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Esteban Levin.
Extractado.
INTRODUCCION
Pablo es muy torpe para todo lo manual. No sabe atarse los cordones de las
zapatillas, y tiene ya diez años. Con la letra, es terrible, no se le entiende nada,
peros con los jueguitos electrónicos es rapídisimo, sabe hacer de todo. Él me
enseña a mí.
Mi hija Rocío ,de cinco años, no dibuja nada, pero es genial con la
computadora. Ahí si hace lo que ella quiere.
María Esther se la pasa mirando televisión, ella no juega mucho con los
juguetes, la atrae más la imagen. No quiere leer ni que le leas un cuento,
prefiere una película o que le dejes la televisión encendida para poder dormir.
Ella con sus siete años tiene muy buena memoria visual, pero cuando le hablas
muchas veces no te presta atención.
Este juego es buenísimo- dice Matías de cinco años- salen pinches por todo el
piso, ahí tirás a tu enemigo. También podés hacer que trague una bomba y
explote, le podes comer el cuerpo o le prendes fuego cuando te transformas en
un terrible dragón.
En estos juegos de red- explica Marcos, de once años- sos un mafioso que
tiene que ir matando gente. Cuando matas te dan plata, te sirve para vivir más
tiempo y podes seguir el juego. Hay sonidos de huesos rotos, sangre , tenes
que ganar para pasar al otro nivel.
Los malestares y los síntomas de los niños se manifiestan con gran intensidad
y frecuencia(asemejándose en algunos casos a los de los adultos), como
nunca antes había ocurrido: trastornos en la alimentación , el aprendizaje, la
actividad escolar, el desarrollo psicomotor, el lenguaje, la estructuración
subjetiva, a los que se suman signos de depresión, agresión, insomnio, tedio ,
adicciones, estrés, abulia, sobreexcitaciones, fatiga , inhibiciones, apatía,
violencia, que son motivo de constantes consultas y preocupaciones, tanto en
el ámbito clínico como el educativo....
La infancia vive en nuestros días, en la actual civilización tecnológica, rodeada
por un flujo incesante y multiforme de estímulo de muy variada índole, inmersa
en un seductor y a la vez perturbador universo de imágenes. Los medios de
comunicación, en sus diversas expresiones, invaden cada aspecto y momento
de la vida del sujeto, absorbiendo gran parte de los intereses y el tiempo de la
población infantil y adulta.
Estas imágenes son fijas y han sido programadas para crear la ilusión de
movimientos. A la máquina le corresponde hacer todo estereotipadamente para
generar el efecto de animación deseado. En esta realidad artificial los niños,
creen que son ellos, quienes dominan y manejan libremente las imágenes
cuando lo cierto es que son dominados por ellas, en una experiencia individual
y solitaria.