Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
En el capítulo “Crisis estatal y época de revolución”, el autor Álvaro García Linera busca
realizar una lectura de la situación del Estado boliviano en un contexto de cambios y de
crisis estatal. Para ello, da inicio con un recorrido por distintas definiciones del Estado
realizadas por pensadores clásicos, para posteriormente poder conceptualizar en qué
momento nos encontraríamos ante una crisis estatal.
- Kant: Una definición del Estado como un conjunto de personas que se propone vivir
libremente bajo una ley y una coacción universal.
- Marx: Si bien el Estado se presenta como un resumen de la colectividad, este es una
imagen que transfigura la dominación en una apariencia de autonomía institucional.
- Derivacionistas y regulacionistas: El Estado como una relación social conflictiva en
la realización de un su sistema de necesidades y el modo en que presentan sus
actividades cotidianas.
- Gramsci: Entender al Estado con un sentido integral que se genera por la sumatoria
de la sociedad política y la sociedad civil.
- Durkheim: La institución, el ritual, la creencia y la coerción, como elementos
constitutivos en la formación del Estado, el cual se presenta como el órgano del
pensamiento social y de la disciplina moral.
- Weber: El Estado como una organización política que mantiene el monopolio
legítimo del uso de la fuerza.
A modo de resumen, García Linera señala que hay Estado no solamente cuando en un
territorio se logra monopolizar el uso de la coerción física, sino cuando descansa sobre la
creencia social de su legalidad, lo que a la vez supone la capacidad de imponer en la
mentalidad de las personas sistemas cognitivos y modos de ver el mundo.
Crisis de Estado
Ahora bien, García Linera busca realizar un abordaje crítico del estado para comprenderlo
no de un modo estático, sino en movimiento, entendiendo que las confrontaciones y
disputas que se presentan en el Estado son enfrentamientos generados por las características
y el control del capital estatal. Señala que de modo analítico la organización del Estado se
encuentra constituida por tres componentes, y que la crisis de este se presenta cuando
alguno de estos factores se estanca o diluye. Así, se pueden observar los siguientes
aspectos:
Época revolucionaria
García Linera retoma el concepto de “época revolucionaria” de Marx, entendiendo por este
a los períodos históricos con cambios políticos, con modificación de las posiciones y
cambios en las fuerzas sociales, con recomposición de identidades de las clases y con
sublevación social. Son períodos largos en los cuales sectores que previamente eran
tolerantes con los gobernantes desafían abiertamente la autoridad, buscando al menos una
parte de los mismos hacerse con el poder del Estado, con un apoyo de una parte importante
de la ciudadanía a dichas pretensiones, y con una incapacidad de los gobernantes de
neutralizar dichas aspiraciones. Así, señala que en Bolivia se está viviendo una época
revolucionaria en la que se observa la polaridad política que tiene una base étnico-cultural,
una base clasista y una base regional.
Indianismo y Marxismo
Garcia Linera realiza una lectura del desarrollo del marxismo en Bolivia, su relación con el
indianismo, y las ideologías que se fueron desarrollando a lo largo de la historia. Así, el
marxismo primitivo promovía la industrialización para la formación del proletariado y con
él al sujeto histórico que daría lugar a la revolución. En este análisis quedaban excluidas las
formas de organización agrarias campesinas y familiares; por el contrario, había una
orientación hacia la disolución de dichas relaciones sociales para dar paso al progreso de la
industrialización y con ello a la emancipación humana.
Lo que se presenta como una nueva forma de relación-Estado, la transición de los hábitos
que han perdido su anclaje en las relaciones sociales y que dan forma a una nueva
estructura, da lugar a un sistema político que reconfigura cinco aspectos principales:
Esto nos permite comprender estructuras de poder que tienen actores definibles, pero que se
constituyen también en relaciones de incertidumbre, que pueden dar fortaleza en sus
orientaciones pero que dependen a la vez de esa correlación de fuerzas de la que forman
parte.
Estos tres aspectos, explica García Linera, generaron flujos y reflujos en un momento de
crisis estatal, afectando las estructuras del poder económico, y la correlación de fuerzas
políticas y simbólicas.
Bibliografía