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Capitalismo
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Índice
1Características
o 1.1Capital, trabajo y régimen de propiedad
o 1.2Contrato libre, ganancias y movilidad social
o 1.3Libre mercado, empresas, competencia y trabajo.
o 1.4La empresa por sociedad de capitales
o 1.5Crecimiento económico
o 1.6Organizaciones por interés individual
o 1.7Liberalismo y papel del Estado
2Origen
3Tipos de sistemas capitalistas
o 3.1Mercantilismo
o 3.2Capitalismo de libre mercado
o 3.3Economía social de mercado
o 3.4Capitalismo corporativo
o 3.5Economía mixta
o 3.6Capitalismo de riesgo
o 3.7Capitalismo mortuorio
4Críticas al capitalismo
o 4.1Marxismo
4.1.1Capitalismo e imperialismo
4.1.2El mercado como institución no natural
4.1.3Capitalismo como religión
o 4.2Ecologismo
5Véase también
6Referencias
7Bibliografía
8Enlaces externos
Características[editar]
En cualquier caso es innegable, que para unos y otros el proceso de búsqueda de beneficios
tiene un rol importante (ya se prefiera una economía con cierta regulación o una totalmente
desregulada). Se admite que a partir de las transacciones entre compradores y vendedores
emerge un sistema de precios, y los precios frecuentemente surgen como una señal de cuáles
son las urgencias y necesidades insatisfechas de las personas, si bien algunos autores
señalan que pueden existir fallos de mercado bajo circunstancias específicas. La promesa de
beneficios les da a los emprendedores el incentivo para usar su conocimiento y recursos para
satisfacer esas necesidades. De tal manera, las actividades de millones de personas, cada
una buscando su propio interés, se coordinan y complementan entre sí.36
Liberalismo y papel del Estado[editar]
La doctrina política que históricamente ha encabezado la defensa e implantación de
este sistema económico y político ha sido el liberalismo económico y clásico del cual se
considera sus padres fundadores a John Locke, Juan de Mariana y Adam Smith. El
pensamiento liberal clásico sostiene en economía que la intervención del gobierno debe
reducirse a su mínima expresión. Solo debe encargarse del ordenamiento jurídico que
garantice el respeto de la propiedad privada, la defensa de las llamadas libertades negativas:
los derechos civiles y políticos, el control de la seguridad interna y externa (justicia y
protección), y eventualmente la implantación de políticas para garantizar el libre
funcionamiento de los mercados, ya que la presencia del Estado en la economía perturbaría
su funcionamiento. Sus representantes contemporáneos más prominentes son Ludwig von
Mises y Friedrich Hayek por parte de la llamada Escuela austríaca de economía; George
Stigler y Milton Friedman por parte de la llamada Escuela de Chicago, existiendo profundas
diferencias entre ambas.
Existen otras tendencias dentro del pensamiento económico que asignan al Estado funciones
diferentes. Por ejemplo los que se adscriben a lo sostenido por John Maynard Keynes, según
el cual el Estado puede intervenir para incrementar la demanda efectiva en época de crisis.
También se puede mencionar a los politólogos que dan al Estado y a otras instituciones un
papel importante en controlar las deficiencias del mercado (una línea de pensamiento en este
sentido es el neoinstitucionalismo).
Origen[editar]
Skyline de la ciudad inglesa de Mánchester en 1857. Durante el siglo XIX en medio de la Revolución
industrial esta ciudad desarrolló tal cantidad de industria textil que fue llamada Cottonopolis, y se
convirtió en modelo de la prosperidad provocada por el capitalismo de libre empresa para el movimiento
social y político denominado Escuela de Mánchester.
Tanto los mercaderes como el comercio existen desde que existe la civilización, pero el
capitalismo como sistema económico, en teoría, no apareció hasta el siglo XVII en Inglaterra
sustituyendo al feudalismo. Según Adam Smith, los seres humanos siempre han tenido una
fuerte tendencia a «realizar trueques, cambios e intercambios de unas cosas por otras». De
esta forma al capitalismo, al igual que al dinero y la economía de mercado, se le atribuye
un origen espontáneo o natural dentro de la edad moderna.37
La sustitución del feudalismo tuvo como impulso a poderosas fuerzas del cambio que sirvieron
para introducir de forma gradual la estructura de una sociedad de mercado, dentro de las
principales fuerzas se encuentran:38
Mercantilismo y proteccionismo
Laissez faire y capitalismo deregulado
Capitalismo corporativo
Economía social de mercado
Economía mixta
En gran medida en la mayoría de países modernos predominan formas de capitalismo más
cercanas a las dos últimas formas, la economía social de mercado y la economía mixta. El
mercantilismo y el proteccionismo parecen casi universalmente abandonados aunque tuvieron
su auge durante los siglos XVIII y XIX.
Mercantilismo[editar]
Artículos principales: Mercantilismo y Proteccionismo.
Esta es una forma nacionalista del capitalismo temprano que nació aproximadamente en el
siglo XVI. Se caracteriza por el entrelazamiento de intereses comerciales de interés para el
Estado y el imperialismo y, consecuentemente, por el uso del aparato estatal para promover
las empresas nacionales en el extranjero. Un buen ejemplo lo entrega el caso del monopolio
comercial impuesto por España a sus territorios de ultramar en 1504 prohibiéndoles comerciar
con otras naciones.
El mercantilismo sostiene que la riqueza de las naciones se incrementa a través de
una balanza comercial positiva (en que las exportaciones superan a las importaciones).
Corresponde a la fase de desarrollo capitalista llamada Acumulación originaria de capital.
Capitalismo de libre mercado[editar]
Artículos principales: Laissez faire y Libre mercado.
En este sistema la intervención del Estado en la economía es mínima, pero entrega servicios
importantes en cuanto a la seguridad social, prestaciones de desempleo y reconocimiento de
derechos laborales a través de acuerdos nacionales de negociación colectiva. Este modelo es
prominente en los países de Europa occidental y del norte, aunque variando sus
configuraciones. La gran mayoría de las empresas son de propiedad privada.
Capitalismo corporativo[editar]
Artículo principal: Capitalismo corporativo
Una economía mixta está basada en gran medida en el mercado, y consiste en la convivencia
de la propiedad privada y la propiedad pública de los medios de producción, y en el
intervencionismo a través de políticas macroeconómicas destinadas a corregir los
posibles fallos de mercado, reducir el desempleo y mantener bajos los niveles de inflación. Los
niveles de intervención varían entre los diferentes países, y la mayoría de las economías
capitalistas son mixtas hasta cierto punto.
En términos políticos informales se considera que los sistemas capitalistas son opuestos a los
sistemas de inspiración socialista. Presuntamente los sistemas socialistas difieren de los
sistemas capitalistas en varias maneras: propiedad pública de los medios de producción, los
recursos monetarios obtenidos mediante la producción pueden ser utilizados con fines
sociales no relacionados con la inversión o la obtención de beneficios. En muchos sistemas
históricos de inspiración socialista muchas decisiones importantes de producción fueron
directamente planificadas por el estado lo cual dio lugar a sistemas de economía planificada.
Tampoco pueden considerarse sistemas capitalistas muchos sistemas socioeconómicos de
la antigüedad y la edad media, ya que en ellos tenía un papel destacado la mano de obra
forzada (como en el feudalismo) o directamente la mano de obra esclava (presente en la
antigüedad, la edad moderna e incluso perduró inicialmente en las sociedades capitalistas).
Tampoco existía en muchos de esos sistemas movilidad social, al tratarse de
sociedades estamentarias; ni la producción estaba orientada o racionalizada a la obtención de
beneficio económico o a crear sistemas de acumulación capitalista, sino que otros objetivos
socialmente deseables para una parte de la sociedad podían tener mayor peso en las
decisiones de producción y la actividad económica.
Capitalismo de riesgo[editar]
Comprendido también como sociedad de riesgo, ha sido un vocablo introducido por el
sociólogo alemán Ulrich Beck quien comprendía que luego de Chernobyl la sociedad entró en
una nueva fase de producción. El riesgo era la base angular de la sociedad que hacía a todas
las clases iguales. Este proceso de desjerarquización ha llevado a un fenómeno conocido
como proceso de reflexibilidad. En el capitalismo descrito por Beck, los sistemas de
producción son descentralizados, en parte como resultado del proceso de reflexibilidad que da
origen a formas donde el lego tiene acceso a información que en épocas anteriores eran
exclusivas de los expertos. No obstante, la introducción de la tecnología para detectar y
reducir ciertos riesgos, engendraba otros no tenidos en cuenta o planificados por los
expertos.40 Anthony Giddens explora el capitalismo del riesgo como una consecuencia del
empalme entre la globalización y el mercantilismo.41 Por su parte, Richard Sennet sugiere que
la discursividad del riesgo es útil para que los grupos privilegiados no asuman los riesgos de
sus decisiones. El ciudadano moderno debe gestionarse su propia seguridad como signo de
estatus, que le permite ingresar al mundo de los buenos ciudadanos. Quienes así no pueden
gestionarlo, son tildados de «incapaces» o «personas vulnerables». Ser vulnerable implica no
tener autonomía respecto de otros que si pueden autoprotegerse. Este cambio en las políticas
de protección se asocia a una tendencia económica que pondera y valoriza a quienes no se
apegan a una empresa por muchos años. Los expertos en organizaciones o sociología laboral
sugieren que las personas deben cambiar de trabajo en forma periódica debido a que ello
sugiere una adaptación sana a lo diferente. Más allá de este discurso subyace una lógica de
explotación que intenta romper con los lazos sociales y con el apego tradicional de un sujeto a
una organización. Por ese motivo, no es extraño observar que dentro del culto al cambio prime
una atmósfera de precarización laboral.42 Ante el mismo problema Zygmunt Bauman acuña el
término «sociedad líquida» para expresar la dinámica del capitalismo moderno. En la sociedad
sólida las economías y los lazos institucionales estaban orientados a largo plazo, en forma de
una producción de escala. Pero la modernidad ha cambiado a formas más descentralizadas,
móviles y menos estables en los canales productivos. Eso ha dado como resultado una
sociedad donde los lazos sociales son adaptables al momento y a los intereses individuales de
las personas. En la sociedad líquida la seguridad es empleada como una forma discursiva que
denota exclusividad y estatus social. Los medios tecnológicos vigentes son usados por los
grupos privilegiados no solo para protegerse de ciertos grupos marginales, sino para
demostrar ejemplaridad.434445
Capitalismo mortuorio[editar]
George H. Mead afirmaba que existía una fascinación por las malas noticias, los periódicos y
los accidentes porque de esa forma el "yo" exorciza a la muerte. Se siente una sana alegría
ante la tragedia de los demás debido a que se ha evitado ser afectado por el evento.46 En este
sentido, Joy Sather-Wagstaff sugiere que los desastres provocados por el hombre o naturales
generan un gran trauma para la sociedad, el cual debe ser regulado por medio de la
solidaridad entre las víctimas y los supervivientes. En ciertas ocasiones, el poder político
intenta manipular el discurso con el fin de ganar legitimidad frente a los miembros de la
comunidad. Se da, entonces, una patrimonialización del dolor que distorsiona las razones
reales del desastre. Rememorar la muerte es el primer hecho político que da origen a la
cultura.47 Estas mismas observaciones fueron validadas por la profesora Rodanthi Tzanelli de
la Universidad de Leeds, quien sostiene que el cine ha hecho de la muerte una
principal mercancía (en inglés, commodity) para ser comercializado por los diferentes agentes
del capitalismo al punto de imponer mensajes discursivos hegemónicos. En diversas prácticas
como la visita a lugares de extrema pobreza, o a santuarios donde abunda la muerte masiva,
estos dispositivos apelan al sufrimiento humano para dotar al consumidor de una realidad
apocalíptica. La función de retratar la miseria ajena radica en el reforzamiento de la propia
posición de clase ejercida por la élite capitalista.48 Phillipe Aries por su parte sostiene que el
hombre moderno ha perdido la familiaridad con la muerte y a diferencia de sus predecesores
ha hecho de ella algo incontrolable, cuyos efectos adquieren una naturaleza
desestabilizadora.49 Por último, la muerte funcionaría según Geoffrey Skoll como un
importante discurso para mantener a la masa trabajadora bajo control.50 Zygmunt
Bauman sostiene que el estado de hiper-vigilancia que se ha fundamentado en el uso de
tecnologías cumple una doble función. Por un lado protege a los ciudadanos deseables de los
indeseables, pero también sirve como criterio de exclusión donde solo unos pocos se aíslan
del resto de la sociedad. La exclusividad confiere estatus a ciertos grupos y la vigilancia es el
instrumento por medio del cual ese estatus se hace visible a otros quienes no poseen los
recursos necesarios para protegerse.51
Críticas al capitalismo[editar]
Pyramid of Capitalist System, póster del sindicato Industrial Workers of the World. Critica el capitalismo
representándolo como una estructura jerárquica de clases sociales.
Para el materialismo histórico (el marco teórico del marxismo), el capitalismo es un modo de
producción. Los marxistas creen que las desigualdades sociales se deben a una continua
lucha social, la "lucha de clases" que tendría una inevitable evolución en el comunismo, en
este sistema se plantea una mejora en las relaciones socio-económicas que mejoraría las
condiciones laborales de los trabajadores y evitaría la injusticia social que ellos creen que
tiene lugar en el capitalismo.
Esta construcción intelectual es originaria del pensamiento de Karl Marx (Manifiesto
Comunista, 1848, El Capital, 1867) y deriva de la síntesis y crítica de tres elementos:
la economía clásica inglesa (Adam Smith, David Ricardo y Thomas Malthus), la filosofía
idealistaalemana (fundamentante la dialéctica hegeliana) y el movimiento obrero de la primera
mitad del siglo XIX (representado por autores que Marx calificaba de socialistas utópicos).
Capitalismo e imperialismo[editar]
Los críticos del capitalismo lo responsabilizan de generar numerosas desigualdades
económicas. Tales desigualdades eran muy acusadas durante el siglo XIX, sin embargo, a lo
largo de la industrialización (principalmente en el siglo XX) se experimentaron notables
mejorías materiales y humanas. Los críticos del capitalismo (John A. Hobson, Imperialism, a
study, Lenin, El imperialismo, fase superior del capitalismo) señalaron desde finales del siglo
XIX que tales avances se obtuvieron por un lado a costa del colonialismo, que permitió el
desarrollo económico de las metrópolis, y por otro lado gracias al Estado del Bienestar, que
suavizó los efectos negativos del capitalismo e impulsó toda una serie de políticas
cuasisocialista.
Otras críticas al capitalismo que se enlazan a décadas anteriores con el mismo
matiz antiimperialista (a partir del pensamiento centro-periferia) provienen de los
movimientos antiglobalización, que denuncian al modelo económico capitalista y las
empresas transnacionales como el responsable de las desigualdades entre el Primer Mundo y
el Tercer Mundo, teniendo el tercer mundo una economía dependiente del primero.
El mercado como institución no natural[editar]
Desde una perspectiva no estrictamente marxista, Karl Polanyi (La gran transformación, 1944)
insiste en que lo crucial en la transformación capitalista de economía, sociedad y naturaleza
fue la conversión en mercancía de todos los factores de producción (tierra, o naturaleza
y trabajo, o seres humanos) en beneficio del capital.
Capitalismo como religión[editar]
Artículo principal: Capitalismo como religión
Capitalismo como religión es un escrito póstumo de 1921 del filósofo alemán Walter
Benjamin que contiene una crítica profunda al capitalismo. El texto indaga en la naturaleza
religiosa del capitalismo como una dogmática inhumana: la identificación del pecado y
la culpa religiosa y la deuda impuesta por el capitalismo (el término alemán utilizado en el
escrito Schuld significa a la vez deuda y culpa). Para Michael Löwy el escrito es una lectura
anticapitalista de Max Weber.5253 En este sentido, se ha afirmado con relación al vínculo entre
capitalismo y religión:
Con relación a la percepción religiosa de la riqueza, podría decirse que el dilema del capital —su pecado
capital cabría decir— y el origen de la hostilidad que en ocasiones genera, podría explicarse por su
desapego crónico hacia la auténtica riqueza: toda aquella que no consista en dinero. Algo que ha
quedado sintetizado en el conocido adagio atribuido al emperador Vespasiano: «pecunia non olet».
Frente a este planteamiento, resulta comprensible que haya quien entienda que la acumulación de
riquezas nada tiene que ver con la moral (aunque, en realidad, esta tenga que ver con todo), sin
embargo, no cabe duda de que un rasgo del capitalismo es el de desatender el origen y destino del
capital, sirviendo lo mismo para financiar un hospital para refugiados que para financiar la guerra que los
ha convertido en tales.54
Ecologismo[editar]
La crítica ecologista argumenta que un sistema basado en el crecimiento y la acumulación
constante es insostenible, y que acabaría por agotar los recursos naturales del planeta,
muchos de los cuales no son renovables. Más aún si el consumo de estos recursos es
desigual entre los países y en sus respectivas clases económicas. Hasta hace algunas
décadas, se pensaba que los recursos naturales eran virtualmente inagotables y que la
contaminación, pérdida de la biodiversidad y de paisajes eran costes asumibles del progreso.
Actualmente existen dos tendencias principales relacionadas con la crítica ecologista: aquella
que defiende un desarrollo sostenible de la economía (que consistiría en adaptar el actual
modelo al nuevo problema medioambiental), y otra que defiende un decrecimiento de la
economía (que apunta directamente a nuevos sistemas de organización económica).55
Como contraparte al ecologismo colectivista, surge el ecologismo de mercado con base en
la libertad individual. Este ecologismo plantea la protección de los ecosistemas desde el punto
de vista del capitalismo libertario, los libertarios dicen que una definición de la propiedad
privada en todos los recursos escasos, cada recurso escaso es usado más eficientemente, y
por lo tanto, es regulado por el mercado, de igual manera el propietario siempre está
interesado en que su tierra y animales estén sanos, usan el ejemplo de la privatización de los
elefantes en Kenia y la recuperación de la población de estos para demostrar que una
economía de mercado con propiedad privada, siempre tiene interés en un ecosistema sano.
Desde el punto de vista de los libertarios, cuando no hay derechos de propiedad definidos
ocurre la denominada tragedia de los comunes, donde el recurso es usado por todos de
manera irresponsable y este se agota.
Socialismo
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Henri de Saint-Simon, considerado padre de la idea de socialismo como proyecto social y fundador del
llamado «socialismo utópico».
Índice
1Concepto
o 1.1Origen de la palabra socialismo
o 1.2Socialismo y comunismo
o 1.3Socialismo como movimiento político
2Historia
o 2.1La influencia de la Ilustración y el socialismo utópico
o 2.2Los debates entre los socialistas clásicos
o 2.3El socialismo en el siglo XX
o 2.4El socialismo del siglo XXI
3Véase también
o 3.1Conceptos relacionados
o 3.2Socialismo marxista
o 3.3Socialismo no marxista
4Referencias
5Bibliografía
6Enlaces externos
Concepto[editar]
Origen de la palabra socialismo[editar]
Al parecer la palabra socialismo fue empleada por primera vez por el monje Ferdinando
Facchinei en 1766 para referirse a la doctrina de los que defendían el contrato social como el
fundamento de la organización de las sociedades humanas. Veinte años más tarde, otro autor
italiano, Appiano Buonafede, volvió a utilizarla. Sin embargo, la palabra socialismo, en el
sentido moderno del término, no aparece hasta 1830 en Gran Bretaña y en Francia, casi
simultáneamente, para designar las ideas de los seguidores de Robert Owen y de Henri de
Saint-Simon. El primer uso preciso del neologismo se suele atribuir
al sansimoniano francés Pierre Leroux quien en el número de octubre-diciembre de 1833 de
la Revue encyclopédique publicó un artículo titulado Del individualismo y del socialismo,
aunque en él criticaba ambas doctrinas por considerarlas el resultado de la exageración de la
idea de libertad, la primera, y de la idea de asociación, la segunda.13 Sin embargo, en una
nota añadida a la reimpresión del artículo años más tarde escribió:14
Desde hace algunos años, nos hemos acostumbrado a llamar socialistas a todos los pensadores que se
ocupan de reformas sociales, a todos los que critican y reprueban el individualismo… y en este aspecto
yo mismo, que siempre he combatido el socialismo absoluto, soy designado hoy como socialista. […]
Soy socialista sin duda, si se quiere entender por socialista la doctrina que no sacrifica ninguno de los
términos de la fórmula Libertad, Fraternidad, Igualdad, Unidad, sino que todos los aúna.
Entre agosto de 1836 y abril 1838 Louis Reybaud publicaba en la Revue des deux
mondes tres estudios bajo el título de Socialistas modernos dedicados a Saint-Simon,
a Charles Fourier y a Robert Owen, y en los que confirmaba que el término socialismo, en su
sentido moderno, había surgido hacia 1830.14
Como ha destacado Jean-Paul Thomas, toda «palabra nueva, responde a realidades nuevas.
Las doctrinas sociales no surgen casualmente a principios del siglo XIX. Tienen como origen
inmediato la revolución industrial y la miseria que le acompaña… Contraponen a la búsqueda
egoísta del provecho la visión de una comunidad de productores ligados unos a otros por una
solidaridad fraternal». Según este autor las raíces del socialismo hay que buscarlas en las
propuestas igualitarias de los grupos «radicales» de la Revolución Francesa, como la
del enragé Jacques Roux que escribió en 1793, denunciando los acaparamientos de los
bienes de subsistencia: «los productos de la tierra, como los elementos, pertenecen a todos
los hombres. El comercio y el derecho de propiedad no pueden consistir en hacer morir de
miseria y de inacción a nuestros semejantes».14
Socialismo y comunismo[editar]
Unos diez años después de la aparición de los términos «socialismo» y «socialista» surgieron
en Francia las palabras «comunismo» y «comunista» y su uso se difundió
rápidamente. Étienne Cabet y el neobabuvista Jean-Jacques Pillot las emplearon de inmediato
y el adjetivo «comunista» fue usado para referirse a un banquete organizado por Pillot
celebrado el 1 de julio de 1840 en las afueras de París en el que participaron más de mil
comensales, en su mayoría obreros, y en el que se defendió la necesidad de aplicar reformas
que no fueran meramente políticas para alcanzar una «igualdad real».15 En junio de 1843 el
poeta alemán Heinrich Heine, quien desde hacía más de diez años vivía en París, advirtió de
su crecimiento: «Los comunistas son en Francia el único partido que merece atención».16
Desde Francia los términos «comunismo» y «comunista» se difundieron por los Estados
alemanes y por Suiza, gracias al libro de Lorenz von Stein publicado en 1842 en Leipzigcon el
título El socialismo y el comunismo en la Francia de hoy (Der Sozialismus und Communismus
des heutigen Frankreichs) —Wilhelm Weitling, August Becker y otros los utilizaron
enseguida—, y también por Gran Bretaña a través de otros canales. Así el término
«comunismo» fue sustituyendo progresivamente al originario de «socialismo» o al menos se
confundió con él.17
Según Jean Bruhat, en la década de 1840 «comunista» y «socialista» no eran términos
completamente equivalentes ya que los comunistas se distinguían por unas ideas que en ellos
estaban más claramente afirmadas que en los socialistas, como la realidad de la lucha de
clases de la que se derivaba la necesidad de la revolución —la conquista del Estado— para
alcanzar la nueva sociedad, pues para cambiar al hombre había que cambiar el régimen
económico y social en el que vivía, como lo advirtió el neobabuvista Théodore Dézamy cuando
criticaba a los que creían «que para modelar al hombre a su gusto bastaría proponérselo de
un modo testarudo y enérgico».18 Estas diferencias fueron las que motivaron que Karl
Marx y Friedrich Engels adoptaran el término «comunista» y no el de «socialista» para llamar
a la Liga que fundaron en 1847 y al manifiesto de la misma hecho público al año siguiente.
Engels explicó en 1890 que en aquellos años «la parte de los obreros que, convencida de la
insuficiencia de las revoluciones meramente políticas, exigía una transformación radical de la
sociedad, se llamaba entonces comunista» mientras que la mayoría de los que se hacían
llamar «socialistas» «se hallaban fuera del movimiento obrero y buscaban apoyo más bien en
las clases "instruidas"», «y como nosotros ya en aquel tiempo sosteníamos muy
decididamente el criterio de que "la emancipación de la clase obrera debe ser obra de la clase
obrera misma", no pudimos vacilar un instante sobre cuál de las dos denominaciones procedía
elegir».19
Después de 1848, los términos «socialismo» y «comunismo» se afirmaron y se superpusieron,
identificándose en unos períodos y diferenciándose en otros, y también se utilizaron para
caracterizar etapas de desarrollo histórico distintas.20 El sociólogo francés Émile
Durkheim afirmó que en el «comunismo», a diferencia del «socialismo», la contribución a la
producción común era libre y no planificada mientras que el consumo se vivía en común.21
Poco después Lenin en El Estado y la revolución (1917) utilizó la palabra «socialismo» para
referirse a la primera etapa en la consecución de la sociedad sin clases o «comunismo»,
caracterizada por la organización colectiva de la producción y la distribución en tanto
que el consumo seguiría siendo particular.22
Según el marxismo, en un sistema socialista, al establecerse la propiedad social (colectiva) de
los medios de producción, desaparece cualquier forma de propiedad privada de los bienes de
capital y con esta el capitalismo como forma de apropiación del trabajo asalariado, una forma
de explotación por vía económica. Por lo tanto el socialismo constituye el primer paso para la
extinción de las clases sociales (o comunismo) dando así por superada la lucha de
clases como motor del progreso histórico.23
Socialismo como movimiento político[editar]
Por extensión se define como socialista a toda doctrina o movimiento que aboga por su
implantación. Frecuentemente existen diferentes movimientos políticos que adoptan el título
de Socialismo: desde aquella fecha existen ideas de búsqueda del bien común e igualdad
social, hasta los proyectos reformistas de construcción progresiva de un Estado socialistaen
términos marxistas, o las variantes pre y post-marxistas de socialismo (sean obreristas o
nacionalistas), o al intervencionismo, conceptos de socialismo o de sus métodos que pueden
variar drásticamente según varíen los interlocutores políticos y que algunas veces se
distancian en mayor o menor medida de su etimología: estatistas, nacionalistas,
marxistas, cooperativistas, corporativistas gremiales clásicos, corporativistas de Estado
o fascistas, socialistas de renta, socialistas de
mercado, mutualistas, socialdemócratasmodernos, etc.
El socialismo continúa siendo un término de fuerte impacto político, que permanece vinculado
con el establecimiento de un orden socioeconómico construido por, para, o en función de, una
clase trabajadora organizada originariamente sin un orden económico propio, y para el cual
debe crearse uno público (por vía del Estado o no), ya sea mediante revolución o evolución
social o mediante reformas institucionales, con el propósito de construir una sociedad sin
clases estratificadas o subordinadas unas a otras; idea esta última que no era originaria del
ideario socialista sino del comunista y cuya asociación es deudora del marxismo-leninismo. La
radicalidad del pensamiento socialista no se refiere tanto a los métodos para lograrlo sino más
bien a los principios que se persiguen.
Existen diferencias entre los grupos socialistas, aunque casi todos están de acuerdo en que
están unidos por una historia en común que tiene sus raíces en el siglo XIX, en las luchas de
los trabajadores siguiendo los principios de solidaridad y vocación a una sociedad igualitaria,
con una economía que pueda, desde su punto de vista, servir a la totalidad de la población en
vez de a unos pocos.
Por otro lado el significado de facto del socialismo ha ido cambiando con el transcurso del
tiempo. Así en el marxismo-leninismo el socialismo es considerado como la fase previa
al comunismo, mientras que en la socialdemocracia con el término de socialismo se alude a la
redistribución de la riqueza mediante la aplicación de un sistema fiscal progresivo.
Historia[editar]
La influencia de la Ilustración y el socialismo utópico [editar]
Inglaterra fue una de las dos cunas del socialismo «utópico». Existieron dos causas
importantes que dan al socialismo utópico inglés su carácter peculiar: la revolución industrial,
con su cortejo de miserias para el desarrollo del Proletariado británico, y el desarrollo de una
nueva rama de la ciencia: la economía política, concepto asociado a la búsqueda de dominio
titular de las ciencias políticas.
En Francia tuvo un carácter más filosófico que en Inglaterra. Su primer representante fue el
conde Henri de Saint-Simon, considerado por Engels el creador de la idea en estado
embrionario que sería utilizada por todos los socialistas posteriores.24 Propuso la Federación
de Estados Europeos, como instrumento político para controlar el comienzo y desarrollo de
guerras. Al mismo tiempo Charles Fourier, concibió los falansterios (comunidades humanas
regidas por normas de libre albedrío e ideologías económicas socializadas).
Los debates entre los socialistas clásicos[editar]
Mijaíl Bakunin, ideólogo político, defensor de la independencia individual y colectiva.
Poco después aparece la teoría comunista marxista que desde una teoría crítica
del comunismo, desarrolla una propuesta política: el «socialismo científico». Karl Marx postula
en una de sus obras la diferenciación entre «valor de mercado» y «valor de cambio» de una
mercancía y la definición de plusvalía, siendo estas sus mayores contribuciones a la economía
política; no obstante, los economistas modernos no utilizan estos conceptos del mismo modo
que lo hacen los seguidores de la escuela marxista del pensamiento económico,
argumentando que la teoría expuesta por Marx no contempla la interacción total de la ciencia
económica y se ve parcializada por el comunismo. Entre los socialistas hubo una muy pronta
división entre marxistas y anarquistas los cuales eran la esencia más cercana a la ideología
marxista. El marxismo como teoría recibió muchas críticas, algunas de ellas constituirán
durante muchas décadas la base ideológica de la mayoría de partidos socialistas. Más tarde, a
raíz de la Revolución rusa y de la interpretación que le dio Lenin, el leninismo se convertiría en
foco de admiración de los partidos comunistas, agrupados bajo la III Internacional.
La teoría marxista se construye conjuntamente con el anarquismo. El anarquismo se podría
inscribir dentro de los conceptos tempranos del socialismo, que como ideal busca que las
personas decidan sobre sus vidas libre e independientemente; la abolición del Estado y de
toda autoridad; exaltando al individuo.
La meta del socialismo es construir una sociedad basada en la igualdad,
la equidad económica, la iniciativa personal, la cooperación moral de un individuo, eliminando
las compensaciones estratificadas por esfuerzo, promoviendo estructuras políticas y
económicas de distribución como por ejemplo el seguro social.
Friedrich Engels, filósofo socialista alemán.
El socialismo del siglo XXI es un concepto que aparece en la escena mundial en 1996, a
través de Heinz Dieterich Steffan.25 El término adquirió difusión mundial desde que fue
mencionado en un discurso por el entonces presidente de Venezuela, Hugo Chávez, el 30 de
enero de 2005, desde el V Foro Social Mundial.
En el marco de la Revolución Bolivariana, Chávez señaló que para llegar a este socialismo
habrá una etapa de transición que denomina como Democracia Revolucionaria. Hugo Chávez
expresó “Hemos asumido el compromiso de dirigir la Revolución Bolivariana hacia el
socialismo y contribuir a la senda del socialismo, un socialismo del siglo XXI que se basa en la
solidaridad, en la fraternidad, en el amor, en la libertad y en la igualdad” en un discurso a
mediados de 2006. Además, este socialismo no está predefinido. Más bien, dijo
Chávez “debemos transformar el modo del capital y avanzar hacia un nuevo socialismo que se
debe construir cada día”.2627
Capitalismo vs. Socialismo
Una vez más, las contradicciones, los defectos y los puntos débiles del capitalismo
amenazan su propia existencia. Dos derrumbamientos a gran escala: el primero en la
década de 1930 y el segundo más reciente, desde 2008, además de recesiones
periódicas cada cierto número de años, han acentuado la inestabilidad que agobia al
sistema. Asimismo, una desigualdad que se agudiza ha llevado a poblaciones cada
vez más grandes a criticar el capitalismo. Las charlas sobre reforma y revolución han
plagado las agendas políticas. Por todas partes ha regresado el debate sobre
"capitalismo vs. socialismo". Sin embargo, este es un debate reformado por las
lecciones aprendidas de la Unión Soviética y otras experiencias y experimentos
similares. En lugar de dos, el debate ahora muestra tres sistemas alternativos clave:
capitalismo privado, capitalismo de estado y socialismo. Y eso lo cambia todo.
Durante los siglos XIX y XX, creíamos haber estado atrapados en una lucha entre
capitalismo y socialismo, los dos sistemas económicos alternativos que se
diferenciaban en cómo las personas se relacionan con el estado. Empresas privadas
frente a empresas públicas, libres mercados frente a planificación central: estas fueron
las oposiciones del individuo contra el estado que hicieron época y que,
especialmente en economía, tomaron la forma de "capitalismo vs. socialismo". Pero
ahora sabemos que el debate de "privado vs. público" no se puede igualar a la
consideración real de "capitalismo vs. socialismo". Hemos aprendido que el
capitalismo muestra tanto formas privadas como públicas y el socialismo difiere de
ambas formas. El capitalismo, como explicaremos más adelante, es un sistema de
producción estructurado por sus relaciones de empleador y empleado como personas
o grupos diferentes, independientemente de que el empleador sea público o privado.
Por su parte, la estructura muy diferente del socialismo presenta al empleador y al
empleado como la misma persona.
El reexamen de los sistemas económicos anteriores que coexistieron con los aparatos
estatales indica que estos incluían tanto a empresas privadas como públicas. En
muchos ejemplos de sistemas económicos esclavistas, existían los amos privados
junto a los amos públicos. Es decir, individuos privados o grupos de ciudadanos eran
dueños de esclavos, pero también lo eran los organismos estatales locales, regionales
o nacionales. Asimismo, en muchos ejemplos de feudalismo encontramos a individuos
que eran señores feudales con siervos, así como, por ejemplo, reyes u otros
organismos estatales que también eran señores con siervos.
Lo que empañó estos paralelos durante el último siglo y medio fue la confusión entre
el capitalismo privado y el estatal por un lado y entre el capitalismo y el socialismo por
el otro. La mayoría de las personas describía la oposición dominante como
capitalismo contra socialismo, pero su definición de socialismo era la de capitalismo
de estado. Veían al capitalismo como una economía basada en empresas capitalistas
privadas (o "libres" empresas), y a los mercados como organizaciones para la
distribución de los recursos y productos de las empresas. Veían al socialismo como
una economía de empresas públicas (o empresas "estatales"), y a la planificación
central como la organización para la distribución de los recursos y productos. En
efecto, confundían al socialismo con el capitalismo de estado.
Desde el punto de vista histórico, la revolución de 1917 logró una transición del
capitalismo ruso privado al capitalismo de estado soviético, mientras que la implosión
de 1989 logró precisamente la transición inversa. En el modo dialéctico correcto, las
oscilaciones entre capitalismo privado y de estado nos permite aclarar que el
socialismo se encuentra más allá de ambas formas capitalistas.
El Agreement of the People (1647) fue un manifiesto por un cambio político,propuesto por
los Niveladores durante la Revolución inglesa. Se llamó a la libertad de culto, celebración frecuente
del parlamento y la igualdad ante la ley.
John Locke fue el primero en desarrollar una filosofía liberal, creó el derecho a la propiedad privada y
el consentimiento de los gobernados.
El liberalismo es una doctrina política que defiende la libertad individual, preconiza el Estado
limitado (restringe la intervención del Estado en la vida social, económica y cultural), promueve
la iniciativa privada, como medio para el crecimiento económico.
Índice
1Definición
2Características
3Liberalismo social y económico
4La disolución del gobierno y el derecho a la resistencia: Locke, Kant y Rawls
5Teorías del óptimo social: Liberalismo benthamiano y paretiano
6Principales corrientes liberales y derivadas de éstas
7Véase también
o 7.1Principales obras
8Referencias
9Bibliografía
10Enlaces externos
Definición[editar]
El liberalismo se identifica como una actitud que proponga la libertad y la tolerancia en las
relaciones humanas, fundamentada en el libre albedrío y en el principio de no
agresión (vid. Escuela de Salamanca). Promueve, en suma, las libertades
civiles y económicas y se opone al absolutismo, al despotismo ilustrado y al conservadurismo.
Constituye la corriente en la que se fundamentan tanto el Estado de derecho como
la democracia representativa y la división de poderes.
Desde sus primeras formulaciones, el pensamiento político liberal se ha fundamentado sobre
tres grandes ideas:1
1. Los seres humanos son racionales y poseen derechos individuales inviolables, entre
ellos, el derecho a configurar la propia vida en la esfera privada con plena libertad, y
los derechos a la propiedad y la felicidad. Esto se basa en los tres derechos
naturales de John Locke: vida, libertad y propiedad privada.
2. El gobierno y, por tanto, la autoridad política deben resultar del consentimiento de las
personas libres, debiendo regular la vida pública sin interferir en la esfera privada de
los ciudadanos.
3. El Estado de derecho obliga a gobernantes y gobernados a respetar las reglas,
impidiendo el ejercicio arbitrario del poder.
El liberalismo fue un movimiento de amplia proyección (económica, política y filosófica) que
defendía como idea esencial el desarrollo de la libertad personal individual como forma de
conseguir el progreso de la sociedad.
Aboga principalmente por:[cita requerida]
Características[editar]
Sus características principales son :
Fusilamiento de Torrijos y sus compañeros en las playas de Málaga en 1831, quienes intentaron sin
éxito acabar con la política absolutista de Fernando VII. Óleo de Antonio Gisbert Pérez (1834-1901).
Monumento a los liberales del siglo XIX situado en el barrio Agra del Orzán, La Coruña, España.
Una división menos famosa pero más rigurosa es la que distingue entre el liberalismo
predicado por Jeremías Bentham y Wilfredo Pareto propusieron otras dos concepciones para
el cálculo de un óptimo de satisfacción social.
En el cálculo económico se diferencian varias corrientes del liberalismo. En la clásica y
neoclásica se recurre con frecuencia a la teoría del homo œconomicus, un ser perfectamente
racional con tendencia a maximizar su satisfacción. Para simular este ser ficticio se ideó el
gráfico Edgeworth-Pareto, que permitía conocer la decisión que tomaría un individuo con un
sistema de preferencias dado (representado en curvas de indiferencia) y unas condiciones de
mercado dadas. Es decir, en un equilibrio determinado.
Sin embargo, existe una gran controversia cuando el modelo de satisfacción se ha de
trasladar a una determinada sociedad. Cuando se tiene que elaborar un gráfico de satisfacción
social, el modelo benthamiano y el paretiano chocan frontalmente.
Según Wilfredo Pareto, la satisfacción de que goza una persona es absolutamente
incomparable con la de otra. Para él, la satisfacciónes una magnitud ordinal y personal, lo que
supone que no se puede cuantificar ni relacionar con la de otros. Por lo tanto, sólo se puede
realizar una gráfica de satisfacción social con una distribución de la renta dada. No se podrían
comparar de ninguna manera distribuciones diferentes. Por el contrario, en el modelo de
Bentham los hombres son en esencia iguales, lo cual lleva a la comparabilidad de
satisfacciones y a la elaboración de una única gráfica de satisfacción social.
En el modelo paretiano, una sociedad alcanzaba la máxima satisfacción posible cuando ya no
se le podía dar nada a nadie sin quitarle algo a otro. Por lo tanto, no existía ninguna
distribución óptima de la renta. Un óptimo de satisfacción de una distribución absolutamente
desigual sería, a nivel social, tan válido como uno de la más absoluta igualdad (siempre que
estos se encontrasen dentro del criterio de óptimo paretiano).
No obstante, para igualitaristas como Bentham no valía cualquier distribución de la renta. El
que los humanos seamos en esencia iguales y la comparabilidad de las satisfacciones llevaba
necesariamente a un óptimo más afinado que el paretiano. Este nuevo óptimo, que es
necesariamente uno de los casos de óptimo paretiano, surge como conclusión lógica
necesaria de la ley de los rendimientos decrecientes.
Neoliberalismo
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En el plano económico, se asocia a Milton Friedman (1ª imagen) y al Austríaco Friedrich von Hayek (2ª
imagen) como los principales exponentes de lo que se ha venido a llamar neoliberalismo, mientras que
en el plano político el presidente de Estados UnidosRonald Reagan, junto a la antigua primera ministra
británica Margaret Thatcher.
Índice
En la década de 1960, el uso del término disminuyó en gran medida. Aunque se reintrodujo de
nuevo en la década de 1980, debido a las reformas económicas realizadas en Chiledurante
la dictadura de Augusto Pinochet quien, aunque inicialmente tuvo una mirada estatista, en
medio de la crisis con una inflación de aproximadamente 340% y escasez de productos decide
recibir economistas de la llamada Escuela de Chicago, quienes impulsarían y supervisarían
las reformas en el plano económico; luego se conocerían como los Chicago Boys.22 A partir de
aquí, el término empezó a adoptar connotaciones peyorativas y a ser empleado por los críticos
de estas reformas y, al tiempo que el neoliberalismo se comenzó a asociar con una
postura liberal moderada a una más radical que incluía la defensa a ultranza del laissez-faire.
Aunque los defensores de estas ideas, no así de la dictadura, alegan que la mayoría de
políticas económicas se conservaron en los subsiguientes gobiernos democráticos gracias al
aumento de bienestar y disminución de la pobreza resultante de esas reformas económicas, el
llamado Milagro de Chile23242526 Debido a las medidas económicas adoptadas por la dictadura
el término neoliberal es a menudo asociado a los trabajos de los
economistas liberales Friedrich Hayek y Milton Friedman, especialmente en el caso de este
último, aunque ellos eran críticos del neoliberalismo.13 También representa y se asocia al
conjunto de políticas económicas introducidas por Margaret Thatcher en el Reino
Unido y Ronald Reagan en los Estados Unidos.5 Una vez que se estableció el nuevo
significado del término entre los estudiosos de habla hispana, pronto empezó a ser habitual en
los estudios económicos y políticos de autores anglosajones. Sin embargo, el concepto
acuñado y usado en la actualidad sigue siendo objeto de rechazo entre los
autodenominados liberales contemporáneos, debido a lo ambiguo y/o confuso de su
definición, utilización y connotaciones negativas asociadas.2713
Para el otro sector de críticas, muchas de las medidas acusadas de neoliberales, entre las que
se incluyen la globalización, lejos de ser negativas han sido las que han empujado a los
países que se adherían a ellas un crecimiento medio 1,5 puntos superior al de aquellos otros
países que no lo hicieron. [cita requerida]Para estos grupos, en su mayoría liberales, ha quedado
demostrado que los países que más se adhirieron a lo que se conoce popularmente cómo
"neoliberalismo globalista" tienen menos pobreza extrema que los que no han adherido.
Afirman que los países que adoptan medidas de libre mercado reducen su pobreza y
su desigualdad. Para esto, aquellos defensores de muchas de las ideas, catalogadas
popularmente, de neoliberales se apoyan en la correlación existente entre los países con
mayor Libertad Económica y su tendencia a liderar el Índice de Desarrollo Humano, también
aclarando, que el crecimiento económico es una condición necesaria pero no suficiente para el
desarrollo humano.28293031323334
Uso inicial[editar]
El término «neoliberalismo» fue acuñado por el académico alemán Alexander
Rüstow en 1938, en un coloquio. Entonces se definió el concepto de neoliberalismo como «la
prioridad del sistema de precios, el libre emprendimiento, la libre empresa y un Estado fuerte e
imparcial». Para ser neoliberal es necesario requerir una política económica moderna con la
intervención del Estado. El intervencionismo estatal neoliberal trajo consigo un enfrentamiento
con los liberales clásicos laissez faire, como Ludwig von Mises o Friedrich Hayek. En los años
1960 el término dejó de usarse regularmente, para referirse a políticas defendidas por
economistas como Milton Friedman o Robert Lucas.
Consolidación del término[editar]
Durante la dictadura militar de Augusto Pinochet en Chile, los estudiosos opositores usaron el
término para describir un conjunto de reformas políticas y económicas efectuadas bajo
este gobierno, usando el término de forma peyorativa. El gobierno de Pinochet contó con la
asesoría directa de Milton Friedman y personas que habían estudiado con él en la Universidad
de Chicago, razón por la que se les denominó los Chicago boys. El término «neoliberalismo» y
la expresión Chicago boys acabaron difundiéndose entre los hispanohablantes. En las últimas
dos décadas el término no se define sino que se utiliza para describir una ideología o
una teoría económica y, además, es usado por los críticos de izquierda para condenar la
liberalización económica.
Según Boas y Gans-Morse, el término neoliberalismo es utilizado por la izquierda
peyorativamente para criticar las políticas de liberalización del sector privado tendentes a
aumentar su rol en la economía.[cita requerida] Hoy en día el uso del término se orienta a describir
las políticas económicas que «eliminan los controles de precios, desregulan
los mercados de capital y reducen las barreras al comercio», además de reducir la influencia
del Estado en la economía, especialmente mediante la privatización y la austeridad fiscal.
Otros usos[editar]
El movimiento anterior no debe confundirse con otro movimiento surgido en 1981 en EE. UU. y
que se denominó también neoliberal. Este otro movimiento nació como movimiento de
izquierda y se usaba el término neoliberal para describir su ideología. Los "neoliberales" de
este otro movimiento se unieron alrededor de dos publicaciones, The New Republic y
el Washington Monthly. El vocero de este neoliberalismo era el periodista Charles Peters, que
en 1983 publicaba el Manifiesto Neoliberal. Los dos políticos más influyentes de este
movimiento fueron Bill Clinton, 42º presidente del gobierno, y el exvicepresidente Al Gore.
Orígenes[editar]
Coloquio Walter Lippmann[editar]
En la década de los 30 el estado de ánimo general era antiliberal por la Gran Depresión. Para
unir fuerzas un grupo de 25 liberales organizaron el coloquio Walter Lippman, un encuentro
internacional que tuvo lugar en París en agosto de 1938. Entre estos liberales se
encontraban Louis Rougier, Walter Lippmann, Friedrich von Hayek, Ludwig von
Mises, Wilhelm Röpke y Alexander Rüstow. Rüstow, Lipmann y Rougier concluyeron que el
liberalismo laissez faire había fracasado y que el nuevo liberalismo debía tomar el relevo. No
obstante, Mises y Hayek no estaban convencidos de ello. Aun así, todos los participantes del
coloquio se unieron en su llamado para un nuevo proyecto liberal. Sobre la base de la
recomendación de Rüstow llamaron a este proyecto neoliberalismo.[cita requerida]
El planteamiento que emanó del coloquio estaba de acuerdo en alejarse de la idea de
una libertad sin restricciones propia del liberalismo clásico y orientar la economía de
mercadohacia una economía regentada por un estado fuerte. Fue, en definitiva, una forma de
formular una «tercera vía».
Durante el coloquio las diferencias entre los verdaderos liberales y los "liberales clásicos" se
hicieron patentes. Mientras que los verdaderos liberales exigían la intervención del
estado para corregir las estructuras del mercado indeseables, Mises siempre había insistido
en que el único papel legítimo del Estado era abolir las barreras para la entrada en el mercado
libre. También existían diferencias de opinión similares en otras cuestiones, como la política
social y las posibilidades de intervencionismo.
Posguerra[editar]
En teoría, el neoliberalismo suele defender algunos conceptos filosóficos del viejo liberalismo
clásico del siglo XIX, aunque sus alineamientos políticos y su implicación con ideas
posteriores, hace de él una doctrina diferente de dicho liberalismo clásico.35
Entre las cuestiones ampliamente promovidas por el neoliberalismo están la extensión de la
iniciativa privada a todas las áreas de la actividad económica o la limitación del papel del
Estado. Entre las ideas y los principios introducidos por el neoliberalismo y ausentes en el
liberalismo clásico, están el principio de subsidiariedad del Estado (desarrollado por
los ordoliberales alemanes, que habían puesto en marcha algunas de sus propuestas en el
denominado Milagro alemán de posguerra), [cita requerida]y en especial, el monetarismode
la Escuela de Chicago encabezada por Milton Friedman que, desde mediados de los años 50,
se convirtió en crítico opositor de las políticas de intervención económica que se adoptaban en
todo el mundo, junto con aportaciones del enfoque macroeconómico keynesiano.
A finales de los años 70, estas teorías ganaron amplia popularidad en el mundo académico y
político como alternativa al fracaso del keynesianismo en la gestión de la crisis de 1973. Las
ideas keynesianas sugerían una relación inversa entre inflación y desempleo, tal como sugiere
la curva de Phillips. Sin embargo Milton Friedman había señalado que esa relación no era
necesaria, como quedó demostrado por el fenómeno de la estanflación. El nuevo escenario
estanflacionario desafiaba los postulados keynesianos, en esas circunstancias, las ideas
monetaristas revivieron audiencia y credibilidad, como consecuencia se implementaron
nuevas medidas antikeynesianas como simultanear acciones antirrecesivas y
antiinflacionarias. La crítica de los monetaristas tenía tres vertientes:
Políticas neoliberales[editar]
Ronald Reagan, presidente de Estados Unidos (1981-1989)
Críticas[editar]
Manifestantes el 19 de junio de 2011 en Madrid, dirigiéndose hacia Atocha por la calle Ronda de
Valencia. La pancarta reza: «Neoliberalismo: Tóxico, para el hombre, para el planeta.»
—Loïc Wacquant
David Harvey describió al neoliberalismo como un proyecto de clase diseñado para imponer
un determinado sistema de clases en la sociedad a través del liberalismo. El economista David
M. Kotz sostiene que el neoliberalismo se basa «en la dominación completa del trabajo por
el capital».44 La aparición del llamado «precariado», una nueva clase fruto de la inseguridad
socioeconómica aguda y la alienación, se ha atribuido a la globalización del neoliberalismo.45
El sociólogo Thomas Volscho, afirmó que la imposición del neoliberalismo en los Estados
Unidos surgió de una movilización política premeditada por parte de las élites capitalistas en la
década de 1970 ante la necesidad de abordar dos crisis: la legitimidad del capitalismo y la
rápida reducción de la rentabilidad en la industria.46 Diversas líneas de pensamiento
neoliberales, como el monetarismo o la economía de la oferta, habrían ganado influencia
gracias a su impulso por parte de las élites en las políticas de la Administración Reagan, y que
en última instancia habría conducido a una menor regulación gubernamental y un cambio en el
modelo de financiación del Estado, que habría pasado de depender de los impuestos a
depender de la deuda.46 Mientras que la rentabilidad de la industria y la tasa de crecimiento
económico alcanzados en el ciclo alcista de la década de 1960 nunca se volverían a ver, el
poder político y económico de las grandes corporaciones (Wall Street) y del capital
financiero se habría incrementado enormemente debido a la necesidad del Estado de financiar
su deuda.46
Numerosos investigadores han vinculado el auge del neoliberalismo con un aumento en masa
de la tasa de encarcelamiento de personas pobres en Estados Unidos.47484950 El influyente
sociólogo Loïc Wacquant, argumenta que el resultado de las políticas neoliberales respecto a
la inestabilidad social en las poblaciones económicamente marginadas, fruto de la aplicación
de las propias políticas neoliberales, han conducido a una reducción del estado del bienestar,
que se ha sustituido por un sistema punitivo workfare (ayudas sociales condicionadas), al
aumento de la gentrificación de las zonas urbanas, a la privatización de servicios públicos, a la
disminución de las protecciones colectivas de la clase obrera, debido a la desregulación de la
economía, y al aumento de los trabajos asalariados mal pagados. Por lo tanto concluye que se
ha instaurado una «precarización del trabajo que encierra una criminalización de la pobreza
que deriva en una encarcelación masiva».49 Mientras, el sistema es muy indulgente con las
clases más altas de la sociedad, y delitos económicos propios de las clases privilegiadas y las
empresas como el fraude, la malversación, el abuso de información privilegiada, el fraude
crediticio o a los seguros, el lavado de dinero, la violación de las leyes de comercio o del
trabajo, apenas son castigados.4951 De acuerdo con Wacquant, el neoliberalismo no encoge al
gobierno, sino que crea un Estado centauro que supervisa escasamente a quienes se
encuentran en niveles superiores, mientras impone un estricto control sobre los
desfavorecidos.4952
En la ampliación de su tesis, el sociólogo y economista político John L. Campbell,
del Dartmouth College, sugiere que la privatización en Estados Unidos del sistema
penintenciario ejemplifica el concepto de Estado centauro:
Por un lado, se castiga a la clase baja, que llena las cárceles. Por otro lado, esto beneficia a la clase
alta, propietaria de las prisiones, mientras que los empleados que ejecutan el trabajo son la clase
media.53
Populismo neoliberal[editar]
En este artículo se detectaron varios problemas, por favor, edítalo para
mejorarlo:
[...] El sentido predominante que se le atribuye al término “neoliberalismo” es consecuencia de que los
enemigos de la libertad han utilizado esa palabra como una sinécdoque, como anteriormente otros
hicieron con la palabra social a la que convirtieron en una antífrasis. Y otros, antes aún, con la palabra
liberal, a la que le pasó lo mismo.
De esta manera, a través de la retórica y sus mecanismos, los liberales perdemos en el debate político
lo que ganamos en el campo de las contribuciones científicas. Probablemente haya muy pocas doctrinas
que, como el liberalismo, hayan perdido tantos términos a manos de sus enemigos en el debate político.
[...] Despojar al liberalismo de una cierta arrogancia intelectual resulta, así imprescindible. Con ejemplos
como lo sucedido con el término “neoliberalismo” debería bastarnos para entenderlo, porque aunque
“words are signals for ideas, not ideas”, como quería Spencer . Perder nuestros términos por una mayor
habilidad de nuestros oponentes se presenta como un error muy lamentable que amenaza
periódicamente nuestra identidad.
Ser liberal no significa lo mismo en todos los países. Algunos de nuestros conceptos más preciados,
como justicia, estado de derecho o propiedad, han sido tergiversados por adjetivos semánticamente
predatorios. Y, en el colmo de la paradoja, quieren nuestros rivales asociarnos con ideas, políticas o
gobiernos que nos resultan ajenos. Todo ello es de por sí un precio muy alto a pagar por no haber
advertido la importancia de este debate y el daño que pueden causar las palabras cuando son
retóricamente manejadas. [...]
Enrique Ghersi
67
En general unos opinan que la reducción del Estado debe ser real hasta limitarlo a lo
completamente imprescindible mientras otros, inspirados por pensadores como Hayek, no
son contrarios a ciertos efectos redistributivos o que el gobierno pueda proveer de ciertos
bienes que el mercado es incapaz. Todo esto, siguiendo como base los
principios liberales clásicos y no los neoliberales (aquí algunos liberales identificarían el
término neoliberalismo con el fenómeno del corporativismo). Consideran que parte
importante de la derecha política, a la cual se oponen, se reduce
al mercantilismo empresarial y político, esto es la entrega de preferencias a grupos de
presión, multinacionales, o a socios del sector privado del poder político.68
De igual forma, los liberales rechazan a los organismos internacionales o públicos
supraestatales (FMI, OMC, BM, etc.) debido a que los consideran “monstruos burocráticos,
intervencionistas e inútiles” que serían responsables del mantenimiento de regímenes
corruptos e ineficientes que no podrían conseguir crédito en el mercado libre,6970 y de
establecer una liberalización del comercio internacional regulada, planificada por instancias
keynesianas y no por agentes privados, lo cual conduciría al corporativismo en vez de al
capitalismo.71
Usos históricos del término[editar]
No se puede dar una definición estática de neoliberalismo debido a que su significado ha ido
cambiando en el transcurso del tiempo y no es idéntico en todos los países del
planeta.[cita requerida] Las pesquisas realizadas sobre el tema72 revelan que la palabra fue usada
por primera vez, de manera asistemática, por destacados economistas liberales, entre los que
se cuentan:
Alfred Müller-Armack, uno de los teóricos de la Economía social de mercado, acusa a los
neoliberales (que no identifica con precisión) de "no haber prestado la debida atención a
los problemas sociales y sociológicos".73 De su obra surgen como posturas extremas el
liberalismo tradicional o paleoliberalismo, el neoliberalismo que se le opone, y la
intermedia Economía Social de Mercado.
En Latinoamérica el término suele usarse por sus detractores para hacer referencia al
conjunto de políticas recomendadas en la década de 1990 por el Consenso de
Washington, a las que consideran responsables de los problemas sociales de años
posteriores a su aplicación, poniendo como ejemplo la crisis financiera de Ecuador de
1999 o la crisis argentina del 2001.
En la última década del siglo XX y la primera del siglo XXI, el término ha sido
crecientemente usado con carácter peyorativo. El escritor Mario Elgue, por ejemplo,
afirma:
Ya no quedan dudas de que el modelo neoliberal es incapaz de dar respuesta a los principales
problemas que siguen aquejando a la sociedad: altos índices de desempleo, trabajo en negro, pobreza y
exclusión social. Su debacle fue el resultado de la aplicación de las políticas del "derrame", según las
cuales bastaba con el crecimiento de los grandes grupos concentrados ya que estos últimos difundirían
los beneficios hacia el resto de la sociedad productiva y laboral. Pues bien, ahora está claro que este
"goteo" no llegó; que no hubo un correlato distributivo y de cohesión de la base social.74
En consecuencia, y como es también usual con las diferentes acepciones del término liberal,
no se puede hablar de una definición universalmente aceptada, uniforme en el espacio y
constante en el tiempo, sino sólo de usos del término neoliberalismo en diferentes contextos.
Usos actuales del término[editar]
Diversos términos a los que se suele hacer referencia con la palabra "neoliberalismo":
Neomercantilismo: una vuelta a las ideas mercantilistas que combatió Adam Smith y los
liberales clásicos. Estas ideas consistían en defender a determinadas empresas (sobre
todo dedicadas a la exportación) de la competencia extranjera.
Corporativismo, lobbismo o amiguismo: que el estado defienda los intereses de algunos
familiares, amigos, conocidos o aliados del gobernante o de grupos de poder
especialmente poderosos para el chantaje.
Anarcocapitalismo: es una postura política que pide la eliminación del estado pero no de la
propiedad privada. Defiende que los tratos sean voluntarios. También reciben el nombre
de "ultraliberales" por parte de sus detractores.
Monetarismo neoclásico: es una escuela económica, que tuvo su centro en Chicago y
cuyo más famoso representante es Milton Friedman, que surgió en una época donde la
economía capitalista era keynessiana mayoritariamente. Abogaban por volver al
liberalismo clásico en algunas cosas. Ronald Reagan encarnó en la política de forma más
o menos fiel esta idea económica. Algunos llamaron "revolución neoliberal" a esta vuelta
parcial al liberalismo clásico. En esta acepción el neoliberalismo sería una mezcla de
keynesianismo y liberalismo clásico.
Socioliberalismo: Una mezcla de la socialdemocracia y el liberalismo progresista. Frente al
liberalismo clásico donde el estado se limitaba a garantizar seguridad y justicia, hay hoy
corrientes liberales (las mayoritarias) que abogan porque el estado garantice igualdad,
progreso y bienestar a través de la educación, la investigación y la sanidad pública sin
dejar de defender las libertad individuales y derechos civiles. Un ejemplo de libre mercado
y estado del bienestar lo presentan los países nórdicos.
Minarquismo: Reducción del estado al mínimo. Esta es la definición de neoliberalismo en
la RAE aunque no aclara cual es ese mínimo o si se trata de algo subjetivo que decide
cada uno.