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Presentación de Documental: El Limbo de Culebra, dirigido por David Cerqueiro

Por Alessandra Caputo Jaffe

El Limbo de Culebra: reencuentros con el pasado a través de los medios del


presente

Durante el simposio sobre Primitivismo en


América, celebrado el mes de noviembre del
2016, tuvimos la oportunidad de presentar un
documental realizado en el 2015, el marco de la
investigación postdoctoral en conjunto con la
Universidad de Chile y patrocinada por el
Fondecyt (Gobierno de Chile), titulado El Limbo
de Culebra. En este trabajo, su director, David
Fotograma del documental El Limbo de Culebra, por David Cerqueiro, retrató nuestro trabajo de campo
Cerqueiro (2015). realizado en la comunidad de Culebra, de la
sociedad indígena Ye’kuana, en el corazón del Estado Amazonas en Venezuela, accesible sólo
por vía aérea o fluvial a una semana en bote a motor desde la ciudad más cercana (Puerto
Ayacucho).
La sociedad Ye’kuana, de afiliación lingüística caribe, habita en los Estados Amazonas
y Bolívar venezolanos y está conformada por poblaciones de cazadores y horticultores. La
palabra Ye’kuana significa “hombre de canoa”, lo que ya refiere a su maestría en el
conocimiento y dominio de los ríos de estas regiones. Sus creencias se fundamentan en los
mitos de origen del creador Wanadi y su vida gira entorno a los aprendizajes otorgados por
éste así como por el mundo de los dueños o espíritus de las plantas o animales, con quienes
median a través del rol del chamán. Esta sociedad se caracteriza entre otras cosas por la
elaboración de su cestería, la cual contiene una compleja iconografía de símbolos visuales
abstractos que remiten a personajes y “pasajes” de los relatos míticos.
Al igual que en muchas otras regiones del Amazonas, a pesar del remoto acceso y su
lejanía de los grandes centros urbanos, llegaron a Culebra en los años 50 los evangelizadores
de Misión Nuevas Tribus, pertenecientes a la iglesia evangélica Independiente
Fundamentalista, basada en los Estados Unidos, quienes comenzaron en aquella región un
fuerte proceso de conversión de los pueblos indígenas hacia la religión cristiana (Arvelo 2000,
Mosonyi 1981). A través de sus formas de persuasión y coerción lograron evangelizar gran
parte de la población en relativamente poco tiempo, obligándolos a renunciar a las creencias
míticas y los rituales tradicionales así como a muchas otras costumbres relacionadas con los
mitos y la vida ritual.
Paralelamente, las nuevas tecnologías y las formas de comercio del mundo globalizado
fueron alcanzando en las últimas décadas regiones como éstas, provocando visibles cambios
en las formas de vida de las sociedades indígenas. Ciertamente, esto forma parte de la realidad
histórica de toda sociedad humana, cuya naturaleza va transformándose con el tiempo; no
obstante, aprendimos durante el trabajo en Culebra que debido a la abrupta suplantación de su
religión por otra, así como la introducción de un sistema escolar promovido por el gobierno que
no consideraba la historia de la propia cultura, los conocimientos ancestrales traspasados
tradicionalmente a través de la memoria oral y a través de los símbolos visuales, han dejado de
llegar a las próximas generaciones. Esta realidad preocupa a los adultos de la comunidad
quienes reconocen en la identidad cultural una clave esencial para la autodeterminación y la
fortaleza de su sociedad.
Teniendo en cuenta que tanto la
escritura como otros medios tecnológicos
audiovisuales fueron introducidos por los
misioneros y el gobierno en estas comunidades,
nos propusimos realizar en el poblado de
Culebra –y también en Huachamacare– un
proyecto en el que llevaríamos a estas
comunidades los materiales de registro visuales
Fotograma del documental El Limbo de Culebra (David y escritos que se hicieron en dichas regiones
Cerqueiro, 2005). Pobladores de Culebra ven las películas de su hace varias décadas. En estos registros
pasado al fondo. En primer plano, algunas fotografías de la
exposición realizadas por Oswaldo Lares en 1992. encontramos conocimientos míticos, rituales y
costumbres que antes se practicaban y que hoy
son cada vez más difíciles de reconocer.
Durante nuestra visita a la comunidad de Culebra organizamos una exposición en la
edificación tradicional principal (el ättä) donde hoy en día se organizan eventos y reuniones
públicas. En ésta se mostraron fotografías realizadas durante visitas de los años 90 por el
musicólogo Oswaldo Lares, así como imágenes extraídas de otros lugares en épocas
anteriores, donde se retratan sus rituales y otras costumbres. También se mostraron fotografías
de objetos tradicionales y otros elementos de su cultura material que llevan haciéndose desde
hace centenares de años y que se encuentran en colecciones etnográficas, privadas y públicas.
Junto a las fotografías, se proyectaron varios videos realizados por diversos etnólogos que
retratan los rituales y costumbres (Shlenker 1972, 1971, 1969; Schuster 1955). Estos videos,
que carecen de audio, fueron acompañados por los registros musicales de Walter Coppens
(1974) durante su visita a las cercanías de Culebra en la década de los 70. Además, trajimos
con nosotros una publicación con la recopilación del ciclo mítico del Watunna realizada por
Marc de Civrieux (1992) entre las décadas de los 50 y 60, que tuvo un grande interés, incluso
por el pastor evangélico de la comunidad, quien nos pidió que le leyéramos diversos capítulos.
Esta exposición se realizó con el consentimiento de los pobladores, quienes habían
asegurado días antes haber olvidado sus prácticas rituales y sus creencias pasadas. Los
habitantes de Culebra que llegaban a la churuata donde se celebraba este evento recorrían el
área observando las fotografías y miraban las películas. A pesar de que la exposición se llenó
de espectadores, hubo algunos hombres que no quisieron asistir al evento, declamando que no
les interesaba saber o recordar cómo vivían cuando eran “salvajes” ya que, en sus palabras,
eso había quedado, afortunadamente, en el pasado. Sin embargo, al concluir la muestra la
comunidad demostró interés por obtener copias de los materiales presentados y se nos
acercaron ancianos y adultos que comenzaron a “recordar” algunas versiones de mitos que nos
relataron y cantaron.
Fuimos entendiendo así que, detrás de las nuevas formas de creencias y de ser,
permanecía un interés por re-conocer su pasado. Tanto así que nos invitaron al pueblo de
Huachamacare a mostrar los videos, las fotos y
la música en su “casa comunal” (que ya no era
la tradicional churuata ättä, sino una casa de
planta rectangular con techos de zinc a dos
aguas. Cada población muestra, en este sentido,
una realidad muy diferente que complejiza la
percepción que pueda tenerse sobre su realidad.
Al contrario que en Culebra, este poblado fue
fundado en época más reciente y ahí habitan
Fotograma de El Limbo de Culebra (David Cerqueiro, 2015).
Pobladores de Huachamacare ojean el Watunna recopilado Marc sobre todo personas que trabajan en la minería
de Civrieux. con sus familiares. Sin embargo, no hay iglesia
evangélica y los pobladores reivindican más los
conocimientos míticos de su pasado. Pudimos
conversar con varias personas de mediana edad
así como con los más ancianos, quienes se
emocionaron a ver las fotografías y los videos
que traíamos. Les preguntamos si conocían los
mitos detrás de las figuras geométricas que se
encuentran plasmadas en las cestas y nos
Fotograma de El Limbo de Culebra (David Cerqueiro, 2015).
reconfirmaron cada uno de los relatos que
Iglesia evangélica de Culebra. habíamos podido leer en trabajos etnográficos
de hace medio siglo (como por ejemplo, las
recopilaciones que hizo sobre el tema Marc de Civrieux). Nos percatamos del hecho que, a
pesar de que en un primer momento pareciera que el pasado haya quedado en el olvido, los
conocimientos de su cultura visual y oral aún no se han perdido.
En el documental, la mirada de Cerqueiro se centra sobre todo en la situación peculiar
en la que se encuentran los pobladores de Culebra, puesto que no parecen estar del todo en su
mundo –aquel que otros visitantes pudieron registrar décadas antes– pero tampoco parecen
pertenecer del todo en el mundo criollo u occidentalizado. Sobre todo, la intrusión de grupos
misioneros como Nuevas Tribus produjo un impacto sumamente fuerte en la comunidad, ya
que no la despojó únicamente de los mitos de creación originarios (sustituidos por el evangelio)
y sus chamanes, sino que arrebató a los creyentes de toda una serie de costumbres, rituales y
formas de entender su entorno.
Conocimos así esta “nueva” realidad del pueblo, marcada por la presencia de la iglesia
evangélica construida en bloques con techos de zinc, acompañada de un ruidoso generador
que alimentaba la consola y las guitarras eléctricas con las que asisten musicalmente los
servicios religiosos, cuyos coros estaban compuestos con ritmos similares a la cumbia. Los
feligreses entraban y salían a gusto de la iglesia y ojeaban con cierta letanía las biblias
traducidas al ye’kuana que se encontraban en los bancos de madera que servían de asiento.
Mientras tanto, el sermón del pastor se extendía con su voz baja y monótona, que solo era
interrumpida por el ritmo más alegre de los coros entonados por la audiencia.
Luego estaba el campo de fútbol y el de voleibol, donde los jóvenes practicaban todas
las tardes para las competencias interregionales entre las comunidades indígenas del Estado
Amazonas. Los ejercicios también estaban acompañados por música, esta vez por un
reggaetón a todo volumen, reproducido en un equipo alimentado por un rudimentario sistema
de cables que se conectaban a un panel solar. A pesar de que no hay ni electricidad ni señal de
teléfono, ha llegado la televisión satelital (Directv) al pueblo de Culebra. Internet hay sólo
durante los días en que se celebran elecciones y están instalados los equipos de votación. Así,
la política también ha dejado su rastro en el pueblo: insignias escritas en las paredes, tanto de
uno como de otro bando, y la presencia de algunos techos de zinc, refrigeradores utilizados
como closets (por falta de luz) y otros equipos
tecnológicos que regalan durante las campañas
políticas. Hay también una escuela construida en
bloques con techos de tejas cuya estructura
pareciera imitar la de pequeñas cabañas. Sin
embargo, el sistema de educación llega sólo
parcialmente a estas remotas regiones que
carecen de personal docente, así como de una
adaptación de los sistemas de enseñanza a las
Fotograma de El Limbo de Culebra (David Cerqueiro, 2015).
Jóvenes de Culebra siendo entrevistado. Al fondo, las diversas características culturales que
churuatas típicas ye’kuana, llamadas ättä.
determinan cada etnia particular.
No obstante, tras una mirada más
profunda pudimos percatarnos que a pesar de
este drástico cambio persiste en la memoria de
los ancianos y de algunos jóvenes parte de los
conocimientos del pasado pre-evangélico.
Nuestra estancia en Culebra estuvo
acompañada por varios habitantes que nos
enseñaron varios aspectos de su cultura.
Fotograma de El Limbo de Culebra (David Cerqueiro, 2015).
Destaca la presencia el señor Fini Jiménez,
Fini Jiménez nos enseña cómo hacer una canoa. quien se mostró sumamente interesado en
denunciar la pérdida de las creencias y conocimientos ye’kuana y se esmeró en mostrarnos su
conocimiento de las plantas, de la elaboración de objetos de su cultura material (como la
canoa, que es su principal medio de transporte) y de los conocimientos míticos. Nos llevó
donde su madre, la señora María Cristina, una de las ancianas del pueblo quien aún recuerda
los mitos de creación. Ella nos relató el mito de su “árbol de la vida”, convertido actualmente en
el cerro (tepuy) Marahuaka, el cual se erige imponentemente al lado del pueblo de Culebra.
Nos contó también cómo el tepuy Huachamacare que se que se encuentra al otro costado del
pueblo, era en cambio la morada de jaguar Manuwa, una encarnación antagonista y enemigo
del creador Wanadi.
Otro de nuestros guías durante nuestra estancia en Culebra fue el joven Luis, quien se
dedica a organizar los eventos deportivos del pueblo y también sirve de guía cuando llegan
turistas; aunque, en momentos de necesidad económica ha trabajado en la minería artesanal
de explotación de oro. A pesar de estar interesado en actividades típicas de los “criollos”, Luis
sabe cazar y pescar, y también recuerda las enseñanzas de su padre sobre cómo protegerse
de noche de los dueños o espíritus peligrosos que moran en los bosques. Conoce los cuentos y
las creencias relacionadas a las incursiones en la selva, los peligros que se corren al estar
fuera del espacio seguro de lo doméstico. Sabe tejer las cestas que sólo pueden hacer los
hombres y también sabe hacer las flautas tradicionales; conoce las plantas medicinales y sabe
construir las churuatas (las chozas de techos de palma). Le gusta la música de los “criollos”,
pero también lamenta que ya no se practiquen las “fiestas” que se realizaban antaño y que se
ejecutaban con sus propios instrumentos y sus propios bailes.
Nos encontramos, pues, ante un vaivén de percepciones y realidades que a priori
parecieran ser incompatibles, pero que en estas poblaciones logran encontrar una particular
simbiosis. Se trata de una realidad compleja en la que se encuentran entrelazados el mundo
tradicional ye’kuana y el mundo procedente de la tradición occidentalizada. Existe así el temor
de que algunas tradiciones se pierdan; pero luego este temor es aplacado cuando encontramos
algunos jóvenes que sí se muestran interesados en perpetuar sus tradiciones. Quizás se trate
del mismo temor que sintió en su momento Lévi-Straus, cuando se encontraba ante lo que él
pensaba era la última generación de mujeres Caduveo que conocían el arte de pintar los
cuerpos y que, afortunadamente, fue contradicho
décadas después por otro antropólogo
(Boggiani), quien le demostró que dichos
conocimientos sí habían logrado pervivir en las
siguientes generaciones (Lévi-Strauss 2006:
216).
Puede que se trate de un espejismo
propio de la tradición occidental, en la que
nuestra mirada aún insiste en encontrar vestigios
Fotograma de El Limbo de Culebra (David Cerqueiro, 2015). de un supuesto “tiempo primordial” en las
Padre enseña a su hijo cómo tejer el “sebucán” para exprimir la
yuca exprimida. culturas no-europeas. Pero también se hace
ineludible la responsabilidad que ha tenido el mundo occidental en haber permitido
acercamientos tan violentos y haber impuesto de manera inescrupulosa sus formas de vida a
otras sociedades cuyas cosmovisiones poseen un valor incuestionable, que merecen ser
respetadas y conservadas.
En la mirada de Cerqueiro se ve reflejada una doble tensión que oscila entre la
indignación por ver la intervención del mundo occidental –como la intrusión del cristianismo–
sobre estas comunidades; pero también, la aceptación del hecho que estas “nuevas” formas de
comprender el mundo ya forman parte de su misma realidad. También observamos el
encuentro entre cosmovisiones y maneras de ver el mundo tan distintas, que a su vez
encuentran una extraña –y no siempre apacible– simbiosis; y cómo en este encuentro puede
recuperarse o revivirse la memoria del pasado a partir de los medios audiovisuales procedentes
del “moderno” mundo occidental. En fin, reconocemos en este documental cómo nuestra propia
mirada ante estas culturas se encuentra, también, en un limbo.

Referencias
David Cerqueiro. El limbo de Culebra (35m). Universidad de Chile /Fondecyt, Caracas, 2015.

Arvelo, Nelly. “Three Crises in the History of Ye’kuana Cultural Continuity.” Ethnohistory 3-4.47
(2000): 731-746.
Civrieux, Marc. Watunna. Un ciclo de creación en el Orinoco, Caracas: Monte Ávila, 1992

Mosonyi, Esteban et.al. El Caso Nuevas Tribus. Caracas: Ateneo de Caracas, 1981.
Lévi-Strauss, Claude. Tristes trópicos, Barcelona: Paidós, 2006.

Shlenker, Hermann; Bryan, Julien. Manioc Bread = Pan de Yuca (casabe) (registro
filmográfico). International Film Foundation, 1 rollo (144 pies), col. 16mm. 1972.
Shlenker, Hermann. Flechten einer Schale = tejido de una cesta. (registro filmográfico) Institut
für der Wissenschaftlichen Film Göttingen, 1 rollo (144 pies), sin locución, col. 16mm. c1971.
Shlenker, Hermann. Herstellen einer Klarinette = Fabricación de un clarinete (registro
filmográfico). Institut fur der Wissenschaftlichen Film Göttingen 1 rollo (144 pies) sin locución,
col. 16mm. 1969.
Schuster, Meinhard. Tanzfest. Institut fur der Wissenschaftlichen Film Göttingen (registro
filmográfico). 1 rollo (324 pies), sin locución b/n, 16mm. 1955.

Coppens, Walter. Makiritare - Musica Indigena Makiritare (registro musical). Caracas:


Fundación La Salle, 1974.

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