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NEUROBIOLOGÍA DE LAS ADICCIONES Y CONDUCTAS DE RIESGO

Aún en la época de la caverna, sin libros, sin un idioma establecido, ya


existía la actividad humana, y un tipo de lenguaje primitivo. Su conducta estaba
regida principalmente por la gratificación, el miedo y enojo, es decir, actuaban con
base en las emociones, ya que estás tenían una función adaptativa y de
supervivencia.

Durante la adolescencia, se puede considerar que hay una ventana de


vulnerabilidad para acercarse a las sustancias adictivas, con un acceso ilimitado
de las mismas, lo que propicia su consumo.

Un factor importante a considerar es, como se dio su desarrollo desde la


infancia hasta la adolescencia, tomando en cuenta su desarrollo madurativo del
organismo hasta el desarrollo afectivo con su entorno, como fueron sus relaciones
con la familia, con los amigos, con sus iguales en los diferentes contextos
sociales.

Durante el desarrollo madurativo del cerebro, es fundamental que tengan u


desarrollo correcto de las áreas prefrontales, pues éstas se encargan del control
de impulsos, la toma de decisiones, elaboración de juicios, etc., Y si estás áreas
aún no se han desarrollado y el individuo está expuesto a estímulos adictivos, se
encuentra en un periodo de vulnerabilidad para cometer conductas de riesgo,
además de sufrir algún tipo de daño orgánico, por la exposición temprana al
consumo de sustancias adictivas en un periodo crítico del desarrollo, pues como
estudiamos anteriormente en clase, el desarrollo madurativo de la adolescencia
concluye hasta los 21-23 años.

Durante la adolescencia, hay una maduración preponderante del área de


las emociones, teniendo un mayor control de la conducta por las éstas, ya que la
región prefrontal se encuentra en un proceso madurativo menor, por lo que el
control de impulsos y la toma de decisiones se ven mermada por debajo de las
emociones. Lo que los lleva a realizar conductas de manera impulsivo y sin
raciocinio, nuevamente hablando de encontrarse en mayor vulnerabilidad para
acercarse al consumo de sustancias adictivas.

Durante la adolescencia, el estriado ventral (núcleo accumbens) se


encuentra una respuesta mayor, es decir, presenta una preponderancia de
actividad de recompensa por la gratificación de alguna conducta, lo que
nuevamente los lleva, a exponerse a situaciones de riesgos mayores para buscar
el aumento de sensación gratificante. La toma de decisiones se lleva a cabo de
una manera más emocional. Las emociones controlan mayormente la conducta
del adolescente.

Aunado a este desarrollo madurativo de la corteza prefrontal durante la


adolescencia, se suma que las Drogas provocan un aumento de la actividad
neuronal del centro del placer (actividad emocional) pero disminuyendo la
actividad de las regiones prefrontales, y por ende, disminuyendo actividad de las
funciones ejecutivas.

El núcleo accumbens llega a sentir un placer inmenso debido al aumento de


dopamina que generan las drogas, por lo que el sentimiento de recompensa es
mayor produciendo la adicción a las sustancias para mantener dicho sentimiento
gratificante; situación importante a considerar es que, con el paso del tiempo, se
crea tolerancia a la sustancia, lo que lleva al adolescente a aumentar la dosis para
seguir generando la sensación de placer, incrementando la adicción y
dependencia de la misma.

Referencia

Cárdenas Fujita, L. (Marzo 11, 2020). Neurobiología de las adicciones y conductas


de riesgo. En Departamento de Neurociencias, Semana del Cerebro. Conferencia
llevada a cabo en Centro Universitario de Ciencias de la Salud (CUCS), U de G,
en Guadalajara, Jalisco.

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