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Por otro lado, el texto señala la ley como camino del hombre. La palabra hebrea dérek,
es aquella que designa tanto el camino de Dios como el del hombre El Tao como
camino al cielo y camino de los santos, podría tener un punto a ser relacionado aquí. No
obstante, no pueden ser entendidos como caminos desiguales o totalmente
independientes uno del otro, pues el ser humano está llamado a caminar por los
senderos de Dios.
Con relación al cristianismo como nuevo éxodo, cabe decir que ante la dificultar para
algunos autores neotestamentarios entender o aceptar que la vida de Jesús sea
cumplimiento de la ley, es importante decir que textos como las cartas paulinas,
continúan enfatizando en el camino como conducta moral, en el caso de San Pablo
como cumplimiento de la ley y de la Sagrada Escritura. Con todo, para San Pablo el
camino por excelencia es Cristo (1 Cor 12, 31).
A propósito del seguimiento de Jesús como vocación a la libertad, se observa que Cristo
como aquel que indica el camino, no responde a un modelo de seguimiento que se
queda en el pasado, a esto es a lo que se hace referencia cuando se pone como telón de
fondo la dimensión teologal del camino de seguimiento, que no es otra, que entender el
camino como un dinamismo que se vivifica por la acción del Espíritu Santo. En ese
orden de ideas, el camino de seguimiento a Cristo puede estar lleno de trampas, dada
una errónea interpretación, una de ellas es tener a Cristo como un modelo únicamente
imaginario. La escucha de la Palabra de Dios, es un requisito entonces indispensable, no
se trata de una imaginación, sino de actitudes concretas como la escucha. Dicha escucha
remite al creyente a la obediencia a ejemplo de Cristo, así las cosas, la palabra de Cristo,
es palabra de filiación que conduce a la imitación.
A cerca del cristianismo como ortopraxis, se subraya que entender el cristianismo como
camino, es entenderlo como práctica correcta, aquí se trata de la practica evangélica,
dicho de otra forma, aquella que tiene como presupuesto fundamental, el modelo de
seguimiento a Cristo.
Se debe aseverar que el cristianismo se define ante todo por la práctica evangélica.
Producir nuevas imágenes del cristianismo, es esto lo que se busca identificar en esta
dialéctica camino y ortopraxis, nuevamente se trata de entender el modelo de
seguimiento a Jesús como innovador y no como algo que se ha quedado en el pasado.
Se trata de un acontecer permanente, la fe como obrar se caracteriza por ir marcando
etapas en ese camino de renovación, de identidad con Cristo. En efecto, el cristianismo
como camino es toda una novedad.