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UNIVERSIDAD ARTURO MICHELENA

FACULTAD DE CIENCIAS DE LA SALUD

ESCUELA DE FISIOTERAPIA

CATEDRA: FISIOTERAPIA ORTOPEDICA

SEMESTRE V

CUARTILLA
LESIONES DE MIEMBRO INFERIOR
FRACTURAS – LUXACIONES

ALUMNOS:
DOCENTE: 1 NELSON BORJES 27920576
Lic. Yrving Motta 2 ANDREA ACEITUNO 25909986
3 JOSMARCELIS ARIAS 27329549
4 RAFAEL GONZALES 26892673
Sección: 1 T 5 JOSEAN FERREIRA 27609010
6 LUIS PRADA 25939761
7 GIUSSY ANGIOLILLO 27117108
8 BRISNEL BOMBIN 25367255

SAN DIEGO, ABRIL 2020


LESIONES MIEMBRO INFERIOR
Nelson Borjes

CINTURA PELVICA:
La pelvis está constituida por dos iliacos y la unidad sacroccigea. Se hallan unidos
entre sí por poderosos ligamentos, sin los cuales no podrían permanecer juntos. Los iliacos
se vinculan entre sí a través de la sínfisis pubiana, por dentro, entre ambos iliacos se
interpone el sacro. La articulación sacro ilíaca es la responsable de la transmisión del peso
desde la columna vertebral al miembro inferior correspondiente.

1. Las Fracturas de la Pelvis: Constituyen un grupo de lesiones que pueden tener


características muy diversas y suelen acompañarse de repercusión de distinta magnitud en
el estado general.
Dividiremos las fracturas en dos grandes grupos : El primero integrado por lesiones sencillas
que no involucran la integridad del anillo pelviano o pélvico que son estables y el segundo
que agrupa a las lesiones que si lo comprometen y puede asociarse con inestabilidad
mecánica.
Dentro de las estables se encuentran las fracturas por mecanismos de avulsión en zonas de
inserciones musculares (como espina iliaca anterosuperior, espina iliaca antero inferior y la
tuberosidad isquiática) y fracturas más aisladas de las ramas isquiopubianas o iliopubianas,
fracturas del ala iliaca y las transversales del sacro que no comprometen a la articulación
sacro ilíaca.
En el segundo grupo están las lesiones más complejas y para entenderlas las agruparemos
según la clasificación de Young y Burgess, que se considera más clara para comprender las
fuerzas lesiónales, esta se basa en los mecanismos de trauma.
El primer mecanismo es la Compresión lateral, suele deberse al choque de costado que
recibe un individuo cuando viaja en automóvil y se subdivide en tres grupos: Tipo 1 donde la
fuerza actuante produce el cierre con rotación interna de la hemipelvis con respecto a la
otra, en la cual se produce la fractura de sacro y fractura de las ramas anteriores iliopubianas
o isquiopubianas o bien la ruptura de la sínfisis pubiana con luxación y bloqueo de ésta.
Tipo 2 donde a la lesión de tipo 1 se le agrega ruptura del complejo sacroiliaco posterior o su
equivalente fracturario en el iliaco, se asocia más a menudo con lesiones encefálicas y
abdominales.
Tipo 3 esta lesión se produce por la acción de un objeto pesado sobre la pelvis las lesiones
que presenta la hemipelvis son similares a las tipo 2 pero agregan la apertura en rotación
externa de la hemipelvis contralateral.
El segundo mecanismo en Compresión Anteroposterior , suelen ser provocadas por la acción
de un objeto que golpee con violencia a nivel de las espinas iliacas posterosuperiores por
detrás o que imprima fuerza sobre la rotación externa a nivel de las articulaciones
coxofemorales o también por la compresión directa anteroposterior por delante se
subdividen en tres tipos : Tipo 1 en la que encontramos diastasis de la sínfisis pubiana menor
a 2,5cm o fracturas verticales de las ramas pubianas con separación . La diastasis pubiana es
un indicador indirecto de una lesión posterior que es la verdaderamente importante desde
el punto de vista de la estabilidad pelviana.
Tipo 2 en esta lesión la diastasis pubiana supera los 2,5 cm y la fuerza traumática ha superado
la hemipelvis en rotación externa lo que provoca ruptura de los ligamentos sacro ciático y
sacroiliaco anterior.
Tipo 3 de continuar la fuerza traumática en el tipo 2 a lo que se le agrega la ruptura del
complejo sacroiliaco posterior.
El tercer mecanismo es de Cizallamiento Vertical ( Malgaigne) se produce cuando el individuo
sufre una caída sobre los miembros inferiores desde una altura considerable o cuando
viajando en un automóvil se produce una desaceleración brusca que impacta sobre los pies
estando sentado o en una posición casi horizontal . Se asocia a fracturas de ramas o ruptura
sinfisiaria por delante y fracturas sacras o iliacas o luxaciones sacro iliacas por detrás. A su
vez estas lesiones anteriores o posteriores pueden ser homolaterales o contralaterales.
Dentro de las lesiones asociadas se encuentran las pelvianas y las extra pelvianas solo se
mencionaran las primeras las cuales son lesiones periféricas las cuales son el 9% de
traumatismos pelvianos, lesiones de los vasos intrapelvianos, lesiones de la uretra
acompañando en más de 15% a las lesiones pelvianas y la más grave de las fracturas pelvianas
es la lesión del tubo digestivo bajo.
El tratamiento ortopédico para las lesiones estables consiste en reposo en cama,
rehabilitación, medidas de sostén y para las avulsiones y fracturas aisladas puede
considerarse la necesidad de métodos cruentos. Para las lesiones inestables el tratamiento
quirúrgico es de elección en caso de no poder realizarlo el simple empleo de cinturón ancho
o faja permitirá mantener el anillo pélvico cerrado hasta su fijación. La fijación quirúrgica
consiste clavos (Schanz), métodos de osteosíntesis con placas o tornillos en primera capa y
el uso de tutores externos en segunda capa.
2. Fracturas del Acetábulo
Andrea Aceituno

No obstante al ser lesiones traumáticas de la pelvis suelen estudiarse por separado


debido a que este tipo de fracturas comprometen la articulación coxofemoral y son de gran
importancia para la función del miembro inferior. Es una de las fracturas más comunes de la
pelvis y en los últimos años su frecuencia va en aumento en relación al aumento de
accidentes de tránsito.
Su etiología y mecanismo se debe a que el acetábulo se fractura por impacto de la cabeza
femoral , esta transmite la fuerza de un golpe que actúa sobre el trocánter mayor con la
rodilla en flexión o más rara vez sobre el pie con rodilla en extensión , la gran mayoría de
estos mecanismos son producto de accidentes de transito .
Para facilitar la clasificación y el tratamiento de estas fracturas el hueso coxal ha sido dividido
en dos columnas o pilares (anterior y posterior), unidos en su parte superior por el techo de
la cavidad cotiloidea; hoy en día la clasificación más utilizada es la denominada clasificación
AO de la Escuela Ortopédica de Suiza la cual hace referencia a tres tipos:
Tipo A una columna acetabular fracturada (anterior o posterior) y la otra intacta.
Tipo B fracturas transversales con segmento del techo acetabular aun fijo al iliaco.
Tipo C la cual ambas columnas se hayan fracturadas y todos los segmentos acetabulares
incluidos en techo están separados de la porción intacta del iliaco y configuran el “acetábulo
flotante”.
Cuando hay luxación posterosuperior de la cadera el miembro inferior se encuentra en
acortamiento y en rotación interna, en casos de luxación central desaparece la prominencia
lateral correspondiente al trocánter mayor por debajo de la cresta iliaca.
En el tratamiento se abordan de acuerdo al desplazamiento , en las fracturas sin
desplazamiento se tratan con reposo en cama y marcha con muletas sin apoyo , mientras
que las fracturas con desplazamiento acompañadas de luxación de la cabeza femoral
constituyen una urgencia la cual suele ser abordado en reducción de la luxación por tracción
y manipulación con el objeto de disminuir posibilidades de una necrosis avascular , luego se
debe mantener mediante una tracción esquelética supracondilea seguida de marcha con
muletas y por ultimo sin la ayuda de estas y con kinesioterapia . La indicación con métodos
cruentos en fracturas acetabulares se realiza para casos en las cuales la fractura presente
lesión con marcada incongruencia o inestabilidad.
3. Fracturas del Extremo Superior del Fémur
Josmarcelis Arias

Son frecuentes sobre todo en las personas de edad avanzada y suelen ocurrir como
consecuencia de traumatismos menores como caídas desde la propia altura, la razón de la
alta frecuencia de estas fracturas en personas de la tercera edad se atribuye a distintos
factores todos son discutibles, uno de ellos y el más común la osteoporosis al ser una
disposición anatómica frágil.
Estas fracturas han sido clasificadas con el objeto de establecer su probable evolución y de
deducir tratamientos adecuados y se diferenciaron las fracturas intracapsulares o también
denominadas mediales o simplemente fracturas del cuello femoral las cuales comprometen
la irrigación de la cabeza femoral y provocan temibles complicaciones tales como necrosis
de la cabeza femoral o seudoartrosis de la fractura , y las fracturas extracapsulares o también
conocidas como laterales o fracturas trocánteres y las más distales a estas dos se les
denominan subtrocantereas ,la frecuencia de esta fracturas es variable según los autores
pero puede ubicarse en alrededor un 15 % de incidencia en cada una de estas .
En fracturas mediales la primera clasificación utilizada fue la de Pawells que toma en
consideración la mayor o menor oblicuidad en el trazo fracturario: a mayor verticalización,
mayor inestabilidad y peor pronóstico.
Según la ubicación del trazo anatómico se diferencia la más medial que es la subcapital de
las menos mediales que son las transcervicales.
Actualmente suele emplearse con más frecuencia la clasificación de Garden que distingue 4
tipos: Tipo 1 fractura medial incompleta; Tipo 2 fractura completa no desplazada; Tipo 3
fractura completa con desplazamiento menor del 50% y; Tipo 4 fractura completa con
desplazamiento mayor del 50%.
Las fracturas laterales (trocánteres) se diferencian según el trazo fracturario en
pertrocantereas (a través de) e intertrocantereas y agregado con desprendimiento de
relieves óseos o no que determinan en alguna manera la estabilidad o inestabilidad de la
fractura y se dividen en 4 tipos:
Las tipo 1 fractura estable no desplazada (intertrocanterea); Tipo 2 desplazada en varo
(fractura del trocánter menor pero estable); Tipo 3 fractura inestable, ambos trocánteres y
conminucion posterior; Tipo 4 fractura intertrocanterea de ambos trocánteres y
conminucion posterior, muy inestable.
El tratamiento para las fracturas del extremo superior del fémur se divide según el tipo de
fractura para las fracturas mediales teniendo en cuenta el número de complicaciones antes
mencionadas (tales como necrosis de la cabeza o seudoartrosis de fractura) muchos autores
proponen de entrada el reemplazo de la cabeza del fémur con una prótesis. Sin embargo si
son adultos de una edad no muy avanzada se trata de conservar la propia cabeza femoral
mediante una reducción exacta y una osteosíntesis estable.
En fracturas laterales si no existe el problema de complicación vasculares, el problema se
halla en asegurar la estabilidad de la fractura y se han ideado un numero de tipos de
implantes de los cuales los más utilizados actualmente son: Clavo-Placa (tipo Jewett), Clavo-
placa deslizante, clavos intramedulares (De Enders) y los implantes que combinan el clavo
de cuello con el clavo intramedular (clavo Gamma).
4. Fracturas de la diáfisis femoral
Rafael Gonzales

La característica del fémur de ser el hueso más largo del cuerpo humano lo expone
con facilidad a fracturas. En virtud de las lesiones asociadas y la posibilidad de complicaciones
puede considerarse como la más grave de las fracturas diafisiarias, estas fracturas para fines
didácticos se comprenden que son las ubicadas por abajo del trocánter menor hasta 6 cm y
por encima extremo distal del fémur .Si bien pueden ocurrir a cualquier edad, la mayor
incidencia se registra en los adultos jóvenes ya que este grupo es el más expuesto a lesiones
por traumatismos de alta energía.
Estas fracturas presentan trazos característicos como lo son multifragmentarios o
transversales cuya ubicación más frecuente es el tercio medio de la diáfisis.
Estas fracturas son causa de diferentes factores tales como mecanismos de impacto en el
cual pueden ser tanto directos como la caída de objetos pesados o choques sobre el muslo
(accidentes de tránsito) y las heridas por arma de fuego y mecanismos indirectos como
caídas donde se traba el pie o la pierna y se exageran movimientos de flexión o rotación
como ocurre en la mayoría de deportes , los trazos suelen ser oblicuos o espiroideos según
haya sido el mecanismo predominante y pueden acompañarse de un tercer fragmento (ala
mariposa) .
Otro factor de causa de tales fracturas es el desplazamiento en el cual lo determinan
características como la localización de la fractura y predominio de determinados grupos
musculares.
En las fracturas altas, subtrocantereas o del tercio superior (diafisiarias), la flexión y la
rotación externa del fragmento proximal se deben por acción del psoas iliaco y la abducción
a los músculos pelvitrocantericos (glúteos).
En el tercio medio (subtrocantereas) se observa el desplazamiento medial del fragmento
proximal por acción de los aductores.
En el tercio inferior (supracondileas) el fragmento distal corto se coloca en flexión por acción
de los gemelos mientras que el proximal se coloca en aducción por acción de los aductores.
La clasificación de las fracturas no solo se constituye útil para conocer su estabilidad sino
también constituye una guía de orientación terapéutica, la clasificación más utilizada es la de
Pankovich y Col. basado en el tipo de fractura y estabilidad.
Las cuales son Tipo A transversales u oblicuas cortas; Tipo B en ala de mariposa o
conminucion unicortical y Tipo C conminuta u oblicua larga.
El tratamiento de las fracturas del fémur puede seguir dos caminos , tratamiento ortopédico
el cual se basa en la reducción lenta y continua que se efectúa por medio de la tracción
esquelética y en caso de fractura distales o supracondileas se aconseja el uso de férula de
Putti , al cabo de que el paciente siga mejorando puede pasarse a un yeso pelvipedico ; el
tratamiento quirúrgico (cruento) ha ido desplazando al tratamiento ortopédico por las
ventajas que presentan , los métodos más utilizados son los siguientes : Enclavado
intramedular de Kuntscher , enclavado intramedular acerrojado , enclavado De Ender
(endomedular) , placas de compresión y tutor externo.
5. Lesiones de rodilla
Josean Ferreira

El aparato extensor está constituido fundamentalmente por el cuádriceps, el tendón


cuadricipital y finalmente por el tendón rotuliano que se inserta en el tuberosidad anterior
de la tibia a lo que hay agregar expansiones del tensor de la fascia lata y el sartorio.
Estas lesiones se pueden dar por mecanismos directos (más frecuentes) como caída sobre la
rodilla en las cuales la rótula es aplastada entre el suelo y los cóndilos femorales. Y
mecanismos indirectos que se deben a contracturas violentas y la acción traumática se ejerce
a lo largo del aparato extensor, que puede lesionarse en distintos niveles.
Fracturas transversales de la tibia
Suelen darse por la contracción violenta del cuádriceps más el choque de la rótula contra el
cóndilo provocan este tipo de fractura que se asocia con una ruptura de los alerones. La
contractura eleva el fragmento proximal por encima de los cóndilos y provoca una amplia
diastasis interfragmentaria.
El tratamiento en pacientes jóvenes está indicado la osteosíntesis con alambres absorbe
tracción y sutura de las lesiones capsulares seguida de inmovilización con yeso.
Fracturas conminuta de la rotula
Ocurren casi siempre por una caída con aplastamiento de la rótula contra el suelo y los
cóndilos femorales; no presenta mayor desplazamiento.
El tratamiento más indicado es la palectomia tanto en personas de avanzada edad como en
jóvenes ya que la superficie articular de la rótula suele estar muy desplazada y el roce de
estas incongruencias articulares termina formando una artrosis femororotuliana.
Fractura de los cóndilos femorales
Son consecuencia de un traumatismo que suele producirse con la rodilla en flexión. El
impacto que fractura la rótula suele separar los cóndilos en Y o en T. Los cóndilos se
desplazan en sentido lateral, si uno está más ascendido que otro permite el desplazamiento
de la pierna y esta crea desviaciones en varo o valgo según corresponda.
El tratamiento como toda fractura articular debe reducirse anatómicamente, la tracción
esquelética esta siempre.
El tratamiento quirúrgico es de elección, la fractura se fija con placas condileas procurando
que la estabilidad permita una rehabilitación precoz.
6. Fracturas de la extremidad superior de la tibia
Luis Prada

El mecanismo más frecuente para este tipo de lesión es traumatismo en valgo, ya sea
por acción directa o por caídas en valgo forzado; en ocasiones se asocian a lesiones
ligamentarias. Durante la acción en valgo pueden ocurrir distintas secuelas; que se rompa el
ligamento lateral interno y la fuerza valguizante se disipe, o que el ligamento resista y el
cóndilo femoral produzca el hundimiento de los platillo tibial, o que se produzcan fracturas
multifragmentarias o una fractura oblicua de platillo.
El mecanismo en varo es menos frecuente y la acción traumática sería igual que la anterior
pero inversa, por caída de pie desde cierta altura; lo más común es que la fractura sea mixta
con un trazo marginal y la parte central hundida.
El tratamiento se debe insistir en la reducción anatómica estable para poder iniciar pronto la
rehabilitación. La osteosíntesis con tornillo puede ser suficiente para las fracturas de un solo
trazo, en caso de fracturas más complejas el uso de placa en T con fijación a tornillos suele
ser necesario, los meniscos deben conservarse siempre y si existen lesiones ligamentarias se
deben reparar, en las fracturas multifragmentarias la reconstrucción quirúrgica suele ser
imposible, la tracción esquelética es el tratamiento ideal.
7. Lesiones ligamentarias y meniscales de la rodilla
Giussy Angiolillo

La rodilla es una de las articulaciones más complejas del aparato locomotor por el
equilibrio que guardan los distintos componentes óseos y de partes blandas; ello explica
porque a veces es tan difícil recuperar la función pérdida luego de un traumatismo
importante. La rodilla presenta movimientos de flexión y extensión y cierto grado de rotación
interna y externa.
Los meniscos tienen como función lograr una mejor coaptación entre los cóndilos femorales
y los platillos tibiales favoreciendo a la armonía y la estabilidad de la articulación, estos
aseguran un deslizamiento suave tanto en los movimientos de flexo-extensión como en los
de rotación. El menisco interno tiene forma de C abierta, mientras que el externo semeja
una C cerrada.
Las roturas meniscales se producen por un mecanismo forzado de rotación con la rodilla en
flexión, en estas condiciones el cóndilo femoral atrapa al menisco contra el platillo tibial y
provoca su lesión, la menor movilidad del menisco interno explica que se lesione más el
menisco externo, pues este escapa con mayor facilidad a la fuerza externas de compresión
o rotación. Los meniscos pueden sufrir desgarros longitudinales (más comunes),
transversales o combinados, cuando estos se extienden de un lado a otro se les denomina
en “asa de balde” y son los causantes del bloqueo mecánico de la articulación; si se
desprende uno de sus extremos pasa a ser un desgarro pedunculado.
La estabilidad de la articulación está determinada por diversos factores pasivos, activos y
mecánicos reflejos de coordinación y defensa.
Los factores pasivos son la capsula articular, los meniscos, ligamentos cruzados y los
laterales.
Los factores activos están constituidos por un sistema interno integrado por los tendones de
la pata de ganso y el semimembranoso hacia atrás. Y un sistema externo compuesto por los
tendones del bíceps crural y el poplíteo.
Mecanismos de defensa compuesto por los factores pasivos y activos , actuando en forma
sincrónica , coordinado por reflejos propioceptivos originados en receptores nerviosos que
se encuentran en la intimidad del sistema capsuloligamentaria , también son denominados
mecanoreceptores que atraves de impulsos permanentes mantienen el equilibrio y la
postura .
Las lesiones meniscales por traumatismo reconocen su mayor frecuencia en la práctica de
un deporte pero también pueden ser de origen laboral o de la vida diaria y ocurren en el
periodo físicamente más activo de la vida (juventud y adultez joven), en la tercera edad las
lesiones se asientan sobre procesos degenerativos de la articulación.
El paciente suele referir que al realizar un movimiento de rotación con el pie fijo en el piso
sintió un dolor intenso en la cara interna o externa de la articulación con crujido o no. En la
lesión crónica lo característico es la inestabilidad con la sensación de que la rodilla “se le va
“o “se le sale”, con dolor o derrame o sin él. Dos signos son altamente indicadores de rotura
meniscal: el de Mc Murray y el de Finocchieto.
El signo de Mc Murray consiste en realizar una maniobra de rotación en distintos grados de
flexión, que provocan dolor y resalto cuando hay lesión.
El signo del resalto de Finocchieto se investiga haciendo la maniobra de cajón; cuando es
positivo se produce un resalto palpable y audible franco, muy doloroso que bloquea
momentáneamente la articulación.
El tratamiento para la lesión meniscales agudas cuando el dolor es muy intenso se aconseja
el reposo absoluto, la aplicación de hielo local y la administración de analgésico y
antiinflamatorios; en la lesión crónica la lesión que provoca la incapacidad para la vida diaria
y deportiva, y en la cual fracasa la rehabilitación es pasible de tratamiento quirúrgico.
El tratamiento para las lesiones ligamentarias dependen de la gravedad de la lesión y en tal
efecto podemos dividirlas en lesiones leves, medianas y graves; fundamentalmente
establecer si es una lesión estable o inestable, las estables comprenden lesiones aisladas de
los ligamentos colaterales.
En los casos graves puede presentarse una lesión rotura capsuloligamentaria medial o lateral,
de capsula posterior, de menisco y de ligamento cruzado anterior o posterior; el tratamiento
siempre será quirúrgico y debe repararse cada uno de los elementos desgarrados.
8. Fracturas de la pierna
Brisnel Bombin

Las fracturas de la pierna son aquellas que se producen entre la rodilla y el tobillo
excluidos las que lleguen a comprometer esas articulaciones. El peroné se fractura de forma
aislada casi siempre por traumatismos directos debido a que no transmite el peso del cuerpo,
su tratamiento es conservador.
Cuando se habla de fracturas de la pierna suele hacerse referencia a la pierna, por su
localización anatómica ese hueso es lesionado a menudo a nivel de la unión del tercio medio
con el tercio inferior.
La naturaleza del mecanismo fracturario permite su clasificación en lesiones por baja y por
alta energía. Las fracturas por baja energía son producidas por caídas simples que provocan
desplazamiento inicial escaso, conminución leve y compromiso leve de partes blandas. El
mecanismo casi siempre es torsional y por lo común son estables.
Las fracturas por alta energía son producidas en lo general por accidentes de tránsito o por
aplastamiento grave, con un desplazamiento inicial pronunciado y conminución que
determinan gran compromiso de partes blandas, son inestables.
El tratamiento para las fracturas de la pierna puede ser de forma cruenta o incruenta. El
tratamiento incruento se basa en reducción de la fractura y luego confeccionar una bota alta
de yeso (cruropedio) luego se le permite al paciente deambular con ayuda de muletas
omitiendo la carga del peso corporal sobre el lado del miembro afectado.
El tratamiento cruento (quirúrgico) varía entre los cuales encontramos la osteosíntesis con
inmovilización con implantes medulares ya sean rígidos o elásticos; osteosíntesis con placas
o tornillos por compresión, metálicos de neutralización o metálicas de refuerzo; fijación
externa (tutor externo) y métodos combinados de fijación externa.
Las complicaciones en estas fracturas pueden ser inmediatas incluyen lesiones de las partes
blandas, lesiones vasculares (síndrome compartimental), perdida de sustancia ósea. Y las
complicaciones alejadas son el retardo de la consolidación y la seudoartrosis, esta se
diagnostica si pasado un lapso superior de 6 meses y la fractura no se ha consolidado.
Bibliografía

 Ortopedia y Traumatología. Silberman y Varaona. 2da edición. Editorial Médica


Panamericana.

 Ortopedia y Traumatología; Revisión sistemática. Mark Miller. 5ta edición. Editorial


Elsiever España (2009).

 Netter Ortopedia. Frank H. Netter. Editorial Masson España (2007).

 Kapanji Fisiología Articular. Tomo 2 Miembro Inferior. Adalberto I. Kapanji. 6ta


edición. Editorial Médica Panamericana España (2006).

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