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INTRODUCCION.
Si hay un concepto inequívocamente ligado a la palabra jabón, es la llamada saponificación. En términos muy
sencillos, podríamos definir la saponificación como el proceso que convierte "mágicamente" la grasa o el
aceite, en jabón limpiador. Esta transformación mágica no es otra cosa que una reacción química muy
común, y que consiste básicamente en:
ÁCIDOS GRASOS + SOLUCIÓN ALCALINA = JABÓN + GLICERINA
Así es como al mezclar los ácidos grasos (principales componentes de las grasas animales y de los aceites
vegetales) con una solución alcalina (hecha a partir de una mezcla de agua y un álcali, como por ejemplo la
sosa), se obtiene el jabón (que será realmente suave, porque además el otro subproducto que se obtiene de
esta reacción es la glicerina).
El álcali es imprescindible para que se produzca esa reacción, pero hay que tener en cuenta que por sí solo
es un elemento cáustico muy peligroso, cuyo manejo implica tomar una serie de precauciones muy
importantes para manipularlo con seguridad. Los álcalis más utilizados en la fabricación del jabón son la sosa
(hidróxido sódico, NaOH) y la potasa (hidróxido potásico, KOH).
Por eso, es necesario tener mucha experiencia y unos conocimientos muy amplios sobre los álcalis y sus
reacciones químicas, para proceder a realizar una saponificación que ofrezca totales garantías de que el
producto final obtenido no entrañe riesgo alguno para la piel.
Esto no significa que la saponificación sea un proceso terriblemente peligroso, sino más bien muy delicado de
realizar: Así, por ejemplo, si en la reacción anterior hay un exceso de sosa, el producto resultante será una
masa cáustica inservible; mientras que si por el contrario, la cantidad de sosa es insuficiente, el producto
resultante será una mezcla grumosa de aceites, que en nada se parecerá tampoco al jabón.
Es por eso que para realizar un buen jabón, perfectamente saponificado, y con unas excelentes cualidades
limpiadoras y emolientes, aparte de una gran experiencia y conocimientos de la saponificación, se necesita
conocer también una serie de tablas con parámetros y proporciones muy concretas de cada uno de los
elementos que constituyen la reacción, así como su correcta formulación. El conjunto de dichas tablas
imprescindibles para la elaborar cualquier tipo de jabón, es lo que se conoce como tablas de saponificación.
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1. SAPONIFICACIÓN.
La saponificación es una reacción química entre un ácido graso (o un lípido saponificable, portador de
residuos de ácidos grasos) y una base o alcalino, en la que se obtiene como principal producto la sal de dicho
ácido y de dicha base. Estos compuestos tienen la particularidad de ser anfipáticos, es decir tienen una parte
polar y otra apolar (o no polar), con lo cual pueden interactuar con sustancias de propiedades dispares. Por
ejemplo, los jabones son sales de ácidos grasos y metales alcalinos que se obtienen mediante este proceso.
Antes que nada habría que dirimir entre un lípido saponificable y uno insaponificable a pesar que los
enlaces son muy similares existe una diferencia entre los enlaces covalentes de sus elementos.
Un lípido saponificable sería todo aquel que esté compuesto por un alcohol unido a uno o varios ácidos
grasos (iguales o distintos). Esta unión se realiza mediante un enlace éster, muy difícil de hidrolizar. Pero
puede romperse fácilmente si el lípido se encuentra en un medio básico. En este caso se produce la
saponificación alcalina. En los casos en los que para la obtención del jabón se utiliza un glicérido o grasa
neutra, se obtiene como subproducto el alcohol llamado glicerina, que puede dar mayor beneficio económico
que el producto principal.
El método de saponificación en el aspecto industrial consiste en hervir la grasa en grandes calderas,
añadiendo lentamente sosa cáustica (NaOH), agitándose continuamente la mezcla hasta que comienza esta a
ponerse pastosa.
La reacción que tiene lugar es la saponificación y los productos son el jabón y la glicerina:
-
H2O
H2O CO 2 Na+
-
Na+ O 2C -
CO 2 Na+
-
- CO 2 Na+
Na+ O 2C
-
- Grasa CO 2 Na+
H2O Na+ O 2C H2O
-
Na+ O 2C
- CO 2 Na+
-
Na+ O 2C
- CO 2 Na+
-
CO 2 Na+ H2O
H2O
H2O
El jabón actúa como un surfactante disminuyendo la tensión superficial del agua, su acción se debe a
que las cadenas de hidrocarburo de las moléculas del jabón se disuelven en sustancias poco polares,
tales como gotitas de aceite o grasa y la parte iónica de la molécula es atraída por el agua según el
Esquema II. Se podrá observar que se produce entonces una repulsión entre estos agregados
moleculares, debido a la presencia de cargas iguales y es por esto que las partículas de jabón no
colapsan y se encuentran suspendidas en la disolución.
- - - -
- - - -
- - - -
- - - -
- -
La principal desventaja de los jabones es que precipita con el agua dura (agua que contiene iones Ca 2+ ;
Mg2+; Fe2+), debido a que la sal del ácido puede intercambiar el ión sodio por el calcio, según la
siguiente ecuación.
- +
RCO 2 + Ca 2 (RCO 2)2Ca
insoluble.
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Sirve para determinar la clasificación de aceites y grasas, puesto que el indice de saponificación está
inversamente relacionado con la longitud de los ácidos grasos constituyentes de los glicéridos de la
grasa. Es una medida para calcular el peso molecular promedio de todos los ácidos grasos presentes.
La variedad enorme de grasas formadas por mezclas distintas de un pequeño número de glicéridos hace
muy difícil su caracterización, con este objeto (caracterizar) se determinan algunas constantes, siendo
muy corrientes el Indice de refracción, Número o Indice de saponificación, Indice de Reichertmeissl,
Indice de Polenske, Indice de acetilo, etc.
La palabra saponificar significa producir jabón, la hidrólisis alcalina de un triglicérido produce glicerol y
las correspondientes sales de ácidos grasos que forman el triglicérido.
Por ejemplo:
TRIPALMITINA + 3 KOH glicerol + 3 C15H31COOK Jabón
Peso molecular de la tripalmitina: 860 g/mol Peso molecular del KOH (56 g/mol)
Si 860 g de tripalmitina :: 1680.000 mg de KOH 1 g X
Como siempre se requieren 3 moles de KOH para la hidrólisis alcalina, se puede decir que:
I.S. = 168.000/peso molecular del triglicérido.
Se puede observar que el índice de saponificación es inversamente proporcional al peso molecular del
triglicérido.
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2. JABONES.
El jabón (del latín tardío sapo, -ōnis, y este del germánico *saipôn) es un producto que sirve para la higiene
personal y para lavar determinados objetos. En nuestros tiempos también es empleado para decorar el
cuarto de baño. Se encuentra en pastilla, en polvo o en crema. En sentido estricto, existe una gran diferencia
entre lo que es un jabón, un detergente y un champú.
Este artículo familiar principalmente usado para lavar y emulsionar se compone de las sales de sodio (o de
potasio) de ácidos grasos de 12 a 18 átomos de carbono. Se obtienen saponificando grasas o aceites, o
neutralizando ácidos grasos, con hidróxidos o carbonato de sodio o de potasio. Las sales de sodio fabricadas
en grandes cantidades son los jabones duros, y los de potasio se denominan jabones blandos.
La mejor clasificación de los jabones se basa en el uso para que han sido fabricados. Los de mejor calidad
son los jabones de tocador, que contienen muy poco álcali y se utilizan grasas y aceites de color mucho más
claro. Los que le siguen en calidad son los jabones de servicio ligero, que se prestan en forma de pastillas,
polvos, gránulos y escamas. Se usan para lavar la vajilla, tejidos de lana, etc. Aquí se usan grasas con un
color un tanto más oscuras. Las grasas más oscuras se emplean en la fabricación de jabones para el lavado
de ropa en el hogar doméstico. Existen también jabones industriales que se fabrican para fines específicos.
Tradicional jabón de Marsella Jabón de tocador o jabonete Una barra de jabón genérico, después de
la purificación y acabado
El jabón es una mezcla sales de metales alcalinos (usualmente sales de sodio), provenientes de ácidos de
16, a 18 átomos de carbono, pero pueden contener sales de sodio de ácidos carboxílicos de baja masa
molecular. Se estima que el jabón fue descubierto por los fenicios, otros atribuyen este descubrimiento a los
antiguos egipcios; se supone que data del año 600 A.C., se conoce también que tribus teutónicas hacían el
jabón pero se desconocía su acción limpiante, estos datos fueron publicados por Julio Cesar, no obstante
estos descubrimientos fueron olvidados, no fue hasta el Renacentismo que el jabón fue redescubierto. Su
utilización con los fines actuales data del siglo XVIII.
La preparación o manufactura del jabón no ha variado mucho, se usan las mismas técnicas que
antiguamente, se trata la grasa o aceite con disolución de NaOH al 40%, mediante la reacción conocida
como Saponificación, entonces se produce la hidrólisis de los triglicéridos formando ácidos grasos y glicerol o
glicerina los ácidos se convierten en sales en presencia de una base.
O
CH2OC R CH2OH
O
NaOH -
CHOC R + 3H O CH2OH + 3 RCOO Na+
2
O
CH2OC R CH2OH
triglicérido glicerol sal de ácidos grasos
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2.1. Historia.
En la historia del jabón se entrelazan a menudo la literatura y la leyenda. Ya en el siglo VI a.C, Homero
narra en La Odisea cómo Naucasía, hija de Feacia, junto con sus sirvientas, pateaba en el agua del río la
ropa sucia hasta dejarla completamente limpia. Así, a ese primer método detergente se le llamó "pie de
doncella". Otra leyenda cuenta que el jabón fue descubierto accidentalmente en Roma, por un grupo de
mujeres que lavaba su ropa en el río a orillas del Monte Sapo. En dicho monte se efectuaban diversos
sacrificios de animales, y los restos de grasa animal se mezclaban con ceniza y otros restos vegetales,
que al llover eran arrastrados monte abajo. Dicha mezcla de grasa con ceniza acababa en el río, donde
las lavanderas observaron que la ropa quedaba más limpia al frotarla con ella.
Pero dejando al margen estos mitos y leyendas, y centrándonos ahora en la parte histórica, hay indicios
de que ya en la antigua Babilonia se usaba el jabón, y que también los sumerios 2800 años a.C. ya
fabricaban el jabón; hervían diversos álcalis juntos y utilizaban su residuo para lavarse, y los hebreos lo
conocían. Así mismo, los egipcios lo utilizaron tanto para lavar la ropa como para fines medicinales, los
antiguos egipcios ya utilizaban un producto jabonoso que consistía en una mezcla de agua, aceite y
ceras vegetales o animales, fórmula que fue utilizada también por los griegos y los romanos, estos
últimos los cuales conocieron una forma de jabón particularmente a través de los galos. En el siglo I
d.C, el naturalista e historiador romano Plinio, nos habla en sus escritos de un jabón blando conocido
por los antiguos pueblos germanos, y otro jabón más duro utilizado por los inteligentes galos. También
en el siglo II d.C., el médico romano Galeno nos facilitó las primeras noticias sobre el empleo del jabón
como medio curativo, así como para la fácil eliminación de suciedad del cuerpo y de vestidos.
La fórmula más antigua conocida del jabón, data aproximadamente del 2250 a.C., pero fue en el siglo
VII y precisamente en la ciudad italiana de Savona (a la cual debe su nombre) donde se empezó a
elaborar un jabón a base de aceite de oliva, que también se hacía en España y era conocido como
"Jabón de Castilla". La industria jabonera floreció en las ciudades costeras del Mediterráneo, favorecidas
por la abundante presencia del aceite de oliva y la sosa natural, procedente de las cenizas de las algas
marinas. En el siglo XV aparece también el famoso y conocido "Jabón de Marsella", preparado con una
mezcla de huesos (ricos en potasio) y grasas vegetales. La industria jabonera floreció en las ciudades
costeras del Mediterráneo, favorecidas por la abundante presencia del aceite de oliva y la sosa natural.
En el siglo XVI el jabón era extremadamente caro, por lo que su uso no estaba muy difundido. Es por
ellos que no fue realmente hasta el siglo XIX, cuando se expandió el uso del jabón a lo largo de Europa
y el resto del mundo. Durante la Segunda Guerra Mundial, los estadounidenses desarrollaron un tipo de
jabón que podía utilizarse con agua del mar, pensando en los marines destinados en el Pacífico: así
nació el jabón dermatológico, el menos agresivo de todos los jabones.
Desde entonces hasta ahora, lo que ha evolucionado más en el mundo del jabón no ha sido tanto su
formulación como su apariencia. Así, los jabones han pasado de su antiguo tacto rudo y aspecto poco
agradable (no olvidemos que seguían elaborándose con grasas animales impuras y ceniza), a la cuidada
presencia del jabón industrial que conocemos actualmente, o las vistosas presentaciones de los jabones
artesanales de hoy en día.
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Triglicérido Glicerina
La glicerina se aprovecha como subproducto.
La cantidad de NaOH requerida para saponificar una cantidad dada de grasa neutra, se calcula por el
índice de saponificación de la grasa, el cual se expresa como el número de miligramos de KOH (a base
de 100%) necesarios para saponificar un gramo de grasa. El índice de saponificación se multiplica por el
factor 0,715 para obtener el número necesario de miligramos de NaOH.
El índice de saponificación es la cantidad en miligramos de un alcali, específicamente de hidróxido de
potasio, que se necesita para saponificar un gramo de determinado aceite o grasa. Sin embargo,
habitualmente en la fabricación de jabones, el alcali que se utiliza es el hidróxido de sodio. Por otra
parte, este índice de saponificación varía para cada grasa o aceite en particular. Para conocer estas
cantidades habría que realizar complejos cálculos, que se simplifican con las tablas de saponificación.
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3.2.7. Sal.
Crea el medio salino para facilitar la separación de las corrientes que se generan en la etapa de
saponificación. Estas etapas son:
Una corriente de jabón base que es llevada posteriormente a la planta de terminación de
jabones.
La segunda corriente denominada lejía glicerosa o lejía de saponificación. Esta solución es
tratada para la obtención de la glicerina como subproducto del proceso.
Una vez separadas las dos corrientes, la sal disuelta en la lejía glicerosa, es recuperada y
devuelta al proceso de saponificación.
3.2.8. Silicatos.
Son materias primas auxiliares que mejoran las características físicas y la calidad del jabón, el
consumo de silicatos corresponde aproximadamente a un 5% del peso de la masa de jabón
base y se suministra en la etapa previa al secado.
3.2.9. Colorantes.
Su función es mejorar el aspecto físico del jabón, al brindarle un cambio de color. Los colorantes
contienen 55% color y 45% silicato. Entre los colores más empleados están: Azul ultramar,
Verde colanyl; el dióxido de titanio, entre otros. Él colorante se adiciona un 1% en peso de la
masa total del producto.
3.2.10. Agua.
Durante el proceso de elaboración del jabón se hace uso del agua en las siguientes etapas:
Como materia prima en la reacción de saponificación en donde aproximadamente se
requieren 1,59 Tn agua/Tn grasa, adicionada en forma "pura" o en solución con el NaOH.
Del agua adicionada en la etapa inicial, Aproximadamente el 37% es evaporada, el 31%
sale en la lejía de la respectiva saponificación y el restante 32% en la masa de jabón base.
En la etapa de liquidación se adiciona agua con el fin de disminuir la alcalinidad de la masa
jabonosa.
En los servicios industriales, para la generación de vapor en calderas, aguas de
enfriamiento, y el lavado de equipos.
3.3.2. Blanqueo.
Terminada la refinación, la materia grasa se blanquea con una tierra absorbente para producir
un jabón de caldera o de color blanco. El blanqueo puede hacerse en vasija abierta bajo la
presión atmosférica, o en tanque cerrado y con vacío. Es mejor el método al vacío porque quita
el olor a la materia grasa a la vez que la blanquea. La materia grasa blanqueada se filtra en
prensas-filtros de placas y se almacenan para el posterior suministro.
Las materias de grado medio o bajo se decoloran por blanqueo químico.
3.3.3. Hidrogenación.
Las grasas blandas y los aceites marinos, compuestos de glicéridos, con elevado contenido de
ácidos grasos sin saturar, pueden ser mejorados por hidrogenación. La hidrogenación elimina
olores inconvenientes y endurece la materia grasa.
del departamento de calderas. Esta ventilación evita la condensación del vapor y la formación de
bruma en tiempo frío. El calor necesario para la cocción es suministrado por serpentinas de
vapor instalados en la parte cónica del fondo, los cuales son abiertos o cerrados. Cada caldera
tiene un tubo oscilante que permite extraer el jabón acabado situado encima de la capa de
jabón sucio. Este y la lejía se descargan por la llave del fondo.
La saponificación de la materia grasa debe hacerse con alguna rapidez, aunque regulada. La
reacción es exotérmica y se verifica entre la grasa y la solución de sosa cáustica en la interfase
o superficie de separación entre el aceite y el agua. Al mezclarse el aceite con el álcali cáustico,
se produce el primer jabón, el cual emulsiona el aceite sin saponificar y expone así grandes
superficies de este a la acción de la sosa cáustica. La saponificación avanza rápidamente cuando
se ha formado cantidad de jabón suficiente para emulsionar todo el aceite.
Los ácidos grasos libres contenidos en el aceite, inician la reacción antes que los glicéridos,
porque obran por simple neutralización. El jabón así formado es el agente emulsionante
necesario para principiar la saponificación del aceite neutro.
En este proceso suele agregarse, la materia grasa al jabón sucio, procedente de un proceso
anterior. El contenido de jabón de este jabón sucio basta para promover la rápida emulsión y
saponificación de la nueva carga .Si los aceites o grasas muy refinados que contienen poca
cantidad de ácidos grasos libres o carecen de ellos, se echan en una caldera limpia, es a veces
difícil iniciar la saponificación . A veces se agrega una pequeña cantidad de jabón para facilitar
la saponificación.
Durante la saponificación se añade sal a la caldera para producir grumos o gránulos. Como la sal
es electrolito, reduce la solubilidad del jabón en la fase acuosa o lejía, por lo que el jabón se
separa de la solución. Esta precipitación del jabón se llama saladura o graneado del jabón.
Manteniendo un grano blando en el jabón durante la saponificación se evita el espesamiento de
la masa, con formación de nódulos duros que ocluyen grasas sin saponificar y que dificultan la
producción de un jabón de buena calidad.
En la caldera existen diversas formas físicas de jabón:
Jabón granulado: es un jabón grumoso precipitado de la lejía acuosa por saladura o por
la adición de soda cáustica. Los jabones con fórmulas de producción básicamente distintas
requieren soluciones de electrolitos de distinta fuerza para originar el mismo tipo de grano.
Jabón limpio: es el producto acabado de la caldera de jabón. Contiene 63% de total de
ácidos grasos y cantidades pequeñas de Na 2O libre, NaCl y glicerina. El total de ácidos
grasos es también influido por el tipo de acabado y la duración de la sedimentación
después del acabado.
Jabón gomoso: es una solución viscosa de jabón que se forma si el contenido de
electrolito de la fase acuosa o lejía cae por bajo de cierto nivel. Este jabón es difícil de
manejar por su alta viscosidad.
Jabón sucio (o jabón negro): es una solución de color oscuro que contiene algo de
jabón y que cae goteando de la masa de jabón después del acabado. Su color varía entre el
gris y el negro según las impurezas que se sedimentan de la masa de jabón mientras ésta
permanece en el estado de grano blando propio del acabado. Generalmente el jabón sucio
se une a la carga de una cocción subsiguiente para obtener un jabón de calidad igual o
inferior.
En la cocción de los jabones la relación de lejía es muy importante, porque está íntimamente
unida a la recuperación de la glicerina. La relación de lejía se define como "las libras de lejía
consumidas por libra de jabón limpio de 63% de total de ácidos grasos". A veces se llama
relación de lejía, a la relación entre la lejía gastada y la grasa saponificada. Generalmente se
mantiene baja la relación para evitar el costo de evaporar gran cantidad de agua de las lejías
glicéricas y el manejo de cantidades grandes de sal recuperada.
La fabricación de jabón basada en un método de lejías en contracorriente entre diversas
calderas, es más económica que el método de lejías de lavado directo. El primer método permite
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emplear menor volumen total de lejía y produce lejías más ricas en glicerina que las procedentes
del lavado directo.
Durante la etapa se somete a calentamiento la solución alcalina junto con la grasa y/o aceite.
Debido a la inmiscibilidad de la grasa y el hidróxido, la reacción inicialmente es lenta, pero a
medida que aumenta la cantidad de jabón formado, se convierte en autocatalítica. Terminada la
reacción de saponificación el jabón base formado está parcialmente disuelto en la fase acuosa.
Para hacer efectiva la separación del jabón formado y la lejía se adiciona la sal suficiente de
modo tal que se crea el medio que permita la separación entre las dos fases. Durante el proceso
se suministra vapor saturado a 170 oC y un flujo de 130 lb/h con el objeto de mantener la
temperatura de reacción, además, de obtenerse un mayor desprendimiento de glicerol de la
masa jabonosa.
La reacción entre la grasa y la soda cáustica es exotérmica, con un desprendimiento de 65
cal/Kg. Para una planta en particular donde la capacidad de la paila de saponificación es de 28
Tn las condiciones de operación son las siguientes:
Temperatura de operación: 90 grados Centígrados.
Tiempo de operación: 5 horas aproximadas.
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neumática, que proporciona un corte constante y uniforme. A partir de éste punto, la banda
transportadora se divide en dos líneas, cada una de las cuales pasa a través de una
troqueladora, y una envolvedora.
(9) Troqueladora. Son equipos diseñados para el estampado de la marquilla en la superficie
del jabón, proporcionando así la estética necesaria al producto.
El equipo de troquelado es necesario mantenerlo a una temperatura adecuada de manera tal
que permita que la barra de jabón se mantenga compacta. Para tal fin se instala un sistema
de refrigeración que utiliza el Freón como refrigerante. El freón se somete a un ciclo
completo de condensación, compresión, evaporación y expansión. En la evaporación el calor
se retira de una solución circulante (etilenglicol) que se enfría. Esta solución es la encargada
de enfriar los dados de los troqueles para que el jabón no se quede adheridos a ellos. El
rango de trabajo de la centralita es -15 a -20oC.
(10) Envolvedoras. Son máquinas encargadas de envolver el jabón en un material
termoencogible (polietileno). La máquina consta además de una cuchilla de sellado,
ajustador de excentricidad, ajustador de presión, sensor de fotocelda y panel de control.
(11) Sección de Empaque. El jabón se empaca manualmente en cajas corrugadas y constituye
el último paso de la terminación del jabón.
3.6.1. Jabones de Tocador.
Las virutas de jabón molido se convierten en barras de jabón de tocador por medio de una
máquina de extrusión. Las virutas se echan en una tolva en cuyo fondo hay un gran husillo que
las lleva continuamente a una cámara de compresión. En ésta se verifica la desaereación y el
jabón se aprieta y consolida formando una masa plástica compacta. En el extremo opuesto de la
cámara existe un caño troncocónico con una matriz, por la cual sale a gran presión una barra
continua de jabón plástico caliente que tiene la forma final de la deseada barra de tocador. Sobre
la mesa de corte adjunta a la máquina se corta la barra de jabón en trozos, que se enfrían,
estampan, envuelven y empaquetan para su despacho como pastillas de jabón.
En estos últimos años algunos fabricantes han instalado "refinadoras", para sustituir a los
molinos, los cuales consisten en cámaras de compresión con alimentador de husillo y placas con
finos orificios por los cuales pasa el jabón a presión.
3.6.2. Escamas de jabón.
Para la producción de escamas, el jabón molido pasa por molinos de acabado. Mediante la
regulación de la temperatura y el cuidadoso ajuste del espacio entre los cilindros, se produce una
película lustrosa. La película de jabón del último cilindro es marcada por cortadores giratorios que
determinan la forma de la escama final. La película se separa del cilindro con una cuchilla y se
deja caer en un transportador, es enfriada y transportada a la tolva de la máquina envasadora.
3.6.3. Productos secados por aspersión.
Hay jabones en polvo ligeramente perfumados y hay polvos para lavanderías que contienen un
elevado porcentaje de coadyuvantes.
Para hacer los compuestos de lavandería, se echa el jabón limpio de los tanques de
almacenamiento en la máquina mezcladora provista de camisa de vapor, donde se mezcla con
relleno. Al funcionar la máquina el husillo eleva el material desde el fondo de la sección
hemisférica y lo lleva hasta lo alto de la mezcladora. Dicho material es mezclado en el espacio
anular por la barredera y gradualmente retorna hacia el fondo. Así se obtiene mezclas excelentes.
Los rellenos coadyuvantes pueden ser de carbonato de sodio, silicato de sodio y pirofosfato
tetrasódico. El jabón así elaborado es bombeado a tanques pequeños de almacenamiento, donde
se mantiene agitado para llevarlo con bombas de lta presión a las toberas situadas cerca de la
cima de una torre de aspersión. Esta torre es cilíndrica y puede estar diseñada para corriente en
el mismo sentido del jabón y gases calientes, o para que estos obren en contracorriente del
jabón. El polvo seco que sale por el fondo de la torre es enfriado por aire, cernido y transportado
al equipo automático de pesada y envasado.
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3.7. Análisis
En la manufactura de jabones se realizan ciertos ensayos analíticos en el transcurso de las operaciones
y cuando éstas han sido terminadas. Algunos de los ensayos más importantes que se realizan con los
jabones son:
a. Contenido total de ácidos grasos.
b. Color de los ácidos grasos.
c. Álcali libre.
d. Sal
e. Glicerol
Las lejías se someten a ensayo para determinar la alcalinidad, la sal y el glicerol.
A continuación se describen algunos de los ensayos:
Total de Ácidos Grasos. La muestra se hidroliza con ácido, se extraen con éter los ácidos grasos,
se evapora el éter y se pesa el residuo.
Color. El color del jabón está relacionado con el color de los ácidos grasos obtenidos de la muestra
por hidrólisis y lavados. El color de los ácidos grasos se compara con colores típicos. Los ácidos
grasos de colores claros se comparan en columna de 5,25" (13,3 cm) con los colores tipo en el
tintómetro de Lovibond. Los ácidos de color oscuro se comparan con los tubos de color FAC, que
cumplen las especificaciones del Fat Analysis Commitee de la American Oil Chemists' Society.
Álcali libre. Se disuelve una muestra en alcohol y se valora con solución volumétrica de ácido
empleando fenolftaleína como indicador. El resultado se expresa en Na 2O.
Sal. Se determina la sal por análisis volumétrico con nitrato de plata empleando el cromato de
potasio como indicador.
Glicerol. El jabón se descompone con ácido mineral y se determina el glicerol en fase acuosa por
oxidación con K2Cr2O7 o con peryodato de sodio.
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- +
RCO 2 + Ca 2 (RCO 2)2Ca
insoluble.
Los jabones y detergentes pertenecen al grupo de compuestos conocidos como surfactantes; los
cuales pueden disminuir la tensión superficial del agua, pero deben presentar una parte de la molécula
hidrófoba ( varias cadenas de hidrocarburos) y una terminación hidrofílica (usualmente, pero no
necesariamente iónica).
Los surfactantes pueden ser clasificados en aniónicos, catiónicos o neutrales en dependencia de la
naturaleza de los grupos hidrofílicos. Los jabones son surfactantes aniónicos debido al la presencia del
anión carboxilato, un ejemplo de surfactante catiónico es el cloruro de benzalconio (cloruro de N-bencil
amonio cuaternario). Los surfactantes neutrales contienen grupos polares los cuales pueden
interactuar con el agua a través de los enlaces por puente de hidrógeno.
O
RCOCH2CH2O (CH2CH2O)2 CH2CH2OH
surfactante neutral
CH3
-
O CH2
+
N C2H25 Cl
-
C11H23CO - Na + C 12H25OSO 3 Na + CH3
cabeza hidrofílica.
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4. GLOSARIO DE TERMINOS.
Aguas duras: Son aguas con alto contenido de carbonatos de calcio y de magnesio, que impiden la
normal acción de limpieza.
Barros de tratamiento: Residuos sólidos con cierto grado de humedad, provenientes del tratamiento
de la lejía glicerosa y compuestos básicamente por sulfatos, sal, materia orgánica y carbón activado.
Cruda: Es el tratamiento realizado posteriormente a la semi-cruda para obtener una concentración de
glicerina al 80%.
Glicerina: Subproducto obtenido del tratamiento de los desechos o residuos líquidos generados en la
saponificación.
Jabón base: Masa resultante de la reacción de saponificación, que aún no ha sido tratada en la planta
de terminación de jabón, en donde se dan las características propias del producto como tal.
Jabón fino: Indicado para el lavado de prendas delicadas; en su fabricación se usan sebos refinados y
blanqueados.
Jabón intermedio: Para uso de prendas corrientes, dentro de sus materias primas se incluye un
porcentaje determinado de sebo sin refinar y el restante de sebo refinado.
Jabón de relleno: Es un tipo de jabón en donde sus componentes principales es una mezcla variada
de sobrantes en la producción de otros jabones, soap stock, y sebos sin refinar.
Lejía glicerosa: Son efluentes líquidos resultantes de la etapa de saponificación, compuesto
esencialmente por sal, sulfatos, soda, glicerina, carga orgánica y agua. Del tratamiento de este
remanente se obtienen compuestos reutilizables en el mismo proceso de saponificación, y a su vez para
obtener glicerina como subproducto principal de la fabricación de jabones.
Liquidación: Ultima lavada que se realiza a la masa jabonosa con el fin de disminuir el contenido de
electrolitos hasta un 0,45-0,50%; de manera tal que se asegura ubicar el producto saponificado en un
diagrama de fases en la zona donde se separa una mezcla de jabón puro y jaboncillo.
Oclusión: Fenómeno que consiste en la captura de las moléculas de glicerina dentro de la masa
jabonosa.
Sal sólida: La sal recuperada durante el tratamiento de la lejía glicerosa, para retornarla nuevamente al
proceso.
Saponificación: Término usado para designar la reacción entre un aceite orgánico que contiene ácidos
grasos, con un álcali para formar jabón.
Semi-cruda: Tratamiento efectuado a la lejía glicerosa con el fin de obtener una concentración en la
solución del 40 o 50% de glicerina.
Soap stock: Es un subproducto resultante de la refinación química de los aceites, empleado en la
industria manufacturera de los jabones dado su alto contenido de ácidos grasos.
5. BIBLIOGRAFÍA.
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http://www.textoscientificos.com/jabon/escala
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