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Separata 55

Sobre el Principio y el Fin… o no

Repetidas veces a lo largo del curso nos hemos referido a los cuatro noveles de la Manifestación:
Atzilut (tUlyicA)), Emanación; Briah (hf)yirºB), Creación; Yetzirah (hfryicºy), Formación; y ‘Assiyah (hfYi>A(),
Acción. Por encima de estos cuatro niveles de la Manifestación está lo Inmanifestado, de lo que surge todo
lo demás. Lo Inmanifestado recibe el nombre general de Infinito, Ain Sof (vOs }ya)), el cual, a su vez, se suele
subdividir en tres niveles: la Nada, Ain (}ya)), el Infinito propiamente dicho, (el vOs }ya) ya mencionado) y la
Luz Infinita, Or Ain Sof (vOs }ya) rO)), y cabe plantearse la distancia (por llamarla de alguna manera) que
separa cada nivel del siguiente.
La Kábala tiene un procedimiento para calcular esta distancia, que no es cuantitativa, sino más bien
cualitativa: se trata de la guematria, el valor numérico de las palabras. La distancia mencionada será, pues,
la diferencia entre los valores numéricos de las palabras hebreas que definen a cada nivel, y de paso,
podemos investigar qué palabras significativas se encuentran con el mismo valor numérico que el de la
palabra que define a cada nivel.
En la Tabla I siguiente se recogen los valores numéricos de cada nivel, tanto de Manifestación como
de Inmanifestación, y las diferencias, positivas o negativas, respecto al nivel anterior.

TABLA I
Guematria de los niveles de Manifestación e Inmanifestación
Nivel Hebreo Valor Diferencia*
Ain }ya) 61
Ain Sof vOs }ya) 207 +146
Ain Sof Or rO) vOs }ya) 414 +207
Atzilut tUlyicA) 537 +123
Briah h)yirºB 218 -319
Yetzirah Hfryicºy 315 +97
‘Assiyah hfYi>A( 385 +70
Nota *: Diferencia positiva o negativa respecto al nivel anterior.
Sobre fondo amarillo los niveles de Inmanifestación, sobre fondo
blanco los de Manifestación

El signo + indica un aspecto expansivo, mientras que el signo – señala uno restrictivo. Según la
tradición kabalística, la Creación se produjo mediante un vaciarse de un aspecto de Sí Mismo del Creador,
por lo que no es extraño que sea la única diferencia negativa.
Vamos ahora que nos indican cada uno de los valores numéricos y sus diferencias.
Valores numéricos de cada nivel.
Valor 61. Encontramos los conceptos yina), yo; y)alºK, pérdida, destrucción; y hfnyigºm, derretimiento,
fusión. ¿Quiere ello indicarnos que antes de la aparición de la Nada hubo un Yo que fue destruido, y que
esa destrucción tuvo su origen en el fuego? A este respecto conviene referirse a la tradición hindú, según la
cual el mundo es destruido cada 4.320.000.000 años (cuatro mil trescientos veinte millones de años),
entrando a continuación en la llamada noche de Brahma, o período de inmanifestación, el Gran

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Mahapralaya. Recordemos, por otra parte, que las últimas investigaciones científicas han llegado a la
conclusión de que este Universo tiene una edad (minuto arriba o abajo) de 13.800 millones de años. Y en
este sentido quiero referir un hecho curioso. Como he comentado más de una vez, mi vida laboral hasta mi
jubilación estuvo centrada en el mundo de la Bolsa y sus inversiones, y en este oficio he conocido a todo
tipo de personas. Una de estas personas, acudió a mí después de mi jubilación para plantearme un
problema curioso. Se trataba de un especulador de Bolsa que había hecho mucho dinero ayudado de un
programa informático que le permitía adivinar los movimientos de las cotizaciones bursátiles; y resultaba
que el programa había dejado de funcionar. Aquel buen hombre quería que yo revisase el programa y le
dijese la razón del fallo, y para eso me pasó el manual del programa (en inglés, of course) a ver qué podía
descubrir. No descubrí nada, con lo que supongo que aquel inversor habrá dejado de ganar dinero; pero en
el manual descubría en cambio una cosa curiosa: las gráficas del programa, unas cuantas, empezaban unos
25.000 millones de años atrás… ¿Cómo? ¿No hemos quedado que el Universo tiene sólo 13.500 millones de
años de edad? ¿O es que hubo otros universos anteriores?
Así cobraba cierto sentido la creencia hindú en el Gran Mahapralaya, aunque hay una notable
diferencia en las fechas; si bien hay que advertir que hablamos de años, períodos del tiempo que tarda el
planeta Tierra en dar una vuelta completa en torno al Sol. Pero hace 5.000 millones de años el Sol no
existía, la Tierra tampoco, y no había ningún cronómetro para medir el tiempo ni nadie que lo usara.
Y la Kábala, ¿qué dice acerca de esto? Recordemos (referencia, Diccionario Numérico Cabalístico
Hebreo-Castellano, Anexo 2), que cada esfera o sefirá del Árbol de la Vida tiene un nombre divino principal
que la rige, y que el nombre divino de la esfera suprema, Kether, es h¢yihe), Ehié, El Que Es. ¿Qué nos dice
este nombre desde el punto de vista de la Kábala? La primera letra, la ), significa infinito; cada una de las
dos hh aluden a la respiración en sus dos fases, inspiración y exhalación; y por su parte, la y significa origen.
Pongámoslo todo junto: e Infinito aspira un universo anterior hasta concentrarlo en un punto, el cual a
continuación es el origen del universo siguiente. ¿No eso la Noche de Brahma del hinduismo?
Valor 207. Con este valor se encuentran las palabras luz, rO); purificar, refinar, qaqfz; y secreto,
misterio, zfr. Parece que ahora toca iluminar y perfeccionar el proceso de una nueva creación.
Valor 414. Dos palabras en cierto modo contradictorias: santidad, $yiDaq; y tristeza, melancolía, hfgUt.
¿Tristeza, por qué? Tal vez porque el paso siguiente, el primero de la Manifestación, indique que sonó el
despertador y hay que saltar de la cama: se acabó la Noche de Brahma y hay que volver al curro. Veremos
más adelante si otros datos confirman o no esta sospecha.
Valor 537. Un solo concepto, pero simbólicamente muy significativo: {exer re+eP, primogénito
(literalmente apertura de la matriz). Ha empezado la manifestación.
Valor 218. Dos conceptos concordantes con la Creación: resplandor, brillo, rayo de luz, rUhiz; y
aumento, multiplicación, yUBir. Es a partir de la sefirá central, Tiferet, como comienza la multiplicación
(“Procread y multiplicaos”, UbºrU UrºP, Génesis I, 28).
Valor 315. Un sólo concepto relacionado en este nivel, el de la Formación: espermatozoides, {yinOrºzib.
Valor 385. Junto a conceptos que hablan de soledad y aridez (desierto, aridez, hfMa$ºm, o páramo,
hfmfmº$), la Shejiná, hfnyikº$, la Presencia Divina en la Tierra. Una llamada de atención para recordar que, por
muy hostil que sea el ambiente, lo sagrado siempre está Ahí.
Valores numéricos de las diferencias entre niveles.
Valor 146. Palabras posiblemente significativas con este valor: )fMfq )abfB, primera puerta, primer
versículo (sugiere el principio de algo, que podría ser el comienzo de la activación del Infinito, y esto a su
vez podría llevarnos a pensar que el Infinito no es infinito del todo); hflºyal }OzAx, sueño, ensoñación (¡posible

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nueva referencia a la noche de Brahma!); vOs, fin, término (nueva pista para sospechar que el Infinito no lo
es tanto); y {flO(, mundo, universo, espacio, eternidad (¿de verdad lo eterno es eterno?).
(El valor 207 ya se trata más arriba).
Valor 123. Se recoge aquí un solo concepto que parece significativo: sasfg, agonizar, estar moribundo.
Valor 319. Dos conceptos que pueden considerarse altamente significativos: hf)yigº$, pecado
involuntario, error, (¿no habíamos quedado en que el Absoluto, además de eterno, es también infalible?);
y la expresión Obil la(m ¢ hflogfn }abe), sacarse un peso de encima. Esto último resulta bastante sorprendente,
pero como veremos enseguida, en realidad no lo es tanto, y las cuentas empiezan a cuadrar.
Valor 97. Con este valor aparecen tres conceptos muy relacionados entre sí: }fmºguD, modelo, maniquí
(sirve para probar la ropa que después se vestirá, y por extensión un boceto o modelo de una obra
posterior más desarrollada); viyaz, mentira, engaño; y con las mismas letras aunque diferente vocalización,
viyiz, falsificar, copiar, imitar (es decir, hubo antes una obra auténtica).
Valor 70. La caída desde Yetzirah a ‘Assiyah implica caer en la oscuridad del mundo material; y así,
con este valor se encuentran liyal, noche, oscuridad; yUDin, exclusión, alejamiento; y hfnfxºbah, discernimiento,
diferenciación.
Queda todavía una distancia más, que es la básica. Pues todos los planos de la Inmanifestación
pueden resumirse en uno solo, el Ain Sof. Y cuando tratamos de encontrar la posible existencia de
relaciones entre él y Atzilut, primer nivel de Manifestación, mediante el programa Código B, nos
encontramos con la sorpresa de que no hay ninguna. ¿Por qué? En realidad, el nivel de Atzilut es tan
elevado que a efectos prácticos puede considerarse como perteneciente al Ain Sof; así lo sugiere Mario
Saban en su obra La matriz intelectual del Judaísmo y la génesis de Europa. Sin embargo, esa diferencia
existe aunque el programa diga otra cosa. Ain Sof tiene un valor 207, mientras que Atzilut lo tiene de 537; y
así, la diferencia, en este caso negativa es de 330. ¿Qué puede encontrarse con este valor? Lo siguiente:
 axUr }OyºliK, ansia, angustia.
 |frA(aM, designio, intención, proyecto.
 recem, límite, frontera.
 ra(as, tormenta, tempestad.
 la$, error, pecado.
Todo esto pueden no ser sino especulaciones de kabalistas desocupados. Pese a todo lo que la kábala
nos enseña queda siempre un punto de escepticismo. Pues la hipótesis que se deduce de todo ello parece
tan increíble que el escepticismo podría estar más que justificado. Conviene recordar, en todo caso, que
según la tradición hebrea en la Torá está todo lo que ha sido, es y será.
Por ello, se han sometido al control del programa Código B algunas de las relaciones entre el Ain Sof
y ciertas palabras significativas que nos ha proporcionado la guematria, y que han sido recogidas en líneas
anteriores. Algunas no han proporcionado resultado alguno; en otras, las que sí lo han proporcionado, se
han seleccionado las pantallas que han dado mayor fiabilidad estadística (la mayoría han dado más
resultados). La búsqueda se ha iniciado con el programa partiendo del Génesis, por considerar que era en
ese libro bíblico en el que podrían encontrarse mejores resultados; no se ha probado (de momento), por
tanto, en ninguno de los otros cuatro de la Torá: Éxodo, Levítico, Números y Deuteronomio.
La primera cuestión, y también la más obvia, era preguntarnos: ¿Cómo es posible que el Ain Sof, el
Infinito, mostrase ansia o angustia al pasar al nivel de Atzilut (diferencia 330, ver más arriba)? ¿No será una
simple casualidad? La pantalla resultante (figura 1, en la página siguiente) nos dice que no, que no se trata
de una casualidad, y que el Infinito puede sentir esa ansia, esa angustia… ¿por qué motivo?

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Figura 1
Pantalla del programa Código B, que relaciona al Ain Sof con ansia o angustia (axUr }OyºliK
valor 330). En amarillo, de arriba abajo, Ain Sof (vOs }yia), valor 207); en azul, de derecha a
izquierda y de abajo a arriba, kilión (}OyºliK); en verde, de izquierda a derecha y de abajo a
arriba, rúaj (axUr). Como se ve al pie de la pantalla, la probabilidad de que el resultado sea
debido al simple azar es de 1:410.583, o lo que es lo mismo, 0,0000435. Prácticamente
cero.

Un Infinito que siente angustia o ansia no parece que sea el Infinito último, y sí que tiene otro Súper-
Infinito por encima de él, que es quien lo controla. A este respecto, sugerimos repasar la Separata 10 del
curso (“¿Hay dos Yahvés?”), que puede que nos dé alguna pista.
El paso siguiente responde a una nueva pregunta: ¿Por qué? ¿Cuál es la razón, cuál es el motivo de la
angustia, del ansia? Evidentemente, no podemos contestarnos simplemente con un porque sí. Alguien dijo
(creo recordar que fue el político Santiago Carrillo) que los designios de la Divina Providencia son
inescrutables, tanto (casi) como el contenido de los bolsos femeninos. Pero es nuestra obligación extender
los límites un poco más allá; y de hecho, el concepto de límite o frontera aparece dos veces en este
estudio: como vOs (valor 146) y como recem (valor 330), y la suma de ambos valores, 476, proporciona las
palabras $Uqi(, distorsión, deformación, y jUPi$, restauración, reparación, renovación. ¿No se nos está
insinuando acerca de la necesidad de ir más allá, en busca de una nueva frontera, de una nueva expansión?
Parece, pues, que se está buscando algo, un medio para superar esa angustia; se está buscando un
designio, un proyecto para algo mejor. La siguiente pantalla del programa Código B nos lo confirma (figura
2, en la página siguiente.

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Figura 2
Pantalla del programa Código B. En amarillo, de abajo a arriba, Aín Sof (vOs }yia), valor 207).
En verde, de izquierda a derecha, designio, proyecto, intención (|frA(aM, valor 330). En este
caso la mem de la última palabra adopta la forma final.

La fiabilidad estadística que muestra la pantalla confirma que en efecto hubo un propósito, que tenía
como objetivo salir de la situación de angustia descrita en la pantalla anterior.
Si cualquiera de nosotros se hubiese encontrado en la situación del Creador, ¿qué habríamos hecho?
Habríamos sentido la angustia, y para salir de ella nos habríamos propuesto hacer algo, el propósito. Algo,
sí, pero ¿qué?
Y como resulta que somos muy sabios, infinitamente (casi) sabios, podríamos encontrar en nuestra
biblioteca particular ideas para dar contenido a ese Algo. No todas las ideas anteriores, por el hecho de
serlo, son malas; puede haber algunas buenas, incluso muy buenas. Por lo tanto, buscaríamos en nuestros
archivos el modelo o los modelos adecuados para hacer una Creación buena y bonita, incluso si llega el
caso hasta divertida.
Pues bien: elijamos el modelo, y ya le pondremos los adornos, los cambios y las mejoras que se nos
vayan ocurriendo (figura 3, en la página siguiente).

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Figura 3
Pantalla del programa Código B. En amarillo, de abajo a arriba, Ain Sof (vOs }yia), valor 207).
En verde, de derecha a izquierda, modelo, maniquí (}fmºgud, valor 97). La fiabilidad
estadística es en este caso muy alta.

Parece sugerir esta pantalla que el Absoluto se apoyó en un modelo previo para la Creación. Lo que
indicaría de que en efecto existió ese modelo previo. ¿Otra vez aparece un Universo de hace 25.000
millones de años?
El siguiente paso es preguntarse: ¿Cómo lo hizo, de qué medios se sirvió? Una antigua tradición
hindú nos dice que los universos (pues hay muchos, en una sucesión infinita) surgen del sueño de Brahma.
Allan Watts se refiere a ella en su obra “El arte de ser Dios”, lo que en su día sirvió de inspiración al relato
que sigue a continuación.

***
La sabiduría tolteca, al igual que la de otros muchos pueblos y tradiciones, afirma que vivimos en un
sueño del que es preciso despertar. Lo sorprendente de esta afirmación es que también aclara que el soñador,
el sueño y lo soñado son uno, y que todo el trabajo que pueda hacerse no es otra cosa que el esfuerzo por
despertar de ese sueño y descubrir la unidad esencial de todo lo que es.
En el tarot, El Loco, arcano sin número (y por tanto, sin medida) es precisamente la representación de
ese soñador. Sabemos por experiencia propia que cualquier sueño puede ser placentero o desagradable,
luminoso u oscuro. Pero cuando despertamos, placer y dolor, luz y sombra, desaparecen y terminan por
olvidarse, aunque no siempre. Y a veces da la impresión de que el soñador (realmente Sujeto Único) se ha

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“emporrado”, y entonces sus sueños se vuelven surrealistas, absurdos, y por qué no, casi siempre
divertidísimos, aunque los personajes soñados no compartan necesariamente esta opinión.

Soñador
Decidió echarse a dormir. Y como tenía el poder para soñar lo que le diera la gana, en esta
ocasión crearía un universo en el que las cosas más normales sucederían de forma mágica, y las
cosas mágicas de forma normal. Se aseguró de que ninguno de los personajes de sus sueños se
diese cuenta de que todo era una creación onírica; bueno, casi ninguno, que había que dejar una
vía de escape para que hiciese trampas quien aprendiese a hacerlas. Y tampoco era correcta la
expresión, porque la trampa consistía precisamente en descubrir que todo era un sueño, y que sólo
el Soñador existe.
Optó por organizar sueños simultáneos en lugar de sucesivos: su infinita capacidad de
atención se lo permitía sin problemas, y además resultaba más divertido. Incluso en algún
momento del sueño dejaría sin control a los sueños, a ver qué pasaba. ¡Con un poco de suerte,
algún personaje saltaría de su sueño al de al lado! Nunca había sucedido, claro es, pero bien podría
ocurrir ahora.
Ideó animales fantásticos, que nunca habían existido y nunca existirían, y se puso a Sí mismo
el reto de crearlos: ¿cómo serían, cómo se alimentarían, dónde vivirían? Concedió a unas especies
la inteligencia de otras, mientras que a otras les dejó en estado de idiocia. Hizo de lo cotidiano y
prosaico la poesía de lo insólito y de lo insólito el aburrimiento de lo cotidiano. Puso el peor de los
venenos, el del poder, en el corazón de muchos de sus personajes, y se trataba de un veneno en
verdad dañino, porque no mataba, sino que abría un agujero de deseo que se agrandaba más y
más con cada nueva dosis. Creó lugares mágicos, en los que ocurrirían sucesos absurdos, los
cuales, si se miraban con atención, podrían revelar enseñanzas insospechadas y abrir camino al no-
camino. Haría surgir fuertes lazos entre los personajes, con nudos intrincados que desatar y
sentimientos acordes con esos nudos. De los lazos surgiría el apego, del apego el miedo y del
miedo la fuerza y la violencia: ¿podrían hallar sus personajes el amor en medio de esa violencia?
Sembraría semillas de duda en sus corazones, y los enfrentaría a unos con otros para que
interactuaran (¡sería francamente divertido verlo!). Y así, conseguiría que fuesen lo suficientemente
estúpidos para que creyesen que lo que veían eran milagros, y no el resultado de reglas del juego
que de momento desconocían. Retorcería el tiempo y el espacio para que sus creaciones se
perdiesen una y otra vez, y en otras ocasiones juntaría ambos, tiempo y espacio, en una conjunción
imposible. Haría que el tiempo, en realidad inexistente, fuese objeto de veneración por muchos de
sus seres soñados. Utilizaría símbolos, emblemas y leyes de forma no prevista por sus creadores, o
bien pondría a jugar a sus personajes a juegos que serían divertidos para unos, pero insoportables
y odiosos para otros. E inventó religiones para que le buscasen a Él, el Soñador, mientras Él se
escondía, y a veces diría: “Estoy aquí”; o bien: “No existo, no me busquéis”; o bien: “Buscadme,
pero ¡ay de vosotros si no me encontráis, mi ira caerá sobre vuestras cabezas!”. Y si alguno era
capaz de encontrar una buena pista para llegar a Él, procuraría que guardase el conocimiento bien
escondido, para que nadie se lo robase. Haría que sus personajes tuviesen fecha de caducidad,

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pero ante la posibilidad de quedarse sin ellos por pura extinción, lo que significaría el final del
sueño, inventó un truco estupendo: podrían reproducirse; y para que lo hiciesen puso en ellos una
compulsión que les haría buscarse una y otra vez hasta la obsesión. Finalmente, inventó el habla de
los seres que no hablan y la mentira de los predicadores de la verdad.
Repasó su plan, hizo en él algunos pequeños retoques, corrigió esto y aquello, y finalmente le
dio el toque final, su toque maestro: se metió en el juego como un personaje más, se olvidó de Sí
mismo y adoptó el papel del bufón idiota.
Y en eso sigue, con la sensación de que tiene que recordar algo y no sabe qué, porque se le
olvidó.

***
Si este relato, o la tradición hindú que Allan Watts recogió en su obra, están en la cierto, entonces el
programa Código B lo podría confirmar; y eso es precisamente lo que sucede: la Creación en particular, y la
Manifestación en sentido más amplio, proceden de, son originadas por un sueño del Ain Sof (figura 4).

Figura 4
Pantalla del programa Código B. En amarillo, de abajo a arriba, Ain Sof (vOs }yia), valor 207). Lo compara con sueño,
ensoñación (hflºyal }Ozax, valor 146). En azul, de derecha a izquierda, jazón (}Ozax). En verde, de izquierda a derecha y de
abajo a arriba, lailá (hflºyal). Es otra pantalla que arroja fiabilidad muy alta.

¿Y es así como ha sido creado todo esto, a través de un sueño del Infinito? La pantalla siguiente
(figura 5, en la página siguiente), no sólo nos lo confirma, sino que además proporciona la fiabilidad más
alta de toda la serie, 1:6.448.919.

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Figura 5
Pantalla del programa Código B. En amarillo, de arriba abajo, Ain Sof (vOs }yia), valor 207).
En verde, de arriba abajo, Creación (hf)yirºb, valor 218).

La Creación es todo lo que conocemos, el Mundo, el Universo; también el espacio, y (aunque sea
sólo conceptualmente), la Eternidad. Todos estos conceptos se resumen en una sola palabra hebrea, .{flO(.
La relación con el Infinito se recoge en la pantalla siguiente (figura 6, en la página siguiente).

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Figura 6
Pantalla del programa Código B. Relaciona el Infinito, Ain Sof (vOs }yia), valor 207), en
amarillo de arriba abajo, con una palabra, {flO( (valor 146), en verde de derecha a
izquierda y de abajo a arriba, que significa a la vez mundo o universo, espacio y eternidad.
Como se apunta páginas atrás, cabe preguntarse: ¿De verdad lo eterno es eterno?

Pero si todo esto es un sueño, el sueño de Brahma (o si lo prefieren, el de Yahvé), ¿es realmente
real? ¿No será una ilusión, una mentira, un engaño? Pues parece que sí, estamos inmersos en el mundo de
Matrix, o en terminología hindú Maya, lo Ilusorio. Y si es así, ¿qué podemos hacer? ¿Seguir peleándonos
para llegar a ser los más guapos, los más listos, los más famosos, los más rubios, los más americanos? ¿O
tratar de despertar de ese sueño?
Pero ocurre algo muy curioso: resulta que ese sueño, esa ilusión esa mentira, es a la vez nuestra, de
cada uno de nosotros, los curritos de a pie, y del Creador. Lo que significa que necesariamente, en la
medida en que nosotros vayamos despertando también despierta el Creador, pues no hay nada separado
de nada.
Tal vez sean sólo especulaciones sin sentido, pero el programa Código B dice otra cosa (figura 7, en la
página siguiente).

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Figura 7
Pantalla del programa Código B que relaciona el Ain Sof, el Infinito (vOs }yia), valor 207, en
amarillo, de abajo a arriba), con la mentira, el engaño (vyiz, valor 97, en verde de abajo a
arriba y de derecha a izquierda)

Si en efecto somos capaces de descubrirlo, entonces nos habremos quitado un peso de encima:
nosotros y el propio Creador. ¿Y por qué no íbamos a ser capaces de descubrirlo? No quiere ello decir que
el proceso vaya a ser fácil; pero recordemos un dicho que se repite muchas veces: la primera condición
para que un esclavo se libere de su esclavitud es que reconozca que es un esclavo y que no es libre.
Y si el mensaje oculto de la Torá lo afirma es que es posible hacerlo: para nosotros y para el Creador
(figura 8, en la página siguiente).

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Figura 8
Pantalla del programa Código B que relaciona el Infinito, Ain Sof (vOs }yia), valor 207, en
amarillo, de arriba a abajo) con sacarse un peso de encima (Obil la(¢m hflogfn }abe), valor 319)
Las cuatro palabras de esta expresión están macadas en diferentes colores: }abe) en sepia,
de derecha a izquierda; hflogfn en rosa, de arriba abajo; la(¢m en azul, de abajo a arriba; y Obil
en verde, de abajo a arriba y de derecha a izquierda.

La cuestión siguiente es: ¿Se llegará al despertar? No solo, como queda dicho, por parte de los
curritos de a pie: también el Infinito despertará. Lo que quiere decir que, ahora, está dormido. Parece que
el Infinito no lo es tanto, es un Infinito Pero Menos. Pues, si los humanos estamos bajo el ojo avizor del
programa (y por lo tanto de quien lo originó), también el Infinito lo está; y eso significa que, por encima del
Infinito hay un Super-Infinito. Y si es así, ¿por qué no podría haber más arriba un Super-Super-Infinito? Y
más arriba un Super-Super-Super-Infinito… Y así indefinidamente.
Se relacionaría ello con una tradición oriental (tal vez budista, acaso taoísta) según la cual el universo
se apoya sobre la concha de una tortuga gigantesca, la cual a su vez se apoya sobre otra tortuga gigantesca,
y esta a su vez sobre otra, etcétera, etcétera.
Vayamos a lo práctico. Si se puede llegar al despertar, el programa Código B nos lo dirá; y eso es
efectivamente lo que ocurre (figura 9, en la página siguiente).

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Figura 9
Pantalla del programa Código B que relaciona Ain Sof (vOs }yia), valor 207, en amarillo, de
abajo a arriba) con despertar (rO(an, valor 326, en verde, de abajo a arriba))

Esta última pantalla, como las dos siguientes y a diferencia de las anteriores, ha tomado como inicio
el libro bíblico de Números. Se ha hecho así por considerar que, una vez en marcha la Creación, somos los
humanos a quienes nos corresponde la tarea de echar a un lado las sábanas; y eso, según se comprobó en
su día, que tiene su arranque en el libro de Números1.
En este mismo libro bíblico está lo que puede considerarse el arranque del fenómeno que
conocemos como La Esquina del Tiempo en el libro de Números, con una fiabilidad estadística según el
programa cercana a 1:15.000.000.
Por eso, en este caso se ha relacionado a través del programa el concepto de Ain Sof con el de
Esquina del Tiempo. El resultado se recode en la figura 10 (página siguiente).

1
La Esquina del Tiempo. Jaime e Iván Villarrubia. Escuelas de Misterios ediciones 2007.
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Figura 10
Pantalla del programa Código B, relacionando el Ain Sof (vOs }yia), valor 207, en amarillo,
de abajo a arriba), con Esquina del Tiempo (}fmºzah hfniP, valor 237), en dos colores: hfniP, en
azul, de abajo a arriba y de derecha a izquierda, y }fmºzah, en verde de arriba abajo.

Muchas veces se puede oír (sobre todo, en círculos esotéricos muy relacionados con la llamada
Nueva Era) la frase: “Esta es mi última reencarnación, yo no vuelvo más.” Afortunadamente para los
autores de la frasecita, no sólo no es verdad, sino que aunque en esta vida lo están pasando bastante peor
de lo que les gustaría, deben pensar que se trata de un programa de vida que se lo han montado ellos
solitos con el propósito (por lo demás, sagrado) de aprender para despertar. Es comprensible que, si
sienten que les falta alguna de las tres coordenadas (salud, dinero y amor) se sientan cansados; la solución
no es el chinchorro colgado entre dos palmeras en una isla paradisíaca de los mares del Sur, para tumbarse
en él y pasar el resto de la eternidad rascándose la barriga: una temporadita para descansar y recobrar
fuerzas sí, pero luego hay que volver al tajo. No esperemos que nos llegue la realización cuando nos
hayamos marchado al Otro Barrio, hay que buscarla ahora, mientras tengamos tiempo y un mínimo de
energías para ello. El programa Código B nos dice de una forma contundente (figura 11, en la página
siguiente) que es aquí, rebozándonos en la materia densa, como tendremos la oportunidad de despertar;
en caso contrario ya podéis ir pidiendo turno para la próxima reencarnación. En otras palabras, si no
aprovechamos esta vida y sus oportunidades para despertar es posible que nuestra vida y sus
oportunidades se acaben.

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Figura 11
Pantalla del programa Código B relacionando el Infinito, Ain Sof (vOs }yia), valor 207, en amarillo, de abajo a arriba), con
despertar en Assiyah (hfYi&a(ºB rU(, valor 663 en varios colores: rU(, en azul, de abajo a arriba, y hfYi&a(ºB, en verde, de
abajo a arriba)

Es en el mundo de ‘Assiyah, el espeso mundo material, donde tenemos la oportunidad de despertar.


La altísima fiabilidad estadística de la pantalla así nos lo afirma. En cambio, las pruebas con las expresiones
twlyc)b rU(, despertar en Atzilut; hf)yirºbºb rU(, despertar en Briah; y hfryicºyb º rU(, despertar en Yetzirah,
no han dado ningún resultado. También se ha probado finalmente con {yiYaxºb rU(, despertar en el Árbol de
la Vida, que ha proporcionado algunas pantallas positivas, pero todas ellas con fiabilidad media
(probabilidad superior a 1:100.000). Todo ello demuestra que el despertar debe producirse en el plano
físico, que para eso hemos venido a este mundo, y no sólo con esoterismos más o menos de confianza, sino
sobre todo con los retos del vivir de cada día. ¿Cómo? Hay que suponer que con atención plena a todo lo
que sucede, sin juzgarlo ni mucho menos rechazarlo, sin perjuicio de poner los remedios oportunos que
creamos convenientes.
¿Qué conclusiones podemos sacar de todo ello?
Sin perjuicio de otras más que cualquiera pueda aportar, se proponen las siguientes hipótesis de
trabajo:
 El Infinito (Ain Sof) empezó un día (aunque era eterno) como un simple currito de a pie. La
guematria de la palabra }iYa), nada, es la misma que la de yina), yo. Hubo un yo inicial que fue
creciendo y creciendo hasta llegar a ser Infinito, pasando por las etapas correspondientes
resumidas en la palabra {flO(, mundo, universo, espacio, eternidad. Y ese yo inicial puede
ser hoy cualquiera de nosotros.
 Por lo tanto, el yo individual que somos cada uno de nosotros tiene en sí la potencialidad de
la Infinitud y la Eternidad; llegar a realizar todo ello es sólo cuestión de tiempo y de trabajo.
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Cuando lleguemos a estar completamente realizados como humanos empezará el
aprendizaje para llegar a ser Dios.
 Dios Eterno no es la última etapa: una vez conseguido el cargo empieza el aprendizaje para
llegar a ser un Super-Dios, mucho más eterno, todopoderoso y demás que el Dios ordinario.
Y como sabemos por experiencia, en ese proceso tendremos nuestros disgustos y nuestras
alegrías, y a ratos lo pasaremos bien, y a ratos mal; pero en plan divino.
 Una vez alcanzado el nivel de Super-Dios, y supongo que tras una etapa de asimilación más o
menos larga para disfrutar del cargo, empezará el aprendizaje para llegar a ser un Super-
Super-Dios, con otros problemas que resolver y más o menos la misma ración de disgustos y
alegrías, pero en este caso a un nivel super-super-divino.
 Y como cabe suponer, no será la última etapa, siempre habrá más, y más, y más, para
alcanzar los siguientes niveles de super-super-super-…..-Dios. Y así eternamente. Eso sí, cada
vez más difícil y también más divertido.
¿No os gusta el plan? La alternativa es seguir siendo curritos de a pie, y pasarlo a ratos bien y a ratos
mal; por supuesto, a nivel de curritos de a pie. Y no reencarnar más, que resulta muy cansado.
Claro que, más de uno, puede que prefiera llegar a ser un angelito que, vestido con un primoroso
camisón blanco o rosado, permanecerá toda la Eternidad sentado en una nube y tocando la lira. ¿De verdad
es eso lo que prefiere, o simplemente es que está cansado? Sospecho que es esto último: pues bien que
descanse, pero como decía Antonio Blay (se lo oí decir muchas veces), estamos condenados a ser felices. Y
la felicidad no consiste en ser un angelito tocando la lira (versión espiritual de la política del chinchorro),
sino en crecer más y más en todos los niveles, en sabiduría en amor, en luz, en consciencia… Por eso, cabe
preguntarse qué efectos puede tener el hecho de despertarse en el plano físico, en ‘Assiyah.
Por tratar de responder a ello se ha vuelto a utilizar el programa Código B; en este caso, partiendo
como primera consulta en el libro del Deuteronomio y la expresión hfyi&a( rO(, despertar en ‘Assiyah. El
motivo de haber partido del Deuteronomio es que las consultas suelen dar menores resultados, por lo que,
si se encuentra algo significativo podría tener mayor fiabilidad. Se han encontrado sólo dos pantallas con
este resultado, las cuales a su vez se han tratado de verificar respecto a la posible existencia de conexiones
con otras expresiones: la única que ha dado un resultado fiable, eso sí, con fiabilidad muy alta, es la
expresión paz en el mundo, {flO(ºb {Ola$ (figura 12, en la página siguiente).
Cuando nos quejamos de lo mal que está el mundo, con guerras, hambrunas, miseria, injusticias de
todo tipo, políticos incompetentes y corruptos, iglesias ídem de ídem… ¿nos damos realmente cuenta de
que estamos metidos en un mundo de Matrix, y que somos totalmente responsables de ello? ¿Nos damos
cuenta de que estamos dormidos, de que el Universo también lo está, y que es tarea nuestra despertar, a la
vez nosotros y el Universo? ¿A la vez el Creador y sus criaturas?

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Figura 12
Pantalla del programa Código B, comparando hfyi&a)ºb rO(, en amarillo de arriba a abajo,
con la expresión {flO(ºb {Ola&, paz en el mundo, en dos colores: paz, en azul de abajo a
arriba, y en el mundo, en verde, de abajo a arriba (la letra ( coincidente con el amarillo
está marcada en gris). Puede comprobarse que la probabilidad de azar es bajísima, de
1:1.767.293, por lo que la fiabilidad estadística es muy alta.

Pasajes bíblicos sospechosos.


Génesis III: 22. (Adán y Eva han comido del fruto del Árbol de la Ciencia del Bien y del Mal. Y dice
Yahvé:) He aquí que el hombre ha venido a ser como uno de nosotros. El texto hebreo dice:
UNeMim daxa)ºK hfyfh {fdf)fh }eh. No hay error posible en la traducción; pues bien, ¿quiénes eran esos
nosotros?

Génesis XI: 5. (Tras el diluvio, a lo largo de varias generaciones el hombre empieza a extenderse por
toda la Tierra; y antes de separarse empiezan a construir una ciudad y la torre de Babel. Dios baja a ver qué
está pasando). Y bajó el Eterno a ver la ciudad y la torre: lfdºgimah-te)ºw rri(fh-te) to)ºrºl hawohºy derºyaw. ¿No
quedamos en que Dios es omnipotente y omnisciente? ¿Por qué necesitó bajar a ver la ciudad y la torre?
¿De dónde bajó, dónde estaba antes de bajar?

Josué X: 12-13. (El sol se detiene en su marcha para que los hebreos puedan ganar la batalla que
están librando.) No es el sol el que gira en torno a la Tierra, es el movimiento de rotación de la Tierra el que
produce la ilusión del movimiento del sol. ¿A qué velocidad gira la Tierra sobre su eje? Si aceptamos que la
circunferencia de la Tierra mide 40.000 km (realmente en el Ecuador un poco más), el cálculo es sencillo:
dividamos 40.000 entre las 24 horas de un día completo. 40.000 / 24 = 1.666,66 km/hora. En el pasaje
bíblico mencionado dice: “Sol, detente en Gabaón, y tú Luna, en el valle de Ayalón”. Gabaón, ciudad
cananea situada al norte de Jerusalén, se encontraba a una latitud aproximada de 35º Norte. A esa latitud,
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la velocidad de giro de la Tierra es de algo menos de 1.000 km. hora. ¿Qué efectos hubiera tenido un paro
repentino de la rotación terrestre a esas velocidades? ¿Es posible que “el sol detenido” fuese realmente
otra cosa? Por otra parte, un acontecimiento como ese, de haberse producido, habría afectado al planeta
entero. Pero en ninguna otra tradición antigua, ni occidental ni oriental, hay reseña ni crónica alguna del
evento.

Nota final.
Para realizar el presente estudio se ha utilizado, entre otros, el Diccionario de Guematria Hebreo-
Español (Diccionario versión 3.0), por lo que es probable que algunas expresiones y frases en hebreo no
aparezcan en el Diccionario Numérico Cabalístico Hebreo-Castellano (Diccionario versión 2.0), que es el que
tienen la mayoría de los alumnos.

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