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La Cantimplora Asesina

Por

Eduardo García Gaspar

La historia comienza con un romance tórrido. Uno de los personajes es Amoroso, hombre
comprometido con Cassandra, a la que ha prometido matrimonio. Sin embargo, en escena
aparece otra mujer, Beatriz.

Amoroso, conoce a Beatriz y escondiéndose de Cassandra, también le promete matrimonio y


fidelidad eterna. Por un tiempo, el hombre puede mantener sus amoríos ocultos hasta que un
buen día, se descubren: ahora Cassandra sabe de la relación de su prometido con Beatriz y Beatriz
lo de Cassandra. El amor de ambas por Amoroso se convierte en un odio absoluto.

Por una circunstancia fortuita, los tres están ahora en una expedición en medio del desierto, solos
en un campamento. Las dos mujeres quieren asesinarlo, pero ignoran sus intenciones. Beatriz, en
un descuido de Amoroso, agrega veneno a su cantimplora. Cassandra, en otro momento de
descuido perfora la cantimplora de Amoroso.

Los tres se separan acordando verse cinco días después en el mismo sitio. Llegan a la cita las dos
mujeres. Amoroso no llega, ha muerto de sed en ese tiempo. Se reporta la muerte a la policía y las
investigaciones prueban lo que cada mujer ha hecho. Ahora viene lo interesante. Póngase usted
enn el lugar del juez que debe estudiar el caso.

Cassandra niega haber cometido asesinato alguno. Si acaso ella hizo algo, fue salvarle la vida a
Amoroso por medio de la perforación que evitó que él bebiera el veneno. Por su parte, Beatriz
niega haber matado a Amoroso, pues el veneno que ella confiesa haber puesto en su cantimplora
nunca fue bebido por Amoroso.

La historia está destinada a poner sobre la mesa un caso extremo que ayuda a ejercitar las
neuronas.

¿Quién es la culpable de la muerte de Amoroso? El fiscal argumentará que ambas mujeres


tuvieron la intención de asesinarlo y ejecutaron actos con ese propósito. De eso no hay duda. Pero
el tema de cuál de las dos mujeres realmente lo hizo presenta problemas de interpretación.

Beatriz, la envenenadora, con toda verdad puede decir que el veneno nunca llegó a ser bebido y
que en todo caso se le puede acusar de intentar un asesinato pero no de realizarlo. Por su parte,
Cassandra reconoce que también tuvo la intención de matar, pero que por circunstancias
presentadas, de hecho le salvó la vida al evitar que consumiera el veneno.

Si usted fuese el juez a cargo de dictar sentencia contra esas dos mujeres estaría en un buen
aprieto y tendría que encontrar alguna solución razonable. Quizá una buena manera de comenzar
sería considerar la intención de las mujeres y aceptar que ambas son culpables confesas de eso:
han aceptado envenenar una y perforar la cantimplora la otra.
Hasta allí no hay problema. Pero queda por decidir el fallo de culpabilidad de asesinato cometido,
¿cuál de las dos debe ser acusada de la muerte?

Post Scriptum

La historia la tomé de la obra de Cave, P. (2009). This Sentence Is False: An Introduction to


Philosophical Paradoxes. Continuum.

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