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Capitalismo
sistema económico

Maquinaria de una empresa capitalista


del siglo XIX

El capitalismo es un orden o
sistema social y económico que
se encuentra en constante
movimiento, derivado del
usufructo de la propiedad privada
sobre el capital como herramienta
de producción, que se encuentra
mayormente constituido por
relaciones empresariales
vinculadas a las actividades de
inversión y obtención de
beneficios, así como de
relaciones laborales, tanto
autónomas como asalariadas
subordinadas libres, con fines
mercantiles.[1]​
En el capitalismo, los individuos y
las empresas usualmente
representadas por los mismos,
llevan a cabo la producción de
bienes y servicios de forma
privada e interdependiente,
dependiendo así de un mercado
de consumo para la obtención de
recursos.[2]​ El intercambio de los
mismos se realiza básicamente
mediante comercio libre y, por
tanto, la división del trabajo se
desarrolla de forma mercantil y los
agentes económicos dependen
de la búsqueda de beneficio.[3]​ La
distribución se organiza, y las
unidades de producción se
fusionan o separan, de acuerdo a
una dinámica basada en un
sistema de precios para los
bienes y servicios.[4]​ A su vez, los
precios se forman
mayoritariamente en un mercado
que depende de la interacción
entre una oferta y una demanda
dadas por las elecciones de
productores y consumidores,[5]​ y
estos, son necesarios para la
coordinación ex-post de una
economía basada en el
intercambio de mercancías.[6]​

El origen etimológico de la
palabra capitalismo proviene de la
idea de capital y su uso para la
propiedad privada de los medios
de producción,[7][8]
​ ​ sin embargo,
se relaciona mayormente al
capitalismo como concepto con
el intercambio dentro de una
economía de mercado que es su
condición necesaria,[9][10]
​ ​ y a la
propiedad privada absoluta o
burguesa[11]​ que es su corolario
previo.[12][13]
​ ​ El origen de la
palabra puede remontarse antes
de 1848 pero no es hasta 1860
que llega a ser una corriente
como tal y reconocida como
término, según las fuentes
escritas de la época.[14]​

Se denomina sociedad capitalista


a toda aquella sociedad política y
jurídica originada basada en una
organización racional del trabajo,
el dinero y la utilidad de los
recursos de producción,
caracteres propios de aquel
sistema económico.[15]​ En el
orden capitalista, la sociedad está
formada por clases
socioeconómicas en vez de
estamentos como son propios del
feudalismo y otros órdenes pre-
modernos.[16]​ Se distingue de
aquel y de otras formas sociales
por la posibilidad de movilidad
social de los individuos, por una
estratificación social de tipo
económica,[17]​ y por una
distribución de la renta que
depende casi enteramente de la
funcionalidad de las diferentes
posiciones sociales adquiridas en
la estructura de producción.[18]​

El nombre de sociedad capitalista


se adopta usualmente debido a
que el capital como relación de
producción se convierte dentro
de esta en un elemento
económicamente
predominante.[19]​ La discrepancia
sobre las razones de este
predominio divide a las ideologías
políticas modernas: el enfoque
liberal smithiano se centra en la
utilidad que el capital como
relación social provee para la
producción en una sociedad
comercial con una amplia división
del trabajo, entendida como
causa y consecuencia de la
mejora de la oferta de consumo y
los mayores ingresos por vía del
salario respecto del trabajo
autónomo,[20]​ mientras que el
enfoque socialista marxista
considera que el capital como
relación social es precedido (y
luego retroalimentado) por una
institucionalizada imposibilidad
social de sobrevivir sin
relacionarse con los propietarios
de un mayor capital físico
mediante el intercambio de
trabajo asalariado.[21]​

La clase social conformada por


los creadores y/o propietarios que
proveen de capital a la
organización económica a cambio
de un interés[22]​ se la describe
como "capitalista", a diferencia de
las funciones empresariales cuyo
éxito se traduce en forma de
ganancia[23]​ y de las gerenciales
ejecutadas a cambio de un
salario.[24]​ Vulgarmente se
describe desde el siglo XVIII
como "burguesía" tanto a este
conjunto social como al de los
empleadores de trabajo de una
moderna sociedad industrial, pero
la burguesía se origina en las
ciudades de la sociedad rural
medieval y está constituida por
propietarios autoempleados cuya
naturaleza da origen al
capitalismo moderno.[25]​

Características
Si bien el capitalismo no encuentra su
fundador en un pensador sino en las
relaciones productivas de la sociedad, la
obra La riqueza de las naciones
concedió a Adam Smith el título de
fundador intelectual del capitalismo.
John Locke, con su obra Dos tratados
sobre el gobierno civil, establece los
principios que posteriormente servirán
para identificar el capitalismo como
sistema productivo y el liberalismo como
sistema de pensamiento que lo respalda.

El capitalismo, o más
concretamente los sistemas
económicos capitalistas, se
caracterizan por la presencia de
unos ciertos elementos de tipo
socioeconómico, si un número
importante de ellos está ausente
el sistema no puede ser
considerado como propiamente
capitalista. Entre los factores que
acaban haciendo que un sistema
sea considerado capitalista están:

El tipo de propiedad de los


medios de producción y el tipo
de acceso a los factores de
producción.
La presencia de dinero, capital
y acumulación capitalista.
La presencia de mercados de
capital y mercados financieros
así como el papel asignado a
los mismos.
La existencia de salarios
monetarios y una estructura de
clases ligada a las diferentes
funciones dentro de la
actividad económica.
Factores macroeconómicos
varios.

En términos más descriptivos, los


sistemas capitalistas son
sistemas socioeconómicos donde
los activos de capital están
básicamente en manos privadas y
son controlados por agentes o
personas privadas. El trabajo es
proporcionado mediante el
ofrecimiento de salarios
monetarios y la aceptación libre
por parte de los empleados. La
actividad económica
frecuentemente está organizada
para obtener un beneficio neto
que permita a las personas
propietarias que controlan los
medios de producción
incrementar su capital. Los bienes
y servicios producidos son
además distribuidos mediante
mecanismos de mercado. Si bien
todos los sistemas capitalistas
existentes presentan un mayor o
menor grado de intervención
estatal y se alejan por diversas
razones del modelo de mercado
idealmente competitivo, razón por
la cual se definen conceptos
como la competitividad o el índice
de libertad económica, para
caracterizar hasta qué punto
difieren unos sistemas
capitalistas de otros.[26]​
Capital, trabajo y régimen
de propiedad

En los sistemas capitalistas la


titularidad de la mayor parte de
medios de producción es privada,
entendiéndose por esto su
construcción sobre un régimen de
bienes de capital industrial y de
tenencia y uso de la tierra basado
en la propiedad privada. Los
medios de producción operan
principalmente en función del
beneficio y en la de los intereses
directivos. Se acepta que en un
sistema capitalista, la mayor parte
de las decisiones de inversión de
capital están determinadas por
las expectativas de beneficio, por
lo que la rentabilidad del capital
invertido tiene un papel muy
destacado en la vida económica.
Junto con el capital, el trabajo se
refiere al otro gran conjunto de
elementos de producción
(algunos autores añaden un factor
tradicionalmente llamado «tierra»
que en términos generales puede
representar cualquier tipo de
«recurso natural»). El papel
decisivo del trabajo, junto el
capital, hacen que uno de los
aspectos importantes del
capitalismo sea la competencia
en el llamado mercado de trabajo
asalariado.

Sobre la propiedad privada, los


sistemas capitalistas tienden a
que los recursos invertidos por los
prestadores de capital para la
producción económica, estén en
manos de las empresas y
personas particulares
(accionistas). De esta forma a los
particulares se les facilita el uso,
empleo y control de los recursos
que se utilizan la producción de
bienes y servicios. En los
sistemas capitalistas se busca
que no existan demasiadas
restricciones para las empresas
sobre como usar mejor sus
factores de producción (capital,
trabajo, recursos disponibles).

Entre las características generales


del capitalismo se encuentra la
motivación basada en el cálculo
costo-beneficio dentro de una
economía de intercambio basada
en el mercado, el énfasis
legislativo en la protección de un
tipo específico de apropiación
privada (en el caso del
capitalismo particularmente
lockeano), o el predominio de las
herramientas de producción en la
determinación de las formas
socioeconómicas.

Contrato libre, ganancias


y movilidad social

El capitalismo se considera un
sistema económico en el cual el
dominio de la propiedad privada
sobre los medios de producción
desempeña un papel
fundamental. Es importante
comprender lo que se entiende
por propiedad privada en el
capitalismo ya que existen
múltiples opiniones, a pesar de
que este es uno de los principios
básicos del capitalismo: otorga
influencia económica a quienes
detentan la propiedad de los
medios de producción (o en este
caso el capital), dando lugar a una
relación voluntaria de funciones y
de mando entre el empleador y el
empleado. Esto crea a su vez una
sociedad de clases móviles en
relación con el éxito o fracaso
económico en el mercado de
consumo, lo que influye en el
resto de la estructura social según
la variable de capital acumulada;
por tal razón en el capitalismo la
pertenencia a una clase social es
movible y no estática.

Las relaciones económicas de


producción y el origen de la
cadena de mando —incluyendo la
empresaria por delegación— es
establecida desde la titularidad
privada y exclusiva de los
propietarios de una empresa en
función de la participación en su
creación en tanto primeros
propietarios del capital. La
propiedad y el usufructo queda
así en manos de quienes
adquirieron o crearon el capital
volviendo interés su óptima
utilización, cuidado y
acumulación, con independencia
de que la aplicación productiva
del capital se genere mediante la
compra del trabajo, esto es, el
sueldo, realizado por los
asalariados de la empresa.

Una de las interpretaciones más


difundidas señala que en el
capitalismo, como sistema
económico, predomina el capital
—actividad empresarial, mental—
sobre el trabajo —actividad
corporal— como elemento de
producción y creador de riqueza.
El control privado de los bienes de
capital sobre otros factores
económicos tiene la característica
de hacer posible negociar con las
propiedades y sus intereses a
través de rentas, inversiones, etc.
Eso crea el otro distintivo del
capitalismo que es el beneficio o
ganancia como prioridad en la
acción económica en función de
la acumulación de capital que por
vía de la compra del trabajo
puede separarse del trabajo
asalariado.

Libre mercado, empresas,


competencia y trabajo

El capitalismo se basa
ideológicamente en una
economía en la cual el mercado
predomina, esto usualmente se
da, aunque existen importantes
excepciones además de las
polémicas sobre qué debe ser
denominado libre mercado o libre
empresa. En este se llevan a cabo
las transacciones económicas
entre personas, empresas y
organizaciones que ofrecen
productos y las que los
demandan. El mercado, por medio
de las leyes de la oferta y la
demanda, regula los precios
según los cuales se intercambian
las mercancías (bienes y
servicios), permite la asignación
de recursos y la distribución de la
riqueza entre los individuos.

La libertad de empresa propone


que todas las empresas sean
libres de conseguir recursos
económicos y transformarlos en
una nueva mercancía o servicio
que será ofrecido en el mercado
que estas dispongan. A su vez,
son libres de escoger el negocio
que deseen desarrollar y el
momento para entrar o salir de
este. La libertad de elección se
aplica a las empresas, los
trabajadores y los consumidores,
pues la empresa puede manejar
sus recursos como crea
conveniente, los trabajadores
pueden realizar un trabajo
cualquiera que esté dentro de sus
capacidades y los consumidores
son libres de escoger lo que
desean consumir, buscando que
el producto escogido cumpla con
sus necesidades y se encuentre
dentro de los límites de su
ingreso. Esto en un contexto
teórico capitalista es denominado
cálculo económico.

Competencia se refiere a la
existencia de un gran número de
empresas o personas que ofrecen
y venden un producto (oferentes)
en un mercado determinado. En
dicho mercado también existe un
gran número de personas o
empresas (demandantes), las
cuales, según sus preferencias y
necesidades, compran o
demandan esos productos o
mercancías. A través de la
competencia se establece una
«rivalidad» o antagonismo entre
productores. Los productores
buscan acaparar la mayor
cantidad de
consumidores/compradores para
sí. Para conseguir esto, utilizan
estrategias de reducción de
precios, mejoramiento de la
calidad, etc.

Al hacer referencia a una fuerza


de trabajo libre, se entiende a una
mano de obra con la libertad de
vender su capacidad de trabajo a
cambio de un salario a cualquier
patrono potencial.[27]​

La empresa por sociedad


de capitales

El tipo de empresa actual suele


resultar de una asociación. A
principios del siglo XIX, las
empresas eran generalmente de
un individuo que invertía en ellas
capitales, fueran estos propios o
procedentes de préstamos, y los
ponía al servicio de una
capacidad técnica, que
generalmente él mismo tenía. Sin
embargo, el posterior desarrollo o
auge del capitalismo demostraron
claramente la superioridad de la
empresa, que supera los límites
de la personalidad individual o de
la continuidad familiar[28]​. Este
sistema permite al mismo tiempo
agrupar capacidades que se
completan y disociar las
aportaciones de capital de las
aptitudes puramente técnicas,
antes confundidas. Hay que
distinguir dos grandes categorías
de sociedades:

1. Las de personas, constituidas


por un pequeño número de
individuos que aportan al fondo
social capitales, llamados (partes)
o capacidades técnicas (caso del
socio industrial opuesto al
capitalista), que, como son en
realidad fracciones casi
materiales de la empresa no
pueden ser cedidas sin el acuerdo
de los copartícipes.

2. Las de capitales, en las que las


partes llamadas (acciones),se
consideran como simples
pruebas materiales de la
aportación de cierto capital por
los asociados, en general
numerosos y tienen por tanto la
posibilidad de transmitirse o
negociarse libremente en la bolsa
de valores.

Crecimiento económico …

Teóricos y políticos han


enfatizado la habilidad del
capitalismo para promover el
crecimiento económico buscando
aumentar los beneficios, tal como
se mide por el Producto Interno
Bruto (PIB), utilización de la
capacidad instalada o calidad de
vida. Sin embargo, debe notarse
el análisis de la tasa de
crecimiento ha revelado que el
progreso técnico y causas no
asignables a la intensividad del
capital o la asignación de trabajo,
parecen ser responsables de gran
parte de la productividad (ver
productividad total de los
factores). Igualmente los sistemas
de economía planificada lograron
entre 1945-1970 tasas muy
superiores a la mayor parte de
países capitalistas. Aun dejando a
un lado el peso de los diferentes
factores en el crecimiento
económico, la posible benéfica
influencia de la organización
capitalista de la producción ha
sido históricamente el argumento
central, por ejemplo, en la
propuesta de Adam Smith de
dejar que el libre mercado
controle los niveles de producción
y de precio, y distribuya los
recursos.

Diversos autores han sostenido


que el rápido y consistente
crecimiento de los indicadores
económicos mundiales desde la
revolución industrial se debe al
surgimiento del capitalismo
moderno.[29][30]
​ ​ Aun cuando
parece que parte del crecimiento
recogida dentro de la
productividad total de los factores
no necesariamente está ligada al
modo de organización capitalista,
sino podría deberse simplemente
a factores técnicos cuyo
desarrollo obedece a causas más
complicas.[31]​ Los defensores de
que la organización capitalista es
el factor principal en el
crecimiento argumentan que
incrementar el PIB (per cápita) ha
demostrado empíricamente una
mejora en la calidad de vida de las
personas, tal como mejor
disponibilidad de alimentos,
vivienda, vestimenta, atención
médica, reducción de horas de
trabajo, y libertad de trabajo para
niños y ancianos.[32]​
Sí parece ampliamente
demostrado, que la
especialización tanto en la
agricultura como en otras áreas,
produce un aumento de la
producción existente, y la
actividad comercial de materias
primas aumenta. La consecuencia
de este hecho, es el incremento
de la circulación de capital, que
fue un estímulo a la banca, y por
tanto de la riqueza de la sociedad,
aumentando el ahorro y con ello la
inversión. Este fue
fundamentalmente el origen de la
banca actual, la cual tenía dos
funciones: prestar el dinero que
custodiaban a cambio de un
interés y la emisión de "promesas
de pago al contado al portador"
que circulaban como dinero.

Argumentos favorables al
capitalismo también afirman que
una economía capitalista brinda
más oportunidades a los
individuos de incrementar sus
ingresos a través de nuevas
profesiones o negocios que otras
formas de economía. Según esta
manera de pensar, este potencial
es mucho mayor que en las
sociedades feudales o tribales o
en las sociedades socialistas.
[cita requerida] Igualmente, diversos
trabajos modernos han enfatizado
las dificultades de los sistemas
capitalistas no sometidos a
regulación, los efectos de la
información asimétrica, y la
ocurrencia de crisis económicas
cíclicas.[33]​

Organizaciones por
interés individual

De acuerdo con los argumentos
de los defensores del capitalismo,
cada uno de los actores del
mercado actuaría según su propio
interés; por ejemplo, el empleador,
quien posee recursos productivos
y capital, buscaría maximizar el
beneficio económico por medio
de la acumulación y producción
de mercancías. Por otra parte, los
empleados, quienes estarían
vendiendo su trabajo a su
empleador a cambio de un
salario; y, por último, los
consumidores, que estarían
buscando obtener la mayor
satisfacción o utilidad
adquiriendo lo que desean o
necesitan en función a la calidad
del producto y de su precio.

De acuerdo con numerosos


economistas, el capitalismo
podría organizarse a sí mismo
como un sistema complejo sin
necesidad de un mecanismo de
planeamiento o guía externa.[34]​
A este fenómeno se lo llama
laissez faire.[35]​ Otros
economistas modernos han
señalado la conveniencia de las
regulaciones, especialmente si se
tienen en cuenta que las
economías están insertas en
sistemas sociopolíticos y
medioambientales que también
es necesario preservar. A este
respecto el propio presidente
Franklin D. Roosevelt, en un
mensaje al Congreso del 29 de
abril de 1938 llegó a afirmar:

La libertad de
una
democracia
no está a
salvo si la
gente tolera el
crecimiento
del poder en
manos
privadas
hasta el punto
de que se
convierte en
algo más
fuerte que el
propio estado
democrático.[36]

En cualquier caso es innegable,


que para unos y otros el proceso
de búsqueda de beneficios tiene
un rol importante (ya se prefiera
una economía con cierta
regulación o una totalmente
desregulada). Se admite que a
partir de las transacciones entre
compradores y vendedores
emerge un sistema de precios, y
los precios frecuentemente
surgen como una señal de cuáles
son las urgencias y necesidades
insatisfechas de las personas, si
bien algunos autores señalan que
pueden existir fallos de mercado
bajo circunstancias específicas.
La promesa de beneficios les da a
los emprendedores el incentivo
para usar su conocimiento y
recursos para satisfacer esas
necesidades. De tal manera, las
actividades de millones de
personas, cada una buscando su
propio interés, se coordinan y
complementan entre sí.[37]​

Liberalismo y papel del


Estado

La doctrina política que


históricamente ha encabezado la
defensa e implantación de este
sistema económico y político ha
sido el liberalismo económico y
clásico del cual se considera sus
padres fundadores a John Locke,
Juan de Mariana y Adam Smith. El
pensamiento liberal clásico
sostiene en economía que la
intervención del gobierno debe
reducirse a su mínima expresión.
Solo debe encargarse del
ordenamiento jurídico que
garantice el respeto de la
propiedad privada, la defensa de
las llamadas libertades negativas:
los derechos civiles y políticos, el
control de la seguridad interna y
externa (justicia y protección), y
eventualmente la implantación de
políticas para garantizar el libre
funcionamiento de los mercados,
ya que la presencia del Estado en
la economía perturbaría su
funcionamiento. Sus
representantes contemporáneos
más prominentes son Ludwig von
Mises y Friedrich Hayek por parte
de la llamada Escuela austríaca
de economía; George Stigler y
Milton Friedman por parte de la
llamada Escuela de Chicago,
existiendo profundas diferencias
entre ambas.

Existen otras tendencias dentro


del pensamiento económico que
asignan al Estado funciones
diferentes. Por ejemplo los que se
adscriben a lo sostenido por John
Maynard Keynes, según el cual el
Estado puede intervenir para
incrementar la demanda efectiva
en época de crisis. También se
puede mencionar a los
politólogos que dan al Estado y a
otras instituciones un papel
importante en controlar las
deficiencias del mercado (una
línea de pensamiento en este
sentido es el
neoinstitucionalismo).

Origen
Skyline de la ciudad inglesa de
Mánchester en 1857. Durante el siglo
XIX en medio de la Revolución industrial
esta ciudad desarrolló tal cantidad de
industria textil que fue llamada
Cottonopolis, y se convirtió en modelo
de la prosperidad provocada por el
capitalismo de libre empresa para el
movimiento social y político denominado
Escuela de Mánchester.

Tanto los mercaderes como el


comercio existen desde que
existe la civilización, pero el
capitalismo como sistema
económico, en teoría, no apareció
hasta el siglo XVII en Inglaterra
sustituyendo al feudalismo.
Según Adam Smith, los seres
humanos siempre han tenido una
fuerte tendencia a «realizar
trueques, cambios e intercambios
de unas cosas por otras». De esta
forma al capitalismo, al igual que
al dinero y la economía de
mercado, se le atribuye un origen
espontáneo o natural dentro de la
edad moderna.[38]​
La sustitución del feudalismo tuvo
como impulso a poderosas
fuerzas del cambio que sirvieron
para introducir de forma gradual
la estructura de una sociedad de
mercado, dentro de las
principales fuerzas se
encuentran:[39]​

El papel del mercader


ambulante en la introducción
del comercio, el dinero y el
espíritu adquisitivo.
El proceso de urbanización
como una fuente de actividad
económica y como punto
central de un poder nuevo y
orientado al comercio.
Las cruzadas como una
interrupción de la vida feudal y
la introducción de nuevas
ideas.
El surgimiento de estados
nacionales que apoyaban y
facilitaban el comercio.
El estímulo de la edad de la
exploración y del oro.
El surgimiento de nuevas ideas
religiosas que simpatizaban
más con la actividad de los
negocios que con el
catolicismo.
La monetización de los tributos
dentro del sistema feudal.

Todas estas fuerzas del cambio


crearon un aspecto económico en
la vida de las personas que antes
no existía, con estos cambios se
empieza a marcar la separación
del aspecto social de la vida con
el aspecto económico, con este
nacimiento del aspecto
económico la sociedad empieza a
tener fuertes transformaciones,
por ejemplo, el siervo ya no está
atado a la tierra sino que se
convierte en un trabajador libre, el
maestro gremial ahora es un
empresario independiente, el
señor feudal se convierte ahora
en un simple arrendatario, estas
transformaciones son cruciales
para el nacimiento del capitalismo
ya que empiezan a introducir las
bases de este nuevo sistema
económico. El nacimiento de
estos trabajadores libres,
capitalistas y terratenientes cada
uno vendiendo sus servicios en el
mercado del trabajo, el capital y la
tierra hicieron que nacieran los
"factores de producción".

El orden económico resultante de


estos acontecimientos fue un
sistema en el que predominaba lo
comercial o mercantil, es decir,
cuyo objetivo principal consistía
en intercambiar bienes y no en
producirlos. La importancia de la
producción no se hizo patente
hasta la Revolución industrial que
tuvo lugar en el siglo XIX.
El camino hacia el capitalismo a
partir del siglo XIII fue allanado
gracias a la filosofía del
Renacimiento y de la Reforma.
Estos movimientos cambiaron de
forma drástica la sociedad,
facilitando la aparición de los
modernos Estados nacionales
que proporcionaron las
condiciones necesarias para el
crecimiento y desarrollo del
capitalismo en las naciones
europeas. Este crecimiento fue
posible gracias a la acumulación
del excedente económico que
generaba el empresario privado y
a la reinversión de este excedente
para generar mayor crecimiento,
lo cual generó industrialización en
las regiones del norte.

Tipos de sistemas
capitalistas
Como se ha indicado
anteriormente, existen distintas
variantes del capitalismo que se
diferencian de acuerdo a la
relación entre el mercado, el
Estado y la sociedad. Por
supuesto, todas comparten
características como la
producción de bienes y servicios
por beneficio, asignación de
recursos basada principalmente
en el mercado, y estructuración
en torno a la acumulación de
capital. Es importante destacar
que entre los círculos ligados a la
Escuela austríaca de economía se
conoce como «capitalismo» a su
variante más pura, el laissez
faire.[40]​ Otros defensores del
capitalismo han adoptado
visiones del capitalismo más
moderadas y más matizadas con
respecto a su implementación
práctica.

Algunas de las formas de


capitalismo históricamente
existentes o propuestas son:

Mercantilismo y
proteccionismo
Laissez faire y capitalismo
deregulado
Capitalismo corporativo
Economía social de mercado
Economía mixta
En gran medida en la mayoría de
países modernos predominan
formas de capitalismo más
cercanas a las dos últimas
formas, la economía social de
mercado y la economía mixta. El
mercantilismo y el proteccionismo
parecen casi universalmente
abandonados aunque tuvieron su
auge durante los siglos XVIII y
XIX.

Mercantilismo …

Esta es una forma nacionalista del


capitalismo temprano que nació
aproximadamente en el siglo XVI.
Se caracteriza por el
entrelazamiento de intereses
comerciales de interés para el
Estado y el imperialismo y,
consecuentemente, por el uso del
aparato estatal para promover las
empresas nacionales en el
extranjero. Un buen ejemplo lo
entrega el caso del monopolio
comercial impuesto por España a
sus territorios de ultramar en
1504 prohibiéndoles comerciar
con otras naciones.
El mercantilismo sostiene que la
riqueza de las naciones se
incrementa a través de una
balanza comercial positiva (en
que las exportaciones superan a
las importaciones). Corresponde
a la fase de desarrollo capitalista
llamada Acumulación originaria
de capital.

Capitalismo de libre
mercado

El capitalismo laissez faire se


caracteriza por contratos
voluntarios en ausencia de
intervención de terceros (como
pudiere ser el Estado). Los
precios de los bienes y servicios
son establecidos por la oferta y la
demanda, llegando naturalmente
a un punto de equilibrio. Implica la
existencia de mercados altamente
competitivos y la propiedad
privada de los medios de
producción. El rol del Estado se
limita a la producción de
seguridad y al resguardo de los
derechos de propiedad.
Economía social de
mercado

En este sistema la intervención


del Estado en la economía es
mínima, pero entrega servicios
importantes en cuanto a la
seguridad social, prestaciones de
desempleo y reconocimiento de
derechos laborales a través de
acuerdos nacionales de
negociación colectiva. Este
modelo es prominente en los
países de Europa occidental y del
norte, aunque variando sus
configuraciones. La gran mayoría
de las empresas son de
propiedad privada.

Capitalismo corporativo …

Caracterizado por la dominación


de corporaciones jerárquicas y
burocráticas. El término
«capitalismo monopolista de
Estado» fue originalmente un
concepto marxista para referirse a
una forma de capitalismo en que
la política de estado es utilizada
para beneficiar y promover los
intereses de corporaciones
dominantes mediante la
imposición de barreras
competitivas y la entrega de
subsidios.

Economía mixta …

Una economía mixta está basada


en gran medida en el mercado, y
consiste en la convivencia de la
propiedad privada y la propiedad
pública de los medios de
producción, y en el
intervencionismo a través de
políticas macroeconómicas
destinadas a corregir los posibles
fallos de mercado, reducir el
desempleo y mantener bajos los
niveles de inflación. Los niveles
de intervención varían entre los
diferentes países, y la mayoría de
las economías capitalistas son
mixtas hasta cierto punto.

En términos políticos informales


se considera que los sistemas
capitalistas son opuestos a los
sistemas de inspiración socialista.
Presuntamente los sistemas
socialistas difieren de los
sistemas capitalistas en varias
maneras: propiedad pública de
los medios de producción, los
recursos monetarios obtenidos
mediante la producción pueden
ser utilizados con fines sociales
no relacionados con la inversión o
la obtención de beneficios. En
muchos sistemas históricos de
inspiración socialista muchas
decisiones importantes de
producción fueron directamente
planificadas por el estado lo cual
dio lugar a sistemas de economía
planificada.

Tampoco pueden considerarse


sistemas capitalistas muchos
sistemas socioeconómicos de la
antigüedad y la edad media, ya
que en ellos tenía un papel
destacado la mano de obra
forzada (como en el feudalismo) o
directamente la mano de obra
esclava (presente en la
antigüedad, la edad moderna e
incluso perduró inicialmente en
las sociedades capitalistas).
Tampoco existía en muchos de
esos sistemas movilidad social, al
tratarse de sociedades
estamentarias; ni la producción
estaba orientada o racionalizada a
la obtención de beneficio
económico o a crear sistemas de
acumulación capitalista, sino que
otros objetivos socialmente
deseables para una parte de la
sociedad podían tener mayor
peso en las decisiones de
producción y la actividad
económica.

Capitalismo de riesgo …
Comprendido también como
sociedad de riesgo, ha sido un
vocablo introducido por el
sociólogo alemán Ulrich Beck
quien comprendía que luego de
Chernobyl la sociedad entró en
una nueva fase de producción. El
riesgo era la base angular de la
sociedad que hacía a todas las
clases iguales. Este proceso de
desjerarquización ha llevado a un
fenómeno conocido como
proceso de reflexibilidad. En el
capitalismo descrito por Beck, los
sistemas de producción son
descentralizados, en parte como
resultado del proceso de
reflexibilidad que da origen a
formas donde el lego tiene
acceso a información que en
épocas anteriores eran exclusivas
de los expertos. No obstante, la
introducción de la tecnología para
detectar y reducir ciertos riesgos,
engendraba otros no tenidos en
cuenta o planificados por los
expertos.[41]​ Anthony Giddens
explora el capitalismo del riesgo
como una consecuencia del
empalme entre la globalización y
el mercantilismo.[42]​ Por su parte,
Richard Sennet sugiere que la
discursividad del riesgo es útil
para que los grupos privilegiados
no asuman los riesgos de sus
decisiones. El ciudadano
moderno debe gestionarse su
propia seguridad como signo de
estatus, que le permite ingresar al
mundo de los buenos
ciudadanos. Quienes así no
pueden gestionarlo, son tildados
de «incapaces» o «personas
vulnerables». Ser vulnerable
implica no tener autonomía
respecto de otros que si pueden
autoprotegerse. Este cambio en
las políticas de protección se
asocia a una tendencia
económica que pondera y
valoriza a quienes no se apegan a
una empresa por muchos años.
Los expertos en organizaciones o
sociología laboral sugieren que
las personas deben cambiar de
trabajo en forma periódica debido
a que ello sugiere una adaptación
sana a lo diferente. Más allá de
este discurso subyace una lógica
de explotación que intenta romper
con los lazos sociales y con el
apego tradicional de un sujeto a
una organización. Por ese motivo,
no es extraño observar que dentro
del culto al cambio prime una
atmósfera de precarización
laboral.[43]​ Ante el mismo
problema Zygmunt Bauman
acuña el término «sociedad
líquida» para expresar la dinámica
del capitalismo moderno. En la
sociedad sólida las economías y
los lazos institucionales estaban
orientados a largo plazo, en forma
de una producción de escala.
Pero la modernidad ha cambiado
a formas más descentralizadas,
móviles y menos estables en los
canales productivos. Eso ha dado
como resultado una sociedad
donde los lazos sociales son
adaptables al momento y a los
intereses individuales de las
personas. En la sociedad líquida
la seguridad es empleada como
una forma discursiva que denota
exclusividad y estatus social. Los
medios tecnológicos vigentes son
usados por los grupos
privilegiados no solo para
protegerse de ciertos grupos
marginales, sino para demostrar
ejemplaridad.[44][45]
​ [46]
​ ​

Capitalismo mortuorio …

George H. Mead afirmaba que


existía una fascinación por las
malas noticias, los periódicos y
los accidentes porque de esa
forma el "yo" exorciza a la muerte.
Se siente una sana alegría ante la
tragedia de los demás debido a
que se ha evitado ser afectado
por el evento.[47]​ En este sentido,
Joy Sather-Wagstaff sugiere que
los desastres provocados por el
hombre o naturales generan un
gran trauma para la sociedad, el
cual debe ser regulado por medio
de la solidaridad entre las
víctimas y los supervivientes. En
ciertas ocasiones, el poder
político intenta manipular el
discurso con el fin de ganar
legitimidad frente a los miembros
de la comunidad. Se da, entonces,
una patrimonialización del dolor
que distorsiona las razones reales
del desastre. Rememorar la
muerte es el primer hecho político
que da origen a la cultura.[48]​
Estas mismas observaciones
fueron validadas por la profesora
Rodanthi Tzanelli de la
Universidad de Leeds, quien
sostiene que el cine ha hecho de
la muerte una principal mercancía
(en inglés, commodity) para ser
comercializado por los diferentes
agentes del capitalismo al punto
de imponer mensajes discursivos
hegemónicos. En diversas
prácticas como la visita a lugares
de extrema pobreza, o a
santuarios donde abunda la
muerte masiva, estos dispositivos
apelan al sufrimiento humano
para dotar al consumidor de una
realidad apocalíptica. La función
de retratar la miseria ajena radica
en el reforzamiento de la propia
posición de clase ejercida por la
élite capitalista.[49]​ Phillipe Aries
por su parte sostiene que el
hombre moderno ha perdido la
familiaridad con la muerte y a
diferencia de sus predecesores ha
hecho de ella algo incontrolable,
cuyos efectos adquieren una
naturaleza desestabilizadora.[50]​
Por último, la muerte funcionaría
según Geoffrey Skoll como un
importante discurso para
mantener a la masa trabajadora
bajo control.[51]​ Zygmunt Bauman
sostiene que el estado de hiper-
vigilancia que se ha
fundamentado en el uso de
tecnologías cumple una doble
función. Por un lado protege a los
ciudadanos deseables de los
indeseables, pero también sirve
como criterio de exclusión donde
solo unos pocos se aíslan del
resto de la sociedad. La
exclusividad confiere estatus a
ciertos grupos y la vigilancia es el
instrumento por medio del cual
ese estatus se hace visible a otros
quienes no poseen los recursos
necesarios para protegerse.[52]​

Críticas al capitalismo
Pyramid of Capitalist System, póster del
sindicato Industrial Workers of the
World. Critica el capitalismo
representándolo como una estructura
jerárquica de clases sociales.

Parte de la crítica al capitalismo


es la opinión de que es un sistema
caracterizado por la explotación
de la fuerza de trabajo humano al
constituir el trabajo como una
mercancía más. Esta condición
sería su principal contradicción:
medios de producción privados
con fuerza de trabajo colectiva,
de este modo, mientras en el
capitalismo se produce de forma
colectiva, el disfrute de las
riquezas generadas es privado, ya
que el sector privado "compra" el
trabajo de los obreros con el
salario. La alternativa histórica al
capitalismo con mayor acogida ha
estado representada por el
socialismo.[cita requerida]
Marxismo …

Para el materialismo histórico (el


marco teórico del marxismo), el
capitalismo es un modo de
producción. Los marxistas creen
que las desigualdades sociales se
deben a una continua lucha
social, la "lucha de clases" que
tendría una inevitable evolución
en el comunismo, en este sistema
se plantea una mejora en las
relaciones socio-económicas que
mejoraría las condiciones
laborales de los trabajadores y
evitaría la injusticia social que
ellos creen que tiene lugar en el
capitalismo.

Esta construcción intelectual es


originaria del pensamiento de Karl
Marx (Manifiesto Comunista,
1848, El Capital, 1867) y deriva
de la síntesis y crítica de tres
elementos: la economía clásica
inglesa (Adam Smith, David
Ricardo y Thomas Malthus), la
filosofía idealista alemana
(fundamentante la dialéctica
hegeliana) y el movimiento obrero
de la primera mitad del siglo XIX
(representado por autores que
Marx calificaba de socialistas
utópicos).

Capitalismo e imperialismo …

Los críticos del capitalismo lo


responsabilizan de generar
numerosas desigualdades
económicas. Tales desigualdades
eran muy acusadas durante el
siglo XIX, sin embargo, a lo largo
de la industrialización
(principalmente en el siglo XX) se
experimentaron notables mejorías
materiales y humanas. Los
críticos del capitalismo (John A.
Hobson, Imperialism, a study,
Lenin, El imperialismo, fase
superior del capitalismo)
señalaron desde finales del siglo
XIX que tales avances se
obtuvieron por un lado a costa del
colonialismo, que permitió el
desarrollo económico de las
metrópolis, y por otro lado gracias
al Estado del Bienestar, que
suavizó los efectos negativos del
capitalismo e impulsó toda una
serie de políticas cuasisocialista.
Otras críticas al capitalismo que
se enlazan a décadas anteriores
con el mismo matiz
antiimperialista (a partir del
pensamiento centro-periferia)
provienen de los movimientos
antiglobalización, que denuncian
al modelo económico capitalista y
las empresas transnacionales
como el responsable de las
desigualdades entre el Primer
Mundo y el Tercer Mundo,
teniendo el tercer mundo una
economía dependiente del
primero.
El mercado como institución
no natural …

Desde una perspectiva no


estrictamente marxista, Karl
Polanyi (La gran transformación,
1944) insiste en que lo crucial en
la transformación capitalista de
economía, sociedad y naturaleza
fue la conversión en mercancía de
todos los factores de producción
(tierra, o naturaleza y trabajo, o
seres humanos) en beneficio del
capital.

Capitalismo como religión …


Capitalismo como religión es un
escrito póstumo de 1921 del
filósofo alemán Walter Benjamin
que contiene una crítica profunda
al capitalismo. El texto indaga en
la naturaleza religiosa del
capitalismo como una dogmática
inhumana: la identificación del
pecado y la culpa religiosa y la
deuda impuesta por el
capitalismo (el término alemán
utilizado en el escrito Schuld
significa a la vez deuda y culpa).
Para Michael Löwy el escrito es
una lectura anticapitalista de Max
Weber.[53][54]
​ ​ En este sentido, se
ha afirmado con relación al
vínculo entre capitalismo y
religión:

Con relación a
la percepción
religiosa de la
riqueza,
podría decirse
que el dilema
del capital —
su pecado
capital cabría
decir— y el
origen de la
hostilidad que
en ocasiones
genera,
podría
explicarse por
su desapego
crónico hacia
la auténtica
riqueza: toda
aquella que
no consista en
dinero. Algo
que ha
quedado
sintetizado en
el conocido
adagio
atribuido al
emperador
Vespasiano:
«pecunia non
olet». Frente a
este
planteamient
o, resulta
comprensible
que haya
quien
entienda que
la
acumulación
de riquezas
nada tiene
que ver con la
moral
(aunque, en
realidad, esta
tenga que ver
con todo), sin
embargo, no
cabe duda de
que un rasgo
del
capitalismo es
el de
desatender el
origen y
destino del
capital,
sirviendo lo
mismo para
financiar un
hospital para
refugiados
que para
financiar la
guerra que los
ha convertido
en tales.[55]​

Ecologismo …

La crítica ecologista argumenta


que un sistema basado en el
crecimiento y la acumulación
constante es insostenible, y que
acabaría por agotar los recursos
naturales del planeta, muchos de
los cuales no son renovables. Más
aún si el consumo de estos
recursos es desigual entre los
países y en sus respectivas clases
económicas. Hasta hace algunas
décadas, se pensaba que los
recursos naturales eran
virtualmente inagotables y que la
contaminación, pérdida de la
biodiversidad y de paisajes eran
costes asumibles del progreso.

Actualmente existen dos


tendencias principales
relacionadas con la crítica
ecologista: aquella que defiende
un desarrollo sostenible de la
economía (que consistiría en
adaptar el actual modelo al nuevo
problema medioambiental), y otra
que defiende un decrecimiento de
la economía (que apunta
directamente a nuevos sistemas
de organización económica).[56]​

Como contraparte al ecologismo


colectivista, surge el ecologismo
de mercado con base en la
libertad individual. Este
ecologismo plantea la protección
de los ecosistemas desde el
punto de vista del capitalismo
libertario, los libertarios dicen que
una definición de la propiedad
privada en todos los recursos
escasos, cada recurso escaso es
usado más eficientemente, y por
lo tanto, es regulado por el
mercado, de igual manera el
propietario siempre está
interesado en que su tierra y
animales estén sanos, usan el
ejemplo de la privatización de los
elefantes en Kenia y la
recuperación de la población de
estos para demostrar que una
economía de mercado con
propiedad privada, siempre tiene
interés en un ecosistema sano.
Desde el punto de vista de los
libertarios, cuando no hay
derechos de propiedad definidos
ocurre la denominada tragedia de
los comunes, donde el recurso es
usado por todos de manera
responsable y este se agota.

Véase también
Anticapitalismo
Capital
Capital
Capitalista
Capitalismo cognitivo
Capitalismo de Estado
Capitalismo financiero
Comunismo
Distribución de la riqueza
Empresa capitalista
Estatismo
Fordismo
Karl Marx
Liberalismo
Libertad económica
Libre empresa
Monozukuri
Orden espontáneo
Propiedad privada
Plutonomía
Sistema de producción
Socialismo
Taylorismo

Referencias
1. Definición minimalista
elaborada de forma que
concuerde con las
principales definiciones
esencialistas, tanto
posteriores (Sombart,
1902; Weber, 1904) como
previas a la invención del
término (Ricardo, 1817;
Proudhon, 1840; Marx,
1848) y a la elaboración en
concepto (Smith, 1776 ) y
concordante con la
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protestante y el espíritu del
capitalismo, Fondo de
Cultura Económica, 2008,
pp. 53-70. Sobre la misma
cuestión véase también el
resumen temático de la
obra principal en: «Notes
on Max Weber» ,
Introduction to Social
Theory (Sociology 250),
October 11, 2002,
Department of Sociology
and Social Studies,
University of Regina.
16. La sociología clásica
coincide en esta
categorización con
diferencias de matices: en
Marx se propone una
secuencia histórica de
sociedades clasistas, las
primeras de las cuales se
forman por causas
económicas pero se
sostienen mayormente
sobre funciones y
relaciones
extraeconómicas, mientras
que su punto de llegada es
la sociedad burguesa en la
cual todas las clases son de
naturaleza económica; esta
diferencia se vuelve más
relevante en la perspectiva
de Weber, por la cual solo
en el capitalismo debería
hablarse propiamente de
clases sociales como
principio estratificador,
mientras que en todas las
demás el determinante sería
estamental incluso por su
origen. Véase: Val Burris,
«La síntesis neomarxista de
Marx y Weber sobre las
clases », Zona abierta,
ISSN 0210-2692, N.º 59-
60, 1992 (Ejemplar
dedicado a: Teorías
contemporáneas de las
clases sociales), págs. 127-
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laissez passer» es una
expresión francesa que
significa «dejad hacer,
dejad pasar», refiriéndose a
una completa libertad en la
economía: libre mercado,
libre manufactura, bajos o
nulos impuestos, libre
mercado laboral, y mínima
intervención de los
gobiernos. Fue usada por
primera vez por Jean-
Claude Marie Vicent de
Gournay, fisiócrata del siglo
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