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La Real Academia Española (RAE) define idiosincrasia como: “Rasgos, temperamento, carácter, etc.,
distintivos y propios de un individuo o de una colectividad”; es decir que la idiosincrasia son
conductas reiterativas conseguidas o desarrolladas a lo largo de nuestra vida, que se muestran
gracias a las acciones que realizamos día con día ya sea en lo personal o en cualquier contexto
sociocultural.
La correlación de la idiosincrasia con el perfil de una persona y con los valores adquiridos de una
persona:
Desde temprana edad el contexto sociocultural en el que crecemos repercute en nosotros, gracias
a que adoptamos parte de la idiosincrasia de aquellas personas más cercanas, al igual que
normalizamos aquello que vemos en el ambiente del que nos vemos rodeados. Jim Rohn dice: “Eres
el promedio de las 5 personas que te rodean”; cada persona consciente o inconscientemente
adquirimos conductas que “originalmente” pertenecen a otra persona, ya sea porque sentimos
aprecio, admiración o por la constante convivencia con aquella persona; digo entre comillas
originalmente por el hecho de que esa misma persona, al igual que tú, tomó de otra su idiosincrasia
complementándola con sus propias vivencias, con el ambiente en el que convive y con las personas
de su entorno sociocultural.
Las personas pasamos por varias etapas de cambio y evolución a lo largo de nuestra vida como parte
del desarrollo humano, en donde cada persona vive su propio proceso y es sometido a distintas
experiencias y pruebas; por lo tanto, cada persona se va forjando de acuerdo con lo que vaya
viviendo, a las decisiones que toma y a la compañía que vaya teniendo durante este camino.
En el mundo existe una muy amplia diversidad de culturas, que gracias a los diferentes medios de
aprendizaje nos permiten expandir nuestro conocimiento en todos los ámbitos de nuestra vida,
permitiéndonos toparnos con otras idiosincrasias, en donde podemos apreciar que aquello que
nosotros normalizábamos o a aquello a lo que estábamos acostumbrados no es absoluto y que
existen personas con puntos opuestos a los nuestros, en el mejor o peor sentido.
Por eso rodearnos de personas que constantemente se estén “actualizando”, de manera que su
idiosincrasia se encuentre experimentando ya sea adquiriendo nuevo conocimiento (cultural, social,
político, etc.), teniendo nuevas experiencias (individualmente o de manera colectiva con familia o
amigos), o de cualquier manera que te rete a salir de tu zona de confort.
CONCLUSIÓN
Culmino con la siguiente frase que reflexioné gracias al ensayo antes presentado: “Somos mosaicos,
estamos hechos de pequeños fragmentos de personas, experiencias, culturas, decisiones, arte,
religiones, creencias y tradiciones”. Debido a esto me queda claro que debemos poner suma
atención de con quienes nos rodeamos, en base a que tomamos nuestras decisiones, así como
siempre tener unos cimientos fuertes que nos ayuden y guíen por el resto de nuestra vida, pero
siempre abiertos a experimentar cosas nuevas que sumen a nuestra vida, a sabiendas que límites
cruzar y cuales mejor mantener.
BIBLIOGRAFÍA