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TEMA 9

La participación de la familia en la educación de los alumnos y


alumnas con necesidades educativas especiales. Cauces de
participación. El papel de los padres en la toma de decisiones
respecto al proceso de escolarización de estos alumnos.

Introducción.
La sociedad en la que vivimos tan cambiante y plural, ha provocado
que nuestro sistema educativo también cambie, adoptando un modelo de
escuela comprensiva e integradora, que con la promulgación de la Ley
Orgánica 1/1990 de Ordenación General del Sistema Educativo se
convierte en un modelo de escuela abierta a las características sociales y
culturales del entorno, así como a las características individuales de los
alumnos, a través de los programas de integración de los acnee a los
cuales escolarizamos siguiendo los principios de normalización e
integración. Principios estos refrendados posteriormente por la LOCE de
2002.
Todas las decisiones deben tomarse en estrecha colaboración con las
familias, ya que familia y escuela son los dos contextos ambientales más
relevantes en el desarrollo de todos los alumnos/as, y en especial de los
acnee, dependiendo su adaptación a los mismos del afecto y apoyo que
reciban en ambos ambientes.
Hogar y escuela con frecuencia se superponen, afectando a la
conducta del niño lo que ocurre en uno y otro sistema. En este sentido,
observando conjuntamente las reacciones del niño en la familia y en la
escuela, padres y educadores tendrán una visión más realista del niño y
será más fácil la implicación de la familia en el proceso educativo del
acnee.
A los profesores les corresponderá por otro lado, la tarea primordial de
incluir en el currículo escolar el tipo de colaboración que desea tener con
las familias de sus alumnos, la cual deberá ser cuidadosamente
planificada, teniendo muy en cuenta los intereses de los padres para
establecer unas formas eficaces de trabajo conjunto.

Es por esto que en este tema vamos a tratar el papel de la familia en la


educación y en la toma de decisiones respecto al proceso de
escolarización de estos alumnos, así como la importancia de la
participación de la familia en la educación de los a.c.n.e.e.

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1. La participación de la familia en la educación de los alumnos y
alumnas con necesidades educativas especiales.
1.1. Justificación de la participación de los padres en la educación de sus
hijos.
Comenzaremos el tema presentando una justificación de la
participación de la familia en la educación de sus hijos. Se trata de una
doble justificación, legal y psicopedagógica.

1.1.1. Justificación legal.


La base legal que justifican la participación familiar en la educación de
los alumnos está constituida en primer lugar por la misma Constitución
española de 1978. La Constitución establece los líneas generales de la
participación de la familia en el centro educativo:
“Art 27.7: Los profesores, los padres y, en su caso, los alumnos, intervendrán en el
control y gestión de todos los centros sostenidos por la Administración”.
Este artículo queda desarrollado en la Ley Orgánica del Derecho a la
Educación (LODE) de 1985, en varios de sus artículos, que recogen la
participación de la familia en la vida del centro mediante la formación de
Asociaciones de Padres de Alumnos y representación en los Consejos
Escolares.
La Ley Orgánica 1/1990 de 3 de octubre de Ordenación General de
Sistema Educativo (LOGSE) destaca la colaboración de todos los
miembros de la comunidad educativa, entre los que se cuentan los padres
de los alumnos, para contribuir a la mejor consecución de los objetivos
educativos.
El RD 696/1995 de 28 de abril, de Ordenación de la Educación de
a.c.n.e.e., dedica su artículo 9 a la participación de los padres, y establece:
1. Los padres y, en su caso, las familias o tutores, tendrán una información
continuada de todas las decisiones relativas a la escolarización de sus hijos, y, en
particular, cuando impliquen condiciones de escolarización, medios personales o
decisiones curriculares de carácter extraordinario.
2. En todo caso, en la enseñanza obligatoria, los padres o tutores podrán
elegir el centro escolar para matricular a sus hijos e hijas con necesidades
educativas especiales entre aquellos que reúnan los recursos personales y
materiales adecuados para garantizarles una atención educativa de calidad
4. El Ministerio de Educación y Ciencia procurará la colaboración de los
padres, tanto en el proceso de identificación de las necesidades como en las
actuaciones de carácter preventivo o compensador, potenciando el valor educativo
y, en su caso, rehabilitador, de las rutinas diarias a desarrollar en el ámbito
familiar.

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La O de 14 de febrero de 1996 por la que se regula el
procedimiento para llevar a cabo la evaluación psicopedagógica y se
establece el dictamen y los criterios de escolarización de a.c.n.e.e.,
especifica la necesidad de recoger información sobre el contexto familiar
para realizar la evaluación psicopedagógica, así como la obligatoriedad de
recabar por escrito la opinión de los padres en relación con la propuesta de
escolarización.
Así mismo, el RD 366/1997 de14 de marzo, que regula el régimen
de elección del centro educativo, establece entre sus objetivos básicos
facilitar que las familias participen en el proceso de elección del centro para
su hijo.

1.1.2. Justificación psicopedagógica.


Veamos ahora la justificación psicopedagógica.
La colaboración y participación entre padres y profesores permite el
intercambio de información que permitirá detectar y valorar las NEE de los
alumnos, establecer sus posibilidades educativas reales y determinar los
objetivos didácticos que se sitúan en el nivel de desarrollo potencial del
niño. Los padres se beneficiarán del asesoramiento psicopedagógico que
les pueden ofrecer los profesionales de la educación y que favorecerá su
intervención directa en el programa de actuación educativa.
La participación familiar asegura la continuidad en la intervención
educativa al evitar la ruptura entre la escuela y la casa. Al mismo tiempo
permite contar con la intervención de todos los agentes socializadores
pueden favorecer la integración social del alumno en el medio.
Esta participación estrecha los lazos afectivos entre los miembros de
la familia al sentirse los padres útiles y responsables y el niño atendido y
querido, lo cual promueve canales de interacción padre-hijo.
La colaboración familiar en el programa educativo, permite a los
padres observar cómo el profesor y otros profesionales especialistas se
relacionan con su hijo, mejorando la calidad de las relaciones establecidas.
1.2. Efectos de la interacción familiar en el desarrollo del niño.
Es inevitable que el comportamiento y estilos educativos de los padres
influyan en el desarrollo social y la personalidad de los niños, los cuales
difieren unos de otros, porque también los padres son distintos unos de
otros con arreglo a cuatro dimensiones fundamentales: Grado de control,
comunicación, exigencia de madurez y afecto en la relación.

La combinación de estas cuatro dimensiones básicas dan lugar a tres


tipos de estilos educativos de los padres. Si bien es cierto que el

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comportamiento de los padres es mucho más variado de los que sugiere la
clasificación, existen semejanzas entre el comportamiento educativo
predominante y uno de estos estilos principales:

 Padres autoritarios. Manifiestan altos niveles de control y exigencia de


madurez y bajos niveles de comunicación y afecto. Sus hijos tienden a
ser obedientes, ordenados y poco agresivos, en especial en la primera
infancia, también son más tímidos y poco tenaces para alcanzar metas.
Por su deber de obediencia, suelen tener una pobre interiorización de
valores morales, orientándose más hacia premios o castigos.
En las interacciones entre iguales manifiestan poco afecto,
espontaneidad e iniciativas, llegando incluso a tener problemas.
Tampoco se perciben responsables de sus éxitos o fracasos que
asocian con un control externo, presentando baja autoestima y
dependencia.
Por la falta de comunicación en la familia estos niños tienden a ser
coléricos, aprensivos, poco alegres y vulnerables a las tensiones.

 Padres permisivos. Manifiestan bajos niveles de control y exigencia de


madurez y altos niveles de comunicación y afecto. Sus hijos tienden a
tener problemas para controlar sus impulsos y asumir sus
responsabilidades, son inmaduros y con niveles bajos de autoestima,
aunque suelen ser alegres y vitales.

 Padres democráticos. Manifiestan niveles altos de control, exigencia


de madurez, comunicación y afecto y evitan el uso del castigo. Los niños
muestran confianza, alta autoestima e iniciativa al afrontar situaciones
nuevas, persisten en las tareas que emprenden, interactúan con
habilidad con iguales, son cariñosos, independientes y con valores
morales interiorizados.

La interacción padres-hijo es el motor del desarrollo evolutivo del niño


a todos los niveles.
Cuando la interacción entre los miembros de la unidad familiar es
adecuada, revierte en la personalidad del alumno, provocando efectos de
carácter positivo como el sentimiento de seguridad, la confianza básica, la
integración afectiva, la estabilidad emocional y la cohesión personal.

Cuando las interacciones familiares fallan por cualquier razón


-estimulación inadecuada, falta de comunicación,...- los efectos
concurrentes provocarán carencias, obstáculos no deseados y
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consecuencias negativas como ambivalencia, sentimiento de abandono
afectivo y un Yo débil y desestructurado.
1.3. Obstáculos en la colaboración de la familia en la educación del
a.c.n.e.e.
La colaboración de la familia en la educación de a.c.n.e.e. se
encuentra con frecuencia con obstáculos. Veamos a continuación las vías
de superación de tales obstáculos.
1.3.1. En la interacción familia-alumno.
La llegada de un hijo que presenta u déficit, sea cual sea la naturaleza
de este, supone un duro golpe para la familia que vive esta situación,
quedando anuladas toda las perspectivas sobre él, necesitando una
progresiva adaptación a la realidad en un proceso largo y doloroso que
puede producir desequilibrios emocionales en los padres y alteraciones en
las relaciones familiares y sociales.
Las manifestaciones más frecuentes son la ansiedad y el temor.
Necesitarán al especialista no sólo para que les informe sobre el estado
presente y futuro de su hijo, sino también para que les asesore y oriente,
proporcionándoles el apoyo emocional, aceptar progresivamente la
realidad y enfocar positivamente el futuro próximo, volcándose en las
posibilidades reales del alumno. Las actitudes negativas que pueden
aparecer son la superprotección y el rechazo.
La superprotección se acentúa considerablemente ante el niño con
NEE. La superprotección desencadena y consolida una personalidad
dependiente, pudiendo producir retrasos considerables en distintas áreas
del desarrollo. inseguridad al caminar, retrasos en la marcha, inmadurez
articulatoria, mutismo, debilidad del yo, dependencia afectiva, inmadurez,
infantilismo,... Debemos ayudar a los padres a aceptar la situación desde
un punto de vista positivo y realista, reconociendo las limitaciones del niño
y centrándose en sus posibilidades educativas. Hemos de concienciar a la
familia para que ofrezca la ayuda imprescindible al alumno, valorando en
su justa medida el esfuerzo que el niño realiza y los logros obtenidos, que
le conducirán a aumentar su independencia.
El rechazo puede manifestarse consciente o inconscientemente a
través de la negación de la evidencia, el abandono al cuidado de otras
personas, una exigencia excesiva, hostilidad, fatalismo, ocultamiento,
indiferencia. Estas manifestaciones de rechazo han de reconducirse hacia
la aceptación real del niño tal y como es. Será necesario que sean
conscientes de la necesidad de afecto y atención que requiere su hijo. En
todo momento habrá que concienciarles del papel activo que pueden

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ejercer. Para lo que será necesario ofrecerles orientaciones claras sobre su
actuación.
Los profesionales deben trabajar estrechamente con las familias, ya
que son estas la principal fuente de información acerca de cómo funcionan,
sus recursos y necesidades.

1.3.2. En la interacción padres-profesores.


En ocasiones la relación padres-profesores se empaña de reacciones
conscientes o inconscientes que dificultan el entendimiento entre ambos
sectores de la comunidad escolar.
Algunos de estos obstáculos son la desconfianza mutua, la
desmitificación del saber del padre y del maestro y el desconocimiento
mutuo.
Si el profesorado no conoce a los padres la respuesta educativa que el
maestro ofrece al alumno estará parcialmente descontextualizada. El
desconocimiento de los padres de las intenciones educativas del
profesorado puede provocar la incoherencia de actuación, planteamientos
de intervención contraproducentes y negativa a la implantación en los
programas.
1.4. Ámbitos de implicación familiar en la formación del alumno.
La colaboración familiar se requiere, principalmente, en relación con la
consecución de su autonomía personal y social.
1.4.1. Autonomía personal.
El alumno deberá adquirir todo tipo de habilidades y destrezas que le
proporcionen una independencia del medio familiar y le permitan alejarse
de las actitudes de sobreprotección, tan perjudiciales para su integración
social.
Se potenciarán todos los aspectos que conduzcan a la independencia
personal, al autocuidado: alimentación, vestido, aseo personal, control de
esfínteres, prevención de accidentes y la seguridad vial.
La adquisición y dominio del lenguaje se produce gracias a la
interacción social y en el núcleo familiar se establecen variadas formas de
interacción. Importa que el alumno comprenda y se exprese. Es
fundamental el manejo de diferentes medios de expresión – plástica,
artística, musical, corporal, matemática... Respecto al lenguaje oral, el
vocabulario que ha de ser funcional, ha de permitir al alumno aprehensión
del mundo que le rodea. También pueden potenciar el gusto y la afición por
la lectura, mediante la narración de cuentos y relatos, juegos, invención de
historias,...

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Para el desarrollo de sus posibilidades motrices se ha de facilitar el
contacto con los objetos, a través de la manipulación, insistiendo
principalmente en los de uso diario y cotidiano. Posibilitar la
experimentación y el descubrimiento independiente del medio que les
rodea. Otra contribución la constituye el evitar el retraso en la consecución
de las etapas motrices normales hasta la consecución de la marcha,
mediante la realización de ejercicios que las favorezcan. Etapas que son:
1. Rastreo y gateo: no cogiéndolo en brazos excesivamente, poniéndolo
en contacto con el suelo.
2. Sedestación: hasta que sea capaz de sentarse manteniéndose
erguida la cabeza.
3. Bipedestación: evitando cogerle, apoyándole con ambas manos,
estimulándole a través del lenguaje
4. Marcha: fortaleciendo brazos y piernas, estando pendientes pero
dejando hacer.

1.4.2. Autonomía social.


El objetivo esperado es que el niño con NEE sepa emitir estímulos
sociales y responder correctamente a los que le son remitidos.
El niño ha de ser capaz de discernir entre el bien y el mal, por lo que
sus acciones han de ser juzgadas y sancionadas convenientemente, hecho
que le ayudará a forjar conductas consideradas socialmente adaptativas,
que favorecerán su integración. Una de las consecuencias de la
sobreprotección son los niños autoritarios e intolerantes a las negativas de
los adultos.
En el seno familiar se establecen contactos con otras personas
mediante los cuales adquirirá patrones sociales positivos – saludar, pedir
perdón, dar las gracias, saber perder y ganar.
Al niño con NEE se le deben asignar tareas o responsabilidades en el
hogar al alcance de sus posibilidades.
Los padres han de crear y propiciar un clima familiar de comprensión y
sosiego en el que se fomente el respeto y cumplimiento de normas de
convivencia. Estas normas le proporcionarán los patrones de su
comportamiento social. El clima afectivo creado habrá de caracterizarse
por la racionalización de las situaciones y de las decisiones planteadas,
actitud que le hará reconocer la bondad de las normas y potenciará su
responsable cumplimiento.

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2. Cauces de participación de la familia.
A continuación vamos a tratar los cauces de participación, programas
y actividades, así como los distintas formas y grados de colaboración de
profesores y padres.

La coordinación en las actividades, actitudes y normas propuestas,


tanto en el hogar, como en el colegio, va a ser un factor de gran
repercusión en la educación de estos alumnos. Esta se verá dificultada o
favorecida por el tipo de relación que se establezca entre los padres y los
profesionales implicados en el proceso educativo de los alumnos. Si la
relación es ambigua o está poco definida puede generar en ocasiones
situaciones conflictivas o poco claras.

Esta participación puede hacerse a dos niveles: por un lado en el


proceso de identificación y valoración de las necesidades educativas
especiales y en la determinación de los servicios y medidas de carácter
específico que sea necesario promover, ya que los padres son una gran
fuente de información sobre el desarrollo y la dinámica de las interacciones
del niño; y, por otro lado, fuera del marco escolar, en la adquisición de
determinados objetivos y habilidades por parte del alumno.

Las diversas formas y grados de colaboración de profesores y padres


en las distintas etapas educativas tienen generalmente como resultado
ganancias significativas en la adaptación y rendimiento escolar de los
niños.

La responsabilidad de planificar e iniciar esta cooperación corresponde


al profesor tutor o equipo educativo, elaborando proyectos completos o
actividades independientes para trabajar con los padres, ya que este
trabajo no debe ser improvisado, sino que debe estar meticulosamente
planificado para poder llevarse a cabo y posteriormente evaluarse, por
tanto deberá incluirse en el Proyecto Educativo de Centro (PEC)

Es competencia del profesor-tutor, en estrecha relación con el profesor


de P.T., y del equipo directivo determinar las formas y cauces de
participación de los padres en el centro educativo. Estos modos de
participación pueden agruparse en individuales y colectivos.

Modelos Individuales: que tratan principalmente de guiar y facilitar la


incorporación y adecuada adaptación del niño al centro. Entre ellos
destacamos:
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• La entrevista: la entrevista inicial es el primer contacto en el que
padres y educadores establecen las bases de la futura relación. A
través de posteriores entrevistas se pretenderá enriquecer la ayuda
que se le ofrece al alumno, informar a los padres y obtener su apoyo.
• Los informes: son remitidos por la escuela y suponen otra forma de
contacto con los padres. Este medio abarcaría desde una lista de
notas con breves comentarios, hasta una serie de hojas en las que el
profesor escribe con mayor o menor extensión acerca de los
profesores del alumno, del trabajo que realiza y de sus actitudes. El
informe puede servir en la entrevista como documento de reflexión y
análisis para profesores y padres.

Modelos Colectivos: a través de los cuales los padres pueden poner a


disposición del centro su experiencia en diversos campos. Esta forma de
participación debe estar convenientemente organizada para que no
suponga un entorpecimiento de la labor educativa, sino que de ella se
deriven beneficios para el proceso de desarrollo y educación del niño.
Entre los modos colectivos de participación destacamos:

• Actividad tutorial. Trabajo con familias a través de reuniones, donde


los padres prestan su apoyo a las funciones escolares. Los
educadores deberán definir el papel que ha de asumir la familia en la
educación de su hijo y las tareas a las que debe extender su
actuación.
• Las asociaciones de madres y padres (AMPA) asesorando en la
elección de temas para charlas, conferencias, etc... y participando
con estos en los órganos colegiados del centro como son el Consejo
Escolar, la Junta Económica, la Junta de Comedor, etc..., en
excursiones y fiestas, en el desarrollo del centro, etc...
• Reuniones generales de padres, asistiendo para conocer la evolución
de su hijo y del grupo en el que se encuentra, favoreciendo una
visión más abierta y global.
• Los proyectos educativos de trabajo con los padres , que pretenden
proporcionar a los padres estrategias para realizar actividades con
sus hijos fuera de la escuela e interactúan con estos en su ambiente
de aprendizaje positivo y reforzante. Son actividades independientes
de las tareas de los alumnos y se realizan en casa, pero repercuten
favorablemente en la adaptación y logro escolar de los hijos. Estos

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proyectos tienden a implicar al mayor número posible de integrantes
de la comunidad escolar y a desarrollarse en un continuo de tiempo.
Los proyectos educativos incluidos en el currículum son diseñados
meticulosamente para decidir el objetivo a trabajar, pudiéndose
desarrollar en un programa conjunto con los padres, canalizando un
enorme potencial educativo, favoreciendo el necesario contacto entre
la escuela y la familia.
• Las escuelas de padres como proyectos de trabajo que se realizan
con grupos más o menos homogéneos y permanentes con unos
objetivos y una metodología claramente definida, encaminados a que
las familias sean activas en su formación y puedan crear ambientes
más favorables para la maduración de sus hijos en colaboración con
la escuela.

Desde el centro escolar se realizarán unos programas de intervención


con las familias u otros dependiendo de que las necesidades de estas
estén vinculadas a tener un hijo con necesidades educativas especiales o
no.
Así encontraremos programas encaminados a la ayuda directa a la
familia como servicio de respiro familiar, de orientación, grupos de
autoayuda, grupos de apoyo mutuo, grupos de terapia familiar, intervención
en redes sociales, en momentos de crisis, etc..., y programas de
colaboración con el centro escolar. De estos últimos diferenciamos entre
programas de formación para las familias y los programas de participación
en el servicio.
Los programas de formación para las familias son una herramienta
para ayudar a la familia a potenciar su entorno, como un recurso de apoyo
y responder, a su vez, a las necesidades de una formación mas
sistematizada y planificada. Esta formación, que incluye la información, se
puede realizar mediante escuela de padres, grupos de padres, charlas y
conferencias.
Los programas de participación en el servicio se concretan en distintos
niveles de participación: no participación de las familias, apoyo en
actividades para escolares, colaboración en algunas iniciativas del centro,
colaboración en actividades profesionales y colaboración institucional.

Las actividades de participación de las familias pueden ser de tipo


educativo o terapéutico.
Las actividades de tipo educativo tienen como función aumentar los
conocimientos de los padres acerca de la deficiencia, de las causas, como

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abordarla y que intervención es la correcta, así como las perspectivas de
futuro y las posibilidades de educación.
Las actividades de tipo terapéutico van dirigidas a que los padres
tengan el apoyo necesario para el proceso de reorganización de la
angustia emocional tras el diagnóstico.

3. Toma de decisiones sobre la escolarización de los alumnos con


necesidades educativas especiales.

Una vez tratados los cauces de participación de las familias en la


educación de sus hijos vamos a ver cual es su papel de los padres en la
toma de decisiones sobre la escolarización de los alumnos con
necesidades educativas especiales.

Con el modelo de escuela abierta a la diversidad se intenta que todos


los alumnos encuentren respuestas a sus necesidades educativas
especiales. La integración de estos alumnos implica a toda la sociedad y
por tanto también a sus padres.
En un principio serán ellos quienes, asesorados por profesionales
especializados (orientador de centro o de sector, etc...), deberán decidir si
desean que su hijo sea escolarizado en una escuela ordinaria o si por el
contrario prefieren que este acuda a un centro de educación especial,
respetándose esta decisión por el resto de la comunidad escolar. De hecho
la opinión de los padres debe quedar reflejada y debe ser tenida en cuenta
a la hora de realizar el dictamen de escolarización de un alumno con
necesidades educativas especiales.

Retomando la justificación legal hecha al inicio del tema, esta idea está
explicita en la Ley Orgánica 1/1990 de 3 de octubre de Ordenación
General del Sistema Educativo (LOGSE) que regula nuestro sistema
educativo en la actualidad, cuando en su capítulo V artículo 37 dice que
“las administraciones educativas regularán y favorecerán la participación
de los padres o tutores en las decisiones que afecten a la escolarización de
los alumnos con necesidades educativas especiales.
Posteriormente el R.D. 696/95, de 28 de abril, de ordenación de la
educación de los alumnos con necesidades educativas especiales
trata en su capítulo I, artículo 9, de la participación de los padres,
quedando legisladas las ideas anteriormente citadas.

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También en la O.M. de 14 de febrero de 1996 se hace mención en el
capítulo II a que se incluirá en el dictamen de escolarización la opinión de
los padres en relación con la propuesta de escolarización.

Conclusión.

Como hemos visto a lo largo del tema la relación familia-escuela es un


elemento primordial para el desarrollo integral de los alumnos, y en
especial de los alumnos con necesidades educativas especiales. Para que
esto suceda debemos conocer el ámbito familiar, ya que para una familia el
afrontar que un hijo tiene algún tipo de déficit, que le llevará muy
probablemente a ser un sujeto de necesidades educativas especiales,
supone unos cambios en su sistema familiar.

Para nosotros, como profesionales que intervienen directamente con


los alumnos con necesidades educativas especiales, conocer en
profundidad esa estructura familiar nos permite dar respuesta adecuada a
las necesidades del alumno y de la familia, y potenciar su participación en
la educación del alumno y su colaboración con la escuela.

Para que este servicio sea de calidad, se deben planificar y diseñar


estrategias de intervención pensadas con y para las familias, así como el
asesoramiento e información sobre otros recursos externos a la escuela
con los que pueden contar.

Bibliografía.

Para la elaboración de este tema hemos consultado las siguientes


fuentes bibliográficas y legislativas:
- MUSITO, G.; ROMAN, J. M. y GARCIA, E.: “Prácticas educativas de los padres y
socialización de los hijos. Labor Universitaria. Barcelona. 1992.
- FREIXA, N.: “La integración de la escuela en la comunidad: el papel de la familia.”
en SÁNCHEZ PALOMINO y TORRES GONZALEZ: “Educación Especial I”.
Pirámide. Madrid 1997.

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