueba un alcance o sentido que lo
priva del que en verdad tenía...” (Casación Nro. 2356-2001 / San
Román, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 01-04-2002,
pág. 8513).
- “... En la sentencia recurrida no sólo se ha incurrido en insuficiente
motivación, sino que lo más grave, es una [sic -léase en una-]
valoración arbitraria de determinados medios probatorios, sin
contar para ello con criterios objetivos, lo cual ha conllevado a la
vulneración del derecho a un debido proceso, al habérseles
otorgado, a los demandados, derechos sin que los tengan frente al
demandante, llegando al absurdo en la apreciación de la prueba, al

575
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

establecerse conclusiones en abierta contradicción con fehacientes


constancias de la causa...” (Casación Nro. 2558-2001 / Puno,
publicada en el Diario Oficial El Peruano el 01-04-2002, págs.
8580-8581).
- “... Se han atribuido efectos probatorios a actos procesales que
expresan de modo indubitable un sentido contrario al afirmado por
la Sala Superior; [...] siendo así se ha incurrido en vicio de
apreciación de los hechos pues el razonamiento lógico jurídico de
la Sala Superior contraría totalmente lo afirmado por las partes,
pues le atribuye expresiones de aceptación de hechos a la
demandante cuando nunca lo hizo, más bien los negó en todo
momento; [...] en consecuencia existe una fractura lógica entre lo
expuesto por las partes y las consideraciones de la Sala revisora lo
cual conlleva a que se haya atentado contra un debido proceso,
habida cuenta que no se ha analizado debidamente lo expuesto por
las partes en el proceso, vulnerándose de este modo lo dispuesto
por el inciso tercero del artículo ciento veintidós del Código
Procesal Civil; [...] estando a ello se deben renovar los actos
procesales viciados, esto es que se debe declarar la invalidez de la
resolución recurrida a fin que el A Quem [...] resuelva de acuerdo a
Ley...” (Casación Nro. 2560-2001 / La Libertad, publicada en el
Diario Oficial El Peruano el 01-04-2002, pág. 8520).
- “... Existe una indebida valoración de los medios probatorios, y por
ende el fallo no se sujeta al mérito de lo actuado previsto en el
numeral ciento veintidós inciso tercero del Código Procesal, [...] en
este orden de ideas, el defecto advertido precedentemente conlleva
a declarar la nulidad del fallo de conformidad con lo que dispone el
artículo ciento setentiuno del Código Adjetivo [C.P.C.] que no es
posible subsanarse, debiendo expedirse nueva resolución con
arreglo a ley...” (Casación Nro. 1648-2007 / Lima, publicada en el
Diario Oficial El Peruano el 01-12-2008, págs. 23270-23272).
- “... La deficiente apreciación de la prueba por la Sala revisora
constituye una contravención al debido proceso...” (Casación Nro.
479-2001 / La Libertad, publicada en el Diario Oficial El Peruano
el 02-01-2003, pág. 9854).
- “... Se produce (la contravención a las normas que garantizan el
debido proceso) en la medida que exista una conducta renuente u

576
LA PRUEBA EN LA JURISPRUDENCIA CASATORIA

omisiva del juzgador a actuar y/o valorar los medios probatorios


ofrecidos por las partes” (Casación Nro. 1172-97 / Apurímac,
publicada en el Diario Oficial El Peruano el 04-01-2000, pág.
4481).
- “... La falta de valoración de medios probatorios advertidos por la
Sala de mérito no puede ser pasible de convalidación por el
Juzgador, ello en atención a la trascendencia y rol que cumple la
actividad probatoria al interior del proceso...” (Casación Nro. 559-
2005 / Amazonas, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 30-
09-2005, pág. 14757).
- “... El cargo de omisión en la apreciación de pruebas, para ser
admitido requiere que el recurrente demuestre la arbitrariedad en la
apreciación de la prueba y cómo la supuesta prueba admitida y no
apreciada podría modificar la relación de hecho...” (Casación Nro.
1234-2000 / Arequipa, publicada en el Diario Oficial El Peruano el
17-09-2000, págs. 6305-6306).
- “... El atribuir un sentido determinado a un hecho conforme al
mérito probatorio que se extraiga de una determinada prueba
constituye una facultad del juzgador prevista en la ley procesal...”
(Casación Nro. 40222001 / Lima, publicada en el Diario Oficial El
Peruano el 01-04-2002, págs. 8615-8616).
- “... Las instancias de mérito dentro del ejercicio de su función
jurisdiccional tienen la capacidad de valorar los medios probatorios
actuados a fin de determinar la veracidad de las pretensiones
demandadas, por ende si las instancias de mérito, en base a la
valorización del acervo probatorio, han llegado a una conclusión
distinta a la esgrimida por el recurrente, ello no constituye vicio
procesal alguno...” (Casación Nro. 2425-2000 / Lima, publicada en
el Diario Oficial El Peruano el 02-01-2001, págs. 6670-6671).
- “... Los argumentos del recurrente solo evidencian una discrepancia
en cuanto a la valoración del Juez [de los medios probatorios], lo
que no constituye infracción procesal que determine la afectación
al debido proceso...” (Casación Nro. 210-2007 / Santa, publicada
en el Diario Oficial El Peruano el 02-09-2008, págs. 22697-22699).
- “... No se afecta el derecho de igualdad cuando por ejercicio de la
valoración probatoria se llega a la convicción de favorecer a una de

577
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

las partes atribuyéndole el respectivo derecho que le


corresponde...” (Casación Nro. 1645-97 / Huánuco, publicada en el
Diario Oficial El Peruano el 07-061999, pág. 2972).
- “... Es en el área de la prueba donde ha de asegurarse la primacía de
la verdad objetiva, sin que nada excuse la indiferencia de los jueces
en su misión de dar a cada uno lo que le corresponde, por lo que el
prescindir de pruebas, decisivas en la acreditación de un extremo
fáctico determinante para la litis, implica una injuria que,
provocada por el reclamo de una de las partes, debe concluir en el
acogimiento de la pretensión invalidante de la sentencia...”
(Casación Nro. 2558-2001 / Puno, publicada en el Diario Oficial El
Peruano el 01-04-2002, págs. 8580-8581).
- “... En autos no obra la constancia de haberse elevado dichas
instrumentales a las Cortes Superiores de Justicia; y, el Colegiado
no ha reparado en esta prueba al momento de pronunciar sentencia
teniéndolos a la vista, viciándose de nulidad establecida en el
artículo ciento setentiuno del Código Procesal Civil...” (Casación
Nro. 2536-2000 / Lima, publicada en el Diario Oficial El Peruano
el 30-04-2001, págs. 7193-7194).
- “... La finalidad concreta del proceso es resolver un conflicto de
intereses, mediante una sentencia motivada, pronunciándose en
decisión expresa y precisa sobre la cuestión controvertida, haciendo
efectivo [sic -léase haciendo efectivos-] los derechos sustanciales y
no se puede llegar a ese resultado con elementos insuficientes para
formar convicción en el Juzgador. [...] Que, de lo expuesto, se
concluye que existe la violación
a las normas que garantizan el derecho al debido proceso...” (Casación Nro.
1144-98 / Lambayeque, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 02-01-
2001, págs. 6776-6777).
- “... Si bien el Artículo ciento noventisiete del precitado Cuerpo Legal
(C.P.C.) establece que los medios probatorios son valorados por el
Juzgador en forma conjunta, apreciándolos razonadamente, y que en la
resolución sólo expresará las valoraciones esenciales y determinantes que
sustentan su decisión, sin embargo, no puede dejar de emitir
pronunciamiento sobre aquello que ha sido expresamente fijado como

578
LA PRUEBA EN LA JURISPRUDENCIA CASATORIA

punto controvertido” (Casación Nro. 3168-98 / Lima, publicada en el


Diario Oficial El Peruano el 20-09-1999, pág. 3559).
- “... La omisión de valorar uno de los medios de prueba que guarda relación
directa con las pretensiones en debate no es un vicio convalidable...”
(Casación Nro. 1210-03 / Lima, publicada en el Diario Oficial El Peruano
el 02-10-2006, págs. 17061-17062).
- “... La recurrente ha señalado que se vulnera su derecho al debido proceso
en razón a que las instancias de mérito no han valorado ni una sola de las
pruebas ofrecidas por su parte, afirmación que resulta ser cierta, pues
revisadas las sentencias cuestionadas se advierte que en ella se citan
únicamente las pruebas de descargo presentadas por los demandados, sin
indicarse de forma precisa y clara cuáles son los fundamentos que
conllevan a no tomar en cuenta las pruebas ofrecidas por la actora como
sustento de su demanda, lo que vulnera su derecho de prueba previsto en el
artículo ciento ochentiocho del Código Procesal Civil, según el cual, los
medios probatorios tienen por finalidad acreditar los hechos expuestos por
las partes, producir certeza en el Juez respecto de los puntos controvertidos
y fundamentar sus decisiones...” (Casación Nro. 1936-06 / Lima, publicada
en el Diario Oficial El Peruano el 02-07-2007, págs. 19709-19710).
- “... Las pruebas no admitidas no pueden ser merituadas...” (Casación Nro.
1038-99 / Junín, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 13-10-1999,
págs. 3724-3725).
- “... En ningún caso se puede valorar prueba que no ha sido admitida
expresamente, y lo contrario afecta el derecho a un debido proceso,
violentando lo dispuesto en los artículos ciento ochentinueve y setecientos
del Código Procesal Civil...” (Casación Nro. 1304-97 / Cono Norte,
publicada en el Diario Oficial El Peruano el 30-01-2001, págs. 6842-6843).
- “... Se incurre en contravención al debido proceso al valorarse un medio
probatorio que no ha sido admitido ni actuado en el proceso, afectando el
derecho de defensa que tiene la parte contraria así como a los principios de
bilateralidad y contradicción procesal, al restringírsele la posibilidad que
tiene de poder cuestionar o alegar lo que a su derecho corresponda con
relación a dicho documento...” (Casación Nro. 2601-2001 / Huánuco,
publicada en el Diario Oficial El Peruano el 31-03-2003, pág. 10413).
- “... Siendo el Juez director del proceso puede valorar todas las pruebas
obrantes en autos atendiendo a los fines del proceso, y siendo esto así, el

579
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

juzgador puede extraer conclusiones respecto de un medio probatorio que


no se haya admitido formalmente como prueba...” (Casación Nro. 76-01 /
Apurímac, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 02-07-2001, pág.
7366).
- “... La documentación a que se hace referencia [...] fue declarada
inadmisible como medio probatorio por resolución [...], por lo que no podía
ser apreciada...” (Casación Nro. 3112-2001 / Callao, publicada en el Diario
Oficial El Peruano el 02-02-2002, pág. 8330).
- “... El documento (...) no ha sido ofrecido como medio probatorio ni ha sido
admitido como tal; en consecuencia, la impugnada contraviene el debido
proceso al fundar su decisión en aquél” (Casación Nro. 1861-99 / Lima,
publicada en el Diario Oficial El Peruano el 20-01-2000, pág. 4595).
- “... Si bien es cierto conforme al principio de elasticidad probatoria,
recogido por el artículo 201 del Código Procesal Civil, se pueden obviar
ciertos requisitos formales ante la finalidad de los medios probatorios
siempre que dichos requisitos no sean de orden público y de cumplimiento
obligatorio, también lo es que al haberse valorado y compulsado el medio
probatorio indicado [documento], sin advertir que se había prescindido de
aquel, se han infringido las formalidades procesales que garantizan el
debido proceso, en este caso el principio de preclusión probatoria...”
(Casación Nro. 2695-2002 / Callao, publicada en el Diario Oficial El
Peruano el 02-08-2004, pág. 12469).
- “... La diferencia en la apreciación y valoración de los medios probatorios
actuados, no constituye una irregularidad procesal, porque ello implica para
los magistrados el ejercicio de su autonomía e independencia en el ejercicio
de sus funciones jurisdiccionales, aplicando para el efecto, su sana
crítica...” (Casación Nro. 642-01 / Piura, publicada en el Diario Oficial El
Peruano el 31-07-2001, págs. 7499-7500).
- “... Ni la recurrente ni este Supremo Tribunal ni ningún funcionario o
servidor público o persona puede pretender inducir a un magistrado en la
valoración que de éste [sic -léase en la valoración que dé éste-], de un
determinado medio probatorio, puesto que ello no sólo es indebido, sino
que afectaría la libertad e independencia del magistrado y su espacio
discrecional, el cual es vital [...] para el funcionamiento de la
Administración de Justicia...” (Casación Nro. 1330-2007 / Lima, publicada
en el Diario Oficial El Peruano el 30-05-2008, págs. 22123-22124).

580
LA PRUEBA EN LA JURISPRUDENCIA CASATORIA

- “... En el caso de autos se advierte que el Juez expresó las valoraciones


esenciales y determinantes que sustentaron su decisión, llegando a afirmar
que las demás pruebas actuadas y no glosadas no desvirtúan su decisión; en
consecuencia, la Sala de revisión no puede sostener que las pruebas de las
demandadas no han sido valoradas por el a quo, no obstante existir
elementos de juicio que deben ser evaluados, porque ello no evidencia otra
cosa que una discrepancia con la valoración efectuada por el Juez, a quien
por el principio de independencia jurisdiccional no se le puede obligar a
apreciar los medios probatorios en un sentido distinto al por él asumido...”
(Casación Nro. 2601-98 / Lima, publicada en el Diario Oficial El Peruano
el 12-06-1999, págs. 2987-2988).
- “... En el caso de autos el A Quo ha expresado las valoraciones esenciales
para determinar el sentido de su resolución, llegando a una conclusión, por
lo que la Sala Revisora [...] no puede sostener que las pruebas actuadas por
el A Quo son insuficientes, puesto que atentan contra el principio básico de
independencia en la función jurisdiccional, de donde la Sala Revisora no
puede obligar a apreciar los medios probatorios en sentido distinto por él
asumido; [...] siendo esto así, la Sala de mérito ha atentado contra el
derecho a la Tutela Jurisdiccional Efectiva del recurrente, en su facultad de
obtener una respuesta efectiva de parte de la Administración de Justicia,
puesto que si consideran que debían de actuarse determinados medios
probatorios, tiene la facultad de requerirlos, más no puede anular [sic -léase
mas no puede anular-] la sentencia del A Quo y orientar su decisión; en
consecuencia, se configura el vicio denunciado [contravención del derecho
al debido proceso] y se le ordena a la Sala Superior vuelva a expedir un
nuevo fallo, teniendo en cuenta lo indicado por este Supremo Tribunal,
independientemente de lo que decida...” (Casación Nro. 47002006 / Santa -
Chimbote, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 30-05-2008, págs.
22107-22108).
- “... El artículo 197 del Código Procesal Civil [...] dispone la obligación de
los juzgadores de valorar todas las pruebas de manera conjunta y razonada,
empero tal valoración es una que corresponde a cada Magistrado por ser
independiente en el ejercicio de su función jurisdiccional, [...] por lo cual
otros Magistrados -aún sean superiores- no pueden imponer determinada
valoración de la prueba, siendo distinto que sancionen la nulidad cuando
alguno de los medios probatorios aportados al proceso no hayan sido
considerados o cuando, aún [sic] siendo valorados, el razonamiento lógico -
jurídico empleado resulte arbitrario, supuestos en los que si cabe [sic -léase

581
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

en los que sí cabe-] sanción de nulidad...” (Casación Nro. 2727-2006 /


Arequipa, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 31-08-2007, págs.
20121-20122).
- “... Dentro de un sistema de libre valoración de la prueba, si la instancia
superior no está de acuerdo con la valoración de los medios probatorios
efectuados por la inferior, tiene expedita su atribución revocatoria del fallo
apelado, pero no puede disponer que éste varíe la convicción a la que haya
arribado, ni mucho menos ordenarle actuar pruebas de oficio por ser ésta
una función discrecional del Juez y siempre y cuando no haya arribado a
una convicción sobre los hechos materia de controversia” (Casación Nro.
671-99 / Chincha, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 0109-1999,
pág. 3409).
- “... Denuncia [el recurrente] [...] que la Sala [Superior] habría revivido
procesos fenecidos cuestionando una sentencia que ha adquirido la calidad
de cosa juzgada con el fin [de] fundamentar su decisión; analizando la
recurrida se aprecia que el Colegiado ha valorado la sentencia dictada en el
proceso [...] sobre nulidad de acto jurídico seguido entre las mismas partes
[...], por cuanto fue admitida como prueba en el proceso, lo que de ninguna
manera se puede considerar como la revisión de un proceso fenecido, sino
como la valoración de una prueba en forma razonada, tal como lo dispone
el ordenamiento procesal...” (Casación Nro. 997-2003 / Huánuco, publicada
en el Diario Oficial El Peruano el 01-03-2004, págs. 11564-11565).
- “... La sentencia aludida (sentencia expedida en sede penal) puede ser
valorada como documento que expresa una realidad concreta en mérito de
la sana crítica, sistema acogido por el ordenamiento procesal, por lo que la
valoración integral o tangencial de la misma constituye una facultad
orientada a conseguir convicción respecto de los puntos controvertidos,
salvo que se afecte la unidad de la sentencia, la que goza de inmutabilidad,
o se extraiga conclusiones que no derivan de su contenido...” (Casación
Nro. 1045-2000 / Lima, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 1808-
2000, págs. 5985-5986).
6. JURISPRUDENCIA CASATORIA RELACIONADA CON LAS
PRUEBAS DE OFICIO
La Corte Suprema de Justicia de la República, en relación a las pruebas de
oficio, ha establecido lo siguiente:

582
LA PRUEBA EN LA JURISPRUDENCIA CASATORIA

- “... La disposición contenida en el artículo ciento noventicuatro del


Código Adjetivo [C.P.C.], referido a la actuación de medios
probatorios de oficio, no es en modo alguno restrictiva, ya que su
aplicación no está limitada a determinado tipo de procesos...”
(Casación Nro. 1664-2003 / Lima, publicada en el Diario Oficial El
Peruano el 31-05-2005, págs. 14153-14154).
- “... El principio de actuación de pruebas de oficio se encuentra
relacionado a la visión solidarista de la carga de la prueba. En
efecto, constituye norma elemental de lógica jurídica en materia de
probanza que todo aquel que alega un hecho debe probarlo,
conforme lo recoge el artículo 196 del Código Procesal Civil. Con
el advenimiento de las nuevas corrientes procesales, el principio
clásico en materia de carga de la prueba previsto por el artículo 196
del anotado Código Procesal se ha visto complementado con una
visión solidarista de la carga de la prueba [...]; de manera que, la
regla clásica consistente en que el demandante debe acreditar los
hechos constitutivos del derecho que invoca y el demandado
acreditar los hechos extintivos, impeditivos o modificativos que
opone a los del demandante, no hacen más que colocar en un nivel
protagónico la voluntad e interés de las partes, supuesto en el que
la falta de cooperación para acreditar los hechos que invocan, deja
al juzgador en una situación de falta de convicción o certeza
cuando el demandante o el demandado en un caso concreto, pese a
encontrarse en mejores condiciones de traducir su cooperación al
resultado trascendente de la justicia, se escuda en el principio
clásico detallado líneas arriba. Por ello, en aplicación del artículo
194 del Código Procesal Civil, el juzgador puede ordenar la
actuación de medios probatorios adicionales, lo cual se presenta
cuando las pruebas aportadas son insuficientes para formar
convicción...” (Casación Nro. 897-2003 / Lima, publicada en el
Diario Oficial El Peruano el 03-11-2004, págs. 13003-13004).
- “... Para cumplir con su deber de verificación, el Juez cuenta con
determinados poderes inquisitivos para el esclarecimiento de la
certeza de los hechos controvertidos, poderes de iniciativa
probatoria que son independientes de la carga de la prueba que
incumbe a las partes, y que se encuentran previstas [sic -léase
previstos-] en los artículos cincuenta y

583
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

uno inciso segundo y ciento noventa y cuatro del Código Procesal Civil. La
admisión de pruebas de oficio en un proceso encuentra su razón de ser [en]
el estado de insuficiencia de los medios probatorios que advierte el
Juzgador, al considerar que los ya incorporados no cumplen plenamente su
finalidad, que no es otra que producir certeza y crear convicción respecto
de los puntos controvertidos; por tanto, cuando un Magistrado ejerce la
potestad regulada en los artículos cincuenta y uno inciso segundo y ciento
noventa y cuatro acotados, ello no importa la desnaturalización del proceso,
sino que propende al cumplimiento de sus fines...” (Casación Nro. 5170-
06 / La Libertad, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 30-05-2008,
págs. 22145-22146).
- “... El Juez puede solicitar pruebas de oficio cuando las pruebas
aportadas por las partes no sean suficientes para crear convicción
sobre la resolución del conflicto sometido a sede judicial...”
(Casación Nro. 2545-2000 / Lambayeque, publicada en el Diario
Oficial El Peruano el 02-01-2001, pág. 6679).
- “... El Juez puede de oficio ordenar la actuación de medios
probatorios adicionales que considere necesarios, sin establecer
limitación alguna, medios probatorios que pueden servir para
complementar la actividad probatoria o para sustituirla por la
adjuntada por las partes...” (Casación Nro. 1435-2001 / Lima,
publicada en el Diario Oficial El Peruano el 0103-2002, pág.
8486).
- “... De acuerdo con el artículo ciento noventicuatro del Código
Procesal Civil, los magistrados tienen la facultad de requerir
medios probatorios a las partes o a terceros, a fin de tener una
visión clara y precisa de los hechos discutidos y resolver, conforme
a ellos, independientemente de la decisión que adopten...”
(Casación Nro. 166-2007 / Lambayeque, publicada en el Diario
Oficial El Peruano el 03-12-2008, págs. 23636-23637).
- “... Si bien el artículo 194 de la Ley Adjetiva [C.P.C.] faculta a los
jueces a que puedan ordenar de oficio la actuación de medios
probatorios, también lo es, que dicha facultad tiene carácter
discrecional...” (Casación Nro. 3105-2000 / Lima, publicada en el
Diario Oficial El Peruano el 01-032001, págs. 6995-6996).

584
LA PRUEBA EN LA JURISPRUDENCIA CASATORIA

- “... La actuación de la prueba de oficio es una facultad discrecional


del Juzgador, la misma que es empleada cuando los medios
probatorios actuados en un proceso no le producen suficiente
convicción para decidir la litis...” (Casación Nro. 2343-2008 /
Ancash, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 02-12-2008,
pág. 23427).
- “... La prueba de oficio que permite el Artículo ciento
noventicuatro del Código Procesal Civil es una facultad que se
otorga al Juez y no una obligación...” (Casación Nro. 104 - 2000 /
Tacna, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 09-04-2000,
pág. 5057).
- “... De acuerdo al artículo 194 del Código Procesal Civil, la
actuación de pruebas de oficio es una facultad del Juzgador y no
una obligación...” (Casación Nro. 1791-2008 / Lima, publicada en
el Diario Oficial El Peruano el 04-09-2008, pág. 22981).
- “... El artículo ciento noventicuatro del Código Procesal Civil es
una norma de carácter facultativa que otorga al Juez la potestad de
ordenar [...] la actuación de medios probatorios adicionales; de ahí
que no resulta viable denunciar que tal norma procesal obliga al
Juez a ordenar la actuación de otras pruebas...” (Casación Nro.
2791-2000 / La Libertad, publicada en el Diario Oficial El Peruano
el 30-01-2001, pág. 6798).
- “... La orden de actuar pruebas de oficio es facultativa de los Jueces
y no imperativa...” (Casación Nro. 3387-2000 / Lambayeque,
publicada en el Diario Oficial El Peruano el 31-08-2001, pág.
7694).
- “... La prueba de oficio es una facultad del juzgado (sic) y no hacer
uso de ella no afecta el proceso, más aún cuando a criterio del
juzgador la prueba actuada basta para acreditar el petitorio...”
(Casación Nro. 878-98 / Ica, publicada en el Diario Oficial El
Peruano el 10-07-1998, pág. 1430).
- “... En cuanto a la prueba de oficio, ella es una facultad y no un
deber del Juzgador, por lo que su no uso no puede invocarse como
contravención [de las normas que garantizan el derecho a un
debido proceso]...” (Casación Nro. 2798-2000 / Arequipa,

585
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

publicada en el Diario Oficial El Peruano el 01-03-2001, pág.


7027).
- “... La prueba de oficio es una facultad y no un deber del Juez, no
conllevando por tanto su omisión sanción de nulidad...” (Casación
Nro. 40-2001 / Lima, publicada en el Diario Oficial El Peruano el
31-07-2001, págs. 7460-7461).
- “... El juzgador de mérito no se encuentra obligado a suplir la
actividad probatoria de las partes...” (Casación Nro. 2042-00 / La
Libertad, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 30-04-2001,
pág. 7170).
- “... Un Juez no está obligado a ordenar la actuación de las pruebas
de oficio, pues quienes tienen realmente la carga de la prueba son
las partes, según lo precisa el artículo ciento noventiséis del Código
adjetivo [C.P.C.]...” (Casación Nro. 3168-2000 / Lima, publicada
en el Diario Oficial El Peruano el 01-03-2001, pág. 7052).
- “... La prueba de oficio, que permite el artículo ciento
noventicuatro del Código Procesal Civil, es una facultad que se
otorga al Juez y no una obligación, por lo que no puede sustentarse
una resolución [...] en dicha norma, para la realización de una
específica actividad jurisdiccional; por ende, la regla procesal antes
aludida resulta ser una excepción al principio de la carga de la
prueba, contenida en el artículo ciento noventiséis del Código
Procesal Civil, y que tiene por objeto permitir que el Juez tenga
actividad probatoria complementaria a la efectuada por las partes,
las mismas que no le hayan producido convicción acerca de los
hechos controvertidos...” (Casación Nro. 4700-2006 / Santa -
Chimbote, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 30-05-
2008, págs. 22107-22108).
- “... La facultad probatoria de oficio que las normas procesales
asignan al Juzgador, constituye una potestad -y no una obligación-,
que aquél ejerce sólo cuando estime que los medios probatorios
ofrecidos por las partes resultan insuficientes para crearle
convicción, [...] por lo que la parte recurrente no puede compeler al
órgano jurisdiccional a que se sustituya en la obligación de probar
los hechos que configuran su pretensión...” (Casación Nro. 4774-

586
LA PRUEBA EN LA JURISPRUDENCIA CASATORIA

2007 / Lima, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 03-12-


2008, págs. 23693-23694).
- “... La facultad de actuar pruebas de oficio es una potestad
conferida al juzgador, por ello, si considera no hacerlo, tal decisión
no constituye un vicio procesal conforme al artículo 194 del
Código Procesal Civil...” (Casación Nro. 1617-2008 / La Libertad,
publicada en el Diario Oficial El Peruano el 30-10-2008, págs.
23250-23251).
- “... Dicha prueba [de oficio] constituye una facultad cuando el
juzgador -y no las partes- considere pertinente recurrir a ellas [sic]
para formarse convicción, de modo que su no utilización no puede
justificar un pedido de nulidad...” (Casación Nro. 1632-2008 / La
Libertad, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 30-10-2008,
pág. 23254).
- “... La actuación de medios probatorios de oficio constituye una
facultad cuando el juzgador así lo estime conveniente, por lo que su
no utilización no puede conllevar a una nulidad...” (Casación Nro.
2733-2007 / Santa, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 30-
06-2008, pág. 22371).
- “... Constituye un principio procesal que los medios probatorios
deban ser ofrecidos por las partes, tal como se aprecia del Artículo
ciento ochentinueve del Código Adjetivo, estableciendo dicho
Código, además, la posibilidad de la actuación de pruebas de oficio
sólo cuando los demás medios probatorios ofrecidos por las partes
sean insuficientes para crear convicción en el Juez, contrario sensu,
si éstos le han bastado para sustentar su decisión es innecesaria tal
actuación de oficio” (Casación Nro. 2601-98 / Lima, publicada en
el Diario Oficial El Peruano el 12-06-1999, págs. 2987-2988).
- “... La actuación de un medio probatorio de oficio resulta ser
facultad del Juzgador, decisión que no sólo deberá de ser
debidamente sustentada, sino que también obedecerá a las
exigencias probatorias del proceso...” (Casación Nro. 467-2004 /
Tacna, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 30-06-2004,
pág. 12256).
- “... El artículo 194 [del C.P.C.] prevé que cuando los medios
probatorios ofrecidos por las partes sean insuficientes para formar

587
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

convicción, se entiende sobre los hechos materia del litigio, el Juez,


en decisión motivada e inimpugnable, puede ordenar la actuación
de los medios probatorios adicionales que considere convenientes.
Las únicas limitaciones que tienen los Jueces -se infiere del
dispositivo legal- es que esos medios probatorios deben referirse a
los hechos enunciados por las partes en la etapa postulatoria del
proceso y no a hechos ajenos, y que los medios probatorios a
actuarse son los que el Juez considere convenientes y pertinentes a
la controversia para formarse convicción sobre los hechos materia
de la litis...” (Casación Nro. 4025-2001 / Lima, publicada en el
Diario Oficial El Peruano el 02-01-2003, págs. 9871-9872).
- “... Cuando los medios probatorios ofrecidos por las partes sean
insuficientes para formar convicción en el Juez, éste puede ordenar
la actuación de medios probatorios adicionales, según lo dispuesto
por el numeral ciento noventicuatro del Código Adjetivo. (...) Sin
embargo, el Juez no puede ordenar la actuación de un medio
probatorio que no esté permitido en un determinado proceso...”
(Casación Nro. 551-97 / Lima, publicada en el Diario Oficial El
Peruano el 15-09-1998, págs. 1589-1590).
- “... Cuando el Código Procesal Civil en sus Artículos ciento
noventicuatro e inciso segundo del Artículo cincuentiuno, faculta al
Juez para actuar pruebas de oficio y ordenar los actos procesales
necesarios al esclarecimiento de los hechos controvertidos, lo hace
para que se fije con precisión cuáles son los medios probatorios
adicionales que deben actuarse, pero no como lo ha hecho la
resolución de vista, que no señala ninguna prueba complementaria,
sino que lo hace en forma genérica” (Casación Nro. 316-95 / Piura,
publicada en el Diario Oficial El Peruano el 25-11-1996, pág.
2427).
- “... Conforme al artículo 194 del Código Procesal Civil los medios
probatorios de oficio son actuados justamente después de la etapa
probatoria, para resolver con mejor convicción...” (Casación Nro.
513-2007 / Puno, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 31-
05-2007, págs. 19358-19359).
- “... La limitación de que los medios probatorios se refieran a
hechos nuevos sólo se aplica a los medios probatorios
extemporáneos y no a los ordenados de oficio por el Juez”

588
LA PRUEBA EN LA JURISPRUDENCIA CASATORIA

(Casación Nro. 2405-97 / Callao, publicada en el Diario Oficial El


Peruano el 26-11-1998, pág. 2126).
- “... El artículo ciento noventicuatro del Código Procesal Civil
concede al Juez una facultad discrecional para ordenar la actuación
de otros medios probatorios; dicha norma legal no establece
ninguna obligación legal del Juez de analizar medios probatorios
extemporáneos, ya que ello conllevaría a vulnerar el derecho a un
debido proceso de la otra parte...” (Casación Nro. 3574-00 / La
Libertad, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 30-04-2001,
págs. 7249-7250).
- “... El Colegiado Superior se encuentra plenamente facultado para
disponer la actuación de medios probatorios de oficio, ello en caso
de que luego de efectuada la revisión de los autos, llegue a la
conclusión de que los medios probatorios ofrecidos y actuados
resultan insuficientes para emitir un pronunciamiento válido sobre
el fondo de la controversia...” (Casación Nro. 1999-99 / Chincha,
publicada en el Diario Oficial El Peruano el 31-07-2002, pág.
9105).
- “... Si el colegiado consideró necesarios dichos medios probatorios
(extemporáneos) para formar convicción, debió hacer uso del
Artículo ciento noventicuatro del Código Procesal Civil, que
permite ordenar pruebas de oficio, facultad que puede utilizar en
cualquier etapa del proceso” (Casación Nro. 1492-99 / Santa,
publicada en el Diario Oficial El Peruano el 30-11-1999, pág.
4196).
- “... El Artículo ciento noventicuatro del Código Procesal Civil, es
terminante al permitir al Juez ordenar de oficio la actuación de los
medios probatorios adicionales que considere convenientes, sin
establecer limitación alguna; (...) es más si dicha decisión es
inimpugnable, el superior no puede cuestionar la actuación de
dicha prueba y no tenerla en cuenta al momento de sentenciar,
soslayando lo dispuesto en el Artículo ciento noventicuatro del
Código Adjetivo, e incurriendo en la causal de nulidad prevista en
la primera parte del Artículo ciento setentiuno del Código acotado”
(Casación Nro. 1400-T-97 / Ucayali, publicada en el Diario Oficial
El Peruano el 07-07-1998, pág. 1406).

589
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

- “... En aplicación del principio de ‘Independencia Jurisdiccional’


(...), ningún magistrado de instancia superior puede interferir en la
actuación de los magistrados de instancias inferiores y disponer
que éstos actúen tales o cuáles (sic) pruebas, las que pondrán ser
actuadas de oficio siempre y cuando de acuerdo a la función
discrecional del juez éste las considere necesarias...” (Casación
Nro. 673-2000 / Lima, publicada en el Diario Oficial El Peruano el
04-08-2000, pág. 5722).
- “... La decisión de la Sala de mérito de ordenar que el A Quo actúe
medios probatorios complementarios [...] no contravienen [sic
-léase no contraviene-] las normas que garantizan el derecho a un
debido proceso, por cuanto los nuevos medios probatorios podrán
ser objeto de cuestionamiento por las partes, en ejercicio de su
legítimo derecho de defensa...” (Casación Nro. 1435-2001 / Lima,
publicada en el Diario Oficial El Peruano el 0103-2002, pág.
8486).
- “... Se cuestiona que la Sala ha sancionado la nulidad para que se
actúe una prueba de oficio aún cuando ello no era materia de
apelación; empero, la Sala como Juzgadora que es, y atendiendo a
la finalidad del proceso consagrada en el artículo tres del Título
Preliminar del Código Procesal Civil, concordado con la facultad
de la prueba de oficio del artículo ciento noventicuatro de ese
mismo texto legal y con la garantía de la doble instancia de los
justiciables, puede sancionar la nulidad por entender que un medio
probatorio es relevante para resolver los autos, a fin de lograr la
finalidad de los actos procesales a que [se] refiere el artículo ciento
setentiuno del Código Adjetivo [C.P.C.]; y como Colegiado
Superior ordenar que el Juez actúe dicho medio probatorio...”
(Casación Nro. 1128-03 / Lima, publicada en el Diario Oficial El
Peruano el 31-03-2004, págs. 11738-11739).
- “... La prueba de oficio es una facultad con la que cuentan todos los
juzgadores, por lo que al estimarla necesario el Ad quem, resulta
ineludible su remisión al juez para su actuación a fin de no vulnerar
el derecho a la doble instancia de las partes; máxime si se considera
que el fin del proceso es solucionar el conflicto de intereses, que es
lo que se entiende pretende el Colegiado Superior...” (Casación
Nro. 2447-2003 / Puno, publicada en el Diario Oficial El Peruano
el 30-07-2004, pág. 12460).

590
LA PRUEBA EN LA JURISPRUDENCIA CASATORIA

- “... Cuando los medios probatorios resulten insuficientes para


formar convicción en el juzgador, en decisión motivada e
inimpugnable puede ordenar la actuación de los medios probatorios
adicionales que considere conveniente; por tanto, la Sala [Superior]
al ordenar que el Juez actúe de oficio prueba pericial, ha actuado
conforme lo dispone el artículo 194 del Código Procesal Civil...”
(Casación Nro. 5359-2007 / Santa, publicada en el Diario Oficial
El Peruano el 30-05-2008, pág. 22213).
- “... Los jueces pueden requerir, dentro de los alcances establecidos
por el artículo ciento noventicuatro del Código Procesal Civil
[sobre pruebas de oficio], que los documentos ofrecidos por las
partes reúnan ciertos requisitos que hagan irrefutable lo contenido
en ellos...” (Casación Nro. 799-2000 / Lima, publicada en el Diario
Oficial El Peruano el 02-01-2001, pág. 6707).
- “... No sólo el que invoca una norma extranjera tiene que exhibirla
porque así lo indica el inciso cuatro del artículo ciento noventa del
Código Procesal Civil, sino que además, los jueces también se
encuentran facultados para disponer de oficio su obtención como lo
prevé el artículo dos mil cincuentitrés del Código Civil; [...] en tal
sentido, con la facultad contemplada en el artículo ciento
noventicuatro del Código Procesal Civil y siendo una labor que
corresponde realizar al A-quo en primera instancia y a partir del
saneamiento probatorio y aún hasta antes de dictar sentencia, por
consiguiente deberá ejercitar dicha facultad antes del fallo...”
(Casación Nro. 3536-2002 / Lima, publicada en el Diario Oficial El
Peruano el 30-10-2003, págs. 11002-11003).
- “... Si bien el Artículo ciento noventicuatro del Código Procesal
Civil, faculta al Juez, en casos especiales y mediante decisión
motivada e inimpugnable, a ordenar de oficio la actuación de
medios probatorios adicionales, que le permitan formar convicción
respecto de los hechos materia de la controversia; empero, tal
decisión no debe afectar el derecho de defensa de las partes...”
(Casación Nro. 235-95 / Ancash, publicada en el Diario Oficial El
Peruano el 19-07-1996, pág. 2249).
- “... Cuando los Jueces de mérito hacen uso de la facultad que la ley
les concede para actuar prueba de oficio, su decisión debe ser
igualmente puesta en conocimiento de las partes...” (Casación Nro.

591
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

1304-97 / Cono Norte, publicada en el Diario Oficial El Peruano el


30-01-2001, págs. 6842-6843).
- “... Los juzgadores atendiendo a los fines del proceso consagrados
en el artículo III del Título Preliminar del Código Procesal Civil, y
acorde
con la facultad que establece el artículo 194 del mismo cuerpo legal, el Juez
puede incorporar al proceso los medios probatorios de oficio que estime
convenientes, con lo cual también es posible incorporar la prueba
extemporánea ofrecida por una de las partes, para lo cual debe emitir la
resolución correspondiente, la que debe notificar a las partes a efectos de
que éstas puedan hacer valer sus argumentos de defensa
correspondientes...” (Casación Nro. 3837-2007 / Piura, publicada en el
Diario Oficial El Peruano el 31-01-2008, págs. 21511-21512).
- “... Conforme a lo establecido en el artículo ciento noventicuatro
del Código Adjetivo [C.P.C.], el Juez puede admitir a trámite
cualquier medio probatorio con la finalidad de resolver el conflicto
intersubjetivo de intereses y es potestad suya disponer la actuación
de los medios probatorios adicionales si lo considera conveniente;
sin embargo, tal decisión debe ser expresada, como lo exige la
norma, en una resolución motivada, previa a la expedición de la
sentencia, la misma que debe estar puesta en conocimiento de las
partes a fin de que puedan hacer valer su derecho a cuestionar o
asentir dicho medio de prueba; siendo esto así, al no haberse
procedido de este modo, se ha producido una situación de
indefensión que es menester tutelar, además, se contraviene el
artículo cuatrocientos veintinueve del acotado Código [C.P.C.], lo
que vicia de nulidad la sentencia impugnada...” (Casación Nro.
398-2004 / Lima, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 01-
12-2005, págs. 15088-15089).
- “... El a-quo al expedir sentencia [...] decide incorporar el citado
documento como prueba de oficio, aplicando el artículo 194 del
Código Procesal Civil, valorándolo [...]; empero, tal documento no
ha sido puesto en conocimiento de la parte demandada para que
pueda expresar lo que a su derecho corresponde, afectándose su
derecho al debido proceso y particularmente su derecho de defensa
[...]. [...] Que al incorporarse al proceso dicho medio probatorio se
ha incurrido en la causal de nulidad contemplada en el artículo 171

592
LA PRUEBA EN LA JURISPRUDENCIA CASATORIA

del Código Procesal Civil; además, la omisión señalada configura


una infracción procesal que conlleva a la indefensión para la parte
contraria pues no se le ha puesto en conocimiento dicho medio
probatorio para que pueda expresar lo que a su derecho
corresponda, afectando el principio de bilateralidad procesal; por lo
que al haber procedido de la manera indicada se ha contravenido el
artículo 139 inciso 5° de la Constitución Política y el artículo 122
inciso 3° del Código Procesal Civil...” (Casación Nro. 1723-2006 /
El Santa, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 05-01-2007,
págs.
18392-18393).
- “... La prueba de oficio es inimpugnable...” (Casación Nro. 994-99 /
Lima, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 12-10-1999, pág.
3715).
- “... No hay nada que limite la facultad de un Juez de mérito de ordenar
pruebas de oficio, y la decisión es inimpugnable...” (Casación Nro.
216499 / La Libertad, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 21-
11-1999, pág. 4060).
- “... La inspección judicial con peritos fue ordenada de oficio [...], lo
que no es impugnable...” (Casación Nro. 2784-00 / Lima, publicada en
el Diario Oficial El Peruano el 01-03-2001, pág. 7026).
- “... Con respecto a la falta de notificación a la recurrente de la
resolución [...] en que el A Quo ordena al Banco ejecutante presentar el
contrato de cuenta corriente, que obra en autos [...], dicha omisión no
es merecedora de sanción con nulidad, toda vez que no se configura el
perjuicio a que [...] hace referencia el artículo ciento setenticuatro del
Código Procesal Civil, ya que, de acuerdo al artículo ciento
noventicuatro del mencionado Cuerpo de Leyes, la decisión del Juez
que ordena la actuación de una prueba de oficio es inimpugnable; es
decir las partes se encuentran impedidas de impugnar dicha resolución
así como la prueba de oficio cuya actuación es ordenada por el Juez...”
(Casación Nro. 3270-2000 / Lima, publicada en el Diario Oficial El
Peruano el 31-07-2001, pág. 7441).
- “... El Código Procesal Civil no contiene limitación alguna a la
actuación de medios probatorios de oficio en los procesos

593
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

sumarísimos...” (Casación Nro. 1259-99 / Lima, publicada en el Diario


Oficial El Peruano el 09-111999, pág. 3877).
- “... Estando a la naturaleza del proceso (de ejecución de obligación de
dar suma de dinero), no es admisible ordenar pruebas de oficio a que se
refiere el Artículo ciento noventicuatro del Código Procesal (Civil)
mencionado, tanto más si tampoco se precisa cuáles son esas pruebas
por actuar, por lo que se ha incurrido en la causal de nulidad prevista
en el Artículo ciento setentiuno de la mencionada Ley Procesal”
(Casación Nro. 466-98 / La Libertad, publicada en el Diario Oficial El
Peruano el 12-01-1999, págs. 2455-2456).

7. JURISPRUDENCIA CASATORIA RELACIONADA CON LA


PRUEBA TRASLADADA
La Corte Suprema de Justicia de la República, en relación a la prueba
trasladada, ha establecido lo siguiente:

594
LA PRUEBA EN LA JURISPRUDENCIA CASATORIA

“... El artículo ciento noventiocho del Código Procesal Civil [...]


regula lo que en doctrina se conoce como la prueba trasladada, que no
es sino aquella admitida y practicada en un proceso y hecha valer en
otro...” (Casación Nro. 3292-2006 / La Libertad, publicada en el
Diario Oficial El Peruano el 02-09-2008, págs. 22648-22649).
- “... El artículo 198 del Código Procesal Civil [...] prevé que ‘Las
pruebas obtenidas válidamente en un proceso tienen eficacia en otro.
Para ello, deberán constar en copia certificada por el auxiliar
jurisdiccional respectivo y haber sido actuadas con conocimiento de la
parte contra quien se invocan[.] puede [sic -léase Puede-] prescindirse
de este último requisito por decisión motivada del Juez’. Dicho
numeral regula lo que en doctrina se conoce como la prueba
trasladada, la que es admitida y practicada en un proceso y después
hecha valer en otro; por lo que para efectos de que tenga eficacia, el
comentado artículo 198 [...] exige que ésta deberá constar en copias
certificadas por el auxiliar jurisdiccional respectivo y haber sido
actuada con conocimiento de la parte contra quien se invocan...”
(Casación Nro. 2847-2003 / La Libertad, publicada en el Diario
Oficial El Peruano el 30-03-2005, págs. 13763-13764).
- “... La eficacia de las pruebas obtenidas válidamente en un proceso a
que se refiere el Artículo ciento noventiocho del Código Adjetivo no
está condicionado (sic) a que las mismas hayan sido actuadas por las
partes en el proceso primigenio, como erróneamente alega el
recurrente, sino que para su actuación resulta imprescindible que se
ponga en conocimiento de la parte contra quien se invocan...”
(Casación Nro. 2839-99 / Arequipa, publicada en el Diario Oficial El
Peruano el 21-01-2000, pág. 4611).

8. JURISPRUDENCIA CASATORIA RELACIONADA CON LA


AUDIENCIA DE PRUEBAS
La Corte Suprema de Justicia de la República, en relación a la audiencia de
pruebas, ha establecido lo siguiente:
- “... El Artículo cincuenta del Código Procesal Civil, prescribe, el
Juez que inicia la Audiencia de Pruebas concluirá el proceso, salvo
que fuera promovido o separado; el Juez sustituto continuará el
proceso, pero puede ordenar, en resolución debidamente motivada,
que se repitan las Audiencias, si lo considera indispensable, que,

595
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

-
las razones que han dado origen a esta norma se encuentran en el
enunciado principio de inmediación, conforme al cual el Juez debe
mantenerse en relación directa con las partes y recibir
personalmente las pruebas, lo que indefectiblemente resulta de la
mayor importancia; pues, sólo así tendrá la oportunidad de
conocer y apreciar las condiciones morales de los litigantes,
cuando dicen la verdad o cuando se abstienen de hacerlo, para
llegado el caso, (...) valorar su conducta durante el proceso,
adquiriendo los elementos que le van a permitir formar convicción
para un fallo justo, lo que no sería posible si el Juez sentenciador
es distinto al que ha dirigido el proceso en la actuación de las
pruebas, de ahí que conforme al principio contenido en el Artículo
Quinto del Título Preliminar del Código Procesal, las audiencias y
la actuación de medios probatorios se realizan ante el Juez, siendo
indelegables bajo sanción de nulidad, sin que pueda interferir el
carácter imperativo de esta norma el principio de elasticidad que
prevé el numeral doscientos uno de citado Código, por la
trascendencia que envuelve la necesidad de tener al Juez frente al
material de conocimiento...” (Casación Nro. 270-T-97 / Lima,
publicada en el Diario Oficial El Peruano el 03-04-1998, págs.
606-607).
- “... La citada Juez suplente se avocó al conocimiento de la causa
indicando que lo hacía por promoción de su titular. Notificada con
dicha resolución, la misma no ha sido impugnada por las partes,
siendo por lo demás facultad de la Juzgadora renovar la audiencia
de pruebas si lo consideraba conveniente...” (Casación Nro. 3448-
00 / Lima, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 30-04-
2001, pág. 7237).
- “... En cuanto a la expedición de la sentencia por Juez distinto al
que intervino en las audiencias (de pruebas), no es causal de
nulidad del trámite o vicio in procedendo, pues puede hacerlo y
depende de su exclusiva decisión renovar dichas audiencias si lo
juzgara necesario...” (Casación Nro. 3082-99 / La Libertad,
publicada en el Diario Oficial El Peruano el 08-04-2000, pág.
5014).

596
LA PRUEBA EN LA JURISPRUDENCIA CASATORIA

- “... Si bien la Juez que expidió sentencia no es la misma que inició


la audiencia única [...]; también lo es [...] que reasumiendo sus
funciones previo avocamiento en el conocimiento de los autos
señaló día y hora para continuar la audiencia de pruebas, según se
advierte de la resolución de fojas [...], la que fue notificada al
recurrente [...], interviniendo según acta [...], donde precisamente
se actuaron los medios probatorios pendientes, esto es, antes de la
expedición de la sentencia, diligencia a la que asistió el apoderado
del demandado; por lo que siendo ello así, no existe la infracción
de las normas que garantizan el derecho a un debido proceso...”
(Casación Nro. 3356-2000 / La Libertad, publicada en el Diario
Oficial El Peruano el 01-03-2001, pág. 7065).
“... El juez que expidió la [resolución] apelada se avocó al conocimiento de
la causa [...], de acuerdo a lo previsto por el último párrafo del artículo 50
del acotado Código Procesal [C.P.C.] del cual se advierte que,
excepcionalmente, puede sentenciar aquel juez que no inició la audiencia
de pruebas, y que constituye una facultad del juez avocado y no una
obligación el disponer la repetición de las audiencias...” (Casación Nro.
69-2001 / Lima, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 31-07-2001,
pág. 7603).
- “... El artículo cincuenta del Código Procesal Civil [...] permite al
Juez sustituto continuar el proceso y lo faculta a repetir o no la
audiencia; [...] sin embargo cuando los abogados de las partes
haciendo uso del derecho legítimo de defensa, solicitan el uso de
la palabra, resulta evidente que si el informe oral se ha realizado
ante otro Magistrado, el Juez sustituto no puede impedir que los
Letrados expongan oralmente ante él las razones que tienen en
defensa de sus patrocinados...” (Casación Nro. 35242000 / Lima,
publicada en el Diario Oficial El Peruano el 31-07-2001, pág.
7451).
- “... La sentencia de Primera Instancia ha sido expedida por (...)
Juez distinto al originario, pues en autos no obra ninguna
constancia de la promoción o separación del Juez primigenio que
actuó la Audiencia de Pruebas. (...) Que, en tal virtud, se ha
afectado el derecho del justiciable al Juez natural, al haber sido
desviado del Juez que conforme a Ley le correspondía sentenciar;
derecho que se encuentra cautelado a través del principio de

597
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

-
legalidad contemplado en el último acápite del Artículo cincuenta
del acotado Cuerpo Legal; violación que importa la contravención
de las normas que garantizan el debido proceso” (Casación Nro.
292498 / Cañete, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 21-
09-1999, pág. 3565).
- “... La audiencia de pruebas fue celebrada ante la Vocal Superior
(...), y sin embargo, dicha magistrada no intervino en la resolución
de vista, no verificándose que haya existido avocamiento alguno
por parte de otro Vocal; infringiéndose así el principio de
inmediación recogido por el Artículo quinto del Título Preliminar
del Código Procesal Civil” (Casación Nro. 815-99 / Lima,
publicada en el Diario Oficial El Peruano el 02-11-1999, pág.
3844).
- “... Mediante la resolución de fojas [...] avocándose a la causa el
Juez [...] ordena que los autos se pongan para sentenciar; sin
embargo, sin notificar a las partes dicho avocamiento [...] el citado
magistrado emite
la sentencia; [...] de esa manera se vulnera el último acápite del artículo
cincuenta del Código Procesal Civil cuando dispone que el Juez que inicia
la audiencia de pruebas concluirá el proceso, salvo que fuera promovido o
separado; en efecto, dicho precepto exige al Juez que actuó en la audiencia
de pruebas expida la sentencia[,] lo que se sustenta en el principio de
inmediación procesal; y si bien el Juez que se avocó al proceso señala que
la hace [sic -léase que lo hace-] por disposición superior, ocurre que dicho
avocamiento no se notificó a las partes[,] por lo tanto se ha afectado el
derecho de defensa de la impugnante al no haber tenido conocimiento de
ello, quebrantándose de esa manera el artículo ciento cincuenticinco del
Código Adjetivo [C.P.C.]...” (Casación Nro. 3224-00 / Lambayeque,
publicada en el Diario Oficial El Peruano el 31-07-2001, pág. 7439).
- “... De acuerdo al inciso quinto del artículo doscientos
ochentinueve del Texto Unico Ordenado de la Ley Orgánica del
Poder Judicial los abogados de las partes tienen derecho a
informar verbalmente en todo proceso judicial, antes de que se
ponga fin a la instancia; empero este derecho, respecto del
ejecutado recurrente, se ha visto conculcado ya que al no habérsele
notificado la resolución que dispuso el avocamiento del nuevo

598
LA PRUEBA EN LA JURISPRUDENCIA CASATORIA

Juez, se le recortó su posibilidad de ser escuchado por este nuevo


magistrado, derecho que sí ejerció frente al anterior juzgador,
vulnerándose de esta manera el derecho de defensa que tiene toda
persona y que se halla recogido en el inciso veintitrés del artículo
ciento treintinueve de nuestra Carta Magna...” (Casación Nro. 866-
2003 / Lima, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 31-03-
2004, pág. 11686).
- “... La resolución [...] por la que la Juez [...] se avocó al
conocimiento de la causa y dispone que no se repita la Audiencia
Unica fue notificado [sic -léase notificada-] a las partes después de
expedida la sentencia de primera instancia; [...] por ello se ha
omitido en el proceso uno de los medios de defensa permitidos,
como es el informe oral, incurriéndose en la causal de nulidad
contemplada en el artículo ciento setentiuno del Código Adjetivo
[C.P.C.]...” (Casación Nro. 3524-2000 / Lima, publicada en el
Diario Oficial El Peruano el 31-07-2001, pág. 7451).
- “... Si bien, se permite que otro Juez pueda reemplazar al que
inició la audiencia, esta sustitución no resulta posible cuando este
Juez anterior ha dado por concluida la audiencia, ha escuchado los
informes orales y ha señalado fecha para la sentencia” (Casación
Nro. 1786-96 / Lima, publicada en el Diario Oficial El Peruano el
05-07-1998, pág. 1394).
“... La Audiencia de pruebas tiene como finalidad la actuación de las
pruebas admitidas, en el orden que señala el Artículo doscientos ocho del
Código Procesal Civil, de tal manera que si las pruebas no requieren de
actuación, ésta carece de objeto, por lo que conforme a lo dispuesto en el
Artículo cuatrocientos setentitrés inciso primero del mismo Código, no
habiendo necesidad de actuar medio probatorio alguno, el Juez comunicará
a las partes su decisión de expedir sentencia, sin admitir otro trámite”
(Casación Nro. 225-98 / Cusco, publicada en el Diario Oficial El Peruano
el 03-01-1999, pág. 2338).
- “... El hecho de prescindir de la realización de la Audiencia de
Pruebas constituye una facultad del Juez previsto [sic -léase
prevista-] en el artículo cuatrocientos setentitrés del Código
Procesal Civil [sobre juzgamiento anticipado del proceso]; más
aún cuando han sido aportados al proceso únicamente pruebas
documentales...” (Casación Nro. 1302-2003 / La Libertad,

599
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

-
publicada en el Diario Oficial El Peruano el 31-03-2004, pág.
11650).
- “... Al haberse admitido las pruebas, consistentes en instrumentos;
y, no advirtiéndose medio probatorio alguno pendiente de
actuación personal; no resultaba necesario fijar fecha para la
Audiencia de Pruebas; consecuentemente, los autos quedaron
expeditos para sentenciar...” (Casación Nro. 2491-2001 / Lima,
publicada en el Diario Oficial El Peruano el 0110-2002, pág.
9278).
- “... Las pruebas admitidas y no actuadas a que se refiere el
recurrente consisten en documentos, [...] que por su propio
carácter documentario no requieren de actuación previa sino de
valoración directa; por tanto, en la Audiencia de Pruebas el A Quo
no ha desnaturalizado el proceso al actuar únicamente medios
probatorios que sí requerían actuación, tales como las
declaraciones de parte y la exhibición de documentos...” (Casación
Nro. 820-2003 / Lima, publicada en el Diario Oficial El Peruano el
01-09-2003, pág. 10854).
- “... El Juez de Instancia tuvo por ofrecidas las copias certificadas,
que como medios probatorios fueron ofrecidos por el recurrente
[...] y admitidos por resolución firme [...] que dispuso sean
apreciadas al momento de sentenciar, no resultando exigible la
convocatoria a una Audiencia Complementaria de Pruebas, al
tratarse de medios probatorios de actuación inmediata, tal y
conforme así se infiere de la interpretación del artículo 208 del
Código Procesal Civil; más aún si con arreglo al principio de
economía procesal, el Juez se encuentra facultado para prescindir
de aquellas actuaciones que puedan generar dilación en el
cumplimiento de la finalidad del proceso...” (Casación Nro. 298-
2004 / Arequipa, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 01-
03-2006, págs. 15678-15679).
- “... el Artículo cuatrocientos sesenta del Código acotado (C.P.C.)
permite al juez, declarada la rebeldía y saneado el proceso expedir
sentencia, salvo las excepciones previstas en el Artículo
cuatrocientos sesentiuno (del C.P.C.); (...) como el proceso se
encontraba en la excepción prevista en el inciso cuarto del

600
LA PRUEBA EN LA JURISPRUDENCIA CASATORIA

Artículo cuatrocientos sesentiuno antes referido (esto es, la falta de


convicción en el Juez sobre la verdad de los hechos expuestos en
la demanda), el juez no podía expedir sentencia, sino realizar la
audiencia de prueba” (Casación Nro. 532-95 / Lima, publicada en
el Diario Oficial El Peruano el 20-12-1996, págs. 2550-2551).
- “... El defecto en el juramento [en la audiencia de pruebas] no
puede constituir per sé [sic] causa suficiente para declarar la
nulidad de lo actuado en el presente proceso...” (Casación Nro.
2032-2006 / Puno, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 04-
12-2006, págs. 18315-18316).
- “... Conforme lo prescribe el Artículo doscientos tres del citado
cuerpo legal adjetivo (C.P.C.), la fecha fijada para la audiencia de
pruebas es inaplazable, siendo facultad del juez autorizar a una de
las partes, sólo si prueba un hecho grave o justificado que impida
su presencia, a actuar mediante representante, mas no a suspender
la misma...” (Casación Nro. 3211-99 / Puno, publicada en el
Diario Oficial El Peruano el 22-02-2000, pág. 4676).
- “... El fundamento de dar por concluido el proceso por la
inasistencia de las partes a la audiencia de pruebas no es otro que
el de sancionar dicha inasistencia, dada la trascendencia de este
acto procesal, ya que sin la actuación de pruebas no es posible
lograr un pronunciamiento adecuado sobre el fondo del conflicto
de intereses o de la incertidumbre jurídica, en consecuencia carece
de objeto la prosecución del proceso” (Casación Nro. 592-96 /
Lima, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 04-011998,
pág. 362).
- “... Conforme a la última parte del primer párrafo del Artículo
doscientos tres del Código Procesal Civil las partes y los terceros
pueden concurrir a la audiencia (de pruebas) con sus abogados lo
que implica que la inobservancia de este requisito no invalida el
acto procesal...” (Casación Nro. 2279-99 / Callao , publicada en el
Diario Oficial El Peruano el 1709-2000, pág. 6299).
“... En el caso de autos, se tiene que no se fijó fecha (de continuación de
audiencia de pruebas) por no tenerse a la mano el rol de diligencias;
empero, este hecho no impedía que el Juez fije la fecha de oficio una vez
superada esta imposibilidad, teniendo en cuenta el principio de unidad de

601
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

-
la audiencia y el deber de impulso procesal, que en este caso no
corresponde a las partes al no ser un caso en el que expresamente se señale
que éstas tengan la obligación del impulso. (...) Que, siendo así, se ha
contravenido el principio de impulso procesal, expresado en el inciso
quinto del Artículo trescientos cincuenta del Código Procesal Civil como
causa impeditiva del abandono, por lo que la resolución que lo declara es
nula...” (Casación Nro. 339-98 / Lima, publicada en el Diario Oficial El
Peruano el 28-04-2000, pág. 5236).
- “... La no concurrencia de los peritos a la Audiencia de Pruebas,
por no haber sido notificados, existiendo otras pruebas que actuar
no invalida el procedimiento y menos justifica la inasistencia de
las partes previamente notificadas para dicho acto procesal, mas
aún [sic -léase más aún-] cuando la diligencia de peritos se pueden
actuar [sic -léase se puede actuar-] en diligencias especiales como
lo preceptuado en el artículo doscientos sesenticinco del Código
Procesal Civil...” (Casación Nro. 3546-01 / San Román, publicada
en el Diario Oficial El Peruano el 01-04-2002, pág. 8587).
- “... Como el Juzgado no dispuso la continuación de la Audiencia
de Pruebas, para la explicación del dictamen pericial, resulta
indudable que se le restó al recurrente la posibilidad de observar el
dictamen en la Audiencia, afectando su derecho al debido proceso.
(...) Que, en consecuencia se ha incurrido en la causal de nulidad
contemplada en el Artículo ciento setentiuno del Código Procesal
Civil” (Casación Nro. 310-99 / Huaura, publicada en el Diario
Oficial El Peruano el 18-10-1999, pág. 3768).
- “... Los artículos doscientos seis y doscientos ocho del Código
Procesal Civil establecen que la audiencia de pruebas es única y
pública, y que iniciada ella el Juez dispondrá la actuación de las
pruebas según el orden allí establecido, actuándose en primer lugar
el dictamen pericial, en donde los peritos resumirán sus
conclusiones y responderán a las observaciones hechas por las
partes a sus informes escritos. [...] Que, en el caso de autos, se
advierte que en la continuación de la audiencia de pruebas, el
Juzgador omitió realizar el debate pericial conforme a lo ordenado
en las normas precedentemente citadas, y solo dispuso se tenga
presente en su oportunidad los informes presentados por la parte

602
LA PRUEBA EN LA JURISPRUDENCIA CASATORIA

accionante y los peritos nombrados. [...] Que, siendo ello así, la


falta de actuación de dicho medio probatorio, de acuerdo a las
reglas establecidas por el Ordenamiento Procesal Civil, constituye
una clara contravención a las normas que garantizan el derecho a
un debido proceso...” (Casación Nro. 251-99 / Puno - Juliaca,
publicada en el Diario Oficial El Peruano el 01-04-2002, págs.
8650-8651).
- “... Agotada tal diligencia judicial (audiencia de pruebas) no es
procesalmente admisible actuar pruebas...” (Casación Nro. 1280-
98 / Ancash, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 27-09-
1999, págs. 3586-3587).
- “... El pedido de informe oral fue declarado improcedente en
virtud del artículo doscientos diez del Código Procesal Civil ya
que la Juez consideró que había precluido la posibilidad de
realizarse el informe ‘in voce’ por lo que siendo ello una
consecuencia del orden lógico y cronológico de los actos
procesales, no se restringe la defensa del impugnante...” (Casación
Nro. 460-01 / Cono Norte, publicada en el Diario Oficial El
Peruano el 31-07-2001, págs. 7483-7484).
- “... El pedido de informe oral fue presentado luego de emitida la
sentencia apelada, por lo que no podría haberse afectado el
derecho de defensa del recurrente, pues su pedido devino en
extemporáneo...” (Casación Nro. 710-01 / Lima, publicada en el
Diario Oficial El Peruano el 31-08-2001, págs. 7623-7624).
- “... Los alegatos sólo cumplen una función ilustrativa pero no
determinante en la decisión que pueda tomar el juzgador sobre el
conflicto de intereses, ya que su presentación no constituye un
acto obligatorio impuesto a las partes, por cuanto sólo es
potestativo como se tiene de lo dispuesto por el artículo 212 del
citado cuerpo procesal [C.P.C.]...” (Casación Nro. 24912001 /
Lima, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 01-10-2002,
pág. 9278).
- “... Si de conformidad con el ordenamiento procesal, puede el
juez, en cualquier momento posterior a la audiencia de pruebas,
emitir la sentencia, no es necesario en modo alguno esperar la
presentación de los alegatos escritos para expedirla; en tal virtud,

603
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

-
la emisión de la sentencia antes de que las partes presenten
alegatos escritos, no constituye manifiestamente una infracción al
debido proceso, por cuanto adicionalmente, con dicho alegato
escrito no pueden las partes aportar hechos ni nuevas pruebas o
diferentes a las que han sido materia de exposición y actuación por
cada una de éstas...” (Casación Nro. 439-96 / Lima, publicada en
el Diario Oficial El Peruano el 17-06-1998, págs. 1326-1328).
“... Si bien es cierto que el A quo expidió sentencia antes de vencido el
plazo de cinco días para que los abogados de las partes presenten sus
alegatos escritos; ello no puede sancionarse con nulidad en tanto que
no se advierte el perjuicio sufrido por el [...] recurrente, toda vez que
de autos no aparece que haya presentado el alegato correspondiente en
el término de ley...” (Casación Nro. 2491-2001 / Lima, publicada en el
Diario Oficial El Peruano el 01-10-2002, pág. 9278).
- “... Conforme lo prevé el numeral doscientos doce del Código
Procesal [Civil], en los procesos de conocimiento y abreviados, los
abogados pueden presentar sus alegatos por escrito, dentro de un
plazo común que no exceda de cinco días, dicha norma no es
imperativa sino facultativa, y el hecho de que hagan uso de la
palabra en la propia audiencia no afecta en modo alguno la validez
del trámite del proceso...” (Casación Nro. 252801 / Lima,
publicada en el Diario Oficial El Peruano el 30-11-2001, págs.
8171-8172).
- “... No existe dispositivo legal que obligue a consignar en la
sentencia que la demandada no concurrió a la audiencia de
pruebas...” (Casación Nro. 440-96 / Lima, publicada en el Diario
Oficial El Peruano el 09-10-1996, pág. 2339).

9. JURISPRUDENCIA CASATORIA RELACIONADA CON LA


PRUEBA DE DECLARACION DE PARTE
La Corte Suprema de Justicia de la República, en relación a la prueba de
declaración de parte, ha establecido lo siguiente:
- “... La ley procesal no contempla la declaración ficta pues todo
medio probatorio se valora mediante las reglas de la sana

604
LA PRUEBA EN LA JURISPRUDENCIA CASATORIA

crítica...” (Casación Nro. 691-2001 / Ica, publicada en el Diario


Oficial El Peruano el 05-112001, pág. 7955).
- “... La falta de declaración de parte [de la demandada] no implica
presunción relativa de verdad respecto de los hechos expuestos en
la demanda, ya que este es un efecto aplicable únicamente a la
falta de contestación de demanda...” (Casación Nro. 1740-02 /
Lambayeque, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 01-10-
2002, pág. 9356).
- “... La declaración de parte del demandante no es suficiente para
menoscabar los principios de literalidad y formalidad de una
cambial...” (Casación Nro. 219-96 / Piura, publicada en el Diario
Oficial El Peruano el 01-01-1998, pág. 350).

605
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

-
“... El Juzgador puede adquirir pruebas derivadas de las afirmaciones
efectuadas por las partes en el proceso...” (Casación Nro. 3357-2006 /
Lima, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 04-12-2006, pág.
18197).
- “... Las afirmaciones de las partes pueden ser valorados [sic -léase
valoradas-] por el Juzgador, pues según el artículo doscientos
veintiuno del Código Adjetivo [C.P.C.] son declaraciones
asimiladas...” (Casación Nro. 3328-00 / Camaná, publicada en el
Diario Oficial El Peruano el 31-082001, págs. 7607-7609).
- “... Esta Suprema Sala considera que se han contravenido las
normas que garantizan el derecho a un debido proceso, en tanto se
ha obviado valorar la declaración asimilada que proviene del
documento...” (Casación Nro. 2984-01 / Tacna, publicada en el
Diario Oficial El Peruano el 02-05-2002, págs. 8752-8753).
- “... El silencio importa manifestación de voluntad cuando la ley o
el convenio le atribuye ese significado, por lo que [...] no puede
ser considerada como declaración asimilada en tanto para la
procedencia de ésta [sic] figura procesal se requiere de
afirmaciones que consten en actuaciones judiciales o escritos de
las partes...” (Casación Nro. 1413-2005 / Piura, publicada en el
Diario Oficial El Peruano el 28-02-2006, págs. 15549-15550).
- “... En virtud al principio de confidencialidad recogido en [...] la
Ley de Conciliación Número veintiséis mil ochocientos setentidós,
de lo expuesto o manifestado por las partes intervinientes dentro
de la conciliación [extrajudicial] no puede extraerse declaraciones
asimiladas con la que los justiciables quieran sustentar su
defensa...” (Casación Nro. 52-2004 / Piura, publicada en el Diario
Oficial El Peruano el 30-05-2005, pág. 14096).
- “... Si bien es cierto una manifestación policial, por sí misma, no
puede ser tenida como una declaración asimilada, por no tratarse
de una actuación judicial o un escrito presentado dentro de un
proceso judicial, conforme a los alcances que prevé el artículo
doscientos veintiuno del Código Procesal Civil, no es menos
cierto que la manifestación policial de fojas [...] constituye un
medio probatorio que ha sido incorporado al proceso, sin haber

606
LA PRUEBA EN LA JURISPRUDENCIA CASATORIA

-
sido materia de tacha, y, como tal, se encuentra sujeta a valoración
por parte del A quo, la que [se] efectúa de forma conjunta con los
demás elementos probatorios admitidos en autos...” (Casación
Nro. 188-02 / Lima, publicada en el Diario Oficial El Peruano el
01-10-2002, págs. 9295-9297).
“... El juicio lógico de deducción extraído de la afirmación de una de
las partes no puede ser por sí misma [sic -léase por sí mismo-]
suficiente para causar certeza de un hecho, pues será necesario que se
observe necesariamente el principio de unidad de la prueba, es decir, el
examen de conjunto donde la afirmación del demandado se confronte
con los demás hechos y pruebas que obran en autos a fin de verificar la
verosimilitud de la afirmación para luego arribar a la certeza del
hecho...” (Casación Nro. 3328-00 / Camaná, publicada en el Diario
Oficial El Peruano el 31-082001, págs. 7607-7609).
- “... La demanda y su contestación son piezas principales del
proceso y el Juzgador no puede omitir considerar lo que las partes
reconocen en dichos escritos...” (Casación Nro. 3748-2000 /
Ayacucho, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 31-07-
2001, pág. 7457).

10. JURISPRUDENCIA CASATORIA RELACIONADA CON LA


PRUEBA DE DECLARACION DE TESTIGOS
La Corte Suprema de Justicia de la República, en relación a la prueba de
declaración de testigos, ha establecido lo siguiente:
- “... La actuación de un medio probatorio, como la declaración de
testigos, no es un elemento probatorio que dependa directamente del
oferente, ya que no domina los intereses ni voluntades de los
testigos...” (Casación Nro. 1298-2005 / Cusco, publicada en el Diario
Oficial El Peruano el 30-09-2005, pág. 14840).
- “... Las testimoniales deben actuarse ante el Juez de la causa y no ante
un Notario Público...” (Casación Nro. 2124-00 / La Merced, publicada
en el Diario Oficial El Peruano el 01-03-2001, págs. 7012-7013).
- “... Los citados puntos controvertidos [...] son los que evidentemente
van a ser materia de prueba, por ende la declaración de los testigos
ofrecida por la parte demandada debe versar sobre los puntos o hechos

607
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

-
controvertidos fijados por el Juez...” (Casación Nro. 3246-02 / Lima,
publicada en el Diario Oficial El Peruano el 31-03-2004, pág. 11664).
- “... Las testimoniales ofrecidas se relacionan con el punto
controvertido (...) fijado (...), por lo que la no admisión de esa prueba
del actor, sin fundamentación alguna, afecta su derecho al debido
proceso, pues no se le permite probar las preces de su demanda...”
(Casación Nro. 1504-98 / Lima, publicada en el Diario Oficial El
Peruano el 06-10-1999, págs.
3685-3686).
“... Para apreciar la declaración testimonial se debe utilizar la
apreciación razonada, que en doctrina, también se denominan (sic)
‘Reglas de la Sana Crítica’...” (Casación Nro. 1916-99 / Chincha,
publicada en el Diario Oficial El Peruano el 18-12-1999, pág. 4342.).
- “... El Juez no puede aceptar unas respuestas y desechar otras, sino que
debe apreciarlas en su conjunto, por lo que en este caso es evidente que
se ha afectado el derecho al debido proceso al ignorar el Juzgado de
Instancia las respuestas de los testigos a las repreguntas” (Casación
Nro. 1916-99 / Chincha, publicada en el Diario Oficial El Peruano el
18-12-1999, pág. 4342).

11. JURISPRUDENCIA CASATORIA RELACIONADA CON LA


PRUEBA DE DOCUMENTOS
En los subpuntos que siguen veremos la jurisprudencia casatoria
relacionada con la prueba de documentos.

11.1 Jurisprudencia casatoria relacionada con la prueba


documental en general
La Corte Suprema de Justicia de la República, en relación a la prueba
documental en general, ha establecido lo siguiente:
- “... El ofrecimiento de este último [documento] se entiende realizado
con su sola presentación...” (Casación Nro. 3279-2001 / Lima,
publicada en el Diario Oficial El Peruano el 02-01-2003, págs. 9820-
9821).

608
LA PRUEBA EN LA JURISPRUDENCIA CASATORIA

-
- “... Los documentos [...] a que hace referencia [el recurrente] no fueron
admitidos como medios probatorios, por lo que mal puede denunciarse
su falta de actuación...” (Casación Nro. 3589-2000 / Ucayali, publicada
en el Diario Oficial El Peruano el 31-07-2001, págs. 7535-7536).
- “... Tratándose de documentos los medios probatorios ofrecidos por el
demandante no era necesaria su actuación, sino tan solo su valoración
al momento de sentenciar con arreglo a lo que prevé el artículo 197 del
Código Procesal Civil...” (Casación Nro. 2000-2007 / Lima, publicada
en el Diario Oficial El Peruano el 30-05-2008, págs. 22178-22179).
- “... Las pruebas a valorar eran documentos que no requieren de
actuación en audiencia...” (Casación Nro. 2980-2000 / Lima, publicada
en el Diario Oficial El Peruano el 01-03-2001, pág. 7038).
“... No comporta violación del derecho de defensa ni del debido
proceso el hecho que se valoren medios probatorios consistentes en
documentos, sin necesidad de que se actúen en una audiencia, por
cuanto, debido a su naturaleza, lo trascendente en su valoración se
encuentra en que deben ser tomados en cuenta al momento de realizar
la compulsación de los medios probatorios aportados antes de emitir la
sentencia. Lo contrario [...] implicaría, inclusive, transgredir el
principio de economía procesal consagrado en el artículo V del Título
Preliminar del Código Procesal Civil, de acuerdo al cual el juez debe
dirigir el proceso tendiendo a una reducción de los actos procesales...”
(Casación Nro. 5286-2006 / Loreto, publicada en el Diario Oficial El
Peruano el 02-12-2008, pág. 23574).
- “... La prueba documental también está sujeta a la apreciación
razonada” (Casación Nro. 1916-99 / Chincha, publicada en el Diario
Oficial El Peruano el 18-12-1999, pág. 4342).
- “... Para establecer la prioridad de los documentos cuando concurran
determinadas circunstancias, no siempre es suficiente que el negocio
jurídico conste en instrumento público sino que requiere de otros
factores para demostrar su existencia real y con él su preferencia...”
(Casación Nro. 217-95 / Arequipa, publicada en el Diario Oficial El
Peruano el 2211-1996, pág. 2403).
- “... Las facturas como instrumentos de pruebas no bastan por sí solas
para demostrar la existencia de una obligación, pues ellas deben estar

609
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

-
acompañadas de otros documentos que las sustenten, como pueden ser
las respectivas guías de remisión...” (Casación Nro. 346-2000 / Lima,
publicada en el Diario Oficial El Peruano el 30-10-2000, pág. 6370).
- “... La sustentación de la nulidad de un documento evidentemente debe
deducirse en vía de acción...” (Casación Nro. 2550-99 / La Libertad,
publicada en el Diario Oficial El Peruano el 01-06-2000, pág. 5446).

11.2 Jurisprudencia casatoria relacionada con la


firma en los documentos
La Corte Suprema de Justicia de la República, en relación a la firma en los
documentos, ha establecido lo siguiente:
- “... El que los documentos no hayan sido suscritos por los ejecutados se
explica porque prueban el desembolso efectuado por la actora, a favor
de éstos, y al ser un acto de la ejecutante, no requiere la firma de los
demandados...” (Casación Nro. 1696-99 / Ica - Nasca -sic, léase
Nazca-, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 01-03-2001, pág.
6955).
“... El Notario como funcionario que esta [sic -léase está-] autorizado
para dar fe de los actos, le correspondía certificar la autenticidad del
documento a efecto de proceder a legalizar las firmas...” (Casación
Nro. 3020-01 / Lima, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 01-
07-2002, págs. 8938-8939).

11.3 Jurisprudencia casatoria relacionada con los documentos


públicos en general
La Corte Suprema de Justicia de la República, en relación a los documentos
públicos en general, ha establecido lo siguiente:
- “... Tratándose de un documento público, aún cuando se afirme que el
mismo es un acto unilateral, por haber transferido los demandados un
inmueble que no les pertenecía, a una institución creada por ellos,
dicho documento mantiene su validez mientras no se declare
judicialmente su nulidad, la misma que no puede operar de oficio, [...]
pues para ello se requiere de una vía más lata en la que se cuente con
los elementos de juicio necesarios para establecer la configuración de
alguna de las causales de nulidad [del acto jurídico] previstas en el

610
LA PRUEBA EN LA JURISPRUDENCIA CASATORIA

-
artículo doscientos diecinueve del Código Civil...”(Casación Nro.
1682-06 / Lambayeque, publicada en el Diario Oficial El Peruano el
02-07-2007, pág. 19814).
- “... [Los] documentos públicos [...] no pueden ser objeto de nulidad en
la vía del proceso no contencioso...” (Casación Nro. 4500-2007 / La
Libertad, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 03-12-2008,
págs. 23678-23679).
- “... La escritura pública [...] es un documento público que surte todos
sus efectos mientras no sea declarada judicialmente su ineficacia...”
(Casación Nro. 226-07 / Arequipa, publicada en el Diario Oficial El
Peruano el 0301-2008, pág. 21379).
- “... Una escritura pública es nula por defectos referidos al instrumento
público notarial o por causales de invalidez referidas al acto jurídico
contenido en dicho documento...” (Casación Nro. 2482-98 / Lima,
publicada en el Diario Oficial El Peruano el 20-01-2000, págs. 4601-
4602).
- “... Si bien el artículo 235 del Código Procesal Civil, que define lo que
constituye el documento público, dispone [...] que la copia del
instrumento público tiene el mismo valor del original si está certificado
por la autoridad respectiva (Notario, auxiliar jurisdiccional o fedatario)
no es menos cierto que tal norma no puede ser entendida en forma
aislada,

611
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

sino en forma sistemática, y en tal entendido, en lo que a pruebas se


refiere nuestro Código Procesal Civil no impone limitación a los
medios probatorios, y más bien de la concordancia de sus artículos 191
y 188 se infiere que todos los medios probatorios, aunque no estén
tipificados, son idóneos para lograr la finalidad que pretenden, como es
acreditar los hechos expuestos por las partes, y por ende debe
considerarse que entre ellos también se encuentran las copias simples,
a los que el Juzgador debe dar el mérito que corresponda en conjunto
con las demás pruebas que se encuentren incorporadas en el proceso
conforme al artículo 197 del Código Procesal Civil, y en tal entendido
el hecho en si de que se de valor [sic -léase el hecho en sí de que se dé
valor-] a copias simples aún [sic] cuando sea de una escritura pública
no constituye vicio, ni puede concluirse que se afecte el artículo 235
precitado [del C.P.C.]...” (Casación Nro. 1668-2006 / Ucayali,
publicada en el Diario Oficial El Peruano el 03-07-2007, pág. 20001).
- “La copia legalizada notarialmente del certificado de la partida
matrimonial, tiene el mismo mérito probatorio que éste, por haberlo
establecido así el Artículo doscientos treinticinco, in fine del Código
Procesal Civil, con carácter específico para trámites del proceso
judicial...” (Casación Nro. 1984-99 / Lima, publicada en el Diario
Oficial El Peruano el 07-042000, págs. 4972-4973).

11.4 Jurisprudencia casatoria relacionada con los expedientes


La Corte Suprema de Justicia de la República, en relación a los expedientes,
ha establecido lo siguiente:
- “... El recurrente no cumplió con su obligación de indicar si
el expediente se encuentra en giro o ha terminado, y
tampoco acreditó su existencia con documento emanado
del Juzgado en que se encuentra, por lo que no debió ser
admitido” (Casación Nro. 2402-99 / Lambayeque,
publicada en el Diario Oficial El Peruano el 11-01-2000,
págs. 4525-4526).
- “... Si bien es verdad, el Código Procesal Civil se refiere a
los expedientes entre los documentos, (...) es improcedente
el ofrecimiento de expedientes en trámite, y si se ofrece
uno fenecido, se debe acreditar su existencia con
documento” (Casación Nro. 2402-99 / Lambayeque,

612
LA PRUEBA EN LA JURISPRUDENCIA CASATORIA

publicada en el Diario Oficial El Peruano el 11-01-2000,


págs. 4525-4526).
- “... La [...] norma procesal citada [art. 240 del C.P.C.] no
sanciona con nulidad el ofrecimiento de copias simples de
los actuados judiciales, sino que se refiere a la
improcedencia del ofrecimiento de expedientes
administrativos o judiciales en trámite, en cuyo caso la
parte interesada puede presentar copias certificadas de éste;
como puede advertirse, se trata de una potestad reservada
al interesado en ofrecer tales pruebas, quien no tiene
impedimento para presentarlas en copias simples...”
(Casación Nro. 318-07 / Lima, publicada en el Diario
Oficial El Peruano el 02-09-2008, págs. 22693-22695).
- “... La entidad impugnante [...] denuncia que en la
sentencia de vista se han contravenido las normas que
garantizan el derecho al debido proceso, aduciendo que se
han distorsionado los alcances de los artículos 121, 198 y
240 del citado Código [C.P.C.], sosteniendo que la Sala
Superior al confirmar la sentencia apelada le ha otorgado
efectos a un expediente en trámite que aún no cuenta con
sentencia de primera instancia, agregando que su
valoración es ilegal. El recurrente se refiere a las copias
certificadas del proceso sobre [...]; [...] Examinados los
artículos mencionados en ninguno de ellos hay prohibición
de ofrecer como prueba actuados de un proceso en trámite.
El artículo 240 del Código Adjetivo [C.P.C.] prohíbe el
ofrecimiento de expedientes en trámite, lo que no es el caso
de autos. El Juez de mérito, en todo caso, es el que valora
los medios probatorios aportados al proceso para dirimir la
controversia...” (Casación Nro. 2938-00 / Lima, publicada
en el Diario Oficial El Peruano el 01-03-2001, pág. 7036).
- “... El artículo doscientos cuarenta y tres del Código
Procesal Civil [...] está referido a la ineficacia probatoria de
los documentos por ausencia de una formalidad esencial
para su validez, prevista bajo sanción de nulidad; sin
embargo, la falta de presentación de las consignaciones
judiciales en copia certificada [sino en copia simple] no se
encuentra sancionado con nulidad, por lo que los alcances

613
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

de dicho artículo son inaplicables al caso...” (Casación Nro.


318-07 / Lima, publicada en el Diario Oficial El Peruano el
02-09-2008, págs. 22693-22695).
- “... El Artículo doscientos cuarenta del Código Adjetivo,
regula entre otras cosas, que las partes interesadas puedan
presentar copias certificadas de procesos en trámite como
medios probatorios, pero no establece que los juzgadores
no puedan merituar dichos medios probatorios, mientras no
exista sentencia firme en el proceso del que provienen
dichas copias certificadas” (Casación Nro. 167-98 / Callao,
publicada en el Diario Oficial El Peruano el 21-11-1998,
págs. 2077-2078).
- “... Para que tenga derecho la recurrente a que se actúe y
valore el mérito del expediente [...], corresponde en primer
lugar que se admita dicho medio probatorio...” (Casación
Nro. 2152-00 / Piura, publicada en el Diario Oficial El
Peruano el 30-04-2001, pág. 7174).
- “... La impugnante en su escrito [...] que contiene su
contradicción a la solicitud de la actora, no ha ofrecido
dicho medio probatorio [expediente], por lo tanto, no puede
alegar formal ni válidamente que se ha omitido merituar
dicho expediente a fin de acreditar su afirmación...”
(Casación Nro. 2152-00 / Piura, publicada en el Diario
Oficial El Peruano el 30-042001, pág. 7174).
- “... El Ad Quem ha omitido pronunciarse respecto del
precitado medio probatorio [expediente judicial],
habiéndose transgredido el deber de valorar íntegramente
los medios probatorios actuados, contenido en el artículo
ciento noventisiete del Código Procesal Civil...” (Casación
Nro. 04-2007 / Cusco, publicada en el Diario Oficial El
Peruano el 30-09-2008, pág. 23119).
- “... Se aprecia que la actora no fue quien ofreció como
medio probatorio los autos [expediente] que se aluden sino
el codemandado ejecutante en los de pago [...], el que
efectivamente se admitió como tal [...] y en la audiencia de
Pruebas [...] se dispuso tener presente su mérito sin llegar a

614
LA PRUEBA EN LA JURISPRUDENCIA CASATORIA

ser tenido a la vista al sentenciar; [...] siendo así de dicha


omisión sólo podía haber cuestionado el oferente y no la
recurrente, [...] siendo así no existe [...] nulidad a
declarar...” (Casación Nro. 2504-01 / Ica, publicada en el
Diario Oficial El Peruano el 02-02-2002, pág. 8304).
- “... Al ser el expediente un documento no requería de una
Audiencia para su actuación, habiéndolo valorado el
Juzgador al emitir su fallo...” (Casación Nro. 3868-2000 /
Cusco, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 02-07-
2001, pág. 7356).
- “... Tampoco existe afectación en perjuicio de la citada
contradictora [...], ya que si bien el expediente fue ofrecido
por ella, no fue actuado ni valorado toda vez que se
prescindió de él conforme a la resolución de fojas [...], al
no haber sido remitido por el Juzgado de origen, decisión
que fuera consentida por quién [sic -léase por quien-]
directamente se perjudicaba con ella...” (Casación Nro.
2152-00 / Piura, publicada en el Diario Oficial El Peruano
el 30-04-2001, pág. 7174).
- “... Si bien la demandante ofreció como medio probatorio
el expediente [...], dicho medio probatorio no fue remitido
por el Juez correspondiente por cuanto el número de
expediente no correspondía a las partes; no habiendo sido
observado esa razón [...] por ninguna de las partes, por lo
tanto respecto de ese agravio ha operado la convalidación
tácita prevista en el tercer párrafo del artículo ciento
setentidós del Código Procesal Civil...” (Casación Nro.
3656-00 / Tacna, publicada en el Diario Oficial El Peruano
el 30-04-2001, pág. 7257).
- “... En cuanto se refiere a que el Colegiado solicitó el
expediente (...) ofrecido como prueba, únicamente para
tenerlo a la vista, no constituye una irregularidad...”
(Casación Nro. 485-99 / Piura, publicada en el Diario
Oficial El Peruano el 17-08-1999, págs. 3205-3206).
- “... El recurrente ofreció en su demanda el mérito del
expediente (...), el mismo que fue admitido como medio

615
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

probatorio (...). (...) Que, a pesar de lo anterior, dicho


expediente no ha sido actuado, puesto que no fue solicitado
y tampoco se prescindió de su actuación,
consecuentemente, se ha contravenido el debido proceso al
haberse expedido las sentencias inferiores con autos
diminutos” (Casación Nro. 09-99 / Ucayali, publicada en el
Diario Oficial El Peruano el 24-11-1999, pág. 4134).
- “... Sin que se haya prescindido de una prueba admitida [...]
y que precisamente ha servido de sustento para la sentencia
de primera instancia, la Sala Superior debió exigir la
remisión del expediente para emitir su fallo; [...]
habiéndose emitido la sentencia de vista con autos
diminutos, se ha incurrido en la causal de nulidad
contemplada en el artículo ciento setentiuno del Código
Procesal Civil...” (Casación Nro. 1646-2000 / Cusco,
publicada en el Diario Oficial El Peruano el 30-04-2001,
pág. 7160).
- “... No sólo se ha infringido el Artículo ciento veintidós,
inciso cuarto, del Código Procesal Civil, sino también que
(sic) se han violado las garantías constitucionales del
derecho a un debido proceso y la tutela jurisdiccional
efectiva, así como de no ser privado del derecho de defensa
en ningún estado del procedimiento, previstas en los
incisos tercero y décimo cuarto del Artículo ciento
treintinueve de la Constitución, si se tiene en cuenta que el
fallo ha sido emitido sin tener a la vista ni haberse
prescindido del expediente glosado (expediente fenecido
ofrecido y admitido como prueba)” (Casación Nro. 3092-
98 / Lima, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 12-
10-1999, págs. 3710-3711).
- “... El A Quo [...] procede a dictar sentencia sin tener a la
vista el [...] expediente o, en su defecto, haber expedido
resolución motivada por la cual disponga prescindir del
mismo; dado que habiendo sido admitido por el Juez, su
valoración resultaba de obligatorio cumplimiento; omisión
con la cual evidentemente se afecta el derecho al debido
proceso del recurrente

616
LA PRUEBA EN LA JURISPRUDENCIA CASATORIA

así como el de defensa...” (Casación Nro. 1956-2002 / Lima, publicada


en el Diario Oficial El Peruano el 03-02-2003, págs. 10054-10055).
- “... En el caso de autos el aludido expediente sí fue
admitido a prueba; sin embargo, pese a que se ofició su
remisión nunca se tuvo a la vista al resolver, ni tampoco se
prescindió de su actuación. Por consiguiente, no resulta
posible convalidar tal omisión flagrante que tiene carácter
insubsanable y, por ende, la sentencia de vista se torna en
nula por dicha deficiencia procesal...” (Casación Nro.
3980-2006 / Piura, publicada en el Diario Oficial El
Peruano el 03-09-2007, págs. 20387-20389).
- “... Corresponde al Juzgador agotar todos los medios
posibles para la ubicación del expediente admitido [como
prueba], y sólo en caso de no poder ubicarlo por pérdida o
extravío, disponer se prescinda del mismo, fundamentando
su decisión, sin perjuicio de disponer las investigaciones a
que hubiere lugar a fin de determinar las responsabilidades
pertinentes...” (Casación Nro. 1210-03 / Lima, publicada
en el Diario Oficial El Peruano el 02-10-2006, págs.
17061-17062).
- “... La nulidad propuesta no puede ser acogida a tenor de lo
dispuesto en el artículo ciento setentidós del Código
Procesal Civil, según la cual no hay nulidad si la
subsanación del vicio no ha de influir en el sentido de la
resolución, siendo que en el presente caso el expediente
indicado [sobre alimentos seguido entre las partes] no
constituye prueba determinante para acreditar la acción
demandada [sobre divorcio]...” (Casación Nro. 3416-2000 /
Piura, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 30-
042001, págs. 7234-7235).

11.5 Jurisprudencia casatoria relacionada con los informes


La Corte Suprema de Justicia de la República, en relación a los informes,
ha establecido lo siguiente:
- “... Sólo pueden referirse (los informes) a documentos o hechos
positivos, y no a hechos negativos...” (Casación Nro. 733-97 / Lima,
publicada en el Diario Oficial El Peruano el 23-11-1998, pág. 2081).

617
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

- “... La presentación del informe no requiere de una audiencia especial


para su actuación...” (Casación Nro. 2857-99 / Lima, publicada en el
Diario Oficial El Peruano el 21-01-2000, pág. 4627).
- “... Al haberse dado valor a un medio probatorio [informe] que ha sido
expedido por empresa distinta de la indicada en la resolución materia
de impugnación, ello también implica una contravención al debido
proceso,
al sustentarse el fallo en hechos distintos a los que aparecen en autos...”
(Casación Nro. 498-02 / Arequipa, publicada en el Diario Oficial El
Peruano el 02-01-2003, págs. 9801-9802).
- “... La calidad de prueba preconstituida [que tienen los informes y
dictámenes elaborados como resultado de una acción de control,
emitidos por cualquier órgano del Estado] no debe confundirse con una
prueba plena, sino que aquella debe ser evaluada y contrastada con el
material probatorio...” (Casación Nro. 180-2007 / Lima, publicada en
el Diario Oficial El Peruano el 30-09-2008, pág. 23115).

11.6 Jurisprudencia casatoria relacionada con la prueba


documental consistente en cinta magnetofónica
La Corte Suprema de Justicia de la República, en relación a la prueba
documental consistente en cinta magnetofónica, ha establecido lo siguiente: “...
La conducta omisiva de la juzgadora a continuar con la audición de la cinta
magnetofónica ofrecida por la demandante, bajo el argumento de ser deficiente,
sin consignarse en el acta lo que se percibe por los sentidos y sobretodo [sic
-léase sobre todo-] sin contar con la presencia de expertos toda vez que se trata
de un medio probatorio especializado para el cual se requiere del concurso de
peritos en magnetofonía y audición, produce una infracción de las formas
esenciales para la eficacia y validez de los actos procesales al no actuar
adecuadamente un medio probatorio admitido por el Juzgado, infringiendo lo
previsto en el artículo 188 del Código Procesal Civil en cuanto establece que la
finalidad de los medios probatorios es acreditar los hechos expuestos por las
partes, producir certeza en el Juez respecto de los puntos controvertidos y
fundamentar sus decisiones. [...] Asimismo, al dar por concluida la actuación de
la aludida prueba [...] se afecta también el principio de unidad del material
probatorio por el cual los medios probatorios aportados al proceso forman una
unidad y como tal deben ser examinados y valorados por el juzgador en forma
conjunta, confrontando uno a uno todos los diversos medios ofrecidos, sean de

618
LA PRUEBA EN LA JURISPRUDENCIA CASATORIA

parte o de oficio; criterio jurídico previsto en el artículo 197 del ordenamiento


procesal civil, lo que no ha sido tomado en cuenta por el Colegiado Superior al
emitir la [resolución] recurrida...” (Casación Nro. 2189-2001 / Lima, publicada
en el Diario Oficial El Peruano el 31-10-2002, págs. 9426-9427).

11.7 Jurisprudencia casatoria relacionada con los documentos


privados en general
La Corte Suprema de Justicia de la República, en relación a los documentos
privados en general, ha establecido lo siguiente:
- “... Entre los documentos cuya presentación autoriza nuestra ley
procesal se encuentran los documentos privados, es decir, todos
aquellos que no han sido otorgados por funcionarios ni notarios
públicos en ejercicio de sus funciones, y que pueden ser de las más
variadas clases, como son los escritos, impresos, fotocopias, facsímil o
fax, planos, cuadros, dibujos, fotografías, radiografías, cintas
cinematográficas, microformas tanto en la modalidad de microfilm
como en la modalidad de soportes informáticos, y otras reproducciones
de audio o video, la telemática en general y demás objetos que recojan,
contengan o representen algún hecho, o una actividad humana o su
resultado...” (Casación Nro. 435406 / Arequipa, publicada en el Diario
Oficial El Peruano el 30-05-2008, págs. 22083-22084).
- “... El Código Procesal Civil no distingue expresamente entre
documentos privados expedidos en el Perú y documentos privados
expedidos en el extranjero, por lo que no existiría fundamento
razonable que conlleve a los juzgadores a cautelar y privilegiar el
mérito probatorio de los documentos que se expidan en este país, en
detrimento de los que se expidan en el extranjero...” (Casación Nro.
4354-06 / Arequipa, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 30-
05-2008, págs. 22083-22084).
- “... El nuevo Reglamento Consular del Perú, aprobado por Decreto
Supremo cero setenta y seis - dos mil cinco - RE, publicado el cinco de
octubre del dos mil cinco, estableció que en adelante tanto los
documentos públicos como los privados extendidos en el exterior, para
surtir efectos legales en el Perú, deben estar legalizados por los
funcionarios consulares peruanos competentes para hacerlo, y cuyas
firmas deben ser autenticadas por el área correspondiente de
legalizaciones del Ministerio de Relaciones Exteriores; [...] las normas

619
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

citadas no se refieren propiamente a las facultades notariales de los


funcionarios consulares, [...] sino a los requisitos que deben contener
los documentos públicos o privados extendidos en el exterior para
surtir sus efectos dentro del territorio de la República; sin embargo,
esta disposición -a nivel estrictamente procesal- colisiona con la
inexigibilidad de tales requerimientos al momento de ofrecerse pruebas
para acreditar los hechos que alegan las partes al interior de un
proceso; [...] los documentos básicos que acreditarían los gastos
realizados por la demandante, cuyo cobro pretende repetir contra la
demandada en este proceso [sobre obligación de dar suma de dinero],
no obstante no haber sido legalizados por los funcionarios consulares
peruanos [...] ni reconocidos judicialmente, surten sus efectos
probatorios para el caso concreto, por lo que corresponde a los
magistrados valorarlos conforme a ley de conformidad con lo dispuesto
en el artículo ciento noventa y siete del Código Procesal Civil...”
(Casación Nro. 4354-06 / Arequipa, publicada en el Diario Oficial El
Peruano el 30-05-2008, págs. 22083-22084).

11.8 Jurisprudencia casatoria relacionada con la fecha cierta en los


documentos privados
La Corte Suprema de Justicia de la República, en relación a la fecha cierta
en los documentos privados, ha establecido lo siguiente:
- “... La regla contenida en el artículo doscientos cuarenticinco del
Código Adjetivo [C.P.C.] no contiene precisamente un acto procesal
con determinada formalidad que sea necesaria para que se cumpla, sino
criterios valorativos que sirven para calificar cuando un documento es
de fecha cierta, por ello la infracción de dichos criterios no dan lugar
[sic -léase no da lugar-] a la infracción de alguna formalidad, sino de
aquellas reglas legales (procesales) que al aplicarse causan indefensión,
lo que afectaría, según sea el caso, el derecho a un debido proceso...”
(Casación Nro. 60601 / San Román, publicada en el Diario Oficial El
Peruano el 31-07-2001, págs. 7496-7497).
- “... La Sala Superior no dio cumplimiento a los dispositivos legales
precitados [arts. 245 y 535 del C.P.C.] relacionados a la fecha cierta de
un documento privado, por lo que la sentencia recurrida debe ser
sancionada con nulidad...” (Casación Nro. 3762-2001 / Huánuco,
publicada en el Diario Oficial El Peruano el 31-07-2002, págs. 9039-
9040).

620
LA PRUEBA EN LA JURISPRUDENCIA CASATORIA

- “... Se acusa [...] que el documento privado [...] no cuenta con fecha
cierta, y que por tal razón no puede surtir eficacia jurídica al no
cumplir con los requisitos del artículo doscientos cuarenticinco del
Código Procesal Civil, empero tal afirmación carece de todo sustento
jurídico, porque [...] el artículo doscientos cuarenticinco lo que
determina simplemente [es] cuándo un documento adquiere fecha
cierta y no le resta eficacia jurídica; por al [sic -léase por el-] contrario,
el juzgador conforme al artículo ciento noventisiete del Código
Procesal Civil, se halla obligado a valorar todos los medios probatorios
de manera conjunta, y ellos van a ser apreciados conforme a su sana
crítica...” (Casación Nro. 284-2003 / Piura, publicada en el Diario
Oficial El Peruano el 31-03-2004, pág. 11671).
- “... La norma bajo comento [art. 245 del C.P.C.] [...] es una que regula
la denominada ‘fecha cierta’, es decir aquella que le da a un
instrumento privado una reconocida fecha de celebración o por lo
menos una presumida fecha para determinados efectos (en caso de
muerte por ejemplo se presume que la fecha más próxima en que pudo
ser otorgado el documento es la de la muerte de su otorgante) y es a tal
eficacia jurídica y no al valor probatorio del documento al que refiere
la norma, pues en nuestro sistema es el Juez quien mediante su
apreciación conjunta y razonada de la prueba se forma convicción
sobre los hechos que exponen las partes en base a las pruebas
aportadas y debidamente incorporadas, de modo que no
necesariamente por la existencia de una legalización el Juzgador debe
concluir o estimar probado un hecho, pues nuestro sistema no es uno
de prueba tasada sino uno que se rige por las reglas de la denominada
‘sana crítica’ por el cual [...] el Juez debe valorar todas las pruebas de
manera conjunta y con apreciación razonada...” (Casación Nro. 567-
2006 / Santa, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 31-08-2007,
págs. 20114-20115).
- “... Los instrumentos privados [...] sólo se extienden a los terceros a
partir del momento en que adquieren fecha cierta...” (Casación Nro.
2213-2000 / Lima, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 01-10-
2001, pág. 7712).
- “... La falta de impugnación de los contratos privados presentados por
los demandados no les dan a los mismos fecha cierta a la luz de los
supuestos del artículo 245 del Código Procesal Civil...” (Casación Nro.

621
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

211-2004 / Cono Norte - Lima, publicada en el Diario Oficial El


Peruano el 03-112004, págs. 12989-12990).
- “... El certificado médico que aparece suscrito [...] por el médico que lo
expidió, adquirió fecha cierta el día de su visado...” (Casación Nro.
158001 / Arequipa, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 02-05-
2002, págs. 8691-8692).
- “... La sola colocación de un número de Kardex a una minuta no le
confiere al documento el carácter de fecha cierta, por no encontrarse
este acto dentro de los actos protocolares o extraprotocolares de los
cuales puede dar fe o intervenir un Notario...” (Casación Nro. 617-
2005 / Cono Norte, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 30-03-
2006, pág. 15869).
- “... Dicho documento [minuta de compraventa] carece de fecha cierta
toda vez que si bien presenta un sello del Notario [...], no aparece que
éste haya certificado la fecha o legalizado las firmas puestas en dicho
documento, no dándose por tanto el supuesto contenido en el inciso
tercero del artículo doscientos cuarenticinco citado [del C.P.C.]...”
(Casación Nro. 3762-2001 / Huánuco, publicada en el Diario Oficial El
Peruano el 31-07-2002, págs. 9039-9040).
- “... No puede otorgarse al documento indicado [minuta de
compraventa] la calidad de fecha cierta en base a una declaración
testimonial de un notario público, ya que tal supuesto no está
contemplado en el artículo doscientos cuarenticinco acotado [del
C.P.C.]; máxime [...] si de la testimonial del Doctor [notario] [...] no se
advierte que éste haya autorizado la minuta en cuestión confiriéndole
fecha cierta...” (Casación Nro. 3762-2001 / Huánuco, publicada en el
Diario Oficial El Peruano el 31-07-2002, págs. 9039-9040).
- “... Este Colegiado Supremo tampoco evidencia que se presente el
supuesto previsto en el inciso cuarto de la citada norma procesal [art.
245 del C.P.C., sobre la adquisición de fecha cierta de un documento
privado en caso de su difusión a través de un medio público de fecha
determinada o determinable], pues no se advierte que el contrato
celebrado entre las partes haya sido objeto de difusión a través de
algún medio público, como sería por ejemplo, la radio, la televisión,
los periódicos y revistas, entre otros; y en ese sentido, la conclusión a
que arriban las instancias de mérito al homologar la presentación de un

622
LA PRUEBA EN LA JURISPRUDENCIA CASATORIA

documento privado a la Autoridad Municipal, con su difusión a través


de un medio público, por aplicación de la analogía que autoriza el
inciso quinto del mismo artículo, no resulta acertada...” (Casación Nro.
1312-2006 / Lima, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 02-04-
2007, págs. 19251-19252).
- “... Se ha declarado fundada la tacha contra el documento de compra
venta, por la notoria falsedad de la legalización de las firmas por una
persona que no era Juez de Paz en la oportunidad de la legalización, lo
que determina que dicho documento no tiene fecha cierta...” (Casación
Nro. 1944-2001 / La Libertad, publicada en el Diario Oficial El
Peruano el 05-11-2001, págs. 7878-7879).
- “... La determinación de fecha cierta de un documento a partir de
medios técnicos, es una facultad discrecional inherente a los
organismos de fallo...” (Casación Nro. 878-2006 / Lima, publicada en
el Diario Oficial El Peruano el 02-04-2007, págs. 19228-19230).

11.9 Jurisprudencia casatoria relacionada con el reconocimiento de


documentos privados
La Corte Suprema de Justicia de la República, en relación al
reconocimiento de documentos privados, ha establecido lo siguiente:
- “... El reconocimiento judicial de la firma es suficiente para que el
cuerpo del instrumento quede también reconocido...” (Casación Nro.
2322-98 / Chincha, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 05-11-
2001, pág. 7818).
- “... Si bien es cierto que ambas instancias de mérito no se pronunciaron
respecto al reconocimiento solicitado [reconocimiento de contenido y
firma de recibo], también lo es que tal reconocimiento en modo alguno
va a variar el sentido de lo resuelto en sede judicial, por cuanto dicho
documento en ningún momento fue tachado [...], en consecuencia no
era necesario efectuar el reconocimiento solicitado, tal como lo
establece el artículo doscientos cuarentiséis del Código Procesal Civil;
[...] si bien ha existido la nulidad antes anotada, sin embargo se ha
producido la convalidación de la misma, por cuanto el ejecutado ha
logrado que el medio probatorio referido sea valorado y por cuanto la
subsanación del vicio no ha de influir en el sentido de lo resuelto...”
(Casación Nro. 3518-00 / Lima, publicada en el Diario Oficial El
Peruano el 31-07-2001, págs.

623
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

7450-7451).

11.10 Jurisprudencia casatoria relacionada con el cotejo de documentos


La Corte Suprema de Justicia de la República, en relación al cotejo de
documentos, ha establecido lo siguiente:
- “... Se alega que el cotejo sólo puede ser practicado por peritos, lo que
no se condice con lo normado en los Artículos doscientos cincuentiséis
y doscientos cincuentisiete del Código citado (Código Procesal Civil)
que faculta (sic) al Juez a realizar el cotejo, aplicando en forma
supletoria la normatividad prevista para la actuación de la prueba
pericial” (Casación Nro. 908-95 / Lima, publicada en el Diario Oficial
El Peruano el 01-011998, págs. 341-342).
- “... Las pericias grafotécnicas se deben practicar en instrumentos
originales, cuya exhibición debe ser ordenada por el juzgado,
utilizando, de ser necesario, los apremios de ley” (Casación Nro. 867-
98 / Cusco, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 21-01-1999,
págs. 2518-2519).

11.11 Jurisprudencia casatoria relacionada con las copias de los


documentos
La Corte Suprema de Justicia de la República, en relación a las copias de
los documentos, ha establecido lo siguiente:
- “... El artículo doscientos treinta y cuatro del Código Procesal Civil [...]
permite a las partes ofrecer como pruebas documentos en fotocopias,
por lo que éstos surten sus efectos mientras no sean desconocidos o
tachados oportunamente por la otra parte...” (Casación Nro. 236204 /
Junín, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 03-07-2006, págs.
16425-16426).
- “... Parte de las copias a que alude la impugnante [de actuados
judiciales] son certificadas, y aun cuando fuesen copias simples tienen
valor probatorio de conformidad con los artículos doscientos
treinticuatro y ciento noventidós del Código Procesal citado [C.P.C.],
mas [sic -léase más-] cuando no fueron objeto de tacha...” (Casación
Nro. 2382-2001 / Lambayeque, publicada en el Diario Oficial El
Peruano el 30-11-2001, págs. 8164-8165).

624
LA PRUEBA EN LA JURISPRUDENCIA CASATORIA

- “... Si bien es cierto que, no existe disposición legal que establezca la


exigencia procesal de ofrecer como pruebas que acompañan a la
demanda, documentos certificados y no simples fotocopias de los
mismos; también lo es que, dada la naturaleza de lo pretendido, el Juez
tiene la atribución legal de solicitar una mayor certeza respecto a los
documentos que sustentan las pretensiones de los actores, sin que ello
signifique una contravención al derecho a un debido proceso o a (sic)
un sobrecosto procesal...” (Casación Nro. 3341-99 / Callao, publicada
en el Diario Oficial El Peruano el 11-04-2000, págs. 5080-5081).

11.12 Jurisprudencia casatoria relacionada con la exhibición de


documentos
La Corte Suprema de Justicia de la República, en relación a la exhibición de
documentos, ha establecido lo siguiente:
- “... La negación de la prueba de exhibición ofrecida [...] no contraviene
la finalidad del proceso, si se tiene en cuenta que conforme lo dispone
el artículo ciento noventiséis del Código Procesal Civil, la carga de
probar corresponde a quien afirma los hechos que configuren su
pretensión o a quien los contradiga alegando hechos nuevos...”
(Casación Nro. 20822007 / Lima, publicada en el Diario Oficial El
Peruano el 02-09-2008, pág. 22702).
- “... Nuestro ordenamiento procesal [...] establece (artículo doscientos
sesentiuno del Código Procesal Civil) que si una parte incumple con
una exhibición [de documento] que se le ha solicitado, ello no implica
que lo esté reconociendo tácitamente. En realidad, corresponde al Juez
apreciar tal hecho al momento de resolver...” (Casación Nro. 456-
2007 / Lima, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 02-12-2008,
pág. 23478).
- “... Que [...] no se haya aplicado una multa a la parte demandante por
el incumplimiento en la exhibición [de documentos], no origina la
nulidad del procedimiento, porque la subsanación del vicio no ha de
influir en el sentido de la resolución o en las consecuencias del acto
procesal de acuerdo con lo que establece el cuarto párrafo del artículo
ciento setentidós
del Código Adjetivo [C.P.C.]...” (Casación Nro. 2692-2001 / La
Libertad, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 02-01-2002, pág.
8265).

625
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

- “... Pese a los reiterados pedidos del Colegiado para la exhibición,


dicho acto no se ha cumplido y la Sala de mérito emite sentencia sin
que se cumpla dicha exhibición, omitiendo dejarla sin efecto o
haciendo referencia a esa falta en el texto de la sentencia;
constituyendo ese proceder la afectación al debido proceso” (Casación
Nro. 1671-96 / Cajamarca, publicada en el Diario Oficial El Peruano el
01-06-1998, pág. 1233).
- “... Las pericias grafotécnicas se deben practicar en instrumentos
originales, cuya exhibición debe ser ordenada por el juzgado,
utilizando, de ser necesario, los apremios de ley” (Casación Nro. 867-
98 / Cusco, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 21-01-1999,
págs. 2518-2519).
- “... La referida declaración jurada [declaración jurada notarial] importa
una declaración actuada sin las garantías de la ley procesal civil...”
(Casación Nro. 3174-00 / San Román, publicada en el Diario Oficial El
Peruano el 01-03-2001, págs. 7052-7053).

12. JURISPRUDENCIA CASATORIA RELACIONADA CON LA


PRUEBA PERICIAL
La Corte Suprema de Justicia de la República, en relación a la prueba
pericial, ha establecido lo siguiente:
- “... La prueba pericial para que pueda tener eficacia probatoria debe
cumplir ciertos requisitos, como es que sea un medio conducente
para acreditar el hecho que se pretende probar con dicha pericia,
que sea correctamente fundamentada, que no se haya demostrado
alguna objeción formulada contra dicho dictamen, que las
conclusiones del dictamen sean claras, consistentes, que exista
consecuencia lógica en su motivación y que el dictamen haya
tenido la posibilidad de ser controvertido u observado...” (Casación
Nro. 1836-2004 / Chincha, publicada en el Diario Oficial El
Peruano el 02-07-2007, págs. 19651-19653).
- “... Constituye una facultad del juzgador designar los peritos
necesarios cuando la apreciación de los hechos controvertidos
requiere de conocimientos especiales...” (Casación Nro. 1109-99 /
Lima, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 13-10-1999,
pág. 3727).

626
LA PRUEBA EN LA JURISPRUDENCIA CASATORIA

- “... Designar un número determinado de peritos es facultad del Juez


a efecto de que el caudal probatorio ofrecido le promuevan (sic)
plena convicción de los hechos afirmados por las partes...”
(Casación Nro. 21696 / Huaura, publicada en el Diario Oficial El
Peruano el 02-05-1998, pág. 842).
- “... La Policía Nacional del Perú [...] efectuó la labor ordenada
mediante resolución [...]; siendo que [...] la labor realizada por esta
institución no puede ser sucedánea sino, en todo caso, resulta
complementaria del examen especializado que debe estar a cargo
de los peritos que se encuentren en la lista que el Consejo Ejecutivo
de cada Distrito Judicial formula anualmente conforme lo establece
el artículo doscientos sesentiocho del Código Procesal Civil. [...]
Que, en este sentido, al haberse infringido una norma procesal, al
dictarse la resolución [...] en la parte final de la misma que omite
nombrar a los peritos de acuerdo a Ley, debe declararse la
insubsistencia de lo actuado a partir del señalamiento de la
Audiencia [...], y consecuentemente, declararse la nulidad de la
sentencia de vista...” (Casación Nro. 2033-99 / Chincha, publicada
en el Diario Oficial El Peruano el 02-05-2002, pág. 8704).
- “... Los Artículos doscientos sesentiocho y doscientos sesentinueve
del Código Procesal Civil no son pertinentes a la prueba pericial
actuada por el Laboratorio de Criminalística de la Policía Nacional
del Perú, la cual es una entidad oficial del Estado para cumplir con
este cometido, lo que la distingue de las pericias evacuadas por
especialistas independientes propuestos por los Colegios
Profesionales, cuya actuación sí se sujeta al procedimiento
establecido en tales normas” (Casación Nro. 649-95 / La Libertad,
publicada en el Diario Oficial El Peruano el 21-04-1998, pág. 732).
- “... En el caso específico de informes periciales, el artículo
doscientos sesenticuatro del Código Procesal Civil establece
claramente que[:] ‘Las partes pueden, en el mismo plazo que los
peritos nombrados por el Juez, presentar informe pericial sobre los
mismos puntos que trata el Artículo doscientos sesentitrés [del
C.P.C.], siempre que lo hayan ofrecido en la oportunidad debida’;
de cuyo texto se infiere: i) que la pericia de parte debe ser
previamente ofrecida en la demanda o contestación o en los casos
citados anteriormente [vale decir, cuando después de interpuesta la
demanda son ofrecidos medios probatorios referidos a hechos

627
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

nuevos, y cuando, tratándose de procesos de conocimiento y


abreviados, las partes o terceros legitimados presentan medios
probatorios con su recurso de apelación]; y, ii) una vez ofrecida, y
por ende admitida expresamente por el juzgador, presentar la
pericia de parte, dentro del mismo plazo otorgado por los peritos
nombrados por el Juez...” (Casación Nro. 4820-2006 / Arequipa,
publicada en el Diario Oficial El Peruano el 30-05-2008, págs.
22135-22136).
- “... Se ha infringido la exigencia legal del debido proceso al dejarse
de actuar la pericia ofrecida por la parte demandada y admitida por
el Juez, infringiéndose lo dispuesto en el Artículo doscientos
sesenticinco del Código Procesal Civil” (Casación Nro. 1172-99 /
Sullana, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 28-11-1999,
págs. 4183-4184).
- “... La falta de cumplimiento de lo dispuesto en los Artículos
doscientos sesentitrés, doscientos sesenticinco y doscientos
sesentiocho del Código Procesal Civil relativos a la designación de
peritos y a la forma en que debe actuarse la prueba pericial
constituye contravención de las normas que garantizan el derecho a
un debido proceso...”(Casación Nro. 44996 / Ica, publicada en el
Diario Oficial El Peruano el 01-01-1998, págs. 348-349).
- “... El dictamen pericial presentado (...) sobre los extremos
solicitados por el demandante, debió ser actuado en la audiencia de
pruebas con presencia de los peritos, oportunidad en que las partes
debían de formular las observaciones y los reparos que creyeran
por conveniente hacerlo, y que serían dilucidados en dicha
audiencia, tal como lo prescribe el Artículo doscientos sesenticinco
del Código adjetivo (...); no obstante lo cual no se procedió en la
forma prevenida por ese artículo, no se llevó a cabo esa audiencia
pertinente afectándose las garantías del debido proceso...”
(Casación Nro. 1172-99 / Sullana, publicada en el Diario Oficial El
Peruano el 28-11-1999, págs. 4183-4184.).
- “... El artículo 264 del Código Procesal Civil señala que ‘las partes
pueden, en el mismo plazo que los peritos nombrados por el Juez,
presentar informe pericial sobre los mismos puntos que trata el
artículo doscientos sesentitrés [del C.P.C.], siempre que lo hayan
ofrecido en la oportunidad debida. Este perito podrá ser citado a la

628
LA PRUEBA EN LA JURISPRUDENCIA CASATORIA

audiencia de pruebas y participará en ella con sujeción a lo que el


Juez ordene’. [...] Analizados los fundamentos en que se sustenta el
presente medio impugnatorio [casación], se constata que,
efectivamente, el peritaje emitido por el perito [...] no ha seguido el
trámite a que se refiere la acotada norma procesal, lo que
evidentemente infringe el principio de igualdad de las partes en el
proceso. [...] En tal virtud, a efectos de no afectar el derecho de las
partes en el proceso y a que las pruebas actuadas en el mismo
tengan la posibilidad de ser contradecidas conforme a ley, es
menester que de oficio se ordene la actuación de una prueba
pericial en la que debe precisarse puntualmente cuál va a
ser el objeto de la diligencia, haciéndose uso de la facultad prevista en el
artículo 194 del Código Procesal Civil...” (Casación Nro. 5183-2006 /
Puno, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 03-07-2007, págs.
19935-19936).
- “... En el proceso la pericia realizada y presentada al Juzgado por
los señores peritos judiciales [...] no ha sido actuada en audiencia
complementaria, ni ha sido explicada como señala el artículo 265
del Código Procesal Civil, por tanto, no se ha dado la oportunidad
prevista por ley a las partes del proceso, para que en la audiencia
respectiva puedan formular las observaciones y reparos que
creyeran por conveniente hacer, y que de ser el caso serían
dilucidadas por los mismos peritos, tal como lo prescribe el
referido artículo 266 del Código Procesal Civil, vicio que alega la
parte impugnante como sustento de su denuncia de afectación del
derecho al debido proceso, por lo que, la falta de cumplimiento de
lo dispuesto por dichos dispositivos legales, constituye una clara
transgresión al inciso 3 del artículo 139 de la Constitución Política
del Estado [sobre la observancia del debido proceso y la tutela
jurisdiccional]...” (Casación Nro. 1836-2004 / Chincha, publicada
en el Diario Oficial El Peruano el 02-07-2007, págs. 19651-19653).
- “... Los dictámenes periciales fueron en efecto observados por la
impugnante en la audiencia complementaria (...), apareciendo en el
acta mencionada las absoluciones de las observaciones planteadas
por los peritos, y en relación a la ampliación de las observaciones
presentadas por la demandada en su escrito de fojas (...), el mismo
fue proveído por resolución (...) que dispone tener presente en lo
que fuere de ley; cumpliéndose con las previsiones contenidas en el

629
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

Artículo doscientos sesentiséis del Código Procesal Civil, no


estando establecido mandato alguno de pronunciamiento a cargo
del Juez...” (Casación Nro. 2459-99 / Cono Norte, publicada en el
Diario Oficial El Peruano el 18-01-2000, pág. 4588).
- “... De la constancia de notificación [...] se advierte que [...] la Juez
de la causa puso en conocimiento de las partes el dictamen pericial
evacuado [...], sin embargo, omitió convocar a una audiencia
especial en la cual debía explicarse el mismo, señalando en la
sentencia que dicho dictamen no fue observado, cuando las
observaciones corresponden efectuarse en la audiencia de ley según
lo determina el artículo doscientos sesentiséis del Código Procesal
[Civil]; [...] por ello, aún cuando las partes no repararon en dicha
omisión, ello no significa que dicho vicio se haya convalidado, si
tenemos en cuenta que el Juez revisor en aplicación del artículo
trescientos sesenticuatro del Código Procesal Civil, está facultado a
anular el fallo o revocarlo luego de hacer el análisis respectivo, pro
[sic] el cumplimiento de los fines del proceso [...] en ejercicio del
principio de dirección del proceso...” (Casación Nro. 1593-02 /
Chincha, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 30-09-2003,
pág. 10906).
- “... La Corte Superior omitió citar a audiencia especial para la
actuación de la prueba pericial, pese a que la recurrente había
formulado observaciones al informe pericial (...). (...) Que al obrar
de esa forma se ha vulnerado el derecho a la defensa de la
recurrente contenida en el inciso catorce del Artículo ciento
treintinueve de la Constitución” (Casación Nro. 563-99 / Ica,
publicada en el Diario Oficial El Peruano el 18-10-1999, pág.
3762).
- “... La pericia valorativa del inmueble fue puesta en conocimiento
del Banco recurrente (...), y si bien conforme al Artículo doscientos
sesenticinco del Código Procesal el dictamen pericial debe ser
explicado en la audiencia de prueba, el defecto de forma en la
actuación de un medio probatorio no invalida éste, si cumple su
finalidad, tal como precisa el Artículo doscientos uno del mismo
Código, pues en todo caso el impugnante no observó el citado
peritaje no obstante tener conocimiento de ello oportunamente...”
(Casación Nro. 803-99 / Piura, publicada en el Diario Oficial El
Peruano el 13-10-1999, pág. 3722).

630
LA PRUEBA EN LA JURISPRUDENCIA CASATORIA

- “... Se acusa como vicio que afecta el derecho de defensa que se ha


ordenado traer los autos para sentencias (sic) después de haberse
expedido el informe pericial (...) sin convocar a una audiencia
especial en aplicación extensiva del Artículo doscientos setenta del
Código Adjetivo; (...) según el precepto antes mencionado el
dictamen pericial es materia de una audiencia especial cuando los
peritos retarden sin justificación la presentación de su dictamen o
no concurran a la Audiencia de Pruebas; (...) el precitado
dispositivo es impertinente para el caso, pues la fundamentación
del medio impugnatorio no se sustenta en el retardo en la
presentación del informe pericial o la inconcurrencia de los peritos
a la Audiencia de Pruebas y -además- la sentencia impugnada no se
apoya en dicho dictamen, todo lo cual determina que no hay nexo
causal entre el vicio acusado y el fallo...” (Casación Nro. 1060-99 /
Ica, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 13-10-1999, pág.
3725).
- “... En nuestro ordenamiento procesal no existe norma alguna que
obligue al Juez de la causa a ordenar la ampliación de un peritaje,
mas aún [sic -léase más aún-] cuando a criterio del juzgador las
pruebas actuadas eran suficientes para acreditar el petitorio...”
(Casación Nro. 2917-2000 / Arequipa, publicada en el Diario
Oficial El Peruano el 01-03-2001, pág. 7071).
- “... La actuación de la pericia grafotécnica [...] (que comprende una
serie de actos: como la toma de firmas, la presentación de la
pericia, la formulación de observaciones y la explicación de éstas
por los autores del dictamen) debió estar orientada por el principio
de inmediación y evaluada por el Juez que sentencie la causa...”
(Casación Nro. 1357-2003 / Lima, publicada en el Diario Oficial El
Peruano el 31-05-2005, págs. 14250-14251).
- “... Las pericias grafotécnicas se deben practicar en instrumentos
originales, cuya exhibición debe ser ordenada por el juzgado,
utilizando, de ser necesario, los apremios de ley” (Casación Nro.
867-98 / Cusco, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 21-01-
1999, págs. 2518-2519).
- “... La demandante sostiene [...] que era necesario que la
codemandada exhiba el contrato original para efectos de viabilizar
la demanda. Cabe señalar, sin embargo, que es a la parte actora, y

631
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

no a la emplazada, a quien corresponde acreditar los hechos que


configuran su pretensión, tal como lo dispone el artículo ciento
noventa y seis del Código Procesal Civil; para tal efecto, es cierto
que la demandante ofreció como prueba la exhibición del contrato
original a cargo de la demandada, así como la pericia grafotécnica
que debía practicarse sobre el mismo, pero también lo es que la
demandada ha venido afirmando desde la contestación de la
demanda que no cuenta con el original, sino únicamente con la
copia legalizada que acompaña [...], circunstancia que tuvo en
cuenta el juez de la causa al ordenar se lleve a cabo la pericia
grafotécnica, aún a falta del indicado documento...” (Casación Nro.
1340-2007 / Lima Norte, publicada en el Diario Oficial El Peruano
el 02-12-2008, págs. 23534-23535).
- “... La prueba pericial grafotécnica ha sido valorada por la Juez en
forma conjunta con los demás medios probatorios y conforme a su
apreciación razonada, constituyendo ésta un medio de consulta
técnica que la ilustra, mas no la obliga, por lo que habiendo la
magistrada motivado las razones por las cuales la prueba pericial
no le causa convicción, pasando a continuación a expresar las
valoraciones que sustentan su decisión, de conformidad con lo
establecido en el artículo 197 del Código Procesal citado [C.P.C.],
no existe afectación al debido proceso...” (Casación Nro. 1095-
2002 / Lambayeque, publicada en el Diario Oficial El Peruano el
02-01-2003, págs. 9730-9731).
- “... La Sala de Revisión [...] emitió el auto [...] que [...] dispone que
el A-quo admita y actúe la pericia grafotécnica ofrecida por el
deudor principal; pese a ello, la misma Sala, absolviendo la
apelación de la sentencia, señala que dicho deudor no ha probado la
falsedad de la firma del aval [...], lo cual implica una decisión
arbitraria al no estar sujeta al mérito de lo actuado, pues sin que se
haya actuado la pericia grafotécnica concluye que no se ha probado
la falsedad de la firma; [...] tal decisión incurre en dos infracciones
insanables: primero, se afecta el derecho fundamental a probar del
ejecutado, ya que la Sala de Revisión dispuso que se admitiera y
actuara la referida pericia, no obstante, ello no ha ocurrido; y
segundo, la recurrida considera que no se ha probado la falsedad de
la firma del avalista pese a que la pericia no fue actuada, lo que
supone que la sentencia se sustenta en una arbitrariedad fáctica, es

632
LA PRUEBA EN LA JURISPRUDENCIA CASATORIA

decir, se ha emitido una conclusión que no tiene sustento


probatorio ni deriva de un razonamiento de lo actuado en el
proceso, lo cual lesiona el derecho a un debido proceso del
impugnante...” (Casación Nro. 3142-00 / Ucayali, publicada en el
Diario Oficial El Peruano el 02-07-2001, págs. 7347-7348).
- “... Al tratarse de una acción causal, los medios probatorios
ofrecidos por las partes deben estar orientados a probar o
contradecir, como demandante o demandado, respectivamente, el
origen de la obligación o cuál es el acto que generó la emisión del
título valor, pues la letra de cambio por si sola [sic -léase por sí
sola-] no acredita ninguna relación subyacente, razón por la cual y
conforme al principio de utilidad, sólo deben ser admitidos aquellos
medios probatorios que sean necesarios y adecuados para que el
juzgador alcance convicción sobre la existencia o inexistencia del
hecho que se quiere probar, por lo que la única pericia que fue
debidamente ofrecida en la etapa postulatoria, admitida y actuada
es el dictamen pericial de grafotecnia [...] carece de relevancia al no
acreditar el acto jurídico que originó la emisión del título valor...”
(Casación Nro. 2533-2007 / La Merced - Junín, publicada en el
Diario Oficial El Peruano el 30-01-2008, pág. 21417).
- “... En las instancias de mérito se ha procedido conforme a la
facultad establecida en la norma procesal aludida (art. 190 del
C.P.C.), al haberse considerado que el citado medio probatorio
(pericia grafotécnica) no resulta pertinente para acreditar que el
título valor puesto a cobro haya sido completado contrariamente a
los acuerdos adoptados” (Casación Nro. 287-99 / Lima, publicada
en el Diario Oficial El Peruano el 12-10-1999, págs. 3703-3704).
- “... En cuanto a la pericia referida, [...] dicho medio probatorio no
resulta idóneo para acreditar el pago de la deuda cuya obligación se
pretende...” (Casación Nro. 2869-2007 / Lambayeque, publicada en
el Diario Oficial El Peruano el 30-06-2008, págs. 22377-22378).
- “... Es recién con motivo del resultado de la pericia oficial ordenada
por el Juez que el demandado presenta su pericia de parte [...],
incluso con posterioridad a la realización de la primera sesión de la
Audiencia de Pruebas [...], donde los peritos oficiales se ratificaron
en su informe, exponiéndolo a ambas partes y absolviendo las
observaciones formuladas por el demandado; no apreciándose

633
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

tampoco que el Juez de la causa haya emitido resolución


disponiendo la admisión y valoración de dicha pericia y mucho
menos que se encuentre debidamente motivada; de tal modo que ya
sea a la luz de la norma general o por vía de excepción, la pericia
de parte presentada por el demandado y a la que el Juez de la causa
ha proveído simplemente con un téngase presente, ha violado, para
su ofrecimiento y consecuente valoración, los requisitos exigidos
por la ley;
[...] en tal virtud, la valoración realizada tanto por el A Quo como por el Ad
Quem, respecto de un medio probatorio que ha violado los requisitos
exigidos por ley para su admisión, afecta el derecho al debido proceso...”
(Casación Nro. 664-2006 / Lima, publicada en el Diario Oficial El Peruano
el 02-04-2007, págs. 19208-19209).
- “... La denuncia referida al error en el nombre de la actora puesto
en la pericia grafotécnica no constituye un vicio procesal...”
(Casación Nro. 1154-2001 / La Libertad, publicada en el Diario
Oficial El Peruano el 01-10-2001, págs. 7757-7758).
- “... El peritaje es apreciado por el Juzgador de acuerdo a las reglas
de la sana crítica” (Casación Nro. 2194-98 / Lima, publicada en el
Diario Oficial El Peruano el 15-06-1999, pág. 3008).
- “... El impugnante expresa que la Sala Superior otorga al peritaje
practicado un carácter concluyente cuando sólo tiene un sentido
ilustrativo pero no determinante. Que sobre el particular cabe
precisar que la referida pericia [...] no tiene un carácter ilustrativo
sino de importancia como los demás medios probatorios para la
resolución del conflicto de intereses...” (Casación Nro. 2315-2000 /
Arequipa, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 30-11-2001,
pág. 8061).
- “... Si bien la pericia fue ordenada de oficio, no debe perderse de
vista que la misma constituye un medio probatorio típico y que no
puede ser merituada aisladamente de los demás medios probatorios
aportados al proceso...” (Casación Nro. 1403-2008 / Santa,
publicada en el Diario Oficial El Peruano el 03-09-2008, pág.
22862).
- “... Las tachas contra dichos documentos han sido objeto de dos
pericias, [...] siendo contradictorias entre sí; consecuentemente,

634
LA PRUEBA EN LA JURISPRUDENCIA CASATORIA

todo magistrado [...] que extraiga conclusiones de pericias


contradictorias debe expresar, en forma clara y precisa, cuales [sic
-léase cuáles-] han sido los motivos que lo han llevado a asumir
una pericia y no la otra...” (Casación Nro. 3062-2002 / Lima,
publicada en el Diario Oficial El Peruano el 30-062003, págs.
10713-10714).
- “... No existe impedimento legal alguno para la formulación de una
denuncia (penal), por haberse resuelto la improcedencia de una
pericia en un proceso civil...” (Casación Nro. 2905-99 / Lima,
publicada en el Diario Oficial El Peruano el 21-01-2000, págs.
4625-4626).

13. JURISPRUDENCIA CASATORIA RELACIONADA CON LA


PRUEBA DE INSPECCION JUDICIAL
La Corte Suprema de Justicia de la República, en relación a la prueba de
inspección judicial, ha establecido lo siguiente:
- “... Al haberse realizado la inspección judicial (...) sin la notificación
de la parte demandada, máxime que ésta se ha realizado dentro del
proceso, se ha incurrido en causal de nulidad, por haberse privado del
derecho de defensa...” (Casación Nro. 2704-97 / Apurímac, publicada
en el Diario Oficial El Peruano el 21-03-2000, pág. 4839).
- “... El acta de inspección judicial practicada (...) no ha sido
desvirtuado, además su valor probatorio subsiste por el hecho de
haberse declarado la nulidad de los actos procesales que no tienen
injerencia directa sobre ella” (Casación Nro. 883-97 / Lima, publicada
en el Diario Oficial El Peruano el 02-10-1999, pág. 3634).

14. JURISPRUDENCIA CASATORIA RELACIONADA CON LOS


SUCEDANEOS DE LOS MEDIOS PROBATORIOS (INDICIOS Y
PRESUNCIONES)
La Corte Suprema de Justicia de la República, en relación a los sucedáneos
de los medios probatorios (indicios y presunciones), ha establecido lo siguiente:
- “... Conforme a lo establecido en el artículo doscientos setenticinco
del Código Procesal Civil, los sucedáneos son auxilios establecidos
por la ley o asumidos por el Juez para lograr la finalidad de los
medios probatorios, corroborando, complementando o sustituyendo

635
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

el valor o alcance de éstos; [...] tal como aparece de la lectura de la


norma legal acotada se desprende
que los sucedáneos de los medios de prueba son auxilios establecidos
legalmente o, también, asumidos por el Juzgador, dirigidos a lograr la
finalidad de los medios probatorios (acreditar los hechos expuestos por las
partes, producir certeza en el Juez respecto de los puntos controvertidos y
fundamentar sus decisiones), de alguna de estas formas: a) corroborando
(confirmando) el valor de los medios de prueba; b) complementado [sic
-léase complementando-] (perfeccionando) el valor o alcance de los medios
de prueba; y, c) sustituyendo (desvirtuando) el valor o alcance de los
medios de pruebas [sic -léase prueba-]; [...] así expuesto, recurrir a los
sucedáneos de prueba constituye una facultad del Juzgador, con la finalidad
de corroborar o complementar el valor de los medios probatorios, no siendo
exigible acudir a ellos cuando se llega a la convicción sobre un hecho con
los medios que se tienen en el proceso...” (Casación Nro. 2990-2003 /
Lima, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 31-032005, pág. 13836).
- “... Recurrir a los sucedáneos de prueba constituye una facultad del
juzgador, con la finalidad de corroborar o complementar el valor de
los medios probatorios, no siendo exigible acudir a ellos cuando se
llega a la convicción sobre un hecho con los medios que se tiene...”
(Casación Nro. 2783-99 / Lambayeque, publicada en el Diario
Oficial El Peruano el 17-01-2000, págs. 4567-4568. ).
- “... El Artículo doscientos setenticinco del Código Adjetivo faculta
a los Jueces para valerse de auxilios sucedáneos para lograr la
finalidad de los medios probatorios, corroborando o
complementando el valor o alcance de éstos; sin embargo, el
recurrente pretende que el juzgador sólo puede basarse en dichos
medios sucedáneos cuando han sido actuados u ofrecidos por una
parte, posición errada que desconoce una potestad del juzgador...”
(Casación Nro. 2546-99 / Piura, publicada en el Diario Oficial El
Peruano el 15-01-2000, pág. 4538).
- “... Tal como lo prescribe el artículo 275 del Código Procesal Civil,
los sucedáneos corroboran, complementan o sustituyen el valor o
alcance de los medios probatorios. No hay, en nuestra legislación,
nada que impida que los indicios no puedan acreditar los hechos
expuestos en la demanda; por el contrario, el artículo 276 del
Código adjetivo menciona que debidamente acreditados y en

636
LA PRUEBA EN LA JURISPRUDENCIA CASATORIA

conjunto ‘conducen al Juez a la certeza en torno a un hecho


desconocido relacionado con la controversia’ porque ellos sirven
para ‘lograr la finalidad de los medios probatorios’, ‘finalidad’, que
tal como se dice en el numeral 188 del Código Procesal Civil, es la
de ‘acreditar los hechos expuestos por las partes...” (Casación Nro.
1012-2013 / Lima, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 30-
062014, pág. 53854).
- “... Tanto las presunciones legales así como las reglas que regulan
la carga de la prueba, son sucedáneos que sirven para lograr la
finalidad de los medios probatorios; por ende, son reglas que
ayudan a la valoración de las pruebas...” (Casación Nro. 3351-99 /
Ucayali, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 11-04-2000,
pág. 5081).
- “... La carga de la prueba así como las presunciones legales son
sucedáneos de los medios probatorios que sirven al Juez para una
mejor valoración de la prueba; en ese sentido, las reglas que
regulan los citados sucedáneos probatorios tiene (sic) un alcance
limitado al caso concreto, que no resulta compatible con los efectos
generales y los fines de iure de la casación...” (Casación Nro. 3237-
99 / Lima, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 22-02-2000,
págs. 4670-4671).
- “... Si bien es cierto que los sucedáneos de los medios probatorios
tienen como finalidad, entre otros, sustituir el valor o alcance de los
medios probatorios, la presunción basada en la conducta procesal
de una de las partes requiere de un análisis de dicha conducta a lo
largo del proceso y, particularmente, cuando ésta manifiesta
notoriamente la falta de cooperación para lograr la finalidad de los
medios probatorios u otras actitudes de obstrucción, tal como lo
establece el artículo doscientos ochenta y dos del Código Procesal
Civil...” (Casación Nro. 1340-2007 / Lima Norte, publicada en el
Diario Oficial El Peruano el 02-12-2008, págs. 23534-23535).
- “... Al invocar la Sala Revisora el artículo doscientos ochentidós
del Código Procesal Civil [sobre la presunción basada en la
conducta procesal de las partes], y en consecuencia, extraer
conclusiones en contra de los intereses de la demandante [...], ha
establecido un criterio de motivación arreglado a derecho, por lo
que no existe el denunciado vicio in cognitando [sic -léase vicio in

637
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

cogitando-]...” (Casación Nro. 3006-2006 / Piura, publicada en el


Diario Oficial El Peruano el 30-09-2008, págs. 23112-23113).
- “... El cargo de contravención del artículo doscientos ochentidós
del Código Procesal Civil [sobre presunción referida a la conducta
procesal de las partes] tampoco puede prosperar, por cuanto la
acotada norma que regula los sucedáneos o auxiliares de los medios
probatorios, no es pertinente para el caso en el que el Juez se forma
convicción en base a las pruebas principales, no siendo necesario
en este caso el auxilio de
los sucedáneos...” (Casación Nro. 2027-2002 / Huánuco, publicada en
el Diario Oficial El Peruano el 28-02-2003, pág. 10246).
- “... El Ordenamiento Jurídico Peruano establece, según el artículo
mil trescientos sesentiuno del Código Civil, que el contrato es el
acuerdo de dos o más partes para crear, regular, modificar o
extinguir una relación jurídica patrimonial; Siendo [sic] esto así, el
contrato no requiere de estar materializado en un documento, sino
que éste, cuando se presenta constituye una prueba del acto
celebrado; [...] cuando no existe contrato materializado en un
soporte papel, los magistrados de mérito deben utilizar los
sucedáneos de los medios probatorios, los cuales son instrumentos
tendientes a resolver el conflicto intersubjetivo de intereses...”
(Casación Nro. 1010-2003 / Jaén, publicada en el Diario Oficial El
Peruano el 3103-2004, pág. 11643).

15. JURISPRUDENCIA CASATORIA RELACIONADA CON LA


PRUEBA ANTICIPADA
La Corte Suprema de Justicia de la República, en relación a la prueba
anticipada, ha establecido lo siguiente:
- “... El procedimiento de prueba anticipada por su naturaleza, busca que
en sede judicial se prepare la prueba pertinente a efecto que en el
proceso principal donde se discuta el conflicto de intereses derivados
de la pretensión ejercitada el medio probatorio cumpla su finalidad de
acreditar los hechos expuestos por las partes; en consecuencia, la
prueba anticipada puede considerarse un proceso no contencioso que
busca preconstituir un medio probatorio para el futuro proceso
contencioso a entablarse...” (Casación Nro. 273-2002 / Loreto,

638
LA PRUEBA EN LA JURISPRUDENCIA CASATORIA

publicada en el Diario Oficial El Peruano el 30-07-2003, págs. 10772-


10773).
- “... El procedimiento de prueba anticipada por su naturaleza busca que
en sede judicial se prepare la prueba pertinente a efecto de que en el
proceso principal, donde se discuta el fondo del conflicto de intereses
derivados (sic) de la pretensión ejercitada y su oposición, el medio
probatorio cumpla su finalidad de acreditar los hechos expuestos por
las partes, producir certeza en el Juez respecto de los puntos
controvertidos y fundamentar sus decisiones...” (Casación Nro. 627-
99 / Cono Norte - Lima, publicada en el Diario Oficial El Peruano el
20-11-1999, pág. 4031).

- “... La actuación anticipada de una determinada prueba tiene por


objeto, por si (sic) misma o como parte del caudal probatorio, preparar
los fundamentos que han de sustentar la causa petendi de la futura
pretensión a interponerse en el proceso correspondiente, por lo que en
dicha actuación anticipada no se resolverá en si (sic) el conflicto de
intereses, sino en aquel proceso en el que se discuta el fondo de la litis,
mediante sentencia o auto que en revisión ponga fin al proceso, que por
ende, no es el caso de la recurrida, la que por su naturaleza, no resuelve
un conflicto de intereses o una incertidumbre jurídica...” (Casación
Nro. 1261-99 / Lima, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 14-
10-1999, pág. 3742).
- “... Este tipo de prueba [prueba anticipada] se actúa anteladamente para
que tenga eficacia en un futuro proceso...” (Casación Nro. 3537-2001 /
Santa, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 31-03-2003, pág.
10402).
- “... La prueba anticipada puede considerarse un proceso no contencioso
que busca preconstituir un medio probatorio para el futuro proceso
contencioso a entablarse, en cuya medida es posible a su interior
cuestionar las irregularidades en su trámite...” (Casación Nro. 1080-
98 / Callao, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 16-11-1999,
págs. 3972-3973).
- “... Como lo establece el artículo doscientos noventidós del Código
Adjetivo [C.P.C.], el reconocimiento de un documento privado sólo
puede ser efectuado por su otorgante o sus herederos, lo que ha sido
reconocido en la resolución expedida en la prueba anticipada, que

639
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

admite la imposibilidad jurídica de que el reconocimiento [...] sea


efectuado por el curador procesal...” (Casación Nro. 2640-2001 / Lima,
publicada en el Diario Oficial El Peruano el 01-04-2002, pág. 8521).
- “... La resolución [...] de dicha prueba anticipada [reconocimiento de
documento privado] por la que se señala día y hora para la audiencia de
actuación y declaración judicial, [...] no fue notificada a dicha obligada
[...], habiéndose notificado solamente al curador procesal, que no podía
practicar el reconocimiento; [...] a pesar de ello se ha hecho efectivo el
apercibimiento y se ha tenido por reconocida la letra de cambio en su
contenido y firma, afectando la garantía constitucional del debido
proceso, lo que determina que la prueba anticipada no se ha tramitado
con arreglo a ley y por lo tanto no tiene mérito ejecutivo...” (Casación
Nro. 2640-2001 / Lima, publicada en el Diario Oficial El Peruano el
01-04-2002, pág. 8521).
- “... La resolución que hace efectivos los apercibimientos en una prueba
anticipada, debe ser notificada por cédula (...), por lo que habiéndose
omitido en el presente caso dicha notificación, el recaudo acompañado
para la acción ejecutiva adolece de nulidad, por haberse incumplido
esta formalidad procesal” (Casación Nro. 802-95 / Lima, publicada en
el Diario Oficial El Peruano el 23-12-1996, pág. 2598).
- “... Habiéndose tramitado el presente proceso en la vía abreviada, el
referido medio probatorio (documento reconocido en prueba
anticipada) puede ser merituado conjuntamente con el resto del
material probatorio, de conformidad con el Artículo ciento noventisiete
del Código Procesal Civil, pues el nuevo modelo procesal no acoge el
sistema de valoración de la prueba tasada sino el de libre valoración o
de sana crítica” (Casación Nro. 627-99 / Cono Norte - Lima, publicada
en el Diario Oficial El Peruano el 20-11-1999, pág. 4031).
- “... De los fundamentos del recurso de casación, en [...] que el
recurrente alega la presunta falta de motivación del auto admisorio de
la solicitud de prueba anticipada, se advierte que el requisito de
apercibimiento expreso previo de tener por absueltas en sentido
afirmativo las preguntas del interrogatorio presentado, no constituye un
mandato que, por imperio del ordenamiento procesal, deba contener el
auto admisorio en ese tipo de procesos, pero sí constituye deber del
juez declararlo si el emplazado no cumpliera con actuar [el] medio
probatorio para el que fue citado, conforme lo establece el artículo

640
LA PRUEBA EN LA JURISPRUDENCIA CASATORIA

doscientos noventiséis inciso tercero del Código Procesal acotado


[C.P.C.]...” (Casación Nro. 2992-03 / Loreto, publicada en el Diario
Oficial El Peruano el 31-012005, págs. 13462-13463).
- “... La afirmación efectuada de que la prueba anticipada adquirió la
calidad de cosa juzgada carece de todo sustento legal, ya que ésta
constituye tan sólo la actuación de un medio probatorio antes del inicio
de un proceso a tenor de lo dispuesto en el artículo 284 del Código
Adjetivo [C.P.C.]...” (Casación Nro. 1937-2002 / Piura, publicada en el
Diario Oficial El Peruano el 31-01-2003, pág. 9940).

16. JURISPRUDENCIA CASATORIA RELACIONADA CON LAS


CUESTIONES PROBATORIAS (TACHA Y OPOSICION)
La Corte Suprema de Justicia de la República, en relación a las cuestiones
probatorias (tacha y oposición), ha establecido lo siguiente:
- “... La falta de tacha de un medio probatorio no importa que los
dichos que con él [se] pretende sustentar se encuentren acreditados,
pues conforme al artículo 197 del Código Procesal Civil los medios
probatorios deben ser valorados de manera conjunta y razonada,
por lo que no se evidencia la afectación del artículo 300 del Código
citado...” (Casación Nro. 23852003 / Lima, publicada en el Diario
Oficial El Peruano el 02-08-2004, págs. 12486-12487).

641
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

-
“... La no formulación de tacha contra un medio probatorio, no importa
que éste cree definitivamente convicción en el Juzgador...” (Casación
Nro. 76-01 / Apurímac, publicada en el Diario Oficial El Peruano el
0207-2001, pág. 7366).
- “... Un tercero no puede interponer excepciones ni cuestiones
probatorias pues no es el titular de la relación jurídica
sustancial...” (Casación Nro. 3060-99 / Lima, publicada en el
Diario Oficial El Peruano el 08-04-2000, pág. 5011).
- “... No es cierto que el artículo 301 del Código Adjetivo
[C.P.C.] establezca que el auto que resuelve una cuestión
probatoria sea una decisión inimpugnable sino que, en
realidad, lo que con toda claridad establece dicha norma es que
el Juez, en decisión fundamentada e inimpugnable, puede
disponer que el medio probatorio cuestionado a través de una
tacha no sea actuado...” (Casación Nro. 4797-2007 / Arequipa,
publicada en el Diario Oficial El Peruano el 29-02-2008, pág.
21571).
- “... Las tachas contra instrumentos no pueden incidir en
aspectos de fondo sino solo en aspectos formales...” (Casación
Nro. 3118-02 / Arequipa, publicada en el Diario Oficial El
Peruano el 02-11-2004, págs. 12809-12811).
- “... La tacha contra un documento sólo puede sustentarse en la
falsedad o nulidad formal del mismo...” (Casación Nro. 2280-
06 / Lambayeque, publicada en el Diario Oficial El Peruano el
02-07-2007, págs. 19715-19716).
- “... Los argumentos que se efectúan respecto a los documentos
[...] no versan sobre la falsedad o nulidad formal de éstos para
restarles valor probatorio sino sobre aspectos sustanciales de
los mismos que no pueden resolverse mediante una cuestión
probatoria como la tacha...” (Casación Nro. 927-2005 / La
Libertad, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 30-01-
2006, págs. 15326-15327).
- “... La tacha de documentos sólo se refiere a defectos formales
del mismo, mas no a la pertinencia o idoneidad que como

642
LA PRUEBA EN LA JURISPRUDENCIA CASATORIA

prueba pueda tener, ni a la falsedad o nulidad de los actos que


contiene...” (Casación Nro. 33032000 / Ica, publicada en el
Diario Oficial El Peruano el 31-08-2001, pág. 7698).
- “... La Sala Civil de la Corte Suprema tiene resuelto en forma
reiterada que la tacha de documentos debe estar referida a los
defectos formales
de los instrumentos presentados, y no a la nulidad o falsedad de los
actos contenidos en los mismos cuya nulidad o falsedad se debe hacer
valer en vía de acción. (...) Que en consecuencia la tacha basada en la
alegación de que el acto expresado en el documento presentado no
coincide con la voluntad de las partes no puede servir de fundamento
para amparar una tacha” (Casación Nro. 1357-96 / Lima, publicada en
el Diario Oficial El Peruano el 03-05-1998, págs. 860-861).

- “... En vía de tacha no se puede decidir sobre la nulidad de un


acto jurídico...” (Casación Nro. 46 - 2000 / Lima, publicada en
el Diario Oficial El Peruano el 08-04-2000, pág. 5050).
- “... El recurrente formuló tacha contra el documento de
compraventa [...] por ser supuestamente falso; sin embargo, las
instancias de mérito la han declarado improcedente, al advertir
que éste pretendía la nulidad del acto jurídico contenido en el
documento, hecho que no puede realizarse a través de la vía
incidental sino en vía de acción...” (Casación Nro. 1832-2005 /
Cusco, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 02-04-
2007, págs. 19169-19170).
- “... La nulidad de un acto administrativo debe ser solicitada en
vía de acción y no en vía de tacha...” (Casación Nro. 1346-96 /
Lima, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 17-02-1997,
págs. 2846-2847).
- “... Una cuestión probatoria referida a la tacha de documento,
tramitada en una vía incidental no es la pertinente para buscar
la declaración de nulidad de un título que se ha adquirido
mediante escritura pública y el derecho que genera dicho
instrumento...” (Casación Nro. 2875-2002 / Lima, publicada en
el Diario Oficial El Peruano el 30-05-2003, pág. 10646).

643
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

-
- “... De las pruebas extemporáneas se corrió traslado a la parte
contraria [...], siendo absuelto el trámite por la recurrente
mediante escrito [...] formulando tacha la cual no está referida
a los defectos formales de los documentos presentados por lo
que su cuestionamiento resulta improcedente...” (Casación
Nro. 0996-99 / Arequipa, publicada en el Diario Oficial El
Peruano el 02-01-2002, págs. 8213-8214).
- “... La tacha de documentos debe incidir en los defectos
formales de las instrumentales presentadas, y no en defectos
procesales que supone la alegada presentación extemporánea
de los mismos...” (Casación Nro. 3482-01 / Ica - Lima,
publicada en el Diario Oficial El Peruano el 0106-2004, págs.
12112-12113).
“... La tacha propuesta por la recurrente contra el plano perimétrico fue
correctamente desestimada por el A quo, en atención a que su
actuación como medio probatorio fue ordenado [sic -léase ordenada-]
de oficio, y por que [sic -léase porque-] además, la tacha propuesta no
se refiere en estricto a la nulidad o falsedad formal del aludido plano...”
(Casación Nro. 1904-2005 / Lima, publicada en el Diario Oficial El
Peruano el 0206-2006, pág. 16309).
- “... Tampoco resulta procedente formular tacha contra un
instrumento público consistente en una partida de nacimiento,
la cual solamente puede ser declarada ineficaz en vía de
acción...” (Casación Nro. 3237-99 / Lima, publicada en el
Diario Oficial El Peruano el 22-02-2000, págs. 4670-4671).
- “... Dicho instrumento público [partida de matrimonio] goza de
plena eficacia jurídica en tanto judicialmente no se declare su
invalidez [...]. En todo caso, si la entidad demandante asume
estar perjudicada en sus derechos con el otorgamiento de la
referida instrumental, queda expedito su derecho para hacerlo
valer en vía de acción, pues, dada la naturaleza del referido
documento no es posible que mediante una cuestión probatoria
-tacha- se declare su ineficacia...” (Casación Nro. 2333-2002 /
Puno, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 30-07-2004,
pág. 12411).

644
LA PRUEBA EN LA JURISPRUDENCIA CASATORIA

- “... La tacha de un documento público sólo puede sustentarse


por la inobservancia de la formalidad esencial, según
interpretación del artículo 243 del Código Procesal Civil; otros
supuestos, como la inexistencia de la manifestación de la
voluntad, incapacidad, etcétera, debe hacerse valer en vía de
acción...” (Casación Nro. 2949-2001 / Lima, publicada en el
Diario Oficial El Peruano el 31-01-2003, págs. 9932-9933).
- “... En vía incidental de tacha no se puede cuestionar
instrumentos públicos, máxime cuando los mismos tienen la
calidad de sentencia judicial que sólo puede ser cuestionada
vía acción de nulidad de cosa juzgada fraudulenta, conforme al
artículo 178 del Código Procesal Civil...” (Casación Nro.
3071-2005 / Ica, publicada en el Diario Oficial El Peruano el
31-08-2006, págs. 16964-16965).
- “... Al tratarse de un documento público que no ha sido
tachado ni cuestionado oportunamente [...], el mismo surte
todos sus efectos...” (Casación Nro. 3892-06 / Lima, publicada
en el Diario Oficial El Peruano el 03-012008, págs. 21398-
21399).

645
LA PRUEBA EN LA JURISPRUDENCIA CASATORIA

-
“... Independientemente del juicio de falsedad formal o inexactitud de un
documento cuestionado mediante una tacha, es también admisible que
mediante ella se enerve la eficacia probatoria al expedirse la sentencia
comparándola con otros medios probatorios...” (Casación Nro. 586-2001 /
Lima, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 31-082001, pág. 7620).
- “... La tacha deducida por la recurrente fue declarada inadmisible
en virtud a que los medios probatorios cuestionados por ella fueron
rechazados en la Audiencia Unica con arreglo al artículo ciento
noventa del Código Procesal Civil; por tanto, carecía de objeto el
trámite de la misma, de tal modo que dicho proceder, el mismo
que no se encuentra prohibido en el Código adjetivo [C.P.C.], no
afecta en forma alguna el derecho al debido proceso...” (Casación
Nro. 4318-01 / Lima, publicada en el Diario Oficial El Peruano el
31-05-2002, pág. 8784).
- “... No es dable que se proceda a la valoración de medios
probatorios que han sido materia de tacha por las partes, sin que
previamente se absuelva las cuestiones probatorias formuladas
contra los mismos...” (Casación Nro. 1696-02 / Lambayeque,
publicada en el Diario Oficial El Peruano el 28-02-2003, págs.
10141-10142).
- “... La tacha planteada (...) se encuentra sin proveer y por tanto sin
ser admitida o rechazada, incumpliéndose lo dispuesto por el
Artículo trescientos uno del Código Procesal Civil e incurriéndose
en la causal de nulidad contemplada en el Artículo ciento
setentiuno del Código acotado” (Casación Nro. 1648-99 /
Apurímac, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 18-12-
1999, pág. 4336).
- “... El Juez de la causa, al tener en cuenta y valorar los
documentos, objeto de la tacha, se ha pronunciado sobre la eficacia
de dichos medios probatorios, lo que importa una desestimación de
la tacha planteada, que debió rechazar de plano (al no ser
sustentada con prueba)” (Casación Nro. 620-99 / Ayacucho,
publicada en el Diario Oficial El Peruano el 19-101999, págs.
3775-3776).
- “... El actor dedujo cuestiones probatorias de tacha y oposición,
contra dos de los medios probatorios ofrecidos en su escrito de

646
contestación, reservándose su pronunciamiento para la sentencia
(...), no obstante ello, no han merecido pronunciamiento,
incurriéndose también en la causal de invalidez que debe ser
corregida” (Casación Nro. 846-99 / Cusco, publicada en el Diario
Oficial El Peruano el 20-10-1999, pág.
3783).
“... La resolución de vista ha sido expedida sin resolver la tacha [...], en
clara contravención del debido proceso, más aún si se tiene en cuenta que
en el escrito de apelación [...] se ha cuestionado lo analizado por el juez en
la sentencia respecto de la tacha, por lo que [...] dicha resolución de vista
adolece de nulidad prevista en el inciso 4° del artículo 122 del Código
Procesal Civil...” (Casación Nro. 1215-2007 / Cañete, publicada en el
Diario Oficial El Peruano el 29-02-2008, págs. 21639-21640).
- “... De autos se aprecia que el Juez omitió resolver la cuestión
probatoria referida [tacha contra documento], irregularidad que fue
advertida por la recurrente al interponer recurso de apelación
contra la sentencia de primera instancia, pese a ello la Sala de
Revisión incurrió en la misma omisión, lo que adquiere mayor
importancia, puesto que dicho Colegiado fundamentó su decisión
jurisdiccional, entre otros, en el cuestionado medio probatorio,
contraviniendo así lo establecido por el inciso cuarto del artículo
ciento veintidós del Código Procesal Civil; [...] habiéndose
infringido las normas que garantizan el derecho a un debido
proceso...” (Casación Nro. 2672-00 / Ica, publicada en el Diario
Oficial El Peruano el 02-07-2001, pág. 7336).
- “... Por Resolución [...] se declara infundada dicha tacha [contra
documentos], pues la actora no ha acreditado la invalidez de los
mismos, no siendo suficiente la simple invocación, posteriormente
dichos documentos han sido adjuntados legalizados; en la misma
Audiencia, el abogado de la accionante formula apelación,
concedida [...] sin efecto suspensivo y con la calidad de diferida;
[...] la sentencia de vista [...] omite pronunciarse sobre la apelación
concedida, incidiendo dicha tacha sobre la pretensión sustantiva,
por lo que es menester pronunciarse sobre la validez, invalidez o
falsedad de dichos instrumentos, para no afectar el derecho del
debido proceso y la doble instancia de los justiciables...” (Casación

647
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

-
Nro. 2600-00 / Ucayali, publicada en el Diario Oficial El Peruano
el 30-04-2001, págs. 7200-7201).
- “... La resolución que confirmó el auto que declaró infundada la
tacha lo ha hecho de manera definitiva, por lo que no puede ser
invocada nuevamente en casación [...] los sustentos de la tacha...”
(Casación Nro. 2902-2000 / Lima, publicada en el Diario Oficial
El Peruano el 01-03-2001, págs. 7034-7035).
- “... Al haber sido desestimada la cuestión probatoria [tacha] debió
haberse valorado esta prueba documental...” (Casación Nro. 4249-
2006 / Lima, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 02-04-
2007, págs.
19127-19128).

CAPITULO XVIII

FORMAS ESPECIALES DE CONCLUSION


DEL PROCESO: CONCILIACION

1. SISTEMAS DE CONCILIACION
Monroy Cabra enseña que la conciliación puede ser de varias clases:
“a. Conciliación extrajudicial voluntaria;
b. Conciliación como una etapa previa obligatoria antes de iniciar un
proceso;
c. Conciliación como primera etapa obligatoria dentro del proceso, una
vez se haya constituido la relación jurídica procesal;
d. Conciliación como acto bilateral voluntario de las partes durante el
curso del proceso;
e. Conciliación para intentar resolver controversias de carácter interno, y
conciliación para facilitar la solución amigable de desavenencias
comerciales internacionales” (MONROY CABRA, 1995: 180).

648
En el ordenamiento jurídico peruano (en el ámbito del Derecho Procesal
Civil) existen los siguientes sistemas de conciliación:
A) Conciliación extrajudicial o previa o preprocesal: Se encuentra
legislada en la Ley Nro. 26872 y en su Reglamento: Decreto Supremo
Nro. 014-2008-JUS.
B) Conciliación judicial o procesal o intraprocesal: Cuyo marco
jurídico lo constituye el Capítulo I del Título XI de la Sección Tercera
del Código Procesal Civil.

649
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

2. LA CONCILIACION EXTRAJUDICIAL O PREVIA

2.1 Configuración
Según Montero Aroca, Gómez Colomer, Montón Redondo y Barona Vilar,
la conciliación, en general, es “… la actividad desplegada ante un tercero por
las partes de un conflicto de intereses, dirigida a lograr una composición justa
del mismo. En este sentido el nombre no hace referencia al resultado que se
obtenga, sino al camino para lograrlo; no al status termini, sino al conjunto de
esfuerzos que se realizan para lograr la composición, aunque no se alcance
ésta” (MONTERO
AROCA; GOMEZ COLOMER; MONTON REDONDO; y BARONA VILAR,
2003: 144). Tales autores agregan que “en sentido estricto la conciliación se
define como la comparecencia necesaria o facultativa de las partes en un
conflicto de intereses, ante una autoridad designada por el Estado, para que en
su presencia traten de solucionar el conflicto que las separa, regulada por el
ordenamiento jurídico que atribuye determinados efectos, asimismo jurídicos, a
lo en ella con-
venido” (MONTERO AROCA; GOMEZ COLOMER; MONTON REDONDO;
y BARONA VILAR, 2003: 144-145).
La conciliación extrajudicial, llamada también previa o preprocesal, es el
sistema o método tendiente a lograr, con intervención de un tercero llamado
conciliador, la avenencia entre las partes para así eliminar el conflicto de
intereses existente entre aquéllas, aconteciendo en momento anterior al inicio
del proceso (el mismo que no llegará a promoverse de haber acuerdo
conciliatorio en la totalidad de las pretensiones).
Según Gómez de Liaño González y Pérez-Cruz Martín, la conciliación
preprocesal “… es una forma de solucionar conflictos mediante la intervención
de un tercero que facilita la avenencia de las partes. El conciliador no decide,
sino que únicamente trata de propiciar una solución entre las partes” (GOMEZ
DE LIAÑO GONZALEZ; y PEREZ-CRUZ MARTIN, 2000, Tomo I: 314).
Para Manuel De la Plaza, la conciliación es “una verdadera actuación
preliminar, con la que se pretende evitar el proceso, llegando por su medio a la
composición amistosa de la litis en proyecto” (DE LA PLAZA, 1943, Tomo II:
130).
La conciliación extrajudicial tiene naturaleza preventiva por cuanto se
encamina a evitar la contienda procesal, y también extintiva, por dar término a

650
FORMAS ESPECIALES DE CONCLUSION DEL PROCESO: CONCILIACION

la situación de conflicto; por consiguiente, si el acuerdo conciliatorio


extrajudicial fuese total, resulta inviable la sustanciación del proceso.
La conciliación extrajudicial se configura, pues, en momento previo al
proceso, tramitándose ante un Centro de Conciliación Extrajudicial. El
procedimiento en cuestión constituye un requisito de procedibilidad
necesariamente previo a los procesos que versen sobre materias conciliables,
pudiendo el Juez competente, al calificar la demanda, declararla improcedente
por manifiesta falta de interés para obrar, si antes de interponerse la demanda,
el accionante no solicita la conciliación extrajudicial ante un Centro de
Conciliación Extrajudicial o no concurre a la audiencia respectiva.
La conciliación extrajudicial en nuestro medio tiene como marco jurídico
el siguiente:

- La Ley de Conciliación (Ley Nro. 26872, del 12-11-1997).


- El Reglamento de la Ley de Conciliación (Decreto Supremo Nro.
0142008-JUS, del 29-08-2008).
La conciliación (extrajudicial) no constituye acto jurisdiccional, como
claramente lo establece el artículo 4 de la Ley Nro. 26872.
De acuerdo a lo normado en el artículo 5 de la Ley Nro. 26872, la
conciliación (extrajudicial), es una institución que se constituye como un
mecanismo alternativo para la solución de conflictos, por el cual las partes
acuden ante un Centro de Conciliación extrajudicial a fin que se les asista en la
búsqueda de una solución consensual al conflicto.
Conforme lo indica el artículo 3 de la Ley Nro. 26872, la Conciliación
(extrajudicial) es una institución consensual, en tal sentido los acuerdos
adoptados obedecen única y exclusivamente a la voluntad de las partes.
La conciliación extrajudicial sólo se ejerce a través de los Centros de
Conciliación debidamente autorizados y acreditados ante el MINJUS
(Ministerio de Justicia) y los que la Ley (Nro. 26872) señale (art. 5 del Decreto
Supremo Nro.
014-2008-JUS).

2.2 Materias conciliables extrajudicialmente


En relación a las materias conciliables extrajudicialmente, la Ley Nro.
26872 establece lo siguiente:

651
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

- Son materia de conciliación las pretensiones determinadas o


determinables que versen sobre derechos disponibles de las partes (art.
7 -primer párrafo- de la Ley Nro. 26872).
- En materia de familia, son conciliables aquellas pretensiones que
versen sobre pensión de alimentos, régimen de visitas, tenencia, así
como otras que se deriven de la relación familiar y respecto de las
cuales las partes tengan libre disposición. El conciliador en su
actuación deberá aplicar el Principio del Interés Superior del Niño (art.
7 -segundo párrafo- de la Ley Nro. 26872).
- La conciliación en materia laboral (conciliación ésta que, dicho sea de
paso, no resulta exigible a efectos de calificar la demanda en materia
laboral: Tercera Disposición Final del Decreto Legislativo Nro. 1070)
se llevará a cabo respetando el carácter irrenunciable de los derechos
del trabajador reconocidos por la Constitución Política del Perú y la
ley (art. 7 -tercer párrafo- de la Ley Nro. 26872).
- La materia laboral será atendida por los Centros de Conciliación
Gratuitos del Ministerio de Justicia, Ministerio de Trabajo y
Promoción del Empleo y por los Centros de conciliación privados,
para lo cual deberán de contar con conciliadores acreditados en esta
materia por el Ministerio de Justicia. En la audiencia de conciliación
en materia laboral las partes podrán contar con un abogado de su
elección o, en su defecto, deberá de estar presente al inicio de la
audiencia el abogado verificador de la legalidad de los acuerdos (art. 7
-cuarto párrafo- de la Ley Nro. 26872).
- En materia contractual relativa a las contrataciones y adquisiciones del
Estado, se llevará a cabo de acuerdo a la ley de la materia (art. 7
-quinto párrafo- de la Ley Nro. 26872).
Acerca de las materias conciliables extrajudicialmente, el Reglamento de la
Ley de Conciliación (Decreto Supremo Nro. 014-2008-JUS) prescribe que:
- Es materia de conciliación aquella pretensión fijada en la solicitud de
conciliación. No existe inconveniente para que en el desarrollo de la
conciliación, las partes fijen distintas pretensiones a las inicialmente
previstas en la solicitud (art. 7 -primer párrafo- del D.S. Nro. 014-
2008-JUS).

652
FORMAS ESPECIALES DE CONCLUSION DEL PROCESO: CONCILIACION

- El acta de conciliación debe contener obligatoriamente las


pretensiones materia de controversia, que son finalmente aceptadas
por las partes (art. 7 -segundo párrafo- del D.S. Nro. 014-2008-JUS).
- El conciliador en materia de familia, colaborará para que las partes
encuentren las mejores alternativas de solución al conflicto,
privilegiando el interés superior del niño (art. 7 -tercer párrafo- del
D.S. Nro. 014-2008-JUS).
- Cuando se trate de derechos laborales, oponibles a terceros con
derechos inscritos en Registros Públicos, se procederá de conformidad
a lo establecido en el segundo párrafo del artículo 15 del Decreto
Supremo Nro. 014-2008-JUS, que dispone: A. que en caso el acuerdo
al que pudieran arribar las partes afecte el derecho de terceros, para
continuar la audiencia de conciliación, éstos deberán ser citados e
incorporados al procedimiento conciliatorio; y B. que en caso los
terceros a pesar de estar válidamente notificados no asistan a la
audiencia convocada, las partes podrán llegar a acuerdos sobre las
materias que únicamente los afecte a ellos (art. 7 -último párrafo- del
D.S. Nro. 014-2008-JUS).

2.3 Materias no conciliables extrajudicialmente


En lo que atañe a los supuestos y materias no conciliables
extrajudicialmente, la Ley Nro. 26872, en su artículo 7-A, señala que no
procede la conciliación en los siguientes casos:
a) Cuando se desconoce el domicilio de la parte invitada.
b) Cuando la parte invitada domicilia en el extranjero, salvo que el
apoderado cuente con poder expreso para ser invitado a un Centro de
Conciliación.
c) Cuando se trate de derechos y bienes de incapaces a que se refieren los
artículos 43 y 44 del Código Civil. Al respecto, cabe indicar que el
artículo 43 del Código Civil prescribe que son absolutamente
incapaces (para el ejercicio de sus derechos civiles): 1. los menores de
dieciséis años, salvo para aquellos actos determinados por la ley; y 2.
los que por cualquier causa se encuentren privados de discernimiento.
Por su parte, el artículo 44 del Código Civil preceptúa que son
relativamente incapaces (para el ejercicio de sus derechos civiles): 1.
los mayores de dieciséis y menores de 18 años de edad; 2. los

653
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

retardados mentales; 3. los que adolecen de deterioro mental que les


impide expresar su libre voluntad; 4. los pródigos; 5. los que incurren
en mala gestión; 6. los ebrios habituales; 7. los toxicómanos; y 8. los
que sufren pena que lleva anexa la interdicción civil.
d) En los procesos cautelares.
e) En los procesos de garantías constitucionales.
f) En los procesos de nulidad, ineficacia y anulabilidad de acto jurídico,
este último en los supuestos establecidos en los incisos 1, 3 y 4 del
artículo 221 del Código Civil (vale decir, en los casos de incapacidad
relativa del agente; simulación del acto jurídico, siempre que el acto
real que lo contiene perjudique el derecho de tercero; y declaración
legal de anulabilidad del acto jurídico).
g) En la petición de herencia, cuando en la demanda se incluye la
solicitud de declaración de heredero.
h) En los casos de violencia familiar.

i) En las demás pretensiones que no sean de libre disposición por las


partes conciliantes.
Al respecto, el Reglamento de la Ley de Conciliación (Decreto Supremo
Nro. 014-2008-JUS) dispone lo siguiente:
- Son materias no conciliables, la nulidad del acto jurídico, la
declaración judicial de heredero, la violencia familiar, las materias que
se ventilan ante el proceso contencioso administrativo y los procesos
de impugnación judicial de acuerdos (de la junta general de
accionistas) a que se refiere el artículo 139 de la Ley General de
Sociedades (Ley Nro. 26887) y las pretensiones de nulidad (de
acuerdos de la junta general de accionistas) a que se refiere el artículo
150 de la misma norma (L.G.S.), por ser materias indisponibles, y
todas aquellas pretensiones que no sean de libre disposición por las
partes conciliantes (art. 8 del Decreto Supremo Nro. 014-2008-JUS).
- La conciliación (conforme al art. 9 del Decreto Supremo Nro. 014-
2008JUS) no es obligatoria en los casos señalados en el artículo 7-A
de la Ley Nro. 26872 (numeral citado líneas arriba) según lo siguiente:

654
FORMAS ESPECIALES DE CONCLUSION DEL PROCESO: CONCILIACION

a) Supuestos de conciliación no obligatoria: Los previstos en los incisos


a) y b) del artículo 7-A de la Ley Nro. 26872 (numeral citado
anteriormente).
b) Materias de conciliación no obligatorias: Las previstas en los incisos
d), e), f), g), h) e i) del artículo 7-A de la Ley Nro. 26872
(precepto legal éste que fuera citado líneas arriba).

2.4 Casos de inexigibilidad de la conciliación por ser facultativa


En lo que toca a los casos de inexigibilidad de la conciliación extrajudicial,
el artículo 9 de la Ley Nro. 26872 establece que, para efectos de la calificación
de la demanda judicial, no es exigible la conciliación extrajudicial en los
siguientes casos (en los que la conciliación extrajudicial tiene carácter
facultativo):
a) En los procesos de ejecución.
b) En los procesos de tercería.
c) En los procesos de prescripción adquisitiva de dominio.
d) En el retracto.
e) Cuando se trate de convocatoria a asamblea general de socios o
asociados.
f) En los procesos de impugnación judicial de acuerdos de Junta General
de Accionistas señalados en el artículo 139 de la Ley General de
Sociedades (Ley Nro. 26887), así como en los procesos de acción de
nulidad (de acuerdos adoptados por la referida Junta General de
Accionistas) previstos en el artículo 150 de la misma Ley (L.G.S.).
g) En los procesos de indemnización derivados de la comisión de delitos
y faltas y los provenientes de daños en materia ambiental.
h) En los procesos contenciosos administrativos.

i) En los procesos judiciales referidos a pensión de alimentos, régimen


de visitas, tenencia, así como otros que se deriven de la relación
familiar y respecto de los cuales las partes tengan libre disposición.

2.5 Conciliación extrajudicial y procesos cautelares

655
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

En relación al tema, el inciso d) del artículo 7-A de la Ley Nro. 26872


claramente dispone que no procede la conciliación (extrajudicial) en los
procesos cautelares. Al respecto, se desprende del artículo 9 -literal b)- del
Decreto Supremo Nro. 014-2008-JUS que la conciliación extrajudicial no es
obligatoria en el caso señalado en el inciso d) del citado artículo 7-A de la Ley
Nro. 26872.
Además, conforme al artículo 11 del Decreto Supremo Nro. 014-2008-
JUS:
- Cuando el intento conciliatorio extrajudicial fuera necesario para la
calificación judicial de procedencia de la demanda, éste deberá ser
iniciado dentro de los cinco días hábiles a la ejecución de la medida
cautelar.
- En caso de concurrencia de medidas cautelares, el plazo se
computará a partir de la ejecución de la última medida, salvo
pronunciamiento del juez, como lo señala el artículo 637 del Código
Procesal Civil, conforme al cual: A. la solicitud cautelar es concedida
o rechazada sin conocimiento de la parte afectada en atención a los
fundamentos y prueba de la solicitud; B. procede apelación contra el
auto que deniega la medida cautelar; C. en este caso, el demandado no
es notificado y el superior absuelve el grado sin admitirle intervención
alguna; D. en caso de medidas cautelares fuera de proceso, el juez
debe apreciar de oficio su incompetencia territorial; E. una vez dictada
la medida cautelar, la parte afectada puede formular oposición dentro
de un plazo de cinco (5) días, contado desde que toma conocimiento
de la resolución cautelar, a fin de que pueda formular la defensa
pertinente; F. la formulación de la oposición no suspende la ejecución
de la medida; G. de ampararse la oposición, el juez deja sin efecto la
medida cautelar; y H. la resolución que resuelve la oposición es
apelable sin efecto suspensivo.
- Si no se acude al Centro de Conciliación (extrajudicial) en el plazo
indicado, la medida cautelar caduca de pleno derecho, de
conformidad con el artículo 636 del Código Procesal Civil. Esta
última norma legal prescribe: A. que ejecutada la medida antes de
iniciado el proceso principal, el beneficiario debe interponer su
demanda ante el mismo Juez, dentro de los diez días posteriores a
dicho acto; B. que cuando el procedimiento conciliatorio extrajudicial
fuera necesario para la procedencia de la demanda, el plazo para la

656
FORMAS ESPECIALES DE CONCLUSION DEL PROCESO: CONCILIACION

interposición de ésta se computará a partir de la conclusión del


procedimiento conciliatorio, el que deberá ser iniciado dentro de los
cinco días hábiles de haber tomado conocimiento de la ejecución de la
medida; C. que si no se interpone la demanda oportunamente, o ésta es
rechazada liminarmente, o no se acude al centro de conciliación en el
plazo indicado, la medida cautelar caduca de pleno derecho; y D. que
dispuesta la admisión de la demanda por revocatoria del superior, la
medida cautelar requiere nueva tramitación.
- El plazo para interponer la demanda se computará a partir de la
conclusión del procedimiento conciliatorio (extrajudicial), conforme al
artículo 15 de la Ley Nro. 26872 (numeral que versa sobre los casos
de conclusión del procedimiento conciliatorio extrajudicial).

2.6 Mérito y ejecución del acta de conciliación


El Acta con acuerdo conciliatorio (extrajudicial) constituye título de
ejecución. Los derechos, deberes u obligaciones ciertas, expresas y exigibles
que consten en dicha Acta se ejecutarán a través del proceso de ejecución de
resoluciones judiciales. Así lo establece el artículo 18 de la Ley Nro. 26872.
El Decreto Supremo Nro. 014-2008-JUS, respecto del acta y el acuerdo
conciliatorio extrajudicial, dispone lo siguiente:
- El acta que contiene el acuerdo conciliatorio (extrajudicial) es un
documento privado y puede ser ofrecido como medio de prueba en un
proceso judicial (art. 22 -primer párrafo- del Decreto Supremo Nro.
014-2008-JUS).
- El acuerdo conciliatorio (extrajudicial) subsiste aunque el documento
que lo contiene se declare nulo (art. 22 -segundo párrafo- del Decreto
Supremo Nro. 014-2008-JUS).
- El Acta de Conciliación se ejecutará a través del proceso único de
ejecución (art. 22 -último párrafo- del Decreto Supremo Nro. 014-
2008-JUS).

3. LA CONCILIACION JUDICIAL O INTRAPROCESAL

3.1 Definición

657
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

En opinión de Carnelutti, la conciliación “es la intervención de un tercero


entre los portadores de dos intereses en conflicto con objeto de inducirles a una
composición justa” (CARNELUTTI, 1944, Tomo I: 203).
Para Couture, la conciliación es el “acuerdo o avenencia de partes que,
mediante renuncia, allanamiento o transacción, hacen innecesario el litigio
pendiente o evita el litigio eventual” (COUTURE, 1960: 171).
Fornaciari conceptúa a la conciliación como el “... acuerdo emergente de
una confluencia volictiva tendiente a eliminar un cierto estado de
controversia...” (FORNACIARI, 1988, Tomo II: 116). Y añade que “... es un
acto complejo logrado por la voluntad de las partes en confluencia con la
actividad del juez, actividad ésta que se configura en el estímulo del
acercamiento y en la proposición de fórmulas de avenimiento” (FORNACIARI,
1988, Tomo II: 119).
Eduardo Pallares aduce que la conciliación “... se lleva a cabo cuando un
tercero procura poner de acuerdo a las partes respecto a sus propias
pretensiones, y las dos ceden algo de ellas, o bien el demandado reconoce los
derechos del actor, o éste los de aquél. La conciliación no es un contrato
procesal, aunque puede producirlo. Es el resultado de la intervención susodicha
cuando ella logra su objeto...” (PALLARES, 1979: 111).
Enrique Falcón entiende a la conciliación como “... el avenimiento
amigable entre las partes, que arreglando sus diferencias ante el magistrado, y a
instancia de éste, extinguen las pretensiones antagónicas por haber acordado el
punto común de coincidencia de las distintas pretensiones aducidas”
(FALCON, 1978: 250).
En palabras de Morello, la conciliación:
“a) Es un acuerdo de partes;
b) Que se celebra con la presencia e intervención del juez;
c) Necesita que sea homologada por el propio conciliador, o sea el juez”
(MORELLO, 1968: 71).
Dicho acto de concertación o avenencia entre los justiciables ante la
presencia de un tercero, si es llevado a cabo al interior del proceso -siendo el
último de los nombrados, por ende, un magistrado-, es conocido como
conciliación judicial o procesal o intraprocesal. Esta forma de conciliación
puede presentarse también cuando, habiendo proceso abierto o en trámite y las

658
FORMAS ESPECIALES DE CONCLUSION DEL PROCESO: CONCILIACION

partes concilian fuera de éste (ante un Centro de Conciliación Extrajudicial), el


Juez aprueba la respectiva acta de conciliación y declara concluido el proceso
(art. 327 del C.P.C.).
La conciliación judicial se encuentra prevista en el Capítulo I del Título XI
de la Sección Tercera del Código Procesal Civil, en los artículos 323 al 328.
Representa una forma especial de conclusión del proceso que adquiere la
calidad de cosa juzgada, es decir, es inmutable e irrevisable su contenido,
poniéndose de ese modo fin a toda controversia, siempre que no verse sobre
derechos indisponibles.
La Corte Suprema de Justicia de la República, en relación a la conciliación,
ha establecido lo siguiente:
- “... La conciliación puede lograse [sic -léase puede lograrse-] mediante
un reconocimiento por parte del actor que evite el proceso [...]
mediante un acuerdo de partes que lo haga innecesario, esto es
mediante una transacción, o porque el demandado comprende que el
actor tiene razón. La doctrina llama a esas formas de resolver el
proceso actos de auto composición [sic]. Cuando en nuestro régimen
se habla de la necesidad de la conciliación, como requisito previo al
proceso, se tiene en cuenta la posibilidad de la transacción. En
consecuencia la conciliación es el género y la transacción es la
especie, pues siempre que se transa [sic] se concilia...” (Casación Nro.
1463-2007 / Cajamarca, publicada en el Diario Oficial El Peruano el
01-12-2008, págs. 23409-23410).
- “... De acuerdo al artículo setenticinco del Código adjetivo [C.P.C.],
[...] las personas naturales que actúan como partes en un proceso
judicial pueden conciliar sobre derechos disponibles a través de
apoderado con facultades especiales para ello; [...] siendo ello así, se
estaría ante una situación contradictoria dado que, por un lado, la
Conciliación arribada dentro de un proceso judicial en la que actuaron
las partes a través de apoderados, debidamente aprobada por el Juez,
tiene el efecto de sentencia con autoridad de cosa juzgada, de
conformidad con el artículo trescientos veintiocho del Código Procesal
Civil; mas la Conciliación previa a todo proceso judicial conforme a la
Ley veintiséis mil ochocientos setentidós, en la que las personas
naturales intervinientes actuaron también mediante apoderados, y que
igualmente tiene la calidad de cosa juzgada, conforme al artículo
dieciocho de la citada Ley, no tendría empero validez por que [sic

659
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

-léase porque-] las personas naturales, gozando del pleno ejercicio de


sus derechos civiles y domiciliando en el territorio nacional, no
actuaron de modo personal; [...] en tal virtud, no existiendo norma en
la ley especial veintiséis mil ochocientos setentidós que expresamente
prohíba la actuación de las personas naturales domiciliadas en el país
y con pleno ejercicio de sus derechos, mediante apoderados en la
Audiencia de Conciliación, debe interpretarse que sí están facultados
para ello; máxime si conforme a la Primera Disposición Final del
Código Procesal Civil, las disposiciones de dicho Código se aplican
supletoriamente a los demás ordenamientos procesales...” (Casación
Nro. 632-2002 / Lima, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 01-
10-2002, págs. 9315-9316).
- “... Como lo ha indicado la propia recurrente, el cuestionamiento del
acta de conciliación vía nulidad de acto jurídico se está realizando en
otro proceso, y como ha concluido correctamente la Sala Superior,
mientras el acta de conciliación no haya sido objeto de invalidación o
ineficacia alguna tiene que surtir los efectos a que alude el artículo 328
del Código Procesal Civil...” (Casación Nro. 2169-2012 / Cusco,
publicada en el Diario Oficial El Peruano el 31-01-2013, pág. 39396).
- “... El conciliador [extrajudicial] es un mero espectador cuya función
es propiciar el proceso de comunicación entre las partes y,
eventualmente, proponer fórmulas conciliatorias pero no obligatorias;
por tanto, carece de poder de decisión para que, en forma unilateral,
altere el sentido del acta de conciliación [extrajudicial] que contiene el
acuerdo adoptado por exclusiva voluntad de las partes...” (Casación
Nro. 4031-2007 / Lima, publicada en el Diario Oficial El Peruano el
31-03-2008, págs. 21688-21689).
- “... Cuando en las contrataciones con el Estado se incorpora una
cláusula estableciendo como vías de solución de conflictos la
conciliación o el arbitraje, no debe entenderse que aquellas son
alternativas y excluyentes entre sí, esto es, que al optar por la
conciliación ya no cabe recurrir al arbitraje, sino que debe entenderse
que la vía arbitral se encuentra subordinada al caso que la conciliación
no pudiera concretarse o lo fuera parcialmente...” (Casación Nro.
3084-06 / Lima, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 02-10-
2007, págs. 20664-20665).

660
FORMAS ESPECIALES DE CONCLUSION DEL PROCESO: CONCILIACION

- “... Los actos conciliatorios tienen la calidad de sentencia adquiriendo


la calidad de cosa juzgada...” (Casación Nro. 488-98 / Ica, publicada
en el Diario Oficial El Peruano el 22-05-2000, pág. 5335).
- “... El juzgador ha modificado los términos del acuerdo al que llegaron
las partes en la conciliación, la que tiene calidad de cosa juzgada,
argumentando que es un error el hecho de que los importes aludidos
que constan en el Acta de conciliación se refieren a dólares y no a
soles, lo que atenta contra la estabilidad y permanencia del proceso y
de sus decisiones finales” (Casación Nro. 2043-98 / San Martín,
publicada en el Diario Oficial El Peruano el 15-06-1999, pág. 3005).
- “... El título de ejecución [entiéndase título ejecutivo en la actualidad]
está constituido, en este caso, por las copias certificadas de la
conciliación judicial y el auto que la aprueba...” (Casación Nro. 2960-
2006 / Puno, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 31-08-2007,
pág. 20097).
- “... Del contexto del documento [acta de conciliación extrajudicial] se
aprecia que las partes debidamente determinadas, acordaron
obligaciones expresas, precisando el contenido, el alcance de las
mismas, los términos en que fueron pactadas así como el supuesto que
establece cuando [sic] la obligación asumida por una de las partes se
torna en exigible, lo que permite concluir que las instancias de
mérito[,] al rechazar in limine la demanda señalando erróneamente
que previo al inicio del proceso se determine el incumplimiento o no
de los acuerdos contenidos en el título de ejecución, incurrió [sic
-léase incurrieron-] en un arbitrario análisis de los supuestos de
procedibilidad de la demanda de ejecución de resoluciones judiciales
[...]; [...] en consecuencia[,] conforme a lo anteriormente expuesto[,]
habiendo incurrido tanto el AQuo como el Ad Quem en afectación al
derecho a la tutela jurisdiccional efectiva de uno de los justiciables,
ello determina la afectación al debido proceso, adoleciendo por ende
sus pronunciamientos de nulidad insubsanable a tenor del artículo
ciento setenta y uno del Código Procesal Civil, correspondiendo
reponer el proceso al estado que corresponde a tenor de la parte in fine
del artículo ciento setenta y seis del Código Procesal Civil...”
(Casación Nro. 1636-2007 / Lima, publicada en el Diario Oficial El
Peruano el 0112-2008, págs. 23272-23273).

3.2 Naturaleza jurídica

661
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

La conciliación judicial es un acto jurídico procesal complejo, típico,


nominado, bilateral, de libre discusión, conmutativo, oneroso y solemne, por el
cual los sujetos procesales (activo y pasivo), en presencia del Juez, quien la
dirige, exponen sus puntos de vista sobre la materia controvertida y llegan a un
acuerdo con el que ponen término al proceso en que se ventila (pudiendo
también configurarse la conciliación judicial si, habiendo proceso abierto o en
trámite, las partes concilian fuera del mismo ante un Centro de Conciliación
Extrajudicial, y el Juez aprueba la respectiva acta de conciliación y declara la
conclusión del proceso).
Es un acto jurídico porque implica la expresión de voluntad de los
justiciables destinada a crear, regular, modificar o extinguir relaciones jurídicas.
Tiene carácter procesal la conciliación judicial porque emana de las partes,
acontece dentro del juicio y extingue la relación jurídica procesal
conjuntamente con el proceso. Se dice, además, que constituye un acto
jurisdiccional porque para la validez de la conciliación es indispensable la
aprobación del Juez.
La conciliación es de naturaleza compleja porque puede contener un
desistimiento, allanamiento, transacción, novación, mutuo disenso o también
una mezcla de tales figuras
Es la conciliación judicial un acto típico porque se encuentra prevista en la
ley: arts. 323 al 328 del Código Procesal Civil.
Es un acto nominado porque el ordenamiento procesal civil le ha otorgado
nombre o denominación: Conciliación -se entiende que es judicial- (Capítulo I
del Título XI de la Sección Tercera del Código Procesal Civil).
La conciliación judicial es bilateral, porque en virtud de ella las partes
quedan sujetas a prestaciones recíprocas (que no suponen su equivalencia). Sin
embargo, esa es la regla general que admite como excepción el hecho que una
sola de las partes asuma la prestación contenida en el acuerdo conciliatorio y
renuncie a una eventual contraprestación (a su pretensión). Se afirma, entonces,
que la conciliación puede ser de carácter unilateral.
La conciliación strictu sensu es un acto de libre discusión, porque los
litigantes exponen sus planteamientos, los discuten libremente sin presiones de
ningún tipo y establecen de mutuo acuerdo los extremos de la conciliación.
La conciliación judicial es conmutativa, porque las prestaciones a que se
obligan los litigantes son fijadas en ella expresamente.

662
FORMAS ESPECIALES DE CONCLUSION DEL PROCESO: CONCILIACION

La conciliación es onerosa, porque supone un enriquecimiento y


empobrecimiento correlativos, una disminución patrimonial para cada uno de
los sujetos procesales. No habrá onerosidad tratándose de la conciliación
unilateral, hipótesis en la que existirá gratuidad para quien, conforme al
acuerdo conciliatorio, no se ha obligado a realizar ninguna prestación.
Es solemne la conciliación judicial, porque está sujeta a diversas
formalidades, siendo la más importante la aprobación de la conciliación por el
Juez.
Además, la conciliación judicial tiene carácter extintivo, porque está
dirigida, en forma directa, a lograr la solución del conflicto e, indirectamente, a
dar por finalizado el proceso como consecuencia del acuerdo al que han llegado
las partes. Esto último hace que sea considerada la conciliación judicial una
forma especial de conclusión del proceso.

3.3 Oportunidad
Fornaciari indica que “... desde que existe una relación procesal puede
intentarse la concreción del acuerdo...” (FORNACIARI, 1988, Tomo II: 125).
Por disposición del artículo 323 del Código Procesal Civil, “las partes
pueden conciliar su conflicto de intereses en cualquier estado del proceso,
siempre que no se haya expedido sentencia en segunda instancia”.
El acuerdo a que lleguen los litigantes en momento posterior al indicado
precedentemente significará un acto ulterior a la sentencia que no afecta la
inmutabilidad propia de su calidad de cosa juzgada.
Como se aprecia, la conciliación judicial podrá tener lugar desde el inicio
del proceso (a partir de la interposición de la demanda o de la expedición del
auto admisorio, si se quiere) hasta antes de pronunciarse la sentencia de
segunda instancia.

3.4 Formalidad
En lo que atañe a las formalidades de la conciliación judicial, nuestro
ordenamiento jurídico procesal dispone lo siguiente:
- La conciliación se llevará a cabo ante un Centro de Conciliación
elegido por las partes; no obstante, si ambas partes lo solicitan, puede
el Juez convocarla en cualquier etapa del proceso (art. 324 -parte
inicial del primer párrafo- del C.P.C.).

663
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

- El Juez no es recusable por las manifestaciones que pudiera formular


en esta audiencia -conciliatoria- (art. 324 -parte final del primer
párrafo- del C.P.C.).
- Los Jueces, de oficio o a solicitud de ambas partes, podrán citar a una
audiencia de conciliación antes de emitir sentencia, salvo en los casos
de violencia familiar. Si la audiencia de conciliación fuera a petición
de ambas partes y cualquiera de ellas no concurre a la misma, se le
aplica
una multa de entre tres y seis unidades de referencia procesal (art. 324
-in fine - del C.P.C.).
- Si habiendo proceso abierto, las partes concilian fuera de éste,
presentarán con un escrito el acta de conciliación respectiva, expedida
por un Centro de Conciliación Extrajudicial. Presentada por las partes
el acta de conciliación, el Juez la aprobará previa verificación del
requisito establecido en el artículo 325 del Código Procesal Civil
(conforme al cual el Juez aprobará la conciliación que trate sobre
derechos disponibles, siempre que el acuerdo se adecue a la naturaleza
jurídica del derecho en litigio) y declarará concluido el proceso (art.
327 -primer y segundo párrafos- del C.P.C.).

3.5 Requisito de fondo de la conciliación judicial


El artículo 325 del Código Procesal Civil está referido al requisito de fondo
de la conciliación judicial, estableciendo lo siguiente: “El Juez aprobará la
conciliación que trate sobre derechos disponibles, siempre que el acuerdo se
adecue a la naturaleza jurídica del derecho en litigio”.
A pesar de ser la conciliación un acto eminentemente voluntario por el cual
los sujetos procesales pueden crear, regular, modificar o extinguir relaciones
jurídicas, extinguiendo, por consiguiente, el proceso, la libertad de las partes no
puede exceder del marco fijado por el artículo 325 del Código Procesal Civil,
porque se iría en contra de intereses fundamentales tutelados por el Derecho. Es
por ello que “... el juez controla los presupuestos procesales y sustanciales que
condicionan la disponibilidad sobre el objeto y legalidad del contenido del
acuerdo conciliatorio” (MORELLO, 1968: 73). Así es “... la ley exige la
necesidad de un auto homologatorio. En realidad la exigencia y su resultado
implican una valoración judicial sobre la conciliación, no sobre la litis.
Realizada la evaluación de presupuestos, se dicta una resolución que confiere
eficacia al acuerdo, le da carácter de título ejecutorio. A partir de allí se podrá

664
FORMAS ESPECIALES DE CONCLUSION DEL PROCESO: CONCILIACION

exigir el cumplimiento por el procedimiento de ejecución de sentencia...”


(FORNACIARI, 1988, Tomo II: 134).
Se aprecia, entonces, que los derechos indisponibles no pueden ser objeto
de conciliación; de ser así, ésta sería nula. Son derechos indisponibles o
irrenunciables los que interesan al orden público o a las buenas costumbres (art.
V del Título Preliminar del Código Civil).
El artículo 325 del Código Procesal Civil, además de exigir como requisito
de fondo de la conciliación que trate sobre derechos disponibles, precisa que el
acuerdo debe adecuarse a la naturaleza jurídica del derecho en litigio. En
otras palabras, tal acuerdo no puede estar referido a relaciones jurídicas
sustanciales diversas de aquella de la cual deriva la materia litigiosa, vale decir,
debe tener vinculación estrecha con ésta. Ello se explica porque resultaría
incongruente darle término a un proceso en mérito a una conciliación que trata
sobre pretensiones que no son objeto del mismo. Si el Juez no puede ir más allá
del petitorio ni fundar su decisión en hechos diversos de los que han sido
alegados por las partes (art. VII del Título Preliminar del Código Procesal
Civil), mucho menos podrá aprobar una conciliación ajena al contenido de la
litis, en salvaguarda de los derechos de terceros y de la seguridad jurídica.

3.6 Acuerdo sobre costas y costos en la conciliación


Las partes deben convenir sobre el reembolso de las costas y costos cuando
el proceso concluye por transacción o conciliación. Dicho acuerdo no es
oponible para quienes no participan del mismo, quienes se someten a las reglas
generales (art. 415 -primer párrafo- del C.P.C.).
De omitirse el acuerdo sobre el reembolso de las costas y costos, se
entiende que cada parte asume las propias (art. 415 -segundo párrafo- del
C.P.C.).

3.7 Efectos de la conciliación judicial o intraprocesal


Son efectos de la conciliación judicial o intraprocesal los siguientes:
- La conclusión del proceso (con declaración sobre el fondo: art. 322
-inc. 2)- del C.P.C.), si el Juez aprueba el acta de conciliación y el
acuerdo conciliatorio es total, es decir, abarca todas las pretensiones
propuestas (para ello el magistrado deberá verificar previamente si la
conciliación trata sobre derechos disponibles y si el acuerdo se adecua
a la naturaleza del derecho en litigio). Es de destacar que si la

665
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

conciliación presentada al Juez es parcial, y ella recae sobre alguna de


las pretensiones o se refiere a alguno o algunos de los litigantes, el
proceso continuará respecto de las pretensiones o de las personas no
afectadas (excluyéndose de la litis la pretensión o pretensiones objeto
de conciliación), debiéndose tener en cuenta en este último caso lo
normado sobre intervención de terceros. Todo ello se colige del
artículo 327 del Código Procesal Civil.
- El mismo efecto que la sentencia que tiene la autoridad de cosa
juzgada (art. 328 del C.P.C.). Esto significa que la materia
controvertida extinguida por el acuerdo conciliatorio se torna
inmutable e irrevisable entre las partes que intervinieron en él,
pudiendo ser formulada con éxito la excepción de conclusión del
proceso por conciliación si se iniciara un proceso idéntico a otro que
terminó precisamente por conciliación (art.
453 -inc. 4)- del C.P.C.).

666
CAPITULO XIX

FORMAS ESPECIALES DE CONCLUSION


DEL PROCESO: ALLANAMIENTO
Y RECONOCIMIENTO

1. ALLANAMIENTO

1.1 Concepto
Lorca Navarrete estima que “el allanamiento es un acto jurídico-procesal
por el que se produce la conformidad con las pretensiones del actor” (LORCA
NAVARRETE, 2000: 203).
Gimeno Sendra apunta que “el allanamiento es un acto del demandado, por
el que, manifestando su conformidad con la pretensión formulada por el
demandante, pone fin al proceso, provocando la emisión de una resolución con
todos los efectos de la cosa juzgada” (GIMENO SENDRA, 2007: 254).
A decir de Prieto-Castro y Ferrándiz, “el allanamiento es una manifestación
de conformidad con la petición contenida en la demanda, hecha por el
demandado al contestar a ella o en otro momento. Por el allanamiento, el
demandado reconoce la existencia del derecho pretendido por el demandante”
(PRIETO-CASTRO Y FERRANDIZ, 1980, Volumen 1: 220-221).
Montero Aroca, Gómez Colomer, Montón Redondo y Barona Vilar
consideran que el allanamiento “es un acto procesal del demandado por el que
manifiesta su voluntad de no oponerse a la pretensión del actor o de abandonar
la oposición ya interpuesta, conformándose con la misma, provocando la
terminación del proceso con sentencia no contradictoria de fondo en la que se le
condenará” (MONTERO AROCA;
GOMEZ COLOMER; MONTON REDONDO; y BARONA VILAR, 2003:
369).
Gómez de Liaño González y Pérez-Cruz Martín definen al allanamiento de
esta manera: “... Comprende una declaración de voluntad aceptando la petición
concreta formulada por el demandante y que origina la conclusión del proceso

667
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

mediante sentencia estimatoria, salvo supuestos excepcionales” (GOMEZ DE


LIAÑO GONZALEZ; y PEREZ-CRUZ MARTIN, 2000, Tomo I: 469). Tales
autores añaden que son caracteres del allanamiento los siguientes:
“a) Constituye un acto dispositivo. Es un típico acto procesal que produce
efectos en el derecho material.
b) Es unilateral del demandado.
c) Sólo puede recaer sobre derechos disponibles.
d) Sólo origina la conclusión del proceso por sentencia cuando es total.
e) El allanamiento ha de ser expreso…” (GOMEZ DE LIAÑO
GONZALEZ; y PEREZ-CRUZ MARTIN, 2000, Tomo I: 470).
El allanamiento se encuentra contemplado en el Capítulo II del Título XI de
la Sección Tercera del Código Procesal Civil, en los arts. 330 al 333, siendo
considerado normativamente como otra forma especial de conclusión del
proceso. El artículo 330 trata sobre él preceptuando que “El demandado puede
expresamente allanarse o reconocer la demanda [...]. En el primer caso acepta la
pretensión dirigida contra él...”.
La Corte Suprema de Justicia de la República, en relación al allanamiento,
ha establecido lo siguiente:
- “... El allanamiento regulado por el artículo 330 del Código Procesal Civil
constituye una institución procesal, unilateral, puro [sic] y simple, y por su
propia naturaleza no admite condiciones o modalidades, las que son propias
de los actos bilaterales, pues requieren aceptación de la contraparte y por
tanto los alcances del allanamiento no pueden extenderse más allá de los
límites permitidos por la ley; es decir que, el allanamiento consiste en el
sometimiento a la pretensión del actor y sólo puede tenerse como objeto las
relaciones jurídicas disponibles; esto es que aquéllas sean transigibles o
renunciables, y en general que [...] en aquellas no estuviera comprometido
el orden público. Por tanto, estamos ante un acto jurídico procesal que
importa la sumisión expresa a las pretensiones formuladas por la parte
contraria, ya sea en vía de acción o de reconvención. De manera que [...]
quien se allana se somete a la pretensión planteada en su contra,
abandonando, en consecuencia, toda oposición o defensa posible...”
(Casación Nro. 2371-2007 / Lima, publicada en el Diario Oficial El
Peruano el 31-01-2008, págs. 21467-21468).

668
... CONCLUSION DEL PROCESO: ALLANAMIENTO Y RECONOCIMIENTO

- “... El allanamiento [...] es el sometimiento del demandado...” (Casación


Nro. 1811-2007 / Cajamarca, publicada en el Diario Oficial El Peruano el
01-12-2008, págs. 23400-23401).
- “... Los requisitos del allanamiento son: a) debe ser expreso o explícito,
preciso y categórico, según lo establece el primer párrafo del artículo 330
del Código Adjetivo [C.P.C.]; b) debe ser incondicional, por tanto, es un
acto puro y no se sujeta a condición alguna; c) debe ser oportuno, pues el
demandado debe allanarse a la demanda en cualquier estado del proceso,
previo a la sentencia, según el primer párrafo del artículo 331 del Código
Procesal Civil; d) debe ser total; por consiguiente, será eficaz en la medida
que comprenda la integridad de la pretensión del actor, salvo la excepción
contenida en la parte in fine del artículo 331 del Código acotado; y, e) el
allanamiento no debe estar afectado por ninguna causal de improcedencia
contenida en el artículo 332 del mismo Código Procesal Civil...” (Casación
Nro. 2371-2007 / Lima, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 31-01-
2008, págs. 21467-21468).
- “... El allanamiento en un litisconsorcio necesario tiene que darse de todos
los que la [sic -léase de todos los que lo-] integran...” (Casación Nro. 985-
2007 / Junín, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 3108-2007, pág.
20174).
- “... La disposición del Derecho no es posible si no proviene de todos los
litisconsortes necesarios, por ejemplo el allanamiento, renuncia,
transacción[,] etc. …” (Casación Nro. 719-2006 / Puno, publicada en el
Diario Oficial El Peruano el 31-08-2007, págs. 20103-20104).
- “... Al admitirse el allanamiento formulado por la mencionada entidad
[litisconsorte necesario] [...] se ha afectado el debido proceso en atención a
que dicho allanamiento no proviene de todos los demandados, máxime si el
conflicto de intereses comprende derechos indisponibles, [...] siendo
evidente que de esta forma se ha infringido lo previsto en el numeral 332,
inciso [sic -léase incisos-] 5 y 6, del Código Procesal Civil...” (Casación
Nro. 2275-2001 / Lima, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 0212-
2002, pág. 9590).
- “... En el presente caso no existe litisconsorcio necesario para que sea
obligatorio que se allanen todos los demandados, sino que se presenta la
figura del litisconsorcio facultativo en la cual existen varios acreedores
alimentarios que no se encuentran en las mismas circunstancias, resultando

669
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

por ello factible que uno de los hijos mayores de edad se allane a la
demanda de exoneración de alimentos, continuando el proceso
con respecto a los demás demandados...” (Casación Nro. 2628-01 / Ancash,
publicada en el Diario Oficial El Peruano el 02-01-2002, pág. 8260).
- “... El segundo párrafo del precitado dispositivo [art. 68 del C.P.C.]
establece que: ‘No es válida la designación o actuación de apoderados
conjuntos, salvo para los actos de allanamiento, transacción o
desistimiento’; disposición que, en armonía con lo establecido por el mismo
artículo sesentiocho, primer párrafo, de que: ‘Quien tiene capacidad para
comparecer por sí al proceso y disponer de los derechos que en él se
discuten, puede nombrar uno o más apoderados’; nos lleva a interpretar que
la prohibición de designación de apoderados conjuntos es aplicable cuando
existiendo más de un demandante o demando [sic -léase demandado-], se
nombran distintos apoderados por cada uno o grupo de demandantes o
demandados que se formen, pese a constituir, no obstante la pluralidad[,]
una misma parte, ya sea activa o pasiva; entendiéndose que lo que busca la
norma es mantener un orden para la correcta sustanciación del proceso...”
(Casación Nro. 3350-2006 / Moquegua, publicada en el Diario Oficial El
Peruano el 03-01-2008, págs. 21354-21355).
- “... Conforme al artículo setenticinco del Código Procesal Civil se requiere
otorgamiento de facultades especiales para realizar el allanamiento de la
pretensión; tal otorgamiento se rige por el principio de literalidad...”
(Casación Nro. 2324-2006 / Arequipa, publicada en el Diario Oficial El
Peruano el 02-10-2007, págs. 20762-20764).
- “... El curador procesal se extralimitó en las funciones que le corresponden
al allanarse a la pretensión del demandante, por cuanto no existe norma
alguna que lo faculte expresamente a formular allanamiento; por tanto, éste
resulta improcedente. [...] Que, [...] la referida actuación del letrado
mencionado [que ejerce la representación legal de la codemandada en
calidad de curador procesal] no se condice con el deber [sic] de veracidad,
probidad, lealtad y buena fe, a que está obligado por mandato del artículo
ciento nueve del Código Procesal Civil, puesto que su actitud implica una
renuncia a la defensa de los intereses de su representada, aún antes de la
actuación de los medios probatorios [...]; por consiguiente, [...] corresponde
al Juez de la causa determinar la sanción correspondiente al mencionado
curador procesal, al amparo de lo preceptuado en los artículos cincuenta y
cincuentiuno del Código Procesal Civil...” (Casación Nro. 2324-2006 /

670
... CONCLUSION DEL PROCESO: ALLANAMIENTO Y RECONOCIMIENTO

Arequipa, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 02-10-2007, págs.


20762-20764).
- “... El allanamiento importa la aceptación de la pretensión que se dirige
contra quien lo formula, aceptación que sólo puede ser estimada y resuelta
por el magistrado a cargo del proceso, previo sometimiento al filtro de
procedencia previsto en el artículo trescientos treinta y dos del Código
Procesal Civil. Sólo cuando el allanamiento es amparado por el Juez, se da
lugar a la conclusión del proceso y a la expedición de la sentencia
inmediata (salvo que la misma no se refiera a todas las pretensiones
demandadas), en cuyo momento quedara [sic -léase quedará-] establecido
en el pronunciamiento quién es la parte vencida en el juicio, más aún si la
aceptación del allanamiento no importa necesariamente que la demanda
deba declararse fundada, pues el magistrado se encuentra obligado a emitir
un juicio de fundabilidad acerca de la pretensión demandada...” (Casación
Nro. 2976-06 / Lima, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 03-01-
2008, págs. 21326-21327).
- “... El hecho de haberse pronunciado la Sala Civil revocando la apelada,
con criterio distinto al emitido por el Juez, no obstante el reconocimiento de
los demandados, no basta para considerar que existe infracción de los
artículos trescientos treinta y trescientos treintitrés del Código Procesal
Civil y necesariamente tenga que ampararse la demanda, puesto que el
allanamiento prospera en tanto no concurran los casos de incompatibilidad
previstos en el artículo trescientos treintidós del acotado, de modo que bajo
este fundamento no puede alegarse la violación de las normas que
garantizan el derecho a un debido proceso...” (Casación Nro. 1854-00 /
Lambayeque, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 01-03-2001,
págs. 7006-7007).
- “... En el caso subjúdice, no se ha realizado audiencia [única] porque la
parte demandada se allanó a la pretensión por lo que el A quo en virtud del
artículo trescientos treintitrés del Código Procesal Civil inmediatamente
expidió sentencia...” (Casación Nro. 2015-2000 / Lima, publicada en el
Diario Oficial El Peruano el 02-01-2001, pág. 6659).
- “... La declaración de nulidad de la sentencia del A quo no desestima el
allanamiento del demandado puesto que son actos procesales
independientes...” (Casación Nro. 2015-2000 / Lima, publicada en el Diario
Oficial El Peruano el 02-01-2001, pág. 6659).

671
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

- “... Debe distinguirse la oportunidad del allanamiento como requisito de


eficacia del mismo, como se ha expuesto [al deber allanarse el demandado
en cualquier estado del proceso, previo a la sentencia] [...], con la
oportunidad en que debe producirse, a fin de que pueda ampararse quien se
allana en una exoneración de costas y costos; esto es, que debe allanarse a
la demanda dentro del plazo para contestarla, según la última parte del
artículo 413 del Código Procesal Civil...” (Casación Nro. 2371-2007 /
Lima, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 31-01-2008, págs.
21467-21468).
- “... Al no tenerse legalmente por allanado al emplazado, la condena al pago
de costas y costos resulta arreglada a ley...” (Casación Nro. 25232000 /
Santa, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 02-01-2001, págs. 6677-
6678).
- “... El recurrente no ha cumplido con allanarse dentro del plazo para
contestar la demanda, y cuando lo hizo posteriormente no legalizó su firma
ante el auxiliar jurisdiccional; lo que acarrea la imposibilidad de aplicar lo
normado por el último párrafo del artículo 413° del Código Procesal Civil,
referente a la exoneración de costas y costos; teniendo en cuenta que
nuestras normas procesales son imperativas y de obligatorio
cumplimiento...” (Casación Nro. 2371-2007 / Lima, publicada en el Diario
Oficial El Peruano el 31-01-2008, págs. 21467-21468).
- “... Si partimos del hecho que las costas y costos se determinan sólo al
expedirse la resolución final, momento en el que se establece cuáles son la
parte ganadora y vencida del proceso, no puede afirmarse que la sola
presentación del pedido de allanamiento pueda dar lugar a que se hubiera
determinado, en dicho instante, la exoneración de la condena en costas y
costos [...], menos aún se puede señalar que la continuación del proceso por
efecto de la declaratoria de improcedencia del allanamiento no afecta la
exoneración ya ganada [...] pues [...] la sola presentación del escrito de
allanamiento resulta insuficiente para favorecer a la impugnante con la
citada exoneración si es que previamente no existe declaración judicial
expresa y motivada de su aceptación; [...] una interpretación contraria a la
que se desarrolla daría lugar a que en todos los procesos donde exista, por
ejemplo, litisconsorcio necesario en la parte procesal pasiva, alguno de sus
integrantes pueda presentar un escrito de allanamiento [...], aun a sabiendas
que el mismo será rechazado, para efectos de gozar de la exoneración que
prevé la ley y burlar así la condena en costas y costos que regula el artículo
cuatrocientos doce del anotado Código [C.P.C.]...” (Casación Nro. 2976-

672
... CONCLUSION DEL PROCESO: ALLANAMIENTO Y RECONOCIMIENTO

06 / Lima, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 03-01-2008, págs.


21326-21327).
- “... La sentencia recurrida ha considerado que el allanamiento [...] es
improcedente en aplicación del inciso 6° del artículo 332 del Código
Procesal Civil, pues dicho allanamiento se declaró improcedente mediante
resolución [...], y al no existir allanamiento válido no resulta procedente
exonerar del pago de costas y costos a la parte vencida, pues se ha
continuado con la tramitación del proceso hasta emitir sentencia. [...] Que,
en efecto, al no existir un allanamiento válido se ha continuado con el
desarrollo del proceso; por ende, se han generado las respectivas costas y
costos, las cuales son de cargo de la parte vencida según el artículo 412 del
Código Adjetivo [C.P.C.]; consecuentemente no se puede pretender estar
exento de su condena por el sólo [sic] hecho de allanarse a la pretensión...”
(Casación Nro. 2023-2005 / Lima, publicada en el Diario Oficial El
Peruano el 04-07-2006, págs. 16542-16543).

1.2 Requisitos
Son requisitos del allanamiento los siguientes:
A) Debe ser expreso.
El allanamiento no se presume sino que tiene que ser explícito, preciso y
categórico, esto es, que de la declaración que se haga se desprenda
indubitablemente la voluntad de someterse a la pretensión planteada en
contra de quien lo practica. La necesidad de que el allanamiento sea
expreso está prevista en la primera parte del artículo 330 del Código
Procesal Civil.
B) Debe ser incondicional.
El allanamiento tiene que ser un acto puro y no sujetarse a condición
alguna. “... No debe contener reservas, ni limitaciones, ni reparos
procesales...” (FALCON, 1978: 248). De lo contrario, dicho acto se
desnaturalizaría al carecer de sus notas peculiares de sometimiento y
renuncia. C) Debe ser oportuno.
El demandado puede allanarse a la demanda en cualquier estado del
proceso, previo a la sentencia. Así lo establece el primer párrafo del
artículo 331 del Código Procesal Civil.

673
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

Hay que distinguir la oportunidad del allanamiento como requisito de


eficacia del mismo, representada en el momento indicado en el párrafo
precedente, de la oportunidad en que debe producirse el allanamiento
para fundar una exoneración de costas y costos, que es, en este último
caso, hasta antes de que venza el plazo para contestar la demanda.
D) Debe ser total.
“... El allanamiento será eficaz en la medida en que comprenda la
integridad de la pretensión del actor. Si hubiere acumulación
objetiva de pretensiones, podrá haber allanamiento total y por ende
eficaz si cumple los demás requisitos, con relación a una de ellas,
en la medida en que la comprenda plenamente; respecto a las
restantes, las mismas mantendrán su incolumidad. Desde este
punto de vista el allanamiento habrá sido total respecto de una
pretensión parcial en cuanto al conjunto...” (FORNACIARI, 1987,
Tomo I: 137).
Si es total el allanamiento, el Juez expedirá sentencia inmediata. Si fuese
parcial, el proceso seguirá su curso en cuanto a las pretensiones que no
fueron comprendidas en el allanamiento.
E) Debe el sujeto procesal que se allana legalizar su firma ante el auxiliar
jurisdiccional.
Esta es una formalidad exigida por el artículo 330 -primer párrafo- del
Código Procesal Civil.
F) No debe estar afectado el allanamiento por alguna causal de
improcedencia.
El artículo 332 del Código Procesal Civil prevé determinados casos (como
la falta de capacidad, la afectación del orden público o las buenas
costumbres, la presunción de existencia de fraude o dolo procesal, etc.)
que generan la declaración judicial de improcedencia del allanamiento
(y la continuación forzosa del proceso), los mismos que serán vistos
más adelante.

1.3 Sujetos participantes


Participan del allanamiento aquellos contra quienes se formula alguna
pretensión. Pueden, entonces, allanarse tanto el demandado como el demandante
(este último tratándose de la reconvención), el denunciado (en caso de denuncia

674
... CONCLUSION DEL PROCESO: ALLANAMIENTO Y RECONOCIMIENTO

civil: art. 102 del C.P.C.), el sucesor procesal (art. 108 del C.P.C.) y, en fin, todo
aquel que actúe como parte en un proceso.
Tienen potestad para allanarse a la pretensión las personas susceptibles de
comparecer por sí mismas a un proceso (que pueden disponer de los derechos
que en él se hacen valer) o sus representantes (convencionales, legales o
judiciales), siempre que éstos cuenten con facultades especiales o expresas para
ello o estén autorizados normativa o judicialmente para hacerlo. Es de destacar
que es válida la designación o actuación de apoderados judiciales conjuntos para
el acto de allanamiento (art. 68 -último párrafo- del C.P.C.).
En el litisconsorcio facultativo (que -según el art. 94 del C.P.C.- es aquel en
el que sus integrantes son considerados como litigantes independientes, por lo
que los actos de cada uno de ellos no favorecen ni perjudican a los demás, sin
que por ello se afecte la unidad del proceso) cualquiera de los litisconsortes
puede allanarse a la pretensión, produciendo efectos el allanamiento sólo
respecto a él. En este caso no se expedirá sentencia inmediata, sino que
proseguirá el proceso en relación a todos los litisconsortes, es decir, incluyendo
también al que se allanó. Esto obedece a cuestiones de orden procesal y al hecho
de que una sentencia dictada aisladamente para uno de los que integran la
relación procesal afectaría la unidad del proceso, produciéndose su
desarticulación. Si bien el allanamiento de un litisconsorte facultativo pone fin
al estado de controversia respecto de su persona, la sentencia respectiva se
dictará una vez concluido el proceso, en salvaguarda de la unidad de éste.
En el litisconsorcio necesario (que -según el art. 93 del C.P.C.- es aquel en
el que la decisión a recaer en el proceso afecta de manera uniforme a todos los
litisconsortes) el allanamiento debe provenir de todos los litisconsortes (art. 332
-inc. 6)- del C.P.C.).

1.4 Oportunidad
Por ser el allanamiento una postura típica frente a la demanda, se
acostumbra realizarlo al tiempo de contestarse aquélla, dentro del escrito
correspondiente de contestación. Constituye así una de las respuestas posibles
del demandado.
No obstante lo expresado, por el contenido mismo del acto es admisible el
allanamiento en momento posterior al señalado precedentemente y anterior al
dictado de la sentencia. Precisamente, el artículo 331 -primer párrafo- del
Código Procesal Civil dispone que “el demandado puede allanarse a la demanda
en cualquier estado del proceso, previo a la sentencia”. La oportunidad a que

675
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

hace referencia dicho numeral tiene que ver con el límite temporal máximo para
que sea eficaz el allanamiento, porque, a efecto tan sólo de la exoneración de
costas y costos, puede el sujeto allanarse a la pretensión dentro del plazo para
contestar la demanda (art. 413 -parte final- del C.P.C.).

1.5 Alcances
Según Gimeno Sendra, “… dicho acto de disposición (allanamiento) puede
ser total o parcial. Es total, cuando el demandado reconoce todas las
pretensiones, declarativas y de condena, del actor y manifiesta su disposición a
cumplir voluntariamente con todas las prestaciones. Es parcial, cuando dicho
reconocimiento se limita a determinadas pretensiones (así, ante una pretensión
mixta, el demandado reconoce la declarativa, pero no la de condena) y no a otras
o cuando existiendo una sola pretensión la conformidad se circunscribe a un
solo pronunciamiento (así a la principal de condena, pero no a la de pago de
intereses y costas)…” (GIMENO SENDRA, 2007: 255). “Tan solo el
allanamiento total produce la finalización anormal del procedimiento (…),
debiendo, en el parcial, continuar el procedimiento contra los demás” (GIMENO
SENDRA, 2007: 255).
El allanamiento puede ser total o parcial, ya sea desde el punto de vista
objetivo o subjetivo.
Habrá allanamiento parcial desde el ángulo objetivo cuando, existiendo
acumulación de pretensiones, el sujeto pasivo de la relación procesal renuncia
expresamente a oponerse a alguna o algunas de ellas, persistiendo el litigio en
cuanto a las demás. (El art. 331 -último párrafo- del C.P.C. permite el
allanamiento parcial).
Es preciso señalar que se hace referencia a la totalidad o parcialidad del
acto en su confrontación con el conjunto de pretensiones y no como una de las
características que lo informan. Es decir, cuando se habla de allanamiento total
se hace en relación a la abdicación del derecho de oposición frente a cierta
pretensión, pero, si las pretensiones llegan a ser varias por efecto de la
acumulación, entonces, el allanamiento será total en cuanto a una de ellas y
parcial respecto al conjunto.
En el plano subjetivo, será parcial el allanamiento siempre y cuando,
estando ante un litisconsorcio facultativo activo, el demandado se allane a la
pretensión planteada por alguno de los demandantes, o, si mediando un
litisconsorcio facultativo pasivo, alguno de los sujetos que lo conforman se
allana a la pretensión del demandante.

676
... CONCLUSION DEL PROCESO: ALLANAMIENTO Y RECONOCIMIENTO

1.6 Improcedencia
Existen casos en que el allanamiento resulta ineficaz, sobre todo cuando la
renuncia al derecho de oposición pone en peligro intereses ajenos o superiores a
los de las partes.
El allanamiento no es vinculante para el Juez, quien lo declarará procedente
o no, para lo cual tendrá que examinar o tener en cuenta si se observaron las
formalidades de ley, la renunciabilidad del derecho y el eventual perjuicio a
terceros, ya sea en el ámbito meramente privado o en su más amplia
significación. El análisis que efectúe el magistrado acerca del allanamiento se
extiende a la conducta de los sujetos procesales, tratando así de determinar si
existe simulación de por medio, dolo o fraude procesal. En resumen, debe el
Juez merituar la procedencia del allanamiento y decidir en consecuencia, bien
admitiéndolo o bien rechazándolo.
El artículo 332 del Código Procesal Civil está referido a la improcedencia
del allanamiento y establece que:
“El Juez declara improcedente el allanamiento y ordena la continuación del
proceso cuando:
1. El demandado no tiene capacidad para disponer del derecho en
conflicto;
2. El apoderado o representante del demandado carece de facultad para
allanarse;
3. Los hechos admitidos requieren ser probados por otros medios, además
de la declaración de parte;
4. El conflicto de intereses afecta el orden público o las buenas
costumbres;
5. El conflicto de intereses comprende derechos indisponibles;
6. Habiendo litisconsorcio necesario, el allanamiento no proviene de
todos los demandados;
7. Presume la existencia de fraude o dolo procesal;
8. Advierte que la sentencia a dictarse va a surtir efecto frente a tercero
no emplazado; o

677
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

9. El demandado es el Estado u otra persona de derecho público, salvo


que su representante tenga autorización expresa”.

1.7 Efectos
El allanamiento, como acto unilateral de disposición que es, se perfecciona
sólo con la declaración de voluntad de quien lo realiza, sin que se precise del
consentimiento de la contraparte (lo cual no obsta que la última pueda
observarlo, especialmente si no reúne los requisitos para su configuración o por
otras consideraciones que lo desnaturalizan y, por ende, la perjudican en vez de
beneficiarla). En consecuencia, producido el allanamiento y no encontrándose
afecto a ninguna causal de improcedencia (por lo que es declarado procedente),
se afecta el estado de controversia, el mismo que desaparece, correspondiendo la
expedición inmediata de la sentencia. “... Ese acto volitivo (allanamiento)
tenderá a eliminar el contraste de voluntades y obviamente incidirá en el
contenido de la sentencia” (FORNACIARI, 1987, Tomo I: 113).
Realizado el allanamiento, quien lo hizo abdicó a su derecho de
contradicción, sometiéndose a la pretensión planteada por el demandante.
Declarada la procedencia de dicho acto dispositivo, ello no significa la extinción
de la pretensión, la que se mantiene intacta, aunque tiene ahora mayor
consistencia debido a la falta de oposición. La pretensión no resulta afectada con
el allanamiento, por haberse eliminado con él únicamente el estado de
controversia entre las partes. Será imprescindible la emisión de la sentencia para
que se logren los efectos deseados por el actor al plantear su pretensión, estando
él interesado en la declaración de certeza y la condena respectiva, y también,
claro está, en la obtención de la cosa juzgada con la imposibilidad que ella
conlleva de revisar el asunto nuevamente. El allanamiento, una vez declarado
procedente, carece, pues, de fuerza decisoria y, además, no exime al magistrado
de dictar sentencia.
El artículo 333 del Código Procesal Civil preceptúa al respecto que
“declarado el allanamiento, el Juez debe expedir sentencia inmediata, salvo que
éste no se refiera a todas las pretensiones demandadas”. Esto último significa
que el proceso seguirá su curso en caso de allanamiento parcial (lo que incluye
la hipótesis del allanamiento del actor respecto de la reconvención). Dicho
numeral es concordante con el inciso 3) del artículo 322 del Código adjetivo, el
cual señala que concluye el proceso con declaración sobre el fondo cuando el
demandado se allana al petitorio.

1.7.1 Exoneración de costas y costos en el allanamiento

678
... CONCLUSION DEL PROCESO: ALLANAMIENTO Y RECONOCIMIENTO

El sujeto procesal que se allana se somete a la pretensión formulada en su


contra, lo cual implica que sea considerado como parte vencida en el juicio,
siempre y cuando así lo estime el magistrado en la sentencia, pues, reiteramos,
el allanamiento, aun el declarado procedente, no vincula al Juez, quien resolverá
conforme a ley, no teniendo que coincidir necesariamente con el planteamiento
del actor, máxime si no le asiste derecho alguno.
Ahora bien, teniendo en cuenta lo expuesto, debe aplicarse para el caso del
allanamiento total el principio general de la condena en costas y costos (que
defiende al litigante que legítimamente busca y obtiene a través del proceso la
actuación de la ley), contemplado en el primer párrafo del artículo 412 del
Código Procesal Civil que establece lo siguiente:
“La imposición de la condena en costas y costos no requiere ser
demandada y es de cargo de la parte vencida, salvo declaración judicial
expresa y motivada de la exoneración”.
Si el allanamiento fuese parcial y se hubiesen desestimado en la sentencia
las pretensiones no comprendidas en él, entonces, la condena al pago de costas y
costos incide únicamente sobre aquellas pretensiones que hayan sido acogidas
para el vencedor (es decir, las que fueron objeto de allanamiento),
correspondiendo su pago al vencido. Ello se desprende del tercer párrafo del
artículo 412 del Código Procesal Civil.
Además de la exoneración del pago de costas y costos por declaración
judicial expresa y motivada (a que hace referencia la parte final del primer
párrafo del art. 412 del C.P.C.), existe otra excepción a la regla general, cual es,
en el caso particular, la exoneración del pago de costas y costos de quien se
allana a la demanda dentro del plazo para contestarla (art. 413 -último párrafo-
del C.P.C.). Tal exoneración estimula la pronta conclusión del proceso con la
sentencia a expedirse inmediatamente después de producido el allanamiento
dentro de la etapa postulatoria.
Sobre el particular, Enrique Falcón expresa que “... las costas del
allanamiento las soporta quien se allana, pero no se impondrán costas al vencido
cuando se hubiese reconocido oportunamente como fundadas las pretensiones
del adversario allanándose a satisfacerlas (...). Para que proceda la exención de
costas, el allanamiento debe ser real, incondicionado, oportuno total y
efectivo...” (FALCON, 1978: 249).

2. RECONOCIMIENTO

679
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

2.1 Configuración
El reconocimiento strictu sensu es el instituto procesal mediante el cual el
sujeto que lo practica declara expresamente que acepta no sólo la pretensión,
sino también la certeza o autenticidad de los hechos y la fundamentación
jurídica en que dicha pretensión se sustenta.
Según Gelsi Bidart, “... sería un acto declarativo del demandado,
reconociendo, señalando su conformidad o indicando que entiende fundada
(fundabilidad de) la pretensión. Un acto declarativo de la conformidad, de hecho
y de derecho, de ésta, con la realidad y con el orden jurídico que le es
aplicable...” (GELSI BIDART, 1975: 501).
Para Fornaciari, “... el reconocimiento implica siempre admitir la existencia
de una determinada relación jurídica...” (FORNACIARI, 1987, Tomo I: 155).
Como bien sostiene Fornaciari, “... aunque el allanamiento sea continente
del reconocimiento, éste no será siempre configurativo de aquél...”
(FORNACIARI, 1987, Tomo I: 155). En efecto, es posible que el sujeto
procesal reconozca o admita como ciertos los hechos en los que se funda la
pretensión, pero decide no someterse a ésta por considerar que existen
fundamentos jurídicos para oponerse a ella, lo cual se da, por ejemplo, cuando
se alega la no exigibilidad de la prestación debido al beneficio de excusión, la
prescripción de la acción o la caducidad del derecho (que afectan
indudablemente la relación jurídica obligacional), etc. Se puede, entonces,
reconocer los hechos y desconocer el derecho oponiéndose a la pretensión por
cuanto la certeza acerca del hecho constitutivo alegado por el actor en su escrito
de demanda no significa necesariamente que la norma legal invocada como
fundamento de su pretensión sea la que en realidad corresponda aplicar ni que
tenga el precepto normativo el alcance que el demandante le asigna. De esta
manera el sujeto pasivo de la relación jurídica procesal reconoce los hechos
como ciertos, pero les confiere una significación jurídica distinta a la del actor.
El ejemplo más claro de esto lo constituyen las denominadas causas de puro
derecho (en que el debate se circunscribe a cuestiones de orden jurídico).
El Código Procesal Civil, en el primer párrafo de su artículo 330, establece
al respecto que el demandado puede expresamente reconocer la demanda, en
cuyo caso, “... además de aceptar la pretensión, admite la veracidad de los
hechos expuestos en la demanda y los fundamentos jurídicos de ésta”. Como se
puede observar, dicho numeral dispone como elementos tipificantes del
reconocimiento los siguientes:

680
... CONCLUSION DEL PROCESO: ALLANAMIENTO Y RECONOCIMIENTO

- Aceptación de la pretensión.

- Admisión de los hechos expuestos en la demanda.

- Admisión de los fundamentos jurídicos de la demanda.


El reconocimiento debe hacerse mediante una declaración expresa, no
pudiendo ser manifestado tácitamente. Además de ser expreso, el
reconocimiento es un acto formal que precisa de la legalización de firma de
quien lo practica ante el auxiliar jurisdiccional (primera parte del art. 330 del
C.P.C.). El reconocimiento es un acto unilateral, pues no precisa del
consentimiento de la parte contraria. Puede tener lugar hasta antes de expedirse
la sentencia de primera instancia (luego de ella simplemente se producirá su
acatamiento) y tiene como principales efectos eliminar el estado de controversia
y acelerar, por ende, la expedición del fallo (siempre que el reconocimiento
fuese procedente).
La Corte Suprema de Justicia de la República, en relación al
reconocimiento, ha establecido lo siguiente:
- “... La demanda y su contestación son piezas principales del proceso y
el Juzgador no puede omitir considerar lo que las partes reconocen en
dichos escritos...” (Casación Nro. 3748-2000 / Ayacucho, publicada en
el Diario Oficial El Peruano el 31-07-2001, pág. 7457).
- “... Siendo el allanamiento o reconocimiento de la demanda un acto
expreso no se puede considerar que el mismo pueda ser procedente de
modo tácito, de lo contrario se estaría contraviniendo el texto expreso
del artículo 330 del Código Procesal Civil...” (Casación Nro. 1263-
2001 / Lima, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 01-07-2002,
pág. 9016).

2.2 Oportunidad
El reconocimiento puede representar una posición típica que el demandado
puede adoptar frente a la demanda (o que el actor puede tener en relación a la
reconvención), por lo que suele acontecer en la etapa postulatoria del proceso, al
tiempo de contestarse aquélla (o la reconvención, tratándose del demandante).
Sin embargo, por el contenido mismo del acto, se admite el reconocimiento
producido en momento posterior al indicado líneas arriba y anterior a la
expedición del fallo. Al respecto, el primer párrafo del artículo 331 del Código
adjetivo establece que “el demandado puede allanarse a la demanda en cualquier

681
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

estado del proceso, previo a la sentencia”. Si tenemos en cuenta que el último


párrafo del artículo 330 del Código Procesal Civil señala que “el reconocimiento
se regula por lo dispuesto para el allanamiento”, entonces, podemos colegir que
la oportunidad que prevé el ordenamiento procesal para la realización del
allanamiento es la misma para el reconocimiento.
La oportunidad aludida en el numeral 331 -primer párrafo- del Código
Procesal Civil tiene que ver con el límite temporal máximo para que sea eficaz
el reconocimiento, porque, a efecto tan sólo de la exoneración de costas y
costos, puede el sujeto reconocer la demanda dentro del plazo que tiene para
contestarla (art. 413 -parte final- del C.P.C.).

2.3 Alcances
Se dice que el reconocimiento puede ser completo o incompleto, cuando
conjuntamente con él se da cumplimiento a la prestación exigida o no se cumple
ésta en forma simultánea, respectivamente.
El reconocimiento, considerado en sí mismo, es, por lo general, total, al
comprender no sólo a la pretensión formulada en contra de quien lo realiza, sino
también los hechos expuestos en la demanda y la fundamentación jurídica, los
cuales son admitidos expresamente. Pese a ello, nada obsta que pueda
producirse un reconocimiento parcial, que se materializará cuando el
reconocimiento de los hechos y de su fundamento legal esté referido a una o
más pretensiones (no a todas), también reconocidas o aceptadas. Esto último se
desprende de la parte final del artículo 331 del Código Procesal Civil, el cual
dispone que “procede el allanamiento respecto de alguna de las pretensiones
demandadas”. Dicho numeral es aplicable para el caso del reconocimiento por
mandato del último párrafo del artículo 330 del Código Procesal Civil que
establece que “el reconocimiento se regula por lo dispuesto para el
allanamiento”.

2.4 Improcedencia
La aceptación de las pretensiones, así como de los hechos y fundamentos
jurídicos contenidos en la demanda, en que consiste el reconocimiento, no le
vincula al Juez, quien se encuentra obligado a examinarlo y rechazarlo, si se está
ante alguna de las causales de improcedencia contempladas en el artículo 332
del Código Procesal Civil. Según este numeral (referido al allanamiento y
aplicable al reconocimiento por regularse éste de acuerdo a las normas de aquél:
art. 330 -último párrafo- del C.P.C.), el reconocimiento será declarado
improcedente por el Juez (continuándose con el proceso) cuando:

682
... CONCLUSION DEL PROCESO: ALLANAMIENTO Y RECONOCIMIENTO

1. El demandado no tiene capacidad para disponer del derecho en


conflicto.
2. El apoderado o representante del demandado carece de facultad para
allanarse (léase practicar el reconocimiento).
3. Los hechos admitidos requieren ser probados por otros medios, además
de la declaración de parte.
4. El conflicto de intereses afecta el orden público o las buenas
costumbres.
5. El conflicto de intereses comprende derechos indisponibles.
6. Habiendo litisconsorcio necesario, el allanamiento (reconocimiento) no
proviene de todos los demandados.
7. Presume la existencia de fraude o dolo procesal.
8. Advierte que la sentencia a dictarse va a surtir efecto frente a tercero
no emplazado.
9. El demandado es el Estado u otra persona de derecho público, salvo
que su representante tenga autorización expresa.

2.5 Efectos
El reconocimiento, como acto unilateral de disposición que es, se
perfecciona sólo con la declaración de voluntad de quien lo realiza, sin que sea
necesaria la anuencia de la parte contraria (lo cual no impide que la última
pueda hacer reparos, sobre todo si no reúne los requisitos para su configuración
o contiene innovaciones respecto del planteamiento fáctico y jurídico expresado
en la demanda). Por lo tanto, realizado el reconocimiento, si no le afectase
causal alguna de improcedencia, desaparecerá el estado de controversia,
expidiéndose la sentencia inmediatamente después de la resolución que lo
declara procedente.
El reconocimiento no extingue la pretensión, manteniéndose ésta intacta
aunque adquiere mayor fundamento a causa precisamente no sólo de su
aceptación sino también de la de los hechos y de la normatividad alegados en la
demanda. El reconocimiento -aun si es declarado procedente- no tiene carácter
imperativo o decisorio, siendo imprescindible la expedición de la sentencia para
la adquisición de los efectos deseados por el actor al formular su demanda, vale

683
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

decir, la declaración de certeza y la condena respectiva, y, también, la obtención


de la cosa juzgada que hará irrevisable el asunto debatido en juicio.
Asimismo, el reconocimiento (o su declaración de procedencia) no pone
término a la relación jurídica procesal, extinguiéndose ésta con la sentencia
correspondiente.
El artículo 333 del Código Procesal Civil dispone sobre el particular que
“declarado el allanamiento, el Juez debe expedir sentencia inmediata, salvo que
éste no se refiera a todas las pretensiones demandadas”. Dicho numeral se
entiende aplicable para el reconocimiento por así establecerlo el último párrafo
del artículo 330 del citado Código que señala que “el reconocimiento se regula
por lo dispuesto para el allanamiento”.
De la lectura del artículo 333 del Código Procesal Civil se puede apreciar
que, de haber reconocimiento total por parte del demandado, se pondrá fin al
proceso inmediatamente con la sentencia respectiva. Ello es concordante con el
inciso 3) del artículo 322 del Código adjetivo, el cual señala que concluye el
proceso con declaración sobre el fondo cuando el demandado reconoce la
demanda. Del artículo 333 del Código Procesal Civil se desprende, además, que
en caso de reconocimiento parcial (lo que incluye la hipótesis del
reconocimiento de la reconvención que pueda hacer el actor), es decir, cuando
no comprende a todas las pretensiones, el proceso seguirá su curso.

2.5.1 Exoneración de costas y costos en el reconocimiento


Resulta evidente que el sujeto que reconoce la demanda (es decir, la
pretensión y sus fundamentos fácticos y jurídicos contenidos en aquélla) sea
visto como parte vencida en el juicio. Naturalmente, ello deberá constar en la
sentencia respectiva, pues, como se sabe, el reconocimiento (aun el declarado
procedente) no tiene carácter imperativo o decisorio.
Considerando lo indicado debe aplicarse para el caso del reconocimiento
total el principio general de la condena en costas y costos (que defiende al
litigante que legítimamente busca y obtiene a través del proceso la actuación de
la ley), previsto en el primer párrafo del artículo 412 del Código Procesal Civil
que a continuación citamos: “La imposición de la condena en costas y costos no
requiere ser demandada y es de cargo de la parte vencida, salvo declaración
judicial expresa y motivada de la exoneración”.
Al igual que para el allanamiento, si el reconocimiento fuese parcial y se
hubiesen desestimado en la sentencia las pretensiones no comprendidas en él,

684
... CONCLUSION DEL PROCESO: ALLANAMIENTO Y RECONOCIMIENTO

entonces, la condena al pago de costas y costos incide únicamente sobre aquellas


pretensiones que hayan sido acogidas para el vencedor (que fueron objeto de
reconocimiento), correspondiendo su pago al vencido. Ello se desprende del
tercer párrafo del artículo 412 del Código Procesal Civil.
Además de la exoneración del pago de costas y costos por declaración
judicial expresa y motivada (a la que alude la parte final del primer párrafo del
art. 412 del C.P.C.), existe otra salvedad a la regla general, cual es, en el caso
particular, la exoneración del pago de costas y costos de quien reconoce la
demanda dentro del plazo para contestarla (art. 413 -último párrafo- del C.P.C.).

685
CAPITULO XX

FORMAS ESPECIALES DE CONCLUSION


DEL PROCESO: TRANSACCION

1. CONCEPTO
Monroy Cabra conceptúa a la transacción como “... el acto dispositivo en
que una de las partes cede cierta porción del derecho que cree tener. Pero es
natural que la transacción no puede referirse sino a cuestiones dudosas o
controvertidas...”
(MONROY CABRA, 1979: 391).
En palabras de Devis Echandía, “la transacción es un contrato por el cual
las partes convienen en resolver un litigio de común acuerdo y en forma
definitiva, antes o después de iniciado el proceso civil...” (DEVIS ECHANDIA,
1985, Tomo II: 651).
Eduardo Pallares define a la transacción como “... un contrato bilateral,
oneroso, consensual y conmutativo, por medio del cual se pone fin a un juicio o
se previene uno futuro...” (PALLARES, 1979: 111).
Para Lino Palacio, “la transacción opera como acto extintivo no sólo de la
obligación y del correlativo derecho litigioso, sino también del proceso
promovido a raíz del litigio” (PALACIO, 1979, Tomo V: 552).
Según Fornaciari, “... la transacción es un contrato, que si bien puede
extinguir obligaciones, tendrá por finalidad principal dirimir controversias”
(FORNACIARI, 1988, Tomo II: 5). Señala, además, dicho autor que “... habrá
transacción cuando exista un estado de controversia al que las partes, mediante
la concreción de un acto jurídico de naturaleza contractual, pondrán fin
haciéndose concesiones recíprocas” (FORNACIARI, 1988, Tomo II: 5).
Fornaciari, como se aprecia, concibe a la transacción como un contrato de
implicancias procesales, sobre todo cuando afirma que “un contrato es siempre
un acuerdo de voluntades destinado a crear, modificar y extinguir derechos.
Pero también es la conducta que cumplen las partes y que estaba prevista en
dicho acuerdo, es un proyecto existencial. Desde este punto de vista, la
programación de conductas será siempre un contrato independientemente de su

686
FORMAS ESPECIALES DE CONCLUSION DEL PROCESO: TRANSACCION

incidencia procesal” (FORNACIARI, 1988, Tomo II: 10). Concluye el citado


autor diciendo que “... en su esencia, la transacción será siempre un contrato, sea
que se produzca en el ámbito del proceso o fuera de él. No habrá diferencia
estructural. Las disimilitudes se producirán en los actos realizados para su
inserción en el proceso. Así, serán diferentes las diferentes conductas que
conceptualicen las normas, lo que se traducirá en la realización de distintos
actos procesales, algunos de obtención tendientes a una finalización mediata de
la relación procesal, tales el acta o el escrito con que se aneje la transacción, otro
de causación, es decir, el contrato mismo” (FORNACIARI, 1988, Tomo II: 19).
La transacción (judicial y extrajudicial) está normada en el Título VII de la
Sección Segunda (“Efectos de las obligaciones”) del Libro VI (“Las
obligaciones”) del Código Civil, en los artículos 1302 al 1312.
El Código Procesal Civil regula este instituto en el Capítulo III
(“Transacción judicial”) del Título XI (“Formas especiales de conclusión del
proceso”) de la Sección Tercera (“Actividad procesal”), en los artículos 334 al
339. Puntualizamos que la normatividad civil es supletoria de la procesal en
materia de transacción, de conformidad con lo preceptuado en el artículo 338
del Código Procesal Civil.
El artículo 1302 del Código Civil define a la transacción de la siguiente manera:
“Por la transacción las partes, haciéndose concesiones recíprocas, deciden
sobre algún asunto dudoso o litigioso, evitando el pleito que podría
promoverse o finalizando el que está iniciado.
Con las concesiones recíprocas, también se pueden crear, regular,
modificar o extinguir relaciones diversas de aquellas que han
constituido objeto de controversia entre las partes.

La transacción tiene valor de cosa juzgada”.


El Código Procesal Civil, sin definir expresamente a la transacción, la
considera una forma especial -en relación a la sentencia- de conclusión del
proceso, y la encierra bajo la denominación de transacción judicial. Sin
embargo, es de anotar que, además de ésta, trata sobre la transacción
extrajudicial (que se convierte en judicial cuando es introducida al proceso), la
misma que requiere ser homologada por el Juez para que genere la conclusión
del proceso y adquiera la autoridad de cosa juzgada (arts. 335 -segundo párrafo-
y 337 del Código Procesal Civil).

687
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

La Corte Suprema de Justicia de la República, en relación a la transacción,


ha establecido lo siguiente:
- “... La transacción [...] es el acuerdo, un negocio jurídico bilateral y
consensual, en el que las partes, haciéndose concesiones recíprocas deciden
algún asunto dudoso o litigioso, evitando el pleito que podría promoverse o
finalizando el ya iniciado...” (Casación Nro. 1811-2007 / Cajamarca,
publicada en el Diario Oficial El Peruano el 01-12-2008, págs. 23400-
23401).
- “... La regulación de la transacción se encuentra prevista en el Código Civil
(artículo 1302 y siguientes), de donde se establece que aquélla puede ser
judicial (cuando hay un proceso en curso) o extrajudicial (aunque de
manera propia debería denominarse prejudicial, para abarcar sólo a la
transacción celebrada cuando, habiendo un conflicto de intereses, aún no
existe un proceso en curso)...” (Casación Nro. 1807-2007 / Cajamarca,
publicada en el Diario Oficial El Peruano el 31-03-2008, págs. 21702-
21704).
- “... De acuerdo al artículo 321 inciso 1 del Código Procesal Civil, concluye
el proceso sin declaración sobre el fondo cuando se sustrae la pretensión del
ámbito jurisdiccional, esto es, cuando la materia que involucra a las partes
deja de ser litigiosa por alguna razón ajena al proceso y a ellas mismas, por
lo tanto la transacción extrajudicial en referencia no encaja bajo esta figura
procesal...” (Casación Nro. 3284-2007 / Lima, publicada en el Diario
Oficial El Peruano el 30-09-2008, pág. 23177).
- “... Para que exista transacción válida dentro del proceso se requiere de la
concurrencia de los siguientes requisitos: a) Una relación jurídica litigiosa
preexistente; b) La intención de las partes de componer el conflicto; y c)
Las recíprocas concesiones de las partes...” (Casación Nro. 1409-2002 /
Lima, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 02-02-2004, pág.
11384).
- “... Para que se configure la transacción se requiere que las concesiones
recíprocas o sacrificios económicos de las partes deben estar referidas a los
derechos cuestionados, es decir, supone el reconocimiento parcial de la
pretensión del derecho ajeno y la renuncia parcial de la pretensión o el
derecho propio, la transacción persigue, pues, transformar una situación
jurídica insegura, discutible y litigiosa, por otra segura; si las partes
evitaran o concluyeran un pleito sin que medien concesiones recíprocas, el

688
FORMAS ESPECIALES DE CONCLUSION DEL PROCESO: TRANSACCION

acto jurídico respectivo no podrá denominarse transacción, sino renuncia de


deuda, compensación, allanamiento a la demanda o novación, dándose los
efectos inherentes a cada una de las citadas figuras, pero no los de la
transacción...” (Casación Nro. 2900-2004 / Lima, publicada en el Diario
Oficial El Peruano el 04-12-2006, págs. 18227-18229).
- “... De análisis del artículo mil trescientos tres del Código Civil se tiene que
dicha norma exige, la renuncia de las partes a cualquier posibilidad de
iniciar alguna acción a su contraparte, con respecto al objeto sobre el que
transa (sic -léase transige-), condición que tiene repercusiones procesales y
el requisito que establece no es de carácter AD SOLEMNITATEM...”
(Casación Nro. 646-98 / Lambayeque, publicada en el Diario Oficial El
Peruano el 30-10-2000, págs. 6421-6422).
- “... El documento de transacción, por contener renuncia expresa de los
derechos de las partes que lo suscriben, debe reunir no sólo los requisitos
que le son propios para su validez, sino además los elementos suficientes
que creen convicción en el juzgador respecto de la aceptación indubitable
de ambas partes de la renuncia que éstas efectúan...” (Casación Nro. 3684-
01 / Lima, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 31-07-2002, pág.
9035).
- “... El artículo mil trescientos cuatro del Código Civil establece con
precisión que la transacción debe hacerse por escrito, bajo sanción de
nulidad; ello importa que no sólo los términos que acuerden las partes
deban constar por escrito, sino que también debe ser plasmada de esa forma
la voluntad de los intervinientes; en tal sentido, un contrato de transacción
no puede materializarse a través de actitudes o comportamientos positivos
que revelen el conocimiento de su existencia, sino a través de una
manifestación expresa que confluya en un acuerdo de voluntades...”
(Casación Nro. 1744-06 / Lima, publicada en el Diario Oficial El Peruano
el 02-07-2007, págs. 19706-19707).
- “... La sola impresión digital que a manera de suscripción aparece en la
misma [transacción extrajudicial] no es suficiente para crear convicción
respecto de la aceptación de los términos que contiene, más aún si no se ha
solicitado reconocimiento del citado documento por parte del
demandante...” (Casación Nro. 3684-01 / Lima, publicada en el Diario
Oficial El Peruano el 31-07-2002, pág. 9035).

689
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

- “... La transacción constituye un mecanismo de autocomposición de


intereses, lo cual supone que las partes haciéndose concesiones recíprocas,
deciden sobre un asunto dudoso o litigioso, evitando el pleito que podría
promoverse o finalizando el que está iniciado, conforme lo establece el
artículo 1302 del Código Civil. [...] Que, de la definición dada, se debe
prestar atención al efecto que tiene la transacción al interior de un conflicto
de intereses: evita el pleito que podría promoverse (refiriéndose
evidentemente al momento anterior al inicio de un proceso judicial o
arbitral) o finaliza el proceso judicial o arbitral que está iniciado...”
(Casación Nro. 1807-2007 / Cajamarca, publicada en el Diario Oficial El
Peruano el 31-03-2008, págs. 21702-21704).
- “... Las normas de derecho material denunciadas [arts. 5 y 1305 del C.C.] se
refieren a los derechos de la persona, tales como la vida, la integridad
física, la libertad, el honor y los demás inherentes, que son irrenunciables y
por lo tanto no pueden ser objeto de transacción...” (Casación Nro. 735-
2007 / Cajamarca, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 3101-2008,
págs. 21473-21474).
- “... La mencionada transacción extrajudicial atenta contra el orden público,
pues contraviene la norma imperativa contenida en el artículo mil
trescientos cinco del Código Civil la que establece que sólo los derechos
patrimoniales pueden ser objeto de transacción; en contrario sensu, los
derechos personales no pueden ser objeto de transacción, siendo así, esta
norma sustantiva es obviamente prohibitiva, porque su observancia interesa
al orden público...” (Casación Nro. 1732-03 / Lima, publicada en el Diario
Oficial El Peruano el 02-08-2004, págs. 12506-12507).
- “... De acuerdo a nuestro ordenamiento civil todos los daños patrimoniales
y extra patrimoniales, se reparan patrimonialmente, es decir con una
indemnización, conforme lo preceptúa el artículo 1985 del Código Civil,
siendo que dicha indemnización puede ser un pago de dinero o un
compromiso de asumir ciertos gastos. Que si bien es cierto, el daño puede
ser extrapatrimonial, toda indemnización por si misma [sic -léase por sí
misma-] se configura como un derecho patrimonial, respecto del cual sí es
posible transigir...” (Casación Nro. 705-2007 / Cajamarca, publicada en el
Diario Oficial El Peruano el 31-03-2008, págs. 21663-21665).
- “... Los daños ocasionados tiene [sic -léase tienen-] la particularidad de
generar una relación jurídica entre el causante del daño y el afectado,

690
FORMAS ESPECIALES DE CONCLUSION DEL PROCESO: TRANSACCION

originando el derecho de éste a recibir una indemnización [por


responsabilidad extracontractual], la cual evidentemente tiene un contenido
patrimonial, y por ello susceptible de poder ser regulado (en cuanto a su
‘quantum’) por las partes, a través de algunos de los mecanismos de
autocomposición de intereses, entre ellos la transacción extrajudicial...”
(Casación Nro. 1807-2007 / Cajamarca, publicada en el Diario Oficial El
Peruano el 31-03-2008, págs. 21702-21704).
- “... La disposición del Derecho no es posible si no proviene de todos los
litisconsortes necesarios, por ejemplo el allanamiento, renuncia,
transacción[,] etc. …” (Casación Nro. 719-2006 / Puno, publicada en el
Diario Oficial El Peruano el 31-08-2007, págs. 20103-20104).
- “... El segundo párrafo del precitado dispositivo [art. 68 del C.P.C.]
establece que: ‘No es válida la designación o actuación de apoderados
conjuntos, salvo para los actos de allanamiento, transacción o
desistimiento’; disposición que, en armonía con lo establecido por el mismo
artículo sesentiocho, primer párrafo, de que: ‘Quien tiene capacidad para
comparecer por sí al proceso y disponer de los derechos que en él se
discuten, puede nombrar uno o más apoderados’; nos lleva a interpretar que
la prohibición de designación de apoderados conjuntos es aplicable cuando
existiendo más de un demandante o demando [sic -léase demandado-], se
nombran distintos apoderados por cada uno o grupo de demandantes o
demandados que se formen, pese a constituir, no obstante la pluralidad[,]
una misma parte, ya sea activa o pasiva; entendiéndose que lo que busca la
norma es mantener un orden para la correcta sustanciación del proceso...”
(Casación Nro. 3350-2006 / Moquegua, publicada en el Diario Oficial El
Peruano el 03-01-2008, págs. 21354-21355).
- “... El Código Civil ha optado por regular la institución de la transacción
como una modalidad de extinguir obligaciones; así lo señala el artículo
1302 del propio texto legal, el que en su párrafo final determina que ‘la
transacción tiene valor de cosa juzgada’. [...] El mencionado artículo 1302
del Código Civil, concordado con el numeral 337 del Código Procesal
Civil, que señala que la transacción judicial que pone fin al proceso
adquiere la autoridad de cosa juzgada, permite afirmar que nuestro
ordenamiento jurídico otorga a toda transacción (judicial o extrajudicial) el
valor de la cosa juzgada, lo cual impide que aquello que fue transigido,
inmutable conforme lo previene el artículo 123 in fine, del Código Adjetivo
[C.P.C.], pueda ser revisado en sede judicial...” (Casación Nro. 1811-2007 /

691
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

Cajamarca, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 01-12-2008, págs.


23400-23401).
- “... Teniendo la transacción extrajudicial el valor de cosa juzgada, lo que
importa es que lo que aparece de dicha transacción no puede ser revisado
en sede judicial; resultando pues, un impedimento para que el Juez pueda
pronunciarse sobre el fondo de la controversia...” (Casación Nro. 1811-
2007 / Cajamarca, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 01-12-2008,
págs. 23400-23401).
- “... Si bien el derecho de ejecución de las resoluciones judiciales que han
pasado en autoridad de cosa juzgada, ergo también de la transacción con tal
calidad, es una manifestación del derecho a la tutela jurisdiccional,
reconocido en el inciso tercero del artículo ciento treinta y nueve de la
Constitución Política del Estado, y también se encuentra aludido en el
segundo párrafo del inciso segundo de la norma alegada, cuando se precisa
que ‘ninguna autoridad puede (...) dejar sin efecto resoluciones que han
pasado en autoridad de cosa juzgada (...) ni retardar su ejecución’. El
segundo párrafo del inciso segundo del artículo ciento veintitrés del Código
Procesal Civil [...] establece que la cosa juzgada sólo alcanza a las partes y
a quienes de ellas deriven sus derechos; [...] En el presente caso, si bien es
cierto [...] estamos frente a una transacción judicial que tiene la calidad de
cosa juzgada, sin embargo, no se puede pretender que dicho acuerdo sea
obligatorio para los terceros poseedores del bien materia de litis, que no han
participado en el proceso ni en el acuerdo transaccional; no siendo por tanto
esta vía [de ejecución de resolución judicial] la idónea para lograr el
lanzamiento de los terceros poseedores de dicho inmueble...” (Casación
Nro. 1768-2007 / Arequipa, publicada en el Diario Oficial El Peruano el
03-12-2008, págs. 23695-23696).
- “... La decisión de la Sala infringe la autoridad de la cosa juzgada ya que las
transacciones [judiciales] anuladas de oficio se han dado en el curso de los
procesos a los que pusieron fin de modo especial, de conformidad con el
artículo trescientos treintisiete segundo párrafo del Código Procesal Civil
en concordancia con el artículo ciento veintitrés del mismo cuerpo legal...”
(Casación Nro. 1864-00 / San Román, publicada en el Diario Oficial El
Peruano el 31-07-2001, págs. 7430-7432).
- “... Una transacción judicial [...] tiene la autoridad de cosa juzgada, la cual
solamente puede ser dejada sin efecto mediante la acción de nulidad de
cosa juzgada fraudulenta conforme a lo dispuesto en el artículo ciento

692
FORMAS ESPECIALES DE CONCLUSION DEL PROCESO: TRANSACCION

setentiocho del Código Procesal Civil, lo cual no se ha producido en el


presente caso, resultando por ello que mientras no sea anulada conforme a
ley el acuerdo de transacción judicial, esta produce todos sus efectos...”
(Casación Nro. 3194-00 / San Román, publicada en el Diario Oficial El
Peruano el 01-10-2001, págs. 7777-7778).
- “... De conformidad con el artículo trescientos treintinueve del Código
Procesal Civil, el convenio que realicen las partes, en momento posterior al
pronunciamiento de una sentencia que queda firme, regulando o
modificando el cumplimiento del fallo definitivo no configura una
transacción; por lo que no se altera lo resuelto, conservando la calidad de
cosa juzgada, incidiendo tan sólo en su consumación material o ejecución,
es decir, lo que las partes convengan podrá modificar el mandato judicial,
pero la sentencia como acto permanecerá inalterable...” (Casación Nro.
2154-03 / Lima, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 31-03-2004,
págs. 11792-11793).
- “... De conformidad con lo dispuesto por el Artículo mil trescientos dos del
Código Civil, por la transacción las partes, haciéndose concesiones
recíprocas deciden sobre algún asunto dudoso o litigioso, evitando el pleito
que podría promoverse o finalizando el que está iniciado, situación que no
se da en el presente caso, puesto que el convenio celebrado fue respecto a
un juicio en estado de ejecución de sentencia y establecen que de no
respetarse, quedará sin valor la escritura en todas sus partes, volviéndose al
estado de ejecución de sentencia” (Casación Nro. 422-96 / Huánuco,
publicada en el Diario Oficial El Peruano el 13-10-1998, págs. 1899-1900).
- “... La excepción de transacción se presenta como un mecanismo procesal
de defensa que se configura cuando se pretende variar los efectos de un
proceso ya resuelto, mediante un acuerdo transaccional, definitivamente, en
otro...” (Casación Nro. 2734-2003 / Apurímac, publicada en el Diario
Oficial El Peruano el 31-01-2005, págs. 13398-13399).
- “... Para la configuración de esta excepción [de conclusión del proceso por
transacción] se requiere de la concurrencia de tres presupuestos, los cuales
son: a) la identidad de las partes; b) la identidad de la pretensión procesal;
y, c) la identidad del interés para obrar; [...] no será fundada la excepción de
transacción que no reúna los requisitos de identidad que establece la ley...”
(Casación Nro. 2734-2003 / Apurímac, publicada en el Diario Oficial El
Peruano el 31-01-2005, págs. 13398-13399).

693
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

- “... La transacción podría realizarse antes de interponerse una demanda y


con ello evitar el inicio de un proceso (transacción extrajudicial), y si a
pesar de ello se demanda e inicia un proceso, quedará expedita la excepción
correspondiente como medio de defensa de forma. De manera que, con la
transacción extrajudicial es posible evitar el inicio de un proceso, lo cual
responde a su propia naturaleza jurídica y razón de ser...” (Casación Nro.
1807-2007 / Cajamarca, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 31-03-
2008, págs. 21702-21704).
- “... Si bien es cierto que la transacción extra-judicial no se encuentra dentro
de los cuatro supuestos del artículo 453 del Código Procesal Civil, también
lo es que participa de la misma naturaleza de la transacción celebrada
dentro de un proceso, pudiéndosele conceptuar como similar, dado que las
dos oportunidades de transacción extinguen obligaciones mediante
concesiones recíprocas y, en cuanto a que las dos hacen perder el interés
para obrar. [...] De otro lado, si bien los artículos 446 y 453 el Código
Adjetivo [C.P.C.] no mencionan expresamente a la transacción extrajudicial
como excepción oponible, también es verdad que el artículo 1302 y
siguientes del Código Civil son de naturaleza procesal. [...] Siendo esto así,
podemos afirmar que el demandado también puede deducir excepciones
alegando que antes del proceso o durante el transcurso de uno anterior,
llegó con el demandante a un acuerdo sobre sus diferencias, dándose ambos
concesiones recíprocas, es decir, transigiendo. [...] Resulta evidente que si
alguna de las dos situaciones antes señaladas se ha producido, no cabe
ninguna duda que no podrá iniciarse otro proceso para discutirse las
pretensiones que ya fueron transigidas...” (Casación Nro. 1811-2007 /
Cajamarca, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 01-12-2008, págs.
23400-23401).
- “... La Transacción extrajudicial no homologada judicialmente puede ser
opuesta como Excepción procesal conforme a lo regulado por el inciso 10
del artículo 446° e inciso 4 del artículo 453 del Código Procesal Civil, por
interpretación sistemática de dichas normas con las que contiene el Código
Civil sobre la Transacción.
Entendiéndose que las transacciones extrajudiciales homologadas por el Juez,
se tramitan de acuerdo a las reglas del Código Procesal Civil, al tener
regulación expresa. Ocurriendo lo mismo en cuanto a las transacciones
celebradas con relación a derechos de menores de edad, las mismas que
deben ser autorizadas por el juez competente conforme a ley...” (Casación
Nro. 1465-2007 / Cajamarca, publicada en el Diario Oficial El Peruano el

694
FORMAS ESPECIALES DE CONCLUSION DEL PROCESO: TRANSACCION

21-04-2008, págs. 21982-22036). Nota: El presente extracto se encuentra


exactamente en las páginas 22008-22009, y ha sido establecido como
doctrina jurisprudencial vinculante (entiéndase, en la actualidad, precedente
judicial vinculante) por el primer pleno casatorio civil realizado por la Sala
Plena de la Corte Suprema de Justicia de la República (correspondiente a la
casación cuyo número y datos de su publicación en el Diario Oficial El
Peruano han sido señalados líneas arriba).
- “... El actor promueve proceso ejecutivo [entiéndase proceso único de
ejecución en la actualidad] en mérito al título ejecutivo consistente en el
documento privado que contiene una transacción extrajudicial [...]; por
ende, se trata de un acto jurídico bilateral y consensual donde al hacerse
mutuas y recíprocas concesiones, las partes extinguen obligaciones dudosas
o litigiosas; constituyendo el aludido documento privado un título
ejecutivo, el cual establece por sí solo el hecho relevante para fundar la
petición...” (Casación Nro. 3697-2006 / La Libertad, publicada en el Diario
Oficial El Peruano el 01-02-2007, págs. 18825-18826).
- “... La transacción extrajudicial [...] constituye el título ejecutivo del
presente proceso y equivale al documento en el que consta un derecho
reconocido y cuya cualidad (ejecutiva) la declara la ley...” (Casación Nro.
3697-2006 / La Libertad, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 01-
02-2007, págs. 18825-18826).
- “... El artículo 1312 del Código Civil dispone que la transacción judicial se
ejecuta de la misma manera que la sentencia; y la extrajudicial en la vía
ejecutiva, otorgando así a la transacción extrajudicial la presunción de
certeza que contiene todo título ejecutivo...” (Casación Nro. 1811-2007 /
Cajamarca, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 01-12-2008, págs.
23400-23401).
- “... Es procedente la ejecución del título ejecutivo denominado transacción
extrajudicial, por cuanto la obligación contenida en él, es cierta por ser
conocida como verdadera e ineludible, es expresa porque manifiesta
claramente una intención o voluntad, y es exigible porque se refiere a una
obligación pura, simple, con un plazo vencido y no sujeta a condición; por
lo tanto, la vía del proceso ejecutivo [entiéndase proceso único de ejecución
en la actualidad], por la cual se tramita la cobranza de dicho título ejecutivo
es la adecuada, y no mediante un proceso cognoscitivo (de
conocimiento)...” (Casación Nro. 3697-2006 / La Libertad, publicada en el
Diario Oficial El Peruano el 01-02-2007, págs. 18825-18826).

695
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

- “... Si se quiere dar cumplimiento a lo acordado (transigido) [...], resulta


viable que la transacción extrajudicial pueda ser ejecutada según las reglas
del proceso ejecutivo [entiéndase proceso único de ejecución en la
actualidad], siendo suficiente para ello la presentación del documento
privado que contenga la respectiva transacción, no requiriéndose para ello
que previamente un Juez haya homologado tal transacción dentro de otro
proceso judicial. [...] Que, [...] una transacción extrajudicial puede ser
ejecutada sin necesidad de acreditar que deriva de un proceso previo, [...]
supuesto bajo el cual no se requiriere [sic -léase no se requiere-] que la
transacción extrajudicial sea aprobada (que el artículo 337 del Código
adjetivo [...] lo circunscribe al momento de la homologación) por un Juez,
sino la calificación del acto jurídico en sí, a fin de determinarse si se está
ante una transacción extrajudicial...” (Casación Nro. 1807-2007 /
Cajamarca, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 31-03-2008, págs.
21702-21704).
- “... El documento [...] no contiene los requisitos esenciales para ser
considerados como una transacción extrajudicial, pues en él no se
manifiesta el animus de transigir prestaciones litigiosas, ni mucho menos se
señala a que acciones legales se renuncia; [...] siendo así, el documento
denominado certificado de pago del saldo no cumple con los requisitos para
ser considerado como una transacción judicial [sic -léase extrajudicial-],
por lo que no tiene mérito ejecutivo, debiéndose por tanto exigir el
cumplimiento de la obligación en la vía del proceso de cognición...”
(Casación Nro. 2406-01 / Lima, publicada en el Diario Oficial El Peruano
el 30-11-2001, págs. 8166-8167).
- “... No puede atribuirse mérito ejecutivo a un documento [transacción
extrajudicial] que no contiene concesiones recíprocas...” (Casación Nro.
2242-03 / Lambayeque, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 3009-
2004, págs. 12739-12740).
- “... Formalmente, el título ejecutivo que se apareja a la demanda cumple
con el requerimiento que establece el artículo mil trescientos cuatro del
Código Civil, toda vez que la transacción [extrajudicial] se ha celebrado por
escrito, con intervención de las partes que efectúan las concesiones
recíprocas. Los cuestionamientos sobre si tales concesiones se encontraban
o no dentro de la esfera de los derechos disponibles de las partes
corresponde ser discutido no en la vía ejecutiva [entiéndase vía de proceso
único de ejecución en la actualidad], sino en un proceso más lato en el que
se absuelva los cuestionamientos sustantivos que se dice afectarían la

696
FORMAS ESPECIALES DE CONCLUSION DEL PROCESO: TRANSACCION

validez de la transacción...” (Casación Nro. 2078-05 / Cajamarca, publicada


en el Diario Oficial El Peruano el 30-10-2006, pág. 17494).

2. ELEMENTOS
Son elementos de la transacción los siguientes:

- Relación jurídica dudosa o litigiosa.


- Intención de las partes de eliminar el conflicto de intereses.
- Concesiones recíprocas.
2.1 Relación jurídica dudosa o litigiosa
Para que haya transacción es necesario que exista previamente un conflicto
de intereses entre las partes basado en una relación jurídica dudosa o litigiosa.
La calidad de dudosa de una relación jurídica implica determinado grado de
incertidumbre acerca de si aquélla es regulada o no por el derecho, y, en caso
que estuviere contemplada positivamente, de sus alcances. Los sujetos
participantes tienen dudas sobre si sus pretensiones se encuentran o no tuteladas
jurídicamente.
Fornaciari, sobre el particular, señala que “... el carácter de dudosa de
determinada cuestión debe ser apreciado de manera subjetiva, es decir, en el
sentido que seria y razonablemente le atribuyen los otorgantes con abstracción
de la interpretación que le daría un jurisconsulto o el propio juez de la causa...”
(FORNACIARI, 1988, Tomo II: 28).
La naturaleza litigiosa de una relación jurídica presupone un conflicto de
intereses calificado por la pretensión -fundada o infundada- de una de las partes
y la oposición de la otra. Existen así voluntades contrarias que se exteriorizan y
dan lugar al litigio.

2.2 Intención de las partes de eliminar el


conflicto de intereses
La intención de las partes de eliminar el conflicto de intereses constituye
otro elemento configurante de la transacción. Precisamente, la esencia de ésta es
poner fin a tal conflicto, extinguiendo toda duda o situación litigiosa que pudiera
haber y generando un nuevo estado jurídico. Y, para que ello ocurra, es preciso
la voluntad de las partes dirigida a eliminar el conflicto de intereses.

697
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

2.3 Concesiones recíprocas


Las concesiones recíprocas a que se comprometen realizar las partes
representan el tercer elemento de la transacción.
“La transacción supone sacrificios o concesiones mutuos: si es uno solo de
los litigantes quien cede o accede, habrá desistimiento o allanamiento, parciales
o totales, pero no transacción...” (ALCALA-ZAMORA Y CASTILLO, 1947:
84).
“Cuando en esta materia se habla de concesiones recíprocas, se está
diciendo de lo que cada contratante sacrifica de sus derechos o pretensiones, o
bien de la prestación que cada uno de ellos realice o se obliga a realizar en
beneficio del otro” (FORNACIARI, 1988, Tomo II: 26).
Las concesiones recíprocas deben versar sobre los derechos pretendidos y
controvertidos, en el caso de la transacción judicial (art. 337 -último párrafo- del
C.P.C.-), pudiéndose con ellas, tratándose de la transacción extrajudicial (por
cuanto la judicial se rige principalmente por el C.P.C.), y de acuerdo al segundo
párrafo del artículo 1302 del Código Civil, crear, regular, modificar o extinguir
relaciones diversas de aquellas que han constituido objeto de controversia entre
las partes.
En la transacción las partes confieren una nueva regulación de fondo al
objeto controvertido, terminando así el conflicto existente. Transmutan una
decisión incierta, por la que se enfrentan y de la cual no podrán estar de acuerdo
ambas a la vez, en un contrato que implicará la conformidad de las partes y una
situación cierta. Para ello, cada una de ellas sobre la base de su posición inicial
deberá conceder algo a cambio. Las concesiones recíprocas representan
justamente el sacrificio -en mayor o menor medida- de las pretensiones
invocadas por los sujetos o de los derechos alegados por éstos en los que se
fundan aquéllas.
La exigencia de concesiones recíprocas para configurar la transacción no
significa que ellas deban ser equivalentes o proporcionales, pudiendo ser las
prestaciones disímiles en demasía e implicar mayor sacrificio para una de las
partes en relación a la otra.

3. OBJETO
Constituye objeto de la transacción la situación o relación jurídica
sustantiva materia de controversia.

698
FORMAS ESPECIALES DE CONCLUSION DEL PROCESO: TRANSACCION

La transacción debe recaer sobre un objeto cierto. Este tiene que ser,
además, real o posible, es decir, que exista al tiempo de su celebración o que sea
susceptible de existir en el futuro. El objeto de la transacción debe ser también
lícito, esto es, no tiene que ser indisponible, ni estar fuera del comercio, ni ser
contrario al orden público o a las buenas costumbres. Por último, debe ser
determinado o determinable.
El artículo 1305 del Código Civil establece que “sólo los derechos
patrimoniales pueden ser objeto de transacción”.
El Código Civil agrega, en su artículo 1306, que “se puede transigir sobre la
responsabilidad civil que provenga de delito”.

4. CONTENIDO
El artículo 1303 del Código Civil se refiere al contenido de la transacción en
los siguientes términos: “La transacción debe contener la renuncia de las partes a
cualquier acción que tenga una contra otra sobre el objeto de dicha transacción”.
Es evidente que la transacción debe contener, además, en detalle, todo lo
relacionado al convenio y sus alcances, razón por la cual dicho precepto omite
su mención.
5. INDIVISIBILIDAD
El artículo 1310 del Código Civil trata sobre la indivisibilidad de la
transacción señalando que:
“La transacción es indivisible y si alguna de sus estipulaciones fuese nula o
se anulase, queda sin efecto, salvo pacto en contrario.
En tal caso se restablecen las garantías otorgadas por las partes pero no las
prestadas por terceros”.
Es, pues, indivisible la transacción. La invalidez de alguna de sus cláusulas
acarrea la nulidad de aquélla, salvo que las partes convengan lo contrario. El
artículo 1310 del Código Civil (citado precedentemente) constituye una
excepción a lo dispuesto en el artículo 224 del citado cuerpo de leyes, referido a
los efectos de la nulidad parcial del acto jurídico, que no lo invalida en los casos
allí señalados.

6. TRANSACCION DE OBLIGACION NULA O ANULABLE

699
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

Si la obligación dudosa o litigiosa fuera nula, la transacción adolecerá de


nulidad. Si fuera anulable y las partes, conociendo el vicio, la celebran, tiene
validez la transacción. Así lo determina el artículo 1308 del Código Civil, que
regula dicha clase de transacción.

7. TRANSACCION SOBRE NULIDAD O ANULABILIDAD DE


OBLIGACION SUJETA A LITIGIO
El artículo 1309 del Código Civil trata sobre este punto y señala que “si la
cuestión dudosa o litigiosa versara sobre nulidad o anulabilidad de la obligación,
y las partes así lo manifestaran expresamente, la transacción será válida”.

8. OPORTUNIDAD DE LA TRANSACCION
Como se dijera, la transacción extrajudicial es la que acontece fuera del
proceso. Ahora bien, puede tener lugar antes de su inicio, cuando las partes
deciden sobre algún asunto dudoso o litigioso evitando el pleito que podría
promoverse, o durante su trámite, transigiendo los interesados fuera del juicio,
es decir, sin intervención del Juez. Para este último supuesto -siempre que el
acuerdo transaccional se incorpore a los autos- y para la transacción judicial es
de aplicación el artículo 334 del Código Procesal Civil, referido a la oportunidad
de la transacción, que establece lo siguiente: “En cualquier estado del proceso
las partes pueden transigir su conflicto de intereses, incluso durante el trámite
del recurso de casación y aún cuando la causa esté al voto o en discordia”.
Se puede apreciar que la transacción podrá llevarse a cabo hasta antes que
quede firme la sentencia. Una vez producida tal situación no procede su
realización. El eventual acuerdo al que lleguen las partes, posterior al fallo final,
no afecta su inmutabilidad (influyendo tan sólo en su cumplimiento) y no
tendrá, por lo demás, la calidad de transacción (art. 339 del C.P.C.).

9. FORMALIDAD DE LA TRANSACCION
La transacción es un contrato solemne que reviste las siguientes formali-
dades:
- Debe ser realizada por las partes (que tengan plena capacidad
dispositiva sobre el objeto de la transacción) o quienes en su nombre
tengan facultad expresa para hacerlo, pudiendo actuar los últimos
individual o conjuntamente (primera parte del art. 335 del C.P.C. y
último párrafo del art. 68 del C.P.C.). Los representantes de ausentes o

700
FORMAS ESPECIALES DE CONCLUSION DEL PROCESO: TRANSACCION

incapaces pueden transigir con aprobación del Juez, quien para este
efecto oirá al Ministerio Público y al consejo de familia cuando lo haya
y lo estime conveniente (art. 1307 del C.C.). Los Poderes Legislativo,
Ejecutivo y Judicial, el Ministerio Público, los órganos
constitucionales autónomos, los Gobiernos Regionales y Locales y las
universidades, sólo pueden transigir previa aprobación expresa de la
autoridad o funcionario competente (primer párrafo del art. 336 del
C.P.C.).
- Debe hacerse por escrito, bajo sanción de nulidad, o por petición al
Juez que conoce el litigio (art. 1304 del C.C.). Asimismo, los
intervinientes tienen que precisar su contenido y legalizar sus firmas
ante el Secretario respectivo (última parte del primer párrafo del art.
335 del C.P.C.).
- En caso de haber proceso abierto y los litigantes transigieran fuera de
éste (transacción extrajudicial), presentarán el documento que contiene
la transacción (convirtiéndose así en transacción judicial), legalizando
sus firmas ante el Secretario respectivo en el escrito en que la
acompañan, requisito que no será necesario cuando la transacción
conste en escritura pública o documento con firma legalizada (de
acuerdo a lo dispuesto en el segundo párrafo del art. 335 del C.P.C.).

10. HOMOLOGACION DE LA TRANSACCION


“La transacción ha de ser contrastada como acto de disposición de las
partes [bilateral] sobre el proceso y sobre sus pretensiones” (LORCA
NAVARRETE, 2000: 208).
Homologar la transacción representa el acto realizado por el Juez mediante
el cual aprueba, confirma o solemniza lo convenido por las partes.
“La homologación de la transacción judicial la realiza el órgano judicial que
esté conociendo del proceso transaccionado” (LORCA NAVARRETE, 2000:
209).
“La resolución que acepta la transacción es una resolución integrativa con
efecto de definitiva...” (FALCON, 1978: 249). “... El auto homologatorio tiene
por finalidad inmediata la creación de un título ejecutorio y por finalidad
mediata poner fin al litigio extinguiendo la relación procesal” (FORNACIARI,
1988, Tomo II: 91).

701
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

El artículo 337 del Código Procesal Civil trata lo concerniente a la


homologación de la transacción en los siguientes términos:
“El Juez aprueba la transacción siempre que contenga concesiones
recíprocas, verse sobre derechos patrimoniales y no afecte el orden
público o las buenas costumbres, y declara concluido el proceso si
alcanza a la totalidad de las pretensiones propuestas. Queda sin efecto
toda decisión sobre el fondo que no se encuentre firme.
La transacción que pone fin al proceso tiene la autoridad de la cosa
juzgada. El incumplimiento de la transacción no autoriza al
perjudicado a solicitar la resolución de ésta.
Si la transacción recae sobre alguna de las pretensiones propuestas o se
relaciona con alguna de las personas, el proceso continuará respecto de
las pretensiones o personas no comprendidas en ella. En este último
caso, se tendrá en cuenta lo normado sobre intervención de terceros.
Con la transacción judicial no se puede crear, regular, modificar o
extinguir relaciones materiales ajenas al proceso”.

11. ACUERDO SOBRE COSTAS Y COSTOS


Por mandato del artículo 415 -primer párrafo- del Código Procesal Civil, las
partes deben convenir sobre el reembolso de las costas y costos cuando el
proceso concluye por transacción. Dicho acuerdo no es oponible para quienes no
participan del mismo, quienes se someten a las reglas generales.
De omitirse el acuerdo sobre el reembolso de las costas y costos, se
entiende que cada parte asume las propias (art. 415 -in fine- del C.P.C.).
12. EFECTOS Y EJECUCION DE LA TRANSACCION
Alvarez Juliá, Neuss y Wagner afirman que la transacción produce los
siguientes resultados:
“a) Extingue los derechos y obligaciones que las partes hubiesen renunciado.
b) Tiene para con ellos la autoridad de cosa juzgada.
c) Extingue la acción y es un sustituto de la sentencia pero no tiene la
autoridad plena de ésta.

702
FORMAS ESPECIALES DE CONCLUSION DEL PROCESO: TRANSACCION

d) Si se instaurare el mismo juicio (mismas partes, objeto y causa)


autoriza la oposición de la excepción mencionada (de transacción)”
(ALVAREZ JULIA; NEUSS; y WAGNER, 1990: 303).
La transacción extrajudicial tiene como efecto evitar el proceso que podría
promoverse a causa del asunto dudoso o conflictivo, o ponerle fin, siempre que,
en este último caso, se haya incorporado posteriormente a los autos y haya sido
homologada por el Juez. En virtud de ella se puede crear, regular, modificar o
extinguir relaciones que fueron objeto de controversia y también las ajenas a
ellas.
La transacción judicial homologada deja sin efecto toda decisión sobre el
fondo que no se encuentre firme y da lugar, además, a la creación, regulación,
modificación o extinción de relaciones materiales. Una vez aprobada por el
magistrado, adquiere la calidad de cosa juzgada (en relación a las partes que la
celebraron). En consecuencia, extingue el proceso, si alcanza al conjunto de
pretensiones propuestas y a todas las partes; de no ser así, continuará aquél
respecto de las pretensiones o personas no comprendidas en la transacción.
La transacción judicial, en razón de poner fin al proceso (concluyendo éste
con declaración sobre el fondo: art. 322 -inc. 4)- del C.P.C.) y tener la autoridad
de cosa juzgada, se ejecuta ante el Juez que la aprobó (se entiende en el mismo
proceso del que deriva). Se considera, entonces, a esta clase de transacción (en
realidad a la resolución que la homologa) como un título ejecutivo de naturaleza
judicial y rige para ella lo normado en el artículo 1312 del Código Civil, el cual
preceptúa que “la transacción judicial se ejecuta de la misma manera que la
sentencia...” En consecuencia, la transacción judicial, de incumplirse, puede ser
ejecutada siguiéndose el trámite previsto en el Capítulo I (“Disposiciones
generales”) y en el Capítulo III (“Ejecución de resoluciones judiciales”), ambos
del Título V (“Proceso único de ejecución”) de la Sección Quinta (“Procesos
contenciosos”) del Código Procesal Civil.
En lo que respecta al cumplimiento de la transacción extrajudicial, éste
puede ser exigido en la vía ejecutiva (entiéndase vía de proceso único de
ejecución en la actualidad), conforme a lo ordenado en los artículos 1312 del
Código Civil y 688 -inciso 8)- del Código Procesal Civil. Se seguirá así el
trámite contemplado en el Capítulo I (“Disposiciones generales”) del Título V
(“Proceso único de ejecución”) de la Sección Quinta (“Procesos contenciosos”)
del Código Procesal Civil. Es de subrayar que, pese a considerar el artículo 688
-inciso 8)- del Código Procesal Civil como título ejecutivo al documento
privado que contenga transacción extrajudicial, nada obsta que ésta pueda

703
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

constar en documento público y ser exigible también en la vía del proceso único
de ejecución.

13. TRANSACCION Y ACTO JURIDICO POSTERIOR A LA SEN-


TENCIA
El convenio que realicen las partes en momento posterior al
pronunciamiento de una sentencia que queda firme, regulando o modificando el
cumplimiento del fallo definitivo, no configura una transacción y, se deja en
claro, no altera lo resuelto, incidiendo tan sólo en su consumación material o
ejecución.
Precisamente el artículo 339 del Código Procesal Civil trata sobre el acto
jurídico posterior a la sentencia estableciendo que: “Aunque hubiera sentencia
consentida o ejecutoriada, las partes pueden acordar condonar la obligación que
ésta contiene, novarla, prorrogar el plazo para su cumplimiento, convenir una
dación en pago y, en general, celebrar cualquier acto jurídico destinado a regular
o modificar el cumplimiento de la sentencia. Sin embargo, dicho acto jurídico
no tiene la calidad de transacción ni produce los efectos de ésta”.

704
CAPITULO XXI

FORMAS ESPECIALES DE CONCLUSION


DEL PROCESO: DESISTIMIENTO

1. SIGNIFICADO
El desistimiento como acto jurídico procesal representa una manifestación
de voluntad unilateral encaminada a dejar sin efecto algún acto procesal o el
proceso o a renunciar a la pretensión. Advertimos que la declaración de quien se
desiste es de carácter unilateral, presentándose en el desistimiento una nota de
bilateralidad sólo en lo concerniente a su eficacia (como cuando se exige la
conformidad del adversario o, al menos, su silencio -rebeldía-, tratándose del
desistimiento del proceso, o cuando se requiere que sea convencional el
desistimiento de la pretensión, si se hubiera expedido ya sentencia de primera
instancia, operando esta última forma de desistimiento siempre que tal
resolución no hubiese quedado firme todavía, en razón de la inmutabilidad
derivada del instituto de la cosa juzgada que no puede ser afectada ni siquiera
por acuerdo de las partes).
El desistimiento implica el apartamiento voluntario y expreso (no hay
desistimiento tácito) que uno de los sujetos procesales hace del proceso o
también la renuncia a algún acto procesal o, inclusive, a la pretensión.
Prácticamente se tiene por equivalentes los términos desistimiento y renuncia.
El Código Procesal Civil considera al desistimiento (del proceso y de la
pretensión) como una forma especial -en relación a la sentencia- de conclusión
del proceso, regulándolo en el Capítulo IV (“Desistimiento”) del Título XI
(“Formas especiales de conclusión del proceso”) de su Sección Tercera
(“Actividad procesal”), en los artículos 340 al 345.

2. CLASES
Del artículo 340 del Código Procesal Civil se desprenden tres clases o tipos
de desistimiento, a saber:
A) Desistimiento del proceso.

705
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

B) Desistimiento de actos procesales.


C) Desistimiento de la pretensión.

2.1 Desistimiento del proceso

2.1.1 Definición
El desistimiento del proceso, denominado también desistimiento o renuncia
al estado de litispendencia (según la doctrina alemana) o renuncia a los actos del
juicio (según cierto sector de la doctrina italiana) o desistimiento de la acción o
de la instancia o de la demanda, es aquel acto jurídico procesal a través del cual
el demandante manifiesta expresamente su voluntad de apartarse del proceso
(quedando incólume su pretensión), terminando de este modo la relación
jurídica procesal (siempre que reúna dicho acto los requisitos de ley y sea
declarado eficaz por el Juez, y, además, que no haya de por medio reconvención
formulada por el demandado). Dicha clase de desistimiento podrá provenir
también del demandado si el actor se desistió del proceso y, subsistiendo la
relación jurídica procesal en virtud de la reconvención planteada por el
demandado, éste posteriormente expresa su voluntad de desistirse del proceso.
En opinión de Monroy Gálvez, por el desistimiento del proceso “... el actor
renuncia a todos los derechos que haya obtenido en el curso de la relación
jurídica procesal, es decir, en lo que va de recorrido el proceso...” (MONROY
GALVEZ, 1987: 163).
Fairén Guillén anota que “el desistimiento del actor es un abandono, hecho
por él, de su demanda y, con ella, de la primera instancia judicial que produjo,
sin que por esto se extinga su derecho de acceder a los tribunales ulteriormente
formulando la misma pretensión” (FAIREN GUILLEN, 1990: 201).
Goldschmidt denomina desistimiento de la demanda (o del proceso) a “... la
declaración de la voluntad de terminar la litispendencia...” (GOLDSCHMIDT,
1936: 377).
Alvarez Juliá, Neuss y Wagner entienden al desistimiento de la acción (o
del proceso) como “... un modo anormal de terminación de los procesos cuando
ambas partes manifiestan su voluntad de darlo por extinguido, o el actor
requiere al juez que lo dé por terminado” (ALVAREZ JULIA; NEUSS; y
WAGNER, 1990: 300).
Finalmente, Gómez de Liaño González le da al instituto en análisis esta
significación: “Es un acto procesal del demandante, por el cual abandona el

706
FORMAS ESPECIALES DE CONCLUSION DEL PROCESO: DESISTIMIENTO

proceso iniciado, originando la conclusión del mismo sin resolverse sobre la


acción ejercitada que puede ser interpuesta en un proceso ulterior...” (GOMEZ
DE LIAÑO GONZALEZ, 1992: 205).

2.1.2 Legitimación
“¿Quién puede desistir? El titular de aquello que se desiste o a lo que se
renuncia: derecho, acción, ejercicio de la acción ante determinado Juez, acto
realizado. Parece claro que lo unilateral predomina cuando se trata del derecho
sustantivo del que es titular exclusivo el renunciante, o si se trata de la acción,
que obviamente en su dirección y sentido peculiar sólo corresponde al propio
titular (a menos que resulten ésta o aquél indisponibles por decisión legal); o, en
el otro extremo, si se renuncia a un acto unilateral del proceso, siempre que éste
no haya proseguido y se encuentre en una etapa de superación del acto, de tal
modo que renunciar al mismo carezca de trascendencia” (GELSI BIDART,
1975: 499).
Tiene legitimidad para desistirse del proceso la parte demandante o su
representante (convencional, legal o judicial). Por tratarse dicho instituto
procesal de un acto de disposición (así no elimine la pretensión), deberá el
último de los nombrados contar con facultades especiales (de conformidad con
el artículo 75 del Código Procesal Civil) o estar autorizado legal o judicialmente
para hacerlo.
Es de destacar que para el acto de desistimiento del proceso será válida la
actuación conjunta de los apoderados judiciales que hubiesen sido designados
por quien tiene capacidad para comparecer por sí mismo al proceso (esto es, la
persona que puede disponer de los derechos que en él se hacen valer), si éste así
lo dispuso (ello de acuerdo a lo previsto en el artículo 68 -último párrafo- del
Código Procesal Civil). Esto significa que, de haber ordenado el interesado la
actuación conjunta de apoderados judiciales en caso de desistimiento del
proceso y producirse, no obstante, la actuación individual de alguno de ellos,
dicho acto procesal no surtirá ningún efecto, siendo a todas luces ineficaz.
Los Poderes Legislativo, Ejecutivo y Judicial, el Ministerio Público, los
órganos constitucionales autónomos, los Gobiernos Regionales y Locales y las
universidades (en realidad sus representantes), sólo podrán desistirse del proceso
previa autorización expresa de la autoridad o funcionario competente. Así lo
establece el artículo 336 del Código Procesal Civil.
También se encuentra legitimada la parte demandada para desistirse del
proceso. Esta situación se da cuando, habiendo ella formulado reconvención, el

707
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

actor se desiste del proceso, el mismo que continúa respecto de la pretensión


reconvencional. Así, si el demandado renuncia a esta última, se estará
configurando el desistimiento del proceso, pero provocado por el sujeto pasivo
de la relación jurídica procesal.

2.1.3 Oportunidad
Aun si no se hubiera producido el traslado de la demanda será factible el
desistimiento del proceso, si es propuesto por el actor una vez presentada dicha
demanda y antes de que se corra su traslado, porque, si bien no está conformada
plenamente la relación procesal, con la interposición de aquélla se da comienzo
a tal relación, representando así la presentación de la demanda su primera
manifestación.
Similar parecer tiene Fornaciari cuando dice que “... se puede desistir de los
actos del proceso (es decir, del proceso) desde que existe, aun en su mínima
expresión, relación procesal. Si ésta no está integrada totalmente, bastará la
manifestación del actor. Si medió traslado de la demanda se requerirá la
conformidad del demandado” (FORNACIARI, 1987, TOMO I: 35).
Luego de haber visto el momento a partir del cual puede formularse el
desistimiento del proceso, toca determinar hasta cuando resulta oportuno este
último.
El primer párrafo del artículo 342 del Código Procesal Civil, referido
precisamente a la oportunidad del desistimiento, preceptúa que el desistimiento
del proceso “... se interpone antes que la situación procesal que se renuncia haya
producido efecto”. Esto significa que será posible proponer el desistimiento del
proceso hasta antes que éste concluya, pues una vez finalizado será
ostensiblemente extemporáneo.
Es de subrayar que lo expuesto no significa que podrá acontecer el
desistimiento del proceso únicamente en momento inmediatamente anterior al
de aquel en que la sentencia quede firme, sino que la regla se hace extensible a
toda resolución que pueda poner fin al proceso ya que éste no es susceptible de
terminar tan sólo con la sentencia.

2.1.4 Formalidad
Todo tipo de desistimiento (incluyéndose el del proceso) tiene que ser
expreso y no tácito. Es preciso en el desistimiento una expresión de voluntad
cierta y categórica (que no deje dudas) en un determinado sentido. El

708
FORMAS ESPECIALES DE CONCLUSION DEL PROCESO: DESISTIMIENTO

desistimiento es un acto formal, además, por cuanto se requiere de la


legalización de firma de quien lo practica ante el auxiliar jurisdiccional. En él no
debe haber ningún condicionamiento u otra modalidad propia de los actos
jurídicos de orden sustantivo por tratarse de un acto procesal estrictamente puro.
La exigencia legal de formalidades obedece al carácter dispositivo (al implicar
una renuncia) del desistimiento.
En relación al tema, Bourguignon pone énfasis en que “... el desistimiento
debe ser efectuado por escrito, debe ser claro, incondicionado, de interpretación
restrictiva no necesariamente fundado” (BOURGUIGNON; citado por
FORNACIARI, 1987, Tomo I: 41).
El artículo 341 del Código Procesal Civil establece al respecto lo siguiente:
“El desistimiento no se presume. El escrito que lo contiene debe precisar
su contenido y alcance, legalizando su firma el proponente ante el
secretario respectivo.

El desistimiento es incondicional y sólo perjudica a quien lo hace”.

2.1.5 Efectos
El desistimiento del proceso constituye una renuncia de consecuencias
eminentemente procesales al incidir casi de manera exclusiva sobre la relación
procesal y no sobre el derecho material que se ventila en juicio. Sin embargo,
dicho derecho puede ser afectado a causa del desistimiento del proceso en lo que
concierne al plazo de prescripción extintiva o liberatoria. Ello es así si se tiene
en cuenta que el emplazamiento válido con la demanda produce como efecto
-entre otros- la interrupción de la prescripción extintiva (art. 438 -inc. 4)- del
C.P.C.) y que, por disposición del artículo 439 -inc. 1)- del Código Procesal
Civil (concordante con el art. 1997 -inc. 2)- del C.C.), queda sin efecto la
interrupción de la prescripción cuando el demandante se desiste del proceso. El
desistimiento del proceso representa, entonces, una causal de ineficacia de la
interrupción de la prescripción.
Alvarez Juliá, Neuss y Wagner aseguran que “formulado el desistimiento de
la acción (o del proceso), el juez debe disponer la extinción del proceso y el
archivo de las actuaciones, imponer las costas en la forma que corresponda y
regular los honorarios de los profesionales que hayan intervenido” (ALVAREZ
JULIA; NEUSS; y WAGNER, 1990: 300). Concluyen Alvarez Juliá, Neuss y
Wagner diciendo que “... esta clase de desistimiento no obsta a que la cuestión
de fondo sea planteada nuevamente en un proceso posterior, salvo que se haya

709
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

operado la prescripción” (ALVAREZ JULIA; NEUSS; y WAGNER, 1990:


300).
A la misma conclusión llega Prieto-Castro y Ferrándiz cuando afirma que
“... el efecto del desistimiento es dar por terminado el proceso sin sentencia;
pero la acción no se consume, de suerte que puede ejercitarse de nuevo, a menos
que mientras tanto haya prescrito o caducado el derecho. Todos los efectos de la
litispendencia extinguida desaparecen (...), y como consecuencia obvia el actor
debe asumir las costas” (PRIETO-CASTRO Y FERRANDIZ, 1980, Volumen
1: 217).
El primer párrafo del artículo 343 del Código Procesal Civil versa sobre los
efectos del desistimiento del proceso al establecer que “el desistimiento del
proceso lo da por concluido sin afectar la pretensión. Cuando se formula
después de notificada la demanda, requiere la conformidad del demandado
expresada dentro de tercer día de notificado, o en su rebeldía. Si hubiera
oposición, el desistimiento carecerá de eficacia, debiendo continuar el proceso”.
En el artículo 321 -inciso 6)- del Código Procesal Civil se precisa que
concluye el proceso sin declaración sobre el fondo cuando el demandante se
desiste del proceso (o de la pretensión).
El desistimiento del proceso no es sólo una forma especial -en relación a la
sentencia- de conclusión del proceso sino que constituye, además, un caso de
conclusión anticipada del mismo, con arreglo a lo dispuesto en el artículo 474
del Código Procesal Civil.
Si acaso hubiera pluralidad de demandantes y no se desistieran del proceso
todos ellos, continuará éste su trámite respecto de quienes no participaron de
dicho acto de renuncia, pues, conforme a la parte final del artículo 341 del
Código Procesal Civil, el desistimiento “sólo perjudica a quien lo hace”.

2.2 Desistimiento de actos procesales

2.2.1 Noción
El desistimiento de actos procesales no está referido a la totalidad de éstos
sino sólo a alguno o algunos de ellos, porque de lo contrario estaríamos ante el
“desistimiento de los actos del juicio”, expresión con que suele denominarse
también al desistimiento del proceso.
El desistimiento de actos procesales viene a ser una subdivisión del
desistimiento estrictamente procesal por cuanto nuestro ordenamiento jurídico lo

710
FORMAS ESPECIALES DE CONCLUSION DEL PROCESO: DESISTIMIENTO

legisla conjuntamente con el último (art. 340 -inc. 1)- del C.P.C.). Desistirse de
un acto procesal supone la manifestación de voluntad dirigida a renunciar o
dejar sin efecto un recurso u otro medio impugnatorio, excepción, cuestión
probatoria, etc. De esto puede inferirse que dicha clase de desistimiento no está
reservado al actor sino que opera también en cuanto al demandado y a los
terceros legitimados.
Para Casarino Viterbo, el desistimiento de un acto del procedimiento (o
acto procesal) “... sólo significa la extinción del derecho a que el acto se refiere,
pudiendo, incluso, el desistimiento de un acto procesal emanar tanto del
demandante como del demandado...” (CASARINO VITERBO, 1983, Tomo III:
322).
El desistimiento de actos procesales es una declaración de voluntad expresa
y concreta, no pudiendo ser manifestada tácita o genéricamente. Es también un
acto puro porque no admite condición alguna u otra modalidad (como el plazo y
el cargo) aplicable a los actos jurídicos de naturaleza sustantiva. Es, finalmente,
unilateral, no sólo por tratarse el desistimiento de actos procesales de una
declaración de origen individual o emanada de un sujeto procesal considerado
aisladamente, sino, además, por no requerir (a diferencia del desistimiento del
proceso) de la conformidad del adversario (esto no significa que no pueda ser
impugnado).

2.2.2 Legitimación
Cuentan con legitimidad para desistirse de actos procesales las partes o sus
representantes (convencionales, legales o judiciales). Por configurar dicho
instituto procesal un acto dispositivo, quien represente a la parte que se desiste
de algún (algunos) acto (s) procesal (es) deberá tener facultades especiales (con
arreglo al artículo 75 del Código Procesal Civil) o estar autorizado legal o
judicialmente para hacerlo.
Puntualizamos que en el desistimiento de algún (algunos) acto (s) procesal
(es) será válida la actuación conjunta de los apoderados judiciales que hubieren
sido designados por el poderdante para obrar de esa forma (de acuerdo a lo
contemplado en el artículo 68 -último párrafo- del Código Procesal Civil). Esto
quiere decir que si hubiese dispuesto el interesado la actuación conjunta de
apoderados judiciales para desistirse de un determinado acto procesal (o de
varios) y se produjera, pese a ello, la actuación aislada de alguno de los
apoderados, tal acto de disposición resultará ineficaz, no surtiendo, en
consecuencia, ningún efecto.

711
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

2.2.3 Oportunidad
El artículo 342 -primer párrafo- del Código Procesal Civil versa sobre la
oportunidad del desistimiento de un acto procesal (y del proceso), estableciendo
que puede interponerse éste “antes que la situación procesal que se renuncia
haya producido efecto”. Así, por ejemplo, se podrá desistir: a) de un recurso
presentado hasta tanto no quede firme la resolución que se impugna (porque, de
ser así, adquiriría la calidad de cosa juzgada y, por ende, de inmutable, siendo el
desistimiento notoriamente inútil o ineficaz); b) de la reconvención planteada,
hasta que no quede firme la sentencia que la resuelva; c) del allanamiento
formulado, si aún no es declarado; d) de la excepción deducida, mientras no se
sanee la relación procesal o no se suspenda o anule lo actuado y se dé por
concluido el proceso (según el caso); e) de un medio de prueba ofrecido,
mientras no se produzca su actuación; etc.
2.2.4 Formalidad
Por ser un acto de renuncia o disposición se exige para el desistimiento de
actos procesales una serie de formalidades. Así, según el artículo 341 del
Código Procesal Civil:
- El desistimiento no se presume (es decir, la manifestación de voluntad
en ese sentido tiene que ser expresa).
- Debe constar por escrito, debiéndose precisar el contenido y alcance
del desistimiento (esto es, la declaración no debe ser genérica sino
específica y categórica, determinando claramente cuál es el acto al que
se renuncia).

- El proponente debe legalizar su firma ante el secretario respectivo.


- El desistimiento es incondicional. (Siendo aquél un acto esencialmente
puro, no resultará eficaz si está sujeto a alguna modalidad).

2.2.5 Efectos del desistimiento de actos procesales


El segundo párrafo del artículo 343 del Código Procesal Civil versa sobre
los efectos del desistimiento de actos procesales, disponiendo que “el
desistimiento de algún acto procesal, sea medio impugnatorio, medio de defensa
u otro, deja sin efecto la situación favorable a su titular. Si el desistimiento es de
un medio impugnatorio, su efecto es dejar firme el acto impugnado, salvo que se
hubiera interpuesto adhesión”.

712
FORMAS ESPECIALES DE CONCLUSION DEL PROCESO: DESISTIMIENTO

De dicho precepto se desprende que la clase de desistimiento que nos ocupa


-una vez aprobado judicialmente, se entiende- produce la ineficacia de la
situación procesal favorable únicamente a su titular y no la de aquella que
beneficia al adversario o que eventualmente pueda hacerlo. Esto explica que no
sea necesaria la anuencia de la parte contraria respecto del desistimiento del acto
procesal al no afectarle éste de modo alguno, según lo prevé el citado artículo,
concordante con la parte final del numeral 341 del Código Procesal Civil, en la
cual se señala que el desistimiento sólo perjudica a quien lo hace. “... Si el acto
procesal de que se quiere renunciar (...) produce efectos favorables a la parte
contraria, tal renuncia no puede ser unilateral” (FAIREN GUILLEN, 1990:
210). En esta hipótesis se requerirá, entonces, la conformidad del interesado.
Por otro lado, del artículo 343 -segundo párrafo- del Código Procesal Civil
se infiere, además, que el desistimiento de un medio impugnatorio hace que el
acto impugnado adquiera firmeza, siempre y cuando no se hubiera interpuesto
adhesión. Esta salvedad se sustenta también en el hecho que el desistimiento de
algún acto procesal deja sin efecto tan sólo la situación favorable a su titular y
perjudica únicamente a quien lo efectúa, no pudiéndose, entonces, vulnerar el
derecho de la parte contraria -que formuló adhesión al medio impugnatorio- a la
revisión del acto impugnado. Sin embargo, de haber adhesión quedará firme el
acto impugnado por efecto del desistimiento del medio impugnatorio si éste
fuese conjunto, es decir, si proviene tanto del impugnante como del adherente.
Por último, el desistimiento de un medio impugnatorio deberá ocurrir antes que
el acto impugnado quede firme porque, de lo contrario, ya no tendría objeto
alguno que sea propuesto al devenir en inútil o irrelevante.

2.3 Desistimiento de la pretensión


2.3.1 Configuración
El desistimiento de la pretensión es denominado también renuncia o
desistimiento del derecho o, inclusive, de la acción.
Dicha clase de desistimiento constituye una manifestación expresa de
voluntad dirigida no sólo a apartarse del proceso sino también a abdicar de la
pretensión del proponente.
El desistimiento de la pretensión es una forma especial -en relación a la
sentencia- de conclusión del proceso que, además de poner término a la relación
procesal, afecta la cuestión de fondo (enmarcada en la pretensión del sujeto), la
misma que, una vez renunciada -y aprobada por el Juez-, no puede ventilarse
nuevamente en otro juicio. Así, el derecho sustancial en que reposa la pretensión

713
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

no puede ser luego debatido judicialmente si se hizo renuncia de él en un


proceso previo.
Prieto-Castro y Ferrándiz sostiene que la “renuncia a la pretensión del actor
(y correspectivo objeto del proceso) es una manifestación formulada por éste,
con la que él quiere argüir que hace dejación de dicha pretensión, la abandona o
se desentiende de ella, en todo o en parte, bien sea porque estime que no existe o
porque sea infundada, o por mediar una causa jurídica o moral cualquiera
subyacente” (PRIETO-CASTRO Y FERRANDIZ, 1980, Volumen 1: 222).

2.3.2 Legitimación
Tiene legitimidad para desistirse de la pretensión la parte demandante o su
representante (convencional, legal o judicial). Por ser dicha clase de
desistimiento un acto dispositivo, deberá el último de los nombrados contar con
facultades especiales (a que se contrae el artículo 75 del Código Procesal Civil)
o estar autorizado legal o judicialmente para hacerlo.
Es de subrayar que para el acto de desistimiento de la pretensión será válida
la actuación conjunta de los apoderados judiciales que hubiesen sido designados
por quien tiene capacidad para comparecer por sí mismo al proceso (es decir, la
persona que puede disponer de los derechos que en él se hacen valer), si éste así
lo dispuso (de conformidad con lo señalado en el artículo 68 -último párrafo- del
Código Procesal Civil). Esto supone que, de haber establecido el poderdante la
actuación conjunta de los apoderados judiciales en caso de desistimiento de la
pretensión y producirse, sin embargo, la actuación individual o aislada de
alguno de ellos, tal acto procesal no surtirá ningún efecto.
Los Poderes Legislativo, Ejecutivo y Judicial, el Ministerio Público, los
órganos constitucionales autónomos, los Gobiernos Regionales y Locales y las
universidades (en realidad sus representantes), sólo podrán desistirse de la
pretensión previa autorización expresa de la autoridad o funcionario competente.
Así lo ordena el numeral 336 del Código Procesal Civil.
La parte demandada, al igual que el actor, se encuentra legitimada para
desistirse de la pretensión. Esta situación tiene lugar cuando, habiendo ella
planteado reconvención, se desiste precisamente de la pretensión reconvencional
dirigida contra el accionante.

2.3.3 Oportunidad

714
FORMAS ESPECIALES DE CONCLUSION DEL PROCESO: DESISTIMIENTO

Por tratarse el desistimiento de la pretensión de un acto típicamente


procesal, tendrá lugar sólo a partir del momento en que el actor interpone su
demanda y no antes, porque antes de presentada ésta no existirá todavía el
proceso que posibilitará la realización del indicado acto de renuncia. Como bien
sostiene Fornaciari, “... la dejación del derecho sustancial en el ámbito del
proceso puede hacerse desde que éste existe en su mínima expresión...”
(FORNACIARI, 1987, Tomo I: 7778). Sobre esto, Fairén Guillén afirma que “...
en cualquier tipo de proceso, para ‘renunciar’ -y ya se entiende, al derecho de
pretender- será necesario que ya se haya ejercitado el derecho de pretender con
todos los elementos de lo pretendido en la demanda...” (FAIREN GUILLEN,
1990: 203).
Procede la formulación del desistimiento de la pretensión hasta antes de que
se expida la sentencia de primera instancia (según lo contemplado en el último
párrafo del artículo 342 del Código Procesal Civil). Será, entonces,
extemporáneo -y, por ende, improcedente- el desistimiento de la pretensión que
se produzca luego de emitido el fallo de primera instancia.
Sin embargo, el numeral citado líneas arriba establece una salvedad
respecto de la oportunidad en que puede acontecer el desistimiento de la
pretensión. En efecto, el artículo 342 -último párrafo- del Código Procesal Civil
permite que la renuncia a la pretensión pueda ser planteada después de expedida
la sentencia de primera instancia, pero siempre y cuando dicho acto de
disposición fuese convencional, vale decir, que medie acuerdo en ese sentido
entre ambas partes. Naturalmente, de ser convencional el desistimiento de la
pretensión podrá este acto ser propuesto hasta antes que la sentencia quede
firme, caso contrario, ni siquiera el acuerdo de los justiciables dirigido a la
renuncia de la pretensión puede afectar la inmutabilidad propia de la cosa
juzgada que adquiere el fallo definitivo. Advertimos que el desistimiento
convencional de la pretensión puede darse hasta antes que quede firme la
sentencia final, entendiéndose que ésta no es únicamente la de primera instancia
sino que, además, puede tratarse de la resolución de vista o de segundo grado e,
inclusive, de la que resuelve el recurso de casación, pues, existiendo
impugnación de por medio, nada obsta que pueda renunciarse
convencionalmente a la pretensión mientras no adquiera la resolución judicial de
que se trate la calidad de cosa juzgada.
El artículo 345 del Código Procesal Civil está referido al caso del
desistimiento de pretensión no resuelta y señala que “el titular de una pretensión
no resuelta en primera instancia, puede desistirse de la misma antes que el
proceso sea decidido por el superior”. Como se aprecia, estamos ante el

715
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

supuesto de una sentencia de primera instancia incompleta, es decir, que omite


el pronunciamiento sobre determinada pretensión que ha sido materia de
apelación, lo que no impide manifestar expresamente en segunda instancia la
voluntad dirigida a desistirse de la pretensión no resuelta por el inferior
jerárquico siempre y cuando el órgano jurisdiccional superior no resuelva aún el
recurso de apelación respectivo. Por cierto, no habrá necesidad en este caso de
que el desistimiento sea convencional.

2.3.4 Formalidad
Todo tipo de desistimiento (lo que incluye al de la pretensión) debe ser
expreso y no tácito. No se presume. Se requiere en el desistimiento una
expresión de voluntad referida cierta e indubitablemente a renunciar algo (en el
caso particular a la pretensión). El desistimiento es un acto formal, además,
porque debe constar por escrito y legalizarse la firma del proponente ante el
auxiliar jurisdiccional (artículo 341 del Código Procesal Civil). En él no se
admite como contenido ninguna condición u otra modalidad que sí puede
estipularse en los actos jurídicos sustantivos ya que se trata de un acto
enteramente puro.

2.3.5 Rol del Juez en el desistimiento de la pretensión


“... La renuncia del derecho formulada en el proceso no es vinculante para
el juez. Este deberá examinar la procedencia del acto atendiendo a la naturaleza
del derecho cuestionado. La disponibilidad del derecho determinará que sea o no
viable la renuncia” (FORNACIARI, 1987, Tomo I: 81).
En la parte final del primer párrafo del artículo 344 del Código Procesal
Civil se establece que el desistimiento de la pretensión no requerirá la
conformidad del demandado, debiendo el Juez revisar únicamente (además del
cumplimiento de las formalidades de ley como, por ejemplo, la legalización de
firma ante el auxiliar jurisdiccional y el no señalamiento de condición alguna) la
capacidad de quien lo realiza y la naturaleza del derecho que sustenta la
pretensión (el cual no debe ser indisponible o irrenunciable), teniendo en cuenta
lo dispuesto sobre la improcedencia del allanamiento en lo que corresponda. El
artículo 332 del Código Procesal Civil versa precisamente sobre la
improcedencia del allanamiento, preceptuando que el Juez declarará
improcedente el allanamiento y ordenará la continuación del proceso cuando:
1. El demandado no tiene capacidad para disponer del derecho en litigio.

716
FORMAS ESPECIALES DE CONCLUSION DEL PROCESO: DESISTIMIENTO

2. El apoderado o representante del demandado carece de facultad para


allanarse (léase desistirse de la pretensión).
3. Los hechos admitidos requieren ser probados por otros medios, además
de la declaración de parte. (Este inciso es prácticamente inaplicable al
desistimiento de la pretensión).
4. El conflicto de intereses comprende derechos indisponibles.
6. Habiendo litisconsorcio necesario, el allanamiento (léase desistimiento
de la pretensión, en el caso particular) no proviene de todos los
demandados.
7. Presume la existencia de fraude o dolo procesal.
8. Advierte que la sentencia a dictarse va a surtir efecto frente a tercero
no emplazado.
9. El demandado es el Estado u otra persona de derecho público, salvo
que su representante tenga autorización expresa.
Para el objeto de nuestro estudio y en el caso particular, toda alusión al (a
los) demandado (s) que se hace en el artículo 332 del Código Procesal Civil
debe entenderse hecha a quien se desiste de la pretensión, es decir, al (a los)
demandante (s), siendo de aplicación al (a los) demandado (s) tratándose del
desistimiento de la pretensión reconvencional.

2.3.6 Efectos del desistimiento de la pretensión


El desistimiento de la pretensión, por ser una forma especial -en relación a
la sentencia- de conclusión del proceso, pone fin (una vez aprobado por el Juez)
a la relación jurídica procesal, afectando, además -en lo que respecta a su
reclamo judicial-, la cuestión litigiosa o asunto de fondo que constituye el marco
de la pretensión, así como el derecho en que ésta se sustenta.
Por disposición del artículo 321 -inciso 6)- del Código Procesal Civil
(concordante con el numeral 474 del C.P.C. referido a la conclusión anticipada
del proceso), concluye el proceso sin declaración sobre el fondo cuando el
demandante se desiste de la pretensión (o del proceso).
El desistimiento de la pretensión no afecta directamente la cuestión de
fondo (litigiosa) que no sufre en realidad mayor modificación, porque
únicamente trae como consecuencia la privación -a quien afirmó ser titular del
respectivo derecho y que se desistió de la pretensión- de un nuevo ejercicio de la

717
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

acción, vale decir, se impide al renunciante reclamar posteriormente en sede


judicial la pretensión desistida en anterior proceso. Es por ello que a causa del
desistimiento de la pretensión el proceso concluye sin declaración sobre el
fondo (art. 321 -inciso 6)- del C.P.C.), porque efectivamente no puede haberla.
El desistimiento de la pretensión -una vez aprobado- extingue el proceso, si
es total (y no hubiera reconvención). En cambio, si fuese parcial, esto es, si el
desistimiento no se refiere a todas las pretensiones o si sólo es deducido por uno
de los demandantes, el proceso continuará respecto de las pretensiones y
personas no comprendidas en él. En este último caso, debe tenerse presente lo
dispuesto sobre litisconsorcio necesario (art. 344 -penúltimo párrafo- del
C.P.C.). El artículo 93 del Código Procesal Civil trata justamente sobre el
litisconsorcio necesario, preceptuando que, “cuando la decisión a recaer en el
proceso afecta de manera uniforme a todos los litisconsortes, sólo será expedida
válidamente si todos comparecen o son emplazados, según se trate de
litisconsorcio activo o pasivo, respectivamente, salvo disposición legal en
contrario”. Se desprende del numeral citado que no será factible el desistimiento
de la pretensión si no proviene de todos los litisconsortes necesarios
El desistimiento de la pretensión no obsta el trámite de la reconvención, que
continuará ante el mismo Juez, cualquiera que fuese su cuantía (último párrafo
del artículo 344 del Código Procesal Civil). Contrario sensu, si dicho acto
dispositivo se dirige hacia la pretensión reconvencional, extinguiéndola, el
proceso seguirá su curso respecto de la (s) pretensión (pretensiones) del actor.

3. JURISPRUDENCIA CASATORIA RELACIONADA CON EL


DESISTIMIENTO
La Corte Suprema de Justicia de la República, en relación al desistimiento,
ha establecido lo siguiente:
- “... El desistimiento es el apartamiento que hace el litigante de manera
expresa de su petitorio, o medio impugnatorio, y se distingue: el
desistimiento del proceso, que lo da por concluido sin afectar la pretensión,
como establece el Artículo trescientos cuarentitrés del Código Procesal
Civil, y el desistimiento de la pretensión, que produce los efectos de una
demanda infundada con la autoridad de la cosa juzgada, como estipula el
Artículo trescientos cuarenticuatro del mismo Código” (Casación Nro.
1782-96 / Lima, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 05-07-1998,
págs. 1392-1393).

718
FORMAS ESPECIALES DE CONCLUSION DEL PROCESO: DESISTIMIENTO

- “... El desistimiento [de la pretensión] [...] es el abandono del actor, un acto


abdicativo de la pretensión...” (Casación Nro. 1811-2007 / Cajamarca,
publicada en el Diario Oficial El Peruano el 01-12-2008, págs. 23400-
23401).
- “... El desistimiento siempre será una manifestación unilateral, y la
conformidad del demandado que se solicita en el caso del desistimiento del
proceso, es en razón, a que el demandado también tiene una expectativa de
una sentencia favorable, por ello, se le concede la oportunidad procesal para
meditar sobre ello y de ser el caso oponerse a que el actor le desposea
unilateralmente dicha expectativa. (...) Que no obstante lo dicho, aquella
excepción resumida en la frase ‘salvo que sea convencional’ sobre la
oportunidad de plantear el desistimiento de la pretensión, tiene como
finalidad regular el caso por el que el accionante pueda someter en segunda
instancia al Juzgador Colegiado la propuesta del desistimiento de su
pretensión y en tal situación el demandado deberá convenir en ello, ya sea
presentando la concurrencia de ambas voluntades en un solo escrito o como
también podrá correrse traslado de ella, para que exprese la conformidad
respectiva” (Casación Nro. 1653-97 / Lima, publicada en el Diario Oficial
El Peruano el 17-11-1998, págs. 2048-2049).
- “... Si el legislador ha establecido que cuando uno se desiste del proceso,
tiene que correrse traslado al demandado, y si éste se opone, continua [sic
-léase continúa-] el proceso, quiere decir que no existe nada que los jueces
de mérito tengan que resolver; los jueces, en este caso, no resuelven la
oposición, sino simplemente ejecutan la oposición, continuando el proceso;
[...] efectivamente, el proceso judicial civil responde a dos intereses, el
primero es el de la parte actora, que con su demanda [...] mueve la
maquinaria judicial y, por otro lado, el interés también recae en la parte
demandada, quien puede pretender que su situación procesal se esclarezca;
[...] por ello, el legislador ha sido bastante claro con la institución procesal
del desistimiento, señalando que si existe oposición
el proceso continúa...” (Casación Nro. 2786-2005 / Lima, publicada en el
Diario Oficial El Peruano el 04-12-2006, págs. 18261-18263).
- “... La oposición al desistimiento formulada por la recurrente no fue
admitida por extemporánea, lo que implica el tácito consentimiento...”
(Casación Nro. 2870-98 / Lima, publicada en el Diario Oficial El Peruano
el 13-01-1999, pág. 2477).

719
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

- “... La ejecutante es la titular de las pretensiones demandadas, por lo que,


de acuerdo con lo dispuesto por el artículo trescientos cuarentiuno del
Código Procesal Civil, en concordancia con el artículo trescientos
cuarenticuatro, segundo párrafo, del Código Adjetivo [C.P.C.], puede
desistirse de parte de sus pretensiones contenidas en la demanda...”
(Casación Nro. 2440-01 / Arequipa, publicada en el Diario Oficial El
Peruano el 02-012002, págs. 8242-8243).
- “... Es principio de derecho que lo accesorio sigue la suerte de lo principal;
en tal sentido, habiéndose determinado en la demanda, que la acumulación
de pretensiones es de tipo objetivo originario accesorio, al haberse desistido
de la pretensión autónoma, comprende también a las pretensiones
accesorias...” (Casación Nro. 3774-2000 / Lima, publicada en el Diario
Oficial El Peruano el 01-10-2001, págs. 7784-7785).
- “... El segundo párrafo del precitado dispositivo [art. 68 del C.P.C.]
establece que: ‘No es válida la designación o actuación de apoderados
conjuntos, salvo para los actos de allanamiento, transacción o
desistimiento’; disposición que, en armonía con lo establecido por el mismo
artículo sesentiocho, primer párrafo, de que: ‘Quien tiene capacidad para
comparecer por sí al proceso y disponer de los derechos que en él se
discuten, puede nombrar uno o más apoderados’; nos lleva a interpretar que
la prohibición de designación de apoderados conjuntos es aplicable cuando
existiendo más de un demandante o demando [sic -léase demandado-], se
nombran distintos apoderados por cada uno o grupo de demandantes o
demandados que se formen, pese a constituir, no obstante la pluralidad[,]
una misma parte, ya sea activa o pasiva; entendiéndose que lo que busca la
norma es mantener un orden para la correcta sustanciación del proceso...”
(Casación Nro. 3350-2006 / Moquegua, publicada en el Diario Oficial El
Peruano el 03-01-2008, págs. 21354-21355).
- “... Al no haberse resuelto respecto del desistimiento indicado
[desistimiento de excepción de convenio arbitral], se ha configurado una
real afectación al derecho a acceder a un debido proceso y a la tutela
jurisdiccional efectiva...” (Casación Nro. 2476-2000 / Lima, publicada en el
Diario Oficial El Peruano el 30-04-2001, pág. 7187).
- “... Si bien es cierto que de acuerdo con el Artículo cuatrocientos dieciséis
del citado Código ritual (C.P.C.) quien se desiste de la pretensión o del
proceso está obligado al pago de las costas y costos del proceso, lo que
implicaría una colisión con lo dispuesto por la disposición exonerativa de la

720
FORMAS ESPECIALES DE CONCLUSION DEL PROCESO: DESISTIMIENTO

parte actora en pretensiones alimenticias, también es cierto que tal conflicto


no resulta siendo más que una aparente contradicción por cuanto la sanción
por los gastos del proceso para quien se desiste es de carácter general, es
decir que regula los casos de desistimiento cualquiera sea la materia
discutida en el proceso y/o la correspondiente vía procedimental de éste,
siempre y cuando el desistimiento esté de acuerdo con lo regulado al
respecto por la ley procesal; en cambio, cuando el desistimiento versa sobre
la pretensión alimenticia, la condena genérica no es aplicable pues en este
caso corresponde emplear la norma especial que exonera de todo gasto
procesal al demandante alimentista, por consiguiente, siendo esta última
norma una de carácter especial, sus efectos deben primar sobre la general”
(Casación Nro. 3049-99 / Ica, publicada en el Diario Oficial El Peruano el
19-08-2000, pág. 6009).
- “... La excepción de desistimiento de la pretensión (...) tiene que sustentarse
en un claro desistimiento de la pretensión y no sólo del proceso, y además,
como mandan los Artículos cuatrocientos cincuentitrés y cuatrocientos
cincuentidós del acotado (C.P.C.), que se haya formulado en un proceso
idéntico anterior al interpuesto, lo que requiere que las partes, el petitorio y
el interés para obrar, sean los mismos en ambos procesos” (Casación Nro.
1782-96 / Lima, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 05-07-1998,
págs. 1392-1393).
- “... La prueba idónea para resolver la excepción de desistimiento, es
evidentemente, el proceso en que se sustenta...” (Casación Nro. 1782-96 /
Lima, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 05-07-1998, págs.
1392-1393).

721
CAPITULO XXII

FORMAS ESPECIALES DE CONCLUSION


DEL PROCESO: ABANDONO

1. CONCEPTO DE ABANDONO, CADUCIDAD O PERENCION DE


INSTANCIA
El abandono es denominado también caducidad o perención de la instancia,
aunque, en el fondo, las dos últimas (que implican un mismo concepto) no son
sino efecto del primero.
El abandono implica dos factores combinados: el tiempo y la inactividad.
Así, vendría a ser aquel instituto procesal que provoca la culminación de la
instancia (y, por ende, del proceso) sin declaración sobre el fondo en razón de la
inactividad procesal de ambas partes y no de una sola (o también en caso de
actividad inidónea para impulsar el proceso), no imputable a causas insuperables
o ajenas a ellas y que tiene lugar durante un determinado lapso de tiempo
prefijado normativamente.
A decir de Fairén Guillén, la caducidad de la instancia “es la extinción de
un proceso ‘por omisiones de actuar’ de las partes y no por ‘actuaciones’ de las
mismas” (FAIREN GUILLEN, 1986: 494).
Montero Aroca, Gómez Colomer, Montón Redondo y Barona Vilar refieren
que “la caducidad supone la terminación del proceso por inactividad de las
partes durante el lapso de tiempo previsto por la ley. Su fundamento se halla en
la idea de que la litispendencia no puede prolongarse indefinidamente”
(MONTERO AROCA; GOMEZ COLOMER; MONTON REDONDO; y
BARONA VILAR, 2003: 365).
Enrique Falcón se ha formado la siguiente idea acerca de la perención de la
instancia: “Es una institución procesal aplicable a los procesos dispositivos, en
virtud de la cual, ante la inactividad de la parte sobre quien pesa la carga de
operar el procedimiento, durante determinado lapso, de oficio o a pedido de
parte contraria, el tribunal puede declarar el cese del curso de la instancia...”
(FALCON, 1989: 11).

722
FORMAS ESPECIALES DE CONCLUSION DEL PROCESO: ABANDONO

Alvarez Juliá, Neuss y Wagner consideran a la caducidad de la instancia


como “... una institución que produce la extinción del proceso, debido a la falta
de diligencia o actividad de las partes, evitándose la prolongación innecesaria de
la causa” (ALVAREZ JULIA; NEUSS; y WAGNER, 1990: 304). Añaden
dichos autores que “es una consecuencia del incumplimiento de la carga
procesal, que incumbe a las partes cuando el proceso no está legítimamente
inmovilizado por causas jurídicas o fácticas que resulten insuperables para
ellas...” (ALVAREZ JULIA; NEUSS; y WAGNER, 1990: 304).
Casarino Viterbo estima que “... el abandono de la instancia es la extinción
o pérdida total del procedimiento, que se produce cuando todas las partes que
figuran en el juicio han cesado en su prosecución durante un determinado
espacio de tiempo” (CASARINO VITERBO, 1983, Tomo III: 327).
Fornaciari califica a la caducidad de la instancia como “... la extinción de un
proceso (principal o incidental) o de alguna de sus instancias, producida por la
ausencia de actividad impulsoria idónea para su desarrollo, durante los términos
que establece la ley” (FORNACIARI, 1991, Tomo III: 12).
El abandono es un modo excepcional o alternativo -en relación a la
sentencia- de conclusión de la litis. El Código Procesal Civil así también lo
considera al incluirlo dentro del grupo de las formas especiales de conclusión
del proceso, normándolo en el Capítulo V (“Abandono”) del Título XI (“Formas
especiales de conclusión del proceso”) de su Sección Tercera (“Actividad
procesal”), en los artículos 346 al 354.

2. PRESUPUESTOS
Son presupuestos del abandono o caducidad de instancia los que a
continuación se indican:
A) Existencia de una instancia.
B) Inactividad procesal.
C) Transcurso del plazo legal del abandono.
D) Resolución judicial declarativa.

2.1 Existencia de una instancia


Resulta evidente que debe preexistir la instancia para que se produzca su
caducidad (la ausencia de aquélla le priva a la última de objeto), vale decir, tiene
que haberse dado inicio al proceso, y esto ocurre, naturalmente, con la

723
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

interposición de la demanda respectiva (o de la solicitud cautelar, si fuese


anticipada).
En la caducidad de la instancia no se extingue determinadas actuaciones
consideradas en forma aislada (aun si se trata de varias) sino toda la secuencia o
sucesión de actos, el contenido procesal, en fin, el procedimiento visto
globalmente.
Cuando se hace referencia a la existencia de la instancia como requisito de
su caducidad no sólo debe estimarse su momento inicial (presentación de la
demanda), sino que debe tenerse en cuenta también que no haya fenecido por
cualquier otra causa (sentencia, transacción, conciliación, declaración de
inadmisibilidad o improcedencia de la demanda, etc.), porque de ser así sería
inviable el instituto que analizamos. Se precisa, entonces, el inicio y subsistencia
de la instancia para que sea susceptible de terminar a causa del abandono.
No podemos dejar de mencionar que el abandono únicamente se produce en
primera y no en ulterior instancia, conforme se desprende del artículo 346
-primer párrafo- del Código Procesal Civil

2.2 Inactividad procesal


“... En el abandono de la instancia, su causa generadora (...) es un simple
hecho, cual es la paralización del proceso por un determinado tiempo”
(CASARINO VITERBO, 1983, Tomo III: 327).
La inactividad procesal “configura uno de los presupuestos de la caducidad;
puede consistir no solamente en una conducta negativa, o sea la abstención de
realizar actos procesales, sino también en una conducta positiva
ineficaz, como es la ejecución de aquellos que carecen de idoneidad para
impulsar el procedimiento” (MAURINO, 1991: 35).
La inactividad procesal implica la ausencia de actos que hagan evolucionar
al proceso o que permitan su desarrollo, es decir, de actos interruptivos de la
caducidad, si acontecen en momento anterior al vencimiento del plazo legal de
caducidad, o de actos de subsanación o purga del abandono, si se efectúa luego
de transcurrido dicho plazo. Esto significa que la inactividad procesal debe
permanecer invariable durante el plazo de caducidad, porque si antes de que éste
venza se realiza un acto de impulso procesal, ya no se producirá la perención de
la instancia por haberse interrumpido el plazo de caducidad, a no ser que en
tiempo posterior llegue a cumplirse un nuevo plazo de tal naturaleza. Si la
inactividad procesal se extiende hasta después de haber vencido el plazo de

724
FORMAS ESPECIALES DE CONCLUSION DEL PROCESO: ABANDONO

caducidad y practica el beneficiado con ella un acto de impulso procesal luego


de transcurrido dicho plazo, resulta ineficaz la caducidad, empezando a correr
un nuevo plazo a partir de la realización del indicado acto.
La omisión en que incurren los sujetos procesales, y en que consiste la
inactividad procesal, debe ser injustificada. El simple transcurso del tiempo no
es suficiente para producir la caducidad de la instancia, requiriéndose que la
paralización del proceso sea voluntaria y no autorizada por el Juez. Si la
paralización obedece a causas extrañas al designio de los litigantes, no opera la
caducidad de la instancia.
Suele afirmarse que la inactividad debe provenir de todos los sujetos
procesales incluyendo al Juez y a los auxiliares jurisdiccionales, en razón de que
los actos interruptivos del plazo de caducidad de la instancia son susceptibles de
ser llevados a cabo por las partes, el magistrado y sus auxiliares. Se dice así que
la inactividad procesal debe comprender a todos ellos, pues resulta suficiente
que se produzca un acto interruptivo o de impulso procesal realizado por
cualquiera de los nombrados líneas arriba para que no se genere la perención de
la instancia, a menos que llegue a vencerse un nuevo plazo de caducidad
contado desde que se efectuó el último acto interruptivo.
La inactividad procesal que acarrea la perención de la instancia puede
ocurrir en cualquier estado de la primera etapa o grado del proceso, a partir de la
interposición de la demanda.

2.2.1 Actos de impulso procesal e interpretación restrictiva en materia


de perención de la instancia
En principio, debe tenerse presente que “se denomina impulso procesal al
fenómeno por virtud del cual se asegura la continuidad de los actos procesales y
su dirección hacia el fallo definitivo” (COUTURE, 1985: 172). Kisch entiende
por impulso procesal “... la actividad que es necesaria para poner en movimiento
el procedimiento y conducirlo hasta su fin...” (KISCH, 1940: 144).
Para Maurino, el acto interruptor del plazo de caducidad “... es todo acto
procesal, no necesariamente válido, emanado de las partes, del órgano
jurisdiccional o de los auxiliares de unos y otros, con idoneidad específica para
impulsar el proceso hacia su fin, con prescindencia de su resultado o eficacia,
adecuado al estado de la causa y realizado temporáneamente” (MAURINO,
1991: 36). Añade el citado autor que “... la ruptura de la inactividad procesal,
impeditiva de la caducidad, no se produce por meras intenciones de las partes.
Deben ser actos positivos, que traduzcan a través de actuaciones, en forma cierta

725
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

y efectiva, la voluntad de impulsar el proceso hacia su destino final”


(MAURINO, 1991: 37).
Por disposición del artículo 348 -último párrafo- del Código Procesal Civil,
“no se consideran actos de impulso procesal aquellos que no tienen por
propósito activar el proceso, tales como la designación de nuevo domicilio,
pedido de copias, apersonamiento de nuevo apoderado y otros análogos”.
Tampoco pueden ser considerados actos de impulso procesal aquellos que tienen
lugar dentro de un trámite incidental independiente del cuaderno principal
(incluyéndose en este caso al procedimiento cautelar). Tales actos no influyen o
afectan la relación jurídica procesal al sustanciarse en forma autónoma en
relación a la cuestión principal.
La perención de la instancia debe ser interpretada con criterio restrictivo,
por lo que en caso de duda debe elegirse la no aplicación de aquélla y la
continuación del proceso, dando por válidos o eficaces los actos procesales cuyo
carácter interruptivo no es del todo claro. Ello no significa, como se dijera, que
cualquier acto que se produzca en el proceso conlleve la suspensión del plazo de
caducidad porque para que esto se dé tiene que tratarse de un acto de impulso
procesal. “... La caducidad es una medida de excepción, que opera con sentido
restrictivo, debiendo privar el criterio de razonabilidad, ya que la caducidad no
tiene un fin en sí mismo, por lo que queda excluida la interpretación analógica”
(FALCON, 1989: 21). La valoración de los actos de impulso procesal no puede
hacerse de un modo general sino que habrá que considerar las circunstancias que
rodean al caso concreto. Representa una cuestión de hecho el verificar cada
situación que se presente a fin de establecer el carácter de acto interruptivo de la
perención de la instancia. Ante la duda acerca de la naturaleza del acto, debe
estimarse como positivo para anular el plazo extintivo inherente a la perención
de la instancia, ya que así se preserva la existencia del derecho que la caducidad
se inclina a dar por fenecido.

2.3 Transcurso del plazo legal del abandono


El transcurso del plazo legal del abandono es otro de los presupuestos de la
caducidad de la instancia. Ferrer Martín subraya que “... elemento fundamental
de la caducidad de la instancia es el tiempo cuyo transcurso determina la
producción de sus peculiares efectos...” (FERRER MARTIN, 1953: 617).
Couture califica a los plazos como “... los lapsos dados para realización de
los actos procesales” (COUTURE, 1985: 174). Añade que “durante ellos deben

726
FORMAS ESPECIALES DE CONCLUSION DEL PROCESO: ABANDONO

satisfacerse las cargas si no se desea soportar las consecuencias enojosas del


incumplimiento...” (COUTURE, 1985: 174).
El plazo legal de caducidad de la instancia comienza a contarse a partir del
día siguiente a aquel en que tiene lugar el último acto de impulso procesal
(constituyendo el día siguiente a la interposición de la demanda -o a la
presentación de la solicitud cautelar, si fuese anticipada- el primer momento a
tenerse en consideración). Resulta irrelevante para el inicio del cómputo del
plazo legal de caducidad que el día siguiente sea hábil o no.
En lo concerniente a los momentos que conforman el cómputo del plazo
legal de caducidad, es de destacar que se toman en cuenta tanto los días hábiles
como los inhábiles. Lo propio no ocurre respecto del período durante el cual el
proceso hubiera estado paralizado convencionalmente mediando autorización
del Juez o cuando la paralización obedece a causas de fuerza mayor insuperables
para las partes. Tampoco se computará el tiempo durante el cual no se produjo
el acto de impulso procesal que corresponde realizar al Juez, sus auxiliares,
Ministerio Público o a otra autoridad o funcionario público requerido por el
órgano jurisdiccional para llevar a cabo el acto en mención.
El momento final del plazo legal de caducidad, que es señalado por meses
en nuestro ordenamiento jurídico procesal (art. 346 -primer párrafo- del C.P.C.),
se cumple en el mes de vencimiento y en el día de éste correspondiente a la
fecha del mes inicial. Si en el mes de vencimiento falta tal día, el plazo se
cumple el último día de dicho mes.
El artículo 346 del Código Procesal Civil hace referencia al plazo legal del
abandono en los siguientes términos:
“Cuando el proceso permanezca en primera instancia durante cuatro meses
sin que se realice acto que lo impulse, el juez declarará su abandono de
oficio o a solicitud de parte o de tercero legitimado.
Para el cómputo del plazo de abandono se entiende iniciado el proceso con
la presentación de la demanda.
Para el mismo cómputo, no se toma en cuenta el período durante el cual el
proceso hubiera estado paralizado por acuerdo de partes aprobado por
el juez”.
Además de lo indicado en el último párrafo del numeral citado, podemos
inferir una especie de suspensión del plazo de abandono de la hipótesis
contenida en el artículo 349 del Código Procesal Civil, el cual

727
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

preceptúa que “no opera el abandono cuando la paralización del


proceso se debe a causas de fuerza mayor y que los litigantes no
hubieran podido superar con los medios procesales a su alcance”.

2.4 Resolución judicial declarativa


La resolución judicial declarativa del abandono es otro de sus presupuestos.
Sin ella dicho instituto no está totalmente definido, pese a no tener tal resolución
carácter constitutivo sino esencialmente declarativo.
En efecto, si bien el abandono opera por el solo transcurso del plazo
respectivo (art. 348 -primer párrafo- del C.P.C.), es posible que no llegue a darse
si luego de vencido el plazo de ley el beneficiado con él realiza un acto de
impulso procesal (art. 348 -segundo párrafo- del C.P.C.). Será entonces la
resolución judicial que lo declare la que conferirá al instituto que analizamos su
plena eficacia.
Es de resaltar que la resolución judicial que declara el abandono puede
expedirla de oficio el Juez que conozca del proceso o a solicitud de parte o de
tercero legitimado (art. 346 -primer párrafo- del C.P.C.).

3. LEGITIMIDAD PARA SOLICITAR LA DECLARACION DE


ABANDONO
Tienen legitimidad para peticionar la declaración del abandono las partes y
los terceros legitimados. Además, tal declaración podrá ser expedida por el Juez
sin que le haya sido solicitado, es decir, procede de oficio. Ello se desprende del
artículo 346 -primer párrafo- del Código Procesal Civil. Advertimos que la
declaración oficiosa del abandono no es una facultad del magistrado sino que
constituye un deber de él que no puede dejar de cumplir si hubiese transcurrido
el plazo legal de caducidad (salvo si antes de expedir la resolución
correspondiente el beneficiado con el abandono realiza un acto de impulso
procesal, lo que vuelve ineficaz aquél.

4. MODOS EN QUE PUEDE OPERAR LA PERENCION DE LA


INSTANCIA
Dos son los principales modos en que puede operar la perención de la
instancia, a saber:
A) De pleno derecho (“ope legis”).

728
FORMAS ESPECIALES DE CONCLUSION DEL PROCESO: ABANDONO

“... Opera de pleno derecho cuando la perención se produce por el solo


transcurso del tiempo; es decir, si durante el plazo de caducidad ha
existido inactividad procesal, al vencimiento del plazo se produce
automáticamente la perención de la instancia respectiva...”
(LOUTAYF RANEA; y OVEJERO LOPEZ, 1986: 10). Esto supone
que las consecuencias jurídicas que acarrea la perención de la instancia
se producen por ministerio de la ley, al vencer el plazo que ella fija y
sin que se precise de la conformidad de los sujetos procesales o de
alguno de ellos, ni de resolución judicial que la declare.
B) Por declaración judicial (“ope iudicis”).
Según este modo de operar, para que la perención de la instancia se
concrete se requiere la expedición de una resolución judicial
declarándola. Así, el mero transcurso del plazo legal de caducidad no
genera ésta por constituir elemento fundamental de la caducidad de la
instancia la resolución declarativa. Esta tiene, entonces, naturaleza
constitutiva por cuanto antes de su expedición el vencimiento del plazo
de caducidad no origina efecto alguno, siendo eficaces, por lo tanto, los
actos que se hubieren realizado luego de transcurrido el plazo legal de
caducidad y antes de emitirse la resolución que declara la perención de
la instancia.
Nuestro ordenamiento procesal se inclina por el primer modo de operar de
la perención de la instancia, aunque no es tan rígido porque contiene el supuesto
de la declaración judicial sin efecto constitutivo y permite expresamente la
convalidación o purga de la caducidad (generada tácitamente mediante un
comportamiento activo del beneficiado con el abandono). Así es, el primer
párrafo del artículo 348 del Código Procesal Civil prescribe que “el abandono
opera por el solo transcurso del plazo (el resaltado es nuestro) desde la última
actuación procesal o desde notificada la última resolución”. Sin embargo, el
Código adjetivo establece, además, en su artículo 346 -primer párrafo-, que
“cuando el proceso permanezca en primera instancia durante cuatro meses sin
que se realice acto que lo impulse, el Juez declarará (el resaltado en nuestro) su
abandono de oficio o a solicitud de parte o de tercero legitimado”. Tal
declaración, puntualizamos, no tiene efecto constitutivo sino declarativo (y, por
qué no, retroactivo al tiempo en que operó la caducidad de la instancia), pues el
abandono se produce si la inactividad procesal (injustificada) se mantiene
durante el plazo legal de caducidad sin que sea necesario para su materialización
la resolución declarativa, la misma que resulta importante únicamente en lo que
respecta a asignarle al instituto que estudiamos su plena eficacia, pues, si bien el

729
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

abandono opera al transcurrir el plazo respectivo, ello no quiere decir que surta
en dicho momento procesal todos sus efectos ya que bien puede darse el caso de
la convalidación o purga de la caducidad, hipótesis a la que se contrae el
segundo párrafo del artículo 348 del Código Procesal Civil el cual preceptúa que
“no hay abandono si luego de transcurrido el plazo, el beneficiado con él realiza
un acto de impulso procesal”. Para concluir, esta convalidación (tácita) no será
posible si se hubiese emitido la resolución declarando el abandono (por eso es
que decimos que dicha declaración le da a la caducidad de la instancia plena
eficacia).

5. CONVALIDACION O PURGA DE LA CADUCIDAD DE LA


INSTANCIA
Según Enrique Falcón, “llámase convalidación, subsanación, rehabilitación
o purga de la caducidad, a la actividad de las partes o del tribunal que tiene por
efecto neutralizar la caducidad de la instancia” (FALCON, 1989: 199).
En nuestro ordenamiento jurídico, que sigue el sistema de la caducidad de
pleno derecho, aunque con una regulación más flexible, se permite la
convalidación de la caducidad de la instancia al disponer el segundo párrafo del
artículo 348 del Código Procesal Civil que “no hay abandono si luego de
transcurrido el plazo, el beneficiado con él realiza un acto de impulso procesal”.
Como se aprecia, se trata de una convalidación tácita de la caducidad, pues se
presume la intención del favorecido con ella de no oponer sus efectos y de
proseguir con el desarrollo del proceso. Tal presunción reposa en la conducta
activa del beneficiado con el abandono que realiza un acto interruptivo de la
caducidad de la instancia.
Es de destacar que, así como puede manifestarse tácitamente la
convalidación de la caducidad, también es posible que ésta adopte una forma
expresa, lo que ocurre cuando el sujeto (favorecido con el abandono) declara
estar conforme con la realización de los actos procesales (que no sean los suyos)
acontecidos luego de vencido el plazo de caducidad. Advertimos, sin embargo,
que producidos tales actos en tiempo posterior al vencimiento del plazo
correspondiente de caducidad y corrido traslado de ello al beneficiado con el
abandono, no habrá convalidación si éste no se pronuncia al respecto, vale decir,
si guarda silencio. La convalidación tácita de la caducidad está referida
únicamente a la presunción (basada en la realización de un acto impulsorio por
parte del favorecido con aquélla) del interés en continuar con el proceso.

730
FORMAS ESPECIALES DE CONCLUSION DEL PROCESO: ABANDONO

No podemos dejar de mencionar que podrá convalidarse la caducidad de la


instancia hasta antes de expedirse la resolución que declara el abandono,
momento en el cual éste surte todos sus efectos (quedando a salvo la hipótesis
de su impugnación).
De lo expuesto se puede colegir que la convalidación o purga de la
caducidad de la instancia tiene como requisitos los siguientes:
A) El vencimiento del plazo legal de caducidad.
B) La realización de actos de impulso procesal en momento posterior al
vencimiento del plazo legal de caducidad por parte del beneficiado con
ella o consentimiento expreso de éste referido a la validez de los actos
-extemporáneos- de impulso procesal realizados por el órgano
jurisdiccional o el contrario.
C) La no expedición de la resolución judicial que declara el abandono
(porque ella da lugar a la plena eficacia del mismo).

6. SUSPENSION DEL PLAZO DE CADUCIDAD DE LA INSTANCIA


El Código Procesal Civil establece en su artículo 349 que “no opera el
abandono cuando la paralización del proceso se debe a causas de fuerza mayor y
que los litigantes no hubieran podido superar con los medios procesales a su
alcance”.
Dicho ordenamiento procesal dispone, además, en el último párrafo de su
artículo 346 que para el cómputo del plazo de abandono “... no se toma en
cuenta el período durante el cual el proceso hubiera estado paralizado por
acuerdo de partes aprobado por el Juez”. El indicado numeral es concordante
con lo preceptuado en el artículo 319 del mismo Código (que versa
precisamente sobre la suspensión convencional), el cual preceptúa que “la
suspensión acordada por las partes requiere aprobación judicial. Se concede sólo
una vez por instancia y no puede ser mayor de dos meses en cada caso”.
El artículo 320 del Código adjetivo trata sobre la suspensión legal y judicial
del proceso en los siguientes términos:
“Se puede declarar la suspensión del proceso, de oficio o a pedido de parte,
en los casos previstos legalmente o cuando a criterio del Juez sea
necesario.

731
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

El Juez a pedido de parte, suspende la expedición de la sentencia en un


proceso siempre que la pretensión planteada en él dependa
directamente de lo que debe resolver en otro proceso en el que se haya
planteado otra pretensión cuya dilucidación sea esencial y
determinante para resolver la pretensión planteada por él. Para ello es
necesario que las pretensiones sean conexas, a pesar de lo cual no
puedan ser acumuladas, caso contrario, deberá disponerse su
acumulación”.

7. IMPROCEDENCIA DEL ABANDONO


El artículo 350 del Código Procesal Civil establece cuáles son las causales
de improcedencia del abandono, señalando así lo siguiente:
“No hay abandono:
1. En los procesos que se encuentran en ejecución de sentencia;
2. En los procesos no contenciosos;
3. En los procesos en que se contiendan pretensiones imprescriptibles;
4. En los procesos que se encuentran para sentencia, salvo que estuviera
pendiente actuación cuya realización dependiera de una parte. En este
caso el plazo se cuenta desde notificada la resolución que la dispuso;
5. En los procesos que se encuentran pendientes de una resolución y la
demora en dictarla fuera imputable al Juez, o la continuación del
trámite dependiera de una actividad que la ley le impone a los
Auxiliares jurisdiccionales o al Ministerio Público o a otra autoridad o
funcionario público que deba cumplir un acto procesal requerido por el
Juez; y,
6. En los procesos que la ley señale”.
Debe tenerse presente que el abandono no procede más que en la primera
instancia siendo notoriamente improcedente su invocación respecto de ulterior
instancia. Ello según lo dispuesto por el primer párrafo del artículo 346 del
Código Procesal Civil. Esto significa que apenas expedida (y no notificada) la
sentencia de primera instancia se cierra toda posibilidad de que se produzca el
abandono. Ello resulta correcto porque sino se darían simultáneamente dos
situaciones contrarias y excluyentes entre sí: la conclusión del proceso de un

732
FORMAS ESPECIALES DE CONCLUSION DEL PROCESO: ABANDONO

modo normal, a través de la sentencia, y la extinción del mismo, esta vez a causa
de una forma especial o excepcional de conclusión como es el abandono.

8. EFECTOS DEL ABANDONO


Consecuencias congénitas de la caducidad de la instancia son la conclusión
del proceso (o la del procedimiento cautelar si la medida preventiva se solicitó
en forma anticipada y no se hubiera ejecutado -por causas imputables al
peticionante- durante el plazo de caducidad) y la ineficacia de los actos
procesales realizados (o por realizarse en el juicio si fuesen posteriores a la
caducidad), vale decir, la eliminación de los efectos que éstos han originado o
que van a generar. Naturalmente que no en todos los casos se anularán los
efectos producidos (como, por ejemplo, tratándose de los elementos
probatorios).
Para Monroy Cabra, el abandono “... cuando obra en primera instancia, el
proceso termina, pero no se extingue el derecho sustancial, y puede proponerse
un nuevo juicio...” (MONROY CABRA, 1979: 399).
Rafael Gallinal entiende que la perención de la instancia “... deja a salvo la
acción y anula únicamente el procedimiento; o en otros términos, que una vez
consumada la perención, no es posible seguir adelante la instancia, pues debe
tenérsela como inexistente, como si nunca hubiera sido promovida, sin que ello
impida volver a intentar la acción...” (GALLINAL, s/a, Tomo II: 73).
Fornaciari estima que “... lo que se aniquila en gracia a la caducidad es
solamente el proceso en su aspecto dinámico, son los actos que le dan vida, pero
no se afectan éstos u otros actos que conllevan la eficacia de producir la
modificación, transferencia o extinción de derechos...” (FORNACIARI, 1991,
Tomo III: 245-246). Añade dicho autor que, “... operada la caducidad, el
derecho en litigio permanece incólume y podrá ser sometido a una nueva
confrontación religiosa...” (FORNACIARI, 1991, Tomo III: 247).
En relación a los efectos del abandono, el artículo 321 -inciso 3)- del
Código Procesal Civil dispone que concluye el proceso sin declaración sobre el
fondo cuando se declara el abandono del proceso. Dicho numeral es concordante
con el artículo 474 del mismo cuerpo de leyes, referido a la conclusión
anticipada del proceso en el supuesto de haberse producido el abandono (u otros
casos previstos en el art. 321 y 322 -incisos 2), 4) y 5)- del C.P.C.).
El artículo 351 del Código Procesal Civil precisa que:

733
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

“El abandono pone fin al proceso sin afectar la pretensión. Sin embargo, su
declaración impide al demandante iniciar otro proceso con la misma
pretensión durante un año, contado a partir de la notificación del auto
que lo declare. Asimismo, restituye las cosas al estado que tenían antes
de la demanda.
Si por segunda vez, entre las mismas partes y en ejercicio de la misma
pretensión, se declara el abandono, se extingue el derecho pretendido y
se ordena la cancelación de los títulos del demandante, si a ello hubiera
lugar”.
En cuanto al material probatorio, éste no resulta afectado a causa del
abandono del proceso, conservando su mérito si es suministrado en otras
contiendas judiciales. El artículo 352 del Código Procesal Civil versa
precisamente sobre los medios probatorios en el proceso abandonado,
estableciendo que “las pruebas actuadas en un proceso extinguido por abandono
son válidas y pueden ser ofrecidas en otro proceso”. Aquí estamos frente a la
figura de la prueba trasladada regulada específicamente por el artículo 198 del
Código Procesal Civil, el cual dispone lo siguiente: “Las pruebas obtenidas
válidamente en un proceso tienen eficacia en otro. Para ello, deberán constar en
copia certificada por el auxiliar jurisdiccional respectivo y haber sido actuadas
con conocimiento de la parte contra quien se invocan. Puede prescindirse de este
último requisito por decisión motivada del Juez”.
Por otro lado, consentida o ejecutoriada la resolución que declara el
abandono del proceso, quedan sin efecto las medidas cautelares, y se archiva el
expediente. Así lo ordena el artículo 347 del Código Procesal Civil, que, en
nuestra opinión, resulta innecesario por ser innegable que toda cuestión
accesoria sigue la suerte del principal; por consiguiente, caducada la instancia
todo trámite incidental existente también fenece conjuntamente con ella.
En lo que respecta a la prescripción extintiva, producida su interrupción a
causa del emplazamiento válido con la demanda (art. 438 -inciso 4)- del C.P.C.)
queda sin efecto aquélla cuando se produce el abandono del proceso (art. 439
-inciso 2)- del C.P.C.). Así es, declarado el abandono, la prescripción
interrumpida sigue transcurriendo, tal como si la interrupción no se hubiese
producido. Ello de conformidad con el artículo 354 del Código Procesal Civil.
En lo relativo al pago de las costas y costos del proceso, el último párrafo
del artículo 416 del Código Procesal Civil establece que “el abandono del
proceso determina la condena en costas y costos del demandante”.

734
FORMAS ESPECIALES DE CONCLUSION DEL PROCESO: ABANDONO

9. LA IMPUGNACION EN MATERIA DE ABANDONO


Por mandato del artículo 353 del Código Procesal Civil, referido a la
impugnación en materia de abandono, “la resolución que declara el abandono es
apelable con efecto suspensivo. El recurso sólo puede estar fundamentado en la
existencia de un error de cómputo o en causas de fuerza mayor. La resolución
que desestima un pedido es apelable sin efecto suspensivo”.
Advertimos que el artículo 353 del Código Procesal Civil contiene graves
omisiones en lo que concierne a las causales que fundan la impugnación de la
resolución que declara el abandono. En efecto, no sólo puede sustentarse el
recurso de apelación correspondiente en un error de cómputo o en causas de
fuerza mayor, sino que, además, puede estar fundado el acto impugnatorio:
- En el acuerdo de suspensión al que han llegado las partes y que ha sido
autorizado por el Juez, si el período al que se refiere la suspensión
convencional hubiera sido tomado en cuenta -indebidamente, como es
obvio- para el cómputo del plazo de caducidad de la instancia.
- En la improcedencia del abandono, si ha sido declarado contraviniendo
lo dispuesto por el artículo 350 del Código Procesal Civil, que versa
justamente sobre las causales de improcedencia de dicha figura
procesal.

10. JURISPRUDENCIA CASATORIA RELACIONADA CON EL


ABANDONO
La Corte Suprema de Justicia de la República, en relación al abandono, ha
establecido lo siguiente:
- “... El abandono es una institución procesal que provoca la culminación
del proceso sin declaración sobre el fondo de la controversia, en razón
de la inactividad procesal de ambas partes, no imputable a causas
insuperables o ajenas a ellas y que tiene lugar durante un determinado
lapso de tiempo, fijado por el ordenamiento procesal...” (Casación Nro.
2806-2002 / Lima, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 30-06-
2004, págs.
12252-12253).
- “... El abandono es la institución procesal que provoca la culminación de la
instancia y por ende del proceso, figura que se sustenta en la concurrencia
de los factores de inactividad procesal y transcurso del tiempo, y que se

735
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

encuentra regulada por el artículo trescientos cuarentiséis del Código


Procesal Civil, que establece que cuando el proceso permanezca en primera
instancia durante cuatro meses sin que se realice acto que lo impulse, el
Juez declarará su abandono de oficio o a solicitud de parte o de tercero
legitimado, agregando en su segundo párrafo que en el cómputo del
referido plazo, no se toma en cuenta el período durante el cual el proceso
hubiera estado paralizado por acuerdo de las partes aprobado por el Juez...”
(Casación Nro. 128-2007 / Tacna, publicada en el Diario Oficial El Peruano
el 02-09-2008, págs. 22699-22700).
- “... El instituto del abandono opera cuando el justiciable activo abandona el
proceso sin impulsarlo o promover actuación alguna por escrito durante
plazo determinado, contado el plazo desde la notificación de la última
resolución o desde la última diligencia realizada en el proceso, conforme lo
establece el artículo 346 del Código Procesal Civil; por lo tanto, la
perención o el abandono es una sanción al litigante moroso, y responde a un
principio de economía procesal y de certeza jurídica para impulsar el
proceso...” (Casación Nro. 5297-2007 / Lima, publicada en el Diario Oficial
El Peruano el 30-06-2008, págs. 22458-22459).
- “... El abandono [...] importa una sanción contra el litigante desinteresado
en la prosecución del proceso o su negligencia...” (Casación Nro. 35312000
/ Ancash, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 31-07-2001, pág.
7558).
- “... El abandono es una de las formas especiales de conclusión del proceso
que extingue la relación procesal y que se produce después de transcurrido
un período de tiempo en virtud a la inactividad de las partes...” (Casación
Nro. 2412-02 / Moquegua, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 28-
02-2003, pág. 10149).
- “... El abandono es un instituto jurídico procesal que permite la conclusión
anticipada del proceso ante la inactividad de los sujetos procesales [...],
sobre la base de la aplicación del principio dispositivo que informa al
proceso civil...” (Casación Nro. 563-2000 / Tacna, publicada en el Diario
Oficial El Peruano el 02-01-2001, pág. 6703).
- “... El abandono es la consecuencia de la paralización del proceso por el
tiempo señalado en la ley, a partir del último acto procesal que tenga un
efecto de procuración, esto es que el proceso marche hacia su fin, que

736
FORMAS ESPECIALES DE CONCLUSION DEL PROCESO: ABANDONO

no es otro que la composición de la litis...” (Casación Nro. 2461-2002 /


Lima, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 03-05-2005, págs.
14038-14039).
- “... El artículo trescientos cuarentiséis del Código Adjetivo [C.P.C.] regula
la figura procesal del abandono, señala que cuando el proceso permanezca
en primera instancia durante cuatro meses sin que se realice acto que lo
impulse, el Juez declarará su abandono de oficio o a solicitud de parte o de
tercero legitimado. En esta perspectiva el abandono es un modo de terminar
el proceso a causa de la inactividad de los sujetos procesales después de
transcurrido el plazo legal, mediante resolución judicial que así lo decida,
con las características de no extinguir, en principio, la pretensión que se
hizo valer en juicio, la que nuevamente podrá ser planteada...” (Casación
Nro. 1786-2005 / Arequipa, publicada en el Diario Oficial El Peruano el
01-12-2006, págs. 18047-18048).
- “... El abandono es la institución procesal que origina la culminación de la
instancia y por ende del proceso, figura que se sustenta en la concurrencia
de los factores de inactividad procesal y transcurso del tiempo, y que se
encuentra regulada por el artículo trescientos cuarentiséis del Código
Procesal Civil, que establece que cuando el proceso permanezca en primera
instancia durante cuatro meses sin que se realice acto que lo impulse, el
Juez declarará su abandono de oficio o a solicitud de parte o de tercero
legitimado...” (Casación Nro. 2962-2002 / La Libertad, publicada en el
Diario Oficial El Peruano el 31-08-2005, pág. 14499).
- “... La declaración de abandono del proceso o perención [de la instancia] es
uno de los modos de terminación del proceso, sin pronunciamiento sobre el
fondo, según lo prescribe el artículo 321 inciso 3° del Código Procesal
Civil...” (Casación Nro. 4941-2007 / La Libertad, publicada en el Diario
Oficial El Peruano el 03-09-2008, págs. 22944-22945).
- “... El término para declarar el abandono de la instancia se computa a partir
de la fecha de la última actuación que activa el proceso” (Casación Nro.
1399-97 / Lambayeque, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 15-09-
1998, pág. 1590).
- “... Al haber señalado el artículo 346 del Código Procesal Civil el plazo de
‘cuatro meses’ para que se produzca el abandono del proceso, resulta de
aplicación también, en concordancia, la previsión que contiene el inciso 2°
del artículo 183 del Código Civil, el cual establece que el plazo señalado

737
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

por meses se cumple en el mes del vencimiento y en el día de éste


correspondiente a la fecha del mes inicial...” (Casación Nro. 4955-2007 /
La Libertad, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 30-05-2008, pág.
22230).
- “... El abandono opera por el solo transcurso del plazo desde la última
actuación procesal o desde notificada la última resolución, y para ello se
tiene en cuenta el cómputo por meses y no por días hábiles...” (Casación
Nro. 1821-2000 / Lima, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 3004-
2001, pág. 7280).
- “... Efectuado el cómputo del plazo de abandono en el presente caso se
tienen [sic -léase se tiene-] que [...] no había transcurrido el plazo de
abandono, [...] en consecuencia, al haberse declarado el abandono del
proceso en el presente caso se ha incurrido en [...] contravención de las
normas que garantizan el derecho a un debido proceso...” (Casación Nro.
164-2004 / Arequipa, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 31-
082005, págs. 14537-14538).
- “... En la referida norma (art. 346 del C.P.C.) se establece expresamente que
para el cómputo del plazo no se considera el período en el que el expediente
estuvo paralizado por acuerdo de las partes aprobado por el juez, lo que
implica necesariamente que ese plazo se reanuda, esto es se vuelve a iniciar
el cómputo para el abandono, desde la fecha en que cesan los efectos de
dicha suspensión” (Casación Nro. 957-96 / Lima, publicada en el Diario
Oficial El Peruano el 23-04-1998, pág. 753).
- “... El Artículo trescientos cuarentiséis de la ley procesal que establece que
cae en abandono el proceso cuando transcurra el plazo de cuatro meses sin
que realice acto que lo impulse debe ser concordado con el texto claro e
inequívoco del Artículo ciento veinte del mismo ordenamiento legal que
indica cuáles son los actos procesales a través de los que se impulsa el
proceso, los mismos que pueden ser decretos, autos y sentencias...”
(Casación Nro. 769-96 / Lima, publicada en el Diario Oficial El Peruano el
12-12-1996, pág. 2489).
- “... El acto que tiene como propósito el impulso del proceso, debe ser
propuesto con un criterio de razonabilidad, esto es, adecuar el acto procesal
al estado en que se encuentra el proceso, ya que de admitirse como válida la
premisa de que tan solo bastara [sic -léase bastará-] la intención de
impulsarlo, se estaría propiciando un desorden procesal, pues podría

738
FORMAS ESPECIALES DE CONCLUSION DEL PROCESO: ABANDONO

presentarse el caso de que en un proceso de conocimiento se solicitare que


se fije fecha para la audiencia de pruebas cuando aún no se ha dictado el
auto de saneamiento...” (Casación Nro. 2180-01 / Lima, publicada en el
Diario Oficial El Peruano el 01-04-2002, pág. 8510).
- “... El presunto vicio no contraviene el derecho al debido proceso desde que
el impulso de parte al que se refiere la Ley Procesal y sin el cual se
sanciona con la declaración de abandono, no es el que se refiere a un
incidente de relativa trascendencia procesal sino a uno sustancial en la
resolución de la litis...” (Casación Nro. 1779-2000 / Cusco, publicada en el
Diario Oficial El Peruano el 02-01-2001, pág. 6647).
- “... Sí resulta atendible el argumento del recurrente en el sentido que se ha
declarado el abandono pese a que éste no ha existido. En efecto, el
Colegiado Superior sustentó su decisión de declarar el abandono en que la
resolución [...] es una resolución de mero trámite y, por tanto, no impulsaba
ni activaba el proceso. [...] Que, el mencionado razonamiento del ad quem
resulta errado porque del tenor de la aludida resolución [...] se advierte que
ésta sí tuvo por finalidad impulsar el proceso ya que a través de ella se
ponía en conocimiento de la parte demandante la devolución de la cédula
de notificación dirigida al demandado [...], lo cual debía motivar una
absolución de traslado de la parte accionante. [...] Que, por tanto, la
decisión de declarar el abandono no observó lo establecido en el artículo
346 y último párrafo del artículo 348 del Código Procesal Civil, por lo que
la decisión del ad quem debe ser anulada...” (Casación Nro. 3933-2007 /
Cajamarca, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 31-03-2008, págs.
21683-21684).
- “... Si bien la figura del abandono importa inactividad procesal de las partes
litigantes, su declaración no puede obviar la obligación del Juzgador de
impulsar el proceso, aun sin necesidad de que las partes lo insten a hacerlo,
y cuando el estado del mismo corresponda, ello en razón de la
imperatividad y cumplimiento de las normas legales que lo regulan, tal
como así lo prescriben los artículos segundo y noveno del Título Preliminar
del Código Procesal Civil...” (Casación Nro. 128-2007 / Tacna, publicada
en el Diario Oficial El Peruano el 02-09-2008, págs. 22699-22700).
- “... Si bien el artículo Segundo del Título Preliminar del Código Procesal
Civil prevé el Principio de Dirección e impulso procesal por sí mismo,
siendo responsable de cualquier demora ocasionada por su negligencia; tal
disposición en modo alguno autoriza a que el órgano jurisdiccional se

739
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

sustituya en los derechos y obligaciones de las partes; pues en el proceso


civil la iniciativa procesal está dejada al interés de las partes, de tal modo
que la tramitación y culminación del proceso interesa básicamente a los
justiciables; esto quiere decir, que sí por decisión [sic -léase que si por
decisión-] de las partes el proceso permanece inactivo, no existe razón
jurídica válida para que el Juez lo impulse como si estuviera sustituyéndose
en el derecho de los justiciables; [...] en consecuencia, habiéndose
establecido en las instancias de mérito que el proceso ha permanecido
paralizado por más de cuatro meses, de conformidad a lo previsto en el
artículo trescientos cuarentiséis del Código Procesal Civil es deber del
órgano jurisdiccional declarar de oficio, o a petición de parte, el abandono
del proceso, sin que por ello se incurra en contravención del debido
proceso...” (Casación Nro. 1210-2006 / La Libertad, publicada en el Diario
Oficial El Peruano el 01-12-2006, pág. 18174).
- “... La publicación por Edictos constituye una forma de notificación,
teniendo por ende la calidad de acto procesal que surta sus efectos dentro
del proceso, denotando ello un acto de impulso procesal que interrumpe de
esta manera el plazo para que opere el abandono del proceso a que se
refiere el artículo trescientos cuarentiséis del Código Procesal Civil...”
(Casación Nro. 164-2004 / Arequipa, publicada en el Diario Oficial El
Peruano el 31-08-2005, págs. 14537-14538).
- “... Si bien existen disposiciones que permiten el impulso del proceso por el
Juez también hay que tener en consideración que tratándose del
cumplimiento de la entrega de las copias respectivas para emplazar a los
litisconsortes que le había sido ordenado a la demandante, ha debido
cumplir con dicho mandato e impulsar por su cuenta el trámite del proceso
por lo que al no hacerlo ha incurrido en negligencia procesal que no puede
impedir la declaración de abandono...” (Casación Nro. 1515-2006 / Cono
Norte de Lima, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 03-10-2006,
págs. 17243-17244).
- “... En el caso de autos, se tiene que no se fijó fecha (de continuación de
audiencia de pruebas) por no tenerse a la mano el rol de diligencias;
empero, este hecho no impedía que el Juez fije la fecha de oficio una vez
superada esta imposibilidad, teniendo en cuenta el principio de unidad de la
audiencia y el deber de impulso procesal, que en este caso no corresponde a
las partes al no ser un caso en el que expresamente se señale que éstas
tengan la obligación del impulso. (...) Que, siendo así, se ha contravenido el
principio de impulso procesal, expresado en el inciso quinto del Artículo

740
FORMAS ESPECIALES DE CONCLUSION DEL PROCESO: ABANDONO

trescientos cincuenta del Código Procesal Civil como causa impeditiva del
abandono, por lo que la resolución que lo declara es nula...” (Casación Nro.
339-98 / Lima, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 28-04-2000,
pág. 5236).
- “... Estamos frente a un proceso de divorcio por causal tramitado al amparo
del artículo 480 del Código Procesal Civil, que [...] dispone que
esta clase de procesos se impulsa a pedido de parte, motivo por el cual era
obligación de las partes solicitar se señale fecha para la audiencia
correspondiente y no siendo así, y habiéndose paralizado el proceso por
más de cuatro meses éste cayó en abandono, motivo por el cual no se
evidencia contravención a las normas que garantizan el derecho a un debido
proceso...” (Casación Nro. 3379-2002 / Lima, publicada en el Diario Oficial
El Peruano el 30-10-2003, pág. 10922).
- “... El pedido de abandono debe hacerse valer oportunamente, porque el
tiempo transcurrido se cuenta desde la última actuación impulsante del
proceso, y no puede hacerse valer, en forma extemporánea, con relación a
un lapso de tiempo que ha quedado recluso [sic -léase precluso-] dentro de
la tramitación del proceso, porque con posterioridad se han expedido
resoluciones que lo activan. [...] Si así no fuera, significaría que un pedido
de abandono del proceso podría reservarse para hacerlo valer a
conveniencia, cuando por principio procesal, éste como los pedidos de
nulidad deben hacerse valer en la primera oportunidad...” (Casación Nro.
2461-2002 / Lima, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 03-052005,
págs. 14038-14039).
- “... Cuando ya había transcurrido el plazo de cuatro meses establecido en el
artículo 346 del Código Procesal Civil [...] el demandado [...] ha
comparecido por ante el Juzgado reconociendo como ciertos los hechos
referidos en la demanda; lo que desde luego evidencia la intención del
demandado de no acogerse a los beneficios del abandono del proceso, por
lo que [...] resulta de aplicación lo previsto en el artículo 348 del Código
Procesal citado que prevé que no hay abandono si luego de transcurrido el
plazo, el beneficiado con él realiza un acto de impulso procesal...”
(Casación Nro. 2579-2007 / Ica, publicada en el Diario Oficial El Peruano
el 02-09-2008, págs. 22778-22779).
- “... En el presente caso el auto, de saneamiento se encuentra consentido y
por consiguiente existía una relación jurídica procesal válida a la que no se

741
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

puede poner fin, mediante un pedido de abandono producido


posteriormente, relativo a una paralización del proceso, antes de que se
declare saneado el mismo” (Casación Nro. 314-2000 / Callao, publicada en
el Diario Oficial El Peruano el 25-08-2000, págs. 6100-6101).
- “... El abandono es un instituto procesal que opera en base al cómputo de
los plazos, que incluso puede ser determinado y declarado de oficio, sin que
sea necesario correr traslado a la parte accionante; en ese sentido, la
recurrente no puede alegar contravención de su derecho al debido
proceso...” (Casación Nro. 254-02 / Junín, publicada en el Diario Oficial El
Peruano el 01-07-2002, pág. 8963).
- “... El abandono opera por el solo transcurso del plazo desde la última
actuación procesal o desde notificada la última resolución; [...] las
vacaciones judiciales no pueden ser consideradas como causa de fuerza
mayor, desde que se encuentran contempladas en el artículo doscientos
cuarentiséis de la Ley Orgánica del Poder Judicial...” (Casación Nro. 2624-
2000 / Lima, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 30-042001, pág.
7203).
- “... Las vacaciones judiciales [...] no es un supuesto de caso fortuito, porque
son programadas con antelación...” (Casación Nro. 3933-2001 / Arequipa,
publicada en el Diario Oficial El Peruano el 31-10-2002, pág. 9436).
- “... De conformidad con el artículo trescientos cuarentinueve del Código
Procesal Civil: ‘No opera el abandono cuando la paralización del proceso se
debe a causas de fuerza mayor y que los litigantes no hubieran podido
superar con los medios procesales a su alcance’; [...] una circunstancia que
puede ser calificada como de paralización por fuerza mayor imposible de
superar por los litigantes lo constituye [sic -léase la constituye-] una huelga
de los trabajadores de este Poder del Estado [Poder Judicial]; por tanto, el
período en que ésta duró no puede ser computado para el plazo del
abandono...” (Casación Nro. 2266-2006 / Arequipa, publicada en el Diario
Oficial El Peruano el 03-07-2007, pág. 19863).
- “... El supuesto fallecimiento del abogado de una de las partes no
interrumpe el término del abandono y el tercer acápite del artículo
setentinueve del Código Procesal Civil [...] no es aplicable al presente caso,
porque la representación conferida al referido letrado fue con arreglo a los
artículos setenticuatro y ochenta del Código acotado, que se refieren a las
facultades generales del poder y a la representación judicial del abogado...”

742
FORMAS ESPECIALES DE CONCLUSION DEL PROCESO: ABANDONO

(Casación Nro. 1238-2003 / Cajamarca, publicada en el Diario Oficial El


Peruano el 01-12-2003, pág. 11170).
- “... El Código Adjetivo no otorga ningún privilegio al Estado con respecto
al abandono, por lo que el Estado se encuentra en igual situación que
cualquier litigante” (Casación Nro. 892-98 / Loreto, publicada en el Diario
Oficial El Peruano el 02-10-1998, págs. 1726-1727).
- “... Estando a los fines concreto y abstracto del proceso, contemplados en el
Artículo tercero del Título Preliminar del Código Procesal Civil,
perpetuarlo por la negligente actividad de una de las partes, resultaría
contradictorio, por lo que el abandono como una de las formas especiales
de conclusión del proceso, resulta también aplicable para el propio Estado,
en aras del favorecimiento de la seguridad jurídica, pues caso contrario todo
derecho subjetivo permanecería incierto...” (Casación Nro. 836- 98 /
Loreto, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 03-06-2000, pág.
5459).
- “... Para amparar dicha solicitud (de declaración de abandono del proceso)
el juzgador no sólo debe limitarse a la verificación del plazo de paralización
del proceso, sino también a lo que es materia de contienda, para los efectos
de establecer si se encuentra incursa en alguna de las causales de
improcedencia previstas en el Artículo trescientos cincuenta del Código
glosado (C.P.C.)” (Casación Nro. 756-99 / Cusco, publicada en el Diario
Oficial El Peruano el 19-10-1999, págs. 3779-3780).
- “... De conformidad con el artículo 350 inciso 1° del Código Procesal Civil,
el abandono resulta improcedente en los procesos que se encuentran en
ejecución de sentencia, en este caso en la etapa de remate judicial, esto es,
cumpliéndose el apercibimiento contenido en el mandato de ejecución...”
(Casación Nro. 1397-2008 / Puno, publicada en el Diario Oficial El
Peruano el 03-09-2008, pág. 22952).
- “... En los procesos que se encuentren en ejecución de sentencia no procede
la declaración del abandono, lo cual es lógico, en la medida en que contiene
la sentencia la declaración de los derechos sustanciales poniéndose fin al
conflicto de intereses o a la incertidumbre jurídica suscitada entre las partes
del litigio, por consiguiente, desaparece en la ejecución de la sentencia el
impulso procesal que al vigor del principio dispositivo las partes están
normalmente obligadas” (Casación Nro. 962-97 / Lambayeque, publicada
en el Diario Oficial El Peruano el 17-11-1998, pág. 2044).

743
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

- “... Al estar en etapa de ejecución no procede declarar el abandono, el cual


al haber sido dispuesto, se ha incurrido en un supuesto de nulidad procesal
previsto en el primer párrafo del artículo 171 del Código adjetivo [C.P.C.]
[...], en concordancia con el primer párrafo del artículo IX del Título
Preliminar del mismo Código...” (Casación Nro. 1839-2006 / Junín,
publicada en el Diario Oficial El Peruano el 30-10-2006, págs. 17403-
17404).
- “... No hay abandono cuando se trata de pretensiones imprescriptibles según
el inciso tercero del Artículo trescientos cincuenta del Código Procesal
Civil, y al declararse el abandono se ha contravenido ese dispositivo que
garantiza el debido proceso; afectándose incluso el derecho a la tutela
jurisdiccional” (Casación Nro. 2982-98 / Lima, publicada en el Diario
Oficial El Peruano el 21-09-1999, pág. 3565).
- “... Tal como lo dispone el inciso tercero del artículo trescientos cincuenta
del Código Procesal Civil, es improcedente el abandono en los procesos en
que se contiendan pretensiones imprescriptibles. [...] el presente proceso
versa sobre una acción reivindicatoria, la misma que a tenor del artículo
novecientos veintisiete del Código Civil es una acción imprescriptible; en
consecuencia, resulta improcedente la declaración de abandono del
proceso...” (Casación Nro. 2123-99 / Ica, publicada en el Diario Oficial El
Peruano el 02-05-2002, pág. 8674).
- “... Si bien el plazo de paralización venció con notable exceso; también lo
es, que estando a la naturaleza de la pretensión acumulada de
reivindicación, no procedía amparar un pedido de abandono por la
naturaleza imprescriptible de su pretensión, de conformidad con lo que
dispone el Artículo novecientos veintisiete del Código Civil. (...) Que,
siendo ello así, y al haberse inaplicado la norma sustantiva antes aludida se
ha incurrido en la causal de nulidad prevista en el Artículo ciento setentiuno
del Código Adjetivo, debiendo procederse a continuar el proceso hasta el
momento en que se cometió el vicio...” (Casación Nro. 756-99 / Cusco,
publicada en el Diario Oficial El Peruano el 19-10-1999, págs. 3779-3780).
- “... La prescripción adquisitiva de dominio tiene carácter imprescriptible y,
como tal, satisface el presupuesto de hecho previsto en el inciso tercero del
artículo trescientos cincuenta del Código Procesal Civil; en consecuencia,
no procede la declaración de abandono en esta clase de procesos [...]; [...] el
carácter imprescriptible de la pretensión demandada constituye motivo
suficiente para que el Juzgador se encuentre impedido de declarar el

744
FORMAS ESPECIALES DE CONCLUSION DEL PROCESO: ABANDONO

abandono del proceso...” (Casación Nro. 2340-06 / La Libertad, publicada


en el Diario Oficial El Peruano el 02-07-2007, págs. 19716-19717).
- “... La pretensión de Prescripción Adquisitiva de Dominio que se dirige
básicamente contra el original propietario de un bien, tiene carácter
imprescriptible; y como tal, por tanto, satisface el presupuesto de hecho
previsto en el inciso tercero del artículo trescientos cincuenta del Código
Procesal Civil; luego no procede la declaración de abandono como
equivocadamente han dispuesto las instancias inferiores, afectando el
derecho al debido proceso de la parte recurrente...” (Casación Nro. 2792-
2002 / Lima, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 02-08-2004, págs.
12491-12492).
- “... El inciso tercero del artículo trescientos cincuenta del Código Procesal
Civil establece que no hay abandono en los procesos en que se contiendan
pretensiones imprescriptibles. [...] Que, sin embargo, en el caso de autos se
advierte que la demanda no contiene una pretensión imprescriptible, pues,
conforme al artículo quinientos treinticuatro del Código Procesal Civil, la
tercería de derecho preferente puede interponerse en cualquier momento
antes que se realice el pago a acreedor. [...] Que, en conclusión, el petitorio
contenido en la incoada no es imprescriptible y, por tanto, no es de
aplicación la excepción prevista en el inciso tercero del artículo trescientos
cincuenta del Código Procesal Civil...” (Casación Nro. 33642006 /
Arequipa, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 03-01-2008, págs.
21360-21361).
- “... Al configurarse el abandono de la pretensión principal, la propuesta en
forma subordinada y sus accesorias siguen igual suerte, sin ser relevante
que una de éstas accesorias [sic -léase estas accesorias-] sea
imprescriptible...” (Casación Nro. 1606-2002 / San Román, publicada en el
Diario Oficial El Peruano el 03-02-2003, pág. 9970).
- “... Presentada la demanda y expedido el auto admisorio es obligación
jurisdiccional correr traslado de la misma a fin de poner en conocimiento al
emplazado, para que se entable plenamente una relación jurídica procesal.
[...] Que, en consecuencia, no le es imputable al recurrente - demandante
los cuatro meses que tardó el juzgado en notificar al demandado [...]. [...]
Que, tampoco podría utilizarse la fecha de interposición de la demanda
como argumento para declarar el abandono de la instancia, puesto que [...]
era obligación jurisdiccional y no del recurrente correr traslado de la
demanda al emplazado para que se entable la relación jurídica...” (Casación

745
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

Nro. 563-2000 / Tacna, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 02-01-


2001, pág. 6703).
- “... Por resolución [...] el Juzgado declara el abandono del proceso
advirtiendo que [...] no se realizaron actos procesales orientados a
impulsarlo. [...] Que sin embargo, el artículo cuatrocientos sesenticinco del
Código Procesal Civil establece que el Juez de oficio y aún cuando el
emplazado haya sido declarado rebelde expedirá resolución declarando la
existencia de una relación jurídico procesal válida y consecuentemente
saneado el proceso, por lo que era el Juez quien de oficio debió impulsar el
proceso y al no haber actuado de acuerdo a lo dispuesto en dicha norma y
por el contrario haber declarado el abandono del proceso se ha contravenido
el derecho al debido proceso que alega el recurrente...” (Casación Nro. 347-
2000 / La Libertad, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 0302-2003,
págs. 10065-10066).
- “... El inciso quinto del artículo trescientos cincuenta del Código Adjetivo
[C.P.C.], dispone que no hay abandono en los procesos que se encuentran
pendientes según la resolución y la demora en dictarla fuera imputable al
juez; [...] no procediendo el abandono en este caso, se infringe el artículo
primero del Título Preliminar del Código acotado, porque se está negando
al [...] ejecutante [el] derecho a la tutela jurisdiccional efectiva; [...] por
ello, la resolución de vista ha incurrido en la causal de nulidad contemplada
en el artículo ciento setentiuno del Código Adjetivo [C.P.C.]...” (Casación
Nro. 2160-2001 / Jaén, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 02-05-
2002, págs. 8737-8738).
- “... Si bien la figura del abandono importa inactividad procesal, su
declaración no puede obviar la obligación del Juzgador, en su condición de
director del proceso, de impulsarlo aún sin necesidad de que las partes lo
soliciten, y cuando el estado del mismo corresponda, ello en razón no sólo
de la obligación contenida en el artículo cincuenta del Código Procesal
Civil, sino también por el carácter imperativo de las normas legales que lo
regulan, tal como lo prescriben los artículos segundo y noveno del Título
Preliminar del Código Procesal Civil, razón por la que en el caso de autos,
el Juzgador se encontraba en la obligación de adoptar las medidas
convenientes para impedir su paralización, conforme el deber que le
impone el inciso primero del artículo cincuenta de la citada norma procesal.
[...] Que en consecuencia, debe concluirse que la resolución impugnada, no
sólo contraviene los artículos segundo y noveno del Título Preliminar del
Código Procesal Civil y el inciso primero del artículo cincuenta del citado

746
FORMAS ESPECIALES DE CONCLUSION DEL PROCESO: ABANDONO

Código, sino también el inciso quinto del artículo trescientos cincuenta del
Código señalado, norma última que precisa que no hay abandono en los
procesos que se encuentran pendientes de resolución y la demora en dictarla
fuera imputable al Juez, preceptos que guardan estricta concordancia con el
numeral tercero del artículo ciento treintinueve de la Constitución Política
del Estado, y cuya observancia [sic -léase inobservancia-] acarrea la nulidad
de lo actuado...” (Casación Nro. 2962-2002 / La Libertad, publicada en el
Diario Oficial El Peruano el 31-08-2005, pág. 14499).
- “... De no solicitarse en su oportunidad el nombramiento de curador
procesal el proceso seguirá inactivo, no solo porque el Juez no podrá
hacerlo de oficio, sino también porque de realizarse alguna actividad
procesal soslayándose la pérdida de una de las partes de la titularidad del
derecho discutido por muerte, resultará nula, de conformidad con el artículo
ciento ocho del Código Procesal Civil [...]; [...] tratándose entonces de un
proceso inactivo con anterioridad al transcurso del plazo para la declaración
de abandono, dicha sanción procesal carecía de objeto dado que la
paralización del mismo por prematuro y no renovado pedido de
nombramiento de curador procesal sería no solo imputable a la parte
interesada sino también al Juzgador que ante tal defecto conduce a la
paralización del proceso [...]; [...] siendo así, [...] el Juez está facultado a
nombrar inmediatamente curador procesal una vez transcurrido el plazo
para que se apersonen los sucesores sin que éstos lo hayan hecho, siempre y
cuando así se le haya solicitado ya sea antes o después de la publicación de
los edictos; de tal modo que la sola presentación de un pedido prematuro ya
sea inmediato o diferido, según sea el caso, y la demora en dictarla será
imputable a su persona; [...] en el presente caso, uno de los co demandados
[sic] solicitó [...] el nombramiento de curador procesal, pedido que si bien
[fue] prematuro, dado que aún no vencía el plazo de treinta días, dada la
última fecha de publicación de los edictos, obligaba al Juez a su
pronunciamiento, en esta oportunidad de modo diferido, es decir, que se
pronunciará o lo ordenará una vez vencido el plazo sin apersonamiento de
los sucesores; en tal virtud, al no haber procedido así, se configura la causal
de improcedencia del abandono previsto [sic -léase prevista-] en el inciso
quinto del artículo trescientos cincuenta del Código adjetivo [C.P.C.]...”
(Casación Nro. 2952-2001 / Lambayeque, publicada en el Diario Oficial El
Peruano el 01-07-2002, págs. 8937-8938).
- “... El artículo cuatrocientos cincuentiocho del Código Procesal Civil
dispone que, si transcurrido el plazo para contestar la demanda, el

747
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

demandado no lo hace, se le declarará rebelde; como puede advertirse,


dicha norma no establece expresamente que el Juez deba declarar la
rebeldía de oficio sino que se limita a señalar un presupuesto para la
declaración de rebeldía, como es la falta de contestación de la demanda. La
verificación del estado del proceso para la declaración de rebeldía no puede
ser imputada únicamente al Juez, sino que corresponde ser incoado también
a la parte interesada, a cuyo mérito e interés se ha iniciado y viene
tramitando la causa para dar solución a sus pretensiones; en consecuencia,
junto al deber de impulso oficial corre el deber de impulso a instancia de las
partes y -particularmente en este último- la carga procesal del demandante
de impulsar la evolución del proceso a través de sus diversas y sucesivas
etapas; y siendo esto así, no corresponde aplicar lo dispuesto
en el inciso quinto del artículo trescientos cincuenta del Código Procesal
citado [sobre improcedencia del abandono en caso de que la demora en
dictar resolución sea imputable al Juez], desde que al A quo no le puede ser
imputada la falta de expedición de la resolución que declare la rebeldía,
pues correspondía a la parte interesada coadyuvar en la preclusión de las
etapas procesales...” (Casación Nro. 1066-2007 / Arequipa, publicada en el
Diario Oficial El Peruano el 03-12-2008, págs. 23579-23580).
- “... Si bien existen varias disposiciones que permiten el impulso del proceso
por el juez también hay que tener en consideración que tratándose de la
declaración de rebeldía, nada impedía a la parte a impulsar por su cuenta el
trámite del proceso por lo que al no hacerlo ha incurrido en negligencia
procesal, que no puede impedir la declaración de abandono” (Casación Nro.
2130-97 / Puno, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 06-08-1998,
pág. 1527).
- “... No puede atribuirse un desinterés a la [...] accionante de impulsar el
proceso, cuando el retraso en la continuación del trámite obedeció a un
error del auxiliar de justicia...” (Casación Nro. 2180-01 / Lima, publicada
en el Diario Oficial El Peruano el 01-04-2002, pág. 8510).
- “... El argumento expresado por el Colegiado [Superior] de haber operado
el abandono del proceso, es incorrecto porque la remisión del exhorto vía
consular, no es un hecho atribuible al justiciable, sino al personal
encargado, encontrándose el caso de autos en el supuesto normativo que
recoge el inciso quinto del artículo 350 del Código Procesal Civil; [...]
resulta necesario establecer que en virtud al principio de celeridad procesal
[...] corresponde al juzgador actuar en forma diligente y dentro de los

748
FORMAS ESPECIALES DE CONCLUSION DEL PROCESO: ABANDONO

plazos establecidos en la ley, debiendo a través de los auxiliares bajo su


dirección tomar las medidas necesarias para lograr una pronta y eficaz
solución del conflicto de intereses e incertidumbre jurídica, aspectos a
tomar en cuenta por el Juez para la continuación del presente proceso...”
(Casación Nro. 2740-2006 / Ayacucho, publicada en el Diario Oficial El
Peruano el 02-10-2007, págs. 20798-20799).
- “... Encontrándose acumuladas las pretensiones demandadas no cabe
declarar la improcedencia del abandono de una pretensión y el abandono de
las otras pretensiones...” (Casación Nro. 3215-2007 / Junín, publicada en el
Diario Oficial El Peruano el 02-09-2008, págs. 22818-22819).
- “... El cuaderno de medida cautelar se encuentra vinculado directamente al
proceso principal; [...] por ello, cuando la medida cautelar se encuentra en
trámite, no se puede declarar el abandono del proceso, aún cuando el
expediente principal se encuentre paralizado por más de cuatro meses; [...]
al haberse declarado el abandono del proceso principal, sin tener a la vista
el cuaderno cautelar, que podía impedir el abandono, por encontrarse en
trámite, se ha incurrido en la causal de nulidad contemplada en el artículo
ciento setentiuno del Código Procesal Civil...” (Casación Nro. 544-2003 /
Lima, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 01-12-2003, pág.
11118).
- “... En el caso de autos, se advierte que una de las partes del proceso
solicitó, expresamente, se lleve a cabo la audiencia respectiva [...], lo cual
fue proveído por el propio Juez y notificado a las partes; no obstante ello, el
A Quo declara el abandono, atribuyéndole la capacidad de impulso procesal
[...] únicamente al actor, cuando la legislación procesal no le atribuye dicha
responsabilidad sólo a demandante sino a cualquiera de las partes, dado
que, el proceso judicial, como instrumento de declaración de derechos, les
pertenece a estos, siendo de interés de ellos [...] su resolución, por ende, el
uso -como fecha de referencia para la configuración del abandono- desde el
último acto procesal del demandante es manifiestamente discriminatorio...”
(Casación Nro. 128-2007 / Tacna, publicada en el Diario Oficial El Peruano
el 02-09-2008, págs. 22699-22700).
- “... En lo tocante a la afirmación de que la declaración de abandono sólo
opera en los procesos de cognición y no en un proceso de Ejecución de
Garantías, dicho extremo no ha sido demostrado ni fundamentado, pues no
se encuentra prevista [sic -léase previsto-] en ninguna de las causales de
procedencia [sic -léase improcedencia-] del abandono [...] ni existe norma

749
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

legal alguna que señale la improcedencia del abandono para el proceso de


autos [sobre ejecución de garantías]...” (Casación Nro. 13642002 / Lima,
publicada en el Diario Oficial El Peruano el 02-01-2003, pág. 9784).
- “... Si bien el proceso de ejecución de garantías presenta semejanzas con la
ejecución de sentencias, se trata de un proceso autónomo en el que la parte
ejecutada puede contradecir el mandato de ejecución, fijándose así la
controversia a ser resuelta por el juzgador, a diferencia de la ejecución de
sentencias en donde ya no existe controversia sino únicamente la ejecución
de lo resuelto judicialmente; por ende, al proceso de ejecución de garantías
le son aplicables, en cuanto no alteren su naturaleza, las normas procesales
de carácter general como es el caso del abandono, no existiendo disposición
legal expresa que prohíba su aplicación a este tipo de procesos...” (Casación
Nro. 2646-2007 / Arequipa, publicada en el Diario Oficial El Peruano el
02-09-2008, págs. 22734-22735).
- “... Es el principio de legalidad procesal, el que gobierna al abandono, ya
que el legislador al instituir la figura procesal en comentario, ha diseñado
una regulación ‘numerus clasus’ (sic) y no ‘numerus apertus’, es decir,
prevé de forma cerrada los casos en que procede la declaración del
abandono del proceso, no habiéndose previsto en la norma antes acotada
(art. 350 del C.P.C.) el caso de improcedencia de abandono en los procesos
de ejecución de garantías tal (sic) es así, que la propia norma mencionada
(art. 350 del C.P.C.) en su inciso sexto señala que hay improcedencia de la
figura sub exámine, en aquellos procesos en que la ley así lo señale”
(Casación Nro. 962-97 / Lambayeque, publicada en el Diario Oficial El
Peruano el 17-11-1998, pág. 2044).
- “... El Juez de la causa ordenó sacar a remate el bien inmueble dado en
garantía (...), siendo así la orden de remate (en proceso de ejecución de
garantías) sí se adecua al supuesto de improcedencia del abandono previsto
en el inciso primero del Artículo trescientos cincuenta del Código Adjetivo
(ejecución de sentencia), lo que cabe en tanto ello involucra la ejecución del
mandato...” (Casación Nro. 962-97 / Lambayeque, publicada en el Diario
Oficial El Peruano el 17-11-1998, pág. 2044).
- “... El otro proceso ha sido declarado en abandono y [...] en tal situación se
extinguen todas las resoluciones que se hayan expedido en él, incluyendo
las medidas cautelares o los efectos de la interrupción de la prescripción...”
(Casación Nro. 2197-98 / Huaura, publicada en el Diario Oficial El Peruano
el 30-04-2001, pág. 7141).

750
FORMAS ESPECIALES DE CONCLUSION DEL PROCESO: ABANDONO

- “... Conforme lo establece el artículo trescientos cincuentiuno del Código


Procesal Civil, el abandono pone fin al proceso sin afectar la pretensión; sin
embargo, su declaración impide al demandante iniciar otro proceso con la
misma pretensión durante un año, contado a partir de la notificación del
auto que lo declare. Como puede advertirse, la norma procesal no hace
alusión alguna a la calidad con la que la pretensión que se demanda
nuevamente deba ser incoada, esto es, si es subordinada, alternativa o
accesoria, ni tampoco discrimina que tal acumulación resulte improcedente;
por lo que, no es factible hacer distinciones donde la ley no las hace, tanto
más si el accionante ha planteado sus pretensiones sin hacer uso de la
facultad de calificarlas, prevista en el artículo ochentisiete del Código
Procesal Civil...” (Casación Nro. 1240-02 / Ica, publicada en el Diario
Oficial El Peruano el 03-02-2003, págs. 9992-9993).
- “... Atendiendo a que el instituto procesal en cuestión [abandono del
proceso] está encaminado a liberar a los órganos de justicia de aquellos
asuntos en que es manifiesto el desinterés de las partes, y esa falta de
interés se infiere de la falta de actividad procesal; que, la ley otorga dos
tipos de efectos: (i) sancionatorio y (ii) restitutivo. Por el efecto
sancionatorio, la declaración del abandono impide que el pretensor inicie la
nueva acción en otro proceso invocando la misma pretensión sino solo
hasta cuando haya transcurrido un determinado plazo; [...] En tal sentido, el
artículo [...] trescientos cincuentiuno del acotado Código Procesal [C.P.C.]
acoge el efecto sancionatorio cuando indica que la declaración impide al
demandante iniciar otro proceso con la misma pretensión durante un año,
contado a partir de la notificación del auto que lo declare; además crea
adicionalmente un efecto restitutivo consistente en restituir las cosas al
estado que tenían antes de la demanda. Este efecto sancionatorio se
instrumentaliza en un impedimento procesal, no de la acción sino de la
pretensión, en tal sentido, cabe oponer a la pretensión una defensa de
forma, es decir, una defensa previa contemplada en la ley procesal, que
exige que transcurra por lo menos un año para promover una pretensión en
cuyo proceso anteriormente fue declarado en abandono...” (Casación Nro.
1786-2005 / Arequipa, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 01-12-
2006, págs. 18047-18048).

751
CAPITULO XXIII

ASPECTOS GENERALES SOBRE


LOS MEDIOS IMPUGNATORIOS

1. LA ACTIVIDAD IMPUGNATIVA
Según Kielmanovich, “... los actos procesales de impugnación, son
aquellos que están dirigidos directa e inmediatamente a provocar la
modificación o sustitución -total o parcial- de una resolución judicial, en el
mismo proceso en el que ella fue dictada” (KIELMANOVICH, 1989: 16).
Para Satta, “el término de impugnación es la calificación genérica de los
múltiples remedios que se dan contra los actos jurídicos: en efecto, impugnar no
significa otra cosa, latinamente, que contrastar, atacar...” (SATTA, 1971,
Volumen I: 397).
Liebman concibe a las impugnaciones como “... los remedios que la ley
pone a disposición de las partes para provocar por medio del mismo juez o de un
juez superior un nuevo juicio inmune del defecto o del error de la sentencia
anterior” (LIEBMAN, 1980: 440).
La actividad impugnativa emana de la facultad del mismo orden inherente a
las partes. Dicha potestad procesal constituye un derecho abstracto cuyo
ejercicio no se encuentra supeditado a la existencia de un vicio o defecto que
invalide el acto, siendo suficiente la invocación de tal facultad para que se
desarrolle la actividad impugnativa, al término de la cual se acogerá o
desestimará la petición, dependiendo de la existencia o no de un acto viciado o
defectuoso, o, también, de la observancia o no de las formalidades exigibles para
el trámite impugnatorio.

2. FUNDAMENTO DE LA IMPUGNACION
La impugnación representa la forma idónea de procurar (a través de la
correspondiente revisión por el mismo o por otro órgano jurisdiccional) suprimir
los vicios que afectan a los actos procesales a fin de lograr su corrección y
restablecer su legalidad, eliminándose así el agravio inferido al impugnante.

753
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

La impugnación reposa, entonces, en el derecho vulnerado con el acto


viciado, el cual se pretende sea restablecido mediante el perfeccionamiento del
acto impugnado que puede alcanzar de esa manera su finalidad. Como el vicio o
defecto supone una transgresión del ordenamiento jurídico la impugnación
tiende a la correcta actuación de la ley.
La impugnación se funda en la necesidad de disminuir la posibilidad de
injusticia basada, principalmente, en el error judicial, el cual, si no es
denunciado, da lugar a una situación irregular e ilegal que, por lo mismo, causa
agravio al interesado. La revisión de los actos afectados de vicio o error, en que
consiste la impugnación, obedece, pues, a un perjuicio inferido al impugnante
derivado de la inobservancia de las reglas procesales o de una errónea
apreciación al resolver o de una decisión arbitraria o de una conducta dolosa.
Por ello, a fin de garantizar una resolución justa y la estricta aplicación de la ley,
es que resulta indiscutiblemente necesaria la impugnación de los actos
procesales y la instancia plural.

2.1 La instancia plural


Al dividirse el proceso en dos instancias o grados jurisdiccionales, se
atribuye competencia a un órgano jurisdiccional para conocer en la primera
instancia, y a otro órgano (generalmente colegiado) para conocer en la segunda
instancia. Existe así un doble grado de jurisdicción o pluralidad de instancias. La
función de los órganos jurisdiccionales de segunda instancia es la de revisar las
decisiones de los magistrados de primera instancia, siempre y cuando alguna de
las partes hubiese interpuesto el correspondiente medio impugnatorio. “En
sentido jurídico estricto cuando se habla de doble grado o de doble instancia se
hace referencia a un sistema de organizar el proceso en virtud del cual se
establecen dos sucesivos exámenes y decisiones sobre el tema de fondo
planteado, por obra de dos órganos jurisdiccionales distintos, de modo que el
segundo debe prevalecer sobre el primero. El doble grado o instancia permite
dos pronunciamientos sobre el objeto del proceso y sobre el objeto del debate”
(MONTERO AROCA; GOMEZ COLOMER; MONTON REDONDO; y
BARONA VILAR, 2003, Tomo II: 415-416).
Morales Molina manifiesta al respecto que la doble instancia “representa
una garantía para los asociados desde tres puntos de vista: a) En cuanto un
juzgamiento o juicio reiterado hace por sí posible la corrección de los errores del
inferior; b) En cuanto las dos instancias están confiadas a jueces diferentes, lo
que propicia la imparcialidad; c) En cuanto el superior se considera más idóneo

754
ASPECTOS GENERALES SOBRE LOS MEDIOS IMPUGNATORIOS

que el inferior por su preparación y experiencia, pues debe reunir mayores


requisitos para ejercer el cargo” (MORALES MOLINA, 1978, Tomo I: 542).
En nuestro medio, el principio de la doble instancia tiene rango
constitucional al estar contemplado en el artículo 139 -inciso 6)- de la
Constitución Política de 1993. También se encuentra contenido en el artículo 11
de la Ley Orgánica del Poder Judicial (Decreto Supremo Nro. 017-93-JUS) y en
el artículo X del Título Preliminar del Código Procesal Civil. Este último
dispositivo legal -del Código adjetivo- establece que “el proceso tiene dos
instancias, salvo disposición legal distinta”.
La Corte Suprema de Justicia de la República, en relación al principio de
doble instancia o del doble grado de jurisdicción, ha establecido lo siguiente:
- “... Una de las garantías constitucionales más importantes es la de la
‘pluralidad de instancias’, la cual es un derecho público - subjetivo, inscrito
dentro del principio de la libertad de la impugnación; mediante el cual el
interesado puede cuestionar una sentencia o un auto dentro el propio
organismo que administra justicia; [...] para que el derecho a la instancia
plural se encuentre cumplido bastan dos decisiones judiciales expedidas en
un mismo procedimiento por autoridades judiciales de diferente jerarquía.
Este principio constitucional ha sido reconocido como Principio General
del Derecho Procesal Civil, en el artículo décimo del Título Preliminar del
Código Adjetivo [C.P.C.], que establece: ‘el proceso tiene dos
instancias...’...” (Casación Nro. 182-2004 / Cajamarca, publicada en el
Diario Oficial El Peruano el 01-08-2005, págs. 14411-14412).
- “... El inciso 6° del artículo 139 de la Constitución Política del Estado
vigente, concordante con el artículo 11 del Texto Unico Ordenado de la Ley
Orgánica del Poder Judicial, consagran el derecho a la pluralidad de
instancias, el cual constituye una de las garantías del debido proceso y se
materializa cuando el justiciable tiene la posibilidad de poder impugnar una
decisión judicial, ante un órgano jurisdiccional de mayor jerarquía y con
facultades de dejar sin efecto lo originalmente dispuesto, tanto en la forma
como en el fondo; por lo tanto constituye un derecho públicosubjetivo
incorporado dentro del principio de la libertad de la impugnación. [...] Que,
para que el derecho a la instancia plural se cumpla, bastan dos decisiones
judiciales expedidas en un mismo proceso por órganos jurisdiccionales de
diferente jerarquía...” (Casación Nro. 185-2004 / Lima, publicada en el
Diario Oficial El Peruano el 31-08-2006, pág. 16953).

755
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

- “... Uno de los principios y derechos de la administración de justicia lo


constituye la pluralidad de la instancia, previsto en el artículo 139 inciso 6
de la Constitución Política del Estado. El derecho a la pluralidad de
instancias es una garantía consustancial del derecho al debido proceso
jurisdiccional. Mediante dicho derecho se persigue que lo resuelto por un
juez de primera instancia pueda ser revisado por un órgano funcionalmente
superior, y de esa manera permitir que lo resuelto por aquél, cuando menos,
sea objeto de un doble pronunciamiento jurisdiccional. La exigencia
constitucional de establecerse funcional y orgánicamente una doble
instancia de resolución de conflictos jurisdiccionales está directamente
conectada con los alcances que el pronunciamiento emitido por la última
instancia legalmente establecida es capaz de adquirir: la inmutabilidad de la
cosa juzgada...” (Casación Nro. 420-2006 / Tumbes, publicada en el Diario
Oficial El Peruano el 31-05-2007, págs. 19568-19569).
- “... El principio de la doble instancia consagrado en el artículo X del Título
Preliminar del Código Procesal Civil, está referido a la instancia plural a
través de la cual se obtiene una mayor seguridad jurídica con el control que
ejercen los diferentes órganos jurisdiccionales, viene a ser una garantía que
se logra con la fiscalización de los actos procesales impugnados que lleva a
cabo el órgano jerárquicamente Superior, el mismo que se pronuncia sobre
su validez o invalidez, confirmando o revocando lo resuelto por el órgano
de menor jerarquía...” (Casación Nro. 215-2005 / Lima, publicada en el
Diario Oficial El Peruano el 30-07-2007, págs. 20091-20092).
- “... El principio de la doble instancia se encuentra consagrado en el inciso
6° del artículo 139 de la Constitución Política, siendo importante indicar al
respecto, que el fundamento de la doble instancia se encuentra ligado a lo
falible de la conducta humana y a la idea de un posible error en la
resolución judicial; de allí que [...] este principio constituye una garantía
para los ciudadanos, ya que la decisión judicial cuyo error se denuncia es
llevada ante un Colegiado especializado, a fin de ser analizada
nuevamente...” (Casación Nro. 1795-2008 / Lima, publicada en el Diario
Oficial El Peruano el 02-12-2008, pág. 23459).
- “... El derecho a la doble instancia, previsto en el inciso 6 del artículo 139
de la Constitución Política del Estado, constituye una de las garantías del
debido proceso y se hace efectivo con el pronunciamiento del órgano
superior sobre la resolución que es objeto de impugnación, con la finalidad
que la decisión judicial cuyo error se denuncia, sea analizada nuevamente

756
ASPECTOS GENERALES SOBRE LOS MEDIOS IMPUGNATORIOS

por un colegiado especializado...” (Casación Nro. 2541-2007 / Ayacucho,


publicada en el Diario Oficial El Peruano el 02-09-2008, págs. 22778).
- “... Al haberse denegado el recurso de apelación que es materia de análisis,
pese a que éste ha sido ejercido conforme a los preceptos del Código
Procesal Civil, se ha vulnerado el principio de la instancia plural, y con ello
se [...] está recortando el derecho de defensa...” (Casación Nro. 182-2004 /
Cajamarca, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 01-08-2005, págs.
14411-14412).
- “... La tutela jurisdiccional efectiva tiene un contenido de derechos,
principios y garantías procesales que la integran, cuya infracción podrá
ocurrir de múltiples formas, siendo una de ellas, la aplicación de excesivos
formalismos que impiden el acceso a la jurisdicción a través de la
restricción del derecho a la doble instancia; claro está que las formas
procesales no son valores autónomos con sustantividad propia, sino que
sólo sirven en cuanto que son instrumentos dirigidos a lograr la finalidad
legítima de establecer las garantías procesales necesarias para los
litigantes...” (Casación Nro. 1211-2000 / Lima, publicada en el Diario
Oficial El Peruano el 02-01-2001, págs. 6691-6692).
- “... La recurrida [resolución de vista] analiza los errores de hecho y derecho
expuestos en la mencionada impugnación [apelación] así como todo el
proceso conforme a su facultad ex novo [del Ad quem], constituyendo ello
garantía del derecho a la doble instancia...” (Casación Nro. 2447-2006 / La
Libertad, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 30-10-2007, pág.
20890).
- “... Las instancias de mérito aprecian prueba y establecen el juicio de
hecho, sobre el cual aplican el Derecho que estiman pertinente, con lo que
se satisface la pluralidad de instancias garantizada en la Constitución...”
(Casación Nro. 2765-2008 / Ancash, publicada en el Diario Oficial El
Peruano el 02-12-2008, págs. 23464-23465).
- “... El Juez se pronunció sobre la improcedencia de la demanda, sin
embargo el Colegiado, al declararla fundada, ha emitido pronunciamiento
sobre el fondo de la controversia materia de autos, violando el principio de
instancia plural consagrado en el inciso sexto del artículo ciento
treintinueve de la Constitución Política del Estado, porque al no constituir
las Salas Casatorias de la Corte Suprema, instancias de mérito sólo existiría,
en el presente caso, una instancia judicial que se habría pronunciado sobre

757
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

el fondo de la controversia...” (Casación Nro. 2800-00 / Santa, publicada en


el Diario Oficial El Peruano el 30-04-2001, pág. 7217).
- “... La Sala Superior [...] [que] ha revocado la sentencia apelada que declaró
improcedente la demanda y reformándola la declaró infundada, no ha
tenido en cuenta que la resolución de primera instancia fue una sentencia
inhibitoria, que no se ha pronunciado sobre el fondo de la controversia, esto
es no ha efectuado un análisis de los hechos y pruebas aportados al proceso,
los cuales le permitan establecer fehacientemente si la pretensión formulada
por la demandante merece ser amparada; por tanto el Organo Superior al
emitir pronunciamiento revocando la sentencia de primera instancia ha
vulnerado el derecho a la pluralidad de instancia [sic -léase instancias-]
consagrado por el artículo 139 inciso 6) de la Constitución Política del
Estado; motivo por el cual debe ordenarse expresamente que sea el Juez de
Primera instancia el cual emita nuevo pronunciamiento respecto al fondo de
la controversia; configurándose la afectación al debido proceso...”
(Casación Nro. 615-2008 / Arequipa, publicada en el Diario Oficial El
Peruano el 01-12-2008, págs. 23300-23301).
- “... El Colegiado al haber fundado su decisión jurisdiccional en hechos no
alegados por las partes ha transgredido el principio de congruencia
procesal, y al haber sido la única instancia en haberse pronunciado sobre tal
situación ha dejado en indefensión a la parte accionante violando el
principio de instancia plural...” (Casación Nro. 3692-00 / La Libertad,
publicada en el Diario Oficial El Peruano el 31-07-2001, pág. 7455).

3. OBJETO DE IMPUGNACION
Objeto de impugnación es el acto procesal que adolece de vicio o defecto.
Por lo general -no siempre-, se trata de resoluciones, las mismas que son
revisadas por el órgano superior jerárquico a fin de determinar si procede o no
su impugnación.
El acto procesal puede ser impugnado en su integridad o de modo parcial.
Según Véscovi, “la impugnación del acto, por regla general, será total, esto es,
se referirá a su totalidad, pues generalmente constituirá dicho todo” (VESCOVI,
1988: 39). Sin embargo -continúa Véscovi-, “... es posible la impugnación
parcial cuando no todo el objeto sea impugnado o no lo sea por todos aquellos a
quienes alcanza (o afecta). Es decir que podría haber una limitación objetiva en
cuanto se impugne una parte del acto (de una sentencia, por ejemplo) y otra
subjetiva cuando los impugnantes no son todos los afectados por el acto (por

758
ASPECTOS GENERALES SOBRE LOS MEDIOS IMPUGNATORIOS

ejemplo, la nulidad la pide uno solo de los litisconsortes)” (VESCOVI, 1988:


40). Añade el autor citado que “lo mismo si se trata de otro acto: una audiencia,
una inspección judicial, etc., cabe que se impugne una parte de dicho acto o que
la impugnación la realicen ambas partes o una sola y, aun, dentro de ésta, alguno
de sus integrantes” (VESCOVI, 1988: 40). Concluye Véscovi diciendo que en
este caso “... la impugnación podría tener un efecto reflejo, afectando inclusive a
quienes no la formularon...” (VESCOVI, 1988: 40).
4. CAUSALES DE IMPUGNACION
Las causales de impugnación pueden ser clasificadas en:

- Vicios (o errores) in procedendo.

- Vicios (o errores) in iudicando.


Los vicios (o errores) in procedendo, llamados también vicios de la
actividad o infracción en las formas, constituyen irregularidades o defectos o
errores en el procedimiento, en las reglas formales.
El vicio in procedendo supone la inaplicación o aplicación defectuosa de las
normas adjetivas que afecta el trámite del proceso y/o los actos procesales que lo
componen.
Los errores in procedendo -sostiene Escobar Fornos- “... se dan en la
aplicación de la ley procesal, la cual impone una conducta al juez y a las partes
en el desenvolvimiento del proceso...” (ESCOBAR FORNOS, 1990: 241).
Agrega el autor citado que “los errores de procedimiento producen la nulidad
del proceso y se pueden dar en la constitución del proceso (presupuestos
procesales), en su desenvolvimiento, en la sentencia y en su ejecución”
(ESCOBAR FORNOS, 1990: 241).
Los vicios (o errores) in iudicando, denominados también vicios del juicio
del tribunal o infracción en el fondo, configuran así irregularidades o defectos o
errores en el juzgamiento, esto es, en la decisión que adopta el magistrado.
Escobar Fornos destaca que los errores in iudicando “... se dan en la
aplicación de la ley sustantiva, que es la que resuelve el conflicto de derecho
planteado en el proceso” (ESCOBAR FORNOS, 1990: 241).
El vicio in iudicando es aquel que afecta el fondo o contenido y está
representado comúnmente en la violación del ordenamiento jurídico (sustantivo)
que tiene lugar cuando se aplica al asunto controvertido una ley que no debió ser

759
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

aplicada, o cuando no se aplica la ley que debió aplicarse, o cuando la ley


aplicable es interpretada y -por ende- aplicada deficientemente. A la violación
del derecho (denominada también error de derecho) se suma el error de hecho
que afecta indiscutiblemente el fondo, formando también así parte del vicio in
iudicando. El último tipo de error tiene que ver con la apreciación de los hechos
por el órgano jurisdiccional, la cual, de ser deficiente (como cuando no se valora
apropiadamente un medio probatorio), afecta la decisión del Juez (esto es, la
declaración de certeza sobre los hechos) y causa, por consiguiente, agravio al
interesado.
5. PRESUPUESTOS DE LA IMPUGNACION
Son presupuestos de la impugnación:
A) El agravio.
El agravio o gravamen es el daño causado al impugnante derivado del vicio
(in procedendo o in iudicando) producido. Constituye una situación de
injusticia que provoca un perjuicio al interés de alguna de las partes.
Enrique Falcón define al agravio como “... la injusticia, ofensa, perjuicio
material o moral entendido por quien fue condenado en todo o en parte o se
ha rechazado su pretensión, es decir el litigante a quien la resolución
perjudica, que acude al superior para expresar los agravios que la misma le
causa” (FALCON, 1978: 290). B) La legitimidad.
Gozaíni señala al respecto que “... para poder impugnar un acto
determinado resulta necesario haber tenido intervención directa o
mediata en él, o, en su caso, ser alcanzado por sus disposiciones de
manera tal que justifique el interés jurídico” (GOZAINI, 1992, Tomo I,
Volumen 2: 746).
Reimundín indica que “es de la esencia de los recursos y remedios
procesales, el que éstos funcionen por iniciativa de las partes a quienes
corresponde la carga de la impugnación. Son las partes las que deben
decidir si existe o no una anomalía procesal o si la sentencia es injusta”
(REIMUNDIN, 1957, Tomo II: 76). C) El acto impugnable.
Por lo general, los actos procesales son susceptibles de ser impugnados,
salvo en contados supuestos previstos expresamente por el ordenamiento
jurídico. Por consiguiente, es presupuesto de la impugnación que el acto
comprendido en ella no esté calificado por la ley como inimpugnable, caso
contrario, deberá ser desestimada de plano. D) La formalidad.

760
ASPECTOS GENERALES SOBRE LOS MEDIOS IMPUGNATORIOS

La impugnación precisa de una serie de requisitos formales como el plazo


en que debe plantearse (de carácter perentorio), el pago de la tasa
judicial correspondiente, la adecuación del recurso al acto que se
impugna, la indicación expresa del agravio, la sustentación de la
pretensión impugnatoria, etc., los mismos que, si no se cumplen,
originan su rechazo.
E) El plazo.
“... Las impugnaciones, para que puedan surtir sus efectos y cumplir con la
finalidad para la cual han sido instituidas, han de tener límites
temporales en su proposición, que se llaman plazos para las
impugnaciones” (ROCCO, 1976, Volumen III: 319).
“El plazo para la impugnación de las sentencias es un espacio de tiempo,
establecido por ley, dentro del cual debe ser propuesta la impugnación,
y transcurrido el cual no se la podrá proponer útilmente por haberse
verificado la decadencia” (ROCCO, 1976, Volumen III: 319). F) La
fundamentación.
Otro presupuesto de la impugnación es su fundamentación. Así es, no
resulta suficiente que se denuncie algún vicio o error (ya sea in
procedendo o in iudicando), sino que es exigible, además, señalar los
fundamentos de hecho y de derecho que permitan llegar a esa
conclusión y que justifiquen la declaración de ineficacia o invalidez, o
sea, que persuadan al órgano jurisdiccional revisor de la existencia del
vicio, de su trascendencia y del agravio ocasionado al impugnante.

6. ACLARACION Y CORRECCION DE RESOLUCIONES


La aclaración y corrección de resoluciones constituye el objeto del
denominado recurso de aclaratoria existente en otros sistemas procesales. (En
nuestro ordenamiento jurídico no se emplea la vía impugnativa para obtener
dicha finalidad).
Levitán, refiriéndose al objeto de la aclaratoria, explica, respecto de los
errores materiales, la aclaración de conceptos oscuros y las cuestiones omitidas,
lo siguiente:
“a) ERRORES MATERIALES. Los errores materiales son de nombre, de
partes en juicio o de cuentas.

761
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

1) Son de nombres, cuando se cambia el nombre de pila o el


patronímico de alguna de las partes del proceso. El equívoco haría
imposible ejecutar la sentencia.
2) Son de partes, cuando de acuerdo con los fundamentos de la
sentencia, corresponde condenar a la demandada y absolver a la
actora y en la parte dispositiva, en cambio, se condena a la actora y
se absuelve a la demandada.
3) Finalmente son de cuentas, cuando hay errores aritméticos en la
parte dispositiva de la sentencia, que no condicen con los
fundamentos. Es tan evidente este modo de desacierto material,
que hasta se lo puede corregir durante el trámite de ejecución de la
sentencia. En estos casos hay una verdadera incongruencia entre lo
que se dice en la parte dispositiva y lo que se quiso decir, según
los fundamentos.
b) ACLARACION DE CONCEPTOS OSCUROS. La aclaración de
concep-
tos oscuros se produce cuando, en el lenguaje, el juez o tribunal no usa
los términos adecuados, dando origen a confusiones sobre lo que quiso
decir verdaderamente.
c) CUESTIONES OMITIDAS. Las cuestiones omitidas tienen que
consistir en pretensiones deducidas oportunamente en el litigio y
discutidas en él, o dicho de otro modo, las pretensiones deben haberse
planteado oportunamente, en el sentido de constituir cuestión litigiosa,
por darse traslado en forma, para posibilitar la controversia. Si corrido
el traslado, no se impugna la petición, igualmente se la debe considerar
‘discutida’. No es necesario que se haya contestado el traslado; lo
esencial, es que se hubiese dado el traslado en forma de ley. Es la
bilateralidad del proceso lo que hay que resguardar.
De tal manera que si existen omisiones, la sentencia es incompleta, puesto
que es esencial un pronunciamiento preciso y categórico al respecto.
En cuanto a los límites, (...) no se pueden cambiar las fundamentaciones de
la sentencia. Ello no impide, en manera alguna, que si en la parte
dispositiva se deslizó un error material, consignando, por ejemplo, que
se revoca la sentencia, en vez de decir que se la confirma, la aclaratoria
sea válida, aunque modifique sustancialmente la decisión” (LEVITAN,
1986: 6-8).

762
ASPECTOS GENERALES SOBRE LOS MEDIOS IMPUGNATORIOS

Nuestro ordenamiento procesal no considera a la aclaración y corrección de


resoluciones como un medio impugnatorio, regulándola así en un título aparte:
Título XIII (“Aclaración y corrección de resoluciones”) de la Sección Tercera
(“Actividad procesal”) del Código Procesal Civil. Los numerales 406 y 407 de
dicho Código se refieren a la aclaración y corrección de resoluciones,
respectivamente.
La Corte Suprema de Justicia de la República, en relación a la aclaración y
corrección de resoluciones, ha establecido lo siguiente:

- “... El artículo cuatrocientos seis y cuatrocientos siete del Código Procesal


Civil prescribe [sic] que la corrección, al igual que la aclaración, son
remedios procesales que otorgan tres facultades a los magistrados: corregir
errores, suplir omisiones y clarificar las resoluciones que ellos expidan...”
(Casación Nro. 4876-2006 / Lima, publicada en el Diario Oficial El
Peruano el 02-10-2007, págs. 20693-20694).
- “... El artículo cuatrocientos seis del Código Procesal Civil señala que antes
que la resolución cause ejecutoria, el Juez puede, de oficio o a pedido de
parte, aclarar algún concepto oscuro o dudoso expresado en la parte
decisoria de la resolución o que influye en ella, lo que no conlleva una
alteración o anulación del contenido o sustancia de la decisión tomada por
el Organo Jurisdiccional, sino que persigue corregir defectos en el modo de
expresarlos...” (Casación Nro. 48-2003 / Lima, publicada en el Diario
Oficial El Peruano el 01-12-2003, págs. 11148-11149).
- “... El artículo cuatrocientos seis del Código Procesal Civil establece que[:]
‘El Juez no puede alterar las resoluciones después de notificadas. Sin
embargo, antes que la resolución cause ejecutoria, de oficio o a pedido de
parte, puede aclarar algún concepto oscuro o dudoso expresado en la parte
decisoria de la resolución o que influya en ella. La aclaración no puede
alterar el contenido sustancial de la decisión. El pedido de aclaración será
resuelto sin dar trámite. La resolución que lo rechaza es inimpugnable’[.]
[...] En virtud de la norma glosada, se desprende que mediante la aclaración
se pretende por parte del juzgador aclarar alguna expresión ambigua, oscura
o contradictoria contenida en una resolución cuestionada, pues éste [sic]
pedido debe ceñirse al aspecto formal o verbal y no extenderse al juicio o
razonamiento del juez, pues no constituye un medio impugnatorio porque
con ello, en esencia, no se pretende modificar en su [sic] sentido ni sustituir
la resolución dictada...” (Casación Nro. 2412-2006 / Lima, publicada en el
Diario Oficial El Peruano el 02-012008, pág. 21246).

763
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

- “... El plazo para interponer el recurso que proceda contra la resolución


aclarada se contará desde la notificación del auto en que se haga o deniegue
la aclaración. Esto es, producida la aclaración -que es cuando la resolución
tiene efecto y no antes- o denegado el pedido, el plazo para recurrir
comienza no desde aquel en que se notificó la resolución aclarada, sino que
se reabre, a partir de la resolución que se pronuncia sobre la aclaración...”
(Casación Nro. 48-2003 / Lima, publicada en el Diario Oficial El Peruano
el 01-12-2003, págs. 11148-11149).
- “... El juzgador tiene la facultad de corregir las resoluciones y completar la
misma (sic) respecto a los puntos controvertidos pero no resueltos”
(Casación Nro. 1595-97 / Huaura, publicada en el Diario Oficial El Peruano
el 12-10-1999, pág. 3707).
- “... Señala [el recurrente] que la Sala Superior actuó de oficio en forma
indebida al corregir el error material en que incurrió al dictar la sentencia de
vista, ya que la misma debió ser cuestionada mediante los recursos
pertinentes y a instancia de parte; sin embargo, se advierte que parte de un
argumento equivocado, pues resulta inobjetable que la mencionada Sala
ejerció la facultad de corregir cualquier error material, prevista en el
artículo cuatrocientos siete de la Ley adjetiva [C.P.C.], ya que la recurrida
no había causado ejecutoria...” (Casación Nro. 1693-99 / Ica, publicada en
el Diario Oficial El Peruano el 01-03-2001, págs. 6951-6952).
- “... Los errores materiales no modifican el contenido sustancial de la
resolución en mérito del artículo 407 del Código Procesal Civil [sobre la
corrección de resoluciones]...” (Casación Nro. 3151-2006 / Lima, publicada
en el Diario Oficial El Peruano el 04-12-2006, pág. 18189).
- “... El error ortográfico es un error material que no varía el sentido de la
decisión final; lo que no constituye una afectación del derecho al debido
proceso...” (Casación Nro. 2979-2006 / Ica, publicada en el Diario Oficial
El Peruano el 30-11-2006, pág. 17813).
- “... El efecto del error material, conforme lo establece el artículo
cuatrocientos siete del Código Procesal Civil, es proceder a su corrección,
sea de oficio o a pedido de parte, pero su denuncia no puede dar lugar a que
se anule la sentencia recurrida, pues es evidente que la subsanación del
vicio no ha de influir en el sentido de la resolución o en las consecuencias
del acto procesal, tal como se estipula en el cuatro [sic -léase cuarto-]
párrafo del artículo ciento setentidós del Código Procesal Civil...”

764
ASPECTOS GENERALES SOBRE LOS MEDIOS IMPUGNATORIOS

(Casación Nro. 3892-06 / Lima, publicada en el Diario Oficial El Peruano


el 03-01-2008, págs. 21398-21399).
- “... La corrección al igual que la aclaración, son remedios procesales que
otorgan tres facultades a los magistrados: corregir errores, suplir omisiones
y clarificar las resoluciones que ellos expidan; [...] estas facultades podrían
considerarse que son de orden menor, esto es, que por ninguna razón, se
podrían [sic -léase se podría-] anular un acto procesal, como lo es una
sentencia, argumentando una corrección en ella; en este caso, la Sala
Revisora está cambiando la resolución que resuelve el conflicto
intersubjetivo de intereses, esto es, esta [sic -léase está-] afectando la
sustancia de la decisión judicial; además, este hecho se agrava debido a
que la propia Sala notificó a las partes la sentencia que luego, el propio
Colegiado, anularía; [...] en consecuencia, se ha configurado
expresamente la transgresión al derecho a un debido proceso del
recurrente, al expedirse una resolución en flagrante violación a las
disposiciones procesales que generan la nulidad insalvable de la
resolución [...] y la renovación del acto procesal, con las consecuencias
que ello genere...” (Casación Nro. 3954-2001 / Santa - Chimbote,
publicada en el Diario Oficial El Peruano el 31-07-2002, págs. 9043-
9044).
- “... Para que proceda la corrección [de resoluciones] debe cumplirse con los
requisitos que establece el artículo cuatrocientos siete del Código Procesal
Civil, situación que no se presenta en el caso anotado [...], pues en él no se
corrige ningún error material, sino que por el contrario se emite un
pronunciamiento de fondo que importa la modificación del fallo, debiendo
por tanto declararse su nulidad [de la resolución que resuelve corregir la de
vista]...” (Casación Nro. 2662-2000 / Tacna, publicada en el Diario Oficial
El Peruano el 02-07-2001, pág. 7335).
- “... En cuanto a la alegación formulada a que en la resolución [sentencia] de
vista se ha consignado un nombre que no le corresponde a la recurrente,
debe indicarse que dicho error mecanográfico de ningún modo acarrea la
nulidad de los presentes autos, por cuanto la subsanación del mismo no ha
de influir en el sentido del fallo...” (Casación Nro. 133-2002 / Canchis -
Sicuani, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 02-12-2002, pág.
9539).

765
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

- “... El supuesto error en la consignación del nombre de una de las


demandantes [en la sentencia de primera instancia], además de que por sí
no constituye una afectación del derecho al debido proceso, es un defecto
ajeno al recurrente que no le agravia, por lo que no está facultado a
invocarlo...” (Casación Nro. 2214-2002 / Sicuani, publicada en el Diario
Oficial El Peruano el 02-12-2002, pág. 9624).

7. LOS MEDIOS IMPUGNATORIOS Y SU CLASIFICACION


Los medios impugnatorios son actos procesales que se caracterizan por ser
formales y motivados. Representan manifestaciones de voluntad realizadas por
las partes (y aun por los terceros legitimados) dirigidas a denunciar situaciones
irregulares o vicios o errores que afectan a uno o más actos procesales, y a
solicitar que el órgano jurisdiccional revisor proceda a su revocación o
anulación, eliminándose de esta manera los agravios inferidos al impugnante
derivados de los actos del proceso cuestionados por él.
“Los medios de impugnación son (...) los instrumentos procesales ofrecidos
a las partes para provocar aquel control sobre la decisión del juez, y este control
es, en general (...), encomendado a un juez no sólo diverso de aquél que ha
emitido el pronunciamiento impugnado o gravado, sino también de grado
superior, aun cuando no esté en relación jerárquica verdadera y propia con el
primero. No se excluye, sin embargo, que en ciertos casos, en consideración al
tipo de control invocado, este último sea ejercitado por el mismo juez que ha
pronunciado la sentencia, objeto del control...” (MICHELI, 1970, Volumen II:
266).
Enrique Falcón señala que “los medios de impugnación son una serie de
actos tendientes a atacar y modificar actos procesales y procedimientos.
Generalmente estos medios de impugnación se refieren al ataque sobre la
sentencia y las resoluciones judiciales” (FALCON, 1978: 285).
En nuestro ordenamiento jurídico, los medios impugnatorios están
regulados en el Título XII (“Medios impugnatorios”) de la Sección Tercera
(“Actividad procesal”) del Código Procesal Civil, siendo definidos aquéllos en
el artículo 355 de dicho cuerpo de leyes, el cual prescribe que: “Mediante los
medios impugnatorios las partes o terceros legitimados solicitan que se anule o
revoque, total o parcialmente, un acto procesal presuntamente afectado por vicio
o error”.

766
ASPECTOS GENERALES SOBRE LOS MEDIOS IMPUGNATORIOS

De acuerdo a nuestro ordenamiento procesal, los medios impugnatorios


pueden ser clasificados de la siguiente manera:
A) Remedios (art. 356 -primer párrafo- del C.P.C.):
A.1) Oposición (art. 356 -primer párrafo- del C.P.C. y otros).
A.2) Tacha (art. 356 -primer párrafo- del C.P.C. y otros).
A.3) Nulidad (arts. 356 -primer párrafo- y 171 al 178 del C.P.C.).
B) Recursos (art. 356 -último párrafo- del C.P.C.):
B.1) Reposición (arts. 362 y 363 del C.P.C.).
B.2) Apelación (arts. 364 al 383 del C.P.C.).
B.3) Casación (arts. 384 al 400 del C.P.C.).
B.4) Queja (arts. 401 al 405 del C.P.C.).
7.1 Los remedios

7.1.1 Concepto
Los remedios son medios impugnatorios dirigidos a lograr que se anule o
revoque o reste eficacia, ya sea en forma parcial o total, a actos procesales que
no se encuentren contenidos en resoluciones. Así, a través de los remedios es
posible impugnar el acto de la notificación, oponerse a la actuación de un medio
de prueba, pedir la nulidad del remate, de la sentencia dictada en un proceso
fraudulento (este último es un caso especial de nulidad que opera en vía de
acción), etc. Por lo general, son resueltos los remedios por el mismo Juez que
conoció del acto procesal materia de impugnación.
Gozaíni sostiene que “... son remedios las impugnaciones que decide el
mismo tribunal cuestionado...” (GOZAINI, 1992, Tomo I, Volumen 2: 777).
Reimundín cataloga a los remedios procesales como aquellos que “...
tienden a la corrección de una anomalía procesal por el mismo órgano
jurisdiccional...” (REIMUNDIN, 1957, Tomo II: 75).
El artículo 356 del Código Procesal Civil, que versa sobre las clases de
medios impugnatorios, contempla prácticamente la concepción de los remedios
en la parte inicial de su primer párrafo, estableciendo así que: “Los remedios
pueden formularse por quien se considere agraviado por actos procesales no
contenidos en resoluciones...”

767
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

7.1.2 Requisitos de admisibilidad


En principio, cabe señalar que, de acuerdo a lo dispuesto en la segunda
parte del primer párrafo del artículo 356 del Código Procesal Civil, los remedios
sólo se interponen en los casos expresamente previstos en dicho ordenamiento
procesal.
Ahora bien, son requisitos de admisibilidad de los remedios los que a
continuación se indican:
- Su interposición dentro del tercer día de conocido el agravio, salvo
disposición legal distinta (parte final del primer párrafo del art. 356 del
C.P.C.).
- Su interposición ante el órgano jurisdiccional que cometió el vicio o
error, salvo disposición en contrario. Así lo establece la primera parte
del art. 357 del C.P.C., que trata sobre los requisitos de admisibilidad
de los medios impugnatorios. (Puntualizamos que el planteamiento de
algún remedio no siempre obedecerá a vicio o error atribuible al
órgano jurisdiccional, como cuando se trata de la oposición a la
actuación de un medio probatorio, por lo que, en casos como el
indicado, la expresión correcta es la siguiente: su interposición -del
remedio- ante el órgano jurisdiccional que conoce del litigio en donde
se produjo el acto procesal cuestionado).
- La observancia de las formalidades previstas en el Código adjetivo
para cada medio impugnatorio (léase remedio). Ello de conformidad
con lo normado en la parte final del artículo 357 del Código Procesal
Civil.
El incumplimiento de alguno de los requisitos determina la declaración de
inadmisibilidad del medio impugnatorio (remedio), mediante resolución
debidamente fundamentada. Así lo prescribe la primera parte del artículo 359
del Código Procesal Civil. Este numeral es concordante con el artículo 128
-parte inicial- del Código Procesal Civil, según el cual “el Juez declara la
inadmisibilidad de un acto procesal cuando carece de un requisito de forma o
éste se cumple defectuosamente ...”

7.1.3 Requisitos de procedencia


Los requisitos de procedencia de los medios impugnatorios, entre los que se
encuentran los remedios, están regulados en el artículo 358 del Código Procesal

768
ASPECTOS GENERALES SOBRE LOS MEDIOS IMPUGNATORIOS

Civil, el mismo que establece lo siguiente: “El impugnante fundamentará su


pedido en el acto procesal en que lo interpone, precisando el agravio y el vicio o
error que lo motiva. El impugnante debe adecuar el medio que utiliza al acto
procesal que impugna”.
El incumplimiento de alguno de los requisitos de procedencia a que se
contrae el numeral citado determina la declaración de improcedencia del medio
impugnatorio (remedio), mediante resolución debidamente fundamentada. Ello
con arreglo a lo prescrito en la primera parte del artículo 359 del Código
Procesal Civil. Este último precepto guarda concordancia con la parte final del
artículo 128 del indicado Código, conforme a la cual el Juez declara la
improcedencia de un acto procesal si la omisión o defecto es de un requisito de
fondo.

7.1.4 Clases de remedios


Si bien el primer párrafo del artículo 356 del Código Procesal Civil enuncia
únicamente de un modo expreso a la oposición, de la definición de los remedios
contenida en dicho numeral podemos colegir que aquéllos son los siguientes
(vistos anteriormente en otros apartados de esta obra):
- La oposición.

- La tacha.

- La nulidad de actos procesales.

7.2 Los recursos

7.2.1 Definición
A decir de Alsina, “... llámanse recursos, los medios que la ley concede a
las partes para obtener que una providencia judicial sea modificada o dejada sin
efecto...” (ALSINA, 1961, Tomo IV: 184).
Goldschmidt asegura que “... recursos son los medios jurídicos procesales
concedidos a las partes, a los afectados inmediatamente por una resolución
judicial y a los intervinientes adhesivos para impugnar una resolución judicial
que no es formalmente firme, ante un Tribunal superior (efecto devolutivo), y
que suspenden los efectos de la cosa juzgada de la misma (efecto suspensivo)...”
(GOLDSCHMIDT, 1936: 398-399).

769
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

En opinión de Ramos Méndez, “... el concepto de recurso responde a


aquellos actos procesales de impugnación de una resolución judicial gravosa
para la parte...” (RAMOS, 1992, Tomo II: 705). Ramos Méndez subraya que el
recurso “... es un medio de pasar de uno a otro grado de la jurisdicción, sin
romper la unidad del proceso” (RAMOS MENDEZ, 1992, Tomo II: 706).
Enrique Falcón sostiene que “recursos son medios de atacar resoluciones
judiciales para que el tribunal superior los revoque o los modifique total o
parcialmente...” (FALCON, 1978: 286).
En palabras de Lorca Navarrete, “el recurso puede ser definido como un
acto procesal de parte por el que se procede a la apertura de la instancia procesal
ad quem con la finalidad, de que una vez que la instancia procesal a quo ha
terminado, un tribunal distinto pueda llevar a cabo un nuevo examen del
enjuiciamiento en justicia verificado en la instancia procesal a quo mediante una
nueva resolución judicial en esa instancia procesal ad quem” (LORCA
NAVARRETE, 2000: 1019).
Lino Palacio apunta que los recursos son “... aquellos actos procesales en
cuya virtud quien se considera agraviado por una resolución judicial pide, en el
mismo proceso y dentro de determinados plazos computados desde la
notificación de aquélla, que un órgano superior en grado al que la dictó, o en su
caso este mismo, la reforme, modifique, amplíe o anule” (PALACIO, 1979,
Tomo V: 29).
Gimeno Sendra refiere que “bajo el término de recursos cabe entender el
conjunto de actos de postulación, a través de los cuales la parte perjudicada por
una determinada resolución judicial, impugnable y que no haya adquirido
firmeza, puede obtener su revisión, bien por el mismo órgano judicial autor de la
misma, bien por otro superior con la finalidad de garantizar, en general, que
todas las resoluciones generales se ajusten al Derecho y, en particular, que la
Sentencia sea respetuosa con las exigencias del derecho a la tutela judicial
efectiva o derecho a la obtención de una Sentencia motivada, razonada en la
prueba, fundada en el Derecho aplicable al objeto procesal y congruente”
(GIMENO SENDRA, 2007, Tomo I: 551).
El artículo 356 del Código Procesal Civil, referido a las clases de medios
impugnatorios, contempla en su último párrafo a los recursos, estableciendo que
“... pueden formularse por quien se considere agraviado con una resolución o
parte de ella, para que luego de un nuevo examen de ésta, se subsane el vicio o
error alegado”.

770
ASPECTOS GENERALES SOBRE LOS MEDIOS IMPUGNATORIOS

7.2.2 Características
Según Casarino Viterbo, los recursos tienen las siguientes características
generales:
“a) Por regla general, se interponen ante el mismo tribunal que dictó la
resolución recurrida; por excepción, se entabla ante el tribunal que va a
conocer de ellos (...);
b) Por regla general, se interponen para que conozca de ellos el tribunal
inmediatamente superior en grado jerárquico a aquél que dictó la
resolución recurrida; por excepción, el conocimiento y fallo
corresponde al mismo tribunal que dictó la resolución recurrida (...);
c) Por regla general, se interponen en contra de resoluciones que no
tienen el carácter de firmes o ejecutoriadas, a fin de invalidarlas o
anularlas; por excepción, el recurso de revisión se entabla para
invalidar una sentencia firme o ejecutoriada;
d) Por regla general, se interponen dentro de un término fatal, cuyo
vencimiento extingue el derecho a deducirlo, por el solo ministerio de
la ley; por excepción, hay recursos que, por su propia naturaleza, no
tienen plazo, como los recursos de inconstitucionalidad y de amparo; y
e) Por regla general, se interponen sin que sea necesario depositar suma
alguna en arcas fiscales; por excepción, hay recursos que necesitan de
este depósito para ser admitido a tramitación...” (CASARINO
VITERBO, 1984, Tomo IV: 222-223).
Gimeno Sendra estima que las notas esenciales de los recursos son las que
enuncia a continuación:
“a) Como regla general sólo la parte perjudicada por la resolución
ostenta legitimación para recurrirla, esto es, sólo en ella concurre el
interés para recurrir. Dicha legitimación, procedente del ‘gravamen’
que genera la resolución impugnada, suele coincidir con quien ostenta
el ‘derecho de conducción procesal’ (…), es decir, la parte formal
gravada por la resolución, si bien el ordenamiento puede conferir
también (…) legitimación a quien no ostente este último requisito.
b) La interposición de un recurso no afecta a la subsistencia de los efectos
procesales de la litis, permaneciendo durante su tramitación los efectos

771
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

de la litispendencia. Pero, si el recurso es devolutivo, la jurisdicción


pasa a ostentarla el tribunal ‘ad quem’, con independencia de que el
‘a quo’ pueda mantener su competencia para la adopción de
determinadas medidas provisionales.
c) La posibilidad de utilización de los recursos es independiente de la
posición que las partes ostenten en el litigio, pudiendo ser recurrente,
tanto el demandante, como el demandado, siempre y cuando (…)
experimenten un gravamen por la resolución impugnada.
d) A través de los recursos no cabe alterar los elementos esenciales del
objeto procesal que queda delimitado en los escritos de alegaciones.
e) Los recursos han de ser interpuestos en los plazos y con las
formalidades en cada caso contemplados en la Ley. Si un determinado
recurso se interpusiera fuera del plazo preestablecido, la resolución
adquirirá ‘firmeza’ y gozará de plenos efectos de cosa juzgada,
pudiéndose instar su ejecución definitiva” (GIMENO SENDRA, 2007,
Tomo I: 554).

7.2.3 Legitimación
Tienen legitimidad para interponer recursos los sujetos que integran la
relación jurídica procesal, es decir, las partes (demandante y demandado) e,
inclusive, los terceros legitimados (coadyuvantes o excluyentes).
Pero la legitimidad para recurrir no se configura tan sólo con la calidad de
parte o de tercero legitimado del sujeto impugnante, sino que es indispensable,
además, que el recurrente cuente con interés (material o moral), el cual deriva
precisamente del agravio (total o parcial) inferido por la emisión de una
resolución desventajosa, máxime si ésta es contraria a derecho. El agravio o
perjuicio que causa la decisión judicial injusta hace nacer, pues, un interés
dirigido a la corrección del fallo y que se traduce en la interposición del recurso
correspondiente. Como bien dice Devis Echandía, “puede aceptarse como regla
general que sin interés no procede recurso. Se trata del interés especial por
resultar perjudicado con la providencia” (DEVIS ECHANDIA, 1985, Tomo II:
633). Añade Devis Echandía que “ese perjuicio puede ser material o moral, así
como puede serlo el interés para obrar en el proceso, pero concreto y actual
respecto del asunto materia de la providencia. No es suficiente un interés teórico
en la recta aplicación de la ley...” (DEVIS ECHANDIA, 1985, Tomo II: 633).

772
ASPECTOS GENERALES SOBRE LOS MEDIOS IMPUGNATORIOS

Couture subraya que los recursos “... son medios de fiscalización confiados
a la parte; el error de procedimiento o el error de juicio, sólo se corrigen
mediante requerimiento o protesta de la parte perjudicada...” (COUTURE, 1985:
350). Precisa dicho autor que “... los recursos no son propiamente medios de
subsanación a cargo de la parte, sino que son medios de subsanación que
funcionan por iniciativa de la parte y a cargo del mismo juez (reposición) o
de otro juez superior...” (COUTURE, 1985: 350).
El Código Procesal Civil trata genéricamente de la legitimidad para recurrir
al señalar en el segundo párrafo de su artículo 356 que “los recursos pueden
formularse por quien se considere agraviado con una resolución o parte de
ella...”

7.2.4 Requisitos
Son requisitos de los recursos los siguientes:
A) Existencia de una resolución judicial previa.
Los recursos únicamente proceden contra las resoluciones judiciales
(conforme al art. 356 -segundo párrafo- del C.P.C.), estando excluida
su interposición respecto de otros actos procesales (para los cuales
operan los remedios).
Las resoluciones judiciales que pueden ser objeto de impugnación a través
de los recursos son los decretos, autos y sentencias.
B) Que la resolución judicial no tenga la calidad de cosa juzgada.
Los recursos -ordinarios o extraordinarios- no pueden ser planteados contra
resoluciones que han adquirido la calidad de cosa juzgada, esto es, que
son inmutables e irrevisables.
C) Que el recurrente integre la relación jurídica procesal.
Se requiere para la interposición de un recurso que el sujeto proponente sea
parte en el proceso o tenga la calidad de tercero legitimado (coadyuvante o
excluyente).
D) La existencia de gravamen o perjuicio.
Para que un recurso sea admisible debe la persona que lo formula contar con
interés, el mismo que surge del gravamen impuesto en la resolución o del
perjuicio total o parcial que ella supone para el recurrente. Sobre el particular,

773
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

Gimeno Sendra refiere que “… sólo podrá interponer un recurso quien haya
sufrido un gravamen por la resolución impugnada, bien porque no le otorgue la
tutela judicial de sus derechos o intereses materiales, bien porque no la otorgue
en la medida solicitada, con lo que el presupuesto del gravamen como
habilitante del recurso, es lo que hace nacer el interés en la eliminación o
sustitución del contenido de la resolución que se impugna” (GIMENO
SENDRA, 2007, Tomo I: 555). E) La observancia del plazo para recurrir.
Los recursos deben ser interpuestos dentro de los plazos que el ordenamiento
jurídico prevé para ellos, caso contrario, serán rechazados por
extemporáneos. Es de destacar que su no interposición en tiempo oportuno
da lugar a que las resoluciones contra las que iban dirigidas adquieran la
calidad de cosa juzgada, siendo, entonces, irrevisables. El plazo para
interponer un recurso se caracteriza por ser perentorio, lo cual implica que
una vez transcurrido aquél fenece el derecho para plantear dicho medio de
impugnación.
F) La competencia del órgano que emitió la resolución cuestionada y la del
revisor.
El recurso debe interponerse ante el órgano jurisdiccional competente, vale
decir, ante el que expidió la resolución materia de cuestionamiento, el cual
lo elevará al superior jerárquico (salvo en lo que respecta al recurso de
reposición que es resuelto por aquél). Esta regla general se quiebra:
a) en caso que el interesado opte por interponer el recurso de casación ante
la Corte Suprema de Justicia y no ante el órgano jurisdiccional que emitió
la resolución impugnada; y b) tratándose del recurso de queja, que es
formulado directamente ante el órgano judicial que lo resolverá.
Asimismo, el órgano revisor no puede ser cualquiera sino que debe estar
autorizado para conocer de la impugnación y pronunciarse al respecto, de
acuerdo a las reglas sobre competencia contenidas en la ley.
G) La adecuación del recurso.
La adecuación del recurso consiste en hacer uso del medio impugnatorio
previsto en el ordenamiento procesal (reposición, apelación, casación o queja)
para atacar determinada resolución. No puede el interesado plantear un recurso
distinto al dispuesto por la legislación adjetiva, sino que debe -para que prospere
su impugnación- interponer el que corresponde de acuerdo a la naturaleza de la
resolución cuestionada y a lo ordenado en la norma procesal. Por ejemplo, el
recurrente está impedido de formular apelación contra un decreto que afecta sus

774
ASPECTOS GENERALES SOBRE LOS MEDIOS IMPUGNATORIOS

intereses, pues para impugnar dicha clase de resolución el derecho positivo


concede especialmente el recurso de reposición. H) La fundamentación.
Es requisito del recurso su fundamentación -ya sea en el escrito que lo contiene
o en otro posterior-. Para tal efecto, el interesado debe precisar el agravio y
el vicio o error que lo motiva, así como consignar el respectivo sustento
normativo (y su interpretación, sobre todo si es que el recurso se funda en la
deficiente aplicación de la ley por parte del magistrado).
Como se observa, “… la admisibilidad de los recursos queda (…) condicionada
a que la parte que lo interpone lo fundamente. El que la fundamentación se
corresponda con la realidad de los hechos o con la aplicación del derecho es
algo que deberá decidirse en la resolución que resuelve el recurso, pero la
admisión del mismo se condiciona a la que (sic
-léase a que la-) fundamentación exista” (MONTERO AROCA; GOMEZ
COLOMER; MONTON REDONDO; y BARONA VILAR, 2003, Tomo II:
404).
I) El pago de la tasa judicial correspondiente.
Es requisito de admisibilidad de determinados recursos el pago de una tasa
judicial, siendo declarado inadmisible el recurso que no acompañe el recibo
correspondiente. Los recursos para los cuales se exige el pago de dicha tasa
son:
- El recurso de apelación (contra autos y sentencias).
- El recurso de casación.
- El recurso de queja.
J) Que no se haya interpuesto otro recurso contra la resolución que se
impugna.
De conformidad con lo establecido en el artículo 360 del Código Procesal
Civil, “está prohibido a una parte interponer dos recursos contra una
misma resolución”. En consecuencia, puede considerarse como
requisito de un recurso el que previamente no se haya interpuesto otro
contra la misma resolución a la que está dirigido.
Los artículos 357 y 358 del Código Procesal Civil están referidos a los
requisitos de admisibilidad y de procedencia de los medios impugnatorios

775
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

(estando incluidos, por ende, los recursos), por lo que pasamos a citarlos a
continuación:
“Artículo 357°.- Requisitos de admisibilidad de los medios
impugnatorios.- Los medios impugnatorios se interponen ante el
órgano jurisdiccional que cometió el vicio o error, salvo disposición en
contrario. También se atenderá a la formalidad y plazos previstos en
este Código [C.P.C.] para cada uno”.
“Artículo 358°.- Requisitos de procedencia de los medios
impugnatorios.- El impugnante fundamentará su pedido en el acto
procesal en que lo interpone, precisando el agravio y el vicio o error
que lo motiva. El impugnante debe adecuar el medio que utiliza al acto
procesal que impugna”.
Con arreglo al artículo 359 del Código Procesal Civil, el incumplimiento de
alguno de los requisitos determina la declaración de inadmisibilidad o de
improcedencia del medio impugnatorio, mediante resolución debidamente
fundamentada. Esta resolución sólo es recurrible en queja en los casos del
artículo 401 del mencionado cuerpo de leyes. Los casos a que se contrae el
último numeral son los siguientes:

- Declaración de inadmisibilidad de un recurso de apelación.

- Declaración de improcedencia de un recurso de apelación.


- Concesión de apelación en efecto distinto al solicitado. (La apelación,
dicho sea de paso, puede ser concedida: a. con efecto suspensivo; b. sin
efecto suspensivo; y c. sin efecto suspensivo y con la calidad de
diferida).

7.2.5 Finalidad
Para Rafael De Pina, “los recursos judiciales se establecen para garantizar
un doble interés: el de las partes y el general o público, vinculado a la necesidad
social de que la Justicia se administre con el máximo de seguridades de acierto
en los fallos” (DE PINA, 1940: 214).
Alvarez Juliá, Neuss y Wagner manifiestan al respecto que “... el objeto del
recurso, en general, no es otro que el de asegurar el mayor acierto en la solución
de los litigios sin eternizarlos...” (ALVAREZ JULIA; NEUSS; y WAGNER,
1990: 314).

776
ASPECTOS GENERALES SOBRE LOS MEDIOS IMPUGNATORIOS

Casarino Viterbo opina que “... los recursos procesales tienden a evitar que
las resoluciones judiciales adquieran el carácter de firmes e inmutables, mientras
exista la posibilidad de subsanar cualquier error o injusticia que puedan
contener, por haberse desviado el juez de los medios y de los fines previstos por
el legislador, al confiar el ejercicio de la jurisdicción a los órganos judiciales”
(CASARINO VITERBO, 1984, Tomo IV: 220).
La finalidad de los recursos puede hallarse en el Código Procesal Civil, en
el segundo párrafo de su artículo 356, según el cual “los recursos pueden
formularse por quien se considere agraviado con una resolución o parte de ella,
para que luego de un nuevo examen de ésta, se subsane el vicio o error
alegado” (el resaltado es nuestro).

7.2.6 Clases de recursos en el Código Procesal Civil


Los recursos que podemos encontrar en el Código Procesal Civil son los
siguientes:
- Reposición (Capítulo II del Título XII de la Sección Tercera del C.P.C.
Arts. 362 y 363).
- Apelación (Capítulo III del Título XII de la Sección Tercera del C.P.C.
Arts. 364 al 383).
- Casación (Capítulo IV del Título XII de la Sección Tercera del C.P.C.
Arts. 384 al 400).
- Queja (Capítulo V del Título XII de la Sección Tercera del C.P.C.
Arts.
401 al 405).

8. RENUNCIA A RECURRIR
El Código Procesal Civil prevé la renuncia de los sujetos procesales a
recurrir en su artículo 361, el cual preceptúa que:
“Durante el transcurso del proceso, las partes pueden convenir la renuncia
a interponer recurso contra las resoluciones que, pronunciándose sobre
el fondo, le ponen fin. Esta renuncia será admisible siempre que el
derecho que sustenta la pretensión discutida sea renunciable y no
afecte el orden público, las buenas costumbres o norma imperativa”.

777
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

De renunciar las partes expresamente a interponer medios impugnatorios


contra una resolución (ya sea que ponga o no fin al proceso), ésta adquiere la
autoridad de cosa juzgada. Así lo establece el inciso 2) del artículo 123 del
Código Procesal Civil.

9. JURISPRUDENCIA CASATORIA RELACIONADA CON


ASPECTOS GENERALES DE LOS MEDIOS IMPUGNATORIOS
La Corte Suprema de Justicia de la República, en relación a los aspectos
generales de los medios impugnatorios, ha establecido lo siguiente:
- “... El derecho a la impugnación [...] constituye uno de los medios
que tienen las partes de controlar la legalidad de las Resoluciones
Judiciales, sin embargo, su ejercicio está delimitado por la ley, sin
que esto signifique un recorte del mismo, sino que más bien se
apunta a proteger la seguridad jurídica que debe ofrecer todo
ordenamiento legal; [...] es por ello, que además de las exigencias
de carácter formal que se imponen al ejercicio de un medio
impugnatorio, se unen otras sin cuya concurrencia [...] no es
posible su procedencia...” (Casación Nro. 3436-00 / Lima,
publicada en el Diario Oficial El Peruano el 30-04-2001, pág.
7236).
- “... Se permite al justiciable un adecuado ejercicio de su derecho de
defensa a través del cuestionamiento idóneo de aquellos
fundamentos esbozados por las instancias de mérito, que a su
parecer, no son correctos, en consecuencia el derecho de
impugnación como plasmación del derecho de defensa, solo estará
adecuadamente garantizado en tanto y en cuanto las resoluciones
judiciales se encuentren tanto fáctica como jurídicamente
motivadas...” (Casación Nro. 2758-01 / Arequipa, publicada en el
Diario Oficial El Peruano el 02-07-2001, pág. 7337).
- “... Los medios impugnatorios son los instrumentos con los que se
provee a las partes a fin de que puedan cuestionar la validez de un
acto procesal que presuntamente contiene vicio o error que lo
afecta...” (Casación Nro. 2662-2000 / Tacna, publicada en el Diario
Oficial El Peruano el 02-072001, pág. 7335).
- “... El instituto procesal de los medios impugnatorios puede
definirse como el instrumento que la ley concede a las partes o

778
ASPECTOS GENERALES SOBRE LOS MEDIOS IMPUGNATORIOS

terceros legitimados para que soliciten al juez que el (sic) mismo u


otro de jerarquía superior realicen un nuevo examen del acto
procesal o de todo el proceso, a fin de que se anule o revoque éste,
total o parcialmente...” (Casación Nro. 709-99 / Lima, publicada en
el Diario Oficial El Peruano el 23-11-1999, pág. 4118).
- “... La utilización de los medios de impugnación tiende a satisfacer
el derecho fundamental a la tutela judicial efectiva, que es a su vez
uno de los principios pilares sobre los que reposa el debido
proceso” (Casación Nro. 2212-99 / La Libertad, publicada en el
Diario Oficial El Peruano el 07-04-2000, pág. 4977).
- “... El recurrente ha hecho uso de su derecho de defensa e
interpuesto medio impugnatorio, por lo que la sola circunstancia de
que el fallo no le favorezca, no importa contravención al debido
proceso...” (Casación Nro. 2650-99 / La Libertad, publicada en el
Diario Oficial El Peruano el 11-01-2000, pág. 4532).
- “... Para que una resolución judicial sea modificada, revisada o
revocada tiene que ser objeto de impugnación por quien se siente
afectado por la misma en su pretensión o derecho...” (Casación
Nro. 1145-99 / La Libertad, publicada en el Diario Oficial El
Peruano el 20-11-1999, pág. 4028).
- “... En materia de impugnación rige el principio dispositivo, según
el cual el Juez Superior solamente puede conocer los agravios que
han sido objeto de debate y pronunciamiento en las etapas
pertinentes...” (Casación Nro. 2687-2000 / Lima, publicada en el
Diario Oficial El Peruano el 30-012001, pág. 6792).
- “... En virtud del Principio Dispositivo en materia de impugnación,
los jueces solamente pueden conocer los agravios que fueron
invocados oportunamente por las partes y que fueron objeto de
debate contradictorio...” (Casación Nro. 92-2001 / Lambayeque,
publicada en el Diario Oficial El Peruano el 02-07-2001, pág.
7368).
- “... En virtud al principio dispositivo de la impugnación la Sala no
tenía la obligación de pronunciarse respecto de un extremo no
recurrido...” (Casación Nro. 1640-01 / Camaná, publicada en el
Diario Oficial El Peruano el 05-11-2001, pág. 7861).

779
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

- “... En vía de impugnación no pueden alegarse hechos nuevos no


discutidos en las instancias inferiores puesto que la absolución del
grado respectivo solamente está referido a lo que es materia del
proceso; ello
en aplicación de los principios dispositivo y de preclusión en materia
procesal civil...” (Casación Nro. 2749-99 / Lima, publicada en el Diario
Oficial El Peruano el 21-01-2000, pág. 4622).
- “... Los recursos impugnatorios son actos voluntarios de los
justiciables y, por lo tanto, el órgano jurisdiccional no puede
sustituirse en defensa de una de las partes en litis...” (Casación Nro.
300-2006 / Lima, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 01-
02-2007, págs. 18761-18762).
- “... Las instancias de mérito no están impedidas de corregir
omisiones o irregularidades que adviertan al revisar los procesos,
para preservar la validez del procedimiento como la eficacia de los
actos procesales, aún (sic) cuando no hayan sido denunciadas...”
(Casación Nro. 88299 / Ica, publicada en el Diario Oficial El
Peruano el 19-08-1999, pág. 3246).
- “... El artículo trescientos cincuentiséis del Código Procesal Civil
clasifica los medios impugnatorios en remedios, que proceden
contra actos procesales no contenidos en resoluciones, y los
recursos que proceden contra resoluciones judiciales, en ambos
tipos de medios impugnatorios rige el principio dispositivo de la
impugnación, en virtud del cual solamente puede conocerse y
resolverse una impugnación si es que las partes lo solicitan...”
(Casación Nro. 2730-00 / Callao, publicada en el Diario Oficial El
Peruano el 02-07-2001, págs. 7336-7337).
- “... Aquel acto procesal que no sea objeto de cuestionamiento
mediante un recurso impugnatorio se presume consentido, pues la
no objeción se entiende como conformidad...” (Casación Nro.
2662-2000 / Tacna, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 02-
07-2001, pág. 7335).
- “... El declarar inadmisible cualquier recurso impugnativo por falta
del requisito de la tasa judicial, concediendo un plazo razonable
para la subsanación resulta un acto Constitucional que guarda
concordancia con el derecho de defensa, derecho de acceso a los

780
ASPECTOS GENERALES SOBRE LOS MEDIOS IMPUGNATORIOS

tribunales y a la instancia plural, los que forman parte del principio


Constitucional del debido proceso y el derecho a la tutela
jurisdiccional que tiene categoría de derecho fundamental, ello en
razón de que la omisión de presentar tasa o presentar arancel
judicial diminuto es subsanable...” (Casación Nro. 667-2000 /
Lima, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 31-10-2003,
págs. 11050-11051).
- “... Es principio de la Teoría General de los Recursos consagrado
en el artículo 358 del cuerpo legal aludido [C.P.C.], la declaración
de improcedencia de los medios impugnatorios que no estén
fundamentados a la luz de la ley, de la doctrina y de la
jurisprudencia...” (Casación Nro. 945-2002 / Chincha, publicada en
el Diario Oficial El Peruano el 31-102002, pág. 9432).
- “... La característica principal para recurrir es que la resolución
impugnada perjudique al recurrente, es decir, que éste padezca un
gravamen, de lo que se colige que la legitimidad para impugnar
requiere de un interés estrictamente procesal que se deriva de la
resolución recurrida; en tal sentido, podemos definir el agravio
como el perjuicio derivado de la resolución cuestionada...”
(Casación Nro. 502-2004 / Lima, publicada en el Diario Oficial El
Peruano el 28-02-2006, pág. 15415).
- “... Definir el contenido del gravamen o agravio [...] sí ha motivado
opiniones dispares que se han visto reflejadas en dos teorías,
básicamente. Por un lado, la teoría formal del gravamen propone
cotejar lo formulado por las partes en sus escritos dispositivos con
lo que se haya concedido en la resolución impugnada; de otro lado,
la teoría material, considera que lo relevante es el perjuicio de los
intereses derivados de la posición jurídica del recurrente en la
realidad material...” (Casación Nro. 502-2004 / Lima, publicada en
el Diario Oficial El Peruano el 28-02-2006, pág. 15415).
- “... El agravio expresa la inconformidad de quien interpone un
medio impugnatorio contra el fallo que le es desfavorable...”
(Casación Nro. 793-2002 / Lambayeque, publicada en el Diario
Oficial El Peruano el 31-01-2005, págs. 13545-13546).
- “... Un requisito de fondo de todo medio impugnatorio es el
agravio, no existiendo éste cuando se sustenta en un error en la cita

781
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

de la norma jurídica...” (Casación Nro. 3242-2000 / Junín,


publicada en el Diario Oficial El Peruano el 30-04-2001, pág.
7229).
- “... El letrado [...] ha intervenido como abogado [...], lo cual lo
faculta para interponer recursos en nombre de su patrocinado, sin
que sea necesario que exhiba poder especial...” (Casación Nro.
3780-2006 / Junín, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 01-
12-2008, págs. 23322-23323).
- “... No se ha atentado contra el debido proceso ni el derecho de
defensa, pues los abogados para el ejercicio de su profesión tienen
que observar las normas contenidas en los Estatutos del Colegio
Profesional al que pertenecen así como las de la Ley Orgánica del
Poder Judicial y del Código Procesal Civil; que al haber sido el
abogado del recurrente declarado hábiles (sic) en fecha posterior a
la que suscribieron los recursos impugnatorios, de modo alguno
subsana la deficiencia anotada por la Sala en la oportunidad en que
se dicta la resolución que se impugna, la misma que se emitió en
mérito a las certificaciones expedidas por el decano del Colegio de
Abogados de La Libertad...” (Casación Nro. 1515 - 97 / La
Libertad, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 07-05-1998,
págs. 915-916).
- “... Si bien es cierto los terceros legitimados pueden interponer
medios impugnatorios, ellos también deben satisfacer los requisitos
de admisibilidad y procedencia de los mismos...” (Casación Nro.
3388-2000 / Piura, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 30-
04-2001, pág. 7232).
- “... La facultad de las instancias que tramitan los medios
impugnatorios, para evaluar las condiciones de admisibilidad y
procedencia que estos deben reunir, es propia del procedimiento y
su ejercicio no constituye infracción alguna a la Ley Adjetiva...”
(Casación Nro. 3163-2000 / Lima, publicada en el Diario Oficial El
Peruano el 31-08-2001, pág. 7695).
- “... Los requisitos de admisibilidad se aprecian en el momento de la
impugnación, y si bien el Juez no puede prorrogar el término para
interponer el recurso, porque equivaldría a conceder aquello que la
ley ha querido limitar, tampoco puede agregar otros requisitos de

782
ASPECTOS GENERALES SOBRE LOS MEDIOS IMPUGNATORIOS

forma” (Casación Nro. 2063-97 / Lambayeque, publicada en el


Diario Oficial El Peruano el 26-11-1998, pág. 2131).
- “... Permitir la mejora o la posibilidad de subsanación no prevista
expresamente en la Ley efectuada después de vencido el plazo para
la interposición del recurso implica una violación al principio de la
inmutabilidad de la cosa juzgada...” (Casación Nro. 1580-01 /
Arequipa, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 02-05-2002,
págs. 8691-8692).
- “... El incumplimiento de requisito formal al interponer medio
impugnatorio determina la improcedencia de éste...” (Casación
Nro. 3247-99 / Lima, publicada en el Diario Oficial El Peruano el
22-02-2000, pág. 4670).
- “... Es principio y regla procesal que todos los vicios acontecidos
dentro de una audiencia se impugnan en ella, por los que asistieron
o dentro del plazo de Ley de haber sido notificado [sic -léase
notificados-] del contenido de la misma, para los sujetos que no
estuvieron presentes...” (Casación Nro. 346-2005 / Moquegua,
publicada en el Diario Oficial El Peruano el 31-08-2005, pág.
14560).
- “... La resolución judicial es un acto de naturaleza procesal, y [...] el
Derecho Procesal, por el hecho de referirse a una de las funciones
esenciales del Estado (la función jurisdiccional), es un derecho
público, con todas las consecuencias que ello acarrea; es decir sus
normas son de orden público; no pueden derogarse por acuerdo de
las partes interesadas. Distinta es la naturaleza de las normas que
informan el Código Civil, y específicamente las comprendidas en el
Libro Segundo, es decir, Acto Jurídico, puesto que en este caso se
trata de normas de Derecho Privado, que tienen que ver con el
principio de autonomía de las partes. En consecuencia, resulta
manifiestamente improcedente pretender atacar la eficacia de una
resolución judicial mediante normas que están reservadas para
regular las relaciones de carácter privado. En todo caso, tal como
ha sido establecido en las instancias de mérito, existen medios
adecuados para impugnar un acto del tipo de resolución judicial de
adjudicación...” (Casación Nro. 2380-2006 / Arequipa, publicada
en el Diario Oficial El Peruano el 03-09-2007, págs. 20303-20304).

783
CAPITULO XXIV

MEDIOS IMPUGNATORIOS:
RECURSO DE REPOSICION

1. SIGNIFICADO
El recurso de reposición (denominado también recurso de retractación o de
reforma o de revocación o de reconsideración o de súplica -en este último caso,
si la resolución impugnada fue dictada por un Tribunal u órgano colegiado-) es
aquel medio impugnatorio dirigido contra una resolución de mero trámite
(decreto) con el objeto de lograr que sea modificada o revocada por el mismo
órgano jurisdiccional que la expidió o que conoce de la instancia en que aquélla
tuvo lugar (si es que hubiere sido emitida por el auxiliar jurisdiccional).
Levitán cataloga al recurso de reposición como “... un remedio (...) en
virtud del cual las partes de un proceso pueden pedir al juez o tribunal que dictó
una resolución judicial, que la deje sin efecto” (LEVITAN, 1986: 15).
Enrique Falcón le da al recurso de reposición esta significación: “... Es un
remedio procesal por el cual se tiende a obtener la modificación de una
providencia simple, por el mismo juez que la dictó, cause ésta o no
gravamen...” (FALCON, 1978: 286).
Ramos Méndez señala al respecto que “el recurso de reposición es un
recurso ordinario, no devolutivo (remedio), contra las resoluciones
interlocutorias dictadas por un órgano jurisdiccional unipersonal. Mediante este
remedio se persigue la revocación de la resolución recurrida y su sustitución
por otra, sin limitaciones en cuanto a los motivos de impugnación” (RAMOS
MENDEZ, 1992, Tomo II: 717).
Montero Aroca, Gómez Colomer, Montón Redondo y Barona Vilar
consideran al recurso de reposición como “… un recurso no devolutivo, es
decir, que se atribuye su conocimiento al mismo tribunal que dictó la resolución
que se impugna, y procesal, esto es, que procede sólo contra resoluciones
interlocutorias, que son aquéllas por medio de las que, aplicando normas
procesales, el tribunal ejerce sus facultades de dirección del proceso”
(MONTERO AROCA; GOMEZ COLOMER; MONTON REDONDO; y
BARONA VILAR, 2003, Tomo II: 409).

784
Alvarez Juliá, Neuss y Wagner anotan que “... contra aquellas providencias
dictadas sin sustanciación previa, en las que puede haberse deslizado algún
error se acuerda el recurso de reposición o de revocatoria” (ALVAREZ JULIA;
NEUSS; y WAGNER, 1990: 318). Dichos autores añaden que este recurso “...
se deduce frente al mismo tribunal que expidió la providencia para que la
revoque a contrario imperio” (ALVAREZ JULIA; NEUSS; y WAGNER,
1990: 318).
Para Lino Palacio, “... el recurso de reposición o revocatoria constituye el
remedio procesal tendiente a obtener que, en la misma instancia donde una
resolución fue emitida se subsanen, por contrario imperio, los agravios que
aquélla pudo haber inferido” (PALACIO, 1979, Tomo V: 51).
En nuestro ordenamiento jurídico, el recurso de reposición se encuentra
regulado en el Capítulo II (“Reposición”) del Título XII (“Medios
impugnatorios”) de la Sección Tercera (“Actividad procesal”) del Código
Procesal Civil, en los arts. 362 y 363.

2. PROCEDENCIA
El recurso de reposición procede únicamente contra las resoluciones de
mero trámite (decretos). El artículo 362 del Código Procesal Civil versa
precisamente sobre la procedencia de este medio impugnatorio preceptuando
que “el recurso de reposición procede contra los decretos a fin de que el Juez
los revoque”.
Mediante los decretos se impulsa el desarrollo del proceso, disponiendo
actos procesales de simple trámite (art. 121 -primer párrafo- del C.P.C.). Se
caracterizan, entonces, los decretos por la simplicidad de su contenido y la
carencia de motivación. Son expedidos por los auxiliares jurisdiccionales,
siendo suscritos con su firma completa, salvo aquellos que se expidan por el
Juez dentro de las audiencias (art. 122 -último párrafo- del C.P.C.).
En relación a este punto, Véscovi nos explica lo siguiente:
“La resoluciones recurribles mediante el recurso de reposición no son
todas, sino solamente algunas; podríamos decir las de menor
importancia en la escala, porque, justamente, este medio impugnativo
se da, generalmente, en lugar de la apelación, o cuando no
corresponde la apelación. Y este último (...) corresponde, justamente,
contra las resoluciones más trascendentales: las sentencias.
MEDIOS IMPUGNATORIOS: RECURSO DE REPOSICION

785
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

La procedencia de la reposición o revocatoria aparece, generalmente


entonces, por exclusión, y referida a las resoluciones no susceptibles
de apelación.
Así, hay una primera exclusión que todos los códigos adoptan, y es la
sentencia definitiva, contra la cual no cabe la reposición.
Tampoco se admite, en general, contra las sentencias (o autos)
interlocutorias.
O sea que se reserva la reposición para los autos o decretos de trámite, de
sustanciación, ordenatorios (según las diversas denominaciones).
Y por éstos se entiende, en general, las providencias simples, los llamados
autos ordenatorios, es decir, aquellos que no tienen otra finalidad que
el mero impulso procesal. No los que resuelven una incidencia, que
esencialmente deben considerarse sentencias (autos) interlocutorias”
(VESCOVI, 1988: 89-90).

3. LEGITIMACION
Tanto el demandante como el demandado se encuentran facultados para
formular dicho medio impugnatorio, teniendo, además, los terceros legitimados
en el proceso la potestad de presentar el recurso de reposición.
Alvarado Velloso anota que “... puede deducir el recurso cualquiera de
ellas (las partes), con la única condición de encontrarse legitimada
sustancialmente (ad causam) para hacerlos” (ALVARADO VELLOSO, 1969:
18). Añade el autor citado que “... frente a la interposición de la reposición,
debe mediar siempre un interés genérico...” (ALVARADO VELLOSO, 1969:
18).
Como bien sostiene De Santo, “... sólo se hallan legitimados para
interponer este recurso aquellos que han recibido un agravio del
pronunciamiento impugnado...” (DE SANTO, 1987, Tomo VIII-A: 212). Así
es, el aspecto de la legitimación para plantear el recurso de reposición no se
completa solamente con la calidad de parte o de tercero (legitimado en el
proceso) que ostenta el impugnante, sino que es indispensable, además, que
tenga interés en recurrir, el mismo que deriva del agravio que le provoca la
resolución de simple trámite sobre la cual recae el recurso. Es por ello que será
desestimado el recurso de reposición dirigido contra un decreto que no causa
agravio alguno al recurrente. En ese sentido se pronuncia Véscovi al cuando
asevera que “conforme a los principios generales, como para todo recurso, debe
existir el agravio (gravamen) por la decisión impugnada. Por eso se ha dicho

786
que las providencias (simples), que acceden a los petitorios de las partes, no
pueden ser recurridas por quienes así lo han peticionado” (VESCOVI, 1988:
92).
4. MOTIVACION DEL RECURSO
Al igual que con los demás recursos, el de reposición requiere ser
sustentado por el impugnante. Para tal efecto, éste debe fundamentar -seria y
concretamente- su pedido en el acto procesal en que lo interpone, precisando el
agravio y el vicio o error que lo motiva, de conformidad con el artículo 358 del
Código Procesal Civil, que trata sobre los requisitos de procedencia de los
medios impugnatorios en general y que, por ende, resulta de aplicación al
recurso objeto de nuestro estudio.
El recurso de reposición debe ser fundamentado, entonces, en el escrito en
que se interpone, a no ser que la resolución de simple trámite recurrida fuese
expedida en el curso de una audiencia en cuyo caso, interpuesto dicho medio
impugnatorio verbalmente (de acuerdo al art. 363 -segundo párrafo- del
C.P.C.), la fundamentación -esto es, indicación del agravio y del vicio o error
que lo motiva- debe hacerse de igual forma (oralmente).
Según Lino Palacio, la razón por la cual el impugnante tiene la carga de
fundar el recurso de reposición reside en “... el hecho de que debiendo ser
resuelto el recurso por el mismo órgano que dictó la providencia cuestionada,
éste no se hallaría en condiciones de emitir pronunciamiento si no se le
suministraran los argumentos que sustentan la impugnación” (PALACIO, 1979,
Tomo V: 59).

5. ORGANO JURISDICCIONAL COMPETENTE


Por tratarse de un recurso horizontal -y atendiendo a su fundamento-, el
órgano jurisdiccional competente para resolver la reposición es el mismo que
expidió la resolución impugnada o que conoce de la instancia en la cual dicha
resolución fue emitida (en este último caso, si el acto procesal en cuestión fue
expedido por el auxiliar jurisdiccional).
Ramos Méndez afirma que los recursos de reposición “... se interponen
ante el propio órgano jurisdiccional que ha dictado la resolución y este mismo
es el encargado de admitir el recurso y sustanciarlo” (RAMOS MENDEZ,
1992, Tomo II: 718).
Lino Palacio indica que “... destinatario del recurso es (...) el mismo órgano
judicial que dictó la resolución cuya revocatoria o modificación se requiere...”

787
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

(PALACIO, 1979, Tomo V: 53). Advierte Lino Palacio que “el principio
enunciado, sin embargo, no debe entenderse en el sentido de que se requiere
identidad física entre el juez que pronunció la resolución y aquél a quien
corresponde resolver el
MEDIOS IMPUGNATORIOS: RECURSO DE REPOSICION

recurso. Carece en efecto de incidencia, en lo que atañe a la admisibilidad de la


reposición, la circunstancia de que durante el lapso que transcurre entre el
dictado de la providencia y la sustanciación de aquélla se opere un cambio en la
persona del juez...” (PALACIO, 1979, Tomo V: 53-54).
El órgano jurisdiccional competente para conocer el recurso que nos ocupa
puede ser determinado apreciando el contenido el artículo 363 del Código
Procesal Civil, referido al trámite del recurso de reposición, del cual se
desprende que éste no es un recurso de alzada al no disponer dicho numeral la
elevación de los actuados al superior jerárquico. En consecuencia, no admite
dudas la competencia del mismo órgano jurisdiccional que dictó -o conoció- la
resolución impugnada para conocer del recurso de reposición.

6. TRAMITACION
El trámite del recurso de reposición, de acuerdo al artículo 363 del Código
Procesal Civil, es el siguiente:
- El plazo para interponerlo (por escrito y debidamente fundamentado)
es de tres días, contado desde la notificación de la resolución.
- Una vez interpuesto el recurso de reposición, si el Juez advierte que
dicho medio impugnatorio es notoriamente inadmisible o
improcedente, lo declarará así sin necesidad de trámite.
- Interpuesto el recurso de reposición, si el Juez advierte que el vicio o
error de la resolución es evidente, la revocará.
- No habiendo declarado (liminarmente) inadmisible o improcedente el
recurso de reposición, y si lo considera necesario, el Juez conferirá
traslado del recurso a la contraparte por tres días.
- Absuelto o no el traslado y vencido el plazo a que se refiere el acápite
anterior, el Juez resolverá el recurso de reposición.

788
- Si la resolución impugnada (decreto) se expidiera en una audiencia, el
recurso debe ser interpuesto verbalmente (lo que no excluye su
fundamentación) y se resuelve de inmediato, previo traslado a la parte
contraria o en su rebeldía.
- El auto (motivado por su naturaleza) que resuelve el recurso de
reposición es inimpugnable.
7. EFECTOS DE LA RESOLUCION QUE RESUELVE EL RECURSO
DE REPOSICION
Acerca de la resolución que se pronuncia sobre el recurso de reposición,
Véscovi hace notar que “la resolución que recae causa ejecutoria, según la
más autorizada doctrina...” (VESCOVI, 1988: 96). Añade dicho autor que “es
indudable que no se puede admitir que se siga recurriendo, por razones de
abreviación, siendo suficiente garantía la de admitir el planteo del recurso por
una vez. Obviamente, porque se trata de cuestiones no trascendentales, pues
para éstas se otorgan los recursos de apelación...” (VESCOVI, 1988: 96).
Nuestro ordenamiento jurídico consagra de manera terminante como efecto
de la resolución recaída en un recurso de reposición el de causar ejecutoria en
lo concerniente a la cuestión planteada. Así es, el último párrafo del artículo
363 establece claramente que “el auto que resuelve el recurso de reposición es
inimpugnable”. Por consiguiente, no podrá recurrirse la decisión judicial que
confirma (declarando inadmisible o improcedente la reposición) o revoca
(declarando procedente la reposición) el decreto materia de impugnación, la
misma que surtirá desde su notificación plena eficacia.

789
CAPITULO XXV

MEDIOS IMPUGNATORIOS:
RECURSO DE APELACION

1. CONCEPTO
Según Alsina, “... el recurso de apelación es el medio que permite a los
litigantes llevar ante el tribunal de segundo grado una resolución estimada
injusta, para que la modifique o revoque, según el caso...” (ALSINA, 1961,
Tomo IV: 207).
En opinión de Eduardo Pallares, “el recurso de apelación es el que se
interpone ante el juez de primera instancia para que el tribunal de segunda
modifique o revoque la resolución contra la cual aquél se hace valer...”
(PALLARES, 1989: 451).
Ramos Méndez sostiene que “el recurso de apelación es un recurso
ordinario, devolutivo, que procede contra las sentencias definitivas de todo
negocio y los autos resolutorios de excepciones dilatorias e incidentes (...) y
autos resolutorios de un recurso de reposición contra providencias y autos (...).
Es el recurso devolutivo por excelencia, mediante el cual el Tribunal ad quem
examina la corrección y regularidad de la resolución dictada por el tribunal a
quo, según los motivos de gravamen que aduzca el apelante” (RAMOS
MENDEZ, 1992, Tomo II: 722).
Micheli se ha formado la siguiente idea del recurso materia de nuestro
estudio: “La apelación es el medio de impugnación mediante el cual se puede
hacer valer cualquier vicio de la sentencia (...). La función de la apelación es,
pues, la de abrir una nueva fase procesal del mismo juicio, en la cual puede
continuar el proceso precedente y en la que se ve de nuevo cuanto el juez ha
decidido...” (MICHELI, 1970, Volumen II: 305-306).
Kielmanovich califica al recurso de apelación como “... el acto procesal de
impugnación mediante el cual la parte que se considera agraviada por una
resolución judicial entendida como injusta, solicita de un órgano
jerárquicamente superior al que la dictó, la deje sin efecto o la modifique, total
o parcialmente” (KIELMANOVICH, 1989: 25).

790
MEDIOS IMPUGNATORIOS: RECURSO DE APELACION

Casarino Viterbo define a la apelación como “... aquel recurso ordinario


que la ley concede al litigante que se siente agraviado por una resolución
judicial, para recurrir al tribunal superior inmediato, a fin de que la revoque o
modifique, dictando al efecto la que considere más justa, con pleno
conocimiento de la cuestión controvertida” (CASARINO VITERBO, 1984,
Tomo IV: 225).
Gimeno Sendra apunta que “el recurso de apelación es un medio de
impugnación ordinario, devolutivo y, por lo general, suspensivo, por el que la
parte, que se crea perjudicada por una Sentencia o auto, por lo general,
definitivo, lleva a conocimiento de otro órgano judicial, jerárquicamente
superior, la cuestión o cuestiones de orden procesal o material, surgidas en el
proceso anterior y resueltas en la resolución recurrida, con el objeto de que
dicho órgano ‘ad quem’ examine la adecuación de la resolución impugnada al
Derecho, confirmando o revocándola, en todo o en parte, por otra que le sea
más favorable y delimitada por el contenido del propio recurso y del objeto de
la primera instancia” (GIMENO SENDRA, 2007, Tomo I: 569).
En nuestro ordenamiento jurídico, este recurso se encuentra regulado en el
Capítulo III (“Apelación”) del Título XII (“Medios impugnatorios”) de la
Sección Tercera (“Actividad procesal”) del Código Procesal Civil, en los
numerales 364 al 383. Precisamente el artículo 364 del mencionado cuerpo de
leyes establece claramente que: “El recurso de apelación tiene por objeto que el
órgano jurisdiccional examine, a solicitud de parte o de tercero legitimado, la
resolución que les produzca agravio, con el propósito de que sea anulada o
revocada, total o parcialmente”.

2. OBJETO
Las resoluciones judiciales (autos y sentencias) constituyen el objeto del
recurso de apelación. Este es un acto procesal de impugnación dirigido a poner
en evidencia el error o vicio en que incurrió el órgano jurisdiccional y que se
halla contenido en una resolución, la misma que se espera sea modificada o
dejada sin efecto por el Juez ad quem.
Es objeto, pues, del recurso de apelación toda resolución judicial (auto o
sentencia) que adolece de vicio o error y que, por lo tanto, causa agravio a
alguno de los justiciables. Y aquélla puede ser apelada en todo o en parte,
sujetándose la impugnación a lo expresamente manifestado por el agraviado en
su recurso respecto de los alcances del vicio o error alegados por él.

791
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

Puntualizamos que cuando se habla de la resolución como objeto de la


apelación debe entenderse que se hace referencia no a sus partes expositiva y
considerativa, sino únicamente a la dispositiva o resolutiva, por cuanto el
pretendido agravio (concreto y justificante del recurso) no puede hallarse en la
motivación de la resolución sino en la decisión contenida en ella, que es la que
establece o fija el derecho de las partes. Se apela así lo ordenado en la
resolución y no el razonamiento lógico, jurídico y de hecho que opera como
antecedente y sustento de tal conclusión. Pese a lo señalado, advertimos que el
tema se presta a discusión, sobre todo en aquellos casos excepcionales en que
para determinar con exactitud la decisión contenida en la resolución es preciso
acudir a sus considerandos, existiendo así una suerte de nexo directo, inmediato
y subordinado entre ambas partes de la resolución.

3. PROCEDENCIA
El artículo 365 del Código Procesal Civil trata sobre la procedencia del
recurso de apelación en los siguientes términos:

“Procede apelación:
1. Contra las sentencias, excepto las impugnables con recurso de
casación y las excluidas por convenio entre las partes;
2. Contra los autos, excepto los que se expidan en la tramitación de
una articulación y los que este Código excluya; y
3. En los casos expresamente establecidos en este Código
[C.P.C.]”.
Mediante la sentencia el Juez pone fin a la instancia o al proceso en
definitiva, pronunciándose en decisión expresa, precisa y motivada sobre la
cuestión controvertida declarando el derecho de las partes, o excepcionalmente
sobre la validez de la relación procesal (art. 121 -último párrafo- del C.P.C.).
Por otro lado, mediante los autos (o resoluciones interlocutorias) el Juez
resuelve la admisibilidad o el rechazo de la demanda o de la reconvención, el
saneamiento, interrupción, conclusión y las formas de conclusión especial del
proceso; el concesorio o denegatorio de los medios impugnatorios, la admisión,
improcedencia o modificación de medidas cautelares y las demás decisiones
que requieran motivación para su pronunciamiento (art. 121 -segundo párrafo-
del C.P.C.).

792
MEDIOS IMPUGNATORIOS: RECURSO DE APELACION

4. COMPETENCIA DEL ORGANO JUDICIAL REVISOR


El recurso de apelación hace que el órgano judicial revisor asuma la
competencia respecto de las cuestiones objetadas, teniendo plena potestad para
resolverlas, salvo en situaciones excepcionales y expresamente previstas en el
ordenamiento jurídico en que dicha potestad sufre limitaciones, como aquella
referida al impedimento del Juez ad quem de modificar la resolución recurrida
en perjuicio del impugnante (a no ser que la otra parte hubiese también
recurrido la resolución o formulado adhesión a la apelación o se trate de un
menor de edad). Tampoco puede el órgano judicial revisor apartarse del objeto
del proceso (que fuera conocido en primera instancia) e inobservar el principio
de congruencia, estando impedido, entonces, de ir más allá del petitorio o de
fundar su decisión en hechos distintos de los que han sido invocados por las
partes, por lo que debe descartar todo asunto extraño al contenido de la relación
procesal y al de los escritos constitutivos del proceso (salvo en supuestos
excepcionales -previstos en la ley- en que se admite la alegación de hechos
nuevos acaecidos en momento posterior a la fase postulatoria). Asimismo, el
órgano judicial revisor se encuentra impedido de examinar las cuestiones sobre
las cuales ha precluido la posibilidad de recurrir y que han adquirido firmeza
(como aquellas no apeladas en su momento por voluntad del justiciable o las
que no fueron comprendidas al expresarse los agravios).
Se puede apreciar que la competencia del órgano judicial revisor no
implica la renovación de todos los elementos introducidos en la primera
instancia, limitándose prácticamente a lo expuesto en el recurso de apelación (o
en la adhesión, si la hubiera) y a los concretos agravios en él consignados (y
también, por qué no, a su absolución), sin que ello signifique que no pueda
hacer uso de los elementos del proceso necesarios para decidir la causa,
especialmente aquellos que conforman el material probatorio.
Como bien apunta Loutayf Ranea, por la apelación “... el tribunal de
segunda instancia se encuentra circunscripto por lo que ha sido objeto de
apelación y de agravios; y para el conocimiento de aquello a que está habilitado
por la apelación, el tribunal ad quem está limitado por lo que ha sido sometido
a decisión del juez de primera instancia. No puede conocer (...) de las
cuestiones definitivamente juzgadas, es decir, que han quedado firmes al haber
precluido la posibilidad de impugnación. Pero están sometidos implícitamente a
su consideración las defensas y argumentos planteados oportunamente por el
apelado en la instancia en grado, que han sido rechazados o no considerados
por el a quo, y de los que no pudo apelar el interesado por haberle resultado en
definitiva favorable la resolución impugnada” (LOUTAYF RANEA, 1989,

793
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

Volumen 1: 79). Concluye Loutayf Ranea señalando que “en todo lo que está
habilitado para entender el tribunal de segunda instancia, tiene plenitud de
conocimiento como la tenía el juez en grado. Al tener el tribunal de alzada la
plenitud de jurisdicción, al igual que el juez de primera instancia, para conocer
de aquello que fue sometido por la apelación, puede examinar lo que ha sido
materia de apelación en todos los aspectos; es decir, asume competencia plena
sobre todo el material litigioso” (LOUTAYF RANEA, 1989, Volumen 1: 79).
El artículo 370 del Código Procesal Civil versa sobre la competencia del
Juez superior en la apelación estableciendo simplemente que:
“El juez superior no puede modificar la resolución impugnada en perjuicio
del apelante, salvo que la otra parte también haya apelado o se haya
adherido o sea un menor de edad. Sin embargo, puede integrar la
resolución apelada en la parte decisoria, si la fundamentación aparece
en la parte considerativa.
Cuando la apelación es de un auto, la competencia del superior sólo
alcanza a éste y a su tramitación”.

5. EL PRINCIPIO “TANTUM DEVOLUTUM QUANTUM


APELLATUM”
“Dentro del principio dispositivo se incluye éste que se menciona como el
de ‘tantum devolutum quantum appellatum’, puesto que significa que el
efecto devolutivo, que traslada los poderes de decisión al tribunal superior, está
limitado por la apelación. También se expresa diciendo que el agravio es la
medida de la apelación” (VESCOVI, 1988: 159).
En relación a lo expuesto, Loutayf Ranea afirma que “... el tribunal de
segunda instancia sólo puede conocer y decidir aquellas cuestiones a las que ha
limitado la apelación el recurrente. No tiene más facultades de revisión que
aquellas que han sido objeto del recurso; sólo puede ser revisado lo apelado:
tantum devolutum quantum apellatum. No puede dar más de lo pedido por
el apelante; pero tampoco puede resolver en perjuicio del apelante si no existe
recurso de la contraparte” (LOUTAYF RANEA, 1989, Tomo 1: 117).
Máximo Castro estima que “... la regla tantum apellatum quantum
devolutum, no puede interpretarse en la forma restrictiva y estricta con que la
sostenían los romanistas, pues cuando se ha apelado, se entiende que vuelven a
ser puestos en tela de juicio la totalidad de las razones, argumentos o motivos
que se han aducido en el pleito, es decir, tanto los que el juez ha invocado como

794
MEDIOS IMPUGNATORIOS: RECURSO DE APELACION

fundamento de su sentencia, como los que desechó por no creer que debía
tomarlos en consideración” (CASTRO, 1927, Tomo II: 233).
De la Rúa opina al respecto que el principio de congruencia “... tiene en
segunda instancia manifestaciones específicas; más limitantes y rigurosas,
porque el juicio de apelación tiene un objeto propio, que son las pretensiones
impugnativas de los recurrentes, y la voluntad de éstos limita o condiciona más
al juez del recurso. Sus agravios constituyen el ámbito exclusivo sobre el cual
debe resolver: tantum devolutum quantum apellatum. Su competencia
funcional está determinada por los motivos invocados por el recurrente en
función de los agravios por el perjuicio ocasionado por el fallo... Esto significa
que para habilitar al tribunal de alzada debe existir un recurso válido y
deducido por parte legítima que padezca un perjuicio e invoque un agravio, lo
mantenga y no lo desista, y verse sobre cuestiones propuestas en la instancia
inferior...” (DE LA RUA; citado por LOUTAYF RANEA, 1989, Tomo 1: 116).
El principio “tantum devolutum quantum apellatum” guarda relación con el
de plenitud de la jurisdicción por cuanto ésta resulta afectada al restringirse el
conocimiento del órgano judicial revisor al marco de la apelación. En lo
concerniente a esto, Alsina señala que “... el principio de la plenitud de la
jurisdicción sufre una limitación en los casos en que el recurso se interpone
contra una parte de la sentencia, pues, entonces, el tribunal no puede
pronunciarse sino sobre lo que es materia del mismo. Es lo que se expresa con
el aforismo tantum devolutum quantum apellatum o sea que los poderes del
tribunal de apelación se hallan limitados por la extensión del recurso”
(ALSINA, 1961, Tomo IV: 416).

6. LA PROHIBICION DE LA “REFORMATIO IN PEIUS”


Escobar Fornos cataloga al principio que niega la reformatio in peius
como “... la prohibición del tribunal superior de empeorar la situación del
apelante, si no existe apelación o adhesión por parte del apelado...” (ESCOBAR
FORNOS, 1990: 224).
Couture estima que “la reforma en perjuicio (reformatio in pejus) consiste
en una prohibición al juez superior de empeorar la situación del apelante, en los
casos en que no ha mediado recurso de su adversario” (COUTURE, 1985: 367).
Agrega Couture que “el principio de la reforma en perjuicio es, en cierto modo,
un principio negativo: consiste fundamentalmente en una prohibición...”
(COUTURE, 1985: 368).

795
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

Según De la Rúa, “... esta prohibición significa que con motivo del recurso
y a falta de recurso contrario no se puede agravar, perjudicar o empeorar la
situación obtenida por el recurrente, de modo que se contraríe el objeto
defensivo del recurso y se lo prive de su finalidad específica de obtener una
ventaja o un resultado más favorable del proceso...” (DE LA RUA; citado por
LOUTAYF RANEA, 1989, Tomo 1: 144).
Para De Santo, “la prohibición de la reformatio in peius (reforma en
perjuicio) significa que el órgano ad quem al conocer, no puede modificar el
fallo del inferior en perjuicio del propio recurrente, si la contraparte a su vez no
se alzó también contra el fallo” (DE SANTO, 1987, Tomo VIII-A: 126-127).
De Santo considera que “este principio procesal halla su justificación en cuanto
quien ataca un pronunciamiento procura mejorar su situación en el juicio y no
empeorarla, cosa que ocurriría si mediante su propia impugnación dicho
pronunciamiento se alterara en su contra, máxime si el adversario lo consintió”
(DE SANTO, 1987, Tomo VIII-A: 127). De Santo pone de relieve que la
prohibición de la reformatio in peius “... reconoce su fundamento en el
principio dispositivo e implica, en definitiva, una señalada reducción de los
poderes de los jueces superiores, que no pueden alterar el pronunciamiento
sometido a su revisión en perjuicio del propio recurrente” (DE SANTO, 1987,
Tomo VIII-A: 135).
“La prohibición de reformatio in peius constituye también una aplicación
del principio de ‘congruencia’; este principio alude a la correlación que debe
existir entre las resoluciones judiciales y las pretensiones o peticiones de las
partes. La medida de la apelación está determinada por los agravios (tantum
devolutum quantum apellatum) y el tribunal de alzada no puede ir más allá
de los límites marcados por el recurso y los agravios; por ello no puede
modificar la resolución en grado en perjuicio del único apelante, siendo que no
ha existido apelación de la otra parte tendiente a buscar tal resultado. Sería
incongruente y violaría el principio dispositivo la resolución del tribunal ad
quem que perjudicara al apelante en beneficio de la otra parte que no apeló; si
esta última hubiera querido o hubiera hallado motivos para apelar y procurar la
modificación en su favor de la resolución en grado, hubiera debido utilizar el
medio idóneo que el ordenamiento legal le concede para procurarlo; pero ello
depende de la iniciativa privada, y en caso de faltar esta iniciativa, el tribunal de
alzada no puede suplirla so riesgo de caer en violación del principio
dispositivo...” (LOUTAYF RANEA, 1989, Tomo 1: 148).

796
MEDIOS IMPUGNATORIOS: RECURSO DE APELACION

En relación al principio de la prohibición de la reformatio in peius, el


Código Procesal Civil, en el primer párrafo de su artículo 370, establece con
precisión que:
“El juez superior no puede modificar la resolución impugnada en perjuicio
del apelante, salvo que la otra parte también haya apelado o se haya
adherido o sea un menor de edad. Sin embargo, puede integrar la
resolución apelada en la parte decisoria, si la fundamentación aparece
en la parte considerativa”.

7. MOTIVACION DEL RECURSO DE APELACION


La motivación del recurso de apelación implica la exposición de los
fundamentos fácticos y jurídicos que ameritan, a juicio del recurrente, la
anulación o revocación de la resolución impugnada. La motivación del recurso
de apelación exige un análisis crítico, exhaustivo y razonado, punto por punto,
de los vicios o errores advertidos en la resolución que se objeta, ya sea en la
apreciación de los hechos, la interpretación del material probatorio o en la
aplicación del derecho.
De Gregorio Lavié asegura que el concepto de crítica concreta y razonada
del fallo recurrido debe interpretarse así:
“a) La indicación, punto por punto, de los errores, omisiones y demás
deficiencias que se atribuyan a la sentencia;
b) Una demostración de los motivos que se tienen para considerarla
errónea, analizando la prueba, señalando los errores de apreciación y
la aplicación del derecho, demostrando que está equivocada;
c) Una pieza jurídica en la cual se puntualizan los errores de hecho y de
derecho y la injusticia de las conclusiones del fallo, mediante
articulaciones fundadas y objetivas sobre los errores de la resolución
recurrida...” (DE GREGORIO LAVIE; citado por VESCOVI, 1988:
161-162).
La motivación del recurso constituye un requisito de procedencia del
mismo. Su ausencia o deficiencia (al no precisarse el agravio) faculta al Juez
(de primera instancia) a declarar de plano improcedente la apelación (art. 367
-segundo párrafo- del C.P.C.).
El artículo 366 del Código Procesal Civil establece claramente al respecto
lo siguiente: “El que interpone apelación debe fundamentarla, indicando el

797
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

error de hecho o de derecho incurrido en la resolución, precisando la naturaleza


del agravio y sustentando su pretensión impugnatoria”.

8. LEGITIMIDAD EN LA APELACION
Atendiendo al principio dispositivo que rige en materia recursiva, la
apelación procede a iniciativa de parte, constituyendo una facultad de los
sujetos procesales (demandante, demandado y terceros legitimados) o de sus
representantes o de sus abogados patrocinantes (si cuentan, estos últimos, con
facultades generales de representación), quienes pueden ejercitarla o no.
La legitimidad para apelar no implica tan sólo reunir la condición de parte
o de tercero legitimado o de representante o de abogado patrocinante, sino que
es indispensable, además, que el impugnante tenga interés para apelar, el cual,
insistimos, deriva del agravio o perjuicio efectivamente producido por la
resolución recurrida. Es por ello que una resolución es susceptible de ser
apelada por una o por ambas partes, pues el agravio puede afectar a una sola de
ellas o también a las dos.
Para Couture, “... sujetos titulares del recurso de apelación son las partes...”
(COUTURE, 1985: 360). El indicado jurista hace notar que “... estando
subordinada la facultad de apelar al hecho de no haber visto satisfechas las
pretensiones deducidas en juicio, se llega naturalmente a la conclusión de que
sólo puede hacer valer el recurso el que ha visto insatisfecha alguna de sus
aspiraciones. Si la sentencia rechaza totalmente una pretensión, es apelable
íntegramente; si la acoge sólo en parte, es apelable en cuanto desecha; si la
acoge totalmente, es inapelable” (COUTURE, 1985: 361).
Tendrá legitimidad activa el apelante o apelantes (sea demandante o
demandado o tercero legitimado o sus representantes o abogados
patrocinantes), contando, en cambio, con legitimidad pasiva el o los apelados
(el sujeto procesal a quien favorece la resolución judicial recurrida, ya sea el
actor o su adversario o el tercero legitimado); nunca el Juez que emitió la
resolución materia de reclamo. En cuanto a la legitimidad para apelar es
indiferente la posición procesal de demandante, demandado o tercero
legitimado que ostente el impugnante en el litigio porque a todos ellos se les
reconoce facultades impugnatorias.
La calidad de parte o de tercero legitimado necesarias para interponer un
recurso de apelación se hallan previstas en el artículo 364 del Código Procesal
Civil, el mismo que preceptúa que “el recurso de apelación tiene por objeto que

798
MEDIOS IMPUGNATORIOS: RECURSO DE APELACION

el órgano jurisdiccional examine, a solicitud de parte o de tercero legitimado


(el resaltado es nuestro), la resolución que les produzca agravio...”.

9. LA ADHESION A LA APELACION
La adhesión a la apelación, llamada también apelación adhesiva o
derivada, es aquel instituto procesal que tiene lugar cuando una resolución
judicial produce agravio a ambas partes por lo que, planteado, concedido y
corrido traslado del recurso de apelación correspondiente, la otra parte o su
representante se adhiere a él dentro del plazo que tiene para absolver dicho
traslado, no coadyuvando a los intereses de quien interpuso tal recurso ni
simplemente contradiciendo los fundamentos o alegaciones contenidas en él (lo
que supondría su absolución), sino solicitando, al igual que el apelante, que se
modifique o revoque la resolución cuestionada en lo que resulte agraviante o
perjudicial para el adherente y en base a la propia fundamentación del último o,
inclusive, a la invocada por el apelante.
Monroy Cabra dice de la impugnación adhesiva que se da “cuando quien
impugna se adhiere y hace suyos los motivos de la apelación, en cuanto la
providencia le fuere desfavorable respecto de la impugnación principal o
incidental propuesta por la otra parte” (MONROY CABRA, 1979: 333).
A juicio de Kielmanovich, “... en la apelación adhesiva se pide un
pronunciamiento en favor del apelado que se suma al que ya fue materia de
estimación por parte del juez de la instancia anterior, colocando a aquél en
cierta medida en un mismo plano de igualdad que el apelante: es, si se nos
permite la expresión, como si ambas partes hubiesen apelado”
(KIELMANOVICH, 1989: 64). El apelado -prosigue Kielmanovich- “... intenta
aquí obtener la modificación de la sentencia que en lo principal le fue
favorable, en aquello que le es perjudicial, aprovechando el recurso del
contendiente derrotado” (KIELMANOVICH, 1989: 64).
Según Casarino Viterbo, “adherirse a la apelación es pedir la reforma de
la sentencia apelada en la parte en que la estima gravosa el apelado...”
(CASARINO VITERBO, 1984, Tomo IV: 252). “Se trata, en consecuencia, de
una nueva y verdadera apelación interpuesta por el apelado, que no dedujo
apelación en tiempo y forma, y utilizando el recurso deducido por su contrario”
(CASARINO VITERBO, 1984, Tomo IV: 252). “La adhesión a la apelación
supone, pues, que el fallo de primera instancia agravia en parte al apelado, y
que éste, prima facie, se contentó con él; pero que, posteriormente, al ver que su
contrario ha apelado, desea también que dicho fallo sea enmendado en

799
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

conformidad a derecho en aquella parte o partes en que lo perjudica”


(CASARINO VITERBO, 1984, Tomo IV: 252).
La adhesión en referencia no se trata de otro recurso de apelación
(formulado por el apelado), pese a ser exigible también el pago de la tasa
judicial respectiva y la motivación de aquélla (que supone la indicación del
agravio, del vicio o error de la resolución que -se alega- lo provoca y la
sustentación debida), porque:
A) El examen de segundo grado es iniciado por la apelación interpuesta y
no por la adhesión del apelado.
B) No se produce dentro del plazo legal para apelar sino en momento
posterior (dentro del plazo para absolver el traslado del recurso de
apelación).
C) No se dirige al Juez a quo: el destinatario de la adhesión a la apelación
es el Juez ad quem (pues es éste el que confiere traslado del recurso de
apelación y que conoce de la apelación a partir del concesorio del
mismo y elevación de los actuados correspondientes).
La adhesión a la apelación representa otra oportunidad para el apelado de
impugnar la resolución que le causa agravio. Es por eso que dicha figura
jurídica es cuestionada, afirmándose que atenta contra la igualdad de las partes
el hecho de que se conceda al litigante que dejó transcurrir el plazo para apelar
una resolución otra vía o modo para impugnarla, dándosele así mayores
facilidades y/o ventajas a las que tiene el justiciable que sí observó el plazo
legal para recurrir la resolución que le produce gravamen. El adherente no
impugna, entonces, la resolución por propia iniciativa sino que se aprovecha de
la del apelante para cuestionar la decisión judicial aunque con otros argumentos
y en procura de salvaguardar sus intereses personales.
En lo concerniente a los requisitos de la adhesión a la apelación, Casarino
Viterbo asevera que “... dos requisitos (...) deben concurrir para que pueda
tener lugar la adhesión a la apelación: que la sentencia de primera instancia
cause agravios al apelado; y que exista una apelación contraria pendiente”
(CASARINO VITERBO, 1984, Tomo IV: 253).
El legitimado para formular adhesión a la apelación es el (los) apelado (s),
o sea, la contraparte de quien planteó el recurso de apelación. De ninguna
manera el litisconsorte del apelante puede adherirse a la apelación por
encontrarse en la misma posición procesal (activa o pasiva) que él.

800
MEDIOS IMPUGNATORIOS: RECURSO DE APELACION

Es materia de discusión el determinar si la adhesión a la apelación es


autónoma o subordinada respecto del recurso del mismo nombre. Para unos
dicho instituto procesal reúne las características de todo recurso de apelación
sin serlo, por lo que, en consecuencia, es autónomo; su naturaleza adhesiva
supone que requiere de la apelación para poder emerger, lo que no le resta
autonomía en la medida que, una vez producida la adhesión, su eficacia no está
condicionada a la subsistencia del trámite correspondiente al recurso de
apelación. Para otros, en cambio, la adhesión no es una figura independiente
por cuanto se halla subordinada a la apelación y, precisamente por ser accesoria
de ella, sigue su suerte. A nuestro parecer, la primera de las posiciones descritas
es la más acertada, máxime si se tiene en cuenta que, por ejemplo, el
desistimiento del recurso de apelación no afecta el trámite de la adhesión a
dicho medio impugnatorio.
El Código Procesal Civil, acerca de la adhesión al recurso de apelación,
establece lo siguiente:
- En los procesos de conocimiento y abreviado, al contestar el traslado
del escrito de apelación contra la sentencia (que se confiere por el
plazo de diez días), la otra parte podrá adherirse al recurso,
fundamentando sus agravios, de los que se conferirá traslado al
apelante por diez días. Si hubo adhesión, con la absolución del
apelante el proceso queda expedito para ser resuelto, con la
declaración del Juez superior en tal sentido, señalando día y hora para
la vista de la causa (art. 373 -tercer, cuarto y quinto párrafos- del
C.P.C.).
- En los procesos de conocimiento y abreviado el plazo para adherirse a
la apelación de autos con efecto suspensivo y para su contestación es
de tres días de conferido el traslado del recurso o de la adhesión,
respectivamente. El Secretario de Juzgado enviará el expediente al
superior dentro de cinco días de concedida la apelación o la adhesión
-si la hubo-, bajo responsabilidad (de acuerdo a lo previsto en el art.
376 -inciso 1) y cuarto párrafo- del C.P.C.).
- En los procesos sumarísimos, de ejecución y no contenciosos la
adhesión a la apelación concedida con efecto suspensivo, se sujeta a
lo dispuesto por el artículo 376 del Código Procesal Civil (de
conformidad con los arts. 558, 691 -segundo párrafo- y 756 del
C.P.C.). Por consiguiente, el plazo para adherirse y para su
contestación, si la hubiera, es de tres días de corrido el traslado del

801
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

recurso o de la adhesión, en ese orden. El Secretario de Juzgado


enviará el expediente al superior dentro de cinco días de concedida la
apelación o la adhesión -si la hubo-, bajo responsabilidad (art. 376
-inciso 1) y cuarto párrafo- del C.P.C.).
- La adhesión a la apelación de autos sin efecto suspensivo (en toda
clase de procesos) debe tener lugar dentro de tercero día de notificado
el concesorio de la apelación, pudiendo el adherente, de considerarlo,
pedir al Juez que agregue al cuaderno de apelación los actuados que
estime conveniente, previo pago de la tasa respectiva (art. 377
-segundo párrafo- del C.P.C.).
- La adhesión (a la apelación) que no acompañe el recibo de la tasa, se
interponga fuera del plazo, no tenga fundamento o no precise el
agravio, será de plano declarada inadmisible o improcedente, según
sea el caso (art. 367 -segundo párrafo- del C.P.C.).
- El desistimiento de la apelación no afecta a la adhesión.
Puntualizamos que, no obstante estar incluida esta disposición dentro
del artículo 373 -último párrafo- del Código Procesal Civil, que versa
sobre el plazo y trámite de la apelación de sentencias, resulta aplicable
no sólo para la adhesión al recurso de apelación dirigido contra una
sentencia, sino que además lo es tratándose de la adhesión a la
apelación de autos con o sin efecto suspensivo. La inclusión de dicha
regla de carácter general en el citado artículo obedece simple y
llanamente a un error de técnica legislativa.

10. TRAMITE DEL RECURSO DE APELACION

10.1 Interposición del recurso


En palabras de Jaime Guasp, la interposición del recurso de apelación
“tiene como contenido fundamental el de dar vida al proceso de apelación, o
segunda instancia, del asunto judicial resuelto en la primera por el juez o
tribunal de cuya resolución se recurre. Es, pues, un auténtico acto de iniciación
procesal al que cabe llamar demanda, si a este término se le da el significado
amplio que verdaderamente merece. E incluso cabe observar que se trata de una
demanda pura y simple, y no mixta o compleja, porque el escrito de
interposición del recurso contiene la simple petición de que el proceso de
apelación dé comienzo y no encierra la pretensión procesal de fondo, de

802
MEDIOS IMPUGNATORIOS: RECURSO DE APELACION

eliminación y sustitución de la resolución recurrida, la cual queda reservada


para un momento ulterior de la tramitación” (GUASP, 1968, Tomo I: 739-740).
La interposición del recurso de apelación resulta ser entonces la
declaración expresa de voluntad de quien se siente perjudicado con alguna
resolución dirigida a introducir el indicado medio impugnativo al proceso a fin
de obtener la modificación de aquélla. Dicho acto procesal de introducción del
recurso, que adopta, por lo general, la forma escrita, inicia, pues, el
procedimiento de revisión de una resolución y se plantea ante el mismo órgano
jurisdiccional que la expidió. El recurso debe observar los requisitos de ley
porque sino su interposición sería inútil al devenir en ineficaz dicho medio
impugnatorio.
El escrito que contiene el recurso de apelación debe comprender el pedido
claro y expreso de revocación y/o anulación de una resolución judicial, así
como la fundamentación de hecho y de derecho correspondiente (de
conformidad con el art. 358 del C.P.C.), a no ser que la resolución recurrida se
trate de un auto expedido en una audiencia, en cuyo caso la apelación se
interpone de inmediato (verbalmente), pero su motivación y demás requisitos
pueden ser cumplidos en momento posterior y por escrito.
La apelación contra las sentencias se interpone dentro del plazo previsto en
cada vía procedimental, contado desde el día siguiente a su notificación (art.
373 -primer párrafo- del C.P.C.). Así tenemos que:
- En los procesos de conocimiento, el plazo para apelar la sentencia es
de 10 días (art. 478 -inc. 13)- del C.P.C.).
- En los procesos abreviados, el plazo para apelar la sentencia es de
cinco días (art. 491 -inc. 12)- del C.P.C.).
- En los procesos sumarísimos, el plazo para apelar la sentencia es de
tres días (art. 556 -primera parte- del C.P.C.).
- En los procesos únicos de ejecución, el plazo para apelar el auto que
resuelve la contradicción, poniendo fin a tales procesos (por lo que
dicha resolución se homologa a una sentencia), es de tres días (art. 691
-primer párrafo- del C.P.C.).
- En los procesos no contenciosos, el plazo para apelar la resolución
final es de 3 días (arts. 756 y 376 del C.P.C.).

803
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

La apelación contra los autos a ser concedida con efecto suspensivo o sin
él se interpone dentro de los siguientes plazos:
- Tres días si el auto es pronunciado fuera de audiencia (arts. 376 -inc.
1)- y 377 -parte inicial del primer párrafo- del C.P.C.).
- En la misma audiencia, si el auto fuera expedido en ella, pero su
fundamentación y demás requisitos serán cumplidos en el mismo
plazo que el acápite anterior (arts. 376 -inc. 2)- y 377 -parte inicial del
primer párrafo- del C.P.C.).

10.2 Admisibilidad y procedencia del recurso


Antes de que haya un pronunciamiento sobre la fundabilidad o no de un
recurso debe examinarse si éste reúne los presupuestos de admisibilidad y
procedencia exigidos por ley. El análisis de tales presupuestos corresponde al
Juez a quo, estando facultado también para ello el Juez ad quem.
La admisibilidad y procedencia del recurso de apelación suponen el
cumplimiento de los requisitos legales por parte del impugnante que hacen
posible el conocimiento de la cuestión de fondo formulada en el recurso por el
órgano superior en grado, quien deberá decidir si resulta fundado o infundado.
La admisibilidad y procedencia del recurso de apelación están sujetas a la
observancia de determinados requisitos o presupuestos como son: el pago de la
tasa judicial respectiva, su interposición dentro del plazo legal de impugnación,
que la resolución pueda ser objeto de apelación, que dicha resolución haya
causado agravio al recurrente, que quien planteó el recurso se encuentre
facultado para hacerlo, que el recurso esté debidamente fundamentado y que
contenga la petición concreta de anulación o reforma -en todo o en parte- de la
resolución impugnada.
Kielmanovich indica que “el juicio de admisibilidad del juez de la primera
instancia es (...) provisorio y no vinculante para la Alzada, quien incluso de
oficio puede declarar su inadmisibilidad por ser ella el ‘juez del recurso”
(KIELMANOVICH, 1989: 35).
Al respecto, señala Loutayf Ranea que “el tribunal de alzada es el juez del
recurso; es el que debe hacer el análisis definitivo de la admisibilidad; puede
conceder un recurso denegado (si el recurrente ha seguido las más legales para
llegar a la alzada) o denegar un recurso concedido; puede modificar la forma o
los efectos con que se ha concedido un recurso; puede analizar el trámite
seguido. En esta tarea puede actuar de oficio o a petición de parte, según sea el

804
MEDIOS IMPUGNATORIOS: RECURSO DE APELACION

caso; y (...) en esta tarea no se encuentra vinculado ni por la voluntad de las


partes ni por resolución del juez en grado por más que se encuentre consentida”
(LOUTAYF RANEA, 1989, Tomo 2: 6). Añade Loutayf Ranea que “cuando el
recurso es inadmisible por darse circunstancias que impedían su concesión, si el
juez en grado no lo ha denegado, lo debe hacer el tribunal de apelaciones; y en
tal caso, como está frente a un recurso concedido -aunque no debía haberlo
sido-, la declaración de inadmisibilidad se hace generalmente mediante una
resolución que, expresando los fundamentos, declara ‘mal concedido’ el
recurso (sin perjuicio de que también sería correcto utilizar la expresión
genérica de declarar ‘inadmisible’ el recurso). En este caso, la resolución del
tribunal de apelaciones que declara mal concedida una apelación tiene efecto de
revocatoria de la providencia del juez que la concedió” (LOUTAYF RANEA,
1989, Tomo 2: 7-8).
El artículo 367 del Código Procesal Civil trata precisamente sobre la
admisibilidad e improcedencia del recurso de apelación en los siguientes
términos:
“La apelación se interpone dentro del plazo legal ante el Juez que expidió
la resolución impugnada, acompañando el recibo de la tasa judicial
respectiva cuando ésta fuera exigible.
La apelación o adhesión que no acompañen el recibo de la tasa, se
interpongan fuera del plazo, que no tengan fundamento o no precisen
el agravio, serán de plano declaradas inadmisibles o improcedentes,
según sea el caso.
Para los fines a que se refiere el Artículo 357° [del C.P.C., según el cual
los medios impugnatorios se interponen ante el órgano jurisdiccional
que cometió el vicio o error, salvo disposición en contrario; y se
atenderá a la formalidad y plazos previstos en el Código adjetivo
para cada uno], se ordenará que el recurrente subsane en un plazo no
mayor de cinco días, la omisión o defecto que se pudiera advertir en el
recibo de pago de la tasa respectiva, en las cédulas de notificación, en
la autorización del recurso por el Letrado Colegiado o en la firma del
recurrente, si tiene domicilio en la ciudad sede del órgano
jurisdiccional que conoce de la apelación. De no subsanarse la
omisión o defecto, se rechazará el recurso y será declarado
inadmisible.

805
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

Si el recurrente no tuviera domicilio procesal en la ciudad sede del órgano


jurisdiccional que conoce de la apelación, tramitará la causa de
manera regular y será el Juez quien ordene la correspondiente
subsanación del error.
El superior también puede declarar inadmisible o improcedente la
apelación, si advierte que no se han cumplido los requisitos para su
concesión.
En este caso, además, declarará nulo el concesorio”.
10.3 Concesión del recurso
Si el recurso de apelación reúne los requisitos de admisibilidad y
procedencia exigidos por el ordenamiento jurídico procesal, el Juez a quo
expedirá el auto que lo concede precisando su efecto. En la hipótesis de que
aquél rechace el medio impugnatorio interpuesto (declarándolo inadmisible o
improcedente) puede el Juez ad quem conceder el recurso de apelación si
declara fundado el recurso de queja correspondiente, dirigido precisamente a
lograr el reexamen y posterior revocación de la resolución que se pronunció
sobre la inadmisibilidad o improcedencia de la apelación (de conformidad con
los arts. 401 y 404 -segundo párrafo- del C.P.C.).

10.3.1 Efectos en que se concede el recurso


El recurso de apelación puede ser concedido:

- Con efecto suspensivo.

- Sin efecto suspensivo.

- Sin efecto suspensivo y con calidad de diferido.


El efecto suspensivo impide la ejecución o cumplimiento de la resolución
recurrida, quedando así suspendida su eficacia hasta tanto no quede firme la
decisión del Juez ad quem. Tal efecto hace que le esté vedado al inferior
jerárquico innovar la situación existente por lo que se encuentra impedido de
exigir el cumplimiento de la decisión sujeta al examen del órgano jurisdiccional
de alzada. El magistrado que emitió la resolución impugnada puede, sin
embargo, seguir conociendo de aquellos asuntos no comprendidos en la
reclamación como los tramitados en cuaderno aparte, así como ordenar medidas
cautelares destinadas a impedir que pueda tornarse ilusorio el derecho del
interesado.

806
MEDIOS IMPUGNATORIOS: RECURSO DE APELACION

Para Couture, el efecto suspensivo de la apelación “... consiste en el


enervamiento provisional de los efectos de la sentencia, una vez introducido el
recurso de apelación” (COUTURE, 1985: 370). Interpuesto el recurso -continúa
Couture- “... no sólo se opera el envío al superior para la revisión de la
sentencia, sino que también, como complemento necesario, sus efectos quedan
detenidos. Según el precepto clásico, appellatione pendente nihil
innovandum” (COUTURE, 1985: 370). Esta consecuencia -destaca Couture-
“... fluye directamente de la esencia misma de la segunda instancia. Si ésta es
(...) un procedimiento de revisión sobre los vicios posibles de la sentencia, lo
natural es que tal procedimiento sea previo a la ejecución y no posterior,
cuando la sentencia se ha cumplido y sus efectos sean, acaso, irreparables”
(COUTURE, 1985: 370). Concluye Couture afirmando que “el efecto
suspensivo depara a la sentencia apelada la condición de expectativa (...).
Pendiente el recurso, no es una sentencia sino un acto que puede devenir
sentencia: mera situación jurídica a determinarse definitivamente por la
conclusión que se admita en segunda instancia” (COUTURE, 1985: 371).
El recurso de apelación concedido sin efecto suspensivo supone el
mantenimiento de la eficacia de la resolución recurrida, o sea, que resulta
exigible su cumplimiento. Así es, tal efecto implica la ejecución provisional de
la resolución recurrida, sin perjuicio de lo que el superior jerárquico resuelva al
final. En consecuencia, si éste confirma lo decidido por el inferior en grado, la
ejecución de la resolución dejará de ser provisional y se convertirá en una
actuación procesal firme; por el contrario, si se revocara la resolución
impugnada ejecutada provisionalmente en mérito del efecto aludido, se anulará
todo lo actuado en relación al cumplimiento de dicha resolución,
retrotrayéndose el proceso al estado inmediatamente anterior a su expedición.
La apelación concedida sin efecto suspensivo y con calidad de diferida
significa que su trámite es reservado por el Juez a quo con la finalidad de que el
indicado medio impugnativo sea resuelto por el superior en grado
conjuntamente con la sentencia u otra resolución que el Juez debe señalar con
dicho objeto.
“El efecto diferido corresponde (...) sólo cuando la ley así lo dispone, e
implica la postergación de la etapa de fundamentación y resolución del
recurso a un momento ulterior desvinculado del de la interposición, ya que
precisamente tal efecto está dirigido a evitar la interrupción de los
procedimientos de primera instancia y su elevación a la Alzada, consecuencia
diríamos ‘normal’ del recurso de apelación” (KIELMANOVICH, 1989: 46).

807
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

El artículo 368 del Código Procesal Civil versa sobre los efectos del
recurso de apelación estableciendo así lo siguiente:
“El recurso de apelación se concede:
1. Con efecto suspensivo, por lo que la eficacia de la resolución recurrida
queda suspendida hasta la notificación de la que ordena se cumpla lo
dispuesto por el superior.
Sin perjuicio de la suspensión, el Juez que expidió la resolución
impugnada puede seguir conociendo las cuestiones que se tramitan en
cuaderno aparte. Asimismo, puede, a pedido de parte y en decisión
debidamente motivada, disponer medidas cautelares que eviten que la
suspensión produzca agravio irreparable.
2. Sin efecto suspensivo, por lo que la eficacia de la resolución
impugnada se mantiene, incluso para el cumplimiento de ésta.
Al conceder la apelación, el Juez precisará el efecto en que concede el
recurso y si es diferida, en su caso”.
El artículo 369 del Código Procesal Civil está referido a la apelación
diferida y preceptúa que:
“Además de los casos en que este Código [C.P.C.] lo disponga, de oficio
o a pedido de parte, el Juez puede ordenar que se reserve el trámite de
una apelación sin efecto suspensivo, a fin de que sea resuelta por el
superior conjuntamente con la sentencia u otra resolución que el Juez
señale. La decisión motivada del Juez es inimpugnable.
La falta de apelación de la sentencia o de la resolución señalada por el
Juez determina la ineficacia de la apelación diferida”.
Procede la apelación con efecto suspensivo contra las sentencias y autos
que dan por concluido el proceso o impiden su continuación, y en los demás
casos previstos en el Código Procesal Civil (art. 371 del C.P.C.). Advertimos,
sin embargo, que en el caso de la sentencia expedida en el proceso sumarísimo
de alimentos la apelación es concedida sin efecto suspensivo. Ello se desprende
del primer párrafo del artículo 566 del Código adjetivo el cual dispone que “la
pensión de alimentos que fije la sentencia debe pagarse por período adelantado
y se ejecuta aunque haya apelación. En este caso, se formará cuaderno
separado...” (El resaltado es nuestro).

808
MEDIOS IMPUGNATORIOS: RECURSO DE APELACION

Las apelaciones sin efecto suspensivo proceden en los casos expresamente


establecidos en la ley y en aquellos en que no procede apelación con efecto
suspensivo (art. 372 -primer párrafo- del C.P.C.).
Cuando el Código Procesal Civil no haga referencia al efecto o a la calidad
en que es apelable una resolución, ésta es sin efecto suspensivo y sin la calidad
de diferida (art. 372 -último párrafo- del C.P.C.).
Una vez concedida con efecto suspensivo la apelación contra la sentencia,
se elevará el expediente dentro de un plazo no mayor de veinte días, contado
desde la concesión del recurso, salvo disposición distinta del Código Procesal
Civil. Esta actividad es de responsabilidad del Auxiliar jurisdiccional (art. 373
-segundo párrafo- del C.P.C.).
Apenas sea concedida con efecto suspensivo la apelación contra algún auto
(en los casos en que la ley autoriza dicho efecto), el Secretario de Juzgado
enviará el expediente al superior dentro de cinco días de concedida la apelación
o la adhesión, en su caso, bajo responsabilidad (art. 376 -cuarto párrafo- del
C.P.C.).
Concedida sin efecto suspensivo y sin la calidad de diferida la apelación
contra algún auto (en los casos en que la ley dispone dicho efecto), en la misma
resolución que concede la apelación se precisa los actuados que deben ser
enviados al superior, considerando los propuestos por el recurrente al apelar,
sin perjuicio de que la instancia que resuelva pueda pedir los documentos que
considere necesarios. Dentro del tercer día de notificado el concesorio, la otra
parte puede adherirse a la apelación y, de considerarlo, pedir al Juez que
agregue al cuaderno de apelación los actuados que estime conveniente, previo
pago de la tasa respectiva. El auxiliar jurisdiccional, dentro de cinco días de
notificado el concesorio, bajo responsabilidad, remite a la instancia
correspondiente las piezas indicadas por el Juez, debidamente escaneadas,
formando un cuaderno de apelación virtual, además del oficio de remisión
firmado por el Juez, agregando el original al expediente principal que eleva en
cd y otro medio magnético y dejando constancia de la fecha del envío. En los
casos en que los órganos jurisdiccionales no cuenten con la posibilidad de
escanear, el auxiliar jurisdiccional remite las fotocopias de las piezas
procesales. En los casos que una misma resolución haya sido apelada por varias
partes o personas, se formará un solo cuaderno de apelación, bajo
responsabilidad. Así lo establece el artículo 377 -parte pertinente - del Código
Procesal Civil.

809
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

El concesorio del recurso de apelación que fija un efecto distinto al


solicitado por el recurrente puede ser impugnado a través del recurso de queja a
fin de que el superior jerárquico conceda el recurso con el efecto pedido por el
apelante. Ello de acuerdo a lo previsto en la parte final del artículo 401 del
Código Procesal Civil.

10.4 Procedimiento en segunda instancia


El procedimiento de apelación en segunda instancia se desarrolla -según el
Código Procesal Civil- de la siguiente manera:
a) Reexamen del concesorio por el Juez ad quem.
Recibidos los actuados por el superior jerárquico, éste, al igual que el
inferior en grado, puede declarar inadmisible o improcedente la
apelación, si advierte que no se han cumplido los requisitos para su
concesión. En este caso, además, declarará nulo el concesorio (art. 367
-último párrafo- del C.P.C.).
b) Apelación de sentencias en los procesos de conocimiento y abreviados.
- En los procesos de conocimiento y abreviados, el superior conferirá
traslado del escrito de apelación por un plazo de diez días (art. 373
-tercer párrafo- del C.P.C.).

810
MEDIOS IMPUGNATORIOS: RECURSO DE APELACION

-
Al contestar el traslado, la otra parte podrá adherirse al recurso,
fundamentando sus agravios, de los que se conferirá traslado al
apelante por diez días (art. 373 -cuarto párrafo- del C.P.C.).
- Con la absolución de la otra parte o del apelante si hubo adhesión, el
proceso queda expedito para ser resuelto, con la declaración del Juez
superior en tal sentido, señalando día y hora para la vista de la causa
(art. 373 -penúltimo párrafo- del C.P.C.).
- La designación de la fecha para la vista de la causa se notifica a las
partes diez días antes de su realización (art. 375 -primer párrafo- del
C.P.C.).
- Dentro del tercer día de notificada la fecha de la vista, el Abogado que
desee informar lo comunicará por escrito, indicando si la parte
informará sobre hechos. La comunicación se considera aceptada por el
solo hecho de su presentación, sin que se requiera citación
complementaria. No se admite aplazamiento (art. 375 -penúltimo
párrafo- del C.P.C.).
- Contra las sentencias de segunda instancia sólo proceden el pedido de
aclaración o corrección y el recurso de casación (art. 378 del C.P.C.).
- Resuelta la apelación, se devolverá el expediente al Juez de la
demanda, dentro de diez días de notificada la resolución, bajo
responsabilidad del auxiliar de justicia respectivo (art. 383 -primer
párrafo- del C.P.C.).
c) Apelación de sentencias en los procesos sumarísimos y no contenciosos.
- En los procesos sumarísimos y no contenciosos el trámite de la
apelación de sentencias se sujeta a lo dispuesto por el artículo 376 del
Código Procesal Civil, referido al plazo y trámite de la apelación de
autos con efecto suspensivo (arts. 558 y 756 del C.P.C.).
- Dentro de cinco días de recibido, el superior comunicará a las partes
que los autos están expeditos para ser resueltos y señalará día y hora
para la vista de la causa (art. 376 -antepenúltimo párrafo- del C.P.C.).
- Es inadmisible la alegación de hechos nuevos (art. 376 -penúltimo
párrafo- del C.P.C.).

811
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

-
- La designación de la fecha para la vista de la causa se notifica a las
partes con anticipación de cinco días (art. 375 -segundo párrafo- del
C.P.C.).
Dentro del tercer día de notificada la fecha de la vista, el Abogado que
desee informar lo comunicará por escrito, indicando si la parte
informará sobre hechos. La comunicación se considera aceptada por el
solo hecho de su presentación, sin que se requiera citación
complementaria. No se admite aplazamiento (art. 375 -penúltimo
párrafo- del C.P.C.). Es de subrayar que en los procesos sumarísimos
no proceden los informes sobre hechos, de acuerdo a lo preceptuado en
el artículo 559 -inciso 2)- del Código Procesal Civil.
- La resolución definitiva se expedirá dentro de los cinco días siguientes
a la vista de la causa (art. 376 -último párrafo- del C.P.C.).
- Resuelta la apelación, se devolverá el expediente al Juez de la
demanda, dentro de diez días de notificada la resolución, bajo
responsabilidad del auxiliar de justicia respectivo (art. 383 -primer
párrafo- del C.P.C.).
d) Apelación de autos con efecto suspensivo.
- En toda clase de procesos (procesos de conocimiento, procesos
abreviados, procesos sumarísimos, procesos únicos de ejecución y
procesos no contenciosos), tratándose de la apelación de autos con
efecto suspensivo, dentro de cinco días de recibido, el superior
comunicará a las partes que los autos están expeditos para ser resueltos
y señalará día y hora para la vista de la causa (art. 376 -antepenúltimo
párrafo- del C.P.C.).
- Es inadmisible la alegación de hechos nuevos (art. 376 -penúltimo
párrafo- del C.P.C.).
- En los procesos de conocimiento y abreviados, la designación de la
fecha para la vista de la causa se notifica a las partes diez días antes de
su realización. En los demás procesos, se notifica con anticipación de
cinco días (art. 375 -primer y segundo párrafos- del C.P.C.).
- Dentro del tercer día de notificada la fecha de la vista, el Abogado que
desee informar lo comunicará por escrito, indicando si la parte
informará sobre hechos. La comunicación se considerará aceptada por

812
MEDIOS IMPUGNATORIOS: RECURSO DE APELACION

-
el solo hecho de su presentación, sin que se requiera citación
complementaria. No se admite aplazamiento (art. 375 -penúltimo
párrafo- del C.P.C.). En los procesos sumarísimos -reiteramos- es
improcedente los informes sobre hechos, con arreglo a lo previsto en el
artículo 559 -inciso 2)- del Código Procesal Civil.
La resolución definitiva se expedirá dentro de los cinco días
siguientes a la vista de la causa (art. 376 -último párrafo- del
C.P.C.).
e) Apelación de autos sin efecto suspensivo.
- Tratándose de apelación de autos sin efecto suspensivo, recibido el
cuaderno por la instancia que resuelve la apelación, esta comunica
a las partes que los autos están expeditos para ser resueltos. En
este trámite no procede informe oral, ni ninguna otra actividad
procesal. Sin perjuicio de ello, el Superior podrá de oficio citar a
los Abogados a fin que informen o respondan sobre cuestiones
específicas contenidas en la resolución apelada (art. 377 -último
párrafo- del C.P.C.).
- Resuelta la apelación, el secretario del superior notifica la
resolución a las partes dentro de tercer día de expedida. En el
mismo plazo, bajo responsabilidad, remite al Juez de la demanda
copia de lo resuelto, por facsímil o por el medio más rápido
posible. El cuaderno de apelación con el original de la resolución
respectiva, se conserva en el archivo del superior, devolviéndose
con el principal sólo cuando se resuelva la apelación que ponga fin
al proceso (art. 383 -último párrafo- del C.P.C.).
- En lo que atañe a los procesos únicos de ejecución, se desprende
de la parte final del artículo 691 del Código Procesal Civil que si
la apelación es concedida sin efecto suspensivo, tendrá la calidad
de diferida, siendo de aplicación el artículo 369 de dicho Código
en lo referente a su trámite. Este último precepto legal establece:
A. que, además de los casos en que el Código Procesal Civil lo
disponga, de oficio o a pedido de parte, el Juez puede ordenar que
se reserve el trámite de una apelación sin efecto suspensivo, a fin
de que sea resuelta por el superior conjuntamente con la sentencia
u otra resolución que el Juez señale, siendo inimpugnable la
decisión motivada del Juez en ese sentido; y B. que la falta de

813
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

-
apelación de la sentencia o de la resolución señalada por el Juez
determina la ineficacia de la apelación diferida.
En cuanto al procedimiento en segunda instancia, ya sea ante la Corte
Suprema o Cortes Superiores, debe tenerse en consideración lo normado en los
artículos 129 al 137 de la Ley Orgánica del Poder Judicial.

10.4.1 La prueba en segunda instancia


Véscovi apunta que “... en la mayoría de las legislaciones que siguen
nuestros sistemas se admite, en forma excepcional, la apertura a prueba en
segunda instancia

814
MEDIOS IMPUGNATORIOS: RECURSO DE APELACION

(y tercera donde existe), especialmente las referidas a hechos nuevos y a


aquellas probanzas que la parte no hubiera podido procurársela pese a su
diligencia. Diríamos: que sin culpabilidad no pudo agregar al proceso”
(VESCOVI, 1988: 151). En todos estos casos -prosigue Véscovi- “... cabe
referirse a hechos relevantes o circunstancias decisivas; no se admite el
diligenciamiento de lo que se puede calificar de pruebas superfluas”
(VESCOVI, 1988: 151). “... En la mayoría de los códigos que admiten la
solicitud de pruebas en segunda instancia, se acepta la apertura de un período
probatorio que se rige por las normas generales (de la primera instancia)”
(VESCOVI, 1988: 152). “En algunos países se admite que la prueba se solicite
con la misma expresión de agravios; en otros, se debe hacer el petitorio en
escrito separado, dentro del mismo término” (VESCOVI, 1988: 153).
“Admitido un período de prueba, en algunos sistemas se realiza la expresión de
agravios; en otros, se convoca a una audiencia final (en algunos sistemas esta
audiencia es obligatoria, aunque no haya prueba) donde las partes hacen sus
exposiciones (o informan in voce, según el antiguo sistema que mantienen
muchos códigos latinoamericanos)” (VESCOVI, 1988: 153).
La prueba en segunda instancia se encuentra regulada en el artículo 374 del
Código Procesal Civil, referido a los medios probatorios en la apelación de
sentencias, el cual preceptúa que:
“Las partes o terceros legitimados pueden ofrecer medios probatorios en el
escrito de formulación de la apelación o en el de absolución de
agravios, únicamente en los siguientes casos:
1. Cuando los medios probatorios estén referidos a la ocurrencia de
hechos relevantes para el derecho o interés discutido, pero
acaecidos después de concluida la etapa de postulación del
proceso; y
2. Cuando se trate de documentos expedidos con fecha posterior al
inicio del proceso o que comprobadamente no se hayan podido
conocer y obtener con anterioridad.
Es inimpugnable la resolución por la que el superior declara inadmisibles
los medios probatorios ofrecidos. Si fueran admitidos y los requiriese,
se fijará fecha para la audiencia respectiva, la que será dirigida por el
Juez menos antiguo, si el superior es un órgano colegiado”.

10.4.2 La decisión de segunda instancia

815
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

“... La manera normal y corriente como puede terminar o extinguirse el


recurso de apelación es mediante la dictación del fallo de segunda
instancia” (CASARINO VITERBO, 1984, Tomo IV: 259).
La decisión de segunda instancia debe contener: a) la mención del lugar y
fecha; b) la referencia a las partes del litigio; c) la relación de las cuestiones que
representan el objeto del procedimiento de revisión; d) la fundamentación del
caso -fáctica y jurídica- respecto de lo que es materia del recurso y de la
decisión adoptada (en lo que fuere suficiente y decisivo para dar solución al
asunto); e) la solución expresa y precisa del recurso (declarando el derecho de
las partes o anulando la resolución impugnada y ordenando al inferior jerárquico
que decida conforme a los considerandos del órgano revisor y/o que renueve los
actos procesales que correspondan); f) el pronunciamiento sobre la condena en
costas y costos; y g) la firma o firmas del Juez o Jueces que emiten la decisión
de segunda instancia.
Loutayf Ranea señala que, “tratándose de la sentencia de alzada que decide
un recurso de apelación, pueden presentarse dos situaciones: una, cuando el
tribunal de segunda instancia rechaza el recurso de apelación por considerar
infundados los agravios del recurrente; en este caso la decisión debe limitarse a
declarar tal circunstancia, quedando firme la sentencia en grado. La otra
situación se presenta en el supuesto de que el tribunal de alzada hace lugar a la
apelación (total o parcialmente); en este caso, si el acogimiento de la apelación
significa el rechazo de la demanda, la sentencia debe hacer ambas declaraciones,
es decir, hacer lugar a la apelación, y en su consecuencia, rechazar la demanda
instaurada; pero si el acogimiento de la apelación implica también el
acogimiento de la demanda, el tribunal de segunda instancia debe dictar la
sentencia dando todas las pautas relativas a la demanda que se acoge (la
declaración sobre el derecho que se reconoce, o la condena que se establece, el
monto, plazo para su cumplimiento, etc.); si el acogimiento de la apelación
significa solamente la modificación de algunos de los puntos de la sentencia en
grado, debe indicar en qué sentido se modifica la sentencia de primera
instancia...” (LOUTAYF RANEA, 1989, Tomo 2: 293-294).
El órgano judicial revisor (unipersonal o colegiado) al resolver no puede
modificar la resolución impugnada en perjuicio del apelante, salvo que la otra
parte también haya apelado o se haya adherido o sea un menor de edad. Sin
embargo, puede integrar la resolución apelada en la parte decisoria, si la
fundamentación aparece en la parte considerativa (art. 370 -primer párrafo- del
C.P.C.).

816
MEDIOS IMPUGNATORIOS: RECURSO DE APELACION

Si la apelación fuese de un auto, la decisión de segunda instancia estará


referida sólo a él y a su tramitación, de conformidad con lo dispuesto en el
último párrafo del artículo 370 del Código Procesal Civil.
Hacemos notar que la nulidad o revocación de una resolución apelada sin
efecto suspensivo, determina la ineficacia de todo lo actuado sobre la base de su
vigencia, debiendo el Juez de la demanda precisar las actuaciones que quedan
sin efecto, atendiendo a lo resuelto por el superior (art. 380 del C.P.C.).
Acerca de la decisión de segunda instancia, es necesario tener en cuenta,
además, lo prescrito por la Ley Orgánica del Poder Judicial en los artículos 133
al 149.

10.4.2.1 Actos contra la sentencia expedida en segunda instancia


Contra las sentencias de segunda instancia sólo proceden el pedido de
aclaración o corrección y el recurso de casación, siempre que se cumplan los
requisitos de forma y fondo para su admisión. Ello de acuerdo a lo previsto en el
artículo 378 del Código Procesal Civil.

10.4.2.2 Cumplimiento de la sentencia de segunda instancia


Consentida la sentencia de segunda instancia que contiene un mandato y,
devuelto el expediente al Juez de la demanda, la sentencia adquiere la calidad de
título de ejecución judicial, procediéndose conforme a lo regulado en el
Capítulo V (“Ejecución forzada”) del Título V (“Proceso único de ejecución”)
de la Sección Quinta (“Procesos contenciosos”) del Código Procesal Civil. Así
lo determina el artículo 379 del mencionado cuerpo de leyes.

10.4.2.3 Fijación de costas y costos en segunda instancia


En principio, las costas están constituidas por las tasas judiciales, los
honorarios de los órganos de auxilio judicial y los demás gastos judiciales
realizados en el proceso (art. 410 del C.P.C.).
Son costos del proceso el honorario del Abogado de la parte vencedora,
más un cinco por ciento destinado al Colegio de Abogados del Distrito Judicial
respectivo para su Fondo Mutual y para cubrir los honorarios de los Abogados
en los casos de Auxilio Judicial (art. 411 del C.P.C.).
Ahora bien, cuando la sentencia de segunda instancia confirma
íntegramente la de primera, se condenará al apelante con las costas y costos. En
los demás casos, se fijará la condena en atención a los términos de la revocatoria

817
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

y la conducta de las partes en la segunda instancia. Ello conforme a lo


preceptuado por el artículo 381 del Código Procesal Civil.

11. ELEVACION EN CONSULTA POR FALTA DE APELACION

11.1 Concepto de consulta


La consulta es un instrumento procesal de control de resoluciones judiciales
por el cual la instancia superior conoce en ciertos casos expresamente
contemplados en la ley lo resuelto por el inferior jerárquico, que no ha sido
objeto de impugnación por parte de los justiciables o sus representantes. Para tal
efecto son elevados los autos de oficio por el Juez a quo.
La consulta constituye un trámite obligatorio en los supuestos que
determina el ordenamiento jurídico y está dirigida a desterrar la posibilidad del
error judicial, que resultaría significativa si la cuestión litigiosa se debatiera en
una sola instancia. Opera en situaciones sumamente relevantes (como cuando se
aplican normas de rango constitucional) o en procesos en los que puede
producirse indefensión u otra situación grave para los intereses de alguna de las
partes.
Para Loutayf Ranea, “... la ‘consulta’ es una institución sui generis, es
decir, que tiene entidad propia; a través de ella se impone el deber al juez a quo
de elevar el expediente al tribunal ad quem, y a éste de efectuar un control de la
sentencia dictada en la instancia anterior, en los supuestos específicamente
señalados por la ley” (LOUTAYF RANEA, 1989, Tomo 2: 401-402).
Según Devis Echandía, “tiene lugar la consulta de la sentencia cuando el
legislador dispone que sea necesaria y oficiosamente revisada por el superior,
sin lo cual no se ejecutoría...” (DEVIS ECHANDIA, 1985, Tomo II: 641).
Peyrano refiere que “... la ‘consulta’ la formula un tribunal a su alzada
respectiva con el objeto de que ésta revise lo resuelto por el a quo, medie o no,
concomitantemente, un recurso de apelación interpuesto por parte interesada. Es
decir que emitido un cierto tipo de pronunciamiento, el tribunal emisor debe
elevar -por voluntad de la ley y no de las partes- lo actuado al superior para que
éste decida -en definitiva- sobre el mantenimiento o modificación de lo resuelto
por el inferior. Ahora bien, ¿qué tipo de pronunciamientos justifica tal flagrante
apartamiento de los principios comunes en materia de apertura de la instancia de
alzada (que habitualmente, se abre única y exclusivamente mediante la
deducción de los recursos de apelación y nulidad)? Pues tales pronunciamientos
son aquellos en los cuales no obstante haberse respetado formalmente la

818
MEDIOS IMPUGNATORIOS: RECURSO DE APELACION

garantía del ‘debido proceso’, de todos modos se corre el riesgo de que en la


realidad de los hechos resulte menoscabado el principio de marras...”
(PEYRANO; citado por LOUTAYF RANEA, 1989, Tomo 2: 402-403).
La consulta se encuentra regulada en el Título XIV de la Sección Tercera
(“Actividad procesal”) del Código Procesal Civil, en los arts. 408 y 409.
La Corte Suprema de Justicia de la República, en relación a la consulta, ha
establecido lo siguiente:
- “... La consulta es un medio impugnatorio cuya procedencia está
específicamente prevista en la ley y se aplica en aquellos casos en los que
esté de por medio el orden público o las buenas costumbres, así como la
propia eficacia del sistema jurídico en los casos en que el Juzgador ejerce
las funciones de contralor de la constitucionalidad de las leyes. (...) Que por
tal razón, la consulta es de uso restrictivo, obligatorio y se promueve de
oficio” (Casación Nro. 230-96 / La Libertad, publicada en el Diario Oficial
El Peruano el 12-05-1998, pág. 1008).
- “... La consulta es un mecanismo legal obligatorio destinado a la revisión
de oficio de determinadas resoluciones judiciales cuya finalidad es la de
aprobar y desaprobar el contenido de ellas previniendo el cometer
irregularidades, malas prácticas legales o erróneas interpretaciones
jurídicas, toda vez que la finalidad abstracta del proceso es la de lograr la
paz social en justicia...” (Casación Nro. 2279-99 / Callao, publicada en el
Diario Oficial El Peruano el 17-09-2000, pág. 6299).
- “... El Artículo trescientos sesenticuatro del Código Procesal Civil,
establece que el recurso de apelación tiene por objeto que el órgano
jurisdiccional superior examine, a solicitud de parte o de tercero legitimado
la resolución que le produzca agravio, con el propósito de que sea anulada o
revocada, total o parcialmente. (...) Que, la situación de la consulta es
diferente, porque se eleva el expediente para que la sentencia de primera
instancia sea aprobada o desaprobada” (Casación Nro. 3154-98 / La
Libertad, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 21-09-1999, págs.
3567-3568).

- “... La consulta de una resolución procede cuando el legislador dispone, en


atención a determinados supuestos, que ella sea necesaria y oficiosamente
revisada por el Superior, sin lo cual no se ejecutaría...” (Casación Nro.

819
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

1167-2000 / Huánuco, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 02-01-


2001, pág. 6691).
- “... Representa (la consulta) el último acto procesal de aquellos procesos
que por mandato de la ley deben ser susceptibles de revisión ante el
Colegiado...” (Casación Nro. 2279-99 / Callao, publicada en el Diario
Oficial El Peruano el 17-09-2000, pág. 6299).
- “... La consulta implica la revisión del fallo, la cual no se limita al aspecto
procesal y [...] procede de oficio en los casos que la ley lo establece...”
(Casación Nro. 1405-2002 / Lima, publicada en el Diario Oficial El
Peruano el 31-01-2003, pág. 9929).
- “... Si bien la elevación en consulta debe generar en principio la aprobación
o desaprobación de la resolución consultada, no existe ningún impedimento
para que se sancione una nulidad cuando exista un vicio o defecto que la
sustente de acuerdo al artículo 171 del Código Procesal Civil, resultando
distinto el hecho de que el vicio en que se sustente la resolución de vista no
se configure o carezca de apoyo legal, siendo importante considerar al
respecto el principio de trascendencia...” (Casación Nro. 249-2006 / Cañete,
publicada en el Diario Oficial El Peruano el 31-08-2007, págs. 20112-
20113).
- “... Los autos deben elevarse en consulta al Superior (de no apelarse la
sentencia que declara el divorcio), tal como la norma antes acotada (art. 359
del C.C.) indica, debiéndose advertir que esta consulta responde al
acatamiento de una norma de carácter imperativo que no persigue la
absolución del grado porque no hay grado que absolver sino simplemente
su examen o conformidad con lo resuelto por el Juez inferior” (Casación
Nro. 230-96 / La Libertad, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 12-
05-1998, pág. 1008).
- “... El Artículo trescientos cincuentinueve del Código Civil dispone que si
no se apela de la sentencia que declara el divorcio será consultada. (...) Que,
esa es la situación del proceso, porque al no ser apelada la sentencia que
declaró fundada la demanda de divorcio se elevó en consulta al superior.
(...) Que, a pesar de ello la Sala Civil que conoció la consulta,
desnaturalizando el proceso consideró que se trataba de una apelación y
resolvió como tal, revocó la apelada y reformándola declaró infundada la
demanda” (Casación Nro. 3154-98 / La Libertad, publicada en el Diario
Oficial El Peruano el 21-09-1999, págs. 3567-3568.).

820
MEDIOS IMPUGNATORIOS: RECURSO DE APELACION

- “... De la revisión de lo actuado se advierte que mediante resolución [...] se


ordena que se eleve en consulta la sentencia de primera instancia a la Sala
Especializada de Familia de la Corte Superior de Justicia [...] quien [sic]
sólo debió aprobar o desaprobar dicha sentencia en razón de apreciarse o no
alguna infracción legal procesal o sustantiva, en tanto que, la consulta tiene
como fundamento la protección del matrimonio y la familia, por ende, no se
requiere del interés privado sino del interés social; sin embargo la Sala de
Familia declaró nula la aludida sentencia de primera instancia como si
hubiese sido elevado [sic -léase elevada-] en grado de apelación en el cual
sí se puede pronunciar sobre los extremos de la sentencia, confirmándola,
revocándola y hasta anularla de conformidad con el artículo 364 del Código
Procesal Civil [...]; incurriéndose de esta forma en [...] contravención de las
normas que garantizan el derecho a un debido proceso...” (Casación Nro.
1637-2004 / Lima, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 04-07-2006,
págs. 16524-16525).
- “... El artículo cuatrocientos ocho del Código Procesal Civil establece
expresamente cuales [sic -léase cuáles-] son las resoluciones de primera
instancia contra las que procede la consulta en el caso de no ser apeladas,
entre las cuales no se encuentra la sentencia [...] que declaró fundada una
demanda de reconocimiento de derechos. [...] Que, debido a ello, la
resolución [...] ha infringido lo dispuesto por la norma acotada al ordenar se
eleve en consulta la sentencia aludida...” (Casación Nro. 1167-2000 /
Huánuco, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 02-01-2001, pág.
6691).
- “... Los Magistrados Superiores que conocieron de la causa en consulta han
estimado que es necesario solicitar un informe al Registro Nacional de
Identificación y Estado Civil (RENIEC) para verificar el domicilio de los
demandados, esto a fin de no vulnerar su derecho de defensa, lo que
constituye un criterio válido dentro de su independencia como Juzgadores
encargados de la dirección del proceso conforme a los artículos 50 inciso 2
y 51 inciso 2 del Código Procesal Civil, concordado con el artículo 16 del
Texto Unico Ordenado de la Ley Orgánica del Poder Judicial, según el cual
los magistrados son independientes en su actuación jurisdiccional dentro de
su competencia. [...] Que, en tal sentido la resolución de vista en dicho
extremo no padece de vicio alguno que la anule...” (Casación Nro. 249-
2006 / Cañete, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 3108-2007,
págs. 20112-20113).

821
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

11.2 Procedencia
El artículo 408 del Código Procesal Civil norma la procedencia de la
consulta en estos términos:

“La consulta sólo procede contra las siguientes resoluciones de primera


instancia que no son apeladas:
1. La que declara la interdicción y el nombramiento de tutor o
curador;
2. La decisión final recaída en proceso donde la parte perdedora
estuvo representada por un curador procesal;
3. Aquella en la que el Juez prefiere la norma constitucional a una
legal ordinaria; y
4. Las demás que la ley señala.
También procede la consulta contra la resolución de segunda instancia
no recurrida en casación en la que se prefiere la norma constitucional.
En este caso es competente la Sala Constitucional y Social de la Corte
Suprema”.
11.3 Trámite
El trámite de la consulta se halla previsto en el artículo 409 del Código
Procesal Civil, el cual preceptúa que:

“Cuando proceda la consulta, el expediente es elevado de oficio.


El Auxiliar jurisdiccional enviará el expediente al superior dentro de cinco
días, bajo responsabilidad.
La resolución definitiva se expedirá dentro de los cinco días siguientes a la
vista de la causa. No procede el pedido de informe oral.

Durante la tramitación de la consulta, los efectos de la resolución


quedan suspendidos”.

12. JURISPRUDENCIA CASATORIA RELACIONADA CON EL


RECURSO DE APELACION
En los subpuntos que siguen procederemos a citar la jurisprudencia
casatoria relacionada con el recurso de apelación.

822
MEDIOS IMPUGNATORIOS: RECURSO DE APELACION

12.1 Jurisprudencia casatoria relacionada con los casos en que el


recurso de apelación contiene intrínsecamente el de nulidad
La Corte Suprema de Justicia de la República, en relación a los casos en
que el recurso de apelación contiene intrínsecamente el de nulidad (vale decir,
cuando los vicios están referidos a la formalidad de la resolución impugnada),
ha establecido lo siguiente:
- “... Con arreglo a lo prescrito en el artículo ciento setentiséis del
Código Procesal Civil, cuando se haya sentenciado el proceso en
primera instancia, el pedido de nulidad [...] sólo puede ser alegado
expresamente con el escrito sustentatorio del recurso de apelación, que
es la vía correcta para impugnar sentencias; [...] al no haberse actuado
así, se ha vulnerado también el principio de preclusión...” (Casación
Nro. 1999-2000 / Piura, publicada en el Diario Oficial El Peruano el
30-01-2001, págs. 6813-6814).
- “... Dicha articulación [nulidad de actuados] recién fue planteada por la
recurrente mediante escrito [...] cuando el Juez ya había perdido
competencia al haber concedido el recurso de apelación, y cuando ya
había transcurrido el plazo previsto por el artículo quinientos
cincuentiséis del Código Adjetivo [C.P.C.], razón por la que carece de
base real sostener
que la recurrente planteó válidamente la nulidad de actuados, en ese
sentido no cabría admitir su tramitación ni pronunciamiento al
respecto...” (Casación Nro. 404-01 / Junín, publicada en el Diario
Oficial El Peruano el 31-07-2001, págs. 7477-7478).
- “... El artículo ciento setentiséis del Código Procesal Civil, dispone en
su segundo párrafo, que las nulidades por vicios ocurridos en segunda
instancia, serán formuladas en la primera oportunidad que tuviera el
interesado para hacerlo, debiendo la Sala resolverlas de plano u oyendo
a la otra parte; es decir, que la Sala no tiene la obligación de correr
traslado a la otra parte de la nulidad deducida, puesto que puede,
incluso, resolver la nulidad de plano, ello sin oír a la otra parte; [...]
siendo esto así, al haber resuelto la Sala Civil [...] la nulidad deducida
[...] respecto de la Resolución de Vista [...], que anula la Sentencia de
Primera Instancia por vicios procesales, sin correr traslado al
demandante, no se han contravenido las normas que garantizan el
derecho a un debido proceso...” (Casación Nro. 2984-01 / Tacna,

823
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

publicada en el Diario Oficial El Peruano el 02-05-2002, págs. 8752-


8753).

12.2 Jurisprudencia casatoria relacionada con el objeto de


apelación
La Corte Suprema de Justicia de la República, en relación al objeto de
apelación, ha establecido lo siguiente:
- “... Se discute [...] si la apelación es un proceso distinto al de primera
instancia (tesis renovadora) o si, por el contrario, se trata del mismo
proceso dividido en distintos grados (tesis revisora). La tesis
renovadora confiere mayor amplitud a la apelación, admitiendo
pruebas y el ejercicio de distintas pretensiones en la segunda instancia;
mientras que la tesis revisora limita estas posibilidades partiendo de la
idea que en la alzada no se debe modificar la sustancia que sirvió de
base para la decisión primera, ni resolver en perjuicio del apelante.
Nuestro sistema jurídico sigue la tesis revisora, como así resulta de lo
dispuesto en el artículo 370 del Código Procesal Civil...” (Casación
Nro. 2781-2005 / Lima, publicada en el Diario Oficial El Peruano el
03-10-2006, págs. 17190-17191).
- “... [El recurso de apelación] importa una revisión de todo el material
de hecho como de las cuestiones de derecho contenidas en la sentencia
de primera instancia...” (Casación Nro. 558-01 / Apurímac, publicada
en el Diario Oficial El Peruano el 01-07-2002, pág. 8909).
- “... A diferencia del recurso de apelación, que provoca un nuevo
examen del caso por parte del A Quem, tanto del aspecto fáctico como
del aspecto jurídico, el de casación únicamente admite la posibilidad de
llevar a cabo una revisión jurídica de la sentencia de mérito,
limitándose a la revisión del juicio de derecho contenido en ella, lo
cual determina que las conclusiones a que el tribunal de mérito han
llegado [sic -léase ha llegado-] sobre las cuestiones de hecho y la
valoración de los medios probatorios, no pueden ser alteradas mediante
este recurso...” (Casación Nro. 32802000 / Lima, publicada en el
Diario Oficial El Peruano el 30-04-2001, pág. 7229).

12.3 Jurisprudencia casatoria relacionada con las resoluciones


contra las que no procede la apelación por ser inimpugnables

824
MEDIOS IMPUGNATORIOS: RECURSO DE APELACION

La Corte Suprema de Justicia de la República, en relación a las resoluciones


contra las que no procede la apelación por ser inimpugnables, ha establecido lo
siguiente:
- “... La resolución que incorpora a un tercero en la relación
procesal no es impugnable, salvo que se deniegue su
apersonamiento según lo dispone el artículo ciento uno
segundo párrafo [del] Código Procesal Civil...” (Casación
Nro. 2488-03 / Lima, publicada en el Diario Oficial El
Peruano el 30-04-2004, págs. 11863-11864).
- “... El otorgamiento de auxilio judicial resulta ser una
facultad discrecional atribuida al Juez, la cual no resulta ser
impugnable, menos aún en sede de casación...” (Casación
Nro. 1917-2004 / Cajamarca, publicada en el Diario Oficial
El Peruano el 30-03-2005, pág. 13798).
- “... La inspección judicial con peritos fue ordenada de
oficio [...], lo que no es impugnable...” (Casación Nro.
2784-00 / Lima, publicada en el Diario Oficial El Peruano
el 01-03-2001, pág. 7026).
- “... Con respecto a la falta de notificación a la recurrente de
la resolución [...] en que el A Quo ordena al Banco
ejecutante presentar el contrato de cuenta corriente, que
obra en autos [...], dicha omisión no es merecedora de
sanción con nulidad, toda vez que no se configura el
perjuicio a que [...] hace referencia el artículo ciento
setenticuatro del Código Procesal Civil, ya que, de acuerdo
al artículo ciento noventicuatro del mencionado Cuerpo de
Leyes, la decisión del Juez que ordena la actuación de una
prueba de oficio es inimpugnable; es decir las partes se
encuentran impedidas de impugnar dicha resolución así
como la prueba de oficio cuya actuación es ordenada por el
Juez...” (Casación Nro. 3270-2000 / Lima, publicada en el
Diario Oficial El Peruano el 31-07-2001, pág. 7441).
- “... Si bien es cierto, el Código Procesal Civil no lo dispone
expresamente, la doctrina se ha encargado de establecer
[...] que el auto admisorio [de la demanda] no resulta
apelable. [...] Que, dicha falta de regulación por parte de la

825
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

citada norma adjetiva no impide establecer que este auto es


inimpugnable y en todo caso vigente...” (Casación Nro.
1561-98 / Lima, publicada en el Diario Oficial El Peruano
el 30-04-2001, págs. 7143-7144).
- “... Dicho auto [admisorio de la demanda] es inimpugnable
por las siguientes razones: a) el emplazamiento válido ya
produjo los efectos que establece el artículo cuatrocientos
treintiocho del Código Procesal Civil; b) la parte
demandada puede utilizar contra la demanda admitida por
el juzgado las defensas previas o excepciones [...]; y c) de
admitirse el recurso de apelación, como ha ocurrido en este
caso, resulta que el juzgador de Primera Instancia no se ha
pronunciado por la improcedencia de la demanda, sino que
la ha calificado positivamente, por lo que solo existiría
como única instancia la resolución de vista y como la Corte
Suprema no es una tercera instancia, no se produciría la
pluralidad de instancia que garantiza el inciso sexto del
artículo ciento treintinueve de la Carta Magna, máxime si
el artículo cuatrocientos veintisiete del Código Adjetivo
[C.P.C.] establece la doble instancia para la improcedencia
de la demanda...” (Casación Nro. 3248-02 / Lambayeque,
publicada en el Diario Oficial El Peruano el 30-05-2003,
pág. 10584).
- “... Nuestro ordenamiento procesal civil contiene una
excepción a la situación procesal de que el auto admisorio
de la instancia [demanda] es inapelable y es la contemplada
en el artículo seiscientos noventisiete del Código Procesal
Civil, que dispone que el mandato ejecutivo es apelable sin
efecto suspensivo, lo que importa que únicamente dicho
auto admisorio [de la demanda] es apelable...” (Casación
Nro. 3248-02 / Lambayeque, publicada en el Diario Oficial
El Peruano el 30-05-2003, pág. 10584).
- “... Al no ser susceptible de recurso de apelación el auto
admisorio [de la demanda], la Sala Superior ha cometido
error in procedendo [al pronunciarse sobre el recurso de
apelación interpuesto contra el auto admisorio de la
demanda]...” (Casación Nro. 1561-98 / Lima, publicada en

826
MEDIOS IMPUGNATORIOS: RECURSO DE APELACION

el Diario Oficial El Peruano el 30-04-2001, págs. 7143-


7144).
- “... Sustenta su recurso [de casación] en la afirmación que
hace el recurrente en el sentido de que en la sentencia de
vista no se ha resuelto la apelación concedida [...] sin
efecto suspensivo y con el carácter de diferido [sic -léase
diferida-], si bien dicho recurso ha debido ser objeto de
pronunciamiento en la sentencia de vista, empero, dicho
concesorio, por su naturaleza, no ha debido concederse, en
atención a que no es admisible la apelación contra el auto
admisorio de la instancia [demanda], por lo que carece de
trascendencia en este proceso. Declarar procedente el
recurso [de casación] por esta motivación sería atentatorio
contra el principio de celeridad procesal. Razones por las
cuales el recurso [de casación] debe desestimarse...”
(Casación Nro. 3649-2000 / San Román, publicada en el
Diario Oficial El Peruano el 31-07-2001, pág. 7559).

12.4 Jurisprudencia casatoria relacionada con el plazo para


interponer el recurso de apelación
La Corte Suprema de Justicia de la República, en relación al plazo para
interponer el recurso de apelación, ha establecido lo siguiente:
- “... Cuando el recurrente conoció por los edictos que se había expedido
sentencia y dentro del tercer día solicitó se le notifique el texto íntegro
de la sentencia, el Juzgado accedió a dicha petición y notificó la
sentencia completa [...]; al haber interpuesto el recurso de apelación
[...] dentro del término que establece el artículo seiscientos noventiuno
del Código Adjetivo [C.P.C.], lo ha hecho en tiempo hábil, porque el
término debe contarse desde el día en que el Juzgado notificó por
cédula el texto íntegro de la sentencia...” (Casación Nro. 426-2001 /
Piura, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 01-10-2001, pág.
7731-7732).
- “... Es principio y regla procesal que todos los vicios acontecidos
dentro de una audiencia se impugnan en ella, por los que asistieron o
dentro del plazo de Ley de haber sido notificado [sic -léase
notificados-] del contenido de la misma, para los sujetos que no

827
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

estuvieron presentes...” (Casación Nro. 346-2005 / Moquegua,


publicada en el Diario Oficial El Peruano el 31-08-2005, pág. 14560).
- “... Si bien la recurrente interpuso recurso de apelación contra el auto
que desestimó las excepciones en el acto de Audiencia Unica no corre
en autos el respectivo concesorio del citado medio impugnatorio, y ello
es así por cuanto el Juez condiciono [sic -léase condicionó-] a la
impugnante a que cumpla previamente con los demás requisitos del
recurso, y al no haber satisfecho los mismos, mal puede alegar la
omisión que denuncia [omisión de pronunciamiento sobre el recurso de
apelación interpuesto en la audiencia única], lo que revela la infracción
del deber de veracidad con el que debe actuar...” (Casación Nro. 3728-
00 / Lima, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 30-04-2001,
págs. 7264-7265).
- “... No se advierte la afectación al derecho de defensa de los
recurrentes, toda vez que las tachas formuladas por la demandante
respecto de los medios probatorios ofrecidos en la contestación han
sido declaradas fundadas en audiencia [única] [...], la que se encuentra
firme al no haber sido apelada por los recurrentes, debiéndose acotar
que es en la audiencia mencionada donde los recurrentes debieron
ejercer su derecho de impugnación respecto a la aludida resolución, a
tenor del segundo párrafo de artículo quinientos cincuentiséis del
Código Procesal Civil...” (Casación Nro. 2138-2001 / Huaura,
publicada en el Diario Oficial El Peruano el 05-11-2001, págs. 7890-
7891).

12.5 Jurisprudencia casatoria relacionada con el requisito del pago


de la tasa judicial por concepto de apelación
La Corte Suprema de Justicia de la República, en relación al requisito del
pago de tasa judicial por concepto de apelación, ha establecido lo siguiente:
- “... El pago de la tasa judicial es un requisito formal de
inexorable cumplimiento para viabilizar el recurso de
apelación de sentencias...” (Casación Nro. 3384-01 / Lima,
publicada en el Diario Oficial El Peruano el 02-02-2002,
pág. 8374).
- “... El recibo del pago del arancel hace referencia al acto
procesal por el cual se ha hecho el abono; [...] cuando se
trata de recurso de apelación el recibo debe contener la

828
MEDIOS IMPUGNATORIOS: RECURSO DE APELACION

precisión de que el pago se hace por dicho concepto...”


(Casación Nro. 1700-01 / Lambayeque, publicada en el
Diario Oficial El Peruano el 01-04-2002, págs. 8565-8566).
- “... No se satisface la exigencia de forma del artículo
trescientos sesentisiete del Código Procesal Civil respecto
a la apelación de una sentencia cuando no se acompaña el
recibo de la tasa respectiva, sino se acompañan tasas
expedidas por conceptos distintos a la apelación del
referido acto...” (Casación Nro. 2343-2000 / Lima,
publicada en el Diario Oficial El Peruano el 02-01-2001,
pág. 6665).
- “... No ha cumplido [la recurrente] con un requisito de
admisibilidad del recurso de apelación [consistente en
adjuntar la tasa judicial] que legitima la revisión de la
resolución por la instancia superior, por lo que no resulta
admisible la afirmación en el sentido de que la resolución
anulatoria del recurso infringe la garantía procesal de la
instancia plural...” (Casación Nro. 2900-00 / Lima,
publicada en el Diario Oficial El Peruano el 30-042001,
págs. 7221-7222).
- “... No se da por satisfecho el requisito de admisibilidad a
que se refiere el artículo trescientos sesentisiete del Código
Procesal Civil cuando no se adjunta un recibo que acredite
el pago del íntegro de la tasa respectiva por cada una de las
personas que hacen valer tal derecho...” (Casación Nro.
2311-2000 / La Libertad, publicada en el Diario Oficial El
Peruano el 02-01-2001, pág. 6663).
- “... No existe afectación al debido proceso, cuando se exige
que cada apelante individualmente pague su tasa judicial,
pues su exigencia emana de la interpretación del artículo
octavo del Título Preliminar del Código Procesal Civil [...],
concordante con el artículo trescientos sesentisiete del
precitado Código...” (Casación Nro. 1998-2000 / La
Libertad (C26050), publicada en el Diario Oficial El
Peruano el 30-04-2001, págs. 7168-7169).

829
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

- “... El número de apelantes se determina en el recurso y no


en el concesorio, y [...] el requisito de la tasa se entiende
para cada uno de los apelantes con prescindencia [de] si los
recurrentes integran una sola parte o sean litisconsortes
[...], salvo el caso de los cónyuges...” (Casación Nro.
21542000 / Lima, publicada en el Diario Oficial El
Peruano el 30-01-2001, pág. 6859).
- “... Los recurrentes cuando menos han litigado como
litisconsortes necesarios pues siendo avalistas de la
ejecutada principal [...] tienen un interés común en el
resultado de la litis [...]. Que por consiguiente, estando a
ese interés común de haber actuado como una sola parte en
este proceso, cabe admitir que estén obligados al pago de
una sola tasa judicial, interpretación que en cada caso
concreto debe hacerse conforme a la luz de los preceptos
establecidos en la Constitución Política del Estado, en el
sentido de entender los requisitos y presupuestos
procesales en el modo más favorable a la plena efectividad
del derecho a obtener una resolución sobre el fondo, en
este caso, a obtener la posibilidad de que el superior pueda
conocer de la sentencia apelada en virtud del principio de
la doble instancia...” (Casación Nro. 1211-2000 / Lima,
publicada en el Diario Oficial El Peruano el 02-01-2001,
págs. 6691-6692).
- “... Los cónyuges demandados [...] conforman una misma
parte, teniendo derecho e interés común respecto del bien
que defienden (patrimonio autónomo) y [...] actúan en
forma conjunta, representando a la sociedad conyugal, de
acuerdo a lo dispuesto en los artículos doscientos
noventidós y trescientos quince del Código Civil; [...]
asimismo, el artículo sesenticinco del Código Procesal
Civil determina que la sociedad conyugal y otros
patrimonios autónomos es representada por cualquiera de
sus partícipes si son demandantes y si son demandados la
representación recae en la totalidad de los que la
conforman; siendo así, no se puede exigir que se recaude
una tasa judicial [por concepto de apelación] por cada
cónyuge, pues el hacerlo constituiría un exceso de parte de

830
MEDIOS IMPUGNATORIOS: RECURSO DE APELACION

la administración de justicia, al exigir mayores requisitos


que los que la Ley señala...” (Casación Nro. 1835-99 /
Junín - Huancayo - Pampas, publicada en el Diario Oficial
El Peruano el 02-01-2002, pág. 8198).
- “... El monto de las tasas [por concepto de recurso de
apelación] se fija en atención a la cuantía de la pretensión
contenida en la demanda...” (Casación Nro. 2457-2000 /
Lima, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 02-01-
2001, págs. 6672-6673).
- “... Habiendo la recurrente pagado una tasa diminuta de
arancel para interponer el recurso de apelación, no ha
cumplido con el requisito formal que exige el artículo
trescientos sesentisiete del mencionado Código [C.P.C.],
por lo que no hay afectación al legítimo derecho de acción
ni a la tutela jurisdiccional efectiva...” (Casación Nro.
2796-2000 / La Libertad, publicada en el Diario Oficial El
Peruano el 01-03-2001, pág. 7027).
- “... Refiere [el recurrente] que el auto de vista se ha emitido
transgrediendo el artículo trescientos sesenticuatro del
acotado Código [C.P.C.] ya que procesalmente es posible
apelar sólo parte de la sentencia o un extremo de ella; [...]
sin embargo, la Ley Procesal no prevé el caso de pago
parcial de la tasa [por concepto de recurso de apelación] en
caso de impugnarse sólo un extremo de la sentencia
emitida...” (Casación Nro. 2733-2000 / Lima, publicada en
el Diario Oficial El Peruano el 30-01-2001, pág. 6831).
- “... Si bien en principio la cuantía de la pretensión se
determina con la demanda, mediante la suma del valor de
todas las pretensiones que ella contenga, como resulta del
artículo once del Código Adjetivo [C.P.C.], no es menos
cierto que con la desestimación de la pretensión acumulada
de Indemnización en Primera Instancia tal extremo en el
proceso dejó de ser materia de pronunciamiento al no haber
sido impugnado por el demandante, razón por la que no
resulta coherente que se exija el monto de una tasa [por
concepto de apelación] por una cuantía o monto que ya no
va a constituir materia de debate, menos aún si la fijación

831
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

de las tasas judiciales y su graduación tienen por sustento


la trascendencia económica del asunto en litigio, el que
reiteramos ya no se presenta...” (Casación Nro. 1762-
2001 / La Libertad, publicada en el Diario Oficial El
Peruano el 02-01-2002, págs. 8235-8236).
- “... La Sala de Revisión declaró nulo e insubsistente el
concesorio de apelación e inadmisible el recurso de su
propósito por considerar que los apelantes habían pagado
una tasa diminuta atendiendo a la cuantía de la pretensión
sobre pago de frutos, pese a que [...] dicha pretensión ya no
constituía punto controvertido revisable por la instancia
superior; [...] habiéndose contravenido las normas que
garantizan el derecho al debido proceso al haberse evitado
irregularmente emitir pronunciamiento sobre el fondo de la
litis...” (Casación Nro. 3010-00 / La Libertad, publicada en
el Diario Oficial El Peruano el 02-07-2001, págs. 7344-
7345).
- “... El Juez de la causa, al expedir la sentencia apelada [...],
declaró Fundada en parte la demanda interpuesta por el
recurrente sólo contra el codemandado [...] y ordeno [sic
-léase ordenó-] que éste indemnice al demandante [...]; en
ese sentido, se advierte que la pretensión económica de la
demanda quedó reducida a dicho monto, razón por la que,
al apelar, el codemandado sólo tenía la obligación de
recaudar una tasa judicial equivalente a la pretensión
reevaluada...” (Casación Nro. 167802 / Ica, publicada en el
Diario Oficial El Peruano el 31-03-2003, págs. 10310-
10311).
- “... La recurrente cumplió con acompañar el recibo de la
tasa judicial, observando el artículo trescientos sesentisiete
del Código Procesal Civil, y si ésta era diminuta, para que
pueda ser declarado Improcedente el recurso [de apelación]
y Nulo el concesorio por la Sala de Mérito, se tenía que
haberla requerido otorgándole un plazo perentorio [...] para
que cumpla con reintegrar el monto faltante, lo que no
sucedió, y siendo esto así, se han afectado sus derechos a la
tutela jurisdiccional efectiva y al debido proceso, lo que
debe ser saneado en aras de una correcta administración de

832
MEDIOS IMPUGNATORIOS: RECURSO DE APELACION

justicia...” (Casación Nro. 2174-2001 / La Libertad,


publicada en el Diario Oficial El Peruano el 01-12-2003,
pág. 11218).
- “... La presentación de la tasa judicial para la interposición
de un recurso de apelación constituye sólo un requisito de
admisibilidad del mismo, cuya omisión no puede motivar
la nulidad de lo actuado sino sólo la subsanación de la
omisión recurrida...” (Casación Nro. 2058-07 / Huánuco,
publicada en el Diario Oficial El Peruano el 02-09-2008,
págs. 22701-22702).
- “... El tercer párrafo del artículo 367 del Código adjetivo
[C.P.C.] establece que: ‘Para los fines a que se refiere el
artículo 357 -del acotado cuerpo de leyes- se ordenará que
el recurrente subsane en un plazo no mayor de cinco días,
la omisión o defecto que se pudiera advertir en el recibo de
pago de la tasa respectiva...’. Por lo tanto, se trata de una
norma de observancia obligatoria e ineludible
cumplimiento por ser una norma de orden público y una
garantía de la administración de justicia; ya que el
concesorio del recurso de apelación se encuentra
íntimamente ligado al principio constitucional del derecho
de defensa, pues en virtud de él se permite que las partes
puedan impugnar las resoluciones judiciales con arreglo a
un debido proceso. Por lo que, se contraviene el derecho a
la tutela judicial efectiva cuando se omite conceder un
plazo no mayor de cinco días, para subsanar la omisión o
defecto que se pudiera advertir en el recibo de pago de la
tasa respectiva...” (Casación Nro. 2813-2003 / Cusco,
publicada en el Diario Oficial El Peruano el 03-05-2005,
págs. 14043-14044).
- “... El A-quo al otorgar el plazo de un día a efectos de que
la impugnante cumpla con presentar la constancia del pago
del arancel judicial ha procedido con arreglo a lo que
dispone el artículo 367 párrafo tercero; y al conceder la
apelación luego de verificar el cumplimiento de dicha
omisión, ha procedido con arreglo a derecho; no
incurriendo por tanto en la causal de nulidad declarada por
la Superior Sala. [...] Que, siendo así la resolución de vista,

833
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

mediante la cual se declara nulo el auto [...], improcedente


el recurso de su propósito [apelación], y nulo el concesorio
[...], restringe el derecho a impugnar que le asiste a la
actora, vulnerándose con ello el derecho al debido proceso;
lo que acarrea nulidad insalvable que es necesario declarar,
de conformidad con lo previsto en el artículo 171 del
Código Procesal Civil, al no haberse observado como
corresponde la disposición contenida en el artículo 367 del
citado Código Adjetivo [C.P.C.], específicamente en su
párrafo tercero...” (Casación Nro. 5612005 / Camaná -
Arequipa, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 31-
01-2007, págs. 18669-18670).
- “... Al no haberse cumplido con regularizar el pago de la
tasa judicial, conforme [a] lo dispuesto por el A Quo, bajo
apercibimiento de no admitirse la apelación, no
corresponde a la Sala de mérito pronunciarse respecto de
una apelación no concedida...” (Casación Nro. 039- 2000 /
Cusco, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 30-04-
2001, pág. 7289).
- “... Por recurso [...] la recurrente planteó a la Sala Superior
la inadmisibilidad del recurso de apelación interpuesto por
el demandante, sustentado en haber pagado una tasa
diminuta [...]; [...] la Sala Superior al emitir la sentencia de
vista [...] no se ha pronunciado sobre este pedido de
inadmisibilidad del recurso de apelación, incurriendo en la
causal de nulidad contemplada en el artículo ciento
setentiuno del Código Procesal Civil, porque de accederse
a su petición, la sentencia de primera instancia quedaría
firme, lo que importa que era un aspecto procesal que
merecía pronunciamiento...” (Casación Nro. 318-2001 /
Lima, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 01-10-
2001, págs. 7730-7731).

12.6 Jurisprudencia casatoria relacionada con las personas que


pueden interponer recurso de apelación
La Corte Suprema de Justicia de la República, en relación a las personas
que pueden interponer recurso de apelación, ha establecido lo siguiente:

834
MEDIOS IMPUGNATORIOS: RECURSO DE APELACION

- “... El recurrente dejó consentir la resolución apelada; [...]


quien interpuso el recurso de apelación fue su
codemandante, y no el recurrente; [...] en el presente caso,
la parte accionante formó un litisconsorcio facultativo,
razón por la cual los efectos de la apelación sólo beneficia
a quien lo interpuso...” (Casación Nro. 3321-2001 / Madre
de Dios, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 01-
07-2002, pág. 8996).
- “... Se advierte que se trata de un típico caso en el cual
habiendo pluralidad de demandados, estos actúan en forma
conjunta; por tanto, estamos ante un supuesto de
litisconsorcio facultativo, ello quiere decir que las
actuaciones individuales de cada litisconsorte no favorecen
ni perjudican a los demás. [...] en el presente caso, la
sentencia materia del recurso [de casación] evidentemente
se ha pronunciado de manera extra petita, sobre extremos
que no han sido objeto del recurso de apelación, y aún más
sobre el derecho de sujetos procesales que no han
interpuesto el recurso de apelación en contra de la
sentencia [...], vulnerándose de este modo [...] lo previsto
en el artículo VII del Título Preliminar del Código Procesal
Civil en cuanto a la prohibición de los Jueces de fundar sus
decisiones en hechos diversos de los que han sido alegados
por las partes y de ir más allá del petitorio; por lo que [...]
el recurso extraordinario [...] debe ser amparado por esta
causal; toda vez que se ha pronunciado en forma
extrapetita otorgando el derecho a quienes no han hecho
uso del recurso de apelación...” (Casación Nro. 2477-
2003 / Chimbote - Santa, publicada en el Diario Oficial El
Peruano el 01-09-2005, págs. 14679-14680).
- “... El artículo 290 de la Ley Orgánica del Poder Judicial,
dispone que en los procesos en general el abogado, sin
necesidad de la intervención de su cliente puede presentar,
suscribir y ofrecer todo tipo de escritos, con excepción de
aquellos para los que se requiere poder especial con arreglo
a ley, precisando que no se requiere de poder especial para
interponer medios impugnatorios, en representación de su
cliente. [...] Que leída así la norma debe comprenderse que,

835
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

para que el abogado pueda interponer apelación por su


cliente debe contar con las facultades generales de
representación del artículo 74 del Código Procesal Civil
que pueden ser otorgadas extrajudicial o judicialmente
conforme a los artículos 72 y 80 del mismo cuerpo legal,
pues sólo así se encontrarán comprendidas dentro de sus
facultades la de impugnación conforme al artículo 290 de
la Ley Orgánica del Poder Judicial. [...] Que contra tal
razonamiento no incide el artículo 364 del Código Procesal
Civil, que regula el objeto de la apelación señalando que tal
medio [impugnatorio] puede ser interpuesto a solicitud de
parte o tercero legitimado, pues [...] el artículo 290 de la
Ley Orgánica del Poder Judicial tan sólo precisa que la
facultad de apelar por el abogado se comprende dentro de
las generales de representación que se otorguen conforme
al artículo 74 del Código Procesal Civil. [...] Que en el caso
sub-examine no se advierte delegación de facultades al
abogado conferidas conforme al artículo 80 del Código
Procesal Civil, ni se aprecia que extrajudicialmente se
hayan otorgado dichas facultades, de modo que el letrado
que suscribe la apelación no se encontraba facultado para
ello...” (Casación Nro. 3811-2002 / San Martín, publicada
en el Diario Oficial El Peruano el 31-08-2004, pág. 12682).
- “... Del artículo 364 del Código Formal [C.P.C.] no se
desprende que el acto de apelación sea uno de disposición
de derechos sustantivos y de acuerdo con el artículo 290 de
la Ley Orgánica del Poder Judicial, el abogado no requiere
poder especial para impugnar por su cliente...” (Casación
Nro. 2683-2003 / Sullana, publicada en el Diario Oficial El
Peruano el 28-02-2005, págs. 13694-13695).
- “... Por resolución expedida por la Sala Civil [...] se declaró
nulo el concesorio de apelación [...] e inadmisible el
recurso de su propósito [...] por considerar que el abogado
[...] no se encontraba facultado para impugnar la sentencia
expedida en primera instancia por no contar con poder
especial para interponer el respectivo recurso de apelación;
[...] el artículo setenticinco del Código Procesal Civil no
dispone que para la interposición de medios impugnatorios

836
MEDIOS IMPUGNATORIOS: RECURSO DE APELACION

se requiera del otorgamiento de facultades especiales; [...]


la Sala al haber declarado Nulo el concesorio de apelación
e inadmisible el recurso de su propósito vulneró el derecho
de defensa del recurrente al imposibilitarlo de acceder a la
instancia superior...” (Casación Nro. 2674-2000 / Ica,
publicada en el Diario Oficial El Peruano el 30-04-2001,
pág. 7208).
- “... Pese a que en efecto, en materia de representación
procesal rige el principio de literalidad del poder por el
cual las facultades especiales no se presumen sino deben
conferirse expresamente, debe considerarse que
el apoderamiento de quien tuvo a cargo la interposición del recurso de
apelación y que la Sala inferior reputa como defectuosa o insuficiente (sic)
para conseguir los efectos de la impugnación, es un fenómeno jurídico
dentro del proceso judicial orientado a perseguir la realización de un acto
procesal (impugnar la sentencia) en nombre de su representada, por
consiguiente, el defecto del acto de apoderamiento no hace ineficaz el acto
impugnativo del apoderado cuando la propia representada, en este caso, la
empresa demandada (...), ratifica el medio impugnatorio, tal como prescribe
el Artículo ciento sesentidós del Código Civil, norma aplicable al caso, por
su carácter supletorio respecto de la representación procesal regulado (sic)
por el ordenamiento procesal” (Casación Nro. 2483-99 / Amazonas,
publicada en el Diario Oficial El Peruano el 19-08-2000, págs. 6007-6008).
- “... De los actuados en segunda instancia, es decir luego de
que el A quo concede el recurso de apelación interpuesto
por la empresa demandada a través de su apoderado (...), a
quien la Sala inferior considera no tener facultades para
impugnar, otorga al letrado (...) y otro un poder para juicio
con las facultades generales y especiales de representación
judicial, entre éstas, la de interponer recurso de apelación,
lo que significa que está ratificando en forma clara y
directa su voluntad de impugnar la sentencia de primera
instancia, ratificación que de acuerdo al segundo párrafo
del Artículo ciento sesentidós del Código sustantivo tiene
efecto retroactivo” (Casación Nro. 2483-99 / Amazonas,
publicada en el Diario Oficial El Peruano el 19-08-2000,
págs. 6007-6008).

837
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

- “... La representación procesal es un acto procesal que tiene


una forma, y como tal, para el caso concreto, la forma
requerida para que la impugnación del representante se
repute eficaz es que en el poder se precise que está
facultado también a apelar, sin embargo, dicha forma no
constituye un fin en sí mismo sino se explica en la medida
en que el acto procesal alcance su finalidad, siendo así, con
el acto de ratificación de la emplazada de su voluntad de
apelar de la sentencia a través de un apoderado con poder
insuficiente se ha alcanzado el fin querido...” (Casación
Nro. 2483-99 / Amazonas, publicada en el Diario Oficial
El Peruano el 19-082000, págs. 6007-6008).
- “... Si el Abogado que autorizó el recurso de apelación no
estuvo habilitado para el patrocinio judicial por falta de
pago de cuotas gremiales, ello no es razón suficiente para
anular el acto procesal y los efectos que de él hayan
derivado aún cuando el vicio resulta manifiestamente
reprochable por la conducta del letrado, resulta de mayor
interés considerar que la parte procesal o patrocinado (sea
actor o demandado) no se vea perjudicada en su derecho a
la doble instancia por la irregularidad administrativa
anotada, pues, el objeto o fin del medio impugnatorio
referido es que el juez (Colegiado) superior revise el fallo
apelado, pues pese a que el recurso es defectuoso al estar
autorizado por el letrado inhabilitado, ha cumplido con
satisfacer la vigencia o tutela del derecho a impugnar las
resoluciones judiciales consagrado en la Constitución
Política del Estado como principio del debido proceso...”
(Casación Nro. 1332-2003 / Ucayali, publicada en el Diario
Oficial El Peruano el 31-03-2004, págs. 11751-11752).
- “... Si bien es cierto los terceros legitimados pueden
interponer medios impugnatorios, ellos también deben
satisfacer los requisitos de admisibilidad y procedencia de
los mismos...” (Casación Nro. 3388-2000 / Piura, publicada
en el Diario Oficial El Peruano el 30-04-2001, pág. 7232).
- “... El segundo párrafo del artículo 11 del Texto Unico
Ordenado de la Ley Orgánica del Poder Judicial dispone
que la interposición de un medio de impugnación

838
MEDIOS IMPUGNATORIOS: RECURSO DE APELACION

constituye un acto voluntario del justiciable, de lo que se


desprende que para que el tercero coadyuvante pueda
impugnar válidamente una resolución, que a su criterio le
causa agravio, ésta previamente debe ser recurrida por la
parte a quien coadyuva y, no habiéndose verificado dicha
condición, la recurrente no se encuentra legitimada para
recurrir vía casación de la sentencia de vista...” (Casación
Nro. 1729-2003 / Arequipa, publicada en el Diario Oficial
El Peruano el 30-06-2004, pág. 12259).

12.7 Jurisprudencia casatoria relacionada con la fundamentación


del recurso de apelación
La Corte Suprema de Justicia de la República, en relación a la
fundamentación del recurso de apelación, ha establecido lo siguiente:
- “... Es principio de la Teoría General de los Recursos
consagrado en el artículo 358 del cuerpo legal aludido
[C.P.C.], la declaración de improcedencia de los medios
impugnatorios que no estén fundamentados a la luz de la
ley, de la doctrina y de la jurisprudencia...” (Casación Nro.
945-2002 / Chincha, publicada en el Diario Oficial El
Peruano el 31-10-2002, pág. 9432).
- “... Si bien es cierto el artículo 366 del Código Procesal
Civil [...] impone al apelante la carga de fundamentar su
apelación, indicando el error de hecho o de derecho en que
incurre la impugnada, precisando la naturaleza
del agravio y sustentando su pretensión impugnatoria, esta obligación no
puede interpretarse estrictamente, de tal manera que implique una privación
al derecho a la tutela jurisdiccional efectiva y al de la instancia plural. [...]
Es del caso precisar [...] que la exigencia contenida en el citado artículo 366
del Código Procesal Civil [...] no puede ser asimilada a la contenida en el
artículo 388 de dicha norma procesal [sobre los requisitos de procedencia
del recurso de casación], en la que expresamente se le impone al recurrente
la obligación de encausar su pretensión impugnatoria dentro de ciertos
parámetros predeterminados [...] fijadas [entiéndase fijados] taxativamente
en el artículo 386 del mismo Código [sobre las causales de casación]...”
(Casación Nro. 2541-2007 / Ayacucho, publicada en el Diario Oficial El
Peruano el 02-09-2008, pág. 22778).

839
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

- “... Los agravios para ser considerados como tales, deben


ser formulados indicando el error de hecho o de derecho,
precisando su naturaleza y sustentando la pretensión
impugnatoria...” (Casación Nro. 3780-2006 / Junín,
publicada en el Diario Oficial El Peruano el 01-12-2008,
págs. 23322-23323).
- “... La exigencia de la fundamentación del recurso de
apelación obedece a que ello determina el thema
decidentum [sic], la materia que el impugnante desea que
el Ad Quem revise y resuelva, estableciendo así la
competencia de la función jurisdiccional del Juez Superior;
de allí que es necesario que el impugnante indique el error
de hecho o de derecho incurrido en la resolución
impugnada que le producen agravio; estableciendo en ese
sentido el artículo trescientos sesenticuatro del Código
Adjetivo [C.P.C.], que el recurso de apelación tiene por
objeto que el órgano jurisdiccional superior examine, a
solicitud de parte o de tercero legitimado, la resolución que
les produce agravio, con el propósito de que sea anulada o
revocada, total o parcialmente; [...] ante el incumplimiento
de dicha fundamentación, que comporta la incertidumbre
jurídica de conocer cabalmente cuál es la competencia del
Juez Superior, el Código Procesal Civil ha regulado en su
artículo trescientos sesentisiete una sanción que consiste en
la improcedencia del recurso interpuesto, a ser declarada ya
por el Juez de la causa o por el Superior, siendo que en éste
[sic -léase este-] último caso debe declararse también la
nulidad del concesorio del recurso; sanción que en modo
alguno comporta la violación del principio constitucional
[...] [de] pluralidad de instancias [...], sino que por el
contrario, garantiza el debido ejercicio del mismo, que es
por igual para ambas partes y no sólo del impugnante...”
(Casación Nro. 2420-2003 / Arequipa, publicada en el
Diario Oficial El Peruano el 31-01-2005, pág. 13436).
- “... El artículo trescientos sesentiséis del Código Procesal
Civil, cuando establece que quien interpone la apelación
debe fundamentar el agravio, no señala que tal
fundamentación debe referirse exclusivamente a hechos

840
MEDIOS IMPUGNATORIOS: RECURSO DE APELACION

descritos y pruebas merituadas en la sentencia recurrida; tal


interpretación efectuada en la sentencia recurrida
[resolución de vista] introduce requisitos no previstos
expresamente en la norma y limita el derecho de defensa de
la parte agraviada; por ende, resulta contraria a las normas
que garantizan el derecho al debido proceso. [...] la simple
interpretación de la norma no puede amparar la
arbitrariedad del Juzgador, más aún cuando prohíbe o
limita el acceso a la justicia, pues es contraria a los fines
del proceso...” (Casación Nro. 659-99 / Santa, publicada en
el Diario Oficial El Peruano el 01-04-2002, pág. 8654).

12.8 Jurisprudencia casatoria relacionada con la concesión del


recurso de apelación
La Corte Suprema de Justicia de la República, en relación a la concesión
del recurso de apelación, ha establecido lo siguiente: “... El retardo en el
concesorio de la apelación [...] no origina [la] nulidad de actuados, sino en todo
caso proceso administrativo...” (Casación Nro. 2666-2002 / Huaura, publicada
en el Diario Oficial El Peruano el 02-01-2003, págs. 9757-9758).

12.9 Jurisprudencia casatoria relacionada con la declaración de


nulidad del concesorio de la apelación por el órgano judicial
revisor
La Corte Suprema de Justicia de la República, en relación a la declaración
de nulidad del concesorio de la apelación por el órgano judicial revisor, ha
establecido lo siguiente:
- “... La facultad de las instancias que tramitan los medios
impugnatorios, para evaluar las condiciones de
admisibilidad y procedencia que estos deben reunir, es
propia del procedimiento y su ejercicio no constituye
infracción alguna a la Ley Adjetiva...” (Casación Nro.
3163-2000 / Lima, publicada en el Diario Oficial El
Peruano el 31-08-2001, pág. 7695).
- “... El Superior también puede declarar inadmisible o
improcedente la apelación, si advierte que no se han
cumplido los requisitos para su concesión, en este último
caso, declarará nulo el concesorio. [...] Que, en

841
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

consecuencia, la facultad de las instancias que tramitan los


medios impugnatorios, para evaluar las condiciones de
admisibilidad y procedencia que estos deben reunir, es
propia del procedimiento y su ejercicio no constituye
infracción alguna a la Ley Procesal...” (Casación Nro.
3573-2000 / La Libertad, publicada en el Diario Oficial El
Peruano el 31-07-2001, pág. 7595).
- “... No se contravienen las normas que garantizan el
derecho a un debido proceso cuando se declara nulo el
concesorio e inadmisible un recurso de apelación por no
haberse dado cumplimiento a la exigencia de forma del
artículo trescientos sesentisiete del Código Procesal
Civil...” (Casación Nro. 2457-2000 / Lima, publicada en el
Diario Oficial El Peruano el 0201-2001, págs. 6672-6673).
- “... El Juez de la causa concedió el recurso de apelación
[...] y el expediente fue elevado ante la [...] Sala Civil [...],
la que, mediante resolución [...] declaró nulo el concesorio
de la apelación e improcedente el citado recurso,
considerando que dicho medio impugnatorio no tiene la
firma del apelante ni la autorización de abogado [...]. [...]
Que, el Colegiado de mérito procedió a declarar
improcedente el recurso de apelación sin tener en cuenta
que las referidas omisiones son subsanables conforme a lo
preceptuado en el artículo 367 del Código Procesal Civil
[...], no habiendo concedido el plazo previsto en la norma
citada para efectos de que se subsanen las referidas
omisiones, ni tenido en cuenta que los citados requisitos
son de carácter subsanable, por cuanto se trata de requisitos
de admisibilidad. [...] Que, el artículo 132 del Código
Procesal Civil y el artículo 288 inciso 10° de la Ley
Orgánica del Poder Judicial establecen el requisito de la
autorización del escrito por abogado, pero dichas normas
no prevén el citado requisito como uno de procedencia del
recurso, sino que la norma especial que regula el recurso
[de apelación] contenida en el artículo 367 del Código
Procesal Civil considera dicho requisito como uno de
admisibilidad y por tanto materia de subsanación. [...] Que,
en consecuencia, [...] se ha infringido los alcances de la

842
MEDIOS IMPUGNATORIOS: RECURSO DE APELACION

norma procesal anteriormente señalada, al no haberse


concedido un plazo para que la parte recurrente subsane las
omisiones señaladas, contraviniéndose el derecho a un
debido proceso [...], así como la finalidad del recurso de
apelación destinada a que el recurrente tenga la
oportunidad de subsanar las omisiones señaladas y se
absuelva el grado de apelación con el objeto de garantizar
el derecho a la pluralidad de la instancia. [...] Que, siendo
así, corresponde declarar nula la resolución de vista...”
(Casación Nro. 3349-2006 / Lambayeque, publicada en el
Diario Oficial El Peruano el 31-01-2007, págs. 18703-
18704).
- “... El acto procesal de que la causa se encuentre al voto no
significa que se hayan subsanado los vicios procesales
[sobre requisitos para la concesión de la apelación], puesto
que la Sala [Superior] en su resolución,
de acuerdo a nuestra legislación adjetiva, se puede pronunciar sobre
ellos...” (Casación Nro. 2379-2000 / Lima, publicada en el Diario
Oficial El Peruano el 02-01-2001, pág. 6667-6668).
- “... Son recurribles en casación las resoluciones expedidas
por las Salas Civiles de las Cortes Superiores por las que
declaran nulo el concesorio de apelación, homologándolas
a una resolución definitiva por sus efectos prácticos que
conducen necesariamente a tener por concluido el
proceso...” (Casación Nro. 2900-00 / Lima, publicada en el
Diario Oficial El Peruano el 30-04-2001, págs. 7221-7222).

12.10 Jurisprudencia casatoria relacionada con la apelación


concedida con efecto suspensivo
La Corte Suprema de Justicia de la República, en relación a la apelación
concedida con efecto suspensivo, ha establecido lo siguiente:
- “... El impugnante sustenta su recurso [de casación] [...] manifestando
que se ha vulnerado las normas que regulan el derecho al debido
proceso, por cuanto [...] se ha sustanciado la apelación del auto
definitivo como si fuera sin efecto suspensivo debiendo de haberse
tramitado como una apelación con efecto suspensivo. Que, el hecho de
que se haya substanciado como cuaderno aparte no implica en forma

843
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

alguna que no se haya tenido a la vista las piezas esenciales del


proceso, y que el hecho de que subsane las mismas no implica que se
vaya a variar la decisión, por lo que se ha producido la convalidación
en la forma de obtener la finalidad deseada del acto procesal, como lo
establece el artículo 172 del Código Procesal Civil...” (Casación Nro.
4149-2001 / Cono Norte - Lima, publicada en el Diario Oficial El
Peruano el 02-12-2002, pág. 9557).
- “... De conformidad con el artículo 368 del Código Procesal Civil,
cuando el recurso de apelación se concede con efecto suspensivo, la
resolución de la resolución recurrida queda suspendida hasta la
notificación de la que ordena se cumpla lo dispuesto por el Superior;
por ende, el Colegiado Superior debió resolver el recurso de apelación
[de auto] pendiente [...], antes de haber emitido pronunciamiento de
fondo sobre la cuestión controvertida mediante la sentencia de vista;
pues dicha conducta puede alterar sustancialmente los fines abstracto y
concreto del proceso y la decisión que en él va a recaer. [...] Que, los
hechos antes expuestos configuran [...] contravención del derecho al
debido proceso, debiendo ser sancionada ordinariamente con la nulidad
procesal...” (Casación Nro. 4937-2006 / Pasco, publicada en el Diario
Oficial El Peruano el 03-07-2007, págs.
19959-19960).
12.11 Jurisprudencia casatoria relacionada con la apelación
concedida sin efecto suspensivo
La Corte Suprema de Justicia de la República, en relación a la apelación
concedida sin efecto suspensivo, ha establecido lo siguiente: “... De
conformidad con el artículo cuatrocientos noventicuatro del Código Procesal
Civil en la tramitación de los procesos abreviados tendrá efecto suspensivo la
apelación de la resolución que declara improcedente la demanda, la que declara
la invalidez de la relación procesal con carácter insubsanable, la que declara
fundada una excepción o defensa previa, y de la sentencia, estableciéndose de
manera expresa que las demás apelaciones se concederán sin efecto suspensivo
y tendrán la calidad de diferidas, salvo que el Juez decida su trámite inmediato,
por resolución debidamente motivada, constituyendo esta última parte uno de
los casos de excepción a que se refiere el segundo párrafo del artículo
trescientos setentidós del mismo cuerpo legal [C.P.C.]; [...] de lo expuesto
anteriormente, se aprecia que el Juez tiene la facultad de decidir la tramitación
inmediata de apelaciones concedidas sin efecto suspensivo, para lo cual debe

844
MEDIOS IMPUGNATORIOS: RECURSO DE APELACION

fundamentar esta decisión debidamente...” (Casación Nro. 1657-98 / Lima,


publicada en el Diario Oficial El Peruano el 31-07-2001, págs. 7532-7533).

12.12 Jurisprudencia casatoria relacionada con la apelación


concedida sin efecto suspensivo y con la calidad de diferida
La Corte Suprema de Justicia de la República, en relación a la apelación
concedida sin efecto suspensivo y con la calidad de diferida, ha establecido lo
siguiente:
- “... La apelación interpuesta [...] fue concedida sin efecto
suspensivo y con la calidad de diferida ordenándose se
formase el cuaderno correspondiente, en consecuencia, la
eficacia del auto impugnado se mantiene incluso para el
cumplimiento de éste, tal como lo establece el inciso
segundo del artículo trescientos sesentiocho del Código
Procesal Civil, por lo que mal puede alegarse que el Juez
debió esperar el resultado de la apelación sin efecto
suspensivo para dictar sentencia, máxime si el Colegiado
resolvió dicha apelación antes de expedir la sentencia que
puso fin a este proceso...” (Casación Nro. 2425-2000 /
Lima, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 02-01-
2001, págs. 6670-6671).
- “... Si bien dentro de las obligaciones del auxiliar
jurisdiccional esta el de [sic -léase está la de-] formar el
cuaderno de apelación cuando esta se ha concedido sin
efecto suspensivo y con la calidad de diferida; también lo
es, que esta situación no exonera a la recurrente de
interesarse removiendo los obstáculos hasta dejar expedita
su apelación...” (Casación Nro. 2178-2000 / Arequipa,
publicada en el Diario Oficial El Peruano el 30-01-2001,
pág. 6861).

845
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

-
“... Obra la resolución [...] por la que se concede el recurso de
apelación interpuesto por los codemandados [...], sin efecto suspensivo
y sin la calidad de diferida, disponiéndose la formación del cuadernillo
correspondiente [de apelación] con copias certificadas de las piezas
procesales pertinentes a fin que sean elevadas al Superior, debiendo la
parte apelante facilitar las copias en referencia. [...] Que, los citados
apelantes no cumplieron con realizar el trámite del pedido de copias de
las piezas procesales para la formación del aludido cuadernillo [de
apelación] [...]. Que siendo así, la inercia procesal en que ha incurrido
la parte recurrente no puede servir de sustento para alegar un vicio que
este mismo propició, a tenor de lo establecido en el inciso primero del
artículo ciento setenticinco del Código Procesal Civil, máxime [...]
cuando uno de los deberes de las partes es concurrir ante el Juez
cuando este lo cite y acatar sus órdenes en las actuaciones judiciales,
conforme lo establece el inciso quinto del artículo ciento nueve del
mismo cuerpo legal. [...] Que, por consiguiente, al emitirse la sentencia
recurrida no se ha incurrido en la afectación al debido proceso que
invoca el recurrente...” (Casación Nro. 949-2000 / Lima, publicada en
el Diario Oficial El Peruano el 30-01-2001, págs. 6841-6842).
- “... Las apelaciones diferidas únicamente se
encuentran en estado de suspensión y la activación del
trámite se produce con la sola existencia de una
sentencia apelada o de la resolución que el juez señale,
con prescindencia de la parte que ha planteado el
medio impugnatorio; [...] dicho criterio se corrobora
cuando en el último párrafo del artículo trescientos
sesentinueve del Código adjetivo [C.P.C.] se señala
únicamente que la falta de apelación de la sentencia
determina la ineficacia de la apelación diferida, sin
precisar o distinguir la falta de apelación de qué sujeto
procesal, esto es, no señala que la falta de apelación de
la sentencia de la parte a quien se le concedió la
apelación diferida sea la que produzca la ineficacia de
ésta [sic -léase esta-] apelación, la norma simplemente
establece la ausencia de apelación de sentencia de
modo genérico; [...] por consiguiente cuando la
sentencia de primera instancia ha quedado consentida
porque ninguna de las partes la ha impugnado,

846
MEDIOS IMPUGNATORIOS: RECURSO DE APELACION

-
devendrá recién en ineficaz la apelación diferida;
empero, cualquiera que apele de la sentencia activa el
trámite suspendido de la apelación diferida y obliga al
Organo Revisor a pronunciarse sobre ella, conforme
ha procedido el Superior Colegiado al dictar la
resolución de vista, sin que con ello se haya afectado
el derecho al debido proceso del recurrente...”
(Casación Nro. 1228-02 / Arequipa, publicada en el
Diario Oficial El Peruano el 02-01-2003, pág. 9791).
“... Del análisis del primer párrafo del artículo 369 del Código Adjetivo
[C.P.C.], se puede inferir que las apelaciones diferidas comportan
simplemente la reserva de su trámite a fin de que, en lugar de formar el
cuaderno de apelación sin efecto suspensivo y elevarlo inmediatamente
a la instancia superior, sea resuelto por dicha instancia conjuntamente
con la sentencia u otra resolución que el Juez señale, en aplicación de
los principios de Celeridad y Economía Procesal, lo que significa que
las dichas apelaciones -las diferidas- únicamente se encuentran en
estado de suspensión y la activación del trámite se produce con la sola
existencia de una sentencia apelada o de la resolución que el Juez
señale, con prescindencia de la parte que ha planteado el medio
impugnatorio; criterio que se corrobora cuando en el último párrafo de
la norma procesal ya glosada, se señala que únicamente la falta de
apelación de la sentencia o de la resolución señalada por el Juez
determina la ineficacia de la apelación diferida, sin distinguir una parte
procesal, esto es, no señala que la falta de apelación de la sentencia de
la parte a quien se concedió la apelación sea la que produzca la
ineficacia de la apelación diferida...” (Casación Nro. 25912006 / Lima,
publicada en el Diario Oficial El Peruano el 05-01-2007, pág. 18371).
- “... El artículo trescientos sesentinueve del [...] Código
Procesal Civil, establece que en el caso de las
apelaciones que tienen la calidad de diferidas, la falta
de apelación de la sentencia determina la ineficacia de
la apelación diferida, por lo que [...] apreciándose que
[...] mediante resolución [...] se ha declarado
consentida la sentencia expedida en el expediente
principal por no haber sido impugnada, en
consecuencia la apelación concedida [...] devino en

847
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

-
ineficaz, por lo que el superior jerárquico no podía
pronunciarse respecto de ella, dado que la condición
para ello no había sido observada por la recurrente con
arreglo a Ley...” (Casación Nro. 1657-98 / Lima,
publicada en el Diario Oficial El Peruano el 31-07-
2001, págs. 7532-7533).
- “... Del análisis del artículo 369 del Código Procesal
Civil [...] se aprecia que la única causa para declarar la
ineficacia de la apelación concedida sin efecto
suspensivo, y por tanto diferida, es que no se haya
apelado de la sentencia, porque evidentemente el
pronunciamiento de primera instancia no será revisado
por el superior; mas no puede considerarse motivo de
ineficacia de dicho concesorio cuando la sentencia es
apelada por la parte contraria, ya que evidentemente
no corresponde apelar de un fallo favorable...”
(Casación Nro. 30032006 / Lima, publicada en el
Diario Oficial El Peruano el 31-01-2007, págs. 18624-
18625).
“... La sentencia recurrida ha declarado nula la sentencia apelada, por
lo que no cabe pronunciamiento sobre las apelaciones concedidas con
el carácter de diferidas, de acuerdo con lo dispuesto en el artículo
trescientos sesentinueve del Código Procesal Civil...” (Casación Nro.
2724-2001 / Callao, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 02-
01-2002, págs. 8266-8267).
- “... En el trámite de la apelación sin efecto suspensivo
en calidad de diferida el superior jerárquico debe
pronunciarse sobre ella conjuntamente con la sentencia
y [...] su omisión acarrea la nulidad...” (Casación Nro.
2191-2007 / Puno, publicada en el Diario Oficial El
Peruano el 30-102007, pág. 20835).
- “... Al emitirse la sentencia de vista no se ha resuelto
la apelación concedida sin efecto suspensivo y con la
calidad de diferida, incumpliendo con lo dispuesto por
el artículo ciento veintidós inciso cuarto del Código
Procesal Civil, e incurriendo en la causal de nulidad

848
MEDIOS IMPUGNATORIOS: RECURSO DE APELACION

-
contemplada en el artículo ciento setentiuno del
Código acotado [C.P.C.]...” (Casación Nro. 1409-2000
/ Lima, publicada en el Diario Oficial El Peruano el
02-012001, págs. 6696-6697).
- “... Conforme es de verse de la resolución de vista [...],
el Colegiado Superior no se ha pronunciado sobre la
apelación concedida [...] sin efecto suspensivo y con la
calidad de diferida, [...] por lo antes anotado, se
advierte que el Tribunal Superior no ha resuelto la
apelación interpuesta por el ejecutado, infringiéndose
de este modo el artículo 369 del Código Procesal
Civil, afectando el derecho al debido proceso del
ejecutado...” (Casación Nro. 2191-2007 / Puno,
publicada en el Diario Oficial El Peruano el 30-10-
2007, pág. 20835).
- “... Puede verificarse de autos que, habiéndose emitido
la resolución [...] dicho pronunciamiento fue
impugnado en apelación [...] concedido [sic] por
resolución [...] sin efecto suspensivo y con la calidad
diferida, con lo cual correspondía ser resuelto
conjuntamente con la apelación de la sentencia de
acuerdo al artículo 369 del Código Procesal Civil. [...]
No obstante, en la sentencia de vista, que confirma la
apelada, se omite todo pronunciamiento respecto a la
apelación [...] incurriendo así en vicio que debe ser
sancionado de conformidad con el artículo 122 inciso
4 del Código Procesal Civil, concordado con su
artículo 171 de ese mismo texto legal, por afectar los
derechos de impugnación, a la doble instancia y a
obtener una resolución motivada del impugnante...”
(Casación Nro.

849
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

2295-2007 / Ica, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 01-09-2008,


págs. 22490-22491).
- “... Conforme lo establece el artículo 369 del Código Procesal Civil, tal
medio impugnatorio [apelación concedida sin efecto suspensivo y con la
calidad de diferida] debió haber sido resuelto en la resolución de vista,
antes de resolverse el fondo del asunto, lo cual no se produjo por lo que se
ha incurrido en un vicio que acarrea su nulidad, conforme a lo dispuesto por
el numeral 3 del artículo 122 y artículo 171 del Código Procesal acotado...”
(Casación Nro. 1795-2008 / Lima, publicada en el Diario Oficial El
Peruano el 02-12-2008, pág. 23459).
- “... Ambas impugnaciones [apelaciones] fueron concedidas sin efecto
suspensivo y con la calidad de diferidas, [...] sin embargo, el Juez omitió
pronunciarse sobre la elevación de dichas apelaciones a fin de que sean
resueltas conjuntamente con la sentencia impugnada. [...] Que, ese error del
Juez ha ocasionado que la Sala Superior no se pronunciara en la sentencia
de vista sobre las apelaciones interpuestas [...], lo cual ha originado un vicio
procesal que no solamente infringe lo dispuesto en el artículo ciento
veintidós inciso cuarto del Código Procesal Civil, sino también la norma
contenida en el artículo trescientos sesentinueve del mismo Código que
establece que las apelaciones con la calidad de diferidas serán elevadas
conjuntamente con la sentencia u otra resolución a fin de que sean resueltas
por el Superior. [...] Que, en consecuencia, al haberse incurrido en
infracción de normas de carácter procesal se ha configurado la causal por
vicios in procedendo, por lo que en virtud a lo dispuesto en el artículo
ciento setentisiete del Código adjetivo [C.P.C.] deben renovarse los actos
procesales afectados, de modo tal que el Juez de la causa debe pronunciarse
sobre la concesión y elevación de los recursos de apelación interpuestos [...]
de acuerdo a lo establecido en el artículo trescientos sesentinueve del
Código Procesal acotado [C.P.C.]...” (Casación Nro. 1271-2000 / Santa,
publicada en el Diario Oficial El Peruano el 02-01-2001, pág. 6693).
- “... La Sala Superior al emitir la [resolución] impugnada no resuelve las
apelaciones formuladas [concedidas sin efecto suspensivo y con la calidad
de diferidas] [...], lo que conlleva a la transgresión del artículo 122 inciso 4
del Código Procesal Civil, que establece que las resoluciones deberán
contener la expresión clara y precisa de lo que se decide u ordena, respecto
de todos los puntos controvertidos. [...] Que, en consecuencia, se concluye
que al expedirse la sentencia de vista se ha incurrido en un fallo infra petita,
es decir, se ha concedido menos de lo pedido, lo cual necesariamente

850
MEDIOS IMPUGNATORIOS: RECURSO DE APELACION

acarrea la sanción de nulidad de la referida resolución, de acuerdo con la


facultad prevista por el artículo 171 del mencionado cuerpo legal...”
(Casación Nro. 3651-2000 / Piura, publicada en el Diario Oficial El
Peruano el 02-02-2002, pág. 8385).
- “... En la audiencia correspondiente, se declara infundada dicha articulación
[nulidad] y remedios procesales [excepciones], contra la cual los
demandados impugnaron interponiendo apelación que fuera concedida en
dicha audiencia en calidad de diferida; [...] al dictarse la sentencia de vista,
no se pronuncia sobre esta apelación e incidiendo dichas articulaciones
sobre la relación jurídica procesal, debió ser materia de pronunciamiento en
la instancia superior, omisión que acarrea una indefensión a los
demandados, afectando el derecho a un debido proceso al privársele de la
doble instancia...” (Casación Nro. 2322-2000 / Moquegua, publicada en el
Diario Oficial El Peruano el 31-07-2001, págs. 7432-7433).
- “... La Sala Superior, al expedir la sentencia impugnada, no se ha
pronunciado respecto de la apelación de la recurrente [concedida sin efecto
suspensivo y con la calidad de diferida], toda vez que ha considerado que
no cabe emitir pronunciamiento en razón a que la actora no ha apelado de la
sentencia, habiendo quedado ineficaz dicha apelación, de conformidad con
el artículo trescientos sesentinueve del Código Procesal Civil; [...] si bien es
cierto el citado artículo [...] establece que la falta de apelación de la
sentencia o de la resolución señalada por el Juez determina la ineficacia de
la apelación diferida; sin embargo, en el presente caso, se advierte que la
impugnante no apeló de la sentencia de primera instancia, por cuanto ésta le
fue favorable, no pudiéndosele exigir que impugnara la misma, por cuanto
esta exigencia contravendría el principio [del derecho] a la tutela
jurisdiccional efectiva, así como la instancia plural y la revisibilidad de los
fallos, [...] en consecuencia, [...] se advierte que la Sala Revisora ha
transgredido el derecho al debido proceso de la recurrente, por lo que la
misma [sentencia de vista impugnada] debe ser sancionada con nulidad,
conforme a lo previsto por el artículo ciento setentiuno del Código Procesal
Civil...” (Casación Nro. 1712-03 / Lima, publicada en el Diario Oficial El
Peruano el 03-05-2004, pág. 11956).
- “... La resolución de vista [...] declaró improcedente el recurso de apelación
y nulo el concesorio por haber sido interpuesto el recurso en forma
extemporánea, por lo que no estaba obligada a resolver la apelación
concedida con la calidad de diferida, porque a falta de apelación el artículo
trescientos sesentinueve del Código Procesal Civil, en su parte final

851
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

dispone que ello determina la ineficacia de la apelación diferida...”


(Casación Nro. 2516-2000 / Lima, publicada en el Diario Oficial El
Peruano el 30-04-2001, pág. 7191).
- “... Si bien es verdad que la Sala de mérito no se ha pronunciado sobre la
apelación concedida sin efecto suspensivo y con la calidad de diferida [...],
el aludido vicio procesal no es de tal trascendencia que vaya a influir de
manera decisiva en el sentido de lo resuelto por las instancias de mérito,
modificando o alterándolo; no evidenciándose violación al principio del
debido proceso...” (Casación Nro. 5094-2006 / La Libertad, publicada en el
Diario Oficial El Peruano el 03-12-2008, págs. 23606-23607).
- “... Mediante Ejecutoria Suprema [...] la Sala [Suprema] declaró la nulidad
de la sentencia de vista [...] y ordenó al Tribunal Superior emita un nuevo
fallo con arreglo a Ley; [...] tal pronunciamiento se sustentó en que la
impugnada no había resuelto la apelación concedida con calidad diferida
[...]; [...] no obstante lo ordenado por esta Sala [Suprema], la Corte Superior
emite la sentencia que se viene impugnando sin emitir pronunciamiento
respecto a la citada apelación, reiterando el vicio por el que ya en la
anterior oportunidad hubiera conocido esta Corte [Suprema], causando la
dilación del proceso en perjuicio de las partes intervinientes; [...] si bien en
el fallo que se recurre aparece fundamentación respecto a la aludida
apelación en la parte considerativa, esta Sala Casatoria se ve impedida a
integrar el fallo al no ser una instancia de trámite [...]; [...] por lo anterior se
tiene que la sentencia de vista no ha expresado la decisión respecto a todos
los puntos controvertidos, produciéndose la vulneración del artículo ciento
veintidós inciso cuarto del Código Adjetivo [C.P.C.]; debiendo sancionarse
la nulidad a tenor de lo dispuesto en el artículo ciento setentiuno del
acotado Código [C.P.C.]...” (Casación Nro. 1114-2000 / Lima, publicada en
el Diario Oficial El Peruano el 01-03-2001, págs. 7000-7001).
- “... Por Resolución [...] se declara infundada dicha tacha [contra
documentos], pues la actora no ha acreditado la invalidez de los mismos, no
siendo suficiente la simple invocación, posteriormente dichos documentos
han sido adjuntados legalizados; en la misma Audiencia, el abogado de la
accionante formula apelación, concedida [...] sin efecto suspensivo y con la
calidad de diferida; [...] la sentencia de vista [...] omite pronunciarse sobre
la apelación concedida, incidiendo dicha tacha sobre la pretensión
sustantiva, por lo que es menester pronunciarse sobre la validez, invalidez o
falsedad de dichos instrumentos, para no afectar el derecho del debido

852
MEDIOS IMPUGNATORIOS: RECURSO DE APELACION

proceso y la doble instancia de los justiciables...” (Casación Nro. 2600-00 /


Ucayali, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 30-04-2001, págs.
7200-7201).
12.13 Jurisprudencia casatoria relacionada con la apelación de autos
expedidos en audiencias
La Corte Suprema de Justicia de la República, en relación a la apelación de
autos expedidos en audiencias, ha establecido lo siguiente:
- “... Si bien el inciso 2° del artículo 376 del Código Procesal Civil [...]
establece que la apelación contra los autos expedidos en la audiencia, debe
ser interpuesta en la misma audiencia; debe entenderse que esto es así en
los casos en que el impugnante se encuentra presente en la audiencia. [...]
Que, a mayor abundamiento, no existe prohibición alguna en nuestro
ordenamiento procesal que impida notificar al justiciable ausente con las
resoluciones expedidas en la audiencia...” (Casación Nro. 4963-2007 /
Lima, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 03-09-2008, págs.
22906-22907).
- “... La garantía de la pluralidad de instancia debe ser adecuadamente
preservada y, si bien la recurrente no concurrió a la audiencia en que se
emitió la decisión contra la que interpuso recurso de apelación, ello no
significa que no pueda impugnar lo que se haya resuelto en dicha audiencia,
pues, lo normado en los artículos 376 y 377 del Código Procesal Civil debe
ser interpretado sistemáticamente con lo establecido en el artículo 155 del
glosado Código Adjetivo. [...] Que, bajo dicha línea de razonamiento, es de
concluir que si la recurrente no concurrió a la audiencia mencionada, es
legalmente posible que pueda impugnar cualquier actuación realizada en la
referida audiencia luego de haber sido notificada con el contenido del acta
correspondiente...” (Casación Nro. 3515-2007 / Lima, publicada en el
Diario Oficial El Peruano el 30-01-2008, págs. 21423-21424).
- “... La [...] recurrente ante el agravio producido por la referida resolución
dictada dentro de la Audiencia Unica interpone recurso de apelación [...],
por lo que la Sala [Superior] considera que ha sido interpuesta de forma
extemporánea por lo que deviene en improcedente, y declara nulo el
concesorio, toda vez que debió impugnarse en la misma audiencia, a la que
no asistió pese a que fue correctamente notificada; [...] el artículo
trescientos setentiséis inciso segundo del Código Procesal Civil [...] señala
expresamente lo siguiente: ‘La apelación contra los autos a ser concedida

853
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

con efecto suspensivo, se interpone dentro de los siguientes plazos: (...) 2.-
En la misma audiencia, si el auto fuera expedido en ella, pero su
fundamentación y demás requisitos serán cumplidos en el mismo plazo que
el inciso anterior’; es decir en el plazo de tres días; [...] sin embargo, lo
vertido [...] sólo podrá ser exigido si la parte apelante se encuentra presente
en dicho acto procesal, caso contrario se estaría vulnerando y recortando su
derecho de defensa y a la doble instancia [...], por lo tanto, el cómputo de
los tres días deberá hacerse desde el día siguiente de la notificación de la
resolución materia de cuestionamiento [...]. En consecuencia, el recurrente
ha interpuesto su recurso de apelación dentro del plazo establecido por el
propio ordenamiento procesal, lo que debe ser materia de un nuevo
pronunciamiento por parte de la Sala [Superior]; [...] por las razones
precedentes, se demuestra que en el presente caso se ha infringido el debido
proceso...” (Casación Nro. 1148-2004 / Lima, publicada en el Diario
Oficial El Peruano el 01-06-2006, pág. 16067).
- “... Acusa [la recurrente] la infracción del inciso tercero del artículo ciento
veintidós del Código adjetivo [C.P.C.], pues la recurrida ha omitido con
pronunciarse sobre el [...] punto de su escrito de apelación, referido a que
no se le notificó de la inadmisibilidad de sus pruebas, y que fuera resuelta
en la Audiencia Unica; [...] la oportunidad para apelar de los autos que se
emitan dentro de una Audiencia, se realiza dentro de ésta, pero [...] su
fundamentación y demás requisitos se cumplirán dentro del tercer día de
realizada ésta, según lo prescriben los artículos trescientos setentiséis y
trescientos setentisiete del Código Procesal Civil; en consecuencia, no hay
afectación al debido proceso cuando la recurrente no asistió a la Audiencia
Unica, donde se declaró inadmisible la admisión de sus medios
probatorios...” (Casación Nro. 3370-2000 / Lima, publicada en el Diario
Oficial El Peruano el 01-03-2001, pág. 7066).

12.14 Jurisprudencia casatoria relacionada con el ofrecimiento de medios


probatorios en la apelación
La Corte Suprema de Justicia de la República, en relación al ofrecimiento
de medios probatorios en la apelación, ha establecido lo siguiente:
- “... El artículo trescientos setenticuatro [del C.P.C.] permite a las partes
que, en vía de apelación o en absolución de la misma, cuando se advierta un
hecho nuevo ocurrido con posterioridad a la etapa postulatoria, o un hecho
que, siendo contemporáneo a la citada etapa, recién puede ser conocido por
el interesado con posterioridad a la misma, ofrezcan los medios probatorios

854
MEDIOS IMPUGNATORIOS: RECURSO DE APELACION

pertinentes a fin de sustentarlo...” (Casación Nro. 3764-06 / Junín,


publicada en el Diario Oficial El Peruano el 03-01-2008, págs. 21385-
21386).
- “... El ordenamiento procesal permite que las partes procesales ofrezcan
medios probatorios con motivo de la interposición del recurso de apelación
a fin de sustentar la ocurrencia de hechos nuevos, sea mediante un medio
probatorio propio, que acontece cuando una circunstancia fáctica ocurre
con posterioridad al inicio de un proceso y que tiene relevancia para
resolver la litis, o mediante un medio probatorio impropio, que acontece
antes del inicio del proceso pero que recién pudo ser conocido por el
interesado con posterioridad, conforme lo establece el artículo trescientos
setenticuatro del Código Adjetivo [C.P.C.]...” (Casación Nro. 2726-01 /
Tacna, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 01-07-2002, pág. 8934).
- “... Tratándose el presente incidente de una apelación sin efecto suspensivo,
ésta se tramita de conformidad con lo dispuesto por el artículo 377 del
Código Procesal Civil, el cual no prevé el ofrecimiento de pruebas en
segunda instancia, toda vez que tal circunstancia está reservada sólo a las
apelaciones de sentencias...” (Casación Nro. 2695-2002 / Callao, publicada
en el Diario Oficial El Peruano el 02-08-2004, pág. 12469).
- “... Los documentos anexados al escrito de apelación [...] no reúne [sic
-léase no reúnen-] las formalidades del artículo 374 del Código Procesal
Civil, ya que no fueron ofrecidos como medios probatorios...” (Casación
Nro. 791-2001 / Tacna, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 3011-
2001, pág. 8008).
- “... Tratándose de medios probatorios extemporáneos ofrecidos con el
recurso de apelación, el último párrafo [del] [...] artículo trescientos
setenticuatro del Código Procesal Civil [...] establece que si el Superior los
admite, se fijará fecha para la audiencia respectiva, la que será dirigida por
el Juez menos antiguo si el superior es un órgano colegiado; lo que
significa que debe existir primero una resolución que califique la
procedencia del ofrecimiento extemporáneo de medios probatorios con el
recurso de apelación, tornándose entonces una obligación de ineludible
cumplimiento por parte del órgano jurisdiccional superior la emisión de
dicha resolución de calificación ya sea en sentido negativo o positivo pero
debidamente fundamentada...” (Casación Nro. 4062-2006 / La Libertad,
publicada en el Diario Oficial El Peruano el 30-09-2008, pág. 23198).

855
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

- “... La Sala Civil omitió calificar la procedencia o improcedencia de tal


ofrecimiento probatorio [ofrecimiento de pruebas en el escrito de
absolución de la apelación], decisión [que] ha traído como consecuencia
que los instrumentos ofrecidos no sean debidamente incorporados al
proceso, contraviniéndose así normas de carácter imperativo cuyo
incumplimiento acarrea nulidad, de conformidad con lo dispuesto en el
primer párrafo
del artículo ciento setentiuno del Código Procesal Civil, pues se trata de un
acto procesal que carece de los requisitos indispensables para la obtención
de su finalidad; siendo así, la sentencia de vista ha sido expedida
transgrediendo el debido proceso y, particularmente, el derecho de prueba
del demandante [...], pues no se admitió o desestimó formalmente la prueba
ofrecida...” (Casación Nro. 3764-06 / Junín, publicada en el Diario Oficial
El Peruano el 03-01-2008, págs. 21385-21386).
- “... La actora al apelar de la sentencia del a-quo también ofreció los medios
probatorios que a su derecho corresponde. En tal virtud, atendiendo a la
naturaleza del proceso y en estricta armonía a lo previsto en el artículo 374
del Código Procesal Civil, es tarea de la Sala Superior evaluar la
pertinencia de dichos medios probatorios para dirimir la litis. En el presente
caso no existe ningún pronunciamiento de la indicada Sala Superior sobre
la pertinencia o impertinencia de dichas pruebas, pese a que las mismas
fueron ofrecidas conjuntamente con el recurso de apelación. [...]
Consecuentemente, habiéndose determinado que la decisión impugnada
contraviene el debido proceso e infringe la norma procesal antes enunciada,
el presente medio impugnatorio [recurso de casación] debe declararse
fundado y casarse la sentencia impugnada, ordenándose que se emita una
nueva resolución...” (Casación Nro. 8752007 / Lima, publicada en el Diario
Oficial El Peruano el 30-01-2008, págs. 21421-21422).
- “... La mencionada norma [art. 374 del C.P.C., sobre ofrecimiento de
medios probatorios en la apelación de sentencias] establece que en caso de
que dichos medios probatorios sean admitidos, es decir sean recepcionados
por el Colegiado, declaración que no implica una calificación de los
mismos, se fijará fecha para una audiencia especial probatoria...” (Casación
Nro. 650-2001 / Lambayeque, publicada en el Diario Oficial El Peruano el
05-11-2001, págs. 7906-7907).
- “... En aplicación del principio de contradicción o de bilateralidad, el cual
implica que todos los actos procesales deben realizarse con el conocimiento

856
MEDIOS IMPUGNATORIOS: RECURSO DE APELACION

previo y oportuno de las partes, los medios probatorios que se ofrezcan con
el escrito de apelación y que sean admitidos por el Colegiado, deben ser
puestos en conocimiento de la otra parte, a fin de garantizar su derecho de
defensa, en virtud del cual puede plantear las cuestiones probatorias que
estime pertinentes o cuestionar la eficacia probatoria de los mismos en la
misma audiencia especial [probatoria]...” (Casación Nro. 650-2001 /
Lambayeque, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 05-11-2001,
págs. 7906-7907).
- “... No obstante no existir pronunciamiento expreso a la admisión o no de
los medios probatorios ofrecidos por la demandada en su escrito de
apelación, y al no haberse llevado a cabo la audiencia especial de pruebas,
el Colegiado los valoró y fueron tomados en cuenta a efectos de sustentar
su decisión jurisdiccional, infringiendo evidentemente el derecho a un
debido proceso...” (Casación Nro. 650-2001 / Lambayeque, publicada en el
Diario Oficial El Peruano el 05-11-2001, págs. 7906-7907).
- “... La Sala [Superior] declaró improcedente los medios probatorios sobre
copias del diligenciamiento de la prueba anticipada [...] ofrecidas en
segunda instancia a través del escrito de fojas [...], toda vez que no fueron
ofrecidos en el recurso de la apelación de la impugnante, por tal razón
tampoco puede alegarse falta de valoración de la prueba ofrecida, cuando
ésta no fue admitida...” (Casación Nro. 460-01 / Cono Norte, publicada en
el Diario Oficial El Peruano el 31-07-2001, págs. 7483-7484).
- “... Se denuncia [...] la afectación del derecho al debido proceso y que no se
proveyó ni se convocó a la Audiencia Complementaria a que se refiere el
artículo trescientos setenticuatro del acotado ordenamiento procesal
[C.P.C.] en virtud a los medios probatorios nuevos presentados con su
recurso de apelación; empero, debe tenerse presente [...] que tratándose
éstos sólo de documentos, su valoración no requiere necesariamente de
Audiencia Complementaria y habiéndolos valorado la Sala Revisora sin
considerarlos enervantes del pronunciamiento del A-quo, en realidad no
existe afectación alguna del derecho al debido proceso...” (Casación Nro.
0093-99 / Lima, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 02-01-2001,
pág. 6783).
- “... La solicitud de intervención [en el proceso] de la recurrente fue
aceptada en segunda instancia por parte de la Sala Superior, siendo que no
es necesaria la actuación de los medios probatorios que acompaña por

857
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

tratarse de documentos...” (Casación Nro. 3642-2006 / Junín, publicada en


el Diario Oficial El Peruano el 02-01-2008, pág. 21199).
- “... Pese a que los citados medios probatorios no habían sido admitidos
formalmente, la Sala de mérito en [...] la sentencia de vista ha procedido a
valorarlos, incumpliendo lo dispuesto en el artículo trescientos setenticuatro
del Código Procesal Civil [sobre ofrecimiento de medios probatorios en la
apelación de sentencias] que exige que previamente los medios probatorios
sean admitidos conforme a ley; [...] en consecuencia, se ha incurrido en
causal de nulidad al haber valorado el Ad quem medios probatorios que no
han sido admitidos conforme a ley...” (Casación Nro. 430-01 / Cañete,
publicada en el Diario Oficial El Peruano el 05-11-2001, págs. 7903-7904).
- “... En el presente proceso se ha incurrido en contravención de normas que
garantizan el derecho al debido proceso, por haber omitido [...] el
Colegiado Superior merituar los medios probatorios ofrecidos en el recurso
de apelación, conjuntamente con los demás medios probatorios actuados en
el proceso...” (Casación Nro. 2188-06 / Nasca, publicada en el Diario
Oficial El Peruano el 29-02-2008, págs. 21623-21624).
- “... No obstante dicho ofrecimiento extemporáneo [ofrecimiento de medios
probatorios con el recurso de apelación], la [...] Sala Civil de la Corte
Superior [...] no emitió resolución de calificación alguna, violando así
flagrantemente el artículo trescientos setenticuatro, in fine, del Código
Procesal Civil, lo que acarrea la nulidad de la sentencia de vista y todo lo
actuado en segunda instancia...” (Casación Nro. 4062-2006 / La Libertad,
publicada en el Diario Oficial El Peruano el 30-09-2008, pág. 23198).
- “... En el presente caso, las pruebas que inicialmente fueron desestimadas
por el Juzgado han sido incorporadas por la Sala Superior sin citación de la
entidad recurrente, restringiéndose de esta forma el derecho de defensa de
las partes. Siendo que dicha deficiencia procesal torna en inválida la
resolución impugnada...” (Casación Nro. 290-2006 / Lima, publicada en el
Diario Oficial El Peruano el 31-05-2007, págs. 19565-19566).

12.15 Jurisprudencia casatoria relacionada con las facultades del órgano


judicial revisor respecto de las pruebas de
oficio
La Corte Suprema de Justicia de la República, en relación a las facultades
del órgano judicial revisor respecto de las pruebas de oficio, ha establecido lo
siguiente:

858
MEDIOS IMPUGNATORIOS: RECURSO DE APELACION

- “... El Colegiado Superior se encuentra plenamente facultado para disponer


la actuación de medios probatorios de oficio, ello en caso de que luego de
efectuada la revisión de los autos, llegue a la conclusión de que los medios
probatorios ofrecidos y actuados resultan insuficientes para emitir un
pronunciamiento válido sobre el fondo de la controversia...” (Casación Nro.
1999-99 / Chincha, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 31-07-
2002, pág. 9105).
- “... La decisión de la Sala de mérito de ordenar que el A Quo actúe medios
probatorios complementarios [...] no contravienen [sic -léase no
contraviene-] las normas que garantizan el derecho a un debido proceso,
por cuanto los nuevos medios probatorios podrán ser objeto de
cuestionamiento por
las partes, en ejercicio de su legítimo derecho de defensa...” (Casación
Nro. 1435-2001 / Lima, publicada en el Diario Oficial El Peruano el
0103-2002, pág. 8486).
- “... Se cuestiona que la Sala ha sancionado la nulidad para que se actúe una
prueba de oficio aún cuando ello no era materia de apelación; empero, la
Sala como Juzgadora que es, y atendiendo a la finalidad del proceso
consagrada en el artículo tres del Título Preliminar del Código Procesal
Civil, concordado con la facultad de la prueba de oficio del artículo ciento
noventicuatro de ese mismo texto legal y con la garantía de la doble
instancia de los justiciables, puede sancionar la nulidad por entender que un
medio probatorio es relevante para resolver los autos, a fin de lograr la
finalidad de los actos procesales a que [se] refiere el artículo ciento
setentiuno del Código Adjetivo [C.P.C.]; y como Colegiado Superior
ordenar que el Juez actúe dicho medio probatorio...” (Casación Nro. 1128-
03 / Lima, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 31-03-2004, págs.
11738-11739).
- “... La prueba de oficio es una facultad con la que cuentan todos los
juzgadores, por lo que al estimarla necesario el Ad quem, resulta ineludible
su remisión al juez para su actuación a fin de no vulnerar el derecho a la
doble instancia de las partes; máxime si se considera que el fin del proceso
es solucionar el conflicto de intereses, que es lo que se entiende pretende el
Colegiado Superior...” (Casación Nro. 2447-2003 / Puno, publicada en el
Diario Oficial El Peruano el 30-07-2004, pág. 12460).

859
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

12.16 Jurisprudencia casatoria relacionada con la vista de la causa y el


informe oral
La Corte Suprema de Justicia de la República, en relación a la vista de la
causa y el informe oral, ha establecido lo siguiente:
- “... La vista de la causa constituye una audiencia, más aún cuando se ha
solicitado el uso de la palabra...” (Casación Nro. 3306-2000 / La Libertad,
publicada en el Diario Oficial El Peruano el 31-07-2001, pág. 7443).
- “... Ni en la Ley Orgánica del Poder Judicial ni en el Código Procesal Civil
se ha contemplado norma alguna que disponga que las partes deben ser
previamente notificadas con la relación de los miembros integrantes del
Colegiado Superior que va a tener a su cargo la vista de la causa y la
consiguiente resolución del recurso de apelación...” (Casación Nro. 186-
07 / Lambayeque, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 3005-2008,
págs. 22188-22189).

860
MEDIOS IMPUGNATORIOS: RECURSO DE APELACION

-
“... La vista de la causa es un acto trascendental que por su naturaleza
debe ser, inexorablemente, notificada a las partes a fin de que en el
ejercicio de su constitucional derecho de defensa previsto en el artículo
ciento treintinueve inciso catorce de la Constitución Política del
Estado, solicite y realiza [sic -léase soliciten y realicen-] el informe
oral correspondiente...” (Casación Nro. 268-2007 / Lima, publicada en
el Diario Oficial El Peruano el 02-09-2008, págs. 22705-22706).
- “... El artículo trescientos setenticinco cuarto párrafo del Código
Procesal Civil establece que: ‘Dentro del tercer día de notificada la
fecha de la vista, el Abogado que desee informar lo comunicará por
escrito, indicando si la parte informará sobre hechos. La
comunicación se considera aceptada por el solo hecho de su
presentación, sin que se requiera citación complementaria...’; lo que
significa que se entenderá por garantizado el derecho a ser oído y por
ende a la defensa cuando el órgano jurisdiccional ha notificado
válidamente a las partes con la fecha para la vista de la causa y
permitido el uso de la palabra al abogado de la parte que lo peticionó
oportunamente...” (Casación Nro. 1332-2007 / Lima, publicada en el
Diario Oficial El Peruano el 02-12-2008, págs. 23538-23539).
- “... El artículo trescientos setenticinco del Código Procesal Civil [...]
dispone que en los procesos de conocimiento y abreviados la
designación de la fecha para la vista de la causa en segunda instancia
se notifica a las partes diez días antes de su realización y en los demás
procesos con una anticipación de cinco días y que dentro del tercer día
de notificada la fecha de la vista, el abogado que desee informar lo
comunicará por escrito, indicando si la parte informará sobre hechos;
[...] a pesar de esta clara disposición legal y tratándose de un proceso
de conocimiento, la vista de la causa [...] se notificó al recurrente [...]
solamente dos días antes de la vista de la causa; [...] resulta así que se
ha infringido el artículo trescientos setenticinco del Código Procesal
Civil, afectando el derecho de defensa del recurrente, el que ya no
podía solicitar el uso de la palabra para su abogado, por haberse
vencido el término para hacerlo; e incurriéndose en la causal de
nulidad contemplada en el artículo ciento setentiuno del Código
acotado [C.P.C.]...” (Casación Nro. 4382-2001 / Ucayali, publicada en
el Diario Oficial El Peruano el 31-07-2002, págs. 9048-9049).

861
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

-
- “... Habiéndose omitido notificar al recurrente con el día señalado para
la vista de la causa, se ha incurrido en la causal de nulidad
contemplada en el artículo ciento setentiuno del acotado Código
[C.P.C.]...” (Casación Nro. 1132-2001 / Lima, publicada en el Diario
Oficial El Peruano el 3011-2001, págs. 8126-8127).
“... Se advierte que no fue notificada [la demandante] para la vista de la
causa, [...] de modo que la Sala Civil [Superior] absuelve el grado y
expide la sentencia [...], declarando nula la apelada y nulo todo lo
actuado hasta realizar una nueva calificación de la demanda, sin oír al
abogado de la recurrente como lo había solicitado; [...] en esta forma se
ha configurado la [...] contravención de normas que garantizan el
derecho a un debido proceso, puesto que sin justificación alguna la
demandante ha sido privado [sic -léase privada-] de ejercer su defensa
por violación de la norma contenida en el artículo ciento
cincuenticinco del Código Procesal Civil...” (Casación Nro. 1972-2000
/ Moquegua, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 01-03-2001,
págs. 7008-7009).
- “... La falta de notificación de las resoluciones antes indicadas [la
resolución que señala fecha para la vista de la causa, la resolución que
la reprograma y la resolución que concede el uso de la palabra al
abogado de la parte contraria], afecta sustancialmente el derecho de
defensa de la parte ejecutada, toda vez que lo sitúa [sic -léase la sitúa-]
en una posición de indefensión, afectando el derecho de toda persona
de acceder a un debido proceso, que constituye en sí mismo garantía
constitucional...” (Casación Nro. 2058-2000 / Sullana, publicada en el
Diario Oficial El Peruano el 01-03-2001, págs. 7010-7011).
- “... Del cargo de notificación [...], que contiene la transcripción de la
resolución [...], mediante la cual se señala fecha y hora para la vista de
la causa, se advierte que en la misma no se ha tomado nota de los datos
identificatorios de la persona que recepciona la cédula, ni se la ha
hecho firmar dicha cédula, mucho menos [...] se ha dejado constancia
de la negativa de éste [sic -léase de ésta-] a firmarla, toda vez que sólo
existe el sello de un abogado que no patrocina a ninguna de las partes
procesales así como la suscripción del notificador encargado de dicha
diligencia; [...] bajo dicho contexto, es evidente que el acto de
notificación deviene en ineficaz por cuanto dicha omisión afecta el

862
MEDIOS IMPUGNATORIOS: RECURSO DE APELACION

-
derecho de defensa de la recurrente...” (Casación Nro. 754-2004 /
Lima, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 30-09-2005, págs.
14789-14790).
- “... El concesorio para informe oral de las partes no conlleva a que el
Colegiado deba pronunciarse obligatoriamente respecto al fondo de la
cuestión de litis, en tanto la función jurisdiccional implica el examen
minucioso de la resolución venida en grado considerando tanto el
extremo formal como [el] de fondo...” (Casación Nro. 29872000 /
Lima, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 01-03-2001, pág.
6989).
“... Una de las manifestaciones de este derecho [al debido proceso], es
el derecho de defensa en la modalidad del uso de la palabra en todas
las instancias del proceso, conforme a Ley. [...] Que, bajo ese contexto
dogmático, el sustento legislativo jurídico se encuentra en el artículo
375 del Código Procesal Civil, que establece, entre otros aspectos
procesales, que sólo procede informe oral cuando la apelación se ha
concedido con efecto suspensivo, para lo cual, dentro del tercer día de
notificada la fecha de la vista, el Abogado que desee informar lo
comunicará por escrito, indicando, además, de darse el caso, si la parte
informará sobre hechos; y que la comunicación se considera aceptada
por el sólo [sic] hecho de su presentación, sin que se requiera citación
complementaria...” (Casación Nro. 1529-2008 / Cañete, publicada en el
Diario Oficial El Peruano el 01-12-2008, págs. 23395-23397).
- “... El artículo 131 de la mencionada Ley Orgánica [del Poder Judicial]
señala textualmente que: ‘el Presidente de la Sala hace citar con setenta
y dos horas de anticipación a los abogados que hayan solicitado el uso
de la palabra para informar, así como a las partes que hayan pedido
informar sobre hechos, precisando el tiempo que tienen para hacerlo.
El abogado de la parte que no solicitó la palabra es igualmente citado si
señaló domicilio en la sede de la Corte. En los demás casos no es
necesario citar a los abogados o a las partes para la vista de la causa’.
[...] En este sentido, es necesario señalar cuáles son los demás casos
que la citada norma considera y, según el análisis de la misma, se tiene
que éstos están referidos a los siguientes: cuando el abogado no ha
solicitado el uso de la palabra; cuando las partes no han pedido
informar sobre los hechos y cuando el abogado de la parte que solicitó

863
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

-
la palabra no señaló domicilio en la sede de la Corte Superior [...]. [...]
Asimismo, el tercer párrafo del artículo 375 del Código Adjetivo
[C.P.C.] indica que dentro del tercer día de notificada la vista de la
causa, el abogado que desee informar lo comunicará por escrito y que
dicha comunicación se considera aceptada por el sólo hecho de su
presentación; por lo que se concluye que el derecho de informar del
abogado de las partes están reconocidos [sic -léase está reconocido-]
legalmente y no puede ser denegado por el juzgador, menos aún sin
motivación alguna que sustente dicha decisión...” (Casación Nro.
3871-2000 / Amazonas, publicada en el Diario Oficial El Peruano el
3105-2002, págs. 8834-8835).
- “... La concesión del derecho a informe oral fuera del plazo previsto en
el artículo trescientos setenticinco del Código Procesal Civil, no está
prevista como causal de nulidad debiendo tenerse en cuenta que la
nulidad se sanciona sólo por causal establecida en [la] ley [...]; no
evidenciándose

864
MEDIOS IMPUGNATORIOS: RECURSO DE APELACION

por ende la contravención al debido proceso...” (Casación Nro. 780-2003 /


Cajamarca, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 01-09-2003, pág.
10852).
- “... Si se ha omitido citar para informar oralmente al abogado de los
ejecutados para la audiencia de la vista de la causa, resulta indudable que se
ha afectado el derecho al debido proceso, [...] incurriéndose en la causal de
nulidad contemplada en el artículo ciento setentiuno del mismo Código
[C.P.C.]...” (Casación Nro. 3306-2000 / La Libertad, publicada en el Diario
Oficial El Peruano el 31-07-2001, pág. 7443).
- “... La secuencia de los hechos [...] evidencian una flagrante vulneración al
debido proceso y, particularmente, al derecho de defensa del codemandado
[...], quien no pudo tomar conocimiento oportuno de las resoluciones
expedidas en segunda instancia, tal como lo establece el artículo ciento
cincuenta y cinco del Código Procesal Civil, sobre todo de la que disponía
señalar fecha para la vista de la causa [...], toda vez que los actos procesales
venían siendo notificados en un domicilio procesal que ni la Sala Civil o la
Sala Civil Transitoria autorizaron, lo que igualmente restringió su acceso al
uso de la palabra para efectos de informar oralmente ante el Colegiado
Superior, conforme a lo previsto en el artículo trescientos setenta y cinco
del Código Procesal Civil, lo que acarrea la nulidad de la sentencia emitida
por contravenir, además, el derecho constitucional de defensa reconocido
en el inciso catorce del artículo ciento treinta y nueve de la Carta Política
vigente...” (Casación Nro. 864-07 / Huaura, publicada en el Diario Oficial
El Peruano el 02-12-2008, págs. 23504-23506).
- “... No se está frente a una válida notificación de la fecha de la vista de la
causa ni, consecuentemente, ante una arreglada a ley desestimación del
pedido de palabra, violándose el derecho a la defensa y al debido proceso
del demandado recurrente...” (Casación Nro. 1332-2007 / Lima, publicada
en el Diario Oficial El Peruano el 02-12-2008, págs. 23538-23539).
- “... El mismo día de la notificación de la resolución que fija la fecha de la
vista de la causa, la recurrente solicitó se le conceda el uso de la palabra a
su abogado para que informe oralmente; [...] aún encontrándose dentro del
término de ley, la Sala [Superior] por resolución [...] declaró sin lugar el
pedido de informe oral, por estar fuera del plazo previsto en el tercer
párrafo del artículo trescientos setenticinco del Código Procesal Civil; [...]
en consecuencia, la Sala Revisora ha contravenido las normas que

865
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

garantizan el derecho de la recurrente a un debido proceso mermando su


legítimo derecho de informar oralmente y alegar a favor suyo...” (Casación
Nro. 3630-00 / Junín, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 31-
072001, pág. 7454).
- “... En el caso sub materia el recurrente [...] y su codemandada, fueron
notificados con la resolución que fijó fecha para la vista de la causa [...],
según se advierte de los cargos de notificación [...], realizándose la vista de
la causa [...] al tercer día hábil de notificados para la vista, sin que hubiera
transcurrido el plazo [...] a que se refiere el artículo trescientos setenticinco
del Código Procesal Civil, concordante con el artículo ciento cuarentisiete
del acotado Código, en cuanto establece que el cómputo de los plazos
procesales se efectúa en días hábiles; [...] en ese sentido, se ha infringido lo
dispuesto en el artículo trescientos setenticinco del Código Procesal Civil,
habiéndose incurrido en afectación del derecho de defensa del recurrente
por cuanto el abogado del mismo [...] no ha tenido la oportunidad de
solicitar el informe oral correspondiente, conforme a lo dispuesto en la
norma anteriormente acotada; contraviniéndose lo dispuesto en el inciso
catorce del artículo ciento treintinueve de la Constitución Política del
Estado, en cuanto establece el principio que nadie puede ser privado del
derecho de defensa en ningún estado del proceso; [...] siendo así, se ha
configurado la [...] contravención de las normas que garantizan el derecho a
un debido proceso...” (Casación Nro. 1230-2004 / Lima, publicada en el
Diario Oficial El Peruano el 28-02-2006, pág. 15444).
- “... Respecto al punto [de que se le ha privado al abogado del recurrente del
derecho de informar oralmente al creer que primero debía resolverse el
pedido de aclaración antes de solicitarse dicho informe oral] no se le ha
transgredido su derecho a la defensa porque si el recurrente se abstuvo de
que su abogado informe oralmente es un hecho atribuible única y
exclusivamente a su conducta procesal y no a los magistrados, ya que de
acuerdo con el artículo cuatrocientos seis del Código Procesal Civil el
recurso de aclaración no modifica las resoluciones emitidas sino que sólo se
limita a precisar conceptos oscuros y dudosos...” (Casación Nro. 108-01 /
Lima, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 02-07-2001, pág. 7370).
- “... En las apelaciones sin efecto suspensivo, resulta improcedente el
informe oral, y si bien el artículo trescientos setentisiete del Código
Procesal Civil [...] faculta al Superior para que excepcionalmente cite a los
abogados para que informen oralmente, ello constituye una facultad del

866
MEDIOS IMPUGNATORIOS: RECURSO DE APELACION

juzgador, y en modo alguno una obligación; por lo que [...] la falta de


citación para informar oralmente en el presente caso [...] no constituye
afectación del derecho a la defensa del recurrente...” (Casación Nro. 30-
2004 / Cajamarca, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 3105-2005,
págs. 14186-14188).
- “... Dicho informe [oral] fue evacuado por el propio codemandado [...],
quien según lo informado por Relatoría, también es Letrado y por lo tanto,
no resulta viable restringirle su derecho a la defensa, pues, ello
contravendría lo previsto en el artículo 139, inciso 14° de la Carta
Magna...” (Casación Nro. 5279-2006 / Cañete, publicada en el Diario
Oficial El Peruano el 03-07-2007, págs. 19936-19937).

12.17 Jurisprudencia casatoria relacionada con los poderes del órgano


judicial que resuelve la apelación
La Corte Suprema de Justicia de la República, en relación a los poderes del
órgano judicial que resuelve la apelación (lo que abarca, en resumidas cuentas,
lo atinente a su competencia, al principio tantum apellatum cuantum devolutum,
al principio de plenitud, al principio de la prohibición de la reforma en perjuicio
del apelante, a la potestad del órgano judicial revisor de integrar la resolución
recurrida en caso de omisión de pronunciamiento sobre algún punto
controvertido, etc.), ha establecido lo siguiente:
- “... La calidad revisora del Juzgador Superior supone la facultad para
analizar los hechos, el material probatorio y el derecho aplicado y en su
caso exponer los que en su perspectiva están acreditados y que [sic -léase
qué-] normatividad legal es aplicable, no encontrándose obligado por los
argumentos que desde su óptica parcializada invoca el apelante...”
(Casación Nro. 2940-01 / Lima, publicada en el Diario Oficial El Peruano
el 02-02-2002, pág. 8321).
- “... En virtud al principio dispositivo en materia de impugnación los Jueces
Superiores solamente pueden conocer los agravios que fueron invocados
oportunamente por las partes y que fueron objeto de debate contradictorio;
no siendo posible por ende que en vía de apelación se conozcan hechos
nuevos por cuanto ello implicaría una vulneración de lo previsto en el
artículo sétimo del Título Preliminar del Código adjetivo, que establece que
el Juez no pude [sic -léase no puede-] ir más allá del petitorio ni fundar su
decisión en hechos diversos de los que han sido alegados por las partes...”

867
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

(Casación Nro. 2647-2000 / Arequipa, publicada en el Diario Oficial El


Peruano el 30-01-2001, pág. 6789).
- “... La Sala Revisora, al amparo del artículo trescientos sesenticuatro del
Código Procesal Civil, tiene la obligación de examinar y pronunciarse en si
[sic -léase en su-] sentencia, respecto del recurso de apelación interpuesto
contra la resolución de primera instancia; y no así [...] de los argumentos
extemporáneos que deduzcan las partes...” (Casación Nro. 2958-2002 /
Jaén, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 31-01-2003, pág. 9949).
- “... La revisión que efectúa [el Colegiado Superior] no implica un ‘novum
iudicium’, más bien sus poderes se encuentran limitados en función a la
pretensión impugnatoria, es decir, que el Tribunal no puede conocer fuera
de los puntos recurridos, siendo esa la razón por la cual al apelante se le
exige que sustente su pretensión impugnatoria, indicando el error de hecho
y de derecho en que se habría incurrido y precisando la naturaleza del
agravio, lo que viene a constituir el ‘thema decidendum’ del Colegiado, ya
que el agravio constituye la base objetiva del recurso [de apelación],
determina los alcances de la impugnación y los poderes de los que goza la
Instancia Superior para resolver el tema...” (Casación Nro. 3353-2000 / Ica,
publicada en el Diario Oficial El Peruano el 02-02-2002, pág. 8448).
- “... Para los efectos del pronunciamiento sobre los agravios puntualizados
en un recurso de apelación, el respeto al principio de la congruencia
procesal se encuentra concatenado con la atención al denominado ‘tantum
devolutum quantum appellatum’ [...]; de manera que el Colegiado revisor
deberá resolver en función a los agravios, errores de hecho y derecho, así
como el sustento de la pretensión impugnatoria que haya expuesto el
recurrente en su escrito de apelación. En ese orden de ideas, es
indispensable que el recurso de apelación contenga una adecuada
fundamentación del agravio, indicando el error de hecho o de derecho
incurrido en la resolución impugnada, y precisando su naturaleza, de tal
modo que el agravio u ofensa fija el thema decidendum -la pretensión- de la
Sala de revisión; pues la idea del perjuicio debe entenderse como base
objetiva del recurso [de apelación]; por ende, los alcances de la
impugnación de la resolución recurrida determinará los poderes de este
órgano Colegiado Superior para resolver de forma congruente la materia
objeto del recurso [de apelación]...” (Casación Nro. 611-2008 / La Libertad,
publicada en el Diario Oficial El Peruano el 03-09-2008, págs. 22878-
22880).

868
MEDIOS IMPUGNATORIOS: RECURSO DE APELACION

- “... De acuerdo a los principios procesales recogidos en el artículo 370 del


Código adjetivo [C.P.C.], el contenido del recurso de apelación establece la
competencia de la función jurisdiccional del Juez Superior; toda vez que
[...] aquello que se denuncie como agravio comportará la materia que el
impugnante desea que el Ad Quem revise, dando así a entender que se
encuentra conforme con los demás puntos o extremos (no denunciados) que
contenga la resolución impugnada, en caso de existir; principio éste
expresado en el aforismo tamtun [sic] appellatum, quantum devolutum.
[...] Que, lo anterior significa también que el Organo Jurisdiccional
Superior está obligado a pronunciarse sobre el o los agravios denunciados,
sea a favor o en contra o desestimarlos in límine por su improcedencia;
obligación que se asimila al principio de motivación escrita de las
resoluciones...” (Casación Nro. 3120-2007 / La Libertad, publicada en el
Diario Oficial El Peruano el 03-09-2008, págs. 22826-22827).
- “... En virtud al principio de congruencia procesal, el Juez debe dictar sus
resoluciones de acuerdo con el sentido y alcances de las peticiones
formuladas por las partes, y en el caso de la apelación, corresponde al
Superior resolver [...] en función a los agravios, los errores de hecho y de
derecho que sirven de sustento a la pretensión impugnatoria que haya
expuesto el recurrente, ya que de lo contrario no sólo infringirá el deber de
motivación, sino también el derecho de defensa, el principio de congruencia
y la doble instancia que asiste al apelante...” (Casación Nro. 4686-06 /
Lima, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 30-09-2008, págs.
23147-23148).
- “... La Sala Superior sólo está obligada a pronunciarse sobre las
pretensiones expuestas en los actos postulatorios o los agravios que
contiene la pretensión impugnatoria (la apelación), pero no sobre los
consignados en un escrito presentado con posterioridad a la vista de la
causa y menos aún sustentar su fallo en medios probatorios no ofrecidos
oportunamente por las partes...” (Casación Nro. 3558-2006 / Lima,
publicada en el Diario Oficial El Peruano el 02-01-2008, págs. 21198-
21199).
- “... Si bien la Corte Superior al absolver el grado de apelación de una
sentencia [...] conoce como instancia de todo el proceso, también lo es que
su facultad revisora se encuentra limitada a la expresión de agravios
formulados por los impugnantes, y únicamente [podrá] pronunciarse de
oficio cuando las nulidades procesales sean insubsanables, por lo que no se

869
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

configura el agravio relativo a que en la recurrida se ha efectuado una


apreciación parcial del proceso...” (Casación Nro. 3377-2000 / Ica,
publicada en el Diario Oficial El Peruano el 31-07-2001, págs. 7591-7592).
- “... La sentencia de vista [...] al revocar la apelada declarándola
improcedente, [...] [ha] resuelto extremos que ya no eran materia del
proceso ni de competencia del Ad-quem, yendo más allá de lo que las
partes en conflicto alegan e incluso resolviendo en contra de la autoridad de
cosa juzgada que adquirió la sentencia cuando la parte demandada renunció
expresamente a interponer recurso impugnatorio contra los otros extremos
de la misma, [...] incurriendo en causal de nulidad...” (Casación Nro. 1880-
98 / Ica, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 05-11-2001, pág.
7820).
- “... En atención al principio quantum apellatum, tantum devolutum, los
organismos revisores se pronuncian sólo [sobre] lo que es objeto de la
apelación...” (Casación Nro. 2413-2007 / Lima, publicada en el Diario
Oficial El Peruano el 03-09-2007, págs. 20381-20382).
- “... El principio ‘tantum devolutum, quantum appellatum’, [...] [consiste] en
que el Colegiado deberá resolver en función a los agravios, errores de
hecho, de derecho y el sustento de la pretensión impugnatoria que haya
expuesto el recurrente en su escrito de apelación...” (Casación Nro.
35512007 / Callao, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 31-01-
2008, pág. 21469).
- “... En virtud del principio tantum apellatum quantum devolutum el órgano
judicial revisor que conoce de la apelación sólo debe avocarse sobre
aquello que le es sometido en virtud del recurso, siendo en segunda
instancia que la pretensión del apelante al impugnar la resolución es la que
establece los extremos sobre los que debe versar la revisión que [va a]
realizar el Superior, no pudiendo conocer extremo [sic -léase extremos-]
que han quedado consentidos por las partes...” (Casación Nro. 5353-2006 /
Callao, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 30-06-2008, págs.
22385-22387).
- “... En virtud del principio tantum appellatum quantum devolutum, el
órgano judicial revisor que conoce de la apelación al absolver el grado solo
incide sobre aquello que le es sometido en virtud del recurso [de apelación],
no pudiendo avocarse al conocimiento de cuestiones que han quedado
firmes al no haber sido impugnadas por las partes...” (Casación Nro. 4665-

870
MEDIOS IMPUGNATORIOS: RECURSO DE APELACION

2006 / Callao, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 28-02-2007,


págs. 18900-18901).
- “... Conforme a lo dispuesto por el artículo 364 del Código Procesal Civil,
el juez superior tiene la facultad de poder revisar y decidir sobre todas las
cuestiones propuestas y resueltas por el juez inferior; empero, la extensión
de sus poderes esta [sic -léase está-] presidida por un postulado que limita
su conocimiento, recogido en el aforismo ‘tantum appelatum quantum
devolutum’, en virtud del cual, el tribunal de alzada sólo puede conocer
mediante la apelación los agravios que afectan al apelante...” (Casación
Nro. 2399-2007 / Lima, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 0109-
2008, págs. 22495-22496).
- “... El recurso de apelación [...] tiene una pretensión impugnatoria [...]
apoyada en concretos fundamentos de hecho y de derecho. [...] En sede del
recurso de apelación, la importancia de señalar cuál es el contenido de la
pretensión impugnatoria radica en que los fundamentos que se exponen en
el respectivo recurso, son los que deberán de dar mérito a la confirmación,
revocación o nulidad de la decisión sometida a revisión. [...] Así, los
fundamentos del recurso de apelación deben ser acordes al contradictorio
realizado, y en base a éste se dictará la sentencia respectiva; siendo que el
juzgador debe sentenciar en base a los argumentos de defensa que se
exponen en el referido medio impugnatorio; límite que supone el respeto al
‘principio de congruencia’; principio que implica el límite del contenido de
una resolución judicial, debiendo ésta ser dictada de acuerdo con el sentido
y alcances de la pretensión impugnatoria. [...] Entonces, en el caso concreto
del pronunciamiento de un recurso de apelación, el respeto al principio de
congruencia se encuentra concatenado con el respeto al principio
denominado ‘tantum devolutum quantum appellatum’ [...]; de manera que
[...] el Colegiado deberá resolver en función a los agravios, errores de
hecho y derecho y sustento de la pretensión impugnatoria que haya
expuesto el recurrente en su escrito de apelación...” (Casación Nro. 2051-
2008 / Loreto, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 02-122008,
págs. 23473-23474).
- “... La [resolución] recurrida ha infringido el principio aludido [principio
tantum apellatum cuantum devolutum] acerca de la incongruencia
incurrida, al pronunciarse sobre un agravio que no era el impetrado en el
recurso de apelación...” (Casación Nro. 717-2000 / Lima, publicada en el
Diario Oficial El Peruano el 02-01-2001, pág. 6704).

871
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

- “... Las decisiones jurisdiccionales deben versar sobre las cuestiones


controvertidas y alegadas por las partes, en ese sentido, en el caso de un
recurso de apelación los agravios formulados en este medio impugnatorio
constituyen el marco o límite para el pronunciamiento del órgano revisor,
pues, de lo contrario nos encontraríamos con [...] una sentencia
incongruente por exceso (al pronunciarse más de lo pedido) o por defecto
(al omitir pronunciamiento sobre lo pedido) violándose de este modo el
principio antes aludido, que en el recurso de apelación aparece establecido
en el aforismo tantum appellatum quantum devolutum, recogido en nuestro
Código Procesal Civil en el artículo 370...” (Casación Nro. 1917-2007 /
Lima, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 03-092008, págs. 22849-
22850).
- “... La Corte Superior al absolver el grado [apelación] conoce ex-novo, es
decir, conoce de todo el proceso como instancia, no estando limitada en su
conocimiento a los fundamentos que sirven de sustento al recurso de
apelación respectivo, sin embargo, no puede modificar la resolución
impugnada en perjuicio del apelante conforme lo dispone el artículo
trescientos setenta del Código Procesal acotado [C.P.C.]...” (Casación Nro.
1123-2000 / Ica, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 02-01-2001,
pág. 6689).
- “... El ordenamiento procesal ha adoptado como principio la prohibición de
la ‘reformatio in peius’, prevista en el artículo 370 del Código Procesal
Civil, de acuerdo al cual el Juez Superior no puede modificar la resolución
impugnada en perjuicio del apelante, salvo que la otra parte también
hubiera recurrido...” (Casación Nro. 1942-2007 / La Libertad, publicada en
el Diario Oficial El Peruano el 30-06-2008, págs. 22355-22356).
- “... Es principio procesal recogido en nuestro Código Adjetivo [C.P.C.] el
principio de la prohibición de la ‘reformatio in peius’ y que se encuentra
contenido en el primer párrafo del artículo trescientos setenta del citado
Código Adjetivo [C.P.C.], norma que señala [...] que el Juez Superior no
puede modificar la resolución impugnada en perjuicio del apelante, salvo
que la otra parte también haya apelado o se haya adherido. Sin embargo
puede integrar la resolución apelada en la parte decisoria, si la
fundamentación aparece en la parte considerativa; [...] conforme a lo que
establece tal principio de ‘reformatio in peius’, el Juez Superior está
prohibido de empeorar la situación del apelante, en los casos en los que no
ha mediado recurso de su adversario; siendo que la instancia Superior, al

872
MEDIOS IMPUGNATORIOS: RECURSO DE APELACION

resolver la apelación, no tiene más poderes que los asignados en el propio


recurso, no encontrándose autorizado a modificar el extremo de la sentencia
no recurrida [sic -léase no recurrido-]...” (Casación Nro. 314-2004 / Loreto,
publicada en el Diario Oficial El Peruano el 01-06-2006, pág. 16059).
- “... El principio NON RENORMATIO [sic -léase NON REFORMATIO-]
IN PEIUS, referente a la prohibición de la reforma en peor, tiene como
sustento el principio dispositivo del proceso civil, por el cual, el proceso
civil se inicia o promueve sólo a iniciativa de parte, y en el caso materia de
la impugnación, dicho principio se aplica en el sentido de que el juez
superior tiene conocimiento del proceso por iniciativa del impugnante, por
lo que [...] solamente puede pronunciarse sobre los extremos de la
apelación, no siendo viable emitir pronunciamiento sobre extremos no
impugnados en perjuicio del apelante. En ese sentido, el artículo 370 del
Código Procesal Civil [...] recoge el principio de la prohibición de la
reforma en peor o ‘reformatio in peius’, estableciendo que el juez superior
no puede modificar la resolución impugnada en perjuicio del apelante,
salvo que la otra parte también haya apelado o se haya adherido...”
(Casación Nro. 5507-2007 / Lima, publicada en el Diario Oficial El
Peruano el 03-09-2008, págs. 22846-22848).
- “... El presupuesto que justifica los medios impugnatorios contra las
resoluciones judiciales, es la posibilidad de la existencia del error humano,
lo que exige instancia de la parte que se considera agraviada. Quien esta
[sic -léase está-] conforme con lo resuelto no lo impugna, en otros términos
consiente lo resuelto. Por tanto, el Juez superior, de revisión, debe respetar
tal conducta procesal y no puede resolver en perjuicio del apelante. Tal
proceder se denomina [...] como la reformatio in Peius...” (Casación Nro.
633-2008 / Lima, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 03-09-2008,
pág. 22966).
- “... Se ha resuelto en perjuicio de la apelante, infringiendo lo dispuesto por
el artículo trescientos setenta del Código Procesal Civil e incurriendo en la
causal de nulidad contemplada en el artículo ciento setentiuno del Código
acotado...” (Casación Nro. 192-2000 / Lima, publicada en el Diario Oficial
El Peruano el 30-04-2001, págs. 7151-7152).
- “... La contravención de la ‘prohibición de la reforma en peor’ afecta el
derecho al debido proceso, toda vez que dicha institución tiene enorme
importancia en el recurso de apelación, ya que el Juez Superior debió
limitarse a los fundamentos del agravio del recurrente que han sido

873
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

expuestos en el escrito de apelación [...], esto es, revisar el extremo que lo


era [sic -léase que le era-] desfavorable tal como expresamente [...] era
solicitado; [...] estando a lo considerado se ha configurado la contravención
de las normas que garantizan el derecho a un debido proceso; por lo que la
resolución recurrida es merecedora a la sanción con nulidad...” (Casación
Nro. 36-2001 / Lima, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 31-07-
2001, pág. 7460).
- “... La resolución de mérito transgrede el proceso, toda vez que resuelve en
peor; estando prohibido al Ad-quem dictar sin iniciativa de parte interesada
una resolución que grave al recurrente más aún que la apelada, debiendo
limitarse a los extremos de la resolución impugnada que resultan
desfavorables al apelante; [...] en consecuencia se afecta el derecho al
debido proceso, conforme al artículo trescientos setenta del Código
Procesal Civil...” (Casación Nro. 4224-01 / Cajamarca, publicada en el
Diario Oficial El Peruano el 30-09-2002, pág. 9221).
- “... El artículo 370 del Código Procesal Civil [...] determina la competencia
del Juez Superior, señalando que éste no puede modificar la resolución
impugnada en perjuicio del apelante, salvo que la otra parte también haya
apelado o se haya adherido. [...] Que, en el caso de autos, [...] el
demandante interpuso recurso de apelación contra la sentencia expedida por
el Juez de Primera Instancia; no habiendo la parte demandada apelado
contra la misma ni tampoco presentado el recurso de adhesión; resultando
de aplicación al caso sub litis el principio que establece ‘que sólo conoce el
Tribunal de apelación aquello que el apelante plantea’. Que, siendo esto así,
habiendo el organismo Superior modificado la resolución impugnada en
perjuicio del apelante, se ha contravenido el derecho del actor a un debido
proceso...” (Casación Nro. 2705-2005 / Cajamarca, publicada en el Diario
Oficial El Peruano el 03-10-2006, pág. 17189).
- “... Se advierte que ciertamente se ha infringido el artículo trescientos
setenta del Código adjetivo [C.P.C.], que consagra la reformatio in pejus,
que es inmanente del principio dispositivo, pues el Superior no puede
modificar la resolución impugnada en perjuicio del apelante, salvo que la
otra parte también haya apelado o se haya adherido, lo que no ha ocurrido
en el presente caso...” (Casación Nro. 1906-2000 / Cuzco, publicada en el
Diario Oficial El Peruano el 30-04-2001, págs. 7165-7166).
- “... El Colegiado Superior tiene plenitud de poder revisar, conocer y decidir
sobre todas las cuestiones propuestas y resueltas por el juez inferior, sin

874
MEDIOS IMPUGNATORIOS: RECURSO DE APELACION

embargo, cabe precisar que la extensión de los poderes de la instancia de


alzada está presidida por un postulado que limita el conocimiento del
superior, recogido históricamente en el aforismo: tantum appellatum
quantum devolutum, en virtud del cual el Tribunal de alzada solo puede
conocer mediante la apelación de los agravios que afectan al impugnante;
[...] el postulado referido funciona como una limitación al tema objeto de la
alzada que se manifiesta concretamente en el principio denominado
‘reformatio in peius’ por el cual no se puede modificar la resolución
impugnada en perjuicio del apelante, el mismo que se encuentra recogido
en el artículo trescientos setenta del Código Procesal Civil, norma que se
funda en la presunción iure et de iure que quien no recurre consiente lo
desfavorable de la resolución dictada, aun cuando lo resuelto por el inferior
le sea beneficioso en líneas generales...” (Casación Nro. 36-2001 / Lima,
publicada en el Diario Oficial El Peruano el 31-07-2001, pág. 7460).
- “... Por el principio procesal [de] ‘reformatio in peius’, se prohíbe toda
posibilidad de reforma de la situación jurídica definida en primera instancia
que no sea consecuencia de una pretensión frente a la cual, aquél
[sic] en cuyo daño se produce tal reforma, no haya tenido ocasión de
defenderse, por tanto, en la reformatio in peius [la] sentencia de apelación
podrá ‘empeorar’ la situación de alguien [...] siempre que lo haga dentro de
un debate en el cual el apelante hubiera ejercido su derecho a la defensa en
forma irrestricta, liberando al Superior en grado de los límites establecidos
por lo ya acordado en primera instancia...” (Casación Nro. 754-2004 /
Lambayeque, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 01-03-2006, pág.
15690).
- “... En este caso solamente el recurrente apeló de la sentencia, por lo que no
era legalmente válido que el fallo se modificara en su perjuicio, de
improcedente a infundado, afectando con ello su derecho a un debido
proceso...” (Casación Nro. 1942-2007 / La Libertad, publicada en el Diario
Oficial El Peruano el 30-06-2008, págs. 22355-22356).
- “... Cabe analizar si la reforma de la sentencia de improcedente a infundada
implica una modificación que perjudica al apelante, ahora recurrente; [...] la
sentencia de primera instancia fue inhibitoria, dado que el A-Quo al
declarar improcedente la demanda no proveyó el fondo de la litis, por su
parte, la sentencia de vista, modificando la apelada, sí contiene un fallo de
mérito, relacionado con el derecho pretendido; [...] aparentemente, ambas
sentencias -tanto la apelada como la de vista- son desfavorables al

875
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

recurrente pues en ninguna de las dos instancias obtuvo un fallo que


responda a las preces de su demanda; [...] sin embargo la impugnada al
fallar sobre el fondo del asunto conlleva que una vez consentida y
ejecutoriada, ésta adquiera la santidad de cosa juzgada y ello, a su vez, tiene
como efecto que la parte favorecida -para el caso la parte demandada- tenga
certeza de la inmutabilidad del fallo que ésta contiene; [...] por su parte la
declaración de improcedencia al ser inhibitoria no afecta el derecho del
recurrente a solicitar nuevamente tutela jurisdiccional respecto a las mismas
peticiones de su demanda; de modo tal que, efectivamente la modificación
que contiene la impugnada es favorable a la parte demandada y por ende
desfavorable al recurrente...” (Casación Nro. 3464-2001 / Cusco, publicada
en el Diario Oficial El Peruano el 01-07-2002, pág. 8951).
- “... La prohibición de la reforma en peor se encuentra regulada en el
artículo trescientos setenta del Código Procesal Civil, que dispone que el
Juez Superior no puede modificar la resolución impugnada en perjuicio del
apelante, salvo que la otra parte también haya apelado o se haya adherido;
debiendo entenderse la citada norma en el sentido que la prohibición de la
reforma en peor está referida al fondo del asunto, pero no a situaciones de
índole procesal en cuyo caso el Juez Superior está facultado para declarar la
nulidad de los actos procesales conforme a la facultad conferida en el
artículo ciento setentiséis del Código Procesal Civil...” (Casación Nro.
2383-2001 / Camaná - Arequipa, publicada en el Diario Oficial El Peruano
el 01-06-2004, págs. 12067-12068).
- “... Si bien es cierto que únicamente la entidad impugnante apeló de lo
resuelto por el a-quo y la Sala Superior absolviendo el grado declaró la
nulidad de la recurrida; también lo es [...] que en virtud del principio de
plenitud, consagrado en el artículo 364 del Código Procesal Civil, el citado
órgano jurisdiccional está facultado a declarar la nulidad de la resolución
materia de revisión si considerase que en ella se ha incurrido en vicios
procesales insubsanables; por consiguiente, no se verifica la infracción del
principio procesal [de la reformatio in peius]...” (Casación Nro. 20392007 /
Lima, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 03-09-2007, págs.
20377-20378).
- “... [Se] acusa la contravención de los artículos 370 y 376 del Código
Procesal Civil, señalando que la Sala Superior ha transgredido el Principio
de ‘Reforma in Pejus’ [...]. Examinado el contenido del recurso se aprecia,
que, en cuanto al artículo 370 del referido Código Procesal, no puede ser

876
MEDIOS IMPUGNATORIOS: RECURSO DE APELACION

amparado, por cuanto se advierte que el Superior Jerárquico ha expedido


una resolución que declara nula la sentencia [apelada], por lo que se
observa que no se ha perjudicado al apelante...” (Casación Nro. 4259-
2001 / San Román, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 02-01-
2003, pág. 9826).
- “... La sentencia de vista en modo alguno viola el principio de prohibición
de reformatio in pejus contemplado en el artículo trescientos setenta del
Código Adjetivo [C.P.C.], debido a que sencillamente no reforma la
sentencia apelada en ningún modo, sino que la confirma...” (Casación Nro.
580-2005 / Lima, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 3108-2005,
pág. 14474).
- “... El numeral 370 del Código Procesal Civil, recoge en su primer párrafo
el principio de la reformatio in pejus, en el sentido que el Superior no puede
modificar la resolución impugnada en perjuicio del apelante; asimismo, tal
principio constituye una limitación que tiene el Colegiado encargado de la
revisión de la resolución impugnada, [...] limitación que incluso alcanza a
las nulidades de oficio, como facultad del Juez establecida en el segundo
párrafo del artículo 220 del Código Civil, ya que afectaría el principio de la
doble instancia...” (Casación Nro. 2529-2000 / Sullana, publicada en el
Diario Oficial El Peruano el 30-11-2001, págs. 8072-8073).
- “... La instancia Superior tiene las mismas facultades que el inferior para
examinar la demanda en todos sus aspectos...” (Casación Nro. 1837-2007 /
Lambayeque, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 30-06-2008,
págs. 22330-22331).
- “... El artículo 364 del citado Código Formal [C.P.C.] [...] recoge el
llamado principio de plenitud en virtud del cual, el órgano jurisdiccional
superior examina la solicitud [sic -léase examina a solicitud-] de parte o de
tercero legitimado, la resolución que le produzca agravio, con el propósito
de que sea anulada o revocada total o parcialmente. Siendo evidente [...]
que la aplicación del citado principio procesal supone que el órgano revisor
[de la apelación] examine adecuadamente los fundamentos de hechos [sic
-léase fundamentos de hecho-] y derecho, así como los agravios expresados
por el impugnante...” (Casación Nro. 4301-2007 / Puno, publicada en el
Diario Oficial El Peruano el 31-03-2008, págs. 21704-21705).
- “... La Sala Superior por el Principio de Plenitud tiene la facultad de revisar
todos y cada uno de los hechos y pruebas admitidas en el proceso, y

877
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

excepcionalmente pronunciarse sobre la validez de la relación jurídica


procesal si el aquo no lo advirtió en su oportunidad, salvo que el apelante
haya limitado su recurso impugnando sólo un extremo de la sentencia...”
(Casación Nro. 3675-2007 / Ica, publicada en el Diario Oficial El Peruano
el 30-01-2008, pág. 21415).
- “... El recurrente denuncia la contravención a las normas que garantizan el
derecho a un debido proceso respecto al artículo 466 del Código Procesal
Civil, bajo el argumento que cuando se interpuso la demanda, el Juez no
observó ningún requisito de procedencia aceptando que existía legitimidad
para obrar y declarando saneado el proceso, por lo que después de ello
precluye toda petición referida directa o indirectamente a la validez de la
relación y por ende el Organo Jurisdiccional carece de facultad para
declarar improcedente una demanda. Que analizada la denuncia se advierte
que el recurrente cuestiona las facultades [de las] que está investido el
Colegiado para resolver una controversia; sin embargo se debe dejar
establecido que por el principio de plenitud el Organo Superior tiene las
mismas facultades que el inferior, de tal manera que puede examinar la
demanda en todos sus aspectos, incluso analizar cuestiones no consideradas
por el inferior, motivo por el cual al declararse la improcedencia de
la demanda no se ha contravenido en forma alguna el debido proceso...”
(Casación Nro. 457-2003 / Cusco, publicada en el Diario Oficial El
Peruano el 01-03-2004, pág. 11554).
- “... En virtud del principio de plenitud, consagrado en el artículo 364 del
citado Código Formal [C.P.C.], la [...] Sala Superior esta facultada a
declarara [sic -léase está facultada a declarar-] la nulidad de la [resolución]
apelada si considera [...] la existencia de un vicio procesal determinante
para la solución del conflicto sub litis...” (Casación Nro. 1725-2007 / La
Libertad, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 30-07-2007, pág.
20040).
- “... Elevados los autos a la segunda instancia, la [...] Sala Superior está
ampliamente facultada a declarar la nulidad de oficio si considera [...] que
existe un vicio procesal de carácter insubsanable, lo que no implica atentar
contra el debido proceso...” (Casación Nro. 3157-2006 / Callao, publicada
en el Diario Oficial El Peruano el 03-07-2007, págs. 19932-19933).
- “... De acuerdo a nuestra normatividad, el recurso de apelación contiene
intrínsecamente el de nulidad, como señala el artículo 382 del Código

878
MEDIOS IMPUGNATORIOS: RECURSO DE APELACION

Adjetivo [C.P.C.], lo que permite al juez de revisiones [...] declarar una


nulidad sustancial, si fuera el caso...” (Casación Nro. 2781-2005 / Lima,
publicada en el Diario Oficial El Peruano el 03-10-2006, págs. 17190-
17191).
- “... Concedida la apelación, el Superior por el principio de plenitud, tiene
las mismas facultades que el inferior, de tal manera que puede examinar la
demanda en todos sus aspectos, analizando nuevamente la prueba y aún
[sic] admitir y analizar cuestiones no consideradas por el inferior. [...]
Empero, esa regla general queda limitada en casos en que el recurso se
interpone contra una parte determinada de la sentencia, pues entonces, el
revisor sólo puede pronunciarse sobre lo que es materia del mismo, lo que
se expresa en el aforismo latino tantum devolutum quantum apellatum,
circunscribiendo el debate a los extremos apelados...” (Casación Nro. 2251-
2007 / La Libertad, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 30-06-
2008, págs. 22356-22357).
- “... El Superior al momento de absolver el grado [en apelación] si bien debe
respetar dicho principio [de congruencia], al igual que el inferior, está
facultado a examinar la demanda en todos sus aspectos, analizando
nuevamente la prueba y aún [sic] admitir y analizar cuestiones no
consideradas por el inferior al amparo del principio de plenitud, siendo la
única limitación afectar al apelante, debiendo acotarse que ello se produce
cuando el juzgador expide una sentencia de fondo, esto es, pronunciándose
sobre el derecho de las partes...” (Casación Nro. 118-2007 / La Libertad,
publicada en el Diario Oficial El Peruano el 02-09-2008, págs. 22703-
22704).
- “... Cuando la Corte Superior absuelva el grado de apelación de las
sentencias, conoce ex novo, como instancia, por lo que su conocimiento no
se limitará únicamente a los agravios invocados en el recurso de apelación,
pues de advertir alguna nulidad que revista el carácter de insubsanable, la
declarará de oficio; del mismo modo, si advierte que no puede expedir un
pronunciamiento de mérito por encontrarse la demanda incursa en algunos
de los supuestos de improcedencia que prevé el artículo cuatrocientos
veintisiete del Cuerpo de Leyes procesales [C.P.C.], rechazará la demanda
sin declaración sobre el fondo...” (Casación Nro. 2720-01 / Chincha,
publicada en el Diario Oficial El Peruano el 01-04-2002, págs. 8582-8583).
- “... Si bien el trámite que se dio al recurso de apelación fue como si [se]
tratara [de] uno sin efecto suspensivo, cuando lo era con efecto suspensivo

879
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

en virtud de la queja amparada por la Sala, tal vicio no ha permitido que se


lleve la vista de la causa con la posibilidad de que la recurrente pueda
realizar el informe oral, sin embargo, de subsanarse el cargo no va a
cambiar el sentido de la resolución ya que [...] las alegaciones de la
impugnante en el recurso de apelación están referidas a aspectos que no se
formularon en la etapa correspondiente, de los cuales, al realizarse el
informe oral no podría apartarse la defensa, tampoco la Sala, en virtud del
principio ‘tantum devolutum quantum appellatum’, es decir, que tanto el
informante con el [sic -léase como el-] ad-quem deben incidir sobre aquello
que es sometido en virtud del recurso, siendo así, pese al defecto anotado
éste es subsanable de conformidad con el artículo ciento setentidós del
Código Procesal Civil...” (Casación Nro. 178-01 / Lima, publicada en el
Diario Oficial El Peruano el 02-07-2001, pág. 7374).
- “... En virtud del principio de plenitud el A quem está facultado a integrar
la resolución del juez cuando omita algún punto principal y accesorio; con
dicha actuación en modo alguno se ha vulnerado el derecho de defensa...”
(Casación Nro. 1705-2008 / Piura, publicada en el Diario Oficial El
Peruano el 02-12-2008, págs. 23415-23418).
- “... La integración [de la resolución] se puede efectuar ante la omisión del
pronunciamiento respecto a algún punto controvertido...” (Casación Nro.
1681-2005 / Ica, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 04-07-2006,
pág. 16510).
- “... Por el principio de integración procesal, no es que se falle sobre
extremos no cuestionados o apelados sino más bien se completa un acto
procesal que ha sido desarrollado, pero que el operador de justicia ha
omitido pronunciarse en la parte resolutiva de su sentencia...” (Casación
Nro. 4162-2007 / Lima, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 0312-
2008, pág. 23629).
- “... El artículo trescientos setenta del Código Procesal Civil, permite al Juez
Superior integrar la resolución apelada en la parte decisoria, si la
fundamentación aparece en la parte considerativa, lo que no ocurre en este
caso; [...] todo esto determina [...] que se ha incurrido en la sentencia de
vista en la causal de nulidad contemplada en el artículo ciento setentiuno
del acotado Código...” (Casación Nro. 2146-2000 / Lambayeque, publicada
en el Diario Oficial El Peruano el 01-03-2001, págs. 7013-7014).

880
MEDIOS IMPUGNATORIOS: RECURSO DE APELACION

- “... De conformidad con el artículo trescientos setenta del Código Adjetivo


[C.P.C.], el superior puede integrar la resolución apelada en la parte
decisoria, solamente si su fundamentación aparece en la parte
considerativa, circunstancia que no ocurrió en el presente caso y por ello no
pudo hacer uso de esta facultad, como se aprecia en la parte resolutiva de la
[resolución] recurrida, por lo que debió declarar nula la apelada
disponiendo que el Juez de la causa emita pronunciamiento expreso
respecto de todos los puntos controvertidos, por lo que siendo ello así, la
sentencia de vista incurrió en causal de nulidad del artículo ciento veintidós
inciso cuatro del Código Adjetivo [C.P.C.]...” (Casación Nro. 2050-98 / Ica,
publicada en el Diario Oficial El Peruano el 30-05-2001, pág. 7321).
- “... Si bien el Juez Superior tiene capacidad para integrar la resolución
apelada en la parte decisoria cuando la fundamentación se hace en la parte
considerativa; empero, no puede integrar una resolución contraviniendo
normas sustantivas de caducidad...” (Casación Nro. 3754-2000 / Huaura,
publicada en el Diario Oficial El Peruano el 31-08-2001, págs. 7612-7613).
- “... La sentencia de mérito [de vista] incurre en causal de nulidad por
resolver contra el texto expreso de la ley que expresamente determina que
no se puede modificar una sentencia, en todo caso debió declarar la nulidad
de la misma por no ser clara ni precisa la parte resolutiva; [...] por las
razones expuestas, la sentencia de mérito ha contravenido el artículo
trescientos setenta del Código Procesal Civil, al alterar los considerandos
de la sentencia recurrida, incurriendo en causal de nulidad prevista por
el artículo ciento setentiuno del mismo Cuerpo Legal...” (Casación
Nro. 3754-2000 / Huaura, publicada en el Diario Oficial El Peruano el
31-082001, págs. 7612-7613).
- “... Conforme a lo dispuesto en el segundo párrafo del artículo trescientos
setenta del Código Procesal Civil, cuando señala que ‘Cuando la apelación
es de un auto, la competencia del superior sólo alcanza a éste y a su
tramitación’, el órgano judicial revisor está limitado a lo que es objeto de
cuestionamiento a través de los agravios denunciados en el medio
impugnatorio interpuesto, así como [...] a ejercer, por las instancias de
mérito, de manera excepcional la revisión del proceso en caso de advertir
nulidades trascendentes e insubsanables que determinen la nulidad del
proceso...” (Casación Nro. 900-2004 / Lima, publicada en el Diario Oficial
El Peruano el 28-02-2006, pág. 15422).

881
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

12.18 Jurisprudencia casatoria relacionada con la decisión del recurso de


apelación
La Corte Suprema de Justicia de la República, en relación a la decisión del
recurso de apelación, ha establecido lo siguiente:
- “... Cuando la sentencia deriva de un órgano o tribunal, son las normas de
derecho público las que regulan el modo como se forma y producen sus
efectos; así, de acuerdo a la Ley Orgánica del Poder Judicial, se pueden
advertir dos niveles de formación de sentencia de un órgano colegiado: a)
aquella emitida en el mismo día de la votación o vista de la causa,
conforme prevé el artículo ciento treintitrés de la citada norma, y b) cuando
es emitida una vez que el Colegido [sic -léase el Colegiado-] decide dejar al
voto en otro momento para mayor estudio del caso de acuerdo al artículo
ciento treintinueve de la misma ley; [...] en ambos casos, se puede producir
el acto de discordia por el cual un miembro del Colegiado estima no estar
de acuerdo con el voto del ponente, expone su voto y las razones que lo
motivan, el mismo que según el artículo ciento cuarenticuatro de la citada
Ley se notifica el punto que determina la discordia y en la misma
resolución se llama al vocal dirimente expedito y se señala día y hora para
la vista de la causa que será conocido [sic] por bajo su dirección; [...] en tal
sentido, las normas citadas describen el iter formativo de la decisión de un
órgano Colegiado, así los actos que se desarrollan en dirección al
nacimiento de la sentencia se promueven en una dinámica concatenada de
actos vinculados el uno al otro (lógico), en un espacio temporal
(cronológico) y orientado a [un] fin (teleológico):
el nacimiento de la decisión a través de la cual ésta sólo será válida si
observa el iter descrito que, por el significado social que tiene al resolver el
conflicto de intereses y asegurar la paz social en justicia[,] es de interés
público...” (Casación Nro. 678-2005 / Lima, publicada en el Diario Oficial
El Peruano el 30-10-2006, págs. 17436-17437).
- “... El artículo 141 de la Ley Orgánica del Poder Judicial [...] establece que
en las Cortes Superiores tres votos conformes hacen resolución, tratándose
de las resoluciones que ponen fin a la instancia; mientras que en los demás
casos, bastan dos votos conformes. El artículo 121 del Código Procesal
Civil, en su parte principal señala que, mediante los autos, el juez resuelve
la admisibilidad o el rechazo de la demanda o de la reconvención, el
saneamiento, la interrupción, la conclusión en general y las demás formas
de conclusión especial del proceso. La doctrina jurisprudencial, en su

882
MEDIOS IMPUGNATORIOS: RECURSO DE APELACION

orientación mayoritaria, asume que debe distinguirse los autos que no


deciden el fondo de la contradicción [sic], de aquellos que, resolviendo un
conflicto de intereses, de orden jurídico, ponen fin al proceso; y que, por
ende, en las Cortes Superiores se requiere de tres votos conforme [sic -léase
conformes-] cuando se trata de resoluciones que ponen fin a la instancia; en
cambio, los dos votos que hacen resolución por mayoría relativa, son
suficientes cuando se trata de las demás situaciones incidentales o de
trámite procesal relevante, sin perjuicio de la motivación correspondiente
en cada caso...” (Casación Nro. 5619-2007 / Lima, publicada en el Diario
Oficial El Peruano el 01-12-2008, págs. 23359-23360).
- “... Resulta evidente que la resolución de vista recaída en autos ha puesto
fin a la instancia, por consiguiente, resulta de ineludible cumplimiento que
la misma contenga tres votos conformes, pues de no ser así, la decisión se
torna en inválida...” (Casación Nro. 4557-2007 / Lima, publicada en el
Diario Oficial El Peruano el 03-09-2008, págs. 22898-22899).
- “... El A’quo declara infundada la contradicción [...], resolución que es
apelada [...] y la [...] Sala Civil [...], vista la causa [...], dos vocales se
pronuncian porque se confirme la [resolución] apelada y uno porque se
declare nula. [...] Conforme a lo dispuesto por el artículo 141 de la Ley
Orgánica del Poder Judicial se requiere de tres votos conformes para hacer
resolución [tratándose de resoluciones que ponen fin a la instancia]. [...] En
consecuencia, [...] la resolución impugnada de vista debe ser declarada
nula...” (Casación Nro. 5455-2007 / Lima, publicada en el Diario Oficial El
Peruano el 02-12-2008, pág. 23438).
- “... La sentencia [de vista] representa la decisión del Colegiado integrado
por los tres Vocales; [...] los considerandos contenidos en el voto dirimente
no son parte integrante de los fundamentos de la resolución impugnada, por
lo que no existe la contradicción o incoherencia aludida por la recurrente...”
(Casación Nro. 2256-2000 / Callao, publicada en el Diario Oficial El
Peruano el 30-01-2001, pág. 6866).
- “... El Vocal Dirimente se adhiere al voto de los señores [Vocales] [...],
conforme se aprecia en la sentencia [...], haciendo suyos los fundamentos
que contiene la citada resolución [...]; [...] la Ley Orgánica del Poder
Judicial en sus artículos ciento cuarenticuatro y ciento cuarenticinco, no
exige una nueva motivación para la adhesión al voto de otro Vocal...”
(Casación Nro. 1396-2007 / Cusco, publicada en el Diario Oficial El
Peruano el 02-12-2008, págs. 23533-23534).

883
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

- “... El voto del doctor [Vocal] [...] no forma parte de la sentencia de vista,
sino es un voto singular...” (Casación Nro. 2732-2000 / Ayacucho,
publicada en el Diario Oficial El Peruano el 30-04-2001, págs. 7213-7214).
- “... De acuerdo al artículo ciento cuarentiuno del Texto Unico Ordenado de
la Ley Orgánica del Poder Judicial, en las Cortes Superiores tres votos
conformes hacen resolución, tratándose de las que ponen fin a la instancia,
y en los demás casos bastan dos votos conformes; estableciendo el artículo
ciento veintidós quinto párrafo del Código Procesal Civil, que cuando los
órganos jurisdiccionales colegiados expidan autos, sólo será necesaria la
conformidad y firma del número de miembros que hagan mayoría relativa;
preceptos estos de los cuales se concluye indubitablemente que en las Salas
Civiles de las Cortes Superiores se requieren de tres votos conformes para
arribar a una sentencia; [...] en ese orden, el artículo ciento cuarenticuatro
de la misma Ley Orgánica [...] prescribe que: ‘Si resulta discordia, se
publica y notifica el punto que la motiva, bajo sanción de nulidad. En la
misma resolución se llama al Vocal dirimente expedito y se señala día y
hora para la vista de la causa por él’; lo que significa que la discordia se
puede producir sobre uno [o] más puntos de lo resuelto en la sentencia
impugnada; y si ello es así, la discordia en uno de dichos puntos puede ser
superada si se produce un voto conforme con otros dos anteriores, haciendo
resolución en ese punto o extremo, sin perjuicio de continuar con la
discordia respecto del otro u otros puntos hasta que la discordia
desaparezca en definitiva...” (Casación Nro. 1758-2005 / Ica, publicada en
el Diario Oficial El Peruano el 01-12-2006, págs. 18046-18047).
- “... En cuanto al voto discordante del Vocal [...], tal voto no es susceptible
de dejar sin efecto la votación en mayoría que ha dado lugar a la resolución
cuestionada [resolución de vista]...” (Casación Nro. 3224-2006 / Cusco,
publicada en el Diario Oficial El Peruano el 03-01-2008, págs. 21372-
21373).
- “... Conforme lo establece el penúltimo párrafo del artículo ciento
treintiocho de la [...] Ley Orgánica del Poder Judicial, en las resoluciones
que emitan las Salas deben consignarse expresamente los votos
discordantes y los singulares. Tal mandato legal, sin embargo, no se ha
cumplido en autos, [...] en ese orden de ideas, se concluye que la sentencia
impugnada [sentencia de vista] se encuentra viciada de nulidad, en atención
a lo dispuesto en el artículo ciento setentiuno del Código Procesal Civil,
toda vez que ha sido emitida en forma incompleta, con transgresión de las

884
MEDIOS IMPUGNATORIOS: RECURSO DE APELACION

formas esenciales para su validez y eficacia; siendo así no cumple con su


finalidad, como es el de [sic -léase como es la de-] otorgar garantías
mínimas que aseguren un juzgamiento imparcial y justo...” (Casación Nro.
1554-04 / Piura, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 01-06-2006,
págs. 16085-16086).
- “... Se aprecia que por resolución [...] se corrigieron los votos discordantes
[...] pero sin sustento alguno, toda vez que de lo actuado no aparecen los
fundamentos de dichos votos, más aún si se tiene en cuenta que ésta
resolución [sic -léase esta resolución-] no ha sido notificada a ninguna de
las partes procesales; [...] se debe agregar a ello, que el artículo ciento
cuarentitrés, segundo párrafo, del Texto Unico Ordenado de la Ley
Orgánica del Poder Judicial señala que: ‘Una vez emitidos los votos, no
pueden ser modificados salvo que el voto discordante concuerde con el
voto del ponente, antes que emita su voto el dirimente, de lo que se deja
constancia en autos’; empero, en el presente caso no se advierte que se haya
presentado dicha situación a fin de que se justifique la alteración de los
votos tantas veces citados; [...] en tal sentido, se concluye que las graves
irregularidades incurridas por la Sala Superior importan afectación al
derecho de defensa y al debido proceso de la recurrente, los que determinan
la nulidad de la resolución...” (Casación Nro. 2924-2004 / Lima, publicada
en el Diario Oficial El Peruano el 01-12-2006, pág. 18036).
- “... En el presente caso no se trata de que hay dos sentencias, sino que al
haber coincidido los señores vocales respecto de uno de los extremos de la
demanda y habiendo discordia sobre el otro extremo, cuando se resuelve
esta discordia, se complementa el fallo y constituye uno sólo y en él se han
resuelto todos los puntos controvertidos, por lo que no existe infracción a
las formas esenciales para la eficacia y validez de los actos procesales...”
(Casación Nro. 4024-2001 / Arequipa, publicada en el Diario Oficial El
Peruano el 01-07-2002, págs. 8951-8952).
- “... Los artículos 141 y 144 de la Ley Orgánica del Poder Judicial [...]
señalan que en las Cortes Superiores tres votos conformes hacen
resolución, precisando que en caso de existir discordia, se pública [sic
-léase se publica-] y notifica el punto que la motiva, bajo sanción de
nulidad, llamándose al vocal dirimente. [...] Que, en el caso de autos, se
aprecia que con la expedición del voto suscrito por el Doctor [Vocal] [...] la
opinión de confirmar la sentencia apelada en el extremo que declaraba
infundada la demanda de nulidad de acto jurídico, contaba con tres votos

885
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

válidos que hacían resolución, de conformidad con el artículo 141 de la Ley


Orgánica del Poder Judicial. [...] Que, sin embargo al subsistir la discordia
en cuanto al extremo de la reconvención formulada por la recurrente, el
vocal llamado por Ley para dirimir dicho aspecto, omitió pronunciarse
sobre dicho punto, y contrariamente se adhirió a la opinión de que la
apelada sea declarada nula, lo que trajo consigo que se expidieran dos
resoluciones con decisiones contradictorias. [...] Que, siendo ello así, es
evidente que la Sala de mérito ha incurrido en infracción de las formas
esenciales contenidas en los artículos 141 y 144 de la Ley Orgánica del
Poder Judicial...” (Casación Nro. 1389-2001 / Callao, publicada en el
Diario Oficial El Peruano el 01-03-2002, págs. 8485-8486).
- “... La expedición de la sentencia [de vista] impugnada se encuentra viciada
de nulidad, en atención a lo dispuesto en los artículos ciento setentiuno y
ciento veintidós inciso séptimo del Código Procesal Civil, toda vez que ha
sido suscrita por un Vocal que no ha intervenido en la vista de la causa ni
escuchado los argumentos de defensa de la parte demandada, con
transgresión de las formas esenciales para su validez y eficacia; siendo así
no cumple con su finalidad, como es el de otorgar garantías mínimas que le
aseguren un juzgamiento imparcial y justo...” (Casación Nro. 2448-03 / La
Libertad, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 30-11-2004, págs.
13118-13119).
- “... Como es de verse de autos, se tiene que el doctor [Vocal] [...] ha
emitido su voto sin haber escuchado el Informe Oral [...], siendo esto así la
Sala Superior debió haber declarado nula dicha vista de la causa y señalar
con ello nueva fecha con los Vocales conformados [...], lo que no ocurrió;
por lo que se estaría vulnerando el Principio de Inmediatez, que tiene por
objeto que el Juez, quien en definitiva va a resolver el conflicto de intereses
o la incertidumbre jurídica tenga mayor contacto posible con todos los
elementos subjetivos (partes, terceros) y objetos (documentos, lugares), que
conformen el proceso, por esta razón el Juez puede participar en la
realización de todos los actos procesales y es que la cercanía puede
proporcionar mayores y mejores elementos de convicción; [...] en
consecuencia [...] se [...] estaría recortando el derecho de defensa...”
(Casación Nro. 2848-2003 / Amazonas, publicada en el Diario Oficial El
Peruano el 31-01-2005, págs. 13459-13460).
- “... El llamamiento de un Juez de Primera Instancia para completar Sala
Superior, aun cuando sea temporal, es una promoción...” (Casación Nro.

886
MEDIOS IMPUGNATORIOS: RECURSO DE APELACION

5941-2007 / Cusco, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 31-


032008, pág. 21764).
- “... El artículo ciento cuarentiuno del Texto Unido [sic -léase Unico-]
Ordenado de la Ley Orgánica del Poder Judicial establece que en las Cortes
Superiores tres votos conformes hacen resolución, tratándose de las
resoluciones que ponen fin a la instancia, estableciendo ese mismo artículo
que todos los votos se emiten por escrito, máxime cuando se trata de la
ponencia del Vocal Ponente que a tenor de lo previsto en el artículo ciento
treintiocho in fine de la acotada ley debe constar por escrito, con la fecha de
emisión, de entrega y la firma respectiva; [...] en ese sentido, si bien el
artículo ciento cuarentinueve del Texto Unico Ordenado de la Ley Orgánica
del Poder Judicial establece que no será necesaria la firma del Vocal en la
resolución respectiva, ello es siempre y cuando obre en el expediente el
voto por escrito del Vocal respectivo, toda vez que será ese voto el que
formará parte de la resolución a emitir, no siendo necesario en este caso
nuevamente la firma del Magistrado referido...” (Casación Nro. 1660-01 /
Amazonas, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 02-02-2002, págs.
8338-8339).
- “... Si bien es cierto que la sentencia de vista no ha sido suscrita por el
Vocal [...], sin embargo, en la misma resolución se deja constancia que tal
situación responde a que dicho Magistrado fue trasladado a la Corte
Superior de [...], pero es el caso que cumplió con emitir su voto escrito, en
consecuencia se ha cumplido con lo establecido por el artículo ciento
cuarentinueve de la Ley Orgánica del Poder Judicial, consecuentemente no
existe la irregularidad denunciada...” (Casación Nro. 2835-2000 / San
Román, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 30-01-2001, pág.
6801).
- “... De los actuados y de las copias solicitadas por este Supremo Tribunal
[...] se advierte que [...] el señor vocal [...] dejó su voto escrito y firmado en
el sentido de que se confirme la sentencia apelada que declara infundada
la demanda en donde se advierte también los votos de los señores vocales
[...], en donde se adhieren al voto del aludido magistrado; con lo que se
evidencia que se dio cumplimiento a lo estipulado en el artículo 141 de la
Ley Orgánica del Poder Judicial. [...] Que, el hecho que el señor vocal [...]
no firmara la resolución que hace sentencia final por motivo de su
fallecimiento, no la invalida por cuanto la Sala de mérito al sobrevenir tal
hecho, dio estricto cumplimiento a lo normado en el artículo 149 primer

887
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

párrafo del Texto Unico Ordenado de la Ley Orgánica del Poder Judicial.
[...] Que, además, es de acotar que los votos de los señores vocales son
archivados en Relatoría, votos que sólo son consignados en el expediente
principal hasta que se dirima la causa, luego de lo cual son sacados los
originales y archivados; por lo que la Relatora cuando señala que el señor
vocal [...] ha dejado suscrito su voto se encuentra de acuerdo a los hechos
[...]. [...] Siendo así, la resolución [...] se encuentra de acuerdo a ley y al
proceso, no siendo susceptible de causal de nulidad prevista en el numeral 7
del artículo 122 del Código Procesal Civil...” (Casación Nro. 1621-2004 /
Lima, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 30-10-2006, págs.
17329-17330).
- “... La resolución de vista [...] que pone fin a la instancia tiene la calidad de
sentencia y se pronuncia sobre el fondo de la pretensión controvertida; sin
embargo aparece suscrita solamente por dos magistrados [...]; no
apareciendo el voto del Vocal Ponente [...], tal como lo exige el artículo
ciento treintiocho de la Ley Orgánica del Poder Judicial que establece que
la ponencia debe estar escrita y firmada por el vocal designado; asimismo el
artículo ciento cuarentinueve del Texto Unico Ordenado de la Ley Orgánica
del Poder Judicial precitada establece que aún en el caso de impedimento,
traslado, licencia, vacaciones, cese o promoción, los Vocales tienen la
obligación de emitir su voto por escrito en las causas que hubieren
intervenido el que forma parte de la resolución, no siendo necesario la
firma de ésta por el Vocal referido, supuesto que tampoco se produce en el
caso de autos en el que no obra agregado a sus antecedentes, el voto escrito
del Vocal [Ponente] [...]. [...] Que, bajo dicho aspecto, la sentencia de vista
no cumple con el requisito esencial que establece el artículo ciento
veintidós, inciso sétimo, del Código Procesal Civil concordado con el
artículo ciento cuarentiuno de la Ley Orgánica del Poder Judicial; [...] en
consecuencia, se ha incurrido en las causales de nulidad previstas en los
incisos cuarto y sétimo del artículo ciento veintidós del Código Procesal
Civil; por lo que siendo así y en virtud a lo preceptuado en el artículo ciento
setentiséis, in fine, del acotado Código Adjetivo, debe declararse la nulidad
de la sentencia de vista y renovarse el proceso
a fin de que la Sala Superior emita nueva resolución con arreglo a ley
subsanando los vicios procesales incurridos...” (Casación Nro. 1547-00 /
Arequipa, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 30-04-2003, págs.
10459-10460).

888
MEDIOS IMPUGNATORIOS: RECURSO DE APELACION

- “... La sentencia de vista no cumple con la exigencia de contener el número


de firmas necesarias para hacer resolución, incurriéndose por tanto en
causal de nulidad prevista en el artículo ciento veintidós del Código
Procesal Civil, por lo que corresponde declarar la nulidad de la citada
resolución a pesar de no haber sido alegada por el recurrente, ello en virtud
a que se trata de una nulidad insubsanable que atenta contra las normas de
orden público, siendo por ello aplicable la facultad de declarar de oficio las
nulidades insubsanables a que se contrae el artículo ciento setentiséis in
fine concordante con el artículo noveno del título Preliminar del Código
Adjetivo [C.P.C.]...” (Casación Nro. 1660-01 / Amazonas, publicada en el
Diario Oficial El Peruano el 02-02-2002, págs. 8338-8339).
- “... El hecho de no hacerse público el nombre el Magistrado sobre el cual
recae la ponencia de la sentencia [de vista] impugnada no implica la
transgresión del artículo ciento treintiocho de la Ley Orgánica del Poder
Judicial, pues esta norma no lo exige y tampoco se considera como causal
de nulidad; aún más, la carencia de tal publicidad no impide a la recurrente
iniciar las acciones que crea conveniente contra el Vocal ponente de la
mencionada sentencia...” (Casación Nro. 3674-2002 / Lima, publicada en el
Diario Oficial El Peruano el 31-03-2003, págs. 10324-10325).
- “... Mediante resolución [...] se señaló nueva fecha para la vista de la causa
por haber sido devuelto el proceso sin resolver por el Vocal Ponente que
fue rotado a otra Sala, [y] ello no es mérito suficiente para declarar vía
casación la nulidad de la sentencia expedida, pues si bien dicha
irregularidad origina la aplicación de sanciones disciplinarias contra el
Vocal que omitió expedir su voto conforme a ley, el proceso no se supedita
a la voluntad del Vocal que incumple sus obligaciones, pues ante tal
omisión el Presidente de la Sala está facultado a integrar el Colegiado con
los llamados por ley, conforme lo establece el segundo párrafo del artículo
ciento cuarentinueve del Texto Unico Ordenado de la Ley Orgánica del
Poder Judicial...” (Casación Nro. 1330-99 / Tumbes, publicada en el Diario
Oficial El Peruano el 02-05-2002, págs. 8665-8666).
- “... Formulada la apelación el Superior puede anular, revocar o confirmar la
resolución materia de grado de acuerdo a lo que señala el artículo 364
del Código Procesal Civil...” (Casación Nro. 2735-2006 / Lima, publicada
en el Diario Oficial El Peruano el 30-07-2007, págs. 20087-20088).

889
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

- “... La Sala Superior al resolver en grado de apelación conoce de la causa


ex novo, y puede según el caso confirmar, revocar o anular la [resolución]
apelada...” (Casación Nro. 1431-2007 / Arequipa, publicada en el Diario
Oficial El Peruano el 30-10-2007, pág. 20885).
- “... Las Salas Superiores cuando conocen la apelación de un fallo, deben
confirmarlo, cuando están de acuerdo con lo resuelto en primera instancia,
o revocarlo y reformándolo cuando no coinciden con el fallo[,] o declararlo
nulo, pudiendo extender la nulidad hasta el folio que se considere
pertinente, pudiendo llegar inclusive a declarar nulo todo lo actuado e
improcedente la demanda...” (Casación Nro. 3132-2000 / Huánuco,
publicada en el Diario Oficial El Peruano el 31-08-2001, pág. 7607).
- “... Cuando la Sala [Superior] conoce en grado de apelación puede anular,
revocar o confirmar la resolución impugnada como resulta del artículo 364
del Código Procesal Civil, que regula el objeto de la apelación,
pronunciamientos que respectivamente dependerán de la existencia de un
vicio que motive la anulación, de la discrepancia con el pronunciamiento
emitido por el a-quo o de su concordancia con él, aún cuando se cuente con
distinta motivación...” (Casación Nro. 2309-2003 / Lima, publicada en el
Diario Oficial El Peruano el 28-02-2005, pág. 13702).
- “... Por mandato del artículo trescientos sesenticuatro del Código Adjetivo
[C.P.C.] el objeto del recurso de apelación es el reexamen de la resolución
que le produzca agravio al apelante con el objeto de anularla o revocarla,
total o parcialmente; pero nunca hacer declarar las dos cosas a la vez...”
(Casación Nro. 308-01 / Lima, publicada en el Diario Oficial El Peruano el
31-07-2001, pág. 7468).
- “... Se constata de la resolución impugnada que su parte resolutiva
contraviene flagrantemente el [...] principio de plenitud, pues, es un hecho
incuestionable que el impugnante apeló contra la totalidad de la sentencia
[de] primera instancia por no encontrarla conforme y no sólo sobre algunos
aspectos de la misma, como equívocamente ha considerado la Sala Superior
al absolver el grado. Es que [...] de la parte resolutiva de la sentencia de
vista no aparece que se haya confirmado, revocado o anulado la sentencia
apelada, no bastando para ello que se declare la improcedencia del recurso
de apelación para concluir en que el organismo revisor ha emitido una
resolución en plena observancia de lo prescrito en el artículo

890
MEDIOS IMPUGNATORIOS: RECURSO DE APELACION

122 inciso 4° del Código Procesal Civil. [...] la resolución impugnada se ha


tornado en nula por la deficiencia procesal antes anotada, no existiendo
pronunciamiento válido...” (Casación Nro. 4301-2007 / Puno, publicada en
el Diario Oficial El Peruano el 31-03-2008, págs. 21704-21705).
- “... La sentencia de vista [...] no ha confirmado, ni revocado ni declarado
nula la sentencia apelada, sino que pronunciándose como si se tratara de un
Juzgado especializado en lo Civil ha declarado improcedente la demanda,
ni tampoco ha citado el artículo cuatrocientos veintisiete del Código
Adjetivo [C.P.C.], ni el inciso pertinente de dicho dispositivo, incurriendo
en la causal de nulidad contemplada en el artículo ciento setentiuno del
Código acotado [C.P.C.]...” (Casación Nro. 3132-2000 / Huánuco,
publicada en el Diario Oficial El Peruano el 31-08-2001, pág. 7607).
- “... Los magistrados revisores tienen la facultad legal de confirmar la
sentencia venida en grado, modificando total o parcialmente [...] las
consideraciones utilizadas por el magistrado inferior...” (Casación Nro.
2004-01 / Lima, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 30-11-2001,
págs. 8139-8140).
- “... La Sala [Superior] resuelve confirmar la sentencia apelada de primera
instancia; en consecuencia ambas sentencias se integran jurídica y
fácticamente en lo que sea pertinente...” (Casación Nro. 1020-2001 / Lima,
publicada en el Diario Oficial El Peruano el 01-10-2001, pág. 7747).
- “... Si se revoca una sentencia, como la que es materia de autos, en la parte
que declara infundada la demanda, en la sentencia de vista ha debido de
precisarse la parte de la resolución que se revoca e imponerse la decisión
que corresponda si la posición de la Sala Superior es la de decidir en
sentido contrario al del Juez...” (Casación Nro. 2185-2000 / Cusco,
publicada en el Diario Oficial El Peruano el 01-10-2001, págs. 7701-7702).
- “... Nuestro ordenamiento procesal civil recoge el sistema de la libre
valoración de la prueba, si la Instancia Superior no está de acuerdo con la
valoración de los medios probatorios efectuados por el Inferior Jerárquico,
[...] le corresponde su atribución revocatoria del fallo apelado, pero no
puede disponer que éste varíe la convicción a la que haya arribado, pues
ello implicaría contrariar su independencia...” (Casación Nro. 26532000 /
Lima, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 30-11-2001, pág. 8060).
- “... Si bien la Sala [Superior] considera que no se ha cumplido con
compulsar en forma conjunta los medios probatorios, ello no puede originar

891
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

la nulidad de la sentencia, desde que en virtud de la instancia plural


consagrada en nuestra Carta Política en el numeral precitado [art. 139],
inciso sexto[,] debió emitir pronunciamiento de fondo resolviendo el
conflicto de intereses de las partes previa compulsa conjunta de los medios
probatorios y, en su caso, haciendo uso de la facultad que le confiere el
artículo ciento noventicuatro del Código Procesal Civil, lo que no fue así,
atentando de dicho modo contra el principio de celeridad procesal al
declarar nula la apelada por consideraciones que pudo haber corregido en
virtud de la instancia plural, puesto que la Sala Superior de mérito
constituye una segunda instancia y no una Sala de Casación...” (Casación
Nro. 2394-2001 / Ica, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 01-
042002, pág. 8577).
- “... Con el recurso de apelación el impugnante pretende que la instancia
superior anule o revoque la resolución porque ésta le causa agravio. Más
[sic -léase Mas-], [...] la Sala debe ‘anular’ o ‘revocar’ (confirmar de
estimar carente de sustento legal y/o fáctico lo alegado), por lo que el
pronunciamiento dependerá de si lo atacado constituye una formalidad en la
resolución impugnada o si más bien se cuestiona la decisión...” (Casación
Nro. 1846-2000 / Tacna, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 01-
03-2001, pág. 7005).
- “... Entre otras, es facultad del Tribunal de mérito la valoración jurídica del
hecho y de las pruebas aportadas al proceso, en virtud de lo cual puede
emitir un pronunciamiento concordante, en todo o en parte, o discordante
con el emitido por el Juez de primera instancia, asimismo, puede declarar la
nulidad de éste cuando concurran las causales previstas para ello en la
norma adjetiva...” (Casación Nro. 1798-2000 / Tacna, publicada en el
Diario Oficial El Peruano el 01-03-2001, pág. 7004).
- “... Si el Colegiado Superior advertía prueba que desvirtuara el derecho de
la demandante, lo que le correspondía era emitir un pronunciamiento de
fondo y no sancionar una nulidad...” (Casación Nro. 257-2005 / Lima,
publicada en el Diario Oficial El Peruano el 01-12-2006, págs. 18014-
18015).
- “... Si el Colegiado Superior considera que la conclusión a la que arribó el
Juez de la causa es errada, pues debe resolver conforme a lo que indique su
criterio jurisdiccional y a lo que aparezca de las pruebas incorporadas al
proceso, pero no es viable declarar la nulidad de una resolución por

892
MEDIOS IMPUGNATORIOS: RECURSO DE APELACION

el hecho de tener una apreciación diferente de los hechos...” (Casación Nro.


3672-2006 / Lima, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 0301-2008,
págs. 21395-21396).
- “... La argumentación de la sentencia de vista [...] tiende a desvirtuar la
decisión tomada por la [resolución] apelada y por ello su fallo debió estar
dirigido a revocarla si lo consideraba pertinente y no a anularla, por no
tratarse de una cuestión de formalidad...” (Casación Nro. 1846-2000 /
Tacna, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 01-03-2001, pág. 7005).
- “... La sentencia apelada tiene fundamentos de hecho y de derecho y realiza
la valorización de las pruebas de acuerdo al criterio del juez y si la Sala
Superior no está de acuerdo con dicha valoración, ni con el criterio del
Juez, estaba facultada a revocar la sentencia apelada, con su propia
valoración y criterio, pero no para anular el fallo apelado, que no contenía
ninguna causal de nulidad; [...] todo esto determina que en la resolución de
vista se ha incurrido en la causal de nulidad contemplada en el artículo
ciento setentiuno del Código Procesal Civil...” (Casación Nro. 584-2002 /
Cusco, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 0110-2002, pág. 9314).
- “... En la resolución de vista aparece que la Sala [Superior] anula la
sentencia apelada [...], pero en vez de anular los actos procesales se
pronuncia sobre el fondo del asunto [...]; en el presente caso la Sala
Superior [...] ha confundido la nulidad con la revocación. [...] Que, en
consecuencia, la resolución de vista ha infringido [...] el artículo ciento
veintidós inciso cuarto del Código Adjetivo [C.P.C.] en la parte que exige
que las resoluciones judiciales deben ser claras y precisas respecto de lo
que deciden u ordenan...” (Casación Nro. 1193-2000 / Moquegua,
publicada en el Diario Oficial El Peruano el 02-01-2001, pág. 6691).
- “... Como se puede ver de la sentencia de vista la Sala [Superior] emite
pronunciamientos de fondo para declarar la nulidad de la apelada,
sosteniendo que el A Quo no ha resuelto de acuerdo al mérito de lo actuado
ni al derecho como lo dispone el inciso tercero del artículo ciento veintidós
del Código Procesal Civil; [...] dicha argumentación [...] corresponde a un
pronunciamiento de fondo, pues resulta un atentado contra la lógica jurídica
y contra la argumentación jurídica que se utilicen fundamentos de fondo
para anular una resolución cuando lo correcto es que se dicte la resolución
correspondiente de acuerdo a la apreciación de la Sala revisora; [...] siendo
ello así, la segunda instancia, al momento de dictar la sentencia inhibitoria
ha vulnerado el Principio de Congruencia, pues existe una fractura lógica

893
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

entre lo considerado y lo resuelto por la Sala Superior, incurriendo por su


parte en infracción del inciso tercero del artículo ciento veintidós del
Código Procesal Civil, en consecuencia se debe reponer el proceso al
estado en que se cometió el vicio...” (Casación Nro. 2054-2001 / Lima,
publicada en el Diario Oficial El Peruano el 0104-2002, pág. 8509).
- “... Existe una afectación del debido proceso, cuando indebidamente la Sala
[Superior] pretende anular una sentencia cuyos defectos son subsanables...”
(Casación Nro. 1466-2005 / Lima, publicada en el Diario Oficial El
Peruano el 30-11-2006, págs. 17897-17898).
- “... La sentencia de vista al pronunciarse conforma en un extremo y anula
en otro la apelada mandando a expedir un nuevo fallo, lo que constituye
una aberración jurídica pues genera una duplicidad de sentencia que atenta
contra toda lógica afectando el deber de expresión claro y preciso que sobre
todos los puntos controvertidos debe contener una resolución...” (Casación
Nro. 1846-2000 / Tacna, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 01-
03-2001, pág. 7005).
- “... El Colegiado Superior, pese a señalar en la sentencia de mérito que el
Juez de la causa no ha llevado a cabo un examen profundo para determinar
el monto de los intereses moratorios y compensatorios que se reclaman, no
revoca la sentencia de primera instancia en cuanto a dicho extremo y la
reforma convenientemente, sino que más bien la declara nula y ordena que
el Juez de la causa expida un nuevo pronunciamiento al respecto,
confirmando los demás extremos de la apelada; [...] conforme a lo señalado
precedentemente, el Tribunal de mérito estaba facultado para llevar a cabo
una nueva valoración de los hechos y pruebas, por lo que carece de sustento
el declarar la nulidad parcial de la sentencia apelada, como ocurre en el
presente caso...” (Casación Nro. 1798-2000 / Tacna, publicada en el Diario
Oficial El Peruano el 01-03-2001, pág. 7004).
- “... La Sala de revisión al haber revocado una sentencia que ya no era
objeto de apelación y que aun más había sido anulada por la propia Sala
Superior, ha infringido lo dispuesto en los incisos tres y cuatro del artículo
ciento veintidós del Código Adjetivo [C.P.C.], concordado con el artículo
trescientos sesenticuatro del mismo código, pues la sentencia de vista no se
sujeta a mérito [sic -léase al mérito-] de lo actuado en el proceso; [...] en
consecuencia debe ampararse el recurso de casación [...], debiéndose
declararse nula la sentencia de vista [...] a fin de que la Sala Superior
expida nueva resolución con arreglo a ley...” (Casación Nro. 3028-00 /

894
MEDIOS IMPUGNATORIOS: RECURSO DE APELACION

Tumbes, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 31-07-2001, págs.


7434-7435).
- “... El juzgador al expedir la nueva sentencia no está constreñido a seguir el
mismo criterio de la sentencia anulada, ya que ésta ha quedado sin efecto
alguno para el proceso, y al hacerlo nuevamente es procedente que la dicte
en un sentido distinto al anulado o puede incluso coincidir con éste,
dependiendo de la posición que asuma luego de la valoración de la prueba
fijando los hechos y aplicando el derecho...” (Casación Nro. 1883-2000 /
Arequipa, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 0201-2001, págs.
6654-6655).
- “... Las anteriores resoluciones emitidas por la [...] Sala Civil [...] no
resultan vinculantes para los Magistrados que suscriben la [resolución]
recurrida, en razón de [...] tratarse de diferentes miembros de dicho órgano
jurisdiccional...” (Casación Nro. 1321-07 / Lambayeque, publicada en el
Diario Oficial El Peruano el 02-01-2008, págs. 21256-21257).
- “... La sentencia de vista analizando los medios probatorios ha llegado a la
conclusión de que la demanda es infundada y con ello no se afecta la tutela
jurisdiccional efectiva, porque es una de las formas de definir un proceso...”
(Casación Nro. 3182-2000 / La Libertad, publicada en el Diario Oficial El
Peruano el 01-03-2001, pág. 7053).
- “... La Sala Civil como instancia de mérito tiene dentro de sus facultades de
revisión, anular, confirmar o revocar los fallos apelados y la existencia de la
doble instancia no significa resoluciones conformes, por lo que en tanto
quede modificada la resolución impugnada, siempre se asumirá una
decisión nueva como de primer grado y la garantía de la instancia plural no
queda afectada por la opción del recurso extraordinario de casación...”
(Casación Nro. 2278-00 / Lima, publicada en el Diario Oficial El Peruano
el 30-01-2001, pág. 6868-6869).
- “... No se ha resuelto uno de los extremos de la apelación, incurriéndose en
la causal de nulidad contemplada en el artículo ciento setentiuno del
Código Procesal Civil...” (Casación Nro. 1112-2001 / Lima, publicada en el
Diario Oficial El Peruano el 30-11-2001, pág. 8126).
- “... Ha existido sólo un pronunciamiento parcial en cuanto a los agravios
formulados por el apelante, lo que determina una motivación deficiente de
parte del Ad quem al no circunscribirse a los alcances del recurso de

895
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

apelación interpuesto, lo que constituye contravención de lo dispuesto en el


artículo ciento treinta y nueve inciso quinto de la Constitución Política
del Estado, [...] en consecuencia [...] habiéndose expedido la sentencia de
vista sin observarse lo dispuesto en el artículo ciento treinta y nueve inciso
quinto de la Constitución Política del Estado [...], la citada resolución
adolece de nulidad insubsanable conforme al artículo ciento setenta y uno
del glosado dispositivo procesal [C.P.C.], correspondiendo en consecuencia
declarar su nulidad...” (Casación Nro. 514-2007 / Lima, publicada en el
Diario Oficial El Peruano el 02-12-2008, págs. 23560-23561).
- “... La resolución de vista ha omitido pronunciarse respecto de los agravios
contenidos en el recurso de apelación; por tanto, queda claro que se ha
incurrido en [...] contravención de las normas que garantizan el derecho a
un debido proceso...” (Casación Nro. 2638-2007 / Lima, publicada en el
Diario Oficial El Peruano el 02-09-2008, págs. 22813-22814).
- “... Es nula la sentencia [de vista] que no se pronuncia sobre todos los
extremos que son materia de apelación, de conformidad con el inciso 4° del
artículo 122 del Código adjetivo [C.P.C.]...” (Casación Nro. 1441-2001 / La
Merced, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 01-03-2002, pág.
8463).
- “... No obstante los argumentos expuesto [sic -léase expuestos-] por el co
ejecutado en su recurso de apelación, el Colegiado al absolver el grado, ha
omitido pronunciarse sobre todos los extremos allí indicados, [...] lo que
evidencia una afectación del derecho de defensa como principio y garantía
de la tutela jurisdiccional, que conlleva la nulidad del fallo conforme
establece el segundo párrafo del artículo ciento veintidós en concordancia
con el numeral ciento setentiuno del Código Adjetivo citado [C.P.C.]...”
(Casación Nro. 3670-2006 / Lima, publicada en el Diario Oficial El
Peruano el 02-09-2008, págs. 22653-22654).
- “... En cuanto a los poderes de la instancia de alzada, estos están precisados
en el artículo 370 [del C.P.C.], de tal manera que al pronunciar la sentencia
superior no es obligatorio referirse y refutar todos los argumentos
formulados en la apelación, a la manera de un ejercicio dialéctico...”
(Casación Nro. 2888-2006 / La Libertad, publicada en el Diario Oficial El
Peruano el 31-08-2007, págs. 20096-20097).
- “... La apelada se pronuncia sobre los puntos controvertidos, y el grado, la
instancia de apelación los ha absuelto, como se aprecia de la [resolución] de

896
MEDIOS IMPUGNATORIOS: RECURSO DE APELACION

vista [...]. La recurrente exige que la fundamentación de la vista rebata uno


por uno los argumentos de [la] apelación. Tal planteamiento carece de
sustento legal...” (Casación Nro. 381-2006 / Cono Norte, publicada en el
Diario Oficial El Peruano el 31-01-2007, págs. 18616-18617).
- “... Si bien el artículo ciento noventisiete del Código Procesal Civil impone
al Juzgador la obligación de valorar en forma conjunta todos los medios
probatorios, utilizando su apreciación razonada, también lo faculta a que en
su resolución exprese únicamente las valoraciones esenciales y
determinantes que sustentan su decisión, consecuentemente, el hecho de
que la sentencia no haga mención a los fundamentos que sustentan el
recurso de apelación no significa que estos no hayan sido analizados; en
consecuencia, no existe recorte del derecho de defensa del demandado...”
(Casación Nro. 18-2002 / Huánuco, publicada en el Diario Oficial El
Peruano el 31-05-2002, págs. 8794-8795).
- “... La Sala [Superior] al dictar sentencia en grado de apelación no puede
sustituir la vía procedimental, por cuanto cada vía exige determinados
requisitos; y [...] en el presente caso reúne lo previsto en el artículo
cuatrocientos veinticinco del Código Procesal Civil...” (Casación Nro.
2736-2000 / Lima, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 30-042001,
pág. 7214).
- “... No siempre la falta de mención de los argumentos expuestos en el
recurso de apelación puede significar la falta de pronunciamiento sobre los
mismos, cuando de los considerandos que sustentan un fallo [...] subyace
inexorablemente la expresión de lo que decide, consecuentemente, no es
exacta la afirmación que en la recurrida no se han merituado los
fundamentos del recurso de apelación...” (Casación Nro. 1123-2000 / Ica,
publicada en el Diario Oficial El Peruano el 02-01-2001, pág. 6689).

12.19 Jurisprudencia casatoria relacionada con la adhesión a la apelación


La Corte Suprema de Justicia de la República, en relación a la adhesión a la
apelación, ha establecido lo siguiente:
- “... La figura de la adhesión a la apelación [...] es aquel instituto que tiene
lugar cuando se expide una resolución que produce agravio a ambas partes,
por lo que, planteado el recurso correspondiente, la otra parte puede
adherirse a él solicitando, al igual que el apelante, que se pronuncie sobre
extremos omitidos por el A Quo o revoque la resolución cuestionada en lo

897
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

que resulte agraviante o perjudicial para el adherente...” (Casación Nro.


2187-2006 / Ica, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 30-07-2007,
págs. 20074-20075).

- “... La figura procesal de la adhesión a la apelación es aquel instituto que


tiene lugar cuando se expide una resolución judicial que produce agravio a
ambas partes, por lo que planteado y concedido el recurso de apelación
correspondiente, la otra parte o su representante pueden adherirse a él,
solicitando al igual que el apelante que se modifique o revoque la
resolución cuestionada en lo que resulte agraviante o perjudicial para el
adherente y en base a la propia fundamentación del último o, inclusive, a la
invocada por el apelante...” (Casación Nro. 3032-2003 / Lima, publicada en
el Diario Oficial El Peruano el 28-02-2006, pág. 15398).
- “... La adhesión a la apelación tiene una fundamentación autónoma, pues
obviamente el agravio que la sustenta difiere del que ampara a la apelación;
[...] además, la autonomía de aquélla se expresa en que el desistimiento de
la apelación [...] no la afecta...” (Casación Nro. 3114-2000 / Huaura,
publicada en el Diario Oficial El Peruano el 01-03-2001, pág. 7048).
- “... La ley concede mediante la adhesión [a la apelación] una nueva
oportunidad a la parte que ha sido vencida parcialmente o que ha vencido
parcialmente, que no apeló de la sentencia del A Quo pero su parte
contraria sí, de cuestionar también la sentencia apelada en los extremos que
la agravian y que lógicamente difieren de los del impugnante [apelante]; lo
que significa [...] que la Sala Revisora está en la obligación de pronunciarse
no sólo de los agravios expuestos por el impugnante [apelante] sino
también de los introducidos por el adherente...” (Casación Nro. 1066-2006 /
Lima, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 02-10-2007, págs.
20746-20748).
- “... En este caso, el recurrente interpuso recurso de apelación, el que fue
declarado inadmisible de plano por haber acompañado una tasa judicial
diminuta con relación a la cuantía y vía procedimental; [...] a pesar de ello
el recurrente se adhirió [...] al recurso de apelación interpuesto por la parte
demandante; [...] resulta así que el recurrente ha interpuesto dos recursos de
apelación contra la sentencia dictada de primera instancia; [...] el artículo
trescientos sesenta del Código Procesal Civil prohíbe a una parte interponer
dos recursos contra una misma resolución; [...] en consecuencia existe
norma procesal que impide al que interpuso recurso de apelación y se
declaró inadmisible el mismo [...] adherirse posteriormente al recurso de

898
MEDIOS IMPUGNATORIOS: RECURSO DE APELACION

apelación presentado por la otra parte...” (Casación Nro. 3624-2000 / Lima,


publicada en el Diario Oficial El Peruano el 3107-2001, pág. 7454).

899
CAPITULO XXVI

MEDIOS IMPUGNATORIOS:
RECURSO DE CASACION

1. CONCEPTO
El recurso de casación es aquel medio impugnatorio vertical y
extraordinario procedente en supuestos estrictamente determinados por la ley y
dirigido a lograr que el máximo tribunal (Corte Suprema de Justicia) revise y
revoque o anule las resoluciones expedidas por las Salas Superiores como
órganos de segundo grado (que pongan fin al proceso), que infringen la
normatividad material o procesal a tal punto que la referida infracción incide
directamente en la parte decisoria de la resolución de que se trate, provocando
así un fallo ilegal, irregular, indebido o injusto.
A través del recurso de casación se fiscaliza, por un lado, el quehacer
judicial en la aplicación de la ley, y, por otro, se salvaguarda la uniformidad de
ésta y la de la jurisprudencia nacional, resultando un instrumento de gran
utilidad para lograr la seguridad jurídica y la igualdad de las personas ante la
ley. Sirve, entonces, el recurso de casación, no para cautelar simplemente
intereses particulares y específicos de las partes, sino principalmente para velar
por la correcta aplicación del derecho objetivo y la integridad del ordenamiento
jurídico y de la jurisprudencia nacional vinculante, cumpliendo así una función
protectora del interés público.
Gómez de Liaño González sostiene que la casación “es un recurso
extraordinario de carácter jurisdiccional que cabe exclusivamente por motivos
determinados frente a resoluciones definitivas, también determinadas dictadas
por los Tribunales de instancia. No se trata de una tercera instancia, y en
consecuencia para poder ser utilizado precisa no sólo la lesividad o gravamen de
la resolución recurrida, sino la presencia de unos motivos determinados...”
(GOMEZ DE LIAÑO GONZALEZ, 1992: 525).
Montero Aroca, Gómez Colomer, Montón Redondo y Barona Vilar refieren
que “… el recurso de casación controla el correcto entendimiento y aplicación
de las normas o jurisprudencia aplicables al fondo de litigios concretos, al

901
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

tiempo que unifica los criterios a seguir en la interpretación de aquéllas cuando


hubieran de aplicarse a situaciones similares” (MONTERO AROCA; GOMEZ
COLOMER; MONTON REDONDO; y BARONA VILAR, 2003, Tomo II:
445).
Mariano Arbonés cataloga al recurso de casación como “... un instituto
jurídico-procesal destinado a lograr una interpretación uniforme de la
legislación uniforme (error in iudicando) o el ejercicio de la función de
superintendencia jurídica sobre la administración de justicia (error in
procedendo), pero siempre limitado exclusivamente a la cuestión jurídica”
(ARBONES, 1990: 49).
Este medio impugnatorio se encuentra regulado en el Capítulo IV
(“Casación”) del Título XII (“Medios impugnatorios”) de la Sección Tercera
(“Actividad procesal”) del Código Procesal Civil, en los arts. 384 al 400.

2. FINES
En opinión de Devis Echandía, la casación persigue principalmente un
doble fin: “... la defensa del derecho objetivo contra el exceso de poder por
parte de los jueces o contra las aplicaciones incorrectas que de la ley hagan y la
unificación de su interpretación, es decir, de la jurisprudencia,
necesaria para la certidumbre jurídica y para que exista una verdadera igualdad
de los ciudadanos ante la ley. Sólo secundariamente tiene como fin otorgarle a la
parte agraviada con la sentencia o con el vicio de procedimiento, una
oportunidad adicional para la defensa de sus derechos” (DEVIS ECHANDIA,
1985, Tomo II: 644).
Escobar Fornos afirma que “la casación se da con la finalidad de defender a
la ley contra las sentencias que la infrinjan. También tiende a uniformar la
jurisprudencia. Estos dos fines se complementan” (ESCOBAR FORNOS, 1990:
234). “En esta forma se pretende cumplir el principio de igualdad ante la ley, a
aplicarse a todos con el mismo alcance. Pero no debe desconocerse el interés
secundario de reparar el agravio del recurrente” (ESCOBAR FORNOS, 1990:
234).
Para Reimundín, “la casación como todos los recursos está destinada a
mantener la exacta observancia de la ley, pero lo que se busca es la uniformidad
en la aplicación de la ley por la decisión de un organismo superior”
(REIMUNDIN, 1957, Tomo II: 82).

902
MEDIOS IMPUGNATORIOS: RECURSO DE CASACION

Monroy Cabra asegura que la casación tiene dos fines: “... a) Un fin de
interés público, que es la tutela del derecho objetivo y la unificación de la
jurisprudencia nacional; y b) un interés privado, que es la enmienda del agravio
o perjuicio inferido a la parte por la sentencia” (MONROY CABRA, 1979:
350).
El artículo 384 del Código Procesal Civil versa sobre los fines del recurso
de casación, infiriéndose de dicho numeral que tales fines son los siguientes: A)
La adecuada aplicación del derecho objetivo al caso concreto.
B) La uniformidad de la jurisprudencia nacional por la Corte Suprema de
Justicia.

3. RESOLUCIONES OBJETO DE CASACION


El Código Procesal Civil, en el inciso 1) del artículo 387, norma las
resoluciones contra las que puede interponerse el recurso de casación,
desprendiéndose del citado precepto legal que dicho medio impugnatorio
únicamente procede contra:
A) Las sentencias expedidas por las Salas Superiores que, como órganos
de segundo grado, ponen fin al proceso.
B) Los autos expedidos por las Salas Superiores que, como órganos de
segundo grado, ponen fin al proceso.
Sobre el particular, cabe señalar que discrepamos de lo señalado en el inciso
1) del artículo 387 del Código Procesal Civil, por cuanto restringe
injustificadamente el recurso de casación a aquellas resoluciones (sentencias o
autos) expedidas en segundo grado por las Salas Superiores. A nuestro modo de
ver, la procedencia de dicho medio impugnatorio debe abarcar las decisiones
que en revisión sean dictadas por los órganos jerárquicamente inferiores a las
Salas Superiores y que pongan fin al proceso porque: A. los asuntos tratados por
aquéllos no son menos importantes (especialmente para las partes) que los que
llegan a ser conocidos por las últimas; y B. la posibilidad de infracción al
derecho objetivo o de apartamiento inmotivado del precedente judicial, que
motivaría la interposición del recurso de casación, es aún mayor en los procesos
ventilados ante los órganos de inferior grado al de las Salas Superiores. Por
consiguiente, en salvaguarda de los fines, sobre todo los de interés público, que
persigue el recurso extraordinario en cuestión, y que pueden verse frustrados por
la exclusión, como objeto del recurso de casación, de las resoluciones judiciales

903
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

dictadas en revisión (o segundo grado o segunda instancia) por órganos


jurisdiccionales distintos a las Salas Superiores y que ponen fin al proceso,
somos de la opinión que debe efectuarse la correspondiente reforma legislativa y
hacerse extensiva la impugnación en vía de casación a aquellas resoluciones
emanadas de Jueces de inferior grado al de las Cortes Superiores y que disponen
la conclusión de la litis. Creemos, además, que el hecho de no ser la Corte
Suprema de Justicia el órgano inmediatamente superior a aquellos cuyas
resoluciones se encuentran excluidas en nuestra legislación de ser conocidas en
casación, no obsta la reforma que postulamos, dado lo importante que resulta el
cumplimiento de los fines asignados al recurso de casación.
Es de destacar que, dentro del ámbito civil, el recurso de casación también
puede ser interpuesto contra:
A) Las resoluciones expedidas por las Cortes Superiores que se
pronuncien sobre los recursos de anulación dirigidos contra laudos
arbitrales, anulándolos en forma total o parcial (art. 64 -inc. 5)- del
Decreto Legislativo que norma el Arbitraje: Decreto Legislativo Nro.
1071).
B) Las resoluciones expedidas por las Cortes Superiores que se
pronuncien sobre el reconocimiento de un laudo emitido en el
extranjero, cuando no se hubiera reconocido en parte o en su totalidad
el referido laudo (art. 76 -inc. 4)- del Decreto Legislativo que norma el
Arbitraje: Decreto Legislativo Nro. 1071).
No podemos dejar de mencionar que si no se cumple con el requisito de
admisibilidad del recurso de casación consistente en que se interponga contra las
sentencias y autos expedidos por las Salas Superiores que, como órganos de
segundo grado, ponen fin al proceso, requisito previsto en el inciso 1) del
artículo 387 del Código Procesal Civil, la Corte (Suprema) rechazará de plano el
recurso de casación e impondrá al recurrente una multa no menor de diez ni
mayor de cincuenta Unidades de Referencia Procesal en caso de que considere
que su interposición tuvo como causa una conducta maliciosa o temeraria del
impugnante (art. 387 -penúltimo párrafo- del C.P.C.).

4. CAUSALES DE CASACION
El artículo 386 del Código Procesal Civil contempla las causales de
casación, desprendiéndose de dicho numeral que tales causales son las que se
indica seguidamente:

904
MEDIOS IMPUGNATORIOS: RECURSO DE CASACION

A. Infracción normativa que incida directamente sobre la decisión


contenida en la resolución impugnada, pudiendo ser la norma de que se
trate de naturaleza material (sustantiva) o procesal (adjetiva).
B. Apartamiento inmotivado del precedente judicial (siendo éste lo que se
conocía antes como doctrina jurisprudencial). En nuestra opinión, dado
el carácter vinculante del precedente judicial respecto de todos los
órganos jurisdiccionales de la República, el apartamiento del
precedente judicial
sólo podría configurarse cuando la hipótesis de que trata dicho
precedente no se subsume o encuadra con exactitud dentro del caso
concreto que es materia de juzgamiento (lo que, en puridad, no
constituye un apartamiento del precedente judicial sino un supuesto de
no aplicación -total o parcial- del mismo por no corresponder ello); por
lo tanto, la causal casatoria de apartamiento inmotivado del precedente
judicial tendrá lugar si la Sala Superior respectiva, por error o
arbitrariedad, considera que el precedente judicial no se adecua al caso
concreto, cuando en realidad sí ocurre tal adecuación. Otro supuesto
(aunque poco probable de que acontezca) en que operaría la causal
casatoria de apartamiento inmotivado del precedente judicial estaría
representado por el hecho de que la Sala Superior respectiva aplique al
caso concreto un precedente judicial que fue posteriormente
modificado por otro vía el pleno casatorio de ley. Acerca del
precedente judicial, el artículo 400 del Código Procesal Civil prescribe:
a) que la Sala Suprema Civil puede convocar al pleno de los
magistrados supremos civiles a efectos de emitir sentencia que
constituya o varíe un precedente judicial; b) que la decisión que se
tome en mayoría absoluta de los asistentes al pleno casatorio constituye
precedente judicial y vincula a los órganos jurisdiccionales de la
República, hasta que sea modificada por otro precedente; c) que los
abogados podrán informar oralmente en la vista de la causa, ante el
pleno casatorio; d) que el texto íntegro de todas las sentencias
casatorias y las resoluciones que declaran improcedente el recurso se
publican obligatoriamente en el Diario Oficial, aunque no establezcan
precedente; y e) que la publicación se hace dentro de los sesenta días
de expedidas, bajo responsabilidad.

5. REQUISITOS DEL RECURSO DE CASACION

905
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

La admisión y procedencia del recurso de casación se halla condicionada a


la observancia de determinados requisitos que serán vistos en los puntos que
siguen.

5.1 Requisitos de admisibilidad


Los requisitos de admisibilidad del recurso de casación están regulados en
los incisos 1) al 4) del artículo 387 del Código Procesal Civil y son los
siguientes:
1. La interposición del recurso de casación contra las sentencias y autos
expedidos por las Sala Superiores que, como órganos de segundo
grado, ponen fin al proceso.
Es de resaltar que, en el ámbito civil, también procede plantear recurso de
casación contra las resoluciones expedidas por las Cortes Superiores
que se pronuncien sobre los recursos de anulación dirigidos contra
laudos arbitrales, anulándolos en forma total o parcial (art. 64 -inc. 5)-
del Decreto Legislativo Nro. 1071), y contra las resoluciones expedidas
por las Cortes Superiores que se pronuncien sobre el reconocimiento de
un laudo emitido en el extranjero, cuando no se hubiera reconocido en
parte o en su totalidad el referido laudo (art. 76 -inc. 4)- del Decreto
Legislativo Nro. 1071).
2. La interposición del recurso de casación ante el órgano que emitió la
resolución impugnada o ante la Corte Suprema, acompañando copia de
la cédula de notificación de la resolución impugnada y de la expedida
en primer grado, certificada con sello, firma y huella digital, por el
abogado que autoriza el recurso de casación y bajo responsabilidad de
su autenticidad.
Debe tenerse presente que en el caso de que el recurso de casación sea
presentado ante la Sala Superior, ésta deberá remitirlo (junto con el
expediente del proceso, se entiende) a la Corte Suprema sin más
trámite dentro del plazo de tres días. También debe tenerse en
consideración que, en caso de que el recurso de casación haya sido
presentado ante la Sala Suprema, la parte recurrente deberá poner en
conocimiento de la Sala Superior este hecho dentro del plazo de cinco
días de interpuesto el recurso de casación, bajo responsabilidad (art.
393 -in fine- del C.P.C.). Además, si el recurso de casación fue
interpuesto ante la Sala Suprema, ésta oficiará a la Sala Superior

906
MEDIOS IMPUGNATORIOS: RECURSO DE CASACION

ordenándole que remita el expediente en el plazo de tres días, debiendo


la Sala Superior poner en conocimiento de las partes su oficio de
remisión del expediente, a fin de que se apersonen y fijen domicilio
procesal en la sede de la Corte Suprema (art. 391 -parte pertinente del
inc. 2)- del C.P.C.).
3. La interposición del recurso de casación dentro del plazo de diez días,
contado desde el día siguiente de notificada la resolución que se
impugna, más el término de la distancia cuando corresponda.
4. La interposición del recurso de casación adjuntando el recibo de la tasa
respectiva.
Si no se cumple con los requisitos de admisibilidad del recurso de casación
previstos en los numerales 1) y 3) del artículo 387 del Código Procesal Civil
(referidos, como se viera líneas arriba, a las resoluciones contra las que puede
interponerse dicho recurso y al plazo dentro del cual debe ser planteado), la
Corte (Suprema) rechazará de plano el recurso de casación e impondrá al
recurrente una multa no menor de diez ni mayor de cincuenta Unidades de
Referencia Procesal en caso de que considere que su interposición tuvo como
causa una conducta maliciosa o temeraria del impugnante (art. 387 -penúltimo
párrafo- del C.P.C.).
Si el recurso de casación no cumple con los requisitos previstos en los
numerales 2) y 4) del artículo 387 del Código Procesal Civil (referidos, como se
señalara anteriormente, al órgano ante el cual se interpone dicho recurso y los
anexos que debe acompañarse al mismo, así como al recibo de pago de la tasa
por concepto de recurso de casación), la Corte (Suprema) concederá al
impugnante un plazo de tres días para subsanarlo, sin perjuicio de sancionarlo
con una multa no menor de diez ni mayor de veinte Unidades de Referencia
Procesal si su interposición tuvo como causa una conducta maliciosa o
temeraria. Vencido el plazo sin que se produzca la subsanación, se rechazará el
recurso de casación (art. 387 -último párrafo- del C.P.C.).
Es de destacar que, conforme se desprende del primer párrafo del artículo
391 del Código Procesal Civil, la Corte Suprema declarará la inadmisibilidad
del recurso de casación si se ha incumplido con los requisitos de admisibilidad
previstos en el artículo 387 de dicho cuerpo de leyes. Y, en caso de que tales
requisitos hayan sido cumplidos, la Corte Suprema se pronunciará a
continuación sobre la procedencia o improcedencia del mencionado medio
impugnatorio.

907
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

5.2 Requisitos de procedencia


Los requisitos de procedencia del recurso de casación están previstos en el
artículo 388 del Código Procesal Civil y son los siguientes:
1. Que el recurrente no hubiera consentido previamente la resolución
adversa de primera instancia, cuando ésta fuere confirmada por la
resolución objeto del recurso.
2. Que se describa con claridad y precisión la infracción normativa (ya
sea de naturaleza material o procesal) o el apartamiento (inmotivado)
del precedente judicial (antes conocido como doctrina jurisprudencial),
vale decir, que se describa en qué consiste la causal de casación que se
invoca.
3. Que se demuestre la incidencia directa de la infracción normativa (ya
sea de naturaleza material o procesal) sobre la decisión impugnada, lo
cual implica que la referida infracción normativa (o incluso el
precedente judicial del cual se ha apartado -en forma inmotivada- la
resolución recurrida) debe revestir un grado tal de trascendencia o
influencia que su corrección va a traer como consecuencia inevitable
que se modifique el sentido del fallo o de lo decidido en la resolución
que se impugna.
4. Que se indique si el pedido casatorio es anulatorio o revocatorio (el
primer caso, de estimarse, da lugar al reenvío a la instancia o instancias
inferiores, dependiendo del alcance de la nulidad que declare la Corte
Suprema; el segundo caso, de ser acogido, origina que la Corte
Suprema resuelva, en forma directa y sin reenvío alguno, el conflicto
de intereses o incertidumbre jurídica según corresponda). Si el pedido
casatorio fuese anulatorio, se precisará si es total o parcial, y si es este
último, se indicará hasta donde debe alcanzar la nulidad (recuérdese
que, en aplicación del art. 172 del C.P.C., que versa sobre la extensión
de la nulidad, la declaración de nulidad de un acto procesal no alcanza
a los anteriores ni a los posteriores que sean independientes de aquél, y
que la invalidación de una parte del acto procesal no afecta a las otras
que resulten independientes de ella, ni impide la producción de efectos
para los cuales el acto es idóneo, salvo disposición expresa en
contrario). Si el pedido casatorio fuera revocatorio, se precisará en qué
debe consistir la actuación de la Sala Suprema (vale decir, qué es lo
que debe resolver exactamente la Sala Suprema o cuál debe ser el

908
MEDIOS IMPUGNATORIOS: RECURSO DE CASACION

sentido del fallo de este órgano jurisdiccional con relación al caso


concreto). Si el recurso de casación contuviera ambos pedidos
(anulatorio y revocatorio), deberá entenderse el pedido anulatorio
como principal y el pedido revocatorio como subordinado.
Según se infiere del primer párrafo del artículo 391 del Código Procesal
Civil, la Corte Suprema declarará la procedencia o improcedencia del recurso de
casación si se ha cumplido o incumplido con los requisitos de procedencia
previstos en el artículo 388 de dicho Código adjetivo, conforme corresponda. El
artículo 392 del Código Procesal Civil prescribe al respecto que el
incumplimiento de cualquiera de los requisitos (de procedencia) previstos en el
artículo 388 de dicho Código da lugar a la improcedencia del recurso de
casación.
Puntualizamos que, tal como se desprende del artículo 392-A del Código
Procesal Civil:
A) Aun si la resolución impugnada no cumpliera con algún requisito de
procedencia del recurso de casación previsto en el artículo 388 del
Código Procesal Civil (requisitos señalados líneas arriba), la Corte
Suprema puede conceder el citado recurso excepcionalmente si
considera que al resolverlo cumplirá con alguno de los fines previstos
en el artículo 384 de dicho cuerpo de leyes (cuales son la adecuada
aplicación del derecho objetivo al caso concreto y la uniformidad de la
jurisprudencia nacional por la Corte Suprema de Justicia). A nuestro
modo de ver, la concesión excepcional del recurso de casación por la
Corte Suprema sólo sería viable
en lo que tenga que ver con una fundamentación insuficiente o
defectuosa de la causal casatoria que se invoque o con errores u
omisiones referidos al carácter anulatorio o revocatorio del pedido
casatorio y a lo que se exige legalmente en uno y otro caso. Así es,
creemos que, tratándose del requisito contemplado en el inciso 1) del
artículo 388 del Código Procesal Civil (vale decir, que el recurrente no
hubiera consentido previamente la resolución adversa de primera
instancia, cuando ésta fuere confirmada por la resolución objeto del
recurso), la concesión excepcional del recurso de casación por la Corte
Suprema, pese a no cumplirse con dicho requisito, no es posible, pues
al no haberse impugnado oportunamente el vicio o agravio contenido
en la resolución adversa de primera instancia, se ha producido la
respectiva convalidación tácita (en caso de vicios procesales: art. 172

909
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

-tercer párrafo- y 175 -inc. 4)- del C.P.C.) o ha operado la preclusión.


Por otro lado, en caso del requisito de procedencia del recurso de
casación previsto en el inciso 2) del artículo 388 del Código Procesal
Civil (cual es que se describa con claridad y precisión la infracción
normativa o el apartamiento -inmotivado- del precedente judicial -antes
llamado doctrina jurisprudencial-), consideramos que no es viable la
concesión excepcional del citado medio impugnatorio por la Corte
Suprema, porque este órgano jurisdiccional ni ningún otro puede
sustituirse a la voluntad de las partes y afectar los principios de
iniciativa de parte y de congruencia procesal, yendo más allá del
petitorio (incluyendo la pretensión impugnatoria) y fundando su
decisión en hechos diversos de los que han sido alegados por aquéllas,
lo que ocurriría si el máximo Tribunal de Justicia concede el
mencionado recurso en base a una causal casatoria no invocada por el
recurrente sino por el propio Tribunal, situación ésta que resulta
inadmisible desde todo punto de vista. En efecto, lo mínimo que se
puede exigir al casante es que señale la infracción normativa o el
precedente judicial cuyo apartamiento inmotivado denuncia, por lo que
si no lo hace, la Corte Suprema de Justicia no podría suplir tal
deficiencia y alegar de oficio una causal casatoria, atentando, si así lo
hiciere, contra la imparcialidad que deben tener los Jueces al resolver y
contra el principio de igualdad de las partes en el proceso.
B) Atendiendo al carácter extraordinario de la concesión del recurso de
casación, la Corte Suprema motivará las razones de la procedencia.

6. TRAMITE DEL RECURSO DE CASACION


En los subpuntos que siguen veremos lo relativo al trámite del recurso de
casación.
6.1 Interposición del recurso de casación
El recurso de casación se interpone dentro del plazo de diez días, contado
desde el día siguiente de notificada la resolución que se impugna, más el
término de la distancia cuando corresponda, adjuntando el recibo de la tasa
respectiva (art. 387 -incs. 3) y 4)- del C.P.C.).
El recurso de casación se interpone ante el órgano jurisdiccional que emitió
la resolución impugnada o ante la Corte Suprema, acompañando copia de la
cédula de notificación de la resolución impugnada y de la expedida en primer

910
MEDIOS IMPUGNATORIOS: RECURSO DE CASACION

grado, certificada con sello, firma y huella digital, por el abogado que autoriza el
recurso de casación y bajo responsabilidad de su autenticidad (art. 387 -parte
inicial del inc. 2)- del C.P.C.).
Conforme a nuestro ordenamiento jurídico, la interposición del recurso de
casación suspende los efectos de la resolución impugnada (art. 393 -primer
párrafo- del C.P.C.). Sobre el particular, ponemos de relieve que, en caso de que
el recurso de casación haya sido presentado ante la Sala Suprema, la parte
recurrente deberá poner en conocimiento de la Sala Superior (que emitió la
resolución impugnada) este hecho dentro del plazo de cinco días de interpuesto
el recurso de casación, bajo responsabilidad (art. 393 -in fine- del C.P.C.).

6.1.1 Consulta por no interposición del recurso de casación


La consulta es un instrumento procesal de control de resoluciones judiciales
por el cual la instancia superior conoce en ciertos casos expresamente
contemplados en la ley lo resuelto por el inferior jerárquico, que no ha sido
objeto de impugnación por parte de los justiciables o sus representantes. Para tal
efecto son elevados los autos de oficio por el Juez a quo.
El artículo 408 del Código Procesal Civil prevé determinados casos en que
procede la consulta, mereciéndose destacar lo dispuesto en el último párrafo de
dicha norma, conforme al cual:
- También procede la consulta contra la resolución de
segunda instancia no recurrida en casación en la que se
prefiere la norma constitucional (no siendo, pues, materia
de consulta otras resoluciones de segunda instancia ajenas
a la hipótesis a que se hace referencia).

- En este caso es competente la Sala Constitucional y Social


de la Corte Suprema.
En cuanto al trámite de la consulta, el artículo 409 del Código Procesal
Civil establece que:
- Cuando proceda la consulta, el expediente es elevado de
oficio.
- El Auxiliar jurisdiccional enviará el expediente al superior
dentro de cinco días, bajo responsabilidad.

911
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

- La resolución definitiva se expedirá dentro de los cinco


días siguientes a la vista de la causa.

- No procede el pedido de informe oral.

- Durante la tramitación de la consulta, los efectos de la


resolución quedan suspendidos.

6.2 Admisibilidad e inadmisibilidad del recurso de casación


Según se colige del primer párrafo del artículo 391 del Código Procesal
Civil, la admisibilidad del recurso de casación estará supeditada al examen que
la Corte Suprema de Justicia haga de los requisitos de admisibilidad previstos en
el artículo 387 del Código Procesal Civil, los cuales, en caso de cumplirse, dará
lugar a la verificación subsiguiente por dicho órgano jurisdiccional de los
requisitos de procedencia del recurso de casación. Si no se han observado los
requisitos de admisibilidad contemplados en el artículo 387 del Código Procesal
Civil, ello acarrea la declaración de inadmisibilidad del citado medio
impugnatorio.
Como se señalara anteriormente, los aludidos requisitos de admisibilidad
del recurso de casación (regulados en el art. 387 del C.P.C.) son los que se
indica a continuación:
1. La interposición del recurso de casación contra las sentencias y autos
expedidos por las Sala Superiores que, como órganos de segundo
grado, ponen fin al proceso.
2. La interposición del recurso de casación ante el órgano que emitió la
resolución impugnada o ante la Corte Suprema, acompañando copia de
la cédula de notificación de la resolución impugnada y de la expedida
en primer grado, certificada con sello, firma y huella digital, por el
abogado que autoriza el recurso de casación y bajo responsabilidad de
su autenticidad.
En caso de que el recurso de casación sea presentado ante la Sala Superior,
ésta deberá remitirlo (junto con el expediente del proceso, se entiende)
a la Corte Suprema sin más trámite dentro del plazo de tres días (art.
387 -parte final del inc. 2)- del C.P.C.). En caso de que el recurso de
casación haya sido presentado ante la Sala Suprema, la parte recurrente
deberá poner en conocimiento de la Sala Superior este hecho dentro

912
MEDIOS IMPUGNATORIOS: RECURSO DE CASACION

del plazo de cinco días de interpuesto el recurso de casación, bajo


responsabilidad (art. 393 -in fine- del C.P.C.).
3. La interposición del recurso de casación dentro del plazo de diez días,
contado desde el día siguiente de notificada la resolución que se
impugna, más el término de la distancia cuando corresponda.
4. La interposición del recurso de casación adjuntando el recibo de la tasa
respectiva.
Si no se cumple con los requisitos de admisibilidad del recurso de casación
previstos en los numerales 1) y 3) del artículo 387 del Código Procesal Civil
(referidos, como se viera precedentemente, a las resoluciones contra las que
puede interponerse tal recurso y al plazo dentro del cual debe ser formulado), la
Corte Suprema rechazará de plano el recurso de casación e impondrá al
recurrente una multa no menor de diez ni mayor de cincuenta Unidades de
Referencia Procesal en caso de que considere que su interposición tuvo como
causa una conducta maliciosa o temeraria del impugnante (art. 387 -penúltimo
párrafo- del C.P.C.).
Si el recurso de casación no cumple con los requisitos previstos en los
numerales 2) y 4) del artículo 387 del Código Procesal Civil (referidos, como se
señalara líneas arriba, al órgano jurisdiccional ante el cual se interpone el
mencionado recurso y los anexos que debe acompañarse al mismo, así como al
recibo de pago de la tasa por concepto de recurso de casación), la Corte
Suprema concederá al impugnante un plazo de tres días para subsanarlo, sin
perjuicio de sancionarlo con una multa no menor de diez ni mayor de veinte
Unidades de Referencia Procesal si su interposición tuvo como causa una
conducta maliciosa o temeraria. Vencido el plazo sin que se produzca la
subsanación, se rechazará el recurso de casación (art. 387 -in fine- del C.P.C.).

6.3 Procedencia e improcedencia del recurso de casación


Según se infiere del artículo 391 -primer párrafo- del Código Procesal Civil,
una vez que la Corte Suprema de Justicia haya examinado lo atinente a la
admisibilidad del recurso de casación por cumplirse con los requisitos
respectivos contemplados en el artículo 387 de dicho cuerpo de leyes, procede a
verificar los requisitos de procedencia previstos en el artículo 388 del Código
Procesal Civil y a declarar la procedencia o improcedencia del indicado recurso,
dependiendo de si se han observado o no los referidos requisitos de procedencia,
los cuales, dicho sea de paso, son los que se cita seguidamente:

913
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

1. Que el recurrente no hubiera consentido previamente la resolución


adversa de primera instancia, cuando ésta fuere confirmada por la
resolución objeto del recurso.
2. Que se describa con claridad y precisión la infracción normativa (ya
sea de naturaleza material o procesal) o el apartamiento (inmotivado)
del precedente judicial (denominado antes doctrina jurisprudencial), o
sea, que se señale claramente en qué consiste la causal de casación que
alega el recurrente.
3. Que se demuestre la incidencia directa de la infracción normativa (ya
sea de naturaleza material o procesal) sobre la decisión impugnada, lo
cual presupone que dicha infracción normativa (y también el
precedente judicial del cual se ha apartado la resolución recurrida) debe
revestir un grado tal de trascendencia o influencia que su corrección
acarrea de manera ineludible la modificación del sentido del fallo o de
lo decidido en la resolución recurrida.
4. Que se indique si el pedido casatorio es anulatorio o revocatorio (el
primer caso, de ampararse, ocasiona el reenvío a la instancia o
instancias inferiores, lo que depende del alcance de la nulidad que
declare la Corte Suprema; el segundo caso, si fuera estimado, da lugar
a que la Corte Suprema resuelva, directamente y sin reenvío, el
conflicto de intereses o incertidumbre jurídica conforme corresponda).
Si el pedido casatorio fuese anulatorio, se precisará si es total o parcial,
y si es este último, se indicará hasta donde debe alcanzar la nulidad (al
respecto, debe tenerse en consideración que, de acuerdo a lo normado
en el art. 172 del C.P.C., que trata acerca de la extensión de la nulidad,
la declaración de nulidad de un acto procesal no alcanza a los
anteriores ni a los posteriores que sean independientes de aquél, y la
invalidación de una parte del acto procesal no afecta a las otras que
resulten independientes de ella, ni impide la producción de efectos para
los cuales el acto es idóneo, salvo disposición expresa en contrario). Si
el pedido casatorio fuera revocatorio, se precisará en qué debe consistir
la actuación de la Sala Suprema (o sea, debe precisarse qué es lo que
debe resolver exactamente la Sala Suprema o cuál debe ser el sentido
del fallo de dicha Sala con relación al caso concreto). Si el recurso de
casación contuviera ambos pedidos (anulatorio y revocatorio), deberá
entenderse el pedido anulatorio como principal y el pedido revocatorio
como subordinado.

914
MEDIOS IMPUGNATORIOS: RECURSO DE CASACION

El artículo 392 del Código Procesal Civil señala claramente que el


incumplimiento de cualquiera de los requisitos (de procedencia) previstos en el
artículo 388 de dicho Código (y vistos líneas arriba) da lugar a la improcedencia
del recurso de casación. No obstante lo señalado en el artículo 392 del Código
Procesal Civil, este cuerpo de leyes regula en su artículo 392-A lo relativo a la
declaración de procedencia excepcional del recurso de casación, disponiendo así
lo siguiente:
- Aun si la resolución impugnada no cumpliera con algún requisito de
procedencia del recurso de casación previsto en el artículo 388 del
Código Procesal Civil (los que fueran vistos anteriormente), la Corte
Suprema puede conceder el citado recurso excepcionalmente si
considera que al resolverlo cumplirá con alguno de los fines previstos
en el artículo 384 de dicho cuerpo de leyes (fines que consisten en la
adecuada aplicación del derecho objetivo al caso concreto y la
uniformidad de la jurisprudencia nacional por la Corte Suprema de
Justicia). Sobre el particular, somos de la opinión que la concesión
excepcional del recurso de casación por la Corte Suprema sólo sería
posible en lo que se refiera a una fundamentación insuficiente o
defectuosa de la causal casatoria que se alegue o a errores u omisiones
concernientes a la naturaleza anulatoria o revocatoria del pedido
casatorio y a lo exigido por ley en uno y otro caso. Consideramos que,
respecto del requisito previsto en el inciso 1) del artículo 388 del
Código Procesal Civil (cual es que el recurrente no hubiera consentido
previamente la resolución adversa de primera instancia, cuando ésta
fuere confirmada por la resolución objeto del recurso), no opera la
concesión excepcional del recurso de casación por la Corte Suprema en
caso de incumplimiento, pues al no haberse impugnado oportunamente
el vicio o agravio contenido en la resolución adversa de primera
instancia, ha tenido lugar la respectiva convalidación tácita (en caso de
vicios procesales: art. 172 -tercer párrafo- y 175 -inciso 4)- del C.P.C.)
o ha operado la preclusión. Por otro lado, tratándose del requisito de
procedencia del recurso de casación regulado en el inciso 2) del
artículo 388 del Código Procesal Civil (consistente en que se describa
con claridad y precisión la infracción normativa o el apartamiento
-inmotivado- del precedente judicial -denominado antes doctrina
jurisprudencial-), afirmamos que no es posible la concesión
excepcional del indicado recurso por la Corte Suprema, porque este
órgano jurisdiccional ni ningún otro puede sustituirse a la voluntad de
las partes y afectar los principios de iniciativa de parte y de

915
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

congruencia procesal, yendo más allá del petitorio (incluyéndose aquí a


la pretensión impugnatoria) y fundando su decisión en hechos diversos
de los que han sido alegados por aquéllas, lo que acontecería si la Corte
Suprema concede el recurso en cuestión en base a una causal casatoria
no alegada por el recurrente sino por la propia Corte Suprema,
hipótesis ésta que resulta obviamente inconcebible. Así es, lo mínimo
que
se puede pedir al justiciable es que indique en su recurso de casación la
infracción normativa o el precedente judicial cuyo apartamiento
inmotivado denuncia, por lo que si no lo hace, la Corte Suprema de
Justicia estaría impedida de subsanar tal omisión y alegar ella misma
una causal casatoria, atentando, si así lo hiciere, contra la imparcialidad
que deben tener los Jueces al resolver y contra el principio de igualdad
de las partes en el proceso.
- Atendiendo al carácter extraordinario de la concesión del recurso de
casación, la Corte Suprema motivará las razones de la procedencia.

6.4 Tramitación del recurso de casación


Recibido el recurso de casación, la Corte Suprema procederá a examinar el
cumplimiento de los requisitos previstos en los artículos 387 y 388 del Código
Procesal Civil (referidos, respectivamente, a los requisitos de admisibilidad y
procedencia del recurso de casación) y resolverá declarando inadmisible,
procedente o improcedente el recurso de casación, según sea el caso (art. 391
-primer párrafo- del C.P.C.).
Declarado procedente el recurso de casación, la Sala Suprema actuará de la
siguiente manera (conforme al artículo 391 -incisos 1) y 2)- del C.P.C.):
1. En caso de que el recurso de casación haya sido interpuesto ante la
Sala Superior, fijará fecha para la vista de la causa. Al respecto, cabe
recordar que si el recurso de casación fue presentado ante la Sala
Superior, ésta deberá remitirlo a la Corte Suprema sin más trámite
dentro del plazo de tres días (art. 387 -parte final del inciso 2)- del
C.P.C.).
2. En caso de que el recurso de casación haya sido interpuesto ante la
Sala Suprema (supuesto en el cual, dicho sea de paso, la parte
recurrente deberá poner en conocimiento de la Sala Superior este hecho
dentro del plazo de cinco días de interpuesto el recurso de casación,

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MEDIOS IMPUGNATORIOS: RECURSO DE CASACION

bajo responsabilidad: art. 393 -in fine- del C.P.C.), oficiará a la Sala
Superior ordenándole que remita el expediente en el plazo de tres días.
La Sala Superior pondrá en conocimiento de las partes su oficio de
remisión, a fin de que se apersonen y fijen domicilio procesal en la
sede de la Corte Suprema. Recibido el expediente, la Sala Suprema
fijará fecha para la vista de la causa.
Las partes podrán solicitar informe oral dentro de los tres días siguientes de
la notificación de la resolución que fija fecha para la vista de la causa (art. 391
-parte final del inciso 2)- del C.P.C.).
6.5 Actividad procesal de las partes durante el trámite del recurso
de casación
Lo que atañe a la actividad procesal de las partes durante el trámite del
recurso de casación es objeto de regulación legal en el artículo 394 del Código
Procesal Civil cuyo texto es el siguiente:
“Durante la tramitación del recurso, la actividad procesal de las partes se
limita a la facultad de presentar informes escritos y un solo informe
oral durante la vista de la causa.
El único medio de prueba procedente es el de documentos que acrediten la
existencia del precedente judicial, o de la ley extranjera y su sentido,
en los procesos sobre derecho internacional privado.
Si se nombra o cambia representante procesal, debe acreditarse tal
situación”.
Como se puede apreciar del texto de la norma citada precedentemente,
durante el trámite del recurso de casación las partes sólo pueden desarrollar la
siguiente actividad procesal:
A. Presentación de informes escritos.
B. Informar oralmente por una sola vez y en el curso de la vista de la
causa.
C. Ofrecer prueba documental que demuestre la existencia del precedente
judicial (antes denominado doctrina jurisprudencial, y que consiste en
aquellas decisiones jurisdiccionales adoptadas, después de un examen
minucioso y sujeto a ciertas formalidades previstas expresamente en el
art. 400 del C.P.C., por los magistrados supremos civiles reunidos en el
pleno casatorio, cuyas líneas directrices deben ser rigurosamente

917
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

observadas por todos los órganos judiciales del país, siempre y cuando
se adecuen al caso concreto que estos últimos estuvieren conociendo en
ejercicio de sus funciones).
D. Ofrecer prueba documental que demuestre la existencia de la ley
extranjera y su sentido (e incluso su vigencia), en los procesos que
versen sobre asuntos de derecho internacional privado.
E. Nombrar representante procesal (en la forma dispuesta legalmente).
F. Sustituir al representante procesal (en la forma contemplada por la ley).

6.6 Expedición de la sentencia que resuelve el recurso de casación


La Sala respectiva de la Corte Suprema de Justicia de la República debe
expedir la correspondiente sentencia en casación, amparando o desestimando el
recurso extraordinario interpuesto, dentro del plazo previsto en el artículo 395
del Código Procesal Civil, vale decir, dentro de los cincuenta días de realizada
la vista de la causa.

7. SENTENCIA QUE DESESTIMA EL RECURSO DE CASACION


Conforme a nuestro ordenamiento jurídico (art. 397 -primer párrafo- del
C.P.C.), la sentencia debe motivar los fundamentos por los que declara
infundado el recurso de casación cuando no se hayan presentado ninguna de
las causales previstas en el artículo 386 del Código adjetivo. Dichas causales
son las siguientes:
a) la infracción normativa que incide directamente sobre la decisión contenida
en la resolución impugnada; y b) el apartamiento inmotivado del precedente
judicial (antes conocido como doctrina jurisprudencial).
Es de destacar que la sentencia del órgano de casación que declara
infundado el recurso de casación supone la firmeza de la resolución recurrida al
adquirir ésta la calidad de cosa juzgada. En consecuencia, alcanza plena
eficacia, por lo que ya nada obsta su ejecución.
Tratándose de la resolución de la Corte Suprema de Justicia que declara
inadmisible el recurso de casación, cabe indicar que, de acuerdo a lo normado
en el artículo 387 del Código Procesal Civil:
- Si no se cumple con los requisitos de admisibilidad del recurso de
casación previstos en los numerales 1) y 3) del artículo 387 del Código
Procesal Civil (referidos a las resoluciones contra las que puede

918
MEDIOS IMPUGNATORIOS: RECURSO DE CASACION

interponerse tal recurso y al plazo dentro del cual debe ser formulado),
la Corte Suprema rechazará de plano el recurso de casación e impondrá
al recurrente una multa no menor de diez ni mayor de cincuenta
Unidades de Referencia Procesal en caso de que considere que su
interposición tuvo como causa una conducta maliciosa o temeraria del
impugnante (art. 387 -penúltimo párrafo- del C.P.C.).
- Si el recurso de casación no cumple con los requisitos previstos en los
numerales 2) y 4) del artículo 387 del Código Procesal Civil (referidos
al órgano jurisdiccional ante el cual se interpone el mencionado recurso
y los anexos que debe acompañarse al mismo, así como al recibo de
pago de la tasa por concepto de recurso de casación), la Corte Suprema
concederá al impugnante un plazo de tres días para subsanarlo, sin
perjuicio de sancionarlo con una multa no menor de diez ni mayor de
veinte Unidades de Referencia Procesal si su interposición tuvo como
causa una conducta maliciosa o temeraria. Vencido el plazo sin que se
produzca la subsanación, se rechazará el recurso de casación (art. 387
-in fine- del C.P.C.).
En lo que concierne a la resolución de la Corte Suprema de Justicia que
declara improcedente el recurso de casación, cabe señalar que, en aplicación
del artículo 387 del Código Procesal Civil, el incumplimiento de cualquiera de
los requisitos de procedencia previstos en el artículo 388 de dicho Código da
lugar a la improcedencia del citado recurso (a no ser que la Corte Suprema de
Justicia conceda el recurso de casación excepcionalmente, aun cuando no se
cumpliera con alguno de los requisitos a que se hace mención, como lo autoriza
el art. 392-A del C.P.C.). Los aludidos requisitos son los siguientes:
1. Que el recurrente no hubiera consentido previamente la resolución
adversa de primera instancia, cuando ésta fuere confirmada por la
resolución objeto del recurso.
2. Que se describa con claridad y precisión la infracción normativa (ya
sea de naturaleza material o procesal) o el apartamiento (inmotivado)
del precedente judicial (denominado antes doctrina jurisprudencial).
3. Que se demuestre la incidencia directa de la infracción normativa (ya
sea de naturaleza material o procesal) sobre la decisión impugnada.
4. Que se indique si el pedido casatorio es anulatorio o revocatorio. Si el
pedido casatorio fuese anulatorio, se precisará si es total o parcial, y si
es este último, se indicará hasta donde debe alcanzar la nulidad. Si el

919
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

pedido casatorio fuera revocatorio, se precisará en qué debe consistir la


actuación de la Sala Suprema. Si el recurso de casación contuviera
ambos pedidos (anulatorio y revocatorio), deberá entenderse el pedido
anulatorio como principal y el pedido revocatorio como subordinado.

7.1 Corrección de resolución erróneamente motivada cuya parte dispositiva


se ajusta a derecho
De acuerdo a nuestra legislación adjetiva (art. 397 -segundo párrafo- del
C.P.C.), la Sala (Suprema) no casará la sentencia por el solo hecho de estar
erróneamente motivada, si su parte resolutiva se ajusta a derecho, debiendo
hacer, sin embargo, la correspondiente rectificación. Sobre el particular, no se
debe pasar por alto el hecho de que la aludida reforma de los considerandos de
la resolución impugnada será posible siempre y cuando éstos no tengan una
influencia sustancial o un nexo directo respecto de la parte dispositiva de la
resolución (es decir, que repercutan en la interpretación de su parte resolutiva o,
en otras palabras, en su determinación); de lo contrario, el máximo tribunal
deberá casar la resolución porque, en este caso, al ser errónea la motivación
también lo será la parte dispositiva de la resolución recurrida en casación.
8. LA SENTENCIA CASATORIA
Si el Tribunal Supremo no desestima el recurso extraordinario, se está ante
la sentencia casatoria que no es otra sino aquella que declara fundado el
indicado medio impugnatorio, reformando o anulando, en consecuencia, la
resolución que adolece de vicio o error in iudicando o in procedendo contra la
cual se planteó la casación.
Véscovi, acerca de la sentencia de acogimiento del recurso (o sentencia
casatoria), señala lo siguiente:
“En este caso (sentencia que casa o anula la resolución impugnada) hemos
sostenido que se trata de una sentencia constitutiva. Esto es,
independiente de que, cuando se casa sobre el fondo (...) la Corte debe,
a su vez, sustituir, la sentencia del tribunal por la que corresponde
dictar. Es decir que se trata, en este caso, de una sentencia compleja.
La primera (o la primera parte, digamos, dado que se realiza en un solo
acto, aun cuando se trata en puridad de dos), que anula, es la
constitutiva; la segunda será declarativa, constitutiva o de condena,
según el contenido.

920
MEDIOS IMPUGNATORIOS: RECURSO DE CASACION

En el primer caso el objeto del juicio ha sido el error de derecho (la norma
violada, mal interpretada...); en el segundo, el objeto del juicio es el del
principal (...).
No olvidemos que originalmente la casación supuso reenvío a otro tribunal
similar al que dictó la primera sentencia (la casada), para que
pronuncie una nueva, respetando el derecho declarado por la Corte de
Casación, lo que no implica que pudiera reiterar la primera sentencia
(por otro fundamento).
Al adoptarse el sistema español (...) sólo se permite el reenvío en caso de
casación en la forma, mientras que si hay casación en el fondo es la
propia Corte de casación (...) la que, anulada la primera sentencia, dicta
otra en su lugar (...).
Si por acaso el recurso invocara un error de fondo (in iudicando) y otro de
forma (in procedendo), primero se pronuncia sobre este último. Y
solamente si se rechaza la infracción formal (si no hay que reenviar,
sin pronunciarse sobre el fondo), la Corte entra a pronunciarse sobre el
fondo, en la forma prevista...” (VESCOVI, 1988: 290-291).

8.1 Efectos de la sentencia casatoria


Conforme se desprende del artículo 396 del Código Procesal Civil (que
trata acerca de la sentencia que ampara el recurso de casación y sus efectos):
A) Si la Sala Suprema declara fundado el recurso de casación por infracción de
una norma de derecho material (o sustantivo), la resolución impugnada
deberá revocarse, íntegra o parcialmente, según corresponda (en este caso
no se produce el reenvío de los actuados a la instancia de mérito
respectiva, desarrollando el Tribunal de casación actividad jurisdiccional,
sin que por ello se le considere una tercera instancia).
B) Si la Sala Suprema declara fundado el recurso de casación por infracción de
una norma procesal que, a su vez, es objeto de la decisión impugnada,
deberá revocar ésta, íntegra o parcialmente, según corresponda (en este
caso no se produce el reenvío de los actuados a la instancia de mérito
respectiva, desarrollando el Tribunal de casación actividad jurisdiccional,
sin que por ello se le considere una tercera instancia).
C) Si la Sala Suprema declara fundado el recurso de casación por apartamiento
inmotivado del precedente judicial (antes doctrina jurisprudencial) cuya

921
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

naturaleza es de derecho material, la resolución impugnada deberá


revocarse, íntegra o parcialmente, según corresponda (en este caso no se
produce el reenvío de los actuados a la instancia de mérito respectiva,
desarrollando el Tribunal de casación actividad jurisdiccional, sin que por
ello se le considere una tercera instancia).
D) Si la Sala Suprema declara fundado el recurso de casación por apartamiento
inmotivado del precedente judicial (antes doctrina jurisprudencial) cuya
naturaleza es de derecho procesal y es, a su vez, objeto de la decisión
impugnada, deberá revocar ésta, íntegra o parcialmente, según corresponda
(en este caso no se produce el reenvío de los actuados a la instancia de
mérito respectiva, desarrollando el Tribunal de casación actividad
jurisdiccional, sin que por ello se le considere una tercera instancia).
E) Si la infracción de la norma procesal produjo la afectación del derecho a la
tutela jurisdiccional efectiva o del debido proceso del impugnante (siendo
el primero, el derecho de que goza todo justiciable para acceder a los
órganos judiciales respectivos con el objeto de que brinden éstos una
solución a sus reclamos o pretensiones, en tanto que el derecho al debido
proceso es aquel derecho a un procedimiento legal y que tiene como pilares
fundamentales la observancia de la jurisdicción y la competencia
predeterminada legalmente, la defensa en juicio, la producción y valoración
de la prueba, la motivación de las resoluciones judiciales y la pluralidad de
la instancia), la Corte Suprema casará la resolución impugnada y, además,
según corresponda:
1. Ordenará a la Sala Superior que expida una nueva resolución (es
decir, se produce la figura del reenvío, pues la
Sala Suprema manda a la correspondiente Sala Superior que emita
una nueva resolución -sentencia o auto-, lo que se da cuando el
vicio o error in procedendo que vulnera el derecho a la tutela
jurisdiccional efectiva o el debido proceso del impugnante afecta
únicamente la resolución recurrida dictada por la Sala Superior); o
2. Anulará lo actuado hasta la foja que contiene la infracción
normativa de carácter procesal inclusive o hasta donde alcancen
los efectos de la nulidad declarada, y ordenará que se reinicie el
proceso (aquí se produce la figura del reenvío sólo
para efectos de la prosecución del trámite del proceso desde el acto
procesal que se haya determinado en la sentencia casatoria); o

922
MEDIOS IMPUGNATORIOS: RECURSO DE CASACION

3. Anulará la resolución apelada y ordenará al Juez de primer grado


que expida otra (es decir, se produce la figura
del reenvío, pues la Sala Suprema manda al
correspondiente Juez de primer grado que emita una nueva
resolución, lo que presupone que el vicio o error in procedendo
que vulnera el derecho a la tutela jurisdiccional efectiva o el
debido proceso del impugnante se halla contenido en la resolución
dictada por el magistrado de primera instancia, quien debe emitir
una nueva, entendiéndose que todos los actos procesales
posteriores a la resolución apelada anulada han sido también
anulados); o
4. Anulará la resolución apelada y declarará nulo lo actuado e
improcedente la demanda. Aquí se está ante una situación de
improcedencia de la demanda que vicia todo el proceso; en
consecuencia, resulta nulo en su integridad (tal como es declarado
por la Sala Suprema), por lo que, efectuado el reenvío del caso al
Juez de primer grado, debe éste proceder al archivamiento del
expediente.
En cualquiera de los casos señalados líneas arriba, en que se declara
fundado el recurso de casación, la sentencia casatoria tendrá fuerza vinculante
(obligatoria) para el órgano jurisdiccional respectivo (vale decir, para la
instancia o instancias de mérito inferiores, e incluso para los demás órganos
jurisdiccionales a efecto de la observancia del principio de la cosa juzgada). Así
lo determina el artículo 396 -último párrafo- del Código Procesal Civil.

9. EL PRECEDENTE JUDICIAL
Según nuestro ordenamiento jurídico, el precedente judicial (llamado antes
doctrina jurisprudencial) está conformado por aquellas decisiones
jurisdiccionales adoptadas, luego de un examen detenido y sujeto a ciertas
formalidades, por los magistrados supremos civiles, cuyas líneas directrices son
de estricto cumplimiento para todos los órganos judiciales, siempre que se
ajusten al caso particular que se esté ventilando en juicio, vale decir, que el
precedente judicial verse sobre la materia controvertida o se adecue
-perfectamente- a ella.
Precisamente, el artículo 400 del Código Procesal Civil establece sobre el
precedente judicial (denominado antes doctrina jurisprudencial) lo siguiente:

923
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

“La Sala Suprema Civil puede convocar al pleno de los magistrados


supremos civiles a efectos de emitir sentencia que constituya o varíe un
precedente judicial.
La decisión que se tome en mayoría absoluta de los asistentes al pleno
casatorio constituye precedente judicial y vincula a los órganos
jurisdiccionales de la República, hasta que sea modificada por otro
precedente.

Los abogados podrán informar oralmente en la vista de la causa, ante


el pleno casatorio.
El texto íntegro de todas las sentencias casatorias y las resoluciones que
declaran improcedente el recurso, se publican obligatoriamente en el
Diario Oficial, aunque no establezcan precedente. La publicación se
hace dentro de los sesenta días de expedidas, bajo responsabilidad”.
No podemos dejar de mencionar que:
- Con arreglo a lo previsto en el artículo 386 del Código Procesal Civil,
constituye causal para interponer recurso de casación el apartamiento
inmotivado del precedente judicial.
- De acuerdo a lo normado en el segundo párrafo del artículo 394 del
Código Procesal Civil, la prueba documental que acredite la existencia
del precedente judicial, o de la ley extranjera y su sentido (en los
procesos sobre derecho internacional privado), es la única procedente
durante el trámite del recurso de casación.

10. JURISPRUDENCIA DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE


LA REPUBLICA EN RELACION AL RECURSO DE CASACION
En los subpuntos que siguen citaremos la jurisprudencia de la Corte
Suprema de Justicia de la República relacionada con el recurso de casación.
10.1 Jurisprudencia relacionada con el recurso de casación en
general
La Corte Suprema de Justicia de la República, en relación al recurso de
casación en general, ha establecido lo siguiente:
- “... El recurso de casación es uno extraordinario que tiene
por objeto preservar el interés público de una correcta

924
MEDIOS IMPUGNATORIOS: RECURSO DE CASACION

interpretación o aplicación de la norma material como de la


uniformidad de la jurisprudencia, centrando la litis en un
debate jurídico; o bien cuando se han violado las garantías
del derecho a un debido proceso, antes que el interés
privado; a diferencia del recurso de apelación que importa
una revisión de todo el material de hecho como de las
cuestiones de derecho contenidas en la sentencia de
primera instancia...” (Casación Nro. 558-01 / Apurímac,
publicada en el Diario Oficial El Peruano el 01-07-2002,
pág. 8909).
- “... A diferencia del recurso de apelación, que provoca un
nuevo examen del caso por parte del A Quem, tanto del
aspecto fáctico como del aspecto jurídico, el de casación
únicamente admite la posibilidad de llevar a cabo una
revisión jurídica de la sentencia de mérito, limitándose a la
revisión del juicio de derecho contenido en ella, lo cual
determina que las conclusiones a que el tribunal de mérito
han llegado [sic -léase ha llegado-] sobre las cuestiones de
hecho y la valoración de los medios probatorios, no pueden
ser alteradas mediante este recurso...” (Casación Nro.
32802000 / Lima, publicada en el Diario Oficial El
Peruano el 30-04-2001, pág. 7229).
- “... El recurso extraordinario de casación tiene un carácter
restrictivo, pues en primer lugar sólo se provocara [sic
-léase sólo se provocará-] la apertura de esta Sede
Casatoria si se configuran [...] algunas de las causales que
se encuentran predispuestas en la ley, vale decir, las
preceptuadas en el artículo trescientos ochentisiete del
Código Procesal Civil [sic -en realidad es el art. 386 del
C.P.C.], siendo que tal criterio se agudiza por no actuar
este Supremo Tribunal como una tercera instancia[;] y en
segundo lugar, por cuanto [...] este recurso tiene por
principal finalidad, en el sistema puro u ortodoxo, la
correcta observación del derecho positivo en las decisiones
judiciales y, complementariamente[,] la unificación de
dichas decisiones en casos similares...” (Casación Nro.
452-2007 / Lima, publicada en el Diario Oficial El Peruano
el 01-12-2008, págs. 23269-23270).

925
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

- “... La Constitución Política del Estado, la Ley Orgánica


del Poder Judicial y el Código Procesal Civil exigen que la
sentencia sea motivada, lo que constituye una garantía que
debe cumplirse y que es fundamental para la casación,
puesto que ésta examina el proceso constructivo de la
sentencia,
su fundamentación y la interpretación judicial de las normas...”
(Casación Nro. 2535-2007 / Junín, publicada en el Diario Oficial El
Peruano el 3006-2008, pág. 22397).
- “... El recurso de casación, conforme a su estructura
legislativa, se limita al análisis de normas y no de textos
normativos íntegros...” (Casación Nro. 3388-2007 / Lima,
publicada en el Diario Oficial El Peruano el 0212-2008,
págs. 23559-23560).
- “... Tampoco resulta atendible el argumento de la
vulneración de los principios de equidad y justicia, pues
estos son principios generales que tienen naturaleza
abstracta, de manera tal que no pueden ser examinadas [sic
-léase examinados-] a través de este recurso excepcional
[recurso de casación]...” (Casación Nro. 1007-2008 /
Apurímac, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 04-
09-2008, pág. 23093).
- “... La legitimidad para recurrir en casación no sólo se
encuentra referida a la producción del agravio por parte de
la resolución que se impugna sino también a que la parte
recurrente forme parte del proceso principal en el cual se
discute la o las pretensiones demandadas, constituyendo
ésta [sic -léase esta-] última apreciación respecto de la
legitimidad un requisito formal...” (Casación Nro. 875-
2003 / Callao, publicada en el Diario Oficial El Peruano el
31-05-2004, pág. 12054).
- “... La adhesión [...] sólo se aplica en caso de recurso de
apelación de conformidad con el artículo 373 del Código
Procesal citado [C.P.C.], en virtud del cual, al absolver el
traslado, la otra parte podrá adherirse al dicho medio
impugnatorio. [...] Que, atendiendo a lo expuesto

926
MEDIOS IMPUGNATORIOS: RECURSO DE CASACION

anteriormente la adhesión al recurso de casación formulada


por la [...] recurrente deviene en manifiestamente
improcedente...” (Casación Nro. 39-2006 / Lima, publicada
en el Diario Oficial El Peruano el 31-08-2006, págs.
16977-16978).

10.2 Jurisprudencia relacionada con los fines del


recurso de casación
La Corte Suprema de Justicia de la República, en relación a los fines del
recurso de casación, ha establecido lo siguiente:
- “... La doble finalidad del recurso de casación [es la] de
actuar como garante de la legalidad y como encargado de
establecer la forma correcta de actuar el derecho
positivo...” (Casación Nro. 1479-2000 / Lambayeque,
publicada en el Diario Oficial El Peruano el 30-01-2001,
págs.
6807-6809).

927
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

-
“... Conforme se infiere de lo previsto en el artículo 384 del Código
Procesal Civil, entre los fines del recurso de casación se ubica el control
del cumplimiento del derecho objetivo, así como la uniformidad de la
jurisprudencia por razones inmanentes del proceso...” (Casación Nro.
4197-2007 / La Libertad, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 31-
03-2008, págs. 21689-21690).
- “... La finalidad del recurso extraordinario [casación] no estriba en
revalorar la prueba actuada, siendo su finalidad esencial el control jurídico
de las resoluciones judiciales con el propósito de lograr la correcta
observancia y aplicación del derecho objetivo material o procesal...”
(Casación Nro. 2001-2008 / Apurímac, publicada en el Diario Oficial El
Peruano el 0112-2008, págs. 23388-23389).
- “... El recurso de casación, constituye un medio impugnatorio de
naturaleza formal y extraordinario; donde lo extraordinario del recurso
resulta de los limitados motivos en los que procede, en tal sentido el
artículo 384 del Código Procesal Civil, ha previsto que los fines del
recurso extraordinario de casación, vienen a ser la adecuada aplicación del
derecho objetivo al caso concreto y la uniformidad de la jurisprudencia
nacional; de ésta definición se persuade que el recurso de casación, tiene
una función esencialmente nomofiláctica, función que resulta ajena la
revisión de los hechos y la actividad probatoria desplegada en las
instancias de mérito; por ello, el recurso de casación sólo procede por la
ilegalidad en la decisión y no con la finalidad cuestionar el criterio de los
Magistrados y la valoración del caudal probatorio y el aspecto fáctico del
proceso; lo que es ajeno al debate casatorio...” (Casación Nro. 1558-2012 /
Lima, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 31-01-2013, pág.
39383).
- “... Una de las finalidades del recurso de casación es que ejerce la función
nomofiláctica, pues controla la correcta observancia de la norma jurídica,
lo cual equivale a la defensa de la Ley contra las arbitrariedades de los
jueces en su aplicación y propender a la justicia del caso concreto, esto es
la función dikelógica...” (Casación Nro. 3501-2001 / Cajamarca, publicada
en el Diario Oficial El Peruano el 02-02-2004, págs. 11404-11405).
- “... La casación es un recurso que tiene las siguientes finalidades: a)
Nomofiláctica, esto es, juzga el derecho material y procesal; b)

928
MEDIOS IMPUGNATORIOS: RECURSO DE CASACION

-
Uniformadora, es decir, tiende a la unificación de la jurisprudencia
nacional; y, c) Dikelógica, vale decir, la aplicación de la justicia al caso
concreto...” (Casación Nro. 4361-2001 / San Martín, publicada en el Diario
Oficial El Peruano el 31-03-2003, págs. 10406-10407).
“... El artículo 384 del Código Procesal Civil reconoce que el recurso de
casación persigue como fines esenciales la correcta aplicación e
interpretación unívoca del derecho objetivo (finalidad nomofiláctica) y la
unificación de los criterios jurisprudenciales por la Corte Suprema de
Justicia (finalidad uniformizadora), no obstante, la doctrina contemporánea
también le atribuye una finalidad denominada dikelógica, que se encuentra
orientada a la búsqueda de la justicia al caso concreto...” (Casación Nro.
615-2008 / Arequipa, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 01-12-
2008, págs. 23300-23301).
- “... Tiene [el recurso de casación] una finalidad nomofiláctica, es decir, lo
que busca es la determinación de la exacta observancia y significado
abstracto de las leyes...” (Casación Nro. 2636-2000 / Lima, publicada en el
Diario Oficial El Peruano el 30-04-2001, págs. 7204-7205).
- “... La casación tiene una finalidad nomofiláctica, es decir, lo que busca es
la determinación de la exacta observación y significado exacto de las
leyes...” (Casación Nro. 4950-2007 / La Libertad, publicada en el Diario
Oficial El Peruano el 01-12-2008, pág. 23283).
- “... La finalidad dikelógica del recurso de casación implica la necesidad de
que el indicado medio impugnatorio también tenga por finalidad la
obtención de la justicia en el caso concreto, procurando la protección del
litigante...” (Casación Nro. 1313-2007 / Ayacucho, publicada en el Diario
Oficial El Peruano el 01-10-2007, págs. 20628-20629).
- “... Si bien es cierto que excepcionalmente la Corte [Suprema] podría
entrar a ejercer [...] una función dikelógica en casos en los que exista
arbitrariedad manifiesta, esta función sólo será ejercida cuando le haya
sido propuesta adecuadamente por el recurrente bajo una denuncia in
procedendo en al que [sic -léase en la que-] se invoque expresamente lo
que se conoce como la doctrina de la arbitrariedad o del absurdo; y, que el
defecto revista tal gravedad que amerite que esta Sala se aparte de los
cánones formales del recurso...” (Casación Nro. 1417-2000 / Lambayeque,

929
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

-
publicada en el Diario Oficial El Peruano el 30-06-2003, págs. 10666-
10667).
- “... El recurso de casación tiene entre otras finalidades, la observancia de la
norma jurídica y el control de la logicidad en las resoluciones judiciales...”
(Casación Nro. 1619-2008 / Moquegua, publicada en el Diario Oficial El
Peruano el 03-09-2008, págs. 22869-22870).
“... En sede casatoria no cabe el análisis de institutos jurídicos sino de
precisar el desarrollo de estos institutos, a través de la correcta
aplicación de la norma...” (Casación Nro. 638-2001 / Lambayeque,
publicada en el Diario Oficial El Peruano el 31-08-2001, pág. 7621).
- “... Siendo la finalidad de la casación [...] el análisis jurídico de las normas
y de la doctrina jurisprudencial [entiéndase precedente judicial en la
actualidad], a fin de lograr su correcta interpretación y aplicación, así como
la unificación de la jurisprudencia, éste debe cumplir con las formalidades
especiales establecidas en el Código Adjetivo [C.P.C.], de modo que no
puede pretenderse su interposición en los términos requeridos para
cualquier otro medio impugnatorio...” (Casación Nro. 1188-99 / Lima,
publicada en el Diario Oficial El Peruano el 02-01-2001, pág. 6788).
- “... El objeto de la casación es denunciar las infracciones jurídicas en los
casos establecidos en la ley, por lo que el Tribunal Supremo es Juez del
derecho aplicado y nunca Juez de los hechos, a los cuales no puede
extender su conocimiento...” (Casación Nro. 2245-98 / Lima, publicada en
el Diario Oficial El Peruano el 24-11-1998, pág. 2092).
- “... Conforme al Artículo trescientos ochenticuatro del Código Procesal
Civil uno de los fines del Recurso de Casación es la unificación
[entiéndase uniformidad en la actualidad] de la jurisprudencia nacional.
[...] Esta función uniformizadora de la casación persigue proporcionar
seguridad jurídica evitando la existencia de fallos que resuelvan una misma
situación jurídica de forma contradictoria” (Casación Nro. 387-99 / Lima,
publicada en el Diario Oficial El Peruano el 29-08-1999, págs. 3371-3372).

10.3 Jurisprudencia relacionada con la casación como recurso


extraordinario

930
MEDIOS IMPUGNATORIOS: RECURSO DE CASACION

-
La Corte Suprema de Justicia de la República, en relación a la casación
como recurso extraordinario, ha establecido lo siguiente:
- “... El Recurso de Casación constituye un recurso extraordinario, que se
caracteriza por su formalismo...” (Casación Nro. 726-96 / Huaura,
publicada en el Diario Oficial El Peruano el 12-12-1996, pág. 2515).
- “... De conformidad con lo establecido en el artículo 384 del Código
Procesal Civil, el recurso de casación se constituye como un medio
impugnatorio de carácter extraordinario y de derecho, el cual se puede
hacer valer contra determinadas resoluciones judiciales, por los motivos
tasados en la ley; de donde lo extraordinario del recurso, resulta de los
limitados casos y motivos en los que procede, y lo de derecho, porque

931
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

permite la revisión por el Tribunal de casación de la adecuada aplicación


del derecho nacional hecha por los jueces de mérito...” (Casación Nro.
2770-07 / La Libertad, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 0209-
2008, pág. 22797).
- “... El recurso de casación es un medio impugnatorio de carácter
extraordinario y formalista, que sólo puede fundarse en cuestiones
eminentemente jurídicas y no en cuestiones fácticas o de revaloración
probatoria o en cuestiones distintas a lo controvertido y la naturaleza de la
litis, es por ello que éste [...] tiene como fines esenciales la correcta
aplicación e interpretación del derecho objetivo y la unificación de la
jurisprudencia nacional por la Corte Suprema; en ese sentido su
fundamentación debe ser clara, precisa y concreta indicando la causal
pertinente y el requisito de fondo en que se sustenta el recurso, la que debe
guardar coherencia con lo evaluado y lo decidido por las instancias de
mérito...” (Casación Nro. 2455-2008 / Moquegua, publicada en el Diario
Oficial El Peruano el 02-12-2008, pág. 23441).
- “... El recurso de casación [...] es un medio impugnatorio extraordinario,
limitado y formal por excelencia, que lo diferencia de los otros medios
impugnatorios. Es un recurso extraordinario por cuanto su viabilidad sólo
es factible en casos extraordinarios, especialmente cuando se ha infringido
la norma positiva en las resoluciones expedidas por los organismos que
evalúan los hechos y los medios probatorios, esto es, por los órganos
judiciales de mérito. Es un recurso limitado, por cuanto la ley señala contra
qué resoluciones es admisible su interposición; que el propio ordenamiento
prevé las causales o las motivaciones que pueden invocarse al proponer el
recurso; que el mismo Código Procesal Civil establece cómo debe
fundamentarse el recurso. Es formal, por cuanto dicho cuerpo procesal
señala los requisitos para su admisibilidad, que tienen que ver con el plazo
para su interposición, con la tasa judicial, con el tipo de resolución
impugnable en casación y con el organismo ante el cual debe plantearse...”
(Casación Nro. 1227-2001 / Lima, publicada en el Diario Oficial El
Peruano el 30-11-2001, pág. 8091).
- “... El recurso de casación es un medio impugnatorio de naturaleza
excepcional que se utiliza para corregir los errores procesales o sustantivas
[sic -léase sustantivos-] en los que incurren los magistrados...” (Casación
Nro. 1887-2000 / San Román, publicada en el Diario Oficial El Peruano el
02-01-2001, pág. 6655).

932
MEDIOS IMPUGNATORIOS: RECURSO DE CASACION

- “... El recurso de casación es un medio impugnatorio de naturaleza


excepcional que se utiliza para corregir los errores procesales o sustantivos
en los que incurren los Magistrados; [...] siendo ello así, la Corte casatoria
no puede pronunciarse sobre un error en que haya incurrido el justiciable...”
(Casación Nro. 1857-2000 / Piura, publicada en el Diario Oficial El
Peruano el 02-01-2001, pág. 6653).

10.4 Jurisprudencia relacionada con las causales de casación


La Corte Suprema de Justicia de la República, en relación a las causales de
casación, ha establecido de modo general lo siguiente:
- “... Las causales del recurso de casación son taxativas...” (Casación Nro.
2537-2000 / Lima, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 02-012001,
pág. 6679).
- “... El recurso de casación es un medio impugnatorio de naturaleza
excepcional que se circunscribe a las causales expresamente contenidas en
el Código Procesal Civil...” (Casación Nro. 3648-00 / Cajamarca, publicada
en el Diario Oficial El Peruano el 30-04-2001, pág. 7257).
- “... Es responsabilidad (carga procesal) de los justiciables saber adecuar
idóneamente los agravios a las causales de casación...” (Casación Nro.
2981-2000 / Lima, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 01-032001,
pág. 6988).
- “... No basta con señalar cuáles son los errores que el recurrente estima se
habrían cometido, si no que [sic -léase sino que-] debe relacionarse estos
errores con las causales o motivos que permiten la apertura de la etapa de
casación...” (Casación Nro. 2631-2000 / Lambayeque, publicada en el
Diario Oficial El Peruano el 02-01-2001, pág. 6685).
- “... Las reglas previstas por el Código Procesal Civil, respecto al recurso de
casación, no facultan a las Salas de Casación encontrar oficiosamente
causales del recurso no denunciadas...” (Casación Nro. 1449-2008 / Puno,
publicada en el Diario Oficial El Peruano el 30-10-2008, pág. 23243).
- “... En el recurso de casación civil, a diferencia de los recursos de instancia,
no rige el principio Iura novit curia, por lo que las denuncias deben ser
puntuales, esto es precisando la causal o causales que se invoca...”
(Casación Nro. 735-2008 / Lambayeque, publicada en el Diario Oficial El
Peruano el 30-06-2008, págs. 22455-22456).

933
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

- “... No constituye función de la Sala Casatoria [...] interpretar la voluntad


del justiciable respecto a los fundamentos que sustentan su denuncia...”
(Casación Nro. 150-2008 / Cajamarca, publicada en el Diario Oficial El
Peruano el 04-09-2008, pág. 23068).
- “... Al denunciar las causales [casatorias] previstas por el artículo
trescientos ochentiséis del Código Procesal Civil, el recurrente debe
cumplir con señalar y argumentar en forma separada cada causal...”
(Casación Nro. 3456-2007 / Lima, publicada en el Diario Oficial El
Peruano el 3009-2008, págs. 23185-23186).
- “... Las causales de casación al ser autónomas merecen una argumentación
propia y no compartida con las demás causales denunciadas...” (Casación
Nro. 2226-2007 / Arequipa, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 30-
05-2008, págs. 22192-22193).
- “... Cada causal de casación es autónoma e independiente por lo que se
merece un fundamento propio y diferente al de las demás causales
denunciadas...” (Casación Nro. 2612-2007 / Arequipa, publicada en el
Diario Oficial El Peruano el 02-09-2008, pág. 22738).
- “... Cuando se propone más de una denuncia casatoria debe precisarse
puntualmente cada una de las causales observando a plenitud lo previsto en
el artículo 388 del Código Adjetivo [C.P.C.]. Siendo el caso que, cuando
una denuncia casatoria verse sobre diversos agravios se debe discriminar
correctamente cada uno de los puntos en que se haga consistir el medio
impugnatorio propuesto...” (Casación Nro. 841-2008 / Lima, publicada en
el Diario Oficial El Peruano el 30-06-2008, págs. 22465-22466).
- “... Atendiendo a la diferente naturaleza jurídica entre la causal por vicios in
procedendo y la causal por errores in iudicando, corresponde pronunciarse
previamente por la primera de ellas, pues en caso de ampararse el recurso
[de casación] por esta causal acarrea la nulidad del proceso y debe
efectuarse el reenvío, careciendo de objeto pronunciarse por la causal
sustantiva por errores in iudicando...” (Casación Nro. 2028-01 / Lima,
publicada en el Diario Oficial El Peruano el 01-04-2002, págs. 8569-8570).
- “... Esta Sala Suprema ha establecido que cuando se invocan diversos
agravios en el recurso de casación, debe resolverse primero el agravio in
procedendo, toda vez que de declararse fundado trae como consecuencia la
nulidad de la [resolución] recurrida y se ordena emitir un nuevo fallo,
resultando por ello innecesario pronunciarse respecto a los demás agravios

934
MEDIOS IMPUGNATORIOS: RECURSO DE CASACION

denunciados...” (Casación Nro. 2088-2000 / Cajamarca, publicada en el


Diario Oficial El Peruano el 01-03-2001, págs. 7011-7012).
- “... Cuando se declara procedente el recurso de casación [...] por una causal
sustantiva y por una adjetiva, es menester resolver primero ésta última [sic
-léase esta última-], toda vez que de resultar fundado el agravio in
procedendo conllevará a una nulidad de actuados, resultando innecesario
emitir pronunciamiento de fondo...” (Casación Nro. 14822000 / Cusco,
publicada en el Diario Oficial El Peruano el 30-04-2001, pág. 7158).
- “... Cuando se declara la procedencia de causales sustantivas y adjetivas de
casación, primero se debe examinar las segundas, pues de resultar fundadas
acarrearán la nulidad de lo actuado y la reposición de la causa al estado en
que se cometió el vicio; y cualquier apreciación sobre las causales
sustantivas podría significar un adelanto de opinión” (Casación Nro. 3218-
98 / Lima, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 18-101999, págs.
3763-3764).
- “... Cuando se invocan motivos por quebrantamiento de forma y por
infracción de ley, se impone examinar primero aquellos porque su
acogimiento exime del conocimiento de éstos, ya que sería inútil entrar en
los motivos de fondo cuando el resultado de la casación obliga a reponer los
autos al estado en que se encontraban antes de cometerse el defecto
procesal, anulándose todos los actos posteriores, incluida la resolución
impugnada” (Casación Nro. 675-98 / Amazonas, publicada en el Diario
Oficial El Peruano el 20-11-1998, págs. 2069-2070).
- “... Habiéndose formulado [en el recurso de casación] una pluralidad de
denuncias de orden procesal, bastará analizar una de ellas, cuya
trascendencia sea susceptible de afectar la eficacia de la decisión recurrida
[en casación], para que no venga al caso analizar las demás denuncias
formuladas, pues, atendiendo al efecto que tendría esta decisión, sería
innecesario su análisis...” (Casación Nro. 1701-2006 / Arequipa, publicada
en el Diario Oficial El Peruano el 30-10-2006, pág. 17403).
- “... Corresponde examinarse los cargos procesales de acuerdo a la magnitud
o potencialidad del vicio denunciado o de la naturaleza de la infracción que
pueda invalidar la sentencia recurrida...” (Casación Nro. 1664-02 /
Amazonas, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 03-02-2003, pág.
10015).

935
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

10.5 Jurisprudencia relacionada con las resoluciones recurribles o no en


casación
La Corte Suprema de Justicia de la República, en relación a las resoluciones
recurribles o no en casación (o a lo que es o no objeto de casación), ha
establecido lo siguiente:
- “... La recurrente cuestiona la resolución de vista [...] resolución que
evidentemente no pone fin al proceso; en consecuencia, la resolución
cuestionada en casación no es susceptible de ser revisada en esta sede, por
lo que debe ser rechazado el recurso de su propósito...” (Casación Nro.
2870-2012 / Piura, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 3005-2014,
pág. 51196).
- “... El recurso de casación debe estar dirigido contra lo resuelto por la
sentencia impugnada y no respecto a otras resoluciones...” (Casación Nro.
2731-2000 / Cañete, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 30-01-
2001, págs. 6830-6831).
- “... La resolución que se impugna en casación es la sentencia de vista y no
la de primera instancia...” (Casación Nro. 2151-2007 / Callao, publicada en
el Diario Oficial El Peruano el 02-10-2007, pág. 20651).
- “... Respecto a la denuncia [...], la recurrente cuestiona lo resuelto en
primera instancia, lo cual resulta improcedente, pues siendo el objeto del
recurso de casación el examen de la denuncia de las partes a partir de lo
decidido en segunda instancia, no resulta procedente analizarse lo resuelto
en primera instancia al haber precluido dicha etapa...” (Casación Nro. 87-
2006 / Piura, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 01-122006, págs.
18017-18018).
- “... Los cuestionamientos a efectuarse en casación corresponden ser
efectuados a la sentencia Superior y no a los argumentos del voto de uno de
los vocales...” (Casación Nro. 2592-03 / Callao, publicada en el Diario
Oficial El Peruano el 03-05-2004, págs. 11875-11876).
- “... Los argumentos expuestos en el voto discordante en minoría no son
objeto de examen en sede casatoria por no integrar la decisión
jurisdiccional que resuelve la controversia jurídica...” (Casación Nro. 4134-
2007 / La Libertad, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 03-12-
2008, pág. 23625).

936
MEDIOS IMPUGNATORIOS: RECURSO DE CASACION

- “... Esta Sala [Suprema] en concordancia con lo dispuesto en el artículo 123


del Código acotado [C.P.C.] y atendiendo a sus efectos, se pronuncia
respecto de la posibilidad de ejercer control casatorio sobre las resoluciones
que anulan el concesorio de la apelación...” (Casación Nro. 2541-2007 /
Ayacucho, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 02-09-2008, pág.
22778).
- “... Son recurribles en casación las resoluciones expedidas por las Salas
Civiles de las Cortes Superiores por las que declaran nulo el concesorio de
apelación, homologándolas a una resolución definitiva por sus efectos
prácticos que conducen necesariamente a tener por concluido el proceso...”
(Casación Nro. 2900-00 / Lima, publicada en el Diario Oficial El Peruano
el 30-04-2001, págs. 7221-7222).
- “... Se pretende se analice una resolución judicial que ha sido dictada por
otro Juzgado, lo cual no es posible de ser efectuado a través de un recurso
de casación...” (Casación Nro. 2775-2001 / Lima, publicada en el Diario
Oficial El Peruano el 01-03-2002, pág. 8472).
- “... Las resoluciones [...], al resolver aspectos incidentales del proceso, tales
como la nulidad procesal e improcedencia de admisión de sus medios
probatorios, no resultan ser pasibles de impugnación en vía de casación, de
conformidad con lo dispuesto en el artículo 387 del Código Procesal
Civil...” (Casación Nro. 985-2006 / Ica, publicada en el Diario Oficial El
Peruano el 03-10-2006, págs. 17215-17216).
- “... La denuncia [...] debe ser rechazada porque el recurrente [...] pretende
cuestionar la razonabilidad de la decisión del a quo de prescindir del medio
probatorio [...], decisión que no puede ser objeto de un recurso de
casación...” (Casación Nro. 2565-07 / Lima, publicada en el Diario Oficial
El Peruano el 02-10-2007, págs. 20657-20658).
- “... El recurso así sustentado, no puede resultar viable en sede de casación,
pues de sus fundamentos [...] resulta evidente que lo que se cuestiona no es
la sentencia de vista, que en revisión ha sido expedida por la Sala Superior,
sino la resolución de vista que revocando la apelada declara improcedente
la tacha de nulidad de la Escritura Pública de compraventa [...]; resolución
contra la que no es posible interponer recurso de casación...” (Casación
Nro. 1700-2008 / Arequipa, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 01-
12-2008, pág. 23313).

937
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

- “... El pedido de sucesión procesal efectuado por la accionante, no resulta


procedente en sede de casación atendiendo a lo establecido en el artículo
384 del Código Adjetivo [C.P.C.], debiendo la parte hacer valer su derecho
en la instancia de mérito correspondiente...” (Casación Nro. 149-2001 /
Cañete, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 02-12-2002, págs.
9518-9519).
- “... No cabe recurrir en vía de casación contra la facultad discrecional del
Juez, prevista por el artículo 407 del Código Procesal Civil para corregir
una resolución a pedido de parte [...] [o] de oficio, con la finalidad de
garantizar el derecho a un debido proceso y a las formalidades para la
validez y eficacia de los actos procesales...” (Casación Nro. 1473-2003 /
Lambayeque, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 31-08-2004,
págs. 12615-12616).
- “... La resolución que desestima las excepciones deducidas por la
impugnante, no constituye una resolución final [...], por lo que no resulta
procedente conocer en casación...” (Casación Nro. 1709-2001 / Cajamarca,
publicada en el Diario Oficial El Peruano el 02-05-2002, pág. 8687).
- “... La resolución superior del mencionado Cuaderno de Excepción no es
recurrible en casación por no ser un auto que en revisión ponga fin al
proceso...” (Casación Nro. 5346-2006 / Lima, publicada en el Diario Oficial
El Peruano el 03-01-2008, págs. 21347-21348).
- “... Las medidas cautelares no son materia revisable en sede casatoria...”
(Casación Nro. 823-2001 / Lima, publicada en el Diario Oficial El Peruano
el 30-11-2001, pág. 8017).
- “... Si la Sala de mérito revocó la decisión del a-quo desestimando la
medida cautelar [...], la resolución que así lo ha determinado no es
recurrible en casación porque no pone fin a la instancia...” (Casación Nro.
26492005 / Junín, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 04-07-2006,
pág. 16554).
- “... Si bien es cierto que esta Corte tiene establecido que no cabe el Recurso
de Casación contra las resoluciones que expedidas en revisión resuelven las
solicitudes relativas a medidas cautelares, se ha pronunciado por la
procedencia del presente recurso en atención a que la materia controvertida
importa una pretensión de tercería preferente de pago tramitada con
infracción a las normas procesales...” (Casación Nro. 1035-96 / Ucayali,
publicada en el Diario Oficial El Peruano el 25-04-1998, págs. 764-765).

938
MEDIOS IMPUGNATORIOS: RECURSO DE CASACION

- “... La recurrente pretende la nulidad del auto [mandato] de ejecución


[expedido en proceso de ejecución de garantías], supuesto no contemplado
para el recurso de casación...” (Casación Nro. 3265-2000 / Lima, publicada
en el Diario Oficial El Peruano el 31-08-2001, pág. 7677).
- “... Si bien la resolución que resuelve la contradicción tiene la calidad de
auto, como la pretensión versa sobre ejecución de garantía tal resolución se
homologa a los efectos de una sentencia; por lo tanto se trata de una
resolución impugnable en casación...” (Casación Nro. 1799-2000 / Chincha,
publicada en el Diario Oficial El Peruano el 02-01-2001, pág. 6649).
- “... Esta Corte [Suprema] en reiteradas ejecutorias ha homologado los autos
que declaran fundada o infundada la contradicción al mandato ejecutivo
como uno que pone fin al proceso [de ejecución de garantías] y por ende
recurrible vía Recurso de Casación...” (Casación Nro. 2959- 99 / Santa,
publicada en el Diario Oficial El Peruano el 04-02-2000, pág. 4640).
- “... Esta Sala [Suprema] ha establecido como principio que contra
resoluciones que se dictan en ejecución de sentencias no es viable el recurso
de casación...” (Casación Nro. 267-2005 / Arequipa, publicada en el Diario
Oficial El Peruano el 01-09-2005, pág. 14687).
- “... La resolución recurrida en el caso de autos es una que ha sido expedida
en un procedimiento no contencioso, del cual no emerge un conflicto de
intereses posible de dirimirse en un proceso contencioso previsto por el
Código Procesal Civil, por lo que no se encuentra dentro de las resoluciones
que son objeto de casación...” (Casación Nro. 523-2004 / Cono Norte,
publicada en el Diario Oficial El Peruano el 01-12-2004, pág. 13297).
- “... Si bien esta Sala [Suprema] ha establecido que las resoluciones finales
emitidas en procedimientos no contenciosos no son impugnables en
casación por considerar que ellas en rigor no son el producto de un proceso
contencioso, también es verdad que, en el presente caso, dada la naturaleza
de la pretensión procesal planteada en la solicitud (extinción del patrimonio
familiar) y habiéndose formulado contradicción [...], la materia propuesta
[...] se ha convertido en una de naturaleza contenciosa, por lo que las
resoluciones de mérito [...] son homologadas por esta Sala [Suprema] como
aquellas que ponen término al proceso...” (Casación Nro. 2829-2002 /
Lima, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 3005-2003, págs. 10495-
10496).

939
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

- “... No son recurribles en casación las resoluciones expedidas en procesos


no contenciosos sobre prueba anticipada...” (Casación Nro. 4332003 /
Cusco, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 02-02-2004, pág.
11407).
- “... Regularmente en los procesos no contenciosos no es procedente el
Recurso de Casación en tanto no subyace un típico conflicto de intereses
(pretensión de un sujeto, resistida por otro), tal es así, que posteriormente
en sede contenciosa y amplia puede discutirse o contradecir el conflicto que
derive del proceso no contencioso; sin embargo, resulta que en el presente
proceso [no contencioso de convocatoria a Junta General de Accionistas] la
empresa emplazada ha manifestado su resistencia a la pretensión incoada
desconociendo la calidad de accionista del solicitante, promoviéndose un
conflicto de intereses de naturaleza contenciosa cuya resolución de vista
que le pone fin puede ser recurrible en casación...” (Casación Nro. 1323-
2000 / Lima, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 17-09-2000, pág.
6260).
- “... Contra lo resuelto por la Corte Superior solo procede recurso de
casación cuando el Laudo hubiera sido anulado en forma total o parcial. En
el caso de autos, el pedido de nulidad de Laudo Arbitral ha sido declarado
infundado, por tanto el requisito de procedencia indicado, no se ha
verificado, lo que determina la improcedencia del recurso de casación...”
(Casación Nro. 1954-2012 / Lima, publicada en el Diario Oficial El
Peruano el 30-11-2012, pág. 38483).

10.6 Jurisprudencia relacionada con el plazo para interponer el recurso de


casación
La Corte Suprema de Justicia de la República, en relación al plazo para
interponer el recurso de casación, ha establecido lo siguiente:
- “... El recurso de casación ha sido presentado excediendo el plazo de diez
días que prevé el [...] artículo trescientos ochentisiete [...] del Código
Adjetivo [C.P.C.], siendo inadmisible pretender lograr indirectamente un
plazo adicional a base de una articulación de interrupción del proceso...”
(Casación Nro. 1580-01 / Arequipa, publicada en el Diario Oficial El
Peruano el 02-05-2002, págs. 8691-8692).
- “... Mediante escrito [...] [se] dedujo la nulidad de la sentencia de vista,
articulación que fue declarada infundada [...], procediendo a interponer
recurso de casación [...] contra dicha resolución [...]. [...] Que de

940
MEDIOS IMPUGNATORIOS: RECURSO DE CASACION

conformidad con el [...] artículo 387 del Código Procesal Civil, es requisito
de forma del recurso de casación que este se interponga dentro del plazo de
diez días contados desde el día siguiente de notificada la resolución que se
impugna. [...] Que siendo ello así, y no mereciendo la interposición de la
nulidad promovida por el recurrente, la suspensión del plazo a que hace
referencia el artículo 387 citado, es de concluir que [...] dicho plazo venció
en exceso...” (Casación Nro. 173-2005 / Ayacucho, publicada en el Diario
Oficial El Peruano el 30-09-2005, pág. 14754).

- “... El recurso de casación es perentorio y no es susceptible de


subsanación...” (Casación Nro. 018-2000 / Junín, publicada en el Diario
Oficial El Peruano el 30-04-2001, pág. 7281).
- “... El recurrente ante esta instancia [casatoria], amplía su recurso de
casación; el mismo que resulta improcedente, toda vez que de conformidad
con el artículo trescientos cincuentisiete y trescientos cincuentiocho del
Código Adjetivo [C.P.C.], dicho medio impugnatorio se interpone ante el
Organo Jurisdiccional que cometió el vicio o error, dentro del plazo
previsto, fundamentando su pedido y precisando el agravio que lo motiva,
en el acto procesal en que lo interpone...”(Casación Nro. 3226-2001 / Lima,
publicada en el Diario Oficial El Peruano el 02-02-2002, pág. 8364).
- “... No cabe la ‘ampliación’ del recurso casatorio, porque la oportunidad de
presentarlo y sustentarlo es preclusiva...” (Casación Nro. 2630-2000 /
Lambayeque, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 01-03-2001,
págs. 7020-7021).
- “... La ampliación del recurso de casación sólo puede ser presentada dentro
del término legal para su interposición...” (Casación Nro. 800-2004 / Cusco,
publicada en el Diario Oficial El Peruano el 31-08-2004, pág. 12663).
- “... El recurso de casación debe presentarse indicando las causales
comprendidas en los artículos trescientos ochentiséis y trescientos
ochentiocho del Código Procesal Civil, dentro del plazo de diez días
contados desde el día siguiente de notificada la resolución que se impugna,
por lo que cualquier ampliación de la fundamentación, vencido el plazo
para interponer el recurso resulta extemporánea...” (Casación Nro. 1742-
2002 / Lima, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 01-10-2002, págs.
9356-9357).
- “... Las pretendidas aclaraciones contenidas en los escritos de los
recurrentes presentados [...] ante el Colegiado Superior y ante este Supremo

941
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

Tribunal, [...] a fin de ‘aclarar’ las causales invocadas en el recurso de


casación, no resultan atendibles, pues, la aceptación de dichas ‘precisiones’
[...] implicaría extender el plazo de interposición del recurso de casación
más allá de lo previsto en el inciso segundo del artículo trescientos
ochentisiete del Código Procesal Civil [actualmente es el inciso 3) del art.
387
del C.P.C.], generando un trato especial para los recurrentes, situación
inaceptable a partir de lo establecido en el inciso segundo del artículo
segundo de la Constitución Política del Estado...” (Casación Nro.
4202007 / Lima, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 02-01-
2008, págs. 21204-21205).
- “... Corresponde emitir pronunciamiento respecto del recurso [de casación]
[...] y sobre la única causal denunciada, toda vez que si bien [se] concedió
un plazo adicional al recurrente, este fue con el objeto de que subsane la
omisión referida al arancel judicial, no resultando procedente efectuar
nueva denuncia o modificar las formuladas dentro del plazo de Ley...”
(Casación Nro. 1770-2005 / La Libertad, publicada en el Diario Oficial El
Peruano el 30-01-2006, pág. 15370).

10.7 Jurisprudencia relacionada con el requisito del recurso de casación


consistente en la tasa para interponerlo
La Corte Suprema de Justicia de la República, en relación al requisito del
recurso de casación consistente en la tasa para interponerlo, ha establecido lo
siguiente:
- “... El recurso de casación ha sido interpuesto en nombre de dos personas
que conforman la parte demandante, alegando su condición de poseedores
del inmueble materia de litis, por lo que debió cumplirse con el pago de
dicha tasa [tasa judicial por concepto de recurso de casación] por cada una
de ellas...” (Casación Nro. 2076-99 / Ucayali, publicada en el Diario Oficial
El Peruano el 30-03-2001, pág. 7087).
- “... El declarar inadmisible cualquier recurso impugnativo por falta del
requisito de la tasa judicial, concediendo un plazo razonable para la
subsanación resulta un acto Constitucional que guarda concordancia con el
derecho de defensa, derecho de acceso a los tribunales y a la instancia
plural, los que forman parte del principio Constitucional del debido proceso
y el derecho a la tutela jurisdiccional que tiene categoría de derecho
fundamental, ello en razón de que la omisión de presentar tasa o presentar

942
MEDIOS IMPUGNATORIOS: RECURSO DE CASACION

arancel judicial diminuto es subsanable...” (Casación Nro. 667-2000 / Lima,


publicada en el Diario Oficial El Peruano el 31-10-2003, págs. 11050-
11051).
- “... De conformidad con el artículo trescientos ochentisiete inciso segundo
del Código Procesal Civil [actualmente es el inciso 4) del art. 387 del
C.P.C.], uno de los requisitos de admisibilidad para la interposición del
recurso de casación es que se acompañe el recibo de pago de la tasa
respectiva; recibo de pago que esta Suprema Sala entiende debe
corresponder
al expediente en el que se quiere hacer valer el referido recurso, a fin
de evitar aprovechamientos indebidos o mal uso de los mismos...”
(Casación Nro. 2330-2007 / Lima, publicada en el Diario Oficial El
Peruano el 0209-2008, págs. 22719-22720).
- “... En el presente caso la tasa por concepto del recurso de casación resulta
diminuta, pues para fijar la misma debe tenerse en consideración el monto
del petitorio consignado en el escrito de la demanda; por lo que de
conformidad a lo previsto en el artículo trescientos noventiuno del Código
Procesal Civil [en la actualidad es el art. 387 -in fine- del C.P.C.] debe
disponerse la subsanación correspondiente por parte de la impugnante...”
(Casación Nro. 2426-2006 / Arequipa, publicada en el Diario Oficial El
Peruano el 01-02-2007, pág. 18799).

10.8 Jurisprudencia relacionada con el no consentimiento de la resolución


adversa de primera instancia como requisito de procedencia del
recurso de casación
La Corte Suprema de Justicia de la República, en relación al no
consentimiento de la resolución adversa de primera instancia como requisito de
procedencia del recurso de casación, ha establecido lo siguiente:
- “... El recurrente se encuentra legitimado para interponer el recurso sub
examen [recurso de casación], pues no consintió la apelada...” (Casación
Nro. 2368-2000 / Junín, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 0103-
2001, págs. 7018-7019).
- “... El recurrente se encuentra legitimado para interponer el recurso
casatorio, pues no consintió la resolución adversa de primera instancia...”
(Casación Nro. 3114-2000 / Huaura, publicada en el Diario Oficial El
Peruano el 01-03-2001, pág. 7048).

943
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

- “... El recurrente no consintió la resolución de primera instancia que le fue


desfavorable en parte, lo que satisface el requisito del inciso 1° del artículo
388 del Código acotado [C.P.C., sobre no consentir la resolución adversa de
primera instancia confirmada por la resolución objeto de casación]...”
(Casación Nro. 2249-2008 / Lima, publicada en el Diario Oficial El
Peruano el 01-12-2008, pág. 23414).
- “... Uno de los requisitos de fondo exigidos por el artículo trescientos
ochentiocho inciso primero del Código Procesal Civil para la procedibilidad
del recurso de casación es que el recurrente no hubiera consentido
previamente la resolución adversa de Primera Instancia, cuando ésta fuere
confirmada por la resolución objeto del recurso; [...] en el caso sub -
examine se aprecia que emitida la resolución de Primera Instancia [...] que
declara infundada la contradicción formulada por la curadora procesal de
los co-demandados [...] y ordena el remate del inmueble en pública subasta,
aquélla no apeló de dicha resolución; [...] el hecho de que la precitada
resolución, de conformidad con el artículo cuatrocientos ocho inciso
segundo del Código Procesal Civil hubiera sido elevada en consulta a la
Sala Superior de mérito, la que la confirmó, no enerva la exigencia legal
señalada [...], en consecuencia, el recurso [de casación] carece de los
requisitos de fondo previstos por el artículo trescientos ochentiocho del
Código Procesal Civil, para establecer su procedencia...” (Casación Nro.
1950-2001 / Arequipa, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 30-11-
2001, pág. 8137).
- “... Para que se cumpla con el requisito de fondo de no haber consentido la
resolución adversa de primera instancia, no basta identificar si se ha
interpuesto recurso de apelación, sino además, que de los fundamentos del
citado recurso se denuncie también el vicio que ahora es materia de
denuncia en vía de casación, ello atendiendo a que la recurrida ha
confirmado la apelada, con lo demás que la contiene, de lo contrario esta
[sic -léase está-] consintiendo el vicio que se denuncia...” (Casación Nro.
57-2001 / Arequipa, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 31-
072001, pág. 7538).
- “... Los vicios argumentados por el recurrente no fueron denunciados como
errores de derecho en su recurso de apelación [...], más aún si la resolución
de vista ha confirmado la de primera instancia con lo demás que la
contiene, por lo que no se cumple con el artículo 388 inciso 1° del Código
Procesal Civil, ya que no basta con interponer recurso de apelación y luego
de casación, si es que no se denuncian los mismos vicios, por que [sic -léase

944
MEDIOS IMPUGNATORIOS: RECURSO DE CASACION

porque-] de lo contrario se está consintiendo con los vicios que pudiera


tener la resolución adversa de primera instancia...” (Casación Nro. 3193-
2000 / La Libertad, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 31-08-
2001, pág. 7686).
- “... La recurrente ha consentido la sentencia adversa de primera instancia,
razón por la cual no está legitimada para interponer el recurso casatorio...”
(Casación Nro. 2720-2000 / Arequipa, publicada en el Diario Oficial El
Peruano el 01-03-2001, pág. 7023).
- “... El artículo trescientos ochentiocho del Código Procesal Civil señala que
son requisitos de fondo del recurso de casación: i. Que el recurrente
no hubiera consentido previamente la resolución adversa de primera
instancia, cuando ésta fuere confirmada por la resolución objeto del
recurso; [...] siendo esto así, la recurrente en casación consintió la sentencia
adversa de primera instancia, que fue confirmada por la Sala Revisora [...],
por lo que no está legitimada para interponer recurso de casación,
deviniendo este en improcedente...” (Casación Nro. 3856-2007 / Pasco,
publicada en el Diario Oficial El Peruano el 03-12-2008, pág. 23604).
- “... Es requisito de fondo del presente recurso [de casación] que el
recurrente no haya consentido la resolución de primera instancia que le fue
adversa, cuando ésta haya sido confirmada en la instancia superior; [...] el
recurrente consintió la primera resolución que le fue adversa, por lo que
carece de interés para interponer el presente recurso [de casación]...”
(Casación Nro. 2030-00 / Santa, publicada en el Diario Oficial El Peruano
el 30-04-2001, pág. 7170).
- “... Uno de los requisitos de fondo para la viabilidad del presente medio
impugnatorio [...] exige que el recurrente no hubiera consentido
previamente la resolución adversa de primera instancia, cuando ésta fuere
confirmada por la resolución objeto del recurso. [...] Que, verificando los
requisitos de fondo previstos en el artículo 388 del Código Procesal Civil,
específicamente el señalado en el inciso 1°, se evidencia que la [...]
recurrente no cumple con el indicado requisito, por cuanto, ha consentido
-no apeló- la resolución adversa de primera instancia, la misma que fue
confirmada por la Sala de mérito. Siendo ello así, de conformidad con lo
previsto por el artículo 392 del Código Procesal Civil, declararon
IMPROCEDENTE el recurso de casación...” (Casación Nro. 925-2008 /

945
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

Lima, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 03-09-2008, pág.


22921).
- “... En cuanto a los requisitos de fondo, es necesario manifestar [...] que el
recurso de casación importa un riguroso formalismo para el cumplimiento
de sus fines, siendo esta nota su característica esencial. En este orden de
ideas, el inciso primero del numeral trescientos ochentiocho del precitado
Código [C.P.C.] exige, como requisito de procedibilidad, que el recurrente
tenga que haber impugnado la resolución de primera instancia que le ha
sido adversa, en el caso que la resolución de vista (impugnada) confirme
aquélla (la de primera instancia). [...] Que, en tal sentido examinados los
autos se advierte [...] que el recurrente no ha cumplido con impugnar,
mediante recurso de apelación, la resolución [...], por lo cual no satisface el
requisito de procedencia anteriormente glosado, razón por la cual debe
desestimarse el recurso...” (Casación Nro. 4632-2007 / Lima, publicada en
el Diario Oficial El Peruano el 03-12-2008, pág. 23692).
- “... La recurrente no ha cumplido con el requisito de fondo señalado en el
inciso 1 del artículo 388 del Código Procesal Civil, en tanto que no
impugnó la resolución adversa de primera instancia [...], por lo que el
recurso [de casación] merece ser desestimado de manera liminar...”
(Casación Nro. 1692-2007 / Lima, publicada en el Diario Oficial El
Peruano el 01-09-2008, págs. 22480-22481).
- “... El inciso primero del artículo trescientos ochentiocho del Código
Procesal en referencia [C.P.C.] establece como primer requisito de fondo
que [...] el recurrente no debe haber consentido previamente la decisión
adversa de primera instancia cuando ésta fuera confirmada por la resolución
objeto del recurso de casación. [...] Que, conforme se advierte [...], el
recurso de apelación contra la decisión adversa de primera instancia [...] fue
rechazado y declarado inadmisible, según auto consentido, por tanto, el
recurso de casación debe ser declarado improcedente, al no cumplir con la
exigencia contenida en el inciso primero del artículo trescientos
ochentiocho del Código Procesal Civil...” (Casación Nro. 326-2007 / Lima,
publicada en el Diario Oficial El Peruano el 30-05-2008, pág. 22073).
- “... El inciso primero del artículo trescientos ochentiocho del Código
Procesal Civil exige que el recurrente no hubiera consentido previamente la
resolución adversa de primera instancia, cuando ésta fuera confirmada por
la resolución objeto del recurso; en el caso de autos no se ha dado cabal
cumplimiento al requisito mencionado, puesto que el recurrente no

946
MEDIOS IMPUGNATORIOS: RECURSO DE CASACION

impugnó el auto [...], pese a que le fue adverso [...]; [...] si bien es cierto que
[...] interpuso recurso de apelación contra dicha resolución; empero, la Sala
revisora con la facultad prevista por el artículo trescientos sesentisiete del
Código Procesal acotado [C.P.C.] declaró nulo el concesorio [...] e
inadmisible el recurso de apelación, por lo que el auto [...] quedó firme; [...]
siendo esto así, la resolución recurrida no varió el sentido de la resolución
dictada por el Juez Civil, por lo que el recurrente carece de legitimidad para
interponer recurso de casación...” (Casación Nro. 25612000 / Lima,
publicada en el Diario Oficial El Peruano el 02-01-2001, págs. 6680-6681).
- “... El artículo 388 inciso 1° del Código Procesal Civil establece como
requisito de procedencia del recurso de casación ‘que el recurrente no
hubiere consentido previamente la resolución adversa de primera instancia,
cuando ésta fuere confirmada por la resolución objeto del recurso’. [...] En
el presente caso, de autos se aprecia que el recurso de apelación interpuesto
por la recurrente contra la sentencia de primera instancia
que le fuera desfavorable fue rechazado por extemporáneo, quedando así
consentida la citada resolución. [...] Que, siendo así, no se ha dado
cumplimiento al requisito de procedencia referido [...], motivo por el cual
resulta inviable el análisis de las denuncias casatorias que se hubieren
formulado en el presente medio impugnatorio, teniendo en cuenta el
carácter extraordinario y formal del recurso de casación. Por las razones
anotadas y en estricta aplicación del artículo 392 del Código Procesal Civil:
Declararon IMPROCEDENTE el recurso de casación...” (Casación Nro.
2153-2004 / Ucayali, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 01-09-
2005, pág. 14660).
- “... El recurrente no se encuentra legitimado para interponer el recurso
casatorio, porque su recurso de ‘adhesión’ a la apelación fue declarado
improcedente [...] y la Sentencia recurrida [sentencia de vista] ha
confirmado en todos sus extremos la resolución apelada; consecuentemente
no se cumple el requisito previsto en el inciso primero del artículo
trescientos ochentiocho del Código adjetivo [C.P.C.]...” (Casación Nro.
3430- 2000 / Lima, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 30-04-
2001, pág. 7236).
- “... El Juez de Familia ha emitido sentencia declarando fundada la presente
demanda y por consiguiente disuelto para los efectos civiles el vínculo
matrimonial, con lo demás que contiene, y disponiendo que se eleve en
consulta esta sentencia en caso de no ser apelada; [...] siendo el caso que

947
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

contra la referida sentencia no se interpuso recurso impugnatorio de


apelación, la misma fue elevada en consulta a la Sala de Familia [...],
habiendo dicho Colegiado aprobado la sentencia consultada mediante
resolución [...]; [...] a su vez, [...] se aprecia que la demandada [...] ha
interpuesto recurso de casación contra la sentencia emitida por el Colegiado
Superior, lo que no satisface el requisito de fondo del recurso de casación
que prevé el inciso primero del artículo trescientos ochentiocho del Código
Procesal Civil, en cuanto establece que el recurrente no debe de consentir la
sentencia adversa de primera instancia, cuando ésta fuera confirmada por la
resolución objeto del recurso, y al no haberse cumplido con un requisito
necesario para la procedencia del recurso de casación corresponde declarar
su improcedencia...” (Casación Nro. 1384-2005 / Lima, publicada en el
Diario Oficial El Peruano el 02-06-2006, págs. 16305-16306).
- “... Entre los requisitos de procedibilidad (fondo), el artículo trescientos
ochenta y ocho, inciso primero [del C.P.C.], exige que le recurrente [sic
-léase que el recurrente-] no hubiera consentido la resolución adversa
de primera instancia, cuando ésta fuera confirmada por la resolución de
vista. Ello implica que las cuestiones no apeladas no pueden ser
materia de casación; es decir, no se puede plantear como agravio (en
casación) aquello que no se reclamó en apelación. En tal sentido, del
examen del recurso de apelación formulado [...] oportunamente por la
recurrente, [...] se aprecia que ninguno de los agravios que sustentan el
recurso de casación sub examine fueron denunciados en aquél [sic]
recurso; por consiguiente, no se satisface la exigencia del glosado
artículo trescientos ochenta y seis, inciso primero [sic -en realidad es el
art. 388 -inciso 1)- del C.P.C.]...” (Casación Nro. 4994-2007 / Lima,
publicada en el Diario Oficial El Peruano el 01-12-2008, págs. 23280-
23281).
- “... Por Principio General no procede interponer recurso de casación por la
parte que ha consentido con la resolución de primera instancia que le era
desfavorable, situación que se da en el caso de autos ya que contra la
sentencia de primera instancia que declaró fundada la demanda, la
recurrente no interpuso recurso alguno. [...] Que, bajo este mismo sustento,
no puede pretender impugnar la sentencia de vista que revoca la de primera
instancia y declara infundada la demanda, lo cual favorece a la recurrente
en su condición de parte demandada, toda vez que el hecho de esgrimir
fundamentos que coinciden con la pretensión demandada no enerva su
condición procesal de parte demandada...” (Casación Nro. 159-2001 /

948
MEDIOS IMPUGNATORIOS: RECURSO DE CASACION

Huánuco, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 31-07-2001, pág.


7563).

10.9 Jurisprudencia relacionada con la fundamentación del recurso de


casación
La Corte Suprema de Justicia de la República, en relación a la
fundamentación del recurso de casación, ha establecido lo siguiente:
- “... Es deber procesal del recurrente señalar clara y explícitamente en qué
consiste el vicio, haciendo una análisis razonado y crítico de los motivos de
la decisión del Juez, y luego explicar la propuesta que se hace para
corregirlo, fundamentándolo con los debidos argumentos a fin de hacer ver
cómo todo ello modificaría el sentido del fallo...” (Casación Nro. 2065-
2002 / Santa, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 31-082004, págs.
12533-12534).
- “... Su fundamentación [del recurso de casación] debe ser clara, precisa y
concreta, indicando la causal pertinente y el requisito de fondo en que se
sustenta, debiendo guardar[,] además, coherencia con lo debatido y decido
[sic -léase y decidido-] durante el proceso...” (Casación Nro. 1867-2008 /
Arequipa, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 04-09-2008, pág. 22983).
- “... Su fundamentación [del recurso de casación] debe ser clara, precisa y
concreta, indicando la causal pertinente y el requisito de fondo en que se
sustenta, en el recurso de casación no [debe] hacerse referencia a lo que la
demandante considera probado, sino debe partirse sobre la base de lo
determinado por las instancias de mérito...” (Casación Nro. 991-2008 /
Lima, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 03-09-2008, págs.
22924-22925).
- “... Para cumplir con el requisito de la debida fundamentación del recurso el
recurrente debe acreditar la existencia de un agravio producido por la
sentencia recurrida, que tal agravio se produjo como consecuencia directa
de uno de los motivos taxativamente contemplados en la ley y no por otros,
y que entre el agravio denunciado y las conclusiones de la sentencia
recurrida se dé una precisa relación de causalidad...” (Casación Nro. 637-95
/ Lima, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 22-11-1996, págs.
2398-2399).
- “... Constituye carga procesal del recurrente adecuar correctamente las
denuncias que correspondan a las causales invocadas, pues el Recurso de

949
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

Casación es de carácter formal y su formulación exige cumplir con la


fundamentación clara y precisa por cada una de las causales que se
invoquen...” (Casación Nro. 1419-99 / Ayacucho, publicada en el Diario
Oficial El Peruano el 06-10-1999, pág. 3677).
- “... Los argumentos del Recurso de Casación deben dirigirse directa y
concretamente a los conceptos que estructuran la construcción jurídica en
que se asienta la sentencia, y deviene en insuficiente el recurso que deja en
pie, sin impugnación ni objeción, uno de los motivos del fallo que, por sí
solo, da sustento suficiente al pronunciamiento pues no cabe casación
cuando se invoca defecto en la motivación ‘obiter dicta’ o ‘ex abundantia’
ya que por principio no trascienden el fallo, el que se seguiría manteniendo
en atención a sus fundamentos jurídicos principales” (Casación Nro. 2162-
98 / Loreto, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 16-04-1999, págs.
2906-2907).
- “... Dicho requisito [señalar el grado de trascendencia o influencia que la
aplicación de la norma traería en el sentido del fallo o de lo decidido en la
resolución que se impugna] debe entenderse en el contexto de un binomio
indesligable, que comprende no sólo la cita de la norma sino la sustentación
fáctica que de manera razonada pueda expresar en conjunto, razón
suficiente para que al momento de resolver se varíe el sentido de lo
decidido o indicar cuál es la incidencia directa de la infracción sobre la
decisión impugnada...” (Casación Nro. 3600-2012 / Lima, publicada en el
Diario Oficial El Peruano el 02-01-2014, pág. 46227).
- “... Las alegaciones descritas por la recurrente, incumplen con el requisito
fundamental para la procedencia del recurso de casación al que se refiere el
inciso tercero del artículo antes citado [art. 388 del C.P.C.], lo cual implica
que debe demostrar con claridad la incidencia directa de la infracción sobre
la decisión impugnada; es decir precisar en qué consistió el error al aplicar
o interpretar los preceptos legales que a su parecer fueron vulnerados y
cómo éstos deben repercutir en la parte resolutiva de la sentencia recurrida
y no referirse a hechos y pruebas...” (Casación Nro. 1707-2012 / Tacna,
publicada en el Diario Oficial El Peruano el 30-11-2012, pág. 38343).
- “... No ha cumplido [la recurrente] con demostrar la incidencia directa de
las infracciones alegadas sobre la decisión impugnada, lo que implica
desarrollar el modo en que se han infringido las normas y cómo deben ser
aplicadas correctamente, pues no basta invocar la norma o normas cuya
aplicación al caso concreto se pretende, sino que debe demostrar la

950
MEDIOS IMPUGNATORIOS: RECURSO DE CASACION

pertinencia de las mismas a la relación fáctica establecida y cómo su


aplicación modificaría el resultado del juzgamiento ...” (Casación Nro. 248-
2012 / Moquegua, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 3005-2013,
pág. 40958).
- “... El recurso de casación presentado se sustenta en hechos falsos, falsedad
que fluye con claridad incontrastable; [...] habiéndose determinado que el
recurso de casación presentado se sustenta en argumentos falsos (pues la
alegada falta de fundamentación jurídica de la resolución de vista no
existe), debe precisarse que si bien el artículo trescientos ochentiocho [del
C.P.C.] enumera los requisitos de fondo para la procedencia de dicho
recurso, sancionándose su inobservancia con la improcedencia del mismo,
el hecho que dentro de ellos no se encuentre alguno que sancione la
improcedencia en razón de haberse basado en hechos evidentemente
ficticios, no puede ser impedimento para que este Supremo Colegiado lo
rechace de plano, toda vez que conforme al artículo segundo del Título
Preliminar del Código Civil, la ley no ampara el ejercicio ni la omisión
abusivos de un derecho, fundamentos por los cuales, siendo indiscutible que
el recurso de casación se sustenta en hechos falsos: Declararon
IMPROCEDENTE el recurso de casación interpuesto...” (Casación Nro.
1143-04 / Chincha, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 03-012005,
pág. 13329).
- “... La sola enumeración y transcripción de las normas que se estiman
violadas no satisface el requisito de la debida fundamentación [...], pues es
menester que se demuestre la existencia de agravio respecto de cada una de
ellas...” (Casación Nro. 1128-96 / Callao, publicada en el Diario Oficial El
Peruano el 20-12-1996, pág. 2566).
- “... Los agravios denunciados por el recurrente no son idóneos para recurrir
de la sentencia impugnada, pues debe existir una relación de causalidad
entre los vicios denunciados y los fundamentos del fallo impugnado...”
(Casación Nro. 899-96 / Ica, publicada en el Diario Oficial El Peruano el
21-12-1996, pág. 2590).
- “... Los fundamentos del recurso de casación debe guardar una relación de
causalidad entre los vicios que se denuncian y el contenido de la resolución
que se impugna...” (Casación Nro. 2360-2006 / Lima, publicada en el
Diario Oficial El Peruano el 03-09-2007, pág. 20300).

951
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

- “... Debe existir un nexo lógico entre las causales invocadas por los
recurrentes y la materia que es controvertida en la litis...” (Casación Nro.
1020-96 / Huaura, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 20-121996,
pág. 2572).
- “... Del texto de la sentencia recurrida no aparece mención alguna a la
norma que es objeto del Recurso de Casación, por lo que no existiendo
relación causal entre lo resuelto y los fundamentos del recurso interpuesto
corresponde declarar su improcedencia...” (Casación Nro. 1683-99 / Lima,
publicada en el Diario Oficial El Peruano el 03-06-2000, pág. 5468).
- “... El recurrente en su demanda no argumentó lo expuesto en el recurso de
casación, por lo que no constituyendo materia controvertida, no puede
invocarse como sustento de la casación...” (Casación Nro. 2434-2001 /
Arequipa, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 30-11-2001, pág.
8169).
- “... La denuncia in-iudicando no resulta amparable, por cuanto los
argumentos señalados en el recurso de casación son distintos a los puntos
que son materia de controversia...” (Casación Nro. 3159-2000 / Lima,
publicada en el Diario Oficial El Peruano el 01-03-2001, pág. 6997).
- “... Cuando la demanda se ha declarado improcedente por una razón
procesal, no se puede sustentar la casación en normas materiales que no
tienen contenido procesal...” (Casación Nro. 2572-2001 / Lima, publicada
en el Diario Oficial El Peruano el 02-01-2002, pág. 8252).
- “... El recurso extraordinario de casación, como así lo reconocen la
jurisprudencia establecida y la doctrina, es uno de debate netamente
jurídico, pues el debate fáctico ha culminado con la sentencia objeto de la
impugnación. Por lo tanto, es deber del impugnante expresar y demostrar
que esa decisión judicial, de la cual discrepa, es violatoria del derecho tanto
procesal como sustantivo. Por consiguiente, la denuncia casatoria tiene que
satisfacer a cabalidad las exigencias legales establecidas para el recurso,
tanto para su admisibilidad como para su procedencia. El cumplimiento de
estos requisitos se explica por la necesidad de determinar objetivamente el
sentido y alcance de la impugnación en la cual ha de expresarse y
demostrarse no sólo la presencia de los errores in iudicando o in
procedendo, según sea el caso, sino también su incidencia en la decisión
objetada...” (Casación Nro. 1545-2007 / Lambayeque, publicada en el
Diario Oficial El Peruano el 30-06-2008, págs. 22343-22344).

952
MEDIOS IMPUGNATORIOS: RECURSO DE CASACION

- “... Los requisitos de procedencia del recurso de casación contemplados en


el artículo trescientos ochentiocho del Código Procesal Civil, incluyen la
obligación de los justiciables de sustentarlos con probidad y buena fe, con
un mínimo de verosimilitud, toda vez que no puede distraerse y abultarse la
carga procesal del Organo Supremo del Poder Judicial con fundamentos
forzados, inconsistentes o inexistentes que al ser calificados procedentes se
desvanecen instantáneamente al momento de analizarse el fondo del recurso
en la etapa de dictarse la sentencia casatoria correspondiente...” (Casación
Nro. 768-2007 / Moquegua, publicada en el Diario Oficial El Peruano el
01-04-2008, pág. 21937).
- “... La Sala Civil se ha pronunciado reiteradamente en el sentido que el
error material en la cita de un dispositivo legal cuando éste es plenamente
identificable no puede servir de fundamento casatorio” (Casación Nro.
1106-95 / Lima, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 13-05-1998,
pág. 1012).
- “... Toda causal [casatoria] al ser autónoma merece una fundamentación
propia...” (Casación Nro. 2798-2001 / Arequipa, publicada en el Diario
Oficial El Peruano el 02-01-2002, pág. 8272).
- “... Para el debate en casación no sólo las causales [casatorias] deben ser
indicadas en forma precisa, sino también la fundamentación debe ser clara e
independientemente expuesta...” (Casación Nro. 372-00 / Lima, publicada
en el Diario Oficial El Peruano el 01-03-2001, pág. 7000).

953
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

-
“... Siendo el recurso de casación eminentemente formal, no es
permisible estimar lo propuesto por la recurrente [...] al haberse
limitado a expresar que hace suyos los fundamentos del recurso de su
codemandado, lo que no se condice con los fines de la casación ni con
lo establecido en la norma acotada [art. 388 del C.P.C.]...” (Casación
Nro. 1340-2007 / Lima Norte, publicada en el Diario Oficial El
Peruano el 30-10-2007, pág. 20884).
- “... El vicio denunciado por el recurrente carece de base cierta, [...] por
ende, no puede argumentarse un hecho impreciso, sin que se afecte y
sancione al casante, conforme lo exige el artículo ocho de la Ley Orgánica
del Poder Judicial...” (Casación Nro. 3880-2007 / Lima, publicada en el
Diario Oficial El Peruano el 03-12-2008, pág. 23605).
- “... Respecto al escrito presentado por el impugnante ante la Sala Superior
[...], con la sumilla ‘Fundamentación Recurso de Casación’, lo expuesto en
dicho escrito no resulta atendible, ya que siendo el recurso de casación un
medio impugnatorio de carácter extraordinario y formalísimo, la
fundamentación debió exponerse cuando se interpuso el recurso de
casación [...], la cual conforme a la norma procesal debe satisfacer
adecuadamente los requisitos de admisibilidad y procedencia que señala la
ley...” (Casación Nro. 3536-2012 / Lima, publicada en el Diario Oficial El
Peruano el 31-01-2013, pág. 39474).

10.10 Jurisprudencia relacionada con los agravios o vicios que no se


pueden plantear en vía casatoria
La Corte Suprema de Justicia de la República, en relación a los agravios o
vicios que no se pueden plantear en vía casatoria, ha establecido lo siguiente:
- “... El recurso de casación también se sirve del principio de preclusión
procesal, razón por la cual no resulta viable trasladar al debate casatorio
[...] el cuestionamiento de vicios que no fueron objeto de un planteamiento
de nulidad en la primera oportunidad que se tuvo para hacerlo,
produciéndose así la inexorable convalidación tácita a que hace referencia
el tercer párrafo del artículo 172 del Código Procesal Civil...” (Casación
Nro. 1339-2001 / La Libertad, publicada en el Diario Oficial El Peruano el
01-03-2002, pág. 8485).

954
MEDIOS IMPUGNATORIOS: RECURSO DE CASACION

-
- “... El recurso de casación se sirve del Principio de Preclusión Procesal,
instituto que ha operado en el presente caso, pues el vicio que se denuncia
no fue oportunamente impugnado por el recurrente en su recurso de
apelación...” (Casación Nro. 3051-2000 / Ucayali, publicada en el Diario
Oficial El Peruano el 01-03-2001, pág. 6993).
“... El recurso de casación se sirve del Principio de Preclusión Procesal;
[...] en tal sentido, el cuestionamiento a la validez de la relación procesal
instaurada en autos no resulta procedente efectuarlo en sede de casación,
toda vez que dicho tema no fue objeto de mecanismo de impugnación
alguno en las instancias inferiores, habiendo precluido el derecho a
cualquier intento de impugnación posterior...” (Casación Nro. 3479-2000 /
Loreto, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 31-07-2001, págs.
7576-7577).
- “... No resulta idóneo denunciar al amparo del recurso casatorio [...]
cuestiones precluidas donde ya se ha cumplido con la garantía de la
instancia plural...” (Casación Nro. 4802-2006 / Lima, publicada en el
Diario Oficial El Peruano el 03-09-2007, págs. 20346-20347).
- “... No se puede plantear en casación como agravio [...] aquello que no fue
objeto de apelación ante la instancia respectiva...” (Casación Nro. 3011-
2007 / Lima, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 01-122008, págs.
23376-23377).
- “... Lo no denunciado como agravio en apelación no puede ser materia de
debate en sede casatoria...” (Casación Nro. 3445-2012 / Lima, publicada en
el Diario Oficial El Peruano el 31-01-2013, pág. 39469).
- “... No se puede plantear en casación como agravio [...] aquello que no se
reclamó en la apelación. Ello, porque no se puede analizar en casación
aquello que no ha sido visto en la instancia de revisión...” (Casación Nro.
3396-2006 / Arequipa, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 3009-
2008, págs. 23111-23112).
- “... Los agravios [...] deben desestimarse, toda vez que tales
cuestionamientos al no haber sido realizados en la etapa procesal prevista
para ello [...], no pueden servir de sustento del recurso [de casación]...”
(Casación Nro. 2257-2000 / La Libertad, publicada en el Diario Oficial El
Peruano el 02-01-2001, pág. 6661).

955
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

-
- “... No pueden traerse en sede casatoria agravios que han sido consentidos
por quien supone estar perjudicado...” (Casación Nro. 2301-2000 / Tacna,
publicada en el Diario Oficial El Peruano el 02-01-2001, pág. 6663).
- “... No es posible denunciar en vía de casación vicios con los que se ha
consentido previamente en las instancias del proceso” (Casación Nro.
1609-96 / Arequipa, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 01-
061998, pág. 1230).
“... No puede recurrirse en vía de casación por vicios subsanables que
hubieran quedado consentidos en instancias inferiores...” (Casación Nro.
220-95 / Lima, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 19-10-1995,
págs. 9-10).
- “... No puede [el recurrente] vía recurso de casación, suplir las deficiencias
de su recurso de apelación; pretendiendo artificiosamente, y en claro abuso
del derecho, la declaración de nulidad de actuados por vicios que no fueron
válidamente denunciados en su oportunidad...” (Casación Nro. 744-2008 /
Arequipa, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 04-092008, pág.
23081).
- “... Resulta contrario a las normas procesales contenidas en el citado
Código Adjetivo [C.P.C.], que en casación se intente la nulidad de actos
procesales que ya han pasado a la autoridad de cosa juzgada [...] por no
haber sido impugnados oportunamente por la propia [...] impugnante...”
(Casación Nro. 3208-2006 / Santa, publicada en el Diario Oficial El
Peruano el 31-05-2007, pág. 19614).
- “... Quien argumenta una contravención al debido proceso debe acreditar
haber efectuado el reclamo diligente y oportuno cuando ésta se produjo...”
(Casación Nro. 134-2000 / Lima, publicada en el Diario Oficial El Peruano
el 09-04-2000, pág. 5059).
- “... Respecto de los vitium in procedendo, es necesario que ante éstos la
parte afectada haya realizado una protesta previa, lo cual implica un
reclamo oportuno y diligente de su parte y que no haya prestado
aquiescencia al acto viciado...” (Casación Nro. 84-2000 / Lima, publicada
en el Diario Oficial El Peruano el 09-04-2000, pág. 5055).
- “... No puede admitirse la casación fundada en la limitación del derecho de
defensa, cuando el recurrente ha consentido en la resolución que prescinde

956
MEDIOS IMPUGNATORIOS: RECURSO DE CASACION

-
de la prueba...” (Casación Nro. 1042-96 / Lima, publicada en el Diario
Oficial El Peruano el 19-12-1996, pág. 2542).
- “... La falta de apelación oportuna en la audiencia única respecto de las
resoluciones que admiten los medios probatorios ofrecidos por las partes
precluye la posibilidad de denunciar el mismo agravio en casación...”
(Casación Nro. 934-96 / Lima, publicada en el Diario Oficial El Peruano el
20-12-1996, pág. 2557).
- “... No puede constituir materia casatoria, extremo que no ha sido objeto de
discusión en el proceso, toda vez que el recurrente ha consentido

957
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

desde un inicio respecto a la supuesta acumulación indebida, sin que


utilizara los medios procesales que la ley le concede para cuestionarla, por
lo que no reúne las condiciones de procedencia...” (Casación Nro. 2222-
98 / Tacna, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 03-062000, pág.
5468).
- “... Tratándose de cuestiones ya resueltas en sede judicial no resulta
procedente denunciarlas a través del presente medio impugnatorio [recurso
de casación]...” (Casación Nro. 2329-2000 / Huánuco, publicada en el
Diario Oficial El Peruano el 02-01-2001, pág. 6664).
- “... En sede casatoria no es posible hacer valer una cuestión que ha
quedado firme...” (Casación Nro. 79-2008 / Huaura, publicada en el Diario
Oficial El Peruano el 30-05-2008, pág. 22230).
- “... No es posible denunciar [en casación] supuestos vicios procesales que
ya merecieron pronunciamiento por las instancias de mérito...” (Casación
Nro. 2683-2008 / Ica, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 02-
122008, pág. 23457).
- “... El recurso de casación interpuesto [...] no puede sustentarse
nuevamente en lo que ya fue resuelto en definitiva en su oportunidad, pues
de hacerlo se estaría transgrediendo la prohibición del doble recurso
establecido [sic -léase establecida-] en el artículo trescientos sesenta del
Código Procesal Civil...” (Casación Nro. 1612-2006 / Ica, publicada en el
Diario Oficial El Peruano el 31-05-2007, págs. 19601-19602).
- “... La nulidad, a que se hace referencia en el recurso de casación[,] fue
declarada improcedente por [...] resolución [...], la que quedó consentida,
porque no se interpuso medio impugnatorio contra ella, lo que determina
que no puede invocarse nuevamente en el recurso de casación [...]
fundamentos que ya han sido desestimados...” (Casación Nro. 2564- 2000 /
Lima, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 30-04-2001, pág. 7197).
- “... No puede sustentarse el recurso de casación en una nulidad que ha sido
resuelta definitivamente...” (Casación Nro. 3266-2000 / Lima, publicada en
el Diario Oficial El Peruano el 01-03-2001, págs. 7059-7060).
- “... Tampoco [...] se puede alegar en casación vicios en interés ajenos [sic
-léase en interés ajeno-] al proceso...” (Casación Nro. 2413-2008 / Lima,
publicada en el Diario Oficial El Peruano el 02-12-2008, pág. 23436).

958
MEDIOS IMPUGNATORIOS: RECURSO DE CASACION

10.11 Jurisprudencia relacionada con la actividad procesal de las partes


durante el trámite del recurso de casación
La Corte Suprema de Justicia de la República, en relación a la actividad
procesal de las partes durante el trámite del recurso de casación, ha establecido
lo siguiente:
- “... No son atendibles en casación aquellas defensas que no se formularon
con la contradicción, ni es posible apreciar alguna, menos admitir prueba
nueva como establece el Artículo trescientos noventicuatro del Código
Procesal acotado (C.P.C.)...” (Casación Nro. 1160-99 / Lima, publicada en
el Diario Oficial El Peruano el 26-10-1999, pág. 3824).
- “... Resulta incongruente que la impugnante [...] haya ofrecido medios
probatorios con su recurso [de casación] que solicita sean considerados de
oficio, lo que resulta ajeno a la naturaleza del presente medio
impugnatorio...” (Casación Nro. 3253-2000 / La Libertad, publicada en el
Diario Oficial El Peruano el 31-08-2001, pág. 7692).

10.12 Jurisprudencia relacionada con la competencia o facultades de la


Sala de casación
La Corte Suprema de Justicia de la República, en relación a la competencia
o facultades de la Sala de casación, ha establecido lo siguiente:
- “... La Sala de Casación es una Sala de Jurisdicción de Derecho y no de
mérito, como lo son las instancias anteriores, por lo que su labor consiste
en examinar la adecuada aplicación del derecho objetivo al caso concreto y
la uniformidad de la jurisprudencia nacional por la Corte Suprema
conforme dispone el artículo 384º del Código Procesal Civil, y no las
cuestiones de hecho, como sería revalorar la prueba aportada [...] y las
conclusiones a la que han llegado los jueces inferiores al analizarla...”
(Casación Nro. 4697-2012 / Lima, publicada en el Diario Oficial El
Peruano el 31-07-2013, pág. 42573).
- “... Mediante el control de logicidad, este Supremo Tribunal [...] puede
examinar el razonamiento que realizaron los jueces inferiores para conocer
si fue formalmente correcto desde el punto de vista lógico...” (Casación
Nro. 297-2008 / Lima, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 0112-
2008, págs. 23371-23373).

959
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

-
- “... El recurso de casación se rige por el principio de rogación por el cual
sólo los recurrentes son quienes impetran el contenido sobre el cual la
Corte [Suprema] ejercerá sus funciones casatorias conforme a la ley
procesal...” (Casación Nro. 1797-2000 / Puno, publicada en el Diario
Oficial El Peruano el 02-01-2001, pág. 6649).
“... En atención al agravio formulado y de conformidad con el principio de
rogación o limitación del grado, la actuación de esta Sala Casatoria [...] se
limitará a los fundamentos del recurso [de casación] planteado...”
(Casación Nro. 152-2008 / Lima, publicada en el Diario Oficial El Peruano
el 01-12-2008, pág. 23302).
- “... Es doctrina pacífica y además, asumida por las Salas que conforman
este Supremo Tribunal, que las Cortes de Casación encuentran restringida
su actuación en aplicación del principio de rogación conocido también
como principio de limitación del grado; [...] que, en mérito al principio
antes enunciado, la actuación de las Salas de Casación debe restringirse
única y exclusivamente al análisis de las existencia de infracción de la ley
sólo respecto de las causales que han sido admitidas como tales por el auto
que declara la procedencia del recurso...” (Casación Nro. 439-96 / Lima,
publicada en el Diario Oficial El Peruano el 17-06-1998, págs. 1326-1327).
- “... En virtud del principio de rogación procesal que gobierna la
intervención de la Corte, ésta se limita a ejercer la función casatoria sobre
las resoluciones que la ley señala que contengan un error de derecho
congruente con los cargos esgrimidos por los impugnantes y calificados
por el Tribunal positivamente mediante la resolución de procedencia. [...]
Que no obstante, la regla antes descrita puede variar en cuanto a su
observancia y aplicación, pues se pueden prever algunas hipótesis en las
que es imposible que la sentencia casatoria alcance sus fines clásicos
(nomofiláctico y uniformizador) e incluso su contemporáneo fin llamado
dikelógico, cuando en el proceso que se conoce, verbigracia, existen vicios
procesales insalvables que están por encima de los intereses de las partes,
al advertirse que tales infracciones distorsionan el orden jurídico y sus
valores (orden público, seguridad jurídica, certeza, justicia y equidad)...”
(Casación Nro. 2197-99 / Lima, publicada en el Diario Oficial El Peruano
el 17-09-2000, págs. 6270-6271).

960
MEDIOS IMPUGNATORIOS: RECURSO DE CASACION

- “... El recurso de casación se circunscribe al análisis de las causales


invocadas por la recurrente, no siendo procedente revisar temas ajenos al
mismo...” (Casación Nro. 1036-99 / Cono Norte, publicada en el Diario
Oficial El Peruano el 02-05-2002, pág. 8668).
- “... La Sala de Casación no puede pronunciarse sobre causales no
invocadas por un impugnante, pues su competencia queda enmarcada en
los

961
MEDIOS IMPUGNATORIOS: RECURSO DE CASACION

-
extremos del recurso...” (Casación Nro. 3192-2000 / Ica, publicada en
el Diario Oficial El Peruano el 01-03-2001, pág. 7054).
“... La Corte de Casación no puede pronunciarse sobre una causal no
invocada, según el principio de iniciativa de parte...” (Casación Nro.
2838-2000 / Callao, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 30-
042001, pág. 7218).
- “... No corresponde a la Sala de Casación interpretar el recurso [de
casación] ni actuar de oficio...” (Casación Nro. 2324-00 / Arequipa,
publicada en el Diario Oficial El Peruano el 30-01-2001, pág. 6872).
- “... No corresponde a este Tribunal [casatorio] interpretar o buscar de
oficio cuales puedan ser los defectos jurídicos de la resolución
impugnada, con el agregado de que el relato fáctico resultante de la
instancia no es modificable en vía de casación...” (Casación Nro. 2128-
00 / Callao, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 30-01-2001,
pág. 6858).
- “... Este Supremo Tribunal no puede suplir de oficio los defectos en la
formulación del recurso [de casación], por el contrario, debe observar
que se cumpla cada uno de los requisitos establecidos en la ley...”
(Casación Nro. 2218-98 / Lima, publicada en el Diario Oficial El
Peruano el 24-032000, pág. 4854).
- “... La competencia de la Corte de Casación se encuentra limitada a las
cuestiones que le son sometidas a su consideración, no pudiendo
conocer oficiosamente de las cuestiones que no se le hayan planteado
concretamente, de modo tal que toda conclusión contenida en la
resolución recurrida que no sea materia de impugnación está intangible
para esta Corte...” (Casación Nro. 4309-2007 / Cusco, publicada en el
Diario Oficial El Peruano el 30-05-2008, págs. 22201-22202).
- “... No es función de la Sala Casatoria interpretar la voluntad de los
justiciables respecto a qué causal quisieron invocar...” (Casación Nro.
2404-00 / La Libertad, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 30-
01-2001, pág. 6878).

962
MEDIOS IMPUGNATORIOS: RECURSO DE CASACION

- “... Cuando el Ordenamiento Procesal señala estrictos requisitos de


forma y de fondo que tiene que cumplir todo recurso de casación, lo
hace así en razón de que este medio impugnatorio es uno especialísimo
a través del cual la Corte Suprema va a ejercer su facultad casatoria a
la luz de lo que estrictamente se denuncie como vicio o error en el
recurso, y no va a actuar como una instancia final de fallo en el que se
analiza primero el proceso y luego del recurso...” (Casación Nro. 1454-
99 / Puno, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 02-01-2001,
pág. 6773).
“... La función casatoria de esta Corte [Suprema] está limitada a la
causal por la cual se ha estimado procedente [el recurso de casación],
permaneciendo intangible los extremos no recurridos...” (Casación
Nro. 1431-2000 / Cajamarca, publicada en el Diario Oficial El Peruano
el 02-01-2001, pág. 6697).
- “... La actividad casatoria tiene que circunscribirse estrictamente en
torno a los fundamentos expuestos por el recurrente, los que deben
estar específicamente previstos por la ley, no resultando factible
pronunciarse sobre denuncias que han sido desestimadas en la
calificación de la casación...” (Casación Nro. 117-2001 / Cusco,
publicada en el Diario Oficial El Peruano el 02-02-2002, pág. 8456).
- “... Los poderes de la Sala de Casación están delimitados por los
extremos del recurso que conoce y por las causales invocadas que se
declararon procedentes en la calificación [...]. En otras palabras, la Sala
[de Casación] sólo se pronuncia sobre lo que es puntual materia de
denuncia en el recurso de casación. El recurso de casación es la causa
petendi que enmarca la intervención de la Corte Suprema y se asemeja
al petitorio de una demanda que el Juez no puede exceder. Los
fundamentos del recurso de casación, no son otra cosa que una
propuesta de fundamentación para la Sentencia de casación que se
desea obtener...” (Casación Nro. 297-2006 / Puno, publicada en el
Diario Oficial El Peruano el 29-02-2008, págs. 21562-21563).
- “... En materia casatoria, a diferencia de las instancias de mérito, la
Corte Suprema sólo conoce lo que es materia puntual de denuncia en el
recurso de casación, en razón a que su competencia queda determinada
en los extremos del recurso; de esto se desprende que no tiene
competencia para pronunciarse sobre aspectos que no han sido
reclamados, ni aplicar el derecho de oficio. Así, el recurso de casación

963
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

-
es la causa petendi [...] que enmarca la intervención de la Corte
Suprema, pudiéndose afirmar que tiene semejanza al petitorio de la
demanda, que el Juez no puede exceder...” (Casación Nro. 1260-07 /
Piura, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 30-06-2008, págs.
22336-22338).
- “... La actividad casatoria tiene que circunscribirse estrictamente en
torno a los fundamentos expuestos por el recurrente en su recurso [de
casación], los que deben estar específicamente previstos por ley, no
pudiendo examinar todo el proceso para encontrar el quebranto de
normas
no denunciadas, ni menos cambiar los fundamentos del recurso
planteado, pues ello implicaría una labor netamente jurisdiccional...”
(Casación Nro. 1482-2006 / Lima, publicada en el Diario Oficial El
Peruano el 02-102007, págs. 20753-20754).
- “... No obstante la intervención de esta Corte [Suprema] debe limitarse
a ejercer la función casatoria únicamente sobre los cargos calificados
como procedentes, dicha regla puede variar en los casos en que se
observe la existencia de vicios procesales insalvables y en aplicación
del fin dikelógico de la casación...” (Casación Nro. 857-2000 / Lima,
publicada en el Diario Oficial El Peruano el 02-01-2001, págs. 6708-
6709).
- “... En virtud del principio de rogación procesal que gobierna la
intervención de esta Corte [Suprema],la función casatoria es ejercida
sobre las resoluciones que la ley señala que contengan un error de
derecho congruente con los cargos precisados por los impugnantes y
calificados por el Tribunal positivamente, mediante la resolución de
procedencia; sin embargo, excepcionalmente, resultaría imposible que
la sentencia casatoria alcance su fin nomofiláctico, uniformizador y
dikelógico si en el proceso que se conoce, existen vicios procesales
insalvables que estén por encima de los intereses de las partes, al
advertirse que tales infracciones originan nulidades procesales
insubsanables que afectan el derecho al debido proceso. [...] Que frente
a un vicio de tal consideración, el órgano jurisdiccional tiene la

964
MEDIOS IMPUGNATORIOS: RECURSO DE CASACION

potestad nulificante del Juzgador, que ha sido acogida en el último


párrafo del artículo 176 del Código Procesal Civil, entendida como
aquella facultad de declarar una nulidad, aún [sic] cuando no haya sido
solicitada, si se considera que el acto viciado puede alterar
sustancialmente los fines [...] abstracto y concreto del proceso, y [...] la
decisión que en él va a recaer, a fin de salvar la naturaleza pública del
proceso...” (Casación Nro. 707-2007 / Arequipa, publicada en el Diario
Oficial El Peruano el 02-10-2007, págs. 20644-20646).
- “... El recurso de casación debe bastarse así mismo [sic -léase a sí
mismo-], lo que significa que no pueden suplirse sus omisiones con
reenvíos a otros escritos o piezas de autos...” (Casación Nro. 1268-01 /
Lima, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 05-11-2001, pág.
7918).
- “... Si bien los recurrentes denuncian un supuesto de infracción
normativa también lo es que no demuestran que la misma incida
directamente en el fallo no estando facultada esta Sala Suprema a
sustituir a las partes por las omisiones en que incurran correspondiendo
precisar al respecto que el recurso extraordinario de casación es
estrictamente formal exigiéndose

965
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

que el mismo cumpla con los requisitos establecidos en el artículo 388 del
Código Procesal Civil...” (Casación Nro. 2430-2012 / Arequipa, publicada
en el Diario Oficial El Peruano el 30-11-2012, pág. 38363).
- “... La casación es un recurso extraordinario que está regido por el principio
dispositivo del proceso civil, en virtud de la cual [sic -léase del cual-] la
Sala [Suprema] solamente puede conocer las causales que expresamente
invocan las partes y que expresamente están contenidas en el artículo
trescientos ochentiséis del Código Adjetivo [C.P.C.], no siendo por ello
factible que se pueda corregir los errores u omisiones en que incurren las
partes al fundamentar sus recursos...” (Casación Nro. 3586-00 / San
Román, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 30-04-2001, pág.
7251).
- “... Quien recurre en recurso de casación debe satisfacer adecuadamente los
requisitos de fondo no pudiendo esta Sala Suprema suplir los defectos de
formulación del recurso, pues ello implicaría la violación del principio de la
igualdad de las partes en el proceso...” (Casación Nro. 1008-04 / Cusco,
publicada en el Diario Oficial El Peruano el 02-11-2004, págs. 12934-
12935).
- “... En los procesos civiles el margen de acción de esta Suprema Sala se
encuentra limitado a lo expresado en el recurso de casación, encontrándose
prohibido, por disposición expresa del artículo VII del Título Preliminar del
Código Procesal Civil, el analizar aspectos que no hayan sido propuestos
por las partes...” (Casación Nro. 1382-2006 / Lima Norte, publicada en el
Diario Oficial El Peruano el 02-12-2008, págs. 23570-23573).
- “... En casación no es de aplicación el principio ‘Iura Novit Curia’ recogido
en el artículo VII del Título Preliminar del Código Civil, y no es posible
exceder la causa ‘petendi’ del recurso...” (Casación Nro. 1815-2006 /
Callao, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 31-05-2007, págs.
19400-19402).
- “... Las omisiones o errores en que incurren las partes al fundamentar sus
recursos no pueden ser subsanadas o corregidas por esta Sala [Suprema]
debido a la naturaleza extraordinaria del recurso de casación que no admite
la aplicación del aforismo ‘jura novit curia’...” (Casación Nro. 2443- 2000 /
Lima, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 02-01-2001, pág. 6671).
- “... La deficiencia en la fundamentación del recurso no puede ser corregida
por esta Sala [Suprema], ello por cuanto la casación es un recurso

966
MEDIOS IMPUGNATORIOS: RECURSO DE CASACION

extraordinario cuyo conocimiento está circunscrito a las causales que


expresamente invocan las partes, no siendo por ende de aplicación el
aforismo ‘Iura novit curia’...” (Casación Nro. 2719-2000 / Huaura,
publicada en el Diario Oficial El Peruano el 30-01-2001, pág. 6794).
- “... La Corte Suprema, tratándose del recurso de casación, no puede suplir
de oficio las citas legales que debió hacer el impugnante o inferirlas por
interpretación, ni está llamada a buscar de oficio cuáles pueden ser los
defectos jurídicos de la resolución impugnada; tampoco puede realizar
averiguaciones de hecho, alterar el relato fáctico resultante de la instancia
ni valorar los hechos...” (Casación Nro. 427-2006 / Lima, publicada en el
Diario Oficial El Peruano el 31-08-2006, pág. 16985).
- “... En aplicación del principio de que el Juez aplica el derecho que
corresponde a los hechos, previsto en el artículo Sétimo del Título
Preliminar del Código Procesal Civil concordado con el artículo ciento
treintinueve inciso octavo de la Carta Fundamental, las Salas Casatorias, al
momento de calificar el recurso de casación, en casos notorios de grave
injusticia, deben suplir las deficiencias o error en el que haya incurrido el
recurrente, siempre que se hayan expuesto argumentos suficientes para el
fin del recurso; ésta [sic -léase esta-] orientación tiene por objeto resolver el
conflicto acertadamente y hacer efectivo la tutela ‘judicial’ efectiva [sic]
que constituye derecho fundamental de toda persona...” (Casación Nro.
911-2001 / Chimbote - Santa, publicada en el Diario Oficial El Peruano el
02-05-2002, págs. 8673-8674).
- “... Conforme al inciso octavo del artículo ciento treintinueve de la
Constitución Política del Estado, concordado con el artículo VII del Título
Preliminar del Código Procesal Civil, el juez aplica el derecho que
corresponde a los hechos y las Salas casatorias al momento de calificar el
recurso [de casación] y en su momento al revisar el fondo del mismo deben
suplir las deficiencias o errores en los que haya incurrido el recurrente
siempre que se hayan expuesto argumentos suficientes para el fin del
recurso, con el objeto de resolver el conflicto acertadamente...” (Casación
Nro. 3682-02 / Lima, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 30-10-
2003, págs. 11005-11006).
- “... La motivación de las resoluciones que pueden ser objetos [sic -léase
objeto-] de Casación constituyen [sic -léase constituye-] un objeto de
control, de esta Suprema Corte, debiendo comprenderse en el análisis [...] el
examen de la forma y contenido de las mismas...” (Casación Nro. 1922-00 /

967
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

Lambayeque, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 0103-2001, pág.


7007).
- “... Este Tribunal al actuar como Corte de Casación está impedido de juzgar
la motivación que contiene la sentencia objeto de casación, por lo que al
contener el recurso de casación fundamentos similares a los contenidos en
el recurso de apelación [...] dirigido contra la sentencia de primera
instancia, esto es, al no cuestionar de modo directo la sentencia dictada por
la Sala Civil de la Corte Superior [...], resulta siendo, este hecho, un motivo
[...] para que el recurso de casación devenga en improcedente...” (Casación
Nro. 757-2001 / Tacna, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 02-05-
2002, pág. 8667).
- “... Las expresiones de la recurrente sobre los considerandos de la sentencia
del Ad-quem no son un asunto sobre el que éste [sic -léase este-] Tribunal
Casatorio tenga competencia, al no ser una instancia revisora mas [sic
-léase más-]; salvo cuando éstos son incoherentes, ilógicos y carecen de
fundamentación normativa...” (Casación Nro. 3674-2002 / Lima, publicada
en el Diario Oficial El Peruano el 31-03-2003, págs. 10324-10325).

10.13 Jurisprudencia relacionada con la exclusión de las cuestiones de


hecho en la casación y las excepciones a dicha regla
La Corte Suprema de Justicia de la República, en relación a la exclusión de
las cuestiones de hecho en la casación y las excepciones a dicha regla, ha
establecido lo siguiente:
- “... En vía de casación sólo se tratan de cuestiones de iure con exclusión de
las de hecho...” (Casación Nro. 2401-2000 / Tacna, publicada en el Diario
Oficial El Peruano el 02-01-2001, pág. 6669).
- “... El recurso de casación tiene naturaleza de iure, por lo tanto, no resulta
factible el reexamen de los hechos aducidos en el desarrollo del proceso...”
(Casación Nro. 1901-2008 / Ica, publicada en el Diario Oficial El Peruano
el 01-12-2008, pág. 23382).
- “... Son fines del recurso de casación el control de la debida observancia de
la norma jurídica y la unificación de la jurisprudencia, razón por la cual se
encuentra vinculado con las cuestiones de derecho, por lo que, no resulta
procedente efectuar un análisis en los términos planteados en el recurso,
esto es, sobre cuestiones de hecho...” (Casación Nro. 1080-99 / Cusco,
publicada en el Diario Oficial El Peruano el 01-03-2001, pág. 6979).

968
MEDIOS IMPUGNATORIOS: RECURSO DE CASACION

- “... No puede ser materia del recurso casatorio [...] el cuestionamiento de


los hechos establecidos en el proceso por las instancias de mérito o
el criterio del juzgador, pues como ha sostenido éste [sic] Colegiado
[Supremo] en reiteradas ocasiones tal posibilidad resulta contraria a la
naturaleza y fines del recurso extraordinario de casación...” (Casación Nro.
2897-2007 / Ancash, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 02-09-
2008, págs. 22783-22784).
- “... Resulta contrario a la naturaleza y fines del recurso extraordinario de
casación cuestionar los hechos que fueron establecidos en las instancias de
mérito, pues el recurso de casación no constituye una tercera instancia en la
que se deba efectuar una nueva revisión de lo establecido en las instancias
de origen...” (Casación Nro. 1892-07 / Lambayeque, publicada en el Diario
Oficial El Peruano el 30-06-2008, pág. 22331).
- “... En casación [...] no es posible modificar la relación de hecho
establecida, en virtud de la finalidad nomofiláctica de este recurso, esto es,
que se juzga solo el Derecho y no los hechos...” (Casación Nro. 2765-
2008 / Ancash, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 02-12-2008,
págs. 23464-23465).
- “... El recurso de casación tiene carácter de extraordinario [...], no siendo
por tanto una tercera instancia; y en ese sentido cabe precisar que [...]
quedan excluidas las cuestiones de hecho, pues, a diferencia de las de
derecho -que establecen el significado que se debería dar a una cierta norma
no solo en la relación concreta controvertida, sino también en todas las
relaciones similares que se presentasen en el porvenir-, no contienen nunca
una afirmación general cuya eficacia sea idónea para ser extendida a otras
relaciones que tengan algún carácter común con la decidida. De ello se
desprende que solo son recurribles en casación aquellos vicios que lesionan
el interés colectivo de la exacta interpretación de la ley...” (Casación Nro.
1215-2007 / Cañete, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 29-02-
2008, págs. 21639-21640).
- “... En la instancia se ha establecido el juicio de hecho en base a la
apreciación probatoria y [...] en casación no es posible modificarlo, en
atención a su finalidad nomofiláctica y al principio de la doble instancia...”
(Casación Nro. 2803-2008 / Lima, publicada en el Diario Oficial El
Peruano el 02-12-2008, págs. 23467-23468).

969
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

- “... Examinada la argumentación propuesta, se constata que la misma está


orientada al reexamen de los hechos aducidos en el juicio con el claro
propósito de que esta Sala Casatoria recalifique jurídicamente tales hechos
y varíe la decisión impugnada, lo que resulta inviable en casación, en
atención a la naturaleza de iure del presente medio impugnatorio
[casación]...” (Casación Nro. 1093-2008 / Lambayeque, publicada en el
Diario Oficial El Peruano el 03-09-2008, pág. 22845).
- “... El análisis casatorio debe partir de los supuestos de hecho contenidos en
la sentencia de vista por estar el mismo referidos [sic] a aspectos
exclusivamente legales, esto con el objeto de concretar los fines del
Recurso de Casación...” (Casación Nro. 1977-97 / Lambayeque, publicada
en el Diario Oficial El Peruano el 21-04-2000, pág. 5185).
- “... Al interponerse el recurso de casación debe partirse de la base fáctica
determinada por las instancias de mérito, y no de lo que considera probado
el casante, dado que el recurso de casación es un medio impugnatorio de
puro derecho...” (Casación Nro. 2683-2008 / Ica, publicada en el Diario
Oficial El Peruano el 02-12-2008, pág. 23457).
- “... En la Corte de Casación sólo se analizan las cuestiones de iure,
permaneciendo firme el correlato fáctico de la causa como ha sido
establecido por las referidas instancias [de mérito]...” (Casación Nro. 889-
2008 / Lima, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 03-09-2008, pág.
22914).
- “... La casuística ha determinado que el recurso de casación es un recurso
esencialmente formal, el cual únicamente debe versar sobre cuestiones de
iure, con exclusión de las aseveraciones y fundamentaciones sobre
cuestiones de hechos [sic -léase de hecho-] y el cuestionamiento de la
prueba...” (Casación Nro. 1003-99 / Ica, publicada en el Diario Oficial El
Peruano el 02-01-2001, pág. 6787).
- “... La apreciación de los hechos no es susceptible de ser revisada en
casación pues la corte [casatoria] no actúa como tercera instancia...”
(Casación Nro. 2507-2000 / Huánuco, publicada en el Diario Oficial El
Peruano el 02-01-2001, pág. 6676).
- “... Quedan excluidas [en sede casatoria] las cuestiones de hecho, ya que a
diferencia de las [de] derecho que establecen el significado de una norma
no sólo en relación a una circunstancia o suceso concreto sino a todos
aquellos que resulten similares, las de hecho no contienen una afirmación

970
MEDIOS IMPUGNATORIOS: RECURSO DE CASACION

que igualmente pueda aplicarse a otras situaciones semejantes...” (Casación


Nro. 2743-99 / Lima, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 17-01-
2000, pág. 4566).
- “... La aplicación del derecho objetivo debe hacerse sobre los hechos que se
dicen acreditados y que sirven de base a la decisión sentencial de las
instancias de mérito” (Casación Nro. 1623-96 / Arequipa, publicada en el
Diario Oficial El Peruano el 28-05-1998, págs. 1192-1193).
- “... La Corte de Casación no constituye una instancia más en la que se
pueda provocar un nuevo examen crítico de los hechos que han quedado
establecidos en las sentencias, los cuales son inmutables y no pueden ser
revisados ni cuestionados a través del presente recurso [de casación]...”
(Casación Nro. 2435-2008 / Ica, publicada en el Diario Oficial El Peruano
el 02-12-2008, pág. 23440).
- “... La argumentación del recurso [de casación] está dirigida a cuestionar
los hechos que han quedado establecidos en la sentencia de mérito, los
cuales son inmutables y no pueden ser cuestionados a través del presente
recurso...” (Casación Nro. 352-2000 / Lima, publicada en el Diario Oficial
El Peruano el 01-06-2000, pág. 5433).
- “... A través del recurso de casación no se puede realizar un examen judicial
de la relación sustancial o de fondo debatida en el pleito, por cuanto los
hechos de la relación material controvertida establecidos por los jueces de
instancia no pueden ser alterados por su intermedio...” (Casación Nro. 583-
2001 / Ancash, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 30-112001,
págs. 8010-8011).
- “... Al ser el recurso de casación un medio para denunciar las infracciones
jurídicas establecidos [sic] en la Ley, la intervención del Supremo Tribunal
es como juez del derecho aplicado y no como juez de los hechos, de ahí que
los hechos de la relación material controvertida no puedan ser alterados con
su intervención, sino que debe aceptar lo establecido por los jueces de
instancia...” (Casación Nro. 516-2001 / San Martín - Moyobamba,
publicada en el Diario Oficial El Peruano el 01-12-2003, págs. 11180-
11181).
- “... El recurso de casación no provoca un nuevo examen del aspecto fáctico
del proceso, ya que únicamente admite la posibilidad de llevar a cabo una
revisión jurídica de la sentencia de mérito, limitándose a la revisión del
juicio de derecho contenido en ella, lo cual determina que las conclusiones

971
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

a que el tribunal de mérito ha llegado sobre las cuestiones de hecho, no


pueden ser alteradas mediante este recurso...” (Casación Nro. 090-2000 /
Puno, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 02-07-2001, pág. 7427).
- “... La entidad impugnante [...] lo que pretende es que esta Sala Casatoria
realice un nuevo análisis de lo concluido, lo que constituye una facultad de
los Jueces de mérito que no puede ser ejercida vía recurso de casación, por
no corresponder a los fines de dicho recurso...” (Casación Nro. 26-2014 /
Ica, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 30-06-2014, pág. 53780).
- “... Dada su naturaleza y fines, el recurso de casación no provoca un nuevo
examen de los aspectos fáctico y probatorio del proceso, ya que el error de
hecho, es decir, la discordancia entre la verdad histórica y su reconstrucción
contenida en la sentencia, no pueden ser alegados en vía de casación, el
cual admite únicamente la posibilidad de llevar a cabo un control jurídico
de la sentencia de mérito, limitándose a la revisión del juicio de derecho
contenido en ella...” (Casación Nro. 16-2004 / Callao, publicada en el
Diario Oficial El Peruano el 31-08-2004, pág. 12550).
- “... No son susceptibles de denunciarse en casación la incorrecta
apreciación de los hechos, conducente a la determinación de la premisa
menor del silogismo judicial, pues del error en la determinación de los
hechos no se pueden extraer conclusiones que sean de aplicación a la
generalidad de casos semejantes...” (Casación Nro. 591-96 / Lima,
publicada en el Diario Oficial El Peruano el 12-12-1996, págs. 2481-2482).
- “... A diferencia del error de derecho, el error de hecho se circunscribe al
caso singular, no pudiendo extraerse [...] consecuencia [sic -léase
consecuencias-] que pudieran ser de aplicación a otros casos que tengan
alguna semejanza con el resuelto...” (Casación Nro. 2567-2000 / La
Libertad, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 02-01-2001, pág.
6681).
- “... Conforme a los fines del presente recurso [de casación], la Sala de
Casación no puede llevar a cabo un nuevo examen de los hechos,
modificarlos, completarlos o desconocerlos, debiendo respetar los fijados
en la sentencia de mérito; esta limitación que impide efectuar un reexamen
de los hechos se extiende, asimismo, a la valoración de los medios
probatorios, la cual no es objeto de control casatorio...” (Casación Nro.
268-2004 / Cusco, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 31-08-2004,
pág. 12563).

972
MEDIOS IMPUGNATORIOS: RECURSO DE CASACION

- “... El recurrente pretende cuestionar las conclusiones a las que arriban las
instancias de mérito sobre la base de la actuación de los medios
probatorios, materia que resulta ajena a los fines del recurso [de
casación]...” (Casación Nro. 2265-2000 / Tumbes, publicada en el Diario
Oficial El Peruano el 02-01-2001, pág. 6661).
- “... En sede casatoria no pueden invocarse cuestiones nuevas que no han
sido materia de debate jurídico...” (Casación Nro. 3071-2001 / La Libertad,
publicada en el Diario Oficial El Peruano el 30-04-2003, págs. 10477-
10478).
- “... La facultad del iura novit curia está limitada a subsanar o corregir la
omisión o defecto al invocar una norma de derecho material, mas no para
[...] invocar hechos nuevos en sede casatoria...” (Casación Nro. 3071-2001 /
La Libertad, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 30-04-2003, págs.
10477-10478).
- “... No se puede invocar en la casación lo que no es materia controvertida,
porque ello afectaría el derecho de defensa de la otra parte que no ha
podido argumentar sobre el particular...” (Casación Nro. 3562-2000 /
Callao, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 30-04-2001, pág.
7248).
- “... En vía de casación no se pueden denunciar cuestiones que no han sido
objeto de debate en el proceso por no haberse hecho valer oportunamente
en el proceso, conforme a los artículos VII del Título Preliminar y 146 del
Código Procesal Civil...” (Casación Nro. 3517-2000 / Lima, publicada en el
Diario Oficial El Peruano el 31-07-2001, pág. 7594).
- “... No puede traerse como agravio en casación lo que no fue tema del
proceso en la etapa postulatoria...” (Casación Nro. 1101-07 / Cañete,
publicada en el Diario Oficial El Peruano el 01-10-2007, págs. 20461-
20462).
- “... No resulta procedente que esta Corte [de casación] conozca hechos que
no fueron alegados por las partes en sus actos postulatorios, pues ello
afectaría el principio dispositivo en materia de impugnación en virtud del
cual el Juez Superior solamente puede hacer conocer los hechos que han
sido alegados y debatidos por las partes en las etapas respectivas...”
(Casación Nro. 3826-00 / Lima, publicada en el Diario Oficial El Peruano
el 02-07-2001, págs. 7353-7354).

973
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

- “... Los argumentos en que sustenta [el recurrente] su recurso [de casación]
no fueron discutidos en las respectivas instancias, por lo que deviene en
inviable el recurso al no sujetarse al Principio Dispositivo, según el cual el
juez solamente puede conocer los agravios que han sido objeto de debate y
pronunciamiento en las etapas correspondientes...” (Casación Nro. 470-
2001 / Lima, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 3107-2001, pág.
7485).
- “... Las denuncias [...] deben ser rechazadas porque a través de ellas la
recurrente pretende promover un nuevo debate probatorio en relación a
argumentos que no fueron expuestos oportunamente por su defensa; es
decir, recién en sede casatoria se exponen hechos nuevos no mencionados
al contestar la demanda, lo que resulta improcedente en atención a la
naturaleza jurídica del recurso de casación y a lo establecido en el artículo
384 del Código Procesal Civil...” (Casación Nro. 5053-2007 / Lima,
publicada en el Diario Oficial El Peruano el 31-03-2008, pág. 21698).
- “... La denuncia formulada supone una nueva evaluación de la prueba a
efectos de fijar unos hechos que por otro lado no fueron alegados en la
contestación [de demanda] y que no pueden ser objeto de pronunciamiento
atendiendo a lo dispuesto en el artículo sétimo del Título Preliminar del
Código Procesal Civil...” (Casación Nro. 2339-2000 / Lima, publicada en el
Diario Oficial El Peruano el 02-01-2001, pág. 6665).
- “... Si bien la caducidad puede ser declarada de oficio, ello constituye un
tema fáctico el cual no es materia del recurso de casación [...], de
conformidad con los fines asignados al referido recurso por el artículo
trescientos ochenticuatro del Código Adjetivo [C.P.C.]...” (Casación Nro.
3742-2006 / Tacna, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 03-072007,
págs. 19883-19884).
- “... En casación no es factible el control de la calificación jurídica de los
hechos que las instancias de mérito hayan efectuado al emitir sus decisiones
para cambiar el sentido de la decisión por esta Suprema Corte, pues el
ordenamiento procesal vigente no lo faculta de acuerdo a lo dispuesto en el
artículo 384 del Código Procesal Civil...” (Casación Nro. 2353-2004 /
Arequipa, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 04-01-2006, pág.
15269).
- “... En casación no es posible revisar los hechos establecidos en la
instancia, pero se puede controlar la calificación jurídica dada por los

974
MEDIOS IMPUGNATORIOS: RECURSO DE CASACION

jueces de instancia a los hechos que previamente han constatado. Este es un


control de Derecho que entra de lleno en el oficio casatorio. La subsunción
es siempre quaestio iuris...” (Casación Nro. 2725-2005 / Lima, publicada en
el Diario Oficial El Peruano el 31-08-2006, págs. 17030-17031).
- “... Si bien la actividad casatoria debe circunscribirse estrictamente a los
fundamentos expuestos por el recurrente, no menos cierto es que tal
exigencia formal no impide al juzgador a verificar una correcta calificación
de los hechos denunciados en uso de la facultad que le confiere el inciso 1)
del Artículo 50 del Código Procesal Civil” (Casación Nro. 20-94 /
Ayacucho, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 21-03-1995, pág.
1899).
- “... La aplicación del Derecho a los hechos, en el silogismo que contiene la
sentencia, se denomina subsunción y se admite en doctrina que el error
puede viciar a la premisa de Derecho, la premisa de hecho y a la
subsunción, por lo que se llama error de derecho a la primera y tercera
hipótesis, y error de hecho el que se refiere a la segunda, correspondiendo
al Tribunal Supremo, a través del Recurso de Casación, controlar la
calificación jurídica dada por los jueces de instancia a los hechos que
previamente han constatado, apreciado y valorado, lo que no implica
control fáctico de ningún género, sino un control de Derecho” (Casación
Nro. 1713-96 / Lima, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 15-10-
1998, págs. 1932-1933).
- “... A través del control ejercitado sobre la motivación fáctica, el Tribunal
de casación fiscaliza la existencia de elementos suficientes para llevar a
cabo su control de derecho, ya que la subsunción tiene como premisa la
base proporcionada por un juicio fáctico completo. Esto en modo alguno
significa un control directo de los hechos, o una revaloración probatoria,
que se evidencia cuando el Tribunal de casación, para atender la justicia del
caso concreto, no se limita a poner de manifiesto los defectos del juicio de
hecho y mandar que se corrijan, sino que efectúa la corrección él mismo.
[...] Sin los hechos, las normas abstractas girarían en el vacío, sin aplicación
posible. El juicio de hechos [sic] es por lo tanto la base, el asiento, el
terreno donde el derecho se materializa y se hace realidad, de allí también
la necesidad de controlar, jurídicamente, el cómo se ha establecido esa
relación fáctica, que confrontada con el derecho se hace sentencia. Ese
control se activa con la denuncia de sentencia arbitraria...” (Casación Nro.

975
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

1225-2004 / Callao, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 03-07-


2006, págs. 16369-16370).
- “... No es posible alcanzar una decisión justa si ésta se sustenta en una
deficiente apreciación de los hechos, puesto que no se puede perder de vista
que hay violación o falsa aplicación de la ley cuando se invoca una norma a
un hecho inexistente como lo hay también cuando se niega su aplicación a
un hecho existente” (Casación Nro. 1948-98 / Huaura, publicada en el
Diario Oficial El Peruano el 04-01-1999, pág. 2361).
- “... Cabe señalar puntualmente que la mención de un hecho no denunciado,
en la resolución que declara la procedencia del recurso [de casación], no
obliga a esta Sala [Suprema] a pronunciarse en torno a ello, a menos que se
trate de un error sustancial que influya definitivamente en la validez de los
actos procesales...” (Casación Nro. 272-95 / Lima, publicada en el Diario
Oficial El Peruano el 21-12-1996, págs. 2581-2582).
- “... La Corte de Casación analizará o valorará jurídicamente los hechos
establecidos en las instancias de mérito poniéndolos en relación con las
normas de derecho que hayan sido aplicadas al caso o cuya aplicación se
reclame, ya que el Tribunal de Casación carece de facultades para fijar los
hechos del proceso; así, solo se podrá amparar una alegación vinculada al
aspecto fáctico del proceso cuando la sentencia haya sido expedida
apartándose del mérito de lo actuado y del derecho...” (Casación Nro. 16-
2004 / Callao, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 31-08-2004,
pág. 12550).
- “... El control casatorio se limita a los aspectos de derecho con
prescindencia de las [sic -léase de los-] de hecho, salvo que haya ocurrido
un error en la calificación jurídica del hecho, o que la prueba haya sido
valorada infringiendo los principios que la regulan, y por último, que exista
manifiestamente errores en la argumentación del razonamiento
jurisdiccional...” (Casación Nro. 376-01 / Huánuco, publicada en el Diario
Oficial El Peruano el 02-07-2001, pág. 7383).

- “... [La] arbitrariedad o absurdo manifiesto en el razonamiento del


juzgador, [es el] único supuesto en que cuestiones de indudable contenido
fáctico pueden ser revisadas en Casación...” (Casación Nro. 2900-2004 /
Lima, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 04-12-2006, págs.
18227-18229).

976
MEDIOS IMPUGNATORIOS: RECURSO DE CASACION

- “... Esta Sala [Suprema] jurisprudencialmente ha venido declarando


procedente el recurso [de casación] en relación de los hechos cuando ha
advertido en su determinación o en su calificación jurídica un absurdo...”
(Casación Nro. 3695-2001 / Huaura, publicada en el Diario Oficial El
Peruano el 02-09-2002, pág. 9149).
- “... Frente a los postulados rígidos de la finalidad nomofiláctica del recurso
de casación que recoge nuestro ordenamiento procesal; cabe señalar, que
hay casos en que el control fáctico es indispensable para lograr enmendar el
absurdo, la arbitrariedad y para llegar a la justicia del caso concreto, y por
consiguiente, el control casatorio de los hechos depende de la finalidad que
se le quiere atribuir al recurso [de casación]. [...] Que, la fijación judicial de
los hechos tiene que ser el resultado de la descripción objetiva de los
hechos ocurridos, descripción que debe referirse a los hechos realmente
sucedidos; dado que como el juez nunca ha tenido acceso directo a los
hechos descritos y alegados, sé tiene que recurrir [sic -léase se tiene que
recurrir-] a los medios probatorios que han sido utilizados para acreditar los
hechos enunciados por las partes. [...] Que, reconociendo que los jueces de
grado son los juzgadores de los hechos y, por tanto, soberanos en esa
materia [...] la Sala de Casación necesariamente debe revisar la demanda, la
contestación, los medios probatorios, las sentencias inferiores, para conocer
precisamente los hechos enunciados y probados; y, en base a esa revisión
determinar los hechos materia de la controversia, los que a veces no
coinciden con los relatados por los jueces de mérito. [...] Que, los hechos
así fijados por la Sala de Casación son los que se toman en cuenta para
determinar si la causal invocada en el recurso [de casación] es atendible o
no; encontrando la oportunidad de corregir errores de hecho que generan
vicios del absurdo y, por tanto, decisiones arbitrarias...” (Casación Nro.
2057-2007 / Santa, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 29-02-
2008, págs. 21552-21554).

10.14 Jurisprudencia relacionada con la exclusión del análisis de los


estatutos de personas jurídicas en la casación
La Corte Suprema de Justicia de la República, en relación a la exclusión del
análisis de los estatutos de personas jurídicas en la casación, ha establecido lo
siguiente:
- “... Los artículos de los estatutos no constituyen materia revisable en
casación...” (Casación Nro. 2434-2000 / Lima, publicada en el Diario
Oficial El Peruano el 30-04-2001, pág. 7185).

977
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

- “... No es posible en casación valorar un Estatuto Social por ser norma


privada...” (Casación Nro. 4077-2006 / Lima, publicada en el Diario Oficial
El Peruano el 31-01-2007, pág. 18683).
- “... La interpretación del Estatuto de una persona jurídica no es materia
casatoria, por ser una norma privada, que rige la vida interna de una
sociedad particular...” (Casación Nro. 1605-2008 / Lima, publicada en el
Diario Oficial El Peruano el 03-09-2008, pág. 22962).
- “... No se puede efectuar un análisis de normas [estatutarias] que no
constituyen normas de derecho objetivo, deviniendo en inviable este
extremo del Recurso [de casación]...” (Casación Nro. 1567-99 / Huánuco,
publicada en el Diario Oficial El Peruano el 01-03-2001, pág. 6968).
- “... Los estatutos de las personas jurídicas no pueden ser sometidos al
control del Supremo Tribunal por tratarse de normas jurídicas nacidas de la
voluntad privada, estando reservadas [sic] la interpretación de dichas
declaraciones de voluntad, así como el análisis de sus posibles
transgresiones a los jueces de instancias [sic] a través de la apreciación de
los medios probatorios actuados en el proceso...” (Casación Nro. 3273-99 /
Lima, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 11-04-2000, pág. 5071).
- “... Los Estatutos de las Personas Jurídicas no pueden ser sometidas [sic
-léase no pueden ser sometidos-] al control casatorio por tratarse de normas
nacidas de la voluntad privada, toda vez que constituyen la manifestación
privada de los miembros de la Asociación con la finalidad de autorregular
su vida social, por consiguiente no tiene efectos generales, siendo del caso
indicar que la actividad casatoria se circunscribe a normas de derecho
objetivo y no a las normas de derecho privado...” (Casación Nro. 92-2007 /
Lima, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 02-072007, pág. 19653).

10.15 Jurisprudencia relacionada con la exclusión del análisis de los


contratos en la casación
La Corte Suprema de Justicia de la República, en relación a la exclusión del
análisis de los contratos en la casación, ha establecido lo siguiente:
- “... El agravio denunciado implica efectuar una interpretación del contrato,
de sus cláusulas, de la conducta de la recurrente y la del demandado, las
cuales tienen como origen la voluntad de las partes y por ende no son
objeto de este medio impugnatorio [recurso de casación]...” (Casación Nro.

978
MEDIOS IMPUGNATORIOS: RECURSO DE CASACION

2479-2000 / Cono Norte, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 02-


01-2001, pág. 6674).
- “... La determinación de la naturaleza del contrato que vincula a las partes y
del sentido de sus cláusulas constituye un acto de valoración de la prueba lo
que implica a su vez el reexamen de conclusiones fácticas, cuestiones que
son ajenas a la naturaleza del recurso [de casación], el mismo que se
restringe al control casatorio de aspectos de derecho con prescindencia de
las [sic -léase de los-] de hecho...” (Casación Nro. 2243-2000 / Trujillo,
publicada en el Diario Oficial El Peruano el 02-01-2001, pág. 6660).
- “... La [...] denuncia persigue una nueva interpretación del contrato [...],
siendo que la interpretación de los actos jurídicos singulares es materia
ajena a los fines del recurso de casación...” (Casación Nro. 2281-2000 /
Cono Norte, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 02-01-2001, pág.
6662).
- “... De la interpretación de los contratos no pueden extraerse conclusiones
de alcance general que permitan alcanzar los objetivos del recurso de
casación pues ellos sólo contienen la voluntad privada de las partes que
los vinculan...” (Casación Nro. 2085-2000 / Lima, publicada en el Diario
Oficial El Peruano el 02-01-2001, pág. 6659).
- “... El agravio denunciado implica efectuar una interpretación del contrato,
de sus cláusulas y de la conducta del demandante y del demandado, las
cuales tienen como origen la voluntad de las partes y por ende no son
objeto del recurso de casación al no tener efectos generales aplicables a
otros actos jurídicos...” (Casación Nro. 2265-2000 / Tumbes, publicada en
el Diario Oficial El Peruano el 02-01-2001, pág. 6661).
- “... No es objeto del Recurso de Casación el análisis de las cláusulas de un
acto jurídico contenido en un contrato por cuanto ellas derivan de la
voluntad particular de las partes y consecuentemente carecen del elemento
de generalidad propio del Recurso de Casación...” (Casación Nro. 2639-98 /
Lima, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 30-12-1998, págs. 2304-
2305).

- “... La casación tiene fines de alcance general que no resultan compatibles


con los efectos limitados que produce la revisión del contenido de los
contratos...” (Casación Nro. 3235-99 / Lima, publicada en el Diario Oficial
El Peruano el 22-02-2000, pág. 4671).

979
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

- “... No son recurribles en vía de casación los agravios relativos a


violaciones de normas privadas fijadas contractualmente...” (Casación Nro.
489-96 / Lima, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 22-11-1996,
pág. 2395).
- “... Lo que pretende la recurrente es una interpretación de las cláusulas
contractuales, lo cual resulta inviable en cede Casatoria [sic -léase en sede
Casatoria-]...” (Casación Nro. 452-2007 / Lima, publicada en el Diario
Oficial El Peruano el 01-12-2008, págs. 23269-23270).
- “... No es posible en materia de casación examinar las cláusulas
contractuales, en virtud de la finalidad nomofiláctica que tiene este recurso
extraordinario...” (Casación Nro. 159-2008 / Arequipa, publicada en el
Diario Oficial El Peruano el 30-05-2008, pág. 22235).
- “... Esta Sala [Suprema] ha sostenido reiteradamente que la interpretación
efectuada en las instancias del proceso respecto de los alcances de las
cláusulas contractuales no puede ser llevada a Casación, pues de ella no se
puede derivar consecuencias de aplicación a una generalidad de casos”
(Casación Nro. 130-96 / Lima, publicada en el Diario Oficial El Peruano el
04-01-1998, pág. 360).

980
MEDIOS IMPUGNATORIOS: RECURSO DE CASACION

“... La impugnante pretende que esta Corte [Suprema] realice una


interpretación de las cláusulas de la escritura de constitución de
garantía hipotecaria sub-materia, lo cual resulta ajeno a los fines del
extraordinario recurso de casación porque implica un examen de la
voluntad de las partes acordada en el título de ejecución...” (Casación
Nro. 2969-2000 / Arequipa, publicada en el Diario Oficial El Peruano
el 01-03-2001, pág. 6987).
- “... Los artículos ciento sesenta y ocho a ciento setenta [del C.C.] regulan
las reglas de interpretación [de los actos jurídicos] correspondiendo a los
Jueces de mérito -primera y segunda instancia- interpretar los contratos, lo
que escapa al control de la Corte de Casación, pues esta sólo puede
intervenir cuando se infringe una Ley en [el] caso que se desnaturaliza el
contrato al interpretarlo...” (Casación Nro. 452-2007 / Lima, publicada en
el Diario Oficial El Peruano el 01-12-2008, págs. 23269-23270).
- “... La interpretación de los contratos -en línea de principio rector- es tarea
confiada a la cordura del juzgador de mérito, pues ello [sic] son cuestiones
de hecho reservados [sic -léase reservadas-] a [los] jueces de instancia, y la
decisión que al respecto ellos produzcan, sólo será atacable en Casación por
denuncia de error de calificación del contrato, error éste de derecho...”
(Casación Nro. 452-2007 / Lima, publicada en el Diario Oficial El Peruano
el 01-12-2008, págs. 23269-23270).
- “... La calificación jurídica de un contrato, la determinación del
revestimiento jurídico de un pacto privado, constituye un control de
derecho que entra de lleno en el oficio casatorio...” (Casación Nro. 2083-
2006 / Puno, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 02-01-2008, págs.
21246-21248).

10.16 Jurisprudencia relacionada con la costumbre o norma


consuetudinaria a efecto de la casación
La Corte Suprema de Justicia de la República, en relación a la costumbre o
norma consuetudinaria a efecto de la casación, ha establecido que “... si bien es
cierto la costumbre en el derecho comercial es obligatoria, ésta no constituye
norma de derecho material, razón por la cual no puede recurrirse de ella vía
casación...” (Casación Nro. 2753-98 / Lima, publicada en el Diario Oficial El
Peruano el 0801-1999, pág. 2433).

981
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

-
10.17 Jurisprudencia relacionada con la casación y las cuestiones
atinentes a la prueba
La Corte Suprema de Justicia de la República, en relación a la casación y
las cuestiones atinentes a la prueba, ha establecido lo siguiente:
- “... El Recurso de Casación consiste en el examen de las cuestiones de
derecho de la resolución impugnada, descartándose las razones de hecho o
sea el análisis de las pruebas aportadas o de las conclusiones a que han
llegado las instancias inferiores al analizarlas...” (Casación Nro. 178-94 /
Cusco, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 22-10-1995, pág. 12).

- “... El Recurso de Casación es de derecho, esto es que sólo versa sobre la


aplicación del derecho a los hechos que se han establecido por los Jueces de
mérito, de tal manera que toda alegación sobre los hechos y la apreciación
probatoria es ajena a su finalidad...” (Casación Nro. 1746-99 / Junín,
publicada en el Diario Oficial El Peruano el 09-11-1999, pág. 3884).
- “... Con relación a los agravios denunciados, se evidencia el claro propósito
del recurrente de pretender una nueva calificación de los hechos y una
nueva valoración de los medios probatorios ya efectuada por las instancias
de mérito, pretensión que colisiona frontalmente con la naturaleza y fines
del recurso extraordinario de casación, previstos en el artículo 384 del
Código Procesal Civil...” (Casación Nro. 3097-2012 / Junín, publicada en el
Diario Oficial El Peruano el 02-01-2014, pág. 47511).
- “... El recurso de casación por ser un medio impugnatorio de naturaleza
formal y extraordinario; donde lo extraordinario del recurso resulta de los
limitados motivos en los que procede; por lo que es ajeno al debate
casatorio la revisión de los hechos y la actividad probatoria desplegada en
las instancias de mérito; por ello, el recurso de casación sólo procede por la
ilegalidad en la decisión y no con la finalidad cuestionar el criterio de los
Magistrados y la valoración del caudal probatorio y el aspecto fáctico del
proceso...” (Casación Nro. 1269-2012 / Lima-Norte, publicada en el Diario
Oficial El Peruano el 02-01-2014, pág. 47031).
- “... No constituye función de la Sala Casatoria interpretar o modificar la
voluntad del justiciable respecto a los fundamentos que sustentan su
denuncia, por lo que debe inferirse que la recurrente pretende un reexamen
de la prueba y la modificación de los hechos establecidos, lo que no se

982
MEDIOS IMPUGNATORIOS: RECURSO DE CASACION

condice con los fines de la casación...” (Casación Nro. 3954-2013 / Lima-


Norte, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 30-06-2014, pág.
53895).
“...El impugnante en realidad está cuestionando el criterio asumido por la
instancia de mérito, es decir, lo que en el fondo pretende es el re-examen de
la prueba, lo cual no está permitido en sede casatoria...” (Casación Nro.
1110-2012 / Lima, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 3011-2012,
pág. 38456).
- “... Se advierte de los fundamentos del recurso, que la empresa recurrente
pretende cuestionar el criterio jurisdiccional asumido por las instancias de
mérito, a partir de un reexamen de las cuestiones probatorias, lo que no es
viable a nivel de esta instancia extraordinaria, dado el carácter formal del
recurso de casación... “ (Casación Nro. 36-2012 / La Libertad, publicada en
el Diario Oficial El Peruano el 31-01-2013, pág. 38846).
- “... En la Corte de Casación queda excluido de su labor todo lo referente al
reexamen del caudal probatorio y el aspecto fáctico del proceso...”
(Casación Nro. 2739-2008 / San Martín, publicada en el Diario Oficial El
Peruano el 02-12-2008, págs. 23461-23462).
- “... Los medios probatorios son ofrecidos en la etapa postulatoria
correspondiente, no siendo factible que en casación se pretenda aperturar
nuevamente el debate probatorio...” (Casación Nro. 463-2008 / Arequipa,
publicada en el Diario Oficial El Peruano el 30-06-2008, pág. 22434).
- “... Lo que pretende el recurrente es el reexamen de los elementos
probatorios, lo cual es totalmente ajeno al debate casatorio...” (Casación
Nro. 1741-2000 / Callao, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 02-
012001, pág. 6645).
- “... Todos los extremos del recurso [de casación] pretenden el reexamen de
los elementos probatorios, por lo que no son susceptibles de ser revisados
por la instancia casatoria...” (Casación Nro. 1781-2000 / La Libertad,
publicada en el Diario Oficial El Peruano el 02-01-2001, págs. 6647-6648).
- “... La Corte de Casación no constituye una instancia más en la que se
pueda provocar un nuevo examen crítico de los medios probatorios que han
dado base a la sentencia recurrida...” (Casación Nro. 1267-2008 / La
Libertad, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 03-09-2008, págs.
22852-22853).

983
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

-
- “... Dentro de las funciones casatorias de esta Sala [Suprema] no se
encuentra la de revalorar los medios probatorios actuados por no constituir
una instancia de mérito...” (Casación Nro. 1815-2000 / Lima, publicada en
el Diario Oficial El Peruano el 02-01-2001, pág. 6649).

984
MEDIOS IMPUGNATORIOS: RECURSO DE CASACION

-
“... Los agravios formulados están referidos al caudal probatorio y a las
alegaciones ya planteadas y respondidas por la Sala de mérito;
advirtiéndose que en realidad está cuestionando el criterio asumido por
la instancia de mérito, es decir, lo que en el fondo pretende es el re-
examen de la prueba, lo cual no está permitido en sede casatoria, más
aún si nos encontramos ante un proceso de ejecución y no uno
declarativo de derechos...” (Casación Nro. 894-2012 / Loreto,
publicada en el Diario Oficial El Peruano el 30-11-2012, pág. 38440).
- “... No es actividad constitutiva de la Sala de Casación revalorar la
prueba ni juzgar los motivos que formaron la convicción del Tribunal
de mérito, de ahí que también son excluidos aquellos hechos que en
forma unilateral el recurrente estima probados...” (Casación Nro. 379-
2008 / Lima, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 30-06-2008,
pág. 22422).
- “... No está en la esfera de las facultades de la Corte de Casación
provocar un nuevo examen crítico de los medios probatorios que dan
base a la sentencia, ni revalorar las pruebas que formaron la convicción
del tribunal de mérito...” (Casación Nro. 264-2000 / Lima, publicada
en el Diario Oficial El Peruano el 26-05-2000, pág. 5421).
- “... No es actividad constitutiva del recurso de casación revalorar la
prueba, los hechos, ni juzgar los motivos que formaron convicción en
la Sala Superior, lo que es ajeno al debate casatorio...” (Casación Nro.
164-2014 / Lima, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 30-06-
2014, pág. 53920).
- “... En sede casatoria, no es posible la revaloración de medios
probatorios, por cuanto su labor está estrictamente determinado [sic
-léase determinada-] a cuestiones de derecho...” (Casación Nro. 5545-
2007 / Piura, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 01-12-2008,
págs. 23360-23361).
- “... El recurso de casación no tiene por objeto la revaloración de la
prueba actuada en el desarrollo del proceso, en atención a su naturaleza
de iure, por consiguiente, no es tema del debate casatorio la
reevaluación del caudal probatorio...” (Casación Nro. 2209-2008 /
Cusco, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 01-12-2008, págs.
23408-23409).

985
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

-
- “... Se pretende el reexamen de la prueba [...], cuestiones que no caben
fijarse en sede casatoria pues su función se restringe al control de los
errores de iure con prescindencia de las [sic -léase de los-] de hecho...”
(Casación Nro. 2357-2000 / Arequipa, publicada en el Diario Oficial
El Peruano el 02-01-2001, pág. 6666).
“... No resulta viable cuestionar en casación la validez jurídica de los
medios probatorios actuados y valorados por las instancias de mérito,
en atención a la naturaleza de iure del presente medio impugnatorio...”
(Casación Nro. 3545-2007 / Huaura, publicada en el Diario Oficial El
Peruano el 30-10-2007, pág. 20862).
- “... La argumentación del recurso de casación se refiere a cuestiones de
probanza, pretendiendo reabrir la etapa del caudal probatorio y fáctico
que ha servido de convicción a las instancias de mérito, lo que no cabe
en esta sede extraordinaria, por no ser una tercera instancia ordinaria,
ni tratarse de un recurso de nulidad...” (Casación Nro. 5103-2007 /
Arequipa, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 01-12-2008,
págs. 23364-23365).
- “... Las conclusiones de mérito a las que ha arribado la Sala Superior
en relación a la prueba actuada en el desarrollo de la litis no puede ser
cuestionada en casación, en atención a que el presente medio
impugnatorio tiene, entre otras finalidades, la observancia de la norma
jurídica y el control de la logicidad en las resoluciones judiciales...”
(Casación Nro. 43-2008 / Pasco, publicada en el Diario Oficial El
Peruano el 03-09-2008, págs. 22871-22872).
- “... Tales apreciaciones [...] pretenden discutir el sentido crítico de la
decisión que encuentra sustento en la valoración de la prueba aportada
al proceso, lo que es inviable mediante la interposición del recurso de
casación, por su naturaleza de derecho...” (Casación Nro. 990-2012 /
Lima, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 30-11-2012, pág.
38448).
- “... El recurrente cuestiona la valoración de los hechos y pruebas
realizadas [sic -léase realizada-] por las instancias de mérito, lo que no
puede ser materia del recurso de casación, toda vez que aquella tiene
una función nomofiláctica, esto es, lo que se busca es la determinación
de la exacta observación y significado de las leyes, no siendo una

986
MEDIOS IMPUGNATORIOS: RECURSO DE CASACION

instancia más de mérito, donde se puedan valorar los elementos


fácticos del caso...” (Casación Nro. 4820-2007 / Lima, publicada en el
Diario Oficial El Peruano el 01-12-2008, pág. 23344).
- “...Las alegaciones de los recurrentes están dirigidas a cuestionar la
valoración de lo actuado por las instancias de mérito lo que implica
que se estaría utilizando la casación como una vía para reexaminar lo
decidido lo que desnaturaliza los fines del presente recurso
extraordinario; más aún cuando, la Corte Suprema no constituye una
instancia más...” (Casación
Nro. 331-2012 / Lima, publicada en el Diario Oficial El Peruano el
3101-2013, pág. 39355).
- “... El recurrente trata de enervar la valoración de pruebas efectuadas
por las instancias inferiores, situación que excede a las atribuciones
que la norma procesal antes citada [C.P.C.] ha designado al recurso de
casación puesto que este se dedica al estudio de temas netamente
legales...” (Casación Nro. 0759-99 / Lima, publicada en el Diario
Oficial El Peruano el 02-01-2001, pág. 6786).
- “... La valoración de las pruebas no es objeto de control del Recurso de
Casación, de allí que no se puede pretender llevar a cabo a través de
éste un nuevo examen crítico de las pruebas aportadas al proceso y que
en su oportunidad sirvieron para fundar la convicción del juzgador y la
demostración de los hechos alegados...” (Casación Nro. 3192-99 /
Lima, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 08-04-2000, pág.
5027).
- “... Analizada la denuncia [...] se advierte que la argumentación está
referida a situaciones de hecho y probanza, pretendiéndose un
reexamen de los medios probatorios, lo cual no resulta permisible;
pues la Corte de Casación no constituye una instancia más en la que se
pueda provocar un nuevo examen crítico de los medios probatorios, ni
de los hechos que han quedado establecidos en las sentencias, los
cuales son inmutables y no pueden ser revisados ni cuestionados a
través del presente recurso [de casación]...” (Casación Nro. 2475-
2008 / Lima, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 02-12-2008,
pág. 23437).

987
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

-
- “... La inadecuada valoración de las pruebas no es materia de Recurso
de Casación...” (Casación Nro. 2265-98 / Huaura, publicada en el
Diario Oficial El Peruano el 03-06-2000, págs. 5465-5466).
- “... La denuncia relativa a una deficiente valoración de los medios
probatorios es una cuestión de hecho que no resulta recurrible en
casación por la naturaleza jurídica del recurso...” (Casación Nro. 1841-
2000 / Junín, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 02-01-2001,
págs. 6651-6652).
- “... La denuncia in procedendo tampoco puede prosperar, ya que ella se
encuentra destinada a cuestionar la apreciación de las pruebas que se
ha hecho en las instancias de mérito, lo cual no puede ser materia de
casación por ser ajena a sus fines consagrados en el artículo trescientos
ochenticuatro del Código Procesal acotado [C.P.C.]...” (Casación Nro.

988
MEDIOS IMPUGNATORIOS: RECURSO DE CASACION

2333-2000 / Lima, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 02-


012001, pág. 6664).
“... En casación no es posible la revisión de la valoración de los
medios probatorios, en virtud de su finalidad nomofiláctica y del
principio de la doble instancia...” (Casación Nro. 735-2008 /
Lambayeque, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 30-06-2008,
págs. 22455-22456).
- “... No se puede pretender mediante este recurso [de casación],
orientar la función valorativa del juez ni asignar un valor probatorio a
determinados medios probatorios...” (Casación Nro. 3373-2007 /
Arequipa, C-124517-67, publicada en el Diario Oficial El Peruano el
30-10-2007, págs. 20854-20855).
- “... La actividad lógico-jurídica llevada a cabo por la Sala [Superior],
en cuanto a pruebas, no puede ser reexaminada en vía casatoria...”
(Casación Nro. 107-2007 / Arequipa, publicada en el Diario Oficial El
Peruano el 31-05-2007, págs. 19391-19392).
- “... El recurrente no está denunciado [sic -léase denunciando-] la falta
de valoración de los medios probatorios, sino [...] el sentido que han
extraído los magistrados de dichos medios probatorios, lo cual es una
afrenta directa al criterio jurisdiccional y al principio de libre
valoración de los medios probatorios que rige el sistema jurídico
nacional, el mismo que no es susceptible de ser revisado en sede
casatoria...” (Casación Nro. 4132-2007 / Lima, publicada en el Diario
Oficial El Peruano el 02-12-2008, pág. 23539).
- “... En Sede Casatoria no puede controvertirse ni cuestionar el criterio
utilizado por los magistrados para desestimar un medio de prueba
porque ello atentaría contra la libertad que tiene todo juzgador...”
(Casación Nro. 108-01 / Lima, publicada en el Diario Oficial El
Peruano el 02-07-2001, pág. 7370).
- “... En esta instancia [casatoria] no se puede recurrir a ningún
elemento probatorio independientemente que se haya probado o no
determinado hecho dentro del proceso con el referido medio...”
(Casación Nro. 17612000 / Cajamarca, publicada en el Diario Oficial
El Peruano el 02-012001, págs. 6646-6647).

989
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

-
- “... El recurso extraordinario de casación sólo versa sobre cuestiones
de derecho, siendo ajeno a sus fines la valoración de pruebas, aún
cuando se arguya que son instrumentos públicos...” (Casación Nro.
2349-2001 / Lima, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 02-02-
2002, pág. 8457).
- “... En sede de casación no resulta procedente denunciar y menos
conocer cuestiones probatorias [tachas], dado el carácter de
articulaciones que estas tienen; más aún si se pretende cuestionar el
aspecto probatorio de las mismas...” (Casación Nro. 1233-2002 /
Camaná, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 31-03-2003,
págs. 10363-10364).
- “... La carga de la prueba así como las presunciones legales son
sucedáneos de los medios probatorios que sirven al Juez para una
mejor valoración de la prueba; en ese sentido, las reglas que regulan
los citados sucedáneos probatorios tiene [sic] un alcance limitado al
caso concreto, que no resulta compatible con los efectos generales y
los fines de iure de la casación...” (Casación Nro. 3237-99 / Lima,
publicada en el Diario Oficial El Peruano el 22-02-2000, págs. 4670-
4671).
- “... El recurso de casación no puede sustentarse en la improbanza de la
pretensión puesto que no está en la esfera de las facultades de la Corte
de Casación provocar un nuevo examen crítico de los medios
probatorios que dan base a la sentencia, ni valorar las pruebas que
formaron la convicción de las instancias de mérito...” (Casación Nro.
1127-2003 / Lima, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 01-03-
2004, pág. 11565).
- “... Sustentando [sic] el recurso [de casación] [...] en la valoración
arbitraria de las pruebas, nos remite necesariamente a la dimensión
fáctica que no es propia de la actividad casatoria, por lo que [se] debe
desestimar en tal extremo...” (Casación Nro. 614-04 / Santa, publicada
en el Diario Oficial El Peruano el 31-08-2004, págs. 12592-12593).

990
MEDIOS IMPUGNATORIOS: RECURSO DE CASACION

- “... Esta Sala Casatoria no puede ordenar la actuación de una


prueba...” (Casación Nro. 2128-2002 / Huánuco, publicada en el
Diario Oficial El Peruano el 28-02-2003, pág. 10163).
- “... La recurrente pretende que se ordene la actuación de medios
probatorios adicionales, lo cual resulta improcedente, dado que esa no
es la finalidad del recurso de casación...” (Casación Nro. 2470-2005 /
Piura, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 31-07-2006, págs.
16648-16649).
- “... Siendo la decisión que ordena la actuación de medios probatorios
de oficio inimpugnable y dependiendo ésta de la apreciación del Juez
que la dispone, no es posible en esta vía [casatoria] revisar la
necesidad de actuar el medio probatorio por la Corte Superior. [...]
Que, sin embargo, la Corte sí puede revisar la forma en que dicho
medio probatorio debe actuarse a fin de cautelar que no se viole [sic]
disposiciones procesales
de orden público” (Casación Nro. 1819-98 / Lima, publicada en el
Diario Oficial El Peruano el 29-08-1999, pág. 3369).
“... En vía de casación no se puede volver a hacer un análisis de la
prueba actuada en el proceso, pues la competencia de la Sala se reduce
a conocer de las cuestiones de iure o de derecho y de los vicios in
procedendo que le sean planteados en la forma prevista en la Ley
procesal...” (Casación Nro. 1695-99 / San Román, publicada en el
Diario Oficial El Peruano el 09-11-1999, págs. 3882-3883).
- “... La casación, en su finalidad principal, de ser un medio del control
nomofiláctico de las resoluciones judiciales, también comprende el
control para evitar la violación de normas y principios que regulan lo
relativo a los medios probatorios, cumpliendo así el recurso con la
finalidad dikelógica que la doctrina casatoria viene impulsando...”
(Casación Nro. 3889-2000 / Lima, publicada en el Diario Oficial El
Peruano el 02-09-2002, págs. 9145-9146).
- “... La Corte de Casación no constituye una instancia mas [sic -léase
más-] en la que se pueda provocar un examen crítico de los medios
probatorios que dan base a la sentencia recurrida, quedando excluido
de su labor lo referente a la valoración del caudal probatorio y los
aspectos fácticos del proceso, salvo casos específicos, determinados
taxativamente en la ley, o que se alegue y evidencie actividad

991
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

-
contraria a las reglas de la lógica y faltas a la sindéresis...” (Casación
Nro. 705-2008 / Lima, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 30-
06-2008, págs. 22450-22451).
- “... Si bien es cierto que en materia de casación no corresponde a la
Sala [Suprema] analizar las conclusiones a que llegan las instancias de
mérito sobre las cuestiones de hecho, ni las relativas a la valoración de
la prueba examinada en instancia; sin embargo, es factible el control
casatorio tratándose de la infracción de las reglas que regulan la
actividad probatoria, entre ellas, las que establecen que el Juez tiene la
obligación procesal de valorar todos los medios probatorios en forma
conjunta, utilizando su apreciación razonada...” (Casación Nro. 487-
2008 / Lima, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 04-09-2008,
págs. 23090-23091).
- “... La presencia de una valoración de los medios probatorios que de
modo evidente incumpla las reglas previstas por el Ordenamiento
Procesal Civil comporta la afectación del derecho al debido proceso y
puede ser denunciada como tal, vía recurso de casación; empero, de un
lado, debe de indicarse expresa y rigurosamente cuáles son los
elementos de dicha indebida valoración, dado que [...] la Sala de
Casación no es una instancia
de fallo; y, de otro lado, dicha Sala se limitará, en caso de configurarse
el agravio, a observar la existencia de dicho incumplimiento
disponiendo la renovación del acto procesal afectado y serán las
instancias de fallo que saneando la deficiencia, les lleve de acuerdo a
una mejor valoración a concluir de modo distinto o a ratificar la
decisión anterior en todo o en parte...” (Casación Nro. 1600-2002 /
Amazonas, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 03-02-2003,
págs. 10053-10054).
- “... El error en el significado jurídico de una prueba, entra de lleno en
el oficio casatorio...” (Casación Nro. 880-2000 / Cusco, publicada en
el Diario Oficial El Peruano el 30-10-2000, págs. 6375-6376).
- “... El valor de las pruebas [...] sólo pueden someterse al control
casatorio si se demuestra que ha sido el resultado de un razonamiento

992
MEDIOS IMPUGNATORIOS: RECURSO DE CASACION

absurdo...” (Casación Nro. 2900-2004 / Lima, publicada en el Diario


Oficial El Peruano el 04-12-2006, págs. 18227-18229).
- “... Los errores de la apreciación de la prueba pueden denunciarse [en
casación] a través de los errores in cogitando invocando la infracción
de los principios lógicos del razonamiento judicial o de los principios
del derecho probatorio...” (Casación Nro. 2553-2000 / Huaura,
publicada en el Diario Oficial El Peruano el 02-01-2001, pág. 6680).
- “... Atribuir un sentido determinado a un hecho conforme al mérito
probatorio que se extraiga de una determinada prueba constituye una
facultad del juzgador prevista en la ley procesal que se hace de
acuerdo al sistema de valoración conjunta y razonada de la prueba
(sana crítica o de libre valoración) que ha sido adoptado por nuestro
ordenamiento procesal, por lo que la conclusión fáctica a que arriba el
juzgador sobre los hechos no pueden (sic) ser reexaminada en esta
sede por no ser actividad constitutiva del Recurso de Casación, de ahí
que también son excluidos aquellos hechos que los impugnantes
estiman probados, salvo que se denuncie en la forma técnicamente
apropiada, la infracción del proceso de formación del razonamiento
judicial llamada también (errores in cogitando) [sic], lo que sí
constituye una cuestión de derecho pasible de control casatorio...”
(Casación Nro. 137-2000 / Lima, publicada en el Diario Oficial El
Peruano el 01-06-2000, pág. 5454).
- “... La Corte Suprema puede en determinadas situaciones (cuando se
fijan, por ejemplo, de manera equivocada los hechos por valoración
equivocada de la prueba) revisar la razonabilidad de la apreciación de
la prueba sin que por ello se constituya en una tercera instancia dado
que debe quedar establecido que los jueces de grado son soberanos en
la actividad judicial probatoria...” (Casación Nro. 75-2008 /
Cajamarca, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 30-10-2008,
págs. 23209-23210).
“... La Sala de Casación debe incursionar en el control casatorio de la
valoración probatoria por razones de defensa de la corrección con que
deben actuar los jueces en el ejercicio de su función; en defensa de los
principios y de las reglas que regulan la apreciación y valoración
probatoria; y en defensa de los principios de veracidad, probidad,
lealtad y buena fe que rigen en los procesos judiciales...” (Casación

993
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

-
Nro. 2057-2007 / Santa, publicada en el Diario Oficial El Peruano el
29-02-2008, págs. 21552-21554).
- “... En materia de casación por regla general, no es posible reexaminar
la valoración de los medios probatorios, salvo cuando exista una
sentencia arbitraria...” (Casación Nro. 785-2003 / Lambayeque,
publicada en el Diario Oficial El Peruano el 02-12-2003, pág. 11331).
- “... La arbitraria evaluación de la prueba por el inferior ha originado
un fallo que se caracteriza por presentar una motivación aparente que
no corresponde a los criterios legales ni para la selección del material
fáctico ni para la apreciación lógica y razonada de la prueba, caso en
el que la Sala de Casación no puede estar impedido de revisar la
actividad procesal en materia de prueba cuando se ignoran o deforman
los hechos relevantes de la controversia” (Casación Nro. 1948-98 /
Huaura, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 04-01-1999, pág.
2361).
- “... Si bien es cierto que la Sala de Casación, atendiendo a las
finalidades dikelógica y axiológica de este recurso extraordinario
[casación], excepcionalmente, revisando caso por caso, puede entrar al
reexamen de las pruebas, ello sólo es posible cuando hubiese un error
patente o una decisión arbitraria...” (Casación Nro. 839-2003 / Lima,
publicada en el Diario Oficial El Peruano el 01-03-2004, pág. 11559).
- “... Se denuncia casatoriamente haberse infringido el principio
procesal relativo a la libre valoración de la prueba. Dicho principio
recogido en el [...] artículo ciento noventa y siete del citado Código
Procesal [C.P.C.] preconiza que ‘todos los medios probatorios son
valorados por el Juez en forma conjunta, utilizando su apreciación
razonada’. Es que los medios probatorios actuados dentro de un
proceso conforman una unidad y como tales deben ser revisados y
merituados en forma conjunta, confrontándose los que apoyan la
pretensión reclamada frente a los que la contradicen, para que a partir
de dicha evaluación el Juzgador se forme una cabal convicción
respecto del asunto en litis. Nada obsta a los operadores
jurisdiccionales realizar tal discernimiento, pues, si únicamente se

994
MEDIOS IMPUGNATORIOS: RECURSO DE CASACION

valorasen los medios probatorios de una de las partes y se soslayase


las pruebas actuadas por la otra parte, no sólo se afectaría la norma
procesal antes enunciada, sino que se atentaría flagrantemente el
principio constitucional según el cual nadie puede ser privado del
derecho de defensa en ningún estado del proceso (artículo 139 inciso
14° de la Constitución Política del Estado). Por consiguiente, sólo será
posible la infracción de tal precepto legal si la valoración probatoria
resulta absurda, arbitraria, carente de racionalidad e ilógica, todo ello
con el fin de evitar en su permisibilidad o en su regulación la
distorsión de los objetivos del recurso [de casación] y la
desnaturalización de la finalidad uniformadora del recurso de
casación...” (Casación Nro. 3815-2007 / Callao, publicada en el Diario
Oficial El Peruano el 31-03-2008, págs. 21679-21680).
- “... En sede casatoria, la denuncia referida a la arbitrariedad en la
valoración de la prueba solo puede estar referida a la exclusión
inmotivada de un medio probatorio, más no [sic -léase mas no-] al
valor probatorio que les otorga el Juzgador...” (Casación Nro. 2956-
2004 / Piura, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 01-08-2005,
págs. 14429-14430).
- “... En cuanto a la valoración conjunta de la prueba, no puede ser
materia de casación el cuestionamiento respecto del grado de
convicción o el valor probatorio que le atribuye el juzgador a los
medios probatorios, ya que éstos deben ser valorados conforme a su
íntima convicción; sólo es posible cuestionar la actividad probatoria,
en tanto se advierta que se han soslayado arbitrariamente algunos
medios de prueba cuya valoración hubiese sido trascendental para la
resolución de la causa...” (Casación Nro. 636-2005 / Lambayeque,
publicada en el Diario Oficial El Peruano el 31-08-2005, págs. 14478-
14479).
- “... En sede de casación, lo relativo a la valoración de la prueba ha
quedado configurado como una cuestión de derecho [...], en la medida
en que la posibilidad de control se encuentra referida a determinar si
se han respetado los criterios legales que disciplinan la valoración, en
los que se establecen los parámetros que gobiernan la tarea y por otro
lado, cuando se presentan desvíos del raciocinio del juicio lógico del
sentenciante...” (Casación Nro. 1163-2008 / Piura, publicada en el
Diario Oficial El Peruano el 03-09-2008, págs. 22888-22889).

995
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

-
- “... La sentencia emitida sobre la base de una indebida valoración de
algún medio de prueba o la ausencia de valoración de los mismos,
pueden ser recurridas en casación por constituir modalidades de la
denominada

996
MEDIOS IMPUGNATORIOS: RECURSO DE CASACION

sentencia arbitraria. Al respecto, es del caso señalar que el operador de


justicia puede incurrir en dos situaciones al momento de valorar la prueba,
las cuales son [...] su falta de valoración o su indebida valoración que es la
contraparte a la valoración razonada [...]. El supuesto de falta de valoración
de la prueba se presenta por falta de percepción o la omisión de valorar la
prueba admitida y considerada como dirimente o esencial para el
esclarecimiento de los hechos, lo que puede generar errores en la logicidad
que repercuten en la garantía del debido proceso, lo que constituye además
un atentado contra el principio de igualdad de las partes, especialmente, al
vulnerar el derecho subjetivo de probar. En el caso de la indebida
valoración de la prueba, las pruebas que sustentan la pretensión y la
oposición de las partes tiene su correlativo en el deber del Juez de
escuchar, actuar y merituar de manera conjunta la carga probatoria
aportada en virtud de los principios de razonabilidad y equidad. Esta
actividad valoradora en los aspectos de prueba - valoración - motivación,
no deben ser expresados como simples agregados mecánicos sino ligados
por un sustento racional dentro de las reglas de la sana crítica (los
principios lógicos: de no contradicción, de identidad, tercero excluido,
razón suficiente; y la experiencia)...” (Casación Nro. 5376-2006 / Junín,
publicada en el Diario Oficial El Peruano el 02-092008, págs. 22692-
22693).
- “... Se habrían infringido las reglas relativas a la valoración de las pruebas,
previstas por el numeral ciento noventisiete del Código Procesal Civil, al
haber incurrido en una falta de valoración de las pruebas; por tal razón, el
presente recurso [de casación] debe ser amparado...” (Casación Nro. 5376-
2006 / Junín, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 02-092008, págs.
22692-22693).
- “... Si bien es cierto, en materia de la prueba, nuestro Código Adjetivo
[C.P.C.] ha adoptado el sistema de la libre valoración de la misma,
señalando que los medios probatorios deben ser valorados por el Juzgador
en forma conjunta y merituados en forma razonada, ello no significa que el
órgano jurisdiccional, al momento de expedir sentencia deberá señalar la
valoración otorgada a cada medio probatorio actuado, sino que únicamente
lo hará respecto a los medios probatorios que de forma esencial y
determinada le han formado convicción o han condicionado su decisión; lo
que no importa una arbitraria omisión de examen de la prueba por parte del
Juzgador; pues de lo contrario se expediría un fallo con una motivación
aparente, lo que no corresponde a los criterios legales ni para la selección

997
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

del material fáctico ni para la apreciación lógica y razonada de la prueba;


razón más que suficiente para que la Corte de Casación no pueda estar
impedida de revisar la actividad procesal en materia probatoria, cuando se
ignoran hechos relevantes de la controversia...” (Casación Nro. 48092007 /
Lima, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 30-06-2008, págs.
22390-22392).
- “... Se incurre en contravención al debido proceso cuando se realiza una
arbitraria evaluación de la prueba por el inferior, originando un fallo que se
caracteriza por presentar una motivación aparente que no corresponde a los
criterios legales ni para la selección del material fáctico ni para la
apreciación lógica y razonada de la prueba, caso en el que la Sala de
Casación debe revisar la actividad procesal en materia de prueba cuando se
ignoran o deforman los hechos relevantes de la controversia...” (Casación
Nro. 4221-2001 / Arequipa, publicada en el Diario Oficial El Peruano el
30-06-2003, págs. 10676-10677).
- “... La doctrina reconoce la posibilidad de que la violación de las reglas
que regulan la carga de la prueba sea objeto de casación, siempre y cuando
se configure la incorrecta aplicación, desconocimiento, vulneración,
violación o alteración indebida de las reglas sobre el onus probando o
cuando no se tenga en cuenta la regla distributiva prevista en la ley...”
(Casación Nro. 903-2007 / Pasco, publicada en el Diario Oficial El
Peruano el 31-03-2008, págs. 21719-21720).
- “... El debido proceso es una garantía constitucional de la administración
de justicia por la que, dada una repercusión al interior del proceso [...]
puede evaluarse como agravio aún cuando no haya sido denunciado, dado
que si el proceso está afectado de vicio o inobservancia probatoria que
influirían sustancialmente en el sentido del fallo, éste será inválido o
ineficaz si estos resultan insalvables por el hecho de estar por encima de
las partes...” (Casación Nro. 1968-2003 / La Libertad, publicada en el
Diario Oficial El Peruano el 31-05-2005, págs. 14154-14155).
- “... El cargo de indebida apreciación de las pruebas, para ser admitida [sic
-léase admitido-] se requiere que el recurrente demuestre la arbitrariedad
en la apreciación de éstas y cómo la supuesta prueba admitida y no
apreciada puede modificar la relación de hecho a la que ha arribado el
juez...” (Casación Nro. 1500-03 / Lima, publicada en el Diario Oficial El
Peruano el 30-04-2004, págs. 11826-11827).

998
MEDIOS IMPUGNATORIOS: RECURSO DE CASACION

- “... La omisión en la apreciación de la prueba, para ser admitida como


motivo de casación, requiere que el recurrente demuestre la arbitrariedad
en la apreciación del material probatorio y cómo la supuesta prueba
admitida y no apreciada podría modificar la relación de hecho, o el sentido
del fallo...” (Casación Nro. 3192-2003 / Lambayeque, publicada en el
Diario Oficial El Peruano el 02-08-2004, pág. 12532).
- “... La denuncia en casación de la violación del principio de valoración
conjunta y apreciación razonada de los medios probatorios, exige el
señalamiento claro y concreto del acto de valoración incorrecto
desarrollado por los juzgadores y la presentación de fundamentación que
desvirtúe el presunto criterio errado de éstos, toda vez que la Sala de
Casación no es una instancia de fallo que de oficio deba revisar todos los
medios probatorios sino que se limitará a lo denunciado en casación...”
(Casación Nro. 4662-2006 / La Libertad, publicada en el Diario Oficial El
Peruano el 03-09-2007, pág. 20341).
- “... La presencia de una valoración de los medios probatorios que incumpla
las reglas previstas por el Ordenamiento Procesal Civil comporta la
afectación del derecho al debido proceso y puede ser denunciada como [...]
tal vía recurso de casación; empero, la Sala de Casación se limitará, en
caso de configurarse el agravio, a observar la existencia de dicho
incumplimiento disponiendo la renovación del acto procesal afectado y
serán las instancias de fallo que saneando la deficiencia, les lleve de
acuerdo a una mejor valoración a concluir de modo distinto o a ratificar la
decisión anterior en todo o en parte...” (Casación Nro. 3056-2002 / Lima,
publicada en el Diario Oficial El Peruano el 01-12-2003, págs. 11134-
11135).

10.18 Jurisprudencia relacionada con la decisión sobre el recurso de


casación y sus efectos
La Corte Suprema de Justicia de la República, en relación a la decisión
sobre el recurso de casación y sus efectos, ha establecido lo siguiente:
- “... La resolución de la Sala Civil [Suprema] Permanente que declaró
improcedente el recurso de casación no es una sentencia, sino un auto,
porque no se pronuncia sobre el fondo de la materia controvertida, sino
sólo [por] el cumplimiento de los requisitos de forma y de fondo de la
casación, y solamente cuando se declara procedente dicho recurso se

999
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

expide sentencia...” (Casación Nro. 286-2001 / Lima, publicada en el


Diario Oficial El Peruano el 05-11-2001, págs. 7902-7903).
- “... El error en la motivación de la sentencia [recurrida] no da lugar a la
casación sino a la correspondiente rectificación en la parte que lo
contiene...” (Casación Nro. 2884-2006 / Lima Norte, publicada en el
Diario Oficial El Peruano el 01-10-2007, pág. 20455).
- “... Si bien es cierto el principio de motivación de resoluciones judiciales
comprende tanto el aspecto fáctico del proceso como el jurídico normativo,
debiendo cumplir toda sentencia con las exigencias de ser expresa, clara y
lógica, constituyendo la motivación de derecho una calificación jurídica
del hecho, no resulta procedente nulificar la sentencia de mérito mediante
el recurso casatorio por el hecho de carecer de la cita expresa de la
normatividad legal aplicada cuando su parte resolutiva se ajusta a derecho,
a tenor de lo dispuesto por el artículo 397 del Código Procesal Civil...”
(Casación Nro. 664-2003 / Canchis - Sicuani, publicada en el Diario
Oficial El Peruano el 30-05-2005, pág. 14070).
- “... Conforme al artículo trescientos noventisiete del Código Procesal Civil,
si el Tribunal de Casación considera que lo resuelto por el órgano Superior
está ajustado a derecho, pero los fundamentos de la resolución impugnada
son erróneos o insuficientes, es deber del Colegiado Supremo hacer las
rectificaciones correspondientes y resolver el recurso [de casación] sin
casar la impugnada...” (Casación Nro. 784-2006 / Ayacucho, publicada en
el Diario Oficial El Peruano el 01-02-2007, págs. 18781-18782).
- “... No obstante que las sentencias de mérito contienen un pronunciamiento
inhibitorio al haber declarado improcedente la demanda en todos sus
extremos, su fundamentación se basa en el análisis de hechos y en la
aplicación de normas sustantivas que corresponden a una decisión de
fondo, por lo que es factible que este tribunal casatorio se pronuncie en
sede de instancia...” (Casación Nro. 427-2005 / Ancash, publicada en el
Diario Oficial El Peruano el 30-07-2007, págs. 20081-20082).
- “... Tratándose de sentencias inhibitorias, es decir aquellas que declaran
improcedente la demanda conforme atribución contenida en el artículo
ciento veintiuno in fine del Código Procesal Civil, concordante con el
artículo cuatrocientos veintisiete del mismo Código, el órgano
jurisdiccional Supremo que resuelve la casación al declarar fundado el
recurso y en consecuencia nula la resolución, deberá ordenar al Juez un

1000
MEDIOS IMPUGNATORIOS: RECURSO DE CASACION

nuevo fallo y pronunciarse sobre el fondo, ya que no puede pronunciarse


sobre el conflicto de intereses sin el requisito de pronunciamiento judicial
en doble instancia sobre las pretensiones procesales...” (Casación Nro.
10942005 / Ica, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 31-08-2007,
págs. 20232-20233).
- “... La sentencia casatoria expedida en un proceso tiene fuerza vinculatoria
para el órgano jurisdiccional inferior...” (Casación Nro. 1338-2007 / Lima,
publicada en el Diario Oficial El Peruano el 03-12-2008, págs. 23628-
23629).
- “... Habiéndose amparado la causal in procedendo, carece de objeto emitir
pronunciamiento respecto de la denuncia in iudicando, pues el Colegiado
al emitir nuevo fallo deberá analizar la aplicabilidad de las normas citadas
en el recurso” (Casación Nro. 405-99 / Lima, publicada en el Diario
Oficial El Peruano el 20-01-2000, pág. 4607).
- “... Cuando una Resolución, como es la Ejecutoria Suprema [...] falla
declarando nula la resolución impugnada [resolución de vista] [...]
ordenando que se expida nuevo fallo, lo que está señalando es que en la
elaboración de la sentencia cuestionada se ha configurado un error in
procedendo, por lo que el juzgador de mérito debe limitarse a realizar un
nuevo examen de la apelada a fin de subsanar el vicio o error in
procedendo alegado, y así cumplir con absolver debidamente el grado...”
(Casación Nro. 279899 / Arequipa, publicada en el Diario Oficial El
Peruano el 07-04-2000, págs. 4996-4997).
- “... Si bien es cierto que la Ejecutoria Suprema [...] declaró fundado el
Recurso de Casación por haber omitido la Sala consignar los fundamentos
de derecho; también lo es, que la sentencia expedida por el inferior fue
declarada nula, y como tal inexistente; que, desde este punto de vista, al
disponer la Sala de casación que se expida un nuevo fallo no disponía que
éste debiera expedirse en un determinado sentido, sino, que simplemente
expida nueva resolución con arreglo a Ley; que, por ello al haberse emitido
nueva sentencia en sentido diferente a la anterior no se han contravenido
las garantías que asiste [sic] a un debido proceso, tanto más si la referida
resolución ha sido expedida por una Sala conformada por otros Vocales,
distintos, a los que expidieron la resolución anulada, haciendo uso de la
facultad discrecional que la Ley otorga a los órganos jurisdiccionales como
instancias de mérito...” (Casación Nro. 2353-99 / Lima, publicada en el
Diario Oficial El Peruano el 11-01-2000, pág. 4525).

1001
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

- “... Cuando el juzgador de instancia [...] dispone actuaciones procesales


diferentes a las ordenadas por el superior, no sólo está desconociendo las
funciones que cumple el Recurso de Casación y la labor desempeñada por
la Sala Casatoria, sino también está demostrando desconocimiento de los
principios que rigen el proceso civil -como es el principio dispositivo-,
pues está actuando de oficio sobre aquello que no fue materia de
impugnación oportuna y ya quedó convalidado o precluido, lo que
configura una afectación al derecho al debido proceso que tiene el
justiciable...” (Casación Nro. 2798-99 / Arequipa, publicada en el Diario
Oficial El Peruano el 07-04-2000, págs. 4996-4997).
- “... La Sala [Superior] de mérito ha resuelto en abierta contradicción a lo
que ya había sido establecido en sede casatoria, vulnerando el principio
vinculatorio establecido en el primer considerando de esta resolución
[principio vinculatorio de las sentencias dictadas en casación para el
órgano jurisdiccional inferior] originando una violación del principio de
congruencia jurisdiccional que debe existir en las decisiones
jurisdiccionales de los diferentes órganos que administran justicia,
debiendo el Colegiado pronunciarse respecto a los argumentos expuestos
por la recurrente en su escrito de apelación...” (Casación Nro. 1974-2001 /
Moquegua, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 02-02-2002, págs.
8296-8297).
- “... Conforme lo establece el último párrafo del artículo trescientos noventa
y seis del citado Código Procesal [C.P.C.], la sentencia casatoria tendrá
fuerza obligatoria [fuerza vinculante en la actualidad] para el órgano
jurisdiccional inferior. Asimismo, el primer párrafo del artículo cuarto del
Texto Unico Ordenado de la Ley Orgánica del Poder Judicial, dispone que
toda persona y autoridad está obligada a acatar y dar cumplimiento a las
decisiones judiciales o de índole administrativa, emanadas de autoridad
judicial competente, en sus propios términos, sin poder calificar su
contenido o sus fundamentos, restringir sus efectos o interpretar sus
alcances, bajo la responsabilidad civil, penal o administrativa que la ley
señala; [...] en tal sentido, se advierte que la sentencia recurrida, lejos de
dar cumplimiento a lo ordenado por este Supremo Tribunal para,
posteriormente, expedir sentencia resolviendo el fondo de la controversia,
tal como estaba dispuesto en la ejecutoria suprema [...], dispone el reenvío
del proceso al Juez de la causa, [...] no obstante que la norma procesal
citada [...] proscribe la interpretación de los alcances o calificación del
contenido o los fundamentos de una decisión judicial; [...] en conclusión, el

1002
MEDIOS IMPUGNATORIOS: RECURSO DE CASACION

Colegiado Superior ha omitido pronunciarse sobre la incongruencia


advertida por este Supremo Tribunal respecto de los términos en que fue
resuelta la pretensión demandada, así como también no ha dado
cumplimiento estricto al trámite previo dispuesto en la ejecutoria suprema
[...] todo lo cual vicia de nulidad la decisión recurrida, [...] pues el acto
procesal carece de los requisitos indispensables para la obtención de su
finalidad; [...] como quiera que los señores Vocales Superiores no han
dado cabal cumplimiento al deber de motivación que les impone el inciso
seis del artículo cincuenta del Código Procesal anotado [C.P.C.], y para
efectos de garantizar la imparcialidad del juzgamiento, el Colegiado de la
Sala Superior que emita la nueva resolución y, por consiguiente, el juicio
de fundabilidad respectivo, deberá integrarse con otros magistrados, para
lo cual la Sala [Superior] deberá completarse con los señores vocales
llamados por ley...” (Casación Nro. 2752-06 / Lima, publicada en el Diario
Oficial El Peruano el 02-10-2007, págs. 20799-20800).
- “... Si bien la resolución de la Corte Suprema [...] ordenó que el Superior
precise las normas materiales en que apoyó su sentencia desfavorable al
accionante, tiene que considerarse que habiendo variado tal Colegiado,
éste, por el contrario amparó la acción -vía confirmación de la apelada-
haciendo uso de su facultad de tener libre criterio jurisdiccional...”
(Casación Nro. 774-2003 / San Román, publicada en el Diario Oficial El
Peruano el 31-10-2003, págs. 11025-11026).

- “... Al ampararse el Recurso de Casación respecto de la pretensión


principal, ya no cabe pronunciamiento sobre las pretensiones subordinarias
[sic]” (Casación Nro. 1666-97 / Lima, publicada en el Diario Oficial El
Peruano el 10-07-1998, pág. 1435).

10.19 Jurisprudencia relacionada con el precedente judicial (doctrina


jurisprudencial)
La Corte Suprema de Justicia de la República, en relación a la doctrina
jurisprudencial (conocida en la actualidad como precedente judicial), ha
establecido lo siguiente:
- “... La doctrina jurisprudencial [entiéndase precedente judicial en la
actualidad] está referida a aquellas ejecutorias que fijan principios
jurisprudenciales que han de ser de obligatorio cumplimiento en todas las
instancias judiciales...” (Casación Nro. 2431-2000 / Lima, publicada en el
Diario Oficial El Peruano el 02-01-2001, pág. 6671).

1003
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

- “... Los plenos jurisdiccionales no son de carácter vinculatorio, sino sólo la


doctrina jurisprudencial [entiéndase precedente judicial en la actualidad],
que debe ser emanada según lo prescrito en el artículo cuatrocientos del
Código adjetivo [C.P.C.]...” (Casación Nro. 3330-2000 / Lambayeque,
publicada en el Diario Oficial El Peruano el 30-04-2001, pág. 7231).
- “... Los plenos jurisdiccionales, celebrados por las Cortes Superiores de
Justicia del Perú, no tienen efectos vinculantes sino ilustrativos respecto de
la aplicación del Derecho...” (Casación Nro. 836-02 / Lima, publicada en
el Diario Oficial El Peruano el 31-07-2002, pág. 9077).
- “... Si bien es cierto se hace alusión al precedente de observancia
obligatoria en materia registral, dichos criterios no son de obligatorio
cumplimiento para el Organo Jurisdiccional, pues el Poder Judicial es
independiente en lo jurisdiccional, con sujeción a la Constitución,
conforme lo señala el artículo 2 y 16 del Texto Unico Ordenado de la Ley
Orgánica del Poder Judicial...” (Casación Nro. 638-2008 / Lima, publicada
en el Diario Oficial El Peruano el 30-10-2008, págs. 23207-23208).
- “... Las resoluciones expedidas por un tribunal administrativo [Tribunal
Registral en el caso particular] de ninguna manera vinculan a este Poder
del Estado [Poder Judicial]...” (Casación Nro. 2846-07 / Arequipa,
publicada en el Diario Oficial El Peruano el 02-09-2008, pág. 22745).
- “... Para que la doctrina jurisprudencial [entiéndase precedente judicial en
la actualidad] vincule a los órganos jurisdiccionales del Estado se requiere
el cumplimiento del trámite que establece el artículo cuatrocientos del
Código Procesal Civil...” (Casación Nro. 468-2002 / Ucayali, publicada en
el Diario Oficial El Peruano el 01-07-2002, pág. 8982).
- “... La atribución de dictar principios jurisprudenciales corresponde a las
Salas Especializadas de la Corte Suprema de Justicia, quienes a través de
ejecutorias fijan criterios jurisprudenciales de observancia obligatoria,
estando reservada esta facultad a la Corte Suprema por ser el órgano de
mayor jerarquía en el país, y además por ser el encargado de ejercer la
función uniformadora de la jurisprudencia nacional a través del recurso de
casación tal como lo preceptúa el artículo 384 del Código Procesal Civil...”
(Casación Nro. 2241-2003 / Ica, publicada en el Diario Oficial El Peruano
el 30-01-2006, pág. 15353).
- “... El artículo 22 de la Ley Orgánica del Poder Judicial [...] establece que
los principios jurisprudenciales deben ser invocados por los Magistrados

1004
MEDIOS IMPUGNATORIOS: RECURSO DE CASACION

de todas las instancias como precedente de obligatorio cumplimiento. En


caso que por excepción decidan apartarse de dicho criterio, están obligados
a motivar adecuadamente su resolución dejando constancia del precedente
obligatorio que desestiman y de los fundamentos que invocan. [...] el
contenido esencial del dispositivo legal anotado, se encuentra básicamente
referido a la exigencia social de seguridad jurídica, introduciéndose el
obligatorio cumplimiento de la jurisprudencia declarada como tal, bajo un
concepto que tampoco es absoluto ni totalitario, sino que siempre está
imbuido de esa flexibilidad que la conducta y el desarrollo social imponen,
en concordancia con la independencia jurisdiccional que permite a los
jueces expresar su propio criterio sobre determinado conflicto, siempre que
esta expresión crítica sea debidamente sustentada con argumentos fácticos
y jurídicos solvente [sic -léase solventes-], condición que según
el segundo parágrafo del texto legal prenotado hace atendible el
apartamiento de los principios jurisprudenciales...” (Casación Nro. 2239-
00 / Ica, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 30-07-2003, págs.
10755-10756).
- “... La congruencia procesal implica la obligación de los magistrados de
guardar coherencia con lo resuelto por ellos mismos en casos similares,
salvo que medie fundamentación que sustente el apartamiento del criterio
ya adoptado, coherencia que también debe existir al momento de revisar
los argumentos de las resoluciones impugnadas...” (Casación Nro.
34092007 / Lima, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 31-01-2008,
págs. 21537-21538).
- “... La invocación que hace la Sala de mérito del artículo veintidós de la
Ley Orgánica del Poder Judicial no resulta pertinente en el caso de autos,
toda vez que la norma acotada se aplica cuando los magistrados deciden
apartarse de un precedente establecido en otro proceso, pero dicha norma
no rige para el mismo proceso en el que las resoluciones que se emiten
causan estado y vinculan a las partes del proceso...” (Casación Nro. 2513-
2003 / Ica, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 30-05-2005, pág.
14086).

1005
CAPITULO XXVII

MEDIOS IMPUGNATORIOS:
RECURSO DE QUEJA

1. CONFIGURACION
El recurso de queja, denominado también directo o de hecho, es aquel
medio impugnatorio dirigido contra la resolución que declara inadmisible o
improcedente un recurso de apelación o que concede apelación en efecto
distinto al peticionado, con el fin de que el órgano jurisdiccional superior en
grado a aquel que expidió el acto procesal cuestionado -y ante el cual se
interpone directamente el recurso- lo examine y lo revoque (en el supuesto que
declare fundada la queja), concediendo, además, el recurso de apelación
denegado en un principio por el inferior jerárquico o la apelación en el efecto
solicitado por el impugnante, según sea el caso, para que sea sustanciado dicho
medio impugnativo conforme a ley, sin pronunciarse, de ningún modo, a través
de la resolución que acoge la queja, sobre el asunto de fondo, vale decir, lo que
es materia de apelación.
Casarino Viterbo reputa al recurso de hecho como aquel que “... tiene por
objeto obtener del tribunal superior que enmiende en conformidad a derecho los
agravios que causa el inferior al pronunciarse sobre un recurso de apelación...”
(CASARINO VITERBO, 1984, Tomo IV: 265).
Alvarez Juliá, Neuss y Wagner expresan sobre el particular que “el
ordenamiento procesal prevé un recurso denominado de queja, de hecho, que
debe deducirse ante el tribunal de alzada y tiene por objeto que éste, mediante
una revisión del juicio de admisibilidad formulado por el juez o tribunal
inferior, revoque la resolución denegatoria del recurso, lo declare, por lo tanto,
admisible, y disponga sustanciarlo” (ALVAREZ JULIA; NEUSS; y
WAGNER, 1990: 334).
En opinión de Ramos Méndez, “el recurso de queja es un recurso
ordinario, devolutivo, que en el ámbito civil viene concebido en función de otro
recurso, al objeto de evitar que el Tribunal ad quem no tenga conocimiento de
una impugnación planteada ante el Tribunal a quo” (RAMOS MENDEZ, 1992,

1006
MEDIOS IMPUGNATORIOS: RECURSO DE QUEJA

Tomo II: 720). “Es por lo tanto un recurso instrumental que persigue la
admisión o preparación de otro recurso” (RAMOS MENDEZ, 1992, Tomo II:
720).
Gómez de Liaño González conceptúa a la queja como un “... recurso
ordinario devolutivo susceptible de interponerse frente a resoluciones que
denieguen la admisión de un recurso de apelación (...), presentando en
consecuencia un carácter instrumental al atacar la inadmisión de otro recurso”
(GOMEZ DE LIAÑO GONZALEZ, 1992: 514).
Kielmanovich considera que “... el recurso de queja por apelación
denegada, ‘directo’ o de ‘hecho’, es el remedio procesal dirigido a alcanzar que
el órgano superior al que dictó la providencia denegatoria del recurso de
apelación, la revoque y la conceda, mandando tramitarlo en la forma y con los
efectos que correspondan; o bien revise el efecto con que se ha concedido el
recurso” (KIELMANOVICH, 1989: 49). El recurso de queja -continúa
Kielmanovich- “... importa reconocer en la Alzada el juicio definitivo de
admisibilidad de los recursos ordinarios que en su función
negativa apareja la facultad de declarar la inadmisibilidad del recurso de
apelación indebidamente concedido, y en su función positiva, la de otorgar el
indebidamente denegado” (KIELMANOVICH, 1989: 50).
Lino Palacio concibe al recurso de queja como “... el remedio procesal
tendiente a obtener que el órgano judicial competente para conocer en segunda
o tercera instancia ordinarios, tras revisar el juicio de admisibilidad formulado
por el órgano inferior, revoque la providencia denegatoria de la apelación,
declare a ésta, por consiguiente, admisible y disponga sustanciarla en la forma y
efectos que correspondan” (PALACIO, 1979, Tomo V: 127).
Gimeno Sendra dice del recurso de queja lo siguiente:
“Por recurso de queja cabe entender el medio de impugnación a través del
cual se pretende corregir el error padecido por el tribunal ‘a quo’,
consistente en declarar indebidamente inadmisible un recurso, que
ante él se prepara, para su resolución por el superior jerárquico.
Del precedente concepto se infiere que dicho medio de impugnación no es
procedente en los supuestos de inadmisión de un recurso no
devolutivo, como es el caso del recurso de reposición. Su fundamento
descansa en la necesidad de evitar que el órgano, que haya dictado la
resolución, cuya impugnación se pretende, adquiera plena facultad en

1007
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

orden a la inadmisión del recurso, con lo que vedaría al superior


jerárquico toda posibilidad de conocimiento del asunto. Mediante su
ejercicio se le confiere, pues, al tribunal ‘ad quem’ la posibilidad de
controlar la aplicación de los requisitos de admisibilidad del recurso
efectuada por el órgano ‘a quo’.
Nos encontramos, pues, ante un recurso accesorio o instrumental de otro
recurso principal, por cuanto su existencia no tiene sentido
independiente, sino en cuanto subordinado a la inadmisión de otro
recurso, de apelación (…), cuyos presupuestos y requisitos que
condicionan su admisibilidad viene a garantizar, permitiendo su
control judicial por el tribunal superior” (GIMENO SENDRA, 2007,
Tomo I: 655-656).
El recurso de queja se encuentra regulado en el Capítulo V (“Queja”) del
Título XII (“Medios impugnatorios”) de la Sección Tercera (“Actividad
procesal”) del Código Procesal Civil, en los arts. 401 al 405. El numeral 401
del indicado cuerpo de leyes establece claramente que: “El recurso de queja
tiene por objeto el reexamen de la resolución que declara inadmisible o
improcedente un recurso de apelación. También procede contra la resolución
que concede apelación en efecto distinto al solicitado”.
El citado precepto legal es concordante con el artículo 359 del Código
Procesal Civil, el cual dispone que “el incumplimiento de alguno de los
requisitos determina la declaración de inadmisibilidad o de improcedencia del
medio impugnatorio, mediante resolución debidamente fundamentada. Esta
resolución sólo es recurrible en queja en los casos del artículo 401” (el
resaltado es nuestro).

2. REQUISITOS
De conformidad con nuestro ordenamiento procesal, son requisitos (de
admisibilidad y de procedencia) para plantear el recurso de queja los que a
continuación se indican:
A) Que sea interpuesto ante el superior del que denegó la apelación o la
concedió en efecto distinto al pedido. Así lo establece la parte inicial
del primer párrafo del artículo 403 del Código Procesal Civil.
B) Que la queja se formule dentro del plazo de tres días, contado desde el
día siguiente a la notificación de la resolución que deniega el recurso

1008
MEDIOS IMPUGNATORIOS: RECURSO DE QUEJA

de apelación o de la que lo concede en efecto distinto al solicitado


(parte final del primer párrafo del art. 403 del C.P.C.).
C) Que al escrito que contiene el recurso -de queja- se acompañe el
recibo que acredita el pago de la tasa correspondiente (art. 402 -primer
párrafo- del C.P.C.).
D) Que al escrito que contiene el recurso -de queja- se acompañe (de
acuerdo al art. 402 -primer párrafo- del C.P.C.) copia simple con el
sello y la firma del Abogado del recurrente en cada una, y bajo
responsabilidad de su autenticidad, de los siguientes actuados:
a) Escrito que motivó la resolución recurrida -en apelación- y, en su
caso, los referentes a su tramitación (art. 402 -numeral 1)- del
C.P.C.).
b) Resolución recurrida -en apelación- (art. 402 -numeral 2)- del
C.P.C.).
c) Escrito en que se recurre -en apelación- (art. 402 -numeral 3)- del
C.P.C.).
d) Resolución denegatoria -del recurso de apelación, o del efecto en
que se solicita sea concedida la apelación- (art. 402 -numeral 4)-
del C.P.C.).
E) Que el escrito en que se interpone la queja contenga los fundamentos
para la concesión del recurso denegado -de apelación- (parte inicial
del último párrafo del art. 402 del C.P.C.). Debe entenderse aquí que,
en el supuesto de haberse concedido apelación con efecto distinto al
peticionado, la fundamentación debe versar sobre la viabilidad de
dicho efecto.
F) Que en el escrito en que se interpone la queja se precise:
a) La fecha en que se notificó la resolución recurrida -en apelación-
(parte final del último párrafo del art. 402 del C.P.C.).
b) La fecha en que se interpuso el recurso -de apelación- (parte final
del último párrafo del art. 402 del C.P.C.).
c) La fecha en que quedó notificada la denegatoria del recurso -de
apelación- (parte final del art. 402 del C.P.C.). O, si fuere el caso,

1009
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

la fecha en que se notificó la apelación concedida con efecto


distinto al solicitado.

3. LEGITIMIDAD
Tiene legitimidad para interponer recurso de queja la parte o el tercero
legitimado agraviado con una resolución que declara inadmisible o
improcedente un recurso de apelación o que concede la apelación en efecto
distinto al peticionado, siendo justificado su interés en recurrir, por cuanto se le
está negando su derecho a impugnar y a la pluralidad de instancias o se le
coloca en un estado de indefensión.
Sostiene Loutayf Ranea, en relación a la legitimidad para recurrir en queja,
que “... todo aquel sujeto que ha interpuesto un recurso de apelación, que ha
sido denegado puede deducir la queja” (LOUTAYF RANEA, 1989, Tomo 2:
379).
Véscovi indica al respecto que “para interponer la queja el impugnante
tiene que haber sido parte en el proceso; la intervención, sólo en esta etapa,
como tercero es de excepción. Pero en todo caso se rige por los principios
generales...” (VESCOVI, 1988: 189). “Naturalmente (...), si la negativa se
funda justamente en su calidad, que resulta discutible, será el superior quien
deberá resolver y corresponderá la queja” (VESCOVI, 1988: 189). Véscovi
concluye diciendo que “el presupuesto objetivo no requiere sólo la calidad de
parte, sino, como todo recurso, el agravio...” (VESCOVI, 1988: 190).

4. ORGANO JURISDICCIONAL COMPETENTE


Resulta competente para conocer del recurso de queja el superior
jerárquico de aquel que expidió la resolución que deniega un recurso de
apelación o que concede la apelación en un efecto distinto al solicitado.
Coincide con lo expuesto Loutayf Ranea al sostener que “... la queja por
apelación denegada debe presentarse ante el tribunal que por virtud de la
distribución de la competencia en razón del grado, resulte ser el superior
respecto del que denegó la concesión de la apelación...” (LOUTAYF RANEA,
1989, Tomo 2: 382).
Puntualizamos que al órgano jurisdiccional que conoce de la queja no le
compete, al resolver ésta, pronunciarse sobre la cuestión de fondo o materia a
que se contrae el recurso denegado (de apelación), sino que debe centrarse

1010
MEDIOS IMPUGNATORIOS: RECURSO DE QUEJA

única y exclusivamente sobre el juicio de admisibilidad o de procedencia


(negativo) referido al recurso de apelación que se desestimara. Sólo en caso de
declararse fundada la queja y admitirse el medio impugnatorio rechazado en un
inicio es que conocerá dicho órgano jurisdiccional de los extremos de éste, pues
será ante él que se sustancie la apelación planteada cuyo examen es posible en
virtud del acogimiento de la queja.

5. MOTIVACION DEL RECURSO


“... La queja debe presentarse por escrito, con la fundamentación que la
motiva. En este sentido constituye un verdadero memorial, una verdadera
expresión de agravios, contra la resolución denegatoria” (LEVITAN, 1986:
115).
Levitán subraya que el escrito de interposición de la queja “... requiere una
fundamentación autónoma, autosuficiente; de manera que de su lectura surja la
viabilidad de la queja. Es menester que consten todos los agravios que ocasiona
la denegatoria (...), consignándolos uno a uno, detalladamente...” (LEVITAN,
1986: 172). Se requiere -continúa Levitán- “... la explicación pormenorizada del
caso, al mismo tiempo que se expresen los agravios de la medida que se
impugna, indicando el interés en que se haga lugar a la queja, para obtener la
reparación de sus agravios...” (LEVITAN, 1986: 172). “... La queja debe ser un
recurso autónomo y bastarse a sí misma; debidamente fundamentada, trayendo
una impugnación de la denegatoria, a manera de expresión de agravios. Debe
acreditarse en ella la ilegitimidad de la denegatoria. No basta invocar
genéricamente la procedencia del recurso; tiene que acreditárselo, censurando
críticamente la fundamentación de la denegatoria” (LEVITAN, 1986: 354).
De acuerdo a nuestro ordenamiento procesal, la queja, como todo recurso,
requiere de la fundamentación correspondiente. Justamente, la primera parte del
artículo 358 del Código adjetivo establece que “el impugnante fundamentará su
pedido en el acto procesal en que lo interpone, precisando el agravio y el vicio
o error que lo motiva...”
El Código Procesal Civil dispone, además, en la parte inicial del último
párrafo de su artículo 402 que “el escrito en que se interpone la queja debe
contener los fundamentos para la concesión del recurso denegado...”

6. TRAMITACION DEL RECURSO

1011
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

Con arreglo a lo previsto en nuestro ordenamiento Procesal, el trámite del


recurso de queja es como sigue:
- La queja se interpone ante el superior del que denegó la apelación o la
concedió en efecto distinto al pedido, según se desprende de la parte
inicial del primer párrafo del artículo 403 del Código Procesal Civil,
en donde encontramos un error de técnica legislativa al señalarse que
“la queja se interpone ante el superior que denegó la apelación o la
concedió en efecto distinto al pedido...”, cuando en realidad debió
consignarse en dicha norma que “la queja se interpone ante el superior
del que denegó la apelación o la concedió en efecto distinto al
pedido...”, porque no es el superior jerárquico el que rechazó la
apelación o la concedió con efecto distinto, sino el Juez a quo. Debe,
pues, tenerse presente lo expuesto a fin de interpretar correctamente la
disposición anotada.

- El plazo para interponer la queja es de tres días contado desde el día


siguiente a la notificación de la resolución que deniega el recurso (de
apelación) o de la que lo concede (el recurso de apelación) en efecto
distinto al solicitado. Así lo prevé la parte final del primer párrafo del
artículo 403 del Código Procesal Civil.
- Tratándose de distritos judiciales distintos a los de Lima y Callao, el
peticionante puede solicitar al Juez que denegó el recurso, dentro del
plazo anteriormente señalado, que su escrito de queja y anexos sea
remitido por conducto oficial. El Juez remitirá al superior el cuaderno
de queja dentro de segundo día hábil, bajo responsabilidad (art. 403
-segundo y tercer párrafos- del C.P.C.).
- Interpuesto el recurso, el Juez superior puede rechazarlo si se omite
algún requisito de admisibilidad o de procedencia. De lo contrario,
procederá a resolverlo sin trámite (art. 404 -primer párrafo- del
C.P.C.).
- No obstante lo indicado en el acápite anterior el superior jerárquico
puede solicitar al Juez inferior, copia, por facsímil u otro medio, de los
actuados que estime necesarios, pero en ningún caso el envío de los
autos principales. Las copias serán remitidas por el mismo medio (art.
404 -primer párrafo- del C.P.C.).

1012
MEDIOS IMPUGNATORIOS: RECURSO DE QUEJA

- Si se declara fundada la queja, el superior concede el recurso (de


apelación denegado inicialmente) y precisa el efecto si se trata de la
apelación, comunicando al inferior su decisión para que envíe el
expediente o ejecute lo que corresponda. Esta comunicación se realiza
sin perjuicio de la notificación a las partes (art. 404 -segundo párrafo-
del C.P.C.).
- El cuaderno de queja se mantendrá en el archivo del Juez superior,
agregándose el original de la resolución que resuelve la queja con la
constancia de la fecha del envío (art. 404 -tercer párrafo- del C.P.C.).
- Si se declara infundada la queja, se comunicará al Juez inferior y se
notificará a las partes (en la forma prevista en el acápite precedente).
Adicionalmente se condenará al recurrente al pago (reembolso, en
puridad) de las costas y costos del recurso y al pago de una multa no
menor de tres ni mayor de cinco Unidades de Referencia Procesal (art.
404 -último párrafo- del C.P.C.).

7. EFECTOS EN RELACION AL RECURSO DE QUEJA


Loutayf Ranea señala que “... la interposición de la queja no suspende el
cumplimiento de la resolución recurrida; recién la concesión del recurso por el
tribunal ad quem determinará la suspensión del proceso...” (LOUTAYF
RANEA, 1989, Tomo 2: 377). Dicho autor resalta que “el propósito perseguido
por la ley de forma al negar efecto suspensivo a la interposición de la queja por
apelación denegada, es el de evitar que la parte a quien no le favorece una
sentencia pueda retardar su ejecución mediante este arbitrio; se infiere de ello
que el principio consagrado ha sido establecido en favor del apelado y no del
apelante a quien el a quo le denegó la apelación; debe tenerse en cuenta que si
bien el juez del recurso es el tribunal de alzada y es el que en definitiva decidió
la cuestión, al momento de deducir la queja ya existe un pronunciamiento
jurisdiccional (el del juez a quo), el que, mientras no sea modificado por el
tribunal ad quem, debe ser respetado...” (LOUTAYF RANEA, 1989, Tomo 2:
378).
Para Levitán, “... mientras no se haga lugar a la queja y se notifique de ello
al juez apelado, continúa el curso de la causa. Sólo se suspenderá su trámite a
partir de la notificación, al juez de primera instancia, de la recepción de la
queja” (LEVITAN, 1986: 355).

1013
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

Véscovi nos informa, respecto de los efectos de la queja, que “la


introducción del recurso de queja no produce, por sí solo, efecto suspensivo.
Naturalmente que la suspensión del procedimiento puede provenir, de hecho, al
solicitarle el superior el envío de los autos, lo cual se prevé en la mayoría de los
regímenes” (VESCOVI, 1988: 192). Agrega Véscovi que “... concedida la
queja, lo que implica admitir el recurso de apelación erróneamente denegado,
corresponde continuar con el trámite de éste, según los diversos sistemas. Es
decir que corresponderá retomarse el procedimiento (de apelación o de recurso
extraordinario) que fuera interrumpido con la negativa del tribunal a quo y, por
consiguiente mandar expresar agravios, si correspondiere, o decretar lo que al
estado del juicio corresponda” (VESCOVI, 1988: 193).
En relación a los efectos del recurso de queja, nuestro ordenamiento
procesal dispone que:
- La interposición del recurso no suspende la tramitación del principal,
ni la eficacia de la resolución denegatoria (de la apelación o del efecto
en que se solicita ésta). Así lo establece el artículo 405 -primer
párrafo- del Código Procesal Civil.
- Excepcionalmente, a pedido de parte y previa prestación de
contracautela fijada prudencialmente, el Juez de la demanda puede
suspender el proceso principal, a través de resolución fundamentada e
irrecurrible (art. 405 -último párrafo- del C.P.C.).
- Si se declara fundada la queja, el superior concede el recurso (de
apelación denegado en un inicio) y precisa el efecto si se trata de la
apelación, comunicando al inferior su decisión para que envíe el
expediente o ejecute
lo que corresponda, sin perjuicio de la notificación a las partes (segundo
párrafo del art. 404 del C.P.C.).
- Si se declara infundada la queja (lo cual supone la no concesión del
recurso de apelación o del efecto en que se solicita ésta), se
comunicará al Juez inferior y se notificará a las partes.
Adicionalmente se condenará al recurrente al pago (léase reembolso)
de las costas y costos del recurso y al pago de una multa no menor de
tres ni mayor de cinco Unidades de Referencia Procesal (art. 404
-último párrafo- del C.P.C.).

1014
INDICE GENERAL
Presentación ........................................................................................... 5

CAPITULO I

LOS ORGANOS JUDICIALES Y SUS AUXILIARES


1. Jurisdicción ..................................................................................... 7
2. Organos judiciales ........................................................................... 11
2.1 Concepto de Juez u órgano judicial ....................................... 11
2.2 Clases de órganos judiciales .................................................. 13
2.2.1 Jueces de Paz (no letrados) ...................................... 14
2.2.2 Jueces de Paz Letrados ............................................. 15
2.2.3 Jueces Civiles .......................................................... 16
2.2.4 Jueces de Familia ..................................................... 16
2.2.5 Jueces Comerciales .................................................. 19
2.2.6 Salas Civiles de las Cortes Superiores ...................... 20
2.2.7 Salas de Familia ....................................................... 20
2.2.8 Salas Comerciales .................................................... 21
2.2.9 Salas Civiles de la Corte Suprema de Justicia ........... 22
2.2.10 Jueces titulares ........................................................ 22
2.2.11 Jueces provisionales ................................................. 22
2.2.12 Jueces supernumerarios ........................................... 22
2.2.13 Candidatos en reserva ............................................. 23
2.3 Competencia de los órganos judiciales .................................. 23
2.4 Poderes del Juez .................................................................... 32
2.5 Facultades del Juez ................................................................ 33
2.5.1 Facultades genéricas ................................................ 36
2.5.2 Facultades disciplinarias .......................................... 37
2.5.3 Facultades coercitivas .............................................. 38
2.6 Derechos del Juez ................................................................. 39
2.7 Deberes del Juez ................................................................... 41
2.8 Prohibiciones impuestas a los Jueces ..................................... 46
2.9 Responsabilidad del Juez ....................................................... 47

1016
ÍNDICE GENERAL

2.10 Actos procesales del Juez ....................................................... 50


2.10.1 Decretos .................................................................. 51
2.10.2 Autos ....................................................................... 51
2.10.3 Sentencias................................................................ 53
2.10.3.1 Jurisprudencia casatoria relacionada con la sentencia
en general ............................ 55 2.10.3.2
Jurisprudencia casatoria relacionada con la sentencia de
vista ................................ 59 2.10.3.3 Jurisprudencia
casatoria relacionada con
las resoluciones inhibitorias .................... 70
2.10.4 Contenido y suscripción de las resoluciones ............ 78
2.10.5 Resoluciones con autoridad de cosa juzgada ............ 87
2.11 Impedimento del Juez ........................................................... 97
2.12 Excusación del Juez............................................................... 101
2.13 Recusación del Juez............................................................... 102
2.14 Abstención del Juez ............................................................... 106
3. Auxiliares jurisdiccionales ................................................................ 108
3.1 Secretarios de Sala ................................................................ 109
3.2 Relatores ............................................................................... 110
3.3 Secretarios de Juzgado .......................................................... 111
3.4 Oficiales auxiliares de justicia ................................................ 114
3.5 Organos de auxilio judicial ................................................... 114
3.5.1 Perito ...................................................................... 115
3.5.2 Depositario ............................................................. 115
3.5.3 Custodio ................................................................. 116
3.5.4 Interventor ..............................................................
117
3.5.5 Martillero público ................................................... 118
3.5.6 Curador procesal ..................................................... 119
3.5.7 Policía judicial ......................................................... 120
3.5.8 Traductor ................................................................ 120
3.5.9 Intérprete ................................................................ 121
3.6 Recusación y deber de abstención de los auxiliares jurisdiccio-
nales ..................................................................................... 121
CAPITULO II

1017
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

EL MINISTERIO PUBLICO
1. Concepto de Ministerio Público ...................................................... 125

2. Funciones del Ministerio Público ..................................................... 126

3. Facultades y atribuciones del Ministerio Público en el proceso civil . 128

4. Responsabilidad del Ministerio Público ........................................... 134

5. Excusación y abstención del Ministerio Público ............................... 134

CAPITULO III

LAS PARTES Y SU REPRESENTACION EN EL PROCESO


1. Parte demandante ............................................................................ 137 2.
Parte demandada ............................................................................. 139
3. Comparecencia al proceso ............................................................... 139
4. Capacidad para ser parte del proceso ............................................... 140
5. Capacidad procesal o “legitimatio ad processum” ............................ 142
6. La “legitimatio ad causam” .............................................................. 143
7. El Estado como parte procesal ......................................................... 149
8. Sustitución procesal ......................................................................... 149
9. Curadoría procesal .......................................................................... 150
10. Representación procesal .................................................................. 155
10.1 Representación legal o necesaria en el proceso ...................... 156
10.2 Representación de personas jurídicas en el proceso ............... 157
10.3 Representación procesal del patrimonio autónomo ............... 163
10.4 Representación convencional o voluntaria en el proceso ....... 169
10.4.1 El mandato y el apoderado judicial .......................... 170
10.4.2 El poder .................................................................. 172
10.4.3 Facultades generales de representación .................... 174
10.4.4 Facultades especiales de representación ................... 174
10.4.5 Nombramiento de apoderado común o unificación
de la personería ....................................................... 177
10.4.6 Terminación del mandato judicial ............................ 178
10.5 Representación judicial por abogado ..................................... 180
10.6 Supletoriedad de la representación civil ................................ 186
11. Procuración oficiosa ........................................................................ 186

1018
ÍNDICE GENERAL

12. Patrocinio de intereses difusos ......................................................... 188


13. Actos procesales de las partes ........................................................... 191
14. Deberes y responsabilidades de las partes, de sus abogados y de sus
apoderados en el proceso ................................................................. 192

CAPITULO IV

ACUMULACION DE PRETENSIONES Y DE PROCESOS


1. Definición de acumulación .............................................................. 195
2. Conexidad que justifica la acumulación ........................................... 196
3. Clases de acumulación ..................................................................... 197
3.1 Acumulación objetiva ............................................................ 198
3.1.1 Acumulación objetiva originaria .............................. 199
3.1.2 Formas o modalidades de acumulación de pretensio-
nes .......................................................................... 200
3.1.2.1 Acumulación simple ................................ 202
3.1.2.2 Acumulación subsidiaria o condicional .... 202
3.1.2.3 Acumulación de pretensiones accesorias .. 208
3.1.3 Requisitos de la acumulación objetiva ...................... 211
3.1.4 Acumulación objetiva sucesiva ................................. 213
3.2 Acumulación subjetiva........................................................... 214
3.2.1 Definición ............................................................... 214
3.2.2 Clases ...................................................................... 215
3.2.3 Requisitos ................................................................ 216
3.3 Acumulación de procesos o de autos ..................................... 217
3.4 Desacumulación de procesos ................................................. 219

CAPITULO V

LITISCONSORCIO
1. Concepto de litisconsorcio ............................................................... 221
2. Litisconsorcio necesario u obligatorio .............................................. 224
2.1 Noción.................................................................................. 224
2.2 Integración de oficio del contradictorio ................................ 226

1019
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

2.3 Actuación del litisconsorte necesario ..................................... 228


2.4 Efectos del litisconsorcio necesario ....................................... 228
2.5 Jurisprudencia casatoria relacionada con el litisconsorcio ne-
cesario u obligatorio ............................................................. 230

3. Litisconsorcio facultativo o voluntario ............................................. 237


3.1 Definición ............................................................................. 3.2 237
Características del litisconsorcio facultativo .......................... 3.3 238
Actuación del litisconsorte facultativo ................................... 240
3.4 Efectos del litisconsorcio facultativo ..................................... 241
3.5 Jurisprudencia casatoria relacionada con el litisconsorcio fa-
cultativo o voluntario ............................................................ 242

CAPITULO VI

INTERVENCION DE TERCEROS, EXTROMISION Y


SUCESION PROCESAL
1. Concepto de intervención de terceros .............................................. 245
2. Requisitos de la intervención de terceros ......................................... 247
3. Trámite común de las intervenciones de terceros ............................. 249
4. Intervención de terceros: clasificación ............................................. 249
5. Intervención voluntaria de terceros .................................................. 250
5.1 Definición ............................................................................. 250
5.2 Clases ................................................................................... 252
5.2.1 Intervención coadyuvante o adhesiva simple ........... 252
5.2.2 Intervención litisconsorcial o adhesiva autónoma .... 257
5.2.3 Intervención excluyente o principal ......................... 260
5.2.4 Intervención excluyente de propiedad: el proceso abre-
viado de tercería de propiedad ................................ 264
5.2.5 Intervención de derecho preferente: el proceso abre-
viado de tercería de derecho preferente ................... 267
6. Intervención provocada, coactiva u obligada de terceros .................. 269
6.1 Concepto .............................................................................. 269
6.2 Clases ................................................................................... 270
6.2.1 Intervención de terceros a instancia de parte ........... 271
6.2.2 Intervención de terceros por orden del Juez ............ 272

1020
ÍNDICE GENERAL

6.2.3 Litisdenunciación .................................................... 273


6.2.3.1 Denuncia civil o citación del colegitimado
pasivo ..................................................... 274
6.2.3.2 Llamamiento en garantía o aseguramiento
de pretensión futura ................................ 278
6.2.3.3 Llamamiento posesorio o “laudatio o no-
minatio auctoris” .................................... 280
6.2.3.4 Llamamiento ex officio en caso de fraude
o colusión ............................................... 283
6.2.3.5 Llamamiento en causa del tercero preten-
diente ..................................................... 284
7. Extromisión ..................................................................................... 286
8. Sucesión procesal ............................................................................. 286

CAPITULO VII

LA NULIDAD DE LOS ACTOS PROCESALES


1. Concepto de nulidad procesal .......................................................... 295
2. Vicios que dan origen a la nulidad procesal...................................... 298
3. Fundamento de la nulidad procesal .................................................. 300
4. Interpretación de la nulidad procesal ............................................... 300
5. Finalidad de la nulidad procesal ....................................................... 301
6. Principios que rigen la nulidad procesal ........................................... 301
6.1 Principio de especificidad ...................................................... 302
6.2 Principio de finalidad incumplida .......................................... 304
6.3 Principio de trascendencia ..................................................... 306
6.4 Principio de protección ......................................................... 307
6.5 Principio de conservación ..................................................... 308
6.6 Principio de convalidación .................................................... 310
6.7 Principio de la declaración judicial ........................................ 313
6.8 Principio de independencia ................................................... 315
7. Formas en que puede ser peticionada la declaración de nulidad pro-
cesal ................................................................................................ 315
8. Requisitos para solicitar la declaración de nulidad procesal .............. 316
8.1 Alegación del perjuicio sufrido .............................................. 317
8.2 Acreditación del perjuicio ..................................................... 319

1021
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

8.3 Interés jurídico para formular nulidad ................................... 319


9. Declaración de oficio de la nulidad procesal .................................... 321
10. Efectos de la declaración de nulidad procesal ................................... 323
11. Jurisprudencia casatoria relacionada con la nulidad procesal ........... 326
11.1 Jurisprudencia casatoria relacionada con la nulidad procesal
en general ............................................................................. 327
11.2 Jurisprudencia casatoria relacionada con los principios que ri-
gen a las nulidades procesales ................................................ 330
11.2.1 Jurisprudencia casatoria relacionada con el principio de
legalidad o especificidad en la nulidad procesal... 331
11.2.2 Jurisprudencia casatoria relacionada con el principio de
finalidad incumplida ........................................... 332
11.2.3 Jurisprudencia casatoria relacionada con el principio de
trascendencia en la nulidad procesal ................... 333
11.2.4 Jurisprudencia casatoria relacionada con el principio de
conservación en la nulidad procesal .................... 336
11.2.5 Jurisprudencia casatoria relacionada con el principio de
convalidación en la nulidad procesal ................... 337
11.2.6 Jurisprudencia casatoria relacionada con el principio
de protección en la nulidad procesal ........................ 339 11.3
Jurisprudencia casatoria relacionada con los requisitos en ge-
neral de la nulidad procesal ................................................... 341 11.3.1
Jurisprudencia casatoria relacionada con la exigibilidad de perjuicio al
solicitante de la nulidad procesal ......... 341
11.3.2 Jurisprudencia casatoria relacionada con la oportuni-
dad para deducir las nulidades procesales (en prime-
ra y segunda instancia) ............................................ 344
11.4 Jurisprudencia casatoria relacionada con la potestad nulificante
(declaración de oficio de la nulidad) del órgano juris-
diccional ............................................................................... 346
12. La nulidad de cosa juzgada fraudulenta ............................................ 350
12.1 Concepto de nulidad de cosa juzgada fraudulenta ................. 350
12.2 Vías para solicitar la nulidad de cosa juzgada fraudulenta ...... 351
12.3 Causales de nulidad de cosa juzgada fraudulenta ................... 352
12.3.1 El fraude procesal .................................................... 353
12.3.2 La colusión .............................................................. 354
12.4 Objeto de impugnación en la nulidad de cosa juzgada fraudu-

1022
ÍNDICE GENERAL

lenta...................................................................................... 356
12.5 Competencia ......................................................................... 356
12.6 Vía procedimental ................................................................. 356
12.7 Plazo para interponer la demanda ......................................... 357
12.8 Legitimidad ........................................................................... 358
12.9 Medidas cautelares admisibles ............................................... 359
12.10 Efectos de la nulidad de cosa juzgada fraudulenta ................. 359
12.11 Jurisprudencia casatoria relacionada con la nulidad de cosa juz-
gada fraudulenta ................................................................... 360
12.11.1 Jurisprudencia casatoria relacionada con aspectos generales de
la nulidad de cosa juzgada fraudulenta .... 360 12.11.2
Jurisprudencia casatoria relacionada con el fraude y la colusión
procesal ................................................. 363
12.11.3 Jurisprudencia casatoria relacionada con el objeto de
debate en el proceso de nulidad de cosa juzgada frau-
dulenta .................................................................... 365
12.11.4 Jurisprudencia casatoria relacionada con el objeto de
impugnación (sentencia, acuerdo conciliatorio o transaccional)
en el proceso de nulidad de cosa juzgada
fraudulenta .............................................................. 369
12.11.5 Jurisprudencia casatoria relacionada con la legitima-
ción (activa y pasiva) en el proceso de nulidad de cosa juzgada
fraudulenta ................................................. 372
12.11.5.1 Jurisprudencia casatoria relacionada con el
carácter residual de la nulidad de cosa juzgada
fraudulenta ..................................... 375
12.11.6 Jurisprudencia casatoria relacionada con el plazo u
oportunidad para demandar la nulidad de cosa juz-
gada fraudulenta ...................................................... 377
12.11.7 Jurisprudencia casatoria relacionada con la acumulación en el
proceso de nulidad de cosa juzgada frau-
dulenta .................................................................... 386
12.11.8 Jurisprudencia casatoria relacionada con la prueba en el
proceso de nulidad de cosa juzgada fraudulenta ... 386
12.11.9 Jurisprudencia casatoria relacionada con los efectos del
amparo de la acción de nulidad de cosa juzgada
fraudulenta .............................................................. 390
12.11.10 Jurisprudencia casatoria relacionada con la impug-

1023
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

nación en el proceso de nulidad de cosa juzgada frau-


dulenta .................................................................... 391

CAPITULO VIII

ASPECTOS GENERALES SOBRE LA PRUEBA


1. Definición de la prueba.................................................................... 393
2. Distinción entre prueba y medio probatorio .................................... 394
3. Naturaleza jurídica de la prueba ...................................................... 395
4. El objeto de la prueba en el proceso civil ......................................... 395
4.1 Los hechos como objeto de la prueba .................................... 396
5. Finalidad de la prueba ..................................................................... 399 6.
Pertinencia de la prueba ................................................................... 400
7. Oportunidad de la prueba ................................................................ 401
8. La carga de la prueba ....................................................................... 401
9. La valoración de la prueba ............................................................... 403
9.1 Criterios de valoración .......................................................... 404
9.1.1 La prueba tasada ..................................................... 404
9.1.2 La libre valoración de las pruebas por el juzgador.... 405
9.1.3 Sistema adoptado en nuestro ordenamiento jurídico ...
406
10. Los medios probatorios en el Código Procesal Civil ......................... 406

CAPITULO IX

MEDIOS PROBATORIOS: DECLARACION DE PARTE


1. Concepto ......................................................................................... 407
2. Requisitos ........................................................................................ 408
3. Posiciones e interrogatorio: generalidades........................................ 410
3.1 Contenido del interrogatorio ................................................ 410
3.2 Sujetos procesales del interrogatorio ..................................... 411
3.3 Redacción de las preguntas ................................................... 411
3.4 Formalidades del interrogatorio ............................................ 412
3.5 Preguntas de oficio ................................................................ 413

1024
ÍNDICE GENERAL

3.6 Forma de las respuestas ......................................................... 414


3.7 Declaración ficta o presunta .................................................. 414
3.8 Exención de respuestas ......................................................... 415
4. La retractación en la declaración de parte ........................................ 415
5. Valor probatorio de la declaración de parte ..................................... 416

CAPITULO X

MEDIOS PROBATORIOS: DECLARACION DE TESTIGOS


1. Noción ............................................................................................ 419
2. Objeto ............................................................................................. 420
3. La declaración testimonial como obligación procesal ....................... 420
4. Requisitos de la declaración de testigos ............................................ 421
5. Prohibiciones para prestar declaración testimonial ........................... 421
6. Limitación al número de testigos ..................................................... 422
7. Citación del testigo y apercibimientos .............................................. 422
8. Desarrollo del interrogatorio ........................................................... 423
9. Forma de las preguntas .................................................................... 424
10. Valoración judicial de la declaración de testigos ............................... 424

CAPITULO XI

MEDIOS PROBATORIOS: DOCUMENTOS


1. Definición ....................................................................................... 427
2. Características ................................................................................. 428
3. Requisitos de la prueba documental ................................................. 428
4. Ofrecimiento de la prueba documental ............................................ 429
5. Clases de documentos ...................................................................... 429
5.1 Documentos públicos ............................................................ 431
5.2 Documentos privados ........................................................... 432
6. Disponibilidad y exhibición de un documento ................................. 433
7. Reconocimiento de documentos ...................................................... 434
8. El cotejo en la prueba documental ................................................... 436
9. Valor probatorio de los documentos ................................................ 438

1025
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

9.1 Valor probatorio de los documentos públicos ........................ 439


9.2 Valor probatorio de los documentos privados ....................... 440
10. Ineficacia probatoria del documento ................................................ 441
10.1 Ineficacia por falsedad del documento .................................. 441
10.1.1 Falsedad o inexistencia de la matriz ......................... 442
10.2 Ineficacia por nulidad del documento .................................. 442
10.3 Ineficacia por su obtención ilícita .......................................... 442

CAPITULO XII

MEDIOS PROBATORIOS: PERICIA


1. Noción ............................................................................................ 443
2. Características de la prueba pericial ................................................. 444
3. Requisitos de la prueba pericial ........................................................ 445
4. El perito .......................................................................................... 447
4.1 La función o cargo de perito ................................................. 447
4.2 Obligaciones ......................................................................... 448
4.3 Responsabilidades ................................................................. 449
4.4 Número de peritos ................................................................ 449
5. Ofrecimiento de la prueba pericial ................................................... 450
6. Actuación de la prueba pericial ........................................................ 451
7. Valoración judicial de la pericia ....................................................... 452

CAPITULO XIII

MEDIOS PROBATORIOS: INSPECCION JUDICIAL


1. Concepto ......................................................................................... 455
2. Características ................................................................................. 456
3. Requisitos de la inspección judicial .................................................. 456
4. Ofrecimiento de la prueba de inspección judicial ............................. 458
5. Actuación de la inspección judicial ................................................... 459
6. Valor probatorio de la inspección o reconocimiento judicial ............ 460

1026
ÍNDICE GENERAL

CAPITULO XIV

SUCEDANEOS DE LOS MEDIOS PROBATORIOS


1. Concepto y clases de sucedáneos ..................................................... 461
2. Los indicios ..................................................................................... 462
2.1 Definición ............................................................................. 462
2.2 Requisitos de los indicios ...................................................... 462
2.3 Valor probatorio de los indicios ............................................ 463
3. Las presunciones .............................................................................. 464
3.1 Noción.................................................................................. 464
3.2 Clases de presunciones .......................................................... 466
3.2.1 Presunción legal ...................................................... 466
3.2.1.1 Presunción legal absoluta ........................ 467
3.2.1.2 Presunción legal relativa.......................... 468
3.2.1.3 Ficción legal ............................................ 469
3.2.2 Presunción judicial .................................................. 469
3.2.2.1 Presunción basada en la conducta procesal
de las partes ............................................ 471

CAPITULO XV

CUESTIONES PROBATORIAS
1. Concepto y formas .......................................................................... 473
1.1 La tacha ................................................................................ 473
1.1.1 Definición ............................................................... 473
1.1.2 Tacha de testigos ..................................................... 473
1.1.3 Tacha de documentos .............................................. 474
1.1.4 Tacha de medios probatorios atípicos ...................... 474
1.1.5 Tramitación de la tacha ........................................... 475
1.1.6 Conocimiento sobreviniente de la causal de
tacha ....................................................................... 475
1.1.7 Efectos de la tacha formulada maliciosamente ......... 475
1.2 La oposición ......................................................................... 476
1.2.1 Concepto ................................................................ 476

1027
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

1.2.2 Oposición a la actuación de una declaración de


parte........................................................................ 476
1.2.3 Oposición a la actuación de una exhibición ............. 476
1.2.4 Oposición a la actuación de la prueba pericial ......... 477
1.2.5 Oposición a la actuación de una inspección judicial . 477
1.2.6 Oposición a la actuación de medios probatorios atí-
picos........................................................................ 477
1.2.7 Tramitación de la oposición ..................................... 478
1.2.8 Conocimiento sobreviniente de la causal de oposi-
ción ......................................................................... 478
1.2.9 Efectos de la oposición formulada maliciosa-
mente ...................................................................... 479

CAPITULO XVI

LA PRUEBA ANTICIPADA
1. Definición ....................................................................................... 481
2. Requisitos ........................................................................................ 482
3. Competencia y trámite .................................................................... 483
4. La citación del emplazado ................................................................ 483
5. Habilitación de día y hora para la actuación de la prueba anti-
cipada .............................................................................................. 484
6. La absolución anticipada de posiciones ............................................ 484
7. La declaración testimonial anticipada .............................................. 484
8. Reconocimiento anticipado de documentos ..................................... 485
9. Exhibición anticipada de documentos y otros bienes muebles .......... 485
10. Actuación anticipada de la prueba pericial ....................................... 485
11. Actuación anticipada de la inspección o percepción judicial ............. 12. 486
Regulación supletoria aplicable a la prueba anticipada ..................... 13. 486
Oposición a la actuación anticipada de un medio probatorio ........... 14. Actos 486
procesales improcedentes en la prueba anticipada .................. 15. La prueba 486
anticipada: sus apercibimientos y valor probatorio .......... 16. Conclusión de la 487
prueba anticipada ................................................. 488

CAPITULO XVII

1028
ÍNDICE GENERAL

LA PRUEBA EN LA JURISPRUDENCIA CASATORIA


1. Jurisprudencia casatoria relacionada con la prueba en general ......... 489
2. Jurisprudencia casatoria relacionada con los principios en materia
probatoria ....................................................................................... 495
3. Jurisprudencia casatoria relacionada con la carga de la prueba ......... 502
4. Jurisprudencia casatoria relacionada con la oportunidad de los me-
dios de prueba ................................................................................. 505
5. Jurisprudencia casatoria relacionada con la valoración de la
prueba ............................................................................................. 513
6. Jurisprudencia casatoria relacionada con las pruebas de oficio ......... 532
7. Jurisprudencia casatoria relacionada con la prueba trasladada ......... 541
8. Jurisprudencia casatoria relacionada con la audiencia de pruebas..... 542
9. Jurisprudencia casatoria relacionada con la prueba de declaración de
parte ................................................................................................ 550
10. Jurisprudencia casatoria relacionada con la prueba de declaración de
testigos ............................................................................................ 552
11. Jurisprudencia casatoria relacionada con la prueba de documentos ... 553
11.1 Jurisprudencia casatoria relacionada con la prueba documental en
general ........................................................................ 553
11.2 Jurisprudencia casatoria relacionada con la firma en los
documentos .................................................................................. 554
11.3 Jurisprudencia casatoria relacionada con los documentos pú-
blicos en general ................................................................... 555
11.4 Jurisprudencia casatoria relacionada con los expedientes ...... 556
11.5 Jurisprudencia casatoria relacionada con los informes ........... 560
11.6 Jurisprudencia casatoria relacionada con la prueba documen-
tal consistente en cinta magnetofónica .................................. 561 11.7
Jurisprudencia casatoria relacionada con los documentos pri-
vados en general ................................................................... 561
11.8 Jurisprudencia casatoria relacionada con la fecha cierta en los

documentos privados ............................................................ 563

11.9 Jurisprudencia casatoria relacionada con el reconocimiento de

documentos privados ............................................................ 565

1029
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

11.10 Jurisprudencia casatoria relacionada con el cotejo de documen-

tos......................................................................................... 566

11.11 Jurisprudencia casatoria relacionada con las copias de los do-

cumentos .............................................................................. 566

11.12 Jurisprudencia casatoria relacionada con la exhibición de do-

cumentos .............................................................................. 567

12. Jurisprudencia casatoria relacionada con la prueba pericial .............. 568

13. Jurisprudencia casatoria relacionada con la prueba de inspección ju-

dicial ............................................................................................... 576

14. Jurisprudencia casatoria relacionada con los sucedáneos de los me-

dios probatorios (indicios y presunciones) ....................................... 576

15. Jurisprudencia casatoria relacionada con la prueba anticipada ......... 579

16. Jurisprudencia casatoria relacionada con las cuestiones probatorias


(tacha y oposición) .......................................................................... 581

CAPITULO XVIII

FORMAS ESPECIALES DE CONCLUSION DEL


PROCESO: CONCILIACION
1. Sistemas de conciliación ................................................................... 587
2. La conciliación extrajudicial o previa ............................................... 588
2.1 Configuración ....................................................................... 588
2.2 Materias conciliables extrajudicialmente ............................... 589
2.3 Materias no conciliables extrajudicialmente .......................... 591
2.4 Casos de inexigibilidad de la conciliación por ser facul-
tativa ..................................................................................... 592
2.5 Conciliación extrajudicial y procesos cautelares .................... 593
2.6 Mérito y ejecución del acta de conciliación ........................... 594
3. La conciliación judicial o intraprocesal ............................................ 595
3.1 Definición ............................................................................. 595

1030
ÍNDICE GENERAL

3.2 Naturaleza jurídica ................................................................ 598


3.3 Oportunidad ......................................................................... 600
3.4 Formalidad ........................................................................... 600
3.5 Requisito de fondo de la conciliación judicial ........................ 601
3.6 Acuerdo sobre costas y costos en la conciliación .................... 602
3.7 Efectos de la conciliación judicial o intraprocesal .................. 602

CAPITULO XIX

FORMAS ESPECIALES DE CONCLUSION DEL PROCESO:


ALLANAMIENTO Y RECONOCIMIENTO
1. Allanamiento ................................................................................... 603
1.1 Concepto .............................................................................. 603
1.2 Requisitos ............................................................................. 609
1.3 Sujetos participantes ............................................................. 610
1.4 Oportunidad ......................................................................... 611
1.5 Alcances ................................................................................ 611
1.6 Improcedencia ...................................................................... 612
1.7 Efectos .................................................................................. 613
1.7.1 Exoneración de costas y costos en el allanamiento ... 614
2. Reconocimiento ............................................................................... 615
2.1 Configuración ....................................................................... 615 2.2
Oportunidad .........................................................................
617
2.3 Alcances ................................................................................ 617
2.4 Improcedencia ...................................................................... 618
2.5 Efectos .................................................................................. 618
2.1.1 Exoneración de costas y costos en el reconoci-
miento ..................................................................... 619

CAPITULO XX

FORMAS ESPECIALES DE CONCLUSION DEL


PROCESO: TRANSACCION

1031
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

1. Concepto ......................................................................................... 621 2.


Elementos ........................................................................................ 631
2.1 Relación jurídica dudosa o litigiosa ....................................... 631
2.2 Intención de las partes de eliminar el conflicto de inte-
reses ...................................................................................... 632
2.3 Concesiones recíprocas ......................................................... 632
3. Objeto ............................................................................................. 633
4. Contenido ....................................................................................... 633
5. Indivisibilidad .................................................................................. 634
6. Transacción de obligación nula o anulable ....................................... 634
7. Transacción sobre nulidad o anulabilidad de obligación sujeta a
litigio ............................................................................................... 634
8. Oportunidad de la transacción ......................................................... 634
9. Formalidad de la transacción ........................................................... 635
10. Homologación de la transacción ...................................................... 635
11. Acuerdo sobre costas y costos .......................................................... 636
12. Efectos y ejecución de la transacción ................................................ 637
13. Transacción y acto jurídico posterior a la sentencia .......................... 638

CAPITULO XXI

FORMAS ESPECIALES DE CONCLUSION DEL


PROCESO: DESISTIMIENTO
1. Significado ....................................................................................... 639
2. Clases .............................................................................................. 639
2.1 Desistimiento del proceso .....................................................
640
2.1.1 Definición ............................................................... 640
2.1.2 Legitimación ........................................................... 641
2.1.3 Oportunidad ........................................................... 642
2.1.4 Formalidad .............................................................. 642
2.1.5 Efectos .................................................................... 643
2.2 Desistimiento de actos procesales ..........................................
644
2.2.1 Noción .................................................................... 644

1032
ÍNDICE GENERAL

2.2.2 Legitimación ........................................................... 645


2.2.3 Oportunidad ........................................................... 645
2.2.4 Formalidad .............................................................. 646
2.2.5 Efectos del desistimiento de actos procesales ........... 646
2.3 Desistimiento de la pretensión ..............................................
647
2.3.1 Configuración ......................................................... 647
2.3.2 Legitimación ........................................................... 647
2.3.3 Oportunidad ........................................................... 648
2.3.4 Formalidad .............................................................. 649
2.3.5 Rol del Juez en el desistimiento de la pretensión ..... 649
2.3.6 Efectos del desistimiento de la pretensión ................ 650
3. Jurisprudencia casatoria relacionada con el desistimiento ................ 651
CAPITULO XXII

FORMAS ESPECIALES DE CONCLUSION DEL


PROCESO: ABANDONO
1. Concepto de abandono, caducidad o perención de instancia ............ 655
2. Presupuestos .................................................................................... 656
2.1 Existencia de una instancia .................................................... 656
2.2 Inactividad procesal .............................................................. 657
2.2.1 Actos de impulso procesal e interpretación restrictiva en materia
de perención de la instancia ................... 658
2.3 Transcurso del plazo legal del abandono ............................... 659
2.4 Resolución judicial declarativa .............................................. 660
3. Legitimidad para solicitar la declaración de abandono ..................... 661
4. Modos en que puede operar la perención de la instancia ................. 661
5. Convalidación o purga de la caducidad de la instancia ..................... 662
6. Suspensión del plazo de caducidad de la instancia ............................ 663
7. Improcedencia del abandono ........................................................... 664
8. Efectos del abandono ....................................................................... 665
9. La impugnación en materia de abandono ......................................... 667
10. Jurisprudencia casatoria relacionada con el abandono ..................... 667

1033
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

CAPITULO XXIII

ASPECTOS GENERALES SOBRE LOS


MEDIOS IMPUGNATORIOS
1. La actividad impugnativa ................................................................. 685
2. Fundamento de la impugnación ....................................................... 685
2.1 La instancia plural ................................................................. 686
3. Objeto de impugnación ................................................................... 690
4. Causales de impugnación ................................................................. 691
5. Presupuestos de la impugnación ....................................................... 692
6. Aclaración y corrección de resoluciones ........................................... 693
7. Los medios impugnatorios y su clasificación .................................... 697
7.1 Los remedios......................................................................... 699
7.1.1 Concepto ................................................................ 699
7.1.2 Requisitos de admisibilidad ..................................... 699
7.1.3 Requisitos de procedencia ....................................... 700
7.1.4 Clases de remedios .................................................. 700
7.2 Los recursos .......................................................................... 701
7.2.1 Definición ............................................................... 7.2.2 701
Características ......................................................... 7.2.3 702
Legitimación ........................................................... 7.2.4 703
Requisitos ................................................................ 704
7.2.5 Finalidad ................................................................. 707
7.2.6 Clases de recursos en el Código Procesal Civil ......... 708
8. Renuncia a recurrir .......................................................................... 708
9. Jurisprudencia casatoria relacionada con aspectos generales de los medios
impugnatorios .......................................................................... 709

CAPITULO XXIV

MEDIOS IMPUGNATORIOS:
RECURSO DE REPOSICION
1. Significado ....................................................................................... 715
2. Procedencia ..................................................................................... 716

1034
ÍNDICE GENERAL

3. Legitimación .................................................................................... 717


4. Motivación del recurso .................................................................... 718
5. Organo jurisdiccional competente ................................................... 718
6. Tramitación ..................................................................................... 719
7. Efectos de la resolución que resuelve el recurso de reposición ......... 720
CAPITULO XXV

MEDIOS IMPUGNATORIOS: RECURSO DE APELACION


1. Concepto ......................................................................................... 721

2. Objeto ............................................................................................. 722

3. Procedencia ..................................................................................... 723

4. Competencia del órgano judicial revisor .......................................... 723

5. El principio “tantum devolutum quantum apellatum” ...................... 725

6. La prohibición de la “reformatio in peius” ....................................... 726

7. Motivación del recurso de apelación ................................................ 727

8. Legitimidad en la apelación ............................................................. 728

9. La adhesión a la apelación ............................................................... 729

10. Trámite del recurso de apelación ...................................................... 732

10.1 Interposición del recurso ....................................................... 732


10.2 Admisibilidad y procedencia del recurso ............................... 734
10.3 Concesión del recurso ........................................................... 736
10.3.1 Efectos en que se concede el recurso ....................... 736
10.4 Procedimiento en segunda instancia ...................................... 739
10.4.1 La prueba en segunda instancia ............................... 742
10.4.2 La decisión de segunda instancia ............................. 743
10.4.2.1 Actos contra la sentencia expedida en se-
gunda instancia ....................................... 745
10.4.2.2 Cumplimiento de la sentencia de segunda
instancia ................................................. 745
10.4.2.3 Fijación de costas y costos en segunda ins-
tancia ...................................................... 745

1035
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

11. Elevación en consulta por falta de apelación .................................... 745


11.1 Concepto de consulta ............................................................ 745
11.2 Procedencia .......................................................................... 749
11.3 Trámite ................................................................................. 750
12. Jurisprudencia casatoria relacionada con el recurso de apelación ..... 750
12.1 Jurisprudencia casatoria relacionada con los casos en que el recurso de
apelación contiene intrínsecamente el de
nulidad ................................................................................. 750
12.2 Jurisprudencia casatoria relacionada con el objeto de
apelación ...................................................................................... 751
12.3 Jurisprudencia casatoria relacionada con las resoluciones contra las que
no procede la apelación por ser inimpugnables .... 752
12.4 Jurisprudencia casatoria relacionada con el plazo para inter-
poner el recurso de apelación ................................................ 754
12.5 Jurisprudencia casatoria relacionada con el requisito del pago de la tasa
judicial por concepto de apelación ......................... 755
12.6 Jurisprudencia casatoria relacionada con las personas que pueden
interponer recurso de apelación ..................................... 760
12.7 Jurisprudencia casatoria relacionada con la fundamentación
del recurso de apelación ........................................................ 763
12.8 Jurisprudencia casatoria relacionada con la concesión del re-
curso de apelación ................................................................ 765
12.9 Jurisprudencia casatoria relacionada con la declaración de nu-

lidad del concesorio de la apelación por el órgano judicial re-

visor ...................................................................................... 765

12.10 Jurisprudencia casatoria relacionada con la apelación concedi-

da con efecto suspensivo ....................................................... 767

12.11 Jurisprudencia casatoria relacionada con la apelación concedi-

da sin efecto suspensivo ........................................................ 768

12.12 Jurisprudencia casatoria relacionada con la apelación concedi-

da sin efecto suspensivo y con la calidad de diferida .............. 768

12.13 Jurisprudencia casatoria relacionada con la apelación de autos

1036
ÍNDICE GENERAL

expedidos en audiencias ........................................................ 775

12.14 Jurisprudencia casatoria relacionada con el ofrecimiento de

medios probatorios en la apelación ....................................... 776

12.15 Jurisprudencia casatoria relacionada con las facultades del ór-

gano judicial revisor respecto de las pruebas de oficio ........... 780

12.16 Jurisprudencia casatoria relacionada con la vista de la causa y

el informe oral ...................................................................... 781

12.17 Jurisprudencia casatoria relacionada con los poderes del órga-

no judicial que resuelve la apelación...................................... 787

12.18 Jurisprudencia casatoria relacionada con la decisión del recur-

so de apelación ..................................................................... 801

12.19 Jurisprudencia casatoria relacionada con la adhesión a la ape-

lación .................................................................................... 816

CAPITULO XXVI

MEDIOS IMPUGNATORIOS: RECURSO DE CASACION


1. Concepto ......................................................................................... 819
2. Fines ................................................................................................ 820
3. Resoluciones objeto de casación ....................................................... 821
4. Causales de casación ........................................................................ 822
5. Requisitos del recurso de casación ................................................... 823
5.1 Requisitos de admisibilidad ................................................... 823
5.2 Requisitos de procedencia ..................................................... 825
6. Trámite del recurso de casación ....................................................... 827
6.1 Interposición del recurso de casación .................................... 828
6.1.1 Consulta por no interposición del recurso de casa-
ción ......................................................................... 828
6.2 Admisibilidad e inadmisibilidad del recurso de casación ........ 829
6.3 Procedencia e improcedencia del recurso de casación ............ 830

1037
MANUAL DEL PROCESO CIVIL

6.4 Tramitación del recurso de casación ...................................... 833


6.5 Actividad procesal de las partes durante el trámite del recurso
de casación ........................................................................... 834
6.6 Expedición de la sentencia que resuelve el recurso de casa-
ción ...................................................................................... 834
7. Sentencia que desestima el recurso de casación ................................ 835
7.1 Corrección de resolución erróneamente motivada cuya parte
dispositiva se ajusta a derecho ............................................... 836
8. La sentencia casatoria ...................................................................... 837
8.1 Efectos de la sentencia casatoria ............................................ 837
9. El precedente judicial ....................................................................... 839
10. Jurisprudencia de la Corte Suprema de Justicia de la República en re-
lación al recurso de casación ............................................................ 840
10.1 Jurisprudencia relacionada con el recurso de casación en
general ..................................................................................... 841
10.2 Jurisprudencia relacionada con los fines del recurso de
casación ...................................................................................... 842
10.3 Jurisprudencia relacionada con la casación como recurso ex-
traordinario .......................................................................... 845
10.4 Jurisprudencia relacionada con las causales de casación ........ 847
10.5 Jurisprudencia relacionada con las resoluciones recurribles o
no en casación ...................................................................... 850
10.6 Jurisprudencia relacionada con el plazo para interponer el recurso de
casación .................................................................. 854
10.7 Jurisprudencia relacionada con el requisito del recurso de casación
consistente en la tasa para interponerlo ...................... 856
10.8 Jurisprudencia relacionada con el no consentimiento de la resolución
adversa de primera instancia como requisito de pro-
cedencia del recurso de casación ........................................... 857 10.9
Jurisprudencia relacionada con la fundamentación del recur-
so de casación ....................................................................... 862 10.10
Jurisprudencia relacionada con los agravios o vicios que no se pueden plantear
en vía casatoria ........................................... 867 10.11 Jurisprudencia
relacionada con la actividad procesal de las partes durante el trámite del recurso
de casación ........................ 871 10.12 Jurisprudencia relacionada con la
competencia o facultades de
la Sala de casación ................................................................. 871

1038
ÍNDICE GENERAL

10.13 Jurisprudencia relacionada con la exclusión de las cuestiones de hecho en


la casación y las excepciones a dicha regla ......... 878 10.14 Jurisprudencia
relacionada con la exclusión del análisis de los estatutos de personas jurídicas
en la casación ........................ 887 10.15 Jurisprudencia relacionada con la
exclusión del análisis de los
contratos en la casación ........................................................ 888
10.16 Jurisprudencia relacionada con la costumbre o norma consue-
tudinaria a efecto de la casación ............................................ 890 10.17
Jurisprudencia relacionada con la casación y las cuestiones ati-
nentes a la prueba ................................................................. 891 10.18
Jurisprudencia relacionada con la decisión sobre el recurso de
casación y sus efectos ............................................................ 904
10.19 Jurisprudencia relacionada con el precedente judicial (doctri-
na jurisprudencial) ................................................................ 908

CAPITULO XXVII

MEDIOS IMPUGNATORIOS: RECURSO DE QUEJA


1. Configuración ................................................................................. 911
2. Requisitos ........................................................................................ 913
3. Legitimidad ..................................................................................... 914
4. Organo jurisdiccional competente ................................................... 915
5. Motivación del recurso .................................................................... 915 6.
Tramitación del recurso ................................................................... 916
7. Efectos en relación al recurso de queja ............................................. 917

Indice general ......................................................................................... 921

1039

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