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REVISTA

de la

C E PAL
NUMERO 63

DICIEMBRE 1997

SANTIAGO DE CHILE

OSCAR ALTIMIR
Director

EUGENIO LAHERA
Secretario Técnico

NACIONES UNIDAS
R E V I S T A DE LA C E P A L 63

S U M A R I O

El papel del sector público en el desarrollo latinoamericano 7


Ricardo Carciofi

La equidad en el presupuesto público 17


Juan Martin

Reformas a los sistemas de pensiones, mercado de


capitales y ahorro 29
Andras Uthoff

Institucionalidad pública y políticas ambientales explícitas


e implícitas 51
Nicolo Gligo

La valoración de recursos naturales y ambientales no basada


en el mercado en Centroamérica y el Caribe 65
Steve Shultz

Un modelo macroeconómico integrado para el Caribe 77


Lucio Vinhas de Souza

Virajes y derrapajes de la economía venezolana 85


José Miguel Benavente

¿Cuán no tradicionales son las exportaciones no tradicionales?


La experiencia de siete países de la Cuenca del Caribe 99
Alberto Gabriele

Apertura comercial y cambio estructural en la industria


automotriz brasileña 115
Ruy de Quadros Carvalho, Sergio Robles Reis de Queiroz,
Flávia Luciane Consoni, loriara Costa y Janaína Pamplona da Costa

Historia evolutiva de una planta metalmecánica chilena 129


Jorge Katz y Héctor Vera

La importancia de la producción local y la pequeña empresa


para el desarrollo de América Latina 147
Francisco Alburquerque

Publicaciones recientes de la CEPAL 162

DICIEMBRE 1997
R E V I S T A DE LA C E P A L 63
17

La equidad en el
presupuesto público

Juan Martin

Director de Programación En este artículo se pretende hacer un recorrido por la realidad


del Sector Público,
virtual del ámbito presupuestario y fiscal para identificar los
Instituto Latinoamericano
y del Caribe de posibles márgenes de libertad para lograr un mayor grado de
Planificación Económica
convergencia entre el discurso político acerca de la equidad y
y Social (ILPES)
el contenido real de las políticas públicas respecto de este
objetivo. Con este propósito, se exploran posibles respuestas a
cuatro interrogantes: qué significado se atribuye actualmente
al concepto de equidad; cuáles son los espacios en el ámbito
tributario para ampliar los recursos y mejorar la equidad ver-
tical; cuáles son las vías para dar prelación al objetivo de equi-
dad en la gestión del gasto público, y cómo podría asegurarse
mayor consistencia dinámica entre crecimiento y equidad. Se
concluye que es posible efectuar importantes avances en mate-
ria de equidad social en el ámbito fiscal, pero que para hacerlo
se necesita una decisión política de primera magnitud apoyada
por políticas públicas activas en un esfuerzo serio, sostenido y
consistente. Para que esta decisión no sea meramente de-
clarativa o clientelística, se la debe orientar al conjunto social,
estableciendo explícitamente las prioridades del caso, y para
evitar que se frustre, debe apoyarse en modalidades operacio-
nales que combinen la participación social con un uso creativo
y juicioso de los instrumentos de política pública.

DICIEMBRE 1997
18 R E V I S T A DE LA C E P A L 63 • D I C I E M B R E 1 9 9 7

I
Introducción

El tema de la equidad en el presupuesto público es la recuperación del progreso social en la región para
amplio y admite diversos enfoques. Como la pruden- enfrentar mejor los desafíos que le impone el mundo
cia aconseja acotarlo, el análisis se centrará aquí en los contemporáneo.
espacios de maniobra disponibles dentro del ámbito de La segunda es que el resultado de una década muy
las finanzas públicas para encarar avances en materia activa en materia de reformas tributarias ha sido una
de equidad social. clara jerarquización —distinta a la del pasado-— de los
Esta aproximación, aunque acotada, es significa- elementos que constituyen la trilogía de los tributaris-
tiva ya que la política fiscal —a través de sus compo- tas: eficiencia, simplicidad y equidad del sistema. El
nentes de ingresos, gastos y financiamiento— tiene im- tema de la equidad no sólo ha perdido la preeminen-
portantes efectos sobre la equidad. Pero no debe sos- cia que tuvo en los años sesenta y setenta, sino que
layarse el hecho de que no basta la acción fiscal. Sin también ha experimentado un importante cambio de
duda, el empleo bien remunerado constituye el medio énfasis.
más eficaz para promover una mayor equidad; a su vez, La tercera lección es que, en situaciones de lími-
el volumen y la calidad del empleo tienen que ver con tes fiscales severos, los conceptos de prioridad, susti-
elementos propios de otros campos, además del fiscal. tución y productividad del gasto público ganan mayor
Todos estos factores fueron integrados por la CEPAL en relevancia. Con frecuencia sabemos que gastamos mal
su propuesta de transformación productiva con equi- y lo que es peor, a veces ni siquiera sabemos bien en
dad (CEPAL, 1990 y 1992). qué gastamos.
Para situar el análisis, conviene recordar que mu- La última es que el tema fiscal ha adquirido gran
chos de nosotros apreciamos el pasado inmediato de importancia para el logro y la preservación de los equi-
la región mediante dos conceptos sintéticos: uno, el de librios macroeconómicos básicos, considerados hoy día
la década perdida, si el acento se coloca en los resulta- como un objetivo intermedio indispensable para alcan-
dos socioeconómicos de los años ochenta en compa- zar un crecimiento sostenible. Esto a su vez nos con-
ración con los de decenios anteriores y otro, el de los duce a la necesidad de articular los componentes de la
años del aprendizaje doloroso, si se hace hincapié en política fiscal —ingresos, gastos y financiamiento pú-
las lecciones aprendidas para encarar el futuro (Martin, blicos— y de coordinar mejor el manejo intertemporal
1994). de ellos.
Ambas visiones de nuestro pasado inmediato son Veremos ahora cómo utilizar estas cuatro leccio-
válidas, pero más importante todavía es que ellas son nes para analizar la inequidad social que, si bien es un
complementarias. Una nos señala los problemas pen- problema secular en la región, se ha agravado —y tal
dientes, sujetos por supuesto a distinta ponderación vez ha mutado de carácter— después de la década per-
según la realidad de cada país y el propio posiciona- dida. Nos ceñiremos a un conjunto de aspectos con-
miento del observador. La otra, la del aprendizaje do- ceptuales que nos ayudarán a examinar las opciones y
loroso, sintetiza lo que hemos aprendido. Al respecto dilemas de política en torno al tema.
me parece pertinente destacar cuatro lecciones. Una advertencia: nuestro punto de partida es la
La primera es que son necesarios la interacción y percepción de que la preocupación por la equidad es
el acomodamiento temporal entre las medidas de com- mayor en el discurso que en el contenido de las polí-
pensación social y los programas de inversión en ca- ticas públicas, de modo que nos proponemos hacer un
pital humano. Las medidas compensatorias están orien- recorrido en la "realidad virtual" del ámbito presupues-
tadas a dar atención a necesidades que no son pos- tario y fiscal para identificar grados de libertad que
tergables y se engloban en el concepto de red social. permitan una mayor convergencia entre el discurso
Por su parte, la inversión en capital humano apunta a político y la realidad concreta.

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19

II
Equidad: ¿un concepto único?

La incipiente recuperación del crecimiento y la mejor Por otra parte, las responsabilidades transferidas
situación fiscal en los primeros años noventa, junto con desde el gobierno central a los gobiernos subnacionales
los visibles signos de asimetría en la distribución so- deben guardar relación con los recursos financieros de
cial de los costos del ajuste iniciado en los años ochen- que disponen. Por lo tanto, en la mayoría de los casos
ta, han vuelto a colocar sobre el tapete el tema de la habrá que alcanzar algún tipo de acuerdo en materia
equidad. El debate actual en torno a este tema se enar- de descentralización fiscal, congruente con la preser-
dece por dos motivos vinculados con las expectativas vación de ese equilibrio. La experiencia regional re-
de la gente, tanto en lo económico como en lo políti- ciente muestra serios desequilibrios en uno y otro sen-
co. Por un lado, los importantes progresos logrados en tido.
el ámbito macroeconómico no han ido acompañados Por último, la simultánea descentralización hacia
de progresos convincentes en la situación social. Por subgrupos sociales definidos por su pertenencia terri-
el otro, la dificultad de los gobiernos para articular torial y que necesariamente son heterogéneos entre sí,
propuestas suficientemente potentes frente a la mag- puede introducir inequidad entre jurisdicciones en
nitud del problema tornan poco fructífero el debate cuanto a la cantidad y calidad de las prestaciones, de-
político necesario para avanzar en la materia. bido a diferencias en la capacidad técnica y adminis-
Si bien la mayoría de las acciones fiscales tiene trativa, la dotación de recursos, el potencial organiza-
repercusiones en la equidad, el discurso gubernamen- tivo de la comunidad y la permeabilidad gubernamen-
tal respecto de este tema privilegia las políticas públi- tal a la participación ciudadana, entre otras.
cas orientadas a los denominados sectores sociales. Así, Estas preocupaciones no pretenden configurar un
comienza a perfilarse en la región un nuevo modelo argumento contrario a la descentralización, ya que ella
de intervención pública en el campo social, cuyos ins- constituye un importante medio para democratizar y
trumentos suelen agruparse bajo los títulos de hacer más eficiente la gestión pública. Pero sí abogan
privatización, focalización y descentralización. Los dos en contra de algunas visiones que la consideran como
primeros configuran el núcleo de la estrategia: intro- un fin en sí misma, o que adhieren a mecanismos es-
ducir hasta donde sea posible mecanismos de merca- pontáneos de propagación del movimiento descentra-
do para la provisión de servicios sociales, y limitar las lizador, diluyendo implícitamente las responsabilida-
prestaciones públicas directas a los grupos sociales más des.
vulnerables a través de la focalización del gasto. La El cambio desde un sistema centralizado de pres-
descentralización, como tercer componente del mode- taciones sociales a otro descentralizado requiere de una
lo, refuerza el movimiento hacia un mayor protago- estrategia de transición, así como de regulación eficaz
nismo de subgrupos sociales, en este caso las comuni- una vez alcanzado el nuevo régimen. De lo contrario,
dades de base territorial, en los sistemas de prestación. se pueden frustrar las expectativas en torno a su po-
Cabe hacer unos breves comentarios respecto de estos tencial o, peor aún, invalidar la descentralización como
tres componentes. dirección correcta de cambio.
Al respecto, tal vez sea útil reconocer que la des-
1. Descentralización centralización de hecho causa un reordenamiento de
funciones en el conjunto del aparato estatal (Martin y
Es muy probable que la descentralización traiga con- Núñez del Prado, 1993). En consecuencia, no se trata
sigo significativas ganancias de eficiencia y un mayor solamente de fortalecer las capacidades técnicas e
control social sobre las prestaciones, a condición de institucionales de las entidades hacia las cuales se
que este proceso facilite la organización y participa- descentraliza, sino también de redefinir y organizar las
ción ciudadanas y que los niveles subnacionales de funciones de los órganos centrales y sectoriales para
gobierno se prueben abiertos a ellas. En cualquiera de formular políticas de cobertura nacional, definir y vi-
los países de la región éste es un punto difícil de dilu- gilar el cumplimiento de normas, descubrir oportuna-
cidar de antemano. mente desviaciones de importancia en la calidad de la

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gestión descentralizada respecto de los estándares na- este mundo real la historia y la dinámica de los proce-
cionales y contar con los instrumentos necesarios para sos cuentan y configuran un cuadro de condiciona-
aplicar medidas correctivas de apoyo. mientos recíprocos que obliga al arbitraje entre los
objetivos de equidad y de eficiencia de la política so-
2. Privatización y focalización cial.
¿El combate a la pobreza es un objetivo priori-
Cabe ahora retomar el núcleo del nuevo modelo pos- tario, o es el único objetivo de la intervención pública
tulado para la intervención pública en los sectores en el campo social? El modelo tradicional de interven-
sociales: la privatización y la focalización. Dicho mo- ción pública en el campo social no otorgaba especial
delo hace algunos aportes significativos en torno de es- prioridad a la pobreza, sino que la consideraba más
tos dos componentes, sobre todo al sugerir una varie- bien un caso extremo de la desigualdad distributiva en
dad de instrumentos poco utilizados hasta el presente. la que centraba su atención; el nuevo modelo, por el
Así, respecto de la privatización, junto con des- contrario, postula como prioridad absoluta de la acción
tacar las ventajas asignativas de los mercados, señala pública el combate contra la pobreza. Ambas posturas
la importancia de introducir esquemas de recuperación son formas extremas de considerar la relación entre
total o parcial de costos, subsidiar la demanda, fle- equidad y pobreza como fundamento para la necesi-
xibilizar la oferta mediante la incorporación de pres- dad de intervención pública.1
tadores privados, subcontratar el suministro de insumos Desde el punto de vista tanto teórico como prác-
e introducir incentivos para elevar la competitividad tico, la intervención pública se justifica por conside-
entre órganos públicos. raciones de equidad respecto del conjunto social y no
En cuanto a la focalización, el modelo hace un sólo por la existencia de amplios grupos en situación
valioso llamado de atención sobre la pobreza, ya que de pobreza, aunque estos últimos sean acreedores de
ésta constituye la peor manifestación de la inequidad una atención preferente de la política social. Por los
presente en una sociedad; subraya, en consecuencia, desafíos del desarrollo contemporáneo, también impor-
que debe darse prioridad a la lucha contra la pobreza, ta la acumulación de capital humano y para lograrla,
orientando varios programas sociales a la construcción es menester promover los talentos potenciales existen-
de una red efectiva de seguridad social para la pobla- tes en el conjunto de la sociedad, buscando eliminar
ción con carencias extremas. la desigualdad de oportunidades y las discriminacio-
Los aportes en ambos casos suelen enmarcarse, nes en todo el espectro social.
sin embargo, en prescripciones implícitas de política ¿Lo que importa es hacia quiénes se dirige el
cuya dificultad radica no tanto en sus propuestas par- gasto social, o también cómo se comparte su finan-
ciales, sino en la frecuente omisión de algunas consi- ciamiento? La propuesta de focalizar el gasto público
deraciones. Destacaremos tres de ellas, a través de las en los sectores más pobres de la sociedad considera
preguntas siguientes. dados el monto de los recursos disponibles y, sobre to-
¿El nuevo modelo de intervención pública asig- do, los grupos sociales en que se genera su financia-
na un papel subsidiario al Estado, o demanda políti- miento. Sin embargo, la pregunta de quién paga la
cas públicas activas orientadas al conjunto social? focalización es muy pertinente, tanto desde el punto de
Particularmente en el ámbito de la política social no vista de quienes contribuyen efectivamente al financia-
es útil oponer mercado e intervención pública, contras- miento del gasto público, como de quienes son exclui-
tando las virtudes de uno contra las falencias del otro; dos de los beneficios de la política social.
en este caso, especialmente, la experiencia revela tan-
to fallas de mercado como fallas del gobierno.
1
En realidad, lo importante es cómo aprovechar La relación entre pobreza y equidad es evaluada según cuatro
escuelas de pensamiento diferentes. Una es la que agrupa a quienes
mejor la gran variedad de instrumentos disponibles sólo están preocupados por la pobreza, sin consideración alguna de
para organizar novedosas modalidades mixtas de pro- la desigualdad por encima de la línea de pobreza. La segunda reúne
visión de servicios sociales, con sistemas de incenti- a quienes ponderan la reducción de la desigualdad como un obje-
tivo de la política pública, pero dan prioridad a la eliminación de la
vos apoyados en criterios de mercado y formas moder- pobreza mediante el ordenamiento de ambos objetivos. La tercera
nas de regulación pública (Carciofi y Beccaria, 1995). es la de aquellos que, preocupados por la equidad y la pobreza,
Además, conviene recordar que ni el mercado ni la están dispuestos a evaluar arbitrajes entre ambos objetivos. Final-
mente, están quienes no le asignan un significado especial a la
intervención pública operan en un mundo abstracto, pobreza, sino que la consideran un componente del costo más amplio
sino en uno complejo de instituciones concretas. En de la desigualdad (véase Atkinson, 1989).

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Por cierto, ambas dimensiones tienen importan- la compara con otras— holguras importantes para au-
tes consecuencias sobre la equidad social en el senti- mentar la carga tributaria y para distribuirla de mane-
do más amplio arriba mencionado. Como se verá en ra más equitativa.
la sección siguiente, existen en la región —cuando se

III
Tributación y equidad: ¿se perdió
la dimensión vertical?

La década de 1980 fue muy prolífica en propuestas, Este movimiento hacia la eficiencia en el sistema
reformas y experiencias tributarias; muchas de ellas tributario se aplica en todos los componentes de la es-
emergieron de los países desarrollados, no sólo por los tructura tributaria. En el impuesto al valor agregado,
instrumentos utilizados, sino también por los objetivos con su generalización; en el impuesto a la renta, a tra-
que perseguían las reformas (Gómez, 1991). vés de la ampliación de la base imponible y la reduc-
ción de las tasas marginales; y en materia de impues-
1. La orientación de la reforma tos a las importaciones, por la unificación de las alícuo-
tas. Como todo el debate se encamina en una dirección
Estos objetivos desplazaron el eje de la discusión des- similar, las recomendaciones de política tributaria que
de la equidad del sistema tributario hacia el de su efi- emanan de él son integradas y coherentes entre sí.
ciencia, en el marco de una revalorización generaliza- Ahora bien ¿por qué nos parecen importantes
da de los mecanismos de mercado y del papel del sis- estas consideraciones? De modo general, por dos ra-
tema de precios. En ese contexto se equipara el con- zones principales. La primera, porque de alguna mane-
cepto de eficiencia con el de neutralidad: así, apuntar ra ellas constituyen el anaquel de ideas en que se nu-
a un sistema tributario más eficiente es buscar un sis- tre el examen del tema en nuestros países, aunque con
tema más neutral, es decir, con mínima incidencia frecuencia se tergiversen sus contenidos o se los ubi-
sobre las decisiones económicas. que fuera de contexto, omitiendo diferencias esencia-
Esto conlleva cambios sustanciales en los compo- les. La razón más importante, sin embargo, es otra, que
nentes básicos de cualquier impuesto: las tasas o alí- está vinculada con los procesos de globalización y
cuotas y la base imponible. En cuanto a las primeras, apertura. Para ilustrar la idea tal vez sea útil trazar una
se tiende a importantes reducciones de las tasas mar- analogía con la frontera tecnológica internacional. En
ginales, pero buscando preservar las tasas medias, que el caso tributario, los países de la región se encuentran
determinan el nivel de la carga tributaria. La idea cen- al interior de dicha frontera, pero la globalización y la
tral es que esas tasas marginales son las que afectan el apertura empujan hacia ella y a la vez impiden trans-
comportamiento de los agentes económicos, de modo gredir sus principios fundamentales.
que deben reducirse si se busca la neutralidad.
Respecto del segundo componente, la base impo- 2. Las reformas en América Latina
nible, se apunta a su ampliación y con ello se vincula
el concepto de equidad horizontal: si dos individuos es- Los años ochenta fueron también muy activos en re-
tán en similar situación, deben pagar el mismo monto formas tributarias en la región (Carciofi, Cetrángolo y
de impuesto. Este objetivo de equidad horizontal, que Barris, 1994). Tales reformas se inscribieron, sin em-
ha tendido a desplazar al anterior de equidad vertical, bargo, en un escenario macroeconómico dominado por
se logra en la medida en que las leyes tributarias tra- la dinámica del ajuste externo y los programas de es-
ten a los iguales como tales. El resultado esperable es tabilización interna, de modo que estuvieron orienta-
una ampliación de la base imponible. La reducción de das principalmente a maximizar la recaudación
las tasas marginales y la ampliación de la base se con- tributaria para contribuir al logro de esos dos objeti-
jugan para sostener el nivel de tributación media ne- vos. No obstante, la carga tributaria real se mantuvo
cesario para financiar el gasto público. más o menos constante durante el período, debiendo

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los gobiernos recurrir a otros medios para cubrir el tos y, sobre todo, si se otorga la prioridad del caso a
déficit fiscal. un sólido desarrollo del sistema de administración
En la mayoría de los casos, la reforma adoptó tributaria.2
como eje la generalización del impuesto al valor agre- Respecto de la tributación indirecta cabría exami-
gado, con una o muy pocas tasas diferenciadas. El di- nar, en cada caso nacional, la propuesta de introducir
seño de los sistemas de impuesto a la renta cambió una estructura simple pero no uniforme del impuesto
radicalmente respecto del pasado, a través del desman- al valor agregado acoplada con algunos impuestos
telamienlo de los incentivos basados en el gasto tributa- específicos sobre determinados bienes (Carciofi y Ce-
rio, de mejores métodos para la indización de las ba- trángolo, 1994). En este esquema, el impuesto al va-
ses imponibles y de la reducción de las tasas margina- lor agregado proveería una base amplia de recaudación
les y medias. En conjunto, los cambios apuntaron a y los impuestos específicos permitirían una tributación
simplificar el sistema para facilitar la administración diferenciada sobre un subconjunto de bienes cuyo con-
tributaria y reducir la evasión y elusion, objetivos con- sumo no fuese uniforme en los distintos estratos so-
gruentes con la necesidad central de recuperar la ca- ciales.
pacidad de recaudación. Al respecto son dignos de des- Sin embargo, para avanzar en materia de equidad
tacarse los progresos realizados por algunos países de vertical es preciso actuar también sobre los muy bajos
la región en este terreno. rendimientos de los impuestos directos; vale recordar
El tema de la equidad vertical, objetivo central en aquí que la recaudación por este concepto es, para el
décadas anteriores, no está en la agenda de las refor- promedio de los países de la región, inferior en diez
mas recientes. Sobre la base de indicadores indirectos puntos del PIB a la obtenida en los países de la Organi-
se puede conjeturar que, en el mejor de los casos, la in- zación de Cooperación y Desarrollo Económicos
cidencia fiscal no se hizo más progresiva o, más proba- (OCDE), descontadas las diferencias en los sistemas de
blemente, aumentó su regresividad en el período. seguridad social entre ambos grupos de países.3 Aun-
La prescripción de política que hoy día prevalece que hay espacios por ganar en los impuestos de base
en materia fiscal en la región reconoce la necesidad de territorial, el peso de este deficiente desempeño recae
introducir una mayor progresividad, pero también se- en el impuesto a la renta.
ñala una forma particular de lograrla (Tanzi, 1992). En En decenios pasados, la redistribución por vía
ella se da prioridad al objetivo recaudatorio de la po- tributaria estuvo centrada en refinamientos excesivos
lítica tributaria y a su neutralidad. Por otra parte, la de este impuesto. Tal estrategia no funcionó por diver-
tarea de conferir progresividad a la política fiscal se sas razones: inflación alta y recurrente, debilidad del
concentra en la reorientación del gasto público, por es- sistema de administración tributaria y persecución de
timarse que la progresividad deriva de la incidencia ne- demasiados objetivos con un mismo instrumento, en-
ta sobre los distintos grupos sociales de las interven- tre otras. Sin embargo, un diseño simple del impuesto
ciones gubernamentales en su conjunto, por el lado del a la renta, siguiendo los patrones que prevalecen en los
ingreso y por el lado del gasto. países desarrollados, junto con progresos sostenidos en
Esto no es convincente por dos razones. Una, la
distancia que separa a los países de la región de aque-
lla frontera internacional de realidades tributarias a que
se hizo referencia. Otra, las enormes desigualdades que 2
La mejora del sistema de administración tributaria es esencial para
se observan en la región en cuanto a la distribución del reducir la elusion y evasión tributarias, sobre todo esta última, que
alcanza cifras muy elevadas en casi todos los países de la región.
ingreso y la riqueza. Ambas realidades concurren en De lo contrario, cargas tributarias relativamente bajas pueden gene-
la necesidad de hacer algo más respecto del objetivo rar una alta presión tributaria sobre quienes cumplen con sus obli-
de equidad vertical dentro del propio ámbito tributa- gaciones impositivas.
3
rio. En siete países de la OCDE, el promedio simple de la tributación
directa como porcentaje del PIB es de 14%, con un máximo de 24%
Por cierto, esto exige revisar críticamente cómo (Suecia) y un mínimo de 8% (Francia). En trece países de América
se ha enfrentado en la región esta tarea en el pasado, Latina, el promedio simple de la misma relación alcanza sólo a 3%,
con un máximo de 5% (México) y un mínimo de 1% (Bolivia). La
y evitar la introducción de distorsiones y de conflictos diferencia entre ambos grupos de países, aunque importante, es
con los otros objetivos de la política tributaria. La situa- mucho menor en las respectivas cargas tributarias totales, también
ción puede mejorar considerablemente si se utiliza un como porcentaje del PIB: 27% de promedio simple en los países de
la OCDE y 14% en los latinoamericanos. Este es un claro indicador
conjunto limitado de instrumentos que operen tanto del sesgo contrario de la tributación directa en América Latina
sobre los impuestos indirectos como sobre los direc- (Véase CEPAL, 1992, cuadro IV-3).

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la administración tributaria, permitirían afrontar con supuesto, de la necesidad de mejorar considerablemen-


éxito esta asignatura pendiente en la región. te la asignación del gasto, tema que se abordará en la
Los avances potenciales en equidad que es posi- próxima sección. En realidad, ambas dimensiones se
ble obtener mediante la tributación no eximen, por condicionan y legitiman mutuamente.

IV
Equidad y gasto público: ¿cuánto espacio hay?

Cuando se señala la necesidad de otorgar preeminen- pas iniciales, estas tareas se han orientado a resolver
cia al objetivo de equidad, las miradas convergen so- las deficiencias que se manifiestan en el corto plazo, a
bre el gasto público y por buenas razones. En este ám- controlar la dimensión financiera del gasto y a recu-
bito hay, en la mayoría de los países, importantes már- perar la vigencia plena del ciclo presupuestario. El
genes de maniobra vinculados con los conceptos de cumplimiento de estas etapas es sin duda esencial y en
prioridad, sustitución y productividad del gasto. Para él se han alcanzado importantes logros en varios ca-
aprovechar estas holguras es necesario articular el sos.
objetivo de equidad con los otros objetivos de la polí- Uno de los aspectos novedosos de las reformas
tica pública, y a la vez privilegiar el uso de los instru- encaradas es la articulación entre las fases de formu-
mentos de asignación de recursos establecidos institu- lación, ejecución y control presupuestario a través de
cionalmente. nuevos sistemas integrados de administración financie-
La capacidad del gobierno para concretar objeti- ra que abarcan las operaciones contables, de manejo
vos depende de los recursos con que cuenta, pero tam- del Tesoro y el crédito público, de personal y suminis-
bién de los instrumentos de que dispone. Una de las tros, de presupuesto, y de seguimiento y control (ASIP/
áreas donde más puede acrecentarse la eficacia, la efi- ILPES, 1994). Estos nuevos sistemas, potenciados por
ciencia y la racionalidad económica de la acción gu- los actuales medios computacionales, liberan a los
bernamental es el sistema de programación, presupues- funcionarios de asuntos rutinarios y les permiten de-
to y gestión de los recursos públicos. El punto focal dicar su atención a cuestiones de naturaleza más ana-
de este sistema, por su vigencia legal e institucional, es lítica.
el presupuesto público y éste bien vale una digresión. Cabe destacar asimismo la saludable tendencia a
Desafortunadamente, la dimensión fiscal de la implantar clasificadores presupuestarios que permiten
crisis externa de los años ochenta llevó a un descala- una gestión por objetivos, así como a elaborar indica-
bro, mayor o menor según los países, de las capacida- dores y sistemas de seguimiento físico-económico de
des institucionales para operar dicho sistema (Martin los distintos programas de gasto, en conjunción con
y Guijarro, comps., 1989). Los presupuestos públicos, controles de ejecución financiera relativamente más
en varios casos, pasaron a ser más un resultado que una
desarrollados.
tarea de programación. En algunas situaciones se pro-
La consolidación de esta tendencia ha de expan-
dujo una pérdida casi total de la cultura presupuesta-
dir su aplicación hacia los centros gestores, los que so-
ria y un resquebrajamiento de las relaciones institucio-
bre la base de normas de carácter general y con el co-
nales, lo que se manifestó en varias dimensiones: en-
rrespondiente apoyo técnico tienen una responsabili-
tre las organismos globalizadores y los ejecutores del
dad primaria en su desarrollo. Desde un punto de vis-
gasto; entre las autoridades económicas y monetarias,
y entre los poderes ejecutivo y legislativo. ta institucional la tarea no es menor: hay importantes
inercias que vencer; es preciso delinear y establecer
instancias de diálogo y coordinación y, sobre todo, lo-
1. Cambios en el sistema de administración fi-
nanciera grar que la información —que no es precisamente un
bien libre— fluya adecuadamente a través de la admi-
En los últimos años, varios gobiernos de la región han nistración.
venido realizando ingentes esfuerzos para reconstruir Además, es necesario mejorar la capacidad
y modernizar dicho sistema (Martin, 1992). En sus eta- institucional para definir políticas sectoriales —en

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algunos casos también plurisectoriales— como marco ciones externas periódicas del desempeño de distintas
para formular programas y proyectos técnicamente áreas gubernamentales conducentes a revisiones pre-
sólidos, ya que una buena asignación global de recur- supuestarias.
sos tiene, como límite inferior, la calidad técnica de las Hasta aquí se ha discutido la relación entre pre-
propuestas de gasto. supuesto y equidad, privilegiando las cuestiones de
Parece evidente que de no hacerlo, el presupues- naturaleza técnica. Esto no implica, por supuesto, des-
to público difícilmente pueda ser otra cosa que un ins- conocer que el proceso presupuestario también entra-
trumento rígido, gobernado por la inercia y los com- ña una buena dosis de negociación política e insti-
promisos burocráticos y políticos, sin fundamento real. tucional. Si bien es cierto que el proceso complejo me-
Los ajustes hacia arriba o hacia abajo sólo pueden diante el cual se toman decisiones políticas no se pue-
privilegiar un cierre financiero que afecta a todos por de reemplazar con meros cálculos técnicos, también de-
igual sin base en la prioridad o el mérito de los distin- bería ser claro que las necesarias decisiones políticas
tos programas de gasto, por la sencilla razón de que pueden adquirir mayor eficiencia y racionalidad glo-
no se conocen lo suficiente. bal si se apoyan en una base técnica sólida y transpa-
En consecuencia, el desafío es de gran enverga- rente.
dura. La tarea alcanza a casi todos los organismos del Esta necesidad de transparencia debe ser resalta-
sector público, pero principalmente a aquellos encar- da cuando calificamos al presupuesto público. El pre-
gados de la política social. Las debilidades tradiciona- supuesto es uno de los principales instrumentos de ac-
les —acentuadas por el impacto sobre el aparato esta- ción del Ejecutivo, pero está sujeto a una revisión inter-
tal de la crisis de los años ochenta— se manifiestan activa con el Parlamento, o sea con los representantes
en varios planos importantes. Entre otros, en la baja políticos de la ciudadanía; en ocasiones está también
capacidad para formular orientaciones de política su- sometido a otras formas de revisión pública. Estos
ficientemente fundadas y ajustadas a una restriccción procesos por cierto no se benefician si el presupuesto es
presupuestaria, diseñar programas eficaces, sugerir poco claro, su formato poco amigable y constituye un
acciones correctivas a partir de evaluaciones de las verdadero enigma que cuesta descifrar. Preguntas tan
acciones en marcha y suministrar información oportu- elementales como la de cuánto se va a destinar este año
na y confiable. a educación no tienen respuesta inmediata, porque para
obtenerla se debe transitar por una maraña de asigna-
2. El presupuesto como instrumento de gestión ciones presupuestarias. Esto conspira contra la posibi-
gubernamental lidad de convertir el presupuesto en una instancia para
hacer explícitas las opciones, y lograr que las decisio-
Cuando se intenta privilegiar la equidad, o por lo de- nes de gasto respalden los objetivos reales del gobier-
más cualquier otro objetivo gubernamental, se requie- no y de las fuerzas políticas con representación parla-
re contar con un presupuesto en el que se puedan vi- mentaria.
sualizar las oportunidades, ejercer las opciones y con- Por último, cabe destacar que una reforma presu-
tar con alternativas reales de acción. La posibilidad de puestaria integrada al resto de los subsistemas de ad-
redirigir el gasto no siempre está limitada por los re- ministración financiera del Estado, así como la intro-
cursos; a veces la restricción está dada por la ausencia ducción de una administración por objetivos, con pro-
de buenos programas, o por fallas importantes en la gramas bien diseñados, el desarrollo de sistemas para
capacidad de implementación de los centros gestores. el seguimiento económico y financiero, la incorpora-
Un sistema en el que no se propicia tipo alguno ción de mecanismos de evaluación de resultados y el
de evaluación sustantiva y se desconocen los impac- ordenamiento según grandes políticas de gasto para
tos de las acciones gubernamentales sobre la población aumentar la transparencia, son todas condiciones ne-
a la que están dirigidas, ante filtraciones de varias cla- cesarias para mejorar el proceso presupuestario y ocu-
ses lleva con seguridad a un bajo rendimiento de los par así los espacios disponibles en el ámbito del gasto
importantes recursos actualmente asignados al campo para introducir mayor equidad.
social. En varios países esto preocupa cada vez más, Lamentablemente estas condiciones necesarias no
al observarse que sólo una fracción reducida de cada son suficientes. También se requiere insertar el debate
unidad de cuenta asignada al gasto social llega a sus presupuestario en un marco plurianual de proyeccio-
beneficiarios directos. Para enfrentar esta situación nes de ingresos y gastos, congruentes con la evolución
podrían adoptarse algunos procedimientos que ya se macroeconómica y las políticas de desarrollo, temas
utilizan en países desarrollados, como son las evalua- que serán examinados en la última sección.

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V
Crecimiento y equidad ¿cómo asegurar
su consistencia dinámica?

Los enfoques actuales para el tratamiento del desequi- cio de opciones de política que requieran delimitar
librio fiscal ponen el acento en las modalidades de fi- sendas de acción en un horizonte de mediano plazo.
nanciamiento del déficit público —en atención a sus Por este motivo, la práctica gubernamental tien-
distintas repercusiones macroeconómicas— y en la de cada vez más a inscribir el ejercicio presupuestario
evolución de la deuda pública, reconociendo la nece- para el año en un marco plurianual que permita anali-
sidad de una política fiscal sustentable en el mediano zar la evolución proyectada de los agregados fiscales
y largo plazo. y sus repercusiones en el contexto macroeconómico.
Esto, por cierto, no tiene como finalidad condicionar
1. El entorno macroeconómico del presupuesto la actividad presupuestaria futura de manera rígida,
sino contar con un instrumento flexible que permita
Cabe recordar que el presupuesto tiene dos componen- plantear objetivos a mediano plazo y prestar especial
tes. Uno es de política fiscal, y que se expresa en una atención a los requerimientos de una realidad econó-
cierta combinación de agregados fiscales programada mica cambiante y sólo parcialmente controlable por el
a partir de las metas macroeconómicas que el gobier- gobierno.
no espera alcanzar con la ayuda de las finanzas públi- En su dimensión microeconómica, el presupues-
cas. El otro componente es de naturaleza coyuntural, to presenta una asimetría fundamental en su composi-
ya que el presupuesto está sometido a influencias exó- ción. Mientras respecto de los ingresos contiene sólo
genas, hecho que en la etapa en que se formula se ma- una estimación basada en supuestos respecto del com-
nifiesta en la adopción de supuestos y estimaciones re- portamiento de las bases tributarias y de los precios
lativos a acontecimientos relevantes que han de ocu- públicos durante el año, los gastos incluidos en él
rrir en el año. representan compromisos que, aun en los casos en que
Una tarea central en la preparación del presupues- no estén respaldados por obligaciones legales, son di-
to es combinar ambos componentes de manera que las fíciles de cambiar en el año. La adopción de un marco
metas macroeconómicas y los supuestos y estimacio- de programación plurianual apunta también a manejar
nes sean consistentes entre sí. Esta consistencia debe esta asimetría fundamental.
surgir de la compatibilización entre los programas fis- Por el lado de los ingresos, el presupuesto permi-
cal, monetario y cambiario, así como de la coherencia te discernir entre los efectos transitorios y los niveles
entre las proyecciones de gasto e ingreso de los dis- más o menos permanentes de cada uno de sus compo-
tintos sectores institucionales. nentes. El deterioro del presupuesto como instrumen-
Es normal que el desempeño efectivo de la eco- to de política fiscal no proviene de que los agregados
nomía y las variables exógenas que actúan sobre ella fiscales ex post no coincidan con los presupuestados,
se aparten significativamente de los supuestos utiliza- lo que es normal puesto que los ingresos públicos de-
dos en la confección del presupuesto. En tal caso, el penden de bases y precios de evolución incierta. El
dilema que enfrenta el gobierno es si conviene refor- verdadero problema se produce cuando factores tran-
mular los componentes del presupuesto para asegurar sitorios llevan a decisiones que afectan aspectos per-
el cumplimiento de las metas macroeconómicas inicia- manentes del presupuesto de un modo que no guarda
les, o bien ajustar éstas para tener en cuenta los pro- relación con las perspectivas y metas macroeconómicas
blemas emergentes. de mediano plazo.
El ciclo presupuestario anual constituye una ca- Por el lado de los gastos es bien sabido que en
misa de fuerza demasiado severa ante ese dilema. Por cualquier año presupuestario los gastos comprometi-
una parte, brinda escasa información acerca de la via- dos en ejercicios anteriores alcanzan como mínimo un
bilidad y sustentabilidad de determinadas evoluciones 70 u 80% de los ingresos corrientes. En consecuencia,
de los agregados fiscales, y por otra, restringe el ejerci- el margen de maniobra para reasignar gastos en el ci-

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cío presupuestario anual es estrecho y, todavía peor, sostenido para que, posteriormente, mejore la distribu-
hacerlo puede ser costoso para la gestión pública. La ción. Esta aseveración se esgrime repetidamente como
adopción de un marco plurianual en este caso facilita argumento ex ante y casi nunca se explica por qué tal
el tránsito gradual de un programa de gastos a otro, en consecuencia no se dio.
respuesta a cambios en las prioridades del gobierno. Por otra parte, también ha habido en la región
En suma, la necesidad de producir información experiencias de signo opuesto; es decir, políticas orien-
sobre el futuro que conlleva la definición de un marco tadas a producir efectos inmediatos en la dimensión
plurianual favorece la unidad y coherencia intertem- distributiva que más temprano que tarde han desem-
poral del proceso decisorio público. En particular, po- bocado en retrocesos de igual o mayor magnitud, in-
sibilita un manejo fiscal que apunte a dar solidez es- mersos en graves desequilibrios macroeconómicos y en
tructural a los ingresos públicos y a conferir flexibili- un rápido agotamiento del crecimiento reactivador.4
dad al presupuesto de gastos, de manera que las nece- En el primer caso, la estabilización y la recupe-
sidades de financiamiento del sector público sean com- ración del crecimiento que se logran no son suficien-
patibles con los recursos reales a su disposición. tes para inducir un proceso de ahorro e inversión que
De tal modo, su contribución puede ser decisiva haga viable el crecimiento sostenido; por otra parte, la
para la gobernabilidad fiscal, entendida ésta como la pasividad con que se enfrenta el tema distributivo lo
capacidad del gobierno para llevar a cabo su política pospone siempre para una mejor ocasión. En el segun-
fiscal de modo que pueda sostenerse y sea creíble, y do, se toma ventaja de una coyuntura económico-finan-
que tenga el mínimo costo posible para la eficacia de ciera propicia para aplicar políticas no sustentables,
la gestión pública (Marcel, 1993). La razón no es ex- excepto bajo la condición excepcional de una sucesión
clusivamente técnica: producir información sobre el de buenas noticias que inexorablemente se interrum-
futuro busca transmitir a los actores involucrados en pe.
el proceso presupuestario los dilemas de la adminis- ¿Cuáles son las posibles contribuciones de la polí-
tración financiera pública. Esto puede contribuir tica fiscal a la superación de este dilema de hierro en
significativamente a la generación de un clima favo- que parecen debatirse las economías de la región? La
rable a la disciplina fiscal y también al logro de acuer- primera es la necesidad de adoptar políticas fiscales ac-
dos políticos específicos para desarrollar una política tivas, tanto para el componente de ingresos como para
fiscal sustentable, a través del control de la miopía im- el de gastos, y orientadas por una intervención públi-
puesta por los factores coyunturales que operan sobre ca en los sectores sociales, como se ha señalado en las
el presupuesto y los agregados fiscales.
secciones anteriores. La segunda es evitar que la políti-
Con estos antecedentes es posible construir una ca fiscal se transforme en una mera caja de resonancia
respuesta positiva a la pregunta planteada en el título del ciclo económico y de las perturbaciones externas.
de esta sección: la inserción del presupuesto en un mar- En ambos casos, el carácter plurianual del ejercicio
co plurianual de programación fiscal constituye un me- presupuestario, apoyado por otros instrumentos dispo-
dio idóneo para hacer viable una evolución consisten- nibles (Martner, 1996), puede facilitar la acumulación
te del crecimiento y de la equidad, es decir facilita su no traumática de decisiones públicas al respecto, así
consistencia dinámica. como una mayor seguridad de que el conjunto de di-
chas acciones sea sustentable en el mediano y largo
2. Crecimiento y distribución: un dilema de hie- plazo.
rro

Como es bien sabido, una economía en crecimiento po-


sibilita mayores avances en materia de equidad social, 4
Existe la presunción de que el impuesto inflación tiene efectos
sin que esto sea de manera alguna automático. Es más, distributivos regresivos. En el caso argentino, las estimaciones dis-
en distintos países de la región ha habido períodos de ponibles para el período 1980-1990 confirman dicha presunción: la
crecimiento acompañados por un empeoramiento de la carga media en el período soportada por el quintil más pobre (8.6%
de su ingreso) fue casi tres veces mayor que la que recayó sobre los
equidad social. La respuesta habitual a esta inconsisten- individuos del quintil más rico (3.0%). Véase Argentina, Ministerio
cia es que se requiere primero una fase de crecimiento de Economía y Obras y Servicios Públicos, 1992, cuadro 5, p. 14.

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VI
Comentarios finales

A modo de conclusión, cabe recordar las preguntas Dos, es imprescindible recuperar un horizonte de
sobre las que se ha estructurado este trabajo, para lue- mediano plazo en las finanzas públicas, pues así se in-
go presentar unos breves comentarios finales. Las pre- troducen holguras fundamentales para acomodar las
guntas han sido las siguientes: ¿Qué significado se le necesidades sociales y concatenar las acciones guber-
atribuye al concepto de equidad? ¿Hay espacios en el namentales orientadas a satisfacerlas, con considera-
ámbito tributario para ampliar los recursos y mejorar ción expresa de su sustentabilidad.
la equidad vertical? ¿Cuáles son las vías para dar prio- Tres, dar prioridad al objetivo de equidad social
ridad en la gestión del gasto público al objetivo de es una decisión política de primera magnitud cuya
equidad? ¿Es posible que haya consistencia dinámica materialización debe perseguirse activamente, a través
de medidas específicas, en un esfuerzo serio, sosteni-
entre crecimiento y equidad?
do y coherente. Para que esta decisión no sea mera-
Ahora entonces, los comentarios. Uno, la función mente declarativa o clientelística, se la debe orientar al
redistributiva de la política fiscal debe compatibilizarse conjunto social, estableciendo explícitamente las prio-
con las funciones asignativas y de estabilización, ya ridades del caso. Y para evitar que se frustre, debe
que interactúan significativamente, tanto en el ámbito apoyarse en modalidades operacionales que combinen
de los ingresos como en el de los gastos públicos. Esto la participación social con un uso creativo y juicioso de
obliga a considerarlas simultáneamente. los instrumentos de política pública.

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