Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
si otras veces
Padre, desde los cielos bájate, he olvidado me encuentra
las oraciones que me enseñó la abuela, huraño sin motivo
pobrecita, ella reposa ahora, no piense qué flojera
no tiene que lavar, limpiar, no tiene igual puede contar
que preocuparse andando el día por la ropa, conmigo
no tiene que velar la noche, pena y pena,
rezar, pedirte cosas, rezongarte dulcemente. pero hagamos un trato
yo quisiera contar
Desde los cielos bájate, si estás, bájate entonces, con usted
que me muero de hambre en esta esquina,
que no sé de qué sirve haber nacido, es tan lindo
que me miro las manos rechazadas, saber que usted existe
que no hay trabajo, no hay, bájate un uno se siente vivo
poco, contempla y cuando digo esto
esto que soy, este zapato roto, quiero decir contar
esta angustia, este estómago vacío, aunque sea hasta dos
esta ciudad sin pan para mis dientes, la fiebre cavándome aunque sea hasta cinco
la carne, este dormir así, no ya para que acuda
bajo la lluvia, castigado por el frío, perseguido te digo que presurosa en mi auxilio
no entiendo, Padre, bájate, sino para saber
tócame el alma, mírame a ciencia cierta
el corazón, que usted sabe que puede
yo no robé, no asesiné, fui niño contar conmigo.
y en cambio me golpean y golpean,
te digo que no entiendo, Padre, bájate, “Se dice de mí” de Francisco Canaro.
si estás, que busco
resignación en mí y no tengo y voy
a agarrarme la rabia y a afilarla Se dice de mí...
para pegar y voy se dice de mí...
a gritar a sangre en cuello se dice de mí...
por que no puedo más, tengo riñones Se dice que soy fiera,
y soy un hombre, que camino a lo malevo,
bájate, qué han hecho que soy chueca y que me muevo
de tu criatura, Padre? con un aire compadrón,
un animal furioso que parezco Leguisamo,
que mastica la piedra de la calle? mi nariz es puntiaguda,
la figura no me ayuda
y mi boca es un buzón.
“Hagamos un trato” de Mario Benedetti.
Si charlo con Luis,
Compañera con Pedro o con Juan,
usted sabe hablando de mí
puede contar los hombres están.
conmigo Critican si ya,
no hasta dos la línea perdí,
o hasta diez se fijan si voy,
sino contar si vengo o si fui.
conmigo
Se dicen muchas cosas,
mas si el bulto no interesa, Bajo el oro de la tarde,
¿por qué pierden la cabeza tanto el cazador cazó,
ocupándose de mí? que finas lágrimas rojas
se puso a llorar el sol…
Yo sé que muchos
me desprecian comprar quieren Cuando volvía cantando
y suspiran y se mueren suavemente a media voz,
cuando piensan en mi amor. desde un árbol enroscada,
Y más de uno se derrite si suspiro una serpiente lo vio.
y se quedan, si los miro,
resoplando como un Ford. Iba a vengar a las aves;
más, tremendo, el cazador
Si fea soy, pongámosle, la cabeza le cortó.
que de eso aun no me enteré.
En el amor yo solo sé Pero aguardándolo estaba
que a más de un gil, dejé a pie. a muy pocos pasos yo…
Podrán decir, podrán hablar, Lo até con mi cabellera
y murmurar y rebuznar, y dominé su furor.
mas la fealdad que dios me dio
mucha mujer me la envidió. Ya maniatado le dije:
Y no dirán que me engrupí -Pájaros matasteis vos,
porque modesta siempre fui… yo voy a tomar venganza
¡Yo soy así! ahora que mío sois…
Que cuando quieras decir: “Mi amor”, digas: “Pescado (Cárcel de Villa Devoto, abril de 1973).
frito”; que tus manos intenten estrangularte a cada rato, y
que en vez de tirar el cigarrillo, seas tú el que te arrojes “Fuego” de Pity Álvarez
en las salivaderas.
Esta vez es en serio, no estoy mintiendo
algo se prende fuego
Que tu mujer te engañe hasta con los buzones; que al sé que muchas veces dije que el lobo venía
acostarse junto a ti, se metamorfosee en sanguijuela, y pero esta vez el lobo está acá
que después de parir un cuervo, alumbre una llave Se prende fuego, mi pelo, mi piano
inglesa. mis discos, la ropa y el perro
puede ser que otra vez no sea cierto
Que tu familia se divierta en deformarte el esqueleto, para pero siento como el fuego me quema por dentro
que los espejos, al mirarte, se suiciden de repugnancia; Esta vez es en serio
que tu único entretenimiento consista en instalarte en la Dame un balde de agua o de arena
sala de espera de los dentistas, disfrazado de cocodrilo, y o pásame el matafuego
que te enamores, tan locamente, de una caja de hierro, que el incendio está cerca
que no puedas dejar, ni un solo instante, de lamerle la y no voy a quemarme sin antes pelear
cerradura. Fuego, fuego, fuego, fuego
estamos enfermos
“La verdad es la única realidad” de Francisco Urondo fuego, fuego
estamos enfermos
perdónennos, perdónennos
Del otro lado de la reja está la realidad, de
este lado de la reja también está
la realidad; la única irreal “Inagotable asombro” de Oliverio Girondo
es la reja; la libertad es real aunque no se sabe bien
si pertenece al mundo de los vivos, al
mundo de los muertos, al mundo de las Este perro.
fantasías o al mundo de la vigilia, al de la explotación o de Este perro.
la producción. ¡Indescriptible!
Los sueños, sueños son; los recuerdos, aquel ¡Único!
cuerpo, ese vaso de vino, el amor y
las flaquezas del amor, por supuesto, forman (¿Quién diría la forma,
parte de la realidad; un disparo en la intención,
la noche, en la frente de estos hermanos, de estos hijos, el tamaño
aquellos de todas sus membranas,
gritos irreales de dolor real de los torturados en sus vértebras,
el angelus eterno y siniestro en una brigada de policía sus células,
cualquiera sin olvidar su aliento,
son parte de la memoria, no suponen necesariamente el sus costumbres,
presente, pero pertenecen a la sus lágrimas?)
realidad. La única aparente
es la reja cuadriculando el cielo, el canto Este perro.
perdido de un preso, ladrón o combatiente, la voz Este perro,
semejante a otros perros
y a la vez tan distinto
a su padre, La vieja le gritaba todo el santo día:
a su madre, Vas a terminar mal – le gritaba.
sus hermanos, Me la veo venir – le gritaba.
sus hijos, Se casó con una gorda
a los perros ya muertos, que lo hizo evangelista.
y a todos los que existen.
El Panza transa merca de cuarta y levanta quiniela.
Este perro increíble, Ya tuvo una entrada en Villa Floresta.
con su hocico, La mujer le mete los cuernos.
su rabo,
sus orejas, Ricardito es Teniente de Navío y sueña
sus patas, con un País definitivamente en Orden
inédito, y con rapar a todos esos
viviente; negros
modelado, vagos
compuesto de mierda.
a través de los siglos
por un esfuerzo inmenso, Claudia se fue a Chile.
constante,
incomprensible, Silvina se fue a Santiago del Estero.
de creación,
de armonía, El hermano del Mono
de equilibrio, se pegó un tiro en la cocina.
de ritmo. Siempre jugaba al fútbol con nosotros;
era más chico,
Este perro. pero no se notaba.
Este perro,
cotidiano, inaudito, Vos un día cruzaste la mano
que demuestra el milagro, de izquierda a derecha
que me acerca al misterio... en el agua de la sierra.
que da ganas de hincarse, Escribiste una cosa que no sé.
de romper una silla.
Yo en la misma que supiste:
“Las ruinas de Disneylandia” de Marcelo Díaz. un tipo cuidadoso
de no joder
el sueño de nadie.
El Tato afanaba fasos Kwai Chang Caine caminando
en el kiosco de la esquina, sobre papel de arroz.
meaba desde el techo a la vereda
y un día se hizo cura. “La jaula” de Alejandra Pizarnik
El Chile se choreó un Mercedes
Afuera hay sol.
para ganarse una minita;
No es más que un sol
fue a parar a Batán
pero los hombres lo miran
y en un tumulto turbio
y después cantan.
lo limpiaron.
Yo no sé del sol.
Miguel está pelado, pero es buen tipo.
Yo sé la melodía del ángel
y el sermón caliente
Norma, Laura y Marcela
del último viento.
son maestras, y todas
Sé gritar hasta el alba
tienen más de un hijo.
cuando la muerte se posa desnuda
en mi sombra.
El Cabezón embarazó a la novia y se cagó la vida.
Yo lloro debajo de mi nombre.
El Topo se volvió abogado y si te ve, no te saluda.
Yo agito pañuelos en la noche
y barcos sedientos de realidad
Yo un día regalé
bailan conmigo.
todos mis cassettes de Kiss,
Yo oculto clavos
y ahora los extraño.
para escarnecer a mis sueños enfermos.
El Conejo era Campera Negra.
Afuera hay sol.
Yo me visto de cenizas. que custodian cien negros con sus cien alabardas,
un lebrel que no duerme y un dragón colosal.
“Sonatina” de Rubén Darío
Los suspiros se escapan de su boca de fresa, ¡Oh, quién fuera hipsipila que dejó la crisálida!
que ha perdido la risa, que ha perdido el color. (La princesa está triste. La princesa está pálida.)
La princesa está pálida en su silla de oro, ¡Oh visión adorada de oro, rosa y marfil!
está mudo el teclado de su clave sonoro, ¡Quién volara a la tierra donde un príncipe existe,
y en un vaso, olvidada, se desmaya una flor. (La princesa está pálida. La princesa está triste.)
más brillante que el alba, más hermoso que abril!
El jardín puebla el triunfo de los pavos reales.
Parlanchina, la dueña dice cosas banales, -«Calla, calla, princesa -dice el hada madrina-;
y vestido de rojo piruetea el bufón. en caballo, con alas, hacia acá se encamina,
La princesa no ríe, la princesa no siente; en el cinto la espada y en la mano el azor,
la princesa persigue por el cielo de Oriente el feliz caballero que te adora sin verte,
la libélula vaga de una vaga ilusión. y que llega de lejos, vencedor de la Muerte,
a encenderte los labios con un beso de amor».
¿Piensa, acaso, en el príncipe de Golconda o de China,
“Nadie como tú” de Calle 13
o en el que ha detenido su carroza argentina
para ver de sus ojos la dulzura de luz?
En el mundo hay gente bruta y astuta
¿O en el rey de las islas de las rosas fragantes,
Hay vírgenes y prostitutas
o en el que es soberano de los claros diamantes,
Ricos, pobres, clase media
o en el dueño orgulloso de las perlas de Ormuz?
Cosas bonitas y un par de tragedias
Hay personas gordas, medianas y flacas
¡Ay!, la pobre princesa de la boca de rosa
Caballos, gallinas, ovejas y vacas
quiere ser golondrina, quiere ser mariposa,
Hay muchos animales con mucha gente
tener alas ligeras, bajo el cielo volar;
Personas cuerdas y locos demente
ir al sol por la escala luminosa de un rayo,
En el mundo hay mentiras y falsedades
saludar a los lirios con los versos de mayo
Hechos, verdades y casualidades
o perderse en el viento sobre el trueno del mar.
Hay mentalidades horizontales, verticales y diagonales
Derrotas y fracasos accidentales
Ya no quiere el palacio, ni la rueca de plata,
Medallas, trofeos y copas mundiales
ni el halcón encantado, ni el bufón escarlata,
En el mundo hay vitaminas y proteínas
ni los cisnes unánimes en el lago de azur.
Marihuana, éxstasis y cocaína
Y están tristes las flores por la flor de la corte,
Hay árboles, ramas, hojas y flores
los jazmines de Oriente, los nelumbos del Norte,
Hay muchas montañas de colores
de Occidente las dalias y las rosas del Sur.
En el mundo hay decisiones divididas
Entradas, salidas, debut, despedidas
¡Pobrecita princesa de los ojos azules!
Hay inocentes, hay homicidas
Está presa en sus oros, está presa en sus tules,
Hay muchas bocas y poca comida
en la jaula de mármol del palacio real;
Hay gobernantes y presidentes
el palacio soberbio que vigilan los guardas,
Hay agua fría y agua caliente
En el mundo hay micrófonos y altoparlantes Gente parada, gente sentada
Hay seis mil millones de habitantes Gente soñando, gente despertando
Hay gente ordinaria y gente elegante Hay gente que nace, gente que muere
Pero, pero, pero Hay gente que odia y gente que quiere
No hay nadie como tú En este mundo hay mucha gente
No hay nadie como tú mi amor Pero, pero, pero
No hay nadie como tú No hay nadie como tú
No hay nadie como tú No hay nadie como tú mi amor
No hay nadie como tú mi amor No hay nadie como tú
No hay nadie como tú
“1” de Roberto Juarroz.
En el mundo siempre se mueve la tierra
Hay tanques de oxígeno, tanques de guerras Todo salto vuelve a apoyarse.
El sol y la luna nos dan energía pero en algún lugar es posible
un salto como un incendio,
Se duerme de noche y se vive de día un salto que consuma el espacio
Hay gente que rectifica lo que dice donde debería terminar.
Hay mucha gente que se contradice He llegado a mis inseguridades definitivas.
Hay algarrobas y alga marinas Aquí comienza el territorio
donde es posible quemar todos los finales
Hay vegetarianos y carnicerías y crear el propio abismo,
Hay tragos amargos y golosinas para desaparecer hacia adentro.
Hay enfermedades y medicinas “Tiempo” de Alejandra Pizarnik
Hay bolsillos llenos, carteras vacías Yo no sé de la infancia
Hay más ladrones que policías más que un miedo luminoso
y una mano que me arrastra
Hay religiones, hay ateísmo
a mi otra orilla.
Hay capitalismo y comunismo Mi infancia y su perfume
a pájaro acariciado.
Aunque nos parecemos no somos los mismos
Porque, porque
No hay nadie como tú “Gotán” de Juan Gelman