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Estudios recientes han demostrado que para que el COVID-19 infecte tu célula
necesita unirse a un receptor denominado Enzima Convertidora de
Angiotensina 2 (ACE2), este receptor tiene una elevada expresión tanto en
células pulmonares (principal vía de transmisión) como en células
intestinales, lo que indica que el intestino puede ser otro órgano objetivo
para el Coronavirus. Además, se han reportado síntomas gastrointestinales
como diarrea en pacientes infectados con COVID-19, desde el comienzo de la
infección, así como también, ARN viral en heces. Estos hallazgos sugieren la
posibilidad de un compromiso gastrointestinal y una transmisión fecal-oral en
la infección por COVID-19
Por otro lado, los casos graves de COVID-19 se han asociado con un
fenómeno inmune denominado “Tormenta de citoquinas”, esta respuesta se
caracteriza por la producción descontrolada de sustancias pro-inflamatorias
llamadas citoquinas las cuales generan una ESTADO INFLAMATORIO
intenso y sostenido, lo que conlleva al daño pulmonar severo e insuficiencia
respiratoria. También se ha demostrado que la mayoría de los pacientes que
han presentado un cuadro severo por COVID-19 tienen alguna enfermedad
subyacente como hipertensión arterial y diabetes tipo 2, condiciones que se
han relacionado con estados inflamatorios crónicos de bajo grado, por tal
motivo, en estos individuos, posiblemente, la gravedad de la infección se ha
asociado con la tormenta de citoquinas.
1. Removiendo:
1. Alimentos enemigos que para tu intestino son proinflamatorios:
gluten (trigo, cebada, centeno, avena, incluyendo maíz y arroz),
lácteos de vaca y azúcar refinada.
2. Alimentos a los que presentas sensibilidad: lo cual logramos
determinar a través de pruebas de “Sensibilidades alimentarias
IgG” y en base a síntomas que aparecen posterior a la ingesta de
algún alimento, ya sea a nivel gastrointestinal o general, solo
debes aprender a escuchar las señales que dicta tu cuerpo.
3. ¡Bacterias malas, hongos y/o parásitos! El sistema inmunológico
no te puede defender de tantas cargas a la vez, ayúdalo a disminuir
la carga evaluando tu flora intestinal a través de una prueba de
Disbiosis Intestinal para lograr el balance adecuado.
2. Reponiendo con alimentos que sean amigos para ti, según tus
sensibilidades alimentarias:
1. Eleva el consumo de vegetales (especialmente crucíferos como:
coles de Bruselas, repollo, coliflor, brócoli y kale; ya que contienen
compuestos que interfiere en la reproducción de los virus),
prepara jugos verdes para promover la desintoxicación.
2. Incorpora frutas enteras según la estación del año
(preferiblemente orgánicas) a tu alimentación, son excelentes
fuentes de antioxidantes.
3. Vigila el consumo y cantidad de carbohidratos, según tu tolerancia
y condición, prefiere opciones más naturales. Recomendamos:
tubérculos (yuca, papa, batata/boniato/camote),
plátano, leguminosas germinadas (lentejas, garbanzos, caraotas,
etc.) y pseudocereales (quinoa, trigo sarraceno, amaranto).
4. Adopta un consumo adecuado de proteína en tus 3 comidas
principales. Para garantizar y optimizar el aporte de omega 3,
consumir 3 veces a la semana pescados.
5. Grasas: prefiere aceite de coco o de aguacate para cocinar y aceite
de oliva virgen o extra virgen para aderezar. Otras buenas fuentes
de grasas son: aguacate, semillas, linaza, aceitunas, frutos secos,
coco. Siempre según tu tolerancia y condición.
Suplemento
Forma de ingesta
recomendado
1 dosis al día.