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CAUSALIDAD E IMPUTACION OBJETIVA EN LOS DELITOS DE

RESULTADO

Apuntes de clase de Diplomado


Dra. María Inés Horvitz Lennon
Prof. Asociada Derecho Penal U. de Chile

Contexto de relevancia del dogma causal

Teorías causalistas, tanto naturalista como valorativa, no distinguían a nivel de injusto:


ambas tenían la misma estructura y elementos. Lo importante era el proceso puramente
causal (naturalista) o causal valorativo. La antijuricidad consistía en la contradicción entre la
causalidad descrita en un tipo penal y el ordenamiento jurídico.

La distinción se hacía recién al nivel de la culpabilidad, entendida como “voluntad


consciente de una infracción a la ley penal” (proceso psicológico de carácter volitivo que
vincula al sujeto con el hecho: dolo o culpa)

Causalidad e imputación objetiva

En las teorías causalistas es fundamental la relación causal entre la conducta humana


(movimiento corporal voluntario) y el resultado físico que ella produce (modificación del
mundo exterior, en sentido externo). Por ello, la causalidad constituye, desde esta
perspectiva, un elemento del tipo (o de la acción) de los delitos de resultado.

Desde el siglo XIX y hasta la segunda mitad del siglo XX, la doctrina y jurisprudencia
penal europea se limitaban a requerir la relación de causalidad entre acción y resultado. Con
posterioridad, también se exige una relación de imputación objetiva entre resultado y
acción.

En los planteamientos causalistas estrictamente ontológicos, el nexo causal es una


relación lógico-real, normalmente de carácter físico o material, pero a veces de carácter
psíquico, entre acción y resultado (en los tipos de resultado) y en la que no es posible
introducir consideraciones restrictivas de carácter normativo.

Pero también se sostiene que el sentido del tipo en los delitos de resultado no se
satisface con la mera relación causal entre acción y resultado, sino que supone un segundo
requisito adicional, la “imputación objetiva”, conforme a criterios normativo jurídicos. Esto
significa que para que se pueda decir que un sujeto “ha matado”, “ha lesionado” o “ha
estafado”, no basta que la acción haya “causado” la muerte, la lesión o el error, disposición
patrimonial y el perjuicio con su engaño, sino que haya “producido como obra suya” el
resultado; y ello supone que conforme a diversos criterios normativos se pueda atribuir,
imputar el resultado como obra precisamente de esa acción y no del azar o de otro factor.
CAUSALIDAD

La relación causal supone la reconstrucción del proceso de influencia de un fenómeno


(la acción) en la producción de un resultado (proceso físico, pero a veces también
psíquico), lo que supone conocimiento de las leyes de la naturaleza o de carácter científico.
Algunas reglas son las siguientes:

a) cuando factores causales sean simples y generalmente conocidos, bastará con el


conocimiento empírico normal de una persona media para comprobar o rechazar la
causalidad o, en caso contrario, debe recurrirse a informe de peritos, por requerirse
conocimiento experto. Aquí no hay problemas de valoración normativa, sino estrictamente
empíricos.

b) cursos causales “no verificables” por falta de desarrollo científico suficiente, pero en
que se produce un mismo resultado a múltiples personas que han tenido relación con un
factor (v.gr. caso talidomida o contergan). La cuestión radica en determinar si basta o no
una gran probabilidad, rayana en la seguridad, para afirmar la existencia de una relación
causal, aunque no se conozca con exactitud la totalidad del curso causal.

c) causalidad “cumulativa” o “concurrente” (aunque después se planteen cuestiones de


carácter normativo). Casos de causalidad simultánea o de intervención concurrente de 2 ó
más factores de posible eficacia causal sobre el resultado y cuyos efectos se unan o
potencien, o se contrarresten al menos parcialmente, o unos rebasen a los otros; y a su vez
ello pueda deberse a diversas intervenciones humanas, de acuerdo o no, o a la concurrencia
de conductas humanas con factores naturales.

d) cursos causales hipotéticos: casos en que, en el supuesto de que no se hubiera


realizado el curso causal que efectivamente produjo el resultado, surge la alternativa
hipotética de otro curso causal que hubiera producido de igual modo el resultado (casos
ciclista, novocaína, etc.) Problema: discurrir sobre situaciones hipotéticas, no ocurridas.

e) En el caso de los “cursos causales irregulares o anómalos” las posturas que niegan la
relación causal operan de entrada con criterios normativos o valorativos de la anomalía del
proceso causal. Puede consistir en una causalidad sucesiva o desviación del curso causal de
modo extraño, como en una causalidad única pero irregular desde el principio (ej. Sobrino,
peatón herido que muere en atropello de ambulancia, etc.)

Teorías de la causalidad

A.- Equivalencia de las condiciones (método: condictio sine qua non). Basada en el
concepto lógico científico de causa de J. Stuart Mill fue acogida en el derecho penal por
Von Buri (1873).

Sostiene que toda condición del resultado, por alejada o indirecta que sea, es causa del
mismo y, por ello, todas las condiciones son equivalentes, entendiendo por condición todo
factor sin el cual no se produciría el resultado, es decir, que lo condiciona. Método
heurístico para indagar si un fenómeno es condición del resultado=supresión mental
hipotética: condición o causa es todo aquel factor que, si se suprime mentalmente hace que
desaparezca el resultado

Críticas:
 Conduce a una exagerada ampliación responsabilidad (objeción de regreso ad
infinitum).
 Si se desconoce la causa concreta, específica de un resultado, la condictio es
inaplicable.
 Tampoco resuelve los casos de cursos causales hipotéticos, pues pese a constar que
la acción del sujeto causó el resultado, habría que negar la causalidad: aunque se
suprima mentalmente la acción de todos modos se produce el resultado, pues éste
acaece igualmente con la conducta correcta o por otra conducta ajena (ojo: no se trata de
un curso causal efectivo, sino alternativo hipotético).

B.- Teoría de la causalidad adecuada (von Bar y von Kries). Constituye un


complemento normativo de la teoría de la equivalencia de las condiciones, para limitar la
pura responsabilidad por la causalidad. Por consiguiente, no es una teoría de la causalidad
strictu sensu.

Ella requiere la comprobación de una relación adecuada entre conducta y resultado de


acuerdo con la experiencia; así, no pertenecen al tipo aquellas condiciones que no son
apropiadas, de acuerdo con la experiencia general, para producir un resultado determinado.

La adecuación se afirma o se niega según si es previsible o imprevisible que un


determinado factor pueda originar el resultado. De allí el concepto de “previsibilidad
objetiva”, juicio que entraña la determinación de los cursos causales previsibles conforme a
la experiencia general (criterio del hombre medio diligente) situado en la posición del autor
y con los conocimientos de éste (aunque minoritariamente se ha preferido la previsibilidad
subjetiva) y ex ante, esto es, con los datos conocidos y cognoscibles al momento de
realización de la conducta.

De allí la necesidad de un pronóstico posterior objetivo, conforme a un observador


imparcial colocado en la situación anterior al hecho (juicio ex ante) para separar la
causación penalmente relevante de la irrelevante.

La teoría de la causalidad adecuada niega la relación causal por no haber adecuación en


los cursos causales irregulares o anómalos y en múltiples casos de causalidad cumulativa o
concurrente.

Sin embargo, esta teoría es rechazable como teoría causal, pues introduce
consideraciones normativas y valorativas para decidir cuándo hay o no causalidad, dejando
por tanto de ser una categoría ontológica para constituirse en una de carácter normativa.

C.- Teoría de la relevancia (Mezger).

Sostiene que, a efectos penales, sólo es causa la condición que sea jurídico penalmente
relevante. Ello requiere, primero, que la condición sea adecuada (causalidad adecuada) y,
segundo, una interpretación del sentido de cada tipo penal para ver qué causas se pueden
considerar o no relevantes a efectos del mismo. Deja de ser una teoría causal para
constituirse en un criterio de imputación objetiva.
Junto a las teorías causales generalizadoras, están aquellas que intentan diferenciar de
entre el conjunto de condiciones de un resultado entre auténticas causas y simples
condiciones accesorias, estableciendo una jerarquía y gradación entre ellas. Causa sólo sería
la condición “preponderante”, “eficiente”, “principal”, etc. No son aceptables por su
imposible distinción en el plano ontológico y por su imprecisión en el plano normativo.

Conclusión:

En el plano estrictamente de la causalidad, la única teoría consecuente es la de la


equivalencia de las condiciones, hoy mayoritaria desde que se ha admitido la imputación
objetiva como categoría normativa adicional a la causalidad y requerida en los delitos de
resultado.

Las restricciones valorativas a la responsabilidad penal no hay que efectuarlas con un


elemento descriptivo ontológico como la causalidad, sino con otros elementos del tipo
donde se plasman las valoraciones jurídico penales: fundamentalmente la imputación
objetiva, pero también la distinción autor /partícipe o dolo/culpa

Propuesta de solución de casos problemáticos

*En los “cursos causales no verificables”, una solución es estimar que la causalidad
estadística, con una gran probabilidad de que la conducta fuera causa del resultado, es
suficiente o, por el contrario, vulnera el principio (procesal penal) in dubio pro reo. Ello
depende de si para el tribunal subsiste o no una duda razonable.

Así es diferente que, aunque no se conozcan todos los eslabones del proceso causal,
no haya siquiera atisbos de otro posible factor etiológico (caso talidomida) o que, por el
contrario, haya la posibilidad, aunque menor, de otros cursos causales concurrentes (caso
colza: envenenamiento por ingestión de verduras tratadas con pesticidas).

*En los casos de causalidad cumulativa o concurrente generalmente cada factor, aunque
sea unido con los demás, condiciona la forma, el momento o la intensidad del resultado
concretamente producido, por lo que es causa (a no ser que alguno de los factores
concurrentes no condicione en absoluto el concreto resultado). En la autoría accesoria hay
causalidad, pues la retirada de cualquier contribución impide el resultado (podría faltar la
imputación objetiva, por tratarse de una acción dolosa inadecuada).

En la acumulación de condiciones suficientes cada una por separado, por regla general
todas serán causa, porque su unión modificará el concreto resultado, ya sea acelerándolo o
intensificándolo. En todo caso vale la fórmula de que, si varios factores pueden suprimirse
mentalmente de forma alternativa, sin que sea afectado el concreto resultado, todo son
causa del mismo, a no ser que uno de los factores se haya adelantado, impidiendo la eficacia
causal de los demás: única causa del resultado. Habrá un solo delito consumado frente a
varios delitos frustrados. Si no se sabe cuál de los factores ha sido la causa, habrá que
condenar a todos por frustración (art. 392 CP otra solución)

En caso de causalidad superadora, hay que verificar si el factor que se adelanta no se ha


apoyado para nada en los otros, en cuyo caso será la única causa. Si aprovecha,
acelerándolos, los efectos de otros factores a los que adelanta, habrá que ver si los factores
son causales y resolver el caso según reglas de imputación objetiva.
IMPUTACION OBJETIVA

Es un requisito implícito del tipo (en su faz objetiva) en los delitos de resultado, para
que se pueda atribuir jurídicamente el resultado a la acción y haya, por tanto, consumación.
En los delitos de comisión activa, la i.o. del resultado presupone siempre la existencia de
una relación causal material, mientras que en los delitos de comisión por omisión sólo se
requiere i.o. del resultado a la omisión conforme a criterios estrictamente normativos

Concepto procede de Larenz y Honig (1927-1930) que, acudiendo a la teoría de la


imputación de Hegel, formula una exigencia, basada en criterios teleológicos, de que la
causación del resultado sea “adecuada” y por ello le pueda ser “imputada objetivamente” a
la acción (frente a la imputación subjetiva que supone el juicio de culpabilidad)

Hoy, la imputación objetiva del resultado significa que éste puede jurídicamente
(teleológico-valora-tivamente) atribuirse a una acción desplegada por un sujeto como obra
suya, y no como obra o producto del azar o de un tercero. Para ello es preciso que la
conducta típica cree un riesgo penalmente relevante y que la producción del resultado
encaje en el fin de protección o de evitación de la norma. Desde esta perspectiva resulta
rechazable la regla versarista contenida en el art. 10 Nº 8 del Código Penal.

Criterios de imputación objetiva (entre otros)

.Adecuación (previsibilidad)
. Fin de protección de la norma y realización del peligro inherente a la acciòn
 Incremento del riesgo (comportamiento alternativo conforme a derecho)

 Prohibición de regreso

 Ambito de protección de la víctima

 Atribución a la esfera de responsabilidad ajena

Ejemplo ciclista: Roxin propuso comparar el grado de peligro que suponía la acción
incorrecta con el riesgo permitido que hubiera supuesto la hipotética acción correcta: si hay
incremento del riesgo, habrá imputación objetiva, pero no la habrá si no hay aumento
respecto del riesgo permitido (criterio de incremento del riesgo)

Ejemplo de quien, conduciendo a exceso de velocidad, atropella a peatón que es


hospitalizado por periodo prolongado y que muere por atorarse con residuos de comida
que se alojan en pulmón: hay relación causal, hay lesión del deber objetivo de cuidado e
incremento del riesgo. En este caso , el criterio del fin de protección de la norma excluye la
imputación objetiva del resultado a la acción inicial imprudente.

Ejemplo de sujeto que asiste al teatro y entrega abrigo en guardarropía con revólver
cargado y desasegurado en bolsillo. Criterio de la prohibición de regreso: imposibilidad de
imputar un resultado a quien de manera culposa da lugar a la producción dolosa del mismo.
Garante no debe responder por todas las posibles afectaciones que pueda sufrir el bien
jurídico cuya custodia le ha sido encomendada (casos de interrupción de nexo causal, de
participación impune, caso de imprevisibilidad objetiva, etc.)
Ejemplo de riña en taberna en que hay agresión con vaso y perforación del globo
ocular con sangrado interno del ojo, recomendaciones médicas fueron desoídas por la
víctima respecto herida interna: proceso infeccioso y pérdida Hay relación causal,
incremento riesgo, comportamiento dentro del fin de protección norma, hay fin de
protección norma: esfera de protección víctima; conducta equivocada víctima

Ejemplo del camión sin luces traseras e intervención de carro policial en túnel;
colocación y retiro de luces preventivas y colisión de otro camión con el primero, muerte
de conductor de segundo camión: criterio de atribución de esfera de responsabilidad ajena.

Criterio de la adecuación

Hay que distinguir entre adecuación de la acción y adecuación de la causación del


resultado.

*La propia acción debe suponer la creación de un riesgo penalmente relevante (mínima
peligrosidad para efectos del tipo). Caso del sobrino y el tío: tentativa absolutamente
inidónea o irreal.

La acción causante del resultado debe ser adecuada para ello, lo que exige que ex ante
sea objetivamente previsible que con esa forma de actuación se pueda causar ese resultado
en la forma concreta que se produjo. No cuenta la previsibilidad subjetiva, que puede
depender de la alteración o excitación del sujeto o de su menor cultura o inteligencia
(problema de culpabilidad). Se añaden los conocimientos especiales a los del hombre medio
ideal.

* La acción puede ser adecuada y s/e no ser adecuado el curso causal que produce el
resultado concreto: ex ante no es objetivamente previsible la concreta forma en que acaece
el resultado. Bastaría con que el modo de causación del resultado mediante una acción
peligrosa no sea algo claramente anormal (caso de campesino que, tras recibir heridas
graves por disparo, una primera atención médica rural logra evitar la muerte, la que acaece
por falta de higiene de la víctima): curso causal medianamente previsible, aunque se puede
negar que el resultado sea la realización de un peligro inherente a la acción.

- Cursos causales anómalos (no adecuados) en una acción adecuada dolosa: bala con
rebote múltiple. Habrá tentativa acabada o frustración. Serán adecuados muchos casos de
dolus generalis o error sobre curso causal.

- Si hay una acción imprudente adecuada, pero el curso causal es anómalo (peatón
atropellado que muere porque ambulancia se despeña en un barranco): no hay i.o. resultado
pero hecho puede ser punible si acción encaja en delito de peligro o constituye un primer
resultado menos grave

Criterio de fin de protección de la norma.

El resultado concretamente causado debe encajar con el fin de protección o de


evitación de la norma: debe coincidir con el tipo de causación de resultados que
precisamente pretende evitar la norma prohibitiva directa o la norma de cuidado infringida.
Se trata de un criterio de interpretación teleológica del tipo.
*Es necesario que el resultado concreto suponga justamente la realización del peligro (o
peligros) inherente(s) a la acción inicial, o sea, del riesgo típico que de suyo implica tal
acción y que, por eso mismo es el que la norma pretende evitar que se realicen. A esta
concreción del peligro en el resultado se la denomina relación de riesgo o conexión de
antijuricidad.

Se excluyen, según este criterio, los casos del campesino y de la bala que primero falla y
de rebote acierta, o del peatón herido que muere en accidente de ambulancia: cursos
causales anómalos derivados de hechos dolosos o imprudentes. También casos de error en
el curso causal, por desviación o por causalidad adelantada (víctima no muere de puñalada
sino por cuchillo que sin saberlo el autor estaba envenenado, o por asfixia con comida en
hospital; o muerte por infarto de víctima agredida)

A veces sí se realizan otro de los peligros inherentes –normalmente calculables- en la


acción y que también quiere evitar la norma, aunque no sea el peligro principal y en el que
ha pensado el autor: se imputa el resultado a la acción dolosa (si el apuñalado muere de
tétanos por estar el cuchillo muy oxidado, o si la persona a quien se arroja desde un puente
para ahogarla muere por golpe contra una piedra)

También en los casos discutidos bajo la rúbrica de dolus generalis: A cree haber matado a
B y cuando intenta ocultar el cadáver o simular un suicidio o accidente es cuando realmente
lo mata: el resultado final de muerte no es imputable a la primera acción dolosa-por no
realizar el riesgo inherente a esa acción inicial-, sino lo que realiza es el peligro de la
segunda acción, no dolosa pero imprudente: concurso real de homicidio frustrado y
homicidio imprudente.

Criterio de la realización del peligro también soluciona casos de “causalidad


cumulativa”: autoría accesoria en delitos dolosos, donde el resultado no realiza el peligro de
cada acción dolosa insuficiente por separado (tentativa inidónea) sino que el riesgo
realizado surge de la conjunción de ambas; o los de autoría accesoria en hechos
imprudentes, en que a veces, aunque una de las conductas es co-determinante del resultado,
éste no concuerda con el fin de evitación de la norma porque no realiza el peligro típico,
que surge de un hecho de la víctima (niño que sorpresivamente sale a la calzada en busca de
su pelota y es atropellado).

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