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Lección 1

Proposiciones Categóricas

Proposiciones categóricas son afirmaciones acerca de categorías o clases. Toda proposición


categórica es un enunciado acerca de los miembros de dos clases, y de relación entre ellos. Por
ejemplo:

Ningún soltero es casado.

Algunos Mazda no son fabricados en Japón.

Estos tipos de enunciados (sujeto-predicado) son los que encontramos en una forma de lógica,
conocida como aristotélica, tradicional, o de silogismos categóricos.

Aristóteles (384-322 a.C.) fue el primero en estudiar las formas de la argumentación; a él se le


atribuye la invención de la lógica como ciencia. La forma de argumentación que él identificó y
sistematizó usaba enunciados sujeto-predicado en un silogismo (dos premisas y una conclusión).
Debido a que esta fue la forma de lógica que, por propósitos prácticos, se usó hasta el siglo XIX, se
conoce como lógica tradicional. Porque fue trabajada primero por Aristóteles, se le conoce como
lógica aristotélica. Finalmente, porque trata de los enunciados categóricos en forma silogística, se le
conoce como la lógica de los silogismos categóricos.

Aunque la lógica moderna ha modificado la lógica tradicional y, de hecho, la ha superado, vale la


pena estudiar la silogística categorial por dos razones. Primera, porque la lógica tradicional ha
jugado un papel importante en la historia del pensamiento occidental. De hecho, es la lógica que la
mayoría de gente reconoce como tal. Segunda, porque la silogística categorial es un sistema
deductivo relativamente fácil y accesible. Emplea un número limitado de formas proposicionales, y
la validez de sus silogismos pueden ser comprobada sin mayor dificultad técnica. Más aún, uno
encuentra silogismos categóricos en el lenguaje ordinario. De manera que empezaremos nuestro
estudio de la lógica deductiva con una versión actualizada del silogismo tradicional. Pero para hacer
esto, necesitamos estudiar la proposición categórica primero.

Las cuatro clases de proposiciones categóricas

Como se dijo antes, una proposición categórica es un enunciado que relaciona dos clases, o
categorías. Las dos clases en cualquier proposición categórica se colocan en una relación de
sujeto-predicado. Algo es predicado, o dicho acerca de, un sujeto. Lo que se dice es que una clase
(el sujeto) está incluida o excluida de la clase del predicado. Así, para referirnos a uno de los
ejemplos de arriba, "Ningún soltero está casado" dice que la clase de los solteros (el sujeto) está
completamente excluida de la clase de los casados (el predicado). De manera semejante, decir que
todos los chimpancés son primates es afirmar que cualquier sujeto que sea un chimpancé estará
incluido en la clase de los primates (el predicado).

Existen cuatro clases de proposiciones categóricas. Usando "S" y "P" como símbolos, estas son:

Universal afirmativa: Todo S es P


Universal negativa: Ningún S es P
Particular afirmativa: Algún S es P
Particular negativa: Algún S no es P

Las palabras "todo" y "algún" se llaman "cuantificadores" porque indican la cantidad del sujeto.
Esto es, especifican cuánto elementos de la clase del sujeto están incluidos en la clase del predicado.
("Ningún" indica cero miembros.) El verbo en una proposición categórica correctamente expresada,
es siembre alguna forma del verbo "ser", y se conoce como "cópula". Tenemos, entonces, el
siguiente esquema:

Cuantificador: todo, ningún, algún


Sujeto: la clase que se incluye en o que se excluye de, el predicado
Cópula: es, son. era, eran
Predicado: la clase de la cual el sujeto es o no es parte

Este análisis, sin embargo, no indica claramente si una proposición es afirmativa o negativa en
calidad. Una proposición afirmativa es aquella que sostiene que el sujeto está incluido en la clase
del predicado; una negativa, aquella que afirma que el sujeto está excluido del predicado. De
manera que un esquema más completo agregaría:

Cualificador negativo: no

Ya que las cuatro proposiciones categóricas básicas tienen un sujeto, un predicado y una cópula,
una forma de distinguirlas es pro su cantidad y cualidad. Cada proposición será universal o
particular (y se distinguirá por la cantidad), y afirmativa o negativa (y se distinguirá por la calidad).
De manera que podemos distinguir las proposiciones como sigue:

Universal afirmativa: Todo S es P


Universal negativa: Ningún S es P
Particular afirmativa: Algún S es P
Particular negativa: Algún S no es P

El cuadrado de las oposiciones

Existe otra forma de distinguir estas cuatro proposiciones. Podemos poner en un cuadrado de
oposiciones. Éste indica que la universal afirmativa y la particular negativa son contradictorias, así
como la universal negativa y la particular afirmativa. Esto es, que si una es verdadera, la otra debe
ser falsa. Veamos la tabla:

AFIRMATIVA NEGATIVA

UNIVERSAL Todo S es P Ningún S es P (o bien: Todo S es no P)


PARTICULAR Algún S es P Algún S no es P

Tradicionalmente, la proposición universal afirmativa se llama "A", y la particular afirmativa, "I"


(por las dos primeras vocales en ​Affirmo)​ . La universal negativa se llama "E", y la particular
negativa, "O" (por las dos vocales de ​Nego​). Tenemos, entonces, el siguiente cuadro:
AFIRMATIVA NEGATIVA

UNIVERSAL A E

PARTICULAR I O

Lección 2

Silogismos Categóricos

Un silogismo está compuesto de dos enunciados, de los cuales se infiere un tercero, o conclusión.
Silogismos categóricos son silogismos compuestos por tres proposiciones categóricas. Son un tipo
de argumento deductivo, es decir, un argumento en el cual la conclusión se sigue necesariamente de
las premisas (suponiendo que el argumento es válido). Dos ejemplos:

(1) Todos los romanos son mortales.

Todos los ostienses son romanos.

Por lo tanto, todos los ostienses son mortales.

(2) Todos los mamíferos son animales.

Todos los humanos son mamíferos.

Por lo tanto, todos los humanos son mamíferos.

Los griegos fueron los primeros en formular argumentos como estos, y desde entonces se han usado
en lógica.
Los dos silogismos categóricos anteriores tienen la misma forma. Cada uno tiene dos premisas y
una conclusión. La primera premisa se llama premisa mayor, y la segunda, menor. Las dos premisas
comparten un mismo término, llamado término medio. En el primer ejemplo, el término medio es
"romanos"; en el segundo, "mamíferos". Dado que cada uno tiene el término medio en común, no
podemos distinguir las premisas por el término medio. Lo que nos indica cuál de las dos premisas es
la mayor es la presencia del predicado de la conclusión: "mortales", en el primer ejemplo;
"animales", en el segundo. De manera semejante, la premisa menor contiene el sujeto de la
conclusión: "romanos" y "humanos", respectivamente. La forma de estos dos silogismos (y de todos
los demás de la Figura 1), se puede mostrar de esta manera:

Premisa Mayor: Término Medio Predicado


Premisa Menor: Sujeto Término Medio
Conclusión: Sujeto Predicado

Note que cada una de las proposiciones en los ejemplos anteriores es de la forma A: Todo S es P.
De esta forma, podemos representar la forma de nuevo, no solamente tomando en cuenta la posición
de los términos, sino también la clase de proposición que se usa:

Premisa Mayor: Todo M es P


Premsia Menor: Todo S es M
Conclusión: Todo S es P

Modo y Figura

Todo silogismo categórico tiene tres términos, y cada uno de ellos se usa dos veces en las tres
proposiciones que componen el silogismo. El predicado se usa en la premisa mayor y en la
conclusión. El sujeto, en la premisa menor y en la conclusión. El término medio se usa en las dos
premisas. Dependiendo de la clase de proposiciones (A, E, I, O) de que conste el silogismo, así será
el modo. Un silogismo que conste sólo de proposiciones universales afirmativas, por ejemplo, será
del modo AAA. Uno con proposiciones de clase E como premisas, y conclusión de clase I, será del
modo EEI. Dado que hay cuatro clases de proposiciones categóricas y tres proposiciones en cada
silogismo, existen 4x4x4=64 modos posibles.

AAA EAA IAA OAA


AAE EAE IAE OAE
AAI EAI IAI OAI
AAO EAO IAO OAO

AEA EEA IEA OEA


AEE EEE IEE OEE
AEI EEI IEI OEI
AEO EEO IEO OEO

AIA EIA IIA OIA


AIE EIE IIE OIE
AII EII III OII
AIO EIO IIO OIO

AOA EOA IOA OOA


AOE EOE IOE OOE
AOI EOI IOI OOI
AOO EOO IOO OOO

Estos 64 modos se pueden distribuir en cuatro figuras. Cada figura está determinada por la posición
del término medio. Ya que el término medio no puede aparecer en la conclusión, hay solamente
cuatro posibles formas de distribución de los términos:

M P P M M P P M
(1) S M (2) S M (3) M S (4) M S
------------ ------------- ------------ ------------
S P S P S P S P
Dado que para cada figura hay 64 modos posibles, tenemos un total de 256 silogismos posibles.
Cada silogismo se distingue de los demás por su modo y figura. Los ejemplos de arriba, son AAA-

Lección 3

Cómo comprobar la validez de los silogismos

Existen varios métodos para comprobar la validez de los silogismos. Un método popular es el de los
diagramas de Venn. Otros hacen uso de reglas que dependen de la noción de distribución.

El método que usaremos aquí es el de la refutación por analogía lógica. Lo hacemos así porque ese
método hace uso de un concepto central de la lógica deductiva: el de la validez. Se dice que un
argumento es válido si es imposible que tenga premisas verdaderas y conclusión falsa. Con otras
palabras, si existe algún argumento que tenga premisas verdaderas y conclusión falsa, su forma
necesariamente es inválida.

Identificar ejemplos de patrones argumentativos inválidos es hacer uso del procedimiento del
contrajemplo. Si encontramos un solo caso en el cual a partir de premisas verdaderas obtenemos
una conclusión falsa, probamos que la forma de ese silogismo es inválida. Significa que no
podemos confiar en él el 100% de las veces.

No siempre pasa que todo argumento inválido contenga una combinación de premisas verdaderas y
conclusión falsa. Existen otras posibilidades:

Premisa mayor verdadera, premisa menor falsa, y conclusión verdadera


Premisa mayor falsa, premisa menor falsa, y conclusión falsa
Premisa mayor verdadera, premisa menor verdadera, y conclusión verdadera

Estas son sólo algunas posibilidades. Sólo se da una situación una imposible: forma válida,
premisas verdaderas y conclusión falsa. Si uno encuentra un argumento que tiene premisas
verdaderas y conclusión falsa --incluso si algunas veces la misma forma tiene otra combinación de
premisas y conclusión verdaderas y falsas--, entonces uno sabe que su forma es inválida. Basta con
una vez en que tengamos premisas verdaderas y conclusión falsa para mostrar que la forma del
argumento es inválida. Veamos cómo trabaja este método. Supongamos el siguiente modelo:

Ningún plato es perro.


Ningún cuarto es plato.
Por lo tanto, ningún cuarto es perro.

Todas las proposiciones son verdaderas. Puede que el silogismo sea válido. Pero, experimentando,
podemos producir el siguiente silogismo análogo. Tiene exactamente la misma forma —EEE-1—,
pero diferentes términos:

Ningún canguro es vaca.


Ninguna Jersey es canguro.
Ninguna Jersey es vaca.

En este caso tenemos premisas verdaderas, pero conclusión falsa. No es cierto que ninguna Jersey
sea vaca.

De manera que nuestro silogismo análogo ha producido un contraejemplo. La forma EEE-1 ha


producido una conclusión falsa a partir de premisas verdaderas. El problema no es sólo con este
silogismo. Es la forma la que no es confiable.

La promesa de un argumento deductivo (válido) es que uno puede confiar en que si tiene premisas
verdaderas, obtendrá una conclusión verdadera. Pero, como este caso muestra, la forma EEE-1 ha
incumplido esta promesa. Basta con un contrajemplo para mostrar que la forma es inválida.
Recuerde que se espera un cien por ciento de confiabilidad. De manera que si falla una sola vez, es
inválida. Funciona algunas veces, tal vez la mayoría; pero no todas las veces.

Limitaciones del método del contraejemplo

Con suficiente imaginación y paciencia, uno podría probar los 256 posibles silogismos categóricos,
y descubrir cuáles son inválidos. El resto serían los válidos. Pero ésta es la limitación del método. A
menudo se requiere mucha imaginación y persistencia para descubrir que un silogismo es inválido.
Puede que a uno se le ocurra un contraejemplo a la primera, pero puede que no...

Lección 5

Lógica Proposicional

Hasta aquí hemos visto la lógica tradicional. Vamos a ver ahora la lógica proposicional,
desarrollada a partir del siglo XVIII por autores como Boole, Frege, Peano, Russell, Wittgenstein,
Peirce, Cantor y otros.

A cualquier proposición, sea que tenga la forma sujeto-predicado o no, se le puede asignar un valor
de verdad y se puede en poner en relación lógica con otras proposiciones. Por supuesto, esto
complica un poco las cosas, porque la proposición puede ser muy compleja, y sin embargo su valor
de verdad solamente es uno: verdadera o falsa.

Podemos, sin embargo, descomponer estas proposiciones. Por ejemplo, si decimos “Julio y Aura se
fueron al cine”, estamos diciendo que

Julio fue al cine.

Aura fue al cine.

Estas proposiciones “atómicas” se juntan para formar una más compleja. En lógica proposicional se
trata de descubrir el valor de verdad de las proposiciones moleculares, a partir del valor de verdad
de las proposiciones atómicas y de los conectivos lógicos (y, o, entonces, si y solo si, no). Por
ejemplo, si sabemos que es verdad que Julio fue al cine, y que es verdad que Aura fue al cine,
podemos afirmar que es verdad que Julio fue al cine ​y ​Aura fue al cine (es decir, que Julio y Aura
fueron al cine).

La lógica proposicional se basa en tres nociones clave: valor de verdad, operadores lógicos y
variables. Cada uno de estos conceptos puede ser simbolizado: V o F, ​>​, P. La simbolización hace
que a esta lógica se le conozca también como lógica matemática.

Cada enunciado es o verdadero o falso. En el lenguaje ordinario, por supuesto, admitimos cierto
grado de verdad, o de indeterminación. Puede que algo no sea ni verdadero ni falso. Pero en lógica
proposicional no hay lugar para “tal vez”, o “es probable”, o “no se sabe”. Cada proposición tiene
un valor de verdad: o es verdadera, o es falsa. Si su valor de verdad es indeterminado, no se le pude
considerar una proposición atómica. Esto quiere decir que la lógica proposicional es una lógica
binaria. Es la misma que la que emplean las computadoras: 1-0, verdadero-falso, pasa-no pasa.
También se le llama álgebra booleana, en honor a George Boole.

La lógica proposicional hace uso de los operadores lógicos, esto es, símbolos que indican la relación
sintáctica precisa entre las proposiciones. Normalmente, se usan cinco operadores lógicos, que
corresponden a las relaciones de conjunción, disyunción, condicionalidad, bicondicionalidad y
negación.

Conjunción.​ Una forma de unir proposiciones es afirmando ambas. A veces, por ejemplo, decimos:
“Está lloviendo, y el sol brilla”, o bien: “Está lloviendo, pero el sol brilla”. Estas oraciones
compuestas contienen dos proposiciones que se afirman simultáneamente. Usaremos “&” para
representar esta relación.

Disyunción.​ Una proposición conjunta es verdadera, si y sólo si las dos proposiciones que la
componen son verdaderas. Pero algunas veces una proposición compuesta será verdadera, aun
cuando uno de sus componentes sea falso o posiblemente falso. Así, si decimos: “Jorge está en su
cuarto o en la sala”, la oración sería verdadera si está en cualquiera de los dos lugares. Usaremos
“v” para indicar la relación disyuntiva, que quiere decir “esto o esto, o ambos”. Por supuesto, Jorge
no puede estar a la vez en su cuarto y en la sala. Pero uno podría decir, por ejemplo, “Esta tarde iré
a la biblioteca, o estudiaré en la casa, o tal vez ambas cosas”. Seguramente me alcanzaría la tarde
para hacer ambas cosas, si me lo propusiera.

Condicional.​ Éste es el más raro de los operadores lógicos, porque se pude usar en enunciados que
parece que no tienen relación uno con otro. Vale decir que en lógica proposicional lo único que
cuenta es la relación sintáctica, con lo cual es válido formar un enunciado como “si la luna es de
queso, hoy es jueves”. El símbolo del condicional es ​>​, y se lee: “si... entonces”.

Condición suficiente y condición necesaria. Se dice que un evento A es condición suficiente


para un evento B cuando todo lo que se requiere para que ocurra B es A. Por ejemplo, tener
catarro es suficiente para sentirse mal; si tengo catarro, me siento mal. Puede que otras cosas
me hagan sentir mal, también —tener indigestión, haber dormido poco—, pero basta con
tener catarro para que me sienta mal. Por otra parte, se dice que un evento A es ​condición
necesaria para un evento B cuando B no puede ocurrir a menos que ocurra A. Así, el aire es
una condición necesaria para la vida; por eso digo: “si vivo, tengo aire para respirar”. Puede
que necesite otras cosas para vivir, pero el aire es necesario, no puedo vivir sin aire; si no
tengo aire para respirar, me muero). Note que:

○ Cuando la proposición condicional tiene la forma típica “si... entonces”, el primer


elemento —el que va después del “si”— es la condición suficiente, y el segundo
elemento —el que va después de “entonces”— es la condición necesaria.

○ No se pude cambiar indiscriminadamente el orden de los elementos en una proposición


condicional. Así, no es lo mismo decir “si tengo catarro, me siento mal”, que “si me
siento mal, tengo catarro”, pues pueden existir otras cosas que me hagan sentir mal, no
sólo el catarro. Pero sí puedo decir “me siento mal si tengo catarro”. Lo que va después
del “si...” es la condición suficiente, aunque se cambie el orden.

○ Por otra parte, si digo “si estudio, gano el examen”, estoy estableciendo, aunque sea
equivocadamente, que estudiar es condición suficiente para ganar el examen. El evento
A (la condición suficiente) es todo lo que se necesita (ingenuo de mí) para que ocurra
el evento B (ganar el examen). En este caso, estudiar no es, en realidad, condición
suficiente para ganar el examen; hacen falta otras cosas: hacer el examen, llegar
puntualmente, no estar nervioso, haber dormido bien, etc. Lo que puedo decir, en todo
caso, es que estudiar es condición necesaria para ganar el examen. De manera que sería
mejor decir: “si ganó el examen, es porque —al menos— estudió” (suponiendo que sea
un individuo honrado, claro!). En este caso, estudiar es condición necesaria para que
ocurra el evento A: ganar el examen. ¿Cómo cambiar el orden? De esta manera: la
proposición anterior es equivalente a la siguiente: “si no estudia, no gana el examen”.
Note las negaciones. Para cambiar el orden de los elementos en una proposición
condicional, necesito introducir negaciones. Así, si antes decía: “si vivo, tengo aire”,
puedo también decir: “si no tengo aire, no vivo”. O bien, “si tengo catarro, me siento
mal”, es equivalente a “si no me siento mal, no tengo catarro”. Más adelante veremos
que P ​>​ Q​ = ​ ​~​Q >
​ ​ ~P.

Bicondicionalidad​. Algunas veces queremos afirmar dos condicionales simultáneamente; es decir,


que algo es condición necesaria y suficiente de algo más. Podemos decir: “si vivo, respiro, y si
respiro, vivo”, lo que es equivalente a “vivo si y sólo si respiro”. El signo del bicondicional es ​=.

Negación.​ La negación le da la vuelta a los valores de verdad de una proposición. Así, si P es V o F,


~P será F o V.

Operador Función Sentido Traducción


& Conjunción y P & Q: “p y q”
v Disyunción o inclusivo P v Q: “p o q (o ambos)”
> Condicional si, entonces P​>​Q: “si p, q”
= Bicondicional si y sólo si P ​= Q​: “p si y sólo si q”
~ Negación no ~P: “no P”

Se usan, además, paréntesis: (P​>​Q) v R, (P & Q)​>​(S v T).

Note, además, que se acostumbra usar letras mayúsculas para representar las proposiciones
atómicas.

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