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¿Por qué la modernidad es considerada la Edad de la Razón?

Nombre: Diego Ponce Andrade.

La Modernidad se entiende como una Edad que hace referencia a los procesos sociales e
históricos1, los cuales emergen en el Renacimiento. Durante la modernidad el eje central del
pensamiento filosófico es la razón, siendo uno de los principales exponentes de esta postura
filosófica René Descartes.2

Desde los inicios de la historia del hombre, el conocimiento se ha transmitido desde gente
más experta, a inexperta, estos últimos han creído en la palabra de sus maestros, sin
cuestionamiento alguno de sus verdades, el llamado criterio de autoridad, refiérase a la
aceptación de lo dicho por autoridades establecidas, ya sean, las Sagradas Escrituras o la
Iglesia misma. Así mismo en nuestros días, se confía en gente que tiene mayor experiencia
en cuanto a ciertos temas específicos, por tanto se cree que tiene el dominio absoluto de
éstos.

En esta edad surge el cuestionamiento a las verdades establecidas por la autoridad, por
tanto se utiliza la razón para llegar a una verdad que construya el conocimiento. ¿Pero es la
razón la esencia de la modernidad, a tal punto que se considere a la razón y la modernidad
como una misma?

Los filósofos utilizaban la razón para cuestionar la realidad que los rodeaba, el pensamiento
filosófico se construye a través del ejercicio de la crítica, por tanto, “la filosofía es una
actividad esencialmente crítica.”3 Es así como Descartes utiliza la duda para levantar un
sistema filosófico, el cual en esencia fuera crítico, que cuestionara las verdades y no las
admitiese por que sí.

En contraposición a ésta, la filosofía medieval se vale de silogismos, es decir,


“razonamiento deductivo constituido por tres proposiciones o juicios” 4, en donde los dos
primeros (premisas) y el último (conclusión), es el resultado de los dos anteriores: Todos

1
Procesos como el Humanismo y la Revolución Científica.
2
René Descartes, filósofo francés padre del racionalismo.
3
Carpio. Principios de la filosofía: una introducción a su problemática, Buenos Aires, Edit. Glauco, 2004., pág.
161.
4
Carpio. Ibíd. pág. 144.
los planetas son redondos, la Tierra es un planeta, la Tierra es redonda. El problema de usar
silogismos es que éstos no amplían el conocimiento de manera alguna, puesto que lo que se
dice en la conclusión, ya se dijo en la primera premisa, de modo que la conclusión, solo
aclara lo que el punto de partida decía. El uso de silogismo tenía legitimidad en la Edad
Media, puesto que las verdades ya estaban establecidas por la autoridad, pero éstos no
pueden servir para alcanzar nuevos conocimientos, que es lo que se buscaba en la
modernidad “no es un método para el descubrimiento de nuevas verdades”5

La crítica a la que se refiere nace al comienzo de la modernidad, específicamente en el


renacimiento, donde se criticaban los temas predominantes de la Edad Media, tales como
los asuntos divinos, dejando de lado a lo meramente humano. Esta visión del mundo propia
del medioevo tiene su base en el reconocimiento de la autoridad, ya sea ésta, las Sagradas
Escrituras, o la misma Iglesia. Esto da paso a una filosofía que ya no confiaba en tales
argumentos para creen en esas verdades impuestas, y se avanza en el campo del
pensamiento hacia una era en donde el uso de la razón es primordial a la hora de llegar
nociones claras de los que se piensa real.

Con el antecedente de cuestionar lo establecido, es que más adelante los filósofos del siglo
XVII, “tanto Descartes como Spinoza dirigen a la filosofía anterior, se funda en que ésta no
supo atenerse a la pura razón y frecuentemente mezcló nociones puramente racionales con
otras que tienen origen en la imaginación.”6 En efecto la filosofía cristiana confundió
conceptos procedentes de la razón con dogmas, en vez de llegar a las verdades universales
con el uso exclusivo de la razón, como lo es la postulación del racionalismo propio de la
modernidad, “el verdadero conocimiento es el conocimiento necesario y universal, el que se
logra con la sola y exclusiva ayuda de la razón.”7

Para Descartes el conocimiento tiene que ser absolutamente cierto, es decir, un saber que se
resista a la duda, valiéndose de ésta para encontrar ese conocimiento. “He advertido hace ya
algún tiempo que, desde mi más temprana edad, había admitido como verdaderas muchas
opiniones falsas, y que lo edificado después sobre cimientos tan poco sólidos tenía que ser

5
Carpio. Op. cit. pág. 145.
6
Carpio. Ibíd. pág. 158.
7
Carpio. Ibídem.
por fuerza muy dudoso”8. El camino para encontrar lo absolutamente seguro es dudar de
todo, llevando la duda hasta el extremo, y si existe algo que aún así, se resista a ella. Dicho
de otra forma el método cartesiano emplea la duda para ver si algo es capaz de resistirla, la
duda es un instrumento para llegar a la verdad.

Descartes usaba la duda metódica como herramienta para llegar a la verdad, si analizamos
la palabra “duda”, veremos que uno de sus sinónimos es incredulidad, es decir, no tomar el
saber ya adquirido como verdadero, sino que criticarlo en el sentido de dudar incluso de su
existencia. Pero el filósofo no duda de todo ese conocimiento, puesto que sería una tarea
infinita, sino que se dirige a los fundamentos que sostienen esas viejas ideas, “me dirigiré
en principio contra los fundamentos mismos en que se apoyaban todas mis opiniones
antiguas.”9

El filósofo se da cuenta que el “pensar” es un atributo que le pertenece, por tanto es


inherente a él. Esto es confirmado por Descartes, cuando afirma que el pensar es la única
facultad propia del hombre moderno, tal facultad sirve como sustento a su filosofía, que es
por supuesto, la madre del racionalismo, y por consiguiente de la Modernidad.

Cuando finalmente llega a este conocimiento que es absolutamente cierto, refiriéndose a la


existencia, que es algo, que es una cosa que piensa, y que existe en tanto piensa, “pienso,
luego existo”, o como aclara posteriormente el mismo: “pienso, existo”. Pensar es existir y
por el sólo hecho de dudar de la existencia, se existe. “Yo soy, yo existo. Todo el tiempo
que estoy pensando”10 De lo anterior se entiende que Descartes instala a la duda, o en otras
palabras a la razón como eje fundamental de la existencia misma, esto es lo que da
fundamento y validez al Ser.

Podemos concluir que el uso crítico de la razón como facultad humana explotada e
intensificada en la modernidad se evidencia en que se instaura a la razón como fuente del
conocimiento y la verdad, entre los filósofos modernos ya no se aceptaba la idea de adoptar
un conocimiento que no tuviese su origen el uso de la razón, por tanto se considera a la
Modernidad como la Edad de la razón.

8
Descartes R. Meditaciones metafísicas y otros textos, Edit. Gredos, Buenos Aires. (1997), pág. 17.
9
Descartes R. Ibídem.
10
Descartes R. Ibíd. pág. 25.
Bibliografía.

- Descartes, R. Meditaciones metafísicas y otros textos, Edit. Gredos, Buenos Aires, 1997.

- Carpio, A. Principios de Filosofía: una introducción a su problemática, Edit. Glauco,


Buenos Aires, 2004.

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