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PREVISION Y SEGURIDAD SOCIAL

Reunión del día 03/08/2014

https://www.diputados.gov.ar/comisiones/permanentes/cpyssocial/reuniones/vt/vtcom.ht
ml?id=3930

- ANSES

EXPEDIENTES

0043 - S - 2014

- En la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, a los trece días del mes de agosto de 2014, a la
hora 16 y 18:

SR. PRESIDENTE DÍAZ ROIG Agradezco la presencia de todos los señores diputados, sobre
todo de los del interior del país, quienes pudieron asistir a pesar de los problemas
acontecidos con los vuelos de Aerolíneas Argentinas.

Como dijo el señor presidente de la Honorable Cámara, doctor Julián Domínguez, es muy
grato tratar estos temas porque de este modo demostramos a la comunidad argentina que
hay muchas cosas en las que podemos ponernos de acuerdo.

Hechas estas consideraciones, invito a los señores diputados a iniciar el tratamiento del
asunto que nos convoca aplicando la metodología habitual: en primer lugar hará su
exposición el director ejecutivo de la ANSES y posteriormente se abrirá el debate.

Tiene la palabra el señor Bossio.

SR. BOSSIO Señor presidente: en primer término agradezco al señor presidente de la


Cámara, a los presidentes de las comisiones aquí reunidas y a los demás señores diputados
esta oportunidad para explicar el espíritu del proyecto enviado al Congreso por la señora
presidenta de la Nación, con el objeto de universalizar las jubilaciones en la Argentina.

A mi entender, los hechos se enmarcan en determinadas circunstancias. Para que los


señores diputados comprendan las razones que llevaron a presentar esta iniciativa, ante
todo quiero recordar la situación que vivieron los argentinos durante la década del 90, que
tuvo tres características que creo todos compartimos porque son inobjetables: alto
desempleo, alta informalidad laboral y un sistema previsional privatizado que
efectivamente tenía una lógica de exclusión y, a la vez, individualista. Las tres llevaron a la

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reducción de los niveles de cobertura jubilatoria en la Argentina: las personas, al llegar a su
edad jubilatoria -sesenta años las mujeres y sesenta y cinco los hombres- no podían acceder
a ese beneficio previsional.

Si se me permite, procederé a proyectar una serie de gráficos para explicar la situación con
mayor claridad.

SR. BOSSIO En este primer gráfico, donde se indican en color verde los niveles de
desempleo y en color azul los de informalidad laboral, claramente se observa que hacia
finales de los años 90 y principios de 2000 la situación llega a niveles extremos: 21 por
ciento de desempleo y 49 por ciento de informalidad laboral. Es decir que por lo menos la
mitad de la población argentina tenía problemas laborales vinculados con la informalidad o
la falta de cobertura del sistema de seguridad social.

El resultado fue la reducción de la tasa de cobertura previsional. Como siempre decimos, la


mitad de los argentinos podía jubilarse y la otra mitad no tenía acceso a ese derecho.

A fines de 2004 el Congreso de la Nación sanciona la ley 25.994, iniciativa enviada por el
entonces presidente Kirchner, que junto con la ley 24.476, modificada por el decreto
1454/05, permitió abrir la inclusión jubilatoria durante el período 2005/2007 a partir del
pago de una moratoria en sesenta cuotas. Es lo que denominamos Programa de Inclusión
Jubilatoria, en virtud del cual hubo un crecimiento más que significativo en la tasa de
cobertura previsional.

¿Cuáles fueron los resultados de esa moratoria? Desde la implementación de estas dos
normas sancionadas por el Congreso de la Nación y de los decretos reglamentarios dictados
por el Poder Ejecutivo, hasta junio de este año se incorporaron 3.201.346 beneficiarios. En
otras palabras, el número de jubilados y pensionados pasó de 3.158.000 a los casi 6
millones que tenemos en la actualidad.

En otro gráfico podemos ver el nivel de cobertura previsional, teniendo en cuenta no


solamente a los jubilados de la ANSES sino también a los de las cajas provinciales, de las
fuerzas de seguridad y de otros regímenes.

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¿Cuál es el aprendizaje que nos deja esta ley? Primero, una notable distribución del ingreso.
Para aquellas familias que en muchos casos no tenían ningún tipo de ingreso, esto significó
contar todos los meses con un haber previsional.

A propósito de si la ANSES es o no un factor de distribución del ingreso, quiero recordar que


oportunamente se tomaron tres medidas que demuestran que en ese sentido no fue
neutral. La primera es la inclusión jubilatoria. La segunda, que durante los primeros años
del proceso la jubilación mínima aumentó más que el resto. La tercera, la Asignación
Universal por Hijo. Todo esto configuró un nuevo sistema de seguridad social que no es
neutral en cuanto a la distribución del ingreso porque tiene un efecto sobre los deciles de
menores ingresos en la Argentina.

Otro dato contundente se relaciona con una cuestión de género. El 73 por ciento de los
3.200.000 nuevos jubilados son mujeres, mientras que el 27 por ciento restante son
hombres. Ese es un primer aprendizaje que a nosotros particularmente nos gratifica.

Hablemos a continuación de las transferencias netas por hogar en 2003 y 2013. En 2003
eran casi neutrales, mientras que en 2013 tuvieron un sesgo hacia los sectores de más bajos
ingresos. O sea que la ANSES ayuda a que la redistribución del ingreso sea posible y real en
las familias argentinas.

Como dije recién hay 3.200.000 nuevos jubilados, de los cuales 2.709.000 continúan con
vida y cobran activamente. El número de jubilados en la Argentina prácticamente se
duplicó, ya que en la actualidad hay casi 6 millones de jubilados. Este año se otorgaron
66.072 beneficios a través del Programa de Inclusión Previsional; por lo tanto, la moratoria
sigue existiendo. En lo que va del año, el 45 por ciento de las jubilaciones son por
moratoria; es decir que la gente sigue optando por este sistema donde debe completar sus
aportes. Recordemos que para jubilarse, un argentino debe contar con treinta años de
aportes, y tener 65 años los hombres y 60 años las mujeres.

¿Es lo mismo jubilarse con moratoria que sin ella? No, no es lo mismo. Durante el corriente
año, al alta las jubilaciones por moratoria fueron en promedio de 2.974 pesos, mientras que
aquellas sin moratoria -o sea, las de quienes no tuvieron que completar aportes- al alta
fueron en promedio de 5.204 pesos. Luego, la jubilación de los trabajadores en relación de
dependencia -es decir, de los que prestaban servicios a un privado que hacía aportes y
contribuciones- fue al alta de 8.519 pesos. Esto sirve para tener en claro que no es lo mismo
jubilarse con aportes plenos que jubilarse en un esquema de moratoria.

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Por otra parte, hemos advertido que estos 3.200.000 nuevos jubilados tenían en promedio
12,7 años de aportes. Es decir que en algún momento trabajaron, estuvieron formalizados y
tuvieron la oportunidad de estar inscriptos en el sistema de seguridad social, pero no se les
efectuaron aportes por la totalidad de años que requiere nuestro régimen, que es de
treinta años. Esto significa que quienes se acogieron a la moratoria, en promedio hicieron
aportes por 17,3 años; o sea, por más de la mitad de los años necesarios para jubilarse.

En este punto vuelvo al inicio de mi exposición: durante un período prolongado la


Argentina tuvo altas tasas de desempleo y de informalidad laboral. Cuando esto supera el
50 por ciento es predecible que una persona, cuando alcanza la edad jubilatoria, no tenga
la oportunidad de hacerlo.

La cantidad de aportantes tuvo un piso mínimo al comienzo de 2003 de 4.600.000


personas. Hoy, los aportantes que tiene regularmente el sistema de seguridad social son
9.462.493. Es decir que la cantidad de aportantes regulares al sistema casi se duplicó.

Esto sirve para desmitificar un efecto: que este plan genera un incentivo para que la gente
no aporte. El Congreso de la Nación sancionó la ley a fines de 2004 y siguieron creciendo los
aportes y contribuciones al sistema de seguridad social. Por lo tanto, no hay ninguna
correlación entre la moratoria y el desincentivo al aporte o al trabajo en blanco. Estos son
datos contundentes, y si sumamos el hecho de que no es lo mismo jubilarse con aportes
plenos que con aportes parciales, creo que el sistema es más que bienvenido.

En relación con la tasa de cobertura, puedo decir que dio un salto muy significativo hasta
llegar al 93 por ciento.

Por otra parte, me parece interesante analizar quiénes no se jubilaron todavía pese a este
régimen de inclusión previsional. Como podemos ver en el gráfico, donde la evolución en
2003 se marca en celeste y la de 2013 en verde claro, en todos los deciles aumentó la tasa
de cobertura jubilatoria. Sin embargo, advertimos que en el primero -que representa a los
más vulnerables, a los que tienen menos ingresos- todavía no se jubiló el 50 por ciento. En
el segundo decil aún no lo hizo el 30 por ciento y en el tercero, el 17 por ciento. O sea que
restan jubilarse las personas de los sectores más humildes y vulnerables; en ellos, todavía
no podemos tener plena cobertura jubilatoria.

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Al observar el décimo decil, los señores diputados podrán pensar que el 20 ciento aún no se
jubiló. En realidad, ese 20 por ciento está integrado por gente que continúa trabajando;
básicamente por autónomos y profesionales que si bien alcanzaron la edad para jubilarse
siguen en funciones. En cambio, los primeros deciles muestran claramente que se trata de
personas sin ningún tipo de cobertura previsional y que además no trabajan, con lo cual
están absolutamente desprotegidas del Estado. Por eso el primero, el segundo y el tercer
decil son los objetivos de esta segunda moratoria previsional.

Cada año se jubilan en la ANSES entre 320.000 y 350.000 argentinos. La mitad o un poco
menos lo hacen a través de una moratoria y el resto con sus aportes de manera
regularizada. Si observamos el presente gráfico, advertiremos que está cayendo la cantidad
de jubilaciones por moratoria. Es decir que se dan dos circunstancias: falta jubilar a los más
humildes y está disminuyendo el número de jubilados por moratoria.

También podemos ver la evolución del sistema una vez sancionada y reglamentada la ley.
Un año después de su aprobación hubo picos de 160.000 nuevos beneficiarios por
trimestre; se jubilaron muchos y hasta 2008 se dio un incremento más que significativo.

Otro dato importante, que varias veces ha replicado la señora presidenta de la Nación, es el
siguiente: de cada 100 pesos que entran en la ANSES, 77,70 se destinan a jubilaciones y
pensiones; 9,90 pesos a pensiones no contributivas, que las paga la ANSES desde el año
2004; un poco más de 9 pesos a asignaciones familiares y universales -4,85 y 4,96 pesos
respectivamente-, y el resto a la administración de la ANSES. Quiere decir que el 77,70 por
ciento de la inversión de la ANSES se destina a jubilaciones y pensiones.

Nuestra propuesta es aumentar la cantidad de años hasta 2003, que coincide con el peor
período de desempleo e informalidad laboral en la Argentina, y seguir los mismos
lineamientos de la primera inclusión jubilatoria, lo que permitirá que se jubilen 473.000
personas aproximadamente. Esta cifra surge de la base de datos de ANSES. Luego de cruzar
la cantidad de gente -mujeres de 60 años y varones de 65- que está sin jubilarse y que
además responde a los criterios que marca la ley, llegamos a la conclusión de que
aproximadamente 473.000 argentinos podrían jubilarse con este sistema.

Otro dato a tener en cuenta, y por eso pedimos al Congreso una mejora en la
reglamentación a través de este proyecto de ley, es que anteriormente los pensionados no
podían jubilarse. En virtud de la nueva norma, tendrán la posibilidad de hacerlo si tienen la
mínima jubilatoria.

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Como dije antes, el espíritu de la ley es contemplar a las personas con mayor nivel de
vulnerabilidad social. Las implicancias serán básicamente en la actividad económica, ya que
hablamos de recursos que se volcarán hacia aquellos sectores que en verdad los necesitan.
Además, la norma generará un efecto distributivo del ingreso; recordemos que beneficiará
a familias que por lo general no tienen ningún tipo de ingreso en el hogar. Además,
contarán con una cobertura médica. Por otro lado, será mayor la posibilidad de incremento
en la recaudación impositiva. Es decir que la norma es sustentable por sí misma.

El proyecto incorpora una disposición vinculada con la movilidad de las cuotas. En el plan
anterior las cuotas no tenían movilidad, pero para hacerlo más sustentable ahora la
tendrán. Creemos que esto dará muy buenos resultados, ya que el objetivo es cubrir el
ciento por ciento de las jubilaciones.

¿Qué significa la moratoria? Básicamente calcular la deuda; es decir, ver cuántos años le
faltan a una persona para completar los treinta años de aportes y cuánto tiempo estuvo sin
aportar al sistema. Esos años se calculan con el valor de la cuota de un autónomo. Una vez
que se calcula la deuda, se aplican los intereses que marca la AFIP; sobre esos intereses un
50 por ciento y un tope de hasta el 30 por ciento del capital. Ese es el cálculo de la
moratoria, lo que demuestra que se reduce significativamente la deuda previsional que
tienen los argentinos con el Estado; concretamente con la AFIP, el agente recaudador en
quien la ANSES delegó la recaudación de los aportes de la seguridad social. Sobre aquella
base se calculan las sesenta cuotas, que se indexarán de acuerdo con la tasa de interés del
1,35 por ciento que aplicará la AFIP.

Si se me permite daré un ejemplo con la categoría A de los autónomos, que en la actualidad


es la categoría I. Concretamente, de una persona que debe completar sus treinta años de
aportes. La deuda total será de 32.253 pesos, pagadera en sesenta cuotas y siendo la inicial
de 738 pesos. En este caso se trata de alguien que no hizo ningún aporte y que podrá
jubilarse como autónomo en la categoría A. Hay un segundo ejemplo con la categoría B de
los autónomos, que si lo señores diputados quieren después podrán ver más
detalladamente. Es suma, hay diferentes niveles de jubilación.

Un dato que también me parece importante resaltar es el siguiente. La ley anterior no


permitía el acceso de los pensionados al régimen de moratoria. Un exdirector ejecutivo de
la ANSES, mediante la resolución 884/06, limitó esa posibilidad. La Justicia, que falló
aunque no resolvió el fondo de la cuestión, determinó que hubo un exceso de facultades
reglamentarias en la mencionada resolución.

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El espíritu de la ANSES en su momento y el de esta propuesta que hacemos al Congreso de
la Nación es que no haya situaciones de injusticia.

La Constitución Nacional dice claramente que todos somos iguales ante la ley. El artículo 75,
inciso 23, establece que el Estado debe generar acciones positivas que garanticen la
igualdad de oportunidades. Esto significa que la igualdad ante la ley implica igualdad de
condiciones, de oportunidades o de circunstancias.

Hay situaciones que queremos evitar, y por eso incorporamos al proyecto un artículo que sé
que genera ciertas dudas. Por ejemplo, casos como el de una persona que en virtud de una
sentencia recibió una pensión con un haber de 134.000 pesos, y que sin embargo se jubiló
mediante la moratoria. Situaciones de ese tipo son las que queremos evitar.

Cuando asumimos en la ANSES -quienes trabajan allí lo conocen perfectamente- dictamos


una reglamentación para exigir que los casos de quienes se acogieran al beneficio
jubilatorio en el marco del régimen para empleadas domésticas, fueran verificados por la
institución. Así fue como nos encontramos con situaciones como las que paso a describir:
alto nivel de ingreso en la familia o empleadas domésticas que vivían en los barrios más
coquetos de la Argentina. A esas personas no les decimos que no se pueden jubilar; pueden
hacerlo, pero les advertimos -y es lo que procuramos con la reglamentación vigente y la
sanción de esta ley- que no pueden estafar al Estado y que deben aportar lo que
corresponde. Si cuentan con recursos suficientes para afrontar el pago de aportes y
contribuciones, tienen que hacerlo debidamente; no bajo un régimen destinado a que
puedan entrar en un plan de facilidades quienes no tienen esa posibilidad.

Hemos estudiado el tema en detalle y vimos los antecedentes de la resolución del entonces
director ejecutivo de la ANSES, que claramente tuvo sus falencias. La propia Justicia resolvió
que hubo un exceso de facultades reglamentarias, pero que el espíritu de la norma era que
las personas con altos ingresos tuvieran la oportunidad de pagar lo pertinente al Estado.

Nosotros hemos pensando realmente en una ley que otorgue oportunidades a quienes las
necesitan. Por eso queremos evitar situaciones como las descriptas. Tenemos también el
ejemplo de una persona que recibía 81.000 pesos como pensionada del Poder Judicial y
2.757 pesos como jubilada por la moratoria. Queremos evitar esos casos con razonabilidad
y criterio sobre la base de que la ANSES otorga todos los derechos de manera transparente.
Nosotros no preguntamos a la gente si nos votó, si no nos votó, si le gustamos o no le

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gustamos; simplemente entendemos que corresponde o no otorgar un beneficio según la
regla de derecho que sanciona el Congreso de la Nación y que nosotros reglamentamos de
la mejor manera posible.

También queremos evitar algo que ocurrió en 2006 con la vieja moratoria: la intervención
de gestores. Cuando un Estado implementa un trámite difícil, complejo y para cuya
concreción hay que dar muchas vueltas, con consignas que no las entienden ni los propios
funcionarios, se incentiva la contratación de gestores.

Para esta moratoria nos propusimos que el trámite sea gratuito. Sobre este tema hablamos
con los miembros de otros partidos políticos, y al igual que algunos diputados de la
oposición fui declarado persona no grata por la Asociación de Abogados Previsionalistas
porque no estaba de acuerdo con que el dinero correspondiente a dos retroactivos se lo
quedara el gestor. Para eso tenemos que implementar un trámite sencillo con aplicativos
muy claros.

Esa es la razón por la que no incluimos el régimen de empleadas domésticas, aunque eso no
significa que no se puedan jubilar. Por el contrario, también ellas tienen la posibilidad de
completar los aportes y acceder a la jubilación.

Con la AFIP estamos presentando una serie de resoluciones conjuntas para que el trámite
pueda hacerse incluso por Internet. El objetivo es dar absoluta transparencia al proceso;
queremos evitar los gestores y los abogados previsionalistas. Creo que en 2006 el acceso a
la política pública de parte de la ANSES estaba "cuasiprivatizado": todo estaba preparado
para que los argentinos tuvieran que acudir a un gestor porque no les quedaba otra
alternativa.

En suma, pienso que estamos ante un muy buen proyecto de ley y que en la Argentina no
hay jubilados truchos como lo expresaron algunas editoriales e incluso ciertos dirigentes
políticos.

Días pasados, en este Congreso un senador que no pertenece a nuestro espacio político
contó la anécdota de su padre. Se trataba de un sindicalista del Neuquén que trabajó hasta
los 77 años en el campo y que se quiso jubilar en 1988. Cuando fue a hacer el trámite se
enteró de que le habían hecho muy pocos aportes y finalmente murió sin poder jubilarse.
Nadie puede decir que esa persona era un argentino trucho o que no trabajó. Muchas

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veces, la ausencia de controles por parte del Estado y de facilidades para hacer aportes y
contribuciones arroja como resultado que las personas no puedan acceder a sus derechos.
Ya hemos reparado varias de esas situaciones, pero intentaremos solucionar otras con la
sanción de esta ley.

Si me preguntan si es la mejor ley, digo que para este caso sí. Pero agregaría que no
quisiera tener que contar con esta norma porque me gustaría que todos los argentinos
aportaran normalmente, que hubiera pleno empleo formal en la Argentina.

Ahora bien; la realidad es que hay cientos de miles de argentinos a los que tenemos que
proteger desde el Estado. Por eso proponemos un acceso fácil al beneficio jubilatorio
mediante el pago de una cuota y a una cobertura médica, cuestiones que son esenciales
para nosotros.

El artículo 75, inciso 23, de la Constitución Nacional es claro. Integro un espacio político que
por encima de los privilegios eligió la inclusión; es decir, las cuestiones que tienen que ver
con la mayoría en lugar de aquellas que alcanzan a pocos. Creo que esta ley ratifica ese
camino. No sólo es un impulso para la economía sino que fundamentalmente representa la
posibilidad concreta de incluir a millones de argentinos desprotegidos por el Estado, con el
agravante de que son los que menos recursos tienen. Consecuentemente, para organismos
como la ANSES la tarea será mayor porque tendremos que empujarlos y acompañarlos para
que el proceso jubilatorio sea efectivo.

Pido a los señores diputados que analicen nuestra propuesta con la sensibilidad del caso.
Creo que ésta es una buena norma. Si bien podrá tener un impacto significativo en la
Ciudad Autónoma de Buenos Aires, su aplicación se notará mucho en el Norte, en Cuyo, en
el norte santafesino y en el interior de la provincia de Buenos Aires, donde por distintas
razones el Estado no estuvo presente; entonces, ahora tiene que proteger a quien
corresponda.

La ANSES ha demostrado que puede actuar de manera transparente. A los beneficiarios les
damos una tarjeta de débito; no les preguntamos si nos votan, si no nos votan, si nos
quieren o no nos quieren.

SR. BOSSIO Me parece que se ha avanzado muchísimo en ese sentido; por eso creo que vale
la pena seguir profundizando esta línea de acción. La Cámara de Senadores se expresó de

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manera unánime; la nueva ley permitirá que casi 500.000 argentinos tengan no sólo un
haber jubilatorio con movilidad todos los meses sino también una cobertura de salud.
Sabemos que queda mucho por hacer, pero con esta norma subsanaremos una parte
importante.

Reitero lo siguiente: si me preguntaran si ésta es la mejor ley, respondería que sí pero que
en realidad quisiera tener un país con 13 millones de aportantes, porque ello significaría
tener un diseño normativo, controles y determinada cuestión cultural.

Para terminar, contaré una anécdota. El 37 por ciento de los apoderados vinculados con
actividades de la ANSES -me refiero a abogados y profesionales representantes de jubilados
en distintos trámites- no estaba inscripto en la AFIP. Por eso estamos trabajando
fuertemente con la AFIP en los controles y en los registros de gestores.

Lo que quiero demostrar con esta anécdota es que el problema se debe no sólo a quienes
no pueden aportar sino también a una cuestión cultural y de profundidad democrática. Es
decir, con tener ciudadanos que aporten y que además de derechos posean obligaciones,
ya que las obligaciones también forman parte de la democracia y contribuyen a su
fortalecimiento. (Aplausos.)

SR. PRESIDENTE DÍAZ ROIG La Presidencia solicita que los diputados que quieran hablar, así
lo hagan saber para que puedan ser anotados en la lista de oradores.

Tiene la palabra el señor diputado Santín.

SR. SANTÍN Señor presidente: sin lugar a dudas, cuando en este marco se discute un
proyecto de ley que significa reconocimiento de derechos, nos encontramos frente a ese
tipo de iniciativas que nos gustan tratar.

Hace tiempo que veníamos pidiendo que la moratoria que quedaba congelada en
septiembre de 1993 tuviera su ampliación, ya que había una cantidad de hombres y
mujeres que no pudieron ser incluidos en el sistema.

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Soy de los que piensan que nadie llega a su edad jubilatoria -60 años la mujer y 65 años el
hombre- sin haber trabajado nunca. La realidad es que algunos tenemos la suerte de
desempeñar un trabajo mejor y de poder hacer aportes a esta altura de la vida, mientras
que otros debieron hacer tareas de segunda, de tercera o de cuarta y no pudieron aportar.

Algunos tienen la hipocresía de plantear que las mujeres que permanecen en sus casas, en
la práctica no tienen este derecho previsional. Una mujer que cuida hijos ajenos es una
trabajadora, pero la que cuida sus propios hijos no lo es; la que limpia una casa ajena es
una trabajadora, pero no se piensa lo mismo de aquella que limpia su propia casa. A mi
juicio, todos los ciudadanos deben estar incluidos en el marco de la seguridad social.

Creo que los modelos de características universales tienen que romper con esa lógica de
que la seguridad social es un derecho derivado del derecho al trabajo. La seguridad social es
un derecho derivado de ser ciudadano; por eso digo que es preciso pensar en modelos de
características universales.

Debo reconocer que tanto esta moratoria como anterior permiten llegar a niveles de
cobertura históricos realmente muy importantes. Muchas veces me ha tocado formar parte
de organismos en los que participan distintas naciones latinoamericanas, y provenir de un
país como la Argentina donde la seguridad social tiene una cobertura superior al 90 por
ciento, realmente me llena de orgullo. Por lo tanto, todo lo que se haga para mantener ese
modelo me parece fantástico.

De todas formas, no entiendo por qué el gobierno -y la ANSES específicamente- siguen en el


intento de montar sistemas de carácter universal sobre bases contributivas. Inventa
modelos contributivos para que la gente se jubile y mantiene la concepción de que la
jubilación es un derecho derivado del derecho al trabajo. Entonces, no es posible acceder a
ella si no se hacen los aportes ni existe la posibilidad de inscribirse en una moratoria para
pagar contribuciones que, en la práctica, termina pagando el Estado con la propia cuota o
beneficio. Se inventa un mecanismo que hace mucho más compleja y difícil la tarea de
jubilarse.

Escuché decir al licenciado Bossio que desde la ANSES harán todo lo posible para eliminar a
los gestores y profesionales que se encargan de salvar ese conflicto. Pero la gente, cuando
desde una computadora se conecta a Internet y entra al SICAM para hacer el trámite, en
realidad no resuelve su problema. Si vieran la cantidad de personas que, asesoradas por la
ANSES, tienen que volver a hacer los trámites, entenderían que este mecanismo llevará

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nuevamente a los estudios jurídicos y gestores. Lo que hicieron con la moratoria anterior, lo
van a repetir en ésta. Siguen buscando mecanismos complejos en lugar de implementar
sistemas simples en los que se pueda concluir que a cierta edad la gente tiene determinada
prestación; es decir, habría que modificar el modelo de prestación a partir de los aportes
efectuados. Esto tiene mucho que ver con un modo de pensamiento que se quedó en los
años 50.

Si bien es cierto que el artículo 14 bis de la Constitución Nacional establece que la seguridad
social es un derecho derivado del derecho al trabajo, también lo es que esa concepción
tiene mucho que ver con una Argentina de pleno empleo. En cambio, cuando se registra un
nivel de trabajo informal del 35 por ciento, se debe pensar en que el modelo de carácter
universal debe considerar un sistema de seguridad social ligado a los derechos ciudadanos.

Más allá del esfuerzo que la ANSES ha hecho y continuará haciendo, noto las necesidades y
problemas que tiene la gente para resolver estos conflictos.

Otra cuestión que llama mi atención y que creo debemos incluir en el debate, es que no
tenemos que trabajar por la excepción. ¿Cuántos jubilados ganan más de 15.000 pesos?
Pongo esta cifra porque a partir de allí se paga el impuesto a las ganancias. El licenciado
Bossio citó el ejemplo de una pensionada que ganaba 80.000 pesos; pero ésa es una
excepción, y sobre una excepción no se puede construir una regla. Los modelos deben estar
basados en el conjunto de la sociedad; entonces, si se imponen condiciones -como ocurre
con este proyecto de ley- y se miden los niveles socioeconómicos para determinar quién
tiene el derecho de entrar en la moratoria, se está discriminando. No siempre ser dueño de
una propiedad significa tener poder adquisitivo; y no siempre el ahorro de toda una vida
implica que esa persona hoy pueda alimentarse.

Cuando se pone en manos de los funcionarios la decisión de quién tiene el derecho de


acceder a una moratoria para jubilarse, se generan mecanismos de discriminación que
terminan en una fábrica de juicios. Además, sabemos que los juicios son iniciados por
quienes poseen más recursos; no por los que menos tienen. No acuden a los abogados los
que carecen de recursos y están lejos sino aquellos que los poseen y pueden dar esa pelea.
La legislación anterior permitía que el conjunto de ciudadanos pudiera entrar en la
moratoria; no generaba este mecanismo de selección.

Puedo entender que el sistema obligue a pagar al contado a quien tiene suficientes
recursos, pero me parece absolutamente discriminatorio que el proyecto de ley establezca

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quiénes pueden acceder a la moratoria y quiénes no. La forma de pago es una
determinación que puede tener cabida; pero que una persona pueda ingresar o no en la
moratoria según su nivel económico, a mi juicio genera una discriminación que puede
terminar en una litigiosidad que no resolverá el conflicto.

Por otro lado, todos tenemos que tender a que la mayor cantidad de gente pueda hacer
uso de estas herramientas generando la menor cantidad de imposiciones por parte de la
ANSES. La ley determina qué hay que hacer; sin embargo, hubo casos en los que la Justicia
dijo que la ANSES incurrió en un exceso de reglamentación.

La ANSES reglamenta en función de las leyes, pero en la práctica va mucho más allá de sus
alcances y del espíritu de la norma. Al no estar especificados estos aspectos en la
legislación, se genera un abismo tan importante que un órgano ejecutivo puede tomar
decisiones con absoluta discrecionalidad.

No me importa si hoy es el licenciado Bossio, que puede tener toda la bondad del mundo
para incorporar al sistema la máxima cantidad de gente posible, o cualquier otro director
ejecutivo de la ANSES, porque lo que yo debo hacer es procurar que las leyes perduren en
el tiempo. Digo esto porque en la práctica, la discrecionalidad genera mecanismos que
pueden atentar específicamente contra los ciudadanos. Recordemos que aquella
reglamentación que apuntaba a que quienes tenían otros beneficios no pudieran pagar la
moratoria en cuotas, en realidad surgió de un funcionario de la ANSES, mientras que sus
antecesores no opinaban de igual manera.

Mecanismos de este tipo hacen que la discrecionalidad avance, mucho más cuando se trata
de un organismo como la ANSES.

En cuanto a la fecha de corte, quiero comentar que el objetivo que tenemos en el Congreso
es consolidar los derechos. Supongamos que hoy consolidamos un derecho para una
persona de 58 años pero decimos que existirá hasta determinada fecha; ello traerá como
consecuencia que dentro de dos años el tema tenga que ser discutido nuevamente en el
Congreso.

Entonces me pregunto por qué los diputados y senadores de la Nación, si hoy estamos en
condiciones de consolidar un derecho a futuro, tenemos que limitarlo. ¿Por qué basar la
norma en una limitación para que dentro de un tiempo, quienes hoy quedan fuera de la

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moratoria porque tienen menos de 58 años, deban empezar a pelear específicamente por
ese derecho?

Aclaro que ocurre más o menos lo mismo con quienes discuten por la jubilación anticipada.
Días pasados, el director ejecutivo afirmó en el Senado que eran muy pocos y que una ley
en ese sentido tenía poca importancia. Nosotros creemos que es un universo interesante y
que el tema merecería ser tratado; sin embargo no se lo hace, pero sí se toma una
excepción -como el caso de la jubilada que gana 70.000 pesos- para limitar un derecho
mediante una cláusula.

La realidad es que para que la seguridad social resuelva las contingencias de la sociedad,
hay que tener un espíritu más amplio; pero las limitaciones que esta iniciativa contiene le
sacan el brillo que debería tener.

SR. PRESIDENTE DÍAZ ROIG Antes de continuar, la Presidencia solicita a los señores
diputados que sean lo más sucintos posibles en sus exposiciones. Como la idea es que el
director ejecutivo de la ANSES conteste luego de que un diputado termine de hacer sus
preguntas -y no en forma general una vez que todos expresaron sus dudas-, es necesario
ajustarse al tema en discusión.

Tiene la palabra el señor Bossio.

SR. BOSSIO Señor presidente: en primer lugar, quiero decir al señor diputado Santín que el
derecho de acceder a una jubilación está consagrado. En la Argentina, las mujeres pueden
hacerlo a los 60 años y los hombres a los 65 si cuentan con treinta años de aportes.

La futura ley es una excepción, como también lo fueron las sancionadas en 2004 y 2005,
porque la idea es que los argentinos que no pudieron cumplir con el requisito de reunir
treinta años de aportes también tengan la posibilidad de jubilarse.

Nosotros elegimos la inclusión y no los privilegios; no queremos el abuso, pero no le


decimos a nadie que no puede jubilarse. Las condiciones de acceso figuran en la ley por la
que se jubilan todos los argentinos, independientemente del régimen al que pertenezcan.

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Ahora bien; no queremos restringir a nadie sino que buscamos ser lo más amplios posibles.
De hecho, nadie puede negar que es así cuando hemos jubilado a 3.200.000 argentinos.
Queremos cuidar los recursos de todos y que quienes pueden se jubilen con los regímenes
vigentes -incluso con la moratoria hasta el año 1993-, pero siempre pagando lo que
corresponde.

¿Qué vamos a controlar? Si tienen bienes de lujo, como aeronaves o embarcaciones. Todo
estará explicitado y será absolutamente transparente. Se tratará de una norma elaborada
en forma conjunta por la ANSES y la AFIP, que todos conocerán porque será publicada en el
Boletín Oficial. No podemos actuar de otra manera porque la ANSES es operativa. No sé si
soy claro. Es una regla de derecho. La ANSES va a ser absolutamente racional y criteriosa.
Queremos que quienes pueden pagar lo hagan y no se incorporen a la moratoria; nos
parece que es lo justo. Cuando uno gobierna, prioriza y elige. En este caso priorizamos a los
más humildes estableciendo la excepción de que puedan ingresar en un régimen de
moratoria que les permita incluir los aportes no ingresados hasta 2003, régimen que
contempla sesenta cuotas siendo la primera paga -según lo sancionó el Senado de la
Nación- y las siguientes descontadas todos los meses.

Tomo el resto de las apreciaciones del señor diputado. Creo que vamos hacia un sistema de
esa naturaleza, aunque quizás daría una discusión más profunda vinculada con la necesidad
de que todos los trabajadores argentinos gocen de los derechos de la seguridad social. A mi
juicio, ésa es la prioridad.

Reitero que son pocos casos y que la norma será muy clara. En el transcurso de estos años
hemos sido absolutamente transparentes en cada decisión tomada y en el ejercicio de los
derechos. La norma no es exclusiva sino inclusiva por naturaleza; no queremos abusos.

El otro día hice ciento ocho denuncias frente al fiscal Marijuán, treinta y siete de las cuales
apuntan a gestores que jubilaron como empleadas domésticas a personas que no
trabajaron como tales; el señor diputado Santín debe saber de qué hablo. Cuando
analizamos las bases de datos o visitamos las casas de esta gente, nos dimos cuenta de que
habían estafado al Estado. Habían ingresado en la moratoria como empleadas domésticas
pero nunca lo habían sido. En estos casos, a través de la Unidad Fiscal de Investigaciones de
la Seguridad Social -UFISES-, se hace la denuncia y se actúa penalmente contra el gestor.

Queremos evitar este tipo de situaciones. Por eso pedimos a los señores legisladores que
brinden las herramientas necesarias para que se pueda hacer justicia.

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Con respecto al grado de facilidad del trámite, estamos haciendo todo lo posible para que
sea sumamente sencillo. Como el SICAM es un aplicativo de la AFIP, le hemos pedido a ese
organismo que facilite el trámite. Lo está haciendo; la idea es que en las propias oficinas de
la ANSES se pueda hacer el trámite en forma sencilla. Haremos todo el esfuerzo posible; si
los señores diputados lo desean, en el marco de una reunión más operativa pueden
acercarse a nuestras oficinas para que les mostremos cómo se hará. Hemos reducido pasos
y reglamentaciones, porque la idea es que la gente se pueda jubilar desde Internet. De
hecho, muchos argentinos se jubilan todos los meses por ese medio.

Como bien sabe el señor diputado, es una lucha que estamos librando y que vamos a
profundizar porque no queremos que haya gestores. Hemos tenido amparos, denuncias
penales y una serie de otras situaciones ante las que dimos batalla en la Justicia. Vamos a
seguir por ese camino porque creemos que los derechos de los argentinos tienen que ser
ejercidos de manera fácil, sencilla y gratuita. Si alguien quiere recurrir a un gestor, será una
decisión voluntaria; incluso, quizás haya casos que lo ameriten.

Entiendo que al señor diputado Santín lo declararon persona no grata porque hacía
trámites jubilatorios en la zona de Moreno en forma gratuita. A nosotros también nos
denunciaron penalmente y nos declararon personas no gratas; incluso, de nuestras oficinas
nos hicieron sacar carteles que decían que no queríamos gestores, por considerarlos
agraviantes. De todas maneras, le encontramos la vuelta a la situación.

Queremos que los argentinos tengan la posibilidad de ser incluidos en un sistema


jubilatorio en forma sencilla y fácil. Les puedo asegurar que estamos trabajando muy fuerte
en esto; si los señores diputados quieren, están invitados a ver los avances en materia de
aplicativos.

Creemos que la ley es más que inclusiva. También digo al señor diputado, quien entiende
que el artículo referido a esta cuestión es complejo, que todos los parámetros para
determinar si una persona está en condiciones de jubilarse serán publicados de manera
clara. De la misma manera, precisaremos muy bien los objetivos; básicamente, que quienes
puedan pagar no estafen al Estado y aporten lo que corresponde. No les decimos que no se
jubilen. El artículo 75, inciso 23, de la Constitución Nacional es algo valorable de la sanción
de 1994.

SR. PRESIDENTE DIAZ ROIG Tiene la palabra la señora diputada Tundis.

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SRA. TUNDIS Señor presidente: comparto lo manifestado en el sentido de que esta ley tiene
fecha de vencimiento -o de muerte, por así decirlo-, mientras que la 24.476 sigue vigente y
permite a mucha gente, que quizás actualmente está trabajando, entrar en una moratoria
para jubilarse.

Es triste que esta moratoria, que tendría la misma finalidad que la anterior porque llegará
un momento en que a la gente no le va a alcanzar, para poder jubilarse con treinta años de
aportes, ingresar en la moratoria, no sirva a quienes ya de más grandes siguen aportando,
porque a ellos siempre los asesoramos sobre la importancia de aportar, aunque sea en el
marco de un monotributo promovido o social, si se trata de personas carenciadas.

En esta situación estamos enfrentando pobres contra pobres, jubilados que aportaron
durante toda su vida con personas que no tuvieron la posibilidad de hacerlo, ya sea porque
sus empleadores los obligaron a aceptar un trabajo en negro porque si no los despedían -o
sea que no les quedaban otra opción- o porque trabajaron como empleadas domésticas y
sus empleadores se negaron a reconocerlo. También hay casos, como bien se dijo, de
empleadas domésticas que están en una situación "importante"; es decir que cuando se
hace la correspondiente verificación, la realidad muestra que viven en una casa voluptuosa
y tienen como empleador a alguien que vive en una villa de emergencia.

Acepto que esto ocurre, pero no todo el mundo es así. No podemos decir que sucede lo
mismo con todas las personas que trabajaron como empleadas domésticas o en negro.
Muchos empleadores no las quieren reconocer por temor a que les pidan indemnizaciones;
entonces esas trabajadoras se encuentran con un trámite denegado, porque el propio
empleador se niega a reconocer que le prestaron servicios.

Quizás lo más sincero sería, tal como sucede en cualquier país avanzado del mundo, que
una persona pueda obtener automáticamente una pensión a la vejez cuando llega a cierta
edad, aunque no cuente con los aportes necesarios. Me parece que habría que reformular
las pensiones a la vejez, ya que en la actualidad únicamente se otorgan a quienes cumplen
70 años y no tienen familiares legalmente obligados a mantenerlos. Tal vez, deberíamos
hacer una reforma previsional en serio en todos sus aspectos.

No estoy en contra de la inclusión sino a favor de la gente. Entonces, bienvenido sea que la
ANSES utilice el SICAM. De todas maneras, sugiero que también se controle a los
organismos, porque fuera de ellos hay gestores y profesionales con sus tarjetitas esperando

17
que la gente vaya a sacar la clave fiscal para decirle que pase por su estudio. Como desde el
mismo organismo no hay control, sería bueno que se revea la situación para evitar que la
gente sea estafada.

Varios señores diputados hablan a la vez.

SRA. TUNDIS Estoy en contra, más allá de lo que digan, de los profesionales y de los
gestores que le quitan el dinero a la gente. Me parece extraordinario que la ANSES tome
como premisa hacer los cálculos, pero espero que proceda de igual forma cuando se trate
de un trabajador en relación de dependencia. Muchas veces -esto no es de ahora sino que
viene de antes-, frente al pedido de una persona que en algún período trabajó en relación
de dependencia, se niega a hacerle los cálculos en el SICAM... Pido a los señores diputados
que me escuchen, así como yo los escuché.

Por eso solicito que cuando existan períodos en relación de dependencia, la ANSES también
haga los cálculos en el SICAM. Quizás demore un poco más, pero se evitará que la persona
tenga que concurrir a gestores y profesionales.

Hechas estas consideraciones, quisiera exponer algunas dudas sobre el proyecto. La


primera es cómo debemos interpretar el artículo 1° que dice: "Los trabajadores autónomos
inscriptos o no en el Sistema Integrado Previsional Argentino (SIPA), y los sujetos adheridos
al Régimen Simplificado para Pequeños Contribuyentes (RS), en adelante
monotributistas...", cuando el artículo 4° establece que deberán estar inscriptos en la AFIP.

Si la inscripción será a partir del momento en que la persona pide la clave fiscal, pero el
cuarto párrafo del artículo 1° afirma que la adhesión al régimen de regularización no obsta
al pago de la deuda por los aportes que hubiese correspondido hacer entre el 1° de enero
de 2004 y el momento de la solicitud, mi duda es qué pasa entre 2004 y 2014, porque
obviamente la gente irá a inscribirse ahora. ¿Prescribe ese período o se cobra la deuda?

El proyecto de ley dispone, para el caso específico de los monotributistas, que deberán
pagar los montos devengados respecto del aporte jubilatorio. Como los monotributistas
pagan el impuesto a las ganancias y hacen aportes de la seguridad social, me gustaría saber
si quedarán limitados exclusivamente al pago de dichos aportes, porque si es así
obviamente la mayoría de la gente optará por el régimen monotributista cuando llegue el
momento de inscribirse en la AFIP, ya que la deuda será menor. Me parecería bien, porque
estamos hablando de personas carenciadas.

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Además, quiero saber cómo quedan los regímenes especiales en el caso de aquellos que
trabajan en tareas diferenciales: rurales, vinculadas con la construcción, la minusvalía,
etcétera.

En lo que se refiere a la pensión por invalidez, la norma dispone que se tendrán que
respetar los aportantes regulares o irregulares con derecho y, para el caso de las
pensionadas, que la persona fallecida deberá estar inscripta porque no se permitirá la
inscripción post mórtem. Me gustaría saber si a las pensionadas se les otorgará el derecho a
que paguen en cuotas, ya que hay fallos judiciales en ese sentido y no se puede estar por
encima de ellos con exceso de reglamentación. Quisiera saber qué pasará con estas
personas en aquellos casos en que la Justicia determinó que se les debe permitir ingresar
en la moratoria aunque el fallecido no esté inscripto. En suma, pregunto al licenciado
Bossio si en la reglamentación de la ley se considerarán estas pautas.

SR. PRESIDENTE DÍAZ ROIG Tiene la palabra el señor Bossio.

SR. BOSSIO Señor presidente: en primer lugar, no creo que la ley sea triste. Por el contrario,
pienso que es muy buena para muchos argentinos y que es toda definición política decir
que es triste.

En segundo término, la moratoria anterior tuvo dos grandes leyes. La primera fue la ley
25.994, que también tenía un espíritu transitorio de excepción de dos años. Siempre hemos
sido prudentes en cuanto a las excepciones; así lo demuestra la tradición de un organismo
que se ha reflotado durante todos estos años. Entendemos que un período de dos años es
suficientemente prudente como para incorporar 500.000 nuevos beneficiarios.
Eventualmente, después se evaluará si la excepción se profundiza o no.

El derecho está proclamado: en la Argentina, los hombres a los 65 años y las mujeres a los
60 años se pueden jubilar si cuentan con treinta años de aportes.

Ahora bien; los que fallecieron no se pueden inscribir. Como bien sabe la señora diputada
Tundis, hubo casos de este tipo; por eso se decidió incluir una disposición al respecto.

SRA. TUNDIS Que sea por fallos judiciales, nada más.

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SR. BOSSIO Por eso pedimos al Congreso, al poder que tiene la facultad de legislar, que
efectivamente nos dé la oportunidad de avanzar en este sentido. Queremos que las leyes se
cumplan, y con esta disposición no creemos estar violando ninguna norma constitucional.

Nunca dijimos que los casos que estamos exceptuando son la norma; son la excepción, pero
necesitamos que el Congreso homologue esta idea de justicia. No queremos -y ésta es una
posición política- que las personas con bienes lujosos o embarcaciones accedan a la
moratoria. Simplemente es eso y nos gustaría que todas las fuerzas políticas representadas
en el Congreso de la Nación ratifiquen esa postura.

Obviamente, se trata de una excepción. Cuando digo que hicimos ciento ocho denuncias y
que una parte de ellas se debió a situaciones que ya hemos descripto, efectivamente
estamos hablando de excepciones. Nuestra función es controlar todo.

Con respecto a los gestores que rondan las oficinas de la ANSES, solicito a la señora
diputada que me haga llegar todas las denuncias. Mes a mes aclaramos a cada jefe de
oficina o funcionario cómo proceder, pero hay acciones que no puedo llevar a cabo; por
ejemplo, restringir la libre circulación en la vereda de una oficina de la ANSES.

Recuerdo que fuimos a inaugurar una oficina en Quilmes y que a los dos días se habían
instalado gestores de un lado y del otro. No podemos prohibir que un abogado abra su
oficina. Tampoco podemos prohibir que en Córdoba y Cerrito -lo he visto caminando por
allí-, se entreguen volantes que dicen: "Jubílese gratis, sin aportes".

SRA. TUNDIS Yo lo denuncié públicamente.

SR. BOSSIO También nosotros lo denunciamos permanentemente, pero hay situaciones en


las que no podemos avanzar. No sé si soy claro.

Por otro lado, la señora diputada habló de una inconsistencia entre los artículos 1° y 4°. No
recuerdo bien la pregunta que hizo respecto de las fechas.

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SRA. TUNDIS El artículo 1° se refiere a los trabajadores autónomos o monotributistas
inscriptos o no en el sistema previsional, pero luego el artículo 4° señala que deberán estar
inscriptos en la AFIP para acogerse al presente régimen.

Además, el cuarto párrafo del artículo 1° dispone que la adhesión no obsta al cumplimiento
del pago de las deudas generadas a partir del 1° de enero de 2004.

SR. BOSSIO Lo primero que hay que hacer es inscribirse en la AFIP. Básicamente, ése es el
espíritu de la norma. Lo que vemos en el articulado son los pasos a seguir durante el
proceso de la moratoria. No hay ninguna inconsistencia. Lo que sí señalamos claramente
-porque ha ocurrido-, es que un fallecido no se puede inscribir.

SRA. TUNDIS Pero las deudas que se generen entre 2004 y 2014...

SR. FELETTI Esto no es un diálogo, señora diputada. A continuación, el director ejecutivo de


la ANSES responderá a su inquietud.

SR. BOSSIO Realmente, no entiendo bien la pregunta. No veo dónde hay una inconsistencia.

SRA. TUNDIS Pero no me dejan hablar.

SR. BOSSIO Una persona puede inscribirse y completar sus aportes como corresponde,
aunque sea en distintos momentos; pero lo primero que tiene que hacer es inscribirse en la
AFIP.

En cuanto al trámite para quienes trabajaron en ciertos períodos en relación de


dependencia, está previsto que la ANSES también se ocupe de esos casos. Además, alguien
que hizo aportes mientras estaba en relación de dependencia, puede completarlos como
autónomo. Si bien se restringió esta posibilidad desde 2007, está previsto que la
reglamentación la permita. Lo que pretendemos con los pasos establecidos en el proyecto
de ley es que la gente se pueda jubilar. Lo único que restringimos, y que mejoramos
respecto de la ley anterior, es que los fallecidos no se puedan inscribir.

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Reitero: lo primero que debe hacer una persona es inscribirse en la AFIP, obtener su
número de CUIL o CUIT y empezar el trámite en el SICAM.

Respecto de los regímenes diferenciales, siguen existiendo. Básicamente, éste es un


régimen de excepción. El objetivo de la ley es que la gente pueda jubilarse o pensionarse. Si
hablamos de un trabajador de la construcción o de alguien que realiza actividades
insalubres, los requisitos están contemplados en la propia ley. Ahora bien; si la persona no
cumple con dichos requisitos, entonces no se puede jubilar en el marco de ese régimen
diferencial.

Pido a la señora diputada que si tiene otra duda me la haga llegar por escrito para que
pueda contestarla; no hay ningún problema.

SR. PRESIDENTE DÍAZ ROIG Tiene la palabra la señora diputada Mendoza.

SRA. MENDOZA Señor presidente: en primer lugar, quiero fijar una postura clara. Como el
señor diputado Juan Carlos Díaz Roig, soy una de las autoridades de la Comisión de
Previsión y Seguridad Social.

He atendido a las exposiciones del señor diputado Santín y de la señora diputada Tundis,
con quienes siempre trabajamos en conjunto, y puedo decir que algunas cosas que dijeron
nunca las escuché en la comisión. Pido disculpas por decir esto, pero pareciera ser que en la
comisión somos todos pacíficos.

Brevemente quiero dar mi punto de vista como especialista en materia de seguridad social.
Vivimos en un país donde en parte nos estamos olvidando de la desocupación, de la gente
que no se pudo jubilar y de aquella que sí lo hizo pero sin aportar lo que correspondía.

No estoy dando un discurso para la televisión ni me interesa hacerlo. Lo que digo ya lo


sabemos todos, no solamente mis compañeros de Frente para la Victoria sino también la
señora diputada Mirta Tundis. ¡Cuántas veces charlamos sobre estos temas en la comisión!

Quiero plantear algunas cuestiones. En primer lugar, reitero, todo lo que se dijo en esta
reunión nunca lo escuché en la comisión.

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En segundo término, si bien es cierto que en ese ámbito muchas veces coincidimos luego
de debatir proyectos, me asombra que ahora algunos hablen para la televisión. Siempre
digo que prefiero ser un cuadro político y no un dirigente, porque el cuadro político -a
diferencia del dirigente- está en la calle y sabe lo que ocurre.

No me interesa sacarme una, dos o tres fotos ni mostrar qué pensiones contributivas ayudé
a obtener. Tampoco pregunto sobre colores políticos en mi provincia.

En tercer lugar, una vez más sancionaremos una ley que beneficiará a un sector muy
vulnerable. En este punto hablaré desde la experiencia cotidiana de una provincia del norte
argentino -la del Chaco-, pero lo que diré puede ser trasladado a muchas otras.

Esta moratoria, como las anteriores, beneficiará a sectores sociales; no sólo a sectores
vulnerables, porque la primera regla de la seguridad social es la universalización. El
proyecto en discusión permitirá que 500.000 personas que no tienen aportes y que no
están en el sistema porque de ellas no hay datos, puedan jubilarse.

Mucho se critica y hay ocasiones en que no podemos ponernos de acuerdo. Pero no se


trata de la oposición y el oficialismo; se trata de la razonabilidad, de la racionalidad. Desde
hace años se afirma que la ANSES es solamente de los jubilados. Digamos la verdad: la
ANSES no es sólo de los jubilados. Yo, por ejemplo, soy aportante pero todavía no me
jubilé.

No hay una única verdad; hay una realidad. Esta ley creo que es inclusiva. No hay que
pensar mucho; sólo tener en cuenta que ayuda a la universalidad. Cuando por Twitter o
Facebook me preguntan si considero que es mucho lo que gana un jubilado, debo
responder que no sé si es mucho o poco pero sí que antes esas personas no estaban
registradas. Gracias a una ley, a las jubilaciones se les aplica una movilidad dos veces al año.
¿Se puede mejorar? Por supuesto que se puede.

Mis dos jefes políticos, Néstor Kirchner en el cielo y Cristina Fernández de Kirchner, me
hicieron volver a la política siendo una profesional exitosa. Si alguien sospecha de un acto
de corrupción de Sandra Mendoza le pido que me denuncie; yo lo voy a estar esperando.

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Finalmente, debo decir con absoluta claridad que todas estas medidas en verdad son
parches. No me gusta mirar hacia el pasado, ¿pero quién no tuvo un familiar que quedó
desocupado durante cierta época o que la inflación le comió todo lo que tenía?
Recordemos que los empleadores tampoco tenían registros para reconocer a sus
trabajadores.

Pido un poco de serenidad a todos los diputados que trabajamos en el tema. Estos son
parches, pero llegará el día en que no tengamos que hacerlos más y podamos cambiar
nuestra ley de seguridad social. Todos coincidimos al respecto en la Comisión de Previsión y
Seguridad Social, ¿pero qué hacemos? ¿Dejamos solas a estas 473.000 personas?
¿Permitimos que continúen en la misma situación?

Agradezco a todos por haberme escuchado, y adelanto que votaré este proyecto de ley
levantando no una mano sino tres; una de ellas, por Cristina Fernández de Kirchner.

SR. PRESIDENTE DÍAZ ROIG Antes de continuar, la Presidencia hace un pedido a los señores
diputados. El dictamen de minoría tiene dos firmas en disidencia y además se ha
presentado un dictamen de minoría. Entonces, de ser factible, solicito que antes de las 20
horas se acerquen a la secretaría de la Comisión de Previsión y Seguridad Social a fin de que
dispongan del tiempo adecuado para perfeccionar los dictámenes y no haya problemas.

Asimismo, la Presidencia pide a los señores diputados que acoten al máximo sus discursos y
sean lo más precisos posible.

En principio, quedaría cerrada la lista de oradores luego de que hagan uso de la palabra los
diputados Lousteau, Pitrola, Stolbizer, Riccardo, Kosiner y Ciciliani.

Tiene la palabra el señor diputado Lousteau.

SR. LOUSTEAU Señor presidente: si bien desde nuestro interbloque saludamos el fin que
persigue este proyecto, tenemos algunos comentarios y preguntas para hacer.

Maximizar la cobertura e inclusive intentar universalizar las prestaciones del sistema


previsional, obviamente nos parece un objetivo adecuado. Nos parece muy bueno discutir

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sobre lo que constituye el principal elemento de redistribución de cualquier Estado
moderno.

Hoy damos por sentado el sistema de la seguridad social porque existe desde hace mucho
tiempo, pero representa el 77 del gasto social y casi el 40 por ciento del gasto primario.
Además, damos por sentado que existe incluyendo a aquellos que quedaron fuera de ese
esquema.

Considero sumamente importante recordar que cuando en Alemania surgieron por primera
vez los sistemas de seguridad social, Bismarck dijo algo así como: "Imaginen si nuestros
ancianos pudieran consumir en lugar de tirar piedras a los comercios." Si bien la medida es
importante, creo necesario discutir algunas cuestiones con un poco más de profundidad.

Pienso que el foco no está puesto en si las prestaciones nuevas son contributivas o no
contributivas, porque evidentemente la ANSES tiene un componente de ingresos
provenientes de Rentas Generales que habilita a quien consume cigarrillos o naftas -es
decir, directa o indirectamente combustibles- o paga IVA, aportar un porcentaje chiquito a
la jubilación de una persona. Esto justifica que exista la ampliación o la universalización no
sólo desde el componente de la solidaridad sino también desde la estricta equidad.

Sin embargo, creo que es importante que calibremos los montos para que el sistema sea
sustentable y miremos más en detalle algunas cuestiones.

En primer lugar, el superávit de la ANSES -las contribuciones de su sistema tributario-


proviene en gran medida del hecho de que en algún momento a un gobierno se le ocurrió
el disparate de crear un sistema de seguridad social de capitalización y no de reparto, que
era claramente incompatible con la estructura socioeconómica argentina. Entonces, en ese
momento se quitó a las provincias cerca del 15 por ciento de la masa coparticipable en
función de un montón de detracciones precisas en algunos tributos.

Cuando se reestatizó el sistema, nadie les pidió a las provincias que por favor hicieran un
esfuerzo porque antes, cuando el sistema era de capitalización, un montón de gente había
dejado de contribuir para pagar las jubilaciones actuales. Entonces, a partir de la
reestatización, todas esas contribuciones quedaron en la ANSES; pero nadie les preguntó a
las provincias si las querían de vuelta porque estaban pagando una transición que se había

25
deshecho. En gran medida, el sistema de la seguridad social será superavitario porque en su
momento las provincias hicieron un esfuerzo para algo que hoy no existe.

Tenemos que preguntarnos mucho más profundamente desde el punto de vista federal
cuál es el sistema de pensiones no contributivas o de universalización de las prestaciones
que todos queremos; son temas que creo no estamos tratando.

Consecuentemente mi primera pregunta es: si las provincias decidieran que no quieren


seguir contribuyendo con algo que ya no existe, ¿cuánto sería el superávit, o mejor dicho el
déficit, de la ANSES? Considero que esto es importante a futuro, ya que no debemos dar
por sentado que existirá siempre.

SR. FELETTI ¿Me permite una interrupción, señor diputado, con el permiso de la
Presidencia?

SR. LOUSTEAU Sí, señor diputado.

SR. PRESIDENTE DÍAZ ROIG Para una interrupción tiene la palabra el señor diputado Feletti.

SR. FELETTI Señor presidente: simplemente quiero decir al señor diputado que en el cálculo
también hay que computar el traspaso de las cajas jubilatorias de las provincias a la Nación.

SR. PRESIDENTE DÍAZ ROIG Continúa en el uso de la palabra el señor diputado Lousteau.

SR. LOUSTEAU Señor presidente: agradezco al señor diputado por su intervención, pero
debo decirle que tengo escrito un libro entero sobre ese tema donde además critico la
manera como se hizo la reforma del sistema previsional y explicó cómo entiendo que
debería haberse concretado. Hice los cálculos y tengo una muy buena base actuarial;
lástima que es de 2002, aunque se podría actualizar.

Por otra parte, el sistema de seguridad social es un cuerpo vivo. ¿Qué quiero decir con
esto? Que lo que toquemos hoy impactará no en la generación actual sino dentro de

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muchísimo tiempo. Tendrá su impacto no sólo en la próxima sino en muchas generaciones
durante varios siglos. Entonces, tenemos que actuar muy cuidadosamente.

A pesar de que nos estamos refiriendo al principal sistema de redistribución de cualquier


sociedad moderna, en la Argentina le tenemos una profunda falta de respeto y lo tocamos
permanentemente.

Daré algunos ejemplos. En 1994, hace veinte años, se decidió implementar un sistema de
capitalización. Se dio la discusión sin ninguna base actuarial profunda; las proyecciones
eran tan ridículamente optimistas y tan irrealistas que enseguida quedó demostrado que el
sistema era insustentable.

Luego, cuando aparecieron los problemas de competitividad, se bajaron las contribuciones


patronales de las grandes empresas, lo que por suerte se revirtió siete años después.

Más adelante se reestatizó el sistema y posteriormente hubo una moratoria; ahora, se


pretende implementar otra. En el medio, hace muy poco tiempo, se redujeron las
contribuciones de las pequeñas y medianas empresas.

Todo el tiempo estamos manoseando un sistema que, como dije antes, es un cuerpo vivo,
lo que acarrea consecuencias muy profundas en la sustentabilidad del sistema e impacta en
la sociedad como un todo, dado el peso que esta fenomenal herramienta de redistribución
posee.

Por otra parte, quisiera saber -porque no los he visto- si se realizaron cálculos actuariales a
largo plazo.

Asociado a este tema, pregunto por qué desde 2009 la ANSES no publica las estadísticas
trimestrales de la seguridad social. Necesitamos ese tipo de información para discutir de
manera más seria y rigurosa.

Además, ya que se mencionó el tema, quiero referirme a la sustentabilidad, no sólo


económica y financiera sino también social, del sistema previsional. Se puede diseñar un
sistema previsional extremadamente sólido desde el punto de vista de la sustentabilidad

27
-como la reforma de 1994-, excluyendo a todo el mundo de la posibilidad de tener una
prestación. De hecho, hoy los criterios para acceder a la seguridad social son los de aquella
reforma, que los hizo más estrictos. Es por ello que de vez en cuando, mucha gente queda
fuera de las prestaciones porque no puede cumplir con treinta años de aportes una vez
alcanzados los 60 o 65 años de edad, según corresponda.

La tasa de rentabilidad de un sistema de reparto -es decir, la tasa sustentable- equivale al


crecimiento real del PBI ajustado por la diferencia o el cambio de razón entre activos y
pasivos. No se puede brindar un retorno a los aportes o contribuciones que sea mayor sin
desfinanciar el sistema a largo plazo. Este es el problema que tienen todos los países del
mundo con sus sistemas previsionales.

¿Se conoce cuál es actualmente esa tasa en nuestro sistema comparada con aquella
referencia sustentable? Yo no la vi por ningún lado, y a esta altura de mi exposición debo
volver al problema de falta de información y de cálculos actuariales.

Por otra parte, quiero saber cuál es la tasa de retorno de alguien que entra en una
moratoria con respecto a la sustentabilidad del sistema. Lo digo desde el punto de vista
individual, porque se está poniendo un límite a los intereses o bien condonándolos.
Evidentemente, esto es muy redituable; si no fuera así, no existirían los fraudes
mencionados por el titular de la ANSES.

Asimismo, pregunto al licenciado Bossio qué ocurre con el sistema y no solamente con el
cálculo individual, que se basa en los aportes; recordemos que en estos casos no hubo
contribuciones patronales. A mi entender, todas estas cuestiones afectarán cada vez más la
sustentabilidad del sistema.

Por otro lado, consulto si se hizo un cálculo similar para la moratoria anterior en la cual no
se contempló la movilidad de las cuotas. Todos estos son elementos adicionales al sistema
que lo tornan, por lo menos, de dudosa sustentabilidad en el futuro para que pueda
continuar pagándose la prestación que corresponde no solamente a los jubilados de esta
generación sino también de la siguiente y de las subsiguientes; incluso, a los que aún no
han nacido.

Insisto en que tenemos un sistema con criterios tan restrictivos que las moratorias son
parches. Con esta moratoria se quiere incorporar al sistema a gente que quedó

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injustamente fuera, pero como la informalidad laboral alcanza a casi la mitad de los
trabajadores y el desempleo es muy alto, dentro de equis años -pongan el número que
quieran- tendremos exactamente el mismo problema.

Me encantan las discusiones sobre el sistema previsional, pero me gustaría que


debatiéramos sobre una base rigurosa y no poniendo parches de vez en cuando. Para eso
pienso que como mínimo hay dos cuestiones a tratar: primero, a esta altura resulta
llamativo que no exista un consejo actuarial del Estado. Considero que es un paso
ineludible crearlo, sobre todo porque tenemos esta propensión fantasiosa a manotear y
toquetear el sistema de previsión. Segundo, una vez que dispongamos de estos datos,
deberemos abocarnos a una reforma sustentable que incorpore a todos; es decir, que
universalice pero que no nos cree un problema futuro.

SR. PRESIDENTE DÍAZ ROIG Tiene la palabra el señor Bossio.

SR. BOSSIO Señor presidente: en cuanto a la cesión del 15 por ciento de la coparticipación,
recuerdo al señor diputado que el tema fue discutido en el Congreso de la Nación en 1992.

En la versión taquigráfica de aquel debate, uno de los más apasionados tanto en la Cámara
de Diputados como en la de Senadores, hay un párrafo, que considero el más lúcido
-rescatado hace unos años por el entonces procurador general de la Nación, Esteban Righi-,
perteneciente a Raúl Baglini, quien era diputado en aquella época. En ese párrafo, el
legislador señala claramente que ese 15 por ciento había llegado para quedarse hasta que
se rediscutiera el régimen de coparticipación federal.

Discutimos el asunto con algunas provincias, y en el libro al que hizo referencia el señor
diputado -que leímos y que, si no me equivoco, oportunamente formó parte de la
plataforma electoral de De Narváez- no figuran consideraciones legales al respecto. De
todas maneras, puedo decir que sin ese aporte del 15 por ciento la ANSES no podría pagar
jubilaciones ni pensiones a millones de argentinos que hoy tienen ese derecho.

Respecto de los análisis financieros sobre la sustentabilidad del sistema, aclaro al señor
diputado que fueron presentados a la Corte Suprema de Justicia de la Nación. De todas
formas, con todo gusto le puedo hacer llegar los comentarios. Igualmente, le sugiero al
señor diputado Lousteau que lea la versión taquigráfica de aquella sesión y conozca las
expresiones de los representantes de todas las provincias que adhirieron a ese pacto.

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Fundamentalmente le recomiendo que lea sobre el origen de esa ley, que no tiene nada
que ver con la estatización de los fondos de las AFJP. Todo quedó asentado en la discusión
del año 1992; el régimen se instrumentó en 1994.

SR. LOUSTEAU El equivalente al resto...

Varios señores diputados hablan a la vez.

SR. PRESIDENTE DÍAZ ROIG Señor diputado Lousteau: el licenciado Bossio ya contestó a sus
preguntas.

La Presidencia solicita a los señores legisladores que circunscriban el debate a esta


iniciativa, porque si no entraremos en una discusión sobre el sistema previsional en
general.

Si se me permite, diré algunas palabras al señor diputado Lousteau, a quien estuve a punto
de dar una ficha de afiliación para invitarlo humildemente a que vuelva a nuestro partido
luego de escuchar su discurso.

Creo que el tema de la coparticipación algún día se va a discutir en el Congreso; de todas


formas, como fue traído a colación, quiero dejar firmemente planteada mi opinión.

La Nación no es una entelequia; tampoco es que se queda con un porcentaje. La Nación


tiene dos componentes físicos: el territorio y la población. Los millones de jubilados de
quienes estamos hablando están en las provincias argentinas. Entonces, se trata de un
problema de afectación.

Por otro lado, desde mi humilde óptica, la coparticipación no puede ser considerada un
contrato sinalagmático; no puede ser vista como un do ut des. Debe respetar otros
principios, uno de los cuales es la equidad, que debe tener en cuenta las discrepancias. Me
parece importante aclararlo porque si no pareciera ser que el financiamiento del sistema se
basa en el perjuicio a las provincias, cuando en realidad es todo lo contrario.

Pido disculpas por la digresión...

30
SR. LOUSTEAU Si el señor presidente me permite, hice cuatro preguntas pero el licenciado
Bossio no contestó ninguna.

SR. BOSSIO Pido la palabra, señor presidente.

SR. PRESIDENTE DÍAZ ROIG Tiene la palabra el señor Bossio.

SR. BOSSIO Señor presidente: acercaremos al señor diputado Lousteau todas las
presentaciones hechas ante la Corte Suprema de Justicia de la Nación, donde figuran los
cálculos financieros y los aspectos legales que tienen que ver con esta discusión que es
realmente apasionante.

Volviendo a lo que decía el señor presidente, el criterio devolutivo se expresa claramente


en ese 15 por ciento que está en manos no de la ANSES sino de argentinos -cordobeses,
formoseños, correntinos- a partir de derechos y reglas que tienen criterios distributivos
muy claros. La inclusión jubilatoria permitió, por ejemplo, que en la provincia de Corrientes
se duplique la cantidad de jubilados y pensionados. Claramente, está en manos no del
gobierno de esa provincia sino en los correntinos; la diferencia entre ambos conceptos es
muy grande.

Invito al señor diputado a ver el criterio devolutivo de ese 15 por ciento porque es muy
interesante. Si lo desea, podemos profundizar sobre el tema en otro momento.

En lo que se refiere a los cálculos actuariales, como antes no existía en la ANSES hemos
formado un equipo de actuarios. Hicimos un trabajo con la Universidad de Buenos Aires,
pero quedó desactualizado. Como los datos de 2002 y de 2009 -al que hizo mención el
señor diputado- quedaron desactualizados, generamos un sistema para cargarle variables
permanentemente y luego hacer los cálculos actuariales. Invito al señor diputado a que se
reúna con los actuarios de las ANSES y vea toda la información vinculada con la
sustentabilidad y las tasas de retorno.

La información está disponible en el sitio web de la ANSES; si no, puedo hacérsela llegar al
señor diputado a su despacho. Queremos subir más informes a la web y pronto haremos

31
otras presentaciones; éste es un gobierno abierto y desea que puedan contar con todos los
datos.

Respecto a la sustentabilidad del sistema, este Congreso aprobó la posibilidad de que los
ahorros de los argentinos vuelvan a ser administrados por el Estado. Como bien dijo el
señor diputado, el nuestro es un sistema contributivo asistido donde el 55 por ciento -o tal
vez más, dependiendo del mes- son aportes y contribuciones. El resto son tributos; por
ejemplo, aquel 15 por ciento. Es decir que cualquier argentino que va al supermercado está
aportando al pago de jubilaciones, de pensiones, de la Asignación Universal por Hijo y del
salario familiar, ya que como dije antes el sistema es contributivo asistido.

Además contamos con un fondo; las actas están en Internet y hemos venido más de veinte
veces al Congreso de la Nación a explicar cada decisión de inversión. Tenemos más de
400.000 millones de pesos en activos que han sido invertidos prudentemente, con criterio y
sin ningún tipo de especulación, porque el objetivo es que crezca la rentabilidad y logremos
algo que para nosotros es central: la generación de trabajo.

Por otro lado, se crearon programas que han llegado a todos los puntos de la Argentina Por
ejemplo el Procrear, que es absolutamente transparente porque no le damos un crédito a
dedo a nadie. Gracias a este programa, las familias pueden construir su vivienda con un
crédito a pagar en veinte o treinta años.

Si se me permite, daré un dato para demostrar la sustentabilidad del sistema: 43.000


familias terminaron su casa. ¿Sabe el señor diputado cuántos morosos hay? Sólo veintidós.
Como recibimos un escrito en forma de denuncia de algunos diputados, me parece
importante debatir estas cuestiones en profundidad. Hablamos de inversiones seguras,
confiables y rentables que tienen un objetivo: generar trabajo.

La ley es clara; buscamos no sólo rentabilidad sino también creación de puestos de trabajo
de acuerdo con las inversiones y la capacidad del fondo. Estos objetivos se fueron
cumpliendo; por lo menos, así lo creemos nosotros.

Finalmente, reitero al señor diputado que le haremos llegar la información actuarial.

SR. PRESIDENTE DÍAZ ROIG Tiene la palabra el señor diputado Pitrola.

32
SR. PITROLA Señor presidente: en honor a su pedido de brevedad y de referirnos
puntualmente al proyecto de ley, en este momento crucial que atravesamos los argentinos
como consecuencia de la crisis con los fondos "buitre", no entraré en el debate sobre la
sustentabilidad futura. Es decir, de usar los fondos de sustentabilidad de la ANSES para
transferir la deuda pública argentina desde la banca acreedora internacional a nuestros
jubilados presentes y futuros.

Hablaré concretamente de la iniciativa que estamos aprobando. Digo "aprobando" porque


estamos firmando en disidencia parcial el dictamen recaído en un proyecto de ley que no
quisiéramos tratar. Este es el tema.

Haré referencia a dos conceptos antes de hacer una pregunta al licenciado Bossio. Primero,
en efecto estamos poniendo un parche a un sistema previsional brutalmente afectado
debido a que cerca del 35 por ciento del empleo en la Argentina es informal.

Recientemente discutimos en la Cámara de Diputados un proyecto de ley -que recibió


sanción definitiva- llamado "de blanqueo" o "de registración laboral" que, en realidad, es
un incentivo al empleo con rebaja de aportes patronales; pero no tiene nada que ver con
un blanqueo. Para atacar draconianamente este problema que desfinancia a la ANSES y nos
lleva a sucesivas moratorias, en su momento suscribimos un dictamen de minoría para dar
garantía de estabilidad a todo trabajador informal que denuncie su situación y pueda ser
inmediatamente formalizado. La nuestra era, en definitiva, una iniciativa que atacaba de
raíz el problema del empleo informal que se ha hecho crónico en la Argentina.

Naturalmente, como ya se dijo, hay que sumar no sólo al desocupado sino también a todos
los beneficiarios de planes sociales que como no tienen aportes previsionales son
candidatos de futuras moratorias. Esta es la situación estructural en que nos encontramos.
Luego, el texto de aquel dictamen fue transformado en un proyecto de ley.

Segundo, pienso que hay un problema de concepto. Somos clásicos -en este punto
disentimos con el señor diputado Santín- respecto de la herencia ideológica de aquellos
sindicatos que en 1924 fueron a la huelga general por el mantenimiento del aporte patronal
para la jubilación, que luego se transformó en el aporte conjunto obrero patronal y
finalmente se generalizó -no digo "universalizó" sino "generalizó"- en la caja de jubilaciones
en tiempos del primer gobierno de Perón.

33
Somos clásicos y consideramos la jubilación como un salario diferido. Ese concepto se está
perdiendo, pero no estamos dispuestos a cejar en la lucha porque no queremos terminar
en una pensión asistencial ciudadana a la tercera edad. O sea, en una asistencia de pobreza
en lugar de respetar el derecho de percibir una jubilación, que da el derecho de trabajar y
haber aportado, desde aquel aporte conjunto obrero patronal al salario diferido que
nosotros consideramos que es la jubilación.

Pretendemos una Argentina -y luchamos en conjunto para lograrlo- de pleno empleo


formal que pueda recuperar el 82 por ciento móvil sobre estas bases.

Nuestra disidencia sobre este aspecto -que creo coincide con otra que se ha planteado- se
basa en el artículo 3°. No estamos de acuerdo con que esté en manos de la arbitrariedad de
un funcionario y de una reglamentación futura que no conocemos la decisión sobre quién
puede recibir el beneficio.

Creemos que no se ha encontrado una fórmula para evitar la estafa al fisco y que habrá
arbitrariedades en los casos de aquellas personas que, si bien poseen una propiedad, no
tiene con qué vivir. Estamos llenos de casos en los que contar con una propiedad
corresponde a una situación social pasada.

Otra disidencia tiene que ver con el importe. De hecho, plantearemos un nuevo artículo
para que se vincule el salario promedio actual de los argentinos -que no es el mejor, pero
existe- porque la jubilación promedio está muy lejos del 82 por ciento de dicho salario. Se
ha desvinculado completamente la lucha por esta conquista histórica, razón por la cual
traduciremos esta idea en un artículo.

En relación con el financiamiento, advertimos que nada se dice en el proyecto. A nuestro


juicio hay que volver a los aportes patronales, que fueron rebajados en los años noventa y
nunca más cambiaron, igual que tantos otros aspectos del sistema previsional excepto la
nacionalización de las AFJP.

Asimismo, deberíamos contar con el impuesto a la renta financiera y los gravámenes


progresivos al capital que fueran necesarios para afrontar el gasto derivado de los artículos
que proponemos en disidencia.

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Finalmente, pido al licenciado Bossio que nos saque definitivamente la siguiente duda: este
aumento del padrón, ¿afectará la movilidad jubilatoria? Creemos que no, pero queremos
escucharlo de su propia boca porque hemos suscripto en disidencia el dictamen de
mayoría.

SR. PRESIDENTE DÍAZ ROIG Tiene la palabra el señor Bossio.

SR. BOSSIO Señor presidente: efectivamente, no se modifica ni afecta la movilidad


jubilatoria. Está expresamente indicado en el proyecto de ley que quienes se jubilen a partir
de la moratoria no afectarán el cálculo previsto en la Ley de Movilidad de las Prestaciones
del Régimen Previsional Público.

De acuerdo con los registros del sistema, los 9.500.000 trabajadores que aportan y
contribuyen a la ANSES percibieron en julio un ingreso promedio cercano a los 11.600
pesos, mientras que los jubilados en relación de dependencia con treinta años de aportes
se jubilaron ese mes con un haber promedio de 8.760 pesos. Si el señor diputado lo desea,
luego puedo acercarle el dato preciso. Eso se debió a que la ley de movilidad jubilatoria
permitió que en la actualización de las nuevas jubilaciones se pudiera hacer un cálculo y
una relación de sustitución mayor. Aclaro que me estoy refiriendo a los nuevos jubilados y
que el sistema que quiere el señor diputado es el mismo que deseo yo: aportes
permanentes, pleno empleo y sistema contributivo sin informalidad laboral.

Cuando uno excluye la moratoria, la relación entre el salario y el haber medio del sistema
está entre el 65 y el 63 por ciento. Queremos superar esos niveles, porque lógicamente la
existencia de trabajadores formalizados mejorará la situación y nos ayudará a volver a una
relación entre activos y pasivos que no sólo haría más sostenible el sistema sino que
tornaría real el escenario recientemente planteado por el señor diputado.

Ocupa la Presidencia el señor presidente de la Comisión de Presupuesto y Hacienda,


diputado Roberto José Feletti.

SR. BOSSIO Tenemos que trabajar en este tema. Si bien en algunas cuestiones ya lo hemos
hecho, en este caso es necesaria mucha madurez de todo el Estado; y cuando digo esto me
refiero a todos.

35
SR. PRESIDENTE FELETTI Tiene la palabra la señora diputada Stolbizer.

SRA. STOLBIZER Señor presidente: en primer lugar, normas como ésta o como la anterior
que amplían derechos siempre son bienvenidas en este Congreso. Ese es el fundamento
principal de nuestro voto afirmativo a esta iniciativa.

En segundo término, compartimos varias cuestiones planteadas recientemente por el


director ejecutivo; fundamentalmente el criterio de inclusión, que llevo a la ANSES a
establecer ese número de 473.000 jubilados mencionado por el licenciado Bossio.

La primera pregunta es por qué razón ciertos aspectos no están incluidos en el proyecto de
ley. El artículo 3° es tan abierto que da lugar a una aplicación discrecional de la norma o,
por lo menos, que no está puntualizada y restringida a los criterios mencionados. Entiendo
que la ANSES los tiene muy en claro, porque si llegó a un número tan concreto como el
brindado significa que todo ya se puso en marcha. Por eso quisiera saber si existe la
posibilidad de incorporar esos criterios en el artículo 3° del proyecto.

La segunda pregunta se vincula con algo que todos debemos advertir: el retraso que
presenta la fórmula de movilidad, que por supuesto no refleja los cambios del corto plazo
tanto respecto de la inflación como del nivel de actividad. Puntualmente quisiera saber si se
consideró introducir alguna reforma en la fórmula.

Si tomamos el coeficiente del 11,31 por ciento aplicado a los haberes de marzo de este año,
cobrados en abril, notaremos que fue confeccionado a partir de los datos de recaudación y
de salario del segundo semestre del 2013. Es decir que se pagó en abril con una base de
datos que ya contaba con tres meses de antigüedad y en un contexto de alta inflación. No
olvidemos además que la posterior devaluación ocurrida en enero no fue captada por la
movilidad liquidada en abril. Esa devaluación recién será registrada en el coeficiente que se
aplique a los haberes de septiembre, que la ANSES liquidará en los primeros días de
octubre. Entonces, estamos hablando de una actualización realizada nueve meses después,
con el consiguiente deterioro del poder adquisitivo de esa jubilación.

Por eso, como dije antes, quisiera saber si se introducirá alguna reforma a esa fórmula.
Junto con esta inquietud me gustaría plantear otra: si está previsto algún reajuste puntual y
específico en los haberes mínimos para compensar las pérdidas que sufren los jubilados.

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SR. PRESIDENTE FELETTI Tiene la palabra el señor Bossio.

SR. BOSSIO Señor presidente: la respuesta a la primera pregunta es que no quisimos hacer
una ley reglamentarista. Por el contrario, procuramos considerar la expresión política del
Congreso de la Nación de tener un criterio de justicia, de tratar de ser lo más inclusivos
posibles y de restringir los casos particulares a los que ya me referí. En verdad, aquí se ha
discutido sobre un grupo de muy poca gente, que es la que puede pagar la moratoria y
acceder a una jubilación, porque el universo más significativo es el de los que no cuentan
con ningún tipo de ingreso.

La reglamentación será muy clara y los señores diputados podrán conocerla. La base de
datos de la ANSES contiene casi a la totalidad de los adultos mayores. Lo que hicimos
básicamente fue simular una liquidación con estas pautas, y el número obtenido fue algo
superior a 473.000 jubilados y pensionados.

La ley de movilidad previsional ha dado muy buenos resultados, no sólo para los nuevos
jubilados sino para todos ellos. Si comparamos los doce aumentos jubilatorios, no hay duda
de que en términos reales el haber creció de manera significativa.

Por otra parte, quiero hacer dos aclaraciones a la señora diputada. Primero, nosotros
pagamos las jubilaciones por adelantado. Hasta 2003 se abonaban a mes vencido, pero hoy
se lo hace por adelantado. Es decir que las jubilaciones de marzo se pagan en marzo y con
los aumentos de marzo. Luego, los aumentos que la señora diputada dice que son para
septiembre no se hacen efectivos en octubre sino en septiembre. Me parece bueno
aclararlo porque es un esfuerzo que el Estado realiza desde fines de 2003 o principios de
2004 -tarea que terminó en 2005-, para adelantar el calendario de pagos a fin de que los
jubilados puedan cobrar por adelantado.

La movilidad previsional ha dado buenos resultados. Si analizamos el ritmo de crecimiento,


advertiremos que en el último semestre fue del 17,21 por ciento. Si anualizamos ese ritmo,
entendemos que supera el 37 por ciento.

Cuando comparamos alguno de los doce aumentos que tuvieron lugar desde que se
sancionó la ley con cualquier índice -salarial, de trabajadores estables o el que los señores
diputados prefieran- nos encontramos con que, excepto en marzo, el aumento semestral

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siempre ha sido mayor. Entonces me parece que es una buena ley la que aprobó el
Congreso de la Nación.

SR. PRESIDENTE FELETTI Tiene la palabra el señor diputado Riccardo.

SR. RICCARDO Señor presidente: no quiero abundar en consideraciones que ya hicieron


diputados preopinantes. Creo que siento el mismo gusto que ellos de estar discutiendo una
iniciativa que busca mayor inclusión social y mayor cobertura previsional. No tengo
preguntas para el licenciado Bossio; podemos coincidir en mayor o menor medida con sus
manifestaciones, pero ha sido claro.

En aras a la brevedad, también yo me centraré en el proyecto de ley; no porque no haya


aspectos controvertidos para discutir, como la discrecionalidad que permite el artículo 3° o
la necesidad de una reforma integral del sistema previsional -sobre la que en algún
momento me gustaría debatir-, sino porque considero que en esta ocasión estamos
analizando una iniciativa que es una excepción.

Como se dijo en varias oportunidades, uno de los objetos es contemplar la situación de los
sectores más vulnerables, que integran el primero, segundo y tercer decil en la
presentación realizada por el licenciado Bossio.

Al igual que otros diputados, sin perjuicio de las objeciones que pueda tener sobre algunos
aspectos discutibles del proyecto de ley -que creo deberán ser analizados en el marco de un
debate más amplio-, he decidido suscribir el dictamen de mayoría en disidencia y proponer
la inclusión de un nuevo artículo fundamentado en el mismo espíritu de inclusión y de
atención a los sectores más vulnerables. Es muy claro y lo traje redactado, para que no sea
simplemente una expresión de deseos y pueda ser considerado. Solicito a los señores
diputados que en este ámbito de importante consenso, matizado por diferentes visiones
sobre los alcances de la ley, el artículo que propongo sea incorporado al dictamen de
mayoría o bien considerado durante la discusión en el recinto.

Este artículo está dirigido específicamente a aquellos trabajadores -que no serán el ciento
por ciento de los que abarca el proyecto- representados en los deciles de alta
vulnerabilidad y que prestaron servicios al Estado en forma de planes sociales; o sea que
volcaron el fruto de su trabajo -hablo de trabajo en sentido humano y no jurídico- a los
estados nacional, provinciales o municipales.

38
Si se me permite, daré lectura del mencionado artículo para que se entienda de qué hablo y
también para que los señores diputados adviertan que su incorporación no tendría una
incidencia presupuestaria significativa.

Técnicamente se trata de una disidencia, pero en los hechos se traduce en una propuesta
para incluir el siguiente texto como artículo 6° bis: "Cuando el trabajador incluya entre los
períodos con deuda a regularizar algunos en los que hubiese sido beneficiario de un plan
social, que exigiese prestaciones de servicios personales a favor del Estado nacional,
provincial o municipal, se le liquidará un 40 por ciento de esa deuda a su cargo y un 60 por
ciento restante será asumido por la dependencia del Estado que se benefició con tales
servicios."

Ocupa la Presidencia el señor presidente de la Comisión de Previsión y Seguridad Social,


diputado Juan Carlos Díaz Roig.

SR. RICCARDO Para que se entienda, estamos hablando de muchos trabajadores que serán
alcanzados por esta norma y que por años volcaron su trabajo en el Estado. Por cierto, la
vulnerabilidad social está representada por el hecho de que durante el tiempo en que
debieron aportar -buscando acogerse al beneficio de esta ley- volcaron sus servicios a los
estados nacional, provinciales o municipales.

Son muchas las vicisitudes y circunstancias -a veces aleatorias e injustas- por las que una
persona pasa a lo largo de su vida y sin lugar a dudas es nuestra misión considerarlas. Por
ese motivo, porque ése es su espíritu, apoyamos este proyecto de ley; sabemos que es
posible reparar casos indiscutiblemente atendibles.

A ojo de buen cubero, y como dije antes, puedo afirmar que la incidencia presupuestaria no
es significativa. Entiendo que a través de la política debemos reparar ciertas situaciones con
estricta justicia, porque no se trata de un trabajador que tuvo un taller sino de aquellos que
durante años dedicaron su esfuerzo no sólo físico sino también psicológico y familiar en
beneficio del Estado. Esto está planteado con absoluta transparencia y sin dobles discursos.

Cada uno de nosotros está atravesado por la realidad de su territorio; creo que en todas las
provincias, en alguna medida, pasa lo mismo. Los planes sociales han sido el resultado de la
vulnerabilidad, de una situación social y económica indeseada de la Argentina. Pero
también es una realidad que durante años -a veces más de una década, como ocurre en mi

39
provincia- miles de trabajadores sirvieron al Estado en forma regular levantándose a las 7
de la mañana, cumpliendo ocho o diez horas de trabajo y desarrollando tareas que en
varias ocasiones reemplazaban las realizadas por empleados públicos, situación que sería
objeto de otra discusión. En síntesis, hablamos de una forma de ajuste del Estado que
realmente debemos tratar de reparar.

A mi juicio, es una medida que se enmarca dentro de la excepcionalidad de la ley, hecho


que admitimos al momento de discutir y apoyar la iniciativa.

Solicito encarecidamente a los señores diputados que podamos fijar 60 y 40 por ciento.
Como verán, son cifras muy parecidas a los porcentajes de contribución que la patronal
debiera hacer de acuerdo con la relación actual: estrictamente, 57,5 por ciento y 42,5 por
ciento. Es una forma de representar en números entendibles para toda la sociedad la
reparación, a través de la política, de una situación que ningún trabajador hubiera querido
atravesar.

Desde el punto de vista técnico, mi pensamiento ha quedado plasmado como una


disidencia; pero preferiría acordar con los demás señores diputados la incorporación de
estas modificaciones en el dictamen de mayoría. Si ello no fuera posible pediré
oportunamente el agregado de un nuevo artículo, que sería el 6° bis.

Para que no queden dudas, propongo que el 60 por ciento de la deuda contabilizada
durante el período de prestación de servicios a través de planes sociales -no me refiero a
toda la deuda sino sólo al período en el que la persona efectivamente prestó servicios al
Estado- sea asumido por la dependencia específica; es decir Estado nacional o estados
provinciales o municipales.

No tengo en este momento otras objeciones al articulado del dictamen de mayoría recaído
en el proyecto de ley en tratamiento.

SR. PRESIDENTE DÍAZ ROIG Tiene la palabra el señor Bossio.

SR. BOSSIO Señor presidente: ante todo, debe quedar en claro que se está hablando de un
acto voluntario de la provincia. El Estado nacional no puede tener contratados de esa
naturaleza; de hecho, no los tiene. Lo que sí puede ocurrir es que una persona reciba un

40
plan social del Estado nacional no contributivo, en cuyo caso podrá ingresar en el régimen;
pero debe quedar en claro que no es un trabajador en relación de dependencia del Estado
nacional.

Respecto de las provincias que quieran adherir y, en definitiva, hacerse cargo de la deuda
efectiva de quien dio una prestación, es una sugerencia que se podría hacer a las
Legislaturas provinciales. Desconozco la situación particular de San Luis, en donde
lamentablemente muchas veces se encubren determinadas figuras laborales de naturaleza
abusiva que, en definitiva, terminan perjudicando al Estado.

Lo que el señor diputado pide es una situación de reparación, que a mi entender no debería
ser incorporada en esta norma pero sí quizás discutirse en otra oportunidad. De todos
modos, estudiaremos la propuesta.

SR. PRESIDENTE DÍAZ ROIG Tiene la palabra la señora diputada Ciciliani.

SRA. CICILIANI Señor presidente:...

SR. SALINO Pido la palabra.

SR. PRESIDENTE DÍAZ ROIG La lista de oradores se ha cerrado y usted no está anotado,
señor diputado.

SR. SALINO Si el director ejecutivo de la ANSES dice que en mi provincia hay actitudes
abusivas, tengo que pedir el uso de la palabra.

SR. PRESIDENTE DÍAZ ROIG La Presidencia lo anotará en la lista de oradores, pero el señor
Bossio no hizo tal referencia.

Continúa en el uso de la palabra la señora diputada Ciciliani.

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SRA. CICILIANI Señor presidente: en primer lugar, expreso mi satisfacción por esta
oportunidad para debatir sobre un proyecto tendiente a incluir más beneficiarios en el
sistema previsional. Sabemos lo que ello significa no sólo en términos de ingresos sino
también de la prestación brindada por el PAMI, que tiene un alto significado para los
jubilados y pensionados.

Segundo, agradezco la presencia del director ejecutivo de la ANSES en la Cámara de


Diputados y esta posibilidad de dialogar con él.

Hechas estos comentarios, quiero hacer algunas preguntas al licenciado Bossio. Por un lado,
me gustaría conocer la estructura porcentual de los ingresos de la ANSES desde 2011 y, por
el otro, cuáles fueron en el mismo período las erogaciones del organismo en prestaciones
previsionales, discriminadas por jubilaciones, pensiones ordinarias, moratoria, cajas
provinciales y ex combatientes de Malvinas.

También quiero referirme a algunas inquietudes planteadas por el señor diputado


Lousteau. Como el director ejecutivo de la ANSES sabe soy de Santa Fe, provincia que se
presentó ante la Corte Suprema de Justicia de la Nación para reclamar la devolución del 15
por ciento detraído de la coparticipación. Como se hizo una presentación conjunta con los
exgobernadores Reutemann, Obeid y Binner, me gustaría conocer el descargo realizado por
la Nación ante el máximo tribunal.

SR. PRESIDENTE DÍAZ ROIG Tiene la palabra el señor Bossio.

SR. BOSSIO Señor presidente: la información que pide la señora diputada la puedo acercar
después porque no la tengo conmigo; básicamente, el 55 por ciento corresponde a aportes
y contribuciones y el resto a tributos.

Los niveles de gasto e inversión de la ANSES figuran en el sitio web. De todos modos,
enviaré al despacho de la señora diputada una copia de esos datos.

SRA. CICILIANI No encontré la información que solicito en el sitio web; sólo tengo hasta
2010.

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SR. BOSSIO Se la acerco, señora diputada. De todos modos, tiene que estar publicada en el
sitio web.

SRA. CICILIANI Entonces, haré el pedido al señor presidente de la Comisión de Previsión y


Seguridad Social.

SR. BOSSIO Con respecto a la presentación efectuada por la provincia de Santa Fe, tengo
entendido que solamente hicimos un descargo por otra realizada por la provincia de
Córdoba, ya que el juicio de la primera no avanzó en los mismos niveles que lo hizo la
segunda. Igualmente, los planteos son similares.

Tuvimos una charla muy sincera con el gobernador, a quien le presentamos todos los
números de la Administración Nacional de la Seguridad Social y cuánto implica ese 15 por
ciento. También le mostramos, y si la señora diputada quiere puedo acercarle la misma
información, los recursos que vuelca la ANSES no al gobierno provincial sino a los
santafesinos.

El criterio evolutivo es más que interesante. De hecho, responde casi a las pautas
poblacionales. De cada 100 pesos que invierte la ANSES, sólo 2 -o algo menos- son para la
administración del organismo, mientras que los 98 pesos restantes se traducen en
transferencias directas para satisfacer derechos. Reitero que no preguntamos a la gente si
nos vota, si no nos vota, si nos quiere, si no nos quiere, si vive en Santa Fe, si la provincia
inició juicio contra la ANSES o si vive en Córdoba. Hablamos de derechos establecidos en la
Constitución Nacional, de normas sancionadas por el Congreso y reglamentadas por el
Poder Ejecutivo que alcanzan todos los puntos de la Argentina.

Puedo asegurar que el 15 por ciento que reclaman los santafesinos está en sus propias
manos; no en manos del gobierno de la provincia. Me parece que estos datos contribuyen a
una discusión mucho más fructífera.

Es bueno que los señores legisladores sepan qué ocurriría si no dispusiésemos de ese 15
por ciento. La gravedad institucional que podría sufrir la administración por lo que
significan ese 40 por ciento del presupuesto y la obligación de efectivizar 17 millones de
pagos todos los meses, merece ser tenida en cuenta. Por ello acercaré toda la información a
la comisión para que la señora diputada pueda contar con ella.

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SR. FELETTI Si el señor presidente me permite, quiero hacer una aclaración.

SR. PRESIDENTE DÍAZ ROIG Para una aclaración tiene la palabra el señor diputado Feletti.

SR. FELETTI Señor presidente: formalmente, las presentaciones ante la Corte Suprema de
Justicia las lleva adelante el Ministerio de Economía y Finanzas Públicas porque son casos
de controversia coparticipacional. De todos modos, agradezcamos la predisposición del
director ejecutivo de la ANSES de acercar la información.

SR. PRESIDENTE DÍAZ ROIG La Presidencia informa a los señores diputados, y en particular a
la señora diputada Ciciliani que planteó la inquietud, que la comisión está abierta para
recibir todo pedido de información y transmitirlo inmediatamente a quien corresponda.

El último legislador anotado en la lista de oradores es el señor diputado Kosiner. En cuanto


al reclamo del señor diputado Salino, la Presidencia entiende que ha interpretado mal las
palabras del director ejecutivo de la ANSES. Cuando lea luego la versión taquigráfica lo
podrá comprobar.

Para evitar una discusión, como está cerrada la lista de oradores, el señor diputado podrá
plantear su discrepancia en el recinto.

SR. SALINO ¿No me va a dar el uso de la palabra ahora, señor presidente?

SR. PRESIDENTE DÍAZ ROIG La lista de oradores está cerrada; pero se la daré después, señor
diputado...

SR. SALINO El director ejecutivo de la ANSES dijo que lamentablemente en la provincia de


San Luis hay figuras laborales abusivas.

SR. PRESIDENTE DÍAZ ROIG No es así, señor diputado; no quisiera que entremos...

44
SR. BOSSIO Si se me permite, dije que lamentablemente hay provincias... No hice
referencia...

SR. SALINO Nombró a la provincia de San Luis, lo que me pareció soberbio y despectivo.

Varios señores diputados hablan a la vez.

SR. PRESIDENTE DÍAZ ROIG Quienes se encuentran cerca de mí escucharon igual que yo. El
licenciado Bossio dijo que no sabía cómo era la situación en San Luis, que no es lo mismo
que el señor diputado interpretó. De todas maneras, veremos la versión taquigráfica.

Tiene la palabra el señor diputado Kosiner.

SR. KOSINER Señor presidente: agradezco la presencia del director ejecutivo de la ANSES,
licenciado Bossio, en esta reunión plenaria de las comisiones.

Plantearé algunas cuestiones políticas generales para explicar el sentido de nuestro voto
-que obviamente será por la afirmativa- cuando se trate este proyecto en el recinto.

Dentro de las tantas situaciones que este proyecto político tuvo que recomponer en la
Argentina, sin duda está la del sistema previsional. Este no es un dato menor.

Creo que conviene repasar algunos aspectos. Venimos de tiempos en los que el concepto
de desregulación o de flexibilización dominaba las decisiones y las transformaciones
estructurales en el país. En ese marco, la precariedad laboral indicaba que el sistema
previsional argentino era diseñado y ejecutado solamente en función de la formalidad. El
crecimiento del desempleo y el hecho de que el poco empleo que se generaba era informal,
ocasionaban grandes inconvenientes para incorporar a la mayoría de los trabajadores en el
sistema previsional.

Luego pasamos de ese sistema de flexibilización y desregulación a otro en el que los


jubilados terminaban pagando el costo de las decisiones políticas que exigían los
organismos internacionales para acomodar algunas cuestiones económicas. Las

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remuneraciones de los jubilados, al igual que las de los empleados públicos, fueron objeto
de descuentos para afrontar esas recetas que tanto mal hicieron a nuestro país, situación
que este proyecto político está tratando de revertir a partir de una renegociación tendiente
a disminuir la deuda argentina.

Creo conviene destacar que el sistema de previsión social representaba el 4,2 por ciento del
PBI en 2003 y hoy llega al 8,5 por ciento.

SR. BOSSIO Sólo en jubilaciones.

SR. KOSINER Esto demuestra la tarea emblemática y gigante que está haciendo el actual
gobierno para recomponer el sistema previsional.

Mucho se ha dicho sobre lo que representa la Argentina en el contexto internacional y


particularmente en Latinoamérica. A partir de las políticas activas impulsadas por el Estado
en materia previsional, hemos llegado a una cobertura del 94,3 por ciento, lo que nos
coloca en una situación de liderazgo en América Latina. Me parece importante señalarlo,
porque en materia previsional la Argentina se encuentra en un nivel superior a muchos
otros países que distintos sectores de la oposición toman como referencia al decir que
tendríamos que ser como Brasil, Uruguay o Chile.

Si tenemos la cobertura más alta de Latinoamérica, si prácticamente hemos duplicado la


relación entre jubilaciones y PBI y si hemos cambiado la visión sobre el sistema previsional
para que sea entendido no sólo en función del trabajo registrado sino como un sistema que
debe estar al servicio de todo el pueblo argentino -incluso de aquellos que por la crisis
económica o la implementación de determinadas políticas coyunturales debieron trabajar
desde la informalidad-, podemos afirmar que este proyecto no es un fin en sí mismo sino
parte de una política pública. Esto es lo más importante para destacar. No estamos
discutiendo sólo una moratoria previsional. Como bien lo explicaba el licenciado Bossio
haciendo referencia a los antecedentes, es una etapa más en la reconstrucción no ya del
sistema previsional argentino sino del Estado en su conjunto.

También se mencionó, incluso por parte de algunos diputados, lo que esta decisión
representa para las provincias. Por eso me gustaría compartir algunos números, que no son
menores.

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Las provincias con menor tasa de inclusión previsional son las que más se benefician con
normas de esta naturaleza. Esta es una decisión de fondo, porque va al corazón de las
necesidades del pueblo argentino y de aquellos que hoy están excluidos.

Luego de la última moratoria, la provincia del presidente de la Comisión de Previsión y


Seguridad Social, Formosa, tiene una tasa de inclusión del 77,1 por ciento; Chaco, del 65
por ciento, como mencionó antes mi compañera de bancada; Corrientes, del 59,7 por
ciento; Misiones, del 59 por ciento y Neuquén del 49,5 por ciento. Por encima del 40 por
ciento también se encuentran las provincias de La Pampa, Entre Ríos, Córdoba, Chubut y
Salta.

No se trata de tomar eventualmente la decisión administrativa de incorporar más


beneficiarios al sistema. Llegar a la universalización en materia previsional no es un objeto
que se busca solamente desde el punto de vista estadístico sino que obedece a un
profundo sentido de inclusión y de justicia.

Considero, porque así se reitera sistemáticamente, que las palabras "inclusión" y


"solidaridad" son los dos conceptos que definen las políticas estratégicas en materia
previsional. Así lo reflejan los números que acabo de dar. Estas moratorias previsionales
tienen ese sentido; su objetivo no es sólo regularizar situaciones individuales sino también
generar condiciones de desarrollo en aquellos lugares donde el Estado no pudo concretar la
idea de crecimiento económico integral.

Muchos preguntan y critican por qué se pueden beneficiar con una jubilación quienes
nunca aportaron o no aportaron lo suficiente. También ésa es una discusión medular. A raíz
de la pregunta al licenciado Bossio sobre cómo se distribuyen los ingresos, quedó en claro
que más del 40 por ciento corresponde a recursos tributarios. Ahí está la justificación: los
miles de argentinos -se habla de 500.000 como si sólo fuera un número estadístico- que se
incorporarían al sistema pagan sus impuestos y aportan a los ingresos de la ANSES. No
contribuyeron con aportes jubilatorios, pero sí a través de pagos de impuestos vinculados
con el consumo como el IVA y aquellos que gravan los combustibles. Si más del 40 por
ciento de los recursos de la ANSES son tributarios, he ahí una de las razones de por qué
entendemos que esta moratoria tiene que incluir necesariamente a quienes nunca
aportaron o no aportaron lo suficiente.

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Por otro lado, a partir de la moratoria, los recursos de la ANSES se incrementan; cada pago
de las sesenta cuotas que harán los beneficiarios traerá como consecuencia que los
recursos de la ANSES suban.

La última justificación, que creo yo es la más importante, es que si estas políticas públicas
en materia previsional no se concretaran, todas aquellas personas que han trabajado -más
allá de si lo hicieron dentro del ámbito formal o informal- no tendrían cobertura por parte
del Estado. Filosóficamente es allí donde marca la diferencia nuestra posición política.
Entendemos que el Estado necesariamente debe dar respuesta a todo aquel que generó
riqueza en nuestro país y que aportó desde su capacidad laboral -haya estado registrado o
no-, con las variaciones y efectos que explicó el licenciado Bossio en el sentido de que no es
lo mismo jubilarse con una moratoria que luego de haber aportado.

El señor diputado Lousteau -que ya se retiró- citó a Bismarck. Como se remontó muy lejos,
a Alemania, si el presidente me permite quiero terminar citando a alguien más cercano, a
Néstor Kirchner, quien decía: "Para eso es preciso promover políticas activas que permitan
el desarrollo y el crecimiento económico del país, la generación de nuevos puestos de
trabajo y la mejor y más justa distribución del ingreso. Como se comprenderá el Estado
cobra en eso un papel principal, en que la presencia o la ausencia del Estado constituye
toda una actitud política." En consecuencia, nuestra actitud política será acompañar este
proyecto. (Aplausos.)

SR. PRESIDENTE DÍAZ ROIG La Presidencia agradece a todos por su presencia y no puede
dejar de expresar su satisfacción ante el hecho de que primero en comisión y luego en el
recinto de la Cámara de Diputados de la Nación, se considere un buen proyecto de ley que
servirá a cientos de miles de argentinos. Más allá de nuestras diferencias, situaciones como
ésta nos hacen creer en un futuro promisorio.

Los sistemas de seguridad social reflejan la marcha del conjunto de la economía; no podría
haber un buen sistema de seguridad social en un país que está tan mal. Esto lo dije la
semana pasada en la Universidad de Chile durante un debate donde éramos cuatro
expositores: además de quien les habla había representantes de Brasil, de Chile y de
Uruguay.

Debemos estar orgullosos -porque este logro es no sólo del gobierno sino del conjunto de
los argentinos- de tener el mejor sistema de seguridad social de América Latina. Tenemos la

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mejor mínima, la mejor media y el mejor sistema de movilidad previsional, a lo que ahora
se suma una inclusión del ciento por ciento. Esto nos pone a la cabeza del mundo.

No quiero hacer de esto un logro político sectorial, pero creo que cuando sancionemos esta
ley en la Cámara de Diputados podremos mirar con muchísimo orgullo a quienes nos
votaron y decirles que desde el oficialismo y la oposición hemos cumplido. De ese modo,
estaremos demostrando al pueblo argentino que hay puntos en los que podemos estar de
acuerdo, trabajando con optimismo hacia la concreción de un proyecto común.

La Presidencia agradece al director ejecutivo de la ANSES, licenciado Diego Bossio, y a todos


los legisladores por su presencia.

No habiendo otros asuntos que tratar, declaro finalizada la reunión.

Es la hora 18 y 35.

https://www.hcdn.gob.ar/secparl/dtaqui/inserciones/132/reunion13/5dbancalari.html

5. INSERCIÓN SOLICITADA POR EL SEÑOR DIPUTADO DÍAZ


BANCALARI

Fundamentos del apoyo del señor diputado al dictamen de mayoría de las


comisiones de Previsión y Seguridad Social y de Presupuesto y Hacienda
en el proyecto de ley en revisión por el que se establece un Régimen de
Regularización de Deudas Previsionales

Nos encontramos hoy tratando la segunda etapa del Plan de Inclusión Previsional, que
dispone una nueva moratoria de la ANSES para poder acceder a un beneficio
previsional. Recordemos que la primera parte de este plan se concretó con la
modificación de la ley 24.476, épocas en las que más del 40 por ciento de los adultos
mayores se encontraba sin poder acceder a un haber jubilatorio.

Aquel primer plan de inclusión permitía regularizar las deudas por aportes no
ingresados hasta septiembre de 1993, lo que significó el ingreso de 2.700.000 nuevos
jubilados al sistema. No olvidemos tampoco que hasta el 2003 se destinaba el 4,2 por
ciento del PBI al pago de los haberes previsionales, y hoy ese porcentaje asciende al
8,5 por ciento, comprendiendo el sector pasivo a más de 6 millones de jubilados,

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mientras que los activos aportantes alcanzan aproximadamente a 9.200.000 personas,
mientras que en aquellos años el universo de aportantes sólo era de 6 millones.

Afrontando las necesidades actuales que presenta un sector de la clase pasiva que se
encuentra sin cobertura, se hace hoy imprescindible ampliar el plazo de regularización
de las deudas por aportes no ingresados, llevándolo hasta diciembre de 2003 inclusive,
lo que permitiría que más de 470.000 mil personas puedan acceder a una jubilación.
Con esta iniciativa, los trabajadores autónomos inscriptos o no en el Sistema Integrado
Previsional Argentino (SIPA), y los monotributistas que hayan cumplido con la edad
jubilatoria o que la cumplan dentro de los dos años desde la vigencia de la nueva ley,
contarán con financiaciones de hasta 60 cuotas para regularizar sus deudas
previsionales, conforme el régimen especial que se dispone en el articulado, y el que
será dado por la posterior reglamentación de la normativa.

El presente proyecto, además de ampliar el plazo para regularizar las deudas, permitirá
que quienes tengan otro beneficio previsional también puedan acceder a la moratoria,
siempre que el importe que se esté recibiendo se encuentre por debajo de la jubilación
mínima. Esto se debe a que si bien el beneficio previsional que se otorga en el marco
de esta iniciativa resulta incompatible con el goce de otra prestación previsional de
cualquier naturaleza (contributiva o no contributiva) incluyendo retiros y planes sociales,
cuando la única prestación que el titular percibe a la fecha de la solicitud de la moratoria
fuera contributiva y su importe no supere el del haber previsional mínimo vigente a la
fecha de solicitud de la prestación, se podrá gozar de ambas simultáneamente.

El mecanismo establece que quienes quieran acceder al beneficio deberán estar


inscriptos en la AFIP y haber obtenido la clave fiscal correspondiente. Con la clave se
concurrirá a la ANSES para que analice su situación patrimonial, determinándose los
ingresos de la persona y del grupo familiar, evaluándose así qué casos tendrán
prioridad para entrar en la moratoria de acuerdo al nivel de vulnerabilidad que
presenten. Para acceder a las prestaciones deberá haberse cancelado una cuota del
régimen de regularización de deuda.

De igual modo, tendrán derecho a inscribirse en el precitado régimen los


derechohabientes previsionales del trabajador autónomo o monotributista fallecido,
siempre que existiera inscripción del causante previa al deceso en calidad de trabajador
autónomo o monotributista formalizada y registrada ante la Administración Nacional de
la Seguridad Social (ANSES) o la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP),
según el período que corresponda.

Se levantan algunos planteos mezquinos referidos a la injusticia de otorgar beneficios


previsionales a quienes no han hecho los aportes en los tiempos oportunos. Para
desestimar estas críticas no es necesario pedir a quienes las efectúan que adhieran a
las políticas inclusivas y distributivas del gobierno; sólo debe reconocerse que los

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fondos que abastecen a las jubilaciones se nutren, amén de los aportes laborales
específicos, de los impuestos a las ganancias, el IVA y los gravámenes a los
combustibles, y estos tributos son aportados, directa e indirectamente, por todos los
ciudadanos. Los adultos mayores contribuyen inmensamente al circuito productivo con
sus ingresos, al igual que lo hacen todas las personas que integran los sectores más
vulnerables, quienes no tienen capacidad de ahorro y están obligados a gastar todos
los ingresos que perciben. En consecuencia, este devenir económico se retroalimenta y
contribuye a sustentar los fondos del sistema previsional garantizando que pueda
seguir funcionando.

Por todo lo expresado, no tengo dudas de este nuevo proyecto que estamos
analizando, ya que otorgará importantes beneficios a quienes verdaderamente lo
necesitan, asistiendo a quienes no tienen siquiera un haber previsional mínimo para
sobrellevar su presente, y redundando en provecho para toda la sociedad. En
consecuencia, vengo a apoyar esta iniciativa, dando mi voto positivo al dictamen de la
mayoría.-
 

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