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La reducción de riesgos, esto es, de los probables daños que pueden producir las
calamidades en un sistema afectable (SA) particular, implica, por un lado, la necesidad de
determinar los fenómenos destructivos a los cuales está propenso este SA, estimar sus
características relevantes e intervenir en los mecanismos de producción y
retroalimentaciones del sistema perturbador (SP), con el fin de prevenir su ocurrencia y
disminuir sus impactos, lo que constituye el objetivo de prevención.
Tal, por ejemplo, para la prevención de calamidades de origen tecnológico, que surgen de
las actividades de producción, almacenamiento, comercialización, empleo y desecho de
sustancias peligrosas, así como de los medios de su transporte, tales como ductos de
distribución, carros - tanques y vehículos en general, es necesario intervenir en las causas
que originan este tipo de calamidad, en las diversas fases de iniciación, desarrollo,
traslado y manifestación de sus impactos. Entre estas causas, se destacan el inadecuado
diseño y la falta de mantenimiento de las instalaciones y del equipamiento de los procesos
tecnológicos, así como la insuficiente capacitación del personal y las fallas de operación.
Asimismo, en la fase de traslado, ya que al tratarse de sustancias químicas, pueden
intervenir y agravar la situación las condiciones topográficas, meteorológicas y
climatológicas de la zona.
Por otro lado, el riesgo depende de la vulnerabilidad del SA, contemplado como el grado
de su susceptibilidad al daño, esto es, la facilidad con que cambia de un estado normal a
uno de desastre ante los impactos de una calamidad, y que depende, como se mostró en
el capítulo anterior, de su estructura y de la vulnerabilidad de sus componentes y
elementos. A su vez, esta vulnerabilidad se puede ver agravada por las deficiencias
[UNIDAD 5: EL SISTEMA REGULADOR Y LA PROTECCIÓN CIVIL] 8 De Diciembre Del 2014
Por ello, la reducción de los riesgos depende de la posibilidad de cambiar la relación entre
el SP y el SA, de impedir o desviar el canal de transferencia de los impactos de las
calamidades y/o de reforzar el SA, con el fin de disminuir los posibles efectos adversos de
dichos impactos y aminorar la intensidad de los daños, lo que en su totalidad constituye el
objetivo de mitigación. En este sentido, para el caso de la reducción de riesgos
tecnológicos, ésta también depende, en gran parte, de la eficiencia de la disminución de la
vulnerabilidad, por medio de la modificación adecuada del funcionamiento del SA y de su
reforzamiento estructural, así como de la reubicación del SA fuera de la zona de riesgo.
Ahora bien, para que el sistema de gestión pueda cumplir con los objetivos planteados, es
indispensable que realice las siguientes funciones principales:
Prevención, que integra todas las actividades que se ejecutan en situación normal y
que se dirigen al logro de uno de los objetivos estratégicos, el de reducción de
riesgos y, en forma particular, sus dos objetivos específicos, el de prevención y el
de mitigación.
Respuesta, que por su extrema importancia se dedica principalmente al objetivo
específico de auxilio, durante las situaciones extraordinarias.
Preparativos, que busca asegurar la eficaz y eficiente realización de la respuesta en
el futuro, a través del establecimiento anticipado, durante la situación normal, de la
organización relevante, incluyendo los cuerpos especializados de rescate y de
atención de emergencias, la integración y capacitación de su personal y de las
brigadas voluntarias, la elaboración de planes y programas de acción, la realización
de los simulacros pertinentes, así como el acopio de los equipos y materiales
necesarios para su operación en caso de desastre, por mencionar algunas de las
acciones principales.
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Se trata -de integrar en este Sistema a todos: pueblo y Gobierno, sector público, social y
privado, estados y municipios, de ahí el sentido mismo de conjunto orgánico antes
mencionado. Tres conceptos son Inherentes a esta concepción del Sistema: la
coordinación, la reciprocidad y la solidaridad.
El Gobierno tal como está debe coordinar las prácticas que tiendan a alcanzar una mejor
protección civil y todos y cada uno de los participantes debe atender a sus
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Los tres componentes principales del Sistema son: la estructura institucional, el marco
conceptual y de planeación, y los métodos y procedimientos.
La noción misma de Sistema implica que las distintas estructuras que lo integran no están
sólo yuxtapuestas o adicionadas sino que constituyen a la vez una combinación orgánica y
un complejo coherente.
El marco institucional del Sistema está integrado por las dependencias y entidades de la
Administración Pública, por los organismos de coordinación entre la Federación y los
Estados y Municipios y por la representación de los grupos sociales y privados que
participan en las actividades de protección civil, los cuales conforman tres estructuras
estrechamente relacionadas: la primera, de las instituciones de la Administración Pública
con funciones ejecutivas, la segunda, de los consejos con funciones consultivas y de
coordinación y la tercera de participación de los grupos voluntarios.
V. Las orientaciones para el desarrollo sustentable de las regiones del país, en función de
sus recursos naturales, de sus actividades productivas y del equilibrio entre los
asentamientos humanos y sus condiciones ambientales;
VII. Las estrategias generales para prevenir los impactos negativos en el ambiente urbano
y regional originados por la fundación, conservación, mejoramiento y crecimiento de los
centros de población".
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Sin embargo, las mismas Bases observan, junto "... con una dispersión de
reglamentaciones relacionadas con la protección civil", "la inexistencia de un cuerpo de
disposiciones concretas, que se refiera a la prevención y ayuda a la población en la
eventualidad de un desastre".
A pesar de que a la fecha, el SINAPROC cuenta con trece Leyes Estatales, una Ley del D.F.
y tres Reglamentos de Protección Civil, así como aproximadamente 1300 municipios del
país registran en sus Bandos de Policía y Buen Gobierno, un apartado relativo a la
Protección Civil; además de la existencia de diversos convenios con el objeto de fomentar
el desarrollo de la cooperación en diversos ámbitos entre las partes, en los campos de la
investigación y de prevención y atención de desastres, todavía falta un marco legal bien
definido que establezca tanto la naturaleza jurídica del Sistema como los criterios que
deben cumplir los ordenamientos y disposiciones en la materia.
Este Programa constituye el instrumento rector del Sistema Nacional de Protección Civil y
especifica los objetivos, estrategias y líneas de acción con un horizonte de planeación de
seis años, los cuales se complementan con el marco normativo que a continuación se
relaciona.
Legislación Federal
Mexicanos.