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"LA SOCIOLOGÍA DE PIERRE BOURDIEU"

“Este habitus podría ser definido por analogía con la ‘gramática generativa’ de N.
Chomsky, como sistema de esquemas interiorizados que permiten engendrar todos los
pensamientos, las percepciones y las acciones características de una cultura y solamente
éstas” (Bourdieu 1967: 152).

Los contextos educativos los docentes en nuestro que hacer pedagógico y en los
diferentes espacios de enseñanza y aprendizaje, nos predisponemos al encontrar
estudiantes que no interiorizan el término de orden dentro de un conjunto de normas y
reglas institucionales, y debemos abrir la brecha ante esta situación que tienden en
muchas ocasiones a ser exclusivas a pesar que nombramos y se trabaja con el concepto y
la necesidad de inclusión educativa pertinente, apoyados (Bourdieu, 1981) Si bien el
habitus tiende a reproducir las condiciones objetivas que lo engendraron, un nuevo
contexto, la apertura de posibilidades históricas diferentes, permite reorganizar las
disposiciones adquiridas y producir prácticas transformadoras. Identificar las necesidades
de nuestros estudiantes y sus estilos de aprendizaje permitirá abordar de manera mas
efectiva e impactante nuestra practica educativa.

Si bien el habitus tiende a reproducir las condiciones objetivas que lo engendraron, un


nuevo contexto, la apertura de posibilidades históricas diferentes, permite reorganizar las
disposiciones adquiridas y producir prácticas transformadoras. (Bourdieu, 1981)

En la sociedad que interactuamos como actores sociales los seres humanos,


intercambiamos información, experiencias y un sinnúmero de perspectivas a lo largo de
nuestra vida, independientemente de los lugares que conocemos y los contextos donde
nos desenvolvemos siendo estos los diferentes campos de acción; como lo dice Pierre
Bourdieu en su sociología, un campo es un espacio social de acción y de influencia en el
que confluyen relaciones sociales determinadas, es una red de relaciones objetivas entre
posiciones. Estas posiciones se definen en su existencia y en las determinaciones que les
imprimen a sus ocupantes por la situación actual o potencial en la estructura de
distribución de poder o capital, y por las relaciones objetivas con las demás posiciones.

Es por lo anterior que las personas siendo actores sociales imprimen e interiorizan de cada
contexto la información clasificada de su mayor y total interés, estructurando de esta
forma su pensamiento y manera de proceder en él. La capacidad de los individuos de
hacer uso efectivo de los recursos con los que cuentan es una función de la adaptación de
su habitus al campo en cuestión; el habitus, otra noción clave de la sociología de Bourdieu,
es el sistema subjetivo de expectativas y predisposiciones adquirido a través de las
experiencias previas del sujeto.

Estas predisposiciones intervienen en lo que sabemos o suponemos del mundo, por


ejemplo en la educación colombiana entendiendo al sistema educativo como el conjunto
de normas jurídicas, programas curriculares, establecimientos (colegios, universidades),
instituciones sociales, recursos humanos, tecnológicos, metodológicos, materiales,
administrativos y financieros, articulados para alcanzar los objetivos de la educación; un
sistema que apuesta a la calidad pero sus condiciones político-sociales y elitistas no
favorecen a las necesidades particulares y demarcadas de la población civil. Pensar en
educación seria entonces tener la predisposición que en el contexto publico es un proceso
tedioso y restringido dada la cantidad de población que por recursos económicos solo
puede presentarse a esta. Y en el contexto privado en su gran mayoría grupos cerrados ante
la corrupción elitista de la sociedad de personajes representantes del poder.

En el aprendizaje condicionado a la predisposición de la necesidad inmediata que se tenga


en nuestras aulas como docentes; atender a los diversos estilos de aprendizaje de
nuestros estudiantes, su posición ante las metodologías y estrategias aplicadas para
generar espacios significativos que me garanticen lo que aprendo ahora me servirá de algo
mas adelante; o la típica pregunta ¿profesora para qué me van a servir las matemáticas en
la vida si yo quiero ser (deportista, enfermero, escritor…etc)? Llevando un poco más allá a
espacios de interpretación, interiorización sobre “las matemáticas en nuestras vidas”
afirmándole así a nuestros estudiantes (alumnos) “para todo” dándoles el ejemplo de las
responsabilidades económicas que como adultos independientes se van adquiriendo.

La docencia seria entonces el campo donde un conjuntos de habitus que a raíz de los años
vamos enfocando para obtener una sociedad mas culta, mas tolerante, competitiva,
innovadora y responsable donde nuestro capital permitirá llegar hasta nuestra meta mas
anhelada, ejerciendo fuerza sobre nuestros pensamientos y motivando constantemente a
lograrlo. Ejemplo seria entonces un estudiante bachiller enfocado a participar y concluir
en su pregrado aspirando desde niño estudiar para mejorar su estatus de vida, por que al
venir de una familia humilde sabe que lo que haga definirá su camino.

El orden y la disciplina ayuda a concretar los objetivos de enseñanza, llegar a concretar


esta práctica en los contextos educativos es todo un reto que como docentes debemos ser
conscientes del papel que jugamos como actores formadores que guiamos a niños,
jóvenes, adolescentes o mismos adultos. Habituar un conjunto de conductas desde el aula
va consolidando el comportamiento de nuestros estudiantes. Pero la pregunta: ¿Cómo lo
logramos? Debemos ser agentes motivadores, atentos y consecuentes, por esta la
importancia de planificar nuestros encuentros pedagógicos; siempre estando abiertos a
las necesidades de la población, atendiendo a las mismas y resaltando la diversidad de
inteligencias teniendo muy presenta este aporte que hace Howard Gardner donde nos
advirtieron que la inteligencia académica (la obtención de titulaciones y méritos
educativos; el expediente académico) no es un factor decisivo para conocer la inteligencia
de una persona. Y como docentes la misión es generar espacios de enseñanza-aprendizaje
enriquecedores para la diversidad de pensamientos de nuestros estudiantes.

Ahora al responder la incógnita ¿Realmente el alumno más estudioso es el que más


aprende?, según lo anterior puedo decir que es nuestra responsabilidad y compromiso
explotar la didáctica del aprendizaje de nuestros niños, atender a sus necesidades y
cautivar sus dispositivos básicos del aprendizaje ( atención, concentración, memoria) y
sobre todo guía en el proceso de enseñanza de la aplicabilidad de lo aprendido, basados
en la resolución de problemas en nuestra vida cotidiana, porque de que sirva saber todos
los conceptos de en mi vida no los puedo aplicar?

Los seres humanos nos movemos por motivaciones, gustos, intereses y afinidades que
vamos encontrando en los diferentes contextos y según nuestra personalidad; como
docentes debemos ser conscientes de estas predisposiciones que nacen en nuestro
quehacer educativo y trabajar por que estas no marquen ideas o pensamientos fijos sobre
cualquier estudiante, dado que nuestra actitud y forma de proceder transmite día a día a
nuestros estudiantes, seguridad, interés y conceptos propios sobre la vida misma.

El habitus se puede entender como una dimensión fundamental de la clase social de cada
sujeto; es considerado como la experiencia y las prácticas sociales derivadas de la clase
objetivada que es la posición en el sistema de relaciones sociales según el volumen y el
tipo de capital que se posee (económico, cultural, social o simbólico). Es decir, el habitus
son las disposiciones o esquemas de obrar, pensar y sentir asociados a una posición social,
haciendo que personas que compartan un campo social afín tiendan a comportar de igual
forma y a compartir estilos de vida parecidos.

La posición social o los campos donde hemos crecido y fuimos formados es lo que
paulatinamente va formando y cambiando nuestro habitus con cada una de las
experiencias vividas, por lo tanto, las predisposiciones que tenemos o suponemos del
mundo intervienen en la forma como obramos en nuestro campo educativo, con nuestro
alumnos y en nuestro ejercicio docente, por ejemplo, todos los docentes o la gran mayoría
han hecho estudios de pedagogía, se han especializado en ciertas áreas y hoy ejercen su
labor, pero no todos lo hacen de una forma comprometida y consiente, por lo que al no
tener pasión o vocación por la profesión la predisposición es que su trabajo no sea 100%
de calidad.

El orden y la disciplina suelen ser importantes en el salón de clase porque en ambientes


controlados hacia cierto fin se suelen obtener resultados favorables o positivos. El poder
disciplinario señala Foucault (1988) citado en Van der Horst, C., & Narodowski, M. (1999),
tiene como función principal “enderezar conductas” todos los movimientos de la
institución educativa deben ser controlados, registrados, nada debe quedar al azar, puesto
que al trabajar con niños se incurre en un gran riesgo no planificar las actividades y
estrategias a utilizar, además el orden y la disciplina ayuda a concretar los objetivos de
enseñanza

El desafío de docente hoy en día es identificar los estilos de aprendizajes que cada
estudiante tiene, estimular sus talentos, brindado las herramientas necesarias para
facilitar su desarrollo y así poder incorporarse al campo social fácilmente y con mayor
competitividad. Sería muy sencillo donde todos los estudiantes tuvieran las mismas
características, las mismas personalidades, ya que esto facilitaría la formación de
estudiantes “modelos” dispuestos a aprender y a recibir motivación. Pero, en realidad ese
tipo de estudiante no existe, ya que partiendo desde el aspecto biológico ya todos somos
diferente y únicos; además de no existir personas idénticas, tampoco las hay impecables,
cada uno poseemos fortalezas en algunos campos que otros no las tiene y en sentido
contrario.

Ahora bien, atendiendo a la diversidad, cada docente en su personalidad buscará un


estudiante ideal diferente, como un profesor no podrá ser el ideal para todos sus
estudiantes. Por lo que pensar que el estudiante más aplicado y estudioso sea el que más
aprende es una afirmación errónea, puesto que atendiendo a la teoría de inteligencias
múltiples de Gardner cada persona tiene una forma más dominante de aprender y el
hecho de no ser aplicado, ordenado y participativo no significa que el no haya estado
construyendo conocimiento a lo largo de la clase. Como enuncia Ausubel 1983 citado en
Ordoñez 2016 "Si tuviese que reducir toda la psicología educativa a un solo principio,
enunciaría este: El factor más importante que influye en el aprendizaje es lo que el
alumno ya sabe. Averígüese esto y enséñese consecuentemente” es por esto que el
docente debe partir de un diagnóstico de las formas predominantes de aprendizaje de los
estudiantes y sus pre-saberes e ir siendo mediador en la construcción del conocimiento.

El ser humano es movido por sus motivaciones, gusto e intereses, aunque suele
enfrentarse a retos y desafíos que se le vayan presentando así no sean de su total agrado,
el aspecto afectivo es movido por las emociones que la persona sienta por algo o alguien.
Cómo se enunció en la pregunta anterior, cada docente busca un ideal de estudiantes,
puede que uno pretenda que todos sus estudiantes sean callados, ordenados, silenciosos
y comprometidos, mientras que otro busca que sus estudiantes sean libres, participativos,
no tenga en cuenta el orden y que se expresen con libertad. Cada uno de esos docentes es
movido por sus emociones y estilo de personalidad “las emociones han sido entendidas
como una fuerza que incrementa la motivación para la acción o como un amplificador de
los impulsos o drives” (Tomkins 1962 citado en Gondim 2010) las personas reconocemos
que las emociones son parte de la vida cotidiana, ya que nos permiten entender los
motivos que mueven nuestra vida, independientemente de las diferencias conceptuales
entre emociones, sentimientos y otros estados afectivos.

Respondiendo en concreto a la pregunta, si tenemos predisposiciones ante cierto tipo de


estudiantes, con el desaplicado nos predisponemos a que será una lucha todo el año y
puede que no avance, con el que molesta en clase, habla e interrumpe nos
predisponemos a que será el dolor de cabeza, con el aplicado y el estudioso sabemos que
nos dará siempre buenos resultados y será punto de referencia; esto si aclarando que
cada docente tiene distintas percepciones al estudiante ideal.

Referencias

Bourdieu, P. (1990). Sociología y cultura. México: Grijalbo.


Capdevielle, J. (2011). El concepto de habitus:“con Bourdieu y contra Bourdieu”. Anduli,
Revista Andaluza de Ciencias Sociales, (10), 31-45.

García, J. S. M. (2017). El habitus. Una revisión analítica. Revista internacional de


sociología, 75(3), 067.

Gondim, S. M. G., & Estramiana, J. L. Á. (2010). Naturaleza y cultura en el estudio de las


emociones. Revista española de sociología, (13).

Manzo, E. G. (2010). Las teorías sociológicas de Pierre Bourdieu y Norbert Elias: los
conceptos de campo social y habitus. Estudios sociológicos, 383-409.

Ordoñez, M.B. (2016). Estudiante Modelo ¿Modelo de qué? Recuperado de


https://fido.palermo.edu/servicios_dyc/publicacionesdc/vista/detalle_articulo.php?id_libr
o=684&id_articulo=14262

Van der Horst, C., & Narodowski, M. (1999). Orden y disciplina son el alma de la
escuela. Educação & Realidade, 24(1).

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