PREMIOS NOBEL
BERGSON
OBRAS ESCOGIDAS
*El presente archivo contiene únicamente la obra:
“La Evolución Creadora”, pero se ha conservado la
numeración original de la misma.
HENRI
BERGSON
Premio Nobel 1927
OBRAS ESCOGIDAS
ENSAYO SOBRE LOS DATOS INMEDIATOS DE LA CONCIENCIA
MATERIA Y MEMORIA / LA EVOLUCIÓN CREADORA LA
ENERGÍA ESPIRITUAL / PENSAMIENTO Y MOVIMIENTO
Traducción y prólogo de
JOSÉ ANTONIO MIGUEZ
Doctor en Filosofía y Letras
por la Universidad de Madrid
AGUILAR
INTRODUCCIÓN
1
La idea de considerar la vida como trascendente a la finalidad
tanto como al mecanicismo está, por lo demás, lejos de ser una idea
nueva. En particular, se la encontrará expuesta con profundidad en tres
artículos de CH. DUNAN sobre Le probléme de la vie (Revue
philosophique, 1892). En el desarrollo de esta idea hemos coincidi-
do más de una vez con Dunan. Sin embargo, las consideraciones
que presentamos sobre este punto, como sobre las cuestiones que a
él se refieren, son las mismas que habíamos dado a conocer, hace
ya tiempo, en nuestro Ensayo sobre los datos inmediatos de la con-
ciencia. Uno de los principales objetos de este Ensayo era, en efecto,
mostrar que la vida psicológica no es ni unidad ni multiplicidad,
que trasciende lo mecánico y lo inteligente, no teniendo sentido
mecanicismo y finalidad sino allí donde hay "multiplicidad dis-
tinta", "espacialidad", y por consiguiente conjunción de partes
preexistentes: "duración real" significa a la vez continuidad indivi-
sible y creación. En el presente trabajo aplicamos estas mismas ideas a
la vida en general, considerada ella misma, por otra parte, desde el
punto de vista psicológico.
CAPITULO I
DE LA EVOLUCIÓN DE LA VIDA.
MECANICISMO Y FINALIDAD
2
CALKINS , Studies on the life history of Protozoa (Arch. f. Ent-
wickelungsmechanik, vol. XV, 1903, págs. 139-186).
452
3
SEDGWICK MINOT, On certain phenomena of growing old
(Proc. of the American Assoc, for the advancement of science,
39 asamblea, Salem, 1891, págs. 271-288).
4
LE DANTEC, L'individualité et l'erreur individualiste, París,
1905, pág. 84 y ss.
5
METCHNIKOFF , La dégénérescence sénile (Année biologique, III,
1897, pág. 249 y ss.). Cf. del mismo autor: La nature humaine, París,
1903, pág. 312 y ss.
454
10
BÜTSCHLI , Untersuchungen über mikroskopische Schäume und
das Protoplasma, Leipzig, 1892, 1a parte.
467
17
LAPLACE , Introduction a la théorie analytique des probabilités
(Oeuvres completes, vol. VII, París, 1886, pág. VI).
471
18
Du BOIS-REYMOND, Ueber die Grenzen des Naturerkennens.
Leipzig, 1892.
472
19
Dos partidos pueden tomarse en el neo-vitalismo contemporáneo: de
un lado, podemos adherirnos a la afirmación de que el mecanicismo puro
es insuficiente, afirmación que toma gran autoridad cuando emana de un
sabio como Driesch o Reinke, por ejemplo; y de otro, a las hipótesis de
que este vitalismo se superpone al mecanicismo ("entelequias" de Driesch,
"dominantes" de Reinke, etcétera). De estos dos partidos, el primero
resulta indiscutiblemente el más interesante. Véanse los hermosos estudios
de DRIESCH: Vis Lokalisation morphogenetischer Vorgänge, Leipzig, 1889;
Die orga-nischen Regulationen, Leipzig, 1901; Narurbegriffe und
Natururteile, Leipzig, 1904; Der Vitalismus als Geschichte und als Lehre,
Leipzig, 1905, y de REINKE: Die Welt als That. Berlín. 1899; Einleintung in
die theoretische Biologie, Berlín, 1901; Philosophie der Botanik, Leipzig, 1905.
475
20
P. GUÉRIN , Les connaissances actuelles sur la fécondation chez
les Phanérogames, París, 1904, págs. 144-148. Cf. DELAOE , L'Hérédité,
2a edición, 1903, pág. 140 y ss.
21
MÖBIUS , Beiträge zur Lehre von der Fortpflanzung der Ge-
wächse, Jena, 1897, págs. 203-206 en particular. Cf. HARTOG , Sur les
phénoménes de reproduction (Année biologique, 1895, págs. 707-
709).
490
31
EIMER . Orthogenesis der Schmetterlinge, Leipzig, 1897, pági
na 24. Cf. Die Entstehung der Arten, pág. 53.
32
EIMER , Die Entstehung der Arten, Jena, 1888, pág. 25.
33
EIMER , ibid., pág. 165 y ss.
503
34
SALENSKY, Heteroblastie (Proc. of the fourth international
Congress of Zoology, Londres, 1899, págs. 111-118). Salensky ha crea
do esta palabra para designar los casos en que se forman en los mis
mos puntos, en animales emparentados, órganos equivalentes cuyo
origen embriológico es, sin embargo, diferente.
35
WOLFF, Die Regeneration der Urodelenlinse (Arch. f. Ertt-
uiickelun^tmcchanik, I, 1895. pág. 380 y ss.).
36
FISCHEL , Ueber die Regeneration der Linse (Anal. Anzeiger,
XIV, 1898, págs. 373-380).
504
38
CUÉNOT , La nouvelle théorie transformiste (Revue genérale
des sciences, 1894). Cf. MORGAN, Evolution and adaptation, Londres,
1903, pág. 357.
39
BROWN-SÉQUARD, Nouvelles recherches sur l'épilepsie due á
certaines lésions de la moelle épiniére et des nerfs rachidiens (Arch.
de physiologie, vol. II, 1869, págs. 211, 422 y 497).
508
40
WEISSMAN , Aufsätze über Vererbung, Jena, 1892, págs. 376-
378, y también Vorträge über Descendenztheorie, Jena, 1902, t. II,
pág. 76.
41
BROWX - SÉQUARD , Hérédité d'une affection due a una cause
accidentelle (Arch. de Physiologie, 1892, pág. 686 y ss.).
42
VOISIN y PERON, Recherches sur la toxité urinaire chez les épi-
hptiques (Archives de neurologie, vol. XXIV, 1892, y XXV, 1893).
Cf. la obra de VOISIN, L'épilepsie, París, 1897, págs. 125-133.
43
CHARRIN , DELAMARE y Moussu, Transmisión experiméntale
aux descendants de lésions développées chez les ascendants (C. R.
de l'Ac. des sciences, vol. CXXXV, pág. 191). Cf. MORGAN, Evolution
and adaptation, pág. 257, y DELAGE, L'hérédité, 2a edición, pág. 388.
44
CHARRIN y DELAMARE , Hérédité cellulaire (C. R. de l'Ac. des
sciences, vol. CXXXIII, 1901, págs. 69-71).
509
43
CHARRIN, L'hérédité pathologique (Revue genérale des scien-
ces, 15 enero 1896).
510
47
No obstante, algunos hechos análogos se han señalado siempre
en el mundo vegetal. Véase BLARINOHEM, La notion d'espèces et la
théorie de la mutation (Année psychologique, vol. XII, 1906, página 95
y ss.), y DE VRIES, Species and Varieties, pág. 655.
513
1
Este punto de vista sobre la adaptación ha sido señalado por F.
MARIN en un notable articulo sobre L'Origine des espèces (Revue
scientifique, noviembre 1901, pág. 580).
526
2
DE S APORTA y MAR IÓN , L'évolution des Cryptogames, 1881, página
37.
532
3
Sobre la fijación y el parasitismo en general, véase la obra
de HOUSSAY , La forme et la vie, París, 1900, págs. 721-807.
533
6
Archives de physiologie, 1892.
7
DE MAMACÉINE , Quelques observations experimentales sur I'in
fluence de l'insomnie absolu (Arch. nal. de biologie, t. XXI, 1894,
pág. 322 y ss.). Recientemente se han hecho observaciones análogas
sobre un hombre muerto de hambre después de un ayuno de treinta
y cinco dias. Véase a este respecto, en Année biologique, 1898, pá
gina 338, el resumen de un trabajo, en ruso, de TARAKEVICH y
STCHASNY.
546
8
CUVIER decía: "El sistema nervioso es, en el fondo, todo el
animal; los demás sistemas no hacen más que servirle." Sur un
nouveau rapprochement à établir entre les classes qui composent le
règne animal (Archives du Muséum d'histoire naturelle, Paris, 1812,
páginas 73-84). Sería preciso naturalmente restringir esta fórmula
y tener en cuenta, por ejemplo, casos de degradación y de regresión
en que el sistema nervioso pasa a segundo plano. Y, sobre todo,
hay que unir al sistema nervioso los aparatos sensoriales de un lado,
los motores de otro, entre los que sirve de intermediario. Cf. FOSTER, art.
"Physiology" de l'Encyclopaedia Britannica, Edimburgo, 1885, página
17.
547
9
Véase, sobre estos diferentes puntos, la obra de GAUDRY , Essai
de paléontologie physique, París, 1896, págs. 14-16 y 78-79.
552
12
Paul Lacombe ha hecho resaltar la influencia capital que
han ejercido los grandes inventos sobre la evolución de la humanidad
(P. LACOMBE , De l'histoire considérée comme science, París, 1894.
Véanse, en particular, las páginas 168-247).
559
13
BOUVIER , La nidification des Abeilles à l'air libre (C. R. de
l'Acad. des sciences, 7 de mayo 1906).
562
más que una forma sin materia. Las dos tendencias, pri-
meramente implicadas la una en la otra, han tenido que
separarse para su desarrollo. Han ido, cada una por su
parte, a buscar fortuna en el mundo. Y han concluido
en el instinto y en la inteligencia.
Tales son, pues, los dos modos divergentes de cono-
cimiento por medio de los cuales deberán definirse la
inteligencia y el instinto, si nos colocamos en el punto
de vista del conocimiento y no en el de la acción. Pero
conocimiento y acción no son aquí más que dos aspectos
de una sola y misma facultad. Es fácil ver, en efecto, que
la segunda definición no es más que una nueva forma
de la primera.
Si el instinto es, por excelencia, la facultad de utilizar
un instrumento natural organizado, debe abarcar el
conocimiento innato (virtual o inconsciente, es verdad),
no sólo de este instrumento sino del objeto al cual se
aplica. El instinto es, pues, el conocimiento innato de
una cosa. Pero la inteligencia es la facultad de fabricar
instrumentos no organizados, es decir, artificiales. Si, por
ella, la naturaleza renuncia a dotar al ser vivo del instru-
mento que ha de servirle, es para que el ser vivo pueda,
según las circunstancias, variar su fabricación. La fun-
ción esencial de la inteligencia será pues discernir, en
cualesquiera circunstancias, el medio de salir adelante.
Buscará lo que mejor puede servir, es decir, tratará de
insertarse en el cuadro propuesto. Se referirá esencial-
mente a las relaciones entre la situación dada y los me-
dios para utilizarla. Lo que, por tanto, tendrá de innato,
es la tendencia a establecer relaciones, y esta tendencia
implica el conocimiento natural de ciertas relaciones muy
generales, verdadero tejido que la actividad propia de
cada inteligencia cortará en relaciones más particulares.
Allí donde la actividad está orientada hacia la fabrica-
ción, el conocimiento atiende pues, necesariamente, a re-
laciones. Pero este conocimiento completamente formal
de la inteligencia tiene sobre el conocimiento material
del instinto una incalculable ventaja. Una forma, jus-
tamente porque está vacía, puede ser llenada alternativa-
mente, a voluntad, por un número indefinido de cosas,
incluso por las que no sirven para nada. De suerte que
un conocimiento formal no se limita a lo que es prácti-
569
18
Véanse las dos obras de DARWIN , Les plantes grimpantes, trad.
Gordon, París, 1890, y La fécondation des Orchidées par les Insectes,
trad. Rérolle, París, 1892.
586
19
BUTTEL- REEPEN, Die phylogenetische Enistehung des Bienen-
staates (Biol. Centralblatt, XXIII, 1903), pág. 108 en particular.
587
24
Véanse, en particular, entre los trabajos recientes: BETHE ,
Dürfen wir den Ameisen und Bienen psychischs Qualitäten zus-
chreiben? (Arch. f. d. ges. Physiologie, 1898), y FOREL , Un aperçu de
psychologie comparée (Année psychologique, 1895).
591
25
Materia y memoria, caps. II y III.
26
Le paralogisme psycho-physiologique (Revue de métaphysi-
que, noviembre 1904).
595
DE LA SIGNIFICACIÓN DE LA VIDA.
EL ORDEN DE LA NATURALEZA Y LA FORMA
DE LA INTELIGENCIA
1
Hemos desarrollado este punto en Materia y memoria, capítulos
II y III.
601
11
Sobre estas diferencias de cualidad, véase la obra de DUHEM,
L'évolution de la mécanique, Paris, pág. 197 y ss.
648
14
Hemos desenvuelto este punto en un trabajo titulado: intro-
duction à la métaphysique (Revue de métaphysique et de morale,
enero 1903, págs. 1 a la 25).
661
15
SERKOVSKI , memoria (en ruso) analizada en Année biologique,
1898, pág. 317.
662
13
ED. PERRIER, Les colonies animales, Paris, 1897 (2a edición).
17 DELAGE, L'Hérédité, 2a edición, Paris, 1903, pág. 97. Cf. del mismo
autor: La conception polyzoïque des êtres (Revue scientifique, 1896,
págs. 641-653).
18 Teoría sostenida por Kunstler, Delage, Sedgwick, Labbé, etc.
Se encontrará su desarrollo, con indicaciones bibliográficas, en la
obra de BUSQUET , Les êtres vivants, París, 1899.
663
EL MECANISMO CINEMATOGRÁFICO
DEL PENSAMIENTO 1 Y LA ILUSIÓN
MECANICISTA. EXAMEN DE LA HISTORIA
DE LOS SISTEMAS. EL DEVENIR REAL
Y EL FALSO EVOLUCIONISMO
1
La parte de este capítulo que trata de la historia de los sis-
temas, y en particular de la filosofía griega, no es otra cosa que el
resumen muy sucinto de consideraciones desenvueltas con ampli-
tud, de 1900 a 1904, en nuestras lecciones del Colegio de Francia,
sobre todo en un curso sobre la Historia de la idea de tiempo (1902-
1903). Comparábamos allí el mecanismo del pensamiento conceptual al
del cinematógrafo. Creemos que puede ser útil todavía esta com-
paración.
673
10
Casi hemos dado de lado a estas intuiciones admirables,
pero un poco fugaces, que Plotino debía más tarde aprehender,
profundizar y fijar.
718
13
En un curso sobre Plotino, explicado en el Colegio de Francia
en 1897-1898, hemos tratado de delimitar estas semejanzas. Son
numerosas y sorprendentes. La analogía prosigue hasta en las fórmulas
empleadas por una y otra parte.
742