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LA NUTRICIÓN PARENTERAL PARA PACIENTES CON QUEMADURAS

El tratamiento nutricional es un elemento importante en la terapia combinada de las


lesiones por quemaduras severas, permitiendo un control del catabolismo en el
paciente. En los pacientes quemados el hipermetabolismo estimula el aumento de las
necesidades proteico calóricas, la influencia del inicio precoz de la nutrición apoya la
estabilidad hemodinámica.

Las quemaduras son lesiones traumáticas que conducen a una necrosis hística de
variable extensión y profundidad, las cuales son causada por diferentes agente física,
química o biológica y que provocan alteraciones hístico-humorales capaces de conducir
a la muerte o dejar secuelas invalidantes o deformantes al paciente que la
sufre. Constituyen además uno de los problemas de salud más significantes a lo largo
del mundo.

La nutrición parenteral es una alternativa que se indica sólo en caso de fallo de la


alimentación enteral, o contraindicación para esta última. Las indicaciones para la
alimentación parenteral en los pacientes quemados, cumplen los criterios para los
pacientes críticos. Criterios para la utilización de la Nutrición Parenteral en pacientes
críticos de acuerdo a la ASPEN:

 Si la nutrición enteral temprana no es posible o no se encuentra disponible en


los primeros 7 días después de la admisión a la terapia intensiva, no se debe de
dar soporte en pacientes críticos previamente sanos, sin evidencia de
desnutrición proteicoenergética. El uso de nutrición parenteral debe reservarse
y ser iniciada solo después de los primeros 7 días de hospitalización. (grado E)
 Si existe evidencia de desnutrición proteico-energética a la admisión, y la
nutrición enteral no es viable, es apropiado iniciar nutrición parenteral tan
pronto como sea posible después de la admisión y de una adecuada resucitación.
(grado C)
 Si se espera que el paciente sea sometido a una cirugía mayor del tracto
gastrointestinal alto y la nutrición enteral no es viable, se debe de iniciar
nutrición parenteral en condiciones muy específicas:
 Si el paciente se encuentra desnutrido, la nutrición parenteral debe de
iniciarse de 5 a 7 días previos a la cirugía. (grado B)
 La nutrición parenteral por menos de 5 a 7 días parece no tener efecto
en el desenlace y pude resultar en riesgo incrementado para el paciente.
Por lo tanto, la nutrición parenteral debe iniciarse solo si se anticipa que
tendrá una duración mayor o igual a 7 días. (grado B)
 Indicaciones absolutas de nutrición parenteral
 Tracto gastrointestinal inaccesible o Síndrome de intestino corto
(refractario o tratamiento médico y quirúrgico)
 Obstrucción mecánica intestinal no operable
 Múltiples fístulas enterocutáneas o de alto gasto distales al sitio de
alimentación
 Íleo paralítico
 Indicaciones relativas de nutrición parenteral
 Enteritis severa por radiación
 Pancreatitis necrotizante
 Diarrea refractaria a tratamiento médico
 Pseudo-obstrucción intestinal e intolerancia a la alimentación enteral
 Vómito intratable refractario a tratamiento médico
 Fístulas de alto gasto proximales al sitio de alimentación (cuando la
nutrición enteral ha sido iniciada y no tolerada)
 Isquemia intestinal
 Anormalidades profundas en electrolitos, glucosa, y minerales séricos

La nutrición parenteral implica un control más estricto de la glucemia y la adhesión a los


requerimientos de energía del paciente para evitar sobrealimentación. A finales de los
años 80 se observaron efectos perjudiciales atribuidos a la NP en el contexto de
“hiperalimentación” en pacientes un control glucémico estricto.

Algunos ensayos clínicos en pacientes quemados han observado que la nutrición


parenteral sola o en combinación con la nutrición enteral puede llevar
sobrealimentación, insuficiencia hepática, deterioro de la respuesta inmune e
incremento de la mortalidad.

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