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ASPECTOS MÉDICO FORENSES DE LAS AGRESIONES SEXUALES A LA

MUJER.

INTRODUCCIÓN: ASPECTOS GENERALES.

La Ley de Enjuiciamiento Criminal establece que “ el Juez acordará el


informe pericial cuando para conocer o apreciar algún hecho o circunstancia
importante fuesen necesario o convenientes conocimientos científicos o
artísticos “.

El perito viene definido como la persona que posee los conocimientos


científicos y técnicos necesarios para resolver los problemas que le son
planteados a la Justicia. Cualquier persona que posea los mencionados
conocimientos ( sobre cualquier materia ) puede ser designada como peritos,
con carácter oficial o privado.

Los/as Médicos/as Forenses son los/as peritos médicos oficiales


que están al servicio de la Admón.., de Justicia. Desempeñan funciones de
asesoramiento a los Juzgados, Tribunales y Fiscales en materia médica. Por
tanto la labor de asistencia técnica de los/as Forenses como peritos ES
DIFERENTE del ejercicio profesional asistencia, diagnóstico y terapéutico, de
los/as facultativos clínicos.

El ámbito de actuación de la Medicina Legal es muy amplio dependiendo


del Campo del derecho ( Civil, Penal, Laboral, Contecioso-Administrativo,
Canónico, etc.,) que requiera auxilio médico legal; así encontramos
peritaciones en cuestiones de incapacidades o internamientos en enfermos
mentales, otras en torno a enfermedades físicas o psíquicas en procesos de
separación o divorcio, problemas de filiación, incapacidades laborales,
valoración del daño corporal, investigación de las muertes violentas o
sospechosas de criminalidad, imputabilidad, temas de toxicología,
drogodependencias, etc.

La violencia contra la mujer es uno de los hechos más frecuentes y


graves que azota nuestra sociedad, precisa de la actuación judicial y por tanto
médico forense. La violencia puede producirse por agresión física, psíquica o
sexual; aunque en ocasiones estos tres tipos de violencia van unidos, la
actuación médico forense tiene matices diferentes en cada una de ellas.

Hablar de los aspectos médicos forenses de las Agresiones Sexuales es


hacer un repaso de todos los elementos que intervienen en la misma.
Cuando existe conocimiento de un hecho violento se pone en marcha
una RESPUESTA SOCIAL, en la que existe intervención de varios estamentos:
Sanitario, Policía, Judicial, y otros como los Servicios Sociales. Dicha
intervención multidisciplinar va encaminada a la atención a la víctima unida a la
investigación de los hechos.

Para su correcta operatividad debe ser coordinada, de forma que se


puedan rentabilizar los recursos existentes y la atención a la víctima sea eficaz
cuidando siempre su bienestar y evitando el riesgo de que ESTA RESPUESTA
SOCIAL SEA PARA LA VÍCTIMA TAN VIOLENTA O MÁS, QUE LA PROPIA
VIOLENCIA SUFRIDA.

El/la Forense, como se ha expuesto anteriormente, se encuentra dentro


de la respuesta judicial; pero a su vez tiene relación con los demás estamentos
pudiendo ser un punto de unión entre ellos:

ACTÚA A INSTANCIALES JUDICIALES, lo que significa que la


violencia ha sido puesta en conocimiento de la justicia, que existe una
denuncia; siendo por tanto la autoridad judicial la que ordena la actuación
pericial.

La relación del perito médicos con OTROS SANITARIOS comprende


diferentes aspectos: Cuando en unos centros de salud o en los servicios de
urgencias hospitalarios, los/as médicos/as detecten signos de violencia en una
persona, tienen obligación de emitir un parte judicial acerca de las lesiones o
signos de abusos sexuales que aprecien. Este parte es de suma importancia
porque abre el proceso judicial y a veces es el único dato en que se basan los
Forenses para realizar sus dictámenes.

El médico clínico precisa de la intervención del experto en Medicina


Legal, para la valoración e interpretación adecuada de los signos de violencia
detectados, especialmente en los casos de Agresiones Sexuales, cuya toma de
muestras forenses es básica tanto para el diagnóstico como para la
identificación del presunto agresor.

Con los CUERPOS Y FUERZAS DE SEGURIDAD igualmente existe


interrelación profesional; la investigación policial y forense muchas veces son y
deben ser coordinadas durante la fase de Instrucción del Sumario. Como por
ejemplo: sucede en los levantamientos de cadáveres, la reconstrucción de
hechos violentos, la identificación del presunto agresor, etc.

La Medicina Legal establece un puente entre la Medicina y el Derecho a


través de los conocimientos de las ciencias médicas, con la finalidad de
asesorar para impartir mejor Justicia. Los/as peritos médicos son un punto de
unión en la actuación de los diferentes estamentos.

Las Agresiones Sexuales son una de las urgencias más específicas del
trabajo forense.
La presencia del Médico Legista es fundamental para el reconocimiento
de la víctima, toma de datos y muestras encaminadas al estudio e investigación
de la Agresión Sexual, la data de la misma y la identificación del agresor.

AGRESIONES SEXUALES: CONCEPTO Y CLASIFICACIÓN.

Existen diferentes conceptos de abuso y/o de agresiones sexuales,


dependiendo del momento histórico y cultural existente, o la perspectiva
profesional de quien lo estudie o investigue.

Para definir una agresión sexual desde el punto de vista de la medicina


forense, hay que encuadrarlo en el concepto legal vigente definido en el Código
Penal.

El Título VIII del Código Penal: “ DELITOS CONTRA LA LIBERTAD


SEXUAL “, en el capítulo I “ DE LAS AGRESIONES SEXUALES “, establece:

* Art. 178: “ El que atentase contra la libertad sexual de otra persona con
violencia o intimidación, será castigado como culpable de agresión sexual...”.

* Art. 179: “ Cuando la agresión sexual consista en acceso carnal por vía
vaginal, anal o bucal, o introducción miembros corporales u objetos por alguna
de las dos primeras vías ( hombre o mujer ), el responsable será castigado,
como reo de violación.

* Art. 180: “ Las anteriores conductas serán castigadas ( agravación de las


penas ), cuando concurran cualquiera de las circunstancias siguientes:

1º Cuando la violencia o intimidación revistan un carácter particularmente


degradante o vejatorio.

2º Cuando los hechos se cometan por tres o más personas actuando en grupo.

3º Cuando la víctima sea una persona especialmente vulnerable, por razón de


su edad, enfermedad o situación, y en todo caso, cuando sea menor de 13
años de edad.

4º Cuando el delito se cometa prevaliéndose de su relación de superioridad o


parentesco, por ascendiente, descendiente o hermano, por naturaleza, por
adopción o afines de la víctima.

5º Cuando el autor haga uso de medios especialmente peligrosos susceptibles


de producir la muerte o algunas de las lesiones previstas en los art. 149 y 150
del Código Penal, que dice textualmente “ El que causare a otro, por cualquier
medio o procedimiento, la pérdida o la inutilidad de un órgano o miembro
principal, o de un sentido, la impotencia, la esterilidad, una grave deformidad, o
una grave enfermedad somática o psíquica; y El que causare a otro la pérdida
o la inutilidad de un órgano o miembro no principal, o la deformidad “.
El Capítulo II “ DE LOS ABUSOS SEXUALES “, establece:

* Art. 181: “ El que sin violencia o intimidación y sin que medie consentimiento,
realizare actos que atenten contra la libertad o indemnidad sexual de otra
persona “.

En todo caso, se consideran abusos sexuales no consentidos los que se


ejecuten:
1. Sobre menores de 13 años de edad.
2. Sobre personas que se hallen privadas de sentido o de cuyo
trastorno mental se abusare.
3. Cuando el consentimiento se obtenga prevaliéndose el
responsable de una situación de superioridad manifiesta que
coarte la libertad de la víctima.

Este concepto legal es el que a su vez va a marcar la pauta de actuación


del/la Médico/a Forense, encaminada a esclarecer tanto las circunstancias de
hecho como las etiológicas de estos delitos.

Existen diferentes tipos de Agresiones Sexuales que han dado lugar a


distintas clasificaciones de los autores. La tipología que se expone se ha
hecho en base a determinadas conductas y/o circunstancias de las agresiones
sexuales, que dan lugar a distintas manifestaciones y hallazgos exploratorios:

A) Según el Tipo de Conducta Sexual:

1. Con penetración:
- Vaginal.
- Anal.
- Bucal.

2. Sin penetración: conductas como caricias, tocamientos,


masturbación, etc.

B) Según el Número de episodios de Abusos:

1. AGRESIONES PUNTUALES: Sería la que sucede un solo día,


generalmente por un desconocido. Es la agresión “ típica “, que la mayoría de
las personas imaginan que ocurre al hablar de violaciones o agresiones
sexuales. Es la más conocida pero la menos frecuente.

2. AGRESIONES REITERADAS: Son las más frecuentes pero también las


más desconocidas; entre otras circunstancias porque es la que más se oculta y
menos se denuncia. Suele darse en el seno de la familia, por agresores
conocidos, y más frecuentemente las víctimas son menores.
C) Según la existencia o no de violencia física:

1. SIN LESIONES: Cuando se habla de agresión sexual, se asocia


inmediatamente a una gran violencia física. La realidad es que en la gran
mayoría de los casos no se encuentra en la exploraciones forenses signos de
lesiones, o como mucho alguna erosión o hematoma de escasa importancia
clínica.

Esta ausencia de lesiones tiene múltiples explicaciones: existen ciertas


conductas o estrategias que no hace necesaria la violencia física: amenaza,
intimidación, abuso del poder o autoridad, engaño (en el caso de los menores),
etc..., otras veces las víctimas ceden ante la violencia del agresor por invadirles
un gran miedo, y reaccionan con un bloqueo físico y psicológico.

Existen otras circunstancias como el hecho de que el esfínter anal


permite el paso de heces de diámetro superior al del pene sin producir
lesiones. En el caso del himen, se trata de un tejido elástico, puede resistir sin
romperse la introducción de dedos, e incluso a veces la de un pene.

Lo más habitual en la práctica forenses, es que la víctima no tenga


muestras externas de golpes o de resistencia a la agresión, no puede en este
caso excluirse que la agresión se haya producido.

Según estudios sobre menores recogidos por la Dirección General de


Prevención y Promoción de la Salud de la Conserjería de Salud de la
Comunidad de Madrid, existen amplias variaciones:

* En denuncias de abusos sexuales la exploración fue normal en una


proporción que oscila entre el 26 – 73 % de las niñas y el 17 – 82 % de
los niños.

* Sólo el 3 % de las denuncias presentan algún síntoma como


traumatismos genitales, enfermedades de trasmisión sexual y/o
esperma.

2. CON LESIONES: Se producen cuando se usa la violencia física y serán


más o menos graves según la brutalidad de la acción. La etiología de las
mismas puede ser por diferentes causas; se van a tratar las causas desde el
punto de vista de la violencia física, ya que la violencia psicológica se producen
siempre.
Las lesiones se producen:

* Debido a la desproporción entre las partes anatómicas genitales entre víctima


y agresor, como sucede en el caso de adultos con menores.

* Para vencer la resistencia de la víctima: Equimosis ( cardenales, impresiones


digitadas ), erosiones, estigmas ungueados ( señales de clavar uñas ), etc.
Situadas en los muslos, la cara interna de los muslos para obligar a
la víctima a separar las piernas; en los brazos, antebrazos y muñecas
al sujetar a la víctimas, etc...

* Para acallar los gritos de la víctimas: Normalmente alrededor de la boca se


encuentran estigmas ungueados, impresiones digitadas ( señales con la forma
de la yemas de los dedos ), hematomas característicos en la cara interna de los
labios al comprimir con fuerza la boca contra los dientes.

Otras lesiones de la lucha:

* Pueden hallarse lesiones en el cuello de intento de estrangulación,


contusiones en la cabeza, alrededor de los orificios respiratorios, brazos, etc...
Suelen hallarse erosiones y contusiones en distintas partes del cuerpo.

* Lesiones producida por objetos: Por ejemplo heridas por arma blanca,
punzantes, etc.

* Lesiones mortales, pueden ser muy variadas ( sumersión, estrangulación,


heridas por instrumentos de todo tipo... ).

* Lesiones sádicas, sin objeto, producidas por el placer de dañar aún más a la
víctima.

D) Según el tiempo transcurrido para la exploración:

Los hallazgos encontrados en la exploración forense variarán según


haya pasado un lapso de tiempo más o menos largo en que se produzca el
reconocimiento de la víctima, de forma que muchos signos o lesiones habrán
evolucionado hasta incluso llegar a desaparecer. Una exploración negativa,
por tanto, no debe excluir a priori que haya existido una agresión sexual.
E) Según la edad de las víctimas:

Basándonos en el estudio realizado por Encarnación Roig en la


Asociación de Asistencia a Mujeres Violadas de Madrid, las agresiones
esporádicas o puntuales tienen mayor frecuencia en edades comprendidas
entre los 18 y los 25 años de edad, así como en los intervalos de edad anterior
y posterior.

Las agresiones reiteradas a lo largo de más o menos tiempo las sufren


más frecuentemente las niñas menores de 13 años de edad. Las mujeres
mayores de 40 años proporcionalmente reciben menos agresiones sexuales.

Teniendo en cuenta el desarrollo anatómico de las partes genitales en


proporción a la edad, podemos distinguir por lo que respecta a las lesiones
genitales, las siguientes eventualidades:

1. En niñas menores de 6 años, el coito es prácticamente imposible,


pues el ángulo suprapúblico es muy agudo, constituyendo una
auténtica barrera ósea.

2. En niñas de 6 a 11 años de edad, sí se puede hacer una penetración


completa, pero las dimensiones genitales son tan pequeñas que se
producen auténticos y brutales desgarros vaginales y del tabique
vaginorectal.

3. De 11 a 14 años aproximadamente, se producen desgarros de


himen, y de genitales externos, dependiendo de la brutalidad de la
acción.
LA VÍCTIMA DE AGRESIÓN SEXUAL.

La víctima de agresión sexual precisa de una respuesta social acorde


con sus necesidades, es decir, un trato específico y preferencial, una asistencia
adecuada e íntegra, y todo ello en un ambiente capaz de preservar su
intimidad.

Se trata de una persona que ha atravesado una situación que ha puesto


en peligro su vida, y que ha sufrido un gran choque emocional; es por ello por
lo que se considera que la violencia sexual debe ser valorada como una
urgencia médica psiquiátrica.

En todas las violencias, en general hay que plantear como objetivo


primordial que la respuesta social es, o debe ser, el bienestar de la víctima
como persona que necesita ayuda.

Por otra parte, la persona que sufre una agresión sexual es por sí misma
fuente de indicios, datos, huellas, de signos de violencia impresos en su
cuerpo, en sus ropas y en su estado psíquico, es ella misma una prueba
tangible de la violencia que se ejerce sobre ella.

Nos encontramos por tanto en la víctima de violencia sexual con una


DOBLE VERTIENTE:
1. Víctima como prueba, sobre la que hay que intervenir, estudiar,
realizar reconocimientos, etc...
2. Víctima como persona, necesitada de ayuda.

La víctima como persona requiere asistencia facultativa para el correcto


diagnóstico y tratamiento de las lesiones; la víctima como prueba en la
que se basa la práctica de la pericia médico forense. Se emplearán en
ambos casos todos aquellos medios que la ciencia pone a disposición,
desde el reconocimiento físico de la víctima hasta las más complejas
investigaciones analíticas de laboratorio.

Sin embargo, esta situación de ayuda humana es lo primordial, de forma


que puedan llevarse a cabo todos los estudios y reconocimientos necesarios,
sin olvidar por ello dejar de mantener la dignidad y el respeto debido a la
persona víctima de agresión sexual.
ASISTENCIA MÉDICA.

La víctima, ya sea acompañada de la policía o no, antes o después de la


denuncia, debe acudir a un centro hospitalario.

La adecuada atención precoz, tanto terapéutica como preventiva, ayuda


a la buena evolución, por encima incluso de las características de la violencia
sexual sufrida.

Junto a ello, es igualmente importante para la recuperación de la víctima,


la ATENCIÓN PSICOLÓGICA, y DISPENSARLE UN TRATO HUMANO y
DIGNO.

En el centro hospitalario deberá realizarse:

1. DIAGNÓSTICO Y TRATAMIENTO DE LESIONES: Teniendo en


cuenta la posibilidad de lesiones externas e internas, deberá
realizarse un examen minucioso general y ginecológico, con todos
los medios diagnósticos necesarios para ello y adecuadas a cada
caso, como radiografías, colposcopio, etc...

2. TOMA DE MUESTRAS: De vital importancia para el esclarecimiento


de los hechos. La toma de muestra debe ser realizada lo más pronto
posible, y sin previa manipulación de genitales o ropas, por lo que
víctima debe acudir al centro sanitario sin lavarse ni cambiarse
de ropas tras la agresión.

Es imprescindible realizar la toma siguiendo un protocolo completo y


sistemático. Las muestras deben ser minuciosamente envasadas y
etiquetadas, detallando el nombre de la víctima, fecha,
características,. etc.., y enviarlas correctamente conservadas y
custodiadas para su análisis al Instituto Nacional de Toxicología.

Lo más adecuado es que la toma de muestras sea realizada por el/la


Médico/a Forense en el centro sanitario, y se haga conjuntamente el
reconocimiento médico clínico con el pericial. De esta forma, la
intervención coordinada es más eficaz y se evitan posteriores
reconocimiento a la víctima.

Se deben tomar muestras en cavidad vaginal, anal y bucal mediante


hisopos de algodón estériles. Esta toma tiene por objeto investigar la
presencia de semen, determinación de espermatozoides y estudio de
ADN, para proceder a la identificación del presunto agresor.

Los espermatozoides no se suelen ver transcurridas 12 horas, pero sí


puede determinarse la fosfatasa ácida hasta 30 horas después, al
igual que la glucoproteína de origen prostático.
 Muestras de las uñas, para ver si existen restos de sangre y/o restos
epidérmicos del agresor.

 Muestras de orina: para test de embarazo, diagnóstico de


infecciones, drogas, etc.

 Muestras de sangre al objeto de: Contrastar los resultados, descartar


que los grupos sanguíneos ABO y ADN pertenecen al agresor y no a
la víctima. Estudio de marcadores de enfermedades infecto-
contagiosas: SIDA, Hepatitis B, C.

 Otras muestras:

a. Pelo: se pueden encontrar pelos pubianos del agresor mezclados


con los de la víctima, para ello se procede a un peinado de vello
de pubis, de esta forma cae pelo que se identifica si pertenece a
la víctima y al agresor.

b. Ropas: las prendas que la víctima vestía en el momento de la


agresión deben ser enviadas al laboratorio. De no ser posible
deben identificarse las manchas de sangre, recortarlas y
enviarlas. Lo más adecuado en la recogida de la ropa es que la
víctima proceda a desnudarse sobre una sábana blanca, para que
de esta forma se recojan no sólo las ropas sino los vestigios que
sobre ella, puedan haber quedado durante la comisión de los
hechos, como cabellos, tierra, etc..., evitando así que estos
vestigios se confundan con otros del lugar de la exploración.

c. Profilaxis de Embarazo: administración de la píldora del día


siguiente.

d. Profilaxis de Enfermedades de Transmisión Sexual.

e. Indicaciones y Pauta de Seguimiento de SIDA.

f. Realizar el Informe o Parte al Juzgado: El personal sanitario que


atiende a la víctima de Agresión Sexual, al igual que sucede en
otros delitos violentos, tiene la obligación de emitir un informe o
parte a la autoridad judicial.

También debe dársele a la víctima una copia del parte sanitario.


Este parte judicial es de suma importancia ya que es, en muchos casos,
el que inicia los procedimientos judiciales.
El parte de lesiones es igualmente de gran trascendencia para el/la
Médico Forense ya que a veces es el único dato que se dispone de la
existencia de lesiones; especialmente cuando hay un lapso de tiempo
prolongado entre la violencia y el reconocimiento forense, y las heridas que
presentaba la víctima ya han curado.
DICTAMEN E INFORME PERICIAL.

La agresión sexual es una de las urgencias más específicas de la


práctica médico legal. La presencia del/la Médico/a Forense es fundamental
para el estudio de la víctima, tomar datos y muestras, y realizar los estudios
necesarios para esclarecer los hechos, confirmar la agresión sexual, la data de
a misma, e identificar al agresor.

La prueba en la violencia sexual adquiere una importancia especial,


pues habitualmente los únicos testigos son la víctima y el agresor.

Actualmente, las nuevas tecnologías de identificación que utilizan la


información contenida en regiones específicas del genoma humano, las
llamadas técnicas del ADN, han hecho posible la identificación de un sujeto,
partiendo de indicios tan mínimo como puede ser un sólo pelo, una mancha de
sangre o de esperma, o restos de saliva invisibles que queden en las ropas.

Como se expuso en el apartado “ Introducción “, la pericia médico


forense se realiza a instancias judiciales, su actuación puede desarrollarse:

a) Tras la denuncia o inmediatamente después de la agresión, realizando


el reconocimiento de la víctima en el Juzgado de Guardia o en el centro
sanitario. Este último, seria lo ideal, tanto para el bienestar de la víctima,
como para poder realizar un correcto diagnóstico, utilizando los medios
técnicos a su alcance, y no dilatar el proceso de la toma de muestras, ya
que se perderían valiosos signos probatorios.

b) Durante la fase de instrucción procesal, a lo largo de ésta.

A) La exploración forense de la víctima: Al igual que el reconocimiento


clínico, debe ser minuciosa y protocolizada; se divide en los siguientes
apartados:

- Examen general de la superficie corporal y estudio de lesiones


internas, caso de haberlas.

- Examen específico de genitales.

- Examen de las ropas que llevaba el día de autos.

- Recogida de muestras y envío al laboratorio.


B) Los objetivos del dictamen pericial forense: Pueden ser múltiples,
de acuerdo con la legislación antes mencionada se puede valorar:

a. Determinar si ha habido agresión sexual y de qué tipo: acceso


carnal sin penetración o con penetración vaginal, anal o bucal.
Penetración con objetos.

b. Realizar un diagnóstico de las lesiones, su naturaleza (contusión ,


herida...), etiología ( accidental o intencional ), mecanismo de
producción.

c. Diagnosticar el medio o medios de agresión, el objeto causante


de las lesiones, especificar si son medios especialmente
peligrosos susceptibles de causar la muerte.

d. Establecer la data o antigüedad de las lesiones.

e. Determinar la gravedad de las lesiones, si son o no mortales, etc.

f. Determinar el tiempo de curación e incapacidad de las lesiones,


así como la asistencia y tratamiento médico requerido.

g. Valorar las secuelas tanto físicas como psicológicas que presenta


la víctima.

h. Realizar un estudio de la víctima en orden a establecer su


especial vulnerabilidad, en aquellos casos en que exista
enfermedad psíquica o física o algún impedimento. Destacando
el caso de las oligofrenias, ya que desgraciadamente las
personas deficientes mentales se convierten en “ víctimas
propiciatorias “, siendo en estos casos generalmente los
agresores personas de su entorno.

i. Valorar la existencia de un trastorno mental, o si durante los


hechos la víctima se hallaba privada de sentido o razón ( estados
de coma, parálisis, síncopes, etc...)

j. Determinación de la edad de la víctima.

k. Correlacionar los hallazgos con la historia y hacer la


reconstrucción de los hechos.

l. Interpretar los resultados analíticos.

De los diferentes hallazgos que componen la pericia médico forense,


vamos a estudiar aquellos que se refieren al acceso carnal y a las
lesiones.
C) Estudio Médico Forense del acceso carnal.

Se van a tratar tan sólo los signos de coito vaginal, anal o bucal, las
lesiones que pueden acompañar la agresión sexual van a estudiarse en el
siguiente apartado.

1. Coito vaginal:

A efecto de este delito debe entenderse por coito la penetración del pene
en la cavidad vaginal, no siendo necesario que sea completa ni
prolongada, ni que haya eyaculación de semen en el interior de la
cavidad vaginal.

- Signos físicos: desfloración y desgarros.

La mujer adulta está biológicamente preparada para realizar un coito sin


problemas, y en el caso concreto de que exista penetración durante la
agresión sexual, no necesariamente tiene que sufrir desgarros.

Pero existen SALVEDADES como son:


 La existencia de un himen íntegro ( virginidad ).
 La brutalidad del agresor.
 La desproporción de las partes anatómicas, como sucede en el caso
de las niñas, que darían lugar a desgarros externos e internos.

Si la mujer era Virgen: desfloración, es decir, desgarro o ruptura del


himen.

El himen es la membrana que se encuentra entre la vulva y el orificio


interior de la vagina ; tiene un borde un borde periférico de inserción y un
orificio hacia la parte interna.

El himen es variable, y en cada mujer tiene una forma diferente:


semilunar, anular, labiado, cribiforme...

El himen se rompe en las primeras relaciones sexuales produciendo


dolor y una pequeña hemorragia. La reacción física a la desfloración
depende de cada mujer y del tipo de coito.

Existen diferentes maneras de romperse o desgarrarse el himen,


dependiendo de la forma de éste, y así por ejemplo, el himen anular se
desgarra generalmente en 4 puntos, dos a cada lado y simétricos entre
sí.
Para describir la localización de los desgarros suele utilizarse como
referencia una esfera horaria, que se superpone en sentido figurado al
contorno himeneal, indicando el número de la hora a que corresponde la
localización del desgarro.

La profundidad del desgarro llega normalmente hasta el borde de


inserción del himen. Este dato es importante pues permite distinguir los
desgarros de los arañazos o de las muescas congénitas.

Los bordes de los desgarros producidos por la desfloración no se


sueldan jamás, recibiendo el nombre de “ carúnculas himeneales “. La
forma integra anterior de la membrana no puede reconstruirse.

Existe un tipo de himen llamado técnicamente “ himen complaciente “,


que es muy elástico y puede resistir la penetración del pene sin
romperse.

La importancia de la desfloración radica en que es el signo anatómico


del coito. Sí la mujer era virgen antes de la agresión sexual, los signos
de rotura o desgarro del himen nos van a demostrar la existencia de una
penetración.

Deberá realizarse también un diagnóstico de la data de la desfloración


( antigua o reciente ) valorando el estado de cicatrización del himen.

La cicatrización del himen es rápida, a los 3 ´0 4 días suelen


desaparecer los signos agudos de la herida; por lo que es conveniente
que la mujer sea reconocida en breve plazo de tiempo tras la agresión.

En el caso de que la mujer no fuese virgen antes de la penetración,


habría que valorar otros signos.

El examen de los desgarros himeneales, al igual que otras lesiones,


pueden hacerse a la luz de Wood, que en la oscuridad hace resaltar las
diferencias cromáticas que indican la data de las cicatrices.

Desgarros genitales: Además del desgarro himeneal, en determinadas


circunstancias ( brutalidad de la acción y desproporción de las partes
anatómicas agresor / víctimas ), pueden producirse desgarros externos e
internos que afecten el periné, el tabique vaginorectal, o a los fondos de
saco vaginales, capaces a veces incluso de producirse la muerte.
- Otros Signos:

 Presencia de esperma, si ha existido eyaculación.


 Presencia de pelos pubianos del agresor, de especial relevancia en
niñas prepúberes.
 Contagio de Enfermedades de Trasmisión Sexual.
 Fecundación o existencia de embarazo, a veces la única prueba o
motivo de denuncia en los casos de agresiones sexuales en el seno
de la familia.

2. Coito Anal:

Al igual que en el coito vaginal los signos dependerán de la brutalidad


del acto y de la desproporción anatómica agresor / víctima.

En los atentados agudos pueden producirse lesiones locales ano


rectales y perianales: enrojecimientos, erosiones, desgarros y
laceraciones.

Los desgarros en el esfínter anal, al igual que sucede en los genitales se


representan en el sentido figurado de la esfera horaria.

A veces puede producirse una paralización del esfínter anal de tipo


transitorio como reacción a la agresión. Se pueden encontrar signos
inespecíficos, como dolor en la zona o picores.

En ocasiones el coito anal no deja huella, sobre todo si transcurrió un


tiempo más o menos prolongado antes de la exploración.

3. Coito Bucal:

Generalmente no suele haber lesiones. Puede ocurrir en cambio que la


víctima deje huella de sus dientes en el pene del agresor.

COMÚN EN ESTOS ACCESOS CARNALES:


m. Presencia de espermatozoides.
n. Presencia de pelos pubianos del agresor en la víctima.
o. Contagio de enfermedades de trasmisión sexual o SIDA a la
víctima.
D) Otras Conductas Sexuales.

Los tocamientos o frotamientos normalmente no dejan huellas externas


en los niños. En ocasiones debido a tocamientos, masturbación, etc., pueden
encontrarse signos como:

- Tras un reciente episodio de caricias o frotamientos repetidos pueden


hallarse eritema, edema localizado o petequias en zonas genitales, pero
es poco específico y se puede confundir con el eritema de pañal.

- Traumatismos genitales, arañados, hematomas, etc.

- Infecciones genitales, picores, enrojecimientos, vulvovaginitis


traumática, etc.

- Dilatación del orificio himeneal en niñas.

- La piel tras muchos y reiterados frotamientos presenta una alteración


histológica, es decir, cambios a nivel microscópico, por tanto, haciendo
una biopsia a la niña o niño víctima de la agresión se podría saber si
existen estos cambios. Se trata sin embargo de un diagnóstico poco
específico y en la práctica no se utiliza.

E) LESIONES.

A efectos de sistematizar, pueden dividirse en:

1. Según su descripción y localización:


p. Específicas de la violencia sexual.
q. Otras lesiones: Genéricas.

* Lesiones específicas de violencia sexual: Son aquellas que por sus


características y localización impliquen una violencia sexual, se
encuentran localizadas en zonas genitales y ano, así como en los
alrededores ( paragenitales y anales ).

Pueden ser tanto externas como internas; generalmente consisten en


lesiones como señales de dedos ( impresiones digitadas ), estigmas
ungueadas, erosiones, desgarros, etc.
* Lesiones extragenitales o genéricas: Son las que se localizan en
cualquier otro lugar de la anatomía humana.

Las más indicativas son las de defensa y lucha; más frecuente suelen
estar localizadas en la cabeza ( contusiones, arrancamientos de
cabellos, etc.), cara ( arañazos ), mordeduras en el rostro, mamas,
labios, hematomas en nalgas, muslos y brazos.

La gravedad y tipología es variada según el caso, puede encontrarse


desde erosiones de poca importancia clínica, hasta arrancamientos de
pezones, e incluso lesiones graves capaces de producir la muerte.

A su vez podemos dividir las lesiones según, Naturaleza o tipo de


lesiones:

EXTERNAS:

1. Contusiones.

a) Contusiones simples con integridad de la piel:

* Equimosis ( cardenales consecuencia del desgarro de vasos


sanguíneos y linfáticos ), estas equimosis según su tamaño puede
ser:
* Petequias ( puntiformes ).
* Equimoma ( grandes ).
* Hematomas ( sangre extravasada se colecciona en una bolsa ).
* Bolsa sanguínea.

b) Contusiones con lesión cutánea:

* Erosiones: Lesiones superficiales de la piel que sólo interesan la


epidermis ( arañazos ).
* Escoriaciones: La lesión afecta a la epidermis y a las capas de las
dermis.

2. Heridas: Punzantes, incisas, inciso punzante, contusiones abiertas


producidas por objetos romos, piedras, palo, etc.

3. Contusiones complejas: Arrancamientos por tracción (arrancamientos


de cabellos), aplastamientos.
INTERNAS:

Viscerales ( heridas, contusiones ), cavitarias ( derrames ), articulaciones


( esguinces, luxaciones, derrames ), esqueléticas ( fisuras, fracturas ).

2. Respecto al Agente y Mecanismo productor:

Es una de las cuestiones de obligada referencia en el informe médico


forense.

* Agentes mecánicos: Todo tipo de instrumentos contusos como palos,


órganos naturales de ataque y defensa del hombre como manos (bofetones,
puñetazos), pies ( patadas ), uñas, dientes en caso de mordeduras. Arma
fuero, armas blancas.

* Agentes Físicos: La forma de la lesión nos va a permitir establecer que tipo


de instrumento u objeto ha sido el causante de la misma.

- Hay veces que sólo se puede deducir de una manera general por ejemplo:
herida causada por un instrumento cortante de filo y romo.

- Otras veces sin embargo, se producen lesiones que se llaman “ figuradas o a


estampa “, porque reproducen en su forma y a veces el tamaño con cierta
fidelidad el objeto causante de la misma.

Ejemplo. Equimosis alargadas paralelas que reproducen la forma de palo, la


que deja el calzado cuando se produce una fuerte presión con la suela, los
estigmas ungueados que dejan la presión de la yema de los dedos, las lesiones
típicas de la mordedura que tan fáciles son de reconocer, las sugilaciones que
son equimosis punteadas por succión, erosiones lineales por arañazos,
erosiones lineales longitudinales paralelas que implican arrastre, etc.

3. Antigüedad de la lesión:

El reconocimiento médico forense a la mujer con frecuencia se realiza


cuando ha pasado cierto tiempo desde que se produjeron las lesiones, es
necesario por tanto determinar la data de las mismas y correlacionarlas con el
momento de los hechos.

Las lesiones pueden ser recientes y antiguas.

Se puede determinar la ANTIGÜEDAD por la evolución de la


cicatrización, sangrado, costra, etc..
En el caso de hematomas se utiliza el cambio de coloración que va
ocurriendo en función del tiempo que transcurre y que varían del siguiente
modo:
 Rojo oscuro ( escasas horas ).
 Negruzco ( 2 – 3 días ).
 Azul ( 3 – 6 días ).
 Verdoso ( 7 – 12 días ).
 Amarillo ( más de 10 días ).

Estas cifras con meramente indicativa.

La determinación de la data puede realizarse también mediante el


examen de las lesiones con la luz de Wood.

VALORACIÓN MÉDICO FORENSE DEL AGRESOR.

Igual que en la víctima, es necesario realizar un estudio médico legal del


agresor, el cual debe ser minucioso, detallado y completo, al objeto de:

- Toma de muestras, que tiene por objeto la comparación con los


resultados obtenidos en las muestras de la víctima.

- Determinar la existencia de Enfermedades de Transmisión Sexual.

- Manchas propias de la víctima ( sangre, restos de tierra del lugar de los


hechos, etc. ).

- Peculiaridades físicas o psíquicas que sirvan para su identificación


mediante el testimonio de la víctima o testigos.

- Imputabilidad ( conocimiento y voluntad de los actos que realiza ).

Para valorar la imputabilidad se realizaría un examen psiquiátrico


forense, este examen de imputabilidad se solicita generalmente cuando
existe en el agresor alcoholismo, toxicomanías o algún tipo de patología
psíquica.
ESTUDIOS MÉDICO FORENSE DEL LUGAR DE LOS HECHOS.

Se realiza al objeto de recoger todos los indicios o vestigios para una


reconstrucción de los hechos, ayudándose de las habilidades técnicas de
fotografías, vídeos, etc.

Se realizará también un estudio de los instrumentos causantes de las


lesiones, determinando la existencia de restos de sangre.

CONCLUSIONES.

Los estudios e investigaciones realizados por los/as Médicos/as


Forenses, estarán científicamente encaminados al objetivo de la peritación, y
se plasmarán en un informe o DICTAMEN PERICIAL, destinado al
asesoramiento y auxilio judicial.

En ocasiones sucede que la falta de datos con los que se cuenta, el


tiempo transcurrido hasta la exploración médico forense y la falta de medios
técnicos, hace que no puedan llegarse a conclusiones de certeza en las
peritaciones y haya que realizar un diagnóstico de probabilidade con un
margen más o menos amplio.

Es de suma importancia la adecuada coordinación y colaboración entre


los distintos estamentos que componen la respuesta social a la violencia.

De esta manera la intervención sería más rápida y eficaz aprovechando


y rentabilizando los recursos existentes, siempre atendiendo prioritariamente al
bienestar de la víctima.

Los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad tienen un papel preponderante


dentro de esta coordinación multidisciplinar. No conviene olvidar :

a) El atestado debe ser lo más completo posible, reflejando el estado de


la víctima, recogiendo el parte de lesiones si lo hay, detallando sí la
víctima ha estado o acude a un centro sanitario y a cual. Es interesante
reflejar estos puntos, ya que puede darse el caso, que a veces los
partes sanitarios judiciales se pierden y no se dispone de datos
sanitarios.

b) Recomendarle a la víctima que no se lave ni se cambie de ropa.


Acompañarla lo antes posibles al centro sanitario para que sea
reconocida y les sean tomadas las muestras.
c) Dar inmediato aviso al Juzgado de Guardia para que el/ la Médico/a
Forense se persone, en el hospital y pueda hacerse el reconocimiento
conjunto clínico y pericial de la víctima.

d) Hacer fotografías de las lesiones sí es posible.

e) Informar a la víctima de la existencia de las Asociaciones de


Asistencia a Víctimas de Lesiones o Agresiones Sexuales.

Teniéndose en cuenta siempre la terrible situación que atraviesa la


víctima de lesiones o agresión sexual, a su delicado estado psicológico.
LOS DELITOS CONTRA LA LIBERTAD SEXUAL.

El Código Penal tiene la misión de proteger los bienes jurídicos de las


ciudadanas y los ciudadanos y, también, de la comunidad y sin embargo ha
jugado históricamente un papel potenciador de la desigualdad de los sexos y
dela discriminación de las mujeres, cuando no ha sido directamente
incriminador de las conductas de éstas. Baste recordar, como ejemplos,
tipificaciones delictivas que han estado en vigor hasta no hace mucho tiempo,
concretamente el adulterio y los malos tratos, que tuvieron un tratamiento
diferente en el Código Penal, dependiendo de quién cometía el adulterio o de
quién producía los malos tratos: si era el hombre la pena era mucho más baja
que si era la mujer. Este tratamiento diferente estuvo en vigor hasta poco
antes de aprobarse la Constitución española en 1978. También, estuvieron
prohibidos los anticonceptivos hasta el mismo año, estando penalizada su
adquisición, algo tan importante para regular la natalidad y para que las
mujeres pudiéramos tener libertad sexual en nuestras relaciones.

El concepto de honestidad y el concepto de honra en los delitos


sexuales ha sido la nota dominante a lo largo de la historia y, concretamente,
ha estado en vigor hasta 1989.

Cierto es que en los últimos dieciocho años se han venido produciendo


reformas importantes, algunas injustificadamente lentas y tardías, que han
eliminado los perfiles más patentes de la discriminación de las mujeres en la
tipificación delictual, encaminándose en este momento de forma lenta, pero
inexorable a la igualdad ante la ley y ante los tribunales.

Hasta 1989 las diversas reformas que se produjeron en el Código Penal,


apenas afectaron a los delitos sexuales. En 1983 se había suprimido la
posibilidad del perdón de la víctima en el caso de violación, como causa de
extinción de la responsabilidad penal del culpable, pero el perdón continuó en
vigor hasta 1989 para los abusos deshonestos, es decir, que si yo sufría
tocamientos, sin desearlos, y el agresor me presionaba para que reiterara la
denuncia porque me amenazaba con un mal mayor, yo podía retirar la
denuncia y, automáticamente, se producía el perdón del agresor.

La reforma de 21 de junio de 1989 introduce importantes modificaciones,


comenzando con la rúbrica de este tipo de delitos, que se llamaban hasta
entonces “ delitos contra la honestidad “. La reforma de 1989 sustituye el
término honestidad, sinónimo de decencia, decoro, recato y pudor, por ser un
epígrafe caduco, de imprecisión conceptual y contenido moralizante,
contestando ampliamente por los sectores más progresistas de la sociedad y,
particularmente por el movimiento feminista.
Desde entonces, estos delitos, se llaman “ delitos contra la libertad
sexual “, entendida como derecho de la persona a no ser involucrada en un
contexto sexual sin su consentimiento. El bien jurídico protegido y tutelado
penalmente ya no es la honestidad, sino la libertad, que es un valor
preeminente como declara la Constitución y, por supuesto, la libertad sexual,
derecho, en definitiva, a disponer del propio cuerpo, a que nadie me pueda
imponer una relación sexual contra mi voluntad.

Hasta 1989 el delito de violación que contemplaba el artículo 429 del


Código Penal, se concretaba a partir de un término que se llamaba “ yacer “
decía la legislación que “ cometía violación quién yacía con mujer “. A pesar de
que el termino yacer se ha interpretado en todos los diccionarios como
acostarse con una persona, la jurisprudencia del Tribunal Supremo, es decir,
sus sentencias reiteradas, fueron siempre unánimes. El único modo de
interpretar el término yacer era la realización del coito vaginal, con lo cual las
sentencias de las Audiencias no condenaban por violación, aquellas agresiones
sexuales que consistían en penetración por vía anal o bucal. Todavía
recordamos que el Tribunal Supremo anuló y casó una sentencia el 12 de
enero de 1989, por considerar que una penetración anal no era un delito de
violación.

Por ello, hace siete años, en 1989, saludamos la modificación del Código
Penal, que ha estado vigente, hasta la entrada en vigor del nuevo ( 25-05-96 ).
Comenzaba variando la rúbrica del título y correlativamente establecía que los “
abusos deshonestos “ pasaban a llamarse “ agresiones sexuales “.
Por fin se transformó el término violación, que desde 1989 pasa a
cometerse por personas de cualquier sexo, hasta entonces sólo lo podían ser
mujeres. Se amplían las modalidades comisivas de forma que además de ser
violación el coito vaginal, también se considera violación el coito anal y bucal.
La pena es importante, de 12 años y 1 día a 20 años, la misma pena que
estaba establecida en el Código Penal para el homicidio. Para cometer este
delito se necesitaba que el agresor ejerciese violencia o intimidación sobre la
víctima. Por violación hay que entender la fuerza física que se ejerce contra
una persona para doblegar su voluntad. Por intimidación hay que entender la
fuerza psíquica que el agresor ejerce sobre la víctima para forzar su voluntad.
También se ejercía violación cuando se agredía a una persona que se
encontraba privada de sentido, que se halla inconsciente por razón que fuera.
Se castigaban aquellas conductas que se realizaban con personas que tuvieran
trastornos mentales, siempre que se abusara de ese trastorno mental. Luego,
establecía para los menores de 12 años una protección absoluta, decía que
cualquier persona que realiza una violación con un/a menor de 12 años,
aunque este/a prestase su consentimiento no servía para nada, era irrelevante.

El resto de las conductas sexuales que no se consideraban violación, es


decir, que no conllevaban la penetración por vía anal, bucal o vaginal, se
llamaban “ agresiones sexuales “. Estas consistían en contactos en contactos
corporales en zonas íntimas, besos en partes erógenas, caricias, incluso por
encima de la ropa, masturbación, penetración digital, penetración lingual, etc.
Dentro de las agresiones sexuales había un subtipo agravado para
aquellas agresiones sexuales que se producían utilizando modos, medios e
instrumentos especialmente degradante o vejatorios y, también, cuando se
introducían objetos por vía vaginal, no era una violación la introducción de
objetos sino una agresión sexual, pero con una pena mayor que las agresiones
sexuales normales. Había una figura que se llamaba “ estupro “, se
diferenciaba de las conductas anteriores en que no requería la concurrencia de
violencia o intimidación por parte del agresor sobre la víctima, sino que se valía
de una situación de superioridad sobre la víctima y eso afectaba a los/las
adolescentes entre 12 y 18 años.

Se distinguía dentro de las agresiones sexuales a menores: si éstas


consistían en hechos aislados se llamaban “ agresiones sexuales “, pero si la
conducta delictiva del agresor era perseverante, insistente, plural y continuada,
entonces incurría en un delito que se llamaba “ corrupción de menores “,
pues se consideraba que podía afectar a la formación del menor, a su
personalidad y al desarrollo normal de su sexualidad.

Esta regulación estuvo vigente desde el 1 de junio de 1989 hasta el 24


de mayo de 1996, sólo siete años. La Asociación de Asistencia a Mujeres
Violadas ( León ), consideraron que esta regulación adolecía de dos defectos
fundamentales:
 Por una parte, que la introducción de objetos nos parecía que tenía
que tener la misma importancia y la misma pena que la violación,
porque es tan degradante y vejatorio que te introduzcan por vía
vaginal un objeto como que te introduzcan el pene, pareciéndonos
que se debían equiparar las conductas.
 El otro defecto era que estos delitos son semipúblicos o
semiprivados, lo cual con lleva que es precisa, necesaria e
imprescindible la denuncia de la víctima o de sus ascendientes, si la
víctima es menor, para poder perseguir el delito.

En el Código Penal hay delitos públicos, privados y semipúblicos. Los


delitos públicos son aquellos que no requieren denuncia de la persona
agraviada, pues la Administración de Justicia actúa directamente ( motu
propio ) sin necesidad de que reclame la persona, por ejemplo un robo. Si la
Admón.., de Justicia tiene conocimiento de él, ese robo se persigue al margen
de que yo denuncie o deje de denunciar. Los delitos privados son aquellos en
los que es necesaria la denuncia inicial y, además, es necesario mantenerla
durante todo el procedimiento judicial. Los semipúblicos son aquellos que una
vez interpuesta la denuncia no cabe la retirada de ésta, porque no sirve de
nada, pues el procedimiento judicial sigue adelante. No obstante, hay que
decir que es preciso, conveniente y necesario que continuemos con la
denuncia porque las víctimas pasamos automáticamente a ser testigos de ese
procedimiento judicial y si nosotras no testificamos el procedimiento se
archivará, porque no hay quien mantenga esa denuncia.
Se ha elaborado un nuevo Código Penal, aunque voy a analizar sólo un
aspecto de este Código que son los “ delitos contra la libertad sexual “.
Tengo una buena opinión de este Código respecto de la parte general relativa a
las penas y demás, pero de los delitos contra la libertad sexual mi opinión no es
nada favorable.

Con el nuevo Código Penal el tratamiento innovador de los delitos contra


la libertad sexual nos parece defectuoso y confuso. Es lamentable, a nuestro
juicio, que existiendo unos estudios especiales y contando con la última
reforma, a la cual he hecho referencia, que nos parecía positiva y que sólo
necesitaba matizarse concretamente en esos dos aspectos que mencioné ( la
denuncia y la introducción de objetos ), se haya suprimido completamente la
reforma de 1989 y se hayan introducido, a mi juicio, unas figuras equívocas y
de muy difícil interpretación.

En relación con esta nueva regulación, la Exposición de motivos, del


nuevo Código Penal señala lo siguiente: “ Se pretende adecuar los tipos
penales al bien jurídico protegido que no es ya, como fuera históricamente, la
honestidad de la mujer sino la libertad sexual de todos. Bajo la tutela de la
honestidad de la mujer se escondía una intolerable situación de agravio que la
regulación que se propone elimina totalmente. Podrá sorprender la novedad de
las técnicas punitivas utilizadas, pero en este caso alejarse de la tradición
parece un acierto “. Estas son las razones que dan los legisladores de 1995
para modificar el Código Penal en relación con los delitos contra la libertad
sexual. A mí me parece que el legislador con esta explicación parece ignorar
su propia reforma de 1989, puesto que ya se estableció que el bien jurídico
protegido no era la honestidad, sino la libertad sexual, por lo tanto, no entiendo
esta exposición de motivos.

Una de las novedades más llamativas en relación con estos delitos, es la


desaparición del término violación. Expresión muy arraigada tanto en el ámbito
judicial como en la conciencia social. A partir de ahora no se utiliza el término,
lo cual no quiere decir que no esté contemplado este delito de violación, que sí
sigue regulado en el nuevo Código Penal. Esto tiene aspectos positivos y
negativos. Las mujeres durante muchos años tuvimos que luchar para que al
delito de violación le dieran la importancia que realmente tenía, porque tanto
históricamente como judicialmente se consideró como un delito menor. De
hecho, recordad aquel eslogan feminista: “ contra la violación, castración “, no
es que nosotras pretendiéramos producir eunucos, sino remover las
conciencias, pues creemos que la violación como la castración son dos torturas
que se hermanan en el mismo dolor y sufrimiento. Lo que pretendíamos es
que se pusieran de manifiesto la importancia de un delito de este tipo. Ahora
ya estaba arraigado, gracias la lucha de las mujeres, y la violación era
considerada como un delito grave. A partir de este nuevo Código desaparece
la palabra y hay quien piensa que esto es un grave retroceso. No obstante,
también tiene una visión positiva la eliminación del concepto violación, y es que
antes había además agresiones sexuales, se denunciaban las violaciones y
apenas se denunciaban las agresiones sexuales porque quedaban eclipsadas
por la violación. Ahora al desaparecer el término tenemos la “ triple A “ que
son: Agresiones Sexuales, Abusos Sexuales y Acoso Sexual.
En la actual redacción, la división fundamental se coloca en la existencia
o inexistencia de violación o intimidación. Si la hay se trata de una Agresión
Sexual y si no la hay estamos ante un Abuso Sexual.

Como Abusos Sexuales se penalizan todo tipo de conductas sexuales,


las que conllevan y las que no conllevan penetración, siendo suficiente la
ausencia de consentimiento. La ausencia de consentimiento siempre es
necesaria para que haya un delito contra la libertad sexual, porque si hay
consentimiento es una relación libre. Sin embargo, como Agresión Sexual se
penalizan todo tipo de conductas sexuales, las que conllevan y las que no
conllevan penetración, exigiéndose la ausencia de consentimiento de la víctima
y, además, la existencia de violencia o intimidación por parte del agresor.

La regulación del Acoso Sexual es una de las principales novedades


aportadas en el nuevo Código Penal.

Vamos a tratar de explicar que son las Agresiones Sexuales, los Abusos
y el Acoso Sexual, entrando también en el Exhibicionismo, la Provocación
Sexual y la Prostitución, que son todos los Capítulos que entran dentro del
Título VIII del Código Penal.

Las Agresiones Sexuales están recogidas entres artículos. Hay un tipo


básico que es aquella conducta que atenta contra la libertad sexual de una
persona con violencia o intimidación que no conlleva penetración, es decir,
todos aquellos tocamientos, contactos corporales con una persona con ánimo
lúbrico y contra su voluntad ejerciendo violencia o intimidación que se recoge
en el artículo 178 del nuevo Código Penal y que se castiga con una pena de 1
a 4 años.

Un segundo artículo se refiere a lo que antes era la violación. Cuando la


Agresión Sexual consista en acceso carnal, introducción de objetos o
penetración bucal o anal nos encontramos ante una agresión sexual con
penetración. Por fin la introducción de objetos se incluye con la misma
relevancia e importancia que la penetración por vía vaginal, anal o bucal. Hay
que criticar en esto al legislador porque dice introducción por objetos y no
aclara por que vía, esto forma parte de las ambigüedades de la redacción del
nuevo Código.

También, me parece criticable que para referirse al coito vaginal


únicamente utilice la expresión “ acceso carnal “. En el Código de 1989 se
decía acceso carnal por vía vaginal, anal o bucal, y ahora se limita a decir
acceso carnal; y creo que debemos entender en ello acceso carnal por vía
vaginal, pues sería alarmante pensar que no se está penalizando el acceso
carnal por vía vaginal.
Quiero aclarar que el Derecho Penal no se puede aplicar por analogía;
las conductas penales tienen que estar tipificada, por eso conviene que los
términos estén expresados con toda claridad y precisión. Cuando hablamos de
objetos nos referimos a objetos idóneos o aptos para una práctica secual, que
son sustitutivos del pene. Estas dos conductas, los tocamientos y las
penetraciones pueden ser agravadas por cinco agravantes específicas, lo cual
se traduce en penas mayores.

Con carácter general las penas, en relación con la regulación de 1989,


se han rebajado, pero no hay que alarmarse, pues lo que ocurría antes era que
la sentencia no se cumplían en su totalidad, porque existía en los Centros
Penitenciarios una figura que era que cuando el preso trabajaba redimía pena,
por cada día trabajado redimía dos de pena, con lo cual la sentencia decía por
años y la realidad nos demostraba que no se cumplían. Ahora se han rebajado
las penas con carácter general, nominalmente, pero no con carácter real.

Como decía, las Agresiones Sexuales se pueden agravan en 5 casos:

 Cuando la violencia o intimidación ejercidas sobre la víctima sea


particularmente degradante o vejatoria, que puede producirse tanto si
hay penetración como si hay sólo tocamientos. Se puede entender
por una violencia o intimidación particularmente degradante las
actividades sádicas. Como ahora partimos de una regulación
novedosa, lógicamente las interpretaciones serán múltiples y
tendremos que esperar a que haya una doctrina unificada por el
Tribunal Supremo.

 Cuando los hechos se cometan por 3 ó más personas actuando en


grupo. Lo primero que llama la atención es que por qué 3 personas.
A mí me parece que todo lo que supere a una ya es una situación
añadida de indefensión para la víctima. Desconocemos las razones
por las cuales el legislador ha decidido que como mínimo sean 3
personas para que se produzcan una agravación de la pena. Quiero
aclarar que esas 3 personas serían condenadas por el mismo delito,
aunque sólo lo cometiera uno de ellos, unos serán autores por
ejecución y otros por cooperación.

 Hay un tercer agravante que va suscitar muchas dudas y problemas


de interpretación, que es cuando la víctima se persona
especialmente vulnerable por razón de edad, enfermedad o situación.
Hasta la reforma del 89, se determinaba claramente que los menores
de 12 años eran personas especialmente y tenían una protección
absoluta. Ahora no se establecen límites de edad, con lo cual no
sabemos en qué límites se va a interpretar. La edad puede ser por
ser escasa o por ser avanzada. La enfermedad puede ser física o
psíquica y la situación, supongo que se quiere referir a una situación
de pérdida de sentido. Desde luego, no se aclara, con lo cual, insito
eso conduce a la indefensión, al arbitrio judicial, a que cada cual
decida las cosas como le parezca.
 El agravante de parentesco, es cuando el delito se cometa
valiéndose de una relación de parentesco por ascendiente,
descendiente, hermano por naturaleza o adopción de la víctima o
afines de la víctima. Lo que trata de agravar en este caso la Ley, es
cuando una persona tiene una situación de superioridad familiar con
la víctima. Curiosamente, no se establece ningún agravante respecto
del cónyuge o conviviente, con lo cual las parejas de hecho y los
cónyuges que comentan una violación con su esposa o pareja no
tienen ningún agravante; me parece que esto es seguir poniendo
trabas y problemas a que efectivamente se lleve ante los tribunales
los casos de violación en el matrimonio o en pareja estable. Se habla
de afines de la víctima y los parientes afines a la víctima siempre se
establecen a través del cónyuge, en cambio al cónyuge no se le
incluye como persona que pueda suponer una agravación de la pena.

 El último agravante es cuando el autor hace uso de medios


especialmente peligrosos, susceptibles de producir, además del
delito contra la libertad sexual, lesiones a la víctimas e incluso la
muerte.

Los Abusos Sexuales es la segunda fase que establece el Código


Penal en el Capítulo II. Es más complicada esta regulación. Los Abusos
Sexuales pueden ser o por ausencia de consentimiento de la víctima (no es
necesario que concurran la violencia o la intimidación) o porque el autor se
aprovecha de una situación de superioridad, abuso de prevalimiento, o porque
el autor engaña a la víctima. Dentro de estas tres modalidades, volvemos a lo
de antes, si sólo hay tocamientos la pena es más baja, va de multa a prisión.
El problema es determinar la barrera entre intimidación y falta de
consentimiento, porque a veces es muy difícil de delimitar, y yo tengo el temor
de que como no es fácil probar la intimidación pues, probablemente, la mayoría
de los delitos pasen a ser abusos sexuales, que están penalizados de una
forma más leve y que se constituyan en un “cajón de sastre”, y las Agresiones
Sexuales sólo queden para aquellos casos donde realmente se pueda apreciar
la violencia.

Considera la Ley que en todo caso son Abusos Sexuales no consentidos


los que se ejecutan sobre menores de 12 años, sobre personas que se hallen
privadas de sentido o que se abuse de su trastorno mental. En estos casos se
vuelve a la regulación inicial y la pena pasa a ser de prisión de 6 meses a 2
años.
Los abusos de prevalimiento son aquellos donde el consentimiento se
obtiene prevaliéndose de una situación de superioridad manifiesta que coarte la
libertad de la víctima. La pena en este caso irá de multa de 6 a 12 meses.
Este es el equivalente a lo que antes era el estupro, la víctima consentía pero
ese consentimiento se consideraba viciado porque se otorgaba debido a la
relación de superioridad que tenía el agresor sobre la víctima. Tiene una
diferencia fundamental favorable y es que no se establece límite de edad, antes
era de 12 a 18 años y ahora puede haber un abuso sexual de prevalimiento a
cualquier persona sin límite de edad.

Cuando el abuso sexual consista en acceso carnal, introducción de


objetos, penetración anal o bucal entonces la pena es mayor. También se
establece dentro de esta caso dos tipos de agravantes:

 Cuando haya una relación de parentesco, ascendientes,


descendientes o hermanos por naturaleza o adopción de la víctima.
En este caso no se habla de afines de la víctima con lo cual parece
claro que el Código Penal, cuando habla de abusos sexuales, piensa
en menores.

 Se establece otro agravante, cuando se trata de una persona


vulnerable por razón de la edad, enfermedad o situación.

En general, cuando afecta a menores hay una confusión tremenda,


porque en unos casos nos dice que en los menores de edad se considera
como que no han prestado su consentimiento y, otra, habla de personas
vulnerables por razón de edad, situación..., con lo cual, incluye a los menores
de edad; todo queda por lo tanto, al arbitrio del juez. Cuando una persona, por
razón de la edad, es vulnerable ¿ qué edad es la adecuada para apreciar esa
vulnerabilidad ?. Es algo que queda a interpretación.

La última modalidad del Abuso Sexual es el “ engaño “. Aquí se


establecen unos límites de edad entre 12 y 16 años. Cuando una persona
obtiene una relación sexual mediante engaño, está cometiendo un delito y se
diferencia si es solamente tocamientos o acceso carnal, introducción de objetos
anal o bucal. Si son tocamientos la pena es menor y si son penetración la pena
es mayor. El engaño típico y tópico es la promesa de matrimonio, pero puede
ser cualquier artificio para inducir a error a la víctima y llevarle a consentir una
relación sexual que no hubiera consentido de otra manera.
Hay una figura de nuevo cuño que hemos reclamado y reivindicado
durante muchos años los movimientos de mujeres y que se llama delito de
Acoso Sexual. Probablemente, el Acoso Sexual haya levantado unas
expectativas que seguramente sean falsas, porque el Acoso Sexual que se
regula en el nuevo Código Penal, es muy limitado. Es una redacción muy larga
y muy confusa. Es una acción que consiste en solicitar favores de naturaleza
sexual. Los favores los tiene que solicitar una persona para sí o para un
tercero, y siempre que lo solicite de un subordinado, cuando haya una relación
de superioridad, determinada por razones laborales, docentes o análogas. La
solicitud la tiene que hacer con el anuncio expreso o tácito de causar a la
víctima un mal relacionado con las legítimas expectativas que la víctima tenga
en el ámbito de esa relación. Si un jefe solicita un favor sexual a una
empleada, y basta con la solicitud no es necesario que se lleve a efecto la
consumación del favor sexual, y lo hace prevaliéndose de esa situación de
superioridad que tiene y la amenaza con que si no accede a sus pretensiones
eso le va a originar el despido, eso sería Acoso Sexual.

Curiosamente no se valora la posibilidad de que el anuncio no sea de un


mal sino de un bien, lo cual puede ocurrir fácilmente. Me parece que la figura
del Acoso Sexual no responde a las expectativas, porque socialmente
consideramos todos y todas al Acoso Sexual como aquellas situaciones que se
producían en el ámbito laboral, docente,... donde una persona nos está
acorralando, nos está haciendo solicitudes permanentes y que puede ser
nuestro jefe o nuestro compañero. Bueno, pues nuestro compañero no está
tipificado en el Código Penal, por lo tanto el delito sólo se puede dar cuando
haya una relación de superioridad y, además, la amenaza tiene que estar
relacionada con mis expectativas laborales o con mis expectativas docentes,
no puede estar relacionada con otra cosa. La amenaza de muerte como no
está relacionada con mis expectativas laborales o docentes no se incluye
dentro del delito de Acoso Sexual.

Para regular el Acoso Sexual de esta forma tan imprecisa e incompleta,


nos hubiera podido servir la llamada “amenaza condicional” que está tipificada
en el Código Penal y tiene una pena mayor que el Acoso Sexual, o sea que si a
mí me amenaza un individuo, con que me va a causar un mal, eso ya está
tipificado en el Código como “ amenaza condicional “.

Los delitos de Exhibicionismo y Provocación Sexual los hemos


padecido pasivamente muchas veces sin denunciarlos porque normalmente
esas personas tienen una conducta pasiva. Lo que hacen los exhibicionistas
es mostrar sus genitales, no llegando a tener contacto corporal con las
víctimas. Se ha modificado en el Código Penal, a mi parecer favorablemente.
A partir de ahora se considera Exhibicionismo a aquel que se ejecuta ante un
menor de 18 años o un incapaz. Ante los mayores de edad no se considera el
exhibicionismo como delito.
Luego nos encontramos con la Provocación Sexual y según el Código
Penal, cualquiera que por cualquier medio directo difundiera, vendiera o
exhibiera material pornográfico entre menores de edad o incapaces, será
castigado con una pena de multa. Como no está tipificado de forma clara y
contundente, debemos de entender que no está penalizada la distribución de
este material a través de medios como el de Internet. Sólo es delito cuando el
material pornográfico se difunde, se vende o se exhibe entre menores de edad
e incapaces. Nosotras pensamos que con la misma pena deberá ser castigado
el que con esos medios reproduce, difunde, vende o exhibe material
pornográfico hecho con niños y niñas, porque nada se dice de que el material
pornográfico sea infantil. Parece que lo que se penaliza es que este material
se difunda entre menores, pero no que el material pornográfico que se difunda
afecte a menores aunque lo veamos los adultos.

Ha desaparecido la corrupción de menores que eran aquellas


agresiones sexuales perseverantes e insistentes. Cuando se tiene una relación
sexual con un menor mediante precio, de forma reiterada, no es delito según el
Código Penal.

Hay un capítulo dedicado a las disposiciones comunes que se refieren a


todos estos artículos y dice que para proceder judicialmente contra las
agresiones sexuales, los acosos y los abusos es necesaria la denuncia. Por lo
tanto, continúan siendo delitos semipúblicos o semiprivados. Son delitos
públicos la prostitución y el exhibicionismo o provocación sexual. Creo que
deberían de haber considerado a la agresión sexual, al acoso y al abuso sexual
como delitos públicos y que cualquier persona pudiera denunciarlos. Ocurre
muchas veces que los representantes legales de los menores de edad son sus
agresores, porque los delitos dentro de la familia contra los menores son una
cifra negra. Facilitaría las cosas si estos delitos fueran públicos. En el
supuesto de que los representantes legales de los menores o incapaces no
presentarán la denuncia, puede hacerlo el Ministerio Fiscal. El Ministerio Fiscal
es un miembro de la Administración de Justicia que tiene como finalidad
defender los derechos de los ciudadanos y ciudadanas, y, particularmente, de
los menores. Si tenemos constancia, conocimiento de que un menor está
siendo agredido sexualmente por una persona y no se está haciendo la
denuncia de la agresión, debemos tener la responsabilidad social de ir al
Juzgado de Guardia y denunciarlo ante el Fiscal de Menores, otra posibilidad
es a través de nuestra Asociación.

La desaparición del término “ violación “ puede conllevar un problema


añadido y es que ante los tres supuestos de despenalización del aborto
(cuando haya un peligro para la vida o salud psíquica o física de la madre,
cuando el feto tenga alguna enfermedad, cuando la madre haya sufrido una
violación y como consecuencia de ésta haya quedado embarazada) ahora se
puede plantear que, como las agresiones sexual y los abusos sexuales no
están incluidos como elementos de despenalización del aborto, en el supuesto
de que yo sufra una agresión sexual y quede embarazada, si a los jueces les
da por utilizar ese criterio restrictivo no se aplicará este tercer supuesto de
despenalización de un aborto ulterior.
El artículo 417 del Código Penal que es el que penaliza la interrupción
voluntaria del embarazo ha quedado intacto, no se ha modificado nada.

En relación con los menores y las menores, antes la protección era


absoluta, de forma que cuando se cometía una violación con un menor de 12
años no había duda, daba igual que hubiera habido violencia o intimidación,
automáticamente se consideraba una violación. A partir de ahora la
intimidación vamos a tener que probarla, la violencia vamos a tener que
probarla y es muy común que no sea necesario para el agresor utilizar la
violencia o la intimidación para cometer un delito contra un menor.

Si no se comete violencia o intimidación la pena es mucho menor, con lo


cual, los menores, a mi juicio, quedan bastante desprotegidos. El Juez puede
facultativamente adoptar una medida de restricción de derechos, relativas a
cuando un padre comete una agresión sexual con penetración con un hijo o
una hija, normalmente, se le retiraba la patria potestad y cuando el menor
cumplía los 18 años era ya una persona mayor de edad con todos sus
derechos civiles.

Pero a partir de ahora, dice la Ley que la patria potestad se va a retirar


por un período mínimo de 6 meses y máximo de 6 años, con lo cual, puede
ocurrir que si la menor tiene 6 años cuando el padre la agrede y le quiten la
patria potestad, recupere todos los derechos sobre su hija cuando tenga 12
años, lo cual me parece muy duro.

Hasta ahora cuando una persona atacaba a un deficiente mental y no


sabía que lo era, porque no tenía conocimiento de ello, no se podía perseguir el
delito como violación, pero había una figura que era el delito cometido de forma
imprudente y había una pena. A partir de ahora, ha desaparecido también el
error, por lo tanto, una persona mantiene una relación sexual con un deficiente
mental tiene que saber que lo es y yo que acuso tengo que probar que esa
personar sabía que estaba teniendo una relación sexual con un deficiente
mental. Y si no puedo probar queda impune.

De nuevo nos encontramos con que las personas más desprotegidas


son las que más sufren este tipo de delitos. Si alguien piensa que el violador
es una persona que podemos conocer con sólo mirarle a la cara, está en un
error. Un violador en principio puede ser cualquiera, no hay ningún perfil de
violador. No emprender ninguna acción cuando las víctimas de un delito de
este tipo y aceptar la parte de ser víctima para siempre, es permitir que un acto
vil y monstruoso alguien pueda arruinar tu vida.

Es muy importante denunciar la violación, sufrir una violación y no hablar


de ella, viene a decir que pueden venir y agredirte porque no corren ningún
peligro. Tenemos que ser responsables y denunciar pensando que a pesar de
que nos parezca que no tenemos pruebas, sí que normalmente hay pruebas y
que la declaración de la víctima, por fin, en el Tribunal Supremo se considera
prueba de cargos suficiente para desvirtuar la presunción de inocencia del
agresor.
Todas las relaciones sexuales libres, consentidas son válidas, pero si
una de las personas no desea tener una relación sexual nadie puede ni debe
obligarla, y si alguien nos obliga tenemos que denunciarlo porque si no lo
hacemos es una persona impune con plena libertad para seguir cometiendo
delitos contra nosotras o contra cualquier otra persona.

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