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Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra

Sustentante:
Angelica Casilla

Matrícula:
10139047

Asignatura:
Oclusión II

Docente:
Dr. Robert García
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Exploración de la ATM

La prevalencia de los TTM es muy elevada, por lo que se recomienda que todo
paciente que acuda a la consulta odontológica se realice una valoración de
detección sistémica de estos problemas, independientemente de la aparente
necesidad o ausencia de un tratamiento. La finalidad de esta valoración es
identificar a los individuos con signos subclínicos o con síntomas que el paciente
pueda no relacionar con alteraciones funcionales del sistema masticatorio. La
historia clínica de detección sistémica incluye varias preguntas que ayudarán a
orientar al clínico respecto de los posibles TTM.
Pueden utilizarse las siguientes preguntas para determinar alteraciones
funcionales:
¿Presenta dificultad y/o dolor al abrir la boca (ej., al bostezar)?
¿Se le queda la mandíbula bloqueada, fija o salida?
¿Tiene dificultad y/o dolor al masticar, hablar o utilizar la mandíbula?
¿Nota ruidos en las articulaciones mandibulares?
¿Suele sentir rigidez, tirantez o cansancio en los maxilares?
¿tiene usted dolor en los oídos o alrededor de ellos, en las sienes o las mejillas?
¿Padece con frecuencia cefaleas, dolor de cuello o dolor de dientes?
¿Ha sufrido recientemente algún traumatismo en la cabeza, cuello o mandíbula?
¿Ha observado algún cambio recientemente en su mordida?
¿Ha recibido tratamiento anteriormente por algún dolor facial inexplicable o
algún problema de la ATM?
Junto con la historia clínica de detección sistémica se realiza una breve
exploración de detección ésta debe ser corta e incluye también una observación
del movimiento mandibular.
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Durante esta exploración selectiva se palpan varias estructuras importantes del


sistema masticatorio. Se palpan bilateralmente los músculos temporal y masetero
y las superficies laterales de las ATM. Todo dolor o sensibilidad a la presión debe
considerarse como indicador potencial de un TTM.
Las ATM se exploran para detectar posibles signos o síntomas asociados con dolor
y disfunción. También pueden ser útiles las radiografías y otras técnicas de
diagnóstico por imágenes.
El dolor o sensibilidad de las ATM se determina mediante una palpación digital de
las articulaciones, cuando la mandíbula esta en reposo y durante su movimiento
dinámico. Se colocan las puntas de los dedos sobre la cara externa de ambas
áreas articulares al mismo tiempo. Una vez verifica su posición sobre las
articulaciones, el paciente se relaja y se aplica una fuerza medial sobre las áreas
articulares. Se le pide al individuo que indique la aparición de cualquier síntoma,
que se registra.
Para valorar de modo eficaz la ATM debe poseerse un conocimiento profundo de
la anatomía de la región.

Exploración oclusal
El patrón de contacto oclusal de los dientes se examina en todas las posiciones y
movimientos posibles de la mandíbula. La posición de RC, la PIC, el movimiento
de protrusión y los de laterotrusión derecha e izquierda. Al valorar el estado
oclusal se ha de tener presentes los criterios de la oclusión funcional óptima.
Cualquier variación respecto de la misma podría contribuir a la etiología de una
alteración funcional.
Pueden utilizarse diversas técnicas para localizar los contactos oclusales de los
dientes. A veces es útil preguntar al paciente sobre la presencia y localización de
los contactos dentarios. Es mejor verificar esta respuesta marcando las zonas de
contacto con papel de articulación. Durante la exploración oclusal, recuerde que
el sistema masticatorio está formado por tejidos que pueden sufrir flexión,
compresión o cambio de posición cuando se le aplica una fuerza.
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Los contactos oclusales hacen que los dientes se muevan ligeramente cuando se
comprimen los ligamentos periodontales y el hueso. En consecuencia, para
valorar el estado oclusal con exactitud se debe ser muy cuidadoso para hacer que
el paciente cierre casi el contacto dentario y realizar luego la valoración.
Al aplicar una fuerza más intensa, el contacto dentario inicial puede desplazarse.
Ello permitirá múltiples contactos dentarios que enmascararán el inicial y harán
imposible localizar el punto inicial de oclusión, en especial en RC.
Contactos en relación céntrica: La exploración oclusal empieza con una
observación de los contactos oclusales cuando los cóndilos se encuentran en su
relación funcional óptima. La mandíbula puede efectuar una rotación pura para
abrirse y cerrarse hasta una distancia interincisiva de cerca de 20mm, mientras los
cóndilos se mantienen en su posición ME. Al intentar localizar esta posición es
importante que el paciente este relajado.

Ensanchamiento del espacio periodontal


El aumento de la movilidad está directamente relacionado con la resorción del
hueso de soporte de las caras laterales del diente. Esta resorción crea un área
más ancha para el ligamento periodontal, que se observa en la radiografía como
un aumento del espacio. Este aumento suele ser superior en la zona de hueso de
la cresta y es más estrecho apicalmente, y su efecto se ha denominado
embudización del hueso.

Osteosclerosis
En general, cuando un tejido recibe una fuerza intensa es probable que se
produzca uno de los dos procesos posible: es destruido y se atrofia, o responde a
la irritación con una hipertrofia. Los mismos procesos tienen lugar en las
estructuras de soporte óseo de los dientes. Puede perderse el hueso, creando un
espacio periodontal ensanchado. La osteosclerosis se define como un aumento de
la densidad ósea que se observa en forma en un área más radiopacas en el hueso.
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Hipercementosis
La actividad hipertrófica puede producirse también en el cemento. Con una
aparente proliferación del mismo. A menudo se observa radiográficamente en
forma de un ensanchamiento de las áreas apicales de la raíz.
Desgaste dentario
Es el signo más frecuente de deterioro de la dentadura. La inmensa mayoría de
estos desgastes son consecuencia directa de la actividad parafuncional. Cuando se
observan, debe identificarse una actividad funcional o parafuncional. Esto se hace
examinando la posición de las facetas de desgaste de los dientes.
El desgaste funcional debe producirse muy cerca de las áreas de las fosas y las
puntas de las cúspides céntricas. Estas facetas aparecen en las vertientes que
guían la mandíbula en las fases finales de la masticación céntricos debe casi
siempre a una actividad parafuncional. Para identificar este tipo de desgaste solo
es necesario hacer que el paciente cierre la boca, colocando en posición las
facetas de desgaste, y visualizar entonces la posición de la mandíbula.
Si esta se halla próxima a la PIC, es posible que se trate de un desgaste funcional.
Sin embargo, si se encuentra en una posición excéntrica, es más probable que la
causa sea una actividad parafuncional.
Si existe un desgaste dentario, pero no se pueden poner en contacto las facetas
antagonistas, deben considerarse otros factores etiológicos. Debe interrogarse al
paciente respecto de posibles hábitos orales, como morder una pipa o pinzas para
el pelo. Se debe tener presente, además, que algunos dientes pueden estar
desgastados a causa de una abrasión química.
Se le debe preguntar al paciente sobre la presencia de las actividades
parafuncionales (es decir, bruxismo). No obstante, la presencia de desgaste dental
no implica que el paciente haga rechinar los dientes en esos momentos. El
desgaste puede haberse producido muchos años antes.
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Abfracciones
Las abfracciones son lesiones cervicales no cariosas o defectos con forma de cuña
de un diente. La mayoría de ellas se presentan en las zonas cervicales vestibular o
bucal de los primeros premolares, seguidos de los segundos premolares. Los
dientes maxilares y mandibulares parecen estar afectados por igual por las
abfracciones, con la excepción de los caninos mandibulares, que tiene un riesgo
mucho menor de presentar abfracciones que los caninos maxilares. Por general,
la prevalencia del desarrollo de abfracciones aumenta con la edad.
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Clasificación de los trastornos temporomandibulares

Trastornos de los músculos masticatorios


Los síntomas más frecuentes de los pacientes que presentan este trastorno es
dolor muscular. Es frecuente que describan un dolor asociado a actividades
funcionales como la masticación, deglución y el habla. El dolor se acentúa con la
palpación manual o la manipulación funcional de los músculos. La limitación del
movimiento mandibular es también una manifestación común. A veces estos
síntomas musculares se acompañan de malooclusión aguda. No todos los
trastornos de los músculos de la masticación son iguales, clínicamente se conocen
cinco estos son:
La co-contracción protectora (es decir, fijación muscular).
En esta el sistema nervioso central aumenta la actividad del musculo antagonista
durante la contracción del agonista. Hay tres trastornos que pueden dar origen a
la co-contracción protectora estos son:
Alteración de los estímulos sensitivos o propioceptivos: la co-contracción
protectora puede ser iniciada por cualquier cambio en el estado oclusal que altere
de manera significativa los estímulos sensitivos, como la introducción de una
corona mal ajustada. Si se coloca una corona con un contacto oclusal alto ello
tiende a alterar los estímulos sensitivos y propioceptivos que llegan al SNC. En
consecuencia, los músculos elevadores pueden presentar una co-contracción
protectora en un intento de evitar que la corona contacte con el diente opuesto.
Estimulo doloroso profundo constante: la presencia de un estímulo doloroso
profundo, percibido en estructuras locales puede producir una co-contracción
protectora de los músculos asociados.
Aumento del estrés emocional: las observaciones clínicas indican claramente que
el estrés emocional puede influir de manera importante en la actividad de los
músculos de la masticación, lo que provoca un aumento en la sensibilidad de los
husos musculares, lo que aumenta la sensibilidad del musculo a la distensión.
Características clínicas: mialgia, disfunción estructural, ausencia de dolor en
reposo, aumento de dolor con la función, sensación de debilidad muscular.
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Dolor muscular local:


Es un trastorno de dolor miógeno primario no inflamatorio. Es la primera
respuesta del tejido muscular ante una co-contracción protectora mantenida.
Este cambio puede ser consecuencia de una co-contracción prolongada o de un
uso excesivo del músculo que produce fatiga.
Hay cuatro trastornos principales que dan lugar al dolor muscular local.
Co-contracción prolongada: el dolor profundo producido por el dolor muscular
local puede causar de hecho una co-contracción protectora.
Traumatismo:
Lesión tisular local: esta puede producirse por inyecciones o distensiones
tisulares.
Uso no habitual: puede producirse traumatismo en el tejido muscular como
consecuencia de un uso abusivo o no habitual del mismo. Esto puede deberse a
un bruxismo o a acciones de apretar los dientes o incluso a mascar chicle de
manera inusual.
Aumento de la tensión emocional: el mantenimiento de un nivel elevado de
tensión emocional puede dar lugar a co-contracción prolongada y dolor muscular.
Dolor miógeno idiopático: debe incluirse un origen idiopático del dolor miógeno
en este análisis puesto que en la actualidad no disponemos de un conocimiento
completo del dolor muscular.
Características clínicas: disfunción estructural, ausencia de dolor en reposo,
aumento del dolor con la función, debilidad muscular real, sensibilidad muscular
local.

El dolor miofascial (punto gatillo)


Es un trastorno de dolor miógeno regional caracterizado por áreas locales de
bandas hipersensibles y duras de tejido muscular que se denominan puntos de
gatillo. A este trastorno se le denomina a veces dolor por puntos gatillos
miofascial.
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El mioespasmo
Es una contracción muscular tónica inducida por el SNC. Aunque se producen
realmente espasmos en los músculos de la masticación, este trastorno no es
frecuente y cuando se da suele identificarse fácilmente por sus características
clínicas.
Es probable que se combinen varios factores para facilitar su aparición
Trastornos locales del musculo. Estos trastornos comportan una fatiga muscular y
alteraciones del balance electrolítico local.
Trastornos sistémicos. Esto puede deberse a algún factor sistémico o a la
presencia de otros trastornos musculoesqueléticos.
Estimulo dolor profundo. La presencia de dolor profundo puede facilitar los
mioespasmos.
Características clínicas: disfunción estructural, tensión muscular, dolor en reposo,
aumento del dolor con la función, sensibilidad muscular local.

Mialgia de mediación central


Es un trastorno no doloroso muscular crónico que se debe fundamentalmente a
efectos que se originan en el SNC.
Sus características clínicas: disfunción estructural, dolor en reposo, aumento del
dolor con la función, sensibilidad muscular local, sensación de tensión muscular,
contractura muscular.

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