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“Según la Encuesta CASEN 2003 alrededor de 81.177 jóvenes entre 14 y 17 años, 93.556
jóvenes entre 18 y 19 años y 308.469 jóvenes entre 20 y 24 años se encuentran fuera del
sistema escolar sin haber finalizado su enseñanza media. Ellos representan el 6,9%, el
30,7% y el 86,3% de la población sin enseñanza media completa de los respectivos grupos
de edad. Gran parte reside en la Región Metropolitana, en la Región del Bío-Bío y en la
Región de Los Lagos.
Las principales razones por las cuales los adolescentes y jóvenes entre 14 y 24 años no
asisten son: trabajo, maternidad, paternidad o embarazo, dificultad económica, no le
interesa, ayuda en la casa o quehaceres del hogar y problemas de rendimiento. Los
hombres entre 14 y 24 años no asisten principalmente por trabajo seguido a gran
distancia de dificultad económica y no le interesa. En cambio las mujeres no asisten por
maternidad, embarazo, trabajo y ayuda en la casa o quehaceres del hogar.”
A nivel latinoamericano, Chile se presenta como uno de los países con menor tasa de
deserción escolar y a diferencia de otros países en donde existen altas tasas de deserción
temprana, en nuestro país el riesgo se centra primordialmente en la enseñanza media. Sin
embargo no es principalmente por el cambio entre enseñanza básica y media dicha
deserción, sino por un tema de oportunidades y esfuerzo, porque a medida de que van
creciendo existen importantes cambios en muchos aspectos de su vida.
Se puede observar claramente a partir de estadísticas que la mayoría de lo/as
desertore/as siguen una serie de patrones en común: situación de pobreza en el hogar,
maternidad/paternidad y desinterés.
El nivel socioeconómico es el factor más destacado de la deserción, ya que éste lleva de la
mano a varios otros, como el tener que recurrir al trabajo, el tener que ayudar en el hogar,
el desinterés y el no tener dinero para pagar los estudios. La educación de lucro que existe
en Chile es bastante marcada, el pago de matrículas, mensualidades, materiales
obligatorios. El ir al colegio para una persona con bajo nivel económico es necesariamente
un gasto de dinero extra que no se tiene, como para alimentación, transporte y lo
anteriormente mencionado, es por esto que es bastante lógico para ello/as trabajar y así
ser un aporte positivo en su núcleo familiar, porque toman en cuenta las necesidades
básicas del momento que deben ser satisfechas.
La maternidad/paternidad es otro factor importante que lleva a desertar al sistema
educacional, la obligación del cuidado del hijo/a y del ingreso al mercado laboral para
satisfacer sus necesidades.
Banal, investigador español, establece las etapas en el desarrollo de la Sociología de la
Educación, es decir, las distintas corrientes de ella que se desarrollan desde los años
cincuenta hasta hoy en día.
1. Corriente funcionalista
Se define como la búsqueda de igualdad de oportunidades a través de la educación, para
lograr el perfecto desarrollo y progreso de sociedad, donde, por ende, las posiciones
sociales son el resultado de la capacidad y esfuerzo individual.