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Neurobiología de las Conductas Motivadas

Qué tendrá la motivación que tanto nos ocupa y preocupa. Múltiples son las teorías que surgen
alrededor de ella, múltiples las personas que acuden al coaching en busca de la motivación
perdida, y muchas las empresas que anhelan encontrar la pócima mágica para lograr que sus
empleados se sientan motivados.
Y no es de extrañar, si tenemos en cuenta que estamos hablando de conocer lo que nos mueve
a realizar una determinada acción o conducta para conseguir el logro de nuestras metas.
Etimológicamente la motivación significa "motivo para la acción". Por tanto, la clave está en
descubrir cuáles son esos motivos para despertarla y ponernos en marcha, pues solo desde la
acción se produce el cambio, y por tanto, el logro de las metas y la realización personal y
profesional.
La motivación es el concepto que encierra un conjunto de variables responsables del inicio de
un comportamiento o acción, la intensidad con la que lo realizamos, la dirección de dicho
comportamiento, y el mantenimiento del mismo en el tiempo. La mayor parte de los
investigadores coinciden en que hay 3 factores clave en el proceso motivacional, que conforman
lo que se conoce como Circuito Neurológico de la motivación:

Cuando los alimentos se toman diariamente a horas regulares el cerebro parece prever,
aproximadamente una hora antes, que el estómago debe prepararse para procesar el
alimento.Los músculos del estómago recibe unas señales nerviosas que le alertan de este
estado.La contradicción de estos músculos es lo que origina las sensaciones dolorosas que
otras zonas del cerebro interpretan como señales de hambre.La elevada concentración de
glucosa en la sangre es la encargada de informar al cerebro de la sensación de plenitud cuando
la persona se siente satisfecha, tras la comida o bien, cuando es muy baja, informa de las
necesidades de realizar la ingesta.La zona del cerebro que recibe esta información es el
hipotálamo.

Estas regulaciones efectuadas por el organismo en su totalidad son denominadas homeostasis


(estado uniforme).Cuando se rompe el equilibrio porque ha disminuido la presencia de alguna
sustancia, aparece en el organismo un estado de tensión, una necesidad, que se mantiene hasta
que se obtienen los elementos químicos necesarios.Esta necesidad activa una motivación, la
que a su vez incita al animal a obrar de tal manera que se restablezca el equilibrio y, por lo
tanto, se satisfaga su necesidad.

Existen tres fases en este proceso. En la primera aparece una necesidad (que puede estar
genéticamente programada, ser aprendida, o una combinación de ambos factores), por
ejemplo, la falta de agua en los tejidos.En la segunda, surge la motivación -la sed- para buscar
la solución a esta necesidad, en este caso buscar agua. La tercera fase consiste en la reducción
o satisfacción de la necesidad. Esto sólo se consigue cuando se alcanza un objetivo. Al beber
agua se aplaca la sed y así se cierra el ciclo.

Sed: Alrededor del cuarenta por ciento de nuestro peso corporal consiste en agua localizada
dentro de los miles de millones de células del cuerpo; otro veinte por ciento se localiza fuera
de las células, ya sea en el plasma sanguíneo o en los espacios intercelulares. El agua está
dividida entre dos compartimentos: fluidos intracelulares (o, simplemente, fluido celular) y
fluido extracelular. El fluido extracelular incluye tanto el líquido que se encuentra en los
espacios entre las células (fluido intersticial) como el líquido del sistema vascular. El cuerpo
controla de forma separada los compartimentos intracelular y extracelular.

La Sed. Lo tratemos por separado, de hecho deben el hambre y la sed ser considerados
simultáneamente, es imposible encontrar un ser que esté únicamente hambriento o
sediento.La necesidad de alimento va acompañada de la necesidad de agua, el alimento sólido
debe ser diluido. La base fisiológica de la sed es la deshidratación celular, hecho que estimula
la secreción de una hormona hipofisiaria que regula el consumo de agua. El impulso de la
sed está regulado, por lo menos parcialmente, por la región hipotalámica. El hambre y la sed
difieren de otros impulsos en que no pueden quedar insatisfechos por largo tiempo sin poner
en peligro la vida.

Un perro privado de agua durante 24 horas beberá ávidamente, consumiendo casi toda la que
necesita en 2 ó 3 minutos. Una rata compensa su déficit más lentamente, recupera
aproximadamente la mitad de la carencia en 5 minutos, y continúa bebiendo
intermitentemente durante casi una hora.Las personas se sitúan entre estos dos extremos, ya
que compensan dos tercios de su déficit hídrico en los primeros 2,5 minutos.

Nuestros cuerpos necesitan agua para la circulación sanguínea, la regulación de la


temperatura, la digestión y la eliminación. Alrededor de dos tercios del cuerpo humano están
constituidos por agua, hallándose la mayor parte de ella en el interior de las células. El fluido
intracelular es controlado principalmente por neuronas osmorreceptoras del área próptica. El
fluido extracelular es controlado por receptores de presión localizados en el corazón y en
algunas arterias; posiblemente también influye la antiangionsina II, que puede actuar sobre
receptores de los órganos circunventriculares y sobre neuronas del área preóptica. La
depletación de fluido intracelular (denominada sed osmótica) constituye un estímulo más
potente para la conducta de beber que la depletación de fluido extracelular (sed
hipovolémica), pero usualmente ambos efectos actúan de forma paralela. La estimulación de
receptores en la boca y garganta no interrumpe el acto de beber. El control a nivel de
estómago y duodeno parece proporcionar las señales principales de que se ha ingerido agua.
Cuando el agua pasa a los compartimentos líquidos del organismo elimina las señales de
déficit que iniciaron la ingesta hídrica. El sabor contribuye a que se beba, y la depleción de
agua hace que los fluidos se consideren más sabrosos.

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