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Propósitos y limitaciones de las herramientas de análisis financiero:

estados proforma, presupuesto de efectivo y análisis del punto de


equilibrio y apalancamiento

Por Mario Garita Brenes


Las finanzas cuentan con varias formas de lograr preparar las empresas para el futuro.
Entre estas herramientas se encuentran los estados financieros proforma, los
presupuestos de efectivo y los análisis de punto de equilibrio, apalancamiento operativo
y financiero. Todos estos recursos son útiles pero también algunos presentan ciertos
inconvenientes que hay que tomar en cuenta a la hora de hacer un análisis financiero.

Los estados financieros proforma tienen como propósito básico proyectar a futuro la
situación actual de la empresa. Tanto el balance general como el estado de resultados,
son proyectados a futuro para determinar las necesidades de financiamiento requeridas.
Esto le ayuda al gerente a tomar las decisiones necesarias para lograr obtener el mayor
beneficio para la compañía. Además, a la hora de buscar opciones de financiamiento,
los estados proforma son solicitados por los posibles acreedores para tener una idea de
hacia dónde se dirige la empresa. También los accionistas y propietarios de la empresa
deben estar siempre atentos a los estados proforma ya que éstos indican no solo la
situación financiera actual, sino que también proyectan los resultados que pueden ser
útiles la toma de decisiones. Los prospectos de inversionistas también estudian los
estados proforma para poder visualizar los posibles cambios que la empresa deba
atravesar y su posición proyectada, lo que proporciona información útil para evaluar el
riesgo que tomarían invirtiendo en esta empresa. Los entes gubernamentales también
solicitan los estados financieros proforma para llevar mediciones que ayuden a proteger
las inversiones del público.

Sin embargo, existen algunas limitaciones respecto al alcance de los estados financieros
proforma, ya que dejan por fuera algunos aspectos que pueden afectar la operación de
la empresa como posibles variaciones de las condiciones de mercado, cambios en la
legislación, etc. Tampoco se toman en cuenta posibles cambios respecto al valor de la
moneda que se utiliza, la cual puede tener fluctuaciones importantes que afecten la
capacidad de generar utilidades que tiene la empresa.

En cuanto a los presupuestos de efectivo, su principal propósito es el de determinar la


cantidad de efectivo disponible para gastar durante un período futuro. Con el presupuesto
de efectivo se puede determinar la magnitud de la reducción del gasto necesaria para
poder salir adelante con el efectivo disponible. Utilizando los datos de ventas, gastos y
otras variables, el gerente o administrador analiza los patrones pasados y los utiliza para
previsualizar el comportamiento de la empresa a futuro. Conforme avanzan los años los
presupuestos pueden afinarse cada vez más, ya que es posible comparar las
predicciones realizadas con lo que sucede en la realidad de la empresa en el día a día.
Las posibles discrepancias, generadas por situaciones impredecibles o un mal cálculo
previo, lanzan información valiosa para mejorar los pronósticos futuros.

Precisamente una de las grandes desventajas de los presupuestos de efectivo, es que


sus datos tan solo son estimaciones que pueden fallar por muchas circunstancias, por lo
que no son una herramienta infalible sino una guía para tomar decisiones. Debido a que
el presupuesto puede mejorarse, es posible que requiera tiempo para ser optimizado.

Otra de las herramientas que disponen las empresas tienen que ver con el
apalancamiento operativo y financiero. Analizando ambos es posible tomar decisiones
respecto al financiamiento de la compañía. El apalancamiento operativo consiste en la
capacidad de la empresa para convertir los costos variables en costos fijos, para que
cuando la producción aumente, las utilidades no se vean afectadas por la variabilidad de
los costos. Mientras que el apalancamiento financiero requiere la utilización de recursos
externos para aumentar la producción y ventas de la empresa. Para esto la empresa
puede recurrir a adquirir deuda o requerir capital de sus accionistas.

El apalancamiento operativo en muchas situaciones resulta el más ventajoso ya que


permite aumentar la producción y reducir los costos por unidad, dando más utilidades a
los accionistas. Por otra parte, puede requerir un aumento en los elementos necesarios
para producir la cantidad requerida. El apalancamiento financiero también trae beneficios
pero aumenta ciertos riesgos. Es posible aumentar la rentabilidad y e invertir más en la
empresa. Pero en caso de que la rentabilidad sea menor al costo del financiamiento,
podría generarse un apalancamiento financiero negativo, multiplicando las pérdidas.
Además, elementos externos del mercado como períodos deflacionarios pueden poner
en aprietos a la empresa, ya que la deuda no se devalúa al mismo ritmo que los activos.

Saber el punto de equilibrio de la empresa también resulta muy provechoso,


especialmente en entornos complicados y cambiantes porque permite visualizar el punto
en el cual se logra empezar a generar utilidad ante un incremento en las ventas. Su
cálculo toma en cuenta los costos fijos, el precio de venta y los costos variables dando
así un panorama amplio de la situación operacional de la empresa, pudiendo prepararla
para variaciones en cualquiera de esos tres elementos. Sin embargo, en ocasiones
puede que el volumen de ventas sea suficiente para cubrir los gastos operativos, pero
no hay que dejar de lado los intereses de deuda. Para esto se torna útil encontrar el
punto de equilibrio financiero añadiendo los costos financieros de la empresa. Cuando la
empresa opera por encima del punto de equilibrio, se encuentra en posición de generar
utilidades.

Las principales limitaciones del análisis del punto de equilibrio vienen dadas por las
distintas estimaciones que deben realizarse. En ocasiones puede ser difícil clasificar los
costos y gastos de la empresa, teniendo algunos costos y gastos fijos que podrían variar
en ciertos niveles de producción, lo que resultaría en errores de cálculo del punto de
equilibrio. También puede complicarse el análisis en casos donde la empresa maneja
una amplia gama de productos.

En conclusión, las herramientas de análisis financiero como los estados proforma, los
presupuestos de efectivo y el punto de equilibrio ayudan a los gerentes, accionistas,
acreedores, entidades gubernamentales y a posibles inversionistas a darse una idea del
rumbo que lleva la empresa y así tomar decisiones acertadas cada uno en su campo.
Estas herramientas aunque útiles e imprescindibles para un correcto análisis financiero,
pueden tener ciertas limitaciones a la hora de pronosticar comportamientos a futuro.
Además de que en ciertas oportunidades puede ser difícil integrar todas las posibles
variables para preparar a la empresa para los retos venideros. Es por esto de vital
importancia que los analistas de estas herramientas, tengan una visión suficientemente
amplia para poder prevenir situaciones que no estén contempladas en los estados
financieros y presupuestos, para poder realizar ajustes y correcciones a tiempo. Además,
se necesita tener un claro conocimiento de las limitaciones de cada instrumento para
poder sacar conclusiones más acertadas respecto al rumbo de las operaciones.

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