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Capitalismo

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Para otros usos de este término, véase Capitalismo (desambiguación).

Maquinaria de una empresa capitalista del siglo xix


El capitalismo es un orden o sistema social y económico que se encuentra en
constante movimiento, derivado del usufructo de la propiedad privada sobre el
capital como herramienta de producción, que se encuentra mayormente constituido por
relaciones empresariales vinculadas a las actividades de inversión y obtención de
beneficios, así como de relaciones laborales, tanto autónomas como asalariadas
subordinadas libres, con fines mercantiles.1

En el capitalismo, los individuos y las empresas usualmente representadas por los


mismos, llevan a cabo la producción de bienes y servicios de forma privada e
interdependiente, dependiendo así de un mercado de consumo para la obtención de
recursos.2 El intercambio de los mismos se realiza básicamente mediante comercio
libre y, por tanto, la división del trabajo se desarrolla de forma mercantil y los
agentes económicos dependen de la búsqueda de beneficio.3 La distribución se
organiza, y las unidades de producción se fusionan o separan, de acuerdo a una
dinámica basada en un sistema de precios para los bienes y servicios.4 A su vez,
los precios se forman mayoritariamente en un mercado que depende de la interacción
entre una oferta y una demanda dadas por las elecciones de productores y
consumidores,5 y estos, son necesarios para la coordinación ex-post de una economía
basada en el intercambio de mercancías.6

El origen etimológico de la palabra capitalismo proviene de la idea de capital y su


uso para la propiedad privada de los medios de producción,78 sin embargo, se
relaciona mayormente al capitalismo como concepto con el intercambio dentro de una
economía de mercado que es su condición necesaria,910 y a la propiedad privada
absoluta11 o burguesa1213 que es su corolario previo.1415 El origen de la palabra
puede remontarse antes de 1848 pero no es hasta 1860 que llega a ser una corriente
como tal y reconocida como término, según las fuentes escritas de la época.16

Se denomina sociedad capitalista a toda aquella sociedad política y jurídica


originada basada en una organización racional del trabajo, el dinero y la utilidad
de los recursos de producción, caracteres propios de aquel sistema económico.17 En
el orden capitalista, la sociedad está formada por clases socioeconómicas en vez de
estamentos como son propios del feudalismo y otros órdenes pre-modernos.18 Se
distingue de aquel y de otras formas sociales por la posibilidad de movilidad
social de los individuos, por una estratificación social de tipo económica,19 y por
una distribución de la renta que depende casi enteramente de la funcionalidad de
las diferentes posiciones sociales adquiridas en la estructura de producción.20

El nombre de sociedad capitalista se adopta usualmente debido a que el capital como


relación de producción se convierte dentro de esta en un elemento económicamente
predominante.21 La discrepancia sobre las razones de este predominio divide a las
ideologías políticas modernas: el enfoque liberal smithiano se centra en la
utilidad que el capital como relación social provee para la producción en una
sociedad comercial con una amplia división del trabajo, entendida como causa y
consecuencia de la mejora de la oferta de consumo y los mayores ingresos por vía
del salario respecto del trabajo autónomo,22 mientras que el enfoque socialista
marxista considera que el capital como relación social es precedido (y luego
retroalimentado) por una institucionalizada imposibilidad social de sobrevivir sin
relacionarse con los propietarios de un mayor capital físico mediante el
intercambio de trabajo asalariado.23

La clase social conformada por los creadores y/o propietarios que proveen de
capital a la organización económica a cambio de un interés24 se la describe como
"capitalista", a diferencia de las funciones empresariales cuyo éxito se traduce en
forma de ganancia25 y de las gerenciales ejecutadas a cambio de un salario.26
Vulgarmente se describe desde el siglo XVIII como "burguesía" tanto a este conjunto
social como al de los empleadores de trabajo de una moderna sociedad industrial,
pero la burguesía se origina en las ciudades de la sociedad rural medieval y está
constituida por propietarios autoempleados cuya naturaleza da origen al capitalismo
moderno.27

Índice
1 Características
1.1 Capital, trabajo y régimen de propiedad
1.2 Contrato libre, ganancias y movilidad social
1.3 Libre mercado, empresas, competencia y trabajo
1.4 La empresa por sociedad de capitales
1.5 Crecimiento económico
1.6 Organizaciones por interés individual
1.7 Liberalismo y papel del Estado
2 Origen
3 Tipos de sistemas capitalistas
3.1 Mercantilismo
3.2 Capitalismo de libre mercado
3.3 Economía social de mercado
3.4 Capitalismo corporativo
3.5 Economía mixta
3.6 Capitalismo de riesgo
3.7 Capitalismo mortuorio
4 Críticas al capitalismo
4.1 Marxismo
4.1.1 Capitalismo e imperialismo
4.1.2 El mercado como institución no natural
4.1.3 Capitalismo como religión
4.2 Ecologismo
5 Véase también
6 Referencias
7 Bibliografía
8 Enlaces externos
Características

Si bien el capitalismo no encuentra su fundador en un pensador sino en las


relaciones productivas de la sociedad, la obra La riqueza de las naciones concedió
a Adam Smith el título de fundador intelectual del capitalismo.

John Locke, con su obra Dos tratados sobre el gobierno civil, establece los
principios que posteriormente servirán para identificar el capitalismo como sistema
productivo y el liberalismo como sistema de pensamiento que lo respalda.
El capitalismo, o más concretamente los sistemas económicos capitalistas, se
caracterizan por la presencia de unos ciertos elementos de tipo socioeconómico, si
un número importante de ellos está ausente el sistema no puede ser considerado como
propiamente capitalista. Entre los factores que acaban haciendo que un sistema sea
considerado capitalista están:

El tipo de propiedad de los medios de producción y el tipo de acceso a los factores


de producción.
La presencia de dinero, capital y acumulación capitalista.
La presencia de mercados de capital y mercados financieros así como el papel
asignado a los mismos.
La existencia de salarios monetarios y una estructura de clases ligada a las
diferentes funciones dentro de la actividad económica.
Factores macroeconómicos varios.
En términos más descriptivos, los sistemas capitalistas son sistemas socio
económicos donde los activos de capital están básicamente en manos privadas y son
controlados por agentes o personas privadas. El trabajo es proporcionado mediante
el ofrecimiento de salarios monetarios y la aceptación libre por parte de los
empleados. La actividad económica frecuentemente está organizada para obtener un
beneficio neto que permita a las personas propietarias que controlan los medios de
producción incrementar su capital. Los bienes y servicios producidos son además
distribuidos mediante mecanismos de mercado. Si bien todos los sistemas
capitalistas existentes presentan un mayor o menor grado de intervención estatal y
se alejan por diversas razones del modelo de mercado idealmente competitivo, razón
por la cual se definen conceptos como la competitividad o el índice de libertad
económica, para caracterizar hasta qué punto difieren unos sistemas capitalistas de
otros.28

Capital, trabajo y régimen de propiedad


En los sistemas capitalistas la titularidad de la mayor parte de medios de
producción es privada, entendiéndose por esto su construcción sobre un régimen de
bienes de capital industrial y de tenencia y uso de la tierra basado en la
propiedad privada. Los medios de producción operan principalmente en función del
beneficio y en la de los intereses directivos. Se acepta que en un sistema
capitalista, la mayor parte de las decisiones de inversión de capital están
determinadas por las expectativas de beneficio, por lo que la rentabilidad del
capital invertido tiene un papel muy destacado en la vida económica. Junto con el
capital, el trabajo se refiere al otro gran conjunto de elementos de producción
(algunos autores añaden un factor tradicionalmente llamado «tierra» que en términos
generales puede representar cualquier tipo de «recurso natural»). El papel decisivo
del trabajo, junto el capital, hacen que uno de los aspectos importantes del
capitalismo sea la competencia en el llamado mercado de trabajo asalariado.

Sobre la propiedad privada, los sistemas capitalistas tienden a que los recursos
invertidos por los prestadores de capital para la producción económica, estén en
manos de las empresas y personas particulares (accionistas). De esta forma a los
particulares se les facilita el uso, empleo y control de los recursos que se
utilizan la producción de bienes y servicios. En los sistemas capitalistas se busca
que no existan demasiadas restricciones para las empresas sobre como usar mejor sus
factores de producción (capital, trabajo, recursos disponibles).

Entre las características generales del capitalismo se encuentra la motivación


basada en el cálculo costo-beneficio dentro de una economía de intercambio basada
en el mercado, el énfasis legislativo en la protección de un tipo específico de
apropiación privada (en el caso del capitalismo particularmente lockeano), o el
predominio de las herramientas de producción en la determinación de las formas
socioeconómicas.

Contrato libre, ganancias y movilidad social


El capitalismo se considera un sistema económico en el cual el dominio de la
propiedad privada sobre los medios de producción desempeña un papel fundamental. Es
importante comprender lo que se entiende por propiedad privada en el capitalismo ya
que existen múltiples opiniones, a pesar de que este es uno de los principios
básicos del capitalismo: otorga influencia económica a quienes detentan la
propiedad de los medios de producción (o en este caso el capital), dando lugar a
una relación voluntaria de funciones y de mando entre el empleador y el empleado.
Esto crea a su vez una sociedad de clases móviles en relación con el éxito o
fracaso económico en el mercado de consumo, lo que influye en el resto de la
estructura social según la variable de capital acumulada; por tal razón en el
capitalismo la pertenencia a una clase social es movible y no estática.

Las relaciones económicas de producción y el origen de la cadena de mando —


incluyendo la empresaria por delegación— es establecida desde la titularidad
privada y exclusiva de los propietarios de una empresa en función de la
participación en su creación en tanto primeros propietarios del capital. La
propiedad y el usufructo queda así en manos de quienes adquirieron o crearon el
capital volviendo interés su óptima utilización, cuidado y acumulación, con
independencia de que la aplicación productiva del capital se genere mediante la
compra del trabajo, esto es, el sueldo, realizado por los asalariados de la
empresa.

Una de las interpretaciones más difundidas señala que en el capitalismo, como


sistema económico, predomina el capital —actividad empresarial, mental— sobre el
trabajo —actividad corporal— como elemento de producción y creador de riqueza. El
control privado de los bienes de capital sobre otros factores económicos tiene la
característica de hacer posible negociar con las propiedades y sus intereses a
través de rentas, inversiones, etc. Eso crea el otro distintivo del capitalismo que
es el beneficio o ganancia como prioridad en la acción económica en función de la
acumulación de capital que por vía de la compra del trabajo puede separarse del
trabajo asalariado.

Libre mercado, empresas, competencia y trabajo


El capitalismo se basa ideológicamente en una economía en la cual el mercado
predomina, esto usualmente se da, aunque existen importantes excepciones además de
las polémicas sobre qué debe ser denominado libre mercado o libre empresa. En este
se llevan a cabo las transacciones económicas entre personas, empresas y
organizaciones que ofrecen productos y las que los demandan. El mercado, por medio
de las leyes de la oferta y la demanda, regula los precios según los cuales se
intercambian las mercancías (bienes y servicios), permite la asignación de recursos
y la distribución de la riqueza entre los individuos.

La libertad de empresa propone que todas las empresas sean libres de conseguir
recursos económicos y transformarlos en una nueva mercancía o servicio que será
ofrecido en el mercado que estas dispongan. A su vez, son libres de escoger el
negocio que deseen desarrollar y el momento para entrar o salir de este. La
libertad de elección se aplica a las empresas, los trabajadores y los consumidores,
pues la empresa puede manejar sus recursos como crea conveniente, los trabajadores
pueden realizar un trabajo cualquiera que esté dentro de sus capacidades y los
consumidores son libres de escoger lo que desean consumir, buscando que el producto
escogido cumpla con sus necesidades y se encuentre dentro de los límites de su
ingreso. Esto en un contexto teórico capitalista es denominado cálculo económico.

Competencia se refiere a la existencia de un gran número de empresas o personas que


ofrecen y venden un producto (oferentes) en un mercado determinado. En dicho
mercado también existe un gran número de personas o empresas (demandantes), las
cuales, según sus preferencias y necesidades, compran o demandan esos productos o
mercancías. A través de la competencia se establece una «rivalidad» o antagonismo
entre productores. Los productores buscan acaparar la mayor cantidad de
consumidores/compradores para sí. Para conseguir esto, utilizan estrategias de
reducción de precios, mejoramiento de la calidad, etc.

Al hacer referencia a una fuerza de trabajo libre, se entiende a una mano de obra
con la libertad de vender su capacidad de trabajo a cambio de un salario a
cualquier patrono potencial.29

La empresa por sociedad de capitales


El tipo de empresa actual suele resultar de una asociación. A principios del siglo
XIX, las empresas eran generalmente de un individuo que invertía en ellas
capitales, fueran estos propios o procedentes de préstamos, y los ponía al servicio
de una capacidad técnica, que generalmente él mismo tenía. Sin embargo, el
posterior desarrollo o auge del capitalismo demostraron claramente la superioridad
de la empresa, que supera los límites de la personalidad individual o de la
continuidad familiar.30 Este sistema permite al mismo tiempo agrupar capacidades
que se completan y disociar las aportaciones de capital de las aptitudes puramente
técnicas, antes confundidas. Hay que distinguir dos grandes categorías de
sociedades:

1. Las de personas, constituidas por un pequeño número de individuos que aportan al


fondo social capitales, llamados (partes) o capacidades técnicas (caso del socio
industrial opuesto al capitalista), que, como son en realidad fracciones casi
materiales de la empresa no pueden ser cedidas sin el acuerdo de los copartícipes.

2. Las de capitales, en las que las partes llamadas (acciones),se consideran como
simples pruebas materiales de la aportación de cierto capital por los asociados, en
general numerosos y tienen por tanto la posibilidad de transmitirse o negociarse
libremente en la bolsa de valores.

Crecimiento económico
Teóricos y políticos han enfatizado la habilidad del capitalismo para promover el
crecimiento económico buscando aumentar los beneficios, tal como se mide por el
Producto Interno Bruto (PIB), utilización de la capacidad instalada o calidad de
vida. Sin embargo, debe notarse el análisis de la tasa de crecimiento ha revelado
que el progreso técnico y causas no asignables a la intensividad del capital o la
asignación de trabajo, parecen ser responsables de gran parte de la productividad
(ver productividad total de los factores). Igualmente los sistemas de economía
planificada lograron entre 1945-1970 tasas muy superiores a la mayor parte de
países capitalistas. Aun dejando a un lado el peso de los diferentes factores en el
crecimiento económico, la posible benéfica influencia de la organización
capitalista de la producción ha sido históricamente el argumento central, por
ejemplo, en la propuesta de Adam Smith de dejar que el libre mercado controle los
niveles de producción y de precio, y distribuya los recursos.

Diversos autores han sostenido que el rápido y consistente crecimiento de los


indicadores económicos mundiales desde la revolución industrial se debe al
surgimiento del capitalismo moderno.3132 Aun cuando parece que parte del
crecimiento recogida dentro de la productividad total de los factores no
necesariamente está ligada al modo de organización capitalista, sino podría deberse
simplemente a factores técnicos cuyo desarrollo obedece a causas más complicas.33
Los defensores de que la organización capitalista es el factor principal en el
crecimiento argumentan que incrementar el PIB (per cápita) ha demostrado
empíricamente una mejora en la calidad de vida de las personas, tal como mejor
disponibilidad de alimentos, vivienda, vestimenta, atención médica, reducción de
horas de trabajo, y libertad de trabajo para niños y ancianos.34

Sí parece ampliamente demostrado, que la especialización tanto en la agricultura


como en otras áreas, produce un aumento de la producción existente, y la actividad
comercial de materias primas aumenta. La consecuencia de este hecho, es el
incremento de la circulación de capital, que fue un estímulo a la banca, y por
tanto de la riqueza de la sociedad, aumentando el ahorro y con ello la inversión.
Este fue fundamentalmente el origen de la banca actual, la cual tenía dos
funciones: prestar el dinero que custodiaban a cambio de un interés y la emisión de
"promesas de pago al contado al portador" que circulaban como dinero.

Argumentos favorables al capitalismo también afirman que una economía capitalista


brinda más oportunidades a los individuos de incrementar sus ingresos a través de
nuevas profesiones o negocios que otras formas de economía. Según esta manera de
pensar, este potencial es mucho mayor que en las sociedades feudales o tribales o
en las sociedades socialistas.[cita requerida] Igualmente, diversos trabajos
modernos han enfatizado las dificultades de los sistemas capitalistas no sometidos
a regulación, los efectos de la información asimétrica, y la ocurrencia de crisis
económicas cíclicas.35
Organizaciones por interés individual
De acuerdo con los argumentos de los defensores del capitalismo, cada uno de los
actores del mercado actuaría según su propio interés; por ejemplo, el empleador,
quien posee recursos productivos y capital, buscaría maximizar el beneficio
económico por medio de la acumulación y producción de mercancías. Por otra parte,
los empleados, quienes estarían vendiendo su trabajo a su empleador a cambio de un
salario; y, por último, los consumidores, que estarían buscando obtener la mayor
satisfacción o utilidad adquiriendo lo que desean o necesitan en función a la
calidad del producto y de su precio.

De acuerdo con numerosos economistas, el capitalismo podría organizarse a sí mismo


como un sistema complejo sin necesidad de un mecanismo de planeamiento o guía
externa.36 A este fenómeno se lo llama laissez faire.37 Otros economistas modernos
han señalado la conveniencia de las regulaciones, especialmente si se tienen en
cuenta que las economías están insertas en sistemas sociopolíticos y
medioambientales que también es necesario preservar. A este respecto el propio
presidente Franklin D. Roosevelt, en un mensaje al Congreso del 29 de abril de 1938
llegó a afirmar:
La libertad de una democracia no está a salvo si la gente tolera el crecimiento del
poder en manos privadas hasta el punto de que se convierte en algo más fuerte que
el propio estado democrático.38
En cualquier caso es innegable, que para unos y otros el proceso de búsqueda de
beneficios tiene un rol importante (ya se prefiera una economía con cierta
regulación o una totalmente desregulada). Se admite que a partir de las
transacciones entre compradores y vendedores emerge un sistema de precios, y los
precios frecuentemente surgen como una señal de cuáles son las urgencias y
necesidades insatisfechas de las personas, si bien algunos autores señalan que
pueden existir fallos de mercado bajo circunstancias específicas. La promesa de
beneficios les da a los emprendedores el incentivo para usar su conocimiento y
recursos para satisfacer esas necesidades. De tal manera, las actividades de
millones de personas, cada una buscando su propio interés, se coordinan y
complementan entre sí.39

Liberalismo y papel del Estado


La doctrina política que históricamente ha encabezado la defensa e implantación de
este sistema económico y político ha sido el liberalismo económico y clásico del
cual se considera sus padres fundadores a John Locke, Juan de Mariana y Adam Smith.
El pensamiento liberal clásico sostiene en economía que la intervención del
gobierno debe reducirse a su mínima expresión. Solo debe encargarse del
ordenamiento jurídico que garantice el respeto de la propiedad privada, la defensa
de las llamadas libertades negativas: los derechos civiles y políticos, el control
de la seguridad interna y externa (justicia y protección), y eventualmente la
implantación de políticas para garantizar el libre funcionamiento de los mercados,
ya que la presencia del Estado en la economía perturbaría su funcionamiento. Sus
representantes contemporáneos más prominentes son Ludwig von Mises y Friedrich
Hayek por parte de la llamada Escuela austríaca de economía; George Stigler y
Milton Friedman por parte de la llamada Escuela de Chicago, existiendo profundas
diferencias entre ambas.

Existen otras tendencias dentro del pensamiento económico que asignan al Estado
funciones diferentes. Por ejemplo los que se adscriben a lo sostenido por John
Maynard Keynes, según el cual el Estado puede intervenir para incrementar la
demanda efectiva en época de crisis. También se puede mencionar a los politólogos
que dan al Estado y a otras instituciones un papel importante en controlar las
deficiencias del mercado (una línea de pensamiento en este sentido es el
neoinstitucionalismo).

Origen
Skyline de la ciudad inglesa de Mánchester en 1857. Durante el siglo XIX en medio
de la Revolución industrial esta ciudad desarrolló tal cantidad de industria textil
que fue llamada Cottonopolis, y se convirtió en modelo de la prosperidad provocada
por el capitalismo de libre empresa para el movimiento social y político denominado
Escuela de Mánchester.
Artículo principal: Historia del capitalismo
Tanto los mercaderes como el comercio existen desde que existe la civilización,
pero el capitalismo como sistema económico, en teoría, no apareció hasta el siglo
XVII en Inglaterra sustituyendo al feudalismo. Según Adam Smith, los seres humanos
siempre han tenido una fuerte tendencia a «realizar trueques, cambios e
intercambios de unas cosas por otras». De esta forma al capitalismo, al igual que
al dinero y la economía de mercado, se le atribuye un origen espontáneo o natural
dentro de la edad moderna.40

La sustitución del feudalismo tuvo como impulso a poderosas fuerzas del cambio que
sirvieron para introducir de forma gradual la estructura de una sociedad de
mercado, dentro de las principales fuerzas se encuentran:41

El papel del mercader ambulante en la introducción del comercio, el dinero y el


espíritu adquisitivo.
El proceso de urbanización como una fuente de actividad económica y como punto
central de un poder nuevo y orientado al comercio.
Las cruzadas como una interrupción de la vida feudal y la introducción de nuevas
ideas.
El surgimiento de estados nacionales que apoyaban y facilitaban el comercio.
El estímulo de la edad de la exploración y del oro.
El surgimiento de nuevas ideas religiosas que simpatizaban más con la actividad de
los negocios que con el catolicismo.
La monetización de los tributos dentro del sistema feudal.
Todas estas fuerzas del cambio crearon un aspecto económico en la vida de las
personas que antes no existía, con estos cambios se empieza a marcar la separación
del aspecto social de la vida con el aspecto económico, con este nacimiento del
aspecto económico la sociedad empieza a tener fuertes transformaciones, por
ejemplo, el siervo ya no está atado a la tierra sino que se convierte en un
trabajador libre, el maestro gremial ahora es un empresario independiente, el señor
feudal se convierte ahora en un simple arrendatario, estas transformaciones son
cruciales para el nacimiento del capitalismo ya que empiezan a introducir las bases
de este nuevo sistema económico. El nacimiento de estos trabajadores libres,
capitalistas y terratenientes cada uno vendiendo sus servicios en el mercado del
trabajo, el capital y la tierra hicieron que nacieran los "factores de producción".

El orden económico resultante de estos acontecimientos fue un sistema en el que


predominaba lo comercial o mercantil, es decir, cuyo objetivo principal consistía
en intercambiar bienes y no en producirlos. La importancia de la producción no se
hizo patente hasta la Revolución industrial que tuvo lugar en el siglo XIX.

El camino hacia el capitalismo a partir del siglo XIII fue allanado gracias a la
filosofía del Renacimiento y de la Reforma. Estos movimientos cambiaron de forma
drástica la sociedad, facilitando la aparición de los modernos Estados nacionales
que proporcionaron las condiciones necesarias para el crecimiento y desarrollo del
capitalismo en las naciones europeas. Este crecimiento fue posible gracias a la
acumulación del excedente económico que generaba el empresario privado y a la
reinversión de este excedente para generar mayor crecimiento, lo cual generó
industrialización en las regiones del norte.

Tipos de sistemas capitalistas


Como se ha indicado anteriormente, existen distintas variantes del capitalismo que
se diferencian de acuerdo a la relación entre el mercado, el Estado y la sociedad.
Por supuesto, todas comparten características como la producción de bienes y
servicios por beneficio, asignación de recursos basada principalmente en el
mercado, y estructuración en torno a la acumulación de capital. Es importante
destacar que entre los círculos ligados a la Escuela austríaca de economía se
conoce como «capitalismo» a su variante más pura, el laissez faire.42 Otros
defensores del capitalismo han adoptado visiones del capitalismo más moderadas y
más matizadas con respecto a su implementación práctica.

Algunas de las formas de capitalismo históricamente existentes o propuestas son:

Mercantilismo y proteccionismo
Laissez faire y capitalismo deregulado
Capitalismo corporativo
Economía social de mercado
Economía mixta
En gran medida en la mayoría de países modernos predominan formas de capitalismo
más cercanas a las dos últimas formas, la economía social de mercado y la economía
mixta. El mercantilismo y el proteccionismo parecen casi universalmente abandonados
aunque tuvieron su auge durante los siglos XVIII y XIX.

Mercantilismo
Artículos principales: Mercantilismo y Proteccionismo.
Esta es una forma nacionalista del capitalismo temprano que nació aproximadamente
en el siglo XVI. Se caracteriza por el entrelazamiento de intereses comerciales de
interés para el Estado y el imperialismo y, consecuentemente, por el uso del
aparato estatal para promover las empresas nacionales en el extranjero. Un buen
ejemplo lo entrega el caso del monopolio comercial impuesto por España a sus
territorios de ultramar en 1504 prohibiéndoles comerciar con otras naciones.

El mercantilismo sostiene que la riqueza de las naciones se incrementa a través de


una balanza comercial positiva (en que las exportaciones superan a las
importaciones). Corresponde a la fase de desarrollo capitalista llamada Acumulación
originaria de capital.

Capitalismo de libre mercado


Artículos principales: Laissez faire y Libre mercado.
El capitalismo laissez faire se caracteriza por contratos voluntarios en ausencia
de intervención de terceros (como pudiere ser el Estado). Los precios de los bienes
y servicios son establecidos por la oferta y la demanda, llegando naturalmente a un
punto de equilibrio. Implica la existencia de mercados altamente competitivos y la
propiedad privada de los medios de producción. El rol del Estado se limita a la
producción de seguridad y al resguardo de los derechos de propiedad.

Economía social de mercado


Artículo principal: Economía social de mercado
En este sistema la intervención del Estado en la economía es mínima, pero entrega
servicios importantes en cuanto a la seguridad social, prestaciones de desempleo y
reconocimiento de derechos laborales a través de acuerdos nacionales de negociación
colectiva. Este modelo es prominente en los países de Europa occidental y del
norte, aunque variando sus configuraciones. La gran mayoría de las empresas son de
propiedad privada.

Capitalismo corporativo
Artículo principal: Capitalismo corporativo
Caracterizado por la dominación de corporaciones jerárquicas y burocráticas. El
término «capitalismo monopolista de Estado» fue originalmente un concepto marxista
para referirse a una forma de capitalismo en que la política de estado es utilizada
para beneficiar y promover los intereses de corporaciones dominantes mediante la
imposición de barreras competitivas y la entrega de subsidios.
Economía mixta
Artículo principal: Economía mixta
Una economía mixta está basada en gran medida en el mercado, y consiste en la
convivencia de la propiedad privada y la propiedad pública de los medios de
producción, y en el intervencionismo a través de políticas macroeconómicas
destinadas a corregir los posibles fallos de mercado, reducir el desempleo y
mantener bajos los niveles de inflación. Los niveles de intervención varían entre
los diferentes países, y la mayoría de las economías capitalistas son mixtas hasta
cierto punto.

En términos políticos informales se considera que los sistemas capitalistas son


opuestos a los sistemas de inspiración socialista. Presuntamente los sistemas
socialistas difieren de los sistemas capitalistas en varias maneras: propiedad
pública de los medios de producción, los recursos monetarios obtenidos mediante la
producción pueden ser utilizados con fines sociales no relacionados con la
inversión o la obtención de beneficios. En muchos sistemas históricos de
inspiración socialista muchas decisiones importantes de producción fueron
directamente planificadas por el estado lo cual dio lugar a sistemas de economía
planificada.

Tampoco pueden considerarse sistemas capitalistas muchos sistemas socioeconómicos


de la antigüedad y la edad media, ya que en ellos tenía un papel destacado la mano
de obra forzada (como en el feudalismo) o directamente la mano de obra esclava
(presente en la antigüedad, la edad moderna e incluso perduró inicialmente en las
sociedades capitalistas). Tampoco existía en muchos de esos sistemas movilidad
social, al tratarse de sociedades estamentarias; ni la producción estaba orientada
o racionalizada a la obtención de beneficio económico o a crear sistemas de
acumulación capitalista, sino que otros objetivos socialmente deseables para una
parte de la sociedad podían tener mayor peso en las decisiones de producción y la
actividad económica.

Capitalismo de riesgo
Comprendido también como sociedad de riesgo, ha sido un vocablo introducido por el
sociólogo alemán Ulrich Beck quien comprendía que luego de Chernobyl la sociedad
entró en una nueva fase de producción. El riesgo era la base angular de la sociedad
que hacía a todas las clases iguales. Este proceso de desjerarquización ha llevado
a un fenómeno conocido como proceso de reflexibilidad. En el capitalismo descrito
por Beck, los sistemas de producción son descentralizados, en parte como resultado
del proceso de reflexibilidad que da origen a formas donde el lego tiene acceso a
información que en épocas anteriores eran exclusivas de los expertos. No obstante,
la introducción de la tecnología para detectar y reducir ciertos riesgos,
engendraba otros no tenidos en cuenta o planificados por los expertos.43 Anthony
Giddens explora el capitalismo del riesgo como una consecuencia del empalme entre
la globalización y el mercantilismo.44 Por su parte, Richard Sennet sugiere que la
discursividad del riesgo es útil para que los grupos privilegiados no asuman los
riesgos de sus decisiones. El ciudadano moderno debe gestionarse su propia
seguridad como signo de estatus, que le permite ingresar al mundo de los buenos
ciudadanos. Quienes así no pueden gestionarlo, son tildados de «incapaces» o
«personas vulnerables». Ser vulnerable implica no tener autonomía respecto de otros
que si pueden autoprotegerse. Este cambio en las políticas de protección se asocia
a una tendencia económica que pondera y valoriza a quienes no se apegan a una
empresa por muchos años. Los expertos en organizaciones o sociología laboral
sugieren que las personas deben cambiar de trabajo en forma periódica debido a que
ello sugiere una adaptación sana a lo diferente. Más allá de este discurso subyace
una lógica de explotación que intenta romper con los lazos sociales y con el apego
tradicional de un sujeto a una organización. Por ese motivo, no es extraño observar
que dentro del culto al cambio prime una atmósfera de precarización laboral.45 Ante
el mismo problema Zygmunt Bauman acuña el término «sociedad líquida» para expresar
la dinámica del capitalismo moderno. En la sociedad sólida las economías y los
lazos institucionales estaban orientados a largo plazo, en forma de una producción
de escala. Pero la modernidad ha cambiado a formas más descentralizadas, móviles y
menos estables en los canales productivos. Eso ha dado como resultado una sociedad
donde los lazos sociales son adaptables al momento y a los intereses individuales
de las personas. En la sociedad líquida la seguridad es empleada como una forma
discursiva que denota exclusividad y estatus social. Los medios tecnológicos
vigentes son usados por los grupos privilegiados no solo para protegerse de ciertos
grupos marginales, sino para demostrar ejemplaridad.464748

Capitalismo mortuorio
George H. Mead afirmaba que existía una fascinación por las malas noticias, los
periódicos y los accidentes porque de esa forma el "yo" exorciza a la muerte. Se
siente una sana alegría ante la tragedia de los demás debido a que se ha evitado
ser afectado por el evento.49 En este sentido, Joy Sather-Wagstaff sugiere que los
desastres provocados por el hombre o naturales generan un gran trauma para la
sociedad, el cual debe ser regulado por medio de la solidaridad entre las víctimas
y los supervivientes. En ciertas ocasiones, el poder político intenta manipular el
discurso con el fin de ganar legitimidad frente a los miembros de la comunidad. Se
da, entonces, una patrimonialización del dolor que distorsiona las razones reales
del desastre. Rememorar la muerte es el primer hecho político que da origen a la
cultura.50 Estas mismas observaciones fueron validadas por la profesora Rodanthi
Tzanelli de la Universidad de Leeds, quien sostiene que el cine ha hecho de la
muerte una principal mercancía (en inglés, commodity) para ser comercializado por
los diferentes agentes del capitalismo al punto de imponer mensajes discursivos
hegemónicos. En diversas prácticas como la visita a lugares de extrema pobreza, o a
santuarios donde abunda la muerte masiva, estos dispositivos apelan al sufrimiento
humano para dotar al consumidor de una realidad apocalíptica. La función de
retratar la miseria ajena radica en el reforzamiento de la propia posición de clase
ejercida por la élite capitalista.51 Phillipe Aries por su parte sostiene que el
hombre moderno ha perdido la familiaridad con la muerte y a diferencia de sus
predecesores ha hecho de ella algo incontrolable, cuyos efectos adquieren una
naturaleza desestabilizadora.52 Por último, la muerte funcionaría según Geoffrey
Skoll como un importante discurso para mantener a la masa trabajadora bajo
control.53 Zygmunt Bauman sostiene que el estado de hiper-vigilancia que se ha
fundamentado en el uso de tecnologías cumple una doble función. Por un lado protege
a los ciudadanos deseables de los indeseables, pero también sirve como criterio de
exclusión donde solo unos pocos se aíslan del resto de la sociedad. La exclusividad
confiere estatus a ciertos grupos y la vigilancia es el instrumento por medio del
cual ese estatus se hace visible a otros quienes no poseen los recursos necesarios
para protegerse.54

Críticas al capitalismo

Pyramid of Capitalist System, póster del sindicato Industrial Workers of the World.
Critica el capitalismo representándolo como una estructura jerárquica de clases
sociales.
Artículo principal: Anticapitalismo
Parte de la crítica al capitalismo es la opinión de que es un sistema caracterizado
por la explotación de la fuerza de trabajo humano al constituir el trabajo como una
mercancía más. Esta condición sería su principal contradicción: medios de
producción privados con fuerza de trabajo colectiva, de este modo, mientras en el
capitalismo se produce de forma colectiva, el disfrute de las riquezas generadas es
privado, ya que el sector privado "compra" el trabajo de los obreros con el
salario. La alternativa histórica al capitalismo con mayor acogida ha estado
representada por el socialismo.[cita requerida]

Marxismo
Artículo principal: Modo de producción capitalista
Para el materialismo histórico (el marco teórico del marxismo), el capitalismo es
un modo de producción. Los marxistas creen que las desigualdades sociales se deben
a una continua lucha social, la "lucha de clases" que tendría una inevitable
evolución en el comunismo, en este sistema se plantea una mejora en las relaciones
socio-económicas que mejoraría las condiciones laborales de los trabajadores y
evitaría la injusticia social que ellos creen que tiene lugar en el capitalismo.

Esta construcción intelectual es originaria del pensamiento de Karl Marx


(Manifiesto Comunista, 1848, El Capital, 1867) y deriva de la síntesis y crítica de
tres elementos: la economía clásica inglesa (Adam Smith, David Ricardo y Thomas
Malthus), la filosofía idealista alemana (fundamentante la dialéctica hegeliana) y
el movimiento obrero de la primera mitad del siglo XIX (representado por autores
que Marx calificaba de socialistas utópicos).

Capitalismo e imperialismo
Los críticos del capitalismo lo responsabilizan de generar numerosas desigualdades
económicas. Tales desigualdades eran muy acusadas durante el siglo XIX, sin
embargo, a lo largo de la industrialización (principalmente en el siglo XX) se
experimentaron notables mejorías materiales y humanas. Los críticos del capitalismo
(John A. Hobson, Imperialism, a study, Lenin, El imperialismo, fase superior del
capitalismo) señalaron desde finales del siglo XIX que tales avances se obtuvieron
por un lado a costa del colonialismo, que permitió el desarrollo económico de las
metrópolis, y por otro lado gracias al Estado del Bienestar, que suavizó los
efectos negativos del capitalismo e impulsó toda una serie de políticas
cuasisocialista.

Otras críticas al capitalismo que se enlazan a décadas anteriores con el mismo


matiz antiimperialista (a partir del pensamiento centro-periferia) provienen de los
movimientos antiglobalización, que denuncian al modelo económico capitalista y las
empresas transnacionales como el responsable de las desigualdades entre el Primer
Mundo y el Tercer Mundo, teniendo el tercer mundo una economía dependiente del
primero.

El mercado como institución no natural


Desde una perspectiva no estrictamente marxista, Karl Polanyi (La gran
transformación, 1944) insiste en que lo crucial en la transformación capitalista de
economía, sociedad y naturaleza fue la conversión en mercancía de todos los
factores de producción (tierra, o naturaleza y trabajo, o seres humanos) en
beneficio del capital.

Capitalismo como religión


Artículo principal: Capitalismo como religión
Capitalismo como religión es un escrito póstumo de 1921 del filósofo alemán Walter
Benjamin que contiene una crítica profunda al capitalismo. El texto indaga en la
naturaleza religiosa del capitalismo como una dogmática inhumana: la identificación
del pecado y la culpa religiosa y la deuda impuesta por el capitalismo (el término
alemán utilizado en el escrito Schuld significa a la vez deuda y culpa). Para
Michael Löwy el escrito es una lectura anticapitalista de Max Weber.5556 En este
sentido, se ha afirmado con relación al vínculo entre capitalismo y religión:

Con relación a la percepción religiosa de la riqueza, podría decirse que el dilema


del capital —su pecado capital cabría decir— y el origen de la hostilidad que en
ocasiones genera, podría explicarse por su desapego crónico hacia la auténtica
riqueza: toda aquella que no consista en dinero. Algo que ha quedado sintetizado en
el conocido adagio atribuido al emperador Vespasiano: «pecunia non olet». Frente a
este planteamiento, resulta comprensible que haya quien entienda que la acumulación
de riquezas nada tiene que ver con la moral (aunque, en realidad, esta tenga que
ver con todo), sin embargo, no cabe duda de que un rasgo del capitalismo es el de
desatender el origen y destino del capital, sirviendo lo mismo para financiar un
hospital para refugiados que para financiar la guerra que los ha convertido en
tales.57
Ecologismo
La crítica ecologista argumenta que un sistema basado en el crecimiento y la
acumulación constante es insostenible, y que acabaría por agotar los recursos
naturales del planeta, muchos de los cuales no son renovables; más aún si el
consumo de estos recursos es desigual entre los países y en sus respectivas clases
económicas. Hasta hace algunas décadas, se pensaba que los recursos naturales eran
virtualmente inagotables y que la contaminación, pérdida de la biodiversidad y de
paisajes eran costes asumibles del progreso.

Actualmente existen dos tendencias principales relacionadas con la crítica


ecologista: aquella que defiende un desarrollo sostenible de la economía (que
consistiría en adaptar el actual modelo al nuevo problema medioambiental) y otra
que defiende un decrecimiento de la economía (que apunta directamente a nuevos
sistemas de organización económica).58

Como contraparte al ecologismo colectivista, surge el ecologismo de mercado con


base en la libertad individual. Este ecologismo plantea la protección de los
ecosistemas desde el punto de vista del capitalismo libertario. Los libertarios
dicen que una clara definición de la propiedad privada en todos los recursos
escasos da como resultado que cada recurso escaso sea usado más eficientemente, y
por lo tanto, sea regulado por el mercado; de igual manera, el propietario siempre
estaría interesado en que su tierra y animales estén sanos, y usan el ejemplo de la
privatización de los elefantes en Kenia y la recuperación de la población de estos
para demostrar que una economía de mercado con propiedad privada siempre tiene
interés en preservar un ecosistema sano. Desde el punto de vista de los
libertarios, cuando no hay derechos de propiedad definidos ocurre la denominada
tragedia de los comunes, donde el recurso es usado por todos de manera
irresponsable y este se agota.

Véase también
Anticapitalismo
Capital
Capitalista
Capitalismo cognitivo
Capitalismo de Estado
Capitalismo financiero
Comunismo
Distribución de la riqueza
Empresa capitalista
Estatismo
Fordismo
Karl Marx
Liberalismo
Libertad económica
Libre empresa
Monozukuri
Orden espontáneo
Propiedad privada
Plutonomía
Sistemas de producción (administración)
Socialismo
Taylorismo
Referencias
Definición minimalista elaborada de forma que concuerde con las principales
definiciones esencialistas, tanto posteriores (Sombart, 1902; Weber, 1904) como
previas a la invención del término (Ricardo, 1817; Proudhon, 1840; Marx, 1848) y a
la elaboración en concepto (Smith, 1776) y concordante con la definición del
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temático de la obra principal en: «Notes on Max Weber», Introduction to Social
Theory (Sociology 250), October 11, 2002, Department of Sociology and Social
Studies, University of Regina.
La sociología clásica coincide en esta categorización con diferencias de matices:
en Marx se propone una secuencia histórica de sociedades clasistas, las primeras de
las cuales se forman por causas económicas pero se sostienen mayormente sobre
funciones y relaciones extraeconómicas, mientras que su punto de llegada es la
sociedad burguesa en la cual todas las clases son de naturaleza económica; esta
diferencia se vuelve más relevante en la perspectiva de Weber, por la cual solo en
el capitalismo debería hablarse propiamente de clases sociales como principio
estratificador, mientras que en todas las demás el determinante sería estamental
incluso por su origen. Véase: Val Burris, «La síntesis neomarxista de Marx y Weber
sobre las clases», Zona abierta, ISSN 0210-2692, N.º 59-60, 1992 (Ejemplar dedicado
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