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RAFAELA

En 1946 Juan Domingo Perón asumía la presidencia, para ese momento


la ciudad de Rafaela era el centro de una vasta zona agropecuaria donde se
produjo un vigoroso proceso de industrialización debido a la instalación y
desarrollo de industrias transformadoras de materias primas regionales. Es
decir, Rafaela ha seguido en líneas generales el ritmo de proceso de
industrialización operado en la economía argentina.

Para entonces había una gran cantidad de empresas individuales y


sociedades de personas sobre las sociedades de capital, lo que debe
interpretarse como una consecuencia de la pequeña dimensión de las
empresas existentes. (Ascúa ,2006)

En este momento las empresas importaban la mayoría de sus insumos y


“exportaban” gran parte de su producción al resto del país. La ciudad de
Rafaela se vio beneficiada por la gran productividad y conocimientos técnicos
de la mano de obra disponible. La industria en la ciudad se puede dividir en 2
rubros, aquella que fabricaban productos alimenticios y aquellas que fabricaban
insumos para otras empresas (principalmente metalúrgicas).La mayoría de
estas empresas había comenzado como empresas familiares y talleres y se
fueron expandiendo con el tiempo.

En lo referido a las industrias alimenticias, el frigorífico Fasoli, a


mediados de la década de 1940, construyó su actual edificio en calle Paraná
899 siendo este uno de los establecimientos más grandes de la ciudad
contando con 60 mil metros cuadrados, 3 subsuelos y 6 pisos. Además,
contaba con instalaciones dentro de su propio predio que le permitían no
tercerizar el mantenimiento de toda su maquinaria empleada, desde la
reparación de motores hasta indumentaria de trabajo de sus empleados; por
eso contaba con su propia imprenta, taller mecánico, herrería, taller automotor,
talabartería, carpintería y cajonería, fábrica de hielo, pinturería y zapatería. La
coyuntura de la Segunda Guerra Mundial le proporcionó un gran mercado que
supo aprovechar exportando carne a los aliados, en este momento gracias a su
capacidad de exportación logró hacer famosa su marca a nivel internacional,
enviando sus productos a distintos lugares de América del Sur, África y Europa.

Por su parte, Sucesores de Alfredo Williner S.A., entre 1945 y 1951, se


incorporó nuevos establecimientos en la zona de Santa Fe y Córdoba, dándole
una zona de actuación más grande. También es importante destacar la
apertura de la Fabrica Central en la planta que hoy está ubicada en Bv. Roca
883, para dar solución a la poca capacidad de sus primeras instalaciones en
Av. H. Irigoyen y Vélez Sarsfield. A principios de los ´50, se produjo una
expansión de la empresa y los métodos de elaboración que hasta ese
momento eran artesanales se tecnificaron, los productos ganaron nuevos
mercados consumidores y se ampliaron las instalaciones. Se incorporó también
la fabricación de caramelos de leche.

Acompañando el desarrollo de la industria alimenticia, surgió un


importante sector metalúrgico. El 29% de la producción de la industria
metalúrgica correspondía a implementos para industria láctea y curtiembres,
como ser pailas, tinas, columnas de destilación, tanques, etc. El 22% se
ocupaba de la demanda de fabricas de maquinas de coser. El resto se
orientaba a la producción de muebles metálicos, cocinas, cadenas, molinos,
bombas, repuestos varios para automotores, etc. la producción se realizaba en
gran parte a pedido y cerca del 80% de esta producción se vendía fuera de
Rafaela. (Ascúa, 2006).

En 1947, la fabrica “la Unión” (mas tarde llamada IMAI) proveía a la firma
Sancor de muchos de sus implementos entre ellos los tanques maduradores,
pasteurizadores y para residuos de leche. También fabricaba moldes de
quesos para todas las medidas, envases para el transporte de leche y dulce de
leche para varios establecimientos. Siguiendo con los moldes se podían
encontrar dos máquinas de su invención, la prensa hidráulica que daba forma a
todo de acuerdo a la horna matriz que se le colocaba y trefiladora de caños. La
mayoría de su acero y cobre eran importados de USA, Suecia, Chile, Bolivia e
Inglaterra. Uno de los mayores obstáculos para la empresa, sumado a la
dificultad para obtener la materia prima, fue la escasez de mano de obra
calificada en una ciudad pequeña como Rafaela.

Resulta interesante destacar, como ejemplo, el refrigerador “cortina” que


colocaron en la fábrica Sancor. Al igual que La Unión, se toparon con el
problema de la poca mano de obra especializada y la dificultad para conseguir
la materia prima. Otro punto importante en esta empresa fue la idea de
contratar personal cualificado como técnicos e ingenieros en los comienzos de
la década del ´50, para los ya especializados procesos de fabricación y la
consecuente adquisición de tecnología de punta, sumando de esta forma
conocimientos técnicos que avalen la experiencia y capacidad de trabajo para
cubrir las demandas de un mercado creciente; un ejemplo de esto es la
incorporación del ingeniero Eros Faraudello a la comisión directiva de la
empresa, en 1955. (Montú,2012)

Podemos también mencionar a Giuliani S.A., creada en 1951, se inició


con un pequeño taller de tornería general y herrería. Sus primeros trabajos
constaban de gatos mecánicos de diversos tipos y de productos destinados al
uso agropecuario y para pequeñas granjas. Tres años después, se dedicó al
diseño, fabricación e instalación de equipamientos de plantas elaboradoras de
alimento balanceado y otros productos para la industria molinera, aceitera,
química, etc. Sus productos se comercializaban mayormente en Argentina,
pero también tuvieron un importante campo exterior en Latinoamérica y
Europa. Dentro del mismo rubro se desenvolvieron VMC, de refrigeración
industrial fundado en 1948.

Dentro del propio rubro metalúrgico se desarrollo una incipiente


industria autopartista que empezó a ganar más importancia durante la segunda
posguerra; se trató de un rubro dedicado a la producción de repuestos y partes
componentes para distintos tipos de maquinarias, como repuestos para
máquinas agrícolas, válvulas para automotores, bombas de agua, fumigadores,
etc. La mayor parte de esta producción se comercializó dentro del mercado
local y nacional. Este rubro se vio favorecido por el proceso de industrialización
por sustitución de importaciones que permitió el desarrollo de marcas de
capitales nacionales que se volvieron importantes, aunque pocas empresas
adquirieron relevancia internacional.

Un ejemplo de esto fue Edival, cuya actividad fue iniciada por Edison
Valsagna en 1946 en un pequeño taller de tornería detrás de su casa; fundó la
fábrica en 1953, donde fabricaba y comercializaba válvulas, guías de válvulas y
asientos de válvulas para motores de combustión interna. (Tonón, M. C. 2011)
Con el tiempo se convirtió en proveedora de las más importantes marcas
automotrices a nivel mundial. Otras fábricas de importancia en ese rubro, que
no adquirieron esa dimensión fueron ESM fundada en el año 1953, de
productos de cauchos para automotores y Pron S.A. fundada en 1943, en un
taller ubicado en las calles Av. Mitre y Víctor Manuel. En 1955, Pron S.A.
,decidió instalar su primera fábrica, adquiriendo entonces sus primeras
máquinas; sus primero mercados fueron proveer de radiadores casi
exclusivamente a cosechadoras.

Entre 1948 y 1954, se vivió una situación económica inestable, ya que al


constante aumento de precios, se le sumaba también la imposibilidad de
conseguir maquinaria nueva y repuesta. Esto entorpecía el funcionamiento
general de la industria.

En cuanto a la relación entre el peronismo y el empresariado local, se


corresponde con lo que Sidicaro plantea en su análisis sobre las vinculaciones
entre el peronismo y los actores económicos a nivel nacional: una actitud dual
que iba de la satisfacción al descontento por una “política que si bien podía
otorgarles algunos beneficios, sin embargo, por sus contenidos estatistas y
favorables a los asalariados, creaba numerosas situaciones de conflicto.”
(Sidicaro, 2003). De esta forma, se pueden citar algunos relatos de viejos
sindicalistas que vivieron en carne propia esta dificultad que presentaba el
empresariado local, al igual que lo que acontecía en el resto del pais : “Bueno,
en el `50, por todas estas cosas que se suscitaban, las discusiones que
teníamos con las patronales, a mí y a otros más nos echaron del trabajo. Y
cuando yo iba a pedir trabajo por ahí, todos sabían que era peronista y
gremialista. Me preguntaban: “¿Dónde trabajó?” y yo decía: “de Fasoli”. Y de
Fasoli habían dicho: “a usted le vamos a ser una cruz colorada”; y colorada
significaba que no nos iban a dar trabajo en ningún lado.” Maina, Américo.
(Entrevista a Américo Maina). Por otra parte, otro gremialista, pero del sector
lácteo, decía: “A Williner no le gustaban mucho los delegados gremiales.
Estabas un tiempo y después te echaban… y a mí me terminaron echando…”
(Tonón, 2011, citado de Andereggen, Rubén).

Otra variante de este proceso fue la relación entre el peronismo y los obreros,
refriendonos consecuentemente también a la labor de los gremios y sindicatos
de aquel período. La historia del movimiento obrero en la ciudad de Rafaela es
la de los trabajadores que se desarrollaron al calor de la expansón económica y
social de la ciudad y el progreivo aumento de las organizaciones gremiales.
(Tonón y Baine,2007)

El acelerado crecimiento de la ciudad, gracias al desarrollo de una industria


dedicada a la transformación de productos primarios locales y la elaboración de
maquinarías agrícolas, surgieron los primero gremios como organizaiones de
carácter mutualista para la proteccón de trabajadores del rubro y para
implementar mejoras en las condiciones de trabajo. En las décadas del ´20 y
´30, las primeras experiencias de sindicalización en Rafaela se vincularon al
sector de servicios y más adelante, el nacimiento de los primeros sindicatos de
la industria como el sindicato de Obreros Panaderos en 1937 y el Sindicato de
Obreros Albañiles y Anexos en 1937.

Durante la década del ´40 aparecieron nuevas organizaciones, a raíz de un


crecimiento industrial acaecido en la ciudad, que inluyó en el aumento de la
tasa de ocupación. Surgieron así el sindicato de Obreros Metalúrgicos y
Anexos, el sindicato de Obreros Carpinteros y anexos. A partir de 1943 se
incrementó significativamente el números de sindicatos, como así tamnién el
número de afiliados. Aquí es significativo la influencia del proceso que se
estaba dando a nivel nacional desde la Secretaría de Trabajo y Previsión, bajo
la dirección de Perón, que se vio reflejado en un mejor funcionamiento del
departamento de Trabajo de la ciudad y un aumento de la capacidad
negociadora de los sindicatos. Surgieron en este período la Asociación Obrera
de la Industria Lechera en 1943, la Agremiación de Empleados y Obreros
Municipales en 1946, la Asociación del Personal Usina Municipal de Rafaela en
1947, entre otros. (Tonón y Baine,2007)
BIBLIOGRAFÍA

 (Sidicaro, Ricardo; “Los tres peronismos. Estado y poder económico


1946-55 / 1973-76 / 1989-99”; siglo veintiuno editores, Buenos Aires,
2003, p. 88).

 Tonón, Maria Cecilia (2011). “Estudio de los nuevos marcos políticos en


ciudades con perfiles productivos. Análisis del caso Rafaela (1991-
1999)”, tesis (Doctorado en Ciencias Políticas) Facultad de Ciencias
Políticas y Relaciones Internacionales, Rosario.
 Ascúa, Rubén (2007). “Rafaela. 125 años construyendo una marca
registrada en desarrollo local” – Centro Comercial e Industrial de Rafaela
+ Municipalidad de Rafaela, Rafaela.
 Tonón, María Cecilia; Baine, María Emilia (2007). ''Historia del Sindicato
Luz y Fuerza de Rafaela''.
 Montú, Néstor (2012).''Historias de vida'', Adimra,Rafaela.
 ''Giuliani Hnos.''(13 de julio de 1988). La Opinión, pág. 8.
WEBGRAFIA
 https://diariolaopinion.com.ar/noticia/122717/los-hermanos-fasoli-y-la-historia-
del-frigorifico
 http://www.giuliani-sa.com/clientes.html
 https://www.williner.com.ar/ES/Historia.aspx

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