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W. Benjamín y V.

Flusser : La imagen y sus afectaciones en la sociedad en relación


con la serie futurista Black Mirror

Es inevitable hablar de la importancia de las tecnologías y de los aparatos tecnológicos en la


vida del ser humano. Para poder comprender esto, se debe tener en cuenta ese primer gran
avance que cambió la forma de ver el mundo. Uno de los primeros avances tecnológicos fue
pasar de la pintura a la fotografía, de acuerdo con el texto “Discursos interrumpidos” de Walter
Benjamin (1972) unas de las primeras fotografías fueron tomadas a través del Daguerrotipo,
estas eran únicas en su especie. La industria de la fotografía empezó a crecer y las imágenes
se distribuían de una forma rápida, perdiendo su esencia. “La técnica más exacta puede dar
a sus productos un valor mágico que una imagen pintada ya nunca poseerá para nosotros”
(Benjamin, W., 1972, p.66). Con técnica se refiere a la forma de producir ese producto, para
Benjamin la fotografía hace que se pierda el aura de la imagen, es decir todo aquello que
hace que la imagen se vuelva única, algo que sucede con la reproductividad técnica que trajo
la fotografía, al existir copias de la misma imagen, se pierde aquella apreciación única que
contenía la fotografía, es decir que esta se empieza a corromper dejando el valor del culto del
aura y comienza a ser consumida por la masa, es decir que esa percepción de esa imagen
que nos transportaba a un espacio-tiempo específico al tener una copia cambia porque se
vuelve simplemente una réplica de lo ya existente, y deja esa autenticidad a un lado. Sin
embargo, no se puede negar que la imagen de valor cultural guarda un refugio de culto en el
recuerdo plasmado en el retrato.

“En modo alguno es casual que en albores de la fotografía el retrato ocupe un puesto central.
El valor cultural de la imagen tiene su último refugio en el culto al recuerdo de los seres queridos,
lejanos o desaparecidos. En las primeras fotografías vibra por vez postrera el aura de la expresión
fugaz de una cara humana” (Benjamin, W., 1972, p.30).

Las imágenes producen una percepción sobre un hecho, alguien o algo, sin embargo esta
no es que no la mimas en el presente, que en el pasado. En el pasado, la imagen transcurre
rápidamente, “para nunca más ser vista, en el instante de su cognoscibilidad” (Benjamin,
W., 1972, p.180). La fotografía y el cine revolucionan el concepto de percepción ya que
Benjamín, al ser el primero en observar una teoría de los aparatos, descubre que ambas no
implican únicamente un cambio en los procesos de la representación (Olivos, A., Walter
Benjamin [Material del aula], Universidad de La Sabana, Chía, Cundinamarca).

El aparato parte del sensorium, y se entiende como “la configuración del aparato sensorial
que nace de la conjunción entre las habilidades naturales del humano, en este caso, y de
fenómenos históricos que implican nuevos modos de recepción” (Olivos, A., Walter Benjamin
[Material del aula], Universidad de La Sabana, Chía, Cundinamarca). Este sensorium viene
funcionando como un modo operativo que permite ver la configuración del aparato sensorial
y el sistema nervioso, con relación a los cambios técnicos que producen una variación en el
hombre ((Olivos, A., Walter Benjamin [Material del aula], Universidad de La Sabana, Chía,
Cundinamarca). Benjamin hace una declaración que suscita la manera en la que el cine se
involucra en el aparato perceptivo:
“El cine corresponde a modificaciones de hondo alcance en el aparato perceptivo,
modificaciones que hoy vive a escala de existencia privada todo transeúnte en el tráfico de una gran
urbe, así como a escala histórica cualquier ciudadano de un Estado contemporáneo” (Benjamin, W.,
1972, p.52)

La concepción de imagen según Benjamin no son solo la representación de hechos históricos,


es el conjunto de pensamientos sociales y políticos que se logran plasmar en los distintos
entornos sociales. Es el capturar un momento de la historia que estuvo rodeado de ciertos
hechos o momentos que llegaron a marcar un instante de tensiones culturales. Así mismo la
realidad y la manera en como esta es comprendida bajo el lente del fotógrafo que plasma
momentos basados en su percepción y lo que desea mostrar que ha sucedido, es decir sujeto
a la realidad del fotógrafo.

Para Vilém Flusser, autor de el texto “Para una filosofía de la fotografía” escrito en 1983, la
autenticidad de la fotografía, hace que la imagen sea como una “superficie significante”. De
acuerdo con el autor, la imagen expuesta en la fotografía tiene la capacidad de abstraer y
conducirnos a un espacio-tiempo de una realidad que se encuentra proyectada en nuestra
imaginación, llevando a relacionar cada detalle con algún concepto predeterminado en la
mente del sujeto, empezando a crear su propia percepción sobre la misma, esto a través de
la observación o también llamada un scanning según Flusser. “El tiempo reconstruido a través
del scanning es del eterno retorno del mismo” (Flusser, V., 1983, p.14) el scanning
teletransporta al ser humano a un momento específico reconstruido por su mente. Existen
imágenes difíciles de descifrar según Flusser, estas son las imágenes técnicas, producto de
un aparato, estas llegan a generar que no se vean como imágenes, sino que por el contrario
se vean como ventanas. Son un acceso al mundo, por esta razón, se podría decir que estas
llegan traducir el estado de las cosas, creando efectos mágicos en el observador e inducen
que ese mismo receptor empiece a generar unas proyecciones de esa magia sobre el resto,
es decir sobre la misma sociedad y el mundo. Al ser producidas por aparatos, poseen unos
símbolos predeterminados por el mismo aparato, por esta razón el usuario de la cámara
decide cómo tomar la foto, captando una imagen que contiene esas ideas o símbolos que él
mismo ha escogido. Ahora bien, de acuerdo con Flusser (1983) estos aparatos se
transforman en black boxes, simulando reconocer el pensamiento y los símbolos del
fotógrafo, volviéndose una especie aparatos automatizados. Sin embargo, el fotógrafo aún
así tiene el control de la misma imagen, decidiendo que mostrar y cómo, alterando la realidad.
La técnica no puede ser comprendida por si misma, es necesario extender el termino a
imagen técnica, estas son imágenes que resultan del proceso de la codificación de textos del
mundo, imitando la imagen casi por completo, ya que la composición de la primer fotografía
se convierte en una multiplicación constante.

Así mismo, la técnica no puede ser comprendida por sii misma, es necesario extender el
término a imagen técnica, estas son imágenes que resultan del proceso de la codificación de
textos del mundo, imitando la imagen casi por completo, ya que la composición de la primer
fotografía se convierte en una multiplicación constante.

Teniendo en cuenta los conceptos anteriores planteados por ambos autores, esto se pueden
relacionar de una manera directa con el episodio de la serie Black Mirror titulado “Be right
Back” (2x01), este invita a que el televidente tenga una reacción directa sobre la forma de ver
el mundo y comportarse en el mismo ante la avalancha tecnológica de la cual la sociedad
está expuesta.

El episodio se centra en particular sobre el rol de la tecnología y los alcances psicológicos


que puede llegar a tener en las relaciones humanas. Este habla de una mujer llamada Marta
quién se encuentra pasando por un duelo emocional tras perder a su esposo Ash. Al inicio
del mismo, se muestra a Ash de pequeño en una fotografía, si bien parece algo poco
relevante, en realidad este pequeño detalle empieza a cobrar más sentido a lo largo del
mismo, resulta que la fotografía conduce a Ash a una etapa de su infancia, en la foto se
observa a un chico feliz de unos 9-10 años de edad, con su pelo rojo y sonriente, sin embargo,
la realidad que escondía la foto era otra, Ash le cuenta a su esposa Marta que esa foto fue
tomada en uno de sus peores momentos pero que lo habían obligado a posar, algo que
demuestra una alteración de la misma realidad explicada anteriormente por Flusser.

Marta sorprendía se ríe ya que su mente habían configurado una idea de acuerdo al scanning
que ella previamente había realizado. Al día siguiente de aquel momento Ash muere y su
esposa cada vez que mira la foto, ya no se transporta a ese Ash de pequeño, sino que por el
contrario su mente hace una conexión con el momento previamente vivido con Ash en la sala,
observando la foto. En su desesperación por volver a ver a Ash, a oírlo, a sentirlo, contrata
un servicio tecnológico que provee una especie de clonación de Ash basada en todos los
datos obtenidos de sus redes sociales. Al inicio parece ser algo que ayuda a Marta con su
dolor, el comunicarse a través de chat con “Ash” la ayuda a no sentir dolor y olvidarse de él
ya no está. Primero Marta chatea con él y luego ese chat se torna en una llamada, producida
por videos y notas de voz subidas por la misma Marta en la plataforma, sí bien no se clonan
imágenes, la reproductividad técnica sube a otra escala, generando que exista una
productividad cada vez más cercana a esa primera versión, es decir cada vez más cercana a
lo que Ash. Se puede observar como la copia física de un humano pueda transformar la
manera de interactuar y sentir, ya que a pesar de que este “cuerpo sintético” se asimilaba a
lo que fue de Ash, la apreciación que se tiene de este cambia abruptamente al ver que es
simplemente una réplica de lo que fue en su pasado. Se pierde la constitución de lo que es
verdaderamente humano porque la versión renovada de Ash es un instrumento que recopila
información y no un hombre que siente de manera natural y, por ende, su sentido como clon
hace que pierda sentido de autenticidad. Es decir que el mismo aura de Ash, se pierde, ya
que la copia jamás podría llegar a reemplazar en su totalidad al verdadero Ash, siendo esto
una Mímesis.

Martha, cuando se encuentra en el acantilado a punto de hacer que el clon de Ash se suicide,
usa una frase que da a entender un concepto de la pérdida del aura: “Eres solo un eco de ti”
(Brooker, C. 2016). Es decir, que se simplifica el hecho de que sea una copia para otorgarle
el sobrenombre de “eco”, una voz que desencadena en cientas de copias, pero que no vuelve
a ser igual al primer sonido emitido. Se abre la posibilidad de que cientas de personas que
hayan pasado por el mismo modelo de Martha hayan comprado estos mismos clones que,
para unos, pudo haber tenido un resultado favorable ya que pudieron moldear su aparato
para darle lugar a un nuevo modelo que puede reemplazar al ser querido. Por otro lado, tal
como le pasó a Martha, la imitación de la realidad quiebra con su aparato perceptivo, ya que
cambia la condición histórica del doble, como por ejemplo, al ver que el clon no guarda
recuerdos de lugares, personas cercanas y momentos importantes, se pierde el sentido de la
percepción y, por consiguiente, este ser sintético carece de cualquier sentido de percepción,
lo cual incomoda al humano portador porque los otros comportamientos que se asimilan a su
ser querido son incapaces de darle naturalidad a los sentimientos y a la condición histórica
que envolvía a los dos personajes.

Tomando lo anterior en cuenta se puede afirmar que la serie americana Black Mirror, en su
capítulo “Be right back”, plantea distintas problemáticas sociales que suceden en la era de la
tecnología, donde esta llega a avanzar de una forma tan repentina y rápida que incluso influye
en el comportamiento de lo seres humanos, algo que en hoy en día no está tan alejado de la
realidad. La tecnología y los medios masivos de la comunicación inciden diariamente en la
vida del ser humano, llegando a modificar su forma de pensar y su manera de relacionarse
con el mundo, algo que a su vez no se aleja tanto de las ideas de Walter Benjamín y V.
Flusser, que si bien se diferencian en algunos conceptos, ambos hablan de la fotografía, el
cine y de la imagen proyectada por ambos como piezas que inciden en la vida del ser humano,
piezas que pueden ser muy tecnológicas y avanzadas, pero que jamás reemplazarán la
esencia del verdadero ser humano.

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