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Alrededor del primer año (y aun antes), los pequeños toman su lápiz y co-
mienzan a garabatear. A l principio ejecutan movimientos involuntarios y des-
ordenados y disfrutan mucho con esta actividad. Más adelante descubren que
pueden controlar estos movimientos y las líneas que hacen sobre la hoja. Ya
trazan garabatos controlados con movimientos voluntarios. Se dan cuenta de
que pueden controlar lo que hacen; esto les dará placer y comenzarán a repe-
tirlo casi incansablemente. Esta actividad les genera confianza y les sirve de
gran ayuda para coordinar sus movimientos. Para los niños pequeños hacer
garabatos es una necesidad.
Al llegar alrededor de los tres años ya pueden dominar sus movimientos
porque logran repeürlos.
E l trazar garabatos sobre un papel significa para el chico placer y es tam-
bién un desahogo y la búsqueda del perfeccionamiento de la coordinación de
los movimientos. Los niños realizan sin descanso esta actividad, pero si se
advierte que la interrumpen constantemente, o que se distraen, esto puede ser
un signo de falta de concentración o de confianza.
N o hay que interrumpirlos, ni interferir, cuando están garabateando para
pedirles que dibujen algo "real" o mostrarles "cómo se debe" dibujar. Si se
quiere incentivar este trabajo lo más adecuado sería, por ejemplo, pedirles que
recorran con el marcador todo el papel o que hagan bailar a! lápiz sobre toda
la hoja. Algunos niños se sienten más cómodos trabajando sobre una superfi-
cie de menores dimensiones y sin hacer trazos amplios, pero si usan constan- Generalmente la etapa del garabato se extiende desde los dos hasta los
temente una porción diminuta de papel —independientemente del tamaño de cuatro años, variando en más o en menos este límite según cada ser humano.
éste— es posible que necesiten que se fortalezca su sentimiento de seguridad. Hay niños que pueden seguir garabateando hasta después de los cinco años;
U n día comenzarán a ponerles nombre a estos garabatos, aunque en ellos pero, es común que pasados los seis años ya se igualen con el desarrollo de sus
no aparezca ninguna variación: su pensamiento habrá cambiado, a pesar de pares.
que sus dibujos sigan siendo los mismos. Pensarán ahora en algo exterior, más Luego de los cuatro años querrán establecer relaciones reales y aparece,
allá de sí mismos, mientras garabatean. Piensan valiéndose de imágenes y de- entonces, la etapa del renacuajo caracterizada por grandes cabezas con exten-
jan de pensar en términos de movimientos, aunque todavía no están lo sufi- siones que representan brazos y piernas. Esto marca el comienzo del período
cientemente maduros para relacionar sus pensamientos con sus dibujos. Se preesquemático.
puede decir, entonces, que su pensamiento se adelanta a sus posibilidades de E l dibujo de objetos reconocibles depende del deseo del niño de estable-
realización. cer relaciones entre el mundo y su dibujo.
26 Iris Pérez Ulloa Didáctica de la educación plástica en la EGB 27
fig. 8). L o mismo hizo en su dibujo del saludo a Así como representan en un tamaño mayor
la bandera (ver fig. 9). lo que más llama su atención, también pueden
Para la cabeza suelen usarse círculos, el cuer- dejar de dibujar algo que no sea de su preferen-
po puede estar dibujado con triángulos, óvalos, cia. E s muy común, por ejemplo, que frente al
rectángulos o figuras irregulares, se emplean dis- nacimiento de un nuevo hermano, cuando se le
tintas formas para los brazos, las piernas y la ropa; pide al niño que dibuje a su familia, este nuevo
las extremidades se representan sin articulacio- miembro no aparezca, porque el dibujante está
nes. celoso por su llegada. Cuando se le pregunta por
Este esquema es absolutamente individual y su hermano suele decir que no está, que está en
puede considerarse como una toma de concien- la cuna, que se fue a pasear o que la hoja es muy
cia que hace el niño de sí mismo, ya que es un chica para que entren todos; esta última respues-
reflejo del desarrollo de su persona. •
. > ta puede llegar a darla aunque haya una clara evi-
• •. V
dencia de que queda aún lugar en el papel como
Fig. 12. Marisa V. (7 años). "Pe-
para dibujar a un elefante.
dro Picapiedra". RELACIONES DE TAMAÑO Fig. 15. Analía G. B. (6 años).
u
gan en el pasto.
Generalmente usan tintas planas (de un color
parejo, sin ninguna gradación tonal) sin hacer
distinciones entre la luz y la sombra. Su gran des-
i
cubrimiento en este período es la relación que
existe entre un color y un objeto determinado y
esto ya es un gran adelanto.
actividad significativa, cuando quieren destacar llcxibles y que su duración depende de las destrezas de cada individuo y de su
Fig. 19. Carolina R. M. (8 años).
Espacio del tipo rayos X. distintos momentos. desarrollo personal.
34 Didáctica de la educación plástica en la EGB 35
Iris Pérez Ulloa
mero diez y Ja pierna repetida varias veces, para extravagantes, a veces de las situaciones más sim-
indicar el movimiento que realiza cuando patea ples y cotidianas, como en este caso el ahorro,
la pelota (ver fig. 25). U n claro ejemplo de repre- suelen surgir ideas nuevas. L o importante es es-
sentación del movimiento. tar atentos a sus intereses.
Camila reparte sus días entre dos actividades,
la escuela y el deporte; es una excelente gimnasta LA REPRESENTACIÓN DEL ESPACIO
deportiva, por eso cuando se le pidió que dibuja-
ra su deporte prefendo eligió, como era de pre- E n la representación espacial también se ve que Fig. 26. Camila A. (9 años). "Ho-
verse, la gimnasia artística, como homenaje a menaje a Nadia Komaneschi".
hay una intención de representar lo real. E s por La representación del movimien-
quien admira tan profundamente: Nadia K o m a - eso que se notará un rechazo por el espacio del to es una excepción a esta edad.
neschi. E s evidente la intención por representar tipo rayos X , porcpe les parece algo muy artifi-
Fig. 23. Lucía M. (9 años). La el movimiento que hace a diario en las paralelas cial.
vestimenta y los peinados inclu- y vigas (fig. 26). L a línea de base también comienza a ser con-
yen la mayor cantidad de deta-
lles posible.
También Guadalupe, entusiasmada con sus siderada un artificio y los niños muestran una clara
nuevos roller, da indicios de movimiento en su preocupación por representar la profundidad. Las
trabajo (fig. 24). imágenes se distribuyen de otra forma y es en-
Entre los ocho y nueve años es interesante tonces cuando aparece la representación del ho-
proponerles a los alumnos trabajos humorísti- rizonte. Esto se va logrando paulatinamente y hay
cos o caricaturas. Este es un ejercicio que los lle- una transición, desde la línea de base hasta el uso
vará seguramente a fijarse en las proporciones y del horizonte, que pasa por el uso de dos líneas
las características individuales de la persona re- de base, pero, ahora, el espacio entre una y otra
Fig. 24. Guadalupe R. V. B. (10 presentada.
años). "Los roller". Obsérvese la cobra sentido como masa, ya que aparece lleno.
Fig. 27. Laura A. (8 años). "Cari-
intención por representar el mo- María Laura, que a ios ocho años seguía repi- E s preciso aclarar que, hasta los diez u once años, catura de una amiga con el bra-
vimiento. tiendo el esquema corporal, enriqueció mucho zo fracturado".
siguen conviviendo las dos formas de represen-
su trabajo cuando se le solicitó la caricatura de tación espacial, es decir que a veces dibujarán con
una de sus amigas que tenía un brazo enyesado a línea de base y otras con línea de horizonte (ver
causa de una caída (fig. 27). figs. 24, 25, 29, 30 y 31).
Lucía dibujó su autorretrato, para la carátula Poco a poco, el cielo irá ocupando más espa-
de la carpeta de plástica, ocupando la parte cen- cio —no sólo la parte superior del papel— hasta
tral de un dólar con el mayor detalle posible (ver llegar a tocar el horizonte. L o s objetos que están
fig. 28). Este trabajo, tan original como extraño, en el suelo irán recortando también el cielo, tal
seguramente se le ocurrió a Luli porque, para esa como ocurre cuando miramos un paisaje en la
época, su familia debía viajar a Estados Unidos y naturaleza, así es como descubrirán la superpo-
Fig. 25. Carolina R. M. (9 años). ella estaba muy entusiasmada ahorrando dólares sición de las formas.
"Sebastián". Una representación para comprar, durante su viaje, una caja de lápi-
futurista del movimiento dada por Fig. 28. Lucía M. (9 años). "El
la repetición en una secuencia
ces acuarelables. N o hace falta para desarrollar la
dólar". Nótese que el retrato de
de la pierna que patea la pelota. creatividad de los niños proponerles actividades Lucía reemplaza a Frankiin.
38 /((v l'mz Lllloa Didáctica de la educación plástica eii la EGB
E n este p e r í o d o l o s n i ñ o s \ , I M I . m í e n l e m á s
allá de l a r e l a c i ó n c o l o r lo \ o m i c n z a n a
distinguir en f o r m a p r ; i ( i i ( ; i \.\'.. ;idaciones
tonales. A h o r a s o n c a p i u c s de d i l m nciar, p o r
tica c o n l o s c a m b i o s , q u e s o n i n c i p i e n t e s , e n el teresada p o r el a t u e n d o de la m u j e r q u e d i b u j ó
ira h u m a n a : b ú s q u e d a de
u n a r e p r e s e n t a c i ó n realista,
exacerbación de los caracteres
sexuales, r e p r e s e n t a c i ó n de
pliegues de la ropa, m o v i m i e n -
to, caricaturas.
spacio: p e r s p e c t i v a , d i s t a n c i a ,
'abstracción.
O c o l o r : teorías del c o l o r , i n c i d e n c i a
de la luz y la s o m b r a en el c o l o r
l o c a l , claroscuro. *
relaciones de tamaño: p r o p o r c i ó n .
NOTAS I
d i d a d y a l r e d e d o r de l o s o n c e es p o s i b l e v e r l o s interesados t a n t o p o r l a pers-
p e c t i v a c o m o p o r l o s p r o b l e m a s del c o l o r . ' Stokoe, Patricia y Sirkin, Alicia: El proceso de la creación en arte, Buenos Aires, Editorial
Almagesto, 1994.
A l o s d o c e a ñ o s , n a d i e d u d a , hoy, e n c o n s i d e r a r l o s casi adolescentes y ^ Lowenfeid, Viktor y W. Lambert Brittain: Desarrollo de la capacidad creadora, 2'' ed., Buenos
c o m o tales, p e r s o n a s que se v o l v e r á n m á s críticas c o n sus d i b u j o s . Aires, Editorial Kapelusz, 1988.
' Lowenfeid, Viktor y W. Lambert Brittain: ob. cit.