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1Reseña critica

Los Conquistadores: una breve introducción.

Matthew Restall y Felipe Fernandez-Armesto

Juan Esteban Cardona López

Noviembre de 2017

Universidad de Antioquia

Historia

Historia de América Latina I


Los conquistadores: una breve introducción.

Voy a ser directo en esta reseña, teniendo en cuenta la cantidad de interesantes hipótesis
que se plantean en este libro, elegí las que más me llamaron la atención.

La fama del conquistador.

Algo que se muestra en el libro como primordial para entender la teoría sobre la cual gira la
obra, son los servicios y cargos otorgados al conquistador Jiménez de Quesada, siendo este
un hombre ambicioso en busca de obtener mercedes del rey, el cual no es recompensado
como se le era merecido “Incuso durante su propia vida, Jiménez de Quesada lamento
amargamente haber adquirido más riquezas para la corona que Cortez y Pizarro” (p.19). Es
importante para la hipótesis sobre la cual se plantea el desarrollo del libro, la cual es, como
la historia muchas veces se fija solo en grandes personajes ignorando a hombres y mujeres
(me parece una lástima no mencionarlas) que de una forma u otra, fueron influyentes en el
proceso de conquista.

Es así que “no a pesar de su relativa poca fama, sino precisamente a causa de ella, Jiménez
de Quesada resulta mejor candidato” (p.19) mostrándonos como el oro obtenido para la
corona no hace grandes conquistadores, si no, sus grandes hazañas contra grandes imperios.
Lo que se nos muestra con esto, es un mecanismo de ampliar los horizontes de la conquista
más allá del impero azteca o el de los incas (no solo esto fue la conquista), para poder dar
un buen ejemplo de la cantidad de cosas que se suelen pasar muchas veces por
desapercibido.

Así se da a conocer una nuevo grupo de conquistadores postulados por los autores, los
cuales son “Cortez y Pizarro, … Pedro de Alvarado, Francisco de Montejo y Hernando de
Soto” (p.71) apreciados bajo diferentes parámetros, que son más fidedignos a los
acontecimientos más certeros, que van más allá de lo que nos ofrece la corona española con
los servicios prestados o el internet que es el mundo donde “Estados Unidos (e Internet
tienen un sesgo evidente a favor del mundo anglo parlante)” (p.71) . Estos cinco
conquistadores son seleccionados por sus hazañas y oficios del conquistador, que por fama
y grandeza de sus acciones.

Uniones matrimoniales como estrategia de conquista.

Un hecho que muy a menudo se retoma en el libro que resulta bastante importante para
entender las bases fundacionales que abrieron pasó a la colonia en el trascurso de la
conquista, son las relaciones íntimas entre indígenas y españoles. En las cuales se casaron
españoles con hijas de gente importante de las tribus americanas, que dejan como resultado
a mestizos pertenecientes a la “nobleza”.

Desde la llegada de los europeos al nuevo mundo “la relación entre españoles e indígenas
comenzó en términos de absoluta ignorancia en ambos bandos” (p.38) siendo este
argumento una piedra angular, dándonos un plano de la completa ignorancia que tenían
tanto europeos como indígenas respecto el del otro. Si bien los españoles creían tener una
superioridad en su desarrollo social, el mecanismo de emparentarse con familias de relativa
“nobleza indígena” era una buena forma de asegurarse el respeto entre la comunidad
indígena.

El mecanismo de matrimonio, era una forma para los indígenas desde tiempos
prehispánicos, un elemento de vínculo con tribus extranjeras “estableciendo redes de poder
con subordinados mediante matrimonios” (p.35) por el cual se entiende su continuo uso en
la conquista.

Esto resulta ser una buena explicación de cómo los incas pertenecientes a la nobleza
ofrecían a sus hijas a sus nuevos amos para intentar disminuir la tensión entre sus nuevos
opresores, y así, hacerse participes de ocupar un cargo más alto en este mecanismo de
gobierno apenas naciente (la colonia) “Aunque ningún otro país colonial fue tan proclive a
aplicar la sexualidad a la política como los españoles, los matrimonios de europeos con
mujeres indígenas reforzaron las buenas relaciones o, al menos, las hicieron susceptibles de
mejorar” (p.144).

Desmintiendo al buen salvaje.

En esta obra, se desmiente algo que está muy de moda en la actualidad, y es el la idea que
tienen ciertas personas sobre el indio bonachón a escala general que vivía en armonía con la
naturaleza hasta la irrupción española de 1492. Si pensamos en esto, la civilización nativa
de américa se desarrolló más lentamente debido por el tiempo de ventaja que tiene la
civilización occidental, ya que mientras los antiguos americanos apenas estaban poblando
el continente, en occidente las tribus ya se estaban establecidas en lugares fijos. Esta
distancia temporal genera una gran diferencia en el desarrollo de estos dos mundos
separados por el enorme océano.

La gente es víctima de este tipo de ideas por falta de información, la cual en el libro se
puede apreciar el funcionamiento del mundo americano prehispánico destacando tanto sus
aportes que merecen su recuerdo como sus actos propios de la barbaridad humana, pero que
para ellos ayudaba a controlar las fuerzas sobrenaturales.

La civilización inca, alcanzo un considerable desarrollo social lo cual da a entender su


elaborada organización jerárquica. Cuando hablamos de una organización jerárquica, se da
a entender que hay un dirigente en la cúspide, en este caso (el hijo del sol) y en la base
están unos esclavos o vasallos que cayeron bajo su dominio por medio de guerras de
conquista o simple desgracia. Este sistema que aparte de tener una base esclavista y
guerrerista, consiste en “la implantación del trabajo obligatorio más que el cobro de
tributos” (p.36).

Tanto incas como aztecas eran civilizaciones en expansión, pero “cada imperio se
desarrolló de forma independiente y no fue ni siquiera consiente de la existencia del otro”
(p.37) así los aztecas, llevaron un desarrollo similar (en escala de civilización) a los incas,
con un nivel de sacrificios humanos a el dios de la guerra Huitzlopochtli con sus víctimas
esclavizadas por medio de las guerras, desmintiendo el texto la falsa creencia de la paz de
hermandad que gente frente a este tema (hay que aclarar que para ellos esto tenía sentido y
no es ninguna especie de critica).

Para concluir esta idea la quiero sujetar a lo siguiente. Es que tanto indios como españoles
son humanos y por esto están expuestos a sentimientos que llevan a la búsqueda de
grandeza y dar la sombra a sus iguales.

Sumisión y apoyo indígena a los conquistadores.

Muchas tribus indígenas desde el encuentro con Colon vieron en los españoles un potencial
aliado que los podría ayudar contra sus enemigos o simplemente sentirse seguros bajo el
amparo español, como se trata en el texto “apreciaban a los recién llegados como aliados
potenciales” (p.49) ya que ellos podrían traer la solución a muchos de sus problemas y
angustias que los habrían azotado por muchos años, como sacarlos de la mira de los
sacerdotes que se servían de ellos como un banco de ofrendas para sacrificios humanos.

Los indios ayudaron a llevar cabo el proceso de pacificación contra sus coterráneos, estos
indígenas “conquistadores” esperaban ser recompensados por sus acciones una hubiese
finalizado la conquista, esperando que se les encomendara indígenas para su sustento al
igual que a los españoles. Pero estos no entendían en la mayoría de los casos que era lo que
les esperaba y no sabían que se llevarían una desagradable sorpresa.

El apoyo indígena es un eje principal en el desarrollo de la conquista, teniendo en cuenta el


desconocimiento de los españoles sobre el ecosistema de esta nueva mega masa que se
mostraba imponente para el viejo mundo. Los indígenas resultan ser la herramienta
principal de la conquista, siendo especialistas en el desplazamiento por las selvas tropicales
de Mesoamérica para la conquista del imperio azteca, el apoyo que ofrecieron los
tlaxcaltecas a Cortez. En las imponentes cordilleras de los Andes, la ayuda de los incas que
estaban en contra de los usurpadores del trono del Inca, mientras veían cierta justicia en los
ibéricos para solucionar este problema y en el altiplano Cundiboyacense de los muiscas,
que ofrecieron su ayuda y salvaron la vida de la hambrienta expedición de Jiménez de
Quesada que no de no haber sido lo contrario hubieran muerto sin dejar rastro alguno.
Esto es una fiel muestra de que sin el apoyo de los nativos, los españoles “Estaban a merced
de potenciales enemigos que, de haber querido podrían haberlos exterminado” (p.49) y una
naturaleza despiadada para cualquier europeo que no poseía experiencia en la labor que la
exploración requiere, sería prácticamente un suicidio y desperdicio de hombres.

Esta ayuda o sumisión, se plantea para los indios como una especie de seguridad, ya que
“estaban en juego las vidas de sus familias, la futura condición social de sus descendientes,
el bienestar de toda la comunidad” (p.146). Los indios, por más que los españoles los
quieran mostrar como salvajes, obviamente se preocupaban por la seguridad de su familia y
de todo lo que les era conocido.

La aplicación del terror como un mecanismo de defensa español.

La agresividad y crudeza a la hora de actuar del conquistador contra su enemigo indígena,


tiene una indecorosa fama ante el mundo actual, aunque tales crímenes contra la humanidad
sean reales, no se quedan sin su respectiva explicación que se nos muestra de una forma
muy razonable en este libro.

En la obra se habla de unos conquistadores, los cuales son hombres comunes y corrientes
de la clase media, que carecen de un entrenamiento propiamente militar, donde tan solo
unos pocos han participado previamente en campañas militares en diferentes lugares de
Europa y África. El hombre ibérico, en busca de cambiar su suerte económica, en una
prometedora empresa de carácter privado, buscando poder ascender un escalón en la
pirámide jerárquica que regía el reino de España, exponiéndose a lo que es completamente
desconocido, habiendo dejado todo lo que se les era familiar atrás, y sin saber si sobrevivirá
en esta gran travesía, no teniendo “nada más que perder que sus propios pellejo” (p.146).

Cuando un hombre está expuesto a una situación de guerra, en este caso, contra el eminente
riesgo de ser atacado por un destacamento indígena en cualquier momento, la vida se
vuelve una situación de matar o morir. Esta situación genera una reacción extrema contra
cualquier intento de traición (sea indígena, negro o español) en la que “cualquiera que osase
alzar su mano contra la españoles y sus aliados fuese despedazado y arrojado como
alimento a los perros” (p.51) ya que en esta situación y como se ha demostrado que la
conquista es una empresa de carácter militar (así sus participantes supieran poco o nada de
estas labores) cualquier tipo de rebeldía puede poner en riesgo la vida de todos los
participantes de la operación.

Incluso en la actualidad, este hecho en la guerra, se acaba a cualquier persona que


represente un peligro a la tropa siendo vilmente asesinado.

Esto nos da paso una mención preliminar en la obra se nos explican estas reacciones de los
conquistadores, que es “El empleo del terror… que fue una necesidad psicológica para la
exigua y asediada banda de conquistadores, rodeada de peligros desconocidos y
desconectados de toda esperanza de ayuda procedente de su hogar” (p.51). Así, el empleo
de ejecuciones públicas y torturas barbarás, no son más que una forma de generar terror a
los enemigos de unos hombres que incursionan en tierras desconocidas, que se ven
asediados por el desespero psicológico de la guerra a campo abierto.

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