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Psicología social crítica y posmodernidad

Implicaciones para las identidades construidas bajo la racionalidad moderna


Teresa Cabruja

Posmodernidad: parte de la producción teórica actual que plantea una serie de críticas a la
racionalidad moderna positivista y a los sistemas de significado dominantes.
Deconstrucción del término occidental del self.
Presupuestos básicos de la crítica posmoderna:
Hermenéutica y deconstrucción como herramientas de análisis.
Crisis de la representación: conciencia generalizada del agotamiento de la razón.
Crítica al concepto de representación: construcción social de la realidad. Psicología posmoderna
y socio construccionista.
Las declaraciones de "verdades objetivas" devienen construcciones de comunidades con valores
particulares; el interés se desplaza hacia las formas en que el mundo es "representado" y qué
consecuencias acarrean dichas representaciones.
En la POSMODERNIDAD: En juego la noción de objetividad como legitimidad para producir
"verdad" sobre cómo es el mundo y las personas.
Lo anterior se da como una forma de superar la dicotomía: una concepción socio-
construccionista porque "la ciencia, de manera parecida a otros esfuerzos humanos, está
enraizada en un contexto de significación que es: una realidad social, una organización particular
de la acción humana, definiendo una moral y un mundo práctico".

CON EL GIRO POSMODERNO: La psicología (a partir de la autorreflexión y la


deconstrucción) analiza su propio discurso, comprende la manera en que produce un
conocimiento determinado y a qué consecuencias lleva.
El desarrollo del construccionismo social en psicología implica dejar de lado los presupuestos
básicos de la racionalidad moderna, que bajo la objetividad, habían conducido a la psicología a
constituirse, como dice Ibáñez (1993), "en un dispositivo extraordinariamente autoritario",
naturalizando las entidades psicológicas como consustanciales a la condición humana, ejerciendo
presión para adecuarse a ellas y des responsabilizando al psicólogx de los efectos de poder
producidos sobre las personas.
Tarea: desobjetivizar tales realidades, mostrando su situación social e histórica y explorando sus
implicaciones para la vida social.
Shotter dice que los cambios para una ciencia posmoderna llevarían, en vez de localizar los
problemas en la naturaleza del tema de investigación y discutir sobre lo adecuado de las teorías,
a interesarse por los procedimientos e instrumentos que se utilizan tanto en el tema de
investigación socialmente construido, como en la manera en que establecemos y mantenemos
contacto con él, así como en la naturaleza de las condiciones sociales que requieren de su
utilización y nuestra propia posición.

Una psicología social posmoderna entendida de esta forma pasa a localizar el conocimiento en la
relación social, en los espacios intersubjetivos, con una continua autorreflexión y deconstrucción
de los temas, métodos y teorías asumidas por la disciplina, sin pretender encontrar leyes
universales y circunscribiendo el conocimiento a unas determinadas condiciones sociohistóricas
de producción, susceptibles al cambio.

Se abren las posibilidades para rehuir la esencialización de las "identidades creadas", tal como se
desarrollará seguidamente.
Basarse en el carácter único de la experiencia femenina puede llevar a un discurso esencialista
sobre el género, cuando lo que hay son múltiples mujeres viviendo en elaborados complejos de
clase, etnia, cultura, etcétera. Entender la diferencia como "diversidad de experiencia".

Proceso de deconstrucción de las ideas asumidas sobre la concepción occidental del sujeto
permite mostrar que las categorías lingüísticas de las que disponemos para referirnos a nosotrxs
mismxs, y que han sido consideradas como "naturales", son regulativas en un determinado orden
social. Así, se han construido ficciones o creencias sobre la identidad.
Creencias o ficciones sobre la identidad que funcionan como "verdades" y que la construyen
como autónoma e independiente, verdadera, privada, única.

1. En busca de la independencia prometida: autonomía, libertad y evolución en la construcción


moderna del self.
La concepción del self en occidente permite mostrar su carácter político, sobresaliendo su
individualismo al considerar al individuo como independiente y autónomo, con atributos internos
que son considerados los motivos de su conducta.
Autonomía: necesidad de sujetos libres: democracia, y concepción como cosas: personas en
condición del ejercicio del poder.
2. En busca de la "propia y auténtica identidad".
Regulando la intersubjetividad, produciendo el conocimiento y el vocabulario que permite dirigir
las relaciones sociales de manera no coercitiva, haciendo creer al sujeto que posee su dominio.
Tejiendo la fabricación de nuestra experiencia cotidiana, de nuestras aspiraciones e
insatisfacciones, se nos gobierna por nuestro activo compromiso en la búsqueda de una forma de
existencia que funciona a la vez como realización personal y beneficio social.
Estas tecnologías de gobierno del self actúan no aplastando la subjetividad en interés del control
y del poder, sino buscando alinear los objetivos políticos, sociales e institucionales con los
deseos y placeres individuales, con la autorrealización.

3. En busca de una "identidad única".


La comprensión de la vida social no derivaría del conocimiento de los principios psicológicos,
sino del continuo proceso de negociación y conflicto entre las personas. Es decir, no somos ni el
producto predecible, único e inamovible de las condiciones del entorno ni el resultado de
determinantes biológicos; construcciones que a menudo des responsabilizan respecto al cambio o
sirven para legitimar la desigualdad sexo-género. NO HAY UNA SOLA VERSIÓN ÚNICA Y
ESENCIAL DE LA IDENTIDAD ADQUIRIDA POR RAZONES FISIOLÓGICAS O
APRENDIZAJES SOCIALES, E INDENTIFICABLES EN UN CONJUNTO DE RASGOS A
ENCONTRAR, SINO MÁS BIEN UN CONJUNTO DE PROCESOS VARIABLES DE DAR
SENTIDO A NUESTRAS PROPIAS ACCIONES Y A LO QUE NOS RODEA.
ROMPER CON LA IDENTIDAD UNITARIA.
La cuestión se halla en desplazar la comprensión del self a otro nivel, en su contexto concreto, a
las acciones y discursos que lo hacen posible, y en base a su argumentabilidad. El self tampoco
sería una substancia preexistente, sino formas múltiples de actualizarse a partir de las distintas
maneras como nos referimos a nosotrxs mismxs o como se nos construye, de la acción y la
práctica discursiva, pasadas y futuras, en constante modificación. Desplazándose así el análisis
hacia una actividad social como la narración, que otorga significación y estructura a las
experiencias, puesto que la acción humana se desarrolla en gran variedad de juegos del lenguaje.
AUNQUE NO EXISTIMOS INDEPENDIENTEMENTE DE CÓMO NOS CONSTRUIMOS
EN LAS MÚLTIPLES RELACIONES EN LAS QUE NOS ENCONTRAMOS, ÉSTAS SE
DAN EN EL INTERIOR DE DETERMINADAS CONDICIONES O REALIDADES; EL
LENGUAJE SERÍA UNA ACCIÓN MÁS.
Consecuencia: Lo que antes eran características individuales, pasarían a ser productos del
conjunto y el contexto social y no de nuestras esencias personales.
EFECTOS DE LA COMPRENSIÓN DEL SELF
Al creer que una persona se define porque posee una unidad psíquica interior ha conducido a que
busquemos las razones de nuestras actuaciones, intentando capturar nuestro yo a partir de la
introspección y de una reflexión descontextualizada sobre los productos de nuestras propias
actividades, sin reconocer la importancia de lxs otrxs presentes en la situación y en la misma
situación en sí, cuando, de hecho, buena parte de nuestros motivos pueden ser más un producto
de nuestras acciones, que no sus causas.
Al constituirse la intersubjetividad en la interacción, el self puede entenderse como un "texto"
construido discursivamente por una multiplicidad de narrativas.
El self sería una suma híbrida de prácticas discursivas e institucionales relacionadas con el
desarrollo ideológico que se genera en una lucha por la hegemonía entre puntos de vista diversos,
procesados dialógicamente en posiciones no actualizadas en un hablante personificados,
operativas en una sociedad dad, en un momento dado.
En la psicoterapia, la perspectiva discursiva del self rompe con la visión tradicional del terapeuta
como científico que "descubre" la "identidad"; el significado se construye en la negociación del
contexto comunicacional. Así, se usa la reconstrucción de las narraciones como motor de
cambio. Esto quiere decir que el cambio no se genera a través de la "reescritura de textos"
únicamente, sino también considerando a la sociedad y las relaciones sociales como el continuo
resultado.

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