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Psicología.

“Teoría Feminista”

INTEGRANTES.

Karen Gonzales C., Camilo Palma M., Daniela Pedraza O., Erín Valenzuela F.

DOCENTE.

Naomí Rodas M.

ASIGNATURA.

Enfoque Comunitario.

CIUDAD, FECHA.

Victoria, 27 De Mayo De 2016.


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Feminismo.

El feminismo como movimiento hace referencia a la igualdad de derechos y

oportunidades entre mujeres y hombres en los aspectos económicos y políticos. La

ideología hace énfasis a una serie de principios que no pertenecen necesariamente a todas

las mujeres, es decir, también se consideran a aquellos hombres que están a favor del

feminismo. Se inició a finales del siglo XVIII, surgiendo desde la discriminación a la mujer

y proponiendo un cambio en las relaciones sociales para que nos lleven a la liberación del

género femenino.

Socialmente se cree que las feministas “odian a los hombres” o “se creen superiores

a los hombres” pero esto no es así, ya que como mencionamos anteriormente, lo que busca

este movimiento es la igualdad entre hombres y mujeres.

Citando al conocido cantautor Arjona “Nosotros con el machismo ustedes al

feminismo, y al final la historia termina en par”. Esto no es así. El feminismo no es un

equivalente del machismo, ya que el machismo plantea que el hombre por naturaleza es

superior a la mujer. El equivalente al machismo es el hembrismo, el cual plantea la

superioridad de la mujer por sobre el hombre y el desprecio a éstos, y generalmente la gente

suele confundir el feminismo con el hembrismo, pero no son lo mismo.

Existen diferentes corrientes feministas que incluyen las diversas perspectivas que

hay entre y sobre las mujeres. En este informe abordaremos las siguientes teorías: marxista

feminista, social feminista, radical feminista, cultural feminista, post modernista feminista y

liberal feminista.
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Contexto histórico

Los primeros indicios del feminismo como revolución surgieron en el siglo XIII

con la idea de crear una iglesia para mujeres de Guillermine De Bohemia, pero a mediados

del siglo XIX, en la Revolución Francesa, se comienza con una lucha colectiva y

organizada, gracias a la cual hubo participación de mujeres en acontecimientos históricos

importantes en el último tiempo.

La Revolución Francesa no cumplió con las demandas de igualdad de las mujeres

y ellas aprendieron que debían luchar de forma autónoma. La principal demanda era el

derecho al sufragio.

En Gran Bretaña las peticiones provocaron algunos debates parlamentarios. En

1903 se crea la Woman's Social and Political Union, que, dirigida por Emmiline Pankhurst,

organizó actos de sabotaje y manifestaciones violentas, propugnando la unión de las

mujeres más allá de sus diferencias de clase. (Gamba, 2008).

En América Latina el sufragio no tuvo la misma importancia y solo participaron los

sectores privilegiados (elites). Las agrupaciones de mujeres socialistas no lograron el eco

suficiente para llegar a hacer una revolución..

En el periodo post Segunda Guerra Mundial, en la mayoría de los países europeos

se consiguió el derecho al voto para las mujeres, pero a la vez existió un retroceso en la

lucha. En esta etapa de transición se destaca a Emma Goldmann quien relaciona la lucha

feminista con la lucha de la clase obrera.


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El denominado “Nuevo feminismo” tiene su origen en EE.UU y Europa y lo que plantea es

una definición del patriarcado, analizar el origen de la opresión de la mujer, el rol de la

familia, la división sexual en el trabajo y el trabajo doméstico, la sexualidad, la

reformulación de la separación de espacio público y privado.

El feminismo contemporáneo plantea que la igualdad jurídica y política reclamada por las

mujeres en el siglo XIX constituyó un paso adelante, pero no fue suficiente para modificar

el rol de las mujeres. Estas revoluciones estan basadas en la ideología socialista, pero luego

se dieron cuenta que el socialismo en si también estaba marcado con una ideología

patriarcal, por lo que no llegaron a ser un cambio importante en la vida de las mujeres.

El desafío principal del “nuevo feminismo” es demostrar que la naturaleza no encadena a

los seres humanos y que les fija su destino, como dice Simone de Beauvoir “no se nace

mujer, se llega a serlo”. Se reivindica el placer sexual de la mujer, diciéndose que la

sexualidad femenina se ha visto oprimida y se rescata el orgasmo clitoridiano y el derecho a

la libre elección sexual. Se analiza el hecho de que la mujer deba asumir como mandato la

crianza de los hijos y el cuidado de la familia, solo por el hecho de que tenga la capacidad

biológica de reproducir la especie. También se analiza lo referente al trabajo doméstico, ya

que desde el nacimiento se le adjudica esta labor exclusivamente a la mujer. “Ya se acepta

al hombre como prototipo del ser humano, como universal. Luchamos, si, porque no se nos

niegue ningún derecho, pero luchamos, sobre todo, para acabar con la división de papeles

en función del sexo”


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La denominada Primera Ola, abarca desde los 70´s hasta comienzos de los 80´s

aproximadamente y sus corrientes se sintetizan en tres líneas principales: radical, socialista

y liberal, todas estas entrecruzadas por las ideas de igualdad.

El feminismo radical dice que hay una contradicción social que es producida en función del

sexo. Plantea que las mujeres estarían oprimidas por las instituciones patriarcales que

tienen control sobre ellas, especialmente sobre su reproducción. Shulamith Firostene en su

libro “La dialéctica de los sexos” (1971) habla sobre que las mujeres son una clase social,

pero “al contrario que en las clases económicas, las clases sexuales resultan directamente de

una realidad biológica; el hombre y la mujer fueron creados diferentes y recibieron

privilegios desiguales”. Una alternativa que propone la autora es una nueva organización

social donde se fomente la vida en común de parejas y amigos pero sin formalidades

legales. Los principales del feminismo radical son: retomar el control sexual y reproductivo

de las mujeres y aumentar su poder económico, social y cultural, destruir las jerarquías de

la ciencia y crear organizaciones no jerárquicas, solidarias y horizontales. La mayoría de las

feministas radicales también se inclinan por el feminismo de la diferencia, que surge a

comienzos de los 70´s en EE.UU y Francia con el slogan de que ser mujer es hermoso.

Plantea una revalorización de lo femenino, con una clara oposición a la típica creencia

cultural patriarcal de que lo irracional y lo sensible es lo característico de la mujer. También

se propone revalorizar la maternidad, rescatar el lenguaje del cuerpo, poniendo en evidencia

la gran capacidad de placer de la mujer. Esta corriente tuvo tendencia en Francia e Italia y

también tuvo tomó bastante fuerza en España. Sus principales representantes fueron Annie

Leclerc, Luce Yrigaray en Francia, Carla Lonzi en Italia y Victoria Sendrón de León en

España.
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Contrario a esto, existe el feminismo de la igualdad que lucha por una profundización de

esta igualdad hasta que desaparezcan completamente las diferencias artificiales en razón del

sexo. Las defensoras de la igualdad niegan la existencia de valores femeninos y señalan que

la única diferencia válida es la que tiene su origen en la opresión. “Lo que se encuentra en

la sociedad jerárquica actual no son machos o hembras, sino construcciones sociales que

son los hombres y mujeres” (Delphy,1980)

Después de duras polémicas, lograron eliminarse las aristas más violentas de ambas

tendencias e incluso se reconoce un aporte mutuo, produciéndose lo que se llama “la

diferenciación de la igualdad y la igualación de la diferencia”. Las corrientes socialistas y

liberales feministas se proponen por la igualdad, aunque tiene un significado muy distinto

para ambas corrientes. El feminismo liberal considera al capitalismo como el sistema que

ofrece las mayores posibilidades de lograr una igualdad en los sexos y cree que la principal

causa de la opresión está dada por la cultura.

El feminismo socialista coincide con algunos análisis y aportes del feminismo radical pero

considera que la lucha femenina debe insertarse en la problemática del enfrentamiento

global al sistema capitalista. Relaciona la explotación de clase con la opresión de la mujer,

diciendo que esta es explotada por el capitalismo y oprimida por el patriarcado.

Los feminismos del siglo XXI

A mediados de los 80´s con la heterogeneidad del movimiento se produce una crisis y e

habla de una tercera ola. El feminismo consiguió colocar el tema de la emancipación de las

mujeres en la agenda pública desde mediados de los 70´s pero esto perdió fuerza unos años

más tarde. Se produce una institucionalización del movimiento con la creación de diversas
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de ONG´s, participación de feministas en gobiernos y organismos internacionales, creación

de ámbitos específicos en el Estado. También en las universidades se aumentó la

investigación y construcción de tesis referentes al feminismo.

Varios debates se fueron dando a lo largo de las décadas respecto al feminismo, asi como

también surgieron mitos. En la década de los 80´s el mito más cuestionado que prevaleció

en los 60´s y 70´s, era el de la naturaleza única y ontológicamente “buena” de la mujer.

Contrario a esto, en la década mencionada anteriormente, surgió una visión donde se

destaca la diversidad existente entre las mujeres, ya sea por su clase, raza, etnia, cultura,

preferencia sexual, etc.

Respecto al poder, se realiza una crítica a la visión unilineal donde se le considera como

algo exclusivo de lo masculino. Gracias al psicoanálisis se pudo visualizar la manipulación

emocional que ejercen las madres y se rompe con la idea de la “mujer víctima”. En lo

referente al medio ambiente, tenemos el ecofeminismo, el cual plantea la existencia de una

relación mujer/naturaleza y que por el solo hecho de ser mujeres, tendrían una mejor

relación con el entorno, y por esto, una mayor responsabilidad de cuidar y salvar el planeta.

Según Gina Vargas (1998), el movimiento de la década de los 90´s, se enfrenta a nuevos

contextos y tiene ciertas crisis por su ambivalencia. El dilema es que las nuevas lógicas

que intentan adaptarse y hacer frente a las transformaciones paradigmáticas, no pueden

adecuarse ni reconocen los signos de la realidad. Y este dilema no se atañe solo al

feminismo, sino que a casi todos los movimientos sociales. Es importante recordar y

destacar que todos estos movimientos surgieron en una lucha en contra de los gobiernos

autoritarios y en los comienzos de una época democrática postdictatorial, lo que les dio un
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carácter de movimientos menos movilizados pero más reflexivos y en la búsqueda del

dialogo. Y esto se puede ver reflejado en que se cambió de una actitud antiestatista a una

postura crítica pero que busca el dialogo con el Estado y los organismos internacionales.

En América Latina, se puede ver un feminismo más institucionalizado, autónomo y

radicalizado. El institucionalizado es heredero del feminismo de la igualdad de décadas

anteriores y cree en la negociación política. El autónomo y radicalizado, mantiene los

ideales del feminismo radical y no está de acuerdo con la institucionalización del

movimiento. También existen movimientos feministas, denominados populares, en los

cuales la prioridad es la militancia, donde se recogen demandas y se intentan nuevos

liderazgos.

El feminismo hoy en dia se enfrenta a varios riesgos, entre los cuales, encontramos los

siguientes:

a) Desdibujamiento de propuestas colectivas articuladas desde las sociedades civiles y

ausencia de canales de dialogo que ubiquen al feminismo como sujeto de

interlocución valido.

b) “Cooptación” (Designación de las vacantes de una corporación mediante el voto de

los integrantes de la misma.) de técnicas y expertas por parte de los gobiernos y

organismos internacionales.

c) Fragmentación de miradas, luchas internas y desarticulación de propuestas.

d) Posturas demasiado radicalizadas e inviables que se alejan de los movimientos

populares.
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Se puede concluir de todo esto que, en el caso de América Latina, la principal

tensión o el principal conflicto está en como mantener la radicalidad del

pensamiento y la acción, a la vez que se está incursionando en espacios públicos y

políticos amplios, los cuales permiten negociar las propuestas y agendas que la

mayoría de las mujeres necesitan. Los países donde tiene mayor fuerza el

movimiento son Brasil, México, Perú y Chile. Otros que destacan son Cuba y

Nicaragua, donde la lucha de las mujeres es significativa, aunque ellas no se definan

a sí mismas como feministas.

El crecimiento del movimiento feminista, a pesar de sus crisis, se puede ver

reflejado en el constante incremento de la participación de mujeres en encuentros

feministas internacionales.

El principal desafío del feminismo en Latinoamérica es el de encontrar las

estrategias y técnicas adecuadas para continuar la lucha junto a la de otros

movimientos más amplios, de mujeres, DDHH, etc y asi impulsar y conseguir las

transformaciones que necesita la sociedad actual.

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