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Referencias bibliográficas
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y cuerpo. In II Congreso Español de Sociología de la Alimentación, Vitoria.
2. CÚRCUMA
3. FERMENTADOS Y PROBIÓTICOS
4. FRUTOS SECOS
6. CHOCOLATE, TÉ Y CAFÉ
Leo con asombro que casi todo lo que me ha contado es cierto –la
verdad es que me costaba un poco creérmelo–. Sesudos
científicos, después de muchos estudios experimentales en
animales y personas, han comprobado que las bacterias del
intestino tienen la capacidad de controlar no solo el apetito,
sino también el tipo de dieta, las preferencias del huésped y su
comportamiento.
A los bebés y los niños pequeños es la intuición la que les dice qué
comer y cuánto, pero una vez que pasamos por el tamiz de la
socialización, nuestra relación con la comida se vuelve mucho más
compleja.
visual
olfativa
bucal (que busca el placer)
estomacal (muy guiada por los hábitos y los horarios)
celular (que pide determinados nutrientes, como un antojo de chips
porque nos falta sal)
mental (cuando se impone el pensamiento)
del corazón
Este último tipo, el hambre del corazón, puede hacernos comer más de lo
que el organismo requiere porque necesitamos sentir "algo" que no
hallamos en nuestro entorno y recurrimos a la comida como sustituto
rápido.
En algunos casos son alimentos que nos evocan emociones de calidez
y felicidad, como el chocolate, que nos retrotrae casi de inmediato a la
infancia. En otros casos se recurre a la comida porque nos falta algo.
Más que provenir del estómago, es como una obsesión mental que te
impele a salir a comprar lo que anhelas incluso a horas intempestivas.
Otro rasgo característico es el sentimiento de culpa que viene después.
En primavera, por ejemplo, los días se alargan: la luz solar nos despierta
temprano y nos hace estar activos hasta más tarde. Si funcionan bien el
hígado y la vesícula biliar –órgano y víscera asociados a esta estación
y al elemento "madera"–, tendremos buena capacidad de planificación,
paciencia y serenidad, claridad mental y flexibilidad.
COCINANDO EN PRIMAVERA
CUIDA TU HÍGADO
MÁS CONECTADOS
ALIMENTACIÓN INCONSCIENTE
"En los tiempos que vivimos, con los deberes y obligaciones que
tenemos, la comida se ha convertido casi en un trámite. No somos
conscientes ni de qué nos gusta. Y así, sin consciencia, come tu cuerpo,
pero no tu mente", afirma Isabel Menéndez, psicoanalista y autora del
libro Alimentación emocional (Ed. Grijalbo).
Nos podemos preguntar el porque a nivel colectivo las personas utilizamos comida
física para paliar nuestros estados emocionales? Que conexión existe?
No tiene sentido, ya que el cuerpo emocional vibra a una frecuencia muy diferente
que el cuerpo físico, su alimentación es muy diferente. Nuestro cuerpo emocional,
no tiene sistema digestivo, ni dientes, así que no es necesario darle esta clase de
comida, no la necesita! Al contrario es una forma de “tapadera” de “auto-saboteo
momentáneo” para no sentir, ni aceptar nuestra realidad.
El alimento ideal para nuestro cuerpo emocional son pensamientos y
creencias positivas de nosotros, creadas en momentos de paz y silencio
interior. Si deseamos conocer la calidad de nuestros pensamientos, tan solo
tenemos que observar como nos sentimos. Una mente dirigida y potenciada
hacia la luz, el amor, la serenidad, la positividad tan solo puede generar
emociones de estabilidad, sosiego, paz y alegría.
Las teorías de el porque existe este vinculo, este apego entre la comida física y la
emocional pueden ser múltiples, algunas de ellas:
bebe llora, puede que no quiera comer, que al contrario, se esté quejando porque
esta demasiado lleno, pesado, con gases, desee ser cambiado de pañal, haya
demasiado ruido o mucha luz en la habitación, tenga calor o frío, desee un abrazo
también hacemos lo mismo con nosotros. Nos atiborramos de comida, cuando nos
familiares, conocidos, amigos… desean premiar al niño con dulces. “Si te comes
esto, te daré postre”, “si te portas bien te comprare un helado….”, “hay que niño
para sentirnos bien internamente. Aunque sabemos muy bien que si existen
nos apasiona y nos hace vibrar. Si no nos sentimos libres de expresar y hacer lo
que deseamos, puede que utilicemos la comida para encontrar libertad- comer
solución!
El usar azucares refinados, nos crea una adicción con altibajos constantes
estuviéramos en una montaña rusa todo el día. Creo que quedaríamos rendidos!
EJERCICIO
PODEMOS REFLEXIONAR AHORA MISMO, y observar y escribir en un papel
todo lo que hemos comido hoy?
Hemos desayunado, almorzado, puede merendado, y estemos a punto de cenar,
puede?
Toda esta lista de alimentos, son para nuestro CUERPO FISICO, el que tiene
sistema digestivo para digerirlo. Acordaros que el cuerpo emocional no tiene
dientes!
Qué comida, le hemos dado a nuestro CUERPO EMOCIONAL Y MENTAL hoy?
Podemos de nuevo escribirlo en un papel. No hablamos de tostadas con
mermelada, una paella o ensalada. Hablamos de alimentación con una vibración
mucho mas sutil, alimentos como un abrazo, el decir “te quiero” a alguien, el mirar
a los ojos de un niño, el oler una flor, el observar el cielo… alimentos que nos
hacen vibrar hasta lo mas profundo de nuestro Ser. Alimentos que nos ayudan a
conectarnos hacia nuestro interior, a sentirnos satisfechos, nutridos
espiritualmente. Esta es la verdadera y única nutrición para nuestro cuerpo
emocional y mental.
La armadura y la evasion
Hay otra causa por la que utilizamos “comida física” en lugar de enfrentarnos a
nuestros sentimientos y que merece ser presentada de forma especial. Muchas
veces puede incluso que se haga de forma totalmente inconciente o automática,
pero esta muy claro que, sin saberlo, utilizamos el efecto y la reacción de lo que
vamos a comer o beber como tapadera emocional.
1) Energía extrema yang, con efectos de:
acumular, acaparar, cerrar, condensar, engordar, generar calor
Interior y tensión en extremo.
También de formar a nivel energético una armadura-coraza-proteccion.
Entre nosotros y nuestro exterior.
Todas las grasas saturadas de carnes, embutidos, jamón, aves, huevos, quesos
secos y curados, horneados de harina, excesos de galletas y pan, sal cruda o
exceso de alimentos salados, nos generan una coraza de aislamiento. Puede que
algunos lo consideren protección, pero de que nos tenemos que proteger? Para
que necesitamos un caparazón?
Puede que para protegernos de los demás, de situaciones exteriores que sentimos
nos afectan demasiado, y decidimos comer en exceso estos alimentos,
produciéndonos puede, un peso excesivo, una protección física de peso, para no
sentir el dolor que puede nos produjera estas situaciones o personas conflictivas.
O para no atraer la atención, para que la gente no se fije, nos enmascaramos con
peso?
También un exceso de estos alimentos extremos Yang creara estagnación y
acumulación, no solo de peso, pero también de emociones. De apegos al pasado.
Haciendo que las energías que fluyen por nuestro canal espiritual no circulen con
facilidad. Y nos sintamos estancados en el pasado.
Es importante observarnos cada vez que deseamos picar entre comidas y sin
hambre, este pedazo de embutido o de queso o comernos exceso de pan y
bollería. Nos podríamos preguntar: Porque y para que lo hacemos?
2) Energía extrema yin- con efectos de: EXPANDIR, DISPERSAR, EVADIR con
reacción y movimiento muy rápido.
Todos sabemos muy bien que los extremos YIN, tanto las drogas, como el
alcohol, los estimulantes, como los azucares refinados, chocolate, etc… son
sustancias que se utilizan muchas veces para crear estados ilusorios y una
realidad ficticia.
2. SENTIMIENTO DE CULPA
La vergüenza o la culpabilidad aparecen a menudo en relación
con los alimentos. Curiosamente, surgen casi exclusivamente
por haber cometido lo que se considera un exceso y casi nunca
por quedarse corto. Las posibles deficiencias de nutrientes no
suelen suscitar emociones.
La comida no debe usarse como recompensa o castigo
3. ALEGRÍA Y CURIOSIDAD
Lo deseable es que el acto de comer esté vinculado siempre
con emociones positivas. Un modo de favorecerlas es
establecer una conexión natural con las necesidades del
organismo. Hay que relajarse, eliminar la ansiedad y atender
los mensajes que envía el cuerpo, comer cuando lo pide y los
alimentos que resultan atractivos, pero vigilando que no se esté
bajo el efecto de ninguna compulsión.
Cuando se abandona la obsesión por el aspecto o por
las dietas milagrosas o excéntricas y se otorga prioridad al
equilibrio emocional, lo más probable es que el organismo se
autorregule con éxito. Si no se puede evitar comer bajo los
efectos de la ansiedad, conviene buscar ayuda psicológica y
elegir un profesional que sea capaz de escuchar y buscar las
causas profundas del conflicto emocional.
BIENESTAR
Cómo le afecta el estrés a toda tu salud
Las emociones provocadas por las características estimulares del alimento afectan a la elección
de los alimentos
Un alimento rico en energía, como el azúcar o la grasa, puede provocar respuestas emocionales
afectivas positivas; al contrario, alimentos con componentes amargos producen emociones
negativas y rechazo.
Para que tenga lugar esta respuesta, ha de valorarse el alimento de forma afectiva. En este
sistema de valoración emocional interviene la amígdala, que participa en la conducta
alimenticia y en la emoción. La información llega a esta área por dos vías: una rápida, que
permite decidir inmediatamente si aquello que ingerimos es bueno o no para nosotros por sus
características físicas; y otra más lenta, que proviene de la corteza cerebral y contiene mayor
información sensorial.
A partir de estos datos la amígdala proporciona ese sentimiento subjetivo, que es analizado en
zonas más evolucionadas de la corteza cerebral como el cortex orbitofrontal, implicado en el
aprendizaje sobre la alimentación. Esta información se almacena en la memoria para
situaciones posteriores.
La experiencia con un alimento placentero puede provocar una fuerte respuesta emocional de
deseo o ansia por determinado tipo de comida, que en el peor de los casos puede desembocar,
junto a otros factores, en un trastorno de la conducta alimentaria (TCA).
Desde el punto de vista psicológico, lo que ocurriría es que al asociar un estado emocional
determinado con la ingesta de un alimento puede llegar a condicionarse la respuesta fisiológica
de la emoción a la simple presencia o ingesta de este alimento. En este caso, el organismo
reaccionaría de igual modo al alimento condicionado que a la emoción.
Las emociones con una activación o intensidad elevadas suprimen la ingesta debido a
respuestas emocionales incompatibles
La reducción de la ingesta ante una situación de estrés parece ser una respuesta natural
adaptativa. Las causas se generan tanto en el plano conductual, por desactivación y aislamiento
del entorno, como en el fisiológico, por inhibición de la motivación a través de respuestas
autonómicas asociadas. Por otra parte, se sabe que el estrés retrasa la absorción de glucosa y el
tránsito intestinal, interfiriendo así en la digestión.
Por otro lado, la sociabilidad y la baja impulsividad se correlacionan con mayor control y
monitorización de la dieta y el peso corporal. En términos generales, los alimentos altos en
azúcar y grasa son más eficaces para aliviar las emociones negativas, mientras que los
alimentos bajos en calorías incrementan las emociones positivas cuando ya están presentes.
En situación de restricción de alimentos, las emociones negativas o positivas incrementan la
ingesta debido al déficit en el control cognitivo
Cuando un sujeto lleva una dieta restrictiva autoimpuesta, la presencia de una emoción
negativa, que exige la emisión de una conducta urgente, la reducción del estrés, conlleva el
abandono circunstancial de la dieta. Se ha planteado que esta falta de control se debe a una
limitación en la capacidad cognitiva, donde la atención sobre la dieta se desvía por un estímulo
urgente.
Factores como el género y la edad también influyen en el consumo de alimentos confort. Las
concepciones que hombres y mujeres tienen de su ingesta son diferentes. Las mujeres, cuando
se encuentra mal, pueden tender a tomar más alimentos placenteros; sin embargo, los hombres
hacen lo mismo cuando se encuentran alegres. Debido a la influencia cultural, los alimentos
placenteros alivian las emociones negativas en las mujeres pero provocan una mayor sensación
de culpabilidad. Por su parte, en los consumidores mayores, experimentar una emoción
positiva incita a una mayor ingesta hedónica de alimentos. Al contrario sucede con los más
jóvenes, que tienden a un mayor consumo cuando muestran emociones negativas previas.
BIBLIOGRAFÍA
Rodríguez-Santos, F., Aranceta Batrina, J. Serra Majem, Ll. (2008). Psicología y Nutrición. Ed.
Elsevier Masson.
Ni qué decir tiene que cuerpo y alma están íntimamente
relacionados. Nuestro estado emocional depende de nuestro
estado físico y viceversa.
El miedo
El miedo (AGUA) es la consciencia de nuestras limitaciones. El
miedo si se presenta de manera persistente o frecuente da lugar a
estados de desasosiego e inquietud, que se manifiestan con calor
en la cara, sudoración nocturna, palpitaciones, boca y garganta
secas, llegando incluso a situaciones de enuresis e incontinencia
fecal o de orina. El miedo genera ira, controla la alegría, es
generada por la tristeza y es controlada por la preocupación.
La deficiencia en los Riñones y/o Vejiga conducen a timidez o
temeridad. Por ejemplo, los excesos de sal, complementos
minerales y proteínas en la dieta pueden bloquear la energía
renal acentuando el sentimiento de miedo o puede estimularlo en
demasía provocando excesiva valentía (temeridad).
La ira
La ira (MADERA) comprende varias emociones que se pueden
presentar con contundencia y persistencia, como son accesos de
cólera, resentimiento, irritabilidad, rabia, frustración indignación,
rencor y amargura. La ira afecta principalmente a la cabeza,
siendo origen de cefaleas, acúfenos, mareos, ojos rojos, cara
roja....Y, reprimida durante tiempo prolongado provoca estados
depresivos. La ira controla la preocupación, es generada por el
miedo, genera alegría y es controlada por la tristeza.
La alegría
La alegría (FUEGO) es un sentimiento que nos aferra a la vida.
Sin embargo, este sentimiento en exceso puede producir
problemas de concentración, comportamiento maníaco,
ausencias, insomnio, palpitaciones, histeria... La alegría se
alimenta de la ira (autodesarrollo), es controlada por el
miedo,genera preocupación y controla la tristeza. Los alimentos
que afectan a la circulación de la sangre afectan a esta emoción.
La preocupación
La preocupación (TIERRA) es una emoción compleja, incluye
preocupación, ansiedad, inquietud y cierta tristeza. Consiste en
una preocupación constante por todo, en un estado permanente
de alerta (creando una sensación de ansiedad) que trata de
controlar todos los aspectos de la vida. Es un estado emocional
caracterizado por el pesimismo que va desgastando al individuo,
que incluso puede ir acompañado de pensamiento obsesivo. La
afectación del Bazo-Páncreas o Estómago conduce a la duda o a
la desconfianza. La preocupación controla el miedo, es generada
por la alegría, es controlada por la ira y genera tristeza.
La tristeza
La tristeza (METAL) engloba los sentimientos de melancolía, pena
y pesimismo. Puede llevarnos a situaciones de apatía,
indiferencia, cansancio, respiración superficial o entrecortada,
depresión, llanto, el pulso se debilita. El bloqueo del contenido del
Intestino Grueso puede llevar a la resistencia de aceptar una
pérdida. La tristeza es controlada por la alegría, y controla, a su
vez, a la ira. La tristeza genera miedo y es generada por la
preocupación.
Más en Saludterapia:
https://www.saludterapia.com/articulos/a/2519-alimentos-y-
emociones.html
Puesto que los 5 sabores están relacionados con las cinco fases y con las cinco emociones; se
puede inferir que una dieta en la que habitualmente predomina un sabor puede desequilibrar el
sistema orgánico y por ende el estado anímico del individuo. Y a la inversa, la ingesta de alimentos
de determinados sabores puede devolver la armonía a un organismo que se encuentre en una
situación de desequilibrio. En este sentido, por ejemplo, los taoístas tienden a ingerir los alimentos
afines a los órganos (o fases) más débiles. Para ello tienen en cuenta su sabor y su color: Riñón /
Vejiga: (agua) salado, y negro, Hígado / Vesícula Biliar (madera): amargo y verde, Corazón /
Intestino Delgado (fuego): ácido y rojo, Bazo / Estómago (tierra): dulce y amarillo y Pulmón /
Intestino Grueso (metal): picante y blanco.
Nota: los nombres de órganos y vísceras están en mayúscula porque hay que interpretarlo como la
esfera funcional de los mismos según la medicina tradicional china.
La comida es una fuente de placer inmediato, y por eso a veces comer se vuelve una
estrategia para calmar muchas de las emociones que experimentamos cada día.
¿Comes por aburrimiento, por ansiedad, por angustia, por miedo, por estrés,
porque estás más sensible, enfadada o sola?
La mayoría de las veces comemos sin importar qué, cómo o cuánto, pues lo
importante es calmar el hambre físico y/o emocional de ese momento. Y si esto lo
hacemos normalmente, imaginemos lo que sucede cuando estamos a dieta.