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“JOAQUÍN V. GONZÁLEZ”
RAFAELA.
2017
La política industrial durante los dos primeros gobiernos peronistas (1946-1955).
Uno de los períodos fundamentales para el crecimiento de la industria argentina fue el primero
de los dos mandatos del presidente Juan Domingo Perón, quien ya en 1943 participó en el golpe
militar que derrocó al presidente Ramón Castillo. A partir de ese momento comenzó un intenso
trabajo político mediante el cual construyó las bases del futuro movimiento peronista.
La crisis mundial de 1929 fue para la Argentina un punto de inflexión. El modelo agro
exportador llegó a sus límites, Inglaterra, principal consumidora de los productos agropecuarios de
nuestro país les ponía restricciones. (Schvarser, 2005) Esta crisis implicó una fuerte caída de los
precios de los productos argentinos, limitando a su vez las posibilidades de importar productos
manufacturados.
En tal contexto, potenciado aún más por la Segunda Guerra Mundial, la dinámica del proceso
de industrialización por sustitución de importaciones surge como una opción obligatoria para seguir
insertos en el mercado mundial.
En 1946 Perón es candidato a presidente del Partido Laborista (más tarde renombrado
Justicialista) contra la Unión Democrática, donde resultó triunfador en las elecciones. Elaboró su
doctrina basada en la centralización del poder en su persona; para esto procedió a disolver las
fuerzas que lo habían acompañado electoralmente y a crear un partido único, el “Partido Único de la
Revolución Nacional”, esto con el objetivo de dejar claro que su liderazgo era indiscutible. Asimismo,
pensaba que la tendencia al estancamiento del sistema capitalista eran producto de la estrechez de la
demanda en los bienes de consumo (Rubinzal, 2010; p.213) y como esto se producía por la desigual
distribución de la riqueza la solución más práctica era corregir este hecho y en base a esto diseñó el
Primer Plan Quinquenal para los años siguientes, denominándolo “doctrina nacional”, basada en tres
objetivos: constituir una Nación socialmente justa, económicamente libre y políticamente soberana.
Esto quedó plasmado en el Primer Plan Quinquenal.
“A partir de 1946, con la llegada de Perón al poder, se creó un nuevo marco institucional que
redefinió el rol del Estado en la economía, aumentando el poder de intervención que éste había
adquirido durante el período de entreguerras y la crisis del ’30. Las medidas económicas
implementadas, su naturaleza y el proceso de toma de decisiones en que se originaron, dieron lugar
a un largo conflicto distributivo y a la pérdida de legitimidad del sistema político. La política de pleno
empleo y mantenimiento de los salarios reales; el proteccionismo explícito en la necesidad de adquirir
permisos de importación discrecionalmente otorgados por el gobierno; el subsidio implícito a ciertas
industrias a través del otorgamiento de crédito a tasas de interés nominal menores que la inflación; la
modificación de la Carta Orgánica del Banco Central, la consecuentemente posible creación de
dinero para cubrir los déficit fiscales y el financiamiento inflacionario; la nacionalización de los
depósitos; la utilización de los fondos del sistema de seguridad social, todas estas medidas
favorecieron a algunos y perjudicaron a otros. Los beneficiados formaron una coalición implícita que
se opuso a todo cambio que modificara el status quo; algunos perjudicados constituyeron grupos de
presión para participar del reparto pero otros, se encontraron con dificultades para organizarse y
proponer una alternativa viable. Eso explica por qué, una vez instaurado ese nuevo marco
institucional, fue tan difícil cambiarlo.”(Cortés Conde, Roberto; 1998).
Como dice Rubinzal, hasta ese momento, el crecimiento industrial había estado íntimamente
ligado a la transformación de productos primarios. Tal es así que este tipo de manufacturas
comprendía, aproximadamente, un tercio del producto industrial.
La aplicación del modelo ISI durante el Primer Plan Quinquenal permitió el avance de ramas
industriales más dinámicas como la metalmecánica y la textil y el retroceso relativo de la industria
alimenticia.
El elemento más novedoso del peronismo fue la ejecución de una política crediticia específica para
el sector industrial, a través de la acción del Banco de Crédito Industrial Argentino (BCIA), institución
oficial creada en 1944 durante la administración del presidente Edelmiro Farrell.
Siguiendo las líneas del Segundo Plan Quinquenal, entre 1952-1953, el Banco Central se
esforzó en asegurar la consolidación de las industrias financiadas, al mismo tiempo que incrementó
su ayuda a algunos grandes proyectos de inversión con el fin de sustituir importaciones en las ramas
más dinámicas. Sin embargo este plan nunca llegó a concretar sus objetivos ya que los capitales
privados, tan necesarios, no llegaron en el volumen esperado y además en 1955, se produjo el golpe
de estado de la “Revolución Libertadora” que abortó las medidas pretendidas por el peronismo.
Santa Fe no fue ajena a los matices que este proceso tomo a nivel nacional. La provincia
estaba fuertemente apoyada en las ventajas del modelo agro exportador, la crisis de 1929, que
prácticamente dio por tierra con ese modelo provoco que ya desde ese momento se buscaran
estrategias para producir. Ello provocó un aumento en determinados sectores de la producción
manufacturera.
“Entre 1935 y 1939, las empresas vinculadas al sector de la construcción, la rama textil e
indumentaria y la rama maquinaria y vehículos fueron las más dinámicas en creación de nuevos
establecimientos, en el marco de una creación neta de firmas promedio en la industria santafesina del
10,5%. No obstante, para 1939 la rama sustancias alimenticias, bebidas y tabaco dominaba aún la
industria: abarcaba el 30% del total de establecimientos y 26% de los trabajadores en la provincia”
(Censo Industrial, 1939).citado por (Ginsberg y Failde, 2016)
A partir de 1946 el Gobierno comenzó una política de fomento de la inmigración italiana, con la
firma de un convenio entre los dos países para la contratación de obreros, técnicos y artesanos. Ese
fue el origen de la industria del cristal en la provincia con las fábricas San Carlos y SAICA, fundadas
por jóvenes maestros vidrieros venidos de Italia.
Sectores de la 1939 1954 Crecimientos
industria santafesina
Establecimientos Obreros Establecimientos Obreros Establecimientos Obreros
Industrias 6528 55297 17144 96288 163% 74%
Manufactureras
Alimentos y bebidas 1953 14167 3184 21054 63% 49%
Confecciones 592 3346 1624 7621 174% 128%
Madera 613 5472 2517 10967 311% 100%
Papel y Cartón 9 424 80 1441 789% 240%
Imprenta y 235 1854 349 1850 49% 0%
publicaciones
Productos Químicos 109 1320 222 3440 104% 161%
Derivados del 4 48 8 421 100% 777%
Petróleo
Caucho N/D N/D 28 211 N/D N/D
Cuero 103 763 719 2289 598% 200%
Piedras, Vidrios, 444 2424 1760 6182 296% 155%
Cerámicos
Metales (Excluida 448 4526 2064 13160 361% 191%
maquinaria)
Vehículos y 1223 9757 3347 22516 174% 131%
Maquinaria
Maquinaria y aparatos N/D N/D 505 1842 N/D N/D
electrónicos
Varios 307 5124 729 2394 137% -53%
Fuente: Tabla elaborada por Ginsberg y Failde en base a censos industriales 1939 y 1954.
Como se puede observar en el cuadro anterior, durante el Primer Plan Quinquenal las
industrias más importantes son las de alimentos, bebidas y textiles, que son aquellas que justamente
se apoyan en la estructura agraria, demostrando que el desarrollo agropecuario seguía siendo la
principal producción de la provincia. Esto a su vez servía de base para las industrias livianas como
por ejemplo maderas, papel y cartón, maquinarias agrícolas, etc.
Así, algunas zonas de la provincia vieron reconfigurado su perfil productivo, de la mano de las
fábricas metalmecánicas (algunas de las cuales, se convirtieron en firmas con proyección
internacional), lo que sumado a las nuevas necesidades y cambios educativos trajo aparejadas
también notables transformaciones sociales como parte de un proceso que, si bien comenzó en la
década de 1930, tuvo su punto álgido durante el peronismo, que logró desarrollar la industria
santafesina sin descuidar su estructura agraria.
Uno de los retos que trajo aparejado la consolidación de una industria fue la necesidad de
capacitación de los trabajadores; es decir mientras que la industria se desarrollaba, la educación
técnica no lograba colocarse a la altura de las circunstancias. Es por esto que los empresarios y
profesionales demandaban la construcción de un mayor número de escuelas técnicas, en donde se
mejorase el nivel de la enseñanza, una mejor racionalidad de la distribución espacial de estas y una
estrecha vinculación de los contenidos con la vida en los talleres, ya que la floreciente industria ya no
podía sostenerse solo con la mano de obra inmigrante. (Guinzber y Failde; 2006, pgs.29-30)
A nivel provincial, la preocupación por esta problemática se vio reflejada en el Plan Trienal
impulsado por el gobernador Suárez, con la creación de la Secretaría de Industria, Orientación
Profesional y Aprendizaje, precedida (a nivel nacional) por la CNAOP, Comisión nacional de
aprendizaje y orientación profesional. Ya en 1950 existían escuelas-fábricas, de electromecánica,
mecánica agrícola, forestales y de industrias regionales, Así como también escuelas profesionales
nocturnas. En grandes ciudades (Santa Fe y Rosario), algunas de estas escuelas se instalaron en
pequeñas ciudades, adaptando las especializaciones a las producciones locales.
BIBLIOGRAFÍA: