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Título: Psicoanálisis, educación y política en Cornelius Castoriadis

Eje Temático: Psicología y Filosofía. Problemas epistemológicos y ético-


deontológicos
Autores: MARCH, Daniel Román y OLIVERA, Verónica Soledad
Roman_march@hotmail.com

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Resumen
El presente trabajo intenta acercar el discurso y la práctica filosófica al
campo del psicoanálisis valiéndose de los aportes del filósofo, psicoanalista y
economista Cornelius Castoriadis, en lo concerniente a las problemáticas sobre
cómo pensamos y cómo practicamos determinadas concepciones sobre la
relación entre educación y política.
Vale aclarar que dichos aportes no implican afirmar que hayan sido tomados
efectivamente por el discurso de la psicología y tampoco que los filósofos
hayan intentado con éxito entablar una conversación interdisciplinaria.
En 1987 Cornelius Castoriadis dicta una conferencia en la Social Research
de Nueva York titulada Psicoanálisis y Política y allí advierte sobre casos
aislados en los que ambas disciplinas han sido estudiadas en relación.
Lo que intentamos observar y analizar es ¿Cuál es el vínculo entre
psicoanálisis, educación y política? ¿Por qué Freud declaró alguna vez que las
tres eran profesiones imposibles? ¿Qué rol cumplen las representaciones de la
psique en tanto se traducen como significaciones en las prácticas educativas y
políticas?

Desarrollo del trabajo

La psique constituye la materia prima a través de la cual la sociedad


fabrica los individuos. Para Castoriadis las instituciones sociales resultan
determinantes en este proceso, ya que “dominan a los individuos y los forman
por completo” (Castoriadis 1998: 125)
El ser humano en tanto ser histórico social, es un sujeto que ha
interiorizado la totalidad de la institución socialmente dada, así como las
significaciones imaginarias que organizan el mundo y le confieren un sentido.
A través de este proceso histórico la psique es constreñida a sus objetos y su
mundo inicial que cuenta con reglas que están socialmente Instituidas.
Estas reglas organizan, orientan y dirigen la vida de los individuos que la
constituyen. En efecto señala el autor que “los individuos devienen lo que son
absorbiendo e interiorizando las instituciones.”1

1
Castoriadis Cornelius, “Psicoanálisis y política” en El mundo fragmentado Trad. Roxana
Paez. Terramar. La Plata, 2008. Pág.124

2
Frente a este panorama, se despliega lo que se denomina la dialéctica
instituido/ instituyente y como producto de ella, pueden provocarse dos
instancias que se contraponen: la heteronimia o la autonomía. Es decir, que por
un lado, existe la posibilidad de que mantenga el orden social vigente en cada
momento histórico convirtiéndose en un instrumento para la consolidación y
perpetuación de ciertas normas, valores, ideas, que permiten el funcionamiento
de determinados modelos vinculares y que establecen una relación
heterónoma con el mundo circundante. Al igual que Castoriadis consideramos
que desde esta perspectiva se constituye una perpetuación o repetición que
genera sociedades rígidas, fijas, que fabrican individuos conformistas.
Bajo este enfoque, nos encontramos con un sujeto pasivo y sumiso,
atravesado por leyes y prácticas sociales que obedece sin haber creado. Es
importante mencionar que estas leyes son producto de la atribución de una
autoridad de carácter extra-social como ser: dioses, antepasados, diversas
necesidades históricas, etc. Es decir, que estas sociedades han construido sus
imaginarios condicionando sus propias posibilidades de emancipación.
Podemos hablar aquí de una “heteronomía” en tanto es el otro el que ha dado
la ley, en este caso la sociedad instituyente.
El planteo de Castoriadis, por el contrario, apunta a la posibilidad de un
sujeto emancipado, libre y autónomo. ¿Pero cómo se llega a esta autonomía?
Esto sucede cuando el sujeto puede darse sus propias normas una vez
que se ha emancipado y ha afirmado su autonomía.
Por otro lado, la autonomía del sujeto, para Castoriadis, se hace posible
cuando los individuos son capaces de reflexionar y cuestionar sobre los
fundamentos de sus significaciones imaginarias sociales. Este momento
permite la creación de un nuevo tipo de relación con la sociedad así como
inaugura un nuevo tipo de sujeto, capaz de reflexionar sobre sí mismo y las
instituciones propias del mundo histórico social en el que se halla inmerso.
Este proyecto, en efecto, se constituye como un movimiento histórico de
los sujetos por arribar a una autoinstitución lúcida de la sociedad, lo que implica
la posibilidad de darse uno mismo sus leyes. Un tipo de ser que se da a sí
mismo, reflexivamente, sus leyes de ser.
No obstante, la autonomía individual sólo puede alcanzarse si sus límites
coinciden con los de la autonomía del conjunto. Este punto constituye el nudo

3
central de nuestro planteo y nos permite vincular psicoanálisis, educación y
política mediante el análisis de sus implicancias prácticas.
Consideramos que es posible encontrar algunas líneas comunes entre
psicoanálisis, educación y política. Si bien cada una de ellas se desarrolla
como una actividad diferente, todas tienen como horizonte de acción la
posibilidad de construir un sujeto autónomo, cultural, psicológico y social.
Ahora bien, desde la mirada psicoanalítica nos encontramos con un sujeto,
en apariencia consiente, pero sobre todo, determinado por un inconsciente
apartado del conocimiento, debido a la barrera de la represión; lo que significa
que al nacer vivimos como monadas psíquicas omnipotentes e ilimitadas en la
satisfacción de sus deseos, pero pronto descubrimos y aceptamos la presencia
de Otro que nos condiciona y amenaza nuestros deseos, y que también tiene
los suyos propios, vale mencionar los estudios de Melanie Klein al respecto..Lo
que hará que aquellos deseos se vuelvan inconscientes y queden reprimidos
en las profundidades de la psique. Bajo esta óptica, la labor del psicoanálisis
consiste en buscar penetrar esta barrera a fin explorar ese estado de carácter
inconsciente, además de filtrar las pulsiones procediendo desde la reflexión y la
deliberación
Siguiendo la línea de pensamiento freudiano podemos entender como uno
de los objetivos o fines del análisis, la posibilidad de que el ello, pueda ser
eliminado o conquistado por el yo. En palabras del autor “wo es war, soll Ich
werden (donde era Ello, Yo debo/ debe devenir).” Castoriadis hace una
observación respecto a este planteo y considera que esto no puede ser posible
debido a que las pasiones no podrían ser sometidas por completo a un control
racional y conciente, y que si esto ocurriese habríamos matado, parte de lo
que nos hace verdaderamente humanos. Por esta razón, lo que el autor
plantea es un “proyecto de autonomía”, proceso que no elimina el conflicto
psíquico así como una instancia psíquica en beneficio de otra, sino que altera
la relación entre ambas. Lo que permite este proceso es que el yo pueda
devenir subjetividad reflexiva, capaz de deliberación y voluntad, es decir que la
represión ceda su lugar al reconocimiento de los contenidos inconscientes y la
reflexión sobre estos. Esta instancia como su nombre lo indica, constituye un
proceso, -no un estado alcanzado de una vez y para siempre-, un horizonte de
posibilidades, un movimiento o tendencia, que otorga un rol central al paciente

4
en tanto agente principal en el desarrollo de su propia actividad: rememorar,
repetir, elaborar (durcharbeiten).
Puesto que las asociaciones libres del paciente son interpretadas por el
analista y eso convierte al psicoanálisis en una actividad práctico-poiética, sus
dos participantes son agentes. Es decir, que esta situación descripta convierte
al psicoanálisis en una práctica donde ambos (el que escucha y el que habla)
son agentes de cambio o alteración de las condiciones previas. Por ello, dirá
Castoriadis, que la denomina “poietica”, “pues es creadora: su resultado es la
auto-alteración del analizante, es decir, estrictamente hablando, la aparición de
otro ser. Y la denomina “práctica”, pues llama praxis a la actividad lucida cuyo
objeto es la autonomía humana y para la cual el único medio de alcanzar dicho
fin es esta misma autonomía”. 2
Entonces, para Castoriadis el psicoanálisis se trata de una actividad que
tiene como objetivo la autonomía humana, de forma creadora tal que permita la
aparición de “otro ser”, autónomo, reflexivo y critico La autonomía del sujeto, en
el ámbito psicoanalítico aparece a nivel individual como un camino para arribar
a dicho estado que se traduce en una toma de conciencia, que permite al
sujeto una mayor posibilidad de dominar su trauma y de tomar decisiones al
respecto. Es importante mencionar y aclarar que , la posibilidad de autonomía
radica en que si bien el análisis no aporta la felicidad, ayuda al paciente a
liberarse de su miseria neurótica y a formar su propio proyecto de
vida.(Castoriadis 1998: 126)
Creemos firmemente que si queremos ser libres, nadie debe poder decirnos lo
que debemos pensar. Esto parecería entrar en aparente conflicto con nuestras
observaciones al considerar que la internalización de las instituciones, no
constituye un hecho sin importancia, sino que resulta determinante, en tanto el
individuo constituye su encarnación principal de manera tal que sus modos de
pensamiento, de acción, sus normas y valores, su identidad, depende
enteramente de ella, es decir, los forma y los conforma.
Es a partir de este planteo que el autor introduce el término “política”,
entendido como “la actividad lucida que tiene por objeto la institución de una
sociedad autónoma y las decisiones relativas a la empresa colectivas3

2
Op. cit. Pág.,119
3
Op. cit. Pág.122

5
En el plano político hacemos referencia concretamente a la posibilidad de
llegar a una conciencia que nos permita comprender que somos nosotros los
que construimos las leyes de nuestra sociedad y por lo tanto, somos nosotros
quienes debemos y podemos cambiarlas. Esto supone que los individuos se
sepan creadores de sus propias instituciones. Es decir, lo que Castoriadis
entiende como “poner en tela de juicio las propias instituciones,
destotemizarlas, quitarles el halo sagrado que tienen, y asumir que son los
integrantes de la sociedad quienes les dan a esas instituciones el poder que
tienen”4.
Por ende, el rol de la política ha de ser decisivo en tanto instrumento que
permita a los individuos ampliar su capacidad de devenir autónomos. La
política debe ayudar a la colectividad a crear instituciones cuya limitación no lo
limite. Se trata de una sociedad que sabiéndose creadora de sus leyes, y capaz
de alterar su propia actividad, se autoconstiituya y autogobierne. La política
implica la posibilidad de una actividad colectiva reflexionada, lúcida,
participable y compartida. Es un proyecto que permite la puesta al día del poder
instituyente y su explicación reflexiva.
Podemos decir en definitiva que en el plano colectivo el proyecto se
traduce a una subjetividad capaz de cuestionar las significaciones existentes de
la sociedad. En otras palabras que se han perpetuado, canonizado o fosilizado.
Sin embargo, una vez establecidas las implicancias de cada campo
(psicoanálisis y política) surge un nuevo problema cuando intentamos vincular
ambas propuestas, puesto que, cada una de ellas abarca diferentes niveles: el
psicoanálisis opera a modo individual, mientras que la política posee un
horizonte de carácter social. En este momento resulta pertinente introducir un
elemento que aporta Castoriadis cuando sostiene que la educación constituye
el eslabón principal en este procesó en tanto se constituye como elemento
mediador para poder alcanzar la autonomía. Nos referimos a la Pedagogía que
hace las veces de lazo permitiendo unir la autonomía individual dada en el
poder de la psique y sus representaciones con la autonomía colectiva
alcanzada merced a la actividad política.

4
Castoriadis, C. La institución imaginaria en la sociedad. Ed. Tusquets, Barelona, 1983.Pág.
123

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Según Catoriadis no hay distinción entre educación y pedagogía aunque
resalta que la segunda supone la primera. Esto es, que se trata de un proceso
en donde pasamos de un “mundo de pulsiones” a convertirnos en sujetos. La
educación comienza con el nacimiento y termina con la muere. Ahora bien, en
sentido estricto, la pedagogía es un momento dentro del proceso educativo, es
una”educación dirigida” hacia sujetos que aun no son adultos.
Este aspecto de la educación dirigida con un fin especifico y determinado
puede observarse desde la “republica” de Platón en donde se recomienda
organizar la ciudad guardando ciertas disposiciones con la intención de
promover el bien común. Asimismo, la pedagogía cuenta con otro elemento
constitutivo fundamental: la relación docente -alumno. Por tanto, Castoriadis
considera que “no hay pedagogía si el alumno no inviste, en el sentido fuerte
del termino, lo que aprende y el proceso de aprendizaje simultáneamente”5
En efecto, la educación debe constituirse como una verdadera paideia ,
que comprende desde el nacimiento y que no culmina sino con la muerte del
sujeto, pues todo lo que ocurre en la vida del mismo contribuirá no solo a
formarlo, sino también a deformarlo. De aquí la necesidad de que una
educación para la autonomía y hacia la autonomía que promueva en los
sujetos la capacidad de interrogarse constantemente en búsqueda de sentido;
para saber si obran en conocimiento de causa o más bien impulsados por una
pasión o un prejuicio.

Conclusión:

Entender la psique como una organización, que se constituye


históricamente, que se socializa y sobrevive en la incorporación de las
significaciones imaginarias sociales que a la vez reproduce es uno de los
objetivos que este trabajo persiguió.A partir de esto, podemos pensar al

5
Castoriadis Cornelius, “Psicoanálisis y política” en El mundo fragmentado Trad. Roxana Paez.
Terramar. La Plata, 2008. Pág 221

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psicoanálisis como una instancia que permite articular situaciones concretas
de la vida, anudándolas y permitiendo que el sujeto se detenga a reflexionar
sobre ellas. Posibilidad de un nuevo comienzo de renovación y de libertad.
Transformando y creado nuevos lazos, un reacomodamiento que permita una
nueva forma de instalarse en la realidad presente desde una mirada critico
reflexiva. Entiende Castoriadis que la idea de que la psiquis es irreducible a la
sociedad, del mismo modo que la sociedad es irreducible a la psique han
hecho caer tanto a psicoanalistas como a sociólogos en uno de los siguientes
errores: los primeros deducen la sociedad a partir del funcionamiento psíquico
y los segundos ven en la psique solo el producto de la socialización.
Por otro lado intentamos bucear en tres ámbitos de la praxis que en una
primera aproximación parecían imposibles de vincular, la psique, la pedagogía
y la política.
La psique es estudiada y explorada por la actividad del psicoanalista, la
pedagogía se ofrece como mediadora entre aquello y la política entendida
como emancipación social. Decimos que la pedagogía es la mediadora porque
dirige sus esfuerzos en pos de la unión entre la autonomía individual dada por
el psicoanálisis y la autonomía social dada por la actividad política
emancipadora.
Por último tenemos la convicción de que un trabajo interdisciplinario que
trate de unir los tres ámbitos que hemos trabajado brindaría una perspectiva
enriquecedora sobre la problemática en una sociedad en la que la que se
despliega un conflicto de interpretaciones.

Bibliografía:

 Castoriadis, Cornelius La institución imaginaria en la sociedad. Ed.


Tusquets,Barelona, 1983

8
 Castoriadis, Cornelius, Figuras de lo pensable. Fondo de Cultura
Economica. Bs. As.1998
 Castoriadis, Cornelius,El mundo fragmentado. Trad. Roxana Paez.
Terramar. La Plata, 2008
 Freud, Sigmund. Esquemas del psicoanálisis. trad. Lovuvico Rosenthal.
Ed. Paidos. Argentina. 2008
 Cristiano, Javier. Lo social como institución imaginaria. Castoriadis y la
teoría sociológica eduvin. Villa Maria 2009
 Castoriadis, Cornelius, De la autonomía en Política:”el individuo
privatizado”. Texto publicado por el diario pagina 12. originalmente
publicado por Le Monde Diplomatique. Sobre bases de notas tomadas
por R Redecker de una conferencia dictada por C Castoriadis en marzo
de 19997

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