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MARCO TEÓRICO RAFAELA

La ciudad de Rafaela, fue formada por Guillermo Lehmann en 1881. Al poco tiempo se vio
favorecida por las líneas ferroviarias que la atravesaban, permitiéndole conectarse con los centros
industriales y comerciales más importantes del país como Córdoba, Santa Fe, Buenos Aires y
Rosario.

Rafaela, al igual que al resto de la provincia siguió un desarrollo económico principalmente


orientado a la agricultura, que a su vez llevó a un gran crecimiento demográfico. La crisis de 1930
provocó que la producción cerealera (en especial la de trigo, lino y maíz) se hiciera menos rentable.
(Ascúa, 2006) En respuesta a esto muchos de los propietarios de tierras se pasaron a la producción
tambera, cuyo desarrollo hasta ese momento había sido poco significativo. Este hecho posibilitó la
instalación de fábricas de productos lácteos, manejadas al principio como empresas familiares que
movían su producción a los centros urbanos; se desarrollaron con facilidad gracias al apoyo del Poder
Ejecutivo Provincial a través de la sanción de leyes que las protegían, la presencia de vías de
comunicación (en especial el ferrocarril) y la presencia de hombres que desde esta época decidieron
dedicarse a la actividad lechera, en especial inmigrantes suizos.

Cabe destacar que estas organizaciones no fueron el único modelo, ya que tiempo atrás se
había instalado la fábrica de manteca “Las Colonias”, de la firma anglo-argentina The River Plate
Dairy Co. Ltda, cuyas oficinas de administración se encontraban en Buenos Aires y su sede central
en Londres.

Inició su construcción en 1919 en la prolongación de la avenida Brasil al 3.000 en un terreno


de 22 hectáreas, empezando a producir recién en 1921. En un principio empleó a 120 personas y
tenía una capacidad promedio de 3.000 kilos diarios de manteca y hacia 1932 había ampliado su
producción a 12.000 kilos diarios. La instalación contaba con generadores eléctricos propios, sala de
caldera y una gran pileta de refrigeración de aguas residuales. La fábrica de manteca era la más
grande de Sudamérica. (Barredo, 2010)

También, como un ejemplo de sistema cooperativo de producción y como consecuencia de la


crisis cerealera, surgió Sancor, en la localidad de Sunchales, donde abrió su primera fábrica de
lácteos en 1942.

A partir de 1940 los productores tomaron conciencia de la necesidad de aumentar la


productividad mediante la modernización de establecimientos, servicios y técnicas. En cuanto a las
técnicas, en esta época se difundió la pasteurización. En la década del ‘40 Rafaela se convirtió en el
centro neurálgico de la actividad agrícola ganadera de la zona que incluía los departamentos
Castellanos, Las Colonias y San Cristóbal, lo que fomentó el desarrollo de otros rubros industriales
orientados al abastecimiento de insumos y maquinarias a las empresas lácteas, ellas se incorporaron
a la estructura industrial ya existente formada especialmente por industrias alimenticias.

Un ejemplo de ellas era el Frigorífico Fasoli, fundado por Luis Fasoli en 1915 que en un
principio se dedicaba a la fabricación de embutidos y chacinados. Su marca creció de forma
acelerada lo que posibilitó que en 1923 empleara a 200 personas y fuera capaz de procesar 5.000
kilos de chacinados diarios. Para 1932 duplicaba esa cifra, empleando a más de 500 personas de los
25.000 habitantes que tenía Rafaela en ese momento. (Barredo, 2010)

También podemos mencionar al Molino “Margarita” propiedad de el señor Rodolfo Bruhl,


emplazado en barrio Villa Rosas, que ocupaba toda la manzana oeste de la actual plaza Rivadavia,
que funcionó desde 1894 hasta 1910, cuando fue comprado por los señores Remonda y Bottaro que
cambiaron su nombre a “Molino Rafaela”. Para esta época el mismo tenía una capacidad productora
de 200 bolsas por día y empleaba a 10 personas. En 1927 alcanzó la capacidad de 500 bolsas de
harina y 10.000 toneladas de trigo por día, empleando a 28 obreros; en 1932 la producción llegó a
650 bolsas diarias con 35 trabajadores. El traslado de trigo que originalmente se hacía por medio de
caballos, después de los años ´30 se hizo a través del ferrocarril y luego con camiones.

La cantidad de trigo que le adjudicaba la Junta Reguladora de Granos no siempre era la


necesaria, por lo que se interrumpía su funcionamiento, pese a ello el molino siguió creciendo,
abasteciendo de harina de trigo a la región llegando incluso a exportar a Bolivia. (Barredo, 2010)

Podemos mencionar por otra parte, una fábrica de lácteos iniciada por hijos de inmigrantes
suizos, sobresaliendo Alfredo Williner, que comenzó sus actividades en 1928 industrializando leche
de su propio tambo en una modesta fábrica en la localidad de Bella Italia, para luego instalar una
pequeña fábrica de manteca en Rafaela en 1934, que comercializaba sus productos en la zona con la
marca “Wilco”. En 1937 ya eran cuatro las cremerías que le proveían de materia prima para la
elaboración de manteca, lo que le permitió ganar nuevos mercados. En 1939, se incorporó la
producción de dulce de leche y en 1941 tras la muerte de su fundador, la empresa pasa a llamarse
Sucesores de Alfredo Williner S.R.L.

Otro de los rubros industriales que se desarrolló fue el metalúrgico, en un primer momento,
acompañando la actividad agropecuaria aparecieron talleres y herrerías para mantenimiento.

Ya en la década del ‘20 surgió la fábrica de implementos para la industria lechera “La Unión”
propiedad de Giorgi y Drubich. Producían entre otras cosas maquinas fundidoras de quesos que
hasta ese momento eran importadas, también fabricó la “Payla”, una máquina de grandes tanques
donde se elaboraba el dulce de leche, construida en dos formatos: fijo y voleable.

También se estableció Fontanet, productor de calderas, tanques y prensas para caseína,


fundado en 1926, adquirió mayor importancia a partir de 1937 a razón de mayor difusión en la zona
gracias a la instalación de cooperativas tamberas. También en el mismo rubro, se instaló el taller-
fábrica de Ferrari Hermanos donde se producían paylas de cobre de cuatro milímetros de espesor,
los platos de acero inoxidable para desnatadoras, los tarros para leche, de los cuales fabricaron 4.000
durante los años de guerra, los maduradores para crema, las cubas y secadores para caseína a
vapor.

Otro de los establecimientos de importancia era el taller eléctrico-técnico de Perona y


Modenesi dedicado a la fabricación de instalaciones para frigoríficos y de implementos para la
industria lechera; además fabricaba y reparaba calderas, bombas, motores y otras maquinas
industriales.

El Centro Comercial e Industrial del Departamento Castellanos acompañó el desarrollo de la


actividad industrial, con iniciativas como la de solicitar al estado nacional la instalación de una fábrica
de pertrechos de guerra en la ciudad. Estas gestiones datan del año 1943, en que se acordó con el
Ministerio de Guerra el envío de personal técnico para el análisis estratégico; a pesar de que pronto
dicho proyecto quedó en el olvido. Uno de los factores que motivaron la presentación del mismo era
la existencia de la fábrica de pólvora negra de José Antonio Foti, que se instaló en la zona en 1935 y
a partir de los años `40 abasteció a la Dirección General de Fabricaciones Militares, el Comando de
Arsenales y Ferrocarriles Argentinos, así como a varias explotaciones de roca y mármol del país.

Durante la primera parte del siglo 20 la industria en general fue acrecentando su actividad, ya
sea por medio de la expansión de los establecimientos ya existentes o por la instalación de otros
nuevos talleres, a pesar de las dificultades de abastecimiento. Ello estímulo además la construcción
de calles y caminos y la extensión del tendido eléctrico y de agua corriente.

En 1949, Juan Carlos Zanetti escribía en un artículo para el Boletín Mensual del Centro
Comercial e Industrial del Departamento Castellanos, en el que expresaba que la capacidad
económica del Departamento estaba en el valor de sus productos industriales que alcanzaban los
16.000.000 de pesos en 1935 y que para ese año alcanzaban los 100.000.000 de pesos. Por esta
razón era el segundo departamento de la provincia de Santa Fe más importante en cuanto a
producción y el primero en cuanto a capacidad económica; en ambos casos superando el promedio
per cápita a nivel nacional. Zanetti, (1949) afirma:

“Castellanos hace rato que ha de dejado de poseer una economía casi exclusivamente
agrícola-ganadera, esta continuará siendo básica, pero el desarrollo alcanzado por la industria que ya
supera a la agropecuaria en valor, le da una fisonomía económica muy distinta de la tenida poco
tiempo atrás. Una prueba de esto es el número de industrias que fácilmente supera el millar con un
capital de muchos millones, y con un personal total que posiblemente pase de los 6.000 obreros, en
un departamento de 80.000 habitantes; los salarios y las materias primas empleadas suman muchos
millones y el valor de los productos elaborados pasaría los 100.000.000 de pesos anuales.” (p. 16)

Con el fin de la Segunda Guerra Mundial (1939-1945) las industrias locales experimentaron un
notable retroceso, en especial aquellas que se dedicaban a la exportación, debido a la carencia de
materias primas como el caucho y por el racionamiento de combustibles. Además, el campo se vio
sometido a una prolongada sequía.

Los reclamos del sector obrero demandando mejores condiciones de trabajo comenzaban a
cristalizarse a través de políticas de estado, hecho que también se sintió en nuestra ciudad. A fines
de diciembre de 1945, Juan Domingo Perón, desde la Secretaría de Trabajo y Previsión, implementó
el Decreto 33.302/45 que estableció, entre otras cosas, el aguinaldo o sueldo anual complementario,
las indemnización por despido injustificado y vacaciones pagas. El mismo preocupó a los miembros
de la Comisión Directiva del Centro Comercial e Industrial del Departamento Castellanos, ya que
temían los peligros que se cernían sobre la Nación al gravar a los empresarios y comerciantes con
más impuestos y cargas. Se quejó del ahogamiento de la actividad privada y la cada vez mayor
intervención del estado en la economía. Por esto tenían intención de que el Centro Comercial o sus
integrantes de manera individual se manifestaran en un reclamo contra estas políticas, sin embargo
la Comisión Directiva respondió que por sus estatutos no puede participar de manifestaciones
políticas y que por este motivo todos sus miembros participaran de manera individual

En el Acta del 29 de Diciembre de 1945, el presidente de la Comisión Directiva, Juan


Skogman anunció su viaje a Buenos Aires con los siguientes objetivos: 1- desconocer y repudiar el
Decreto del Poder Ejecutivo de la Nación N° 33.302/45; 2- repudiar la obligatoriedad del aguinaldo,
que anteriormente era una costumbre opcional y; 3- manifestar su malestar por la negociación
colectiva de los contratos, es decir la actividad gremial a la que él llamó “intervención extraña”. En la
siguiente acta se informó de un paro de la actividad industrial y comercial para los días 14, 15 y 16 de
enero de 1946, a nivel nacional que los empresarios y comerciantes realizaron para oponerse al
decreto emitido por Juan Domingo Perón. El Centro Industrial y Comercial se mostró a favor de
medidas como la huelga patronal y el cese de actividades. Aclara en sus actas que esto no debe
verse como un acto en contra de los obreros y trabajadores.

Además, miembros de la Comisión Directiva propusieron contratar asesoría legal para


defenderse de las actas, notificaciones y multas que el Poder Ejecutivo de la Nación estableció a
quienes cometieran infracciones contra el Decreto 33.302/45. También se resolvió enviar una circular
a los miembros con instrucciones de qué hacer si se los notificaba de haber cometido alguna
infracción. (Centro Comercial e Industrial del Departamento Castellanos; Actas de Reuniones. Acta Nº
262, 12/1945 a 265, 01/1946)
BIBLIOGRAFIA
● Tonón, Maria Cecilia (2011). “Estudio de los nuevos marcos políticos en ciudades con perfiles
productivos. Análisis del caso Rafaela (1991-1999)”, tesis (Doctorado en Ciencias Políticas)
Facultad de Ciencias Políticas y Relaciones Internacionales, Rosario.
● Ascúa, Rubén (2007). “Rafaela. 125 años construyendo una marca registrada en desarrollo
local” – Centro Comercial e Industrial de Rafaela + Municipalidad de Rafaela, Rafaela.
● Barredo, Francisco (2013). “Crisis de 1929: Situación de la industria rafaelina”; Espacio de
Definición Institucional; Instituto Superior del Profesorado N° 2 “Joaquín V. González”,
Rafaela.
● Diario Castellanos (2006). “Rafaela 1881-2006, 125 años”, Rafaela,
● Centro Comercial e Industrial del Departamento Castellanos; Actas de Reuniones.
● Centro Comercial e Industrial del Departamento Castellanos; Actas de Reuniones. Acta Nº
262, 12/1945 a 265, 01/1946.
● Centro Comercial e Industrial del Departamento Castellanos; Boletín Oficial. 02/1947.nº 14.
Rafaela. págs.11 a 13.
● Centro Comercial e Industrial del Departamento Castellanos; Boletín Oficial. 07/1949, Nº 20.
Rafaela. p, 4.

WEBGRAFÍA
● http://www.laopinion-rafaela.com.ar/opinion/2010/09/15/c091581.php
● https://www.limansky.com/content/files/informe-rse-limansky-2016.pdf
● https://diariolaopinion.com.ar/noticia/122717/los-hermanos-fasoli-y-la-historia-del-frigorifico
● http://www.giuliani-sa.com/clientes.html
● https://www.williner.com.ar/ES/Historia.aspx
● http://www.fomapsa.com.ar/

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