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2018 - Capítulo 14.

Orina y Líquido Cefalorraquídeo Miguel Ferre Contreras

CAPÍTULO 14

ORINA

La orina es un fluido orgánico producido por el riñón mediante procesos


complejos que comprenden la filtración sanguínea, la reabsorción de sustancias
esenciales y la secreción tubular de ciertas sustancias. Una vez formada en el riñón,
la orina pasa al uréter y luego a la vejiga, donde se almacena hasta que es excretada
a través de la uretra.

Los procesos mencionados (filtración, reabsorción y secreción) se llevan a cabo


en las nefronas, unidades funcionales situadas en la corteza y en la médula de cada
riñón, íntimamente relacionadas por vasos aferentes (llegan) y eferentes
(salen).(Fig.1)

Figura 1. Esquema de la microcirculación de cada nefrona.


(Guyton – Hall, Tratado de Fisiología Médica, 9° Edición).

El filtrado glomerular, u orina primitiva, se forma por un proceso de filtración y


tiene una concentración de solutos semejante al plasma arterial, salvo en lo referente
a proteínas, que por su alto peso molecular, sólo atraviesan la barrera glomerular en
bajísima proporción.
Como consecuencia de ello la sangre que deja el glomérulo está más
concentrada en proteínas y por lo tanto su presión oncótica es mayor. Esto facilita la
reabsorción de la mayor parte del filtrado a través de las células tubulares.
Aproximadamente un 90% del agua se reabsorbe por diferencia de presión. Junto con
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el agua se reabsorben muchas sustancias, como glucosa, aminoácidos, electrolitos,


por distintos mecanismos activos o pasivos.
Además, las células renales secretan algunas sustancias, como por ejemplo
amoníaco, y excretan otras, por ejemplo: cuerpos cetónicos.
Una vez formada la orina definitiva, tiene una composición que difiere
marcadamente de la del plasma (Fig. 2).

Figura 2. Formación de la orina por filtración, reabsorción y secreción.


Mundt – Shanahan, Análisis de orina y de los líquidos corporales.

En la orina definitiva se eliminan:

1. Agua y sales en cantidades que mantienen el equilibrio hídrico del organismo.


2. Ácidos o bases a fin de mantener el equilibrio ácido-base.
3. Productos de desecho.
4. Sustancia tóxicas.
5. Sustancias presentes en sangre, en cantidades excesivas.

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Análisis de Orina

El examen realizado a una muestra de orina, dependerá del tipo de estudio


solicitado:

 Orina Básica (Completa): examen físico, químico y microscópico del


sedimento urinario.
 Urocultivo: método microbiológico que permite la identificación de
bacterias patógenas en la orina.
 Otras determinaciones: exámenes específicos que se solicitan en
determinadas circunstancias, por ejemplo, proteinuria de 24 horas,
clearence de creatinina, ionograma urinario.

Recolección de la muestra:

Una técnica de recolección adecuada es necesaria para que los resultados del
análisis sean precisos. La misma depende del tipo de estudio solicitado y su
conocimiento es importante ya que el médico instruirá al paciente para que tome la
muestra. Se prefiere la primera orina de la mañana por ser la más concentrada. El
recipiente dependerá del tipo de estudio; si se trata de un cultivo, es necesario un
recipiente estéril, mientras que para los otros métodos, es suficiente con un recipiente
limpio y seco. Se prefiere la muestra del chorro medio, previa higiene de los genitales,
condiciones indispensables para un urocultivo.

EXAMEN FÍSICO:

Comprende la evaluación del volumen, olor, color, aspecto, espuma, pH y


densidad.

Volumen

Para un análisis de rutina se necesitan, al menos, 15 mL de orina. En estudios


de muestras de 24 h, como proteinuria de 24 h o clearence de creatinina, se registra
el volumen total emitido en ese período (700 a 2000 mL/día).

Olor

La orina fresca tiene un olor “sui generis”, término en latín que significa “de su
propio género o especie”; es decir, la orina tiene olor a orina. Si bien no es
diagnóstico significativo, algunas anomalías urinarias pueden sospecharse por el olor.
Olor amoniacal dan las bacterias que forman amoníaco, olores a frutas indican la
presencia de acetona, olor dulce o desagradable indica pus o infecciones. Algunos
alimentos naturales como los espárragos, nabos y repollos, pueden dar olores típicos.

Color

El color de la orina normal es amarillo ámbar, variando su tonalidad según la


concentración del urocromo y, en menor medida, de urobilina y uroeritrina,
pigmentos responsables de ese color. Cuanto más pigmento hay, más profundo es el
color. Este color normal puede alterarse por muchos factores como la dieta,
medicamentos o sustancias químicas que aparecen en determinadas enfermedades.

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Colores anormales:
 Muy clara: orina diluida por alto consumo de líquidos, uso de diuréticos o
enfermedades como la diabetes mellitus o diabetes insípida.
 Rojo: presencia de eritrocitos (hematuria), hemoglobina libre (hemoglobinuria),
mioglobina (mioglobinuria) o gran cantidad de uroeritrina en enfermedad febril aguda.
 Pardo: presencia de bilirrubina (bilirrubinuria) o urobilina en exceso.
 Azul-verdoso: presencia de biliverdina, indican o infección por Pseudomonas.
 Marrón-negro: presencia de melanina.
 Rojo-púrpura: presencia de porfirinas.

Aspecto

La orina recién emitida debe ser límpida y transparente, dependiendo de la


dieta ingerida. Después de un período de reposo se forma una nubécula que puede
quedar suspendida o depositarse en el fondo del recipiente. Luego de conservada en
la heladera se forma un sedimento amarillo de ácido úrico o uratos de sodio o potasio.
Si el pH es alcalino, pueden precipitar fosfatos neutros o alcalinos. Los leucocitos,
células epiteliales y espermatozoides producen turbidez. Las bacterias además de
turbidez dan mal olor, los hongos provocan turbidez y olor a sudor. Los medios de
contraste radiográfico también dan turbidez a la orina. Los lípidos la vuelven
opalescente.

Espuma

La espuma es blanca y fugaz. La espuma amarilla puede ser por la presencia de


bilirrubina o algún medicamento (antibióticos). La espuma blanca y persistente
estable que se forma al agitar la muestra, puede aparecer en la orina que contiene
una cantidad moderada o grande de proteínas.

pH

En condiciones normales y con una dieta tradicional, tiende a la acidez (pH 4,5–
6,5). Un pH francamente alcalino se presenta en las afecciones de las vías urinarias
(cistitis, pielonefritis). Se observa un pH claramente ácido en la diarrea grave, fiebre,
uricemia y en la cetoacidosis diabética.

Densidad

Sirve para determinar la capacidad de concentración del riñón. Los valores


normales van 1,005 a 1,030 g/mL y dependen de la diferente hora de recolección.
Valores superiores a 1,030 g/mL se encuentran en estado de deshidratación.

EXAMEN QUÍMICO:

Incluye la determinación de proteínas, glucosa, cetonas, hemoglobina,


bilirrubina y urobilinógeno.

Proteínas

En un riñón normal, solo una pequeña cantidad de proteínas de bajo peso


molecular es filtrada por el glomérulo, siendo reabsorbidas la mayoría en los túbulos
por lo que, finalmente, se excretan menos de 150 mg/24 h. Las proteínas excretadas
normalmente incluyen una mucoproteína denominada proteína de Tamm-Horsfall que
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no se encuentra en el plasma pero que es secretada por los túbulos renales. Esta
escasa proteinuria fisiológica no es detectable mediante tiras reactivas (método
habitual), siendo necesario concentrar la muestra mediante diálisis, deshidratación o
liofilización para evidenciarla.

Uroproteinograma: el proteinograma de orina normal no presenta ninguna


banda o simplemente una muy discreta banda de albúmina, tras concentración de la
muestra. Este método puede informar todas las proteínas presentes, por lo que es
importante en el estudio cualitativo de las proteinurias (Fig. 3).

Figura 3. Comparación de un proteinograma de suero y de un uroproteinograma.

Proteinuria Postural: producida en un individuos sanos, generalmente jóvenes o


adolescentes, en los que aumenta la exceción de proteínas al estar de pie durante
varias horas, volviendo a valores normales al cambiar de posición. También se conoce
como proteinuria ortostática o lordótica.

Proteinuria Funcional: La proteinuria denominada funcional aparece cuando se realizan


ejercicios físicos muy intensos y de cierta duración. Es menos manifiesta en los
deportistas entrenados y alcanza su máximo después del esfuerzo muscular volviendo
lentamente a la normalidad. El aspecto del uroproteinograma es similar al del tipo
glomerular selectivo.

Proteinuria Patológica: según el origen de la misma, se clasifica como renal o


extrarenal. (Fig. 4).

1. Renal: indica lesión a nivel del nefrón y puede localizarse en el glomérulo, en


los túbulos, o en ambos, por eso se subdivide en tres variedades:

a) Proteinuria renal glomerular: es aquella debida a una permeabilidad


aumentada a nivel del glomérulo y a su vez puede ser:

 Selectiva: se debe al aumento de la filtración por pérdida de la


electronegatividad de la membrana basal, por lo que el glomérulo deja pasar
albúmina y 1 globulinas. Esta proteinuria se presenta en estados patológicos
con lesiones mínimas o incipientes, siendo la determinación positiva de
microalbuminuria (excreción de albúmina en orina de 30 a 300 mg/24 hs.) el

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primer indicador del inicio de la nefropatía. En condiciones normales sólo el 0,1


% de la albúmina plasmática se encontrará en el ultrafiltrado glomerular. Por lo
tanto la excreción aumentada de albúmina (>20 mg/l) implica la existencia de
alteraciones funcionales y/o estructurales a nivel de la membrana basal
glomerular y el comienzo de una enfermedad renal; en este caso, el paciente
tiene un considerable riesgo de desarrollar nefropatía en la siguiente década de
su vida. Enfermedades como la diabetes y la hipertensión arterial constituyen
las principales causas del desarrollo de nefropatías, por lo que la detección de
microalbuminuria resulta fundamental para modificar conductas y tratamientos
con el objetivo de prevenir la progresión del daño renal a etapas irreversibles y
de mayor morbilidad. Cuando se observa proteinuria manifiesta,
frecuentemente los glomérulos han sufrido un daño irreversible.

 No selectiva: refleja mayor daño y alteraciones estructurales del glomérulo, con


pérdida total de la selección. En el uroproteinograma encontramos proteínas de
alto peso molecular, especialmente 2 macroglobulina y  - lipoproteína. En
este caso el uroproteinograma y el proteinograma sérico del paciente son
similares.

El síndrome nefrótico va principalmente asociado a enfermedades glomerulares


y se diagnostica cuando la excreción de proteínas es mayor a 3,0 a 3,5 g/día
(proteinuria de 24 hs.). Además de la intensa oliguria, el síndrome clásico se
caracteriza por un bajo nivel de albúmina en suero, edema generalizado y aumento de
los lípidos séricos. Se ha sugerido que la pérdida de lipoproteín lipasa por la orina
contribuye a la elevación de los niveles de lípidos en suero. Se pierde  globulina por
la orina, lo que contribuye a la susceptibilidad a las infecciones bacterianas habitual en
el síndrome nefrótico. La proteinuria será de tipo glomerular no o poco selectiva de
acuerdo a la gravedad del daño glomerular.

1- b) Proteinuria renal tubular: la enfermedad tubular impide la reabsorción de


proteínas de bajo peso molecular. El defecto es a nivel del túbulo proximal,
perdiéndose la capacidad máxima de reabsorción de microglobulinas de bajo peso
molecular, las cuales se eliminan por orina.

1. c) Proteinuria renal tubular mixta: esta forma corresponde a la coexistencia de


microglobulinas de la proteinuria tubular, albuminuria e hipergamaglobulinuria.

2. Extrarenal: se origina por un defecto en otra región que no es el riñón y se


divide en dos:

a) Proteinuria extrarenal post-nefrótica:


Ocurre generalmente por la contaminación de la orina por producto de procesos
inflamatorios, purulentos y/o hemorrágicos localizados en pelvis renal, uréteres,
vejiga, próstata, uretra, etc. El estudio microscópico da elementos importantes para
diferenciarlas de una proteinuria estrictamente renal.

b) Proteinuria extrarenal de Bence Jones:


En la orina aparece la proteína de Bence Jones, que corresponde a un dímero de
cadenas L de las inmunoglobulinas. Esta proteinuria se asocia al mieloma múltiple, la
macroglobulinemia y los linfomas malignos. A veces coexisten estas afecciones con
proteinurias renales.

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Figura 4. Uroproteinogramas de distintos tipos de proteinuria.


Sanz - Carreras Cafora – Osatinsky, Proteinuria de Bence Jones:
Uroproteinograma o Inmunofijación

Glucosa

Normalmente, no se excreta glucosa en la orina. Su presencia en la orina se


denomina glucosuria y depende del nivel de glucosa en sangre, del índice de filtración
glomerular y del grado de reabsorción tubular. Habitualmente, no habrá glucosa en
orina hasta que los niveles en sangre superen los 160 a 180 mg/dl (umbral renal).
Cuando la glucemia excede el umbral renal, los túbulos no pueden absorber toda la
glucosa filtrada y se produce glucosuria. Asimismo, cuando hay una afección tubular
que impide la correcta reabsorción de glucosa, la misma aparecerá en orina aunque
no se exceda el umbral renal.

Cuerpos cetónicos

Los cuerpos cetónicos son los ácidos acetoacético, -hidroxibutírico y la


acetona, formados durante el catabolismo de los ácidos grasos. Su presencia en orina
se denomina cetonuria. Una persona normal, alimentada con una dieta mixta, excreta
menos de 0,1 gramos de cuerpos cetónicos en 24 horas, cantidad prácticamente no
dosable. Un aumento de los mismos indica alteración de los metabolismos lipídico y
glucídico. La presencia de aciduria es común en la acidosis debida a diabetes mellitus
mal tratada, en embarazos acompañados por vómitos intensos, en la inanición y tras
algunas anestesias.

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Hemoglobina

Su presencia en orina es anormal y se denomina hemoglobinuria. Puede


deberse a una hemólisis excesiva causada por drogas, parásitos u otros agentes
hemolíticos o lesiones de la vía urinaria con sangrado hacia la luz de la misma.

Bilirrubina

Normalmente no se encuentra en la orina. Su presencia, denominada coluria,


otorga a la orina una coloración oscura o marrón. Esta situación se observa en
patologías que producen reflujo de bilis y el pasaje de bilirrubina directa al torrente
sanguíneo y su eliminación renal.

Urobilinógeno

Es un pigmento formado en el intestino por acción bacteriana sobre la


bilirrubina. Normalmente se encuentra en orina en pequeñas cantidades
contribuyendo a su color normal y aumenta por la producción de bilirrubina de causas
hemolíticas. El incremento de su excreción altera el color de la orina.

EXAMEN MICROSCÓPICO:

El estudio microscópico del sedimento urinario es a menudo de ayuda para el


diagnóstico médico.
El sedimento se obtiene centrifugando la orina recientemente emitida y
separando la parte líquida. En el sedimento pueden observarse normalmente:

 Células epiteliales: 2 a 3 por campo de 400 x.


 Leucocitos: hasta 5 por campo.
 Hematíes: hasta 4 por campo.

También pueden encontrarse cristales, que aparecen después de que la orina


reposa un tiempo y cuyo tipo depende del pH de la orina. En muestras ácidas puede
haber oxalato de calcio, ácido úrico y uratos y en muestras alcalinas fosfatos y
carbonatos.
En orinas patológicas puede aumentar el número de leucocitos y aparecer
piocitos (leucocitos deformados, sin núcleo) y esto es índice de infección urinaria.
El incremento de hematíes constituye lo que se denomina hematuria e indica un
proceso hemorrágico en cualquier punto del aparato urinario. Generalmente
acompaña a la piuria en caso de infecciones.
En el examen microscópico también pueden aparecer cilindros, formados por
proteínas presentes en los túbulos de las nefronas, que adoptan la forma de estos y
aparecen en el sedimento como pequeños fragmentos cilíndricos incoloros,
traslúcidos. Se admite en general que la proteínas de Tamm-Horsfall constituyen la
matriz de todos los cilindros, dando forma a un entramado de fibrillas que pueden
atrapar fragmentos celulares, células o material granular. En los sujetos sanos se
encuentran nulos o escasos cilindros hialinos (traslúcidos), los que pueden aumentar
de cantidad luego de un ejercicio violento, sumado a proteinuria. En enfermedades
renales pueden aparecer en gran número y de distintas formas. La formación de
cilindros aumenta cuando entran en los túbulos proteínas plasmáticas en cantidades
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superiores a las normales. En las nefropatías crónicas muchos cilindros adquieren un


aspecto más denso, y se conocen como cerúleos.

LIQUIDO CEFALORRAQUÍDEO

Además de sus cubiertas óseas, la naturaleza ha protegido al cerebro y a la


médula espinal frente a las lesiones dotándoles de las meninges y una amortiguación
líquida alrededor y dentro de los órganos, el líquido cefalorraquídeo. Las meninges
están formadas por tres capas que desde afuera hacia adentro son las siguientes:
duramadre, aracnoides y piamadre. El espacio entre la aracnoides y la piamadre se
denomina espacio subaracnoideo, que se encuentra revistiendo al encéfalo y médula
espinal y dentro de las cavidades y conductos de los mismos. Por este espacio circula
el LCR.

Figura 5: Meninges.
Función

La función del LCR es principalmente la de servir de almohadilla protectora del


encéfalo y médula espinal. La flotabilidad del cerebro en el LCR permite que sus
fijaciones relativamente débiles lo suspendan de manera muy eficaz. Cuando la
cabeza recibe un golpe, la aracnoides se desliza sobre la duramadre y el cerebro se
mueve, pero ese movimiento es controlado suavemente por la almohadilla de LCR.
Además de efecto amortiguador y protector del sistema nervioso central, es
regulador de la presión intracraneana y permite tanto la circulación de nutrientes
como la recolección de productos de desecho.

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Formación

El 70 % del LCR se forma en los plexos coroideos de los cuatro ventrículos,


mediante secreción activa y ultrafiltrado del plasma. El 30 % restante es producido
por las células del epéndimo que revisten los ventrículos y las membranas
aracnoideas.
El volumen normal de LCR es de 90 a 150 mL en los adultos, con una tasa de
producción de 500 mL/día o 20 mL/hora.

Composición

Las secreciones y el plasma ultrafiltrado que componen el LCR son complejos y


reflejan la concentración de las sustancias plasmáticas. De este modo, las
características del LCR producido son las siguientes:

 Presión osmótica, aproximadamente igual a la del plasma.


 Na+, aproximadamente igual a la del plasma.
 Cl-, 15 % superior a la del plasma.
 K+, 40 % menos que el plasma.
 Glucosa, 30 % menos que el plasma.

Estas diferencias con respecto al plasma se deben a la presencia de la Barrera


Hematoencefálica (BHE), intercambio limitado de sustancias producido por la
existencia de uniones herméticas entre las células endoteliales capilares en el cerebro
y entre las células epiteliales en el plexo coroideo. De este modo, la BHE es muy
permeable al agua, al dióxido de carbono, al oxígeno y a la mayoría de sustancias
liposolubles (alcohol, anestésicos); ligeramente permeable a electrolitos como sodio,
cloro y potasio; y casi totalmente impermeable a las proteínas plasmáticas. Por lo
tanto, la concentración de sustancias halladas en el LCR debe compararse siempre con
la concentración en el plasma.
En estados patológicos del SNC (trauma, infección, infarto) la permeabilidad de
la BHE se ve afectada, alterándose la concentración intra y extracelular de proteínas,
agua y electrolitos en el tejido cerebral.

Toma de muestra

La misma se realiza mediante punción lumbar, procedimiento que puede


observarse en el siguiente enlace: http://www.nejm.org/doi/full/10.1056/NEJMvcm054952

En general, se toman 10 – 20 mL de LCR en tres frascos que se numeran de


forma secuencial. Los análisis efectuados a cada tubo dependen del protocolo del
laboratorio o de la solicitud específica del médico. Un protocolo común es el siguiente:

 Tubo 1: análisis químicos e inmunológicos.


 Tubo 2: procedimientos microbiológicos.
 Tubo 3: recuento de células.

Esta división permite distinguir el origen de la sangre presente en el LCR


extraído, pues en caso de producirse contaminación con sangre de un capilar dañado
por la punción, esta aparecerá únicamente en las porciones recogidas en los primeros
tubos e irá desapareciendo en los restantes. En cambio cuando la presencia de sangre
se debe a la hemorragia intrameníngea, se mantendrá en todos los tubos.

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Análisis del líquido cefaloraquídeo

Comprende los siguientes exámenes:

 Examen físico: Color, Aspecto, Coágulo.


 Examen químico: Glucosa, proteínas.
 Examen citológico: Recuento celular, Recuento diferencial.
 Examen bacteriológico: Cultivo, Coloraciones y Serología.

EXAMEN FÍSICO:

Color

Normalmente el LCR es incoloro pero, al igual que el aspecto, puede


presentarse normal en diferentes patologías, por lo que estas dos condiciones no
deben inducir a descartar patología alguna. El color rosado o amarillo pálido del
sobrenadante del LCR se denomina “xantocromía” y puede deberse a múltiples
factores como ser: presencia de hemoglobina procedente de los eritrocitos lisados,
antes o después de la punción lumbar; bilirrubina procedente de eritrocitos lisados en
el LCR o bilirrubina directa que atravesó la barrera hematoencefálica; o en casos en
que el LCR presente niveles de proteínas superiores a 150 mg/dL.

Aspecto

Normalmente es límpido, cristalino y transparente, semejante al “cristal de


roca”. Puede presentarse turbio cuando se eleva el número de células, hematíes (más
de 400 células/µL) o leucocitos (más de 200 células/µL), o ser causado por
microorganismos (bacterias, hongos, parásitos) o por ambos elementos a la vez. La
presencia de virus no altera el aspecto, por lo que en las meningitis víricas, el LCR se
presenta límpido.

Coágulos

Lo normal es que no presente coágulos. La formación de coágulos se produce


en los estados en que existe lesión de las meninges en un grado suficiente como para
producir un aumento de las proteínas, incluyendo al fibrinógeno. En cuanto al tiempo
de su formación, varía de acuerdo con la concentración del fibrinógeno y, por ende, al
tipo de enfermedad; así, por ejemplo, en la meningitis purulenta, el coágulo se puede
formar en un corto tiempo, el cual adopta una estructura compacta y densa que
desciende al fondo del tubo. La asociación entre xantocromía, hiperproteinirraquia y
coagulación masiva del líquido se conoce con el nombre de síndrome de Froin y se
observa en ciertos casos de compresión medular.

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Figura 6. Comparación del aspecto del LCR: A, Normal; B, Rojo proveniente de


hemorragia reciente; C, Xantocrómico proveniente de hemorragia antigua; D,
Punción lumbar traumática.
Mundt – Shanahan, Análisis de orina y de los líquidos corporales.
EXAMEN QUÍMICO:

Proteínas Totales

La presencia de proteínas en el LCR se denomina proteinorraquia. Normalmente


las proteínas casi no pueden difundir desde el plasma al LCR ya que la barrera
hematoencefálica lo impide. Sin embargo en muy bajas concentraciones pueden
encontrarse en el LCR proteínas séricas (albúmina, globulinas y fibrinógeno). Los
valores de referencia para la proteinorraquia varían con la edad (siendo mayor su
valor en recién nacidos, atribuido a la inmadurez de su barrera hematoencefálica). En
el adulto normal el valor de proteinorraquia, de origen lumbar, es de 15 – 45 mg/dL.
El aumento de proteínas en el LCR puede deberse a:

 Punción traumática que produce un aumento de la proteinorraquia debido


a la contaminación con plasma.
 Aumento de la permeabilidad de la barrera hematoencefálica y
disminución en la eliminación de las moléculas de proteínas en las
vellosidades aracnoideas. Esto sucede, por ejemplo, en las meningitis
bacterianas y víricas y en procesos tóxicos.
 Obstrucción de la circulación del LCR a partir de un bloqueo mecánico del
espacio subaracnoideo; por ejemplo, compresión de la médula espinal
debido a un tumor, hernia discal.
 Incremento de la síntesis de inmunoglobulinas dentro de los linfocitos y
células plasmáticas del S.N.C.

La disminución de la concentración de proteínas puede ser debida, entre otras


causas a:

 Eliminación de importantes volúmenes de LCR a causa de traumatismos o


desgarros durales.
 Aumento de la presión sanguínea intracraneal, que puede causar
incremento de la filtración a través de los plexos.

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Glucosa

La glucorraquia en el adulto se considera normal cuando sus valores oscilan


entre 50 a 80 mg/dL; dependiendo este valor de la edad (mayor en niños). La
concentración de glucosa en el LCR guarda estrecha relación con la glucemia, de
modo que es conveniente determinarla simultáneamente con la glucorraquia y
compararlas; siendo normal una glucorraquia equivalente al 60 – 70 % de la
glucemia.
Un aumento de la glucorraquia, además de ser discreto, es inconstante, y
probablemente sea debida a un aumento de la glucemia dentro de las dos horas
precedentes a la punción lumbar, por lo que tiene menor valor que la
hipoglucorraquia.
La disminución de la glucorraquia, puede deberse fundamentalmente a tres
mecanismos:

 Alteración del transporte de glucosa.


 Aumento de la actividad glucolítica en el S.N.C.
 Utilización de la glucosa por leucocitos y microorganismos.

Esa disminución está asociada a meningitis aguda o crónica, ya sea bacteriana,


tuberculosa, micótica o parasitaria, acompañándola la pleocitosis y la turbidez.

EXAMEN CITOLÓGICO:

El rango normal aceptado en adultos para el recuento leucocitario del LCR es de


0 a 5 leucocitos/µl. Los niños pueden mostrar mayores recuentos de leucocitos,
aunque los valores normales están poco documentados. En recién nacidos es de 0 a
30 mononucleados)/µl.
El recuento debe realizarse después de haber sido extraída la muestra, pues el
40% de los leucocitos pueden ser lisados después de dos horas.
El aumento de leucocitos se conoce con el nombre de pleocitosis. Este puede
deberse al aumento de neutrófilos, como ser en procesos sépticos agudos como la
meningitis bacteriana o micótica. En estos casos las muestras de líquidos se presentan
muy turbias o purulentas, debido a la gran cantidad de leucocitos a lo que se suma la
existencia de abundante cantidad de microorganismos. También se observa
predominio de neutrófilos en las fases tempranas de la meningoencefalitis vírica y de
la meningitis tuberculosa, pero a los pocos días esta pleocitosis neutrofílica da paso a
un predominio de linfocitos.
La linfocitosis es típica de procesos subagudos o crónicos, como ejemplo
pueden citarse: meningitis leucocitaria benigna, meningitis tuberculosa,
meningoencefalitis sifilítica y esclerosis múltiple, entre otros.
Los pequeños aumentos de células observables en el LCR (1-5%) tienen escasa
significación clínica; sólo se le da importancia a aumentos superiores al 10%, lo que
sucede en meningitis de origen parasitario.
Los recuentos eritrocitarios del LCR tienen un valor muy limitado en el
diagnóstico. Una aplicación consiste en el diagnóstico diferencial entre la punción
traumática y la hemorragia subaracnoidea, como ya se ha comentado.

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Figura 7. Células que pueden encontrarse normalmente en el LCR: A,


Neutrófilos; B, Monocitos; C, Linfocitos.
Mundt – Shanahan, Análisis de orina y de los líquidos corporales.

El siguiente cuadro agrupa datos comparativos de los caracteres físicos,


químicos y celulares entre un LCR normal y el correspondiente a las patologías más
comunes.

LCR Normal M. Vírica M. Bacteriana

Color Incoloro Incoloro Inc.-xantocr.

Aspecto Límpido Límpido Turbio

Coagulación - - +/- (gran coág.)

Proteínas g/dL 0,03

Glucosa mg/dL 50 – 80 No

Nº de células/µL 1–5 10 – 30 500 – 1000

75% Linfocitos
Fórmula Leucocitaria Linfocitos 80% Neutrófilos
25% Monocitos

Bacteriológico - - +

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Bibliografía

 Mundt y Shanahan. Graff Análisis de orina y de los líquidos corporales. Editorial


Médica Panamericana. 2° Edición. 2011.
 Guyton – Hall. Tratado de Fisiología Médica. Editorial Elsevier 12° Edición. 2011
 Balcells, A. “La clínica y el Laboratorio”. Editorial Masson. 17º Edición. 1997.
 Henry J. “Diagnóstico y tratamiento clínicos por el laboratorio”. Editorial Masson.
9º Edición. 1998.

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TRABAJO PRÁCTICO Nº 14

ORINA - LÍQUIDO CÉFALO RAQUÍDEO

Objetivos

 Reconocer los mecanismos de formación y la función de la orina.


 Determinar las características físicas y químicas de la orina normal.
 Aprender a utilizar las tiras reactivas para luego interpretar las alteraciones de
la orina en diversas situaciones patológicas.
 Estudiar las técnicas más empleadas para la determinación de microalbuminuria
y la importancia de la misma.
 Conocer el origen y la función del LCR.
 Valorar la importancia del examen físico, químico y microscópico del mismo,
como una medida del funcionamiento homeostático del encéfalo.

Temario

Orina. Formación y función. Recolección. Características físicas y químicas de la


orina normal y patológica. Proteinurias. Uroproteinograma.
LCR. Función, origen, circulación. Recolección de la muestra. Examen físico,
químico, microscópico normal y patológico. Valores de referencia.
Laboratorio: 1) Examen de Orina Básico 2) Microalbuminuria

1) Examen de Orina Básico

Fundamento
El examen físico, químico y microscópico de la orina es un análisis de rutina y
generalmente el médico lo solicita como Análisis de Orina Básico (antes, Orina
Completo).
Para realizar el examen químico y algunos parámetros del examen físico, se
emplean tiras reactivas.
Las tiras reactivas son métodos de química seca, en las que sobre una base
plástica se adhieren diferentes sustancias que reaccionan específicamente con
diferentes compuestos de la orina, cuya presencia se desea determinar.
Para el análisis de Orina Básico se emplean tiras polivalentes que permiten la
detección de pH, nitritos, leucocitos (estearasa leucocitaria), proteínas, glucosa,
cuerpos cetónicos, sangre (hemoglobina, mioglobina), bilirrubina y Urobilinógeno.

Muestra: Primera orina de la mañana o 3 h de retención mínimo.


Técnica:
 Mezclar la orina.

 Sumergir la tira reactiva en la orina.

 Eliminar el exceso de orina mediante el uso de papel absorbente.

 Leer los resultados en un período especificado en las instrucciones por el


fabricante.

Actualmente, se comercializan instrumentos automatizados (fotómetros de


reflexión) para la lectura de los resultados.

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2018 - Capítulo 14. Orina y Líquido Cefalorraquídeo Miguel Ferre Contreras

Precauciones: Existen distintos procesos y contaminantes de la orina que


pueden inducir valores falsos. Si la tira reactiva se mantienen mucho tiempo dentro
de la muestra, las sustancias químicas impregnadas en la tira tienden a disolverse,
con lo que se obtendrán lecturas y cifras poco precisas. Si los reactivos de la muestras
se mezclan, las lecturas también serán poco precisas, para evitar esto es
recomendable eliminar el exceso de orina después de haberla sumergido en la
muestra, apoyando la tira sobre un papel absorbente.
Almacenamiento: es importante cerrar herméticamente el frasco conteniendo las tiras
para protegerlas de la humedad y del calor excesivo. Se examinará las directrices del
fabricante con cada nuevo lote, por si hubiera cambios en el procedimiento.

A continuación se presenta un modelo de informe correspondiente a un análisis


normal de Orina Básico referido a los exámenes físicos y químicos.

INFORME DE UN ANÁLISIS NORMAL DE ORINA BÁSICA

Paciente: …………………………………………………………………………………
Fecha de recepción: ……………………………………………………………….
Médico solicitante: ………………………………………………………………….

EXAMEN FÍSICO

Color: amarillo ámbar


1 Aspecto: límpido
Densidad: 1,005 a 1,030 g/mL
Sedimento: escaso
pH: 4,5 a 6,5
Espuma: blanca y fugaz

EXAMEN QUÍMICO

Proteínas: no contiene
Glucosa: no contiene
C. Cetónicos: no contiene
Urobilina: normal
Pigmentos biliares: no contiene
Hemoglobina: no contiene

2) Microalbuminuria

Individuos normales excretan pequeñas cantidades de proteína en la orina,


habitualmente menos de 150 mg/día, que consiste principalmente de albúmina
(40%), globulinas de bajo peso molecular (20%) y otras proteínas de origen tubular y
del tracto urinario (40%). La excreción normal de albúmina es menos de 20 mg/día.
Se denomina microalbuminuria al aumento subclínico en la excreción urinaria de
albúmina (30 a 300 mg/24h), por sobre el rango normal, pero debajo del umbral de
detección de los tests usualmente empleados para la determinación de proteinuria.
Toda cifra superior a 300 mg/día es considerada albuminuria clínica (o
macroalbuminuria). La cinta urinaria reactiva estándar es un marcador insensible de
albuminuria y sólo la detecta en concentraciones mayores a 300-500 mg/día.
El concepto de microalbuminuria surgió en relación a la detección del daño renal
precoz en diabetes, denominada nefropatía incipiente; actualmente la
microalbuminuria es considerada también un marcador de daño cardiovascular en
general, tanto en diabéticos como en no-diabéticos.
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2018 - Capítulo 14. Orina y Líquido Cefalorraquídeo Miguel Ferre Contreras

Técnicas
Las técnicas empleadas para el diagnóstico de microalbuminuria son:
 Cuantificación de albúmina en orina de 24 horas: es el método estándar; la
dificultad radica en la recolección exacta de orina en ese tiempo.

 Estimación de la concentración de albúmina en orina aislada: se emplea una


cinta urinaria reactiva específica para albúmina (normal<30 mg/L). Este
método tiene buena sensibilidad (95%) y especificidad (93%), pero sólo indica
concentración en esa muestra, que es cambiante de acuerdo a un mayor o
menor volumen urinario.

 Cálculo del cociente de concentraciones urinarias de albúmina y creatinina (A/C)


en una orina aislada, que evita los efectos del volumen urinario asociados a los
dos primeros métodos, y es por lo tanto el recomendado actualmente.

Esquema de interpretación de la proteinuria:

Proteinuria

(+) (-)

Cuantificar proteinuria Determinación de Microalb.


en diuresis de 24 horas
2(+) (-)
Con 1-2 meses
Nefropatía Clínica de separación
Control anual

Nefropatía Incipiente

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