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FISIOPATOLOGÍA
Sintomatología
Depende de la magnitud del neumotórax y de la reserva funcional respiratoria del paciente.
Puede ser asintomático hasta en un 10% de los casos, sobre todo en pacientes con NE
primario. Los síntomas más frecuentes son:
Dolor torácico pleurítico de inicio agudo, que puede ser intenso
inicialmente, pero después de unas horas suele evolucionar a dolor sordo e
incluso cede espontáneamente.
Disnea, que suele aparecer con mayor frecuencia e intensidad en pacientes
con enfermedad pulmonar subyacente. En el NE primario suele ceder
habitualmente en el plazo de 24 horas, a pesar de la persistencia del
neumotórax.
Otros síntomas (menos frecuentes): tos improductiva, síncope, hemoptisis,
debilidad de extremidades superiores, sensación de ruido extraño en el tórax.
Gasometría arterial: hipoxemia arterial con un aumento de la diferencia
alveolo-arterial de oxígeno e hipocapnia (secundaria a hiperventilación) con
alcalosis respiratoria. El grado de hipoxemia está en relación con la
magnitud del neumotórax y con la presencia de enfermedad pulmonar
subyacente. Así, en el NE primario de pequeño tamaño la gasometría arterial
suele ser normal. Sin embargo, en el NE secundario y en el neumotórax a
tensión puede existir hipoxemia severa. • ECG: las alteraciones en el ECG
son raras, aunque en el neumotórax masivo izquierdo la presencia de aire
puede ocasionar una disminución de voltaje del complejo QRS y una
inversión de la onda T
Exploración física
Puede ser normal en neumotórax de pequeño tamaño. En el neumotórax de
mayor tamaño podemos detectar:
Inspección: hiperinsuflación y disminución del movimiento del hemitórax
afectado.
Auscultación respiratoria: disminución o abolición del murmullo vesicular
en el hemitórax afectado, aunque puede ser difícil de detectar en pacientes
con enfisema pulmonar. Disminución de la transmisión de la voz.
Auscultación cardiaca: taquicardia. Signo de Haman (roce o sonido crujiente
durante la sístole y diástole cardiaca) cuando se asocia neumomediastino.
Cambios en la disposición de los focos de auscultación cardiacos en el
neumotórax a tensión.
•Percusión: timpanismo.
•Palpación: disminución de las vibraciones vocales. Palpación hepática por
aplanamiento diafragmático y desplazamiento del hígado. El neumotórax a
tensión debe sospecharse ante la presencia de taquicardia superior a 135
latidos por minuto, hipotensión, o cianosis.
DIAGNÓSTICO
Radiografía de tórax
Los síntomas y la exploración física permiten hacer un diagnóstico de sospecha. El
diagnóstico de certeza lo proporciona la radiografía posteroanterior de tórax al identificar la
línea de la pleura visceral, con ausencia de trama vascular periférica. La realización de una
proyección en espiración forzada no se recomienda de forma rutinaria, y no debe realizarse
si se sospecha neumotórax a tensión, pero puede ayudar al diagnóstico si la primera
radiografía es normal o dudosa (en la espiración forzada, al disminuir el continente torácico
sin modificarse el volumen de aire extrapulmonar, se produce un mayor colapso pulmonar,
que se hace evidente en la radiografía). Algunos autores, sin embargo, recomiendan una
proyección en decúbito lateral en estos casos. Otros hallazgos radiográficos pueden ser:
• Colapso pulmonar de magnitud variable.
• Presencia de pequeño derrame (habitualmente, seroso por irritación pleural por el aire).
Un derrame de mayor tamaño puede significar un hemoneumotórax (en el contexto de un
neumotórax traumático o bien secundario a la ruptura de adherencias pleuropulmonares en
el NE) o un pioneumotórax.
• Neumotórax a tensión: desplazamiento del mediastino hacia el lado contralateral y
depresión ipsilateral del diafragma (aplanamiento o incluso inversión de su curva).
• Enfisemas mediastínico y subcutáneo.
• Neumotórax parcial: se produce cuando hay adherencias entre las pleuras parietal y
visceral, que impiden un colapso homogéneo del pulmón. Sobre todo, en estos casos puede
ser difícil diferenciar el neumotórax de áreas hiperlúcidas o bullosas en pacientes con
enfisema. Por regla general, la línea pleural en el neumotórax es paralela a la pared torácica
(por tanto, convexa) y la línea de bulla es cóncava. Si el diagnóstico no es seguro, la
realización de una TAC de tórax puede ser útil, sobre todo, si puede objetivar la presencia
de tiras de tejido dentro de la bulla.
TRATAMIENTO
Antes de comenzar el procedimiento hay que confirmar el lado y el lugar de la inserción del
drenaje, apoyándonos en los datos clínicos y en la radiografía de tórax. Hay que tener en
cuenta las referencias anatómicas para no lesionar órganos internos. Antes de la inserción
del drenaje, se hace una punción intrapleural con una aguja conectada a la jeringa para
comprobar si estamos en el lugar adecuado (toracocentesis). Se puede aspirar aire o líquido,
pero si la toracocentesis no es clarificadora, se requieren estudios de imagen más complejos
antes de colocar un drenaje. Se pueden usar ultrasonidos o TAC para ayudarnos a localizar
el lugar de la punción.
CUIDADOS DE ENFERMERÍA
1. Manejo de las vías aéreas: Asegurar la permeabilidad de la vía aérea
Auscultación de sonidos respiratorios, observando las áreas de disminución o ausencia de
ventilación
Raventós, L. C. (2013). Manejo de la vía aérea en trauma. Revista médica de Costa
Rica y Centroamérica, 67(592), 123-126. Recuperado de:
https://www.medigraphic.com/pdfs/revmedcoscen/rmc-2010/rmc10592d.pdf
La inadecuada oxigenación cerebral y de estructuras vitales es el principal mecanismo de
muerte en el paciente traumatizado, por lo que la prevención de la hipoxemia se alcanza
manteniendo una vía aérea permeable y una adecuada ventilación.
Afuso, M. I., & Ortiz, J. C. (2014). Manteniendo la permeabilidad de la vía
aérea. Acta Médica Peruana, 27(4), 270-280. Recuperado de:
http://www.scielo.org.pe/pdf/amp/v27n4/a11v27n4
Uno de los objetivos principales es asegurar que la vía aérea se encuentre permeable. Esta
permeabilidad facilita las maniobras para el intercambio de gases y de esta manera evita las
complicaciones que surgen de la falta de ella.
Robles, M. C. (2015). Manejo y evaluación de la vía aérea en
emergencia. Medicina, 8(4), 313-318. Recuperado
de:http://editorial.ucsg.edu.ec/ojs-medicina/index.php/ucsg-
medicina/article/view/510/467
El manejo de la vía aérea es de una importancia vital para asegurar una ventilación y
oxigenación adecuada en el paciente crítico.
Teniendo en cuento lo mencionado, podemos inferir que un manejo adecuado de la vía
aérea nos permite:
1. Asegurar la libertad de las vías aéreas
2. Facilitar la ventilación
3. Proteger la tráquea de regurgitaciones y de aspiraciones
Cortés, C., Acuña, L., Álvarez, F., & Álvarez, N. (2014). Manejo inicial del
politraumatizado. Rev. Hosp. Clin. Univ. Chile, 25(3), 206-216. Recuperado de:
https://www.redclinica.cl/Portals/0/Users/014/14/14/manejo_inicial_politraumatizad
o.pdf
VÍA AÉREA PERMEABLE: Considera como primera prioridad el ingreso de oxígeno
al organismo. El propósito crucial es establecer una vía aérea segura y permeable, que a
su vez permitiría ventilar al paciente
Jiménez, M., en Neumología, C. R. R. E., & Rios, C. R. (2016). Manejo Del
Neumotorax. Medynet. Com, 1-31. Recuperado de:
http://www.medynet.com/usuarios/jraguilar/Manual%20de%20urgencias%20y
%20Emergencias/neumotor.pdf
En neumotórax encontramos disminución de los movimientos de la pared del lado
afecto, timpanismo a la percusión y disminución e incluso ausencia de los ruidos
respiratorios a la auscultación. En ocasiones podemos auscultar roce pleural y
taquicardia.
3. Oxigenoterapia:
Vigilancia del flujo de litro de oxígeno, observación de posibles signos de hipoventilación o
toxicidad por O2
“Los pacientes deben recibir terapia con oxígeno hasta que se disponen de los resultados de
la radiografía de tórax, porque el oxígeno acelera la reabsorción del aire pleural. A
continuación, el tratamiento depende del tipo, el tamaño y los efectos del neumotórax. El
neumotórax espontáneo primario < 20% y que no causa síntomas respiratorios o cardíacos
puede ser controlado sin tratamiento si se las radiografías de tórax de seguimiento hechas
alrededor de las 6 y 48 horas no muestran progresión.”
“Hay una serie de medidas generales que hay que imponer a todo neumotórax sea cual sea
su tamaño y es el reposo y la oxigenoterapia, que ayudan a acelerar la reabsorción del aire
intrapleural.”
4. Cuidados del drenaje torácico
Observar salidas de fugas de aire, observar si hay crepitación alrededor del tubo
Observación de signos de infección
Velasquez,M.(2015). Manejo de los sistemas de drenaje pleural. Revista
Colombiana de cirugía. Recuperado de:
http://www.scielo.org.co/pdf/rcci/v30n2/v30n2a8.pdf
“La gran mayoría de los problemas relacionados con los drenajes pleurales se deben a fallas
en las conexiones de los tubos. Por lo tanto, una persona experimentada en el manejo de los
sistemas de drenaje pleural debe revisar diariamente que no exista escape de aire y que los
tubos estén permeables, siempre acompañada de una radiografía de tórax lo más reciente
posible.”
● C. López García, F.J. García Díaz, F.J. de la Cruz Lozano, A.I. Blanco Orozco, F.
Rodríguez Panadero, A. Ginel Cañamaque. (2004). Drenaje Pleural, cuidados
generales. Servicio de Cirugía Torácica. Unidad Médico-Quirúrgica de
Enfermedades Respiratorias. Recuperado de:
https://www.neumosur.net/files/NS2004.16.2.A06.pdf