El autor trata de centrar el tema en como se trata la espiritualidad en su actualidad pero
además trata de que este tema se pueda ver en cualquier contexto y aun ahora en nuestra actualidad, la manera en la que cada uno de nosotros pueda ver que significa la espiritualidad, pero no solo eso sino que nos habla que aunque nosotros no lo podamos ver cada uno cuenta con una “vida espiritual”, que no necesariamente tenemos que verlo como algo relacionado a lo no-material, y es tal vez lo que muchas veces nos hace dudar de lo mucho que nos encontramos en sintonía con Dios, el querer alcanzar tal vez muchos referentes que tenemos como predicadores u otros, nos aleja de lo que en verdad es importante. Ahora también tenemos que ver que la espiritualidad y el seguimiento de Jesús van de la mano. El seguimiento de Jesús es la esencia de la vida cristiana, y ha sido una constante en la historia de los cristianos que han vivido en espíritu. La espiritualidad cristiana no es una espiritualidad de la cruz ni del sufrimiento, es una espiritualidad del amor honrado, consecuente y fiel, del amor ilustrado que conoce los riesgos necesarios a los que se expone. Es una espiritualidad de un amor crucificado. Cuando hablamos del seguimiento en la teología, Jon Sobrino cita que seguimiento es correlativo a caminar. Si cristológicamente hay que proseguir a Jesús a lo largo de la historia, teológicamente hay que caminar con Dios en la historia. Si hablamos del seguimiento de Jesús, debemos considerar que todos los cristianos debemos seguir teniéndolo en cuenta como la esencia de la vida cristiana, cuando se habla de la teología de la liberación y como Jesús se reflejaba en los pobres, entonces podemos correlacionar todo y darnos cuenta que el caminar con Dios nos llevara a ese objetivo de comprometerse con el prójimo. Definitivamente creo que no se puede no estar de acuerdo con lo que proyecta el autor en este capítulo, porque si bien a lo largo de la historia la espiritualidad a tenido como esencia el caminar con Dios, todo esto se ve reflejado cuando Jesús muestra ese amor incondicional en la cruz. Podemos estar seguros que en América Latina, el encuentro con el pobre es una experiencia espiritual, una experiencia de Dios, y es ahí donde debemos practicar la justicia y amar con ternura, y de esa manera es como debemos andar con Dios en la historia, humildemente. Además, podemos leer en la parte ultima de esta lectura una exigencia, y es que el caminar humilde es verdadero caminar con Dios y hacia Dios. A ese caminar es el que invita Dios, y ese caminar es la espiritualidad. Una de las mayores enseñanzas que puedo obtener de esta lectura es que el amor de Dios fue muy grande al darnos a su hijo, un amor sin condición, pero esto nos llevo no solo a ver reflejado el amor de Dios, sino a redefinir que es lo que es espiritualidad y que seguir a Jesús, no solamente es ser cristiano, sino que busca de parte de todos nosotros mucha responsabilidad, pero responsabilidad con amor.