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INFORME PSICOFARMACOLÓGICO: CASO ELENA

Karla Sofía Canani Moali 06635683E Centro asociado de Jacinto Verdaguer


1. DIAGNÓSTICO DEL CASO
Datos de la paciente: mujer de 40 años, soltera, trabaja como asistenta en un hospital.

Motivo de consulta: la paciente muestra un estado infelicidad completa. Se hace necesaria la observación y
diagnóstico para comprobar su trastorno y poder sugerir nueva medicación. Atendida y medicada
anteriormente por el Psiquiatra. Intento de suicidio.

Tras revisar a fondo el caso de la paciente Elena, y leer detenidamente cada uno de sus síntomas y su forma
de expresión, puedo observar que existen dos momentos claves o períodos importantes que describen su
historial clínico.

A) El primer periodo se puede delimitar desde su vida pasada hasta el momento en el que la paciente es
atendida en consulta por el psiquiatra. Los síntomas que ella relata en este lapso temporal, de cómo era su
vida antes de que llegase a ese estado de infelicidad y de cómo se encuentra ahora, me llevan plantear su
patología asignándole un caso de TRASTORNO BIPOLAR DE TIPO II. Una persona bipolar puede
presentar estados o episodios tanto depresivos como maníacos e hipomaníacos. Son personas inestables que
cuyo pensamiento u/o comportamiento en determinadas etapas del trastorno puede llegar a perjudicar
gravemente su calidad de vida y de los que le rodean. El tipo II alude a sujetos que habiendo padecido
episodios depresivos o hipomaníacos, nunca han padecido un episodio completo de manía. Las características
sintomáticas que presenta la paciente se detallan de la siguiente forma:

Episodios de hipomanía  Se caracterizan por ser periodos preciosos y persistentes de un estado de ánimo
anormalmente elevado, expansivo o irritable, durante un mínimo de cuatro días, pero menos graves que
cualquier episodio maníaco, ya que estos últimos suponen un daño para la propia persona, requiere
hospitalización y genera psicosis en la mayoría de los pacientes. La paciente manifiesta que anteriormente al
estado en el que se encuentra cuando acude a consulta, vivía momentos “llenos de felicidad y energía”, de
los cuales señalo los siguientes: actividad excesiva (se pasaba demasiadas horas hablando por teléfono),
motivación y energía (comenta que era como “una locomotora” y sus ganas por hacer cosas no paraban),
cognición (tenía pensamientos rápidos o “vuelos de ideas”, ya que planeaba miles de cosas); disminución de
la necesidad de dormir (dormía apenas 4 o 5 horas); actividades de riesgo (sus acciones excesivas con el
teléfono, le llevaba a pagar enormes facturas) y sus cambios anímicos y comportamentales eran apreciables
por sus amigos, que incluso le decían que “parase un poco”.

Episodio depresivo mayor (EDM) un EPD se caracteriza por presentar durante al menos dos semanas los
siguientes síntomas: Estado de ánimo deprimido (dice sentirse deprimida, infeliz); disminución del placer o
interés en cualquier cosa: comenta no disfrutar con nada desde hace tiempo; aumento o disminución del
peso/apetito: ha aumentado de peso a causa de su desorganización alimentaria; Sentimientos de inutilidad o
culpa: se siente culpable por lo fracasos continuos que ha tenido en sus relaciones sentimentales. Como
consecuencia de su aumento de peso, comenta que su imagen en el espejo le disgusta y se ve “horrible”;
Insomnio o hipersomnia: padece de insomnio, ya que se despierta por la noche y le es difícil volver a coger
el sueño. Como consecuencia de eso, durante el día tiene somnolencia; Fatiga o cansancio: a raíz de no dormir
bien y tener sueño durante la vigilia experimenta una sensación de cansancio y fatiga diaria. (“Dice sentirse
aplastada por su propio peso”); Problemas de concentración: tiene dificultad para centrarse en los estudios y
la lectura; Cognición: mantiene pensamientos negativos constantemente; Aislamiento social: lleva bastante
tiempo sin relacionarse con gente, evita el contacto social; Ideas recurrentes de muerte o de suicidio: la
paciente ha tenido un intento suicidio. La paciente comenta que lleva bastante tiempo (años) en este estado.
Además de esto, la paciente no presenta signos ni comenta que haya tomado drogas o medicamentos ni que
tampoco haya ocurrido la perdida de algún ser querido durante el comienzo o trascurso de este episodio.

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B) El segundo período transcurre desde que el psiquiatra empieza a medicar a la paciente y ella vuelve tras
esas 5 semanas de terapia. En esta etapa, la paciente degenera o cicla nuevamente a un episodio hipomaníaco
pero más agudo a causa de la suministración de antidepresivos. Doy por entendido, que el psiquiatra que la
atendió en un principio la derivó por equivocación a un trastorno depresivo mayor (TDM) pasando por alto
sus primeros estados hipomaniacos, ya que para que una persona sea diagnosticada con un TDM NO PUEDE
haber presentado nunca un episodio maníaco o hipomaniaco. La paciente claramente muestra signos
agravados con respectos a esos primeros episodios hipomaniacos: vuelve a dormir pocas horas, tiene la
autoestima elevada, actúa por impulsividad gastando grandes cantidades de dinero, vuelve a tener en mente
esos planes “increíbles” que de llevarlos a cabo puede perjudicarle seriamente (quiere dejar su trabajo,
comprarse un piso y vivir la vida), muestra falta de atención total en consulta y su lenguaje es excesivo, fuerte
y difícil de interrumpir, entre otro signos.

2. TRATAMIENTO FARMACOLÓGICO
Desde mi punto de vista, el tratamiento que recibe la paciente es inadecuado dado su trastorno. Las personas con trastorno
bipolar no deben tomar un antidepresivo por sí solo, ya que como se puede apreciar en este caso, estos fármacos hacen
que la persona pueda ciclar rápidamente de un estado depresivo a uno maníaco y esto puede ser peligroso. El fármaco
Seropram (Citalopram), un SSRI, está contraindicado si la persona padece de episodios maníacos (o hipomaniacos) y en
los trastornos de angustia. Este medicamento puede generar algunos efectos graves en el paciente (como la Hiponatremia:
nivel anormalmente bajo de sodio en sangre) y empeorar los pensamientos de suicidio al principio del tratamiento, pero
es eficaz y su uso está más aceptado para el tratamiento y la prevención de recaídas de la depresión en EL TDM. Algo
similar ocurre con el Lantanon (Mianserina), un tricíclico, que posee propiedades ansiolíticas y de mejoramiento del
sueño que ayudan a los pacientes depresivos. Aclarado esto, aconsejo la retirada inmediata de los mencionados fármacos
y manifiesto que:

-La primera vez que Elena acudió a consulta con su depresión bipolar era recomendable haberla tratada con LITIO Y un
ANTICONVULSIVO. El litio es el estabilizador de ánimo por excelencia y es eficaz en este tipo de estados utilizando
dosis más elevadas de las que usa para la manía bipolar, además de confirmar numerosas investigaciones su poder anti
suicida. En referencia al anticonvulsivo, hubiera administrado LAMICTAL (Lamotrigina). En la práctica clínica el
Lamictal ha resultado ser eficaz para la depresión bipolar aguda y prevención de recaídas depresivas con dosis entre 50
y 200 mg a partir de la 3ª semana de tratamiento.

-Actualmente, en el polo de manía bipolar (episodio hipomaniaco moderado) en el que se encuentra la paciente,
recomiendo un estabilizador que trate desde arriba los síntomas de la manía para reducirlos. Bajo mi juicio, procedería
administrando LITIO + ANTIPSICÓTICOS ATÍPICOS, para obtener resultados más efectivos. Recomiendo PLENUR
(litio) una vez al día por las mañanas con una dosis inicial de 400 mg, aumentando hasta 1600 mg/día, según se vean los
efectos y la evolución del paciente. Normalmente se necesita entre 800 y 1600 mg al día para obtener buenos resultados.
No sobrepasar nunca la dosis máxima de 1800 mg/d. La combinación de un estabilizador junto con otro medicamento
(en este caso antipsicótico) es más efectivo que suministrando solo litio, potenciando de esta forma el efecto anti manía.
El litio tiene resultados mejores para los episodios maníacos que los depresivos. Además del estabilizador, recomiendo
equilibrar el tratamiento con SEROQUEL (Quetiapina), utilizando su formulación inmediata que produce un efecto
sedante, dos veces al día aumentando progresivamente la dosis en los primeros 4 días de la siguiente manera: 100mg (día
1), 200 mg(día 2), 300mg (día 3) y 400 mg el último día. La dosis efectiva se encuentra entre los 400-800mg/día, siendo
la máxima utilizada para efectos antipsicóticos.

Además del tratamiento farmacológico, recomendaría algunas sesiones de psicoterapia para ayudar a que la paciente
pueda aprender la forma de organizar su vida y encuentre un equilibrio tanto físico como mental adecuado para seguir
llevando con positivismo y motivación su proceso de mejora.

REFERENCIAS:
APUNTES PSICOFARMACOLOGÍA APLICADA (2009). Tratamiento farmacológico del Trastorno Bipolar. DRA.
MARÍA JESÚS DE LA TORRE. Unidades docentes de Psiquiatría, Instituto Psiquiátrico José Germain de Leganés.

ASOCIACIÓN AMERICANA DE PSIQUIATRÍA (APA) (2013). Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos
Mentales DSM V. 5ª EDICIÓN. Barcelona. Masson.

BELLOCH, A., SANDÍN, B. Y RAMOS, F.(1995). Manual de Psicopatología (vol.2) (2009). Edición revisada. Madrid.
MCGRAW HILL.

PSICOFARMACOLOGÍA ESENCIAL DE STAHLE. Bases Neurocientíficas. Universidad Nacional de Educación a


Distancia.UNED (2014)

WWW.VADEMECUM.COM, WWW.SOYBIPOLAR.COM

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