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7
DE POLVO Y CIELO
Luis Nieto Miranda
9
LA TONADA DEL QORILAZO
Raúl Brozovich dedicado a Pancho Gómez
Negrón
“Un triste”
qué río profundo se lo llevó
qué tristísima dulzura
“un alegre”
si no tuvieras un lunar
no te llamaría torcaza
si pa’ llevarte a mi casa
lavarte la cara yo podría
ay clavel de Santa Lucía.
“Estampa”
el chihuaco canta claro
con su buche de hojalata
cantando de rama en rama del capulí
inicia la primavera
ay el chihuaquito es un bandolero
12
EL BOSQUE DE LOS HUESOS
Luis Hernández
Mi país no es Grecia,
Y yo (23) no sé si deba admirar
Un pasado glorioso
Que tampoco es pasado.
Mi país es pequeño y no se extiende
Más allá del andar de un cartero en cuatro días,
Y a buen tren.
14
CURRICULUM VITAE
Blanca Varela
15
HOY ME HE PUESTO A ESCRIBIR
César Calvo
17
NI PAN NI CIRCO
Alejandro Romualdo
XIX
18
20 POEMAS DE AMOR Y UNA
CANCIÓN DESESPERADA
Pablo Neruda
20
Porque en noches como ésta la tuve entre mis
brazos,
Mi alma no se contenta con haberla perdido.
21
EL ENAMORADO
Jorge Luis Borges
22
TUS OJOS
Octavio Paz
23
Y SIN EMBARGO, AMOR…
Roque Dalton
Aquí,
hoy,
digo:
siempre recordaré tu desnudez en mis manos,
tu olor a disfrutada madera de sándalo
clavada junto al sol de la mañana;
tu risa de muchacha,
o de arroyo,
o de pájaro;
tus manos largas y amantes
como un lirio traidor a sus antiguos colores;
tu voz,
tus ojos,
lo de abarcable en ti que entre mis pasos
pensaba sostener con las palabras.
24
Ha terminado
la hora de la ceniza para mi corazón.
25
LOS HERALDOS NEGROS
Cesar Vallejo
27
ORACIÓN POR MARILYN MONROE
Ernesto Cardenal
Señor
recibe a esta muchacha conocida en toda la
Tierra con el nombre de Marilyn Monroe,
aunque ése no era su verdadero nombre
(pero Tú conoces su verdadero nombre, el de la
huerfanita violada a los 9 años
y la empleadita de tienda que a los 16 se había
querido matar)
y que ahora se presenta ante Ti sin ningún
maquillaje
sin su Agente de Prensa
sin fotógrafos y sin firmar autógrafos
sola como un astronauta frente a la noche
espacial.
Ella soñó cuando niña que estaba desnuda en
una iglesia (según cuenta el Times)
ante una multitud postrada, con las cabezas en
el suelo
y tenía que caminar en puntillas para no pisar
las cabezas.
Tú conoces nuestros sueños mejor que los
psiquiatras.
28
Iglesia, casa, cueva, son la seguridad del seno
materno
pero también algo más que eso…
32
ROSTRO DE VOS
Mario Benedetti
Ya mi rostro de vos
cierra los ojos
y es una soledad
tan desolada.
35
ME GUSTAS CUANDO CALLAS
Pablo Neruda
37
CUESTIÓN AL CUZCO
Hugo Ramirez Lévano
II
Acostado en tu pasado.
De espaldas a tu hambre.
Y de pie sobre tu llanto.
Ruina mercante.
Arte atado.
Domado idioma.
Ciencia ciega.
Ombligo sucio.
música mendiga.
Palbra pálida.
Cruz sin cristo.
Ciudad delirante.
39
Qué eres sin la cosecha dichosa de tus campos.
Sin la historia botada entre tus cerros
Sin el lomo fatigado de tus indios.
40
1964
Jorge Luis Borges
41
II
42
TANTO GENTILE...
Dante Alighieri
43
REGRESANDO DE NOCHE A LU-MEN
Meng Hao Jan
44
NIEBLA
Li Ch’ing Chao
45
MIS GATOS
Charles Bukowski
Ya sé. ya sé.
son limitados, tienen necesidades
y preocupaciones
distintas.
cuando me siento
bajo de ánimos
me basta con
observar a mis gatos
y me
vuelve
la valentía.
estudio a estas
criaturas
son mis
maestros.
47
SOY UN FRACASO
Charles Bukowski
49
¿ASÍ QUE QUIERES SER ESCRITOR?
Charles Bukowski
52
VALLEJO
Charles Bukowski
como sea
sus poemas sobre el terror a estar
solo
son en cierto sentido amables y
no
gritan.
54
EL GATO
Charles Baudelaire
En mi cabeza se pasea,
como en su propio aposento,
un bello gato fuerte, suave y encantador.
Cuando maúlla, apenas se le oye,
de tan tierno y discreto que es su timbre;
pero su voz, ya se apacigüe o gruña,
es siempre rica y profunda.
Ahí está su atractivo y su secreto.
Esta voz, que gotea y se filtra
en mi interior más tenebroso,
me invade como un verso cadencioso
y me refocila como un bebedizo.
Ella adormece los dolores más crueles
y contiene todos los éxtasis;
para decir las frases más largas
no necesita palabras.
No, no hay arco que rasque
mi corazón, instrumento perfecto,
y que haga con más majestad
cantar su cuerda más vibrante,
55
que tu voz, gato misterioso,
gato seráfico, gato extraño,
en quien todo, como en un ángel,
es tan sutil como armonioso.
II
56
EL SOL
Charles Baudelaire
58
A UNA QUE PASA
Charles Baudelaire
59
MUJERES MALDITAS
Charles Baudelaire
61
EL GUSANO VENCEDOR
Edgar Allan Poe
63
SOLO
Edgar Allan Poe
66
A ELENA
Edgar Allan Poe
Te vi a punto.
Era una noche de julio,
Noche tibia y perfumada,
Noche diáfana...
Ni una ráfaga
El infinito silencio
Y la quietud perturbaban
En el parque...
Ni una hoja
Susurraba;
No se oía
Una pisada;
Todo mudo,
Todo en sueños,
Menos tú y yo
-¡Cuál me agito
Al unir las dos palabras! -
Menos tú y yo... De repente
Todo cambia.
¡Oh, el parque de los misterios!
¡Oh, la región encantada!
Todo, todo,
Todo cambia.
De la luna la luz límpida
La luz de perla se apaga.
El perfume de las rosas
Muere en las dormidas auras.
Los senderos se oscurecen.
Expiran las violas castas.
69
Menos tú y yo, todo huye,
Todo muere,
Todo pasa...
Todo se apaga y extingue
Menos tus hondas miradas.
72
De todas partes me siguen
Mirándome fijamente
Con sus místicas miradas.
Misteriosas, divinales
Me persiguen sus miradas
Como dos estrellas fijas,
Como dos estrellas tristes,
¡Como dos estrellas blancas!
73
EL VALLE INTRANQUILO
Edgar Allan Poe
75
PARA ANNIE
Edgar Allan Poe
Tristemente, yo se
que fui despojado de mi fuerza,
y sin mover un músculo
permanezco tendido.
Más nada importa, yo siento
que al fin me encuentro mejor.
El lamentarse y gemir,
76
los llantos y los suspiros,
fueron aplacados;
y con ellos el horrible palpitar
del corazón.
¡Ah, ese horrible,
horrible palpitar!
Mi espíritu atormentado
descansa blandamente, olvidando,
jamás añorando sus rosas;
sus viejos anhelos
de mirtos y rosas.
Pues ahora,
mientras yace apaciblemente,
se imagina alrededor un aroma más sagrado;
un aroma de pensamientos,
un aroma de romero mezclado con
pensamientos,
con las hojas de ruda
78
y los hermosos y humildes pensamientos.
80
PAIS DE HADAS
Edgar Allan Poe
82
ROMANCE DE LA FERIA DE SICUANI
Luis Nieto Miranda
De un huracán de polleras
el cielo se ha embanderado.
83
Los indios tienden al sol
lindos ponchos colorados.
En las cabezas los chullos
de alegría están gritando;
es como si el arcoíris
tuviese mil campanarios.
El día brinca de júbilo
como en fiestas del chaco.
En un mitin de colores
la plaza se está quemando.
87
CONSEJO
Luis Nieto Miranda
89
DERROTA DE LA LAGRIMA
Luis Nieto Miranda
En nuestras manos
las banderas crecen y gritan
hasta quemar el aire.
¡Nuestras banderas, mi muchacha!
Ahora hasta tu nombre me duele al caer de los
ojos,
al pasar de rodillas junto a mis sílabas
y crecer de improviso
como un clamor en mi costado.
90
Quiero decirte,
quiero que escuches el sonido rebelde,
el rumor de una letra de mando
que endereza mi sangre y sus espinas.
92
Mujer, angustia mía:
ya no es posible el cielo
y su lluvia de trinos
ahora que los hambrientos marchan en línea de
combate
a conquistar la vida!
93
ULTIMA VOLUNTAD
Luis Nieto Miranda
94
DIANA PARA LOS VALIENTES
Luis Nieto Miranda
95
TUS GRITOS TUS HERIDAS
Luis Nieto Miranda
Es el árbol-pájaro
que desencadena
tempestades de nidos sobre la tierra.
96
SONETO 83
Pablo Neruda
97
LABERINTO
Jorge Luis Borges
98
LA CALLE
Octavio Paz
99
BORDAS DE HIELO
Cesar Vallejo
100
SONETO 81
Pablo Neruda
101
EL AMOR
Manuel Gonzales Prada
102
AMAR SIN SER QUERIDO
Manuel Gonzales Prada
103
BUEN AMOR
Manuel Gonzales Prada
104
ACORDE
Manuel Gonzales Prada
Al paisaje y a la vida
descendió la oscuridad:
fue la noche sin aurora,
el dormir sin despertar.
¿Qué fatídicos rumores repercuten
en la sombra de misterio y soledad?
Son las alas de la muerte que se acerca,
son los pasos de la vida que se va.
105
CUARTETO PERSA
Manuel Gonzales Prada
107
EL PAJARO CIEGO
Manuel Gonzales Prada
108
Mas el Pájaro de nieve,
Sordo al mandato real,
Canta siempre la ventura,
Pero tristeza jamás.
II
110
VIENTO DEL OLVIDO
Manuel Scorza
Y yo la amaba.
Yo me emocionaba
con sólo verla pisar la hierba.
¡Ah si tus ojos me miraran todavía!
En tu ausencia
mi corazón todas las tardes muere.
113
LOS POETAS
Manuel Scorza
Ustedes, poetas,
¿qué creían?
Cantaban
bellísimas canciones;
en vuestra tarde hermosa
sólo sonaba
el murmullo amarillo de la fuente;
los poetas tejían
enredaderas de espuma
alrededor de las muchachas;
los poetas decían:
las aguas son transparentes
como si debajo agitaran candelabros
encendidos.
114
¡Era difícil interrumpir la melodía!
Cómo iban los poetas a decir:
«No hay papas»,
«Está sucia mi camisa»,
«La niña llora por su pan descalabrado»,
«No tengo para el alquiler»,
«No puedo, vuelva a fin de mes».
Ay, poetas,
ahora el beso
en los labios se nos pudre;
muertos estamos
de comer barbudas aves.
En verdad, os digo:
antes de que cante el gallo,
lloraréis mil veces.
115
AMERICA
Manuel Scorza
América,
no puedo escribir tu nombre sin morirme.
Aunque aprendí de niño,
no me salen derechos los renglones;
a cada sílaba tropiezo con cadáveres,
detrás de cada letra encuentro un hombre
ardiendo,
y no puedo ni cerrar la a
porque alguien grita como si se quedara dentro.
116
Yo tenía dieciocho años
yo vivía
en un pueblo pequeño,
oyendo el diálogo de musgo de las tardes,
pero pasó mi patria cojeando,
los ahogados empezaron a pedir más agua,
salían de mi boca escarabajos.
Sordo, oscuro, batracio, desterrado,
¡era yo quien humeaba en las cocinas!
¡Amargas tierras,
patrias de ceniza,
no me entra el corazón en traje de paloma!
¡Cuando veo la cara de este pueblo
hasta la vida me queda grande!
¡Pobre América!
En vano los poetas
deshojan ruiseñores.
No verán tu rostro mientras no se atrevan
a llamarte por tu nombre, ¡América mendiga,
118
VOY A LAS BATALLAS
Manuel Scorza
América,
aquí te dejo.
Me voy a las batallas.
Luchar es más hermoso que cantar.
Yo te digo,
a pesar del dolor,
a pesar del las patrias derrumbadas,
ama a los gorriones.
Yo sé que es difícil
hallar entre las tumbas un lugar para la risa.
Yo mismo, a veces, caigo,
y el viento
levanta mi cara como una alfombra rota,
pero aun en las celdas,
bajo la lluvia,
yo no perdí la fe.
Amigos,
aunque os golpeen,
jamás perdáis la fe;
aunque vengan días sucios,
jamás perdáis la fe,
119
aunque yo mismo os niegue de rodillas,
no me creáis,
amad la vida,
¡guardad rocío
para que las flores
no padezcan las noches canallas que vendrán!
Sed felices, os ruego,
salid de los cuartos sombríos,
sed felices para que yo no muera.
Yo no escribí estos cantos
para dar espuma a las muchachas.
Yo canté porque los dolores
ya no cabían en mi boca:
yo siempre estuve aquí
peleando con mastines de pavorosa nieve;
conozco todas las caras,
he visto a los deudores tratando
de meterse en sus zapatos cada amanecer.
¿Dónde no estuve?,
¿en qué pantano no bebí?,
¿a qué pozo malo no rodé?
Era difícil,
me ahogaba el esqueleto,
el aire me dolía,
la voz me llagaba
pero ahora te amo.
No soy nada,
no soy herrero,
ni jinete, ni sembrador.
Yo sólo sé cantar, pero te amo;
¡también la aurora se construye con canciones!
121
¡Amigos,
os encargo reír!
Amad a las muchachas,
cuidad a los jazmines,
preservad al gorrión.
No me busquen amargos en la noche:
yo espero cantando la mañana.
122
YO NO ME RIO DE LA MUERTE
Javier Heraud
Yo nunca me río
de la muerte.
Simplemente
sucede que
no tengo
miedo
de
morir
entre
pájaros y arboles
Yo no me río de la muerte.
Pero a veces tengo sed
y pido un poco de vida,
a veces tengo sed y pregunto
diariamente, y como siempre
sucede que no hallo respuestas
sino una carcajada profunda
y negra. Ya lo dije, nunca
suelo reír de la muerte,
pero sí conozco su blanco
rostro, su tétrica vestimenta.
123
Yo no me río de la muerte.
Sin embargo, conozco su
blanca casa, conozco su
blanca vestimenta, conozco
su humedad y su silencio.
124
MI CASA
Javier Heraud
Mi cuarto es una
manzana,
con sus
libros,
con su
cáscara,
con su cama
tierna para
la noche dura.
Mi cuarto es el
de todos
es decir,
con su
lamparín que
me permite reír
al lado de Vallejo,
que me permite ver
la luz eterna de
Neruda.
Mi cuarto, en
125
fin,
es una
manzana,
con sus libros,
sus papeles,
conmigo,
con su
corazón.
II
127
EL RIO
Javier Heraud
Yo soy un río,
voy bajando por
las piedras anchas,
voy bajando por
las rocas duras,
por el sendero
dibujado por el
viento.
Hay árboles a mi
alrededor sombreados
por la lluvia.
Yo soy un río,
bajo cada vez más
furiosamente,
más violentamente
bajo
cada vez que un
puente me refleja
en sus arcos.
128
II
Yo soy un río
un río
un río
cristalino en la
mañana.
A veces soy
tierno y
bondadoso. Me
deslizo suavemente
por los valles fértiles,
doy de beber miles de veces
al ganado, a la gente dócil.
Los niños se me acercan de
día,
y
de noche trémulos amantes
apoyan sus ojos en los míos,
y hunden sus brazos
en la oscura claridad
de mis aguas fantasmales.
III
129
Yo soy el río.
Pero a veces soy
bravo
y
fuerte
pero a veces
no respeto ni a
la vida ni a la
muerte.
Bajo por las
atropelladas cascadas,
bajo con furia y con
rencor,
golpeo contra las
piedras más y más,
las hago una
a una pedazos
interminables.
Los animales
huyen,
huyen huyendo
cuando me desbordo
por los campos,
cuando siembro de
piedras pequeñas las
130
laderas,
cuando
inundo
las casas y los pastos,
cuando
inundo
las puertas y sus
corazones,
los cuerpos y
sus
corazones.
IV
Y es aquí cuando
más me precipito
Cuando puedo llegar
a
los corazones,
cuando puedo
cogerlos por la
sangre,
cuando puedo
mirarlos desde
adentro.
131
Y mi furia se
torna apacible,
y me vuelvo
árbol,
y me estanco
como un árbol,
y me silencio
como una piedra,
y callo como una
rosa sin espinas.
Yo soy un río.
Yo soy el río
eterno de la
dicha. Ya siento
las brisas cercanas,
ya siento el viento
en mis mejillas,
y mi viaje a través
de montes, ríos,
lagos y praderas
se torna inacabable.
132
VI
VII
VIII
IX
Llegará la hora
en que tendré que
desembocar en los
océanos,
que mezclar mis
aguas limpias con sus
aguas turbias,
que tendré que
silenciar mi canto
luminoso,
que tendré que acallar
mis gritos furiosos al
alba de todos los días,
que clarear mis ojos
con el mar.
El día llegará,
y en los mares inmensos
no veré más mis campos
fértiles,
no veré mis árboles
verdes,
135
mi viento cercano,
mi cielo claro,
mi lago oscuro,
mi sol,
mis nubes,
ni veré nada,
nada,
únicamente el
cielo azul,
inmenso,
y
todo se disolverá en
una llanura de agua,
en donde un canto o un poema más
sólo serán ríos pequeños que bajan,
ríos caudalosos que bajan a juntarse
en mis nuevas aguas luminosas,
en mis nuevas
aguas
apagadas.
136
PALABRA DE GUERRILLERO
Javier Heraud
137
A NUESTRO CREADOR TUPAC AMARU
José María Arguedas
Tranquilo espera,
tranquilo oye,
tranquilo contempla este mundo.
Estoy bien ¡alzándome!
Canto;
bailo la misma danza que danzabas
el mismo canto entono.
Aprendo ya la lengua de Castilla,
entiendo la rueda y la máquina;
con nosotros crece tu nombre;
hijos de wiraqochas te hablan y te escuchan
como al guerrero maestro, fuego puro que
enardece, iluminando.
Viene la aurora.
142
DE VIAJE
José Santos Chocano
Ave de paso,
fugaz viajera desconocida:
fue sólo un sueño, sólo un capricho, sólo un
acaso;
duró un instante, de los que llenan toda una
vida.
144
QUIEN SABE
José Santos Chocano
147
LOS CABALLOS DE LOS
CONQUISTADORES
José Santos Chocano
153
LA TRISTEZA DEL INCA
José Santos Chocano
155
La mujer que has ideado pertenece a tal raza,
vanamente la buscas en tu innumera grey,
y servirte no pueden oración ni amenaza,
porque tiene otra sangre, otro dios y otro rey
156
NOSTALGIA
José Santos Chocano
158
NOTAS DEL ALMA INDIGENA
José Santos Chocano
¡Quién sabe!
Indio que asomas a la puerta
de esta tu rústica mansión: .
para mi sed no tienes agua?
¿para mi frío, cobertor?
¿parco maíz para mi hambre?
¿para mi sueño, mal rincón?
¿breve quietud para mi andanza?…
-¡Quién sabe, señor!
161
un banquete de hambres, un templo de
ceremonias crueles,
un plato vacío tendido hacia la nada,
un parque con niños, con guitarras, con fuegos,
un crepúsculo infinito, una habitación
abandonada, un angustiado grito,
un vado apacible en el cual se celebra la vida;
mi país es un sepulcro en medio de la
primavera,
una extraña silueta que abruma con su brillo la
soledad,
un anciano que camina lentamente, un ácido
que horada los ojos,
un estrépito que apaga todas las músicas
terrenales,
un alud de placeres, un relámpago destructor,
un arrepentimiento sin culpa.
un sueño de oro, un despertar de cieno, una
vigilia torva,
un día de pesar y otro de risa que la memoria
confunde,
un tejido de lujo, una desnudez impúdica, una
impaciente eternidad;
mi país es un recuerdo y una premonición, un
pasado inexorable
162
y un porvenir de olas, resurrecciones, caídas y
festines;
mi país es mi temor, tu ira, la voracidad de
aquel,
la miseria del otro, la defección de muchos, la
saciedad de unos cuantos,
las cadenas y la libertad, el horror y la
esperanza, el infortunio y la victoria,
la sangre que fluye por las calles hasta chocar
con el horizonte
y de ahí retorna como una resaca sin fin;
mi país es la mujer que amo y el amigo que
abrazo tan sólo por amigo,
el extraño que te sorprende con su odio y el que
te da la mano porque quiere;
mi país es la ventana a través de la cual miro la
tarde,
la tarde que cae con sus ramos de melancolía en
mi pecho,
y el agua matinal con que limpio mis pupilas de
imágenes sucias,
el aire que respiro al salir de mi casa cada día,
y la gente que se precipita conmigo a los
quehaceres sin sentido,
el trabajo, la fatiga, la enfermedad, la locura, el
163
pensamiento,
la prisa, la desconfianza, el ocio, el café, los
libros, las maldiciones;
mi país es la generosa mesa de mi casa y los
rostros familiares
donde contemplo la marea incansable de mi
dicha,
el cigarrillo que consumo como una fe que se
renueva
y el perro cuya piel es cálida como su amistad;
mi país son los mendigos y los ricos, el alcohol
y la sed,
la aventura de existir y el orden en que elijo mis
sacrificios;
mi país es cárcel, hospital, hotel, y almacén,
hogar, arsenal;
mi país es hacienda, sembrío, cosecha;
mi país es escasez, sequía, inundación;
mi país es terremoto, lluvia, huracán;
mi país es vegetal, mineral, animal;
mi país es flexible, rígido, fluido:
mi país es líquido, sólido, inestable;
mi país es republicano, aristocrático, perpetuo;
mi país es una cuna, tumba, lecho nupcial;
mi país es indio, blanco, mestizo:
164
mi país es dorado, opaco, luminoso;
mi país es amable, hosco, indiferente;
mi país es azúcar, tungsteno, algodón;
mi país es plata, nieve, arena;
mi país es rudo, delicado, débil y vigoroso,
angelical y demoníaco;
mi país es torpe y perfecto;
mi país es enorme y pequeño;
mi país es claro y oscuro;
mi país es cierto e ilusorio;
mi país es agresivo y pacífico;
mi país es campana,
mi país es torre,
mi país es isla,
mi país es arca,
mi país es luto,
mi país es escándalo,
mi país es desesperación,
es crisis, escuela, redención, ímpetu, crimen,
y lumbre, choque, cataclismo,
y llaga, renunciación, aurora,
y gloria, fracaso, olvido;
mi país es tuyo,
mi país es mío,
mi país es de todos,
165
mi país es de nadie, no nos pertenece, es
nuestro, nos lo quitan,
tómalo, átalo, estréchalo contra tu pecho,
clávatelo como un puñal,
que te devore, hazlo sufrir, castígalo y bésalo en
la frente,
como a u hijo, como a un padre, como a alguien
cansado que acaba de nacer,
porque mi país es,
simple, pura e infinitamente es,
y el amor canta y llora, ahora lo comprendo,
cuando ha alcanzado lo imposible.
166
ELOGIA Y SONETO A SILVIA
Mariano Melgar
172
Corriera ardiendo a ti: mis expresiones
fueran dulce llorar... ¡Con qué ternura
te estrechara...! ¡Ay! ¡Funestas ilusiones!
Ya mi triste desventura
(Yaravi III)
Ya mi triste desventura
no deja
Esperanza de tener
alivio;
y el buscarlo sólo sirve
de darme
el tormento de mirar
lo perdido.
Yo soy un Mar
pupilas de crepúsculo
i voz de aurora
Como ese mar azul
al que yo desperté en mi primer viaje
Aquel mar de los brazos abiertos
de la perenne juventud
Donde se posa mi Esperanza
177
gaviota blanca
con las pupilas rosas
Yo soy un Mar
178
SUBURBIO
Carmen Olle
179
VIDA CONTINUA
Javier Sologuren
180
LOS OLIVOS
Antonio Machado
II
185
LA MUERTE DE LA ROSA
Gabriel Garcia Marquez
186
SI ALGUIEN LLAMA A TU PUERTA
Gabriel Garcia Marquez
187
BOSQUE DE ROSAS
José Martí
(Allí despacio)
189
YO SOY UN HOMBRE SINCERO
José Martí
(Allí despacio)
190
Alas nacer vi en los hombros
De las mujeres hermosas:
Y salir de los escombros,
Volando las mariposas.
191
Oigo un suspiro, a través
De las tierras y la mar,
Y no es un suspiro, -es
Que mi hijo va a despertar.
192
Oculto en mi pecho bravo
La pena que me lo hiere:
El hijo de un pueblo esclavo
Vive por él, calla y muere.
193
ADOLESCENCIA
Juan Ramon Jimenez
En el balcón, un instante
nos quedamos los dos solos.
Desde la dulce mañana
de aquel día, éramos novios.
El paisaje soñoliento
dormía sus vagos tonos,
bajo el cielo gris y rosa
del crepúsculo de otoño.
Le dije que iba a besarla;
bajó, serena, los ojos
y me ofreció sus mejillas,
como quien pierde un tesoro.
Caían las hojas muertas,
en el jardín silencioso,
y en el aire erraba aún
un perfume de heliotropos.
No se atrevía a mirarme;
le dije que éramos novios,
…y las lágrimas rodaron
de sus ojos melancólicos.
194
ESE DIA
Juan Ramon Jimenez
195
LA MUERTE ES BELLA
Juan Ramon Jimenez
196
DECIR, HACER
Octavio Paz
Dales la vuelta,
cógelas del rabo (chillen, putas),
azótalas,
dales azúcar en la boca a las rejegas,
ínflalas, globos, pínchalas,
sórbeles sangre y tuétanos,
sécalas,
cápalas,
písalas, gallo galante,
tuérceles el gaznate, cocinero,
desplúmalas,
destrípalas, toro,
buey, arrástralas,
hazlas, poeta,
haz que se traguen todas sus palabras.
199
LAS PALABRAS
Octavio Paz
Dales la vuelta,
cógelas del rabo (chillen, putas),
azótalas,
dales azúcar en la boca a las rejegas,
ínflalas, globos, pínchalas,
sórbeles sangre y tuétanos,
sécalas,
cápalas,
písalas, gallo galante,
tuérceles el gaznate, cocinero,
desplúmalas,
destrípalas, toro,
buey, arrástralas,
hazlas, poeta,
haz que se traguen todas sus palabras.
200
¡OH, YO VIDA!
Walt Whitman
201
ME CELEBRO Y ME CANTO A MI
MISMO
Walt Whitman
203
ME CELEBRO Y ME CANTO A MI
MISMO
Walt Whitman
205
RIMA
Gustavo Adolfo Becquer
Rima I
Yo sé un himno gigante y extraño
que anuncia en la noche del alma una aurora,
y estas páginas son de este himno
cadencias que el aire dilata en la sombras.
Yo quisiera escribirlo, del hombre
domando el rebelde, mezquino idioma,
con palabras que fuesen a un tiempo
suspiros y risas, colores y notas.
Pero en vano es luchar; que no hay cifra
capaz de encerrarle, y apenas ¡oh hermosa!
si teniendo en mis manos las tuyas
pudiera, al oído, cantártelo a solas.
Varios versos que reflejan las limitaciones del
lenguaje para expresar sentimientos.
Rima II
Rima III
Rima VII
Rima IX
Rima X
Rima XIV
209
Alguna vez la encuentro por el mundo
y pasa junto a mí
y pasa sonriéndose y yo digo
¿Cómo puede reír?
Luego asoma a mi labio otra sonrisa
máscara del dolor,
y entonces pienso: -Acaso ella se ríe,
como me río yo.
Este es uno de los poemas de Gustavo Adolfo
Bécquer que se basan en la sencillez de una sola
anécdota.
Rima XVI
Rima XXI
Rima XXIII
Rima XXX
Rima XXXVIII
Rima LII
Rima XVI
215
POEMA DEL MANICOMIO
Carlos Oquendo de Amat
Tuve miedo
y me regresé de la locura
Y mi corazón
un botón
más
de
mi camisa de fuerza
216
CAMPO
Carlos Oquendo de Amat
217
POEMA DEL MAR Y ELLA
Carlos Oquendo de Amat
218
MADRE
Carlos Oquendo de Amat
Entre ti y el horizonte
mi palabra está primitiva como la lluvia o como
los himnos
219
CAMPO
Martín Adán
220
POESIA, MANO VACIA
Martín Adán
221
NAVIDAD
Martín Adán
Tus ojos
unen las manos
como las madonas
de Leonardo.
Dios se encarna
en un niño que busca los juguetes
de tus manos.
Tus labios
dan el calor que niegan
la vaca y el asno.
Y en la penumbra,
222
tu cabellera mulle sus pajas
para Dios Niño.
223
AGUIJON
Martín Adán
224
ALTURAS DE MACHU PICCHU
Pablo Neruda
II
III
VI
VII
VIII
237
Quién va cortando párpados florales
que vienen a mirar desde la tierra?
Quién precipita los racimos muertos
que bajan en tus manos de cascada
a desgranar su noche desgranada
en el carbón de la geología?
IX
XI
XII
247
TRISTITIA
Abraham Valdelomar
248
EL ARBOL DEL CEMENTERIO
Abraham Valdelomar
No la tranquilidad de la arboleda
que ofrece sombra fresca y regalada
al remanso, al pastor y la manada
y que paisaje bíblico remeda.
249
NOCTURNO
Abraham Valdelomar
Y pasarán inexorables
horas y días, juventud y sueños.
252
Hoy tengo miedo de morirme.
¡Qué solo debe estar el cementerio!
253
FIEBRE AMARILLA
Arturo Corcuera
Amarillo,
amarillo, amarillo,
amarillo, amarillo, amarillo,
¿de qué color nacerán los canarios,
la retama, el limón y el membrillo,
si el otoño sigue despilfarrando
todo el amarillo,
amarillo, amarillo,
amarillo?
254
FABULA Y METAFORA DEL GALLO
Arturo Corcuera
Reloj despertador,
Hijo apócrifo del papagayo.
No anuncia la madrugada
el tornassol clarinero.
255