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De manera esquemática, las ideas más destacadas que aparecen en el poema son las
siguientes:
La honda tristeza del poeta por la derrota bélica de los suyos en España puede ser el Comentado [RS4]: Formulación del tema.
tema que expresa la intención de Cernuda. El sentimiento de pérdida del autor, roto
bruscamente el vínculo que lo unía a su país al verse forzado al exilio, le hace recordar lo
que ha dejado atrás; no obstante, el dolor por la patria usurpada lo lleva a intentar
expresarla (o al menos evocarla), con el doloroso presentimiento de que no volverá a pisar
su tierra. Comentado [RS5]: Explicación de esa intención
comunicativa.
De entre los múltiples mecanismos de cohesión que podrían destacarse (puesto que
casi podrían demostrar la división en partes establecida en la pregunta anterior), me
centraré en comentar el uso de la persona gramatical y el campo semántico del espacio,
la isotopía de los lugares.
El título del poema (“Un español habla de su tierra”) ya señala su marco
comunicativo, el yo lírico hablará sobre la España que ha dejado atrás. Pero, además,
convertirá al país en su interlocutor. En un poema no es de extrañar encontrar la voz de
su autor en primera persona (“me arrancaron”, “me dejan”, “mi cuerpo”, “mis sueños”,
“me buscarás”),1 y, en consonancia con el tema propuesto, se dirige a una patria a la que
nombra en segunda persona (“tu tierra”, “tu silencio”, “en ti”, “tu nombre”), que alcanza
la mayor intensidad en la última estrofa (“tú, ya libre / […] me buscarás”). Fuera de este
ámbito de confidencia del poeta, la tercera persona (del plural) la utiliza Cernuda para
referirse a quienes han alejado al “yo” del poema (su autor) del “tú” (España), a quienes
han roto esa comunicación íntima: “ellos, los vencedores” (cf., la oposición semántica
con “la mentira de ellos”); a esa victoria mentirosa se le añade una marca bíblica, la de
Caín.2 Comentado [RS6]: Primer mecanismo de cohesión.
En cuanto a la mención a los espacios, estos solo aparecen en los ocho primeros
versos, y se recopilan en el posterior grupo “tu tierra” (v. 14). Dentro de estas referencias,
los términos de la primera estrofa (“playas”, “parameras”, “oteros”, “vegas”) se refieren
1
No deja de ser interesante apuntar que la condición de víctima de Cernuda se expresa incluso en el
tratamiento de estas formas de primera persona, que nunca funcionan como sujeto (cuando el “yo”
debería serlo aparece omitido, como en “Contigo solo estaba”), antes prefiere utilizar pronombres
átonos o determinantes posesivos, ahondando en la condición de receptor del sufrimiento afligido.
2
La figura del primer homicida bíblico es recurrente en la literatura española de la primera mitad de
siglo; basta recordar Abel Sánchez, la nivola de Unamuno, o “un trozo de planeta / por donde cruza
errante la sombra de Caín”, versos de “Por tierras de España” (en Campos de Castilla) de Antonio
Machado. En la rivalidad de los hijos de Eva y Adán parece verse un símbolo de las dos Españas
(oposición que se remonta, al menos, a la primera guerra carlista).
a espacios naturales que actúan como escenarios de los que se predican tres cualidades en
el verso 4: “en paz, a solas, lejos”. La imagen idílica (contrapuesta a la dureza de la guerra
en las ciudades, continuando la tópica del locus amoenus) se ve truncada por el adverbio
final, que marca la distancia del poeta de esos lugares del recuerdo. La acción humana
sobre el paisaje, ausente en la primera estrofa, se manifiesta en la enumeración de los
versos 5 y 6: “castillos”, “ermitas”, “cortijos y conventos” construcciones todas ellas más
vinculadas al pasado (acaso idealizado) del país, que encajan dentro de los espacios que
se señalaban antes, al tiempo que recogen “la vida con historia” (v.7). Comentado [RS7]: Segundo mecanismo de cohesión.